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¡Descarga 4 documentos de la CLADE sobre la Educación de Personas Jóvenes y Adultas!

Por: RedClade. 

 

n América Latina y el Caribe, millones de estudiantes están en la EPJA; te invitamos a escuchar las voces de estas personas, así como de docentes y especialistas en esta modalidad educativa, a través de nuestras consultas y documentos

¿Qué esperan las personas jóvenes y adultas de los procesos educativos? ¿Qué desean, cuáles son sus expectativas? ¿Qué obstáculos encuentran en el camino y qué recomendaciones hacen para que sus aprendizajes sean más pertinentes y relevantes? Por otra parte, ¿qué piensan las personas que investigan la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) en América Latina y el Caribe?

Para responder a estas preguntas, la CLADE ha impulsado consultas con docentes, estudiantes y especialistas de la EPJA de distintos países de la región. Muchos de los testimonios y recomendaciones así recogidos se presentan en el marco de la iniciativa “Ampliando Voces: Miradas y propuestas para la Educación de Personas Jóvenes y Adultas en la perspectiva de sus sujetos”.

En este contexto, la CLADE elaboró informes de las consultas realizadas con las comunidades educativas de la EPJA, así como otros documentos que reúnen a recomendaciones y propuestas hacia la realización de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas como un derecho humano clave para la garantía de otros derechos. Descarga estos recursos a continuación:

No dejar a nadie atrás: El rol central de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas en la implementación de la Agenda 2030

En este documento, planteamos la importancia y el impacto de una EPJA consolidada, con políticas y presupuesto público asignado, para la promoción de otros derechos humanos y libertades fundamentales, y para la plena implementación de un desarrollo sostenible.

Ampliando Voces: La Educación de Personas Jóvenes y Adultas desde la mirada de investigadoras e investigadores de América Latina y el Caribe

El documento presenta una serie de entrevistas con especialistas del campo de la EPJA en la región.

Llamado a la acción por el derecho a la Educación de Personas Jóvenes y Adultas

Presentamos este documento de propuestas y recomendaciones,  como contribución a la VI Conferencia Internacional de Educación de Personas Jóvenes y Adultas (CONFINTEA VI).

Ampliando Voces: La Educación de Personas Jóvenes y Adultas desde la mirada de sus sujetos

La publicación reúne los resultados de consultas con estudiantes y docentes de la EPJA de 14 países de América Latina y el Caribe,, sobre avances, propuestas y desafíos para esta modalidad educativa. Asimismo, se entrevistó a especialistas de 12 países de la región.

¿Quieres saber más sobre nuestra lucha por el derecho humano a la educación? Ingresa a todas las publicaciones de la CLADE.

Fuente de los documentos: https://redclade.org/noticias/documentos-clade-epja/

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La importancia del acto de leer. Paulo Freire

Redacción: perio.unlp.edu.ar

Rara ha sido la vez, a lo largo de tantos años de práctica pedagógica, y por lo tanto política, en que me he permitido la tarea de abrir, de inaugurar o de clausurar encuentros o congresos.

Acepté hacerlo ahora, pero de la manera menos formal posible. Acepté venir aquí para hablar un poco de la importancia del acto de leer.

Me parece indispensable, al tratar de hablar de esa importancia, decir algo del momento mismo en que me preparaba para estar aquí hoy; decir algo del proceso en que me inserté mientras iba escribiendo este texto que ahora leo, proceso que implicaba una comprensión crítica del acto de leer, que no se agota en la descodificación pura de la palabra escrita o del lenguaje escrito, sino que
se anticipa y se prolonga en la inteligencia del mundo. La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente. La comprensión del texto a ser alcanzada por su lectura crítica implica la percepción de relaciones entre el texto y el contexto. Al intentar escribir sobre la importancia del acto de leer, me sentí llevado –y hasta con gusto– a “releer” momentos de mi práctica, guardados en la memoria, desde las experiencias más remotas de mi infancia, de mi adolescencia, de mi juventud, en que la importancia del acto de leer se vino constituyendo en mí.

Al ir escribiendo este texto, iba yo “tomando distancia” de los diferentes momentos en que el acto de leer se fue dando en mi experiencia existencial. Primero, la “lectura” del mundo, del pequeño mundo en que me movía; después la lectura de la palabra que no siempre, a lo largo de mi escolarización, fue la lectura de la “palabra-mundo”.

La vuelta a la infancia distante, buscando la comprensión de mi acto de “leer” el mundo particular en que me movía –y hasta donde no me está traicionando la memoria– me es absolutamente  significativa. En este esfuerzo al que me voy entregando, re-creo y re-vivo, en el texto que escribo, la experiencia en el momento en que aún no leía la palabra. Me veo entonces en la casa mediana en que nací en Recife, rodeada de árboles, algunos de ellos como si fueran gente, tal era la intimidad entre nosotros; a su sombra jugaba y en sus ramas más dóciles a mi altura me experimentaba en riesgos menores que me preparaban para riesgos y aventuras mayores. La vieja casa, sus cuartos, su corredor, su sótano, su terraza –el lugar de las flores de mi madre–, la amplia quinta donde se hallaba, todo eso fue mi primer mundo. En él gateé, balbuceé, me erguí, caminé, hablé. En verdad, aquel mundo especial se me daba como el mundo de mi actividad perceptiva, y por eso mismo como el mundo de mis primeras lecturas. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto –en cuya percepción me probaba, y cuanto más lo hacía, más aumentaba la capacidad de percibir– encarnaban una serie de cosas, de objetos, de señales, cuya comprensión yo iba aprendiendo en mi trato con ellos, en mis relaciones mis hermanos mayores y con mis padres.

Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban en el canto de los pájaros: el del sanbaçu, el del olka-pro-caminho-quemvem, del bem-te-vi, el del sabiá; en la danza de las copas de los árboles sopladas por fuertes vientos que anunciaban tempestades, truenos, relámpagos; las aguas de la lluvia jugando a la geografía, inventando lagos, islas, ríos, arroyos. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban también en el silbo del viento, en las nubes del cielo, en sus colores, en sus movimientos; en el color del follaje, en la forma de las hojas, en el aroma de las hojas –de las rosas, de los jazmines–, en la densidad de los árboles, en la cáscara de las frutas. En la tonalidad diferente de colores de una misma fruta en distintos momentos: el verde del mango-espada hinchado, el amarillo verduzco del mismo mango madurando, las pintas negras del mango ya más que maduro. La relación entre esos colores, el desarrollo del fruto, su resistencia a nuestra manipulación y su sabor. Fue en esa época, posiblemente, que yo, haciendo y viendo hacer, aprendí la significación del acto de palpar.

De aquel contexto formaban parte además los animales: los gatos de la familia, su manera mañosa de enroscarse en nuestras piernas, su maullido de súplica o de rabia; Joli, el viejo perro negro de mi padre, su mal humor cada vez que uno de los gatos incautamente se aproximaba demasiado al lugar donde estaba comiendo y que era suyo; “estado de espíritu”, el de Joli en tales momentos, completamente diferente del de cuando casi deportivamente perseguía, acorralaba y mataba a uno de los zorros responsables de la desaparición de las gordas gallinas de mi abuela.

De aquel contexto –el del mi mundo inmediato– formaba parte, por otro lado, el universo del lenguaje de los mayores, expresando sus creencias, sus gustos, sus recelos, sus valores. Todo eso ligado a contextos más amplios que el del mi mundo inmediato y cuya existencia yo no podía ni siquiera sospechar.

En el esfuerzo por retomar la infancia distante, a que ya he hecho referencia, buscando la comprensión de mi acto de leer el mundo particular en que me movía, permítanme repetirlo, re-creo, re-vivo, la experiencia vivida en el momento en que todavía no leía la palabra. Y algo que me parece importante, en el contexto general de que vengo hablando, emerge ahora insinuando su
presencia en el cuerpo general de estas reflexiones. Me refiero a mi miedo de las almas en pena cuya presencia entre nosotros era permanente objeto de las conversaciones de los mayores, en el tiempo de mi infancia. Las almas en pena necesitaban de la oscuridad o la semioscuridad para aparecer, con las formas más diversas: gimiendo el dolor de sus culpas, lanzando carcajadas burlonas, pidiendo oraciones o indicando el escondite de ollas. Con todo, posiblemente hasta mis siete años en el barrio de Recife en que nací iluminado por faroles que se perfilaban con cierta dignidad por las calles. Faroles elegantes que, al caer la noche, se “daban” a la vara mágica de quienes los encendían. Yo acostumbraba acompañar, desde el portón de mi casa, de lejos, la figura flaca del “farolero” de
mi calle, que venía viniendo, andar cadencioso, vara iluminadora al hombro, de farol en farol, dando luz a la calle. Una luz precaria, más precaria que la que teníamos dentro de la casa. Una luz mucho más tomada por las sombras que iluminadora de ellas.

No había mejor clima para travesuras de las almas que aquél. Me acuerdo de las noches en que, envuelto en mi propio miedo, esperaba que el tiempo pasara, que la noche se fuera, que la madrugada semiclareada fuera llegando, trayendo con ella el canto de los pajarillos “amanecedores”.

Mis temores nocturnos terminaron por aguzarme, en las mañanas abiertas, la percepción de un sinnúmero de ruidos que se perdía en la claridad y en la algaraza de los días y resultaban misteriosamente subrayados en el silencio profundo de las noches.

Pero en la medida en que fui penetrando en la intimidad de mi mundo, en que lo percibía mejor y lo “entendía” en la lectura que de él iba haciendo, mis temores iban disminuyendo.

Pero, es importante decirlo, la “lectura” de mi mundo, que siempre fundamental para mí, no hizo de mí sino un niño anticipado en hombre, un racionalista de pantalón corto. La curiosidad del niño no se iba a distorsionar por el simple hecho de ser ejercida, en lo cual fui más ayudado que estorbado
por mis padres. Y fue con ellos, precisamente, en cierto momento de esa rica experiencia de  comprensión de mi mundo inmediato, sin que esa comprensión significara animadversión por lo que tenía encantadoramente misterioso, que comencé a ser introducido en la lectura de la palabra. El desciframiento de la palabra fluía naturalmente de la “lectura” del mundo particular. No era algo que
se estuviera dando supuesto a él. Fui alfabetizado en el suelo de la quinta de mi casa, a la sombra de los mangos, con palabras de mi mundo y no del mundo mayor de mis padres. El suelo mi pizarrón y las ramitas fueron mis tizas.

Es por eso por lo que, al llegar a la escuelita particular de Eunice Vasconcelos, cuya desaparición reciente me hirió y me dolió, y a quien rindo ahora un homenaje sentido, ya estaba alfabetizado. Eunice continúo y  profundizó el trabajo de mis padres. Con ella, la lectura de la palabra, de la
frase, de la oración, jamás significó una ruptura con la “lectura” del mundo. Con ella, la lectura de la palabra fue la lectura de la “palabra-mundo”.

Hace poco tiempo, con profundo emoción, visité la casa donde nací. Pisé el mismo suelo en que me erguí, anduve, corrí, hablé y aprendí a leer. El mismo mundo, el primer mundo que se dio a mi comprensión por la “lectura” que de él fui haciendo. Allí reencontré algunos de los árboles de mi infancia. Los reconocí sin dificultad. Casi abracé los gruesos troncos –aquellos jóvenes troncos de mi
infancia. Entonces, una nostalgia que suelo llamar mansa o bien educada, saliendo del suelo, de los árboles, de la casa, me envolvió cuidadosamente. Dejé la casa contento, con la alegría de quien reencuentra personas queridas.

Continuando en ese esfuerzo de “releer” momentos fundamentales de experiencias de mi infancia, de mi adolescencia, de mi juventud, en que la comprensión crítica de la importancia del acto de leer se fue constituyendo en mí a través de su práctica, retomo el tiempo en que, como alumno del llamado curso secundario, me ejercité en la percepción crítica de los textos que leía en clase, con la colaboración, que hasta hoy recuerdo, de mi entonces profesor de lengua portuguesa.

No eran, sin embargo, aquellos momentos puros ejercicios de los que resultase un simple darnos cuenta de la existencia de una página escrita delante de nosotros que debía ser cadenciada, mecánica y fastidiosamente “deletrada” en lugar de realmente leída. No eran aquellos momentos “lecciones de lectura” en el sentido tradicional esa expresión. Eran momentos en que los textos se ofrecían a nuestra búsqueda inquieta, incluyendo la del entonces joven profesor José Pessoa. Algún tiempo después, como profesor también de portugués, en mis veinte años, viví intensamente la importancia del acto de leer y de escribir, en el fondo imposibles de dicotomizar, con alumnos de los primeros años del entonces llamado curso secundario. La conjugación, la sintaxis de concordancia,
el problema de la contradicción, la enciclisis pronominal, yo no reducía nada de eso a tabletas de conocimientos que los estudiantes debían engullir. Todo eso, por el contrario, se proponía a la curiosidad de los alumnos de manera dinámica y viva, en el cuerpo mismo de textos, ya de autores que estudiábamos, ya de ellos mismos, como objetos a desvelar y no como algo parado cuyo perfil yo describiese. Los alumnos no tenían que memorizar mecánicamente la descripción del objeto, sino aprender su significación profunda. Sólo aprendiéndola serían capaces de saber, por eso, de memorizarla, de fijarla. La memorización mecánica de la descripción del objeto no se constituye en conocimiento del objeto. Por eso es que la lectura de un texto, tomado como pura descripción de un objeto y hecha en el sentido de memorizarla, ni es real lectura ni resulta de ella, por lo tanto, el conocimiento de que habla el texto.

Creo que mucho de nuestra insistencia, en cuanto profesores y profesoras, en que los estudiantes “lean”, en un semestre, un sinnúmero de capítulos de libros, reside en la comprensión errónea que a veces tenemos del  acto de leer. En mis andanzas por el mundo, no fueron pocas las veces en que
los jóvenes estudiantes me hablaron de su lucha con extensas bibliografías que eran mucho más para ser “devoradas” que para ser leídas o estudiadas.  Verdaderas “lecciones de lectura” en el sentido más tradicional de esta expresión, a que se hallaban sometidos en nombre de su formación científica y de las que debían rendir cuenta a través del famoso control de lectura. En algunas ocasiones llegué incluso a ver, en relaciones bibliográficas, indicaciones sobre las páginas de este o aquel capítulo de tal o cual libro que debían leer: “De la página 15 a la 37”.

La insistencia en la cantidad de lecturas sin el adentramiento debido en los textos a ser comprendidos, y no mecánicamente memorizados, revela una visión mágica de la palabra escrita. Visión que es urgente superar. La misma, aunque encarnada desde otro ángulo, que se encuentra, por ejemplo, en quien escribe, cuando identifica la posible calidad o falta de calidad de su trabajo con
la cantidad páginas escritas. Sin embargo, uno de los documentos filosóficos más importantes que disponemos, las Tesis sobre Feuerbach de Marx, ocupan apenas dos páginas y media…

Parece importante, sin embargo, para evitar una comprensión errónea de lo que estoy afirmando, subrayar que mi crítica al hacer mágica la palabra no significa, de manera alguna, una posición poco responsable de mi parte con relación a la necesidad que tenemos educadores y educandos de leer, siempre y seriamente, de leer los clásicos en tal o cual campo del saber, de adentrarnos en los textos, de crear una disciplina intelectual, sin la cual es posible nuestra práctica en cuanto profesores o estudiantes.

Todavía dentro del momento bastante rico de mi experiencia como profesor de lengua portuguesa, recuerdo, tan vivamente como si fuese de ahora y no de un ayer ya remoto, las veces en que me demoraba en el análisis de un texto de Gilberto Freyre, de Lins do Rego, de Graciliano Ramos, de Jorge Amado. Textos que yo llevaba de mi casa y que iba leyendo con los estudiantes, subrayando aspectos de su sintaxis estrechamiento ligados, con el buen gusto de su lenguaje. A aquellos análisis añadía comentarios sobre las necesarias diferencias entre el portugués de Portugal y el portugués de Brasil.

Vengo tratando de dejar claro, en este trabajo en torno a la importancia del acto de leer –y no es demasiado repetirlo ahora–, que mi esfuerzo fundamental viene siendo el de explicar cómo, en mí, se ha venido destacando esa importancia. Es como si estuviera haciendo la “arqueología” de mi
comprensión del complejo acto de leer, a lo largo de mi experiencia existencial. De ahí que haya hablado de momentos de mi infancia, de mi adolescencia, de  los comienzos de mi juventud, y termine ahora reviendo, en rasgos generales, algunos de los aspectos centrales de la proposición que hice hace algunos años en el campo de la alfabetización de adultos.

Inicialmente me parece interesante reafirmar que siempre vi la alfabetización de adultos como un acto político y como un acto de conocimiento, y por eso mismo un acto creador. Para mí sería imposible de comprometerme en un trabajo de memorización mecánica de ba-be-bi-bo-bu, de la-le-li-lo-lu. De ahí que tampoco pudiera reducir la alfabetización a la pura enseñanza de la palabra, de las sílabas o de las letras. Enseñanza en cuyo proceso el alfabetizador iría “llenando” con sus palabras las cabezas supuestamente “vacías” de los alfabetizandos. Por el contrario, en cuanto acto de conocimiento y acto creador, el proceso de la alfabetización tiene, en el alfabetizando, su sujeto. El hecho de que éste necesite de la ayuda del educador, como ocurre en cualquier acción pedagógica, no significa que la ayuda del educador deba anular su creatividad y su responsabilidad en la creación de su lenguaje escrito y en la lectura de su lenguaje. En realidad, tanto el alfabetizador como el  alfabetizando, al tomar, por ejemplo, un objeto, como lo hago ahora con el que tengo entre los
dedos, sienten el objeto, perciben el objeto sentido y son capaces de expresar verbalmente el objeto sentido y percibido. Como yo, el analfabeto es capaz de sentir la pluma, de percibir la pluma, de decir la pluma. Yo, sin embargo, soy capaz de no sólo sentir la pluma, sino además de escribir pluma y, en
consecuencia, leer pluma. La alfabetización es la creación o el montaje de la expresión escrita de la expresión oral. Ese montaje no lo puede hacer el educador para los educandos, o sobre ellos. Ahí tiene él un momento de su tarea creadora.

Me parece innecesario extenderme más, aquí y ahora, sobre lo que he desarrollado, en diferentes momentos, a propósito de la complejidad de este proceso. A un punto, sin embargo, aludido varias veces en este texto, me gustaría volver, por la significación que tiene para la comprensión crítica del
acto de leer y, por consiguiente, para la propuesta de alfabetización a que me he consagrado. Me refiero a que la lectura del mundo precede siempre a la lectura de la palabra y la lectura de ésta implica la continuidad de la lectura de aquél.  En la propuesta a que hacía referencia hace poco, este movimiento del mundo a la palabra y de la palabra al mundo está siempre presente. Movimiento en que la palabra dicha fluye del mundo mismo a través de la lectura que de él hacemos.  De alguna manera, sin embargo, podemos ir más lejos y decir que la lectura de la palabra no es sólo precedida por la lectura del mundo sino por cierta forma de “escribirlo” o de “rescribirlo”, es decir de transformarlo a través de nuestra práctica consciente.

Este movimiento dinámico es uno de los aspectos centrales, para mí, del proceso de alfabetización. De ahí que siempre haya insistido en que las palabras con que organizar el programa de alfabetización debían provenir del universo  vocabular de los grupos populares, expresando su verdadero lenguaje, sus anhelos, sus inquietudes, sus reivindicaciones, sus sueños. Debían venir cargadas de la significación de su experiencia existencial y no de la experiencia del educador. La investigación de lo que llamaba el universo vocabular nos daba así las palabras del Pueblo, grávidas de mundo. Nos llegaban a través de la lectura del mundo que hacían los grupos populares. Después volvían a ellos,
insertas en lo que llamaba y llamo codificaciones, que son representaciones de la realidad.

La palabra ladrillo, por ejemplo, se insertaría en una representación pictórica, la de un grupo de albañiles, por ejemplo, construyendo una casa. Pero, antes de la devolución, en forma escrita, de la palabra oral de los grupos populares, a ellos, para el proceso de su aprehensión y no de su memorización mecánica, solíamos desafiar a los alfabetizandos con un conjunto de situaciones
codificadas de cuya descodificación o “lectura” resultaba la percepción crítica de lo que es la cultura, por la comprensión de la práctica o del trabajo humano, transformador del mundo, En el fondo, ese conjunto de representaciones de situaciones concretas posibilitaba a los grupos populares una “lectura” de la “lectura” anterior del mundo, antes de la lectura de la palabra.

Esta “lectura” más crítica de la “lectura” anterior menos crítica del mundo permitía a los grupos populares, a veces en posición fatalista frente a las injusticias, una comprensión diferente de su indigencia.

Es en este sentido que la lectura crítica de la realidad, dándose en un proceso de alfabetización o no, y asociada sobre todo a ciertas prácticas claramente políticas de movilización y de organización, puede constituirse en un instrumento para lo que Gramsci llamaría acción contrahegemónica.

Concluyendo estas reflexiones en torno a la importancia del acto de leer, que implica siempre percepción crítica, interpretación y “reescritura” de lo leído, quisiera decir que, después de vacilar un poco, resolví adoptar el procedimiento que he utilizado en el tratamiento del tema, en consonancia con mi forma de ser y con lo que puedo hacer.

Finalmente, quiero felicitar a quienes idearon y organizaron este congreso. Nunca, posiblemente, hemos necesitado tanto de encuentros como éste, como ahora.

12 de noviembre de 1981
En Freire, Paulo (1991), La imp

Fuente: https://perio.unlp.edu.ar/catedras/system/files/la_importancia_del_acto_de_leer.pdf

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La reforma de Bolsonaro que destruye la jubilación en Brasil

Redacción: República

Desde su anuncio, la reforma de la Previdencia, propuesta por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, domina hoy los debates en la sociedad brasileña por su gran impacto, principalmente en la clase obrera, la más perjudicada.

El proyecto de modificación en el sistema de jubilaciones y pensiones es una de las principales promesas de campaña de Bolsonaro, que en febrero presentó la iniciativa al Congreso, con la que pretende ahorrar un billón de reales (cerca de 270 mil millones de dólares) en los próximos 10 años.

Pese a que en casi todos los sectores se comenta acerca de lo que perjudicaría su aprobación, en particular en las segmentos más pobres, resulta difícil asimilar las reales dificultades que enfrentarán los trabajadores si el texto de ley finalmente es aprobado por diputados y senadores.

Entre los principales puntos criticados en la reforma está la creación de un nuevo sistema de previsión, basado en la capitalización, como en Chile, y el establecimiento de una edad mínima para jubilación de 65 años para hombres y 62 para mujeres (actual 60 y 55), al final de un período de transición de 12 calendarios.

Con ese tiempo mínimo, el trabajador tendría derecho al 60 por ciento del valor de la pensión integral.

Entendidos alertan que convertir este método en un programa de capitalización individual significa poner el futuro de las personas en manos del sistema financiero.

Su debate en el Congreso constituye la principal prueba de fuego de la administración del político de extrema derecha.

De no aprobarse, podría extinguirse la continuidad de Bolsonaro en el cargo, según analistas políticos.

A las claras, con la ‘nueva Previdencia’ se requerirá un tiempo mínimo de 20 años de contribución (25 en el caso de servidores públicos) que permitirá al trabajador jubilarse solo recibiendo el 60 por ciento del valor del beneficio.

En esta lógica, para recibir el ciento por ciento del valor del beneficio, será necesario, en total, 40 años de contribución.

Bajo tal escenario, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, llamó a unirse a la lucha de los sindicatos contra la Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC), de la reforma de la Previdencia, que restringe el acceso y reduce los beneficios previsionales.

La PEC dificulta el acceso y reduce ese valor al establecer la obligatoriedad de la edad mínima, como propone el Gobierno, además de retirar de la Constitución el sistema de Seguridad Social brasileño.

De acuerdo con el dirigente obrero, Bolsonaro también quiere acabar con el pago de la multa del 40 por ciento del Fondo de Garantía del Tempo de Servicio (FGTS) a los trabajadores que se jubilan y continúan laborando en la misma empresa, entre otras perversidades.

Con la oferta de reforma, el Ejecutivo no está atacando solamente con el retiro, sino también con derechos sociales y previsionales garantizados por la Constitución como la ayuda por enfermedad, denunció Freitas.

Para Dão Real Pereira dos Santos, director de Relaciones Institucionales del Instituto Justicia Fiscal y miembro del colectivo Auditores Fiscales por la Democracia, ‘son tantos los argumentos contra la reforma de la Previdencia que es embarazoso comprender la insistencia que los medios de comunicación han dado a esta modificación’.

Los medios indican, de boca llena, que sin reformar la previsión el país se rompe. Cuando analizamos los principales argumentos percibimos que faltan algunas piezas en este rompecabezas, señaló el académico.

Precisó que los problemas alegados como motivos para la reforma o no existen o podrían resolverse de otra forma mucho menos traumática para los trabajadores. En ese sentido mencionó la cuestión del déficit de la previsión.

Insistió en que la suma de los beneficios pagados tiene que ser menor que la suma de las contribuciones de los empleados y de las empresas.

Es decir, apuntó, ‘los defensores de la reforma no consideran que la previsión pública es parte de lo que llamamos seguridad social y su financiamiento se da por varias fuentes, además de las cotizaciones previsionales’.

La Constitución Federal prevé diversas contribuciones sociales para financiar la seguridad, además de los propios presupuestos fiscales de los gobiernos.

Por lo anterior debe entenderse que ‘la seguridad social constituye un derecho, así como la salud, la educación, la asistencia, el acceso a la cultura, entre otros. Por otra parte, la previsión pública es la exacta concreción del principio de solidaridad’, reflexionó Pereira dos Santos.

Se trata, subrayó, de un gran pacto civilizatorio de solidaridad entre generaciones, en el que la sociedad financia las condiciones para que los jubilados o discapacitados puedan vivir sin tener que trabajar.

Por el momento, el secretario especial de Previsión y Trabajo del Ministerio de Economía, Rogério Marinho, aseguró que el Gobierno podría retirar de la iniciativa de reforma las nuevas reglas para la jubilación rural y los beneficios a ancianos de bajos recursos si la mayoría de los legisladores decide.

Fuente: https://www.republica.com.uy/la-reforma-de-bolsonaro-que-destruye-la-jubilacion-en-brasil-id706375/

 

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“Es urgente generar un movimiento pedagógico latinoamericano que fortalezca puentes para construir una educación liberadora”

Por: Thais Iervolino, para CLADE.

En diálogo con la CLADE, Martín Ferrari, uno de los directores del documental “Educación en Movimiento”, cuenta sobre el proceso de elaboración de la película, que registra experiencias de educación emancipadora de América Latina y el Caribe

Mujeres campesinas que producen y se forman en medio del avance del agronegocio sobre sus tierras. Docentes y estudiantes indígenas que reivindican su historia y recuperan su lengua. Personas jóvenes y adultas que buscan terminar sus estudios, mientras se organizan para defender sus derechos. Educadores que construyen escuelas junto a su comunidad. Estas son algunas de las experiencias reunidas en el documental “La Educación en Movimiento”.

Educar para la Libertad

La educación liberadora también es tema de la iniciativa de la CLADE “Educar para la Libertad”, cuyo objetivo es estimular, promover y realizar círculos de diálogos y acciones para defender una educación emancipadora, que involucren educadoras y educadores, sindicatos docentes, movimientos y organizaciones, investigadoras e investigadores, autoridades públicas, comunidades educativas y organizaciones de la sociedad civil. Lee +.

Lanzada la semana pasada, la película fue dirigida por los argentinos Malena Noguer y Martín Ferrari que, entre 2015 y 2016, atravesaron 45,000 km del continente latinoamericano, visitando a 10 países y registrando experiencias educativas de 15 movimientos sociales, en más de 500 días de rodaje, 100 entrevistas y 300 horas filmadas. El resultado es un documental de resistencia a la mercantilización de la educación en toda la región, que cuestiona los sentidos de la educación, desde las vidas y voces de protagonistas de siete experiencias, con miras a abrir el debate sobre qué educación queremos y para qué sociedad.

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE)entrevistó a uno de los directores de la película, Martín Ferrari, quien comenta la trayectoria de realización del documental, las experiencias educativas liberadoras en él registradas, así como los avances y retos de la educación de la región que se identificaron en este proceso.

A continuación, puedes leer la primera parte de este diálogo con Martín Ferrari.

¿Por qué decidieron realizar una película sobre educación liberadora en América Latina y el Caribe? ¿Y por qué el nombre “La Educación en Movimiento”?

Martín Ferrari – El proyecto comenzó hace cuatro años, cuando conocí Malena en un bachillerato popular – que son escuelas públicas populares en Argentina, que nacieron después de la crisis de 2001, en 2004, 2005 y 2006, en fábricas recuperadas, en barrios, comedores y apoyos escolares. Fue allí donde empezamos a preguntarnos “¿Qué pasaba con otras experiencias a lo largo y ancho de nuestra Latinoamérica?”

En relación al interés y argumento, era algo que tenía que ver con dar evidencia a estas experiencias, mostrarlas. Sabíamos que había mucho en escrito sobre estas experiencias de educación en movimientos sociales, pero no había material audiovisual. Fue cuando decidimos tomar en nuestras manos las herramientas audiovisuales – ya que tanto Malena como yo no somos cineastas, nos hemos forjado tanto en la realización de este documental, como en una etapa de formación previa muy intensiva – pero las tomamos como herramientas clave de disputa de sentido en esta época. El lenguaje audiovisual es un formato que está marcando la construcción de sentidos, de subjetividad en nuestras vidas, y lo adoptamos para la formulación de este proyecto.

Después, hay un interés que tiene que ver con el giro hacia la derecha que está viviendo nuestra región y que nos obligó a que este material no quedara en una computadora. La película nace después que la llevamos a Argentina con 300 horas filmadas y notamos la situación en que están las trabajadoras y trabajadores de educación en el país. Conectamos con toda la situación de la región: el impeachment de Dilma, el acuerdo de paz que no sale en Colombia, la posibilidad que gane la hija de Fujimori en Perú. Conectamos con todo este giro hacia la derecha que está viviendo nuestra región y veíamos que era urgente y necesario recuperar el sentido político de la educación.

Veíamos que avanzaba en México la mercantilización de la educación [con la evaluación estandarizada de docentes y estudiantes], en Colombia lo mismo, en Ecuador también. Veíamos que eso venía para Argentina.

“Por eso uno de los intereses centrales de este documental, que pone foco y micrófono en las experiencias educativas y en los movimientos sociales, es recatar el sentido político: ¿Qué educación queremos? ¿Para cuál sociedad?”

Estas recetas van de la mano con evaluaciones estandarizadas, la estigmatización de sindicatos docentes, el vínculo de la formación docente con la escala salarial, los grandes cambios metodológicos, trabajos por proyectos, etc. En Argentina, se empezó a hablar de la escuela del futuro, de la tecnologización de la educación, de prácticas laborales atadas al mundo empresarial… ¿Todo eso para qué? ¿Para favorecer a quién? ¿Para cuál sociedad?

Por eso uno de los intereses centrales de este documental, que pone foco y micrófono en las experiencias educativas y en los movimientos sociales, es recatar el sentido político: ¿Qué educación queremos? ¿Para cuál sociedad?. En este momento, los proyectos educativos en mano de nuestros Estados en la región lo que están haciendo es invisibilizar el sentido político detrás de estas reformas educativas que están sucediendo.

Cuando se diseña un proyecto, en la mayoría de las veces, se establece un objetivo, pero mientras se desarrolla el plan, nuevos hechos, personajes e ideas surgen. ¿Eso pasó con ustedes? Caso sí, ¿cuáles fueron los cambios en el proyecto y por qué?

Martín Ferrari – Previamente, estuvimos casi ocho meses planificando, escribiendo, leyendo, investigando, juntándonos con diferentes referentes en la temática, mapeando contactos, experiencias…

No sé si hubo cambios. Hablaría de aprendizajes. Algo clave fue que este proyecto fue un viaje, un viaje etnográfico. Cuando hablamos de “etnográfico” tiene que ver con haber habitado estos 45,000 km, este suelo, como dice el filósofo argentino Rodolfo Kusch. Este suelo, estas rutas, estas montañas, estas ciudades, estos campos, estas favelas, estas villas fueron moldeando nuestro pensar, fueron moldeando este documental.

Atravesar Bolívia y escuchar sus músicas, entender las cosmovisiones que hay detrás de estas músicas, nos daba letra para ver cómo y qué filmar en relación, por ejemplo, al apartado que habla sobre la Universidad Casimiro Huanca, la universidad quechua.

MARTÍN Y MALENA DURANTE LAS EDICIONES EN SU CAMIONETA. FOTO: EDUCACIÓN EN MOVIMIENTO

De entrada, pensamos en un documental participativo, pero desde el comienzo fue difícil, ya que implica una gran apertura de las organizaciones y movimientos sociales. A veces, en su agenda, eso quizá no sea una prioridad. Por ejemplo, en el caso del Mocase, Movimiento Campesino de Santiago del Estero, cuando llegamos con la propuesta de filmar, nos dijeron “adelante”, pero también nos dijeron “por acá pasó un montón de gente. Hacen sus tesis, investigaciones, documentales y se van”.

Estábamos yo y Malena viviendo en nuestra camioneta en el monte de Santiago del Estero –  y dijimos “¿por qué nos vamos a ir si acá estamos?”. Y les dijimos, “tenemos una contrapropuesta: nos quedamos diez días más y les devolvemos el material”. Y así fue: en la Unicam, Universidad Campesina Indígena del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, les presentamos, después de 10 días intensivos de ediciones en nuestra camioneta, este material. En esta devolución, había sonrisas, lágrimas, caras de disgusto y eso nos sirvió profundamente no solo para aprender a filmar, formándonos en el proprio camino, sino para ir viendo y reviendo los materiales, y al mismo tiempo ir seleccionando estas 300 horas, editando lo que podría ser del documental final.

El hecho de ir editando, sistematizando, devolviendo y, en esa devolución, repensando el material fue lo que permitió también que hoy esté el documental. ¿Y por qué? Porque asumimos un compromiso ético y político con estos compañeros y compañeras que se veían en la pantalla, que se emocionaban y nos decían que querían ver y conocer la experiencia de Brasil, de Colombia… teníamos un compromiso de que el documental esté.

Para realizar el documental, ustedes viajaron a 10 países de América Latina. ¿Se pueden trazar desafíos, retos y/o fortalezas comunes para la educación en estos países?

MARTÍN Y MALENA HACIENDO UNA DE SUS 100 ENTREVISTAS. FOTO: EDUCACIÓN EN MOVIMIENTO.

Martín Ferrari – Creo que una tremenda fortaleza es que esta educación liberadora, emancipadora, que para algunos es la educación popular, tiene una historia. Treinta y pocos años de Movimiento Sin Tierra, 45 años en el Consejo Regional Indígena del Cauca y muchos años más… esta educación se viene acumulando, se viene desarrollando, construyendo.

A veces nos hacen hablar de educación no formal, de educación de los márgenes, y hoy nosotros decimos que esta educación está viva, está resistiendo, son escuelas públicas y populares, son universidades. No son – y no lo digo por desmerecer – un taller, un espacio en los márgenes. En muchos de los casos, los proyectos de educación están disputando a los Estados con propuestas de una educación vinculada a sus problemáticas, a sus identidades, a su espiritualidad, al territorio, a lo común de estas comunidades.

Lo veo como fortaleza frente a todos los procesos de dictaduras, de silenciamiento, de miseria planificada que ha vivido Latinoamérica. Las experiencias hoy están resistiendo, latiendo y marcando un posible camino.

“Es urgente y necesario generar un movimiento pedagógico latinoamericano que desborde los sindicatos, que desborde la escuela pública, dónde nos encontramos y tejamos puentes los movimientos sociales, organizaciones, sindicatos, donde nos encontremos aquellos y aquellas que estamos logrando construir y disputar esa educación liberadora”

Ahora, sí veía como desafío que hay un enemigo que es el capital, que son los sectores económicos que nos tienen muy claramente identificados y que no quieren esta educación. Por lo tanto, es urgente y necesario generar un movimiento pedagógico latinoamericano que desborde los sindicatos, que desborde la escuela pública, dónde nos encontramos y tejamos puentes los movimientos sociales, organizaciones, sindicatos, donde nos encontremos aquellos y aquellas que estamos logrando construir y disputar esa educación liberadora, porque si en este momento no nos encontramos, nos van a callar, nos van a silenciar, nos van a matar.

El enemigo tiene un proyecto pedagógico y político muy claro. Lo vimos en México, en el Sur, lo vimos en Brasil, en Colombia, nos cuentan los hermanos de Chile. Llegamos a Argentina y  vimos que todo esto se quería imponer y nos costaba entender que era una receta que ya estaba diseñada. Hoy lo entendemos, tenemos que encontrarnos entre movimientos sociales, organizaciones, sindicatos, o vamos a seguir diciendo “esto es educación y aquello no”. Tenemos que tejer más allá de nuestras propias fronteras.

Fuente de la entrevista: https://redclade.org/noticias/es-urgente-generar-un-movimiento-pedagogico-latinoamericano/

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Cayó el ministro de Educación de Brasil, un negacionista del golpe

Brasil / 14 de abril de 2019 / Autor: Dario Pignotti / Fuente: Página 12

Bolsonaro echó a Vélez Rodríguez
Ricardo Vélez Rodríguez será recordado por su efímera gestión y por haber propuesto que los libros escolares enseñen que en 1964 no hubo un golpe de Estado perpetrado por los militares sino la «decisión soberana de la sociedad brasileña» que depuso a un presidente constitucional para establecer «un régimen democrático de fuerza».

Cayó el ministro de Educación, Ricardo Vélez Rodríguez, a quien se recordará por su efímera gestión y haber propuesto que los libros escolares enseñen que en 1964 no hubo un golpe de Estado perpetrado por los militares sino la «decisión soberana de la sociedad brasileña» que depuso a un presidente constitucional para establecer «un régimen democrático de fuerza».

Jair Bolsonaro lo despidió en la mañana de este lunes luego de una reunión fuera de agenda en el Palacio del Planalto.

Esta fue la segunda baja en el gabinete cuando faltan dos días para cumplirse los primeros cien de un gobierno tempranamente desgastado: con la más baja popularidad en los tres meses iniciales de la gestión.

«Comunico a todos la indicación del profesor Abraham Weintraub  para el cargo de Ministro de Educación, aprovecho para agradecer al profesor Vélez por los servicios prestados», informó vía Twitter el mandatario. Wintraub es un economista que se desempeñaba hasta ayer como viceministro de Educación.

La caída de Vélez Rodriguez no sorprendió dado que el propio Bolsonaro la había dado como inminente el viernes  cuando aceptó que el ahora ex ministro carecía de habilidad política. Y poco después reconoció sentirse el mismo algo perdido en el Planalto ya que «no nací para ser presidente, nací para ser militar».

Nacido en Colombia, naturalizado brasileño, Vélez Rodríguez era un simpatizante del ex presidente Alvaro Uribe Vélez además de ser un seguidor del escritor ultraderechista Olavo de Carvalho, radicado en Virginia, Estados Unidos, desde donde imparte cursos de filosofía «pocket» por Internet.

Bolsonaro piensa lo mismo que Vélez Rodríguez sobre el golpe y la dictadura: no lo echó por razones ideológicas sino para calmar la presión de los militares. Sucede que el generalato, posiblemente la facción más poderosa del Planalto, está en guerra contra el filósofo Carvalho y sus apadrinados.

Esa guerra se hizo más feroz conforme el capitán retirado Bolsonaro demostró falta de autoridad ante los generales que paulatinamente se hicieron con los puntos vitales de la administración.

La cabeza de Vélez Rodriguez también fue exigida por la oposición durante una audiencia parlamentaria realizada el 28 de marzo.

Los diputados le enrostraron algunos hitos de su gestión como haber ordenado que en las escuelas los chicos reciten el lema «Brasil encima de todo, Dios encima de todos», que fue el eslogan de campaña bolsonarista para disputar las elecciones de 2018.

Con la dimisión de este lunes posiblemente no habrá cambios de fondo en el Ministerio de Educación, ya que el entrante Abraham Wintraub es igual de integrista que Vélez Rodriguez, Olavo de Carvalho y Jair Bolsonaro. Es un economista con experiencia en el mercado financiero y sin currículum en gestión educativa. El flamante funcionario considera que las universidades y los colegios están en manos de profesores «gramscianos».

En una entrevista reciente declaró que Brasil, durante los gobiernos del PT, estuvo al borde de quedar bajo el control de «grupos totalitarios socialistas y comunistas» además de definirse como un «humanista, demócrata, liberal (que) lee la Biblia y la tengo como referencia».

Fuente de la Noticia:

https://www.pagina12.com.ar/186082-cayo-el-ministro-de-educacion-de-brasil-un-negacionista-del-

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 14 de abril de 2019: hora tras hora (24×24)

14 de abril de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 14 de abril de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Cayó el ministro de Educación de Brasil, un negacionista del golpe

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305958

01:00:00 – Entrevista a Roberto Fernández, presidente de CRUE: “En España no sobran universidades, faltan”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305905

02:00:00 – UNICEF: Unos 175 millones de niños en edad preescolar no van al colegio

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305965

03:00:00 – 5 años de un compromiso educativo entre todos. Revista Educativa El Arcón de Clio

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305917

04:00:00 – Argentina: El derecho a ir a la escuela

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306017

05:00:00 – 258. Alerta Educativa – Sobre los desafíos de pensar una educación intercultural en Chile (2019) -Audio-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305909

06:00:00 – Libro: La investigación educativa ante el cambio de gobierno en México (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305954

07:00:00 – Si vas a preescolar, la vida te irá mejor

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306111

08:00:00 – Libro: Educación Emocional. Propuestas para educadores y familia (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306331

09:00:00 – Catherine L’Ecuyer: “Reducir la Educación a metodologías es confundir fines con medios”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306023

10:00:00 – Revista Tendencias Pedagógicas: Vol. 33 (2019): Interculturalidad, comunidad y escuela (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306322

11:00:00 – Educación: ¿camino o vereda?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306020

12:00:00 – Puerto Rico: Escuelas chárter: Un desastre para la educación especial

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306108

13:00:00 – Kenia: Conozca los métodos de enseñanza de Peter Tabichi, el mejor profesor del mundo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306166

14:00:00 – Paraguay: Crispación estudiantil: alumnos de Luque cierran calle, desde agosto no tienen docentes

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306027

15:00:00 – Políticas Educativas “erráticas”: ¿Quiénes son los responsables?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306105

16:00:00 – La ONU insta a apoyar a la UNRWA para que mantenga abiertas sus escuelas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306325

17:00:00 – Vídeo de presentación: Tendencias Pedagógicas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306319

18:00:00 – Honduras: cada día muere un niño por la violencia según UNICEF

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306328

19:00:00 – Reforma educativa con azúcar morena

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306102

20:00:00 – Europa: Escolares de cinco países se unen para luchar contra varias discriminaciones

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306316

21:00:00 – Ghana: La historia de Ousman Umar, un joven que lucha por promover la educación en su país (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306312

22:00:00 – Argentina: Falleció Alicia Nuarte, una luchadora docente mendocina

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305961

23:00:00 – Ecuador: Encuentro Latinoamericano de Educación Experiencial (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/305912

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Ministro de Educación y Cultura: La Guerra Fría sigue viva para gobierno ultraderechista de Brasil

Redacción: Cuba Debate

El nuevo ministro de Educación y Cultura de Brasil, Abraham Weintraub, declaró como prioridad combatir el “marxismo cultural” en las universidades, para poner en marcha  a una cartera paralizada por su antecesor.

El riesgo de otro fracaso persiste, porque se mantiene la orientación. Ambos son de la misma secta que aún considera el comunismo una amenaza al país y que la Guerra Fría prosigue especialmente en el ámbito cultural.

Además Weintraub, un economista del sector financiero y profesor universitario de ciencias contables, asumió el ministerio sin ninguna experiencia en gestión en el ámbito educativo, al igual que su predecesor, Ricardo Vélez, un colombiano que adquirió la nacionalidad brasileña en 1997, doctor en filosofía y exprofesor de varias universidades.

Vélez se caracterizó por contramarchas en las medidas anunciadas durante los 97 días en el cargo, como en el nombramiento de sus colaboradores.

Por lo menos 15 de sus asesores fueron despedidos apenas días después de su designación, por decisión de la presidencia o presiones de grupos influentes en el gobierno. “Faltó gestión”, sentenció el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, al justificar la sustitución del ministro.

La última polémica de su corta gestión derivó del anuncio de que sustituiría los millones de libros didácticos que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) distribuye cada año a los estudiantes, para borrar la definición de dictadura atribuida al gobierno militar de Brasil entre 1964 y 1985.

Un “estalinismo de derecha”, en el sentido de falsear la historia, se alza en las filas del poder político actual.

No hubo golpe de Estado militar en 1964 y tampoco dictadura, sostienen no solo el ya exministro, sino el mismo presidente y numerosos miembros de su gobierno, donde hay decenas de militares retirados y algunos aún activos.

“El dogmatismo religioso” está por detrás de la “agenda irracional” que adoptan algunos sectores de ese gobierno, según Sonia Correa, una de las coordinadoras del Observatorio de Sexualidad y Política, cuyos estudios sobre el ascenso político del conservadurismo eclesiástico articulado en el mundo ayudan a comprender el triunfo de Bolsonaro en las elecciones de octubre de 2018.

“Dios por encima de todos” fue la consigna electoral de Bolsonaro, que la mantiene en la presidencia, que asumió el 1 de enero.

La adhesión “por la fe, la creencia dogmática” resalta en un grupo de cuatro ministerios, los de Educación, Relaciones Exteriores, Medio Ambiente y Mujer, Familia y Derechos Humanos, que son los que concentran las polémicas en el comienzo de la nueva administración.

Pero “el núcleo duro, cada día más hegemónico en el gobierno, lo componen militares moderados”, así tengan “puntos en común” con el llamado grupo “ideológico”, al defender “un orden social y político jerárquico, desigual, neopatriarcal y androcéntrico”, definió Correa a IPS.

En su análisis, el gobierno de Bolsonaro va “por caminos imprevisibles”.

Sus disputas internas e visiones irreales lo entorpecen, pero “no generan solo despelotes”, sino que va imponiendo medidas, como recortes presupuestarios o cierre de órganos culturales, ambientales, sanitarios y de derechos humanos, que afectan a mucha gente y a la democracia en el país,
lamentó.

De todas formas, las creencias que orientan y desorientan a los miembros del equipo de Bolsonaro se hacen más visibles ahora, porque el ejercicio del gobierno desnudó sus consecuencias, y además sus ideas y proyectos fueron escasamente discutidas en la campaña electoral, en una estrategia que ayudó a su ascenso al poder.

La religiosidad y el alineamiento con el gobierno estadounidense del republicano Donald Trump, por ejemplo, condujeron a Bolsonaro a prometer, durante la campaña electoral, que trasladaría de Tel Aviv a Jerusalén la embajada brasileña en Israel.

Pero tuvo desechar hacer efectiva la medida por las presiones del poderoso sector agrícola, que teme perder exportaciones de carne a los países árabes, uno de sus principales mercados.

Los grandes agricultores constituyeron, tal como las iglesias evangélicas, los militares y movimientos anticorrupción, un factor decisivo para el triunfo de Bolsonaro.

Pero sus intereses se han visto sacrificados por las opciones ideológicas del gobierno, que podrían, por ejemplo, echar a perder el mercado chino, mayor importador de productos agrícolas y minerales de Brasil.

Bolsonaro amenazó con provocar esa hecatombe, al visitar Taiwán antes de las elecciones y luego hacer declaraciones despectivas sobre las inversiones chinas que, según él, estarían “comprando a Brasil” en lugar de á “comprar de Brasil”.

Para amortiguar la molestia en Bejing, empresarios y militares han tomado una serie de acciones. Entre las medidas diplomáticas destaca el plan del vicepresidente Hamilton Mour úo, un general retirado del Ejército, de visitar China en este semestre, mientras intenta neutralizar otros actos
ofensivos del presidente.

Los generales, que controlan ocho de los actuales 22 ministerios, además de otros cargos de alto nivel, descartan una intervención militar en Venezuela,  a una posibilidad inicialmente admitida por el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araujo.

Venezuela pasó entonces a ser un asunto de Mourúo y aparentemente los militares pusieron bajo su “tutela” en cuestiones geopolíticas al canciller, alineado fervorosamente con Trump.

Varios de los generales ahora ministros quedaron escarmentados de la participación del país en conflictos en Haiti y la República Democrática del Congo, donde comandaron fuerzas pacificadoras de la Organización de las Naciones Unidas.

Pero los militares, aunque pragmáticos y menos torpes que los ministros “ideológicos”, son también un factor de inestabilidad. Sus disputas de poder con el grupo guiado por el “gurú” Olavo de Carvalho, profesor informal de filosofía, contribuyó a la defenestración de Vélez en el ministerio.

Mourúo, ecuménico en sus diálogos internacionales y con actores internos abominados por los bolsonaristas, como el de los sindicalistas, se convirtió en el blanco de la ira de Carvalho y sus seguidores.

Entre los dardos en su contra está el que está jugando a sustituir a Bolsonaro, lo que podría suceder si se produjese un juicio político en su contra, como ya sucedió en 2006 con Michel Temer, entonces vicepresidente de la destituida presidenta Dilma Rousseff.

Los ministros generales, graduados como oficiales en los primeros años de los 70, tal como Bolsonaro, tampoco reconocen que existió una dictadura militar.

El golpe de 1964, argumentan, fue necesario para evitar una dictadura comunista y preservó la democracia, pero obvian en su relato el veto a las elecciones, la proscripción, prisión, tortura, asesinato y exilio de centenares de opositores en los 21 años siguientes.

Bolsonaro y sus seguidores “ideológicos” consideran que el marxismo cultural, basado en el italiano Antonio Gramsci, venció la “batalla de las ideas” e impuso su versión del régimen militar de 1964-1985, como dictadura. La tarea de la derecha, ahora que controla el poder, sería de “corregir” la historia.

El fin de la Unión Soviética en 1991 no debilitó el comunismo, que “se reinventó”, asegura Weintraub, nuevo ministro de Educación, que vislumbra comunistas en todas partes, al igual que sus correligionarios .

Son dueños de bancos, de empresas monopolistas y de medios de comunicación, dijo en la Cumbre Conservadora de las Américas en Foz de Iguau, ciudad de la fontera suroccidental de Brasil, el 8 de diciembre de 2018.

Algunas creencias pueden dejar en ridículo o inducir a errores. Bolsonaro y su canciller afirman que el nazismo en Alemania fue un movimiento de izquierda, ya que llevaba el nombre de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán.

El canciller condena el “globalismo” y sostiene que la globalización, el cambio climático, las organizaciones internacionales y el feminismo son una conspiración marxista contra la nación y el Occidente cristiano.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/04/11/ministro-de-educacion-y-cultura-la-guerra-fria-sigue-viva-para-gobierno-ultraderechista-de-brasil/#.XLBrbolKjMw

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