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Venezuela: Pensionados protestan en varios estados por mejores salarios

Jubilados y pensionados protestaron la mañana de este jueves 14 en varios estados para reclamar al Ejecutivo un aumento del salario mínimo y las pensiones, que se mantienen fijas desde hace más de dos años. La consigna «No al exterminio» se repitió en las sedes del Seguro Social del país.

 

En Caracas, frente a la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un grupo de pensionados y trabajadores activos protestó por las condiciones que enfrentan los dependientes de la administración pública.

 

Griselda Sánchez, sindicalista y presidenta de Fordisi, dijo que no hay políticas que permitan «una calidad de vida digna» a los adultos mayores.

 

Sánchez pidió a los representantes del PNUD que conversen con las autoridades venezolanas para conseguir mejoras en las pensiones.

 

«Entiendan que los trabajadores no pueden esperar a que se resuelva el tema político. Entendemos que necesitamos un cambio de modelo político, pero también necesitamos que se generen políticas para que nuestros jubilados y pensionados tengan un ingreso digno».

 

«¿Hasta cuándo tanta hambre, tanta miseria, tanto sufrimiento», expresó un jubilado frente a la sede del IVSS en San Juan de los Morros, estado Guárico.

Fuente: https://alertas24.com/nacionales/pensionados-protestan-en-varios-estados-por-mejores-salarios/

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Venezuela: Encovi. Uno de cada tres venezolanos de entre 3 y 24 años de edad no estudia

Los detalles fueron presentados por la Universidad Católica Andrés Bello este miércoles 13 de marzo.

País.- Un total de 3 millones 984 mil 517 venezolanos, con edades comprendidas entre los 3 y los 24 años, no cursan ningún tipo de estudios, según la Encuesta de Condiciones de Vida(Encovi) del año 2023, cuyos resultados fueron presentados este miércoles 13 de marzo por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
El estudio demostró, tras hacer entrevistas en 16 mil 212 hogares del país, que la demanda potencial de estudiantes es de 11 millones 597 mil 754 personas, mientras que la población escolarizada es de 7 millones 613 mil 237, lo que deja a un 34 % de niños y adolescentes desescolarizados por múltiples motivos.
Entre las razones por las que estas personas abandonan los estudios, la encuesta reveló que el 19 % de las mujeres de entre 18 y 24 años que dejan de ir a clases lo hace por «embarazo, cuidar hijos o atender el hogar».
La cobertura global de educación alcanzó el 66 % en 2023, un 3 % más que en 2022, pero menos que en 2016, cuando el 76 % de la población en edad estaban escolarizados.
La Encovi, que se aplica en Caracas y en nueve de los 23 estados del país, remarcó que solo el 14 % de los hombres y el 21 % de las mujeres de entre 18 y 24 años continúan con sus estudios.
Asimismo, el estudio reveló que el 60 % de la población estudiantil asiste regularmente a clases «con cierta normalidad», mientras que un 40 % se ausenta de las aulas por motivos que incluyen la falta de comida en el plantel educativo, las huelgas del personal por mejoras salariales, los fallos en los servicios básicos y la inasistencia de docentes.
Además, el estudio concluyó que el 62 % de los estudiantes de primaria y bachillerato reciben alimentación gratuita en las escuelas y liceos, aunque solo algunos días por semana.
Según el Gobierno, unos 8,82 millones de estudiantes comenzaron en octubre pasado el año escolar vigente en más de 28 mil 300 centros educativos, lo que deja fuera a algunas universidades, especialmente del sector privado, que marcan sus propios períodos de manera independiente.
https://www.notitarde.com.ve/sucesos/45090/uno-de-cada-tres-venezolanos-de-entre-3-y-24-anos-de-edad-no-estudia-segun-encuesta
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Venezuela: ¡Entre otras propuestas! Especialistas proponen destinar el 10% del PIB del país a la educación.

Por: Angelo Gallardo

Destinar el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) del país a la educación es una propuesta de Benjamín Scharifker, doctor en fisicoquímica, exrector de la Universidad Simón Bolívar y de la Universidad Metropolitana y Carlos Fernando Calatrava, director de la Escuela De Educación de la Universidad Católica Andrés Bello.

Estas declaraciones fueron emitidas, la mañana de este martes 5 de marzo, en entrevista para el circuito radial @mundourweb, donde Scharifker comentó que este monto es lo que se invierte en otros países, sin embargo, “al no tener cifras claras en Venezuela, se hace muy difícil conocer montos exactos”.

Detalló que con esta cifra se incluye a todo el país con esfuerzo tanto del sector privado como del público, e indicó, además, que “se debe resolver la valoración de la educación por parte de la sociedad», insistiendo en que «mientras no se establezca el valor de la educación, no se podrá atender el segundo problema, el financiamiento de esta actividad que es costosa”.

“En Venezuela no tenemos a la educación como un tema de importancia nacional en el ámbito político. En el área empresarial tampoco se ha hecho este esfuerzo que los beneficia. Para valorar la educación, los profesores deben tener una compensación acorde al trabajo que hacen”.

Por otra parte, a través de distintas investigaciones, Calatrava determinó que con 75 mil millones de dólares; en 5 años se pueden construir alrededor de 24 mil escuelas, formando más de 250 mil educadores y llevando el salario de los profesores al promedio de Suramérica, aproximadamente 957 dólares mensuales.

“Si se ve como un gran pacto social para la educación, los ciudadanos pagarán felizmente los impuestos y las empresas estarían cómodamente alegres de invertir en educación”, explicó.

La falta de respaldo social, de voluntad política y ciudadana al tema educativo para darle el lugar que se merece, es lo que más duele, dijo. También advirtió que se debe avanzar en la municipalización de las escuelas, asegurando que al gobierno municipal le corresponde el preescolar y la primaria.

¡Entre otras propuestas! Especialistas proponen destinar el 10% del PIB del país a la educación #5Mar

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Venezuela: El 75 % de los profesores universitarios han pensado en abandonar la docencia, según estudio

La investigación precisó que el 32% de los profesores universitarios y el 21% de los estudiantes comen menos de tres veces al día. El 69 % de los docentes deben optar por otras actividades para cubrir sus gastos mensuales de manutención.

La educación superior en Venezuela no escapa de la crisis que afecta hace más de un lustro al país y podría estar en riesgo debido a la baja remuneración que perciben los profesores universitarios.

Un reciente estudio del Observatorio de Universidades sobre las Condiciones de Vida de la Población Universitaria de Venezuela (Enobu 2023) señaló que tres de cada cuatro educadores, lo que se traduce en un 75%, han pensado en abandonar sus trabajos como docentes.

Asimismo, revelaron que el 61% de los estudiantes también han sopesado abandonar la universidad en los últimos 12 meses.

De igual manera, la investigación precisó que el 32% de los profesores universitarios y el 21% de los estudiantes comen menos de tres veces al día.

En este sentido, Enobu destacó que el 94% de los docentes y el 81% de los estudiantes comen igual o peor que en 2022.

Los universitarios de la región Guayana son los más afectados, dado que el 40% de los docentes y 30% de los estudiantes comen menos de tres veces al día.

En lo que respecta a la salud, el estudio dio a conocer que 6 de cada 10 docentes padecen de enfermedades oftalmológicas. Asimismo, 8 de cada 10 estudiantes sufren miopía o antigmatismo.

También se estableció que 4 de cada 10 estudiantes universitarias tienen dos años o más sin realizarse chequeos médicos, según reseñó Banca y Negocios.

Esta situación los ha llevado también a vender o intercambiar sus bienes para poder acceder a los servicios sanitarios.

«Para acceder a la salud, el 56% de los docentes y el 40% de los estudiantes han tenido que vender o intercambiar bienes para costear sus servicios médicos», precisaron.

Por último, se pudo conocer que el 69% de los docentes deben optar por otras actividades para cubrir sus gastos mensuales de manutención. De igual manera, el 29% recibe ayuda de familiares o amigos, ya sea en Venezuela o en el exterior.

El 75 % de los profesores universitarios han pensado en abandonar la docencia, según estudio

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Venezuela: Observatorio de Universidades: 32% de los profesores y 21% de los estudiantes universitarios comen menos de 3 veces al día

Este jueves fue presentado la encuesta sobre las condiciones de vida de la población universitaria venezolana por parte del Observatorio de Universidades. La misma mide la información detallada de 2023 de algunas facetas de la actividad académica.

Carlos Meléndez fue el encargado de comenzar a explicar los detalles arrojados en una muestra de  3.751 personas, entre estudiantes y profesores universitarios en universidades de cinco regiones del país. La presentación se realizó en el Auditorio de la Asociación de Profesores de la UCV.

Recordó que se cumplen 696 días que no se aumentan el sueldo de los profesores universitarios y son los peores pagados de todo el continente. Además, criticó el instructivo Onapre.

Entre los datos destacan que 69% de los profesores tienen que hacer otra actividad extracurricular para poder solventar la compra de la canasta básica. 10% reciben ayuda económica de algún familiar o amigo y 19% de remesas.

Detalló que 32 % de los docentes y 21 % de los estudiantes come al menos tres veces al día. Además, el 94 % de los docentes y el 81 % de los alumnos come igual o peor que en 2022.

Un 45% de ellos ha tenido que vender o intercambiar bienes para alimentarse.

En este sentido, el sociólogo indicó que la región Guayana es la que más se ve afectada. Esto debido a que 40% de los profesores y 30% de los estudiantes come menos de tres veces al día.

61 por ciento de los profesores universitarios tienen síntomas de depresión, como pérdida de interés y ansiedad. 69 por ciento de los estudiantes tiene síntomas de depresión como la ansiedad persistente.

Detalló que la encuesta se aplicó a 3751 personas, entre estudiantes y profesores universitarios en universidades de cinco regiones del país. La misma incluyó, además, características de salud, movilidad, seguridad alimentaria, seguridad ciudadana, condiciones de estudio o trabajo, entre otros.

Fuente: https://contrapunto.com/nacional/derechos-humanos/observatorio-de-universidades-32-de-los-profesores-y-21-de-los-estudiantes-universitarios-comen-menos-de-tres-veces-al-dia/

 

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Vitrina Venezuela: Transformar la educación para el siglo XXI

Por: Benjamín Tripier

El gobierno debería invertir en un año más de estudio, ya sea a los bachilleres en curso o inclusive los que se graduaron en años anteriores, generando un quinto año repetido donde se valorice todo lo que se estudió hasta esa etapa.

El objetivo es para ayudar a los estudiantes en su primer año de universidad. Hay que hacer énfasis en las matemáticas y asegurar que los alumnos en ciclo básico sepan leer y escribir funcionalmente. Asimismo, los profesores también deben ser evaluados para desarrollar un sistema de educación sólido y estable, para acabar con el analfabetismo funcional. 

Hay que crear un sistema de rescate que tome a los últimos estudiantes de la primaria para pasar a la secundaria. Entre los siete y ocho años de edad, es la etapa prioritaria en la vida de los niños, ahí es primordial para enseñarles los conocimientos básicos.

En la etapa de blindaje se deberá cortar las graduaciones automáticas y ofrecer una especie de delay time de dos años para que se alcance un nivel competitivo, así requiera la repetición de un año. Los planteles privados tendrán menos problemas que los públicos, pero hay que reforzar las actividades del maestro público con entrenamientos y actualizaciones. Lo que esté bueno se queda, lo que no, será sustituido.

Como ya hemos hablado, hay que volver a las escuelas técnicas y agregar un año adicional. Se aplicarán filtros positivos (no para que se pierda, sino para que se gane), diseñando un sistema que favorezca a las escuelas técnicas para instruir a los estudiantes.  De esta forma, también se trabajaría en la selección de carreras para las necesidades del mercado venezolano.

El objetivo es que, una vez que se gradúen, los alumnos puedan tener trabajo inmediato en distintas empresas. Estudiar lo que puede y lo que hace falta en el país, le agregará valor. Por lo que el Estado presentará la lista de las carreras más urgentes y, para ellas, establecerá ayudas y financiamientos.

También tendrá que traer a profesores de alto nivel para que formen a nuestros jóvenes. Asimismo, habrá que fortalecer la realización de los exámenes de ingreso en las universidades para ofrecer nuevamente calidad, logrando que los índices se incrementen y que nuestras universidades aumenten de categoría.

Todas las universidades tendrán el mismo criterio y se intentará igualar el sistema público de educación universitaria con el privado. Hay que vender incentivos y volver al utilitarismo. Al estar en una etapa inicial en la reconstrucción del país, desde una base de un deterioro muy grande, el país no puede darse el lujo de tener excedentes en ciertas carreras y faltantes en otras.

El modelo de desarrollo del país que nos hace falta, define con bastante claridad las áreas y los criterios para la formación de profesionales en esta etapa; tener exceso de comunicadores sociales, abogados y administradores, mientras hay faltantes necesarios en ingeniería, tecnología, física y matemáticas, le quitará eficiencia al gasto y al proceso de reconstrucción de conocimiento.

Restaurar la calidad y eficacia de las carreras técnicas y de lo que pudiera llamarse “artes y oficios”. Deberemos contar con la base de habilidades, conocimientos y experiencia a la medida de una etapa crítica en la recuperación económica, social y ética del país. Ya después de la reconstrucción, podremos darnos el lujo de flexibilizar la matriz de necesidades vs disponibilidad de conocimiento.

Nuestro nuevo sistema debe apoyarse en las potencialidades de desarrollo personal, a partir de la infancia, de forma tal que ya en tercer o cuarto grado de primaria, se pueda definir la orientación humanista o científica, y la orientación hacia lo técnico o lo profesional.

De forma tal que, cuando se inicia la etapa del colegio secundario, ya haya una claridad del tipo de carrera que resulta más favorable al perfil individual, pero siempre cumpliendo con la matriz de necesidades del proceso de reconstrucción nacional.

Si bien alguien podría decidir tomar una carrera diferente al de las capacidades que se identificaron, el abandono de esa línea, debería tener un costo elevado para quien toma esa elección, pues de alguna manera, se tratará de una apuesta que no necesariamente llevará a la eficiencia armónica del desarrollo nacional.

Ya después de la reconstrucción, podremos darnos el lujo de adaptar la mencionada matriz de necesidades.  La duración de los ciclos primarios, secundarios y universitarios también debería flexibilizarse para asegurar que cada persona cumpla con los requisitos para poder entrar a la etapa siguiente; a la cual no se podrá entrar hasta que los cumpla.

La estructura de los periodos de clase y la composición de los pensum también debería revisarse a la luz de sistemas como el japonés o el finés, que han probado ser exitosos a la vez que innovadores y disruptivos.

La alimentación también es un punto importante. Se deberán desarrollar proyectos nutricionales para que los jóvenes estudiantes mantengan una dieta balanceada que ayude en su crecimiento; por lo que incorporar estrategias alimentarias para recuperar los niveles proteínicos permitirá avanzar en la evolución de cada persona con proteínas y ejercicio. Los institutos privados tendrán que pasar por los mismos filtros.

En una etapa inicial habrá que aplicar una encuesta con perfil de examen a una muestra representativa a nivel nacional, de maestros, profesores y alumnos de todos los niveles, de forma tal de contar con un perfil de disponibilidad realista del recurso humano, en formación, del que se dispone.

A partir de esta información, habrá que rediseñar los pensum y el tipo de prueba al que deben ser sometidos. Debe quedar claro que habrá que manejar los conceptos de autoestima, diversidad y resistencia, con un criterio más de ayuda y contribución al desarrollo personal, que de premio – castigo. El estudiante podrá repetir los ciclos las veces que lo necesite y hasta podrá reajustar su perfil en función a las nuevas experiencias que va viviendo.

El resultado final siempre debe ser que, para cada nivel y cada categoría, cada estudiante cuente con un mínimo de conocimiento que lo haga un profesional confiable, que aporte valor a una sociedad mal acostumbrada a que con “tener el título ya es suficiente para ejercer”, así no tuviera la capacidad requerida.

https://www.elnacional.com/opinion/vitrina-venezuela-transformar-la-educacion-para-el-siglo-xxi-3/

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La Ley del hielo

La Ley del hielo

Luis Bonilla-Molina

  1. Introducción

En septiembre de este año 2024 cumplo cincuenta años de militancia social, educativa y política. Ha sido un largo camino, pleno de experiencias construidas con aciertos y errores, vivencias y situaciones inesperadas, alegrías y tristezas, aprendiendo de manera estoica a valorar lo vivido. En este largo transitar miro las cicatrices con picardía, recordando como salimos del trance, como una forma hermosa de recuperar la memoria.

A partir de hoy, todas las semanas escribiré una capsula que contiene una experiencia, no como una forma de alimentar el ego, sino de comunicar a las nuevas camadas de luchadores y luchadoras sociales, que mucho de lo que hoy les angustia lo vivimos e invitarles a usar la creatividad popular para salir de los pantanos en los cuales quisieron (y quieren) colocarnos.

  • La ley del hielo como respuesta a la irreverencia

Nuestra generación pensaba “hagamos la revolución que algo queda”, impulsando el cambio radical en cada cosa que hacíamos. En muchos modos éramos realmente insoportables (y lo seguimos siendo), no solo para quienes representaban el orden y el poder, sino incluso para las generaciones precedentes que enarbolaban la idea de cambio.  Si ganábamos el centro de estudiantes lo disolvíamos y creábamos los consejos estudiantiles revolucionarios, avanzábamos en los sindicatos con los delegados de base y toda dirección la considerábamos burocrática (casi siempre con razón), si hacíamos cultura no era en los teatros sino en las calles y las bibliotecas no eran estáticas, sino que circulaban debajo de nuestras axilas.

Entonces, alguien (nunca he sabido quién) leyó el manual de guerra psicológica de los servicios de inteligencia y encontró una solución mágica para devolver con astucia el fastidio que les causábamos. Y así como se hablaba de la “ley el oeste”, surgió la “ley del hielo”.

¿Qué era la ley el hielo? No era otra cosa que dejarnos de hablar, ignorarnos, no responder a ninguno de nuestros argumentos y opiniones para hacernos sentir “culpables” y producir un retroceso en nuestras actuaciones. Era como una adaptación de la ley gringa de garrote y zanahoria. Debo confesar que al inicio la cuestión causaba tribulación, pero decidimos hacer un “congreso” para analizar, la cosa, saber de que venia la “vaina” esa; la conclusión fue que estábamos avanzando porque los adversarios se habían visto obligados a diseñar una estrategia para debilitarnos y … sonreímos!!! (la sonrisa es signo de los revolucionarios). Multiplicamos nuestros esfuerzos y nos concentramos allí donde veíamos que el hielo comenzaba a descongelarse, a volver a su estado líquido natural.

Aprendimos a sobrevivir a la “ley del hielo” con constancia, ternura, alegría y muchas sonrisas. Muchas veces terminamos ganando los espacios y algunos de nuestros adversarios se nos sumaban, narrando como en su momento no entendían la razón por la cuál éramos capaces de sobreponernos al pretendido aislamiento. Respondíamos a la “ley del hielo” con el calor de la voluntad y la conciencia.

Años después, como estudiantes de la docencia aprendimos que la “ley del hielo” es una forma de abuso psicológico, algo oscuro y vil, que no limita su esfera de actuación al ataque a las resistencias, sino que hace metástasis en el tejido social, especialmente en las relaciones humanas más íntimas. Y ahí entendimos porque los personajes que las representan siempre son tan infelices. Pero es que no puede ser de otra forma la reproducción del poder.

  • ¿La ley del hielo desapareció?

Que va, aún está vivita a pesar de los numerosos fracasos recibidos; siempre hay un idiota que la relanza. Quizá se alimenta con las pequeñas derrotas, esas que sufrimos cuando un compañero o compañera sucumbe y no soporta el ocasional aislamiento social que promueve la “ley del hielo”.

Hoy la “ley del hielo” se mueve no solo en las aulas y pasillos de las universidades, en los talleres y laboratorios de las empresas, en los teatros y lugares que pretenden homologar las resistencias al orden y la opresión con la etiqueta de «antisociales» «trasnochados» o «problemáticos», en las callejuelas de algunas comunidades, en múltiples escenarios.

Algunos de los burócratas y adversarios que derrotamos en los lugares de lucha han escalado posiciones y aplican la ley del hielo en oficinas, ministerios, fundaciones, organismos multilaterales y hasta en algunas organizaciones sociales. Nuevamente nuestro fuego abrazador, suma candelitas, hasta construir una gran fogata que derretirá las intenciones de aislarnos. A la estupidez se le responde con creatividad.

Las nuevas generaciones seguramente tendrán nuevas formas de superar la “ley del hielo”, pero al final compartirán con la nuestra la sonrisa de la constancia. Adelante irreverentes que el futuro les pertenece.

 

Fuente de l Información: https://luisbonillamolina.com/2024/02/04/la-ley-del-hielo/

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