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Niños sin infancia

Por: Andreu Navarra

Un amigo profesor me explica que un par de sus sesiones con un grupo fueron sustituidas por un taller de Minecraft monitorizado por personal externo

Leo un interesante trabajo de Gregorio Luri10 tesis sobre el videojuego, y pienso: “Por fin algo de opinión basada en el logos y no en la doxa, un decálogo documentado y redactado desde la lógica, y no desde la urgencia o la conveniencia”. Porque el texto es valiente y está limpio de tópicos.

Cuando hablamos de juventud y educación, son precisamente los tópicos lo que más sobra y la vez lo que más abunda. Cuenta Luri que afirmar que el exceso de videojuegos es perjudicial resulta una perogrullada. Porque es nocivo cualquier exceso, no sólo el de videojuegos. Una copa de vino es saludable: cinco botellas podrían resultar mortales. Una manzana es sana y depurativa, treinta resultarían venenosas. Por lo tanto, hay que ampliar la lente. Porque resulta que existen estudios que demuestran que el consumo de juegos violentos no te convierte en violento. Para orientarnos en los diagnósticos de lo que les ocurre a nuestros jóvenes, el camino correcto es poner el acento de la observación de lo que hacen los adultos. Para darnos cuenta, por ejemplo, de qué tipo de infancia enjaulada estamos proporcionando a nuestros niños. Se pregunta Luri, y tiene razón, cuántos de nuestros niños han tenidos cabañas en el árbol, y cómo jugaban nuestros abuelos. Y tiene razón: descabezaban gatos, despanzurraban perros, se arrojaban pedruscos…

Lo cual me hace pensar en qué tipo de pedagogía floral estamos proporcionando a nuestros menores. Para averiguarlo no hace falta más que charlar con los alumnos de primero de ESO. Dicen que en la escuela “no hacían nada, sólo dinámicas”. No estoy en contra de la educación emocional, pero sí de que sustituya el vector técnico y el tiempo que se debe invertir en adquirir contenidos académicos. La primaria no puede convertirse en una policía moral y emocional. Esa utopía evangélica y ese control podrían estar detrás de algunas explosiones actitudinales incomprensibles en secundaria, que todo profesor ha presenciado y para las que actualmente no hay respuesta.

La educación emocional no se puede convertir en un intento de domesticación socioeconómica. Para educar en valores y en carácter, ya teníamos la ética. El desmoche de las Humanidades traerá un aumento de la visceralidad mental, no un descenso de la rebeldía. La rebeldía seguirá existiendo, pero no asomará bajo la forma del reformismo, sino como constelación de motines banales.

Me escribe un amigo profesor. Me explica que un par de sus sesiones con un grupo fueron sustituidas por un taller de Minecraft monitorizado por personal externo a su centro. Me escribe porque está perplejo: tuvo que situarse en el fondo del aula para vigilar que la clase no se desmandara. Los alumnos jugaban excitados, profiriendo gritos de victoria o decepción según iban ganando o no misiones del videojuego. Lo que no consiguió entender fue la finalidad educativa de las partidas: era verdad que los monitores se expresaban en inglés, pero no había nada que aprender: se trataba de una sesión recreativa. Lo que puede llevarnos a lanzar algunas hipótesis: ¿no tendrá que ver el llamado Nuevo Paradigma educativo con nuestra imposibilidad como adultos para proporcionar una niñez infantil, imaginativa, aventurera, creativa, memorable? ¿No se estará convirtiendo nuestra escuela en el salón recreativo que ya no puede ser el hogar, por la crudeza extrema del mercado laboral? ¿Estará tratando el sistema educativo de reemplazar a unas familias incapaces ya de educar, por asfixia o por negligencia lúdica?

¿En qué punto cambiamos los objetivos pedagógicos por las actividades de ocio en nuestros centros docentes? Nuestras cúpulas políticas ya no desean que los profesores enseñen: la idea de fondo es que, juntos, exprofesores y alumnado se conviertan en copartícipes de juegos que contribuyan a apuntalar una ilusión de éxito social, de equidad o de inclusión. Hay incluso quien piensa que lo progresista es que el docente acabe metamorfoseado en un creador de contenidos molones.

¿Qué tipo de sociedad puede aflorar ante todas estas estas necedades? Paralelamente, nos obsesionamos con el futuro de nuestros hijos (y con sus rendimientos, en una clave taylorista) y les robamos con ello su presente y su biografía memorable. Nos hundimos en rutinas y ortodoxias, y nos llevamos con nosotros a nuestra juventud, para que sea igual de conformista. Les proporcionamos una infancia sin aventuras y sin diversiones alocadas. Su presente necesita expansión, vida y vacaciones de moralidad. Me cuentan mis alumnos de primero de ESO que sus tutoras buscaban conflictos donde no los había. Deseamos crear ángeles y ciudadanos luminosos desde muy temprano, donde lo que hay es personas. ¿Cómo debe reaccionar un niño ante la pedagogía de la felicidad si no le da la gana ser feliz ni luminoso, o no siempre? ¿Es que no existen la rabia y la protesta, la tristeza y la negación? ¿Qué profesor inteligente no se alegra de que su mejor alumnado sea contestatario y rebelde? Confundimos el capricho con la revolución, la seguridad con la creatividad. Intentamos moldearlos en una estrechez moral contraproducente. Qué desgracia tener que vivir en esta época neovictoriana. Ya lo dijo Albert Camus: el hombre rebelde es el hombre que ha aprendido a decir no. Nuestros sermones pueden resultar bastante hipócritas, porque la vida libre no es moral, es vida.

Nos da miedo que nuestros jóvenes experimenten y construyan su libertad. Nuestros hijos no son ángeles ni artefactos ideológicos. Dejemos que jueguen, y dejemos, luego, que aprendan y que adquieran responsabilidades. Que entiendan cómo es el mundo en realidad y no en nuestras utopías. Les estamos robando su autonomía y su derecho a cuestionar, porque nos creemos superiores y consolidados, cuando lo que más le mostramos es puro miedo derivado de nuestra pura desorientación.

Por descontado, afortunadamente, muchos de nuestros jóvenes nos dirán no.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2021-02-17/ninos-sin-infancia.html

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15 fotos de una infancia que trabaja de sol a sol

En los campos mexicanos de chiles y jalapeños trabajan en condiciones de semiesclavitud cientos de niños indígenas de la etnia rarámuri

Aitor Sáez
Marisa, de unos cinco o seis años, no sabe cuál es su edad. Su madre, Josefina, asegura que trae a la pequeña al campo por los riesgos que correría si la deja sola en el rancho del patrón, donde viven. Marisa recoge chiles como cualquier adulto. Se han detectado 623 menores de edad —211 por debajo de los 15 años— en campos agrícolas de Chihuahua desde 2018 gracias a 493 inspecciones, según datos de la Secretaría estatal del Trabajo (STPS). El trabajo infantil aumentó un 8% respecto al ejercicio anterior, cuando murieron al menos 15 chicos en esos latifundios. rnrn
    • 1. Marisa, de unos cinco o seis años, no sabe cuál es su edad. Su madre, Josefina, asegura que trae a la pequeña al campo por los riesgos que correría si la deja sola en el rancho del patrón, donde viven. Marisa recoge chiles como cualquier adulto. Se han detectado 623 menores de edad —211 por debajo de los 15 años— en campos agrícolas de Chihuahua desde 2018 gracias a 493 inspecciones, según datos de la Secretaría estatal del Trabajo (STPS). El trabajo infantil aumentó un 8% respecto al ejercicio anterior, cuando murieron al menos 15 chicos en esos latifundios. AITOR SÁEZ

    • El 4 de septiembre una niña de seis años fue arrollada por un autocar en una granja de Camargo mientras sus padres pizcaban chile. Muchas de las muertes de menores en los cultivos se produce por atropello, al arrancar sin revisar que haya niños bajo los autos, en búsqueda de la única sombra que existe en la desértica planicie de Chihuahua. También habido fallecimientos por golpes de calor al pasar más de ocho horas a temperaturas de hasta 45 grados. En oa imagen, dos niños van en camioneta hacia los campos de jalapeños junto a otros trabajadores.
      2. El 4 de septiembre una niña de seis años fue arrollada por un autocar en una granja de Camargo mientras sus padres pizcaban chile. Muchas de las muertes de menores en los cultivos se produce por atropello, al arrancar sin revisar que haya niños bajo los autos, en búsqueda de la única sombra que existe en la desértica planicie de Chihuahua. También habido fallecimientos por golpes de calor al pasar más de ocho horas a temperaturas de hasta 45 grados. En oa imagen, dos niños van en camioneta hacia los campos de jalapeños junto a otros trabajadores. AITOR SÁEZ
    • A la izquierda, Carmela, de 12 años, quien dice ir a cosechar por voluntad propia. A la derecha, Barragán almuerza junto a su hijo, también de 12 años, a quien asegura que debe traer a ayudarlo para completar un irrisorio salario de unos 250 pesos diarios (unos ocho euros).
      3. A la izquierda, Carmela, de 12 años, quien dice ir a cosechar por voluntad propia. A la derecha, Barragán almuerza junto a su hijo, también de 12 años, a quien asegura que debe traer a ayudarlo para completar un irrisorio salario de unos 250 pesos diarios (unos ocho euros). AITOR SÁEZ
  • El propietario de la finca, Alejandro Chávez, cuenta que algunas veces ha tratado de frenar el ingreso de menores, pero entonces el resto de trabajadores se solidarizan y se niegan a faenar ese día. Por cada hectárea de chile, se ingresan unos 100.000 pesos (4.000 euros). Por las 150 hectáreas de Chávez las ganancias se elevan a medio millón de euros anuales.
    4. El propietario de la finca, Alejandro Chávez, cuenta que algunas veces ha tratado de frenar el ingreso de menores, pero entonces el resto de trabajadores se solidarizan y se niegan a faenar ese día. Por cada hectárea de chile, se ingresan unos 100.000 pesos (4.000 euros). Por las 150 hectáreas de Chávez las ganancias se elevan a medio millón de euros anuales. AITOR SÁEZ
  • Daisy, de tres años, y su madre Macrina, de 21, recogen chiles. La mayoría de jornaleros en los campos de chile de Chihuahua son rarámuri que tuvieron que abandonar la Sierra Tarahumara (unos 300 kilómetros al este) debido a la sequía y al crimen organizado. Sus tierras se ubican en el llamado Triángulo Dorado, feudo del narcotráfico dedicado a la tala ilegal y a la siembra de amapola y marihuana.
    5. Daisy, de tres años, y su madre Macrina, de 21, recogen chiles. La mayoría de jornaleros en los campos de chile de Chihuahua son rarámuri que tuvieron que abandonar la Sierra Tarahumara (unos 300 kilómetros al este) debido a la sequía y al crimen organizado. Sus tierras se ubican en el llamado Triángulo Dorado, feudo del narcotráfico dedicado a la tala ilegal y a la siembra de amapola y marihuana. AITOR SÁEZ
  • Tanto el Gobierno de Estados Unidos como autoridades de Chihuahua han detectado formas de esclavitud moderna en los cultivos de la región.  Una vez en las granjas, algunos trabajan hasta 15 horas al día bajo amenaza de despido y reciben un mínimo sueldo o ningún pago. Algunos trabajadores son amenazados o maltratados físicamente por abandonar sus trabajos, y se estima que en México hay 341.000 víctimas de esclavitud moderna, según el último Índice Mundial de Esclavitud.
    6. Tanto el Gobierno de Estados Unidos como autoridades de Chihuahua han detectado formas de esclavitud moderna en los cultivos de la región. Una vez en las granjas, algunos trabajan hasta 15 horas al día bajo amenaza de despido y reciben un mínimo sueldo o ningún pago. Algunos trabajadores son amenazados o maltratados físicamente por abandonar sus trabajos, y se estima que en México hay 341.000 víctimas de esclavitud moderna, según el último Índice Mundial de Esclavitud. AITOR SÁEZ
  • Las monosilábicas conversaciones con los rarámuri se estancan en algún punto. La mayoría hablan un castellano limitado, nunca lo necesitaron en la inhóspita serranía donde tampoco había escuelas. “Lo imprescindible, de entrada, es un traductor. Sin poderse comunicar, no pueden acceder a ningún derecho.
    7. Las monosilábicas conversaciones con los rarámuri se estancan en algún punto. La mayoría hablan un castellano limitado, nunca lo necesitaron en la inhóspita serranía donde tampoco había escuelas. “Lo imprescindible, de entrada, es un traductor. Sin poderse comunicar, no pueden acceder a ningún derecho. AITOR SÁEZ
  • Cuando en 2018 la Secretaría de Trabajo (STPS) lanzó la primera ronda de inspecciones sorpresa, detectaron un promedio de tres menores en cada campo. Desde entonces la mayoría de los productores ha optado por poner guardias en la entrada de sus ranchos, o bien, dar aviso al crimen organizado. n sus tres años de funcionamiento, la STPS ha abierto 38 procesos condenatorios que se canalizaron a la Fiscalía General de la República (FGR) para su sanción como delito penal. Sin embargo, ningún caso ha llegado a sentencia.
    8. Cuando en 2018 la Secretaría de Trabajo (STPS) lanzó la primera ronda de inspecciones sorpresa, detectaron un promedio de tres menores en cada campo. Desde entonces la mayoría de los productores ha optado por poner guardias en la entrada de sus ranchos, o bien, dar aviso al crimen organizado. n sus tres años de funcionamiento, la STPS ha abierto 38 procesos condenatorios que se canalizaron a la Fiscalía General de la República (FGR) para su sanción como delito penal. Sin embargo, ningún caso ha llegado a sentencia. AITOR SÁEZ
  • Guadalupe Carrillo llegó de la sierra en 2019 junto a su marido y bebé. Viven en un cuarto de nueve metros cuadrados. Para ganar espacio ha colocado unos palés y lonas afuera para utilizar el exterior de cocina.
    9. Guadalupe Carrillo llegó de la sierra en 2019 junto a su marido y bebé. Viven en un cuarto de nueve metros cuadrados. Para ganar espacio ha colocado unos palés y lonas afuera para utilizar el exterior de cocina. AITOR SÁEZ
  • Muy pocos latifundistas ofrecen alojamiento en sus ranchos, como los hermanos Chávez, que construyeron unas barracas de hormigón para dar techo a sus jornaleros. Alfonso Silva vive con su esposa y dos hijas, y trabaja en el desecado del chile para producir chipotle, una labor mejor pagada que la colecta. Pese al hacinamiento y compartir baño con otras 50 personas, considera que las condiciones son buenas.
    10. Muy pocos latifundistas ofrecen alojamiento en sus ranchos, como los hermanos Chávez, que construyeron unas barracas de hormigón para dar techo a sus jornaleros. Alfonso Silva vive con su esposa y dos hijas, y trabaja en el desecado del chile para producir chipotle, una labor mejor pagada que la colecta. Pese al hacinamiento y compartir baño con otras 50 personas, considera que las condiciones son buenas. AITOR SÁEZ
  • Varios jejenes, unos diminutos mosquitos, se amontonan en los ojos del bebé de Guadalupe para alimentarse de sus legañas. La comunidad rarámuri desplazada sufre discriminación social y graves dificultades de acceso a los servicios básicos. Terminan sobreviviendo al margen de la sociedad empezando por la imposibilidad de entender el castellano sin un traductor que las instituciones no suelen disponer por falta de recursos y voluntad política.
    11. Varios jejenes, unos diminutos mosquitos, se amontonan en los ojos del bebé de Guadalupe para alimentarse de sus legañas. La comunidad rarámuri desplazada sufre discriminación social y graves dificultades de acceso a los servicios básicos. Terminan sobreviviendo al margen de la sociedad empezando por la imposibilidad de entender el castellano sin un traductor que las instituciones no suelen disponer por falta de recursos y voluntad política. AITOR SÁEZ
  • Barracones de madera y lata donde habitan los trabajadores de Godea, comercializadora de chile, cuyo propietario niega el acceso a este medio. En muchos de los ranchos se ha colocado seguridad privada para obstaculizar el acceso a las inspecciones de las autoridades estatales. En varias ocasiones, los equipos de inspección han sido interceptados por varias camionetas con hombres con armas largas.
    12. Barracones de madera y lata donde habitan los trabajadores de Godea, comercializadora de chile, cuyo propietario niega el acceso a este medio. En muchos de los ranchos se ha colocado seguridad privada para obstaculizar el acceso a las inspecciones de las autoridades estatales. En varias ocasiones, los equipos de inspección han sido interceptados por varias camionetas con hombres con armas largas. AITOR SÁEZ
  • Daisy, de tres años, y su madre Macrina, de 21. En Camargo, las autoridades localizaron el pasado año a 24 menores rarámuri laborando en campos agrícolas y tan solo a 18 en la escuela. La única aula móvil para esta población queda a 36 kilómetros y el aula fija más cercana, a 250. Una mujer del pueblo los cuida por 50 pesos al día, una cuarta parte de su mísero jornal, un precio caritativo imposible de asumir.
    13. Daisy, de tres años, y su madre Macrina, de 21. En Camargo, las autoridades localizaron el pasado año a 24 menores rarámuri laborando en campos agrícolas y tan solo a 18 en la escuela. La única aula móvil para esta población queda a 36 kilómetros y el aula fija más cercana, a 250. Una mujer del pueblo los cuida por 50 pesos al día, una cuarta parte de su mísero jornal, un precio caritativo imposible de asumir. AITOR SÁEZ
  • La explotación infantil en campos se penaliza con cárcel. Pese a que se han abierto 38 procesos sancionatorios contra productores, ninguno ha llegado a sentencia y tan solo en dos casos las autoridades estatales han impuesto multas, recientemente. Guadalupe y su bebé, en su vivienda.
    14. La explotación infantil en campos se penaliza con cárcel. Pese a que se han abierto 38 procesos sancionatorios contra productores, ninguno ha llegado a sentencia y tan solo en dos casos las autoridades estatales han impuesto multas, recientemente. Guadalupe y su bebé, en su vivienda. AITOR SÁEZ
  • Las manos de Marisa, la niña que nunca ha celebrado su cumpleaños: enchiladas, agrietadas, donde el campo esculpió toda su crueldad hasta robarles el tacto. Ha pasado diez sofocantes horas arrodillada, pizcando unos 400 chiles, cinco baldes, 50 pesos (dos euros).
    15. Las manos de Marisa, la niña que nunca ha celebrado su cumpleaños: enchiladas, agrietadas, donde el campo esculpió toda su crueldad hasta robarles el tacto. Ha pasado diez sofocantes horas arrodillada, pizcando unos 400 chiles, cinco baldes, 50 pesos (dos euros).

    Fuente: https://elpais.com/elpais/2021/01/15/album/1610730904_858575.html#foto_gal_15

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Desplazados climáticos: Pobres, cuantiosos e invisibles

Con una degradación medioambiental desatada y mientras la comunidad internacional se pone de acuerdo para remediarlo, las zonas más susceptibles de sufrir catástrofes naturales demandan atención primero y estrategias para contener el desplazamiento forzoso de sus habitantes después

aperturaCasi 1.900 catástrofes medioambientales desencadenaron 24,9 millones de nuevos desplazamientos internos en 140 países y territorios en 2019, según el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), que depende del Norwegian Refugee Council. Es la cifra más alta desde 2012 y triplica el número de nuevas migraciones dentro del mismo Estado a causa de conflictos o violencia. Desde hace medio siglo se tiene constancia de las migraciones climáticas. Hasta hace apenas un par de años no se había puesto el foco en ellas

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CÓMO SE LLAMAN ESTOS DESPLAZADOS Y POR QUÉ NO SON REFUGIADOS

El movimiento natural de un migrante por razones climáticas es trasladarse a otra región dentro de su propio Estado para poner a salvo su vida. El bangladesí que abandona de manera temporal su pueblo anegado por un ciclón; el somalí que, empujado por la desertización, se mueve a otra zona más fértil, o el fiyiano que se aleja de la costa ante la subida del nivel del mar. Se les conoce por migrantes climáticos o desplazados por razones medioambientales o incluso climigrantes. Pero no son refugiados. El convenio de Ginebra de 1951 no considera las razones medioambientales dentro de las circunstancias que dan motivo al estatus de refugiado – la ley internacional ampara a los perseguidos por raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política–. Jurídicamente, nadie es perseguido por el cambio climático. Jurídicamente.

DESPLAZADOS INTERNOS POR DESASTRES NATURALES EN 2019

FUENTE. Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC)

Beatriz Felipe es ambientóloga y ha publicado el libro Las migraciones climáticas ante el ordenamiento jurídico internacional. Doctora en Derecho, recuerda que la mayoría de movimientos causados por la degradación medioambiental ocurren dentro de los propios Estados, por lo que no es partidaria de utilizar el término refugiado para designarlos. Tampoco apuesta por adaptar la convención de Ginebra como solución. “A la hora de solicitar asilo en otro Estado se ha de demostrar que el perjuicio es a un individuo, no a un grupo. El daño en estos casos lo suele sufrir una comunidad entera, no una persona sola”. Y resuelve: “Es importante buscar las formas de proteger a estas personas sin necesidad de que haya una definición clara”.

Beatriz Felipe

 Al solicitar asilo se ha de demostrar que el perjuicio es a un individuo, no a un grupo. El daño en estos casos lo suele sufrir una comunidad entera, no una persona sola 

Beatriz FelipeAmbientóloga y doctora en Derecho

Andrew Harper, asesor especial de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) sobre Acción Climática, no es partidario de entrar en disquisiciones sobre el término más correcto a la hora de calificar a estos millones de desplazados. “No nos distraigamos con discusiones acerca de la terminología. No hay tiempo que perder. Se trata de ver cómo protegemos a esta gente para que no tenga que huir”. El discurso de Harper, que coordinó la emergencia provocada por un tsunami en Sumatra (Indonesia) entre 2005 y 2006, adquiere un cariz más dramático: “Es una guerra contra la naturaleza. Nosotros la hemos desencadenado y estamos pagando las consecuencias. La gente está huyendo para poner a salvo su vida”.

—¿CÓMO SE LES BRINDA PROTECCIÓN SI NO GOZAN DE UN AMPARO LEGAL?

—Se les puede brindar protección usando los sistemas legales existentes. Es importante la prevención e invertir en las comunidades locales. Enseñarles un mejor manejo del agua y otros recursos, proveerles de energías renovables para que se dejen de cortar árboles con los que obtener madera para cocinar… Actuar antes. No esperar a que huyan.

Harper aboga por dar el poder a la gente, proporcionarles soluciones inmediatas para que se adapten a la cambiante situación. «No buscamos reformar el sistema de protección internacional. Es la propia comunidad local la que mejor protege a la gente que la rodea. La inmensa mayoría de desplazados forzosos se traslada a una región muy próxima». Harper, australiano residente en Ginebra (Suiza), lanza una advertencia. “Estos desplazados no viven precisamente en zonas de lujo. Más bien lo hacen cerca de un desierto, con escasez de agua… en lugares marginales”.

Felipe, que también es investigadora asociada al Centro de Estudios de Derecho Ambiental de Tarragona (Cedat) de la Universitat Rovira i Virgili, cuenta con una opinión similar a Harper en lo que se refiere a la manera de actuar. «Se necesitan nuevas estrategias de adaptación surgidas de la investigación para que las personas no se vean forzadas a marcharse». Estas estrategias consisten en aplicar diferentes formas de cultivo que requieran menos agua o en crear infraestructuras en islas de escasa elevación para contener la subida del nivel del mar. Agotar todas las posibilidades antes de la reubicación de comunidades enteras en otras zonas del país, como ya ha sucedido de manera dirigida por los propios Gobiernos de Fiyi o Alaska (EE UU).

PAÍSES Y TERRITORIOS CON MÁS DESPLAZADOS INTERNOS NUEVOS CAUSADOS POR DESASTRES NATURALES EN 2019

FUENTE. Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC)

La doctora en Derecho y especialista en la vertiente más jurídica de los desplazados climáticos apuesta por denominarlos migrantes. Sirve para reflejar otra realidad que puede ser consecuencia del cambio climático, la de los apátridas. Si sube el nivel del mar tanto como para engullir una isla del Pacífico, desaparece el territorio físico y ese Estado deja de existir. Sus habitantes se convertirían en apátridas. Apátridas por el cambio climático.

Andrew Harper

 Si no protegemos el medio ambiente, vamos a tener que proteger a la gente 

Andrew HarperAsesor especial de Acnur sobre Acción Climática

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DEL CAMBIO CLIMÁTICO A LA VIOLENCIA Y DE LA VIOLENCIA A LA HUIDA

Los desastres naturales acarrean unas consecuencias inmediatas y unas secundarias igual o más dañinas. Las primeras resultan obvias. Si una ola gigantesca se lleva por delante una región entera, ahí ya no se puede vivir. Los efectos subyacentes que causa la crisis climática son igual de fáciles de entender pero resultan más remotos y a veces desconocidos. Basta no obstante con trasladarse al Cuerno de África y observar el siguiente fenómeno. Un lago que irrigaba una amplia extensión se seca, las cosechas disminuyen, dos poblaciones compiten por la escasa comida existente, batallan y una parte de la comunidad huye a otra región del mismo Estado o cruza una frontera.

—¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE POBREZA, CONFLICTOS BÉLICOS Y CAMBIO CLIMÁTICO?

—Las provocan que la gente compita por comida. El cambio climático da el empujón definitivo para que en Estados ya de por sí frágiles estalle un conflicto, lo que provoca que la gente tenga que emigrar.

La respuesta anterior de Harper, que trabaja en Acnur desde hace dos décadas, resume cómo un habitante de un región vulnerable a las consecuencias del cambio climático se convierte en desplazado o en refugiado si cruza una frontera perseguido por la violencia. Jesús Núñez, que codirige el codirige el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria () desde que se fundó hace 20 años, explica la competencia entre las poblaciones de la mayoría de Estados vulnerables: “No hablamos de oro, diamantes o petróleo. Buscan el control del agua”. Unos 200 ríos internacionales se comparten por dos o más países, lo que genera puntos de conflicto al delimitar ronteras interestatales en ocasiones.

NUEVOS DESPLAZADOS INTERNOS POR CONFLICTOS O VIOLENCIA Y POR DESASTRES NATURALES EN 2019 (POR REGIONES)

FUENTE. Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC)

Beatriz Felipe, autora del informe Migraciones climáticas: una aproximación al panorama actual, describe una situación en la que se mezcla pobreza, violencia y crisis climática: la caravana de migrantes que abandona el corredor seco de Centroamérica (una región árida golpeada por sequías cíclicas). Según Acnur, 570.000 personas provenientes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua han buscado protección por violencia o persecución hasta finales de 2019. Algunos de ellos han formado parte de las caravanas con destino México y EE UU. “Huyen de conflictos, de la pobreza, de la sequía. ¿Son refugiados por causas económicas, ambientales? Muchos solicitan asilo al llegar a estos países del norte pero se les deniega y su entrada se considera ilegal”, afirma.

NO SON REFUGIADOS PERO PUEDEN SERLO EN EL FUTURO

El Pacto Mundial sobre Refugiados, adoptado en la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2018, aborda el problema de los desplazados por razones medioambientales. “El clima, la degradación del medio ambiente y los desastres naturales interactúan cada vez más con los impulsores de los movimientos de refugiados”, se extrae del documento aprobado por los Estados miembros de la ONU.

Más refugiados, menos atención

El cambio climático desemboca a veces en el cruce de fronteras. Si los desplazados por razones climáticas se convirtieran en refugiados, las cifras de estos aumentarían en gran medida. Núñez reconoce el peligro de que un mayor número de solicitantes de asilo derive en menor protección. “Claramente se debilitaría el estatus de refugiado”. Según el informe de Acnur Tendencias globales. Desplazamiento forzado en 2019, el año pasado hubo 79,5 millones de desplazados forzosos, de los cuales 26 millones eran refugiados.

Jesús Núñez

 No hablamos de oro, diamantes o petróleo. Buscan el control del agua 

Jesús NúñezCodirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH)

Harper expone una casuística intermedia, que no implica el cruce de fronteras ni tampoco el traslado a una región rural cercana como es habitual, sino mudarse a zonas urbanas dentro del mismo país. “Con el desplazamiento de muchos personas las ciudades están creciendo. A menudo no cuentan con la infraestructura para acoger a esta nueva población”. Harper se refiere a desplazados que engrosan las urbes pero con un nivel económico tan débil que no pueden pagar impuestos, lo que a la larga desemboca en falta de atención sanitaria, inversión en seguridad, fallas en el sistema educativo.

Los migrantes que se desplazan internamente quieren volver a su tierra tan pronto como sea posible. A diferencia de los conflictos bélicos, que en algunos casos logran resolverse, el daño causado por el cambio climático es en ocasiones irreversible. “Hay sitios a los que no puedes volver al año siguiente y pensar que todo está bien”. Y sentencia: “Si no protegemos el medio ambiente, vamos a tener que proteger a la gente”.

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OCCIDENTE. MISMAS CAUSAS, CONSECUENCIAS MUY DIFERENTES

En los países de renta baja y media-baja se produjeron 11 veces más desplazamientos debido a fenómenos meteorológicos extremos que en los países de renta alta entre 2008 y 2019, según Oxfam Intermón. Jesús Núñez, desde IECAH, opina que sí se pueden comparar las catástrofes que suceden en Occidente y en los países pobres. “El suceso es el mismo. Lo que cambian son las consecuencias si se produce en París o en un lugar subdesarrollado. Lo cierto es que los desastres no paran de aumentar”.

El australiano Harper coincide en que ningún país es inmune a las catástrofes medioambientales pero recuerda: “La capacidad de los Estados empobrecidos para mitigar las consecuencias son muy limitadas”. Y resume la situación con rotundidad: “Occidente se ha enriquecido gracias a un modelo de producción que ha contribuido al cambio climático. El resto de países no ha tenido la oportunidad de crecer y ahora sufre las consecuencias del desastre medioambiental. No es justo”.

Ante la pregunta de por qué los desplazados climáticos están recibiendo ahora más atención, Harper sostiene que la ciencia ha avanzado más y es mucho más clara. “La evidencia está ahí. La tierra se está calentando”. Por ello, los periodos de sequias aumentan en el este de África, las tormentas y los ciclones son más frecuentes y virulentos en las regiones tropicales. El Centro de Monitorización de Desplazados Internos, un organismo internacional creado en 1998 como parte del Norwegian Refugee Council, hasta 2008 no empezó a contar el número de desplazados por causas medioambientales.

«A menos que veamos una amenaza clara, las personas dejamos las cosas para el día siguiente”, explica Harper, que extrae una conclusión del periodo de reclusión al que medio planeta se ha visto sometido en los últimos meses. “No es necesario viajar si se pueden lograr los mismos resultados mediante una reunión en Teams”. El experto en acción climática de Acnur se refiere a las emisiones de CO2 de los aviones. El confinamiento ha supuesto una prueba involuntaria de que el mundo puede parar y respirar.

¿Puede la contaminación provocar refugiados climáticos?

Los expertos consultados coinciden en que no se deben contabilizar como desplazados climáticos a los habitantes que cambian las grandes ciudades con mala calidad del aire por zonas rurales. “Es un problema de salud pública. Es responsabilidad de los Gobiernos atajarlo”, razona Harper. “La contaminación es muy mala pero cuando un refugiado o un desplazado por desastres medioambientales cambia de región lo hace porque teme por su vida”, afirma.

El IDMC vaticina que pueden darse situaciones de desplazamiento interno en España debido a las consecuencias del cambio climáticos. Las causas son los incendios descontrolados. Son provocados por personas, pero la intensidad y la mayor dificultad para extinguirlos radica en parte en las altas temperaturas causadas por el cambio climático.

Fuente: https://elpais.com/publi-especial/vidas-nuevas/desplazados-por-el-cambio-climatico/

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Curso interrumpido

Por: El País.

La comunidad educativa está pendiente de la decisión que adopten las autoridades académicas sobre el futuro del curso escolar tras el cierre de los colegios, hace ya un mes, por la crisis del coronavirus. El Consejo Escolar del Estado, máximo órgano consultivo del Gobierno en la materia pero cuyas decisiones no son vinculantes, es partidario de que el conjunto de actividades que los alumnos han venido realizando en sus domicilios a través de herramientas telemáticas sean evaluables. Mantiene, no obstante, una excepción para aquellas familias que no dispongan de los medios tecnológicos apropiados para que sus hijos puedan seguir las clases on line,pero no da instrucciones sobre cómo llevar a cabo esta función. Proponer que el profesorado realice seguimientos personalizados para valorar las tareas realizadas por los alumnos es poco realista y totalmente incomprensible ante las dificultades derivadas del confinamiento.

Frente a los problemas para completar el curso, algunos países han optado por plantear un aprobado general, obviando las calificaciones obtenidas antes del aislamiento. Esta posibilidad, por la que se inclina Italia, ha sido rechazada de plano por el Consejo Escolar que, además, es partidario de que los alumnos puedan repetir curso en casos extraordinarios. La cuestión es cómo discernir en qué situaciones han quedado rezagados por decisión propia o si lo han hecho por carecer de los instrumentos necesarios para engancharse a las clases virtuales. Es preciso tener en cuenta que al menos el 10% de los 8,2 millones de alumnos de las enseñanzas regladas no universitarias carecen de Internet en sus hogares. Aplicar un rasero único sin valorar los desequilibrios tecnológicos a la hora de evaluar el aprendizaje durante la cuarentena sería una medida injusta que perjudicaría a los sectores menos favorecidos.

Especial relevancia adquiere la situación de los estudiantes convocados a Selectividad. Algunas voces reclaman que los exámenes solo contemplen la materia que se ha impartido hasta marzo. La decisión sobre los contenidos de la prueba de acceso a la Universidad está todavía pendiente y se espera que próximamente haya un pronunciamiento por parte del Ministerio de Educación y de las comunidades, pero parecería razonable que para garantizar la igualdad de oportunidades el examen se circunscribiera al temario anterior a la declaración del estado de alarma. Sería la mejor manera de no perjudicar al colectivo de estudiantes más vulnerable, aquellos que han quedado desconectados de las clases on line por falta de equipamiento. Ante un curso alterado abruptamente en todas las etapas escolares por la emergencia sanitaria, las autoridades educativas deberían aplicar criterios acordes a las circunstancias.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/04/09/opinion/1586448633_568887.html

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Reforma educativa

Por: El País.

Dos meses después de su constitución, el Gobierno ha aprobado el proyecto de ley orgánica de modificación de la LOE (LOMLOE), que entierra los aspectos más polémicos de la LOMCE, de la etapa del PP y conocida como ley Wert. El texto es idéntico al que ya refrendó el Consejo de Ministros hace un año, de modo que no será necesario el examen de los órganos consultivos, y recupera buena parte de las premisas de la LOE, nacida en 2006 bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Al igual que entonces, el PP ya ha anunciado su oposición, frustrando así la posibilidad de un consenso y reabriendo las disputas ideológicas en torno al sistema educativo.

La octava ley de la democracia enmienda las líneas más controvertidas de la norma anterior: sustituye las reválidas por evaluaciones de diagnóstico; corrige la división de los alumnos en itinerarios según su capacidad académica; permite en casos excepcionales obtener el título de bachillerato con una asignatura suspendida; establece mecanismos para mejorar la formación del profesorado; avanza en la universalización de la enseñanza de cero a tres años, y declara obligatoria la asignatura sobre valores cívicos y éticos, mientras que la nota de Religión deja de computar para acceder a la universidad o a las becas. La escuela concertada se presenta como uno de los principales focos de controversia, así como la subvención a los centros que segregan a los alumnos por sexo.

Al margen de los cambios concretos del articulado, la ley aspira a preservar una educación de calidad para garantizar la equidad y la inclusión, y sienta las bases para impedir la segmentación del alumnado por razones socioeconómicas. Sus impulsores, con la ministra Isabel Celaá a la cabeza, confían en combatir las elevadas tasas de abandono escolar y hacer de la enseñanza uno de los principales motores del “ascensor social”.

La norma iniciará su tramitación parlamentaria en el Congreso sin tener garantizada la mayoría absoluta necesaria (176 votos). Los socios de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, suman 155, por lo que habrán de afrontar un intenso trabajo para atraer apoyos. Ni el PP ni Ciudadanos parecen dispuestos al acuerdo, reincidiendo una vez más en su estrategia de utilizar el sistema educativo como moneda de cambio en la batalla partidista. Con este empecinamiento se perderá otra ocasión para alumbrar un pacto estable y duradero.

Cambiar el marco normativo en cada legislatura no contribuye a dar estabilidad a uno de los pilares básicos del Estado. La sociedad necesita una educación inclusiva, encaminada a reequilibrar las desigualdades de origen para que no frustre expectativas, y dotada con financiación suficiente para alcanzar los objetivos.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/03/04/opinion/1583338522_610307.html

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Videojuegos para transformar el mundo

Por: EL PAÍS

Los videojuegos han dejado de ser un mero instrumento de ocio para convertirse en una herramienta cultural sin límites. Francesco Cavallari dejó la industria convencional para crear Videojuegos Sin Fronteras, una asociación que los pone al servicio de la educación y el bienestar psicosocial de las personas.

Si la historia de Francesco te ha hecho pensar y tú también quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo

Senua es una guerrera vikinga que tiene que viajar al infierno para rescatar el alma de su amado Dillion. Senua viste como una heroína celta y se enfrenta a todo tipo de divinidades de la mitología nórdica hasta llegar a alcanzar con éxito el inframundo. Pero hay algo en ella que la distingue de un personaje de aventuras convencional: Senua padece psicosis, una enfermedad mental que produce alucinaciones y delirios que la hacen confundir sus pensamientos con la realidad de su alegórica aventura. Ella cree que es una maldición, pero mientras manejas su personaje por los distintos universos de este videojuego la ayudas a destruir tanto los demonios que la acechan como los suyos propios.

Hace unos meses una madre estadounidense confesó en sus redes cómo su hijo había esquivado el suicidio al identificarse con la mujer protagonista de Hellblade: Senua’s Sacrifice, el exitoso título de Ninja Theory. El joven padecía psicosis y había planeado suicidarse, pero cuando terminó el juego y comprobó cómo él mismo podía salvar a personas con su mismo problema, sintió que había esperanza y decidió buscar ayuda. No fue una casualidad: el juego contó en su desarrollo con un equipo de profesionales de la psiquiatría que plasmaron con el mayor rigor posible las características psicopatológicas del personaje.

Francesco jugando al Pac-Man.
Francesco jugando al Pac-Man. SOMOS5
A menudo, los videojuegos son estigmatizados como campo de entrenamiento de una generación alienada por las pantallas, como una actividad que puede alterar conductas de aquellos que confunden ficción con realidad, pero los últimos estudios científicos no avalan esa teoría. El caso de Senua o el de Francesco Cavallari (Milán, 1974) y sus Videojuegos Sin Fronteras cuentan otra historia. Una historia de compromiso social y de responsabilidad, de respeto y cuidado de las producciones. Los videojuegos pueden ser instrumentos educativos, herramientas de diagnóstico, de terapia y mejora cognitiva o pueden valer para trabajar la integración de personas con dificultades o en riesgo de exclusión social.

Generación Atari

Francesco tiene más de 15 años de experiencia en el mundo del desarrollo de videojuegos. Conoce a la perfección todos los sectores y escalones de una industria que genera 1.530 millones de euros al año en España, casi el triple de lo que mueve la del cine. Hay 2.000 millones de jugadores de videojuegos en todo el mundo, y la cifra sigue creciendo en un sector capaz de llenar estadios de fútbol o de congregar online a 75 millones de personas en las finales mundiales de un solo videojuego. Este informático de origen italiano y afincado en Málaga siempre ha tenido muy claro el poder social de esta herramienta: “La radio tiene esa imagen de hace 50 o 60 años, donde la gente se ponía alrededor a escuchar lo que pasaba. Luego vino la televisión… y con el videojuego es más de lo mismo: es un medio donde tú puedes jugar solo, pero también nos juntamos para jugar juntos. Hay muchas maneras de interactuar, así que realmente es una experiencia social en la mayoría de los casos”.

Francesco pertenece a la generación Atari, aquellos niños que nacieron con el Pong, crecieron con el Spectrum y alcanzaron el éxtasis gamer con el poder gráfico del Commodore Amiga, un ordenador donde podías estar jugando con los simpáticos lemmings mientras al otro lado del mundo estaba Andy Warhol reinventando con el mismo aparato sus obras de pop art. Esa generación no perdió la calle, sino que ganó una nueva frontera de experimentación creativa, un plano de juego individual y social que empezaba a alimentar nuevas vocaciones: “Desde que tuve una consola siempre he disfrutado casi más de hacer el juego, de crear, intentado experimentar con eso, que en jugar”, cuenta Francesco.

Francesco Cavallari en el Polo Digital de Málaga.
Francesco Cavallari en el Polo Digital de Málaga. PEPO JIMÉNEZ

Si entiendes el juego como una manera de experimentar el mundo, lo que te acaba atrapando es el diseño, los límites y las emociones que provoca el propio juego. Francesco empezó creando juguetes manuales para su hermano con rollos de papel higiénico y acabó como director de producción en Barcelona, dirigiendo grandes títulos internacionales para Ubisoft, una de las grandes multinacionales del sector. “Recuerdo con mucho cariño mi primer juego: un cartucho para la Game Boy. Una vez, volviendo en tren a casa, escuché la música, me giré y había un niño jugando con él en su Game Boy. Es algo que nunca se olvida”.

Quizás fue en el recuerdo de esas emociones infantiles donde Francesco encontró el recambio a los estímulos creativos que había agotado en la industria convencional. “Después de 15 años necesitaba dejar de trabajar en una oficina y poder ser libre para hacer algo diferente”. Una libertad con la que buscaba tener mayor control sobre el potencial social de la herramienta. Por eso abandonó un trabajo y una posición social acomodada para intentar aportar sus conocimientos al tercer sector: “La idea nació como una broma. Mi pareja se iba a África con Payasos Sin Fronteras y yo dije: ‘Si tú te vas con Payasos Sin Fronteras yo me voy con Videojuegos Sin Fronteras’. Salió como un chiste, pero escuchar tu voz te hace reflexionar: ¿podría ser esta la idea?”.

Refugiados en los videojuegos

Y lo fue. En 2015 Francesco viajó a Burkina Faso para desarrollar su primer proyecto: One World a Million Stories, una serie de cuentos interactivos tradicionales africanos cuyos beneficios iban destinados a financiar proyectos de ONG locales. El proyecto se quedó a medias, pero en esos viajes confirmó que “jugando, los niños comparten, disfrutan y sonríen de la misma manera en Burkina Faso que en España. Te das cuenta de que, al final, el videojuego es un lenguaje universal”.

El gran proyecto de su vida estaba aún por llegar; una oportunidad para enseñar a leer en árabe y para mejorar el bienestar psicosocial de los dos millones de niños sirios refugiados que han dejado de ir al colegio a causa del conflicto. “Familias de todas las clases sociales que han abandonado su hogar obligadas por la guerra, no por la pobreza, por eso todas tienen algún teléfono móvil, su puerta de conexión al mundo”, recuerda. El juego para móvil y tabletas se llama Antura and the Letters, fue desarrollado conjuntamente con un estudio libanés y, no solo ganó la convocatoria del concurso internacional que organizó la Agencia de Cooperación Noruega en 2017, sino que ha recibido innumerables premios desde su lanzamiento: suma 250.000 descargas. Hay una versión en italiano y otra en español, y el equipo está preparando la adaptación para convertir el juego en una herramienta de alfabetización en Afganistán y en Uruguay.

Uno de los equipos de trabajo de Francesco en Ubisoft.
Uno de los equipos de trabajo de Francesco en Ubisoft. CEDIDA POR FRANCESCO CAVALLARI

Videojuegos Sin Fronteras lo forma una comunidad de 250 personas distribuidas por 30 países: desarrolladores, traductores y voluntarios que contribuyen de forma altruista en las fases iniciales del proyecto, allí donde las ideas requieren de esa sensibilidad especial que motivó el cambio de rumbo en Francesco: “Cuando encontramos la financiación montamos un equipo profesional como hace cualquier desarrollador”, aclara.

Si una parte de aquella generación pionera que pasaba horas y horas jugando al Tetris o al Pac-Man, que fue acusada de abandonar la calle por unos videojuegos, ha sido capaz de construir una carrera llena de éxitos y crear proyectos como Videojuegos Sin Fronteras, imaginad los proyectos y desafíos que serán capaces de concebir los jóvenes de la generación que más juega de la historia.

Escucha la historia de Francesco

 

Contenido adaptado del vídeo de Francesco

00:00

Más de dos millones de niños sirios refugiados no pueden ir al colegio. Francisco Cavallari es el fundador de Videojuegos Sin Fronteras, una ONG que diseña videojuegos para mejorar la alfabetización y el bienestar psicosocial de estos niños.

00:23

Soy italiano. Nací en una familia grande. Soy el último de cinco hermanos y para mí el juego siempre ha sido mi manera de aprender, de experimentar, de conocer el mundo.

00:36

Mi primera consola fue una Atari. Y me acuerdo de echar muchas horas jugando y también de echar muchas horas aprendiendo cómo funcionaba.

00:46

Cuando tuve que dar el salto a la universidad decidí atreverme a hacer lo que me gustaba, que era hacer videojuegos.

00:53

Tuve la suerte de que Ubisoft, una de las grandes productoras mundiales de videojuegos, acababa de abrir un estudio en Milán.

01:02

Y es un trabajo especialmente bonito y complejo porque mezcla habilidades y talentos muy diferentes, que tienen que trabajar juntos para conseguir un objetivo común.

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En Ubisoft pasé 15 años y cuando dejé Ubisoft no tenía claro lo que iba a hacer, y ahí empezó esa aventura que todavía vivo cada día.

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Videojuegos Sin Fronteras es maximizar la contribución de la industria de los videojuegos a causas humanitarias, sociales y medioambientales.

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Y al mismo tiempo es una comunidad internacional de personas que cree en los videojuegos para cambiar el mundo.

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Nuestro juego, Antura and the Letters, tiene como objetivo ayudar a leer a los más de dos millones de niños sirios que no pueden ir al cole y, al mismo tiempo, mejorar su bienestar psicosocial.

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Porque, realmente, el gran reto que tienen es, por los traumas que han vivido, es que su capacidad de aprender ha sido afectada.

02:00

El juego ofrece la posibilidad de vivir una aventura, en compañía de un perro un poco travieso y muy simpático…

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… en la cual va cruzando diferentes mundos y tú, jugando con esos personajes, de muchas maneras, aprendes todo el abecedario básico, las formas avanzadas (el árabe es un idioma bastante completo)… Claramente el juego es enteramente en árabe… y toda la parte de decodificar y aprender a leer palabras.

02:24

Es muy fácil de descargar, menos de 100 megas, completamente gratuito y sin necesidad de conexión a Internet.

02:30

La gran mayoría de los refugiados no eran pobres, eran clase media. Y cuando han tenido que marcharse porque les caían bombas en su ciudad, no podían llevarse la nevera, no podían llevarse la televisión…

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Se llevaron el móvil, su puente de conexión con el resto del mundo es el móvil. Y eso es nuestra puerta de entrada para poder ofrecer una educación a sus hijos.

02:50

El próximo paso será adaptar Antura and the Letters para Afganistán, y lo vamos a lanzar en 2020.

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Yo tengo mucha ilusión y quiero realmente poder ayudar a muchos niños a aprender a leer y también a algunos de los padres.

 

Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.

Fuente e Imagen: https://elpais.com/sociedad/2020/02/06/pienso_luego_actuo/1581000190_481500.html?autoplay=1

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Tragedia Siria

Por: El PAIS

Cuando están a punto de cumplirse nueve años de guerra civil en Siria, el conflicto sigue sumando cifras de devastación cada vez peores en las que, de lejos, la parte más perjudicada es la población civil. La última alerta lanzada por la ONU sobre la existencia del mayor éxodo de refugiados desde 2011 es un buen ejemplo de la preocupante degradación de una confrontación que más allá de sus implicaciones políticas y estratégicas está teniendo un intolerable coste en vidas humanas.

En medio del invierno y con temperaturas que han llegado a alcanzar los 10 grados bajo cero, unos 900.000 sirios de la provincia de Idlib, en la frontera con Turquía, han tenido que abandonar el lugar donde se encontraban prácticamente con lo puesto. De ellos unos 290.000 son niños y el 80% de los adultos son mujeres viudas. En numerosos casos se trata de refugiados que no han abandonado sus hogares, sino campos de acogida en los que se habían instalado huyendo de la guerra de otras zonas de Siria. En esos campos, las condiciones de vida han sido calificadas de “horribles” por las agencias de ayuda internacional, pero al menos allí estaban a salvo de la guerra. Ya no. Emprender la huida se ha convertido en una desesperada rutina para cientos de miles de personas.

Es urgente que, tal y como demanda Naciones Unidas, se establezcan corredores humanitarios que sean respetados por todos los grupos combatientes: el Ejército sirio apoyado por la fuerza aérea rusa, el Ejército turco, las milicias kurdas, los grupos rebeldes que combaten al presidente Bachar el Asad y las milicias yihadistas. También es preciso que se respeten mínimamente las reglas de la guerra y el derecho internacional para que hospitales, instalaciones médicas y colegios civiles dejen de ser bombardeados sistemáticamente como reflejan las denuncias de la ONU, que atribuyen la mayor parte de los ataques (y muertes) a la aviación rusa y a las fuerzas leales a El Asad.

Incluso en un escenario de enfrentamiento directo entre dos países de Oriente Próximo como Siria y Turquía, que tendrá importantes consecuencias regionales y en el que ya se han vivido episodios de choques directos entre los Ejércitos de ambos países, deberían respetarse unas mínimas reglas. La diplomacia debe servir en primer lugar para que la situación humanitaria no empeore y después para que la situación en su conjunto no se siga degradando.

Lamentablemente la guerra en Siria se ha sumergido en una espiral de destrucción que hace poco probable una solución a corto plazo, pero lo que no pueden esperar más son medidas concretas y factibles para evitar una nueva sangría de vidas civiles.

Fuente e Imagen: https://elpais.com/elpais/2020/02/21/opinion/1582304963_497794.html

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