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El yoga y otras nuevas formas de enseñar

Semana Educación

En la Institución Educativa Pedro Antonio Molina, en Cali, los estudiantes de transición empiezan todos los días con una jornada de meditación en la clase. Victoria Quiñones, la profesora, toca el gong para guiar a los menores en el proceso de regular el ritmo de su respiración. Hace dos años que en este colegio empezaron a aplicar lecciones de mindfulness, que traduce algo así como “conciencia plena”, y, según los docentes, los resultados son muy positivos: los alumnos son más disciplinados, se concentran más y escuchan más a sus profesores.

Cada experto tiene su propia manera de explicar esta metodología de origen budista (es uno de los elementos del Noble Camino Óctuple), pero Jon KabatZinn, quien en los años setenta la adaptó a la tradición científica occidental como técnica para reducir el estrés, la describe como “la conciencia que surge de prestar atención sin prejuicios a lo que sucede en el presente”. El objetivo es lograr que el practicante esté plenamente consciente de lo que sucede dentro de su mente para entenderse mejor y regular sus emociones. Desde entonces, el mindfulness ha venido adquiriendo cada vez más adeptos.

Steve Jobs la usaba para tomar decisiones. El director de cine David Lynch dice encontrar creatividad y felicidad en ella y el periodista Anderson Cooper habla de cómo le cambió la vida. Además, gigantes empresariales como Google o Apple imparten talleres de esta técnica para sus empleados. Y aunque la mayoría de practicantes son adultos, los más jóvenes  tampoco son ajenos a esta tendencia. En países como Estados Unidos, Reino Unido o Australia muchas escuelas lo incluyen dentro de su programa educativo.

En Colombia, además del Colegio Pedro Antonio Molina, otras 31 instituciones en todo el territorio han trabajado con la fundación Respira, que fomenta la práctica de mindfulness en el aula. La fundación trabaja con los profesores de las es- cuelas que quieran participar en el pro- ceso y los acompaña para que sean ellos mismos quienes luego trabajen la técnica con sus alumnos y también, muchas veces, con los padres de familia. La Universidad del Rosario tiene un Centro para Mindfulness, que surgió como cursos para los estudiantes de Medicina por “la importancia que tiene para los médicos el manejo del estrés y la necesidad de formar profesionales más cercanos a sus pacientes”, asegura Alexander Streubel, director del centro. Actualmente, los cursos se extendieron a todos los miembros de la comunidad, incluyendo docentes y empleados administrativos.

El aquí y ahora

No es solo el mindfulness; en el mundo están de moda las pedagogías que promueven la introspección del alumno, la meditación y trabajar en su felicidad. Es lo que muchos llaman las técnicas de “el aquí y ahora”, que pretenden concientizar a las personas de su propio cuerpo y emociones. Desde una perspectiva psicológica, la idea es “que los jóvenes se enfoquen en el presente, pues cuando piensas mucho en el futuro o en las cosas que no logras, solo aumentas tus respuestas emocionales”, cuenta Tabata Cuervo, especialista en psicología clínica y coordinadora de Tu Línea Amiga, de la Universidad de La Sabana.

Algunos colegios usan el yoga, por ejemplo, como técnica para mejorar la concentración y la convivencia. El año pasado, Alexander Rubio, docente del colegio Rodrigo Lara Bonilla, fue uno de los 50 nominados al Global Teacher Prize por su trabajo de yoga con estudiantes de Ciudad Bolívar. En esta institución, los alumnos de bachillerato tienen cuatro horas semanales de yoga como parte integral de su currículo. De hecho, el año pasado rompieron el récord Guinness  de la clase de yoga más larga del mundo, con 36 horas seguidas.

Esto ha logrado, primero, fomentar el sentimiento de pertenencia de los estudiantes, como cuenta Rubio. “Cuando se habla de los estudiantes de un colegio público en Ciudad Bolívar, muchas veces el rótulo que reciben es de ‘ñeros’. Pero el récord se ha vuelto un factor de orgullo para los chicos, e incluso una opción de vida: muchos se han convertido en instructores de yoga”.

También ha incidido directamente en la mejora de la convivencia sana y pacífica en el colegio. “Nosotros les enseñamos a tomar decisiones diferentes por medio de la respiración. Acá, el medio les impone que sean violentos, pero con este tipo de trabajo les enseñamos a ser muy sensibles, pacíficos y tranquilos”, agrega el profesor. De esta manera, el bien- estar interno de los alumnos los ayuda a afrontar la vida más relajados.

Una generación hiperestresada

Varios estudios apuntan a que en los últimos años ha crecido la tasa de depresión, ansiedad y suicidios entre los niños y jóvenes de todas partes del mundo. En Colombia, el 44,7 %  de los menores entre 7 y 11 años tienen por lo menos un síntoma de un trastorno mental, según la Encuesta Nacional de Salud Mental 2015. Los síntomas más reportados son: lenguaje anormal (19,6 %), asustarse o ponerse nervioso sin razón (12,4 %), presentar cefaleas frecuentes (9,7 %) y jugar poco con otros niños (9,5 %).

“Lo que está pasando actualmente es que el mundo tecnológico te lleva a que no tengas que hacer un esfuerzo. Antes, para conseguir una información, necesitabas ir por el libro, averiguar dónde encontrarlo, leerlo; ahora todo está en internet. Se ha descubierto que los celulares generan un bienestar inmediato, por lo que los nativos digitales no aprenden a vivir un proceso para conseguirlo”, dice Tabata Cuevo.

El problema con esta autopista de satisfacción inmediata es que las nuevas generaciones se estrellan cuando encuentran una barrera y no saben cómo manejar esa frustración. No en vano las universidades en Estados Unidos están creando cursos, talleres y programas para compartir experiencias vergonzosas, disminuir la presión por sacar notas perfectas y enseñarles a los jóvenes cómo enfrentar el fracaso.

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“Puede haber una cuestión de insatisfacción. La ciencia y la tecnología han avanzado mucho y, aún así, no sentimos que seamos más felices. Todo eso que hemos creado no nos da más tranquilidad”, opina Matthias Rüst, cofundador de Respira en Educación. “Ahí es donde desempeñan un papel fundamental estas técnicas de conciencia plena, porque aquí la satisfacción viene de adentro, no depende de lo exterior”.

De hecho, usar técnicas como el mindfulness o el yoga en el colegio ha demostrado mejorar las competencias socioemocionales de los estudiantes y varios estudios apuntan a esta dirección. Por ejemplo, una investigación publicada por Clinical Child Psychology asegura que el yoga mejora la autoestima, la relación con los padres, los problemas para enfocarse y la ansiedad de niños con déficit de atención. Otro artículo del Journal of Child and Family Studies subrayó que el mindfulness aplicado a niños de entre 9 y 13 años disminuye los problemas de concentración, de ansiedad y de comportamiento. Más allá de los datos científicos, son los profesores los que avalan estos beneficios que han podido comprobar en el interior de sus clases. En el colegio Pedro Antonio Molina, cuando el salón está muy “alborotado”, la profesora pone a los niños a meditar, aunque ya han logrado que ellos mismos lo hagan solos para tranquilizarse. Los que están inquietos o deprimidos se sientan a ver una botella de agua revuelta con tierra o con escarcha —un ejercicio tradicional del mindfulness—. Esta es la representación de su mente, turbia y agitada. Y se quedan callados, controlando su respiración, mientras la escarcha se asienta y el agua que estaba oscura empieza a aclararse. Como su mente cuando se calman y empiezan a tener más claridad. Así hasta que se tranquilizan, sin que nadie les diga nada.

Este artículo hace parte de la edición 28 de la revista Semana Educación. Si quiere informarse sobre lo que pasa en educación en el país y en el exterior, suscríbase ya llamando a los teléfonos (1) 607 3010 en Bogotá o en la línea gratuita 01 8000 51 41 41.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/nuevas-alternativas-de-ensenanza-que-se-crean-en-el-aula-yoga/554485

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2018/1/22/554477_

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La educación digital llegó a los municipios de posconflicto

Semana Educación

En esta etapa de reconstrucción de país es necesario fortalecer la transición de las regiones hacia el posconflicto. Uno de los caminos para dar este gran paso es la transformación de la educación en las zonas más remotas del país, especialmente en donde el sistema educativo y la tecnología no han tenido un verdadero impacto.

Ante este gran reto, el trabajo que han empezado a adelantar el Ministerio Nacional de Educación y el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, necesita del apoyo de las iniciativas en pro de la educación que están desarrollando las empresas del sector privado, las cuales resultan muy pertinentes para lograr cerrar la brecha educativa y tecnológica en las regiones del posconflicto.

Precisamente, la Fundación Telefónica viene adelantando un trabajo en este sentido, mediante la capacitación a docentes, padres de familia y estudiantes en competencias socioemocionales y ciudadanas en las principales ciudades en donde llegan los desplazados por la violencia. Así mismo, está formando a los docentes en los usos pedagógicos de la tecnología para sacarle el mayor provecho, incluso en las zonas donde existen los equipos, pero no la conectividad.

Estas iniciativas, que se apalancan en alianzas con el sector público, se ejecutan a través de cuatro proyectos. Uno de ellos es Aulas en Paz B-Learning, cuyo objetivo es promover la convivencia escolar pacífica a través del desarrollo de habilidades socioemocionales y de competencias ciudadanas en estudiantes de grados 2° y 5° de primaria, así como en sus padres de familia y docentes.

El proyecto se implementó el año pasado en 13 cabeceras municipales receptoras de población desplazada por la violencia. Entre estas, están las cuatro ciudades que acogen mayor cantidad de personas desplazadas: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. De acuerdo con Mónica Hernández, Directora de Fundación Telefónica Colombia “en 2017 beneficiamos a 36.678 niños, 2.497 docentes, 3.000 padres de familia y 70 Instituciones Educativas en el programa Aulas en Paz”.

Otra de las iniciativas con la cual buscan mejorar la educación digital en los municipios del posconflicto es el proyecto Aula Digital, que tiene como objetivo proveer acceso a una educación universal y de calidad a través de la tecnología y el empoderamiento de los docentes en la aplicación de metodologías innovadoras de enseñanza en el aula.  Según Hernández, “Aula Digital se implementó en 13 municipios priorizados para el posconflicto, beneficiando a 3.791 docentes y 87.193 estudiantes, vinculado a 505 instituciones educativas”.

Finalmente, en torno al mejoramiento de la calidad educativa, Aulas Fundación Telefónica es un proyecto que desde hace casi 10 años busca desarrollar las competencias del siglo XXI en los docentes, a través de cursos de TIC e Innovación en los niveles básico, medio y avanzado en las modalidades: presencial, blended y virtual.

“El año pasado reforzamos la formación de 3.697 docentes en 88 municipios posconflicto. Lo hicimos en regiones del Catatumbo, Leticia, Toribío y Mitú con nuestro proyecto Aulas Fundación Telefónica. Hace uno o dos años esto no lo habríamos pensado, por la presencia de la guerrilla u otros grupos armados o por la dispersión geográfica.”, expresa Hernández.

En total, en 2017 la Fundación Telefónica intervino con sus proyectos sociales y educativos en 565 municipios de la geografía nacional, destacando su impacto en 139 municipios posconflicto, en donde más se están necesitando los programas de educación y tecnología.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/la-educacion-digital-llego-a-los-municipios-de-posconflicto/553270
Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2018/1/11/55326
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Se buscan docentes innovadores

Revista Semana Educación

Para Richard Culatta, CEO de la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE por sus siglas en inglés), “(l)a tecnología nunca va reemplazar a los maestros, pero los maestros que sí usan la tecnología van a reemplazar a los que no la saben emplear como recurso en sus clases”. Frente a ese panorama revolucionario que impone el desarrollo tecnológico en el mundo y que afecta directamente el sistema educativo, el docente ha comenzado a entender su gran responsabilidad en garantizar a sus estudiantes una formación pertinente y de calidad.

Sin embargo, este cambio de paradigma en América Latina es lento por la falta de recursos y de acompañamiento que se destina al gremio. Según el estudio “Profesores excelentes: cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe”, del Banco Mundial, “la calidad de los docentes de la región se ve comprometida por un pobre manejo de la tecnología en el aula y no siempre logran mantener la atención y la participación de los estudiantes”.

Para transformar esta realidad en las aulas, se creó un proyecto que tiene como fin contribuir a que los docentes adquieran las competencias y habilidades necesarias para desenvolverse en una sociedad digital, y que puedan así formar y ser acompañantes de niñas y niños pertenecientes a diversos entornos educativos.

Se trata de Aulas Fundación Telefónica (AFT), un proyecto que combina la formación virtual, presencial y blended para formar a los docentes en el uso de nuevas tecnologías. La formación que se imparte a los maestros que viven en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Argentina, Brasil, Costa Rica y Uruguay, cuenta con dos cursos: Ruta TIC y Ruta de Innovación, que sumados dan como resultado un total 90 horas de aprendizaje. En el primer curso se forma a docentes en el uso y la apropiación de las TIC, mientras que el segundo curso se ofrece para enseñar a los docentes a producir e implementar ideas innovadoras con sus estudiantes.

AFT está operado en Colombia desde hace casi 10 años por la compañía Telefónica Educación Digital (TED). De acuerdo con ésta, en 2016, los cursos de AFT impartieron formación bajo las metodologías virtual, presencial y blended a 8.896 maestros en 28 departamentos y 289 municipios del país. “Para 2017, nuestra meta es la formación de 13.900 docentes. A noviembre, ya hemos logrado formar a 15.088 docentes, lo que representa un 111% de cumplimiento. Cabe destacar que también se ha alcanzado un 87% de certificación”, explica Fabián Hernández, Director de Asuntos Públicos y Regulatorios de Telefónica Movistar Colombia.

Para el docente Jair José Alba, de la Institución San Juan Bautista de la Salle en Medellín, este proyecto fortalece los procesos pedagógicos que tienen en su institución a través de la implementación de la tecnología. “Estuve indagando qué hacía la Fundación no solo en Colombia sino en todo América Latina y me di cuenta de opciones que me interesaron mucho como digitalizar y sistematizar muchos de los procesos pedagógicos y administrativos de la institución, una tarea que ya estamos haciendo”, cuenta Jair.

Cada año se abren cuatro convocatorias gratuitas, en las que pueden participar profesores de todo el país. Una vez se culmina este proceso, aquellos docentes certificados que presenten proyectos innovadores en torno a las TIC, optan a una plaza para asistir al “Encuentro Nacional Aulas Fundación Telefónica”, el gran evento en el que se culmina la experiencia. Además, cada año el proyecto otorga incentivos a los docentes que completan exitosamente su formación. Entre otros incentivos, este año algunos docentes tuvieron la oportunidad de asistir al Congreso Internacional de Innovación Educativa en Ciudad de México.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/se-buscan-docentes-innovadores/550714

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/12/14/550713_

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El pacto por la educación en Medellín

Por: Semana Educación

Medellín fue reconocida por la Unesco como la primera Ciudad del Aprendizaje en Colombia. El profesor Julián de Zubiría reflexiona sobre la nominación y los retos que se derivan para la ciudad y para el país.

Medellín llegó a ser considerada una de las ciudades más violentas del mundo. El momento más crítico se alcanzó en 1991. Era la época en la que Pablo Escobar ofrecía 2 millones de pesos por un policía muerto y en la que César Gaviria, expresidente de la República, estima que el capo mandó matar 400 policías solo en el mes de enero de 1990. Escobar se entregó el 8 de mayo de 1991 y fue detenido en la cárcel de Envigado, conocida popularmente como la “Catedral”, por los lujos con los que él mismo quiso adornar su “prisión”. Para aquel momento, el número de homicidios por cada 100.000 habitantes era de 369. Hoy dicha cifra ha bajado a 19,2. Por ello, desde hace mucho, Medellín no está en la lista de las ciudades más violentas ni de Colombia ni del mundo. Es un logro gigantesco en tan solo 26 años.

Hoy Medellín sobresale por otras cosas y es de una de ellas que vamos a hablar en estas líneas. Se trata del gran pacto que se viene realizando en la ciudad en los últimos años entre la alcaldía, el sector empresarial, las universidades públicas y privadas, los principales colegios de la ciudad, el Parque Explora, el Centro de formación de docentes MOBA y medios de comunicación tan importantes como El Colombiano y El Mundo. Se trata de la Alianza más importante que se haya realizado en el país con el propósito de garantizar el derecho y la mejora en la calidad de la educación. Prácticamente están todos los que deben estar en un Pacto por la educación, por lo que es un verdadero ejemplo para el país, convertido ya en referente de otras ciudades como Cali y Manizales que avanzan un poco más lentamente.

El Pacto ya dio su primer fruto de talla internacional: Medellín ha sido nombrada como la primera Ciudad del aprendizaje de Colombia y la catorceava de América Latina. Esta es una iniciativa de la UNESCO que busca impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible previstos para el 2030, entre los cuales, se enfatiza en la necesidad de “asegurar la calidad y la pertinencia educativa y de promover oportunidades de aprendizaje para todos” (Objetivo No. 4). Para lograrlo, la entidad internacional busca comprometer a los habitantes de una ciudad y al Estado a trabajar por garantizar educación inclusiva, aprendizaje para toda la vida y el uso de los más variados y diversos escenarios posibles como los parques, el transporte público, el hogar o el trabajo, entre otros. Se trata de realizar diversos procesos educativos, muy especialmente ligados al arte, la inclusión, la participación y la lectura.

La Revista Semana Educación convocó el pasado 5 de diciembre un encuentro para conocer las experiencias de Villa María, en Argentina, y Miraflores, en Perú, y para ver qué hizo Medellín para recibir la distinción y qué retos se le plantean a la ciudad frente al futuro. Estas dos pequeñas ciudades latinoamericanas son también pioneras en sus respectivos países como Ciudades del Aprendizaje nominadas por la UNESCO. Su experiencia es muy rica en lo que tiene que ver con la participación de la música, la danza, la escultura y el circo en múltiples escenarios públicos de la ciudad. También en programas de inclusión, en bibliotecas públicas y en participación ciudadana.

Medellin ha implementado diversos programas tendientes a consolidar el derecho a la educación. Entre ellos, los principales serían: Contamos con vos, un esfuerzo institucional por volver a traer a la escuela a los estudiantes que la han abandonado; Tejiendo red, un programa para vincular a las madres a los procesos educativos de los menores; Buen comienzo, para garantizar atención educativa a madres gestantes y a niños hasta los tres años. Territorio STEM + H, que es la versión de los programas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, pero incorporando el contenido de Humanidades. También se destaca un programa de formación integral contra el matoneo: Entornos protectores.

Sin duda, lo logrado en Medellín es algo especialmente importante. Es evidente el compromiso, la voluntad política y la amplia alianza entre los diversos niveles del sistema educativo y el conjunto de las fuerzas vivas de la ciudad, impulsada para seguir trabajando por el derecho y por la calidad. Eso es lo que le reconoce UNESCO con la nominación de Medellín como la primera Ciudad del aprendizaje en Colombia, lo cual le garantiza intercambios y transferencias de conocimiento con otras ciudades del mundo. Sin embargo, la nominación debe entenderse esencialmente como un reto y si no se asumen adecuadamente los obstáculos, es posible que no tenga los efectos previstos a mediano plazo. El próximo año habrá nuevas elecciones de mandatarios en el país y es esencial que se garantice la continuidad y potencialidad a futuro.

El principal reto que tiene Medellín en la actualidad en materia educativa es, efectivamente, generar un cambio de modelo pedagógico. Si no lo logramos, el esfuerzo de toda la ciudad habrá sido en vano. ¿De qué serviría un gran compromiso político y social para construir una Ciudad del aprendizaje si en las escuelas siguiéramos centrados en la trasmisión de informaciones impertinentes y fragmentarias sobre símbolos químicos, algoritmos o datos históricos o geográficos? ¿De qué serviría que llenáramos la ciudad de bibliotecas públicas, si los niños en las escuelas siguieran estudiando gramática, caligrafía y ortografía, en clases que deberían estar dedicadas a consolidar las competencias comunicativas para hablar, escribir, escuchar y leer? Necesitamos cambiar el modelo pedagógico de las escuelas, para que efectivamente los niños consoliden sus competencias y no se dediquen a acumular informaciones, como desafortunadamente sigue siendo la costumbre y la tradición en la mayoría de instituciones educativas actuales. Por ello, en las escuelas actuales los niños todavía no aprehenden ni a leer ni a escribir ni a pensar. El cambio, por tanto, es más profundo y está asociado a una muy completa transformación curricular, la cual debe apuntar a una formación más integral de los estudiantes y a un trabajo más conjunto entre los docentes, algo en lo que seguimos muy atrás hoy en día.

El sistema educativo actual no está contribuyendo al desarrollo humano, ya que no consolida las competencias blandas, ni favorece el cuerpo ni la sensibilidad. Es un sistema que sólo reconoce la inteligencia matemática, aunque también fracasa en su intento de desarrollarla, precisamente por el modelo formalista, tradicional y rutinario que domina. Un sistema educativo que no incluye la integralidad y en el que uno de cuyos principales talones de Aquiles está en el excesivo énfasis a los aspectos académicos, en detrimento de los socio afectivos, emocionales, éticos, estéticos y corporales.

Aprehender es reestructurar las ideas previas. Aprehende quien en realidad cambia los conceptos, los procesos y las ideas que tenía al inicio. Y esto no se logra con los currículos de 15 asignaturas, los cuales siguen siendo dominantes en los colegios de Medellín y del país.

Si queremos en realidad asumir el reto que significa convertirnos en una Ciudad del aprendizaje, entonces necesitamos impulsar la reforma pedagógica que no hemos hecho en el país. Esta reforma no será posible si no cambiamos de manera completa y estructural los actuales programas de formación de docentes en las universidades y en las Escuelas Normales del país. Los futuros docentes tienen que fortalecer sus propios procesos de lectura crítica para que puedan impulsarla en los estudiantes. Es preciso que quienes el día de mañana se convertirán en maestros consoliden las competencias ciudadanas que trabajarán en el futuro con sus estudiantes. Y nada de eso se está logrando actualmente en la gran mayoría de las facultades de educación del país. Necesitamos nuevos sistemas de formación de maestros, si en verdad queremos contribuir al desarrollo de ciudades que aprehendan de sí mismas y en múltiples escenarios y espacios. Habrá que fortalecer la formación in situ: Maestros que forman maestros.

Si no garantizamos un cambio en el modelo pedagógico, en los sistemas de formación de los docentes y en el currículo, la gran alianza que han logrado en Medellín no tendrá los frutos que se esperan.

La voluntad es fundamental para transformar algo, pero no basta por sí sola. Sin compromiso no es posible cambiar la realidad, pero tampoco se lograrían las transformaciones buscadas si los factores estructurales siguen intactos.

Por lo anterior, y tal como lo expresé a las autoridades, a los empresarios, a los directivos y a los docentes durante el evento, hay que felicitar a Medellín por el compromiso, el trabajo conjunto y el esfuerzo, pero entre todos también debemos transformar de manera más profunda las principales variables que hoy en día frenan la calidad; entre ellas, la formación de los docentes, presa hoy de modelos tradicionales, y el currículo, que en esencia sigue siendo más parecido a uno del siglo XIX que a otro del siglo XXI. Sin estos dos cambios, no será posible pasar de una enseñanza centrada en la transmisión de informaciones a otra centrada en el desarrollo humano.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/el-pacto-por-la-educacion-en-medellin/550413

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¿Es la brecha salarial una cuestión de género?

Semana Educación

La investigadora Natalia Nollenbergen analizó los resultados de las pruebas Pisa en matemáticas, que en Colombia evidenciaron la desigualdad entre niños y niñas, circunstancia que impacta en el desarrollo. SEMANA habló con ella, en el IIX seminario de investigación sobre la calidad de la educación.

Cuando los resultados de las pruebas PISA 2012 fueron publicados, el desempeño de Colombia fue noticia. Pero no buena. Los puntajes estaban lejos de los primeros lugares y se evidenciaban los problemas del sistema educativo. 

Aquel año, las pruebas se concentraron en examinar el desempeño en matemáticas. Se aplicaron a cerca de 2.5 millones alumnos en 80 países del mundo. El resultado fue alarmante: Colombia es el país con mayor brecha entre niños y niñas en esta disciplina. 

La experta en economía aplicada, Natalia Nollenbergen, se dedicó a estudiar las causas. En el 2014 publicó su trabajo Understanding the Math Gender Gap in Latin American Countries, con en el que pretendió establecer el papel de diferentes factores sociales en dichos resultados.

Para Natalia la brecha en los resultados en matemáticas son el primer paso en la brecha de desigualdad de género que existe en el mundo profesional. “Entender por qué las niñas tienen un desempeño muy inferior a los niños en matemáticas puede explicar porqué eligen carreras profesionales que finalmente tienen un rango salarial inferior a la que eligen los niños”. 

Una niña que desde etapa escolar piensa que no podrá ser ingeniera enfocará sus esfuerzos en otras disciplinas más acordes a las carreras que cree están “a su alcance”. 

 Natalia advierte que no se puede explicar toda la brecha con los resultados de las pruebas, pero que estos sí dan claves sobre los factores sociales que influyen para que las diferencias se mantengan en determinados países. 

Una de las principales conclusiones es que “todo tiene que ver los roles”.  Natalia, quien también investigó los resultados en alumnos inmigrantes de segunda generación, explica que “la cultura de los padres parece influir en la percepción de futuro que tienen los niños”. Los niños con padres provenientes de países donde el índice de desigualdad es bajo tienden a mostrar una brecha menor que aquellos con padres originarios de países donde ese indicadores alto. 

En el caso especifico de latinoamérica “encontramos que aquellos países  con mayor igualdad de género, tanto en el acceso al mercado de trabajo como a la educación superior y un mayor desarrollo económico, la brecha de género en matemáticas es menor” dice Natalia en su investigación.

“La cultura parece explicar que la brecha va más allá del sistema educativo o de factores biológicos” dice Natalia. “No es casualidad que las niñas que crecen en países donde el indice de desigualdad de género es alto tengan resultados inferiores a aquellas que crecen en un país con alto índice de igualdad” 

“La pregunta final termina siendo: ¿en qué medida las preferencias de las niñas son innatas o son creadas?” dice Natalia, y afirma que aunque todavía no se puede resolver por completo, “poner el tema en la agenda es un gran avance”.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/es-la-brecha-de-genero-el-inicio-de-la-brecha-salarial/545966

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/11/3/546088

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Colombia: Todos a hablar de educación

Por: Semana Educación

Aunque el país progresa, todavía falta mucho camino por recorrer en términos de pertinencia, acceso y habilidades para la vida. Estas son las principales conclusiones que dejó la Cumbre Líderes por la Educación 2017.

Durante dos días, más de 800 asistentes se dieron cita en el evento más importante del sector educativo en el país, para escuchar las reflexiones de cerca de 50 expertos nacionales e internacionales. Fueron dos jornadas para debatir sobre la necesidad de seguir impulsando la educación como motor de transformación y desarrollo de Colombia, más ahora cuando el país necesita nuevos imaginarios, narrativas y realidades de cara a un futuro en paz.

La cuarta edición de la Cumbre Líderes por la Educación 2017 giró en torno a una idea central: qué tipo de ciudadano necesita la sociedad y qué significa ser un ciudadano en un Estado que busca reconciliarse y avanzar hacia la modernización de sus instituciones. En ese sentido, la educación debe ser el elemento de cohesión y progreso para que los colombianos impulsen sus proyectos de vida tanto en lo personal como en términos de ciudadanía.

Pero, como repitieron una y otra vez los expertos congregados, la educación no es una varita mágica que resolverá todos los problemas. Se requiere de un compromiso de todos los actores y a todos los niveles (también en términos de recursos). Aunque Colombia está haciendo grandes esfuerzos por impulsar su sistema educativo y posicionar este tema en el debate nacional, no se pueden descuidar ciertos aspectos en los que el país sigue rezagado.

Uno de los principales es la brecha que existe todavía entre las zonas rurales y las urbanas en términos de acceso, permanencia, calidad, oferta y pertinencia, así como las posibilidades de progreso en un lado y en otro.

“Tengo una gran preocupación por la concentración de oportunidades en las urbes. Si hay más opciones en las ciudades, la gente del campo continuará marchándose. Eso tiene varias consecuencias: por ejemplo, las provincias pierden sus talentos porque sus jóvenes migran”, indicó durante el encuentro Eduardo Aldana, fundador de la iniciativa regional Innovar.

De acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional (MEN), un niño de las zonas rurales acude al colegio un promedio de 5,5 años, mientras un niño de ciudad lo hace durante nueve. Solo tres de cada 10 niños del campo logran acceder a la educación media, lo que supone una enorme desventaja de cara a su futuro laboral y desarrollo profesional. Los jóvenes rurales no encuentran incentivos suficientes para quedarse en sus veredas, por eso muchos panelistas coincidieron en apuntar que es importante desarrollar una educación dirigida a las regiones, con su aval y el consenso e incluyendo sus necesidades reales de formación.

“A nosotros nos toca ir al colegio en lancha, mientras que en Bogotá inauguran megacolegios. A veces no tenemos la alimentación necesaria o no nos enseñan lo que es útil. Los jóvenes entonces piensan que estudiando no van a salir adelante en la vida. Las zonas rurales están alejadas de todo, inclusive de la educación, porque los contenidos no son pertinentes”, advirtió Lucero Valencia, una líder estudiantil de 15 años de Guapi, Cauca, que asistió a la cumbre para hablar de su realidad.

Pero ese no es el único desafío que enfrenta Colombia en materia educativa. Hay otra gran brecha que se agudiza con los años: los jóvenes que terminan sus estudios profesionales no están preparados para enfrentar las exigencias del mercado laboral. En otras palabras, las instituciones de educación superior no están preparando bien a los futuros profesionales de este país.

De acuerdo con Li Kai Chen, consultor de la compañía McKinsey, “en el mundo hay 85 millones de estudiantes que carecen de habilidades aplicables al trabajo. El 42 % de los empleadores afirma que los jóvenes no están preparados”.

La solución que brindaron los especialistas nacionales e internacionales para superar esta fisura pasa, por un lado, por la elaboración de un marco nacional de cualificaciones en el que se detallen las capacidades que necesitan desarrollar los profesionales de cada sector y, por otro, comenzar a educar a los menores de edad desde los primeros años con un perfil vocacional. “Hoy los jóvenes son tres veces más propensos al desempleo que sus mayores y, para empeorar las cosas, se estima también que el 50 % de los trabajos de hoy van a desaparecer por cuenta de las tecnologías”, agregó el experto.

Otra opción, señalaron, es impulsar la educación técnica como una opción de formación igual de válida a la universitaria. Como explicó María Andrea Nieto, directora general del Sena: “La formación técnica es una oportunidad de movilización económica y social: disminuye la pobreza, genera empleo e ingresos”.

Otro punto clave son las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, entendidas como una herramienta para impulsar la calidad y la pertinencia. Pero para lograrlo, maestros, rectores e instituciones deben prepararse para asumir los retos que implica y capacitarse para saber cómo emplearlas en beneficio del futuro de sus estudiantes, potenciales ciudadanos digitales.

Sin embargo, será imposible materializar esta hoja de ruta sobre los grandes desafíos de la educación en Colombia si no se empieza a trabajar en su implementación desde la primera infancia. “Como decía Gabo, ‘la educación debe ocurrir desde la cuna hasta la tumba’. Mientras más nos demoremos en actuar, más costoso será. Entre más nos demoremos, los rezagos son mayores. Las bases se forman a muy temprana edad; de ahí la importancia de la primera infancia”, indicó durante su intervención Carolina Meza, directora ejecutiva de Empresarios por la Educación.

No obstante, esa atención integral jamás estará completa –al igual que la formación que reciben el resto de estudiantes en los diferentes niveles educativos– si no se impulsa la educación en competencias socioemocionales y en capacidades para la vida de una manera transversal a todas las asignaturas del currículo. Las también llamadas habilidades del siglo XXI, como el trabajo en equipo, la resolución de conflictos y la resiliencia deben ser las bases para formar ciudadanos en épocas de posconflicto, concluyeron los expertos convocados. No solo hay que educar en matemáticas o lenguas, también es imprescindible una formación centrada en el ser. Un hito que solo será posible por medio de la consolidación de currículos que guíen a las nuevas generaciones no solo a lograr las mejores notas y entrar a las mejores universidades, sino a construir la paz que durante más de 50 años se le negó al país.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-en-colombia-cumbre-de-lideres-por-la-educacion-2017/545589

 

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El futuro de la educación técnica y tecnológica

Por: Wilmar Chinchilla Moreno

Este nivel educativo se visibiliza como escenario de inclusión, equidad, asequibilidad, sostenibilidad e innovación en el mundo. ¿Por qué?.

En el marco de crear un sistema más dinámico que permita una educación que transforme y desarrolle las habilidades para el mundo laboral, se requieren de políticas educativas que permitan fortalecer la enseñanza superior, y visibilizar en estas, un mecanismo de inclusión, equidad, asequibilidad sostenibilidad e innovación. En este escenario, las instituciones de formación técnica y tecnológica continúan ofreciendo un escenario alentador para el desarrollo de la región, incluso su posicionamiento ha ido creciendo significativamente en en el contexto nacional.

De acuerdo con el informe “Seis maneras de asegurar que la educación superior no deje a nadie atrás” de la Unesco, la cantidad de estudiantes inscritos en la formación terciaria se duplicó entre 2000 y 2014 de 100 millones a 207 millones en el mundo. Para el mismo periodo el índice de matrículas aumentó de 19 % a 34 %. Por otro lado, la Unesco también destaca que, la matrícula de educación terciaria en establecimiento privados ha aumentado, actualmente representa el 30 % de la participación mundial. En América Latina es el 49 % respectivamente.

Sin embargo, el reto para la educación técnica y tecnológica es grande. En primera instancia es importante continuar posicionándose como un escenario donde confluyen la inclusión y la equidad, una mirada de país que está buscando permear todas las estructuras sociales. En segundo lugar, cubrir las necesidades y expectativas de jóvenes que engrosan las altas cifras de desempleo y que, con un sentido deseo de concretar un proyecto de vida exitoso, ven en este segmento educativo, una oportunidad de realización e incorporación de una cultura del emprendimiento, que los implique y les permita concretar sus sueños de sostenibilidad.

En ese sentido, para la Caja Colombiana de Subsidio Familiar Colsubsidio, por medio de la Corporación de Educación Tecnológica Colsubsidio  – Airbus Group– ve la ruta muy clara: formar en ocupaciones de carácter técnico y tecnológico por medio de programas académicos que permitan que los estudiantes sean personas más productivas y competitivas ante los diversos retos que impone el mercado laboral.

Cada proceso de formación es un escenario posibilitador, en la cualificación de profesionales con habilidades en la resolución de situaciones problémicas, doctos en la apropiación y aplicación de saberes, que permita hacer un cierre de brechas en acceso y permanencia en el sistema educativo.

Con la firme convicción de que es posible alcanzar altos niveles de desarrollo para el país desde la  aproximación de los estudiantes a la realidad del  mundo laboral, la Corporación de Educación Técnica y Tecnológica Colsubsidio– Airbus Group–, desde su sentir institucional y en el marco de la legislación, sigue apostándole a robustecer la formación  en los niveles Técnicos y Tecnológicos, fomentando una educación más inclusiva y equitativa , donde se forme a  los estudiantes, como  profesionales  competitivos en el mundo laboral, y prospectivamente ofrecer a las empresas personal idóneo con competencias específicas que les permita ser factor diferenciador.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-tecnica-y-tecnologica-en-colombia/544185

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