Historias de cambios de sexo en la escuela

Por: Ricardo Roa.

Tres casos reales que plantean dilemas y para los que no hay ninguna respuesta fácil

Hay un fenómeno o como se lo quiera llamar que es nuevo o, mejor dicho, parcialmente nuevo. Lo más nuevo e importante es que ahora no se oculta y se conoce.

Tiene que ver con los cambios de identidad de género. Y tiene que ver con la escuela, donde el malestar y el conflicto entre la sexualidad biológica asignada al nacer y la gestada en el desarrollo de la infancia y la adolescencia provocan interrogantes, dudas y desconcierto. Los que siguen son casos reales. Sólo por discreción periodística se ponen iniciales.

. Caso 1. La mamá de M. va a la escuela para hablar con la directora. Con un poco de vergüenza le dice que su hijo se siente mujer, que había conseguido cambiar los documentos y que ahora iría vestido de nena. Sorprendida, la directora lo habla con los docentes y la maestra de grado se lo explica o trata de explicar a los chicos. Todos tratan de explicarse no el cambio de M. sino el de paradigma o costumbre social.

Los chicos se acostumbran y asumen el cambio con la naturalidad de los chicos.No los padres de otros chicos. Algunos se quejan, otros se sienten incómodos. M., que ahora es L., pierde invitaciones de compañeros que antes eran habituales. Tal vez más por los padres, que no saben si invitarla como nena o como antes, nene.

L. le pide a la directora usar el baño de chicas. La directora no sabe qué contestarle. Piensa en los padres y en las nenas en el baño, si habrá la misma naturalidad ante el cambio que en la clase.

. Caso 2. Las iniciales, por casualidad, son las mismas pero al revés. M., que hasta ahora ha sido mujer, ve al rector de una escuela secundaria pública. Le informa que ha cambiado de género y que ahora es L. Le plantea que el profesor de natación le ha dicho que tiene que competir con los varones. L. teme que estará en inferioridad de condiciones físicas y que sabe que no volverá a ganar. El rector no sabe qué decirle. El nuevo escenario lo confunde y se le hace muy difícil tomar una decisión. No sabe qué reacción tendrán los chicos.

. Caso 3. C. es un maestro de jardín. Era: ahora es F., mujer, incluso en el documento. Le dice a la directora que irá vestido de mujer. Los chicos lo tuvieron como maestro, que en algunos casos los ha limpiado en esa tarea. Ha sido, además, un buen maestro y esta transformación de género no parece comprometer su profesionalidad. Pero ¿cómo reaccionarán padres y chicos? La directora del jardín también está en un dilema. Como sus colegas de los casos anteriores, todo es interrogante.

Hay varones que deciden ser chicas y chicas que deciden ser varones y profesores y maestros que también cambian de sexo. La revolución de los géneros ha comenzado y modifica parámetros profundos ya desde la escolarización temprana.

Las autoridades de las escuelas y las aulas responden desafíos para los que no están capacitadas. “Es muy difícil ser director en una sociedad que se transforma y no logra alcanzar consensos. Y es muy difícil ser joven en una sociedad en la que los adultos no marcan caminos sino que plantean un supuesto escenario de libertad de decisión”, dice Gustavo Iaies, experto en cuestiones educativas.

Escuchar a los chicos y entenderlos no quiere decir hacer automáticamente lo que piden, como si ellos supieran lo que los adultos no saben. No es de los chicos darse seguridad a sí mismos y proponerse su rumbo. Es cosa bien de mayores aunque no todos los mayores tengan el rumbo claro.

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Guía para entender el conflicto docente

Por: Ricardo Roa.

Entender el conflicto docente que es pan nuestro de cada año no es complicado. Complicado es entender por qué se «discursea» tanto con la educación mientras que con la educación vamos año a año para atrás. El conflicto docente lo explica en gran parte.

2003. Menem se borra y aparece Kirchner, que en Santa Cruz peleaba todo el tiempo con los docentes. Lo llama a Filmus, secretario de Educación de Aníbal Ibarra entrenado en la gestión menemista y de buena relación con los sindicatos.

Kirchner lo nombra ministro y Filmus le acerca los gremios. Presidente con votos mínimos, Kirchner usa su método: plata y vidriera para que Ctera jugara para su equipo.

Los gremios reclaman por la paritaria docente y el Gobierno dice que no pueden exigirla

2005. Filmus suspende la reforma educativa de los 90 de la que había sido uno de los impulsores. Filmus admite que es por la necesidad de construir un acuerdo entre los sindicatos y Kirchner. Se lo dice a la ex ministra Susana Decibe, que había sido su jefa.

Filmus saca la ley de financiamiento para empujar el aumento de la inversión en educación y en ella crea una paritaria nacional ficticia para que la Ctera tenga su vidriera política. La Nación no tiene escuelas ni tiene maestros. Son de las provincias desde que Cavallo se las entregó para bajar el déficit.

Doce años después, tenemos lo que tenemos: declive de la escuela pública y la creciente desigualdad que genera el declive de la escuela pública. Está a la vista: tenemos una enseñanza mucho más pobre. Bajamos más que ningún otro país en las encuestas internacionales de calidad. La deserción escolar es alta y los índices de repitencia también.

Está a la vista también cómo funcionó esa paritaria de ficción que definía el salario inicial para los maestros. Para algo así como el 8% del total del plantel docente.

Polémica por un decreto que le quita poder a Ctera y limita la discusión salarial

Sindicatos nacionales y Gobierno central discutían ese salario mínimo que debían pagar las provincias. El ritual implicaba una oferta que los gremialistas rechazaban bajo la amenaza de un paro que impedía el comienzo de las clases. Según fuera el clima político, el paro duraba días o duraba semanas.

El algún momento había arreglo y los gremios se sentaban a firmar un papel con un montón de compromisos empezando por el bien modesto de completar el calendario escolar, algo que nunca se cumplió. La brasa caliente del aumento pasaba a las provincias con nuevos reclamos y con más huelgas.

En ninguna negociación se discutió qué y cómo aprenden los chicos. El problema educativo convertido en un problema gremial. Todos los años pasó lo mismo y lo peor era que todos sabíamos lo que iba a pasar. En 2017, en Buenos Aires, hubo 15 días de paro en los primeros 25 días de clase. Sin clases en las escuelas públicas que son donde se educan los chicos más necesitados.

La paritaria nacional de fantasía fue armada por el kirchnerismo a la medida de las necesidades políticas de la Ctera y a la medida de sus necesidades financieras: cada negociación para fijar el piso salarial implicaba un pago a los sindicatos. En 2016 Ctera se llevó casi $10 millones. Y los otros cuatro gremios nacionales $ 2 millones cada uno.

En enero pasado, el ministro Bullrich automatizó 20%. Este enero, el ministro Finocchiaro lo repite. Y todo amenaza repetirse. El Gobierno busca dos cosas. Que la paritaria en Buenos Aires que fija rumbos no se desborde porque la inflación ya desbordó. Y dos: devolverle aprietes a los gremios apretadores. En eso está. Se verá si funciona.

La paritaria de ficción de Kirchner para la Ctera desencajó la escuela. Se busca ponerla en caja.

Fuente: https://www.clarin.com/opinion/guia-entender-conflicto-docente_0_ry7ojr1rz.html

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En educación, un país con aplazos

Por: Ricardo Roa

Una sociedad que no se interesa por la calidad de su educación no tiene porvenir. Le espera más pobreza, más desigualdad, más inseguridad. Nuestra educación pública está en crisis. O peor todavía: muchos de los que deberían trabajar para revertir la crisis tienen una mirada estrábica.

Sin embargo, algo puede que comience a cambiar. El Gobierno intenta extender la escolaridad preescolar, lo que está muy bien aunque aún no hayan dicho nada sobre el modelo pedagógico. Tampoco debiera olvidar el atraso gigante que hay con la doble escolaridad. Y en Buenos Aires comenzarán a tomarse en serio las evaluaciones y los alumnos podrán ser reprobados: la demagogia pedagógica es un infantilismo que sólo conduce al fracaso.

A la medida del activismo estudiantil, el populismo kirchnerista sancionó un derecho irrestricto a la universidad que acaba de ser suspendido por la Justicia. El proyecto dormía en el Senado y de un día para otro lo despertaron para impulsar la campaña de Scioli. Puro oportunismo.

Nada define mejor a esa ley que sus fundamentos. Allí hay elogios al por mayor al sistema en Venezuela y en Cuba y sesudas interpretaciones sobre los peligros que corren nuestras universidades por la ideología neoliberal.

La ley fue impugnada por una universidad en manos peronistas, La Matanza, porque afecta su autonomía y porque no tiene recursos para atender a una masa de estudiantes que carecen de un nivel mínimo para emprender una carrera de grado.

¿Qué país en el mundo y con nuestro nivel de pobreza permite que el acceso a la universidad sea libre y gratuito? El fracaso de esta estrategia lo paga toda la sociedad. Y el costo es altísimo. No hay estímulos para el estudio y da lo mismo aprobar que no aprobar.

El ingreso es una discusión ochentista. Hoy el problema no es el ingreso. El problema es el egreso: sólo uno de cada 100 que empieza la primaria termina la universidad. Y los pobres cuyos hijos no llegan a la universidad deben pagar igual los impuestos para sostener instituciones de una calidad dudosa.

Progresistas en el discurso y conservadores en la práctica, los gremios docentes son incapaces de aceptar evaluaciones y de trabajar en base a ellas para mejorar los resultados. Lo único que dice esta resistencia es que temen cualquier cambio. Nada que hacer por ahí.

Si seguimos aplicando las mismas fórmulas no vamos a tener un resultado diferente. Esos parches improvisados han dejado escuelas empobrecidas y universidades decadentes, con tasas de egresados que son las más bajas de América latina.

Fuente: http://www.clarin.com/opinion/educacion-pais-aplazos_0_1576042393.html

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