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Que algo cambie para que todo siga igual en la economía

Por: Roberto Patiño

Para muchos venezolanos el año 2022 ha sido un conteo regresivo hasta el anuncio del nuevo salario mínimo, una noticia esperada con verdadera urgencia para buena parte de las familias en el país.

Aunque el monto anunciado por el régimen implicó un incremento del 1.705% con relación al salario anterior, confrontado con el tipo de cambio (el más poderoso indicador de la economía en la actualidad) el sueldo mínimo se ubicó en unos 28 dólares mensuales, muy por debajo de los 354 en los que se cotiza la canasta alimentaria de una familia, según el Observatorio Venezolano de Finanzas. Por todo ello, el 16 de marzo, en la Gaceta Oficial se hizo la publicación formalmente de que la mayoría de los ciudadanos seguirán hundidos en la pobreza.

Además, se trata de un aumento engañoso, porque incluye diferentes bonos que el gobierno venía otorgando, de manera que el incremento real de ingresos es prácticamente nulo.

Venezuela sigue siendo un país donde el grueso de la población está abocada a la supervivencia o se ven en la necesidad de migrar, tal y como queda demostrado con los 6.000.000 de compatriotas que han cruzado la frontera; una cifra divulgada por la ACNUR que no agrada el régimen, que se apuró de calificar de “estúpidos” a quienes la repiten, amargando las imposturas propagandísticas con la que nos pretende hacer creer que el país está encaminado por la senda de la prosperidad económica.

La libre circulación de divisas, el fin del desabastecimiento, la dolarización de los precios, la eclosión de bodegones y locales nocturnos no son señales de una mejoría del país, son apenas la consecuencia de unas mínimas medidas económicas que el régimen se vio forzado a aceptar frente a una realidad, el mercado, que no puede ser regido por los planificadores del poder.

El régimen ha actuado por inercia y ha abandonado su responsabilidad en la gestión y recuperación de las fallas estructurales de una economía lastrada por el quiebre revolucionario de la industria petrolera, mucho antes de que las sanciones estadounidenses entraran en vigor. Este abandono es evidente con la ausencia o baja calidad de los servicios públicos más elementales que, en casos como la educación y los servicios, reproducen los ciclos de desigualdad y pobreza para las grandes mayorías.

El Estado en manos de la revolución se ha desentendido de sus obligaciones, ha insultado la inteligencia de los ciudadanos al decir que la economía marcha bien, ha denostado a los millones de migrantes y apenas ha atendido a un pequeño sector de la población, con políticas sociales anémicas, mal coordinadas, con vocación proselitista y cruzadas de prácticas corruptas. En este contexto, el anuncio del incremento salarial es otro renglón en la lista de inacciones económicas que pretende hacernos creer que algo ha cambiado en el país, para que todo siga exactamente igual.

Es por eso que hoy más que nunca, nosotros seguimos trabajando en las comunidades, apoyando el tejido social que permita atender a las principales víctimas de una crisis originada desde el poder, fortaleciendo el emprendimiento y la solidaridad como motores de la vida social, luchando por el regreso de la democracia en nuestro país, único y verdadero motor de cambio que puede garantizar la verdadera recuperación económica en Venezuela.

Este es nuestro compromiso.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/que-algo-cambie-para-que-todo-siga-igual-en-la-economia/

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Caracas Mi Convive es convivencia

Por: Roberto Patiño

En 2013, en la comunidad de La Vega de Caracas, un grupo de venezolanos preocupados por el clima de polarización y violencia que cruzaba a nuestra ciudad, decidimos apostar por la recuperación de espacios para la convivencia y  la reconstrucción de los lazos de confianza en las comunidades. Nacía así este camino que conocemos como Caracas Mi Convive.

Lo que comenzó como una experiencia de trabajo enfocado en la integración de las comunidades con el rescate de canchas y espacios deportivos fue avanzando, de manera gradual y firme, hasta convertirse en un compromiso de apoyo y fortalecimiento de los verdaderos liderazgos populares que se construyen en las propias comunidades, de abajo hacia arriba, e inspirados en los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia.

Gracias al esfuerzo de muchos venezolanos que se han sumado en este proyecto en Caracas y más adelante en otras ciudades del país, hemos convertido el trabajo de Caracas Mi Convive en una experiencia de vida y una escuela de formación constante que cree en el empoderamiento de las comunidades, el reconocimiento y el valor por las diferencias y el ineludible compromiso por los derechos humanos y la democracia.

Hemos desarrollado diferentes iniciativas. Una de ellas son los Talleres de Prevención de la Violencia, una herramienta que empodera y articula a líderes comunitarios e impulsa la participación de manera activa en los jóvenes, madres, padres, maestros y vecinos en la identificación e intervención de puntos calientes (hot spots), entendidos como los lugares donde se concentra la violencia, a través de actividades de convivencia como la recuperación de espacios públicos, encuentros deportivos, culturales y educativos.

Cabe resaltar el impacto que ha tenido el Monitor de Víctimas, en alianza con el portal digital Runrun.es, que combina participación ciudadana con periodismo de datos e investigación. A través de la recolección de información sobre los homicidios que ocurren en Caracas, desde la óptica de las víctimas, se busca caracterizar los hechos e identificar patrones que contribuyan con el diseño de políticas públicas orientadas a reducir la violencia. Ha sido fuente para los informes de organismos internacionales que vigilan y diagnostican las violaciones de derechos humanos.

En estos casi de diez años de trabajo hemos podido comprobar, junto a nuestros líderes, que las comunidades organizadas son el gran reservorio de los valores democráticos de un pueblo que insiste en su derecho de hacerse dueño de su futuro, una experiencia de vida que nos ha tocado y cambiado a todos los que hemos estado en contacto con esta poderosa fuerza de organización popular.

Gracias a este trabajo hemos aprendido a ser optimistas sin negar los grandes retos que tenemos ante nosotros. Porque creemos en las personas y en el valor de la organización popular en el trabajo comunitario, defendemos la importancia de la política como un espacio de encuentro ciudadano. Junto a nuestros líderes, reconocemos la importancia que tiene la democracia como un puente que conecta el deseo de cambio en el país con el derecho de las personas por tener un futuro mejor.

Hace nueve años en La Vega un grupo de venezolanos invitamos a la comunidad a ser “convives”. Hoy esta iniciativa les pertenece a todos los luchadores por el futuro que han demostrado la importancia de recuperar los lazos de confianza, hombres y mujeres emprendedores, realistas, solidarios y comprometidos con la Venezuela del cambio por la que todos luchamos.

Caracas Mi Convive se puede resumir en una palabra: convivencia, una que se construye entre todos, con un compromiso por el futuro y el cambio democrático que tanto quiere nuestro país.

Este es nuestro compromiso.

Cofundador de Alimenta La Solidaridad y de Caracas Mi Convive.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/caracas-mi-convive-es-convivencia/

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Memoria y cuento

Por: Roberto Patiño

El 15 de enero Nicolás Maduro acudió a la Asamblea Nacional oficialista para cumplir con la obligación de presentar la Memoria y Cuenta de su gestión durante 2021.

El evento, presentado por la red de medios públicos como la comparecencia de un monarca a las “cortes” de su reino, estuvo muy lejos de los estándares de un presidente democrático obligado a presentar un balance del gasto público, entre otras razones, porque en Venezuela, desde hace mucho tiempo y por iniciativa del régimen, no existe una Ley de Presupuestos que obligue al poder Ejecutivo a manejar de manera transparente las cuentas del Estado, y porque la división de poderes en el país es apenas un recuerdo tras dos décadas de desprecio revolucionario por los valores democráticos.

Dentro del compendio de mentiras enarboladas el sábado, resultó especialmente chocante escucharle decir que 2021 fue el año del inicio de la recuperación económica, a razón de una supuesta mejora en los datos en el último trimestre, y la previsión de un crecimiento en el producto interno bruto venezolano, un dato sacado debajo de la manga de los propagandistas de Miraflores, que contradice los más optimistas análisis de firmas especializadas.

La pobreza se ha instalado en Venezuela con una inflación en dólares que golpea a los venezolanos, como en ninguna otra parte del mundo. Los bodegones y la vida nocturna de algunas calles del este de la ciudad de Caracas, no es un síntoma de la mejora de la economía, sino un indicador de las desigualdades económicas que se han instalado en el país, al amparo de un supuesto socialismo que ha sido eficiente sólo en redistribuir la pobreza y dar oportunidades a quienes están cerca del poder y aceptan jugar bajo sus reglas.

Señalar que en Venezuela la pobreza alcanza a 17,7% de la población y que la pobreza extrema está presente en 4,1% de los hogares venezolanos es una bofetada para los millones de venezolanos que sobreviven en el país o que se han visto obligados a arriesgar la vida saliendo de nuestras fronteras. Gracias a la rigurosidad de las universidades autónomas, podemos tener un imagen más completa y compleja de lo que vemos todos los días en las calles y sabemos que, a diferencia de lo que dice el régimen, 94,5% de los venezolanos están en situación de pobreza y que la pobreza extrema, según la encuesta Encovi, lastra el futuro del 76,6% de nuestros ciudadanos.

Quienes vivimos en Venezuela sabemos que lo expuesto el 15 de enero es una imagen distorsionada y grotesca de lo que ocurre en el país, un esfuerzo de propaganda que nada tiene que ver con la vida de millones de venezolanos que salen todos los días a luchar por su sobrevivencia. Si en el país subsiste una verdadera organización popular que lucha y se empodera de su destino es a pesar de la situación económica a la que nos ha llevado el régimen y por fuera de las aspiraciones de control de la vida social que tiene Miraflores.

Este abierto conflicto con el más elemental sentido común y rechazo a reconocer la realidad del país, forma parte de una política oficialista que está obsesionada con la preservación del poder. Lo que tuvo que ser un acto de humilde reconocimiento de la gravedad de la situación económica y social que atraviesa Venezuela, se convirtió, el pasado sábado, en la auto proclamación de un caudillo que se percibe a sí mismo como el único capaz de dirigir los destinos de los venezolanos hasta 2030.

Estas manipulaciones del 15 de enero reafirman nuestro deber y compromiso por recuperar la democracia. Sólo en un sistema que de plenas garantías a sus ciudadanos, en el que exista la separación de poderes, en el que se deje trabajar a la prensa, a las organizaciones de la sociedad civil y al poder popular organizado, se podrá garantizar una verdadera contraloría de lo público. Sólo así el acto protocolar de presentar la Memoria y Cuenta del Ejecutivo recuperará el valor contralor que tiene en la Constitución y volverá a ser el espacio y el momento para saber el verdadero tamaño de los retos que tenemos por delante.

El venezolano no quiere más cuentos ni eventos proselitistas en los que se rinda culto a la personalidad del hombre fuerte. Quiere un gobierno democrático, que no le mienta a sus ciudadanos.

Trabajar por este objetivo es nuestro compromiso.

Cofundador de Alimenta La Solidaridad y de Caracas Mi Convive.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/memoria-y-cuento/

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¿Estamos preparados para el regreso a clases?

Por: Roberto Patiño

¡Al fin!, desde este lunes 25 de octubre volvieron las clases presenciales en el país, después de casi dos años de haberse suspendido por la pandemia. Es una buena noticia que esperaban los padres. Sin embargo, esta alegría viene empañada de dudas en medio de un debate nacional que podemos resumir en la siguiente pregunta: ¿estamos preparados para el regreso a las aulas?

En ausencia de datos confiables sobre el verdadero alcance y letalidad de la pandemia en el país, a razón de la política de hermetismo que maneja el régimen de manera criminal, muchos venezolanos nos preguntamos si es seguro la vuelta al colegio. Nos cuestionamos, con suficientes razones, el ánimo de celebración que tiene la red de medios públicos al anunciar una llamada “inmunidad de rebaño” que no coincide con las alertas que han lanzado las Academias de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales y de Medicina, periodistas y ONG, que han mostrado retazos de una realidad sanitaria que no tiene muchos argumentos para celebrar.

Desde esta inquietud nos preguntamos, además, si las condiciones de los liceos y universidades en el país permitirán este regreso en condiciones seguras. No es posible un retorno a la normalidad educativa si no contamos con los servicios de agua y limpieza necesarios para la convivencia de los estudiantes con un virus que sigue en las calles. Más allá de la propaganda proselitista del régimen, ¿están preparadas las infraestructuras?, ¿hay suficiente dotación de equipos de bioseguridad?, ¿podemos volver a educar en medio de una pandemia que no ha sido vencida?

En un ámbito más cercano, tras casi dos años de parálisis educativa, es más que evidente que muchos de nuestros niños y jóvenes se han desconectado del proceso formativo aumentando la temible curva de la deserción escolar. La llamada “educación a distancia” o el programa “Cada familia una escuela” no fueron paliativos suficientes en medio de una condiciones técnicas tan precarias para las familias venezolanas (poca conexión a internet, problemas de luz, falta de equipos técnicos), una realidad que nos hace dudar sobre el nivel alcanzado por los estudiantes durante estos dos años. Era necesario, antes de abrir las puertas de los colegios, pensar con el apoyo de todos, una estrategia intensiva para lograr la nivelación de  los estudiantes.

La formación de los venezolanos debe responder a intereses mayores a la exposición de estadísticas “alegres” y a la ambición de un régimen que quiere imponer una “normalidad” a menos de un mes de las elecciones del 21 de noviembre. No se puede permitir que se inocule, a los niños y jóvenes, drogas que no han sido aprobadas por la Organización Mundial de la Salud, las llamadas “candidatas vacunales” cubanas no han cumplido, de momento, con las rigurosas pruebas que exigen los organismos multilaterales para que sean aplicadas como vacunas.

Se están tomando decisiones muy graves a espaldas de la opinión pública del venezolano, desconociendo y despreciando el trabajo de profesionales sobre el terreno y, lo que es peor, sin contar con el apoyo de un gremio, el de educadores, que no disponen del respaldo suficiente para volver a clases en medio de una pandemia y de una crisis económica sin precedentes.

El verdadero apoyo al sistema educativo venezolano no se logra con micros propagandísticos por la señal de VTV, requiere de un compromiso real, en sueldos, salarios, infraestructuras adecuadas y personal capacitado. Se necesitan planes acordes con la verdadera situación del país, trabajar con una hoja de ruta que sea planificada y ejecutada con el apoyo de los mejores talentos que tenemos.

Nosotros seguiremos acompañando y apoyando el trabajo que realizan nuestros líderes en las comunidades para garantizar la vuelta a clases en condiciones seguras, desde Caracas Mi Convive llevamos años apuntalando el esfuerzo de acompañar a las familias, con recursos y habilidades en la formación constante de los niños y jóvenes en la escuela y en sus hogares, un esfuerzo importante, pero que no puede, ni pretende sustituir el rol rector del Estado y de la sociedad civil en materia educativa.

Toda la sociedad venezolana tiene un compromiso con las nuevas generaciones, el Estado, la sociedad civil, los empresarios, deben entender la importancia en la formación de nuestros niños y jóvenes, la calidad de su formación nos afectará a todos a largo plazo y, lo que es más importante, hay que tener presente que ellos son el vivero de la esperanza para Venezuela y el motor del cambio que todos queremos y buscamos.

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Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/estamos-preparados-para-el-regreso-a-clases/

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La mujer en Venezuela más allá del lenguaje

Por: Roberto Patiño

En un esfuerzo para ofrecer datos confiables y de libre acceso a todos los ciudadanos, que permitan planificar políticas públicas con verdadera incidencia, la Universidad Católica Andrés Bello divulgó su último estudio sobre las condiciones de vida del venezolano (Encovi, 2021). Una encuesta que muestra, con verdadera rigurosidad, el tamaño del abismo económico y social en el que estamos los venezolanos tras más de veinte años de revolución.

La investigación confirma lo que hemos constatado en nuestro trabajo en las comunidades y en nuestra experiencia personal, un crecimiento dramático de la pobreza que ha alcanzado a 94,5% de la población. Más de 8 años de caída constante del producto interno bruto y una inflación que no ha podido ser controlada, han llevado a que 76,6% de los venezolanos estén en situación de pobreza extrema, una realidad que nos ha restado 3 años a nuestra esperanza de vida. El país, nos advierte la Encovi, tendría que duplicar su PIB para que todos salgan de la pobreza extrema y entren en situación de pobreza.

Son muchos y muy alarmantes los datos que arroja esta investigación, pero en estas líneas queremos detenernos en la información que nos ofrecen sobre la mujer venezolana, un actor clave en la organización popular de base, como hemos podido constatar en todos estos años.

Cuando se reducen las oportunidades de empleo formal y cualificado en esa misma medida, nos señala la investigación, bajan los incentivos para contratar a las mujeres. La desigualdad que persisten en las familias venezolanas en la asignación de responsabilidades por criterios de género, obligan a que la mayoría de las venezolanas asuman, muchas veces en solitario, el cuidado de los niños y de los adultos mayores, un compromiso que las sobrecarga de responsabilidades y las hace menos “competitivas” en el mercado laboral, lo que se expresa en diferencias salariales entre hombres y mujeres, donde ellos pueden llegar a ganar un 17,7% más.

Resulta paradójico y profundamente injusto que las venezolanas, al asumir mayores responsabilidades en la supervivencia de todos los integrantes de las familias, estén expuestas a condiciones de desigualdad frente a sus compañeros y su trabajo esté menos retribuido. Quienes hoy por hoy son el actor clave en la supervivencia de muchos venezolanos y motor del cambio en el país, son ciudadanas de segunda categoría tal y como nos muestra, de manera cruda, los datos de esta investigación.

Desde el trabajo en las comunidades a través de Caracas Mi Convive, hemos comprendido la verdadera importancia del rol de la mujer; es así como en  nuestros programas de formación de liderazgos femeninos y nuestros talleres de educación para el emprendimiento, apuntamos a dos objetivos que son necesarios para hacer frente a la pobreza en Venezuela: el empoderamiento de la mujer y la capacitación en habilidades técnicas y profesionales para que este proceso se traduzca en mejoras condiciones económicas que aminoren la brecha entre hombres y mujeres.

Luchar por la verdadera igualdad entre hombres y mujeres va mucho más allá del debate del lenguaje de género y el uso de artículos y pronombres en pasquines propagandísticos tal y como se limita a hacer el régimen. El esfuerzo debe dirigirse a erradicar, desde la raíz de la familia, la violencia de género e intrafamiliar, trabajar por políticas públicas que garanticen una buena salud sexual y reproductiva, suprimir las arbitrarias diferencias culturales que hacen que ellas carguen con todo el peso de las responsabilidades domésticas y lograr que, efectivamente, este proceso de empoderamiento vaya más allá de la corrección lingüística y tengan efectos económicos concretos sobre la calidad del trabajo y la igualdad en el salario.

El trabajo que hemos sacado adelante en las comunidades ha sido logrado, en gran medida, por el compromiso de nuestras lideresas y a ellas debemos que en nuestro país persista, con tenacidad, una convicción para seguir en la lucha por el cambio que tanto necesitamos. Inspirados en su esfuerzo seguiremos trabajando para lograr la Venezuela donde la mujer ocupe el rol que le corresponde en nuestra sociedad.

Este es nuestro compromiso.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/la-mujer-en-venezuela-mas-alla-del-lenguaje/

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En la organización comunitaria es donde nace el cambio

Por:  Roberto Patiño

Desde hace muchos años hemos decidido apoyar el trabajo en las comunidades organizadas. Nuestra razón y pasión es el trabajo social, el servicio al otro, fundados en la certeza de que son las propias comunidades, organizadas y empoderadas, los principales actores del cambio. Solo los proyectos que nacen dentro de la organización popular, son capaces de sobrevivir en el tiempo y dar respuestas concretas a las necesidades de la gente.

Nosotros apostamos por un tipo de liderazgo popular, que se construye desde las bases, de abajo hacia arriba, en el diálogo directo con la gente, que sabe reconocer sus verdaderos problemas y que ofrecen soluciones concretas para recuperar su calidad de vida. Hemos aprendido, junto a nuestros líderes y comunidades, que el trabajo que se realiza entre todos, fundados en los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia, son capaces de resistir el paso de tiempo y apuntalar un profundo sentido de democracia que no se ha perdido en nuestro país, pese a todos los esfuerzos del régimen.

Hemos constatado que el esfuerzo organizado por mejorar las condiciones de vida, es un hilo que une el concepto de “democracia” con la gente. En la medida en que las comunidades se organizan, empoderan, trabajan en redes, se fortalece el valor de la democracia: no es posible que los liderazgos se consoliden sin que se entablen relaciones de responsabilidad y confianza entre ellos y las comunidades. Trabajar por y para los demás, con el apoyo y la organización popular, ha sido el vivero de nuevos liderazgos democráticos y el mejor camino para comenzar el cambio que quieren todos los venezolanos.

Somos parte de un movimiento, de un ejercicio político que se funda en el trabajo en las comunidades y sus líderes, que cree en el fortalecimiento de las capacidades organizativas y productivas en los sectores populares. Creemos en un liderazgo sólido, el que nace del diálogo y el trabajo con la gente, en la calle, un liderazgo político más allá de lo electoral, una manera de entender el poder como una forma de organización que trabaja por el cambio democrático en Venezuela cuando trabaja por la calidad de vida de los venezolanos.

Este trabajo está al lado de miles de venezolanos que se han sumado al cambio en nuestra ciudad capital y sea cual sea el resultado de las próximas elecciones, nuestro esfuerzo seguirá en las comunidades, fortaleciendo la organización popular, los valores democráticos y solidarios que nos han caracterizado como nación. Son huellas que están presentes en forma de una verdadera organización popular que seguirá luchando por el cambio democrático que quieren los caraqueños.

Trabajemos unidos por el cambio en Caracas.

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Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/en-la-organizacion-comunitaria-es-donde-nace-el-cambio/

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Alimenta la Solidaridad le pertenece a todos

Por: Roberto Patiño

Hace cinco años comenzamos un proyecto para contribuir a paliar la inseguridad alimentaria, una de las consecuencias de la emergencia humanitaria compleja que vive el país, dirigido a los niños y jóvenes afectados por la crisis económica. Alimenta la Solidaridad, forma parte de un movimiento de organización popular que se resiste a aceptar que las nuevas generaciones de venezolanos, crezcan bajo el signo del hambre.

Hoy Alimenta la Solidaridad va mucho más allá del trabajo de llevar un plato de comida a miles de venezolanos, es un proyecto que ha convocado a los mejores talentos del país para empoderar a los liderazgos que existen en los sectores populares, es una iniciativa que apoya el emprendimiento de las familias que luchan por construir un futuro que les pertenezca, es un programa de formación de liderazgo femenino, apoyo a la educación, recuperación de espacios de la comunidad, entre otras iniciativas que se ancla en el trabajo en red de las comunidades, apoyando y acompañando un esfuerzo de trabajo para lograr la Venezuela del cambio que todos queremos.

Recientemente anuncié mi separación de Alimenta la Solidaridad. Fue una decisión difícil pero meditada y la asumo por mi respeto a los principios de la asistencia humanitaria  y para proteger del debate político a este esfuerzo solidario, que le pertenece a miles de venezolanos. Lo hago convencido de que Alimenta no está atado al destino de una sola persona, cuenta con un equipo de profesionales, líderes y madres que seguirán a pulso con esta lucha que ha llevado esperanza a miles de familias

Estoy convencido de que gracias al gran equipo de profesionales, voluntarios, madres de comedores, líderes comunitarios, aliados y donantes, que se ha construido en estos cinco años, Alimenta la Solidaridad va a seguir creciendo. Alimenta es una iniciativa, un proyecto y una convicción de vida que se ancla en las comunidades y ya no le pertenece a nadie, porque le pertenece a todos.

www.robertopatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/alimenta-la-solidaridad-le-pertenece-a-todos/

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