Transformación universitaria y economía productiva

Por: Roger Lázaro

Sobre la transformación universitaria, se ha planteado una profusa gama de posiciones, expuestas por diversos autores, entre los que destacan Miguel Ángel Pérez Pírela, Víctor Álvarez, Iraida Vargas, Ana Julia Bozo, Luis Damiani, Judith Valencia, María Egilda Castellanos y Rigoberto Lanz, entre otros; opiniones que han sido colocadas en el debate sobre la universidad necesaria para nuestro país, posturas como: la universidad indisciplinaria, productiva, del conocimiento y participación del poder popular, comunidad de intelectuales, incluyente y democrática, «borrón y cuenta nueva», universidad democrática, como espacio emblemático de producción de conocimiento entre las propuestas consideradas, no las únicas por cierto.

La mayoría de las posiciones implícita o explícitamente, si focalizamos algunas de sus variables apuntan hacia el desarrollo de una economía productiva, quizás en algunos casos sin proponérselo o ubicadas en otro contexto, ajeno al actual.

Ahora bien, en una sociedad rentista, como la nuestra, los valores del rentismo han permeado y colonizado el pensamiento académico y político en la educación universitaria nacional, y estos valores deben ser considerados en el proceso de transformación universitaria; por otra parte, en la revolución bolivariana, a pesar de cambios fundamentalmente cuantitativos( creación de universidades, incremento de la matrícula , número y montos de becas, cupos y otros) y algunos cualitativos, ha sido más sencillo, crear nuevas universidades y transformar en universidades politécnicas territoriales a los colegios e institutos universitarios, que transformar los signos y símbolos de la vieja universidad tradicional autónoma y experimental, que ha estado coadyuvando con el rentismo, alejándose del apoyo al desarrollo de una economía productiva.

En momentos en que la caída de los precios del petróleo han llegado a sus niveles más bajos, por causas sobre las cuales no me referiré ahora, la guerra económica se agudiza, empujada por el gran capital y sus aliados locales, la escasez campea, la especulación se hace indetenible y la estanflación nos ahoga, pareciera que al fin se acelera la caída del rentismo y se toma conciencia de la necesidad impostergable de la «industrialización especializada para las exportaciones, donde la ciencia y la industria manufacturera sean motores de la economía, estableciéndose una correlación entre la industria y desarrollo», tal como lo plantea magistralmente el Economista y Ex Ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, en carta al Presidente Maduro, con la propuesta: «Renovar el Socialismo Venezolano».

Es así como, el proceso real de transformación universitaria debe inscribirse en un período de transición entre una sociedad rentista y la sociedad industrial; en esta sociedad rentista, salvo honrosas excepciones; cada venezolano quiere hacerse rico ya, sin riesgo, con la llamada viveza criolla, razón por lo cual, fue tan acelerado e indetenible el bachaquerismo en esta coyuntura de guerra económica, donde grandes sectores de la población, incluso personas y funcionarios públicos que se definen como chavistas se convirtieron en el eficaz ejercito bachaquero de su verdugo, el gran capital local, regional, nacional y transnacional.

Finalmente recomendar humildemente al nuevo ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, aprovechar asertivamente los aspectos cualitativos de avanzada en materia de transformación universitaria, como los Programas Nacionales de Formación y la territorialización, que busca la solución de los problemas del territorio con las potencialidades del mismo, pero ahora, en las postrimerías del rentismo, estos avances deberían enfocarse desde la visión de industrialización, tantas veces planteada y boicoteada por los valores del rentismo.

Por otro lado, plantear la necesidad de la adopción de una teoría y método de planificación tecno político y participativo, capaz de conducir con éxito el proceso de transformación universitaria que coadyuve con el desarrollo de una sociedad industrial para los próximos veinte años; se trata de la Planificación Estratégica Situacional, dado que, a juzgar por los resultados, las teorías y métodos utilizados hasta ahora han sido contrabandos ideológicos, en el marco de esta promiscuidad ideológica, que lejos de ayudar a la transformación universitaria, la detienen. Por ejemplo la mayoría de las instituciones del país, incluyendo las universitarias aplican Planificación Corporativa, y quién dijo que las universidades son corporaciones para estar diagnosticando con el FODA.

Fuente: http://www.aporrea.org/educacion/a241148.html

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En la batalla final contra el gran capital, dónde está la educación universitaria

Venezuela/Aporrea/04-04-2016/Por: Roger Lázaro

Han transcurrido 58 años de
la promulgación de la Ley de Universidades que norma en Venezuela la educación superior de entonces, modificada en el 70, actualmente educación universitaria, tal como lo plantea la Ley Orgánica de Educación. De esos 58 años de la Ley al servicio del Estado Burgués, 18 han transcurrido en el marco del proceso bolivariano, donde lo más resaltante de la IV Repúblicas, muy poco modificado hasta ahora, salvo excepción de algunas instituciones que dependen del estado, ha sido el monopolio del conocimiento, el docentismo, el profesionalismo y una educación para la dominación, así como, el mantenimiento del gran capital.

El gran capital, dado que la ciencia, ni la técnica, son neutras, conjuntamente con sus aliados nacionales ajustó la educación universitaria venezolana al desarrollismo desde la década del 70 hasta los 90, donde luego se adecuó al florecimiento del neoliberalismo; siempre considerando la autonomía universitaria como inmodificable, cuando se trata de una categoría histórica, es decir, cambiante, y prueba de ello, es que, los que antes defendíamos con la vida la autonomía universitaria, hoy la criticamos; y los que la atacaban en el pasado, ahora la defienden con todas las armas comunicacionales del gran capital, por cierto, con los recursos que aporta el estado, tal como lo planteó en su oportunidad el gran Camarada Luis Biggott, un gran ausente en esta batalla contra el gran capital, en el campo de la ciencia, la técnica y la investigación.

Ahora bien, en la estrategia de transformación de la educación universitaria nacional, planteada por el proceso bolivariano, en el caso de colegios e institutos de educación superior, a partir del año 2001, las autoridades de estos, empezaron a denominarse Comisiones de Transformación y Modernización, en atención a lo que luego sería el nacimiento de la Misión Alma Mater, creada mediante el Decreto 6.650 del 24 de marzo de 2009, publicado en Gaceta Oficial Nº 39.148 del 27 de marzo 2009, donde se oficializa la creación de esta misión relevante para la transformación de la educación universitaria.

Pasados 7 años del inicio del proceso de transformación universitaria, quienes hemos estado como autoridades universitarias debemos reconocer autocríticamente que no se han alcanzado las metas políticas establecidas, y que, debemos reimpulsar con fuerza el proceso de transformación para poder estar en condiciones favorables, en esta guerra frente al gran capital y sus aliados nacionales e internacionales, en una batalla que pudiera ser la final, en el choque inevitable entre el gran capital transnacional occidental, principalmente los Estados Unidos y los pueblos, que como el venezolano, decidieron tomar la ruta de la emancipación nacional.

Indiscutiblemente, seríamos inocentes si creemos que una nueva Ley de Universidades transforme las instituciones universitarias; no, no es así, solo ayuda o inclusive puede obstaculizar el proceso de transformación; proceso complejo, entre otras razones, porque la universidad tradicional, la iglesia católica y algunos estamentos militares en América Latina y el Caribe están calificados como las instituciones más conservadoras.

En la revolución bolivariana, la educación universitaria incrementó la matricula por encima del 300%, aumento el número de egresados en una cifra superior al 140%; está presente en 335 municipios, en más de 1900 aldeas; se dio la creación de una docena de universidades y aumento en 587% de becarios activos en el 2008. Estas cifras halagadoras tienen su principal componente en las universidades experimentales, Misión Sucre, universidades politécnicas territoriales, colegios e institutos universitarios de tecnología. Aun así, pareciera que no estamos en condiciones de enfrentar con éxito la batalla frente a una mayoría de los disociados de las universidades autónomas y privadas bajo la égida política de la MUD y sus dueños imperiales.

Se debe plantear en esta etapa un clima constituyente, para construir colectivamente una institución universitaria que contribuya con modelo económico productivo, frente al rentismo; clima constituyente, frente la sospecha permanente de lo constituido; sin reingenierías planteadas por algunos universitarios, ni partir de cero como proponen otros; hay que repensarlo todo, casi nada debe quedar en su lugar, aplicar la experimentalidad que no adoptaron precisamente las «universidades experimentales», que claudicaron en su intento, principalmente por el peso del lastre de la vieja universidad.

En esta batalla entre el gran capital y la reacción, las instituciones en general, lejos de ser el combustible de los 14 motores planteados por el Camarada Presidente Maduro, se constituyen en freno para el arranque y continuidad de estos motores, sino planteamos un movimiento constituyente que sacuda el alma, el corazón y la conciencia de los universitarios patriotas de la Venezuela amenazada por los cuatro puntos cardinales, por la «operación tenaza», que tanto denunció el Presidente Maduro.

Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/a225643.html

Fuente de la Imagen: Pink Floyd

 

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