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¿Qué es el adultocentrismo y por qué perjudica la educación?

Por: Sofía García-Bullé

Las personas adultas pensamos que por nuestra edad y experiencia estamos mejor equipados para tomar decisiones que afectan directamente a infantes y jóvenes, ¿es siempre el caso?

Las dinámicas interrelacionales entre infantes y adultos son básicas para generar un proceso didáctico humano y efectivo. ¿Qué pasa cuando la gestión de éstas parte de una perspectiva sesgada? El adultocentrismo como concepto sociológico se refiere a la supremacía social de los adultos por encima de infantes y adolescentes. El discurso adultocentrista envisiona a las personas adultas como grupo de referencia en cuanto a quién pertenece el poder y el privilegio, quién debe ser escuchado primero, o con más atención, y quién dicta los términos de convivencia y educación.

La perspectiva adultocentrista es una que no nos cuestionamos a menudo. Como adultos pensamos que una experiencia de vida más larga y la autoridad, que por costumbre social viene con la edad, nos sitúa en una posición más óptima que los jóvenes para tomar decisiones que les involucran directamente, pero ¿es siempre el caso?

Invisibilización desde la lengua

El enfoque de invisibilización de infantes y adolescentes está incrustado en los primeros hilos de la tela social y psicológica de los adultos. Esto se puede notar desde las palabras básicas que usamos para designar a los más jóvenes. La etimología del término infancia viene del latin infantia, que se traduce como la incapacidad de hablar. Infans, de la misma raíz, significa “el que no habla”. Desde lo más profundo de la construcción lingüística, las personas adultas vemos a niñas y niños como personas que no tienen lugar en la conversación.

En ambientes familiares y escolares tradicionales, está normalizado decirle a los niños y a veces hasta a los adolescentes, que guarden silencio cuando los adultos hablan, de esta manera se crean relaciones completamente verticales y autoritarias, que si bien son útiles para mantener un orden social, no son el mejor punto de partida para una experiencia educativa de valor.

¿Cómo impacta la educación?

El adultocentrismo no viene de un lugar malintencionado, por el contrario, parte de un deseo natural por velar por las infancias y cuidarlas. Pero sí establece un sesgo que dificulta la comunicación entre infantes y adultos, tanto en casa como en el aula. “Las consecuencias negativas del adultocentrismo pueden ser las mismas que las del etnocentrismo, fallas en la comunicación (con niños), juicios equivocados (sobre la intención y motivación de los niños) mal uso del poder (limitando la agencia de los niños)”, y la socavación de sus fuerzas y competencias, sostiene el trabajador social y autor Christopher G. Petr en su artículo “Adultocentrismo en la práctica con niños”.

Elementos como una comunicación efectiva, evaluaciones completas y conscientes, dinámicas interrelacionales equitativas, la participación directa del estudiantado dentro de su proceso educativo y el espacio para desarrollo de su autoestima y habilidades son elementos que, si no están presentes, disminuyen considerablemente la calidad de la experiencia didáctica.

No es lo mismo guiar que invalidar

Si hablamos únicamente de formación y educación, las cabezas de familia y el profesorado invariablemente tienen que tomar un lugar de guía, ejercer funciones de liderazgo, enseñanza y protección. Estas tareas no son inherentemente adultocentristas. ¿Cómo ejercerlas entonces sin caer en hábitos de esta naturaleza?

Guiar a través del diálogo y la escucha sería un buen inicio. Marcar los límites necesarios para que infantes y adultos tengan claro su rol no se contrapone con escuchar el punto de vista de los más jóvenes, y contextualizarlo dentro de un proceso empático de aprendizaje. De la misma forma es necesario entender que las opiniones y conductas de los niños no son inherentemente una falta de respeto, ni tampoco una molestia. Representan la perspectiva de personas con una forma de pensar y comunicar diferente, marcada por un desarrollo y experiencia que si bien es más corta que la de los mayores, no por eso es inválida, o inferior, simplemente es distinta. También sería valioso considerar que aún si el rol principal del adulto sería enseñar, esto no quiere decir que las infancias sean totalmente incapaces de hacerlo a su vez. Toda relación didáctica es bilateral, y la experiencia educativa que esta produce mejora enormemente cuando se gestiona como un camino de dos vías.

https://observatorio.tec.mx/edu-news/que-es-adultocentrismo

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El autismo y las mujeres: un reto mayor

Por: Sofía García-Bullé

Los niños tienen tres veces más probabilidades de ser diagnosticados oportunamente que las niñas, según los CDC.

El autismo es una condición de la que cada vez se tiene más conciencia, pero de la que falta mucho por saber y estudiar. En artículos anteriores hemos hablado sobre la neurodiversidad, las diferencias cognitivas de infantes con autismo, su experiencia de vida y la necesidad de que las escuelas se actualicen en el trato de estudiantes con neurodivergencias y nuevas herramientas para apoyar su aprendizaje.

De acuerdo con un artículo publicado en The Conversation, esta discapacidad de desarrollo se presenta aproximadamente en 1 de cada 70 personas. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los niños tienen tres veces más oportunidad de ser diagnosticados que las niñas, quienes usualmente son diagnosticadas más tarde y pierden la ocasión de apoyo temprano. La falta de un dictamen oportuno impacta negativamente la evolución cognitiva y social de las niñas.

Las niñas y niños con autismo no diagnosticados sufren desventajas como la confusión en situaciones sociales, dificultad para crear vínculos con pares y procesar la frustración; no tienen las herramientas para entender por qué son más sensibles a algunos estímulos como los ruidos, las luces o las multitudes. Lo anterior puede propiciar experiencias desfavorables que generen síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) que continúan hasta la vida adulta.

¿Por qué es más difícil diagnosticar a las niñas?

Para prevenir la llegada de problemas relacionados con el TEPT, el diagnóstico y tratamiento del autismo es fundamental. Que en las niñas sea más difícil detectarlo no es cuestión de discriminación. Más bien, la diferencia en la sintomatología es suficiente para complicar que se descubra de igual manera que con los niños. Los niños con autismo tienen áreas de juego más notoriamente repetidas y limitadas, mientras que las niñas presentan menos patrones repetitivos y son más variadas en sus actividades. Según explica Lisa Jo Rudy, colaboradora y autora especialista de la divulgación sobre el autismo para Verywell Health, las niñas con autismo pueden responder mejor que los niños a la comunicación no verbal, la falta de esta habilidad es un indicador importante para el diagnóstico.

Además de esto, los problemas de comunicación y socialización de los niños varones son más evidentes en su niñez. Las niñas, en muchos casos, pueden cumplir con las demandas sociales de esta etapa y no se topan con las dificultades de integración causadas por el autismo hasta la pubertad e inicio de la adolescencia. Algunos estudios sugieren que las niñas con autismo son más propensas a sufrir ansiedad y depresión que los niños. Esta consecuencia puede ser disminuida tras un diagnóstico.

Un camino hacia la mejora

A solo 20 horas de ser diagnosticadas, 139 mujeres hablaron con el periódico The Guardian sobre su experiencia, calificaron el dictamen médico como una especie de renacimiento, uno que viene con sus propios retos. Antes de tener una conciencia mayor sobre los espectros del autismo y las diferencias de cómo afecta éste a las mujeres, una gran cantidad de ellas podían pasar de 40 a 70 años aproximadamente sin que su condición sea detectada.

“Que te digan que no hay nada inherentemente malo contigo ni con tu cerebro te cambia la vida”, dijo Sophie Meredith, de 31, para The Guardian. Es cierto que una noticia así puede abrir un proceso para la mejora, pero esto depende de los recursos otorgados para tratar el autismo tras el diagnóstico. Este no es un paso final, por el contrario, es el principio.

¿Qué se requiere para asegurar el bienestar de las mujeres con autismo? Como primera medida es necesario mejorar los parámetros de diagnóstico, ampliar los criterios de búsqueda para añadir indicadores específicos del autismo en mujeres, incluir a mujeres con espectro autista en el diseño de las pruebas, ofrecer acompañamiento multidisciplinario, además de vigilar diligentemente la cercana relación entre el autismo femenino, la depresión y la ansiedad. Pero sobre todo, no caer en la noción de que si una mujer no se ve como autista, no es posible que lo sea, si los síntomas del autismo no son tan notorios en las mujeres no quiere decir que no realicen una labor titánica para lidiar con estos e integrarse socialmente, es tiempo de darles mejores herramientas.

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Lectura: más allá de los clásicos infantiles y juveniles

Por: Sofía García-Bullé

Es necesario un currículum de lectura que conecte con la audiencia infantil y juvenil, aquí presentamos algunas opciones.

El rol de la lectura como herramienta didáctica y recreativa es indiscutible. En artículos anteriores hemos hablado sobre los beneficios de esta actividad, así como de la necesidad de estar atentos a la calidad de los contenidos que leen niñas, niños y la gente joven, además de mantener los currículums actualizados. Con respecto a esto último, una conversación útil sería la de conocer opciones que incentiven la lectura en los niveles de preescolar, educación primaria, secundaria y preparatoria. Cultivar el hábito de la lectura desde temprana edad favorece significativamente las posibilidades de que un estudiante continue leyendo en su juventud y vida adulta. Con esto en mente, hemos compilado varias recomendaciones de libros contemporáneos de calidad para considerar dentro de las bibliotecas escolares y domésticas.

Un buen inicio (3-7 años)

La edad preescolar es el periodo en el que muchas personas aprenden ideas básicas como la idea del yo, la autonomía corporal, los afectos o la higiene por ejemplo. La autora Patricia Arredondo contribuye a estos aprendizajes con Poemas para cuando se te caen los dientes. Un libro con estructura lírica tipo haiku que habla sobre la anatomía e higiene dental. La obra fue mención honorífica en el Certamen Laura Méndez de Cuenca 2018 y combina la experiencia como escritora de Arredondo con su contexto al pertenecer a una familia de dentistas. Este título se encuentra en el catálogo del Fondo Editorial Estado de México (FOEM) y no se distribuye en cadenas comerciales, pero la Secretaría de Educación del Estado de Guerrero (México) compartió en redes sociales un documento con la obra completa.

Para el mercado anglosajón o la enseñanza de idiomas, My Tree (Mi árbol) es una excelente opción. La autora Hope Lim, cuenta la historia de un niño inmigrante de Corea del Sur que se refugia en la sombra de un árbol por alivio y recuerdos de su hogar. También inmigrante, Lim toma la oportunidad de hablar sobre la experiencia de extrañar un lugar de origen y sanar para convertir en tu hogar el lugar al que has llegado. El libro cuenta con críticas positivas de diversos diarios, así como de medios especializados en educación y fomento de lectura.

Tomando camino (6 a 9 años)

Este rango de edad es el propicio para comenzar a fomentar el hábito de la lectura individual en las infancias. Las historias de desarrollo personal a través de aventuras o dificultades son especialmente efectivas para crear conexiones entre las obras y las experiencias de las infancias lectoras. Es el momento de entender que un libro es una jornada, el libro 9 kilómetros es un buen ejemplo de estas necesarias narrativas.

El libro del autor Claudio Aguilera cuenta la historia de un niño que atraviesa a diario grandes distancias para llegar a su escuela. A través de una historia de determinación y crecimiento, Aguilera realiza un atinado comentario social acerca de las desigualdades socioeconómicas y el derecho universal a la educación. El libro ha sido laureado con distintos galardones, como el premio White Ravens en 2021, y el Martha Brunet el mismo año.

La Giganta representa una de las pocas oportunidades literarias para que estas aventuras y ocasiones de crecimiento sean dimensionadas en la historia de una niña. La autora Anna Höglund nos introduce a un mundo de caballeros y ogros, en el que el padre de una niña desaparece en una misión y ella va en su búsqueda. El libro está disponible en inglés y en español.

Formando ideas y hábitos (10 a 12 años)

La pubertad es una etapa de transición importante para el estudiantado, es necesario rodearse de lecturas que les ayuden a contextualizar sus experiencias y que les acompañen durante su concurrir hacia la adolescencia. Luna de gatos, por el autor y dibujante Jis, ofrece apoyo a través de una historia que no es compleja ni difícil de leer. La obra es interactiva, ya que despliega también un álbum de estampa que hará cada relectura una jornada diferente. El libro maneja temas de definición de la identidad, el paso a un rango de edad diferente y lo que conlleva.

En esta etapa de vida, los niños y niñas comienzan a tener intereses propios, a generar un sentido de pertenencia e identidad grupal con sus pares. Jazz Santos vs. The World relata la historia de una niña que reúne un grupo de compañeras para crear un equipo de fútbol. El libro pertenece a una serie llamada Dream Team, en la que la autora, Priscilla Mante, explora los retos adolescentes al descubrir y perseguir actividades que los forman y apasionan. La serie incluye también el título: Charligh Green vs The Spotlight.

Hacia el universo de la palabra (12 años en adelante)

A partir de los 12, si a las niñas y niños se les formó el hábito de la lectura en edades tempranas, comienzan a gravitar hacia historias más complejas, con narrativas más ricas, estructura y un uso más variado de las palabras y estructuras de relato. Los libros que pongamos en sus manos durante este tiempo tendrán un gran impacto, en sí continuarán hacia una juventud y vida adulta en la que la lectura siga siendo una constante.

Entender el plano social en el que vivimos es un asunto importante para el desarrollo de las infancias de esta edad. El niño que vivía en las estrellas, nos hace partícipes de las dificultades de un niño que sostiene ser de otro planeta y cómo toman su caso los adultos y doctores a su alrededor. La obra del autor Jordi Sierra i Fabra recibió el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura en 2007 y en 2013 el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil. Sus cifras de ventas superan los 12 millones de ejemplares.

La enseñanza de la historia, la herencia cultural diversa y los idiomas son rubros educativos que pueden nutrirse mucho de los libros que familias y docentes eligen para sus bibliotecas. Soul Lanterns es una de esas obras que puede servir a los tres propósitos. Publicada solo en inglés, cuenta la jornada de tres niños de Hiroshima en los años setenta que realizan un proyecto escolar sobre las consecuencias de la bomba atómica en su ciudad. Las anécdotas recogidas por los protagonistas son una ventana no solo a un evento histórico de alto calibre, sino a las experiencias y emociones humanas ligadas a estos 27 años después del acontecimiento.

Como las anteriores hay cientos de obras de autores jóvenes con un sólido nivel literario para acompañar el aprendizaje de infancias y gente joven en el aula y la casa, solo es cuestión de buscar en medios que den espacio a autores contemporáneos. ¿Crees que incluir estas obras en los programas sería un paso adelante en la enseñanza y fomento de la lectura? ¿Prefieres los clásicos? ¿Te gustaría un balance entre ambos contenidos? Cuéntanos en los comentarios.

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Las tecnologías y esfuerzos educativos por la accesibilidad

Por: Sofía García-Bullé

La motivación es clave para guiar a las infancias con necesidades especiales durante su proceso de aprendizaje.

La accesibilidad es un tema de suma importancia para una oferta educativa justa e igualitaria. En artículos anteriores hemos hablado de los tremendos retos que personas con capacidades diferentes enfrentan para tener y aprovechar oportunidades educativas o de trabajo. Los recursos digitales son de gran ayuda para construir un puente entre personas con necesidades especiales y la experiencia educativa.

“Yo también leo”, una aplicación fundada por Gemma Fàbregas y Marie Anne Aimée, fue diseñada a base de metodologías adaptadas a las necesidades de niñas y niños con capacidades cognitivas diferentes. Gemma y Marie Anne nos acompañarán en nuestro próximo webinar titulado “Tecnología educativa para una inclusión real”, que se transmitirá el martes 26 de abril a las 12:00 horas (Centro de México).

El esfuerzo educativo de esta tecnología se centra en facilitar el aprendizaje de infantes con neurodivergencias como autismo y Síndrome de Down. ¿Por qué es importante hacer un esfuerzo por hacer la enseñanza de la lectura accesible para todos los niños? La lectura provee a los estudiantes de habilidades básicas como el manejo del lenguaje, las reglas de ortografía, la sintaxis, la expresión de ideas, la imaginación, memoria, comprensión, y pensamiento crítico. La lectura no solo nos enseña a comunicarnos, también nos enseña a pensar. Es la senda a través de la cual se abren muchos de nuestros caminos cognitivos más básicos. Tomando en cuenta las experiencias tan particulares de las personas con neurodivergencia, cómo se relacionan con el acto de pensar, entender y expresar, habría que entender que la forma en que abordan la lectura también es diferente y representa una oportunidad para gestionar su enseñanza de forma distinta.

La tecnología es una forma de llegar a este objetivo, pero las herramientas tienen que estar planteadas en una comprensión profunda de cómo funciona el aprendizaje de los estudiantes con neurodivergencias y cómo guiarlos en su proceso didáctico. “Se parte de la motivación e intereses del niño o niña. Es un método activo, variado, lúdico y orientado hacia el éxito”, explicaron Fàbregas y Aimée sobre el fundamento teórico detrás de la aplicación. La misión en este respecto no es sencilla, la intención educativa que pretende esta tecnología lucha con sistemas y formas de aprendizaje muy arraigadas y ajenas a la forma de procesar y aprender dentro de las neurodivergencias.

Las invitadas reiteraron en una entrevista previa con el Observatorio la importancia de los refuerzos positivos como un balance para manejar la frustración que constantemente enfrentan los niños con capacidades intelectuales diferentes. Así como gestionar los errores como parte integral y neutral de la experiencia educativa. Este enfoque, junto con el uso puntual de la tecnología, presentan una ventaja enorme para asegurar un aprendizaje efectivo.

El proyecto fundado por Fàbregas y Aimée, y sobre el que comentarán en esta próxima entrega de nuestros webinars, está respaldado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Las emprendedoras también fueron asesoradas por Fundación Talita, que cuenta 25 años de experiencia en la educación de niños y niñas con desarrollo neuroatípico. La experiencia de nuestras ponentes como profesionales en su rubro, y mamás de niños con capacidades intelectuales diferentes, ofrecerá una valios perspectiva sobre el uso de las tecnologías para la accesibilidad educativa de las infancias neurodivergentes.

Gemma Fábregas es diseñadora y especialista en la creación de tecnología educativa inclusiva y de accesibilidad. Es cofundadora y CEO de Diversity Apps. Además, logró la certificación en áreas como “Usabilidad y experiencia de Usuario”, “Tecnología accesible” y “Materiales digitales accesibles”.

Marie Anne Aimée es directora técnica y cofundadora tanto de la Asociación Forma 21, como de Diversity Apps. Es formadora en el método global de lectura. Sus credenciales comprenden un grado en Trabajo Social, un postgrado en Trastornos Mentales y un máster en Programación Neurolingüística. También cuenta con certificaciones en “Estimulación infantil según el método Dorman” y en “Recursos didácticos: El juego como instrumento de aprendizaje”.

Si quieres saber más sobre los métodos para hacer accesible la educación a niños y niñas con neurodivergencias, no te pierdas nuestro próximo webinar, este martes 26 de abril a las 12:00 horas (Centro de México). El webinar será en idioma español, pero para más información sobre educación accesible en inglés, da clic a los enlaces incluidos al inicio del artículo.

Aclaración: en artículos anteriores hemos hablado sobre la diferencia entre inclusión y accesibilidad así como el uso distintivo de ambos términos provee de espacio para impulsar el propósito por una educación para todos, desde minorías sociales hasta personas con cualquier tipo de discapacidad. En España, el término inclusión real se usa para designar las metodologías pedagógicas y recursos que aseguran la calidad de la experiencia educativa de las personas con necesidades especiales. SI eres de habla inglesa y quieres saber más sobre los avances realizados en España para este rubro, puedes consultar este artículo académico, el repositorio documental de la Universidad de Valladolid, o la plataforma Inclusión Real Ya.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Opinión | ¿Qué está faltando en la enseñanza de la lectura?

Por: Sofía García-Bullé

En Estados Unidos, el 80 % de niños y jóvenes consume contenido en redes sociales, reporta la Asociación Americana de Psicología.

Los niños no están leyendo. Esa es una de las mayores preocupaciones que familias y docentes han externado desde que tenemos memoria. ¿Qué tan cierta es esta aseveración? ¿Qué grietas podemos encontrar en este argumento que a estas alturas se asemeja más a un mantra? En Estados Unidos, solo el 20 % de los adolescentes reporta leer libros, revistas o periódicos diariamente por entretenimiento, pero el otro 80 % consume contenido de redes sociales, según sostiene la Asociación Americana de Psicología.

En Inglaterra, 65 % de los niños de 5 a 15 años usan sitios o aplicaciones de redes sociales. En Colombia, de acuerdo a una encuesta publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), el 70.4 % de los colombianos mayores de cinco años leyeron en plataformas digitales en el último año, y el 64 % lo hicieron a través de redes sociales o servicios de mensajería.

No es si leen o no, es lo que están leyendo

Podríamos argumentar entonces que los niños y jóvenes sí están leyendo, ¿pero cuál es la calidad de lo que leen? ¿Están desarrollando las habilidades y herramientas cognitivas que se supone que la lectura otorga? Entre los beneficios de la lectura están el entendimiento del lenguaje, el vocabulario, la construcción de oraciones, la coherencia, el pensamiento crítico, la comprensión, la memoria, la imaginación, la apertura y tolerancia a puntos de vista e ideas diferentes, entre muchas otras más que necesitaríamos otro texto completo para abordar. ¿Qué tantas de estas facultades se entrenan leyendo publicaciones de Facebook y Twitter, o blogs e historias en Reddit?

Si bien, este es un tema altamente infra-estudiado, vale la pena abrir conversación sobre el valor de este tipo de lectura además de la manera en la que el Internet y el contenido digital está cambiando la forma en que niños y jóvenes aprenden y leen. En un contexto en el que todo tipo de información circula en todo momento y es de fácil acceso, podemos hablar de una democratización de contenidos, pero también de una sobreexposición a los mismos. Lo anterior dificulta la lectura profunda, que es de donde se desprende el aprendizaje de las habilidades recién mencionadas. En artículos anteriores, hemos hablado también sobre el manejo de información en redes sociales, las cámaras de eco y otras prácticas comunicativas que lastiman la calidad de la lectura y disminuyen significativamente su función como recurso didáctico.

Una cuestión de formatos

Las redes sociales son un espacio muy diverso, se pueden encontrar aprendizajes muy valiosos en subforos de Reddit o hilos de Twitter, o material completamente inútil y polarizante en los mismos foros. Un flujo de información tan variante debería verse caso por caso. Obviamente no sería posible cubrirlos todos, pero sí sería plausible realizar un trabajo de curaduría. Tomar una muestra pequeña de lo que vemos en la red, usarlo como material de estudio, hacer las preguntas correctas dependiendo del tema que se quiera tratar en clase: ¿Está bien escrita esta publicación? ¿Qué fallas de ortografía podrían detectarse? ¿Cómo se compara con un pasaje de un libro que trate el mismo tema? ¿La información es falsa, verdadera, tendenciosa, incompleta? ¿Qué pensamientos y emociones evoca?

Si hablamos de literatura, valioso y útil no es lo mismo. El Quijote es, sin duda, una de las obras literarias definitivas del idioma español, pero fallaríamos como docentes si no entendiéramos que su valor es más apreciativo que funcional. Es necesario tener una conversación sobre la diferencia entre los libros que nos muestran lo mejor del español, y los que nos enseñan a pensar y comunicar efectivamente dentro del español cotidiano. Son estos últimos los que pertenecen a los programas escolares de nivel básico, medio y medio superior.

En España, 88 estudiantes fueron encuestados sobre su conformidad con el material de lectura escogido por sus escuelas y su utilidad para inculcarles el hábito de la lectura. Jóvenes entre 15 y 18 años mostraron una seria desconexión entre las obras escogidas para sus institutos (la mayoría escritas en la época medieval) y su capacidad de relacionarse con estos contenidos para aprender de estos. “[…] La selección de los textos con que se pretende enseñar a leer literatura, aquellos prescritos en los currículos, no suelen ser adecuados a la experiencia vital, lectora y cultural de los adolescentes. Seguimos siendo rehenes del índice de la historia literaria nacional, en vez de abrirnos a los clásicos universales y a la literatura juvenil actual de calidad”, comentaron Guadalupe Jover y Rosa Linares, profesoras de lengua y coautoras del nuevo currículo de Lengua Castellana y Literatura, que es la norma que regula cómo se aprende y se evalúa la materia.

Para inculcar en niños y jóvenes el hábito de la lectura, no basta con escoger libros con contenido rico en estructura lingüística, vocabulario, ideas, posturas y todos los demás elementos que hacen una obra aplicable al material didáctico. También es necesario que conecte con el alumnado, que la comunicación que incluye no esté tan lejos de la que usan ellos, que las experiencias que narra o temas que maneja sean relacionables. Si a final de cuentas la lectura es una herramienta para entender mejor el mundo, comunicarse y navegarlo, tiene más sentido que el currículo esté compuesto de obras que reflejen el mundo en el que los estudiantes viven.

¿Qué piensas del hábito de la lectura en niños y jóvenes? ¿Piensas que va en declive? ¿Qué estrategias has usado para incentivar la lectura en los alumnos? Si eres estudiante ¿Cuáles libros preferirías leer en clase? ¿Te gustaría que se incluyeran medios digitales? ¿Cómo preferirías que se abordara la materia en el aula para motivar la lectura? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Opinión | ¿Censurar o conversar? El debate sobre los libros

Por: Sofía García-Bullé

El problema no es que los libros les enseñen a los niños a tener vergüenza de su raza, identidad o preferencia sexual. Somos los adultos los que fallamos en enseñar que los libros son aprendizaje, no vergüenza.

El tema acerca de la censura de materiales en las bibliotecas y programas escolares no es nuevo, pero con el auge de la teoría crítica de la raza y la pedagogía queer en las aulas, el debate sobre a cuáles libros deberían tener acceso los estudiantes y a cuáles no, llega de nuevo como tema central en materia de educación.

A principios del presente año, el autor Art Spiegelman protestó la decisión del distrito escolar de Tennessee, Estados Unidos, de retirar del currículum su novela gráfica Maus, una obra sobre la relación de Spiegelman con su padre, un sobreviente del holocausto. El libro retrata a los judíos como ratones y a los nazis como gatos. Las razones que se listaron para desafiar la distribución de este libro en las escuelas es que incluye un desnudo femenino y lenguaje profano. Decisiones como esta abren una conversación difícil y necesaria sobre qué tan posible es evitar completamente estos elementos en la narración de la historia real del Holocausto, así como el valor ético, histórico y emocional de no olvidar un episodio así.

Entender tanto las raíces y causas históricas a nivel general, así como el costo personal de quienes vivieron este momento histórico y cómo sigue repercutiendo a través de generaciones de familias afectadas, es el propósito de que existan libros que acerquen estos aprendizajes a niños y jóvenes. Es el mismo caso con los libros que hablan sobre la esclavitud, sobre la experiencia de las personas afroamericanas, inmigrantes, y minorías LGBTQ. ¿Por qué retirar libros que vengan de estas comunidades o que cuenten sus historias? ¿Por qué darle más importancia a una palabra obscena o un contenido, que si bien pudiera ser impropio, podría ser causa de conversación y aprendizaje en vez de censura?

El elefante en la biblioteca

Es importante reconocer y validar la inquietud de que hay temas o contenido que pudiera no ser apropiado para niños de determinadas edades. Pero existe una diferencia entre tener claro este punto de criterio a simplemente retirar libros de todos los programas escolares sin tomar en cuenta la edad de los estudiantes.

Podemos entender que las experiencias que relatan autores como Charles Dickens, Herman Hesse o Albert Camus, no son amigables para niños de primaria; reconociendo también retirarlos completamente del catálogo escolar cortaría el acceso para estudiantes en la pubertad o adolescencia, quienes deberían tener la oportunidad de hacer las preguntas y generar las conversaciones que la obra de estos autores genera. Nunca hemos visto un debate por censurar este perfil o grupo demográfico de autores, ni los temas tan duros que manejan. ¿Pero qué pasa si un autor quiere hablar sobre los cambios en la pubertad? ¿Sobre el racismo? ¿Sobre la vida de las personas fuera de la heteronormatividad?

La Asociación Americana de Bibliotecas sostuvo que del 2018 al 2019 la gran mayoría de los libros censurados incluían elementos o temáticas LGBTQ. Los 10 libros más desafiados en 2020 hablaban de historia afroamericana, diversidad y racismo.  Los libros con tramas históricas escritos por personas pertenecientes a estas comunidades son especialmente vulnerables a la censura, porque frecuentemente retratan momentos de la historia difíciles de abordar en un presente en el que tenemos una conciencia social más amplia. Es el mismo caso con las obras de no ficción que hablan del origen e impacto del desequilibrio social sobre las minorías.

Censurar no, acompañar sí.

Hay una conexión directa entre los temas de los libros censurados y las conversaciones que las familias consideran más complicadas de llevar con sus hijos. El hecho de que se vea a la censura como una forma tan concurrida para evitar estas conversaciones es un problema serio.

Si tomamos como ejemplo los desafíos a las obras que hablan de racismo, uno de los argumentos más fuertes dentro de la postura restrictiva, es el propósito de proteger a los niños de contenidos que les provoquen angustia o estrés. Otro es que ser expuesto a conceptos y experiencias ligados a la discriminación racial provoca a los niños vergüenza,  culpa por ser blancos, inferioridad si pertenecen a una minoría racial, sentimientos antipatrióticos, o división social desde las aulas. Cuando en los libros o clases se manejan temas sobre educación sexual, el contraargumento es también proteger a los menores de información no adecuada para su edad, así como otorgar a las familias el derecho a decidir sobre cuándo y cómo inicia la educación sexual de sus hijos. En artículos anteriores hemos hablado del dilema moral que esto representa.

Se pueden censurar libros que generen preguntas que como adultos nos pongan incómodos, ya sea de temas de raza o de sexualidad; se pueden también establecer criterios que faciliten que niños muy jóvenes no sean expuestos a material sensible sin supervisión de adultos. Pero lo que no podemos hacer es desaparecer las realidades de las que hablan los libros que prohibimos, ni evitar que niños o adolescentes se topen con estas realidades en algún momento de su vida.

Cuando elegimos restringir en vez de dialogar, suprimimos las conversaciones que los niños necesitan para desarrollar herramientas básicas que los ayuden a entender el mundo a su alrededor, a veces hasta a sí mismos, no podemos comenzar a hablar del impacto que provoca esto no tener estos recursos.

“Lo ignoré durante mucho tiempo. Creo que cuando fui niña, si un libro me hubiera mostrado que esa era una vida que podía ser vivida, habría tenido mucha más paz en el camino a la aceptación de mi bisexualidad”. Para Gabrielle Izu, estudiante de último año de la preparatoria James E. Taylor en Houston Texas, la prohibición en bibliotecas y aulas de temas ligados a identidades raciales, sexuales y de género, es un asunto profundo y personal. Lo es también para muchos estudiantes de su zona que sienten su perspectiva y derecho de visibilidad borrados de su espacio educativo. Así  lo comentó para el Texas Tribune, en conjunto con estudiantes decididos a tomar agencia sobre su propio aprendizaje y a intentar las conversaciones difíciles. Una posición que a muchos adultos se nos dificulta tomar.

La forma en que abordamos la educación desde una perspectiva adultocentrista dice mucho sobre qué necesitamos cuestionarnos y evaluar para ser mejores educadores, ya sea en la casa o en la escuela. Si hablamos de educación y raza, el problema no es que a los niños se les esté incluyendo un material de lectura que les provoque vergüenza de ser blancos, o inferioridad por no serlo. El problema es que los adultos estamos fallando en enseñarles que el pasado histórico, y el contexto social que nos explica, son para reconocer y aprender, no para avergonzarse ni deprimirse, porque eso no lo hemos aprendido tampoco nosotros. Y cuando el tema es la educación sexual, quizás la clave sea entender que el acompañamiento, el diálogo, el pensamiento crítico y la empatía siempre serán mejores recursos didácticos que el silencio.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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¿Por qué cerrar las Escuelas a Tiempo Completo es un retroceso?

Por: Sofía García-Bullé

El 70 % de estas escuelas estaban en zonas indígenas y rurales, y el 55 % de los menores beneficiados estaban por debajo de la línea de pobreza.

El Diario Oficial de la Federación de México anunció hace unos días la eliminación de los programas de Escuelas a Tiempo Completo. Estos proyectos proveían de clases suplementarias y alimentación a 3.6 millones de niñas y niños en condiciones de pobreza en México. Con el cierre de estos programas, se prevén ramificaciones negativas de alto impacto para las familias beneficiadas por este proyecto.

Estas instancias ofrecían entre 1.5 y 3.5 horas de clases extracurriculares de disciplinas como música, arte, deporte y lenguas extranjeras (especialmente inglés) en las que participaban infantes de 5 a 14 años en zonas de mucha vulnerabilidad económica. El 70 % de las escuelas participantes se encuentran en zonas indígenas y rurales, y el 55 % de los niños bajo el manto de este programa viven por debajo de la línea de pobreza.

“El programa Escuelas a Tiempo Completo era un igualador social, una muestra de política pública buena para la equidad, la seguridad y el desarrollo”, comentó Ana Razo, investigadora en prácticas educativas del CIDE, para el periódico El País. Razo explicó que la eliminación del programa recrudecerá las condiciones de población en alta marginación, especialmente las familias e infancias con un nivel de pobreza tan crítico que necesitan apoyo del Estado.

Otra pérdida significativa se verá en el desempeño escolar de los estudiantes apoyados por la iniciativa. Evaluaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política y el Desarrollo Social (CONEVAL), consideraron que, de 2007 a 2017, las Escuelas a Tiempo Completo fueron el mejor modelo de equidad para evitar el rezago escolar.

¿Cómo afectará el cierre a las mujeres trabajadoras?

El término de las Escuelas a Tiempo Completo también implica un duro golpe y retroceso para las mujeres trabajadoras con hijos. La falta de oferta de un recinto con labores de cuidado para infantes tendrá consecuencias serias, volviendo más crítico el éxodo laboral de las mujeres en el campo y comunidades indígenas. Además, deja en estado aún más precario la economía de estas familias, que perderían aproximadamente la mitad de su ingreso ante la necesidad de que las madres reduzcan sus horas o abandonen su trabajo para realizar estas labores de cuidado.

Esta medida se realizó sin tener alineado un plan de contención o manera de suplir los programas que serán cerrados. Por lo que la posibilidad de alivio para las comunidades abandonadas ante esta decisión es nula hasta al menos al próximo sexenio. “Literalmente vamos a echar a niñas de 12 años a la calle a las 12 y media del día, eso es lo que va a pasar. Cuando estaba abierta la escuela antes de la pandemia, podían estar en la escuela hasta las 4 o 6 de la tarde, comían ahí…”  David Calderón, presidente de Mexicanos Primero, una de las organizaciones que ayudaba a hacer posible estos proyectos, expresó su frustración ante una posible crisis de seguridad para las infancias afectadas por este cierre. Calderón tachó la presente disposición federal como un proceso unilateral, sostuvo que las decisiones tomadas concernientes a la eliminación de los programas de realizaron sin estudios, ni consultas, y que tampoco se tomó en cuenta a las dependencias estatales.

¿Habías escuchado sobre el cierre de estas escuelas? ¿Cuál es tu postura con respecto a esta medida? ¿Qué ramificaciones crees pueda tener en el terreno educativo, económico y social? ¿Has participado en alguno de estos proyectos? ¿Cómo te afecta este cierre? Te invitamos a compartir tu perspectiva sobre este sensible tema en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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