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En Bangladés, desastres ambientales y trabajo infantil: el cambio climático amenaza los derechos de los niños

Los efectos del calentamiento global afectan a la salud, educación y protección de los más pequeños en muchos países en vías de desarrollo. Solo en Bangladés, y según Unicef, casi 20 millones de niños están en riesgo por las consecuencias del cambio climático.

Con sus 58 ríos fronterizos y situado en las tierras bajas del delta del Ganges, Bangladés cuenta con algunas de las llanuras más fértiles del mundo. Su territorio comprende selvas pantanosas, manglares y grandes arrozales. Sin embargo, estas tierras ricas que se funden con los ríos y el mar son también unas de las más afectadas por el cambio climático.

Desastres naturales como tifones e inundaciones se producen con cada vez más frecuencia y se unen a la erosión y la degradación del suelo. Esto supone un riesgo para millones de familias que viven en zonas inundables y que cada año se ven obligadas a abandonar sus hogares y sus medios de vida. Para los niños, la migración supone muchas veces el fin de su educación y el inicio de su vida laboral.

Los más vulnerables

De acuerdo con Unicef, más de 19 millones de niños bangladesíes están en riesgo por los efectos del cambio climático. Las amenazas derivan directamente de los propios fenómenos meteorológicos extremos (se calcula que más de 14.000 niños y niñas murieron ahogados en inundaciones solo en 2016) y de las consecuencias de la pobreza que estos generan.

A menudo, las familias que han perdido sus hogares migran a grandes ciudades como Dhaka y Chittagong con la esperanza de encontrar nuevos medios de vida. Allí, señala la ONG, “los niños se quedan a menudo atrás, en barrios marginales peligrosos e insalubres donde no existen servicios de cuidado infantil, de salud ni de educación”. Muchos menores se ven obligados a trabajar y, en el caso de las niñas, a casarse a pesar de su temprana edad.

Se calcula que al menos 1,7 millones de niños trabajan en Bangladés en la actualidad. Las niñas, muchas veces, ni siquiera figuran en las estadísticas, ya que se encargan de las tareas domésticas. Y este no es un problema que se limite a este país asiático: el número de niños que trabajan se sitúa en 160 millones en todo el mundo. La cifra ha aumentado significativamente durante los últimos años, sobre todo debido a la pandemia de COVID-19.

Retos, medidas y soluciones

Afganistán, India y Pakistán están, junto a Bangladés, entre los países del sur de Asia en los que los niños sufren más los efectos del cambio climático. Sus consecuencias ponen en riesgo su salud, su educación y su protección. Esta es una de las principales conclusiones del estudio de Unicef The Climate Crisis Is a Child Rights Crisis: Introducing the Children’s Climate Risk Index.

Este concluye que los menores de estos países están en peligro por impactos climáticos y ambientales, como inundaciones, ciclones y olas de calor, que afectan cada año a más de la mitad de la población de la región. Señala también que la situación es tan delicada que cualquier problema amenaza con revertir los avances de los últimos años.

Sin embargo, el informe deja también espacio para las soluciones: las inversiones en salud, nutrición y educación infantil pueden marcar una diferencia significativa a la hora de proteger a los niños del cambio climático.

Desastres ambientales y trabajo infantil: el cambio climático amenaza los derechos de los niños

Entre las medidas necesarias para mejorar la situación, Unicef destaca las siguientes:

  • Aumentar la inversión en medidas de resiliencia y adaptación climática, sobre todo en aquellas centradas en servicios clave para los niños.
  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el cambio climático.
  • Proporcionar a los niños educación climática y habilidades verdes, fundamentales para adaptarse y hacer frente a los retos del futuro.
  • Incluir a los jóvenes en las negociaciones y decisiones climáticas nacionales, regionales e internacionales, como las Cumbres del Clima (COP).
  • Garantizar que la recuperación de la pandemia de COVID-19 sea ecológica, baja en carbono e inclusiva.

Es necesaria también, la cooperación internacional para lograr un futuro más sostenible. Un mundo en el que los niños no se vean obligados a trabajar debido al cambio climático.

 Fuente: https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/desastres-ambientales-y-trabajo-infantil-el-cambio-climatico-amenaza-los-derechos-de-los-ninos/

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UNICEF: Empoderamiento e independencia: en pos de una salud mental amigable para los adolescentes

Empoderamiento e independencia: en pos de una salud mental amigable para los adolescentes

Un programa de amplio alcance en Bangladesh aborda los tabúes sociales y de salud mental en torno al desarrollo de los adolescentes.

A los 17 años, Alia * ya había experimentado una pérdida e inestabilidad significativas en su vida.

Cuando tenía 9 años, su madre murió y su padre se volvió a casar. Cuando tenía 16 años, su padre murió, dejando a Alia a cargo de su hermana menor.

Decidida a continuar sus estudios, Alia trabajó como ayudante del hogar. Y encontró orientación e información en un centro local de Servicios de salud amigables para adolescentes (AFHS) en el vecindario Mirpur de Dhaka. 

Su sueño, y el sueño de su madre moribunda, era poder vivir una vida independiente.

“El programa AFHS me enseñó a hablar, a abordar mis luchas, a tender la mano”, dijo Alia. “No importa cuán grave parezca la crisis, al compartir cualquier cosa se puede resolver con la debida atención”.

El programa AFHS fue fundado por la Dirección General de Planificación Familiar y UNICEF con el apoyo de la Asociación de Bangladesh para la Prevención del Aborto Séptico (BAPSA). En todo Bangladesh, AFHS funciona a gran escala con el apoyo del Ministerio de Salud y Bienestar Familiar del país, con alrededor de 1.240 programas que se ejecutan en los establecimientos de salud. En Dhaka, UNICEF y BAPSA brindan apoyo a seis programas AFHS, aunque otros son apoyados por organizaciones no gubernamentales en Dhaka y en todo Bangladesh.

AFHS es un programa de amplio alcance con múltiples enfoques. Para las adolescentes de 10 a 19 años, el programa proporciona información sobre la salud menstrual y reproductiva y la pubertad. Además, ofrece apoyo psicosocial y asesoramiento individual y grupal. El programa también incluye actividades recreativas y culturales y formación profesional en campos como la informática y la fotografía.

En los distritos de Bangladesh, los programas de AFHS suelen llegar a entre 2.000 y 3.000 adolescentes al mes.

“Les aseguramos a los adolescentes que este es un espacio seguro para hablar con tranquilidad”, dijo Mahamudul Hassan, consejero en un centro de AFHS en Dhaka. «Todas sus consultas serán resueltas, manteniendo la máxima confidencialidad».

Durante la pandemia de COVID-19, el programa AFHS pudo adaptarse a las pautas de distanciamiento social ofreciendo sesiones en azoteas, campos, patios al aire libre y por teléfono y video.

“Debido al aislamiento prolongado, la interrupción de las prácticas sociales con los amigos y la comunidad, los adolescentes sufrieron depresión y fatiga”, dijo Mou Juliet, un consejero de AFHS. “Brindar asesoramiento les ayudó a sobrellevar la situación, interactuar mejor con sus familias y motivarlos en momentos tan graves”. 

La AFHS también se comunica con los padres y las comunidades para crear conciencia sobre la salud sexual y reproductiva y la salud mental de los adolescentes, rompiendo el silencio y la desinformación.

“Al recibir asesoramiento del programa, mi hija adquirió las habilidades necesarias para abordar los problemas que obstaculizan su bienestar psicológico”, dijo Minu Alam, cuya hija, Sharmin Akhter Eti, de 19 años, es educadora de pares en el centro AFHS en la parte de Azimpur de Dhaka.

“Incluso puede consultar y aclarar muchas confusiones y desinformación mía o de muchas otras como yo”.

De hecho, los educadores de pares, hombres y mujeres, desempeñan un papel vital en los programas de AFHS, ya que se acercan a otros adolescentes en los centros e interactúan con miembros de sus familias y comunidades. Para Mohammad Shohan, de 18 años, convertirse en educador inter pares le ha ayudado a ganarse la confianza de los miembros de su familia, a quienes puede ayudar con información, orientación y apoyo.

“El programa AFHS ha ayudado a romper los tabúes sociales que … llevamos sobre el desarrollo de los adolescentes”, dijo Mohammad. «Esto generó confianza en mí …, me dio confianza para hablar sobre estos temas».

Ahora que Alia ha completado su examen de Certificado de la escuela secundaria, también se ofrece como voluntaria como educadora de pares.

Y ya ha logrado un objetivo importante: ella y su hermana de 15 años, Shima, viven de forma independiente, solas, juntas.


* Se oculta el apellido de Alia para proteger su identidad. Fue entrevistada en Dhaka en abril de 2021. Esta y otras historias como la suya aparecen en el informe Estado Mundial de la Infancia 2021 – En mi mente: Promoción, protección y cuidado de la salud mental de los niños .

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/stories/pursuit-of-adolescent-friendly-mental-health-bangladesh

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Covid exacerba la difícil situación de trabajadores domésticos en Bangladesh

Rani Akter, una madre de cinco hijos, suele trabajar como empleada doméstica en el área de Zikatola de Dacca. Cuando estalló la pandemia de coronavirus en Bangladesh en marzo de 2020, sus empleadores le pidieron que no fuera más a sus casas por temor al contagio.

“Perdí mi trabajo en tres lugares, uno tras otro, lo que se convirtió en una pesadilla para mí. Mis empleadores ricos no me permitían entrar a sus casas porque pensaban que yo podría portar el virus invisible”, dijo Akter a IPS.

El esposo de Akter también perdió su trabajo debido al confinamiento y cierre de actividades para frenar la covid-19 y la familia atravesó tiempos difíciles.

“No teníamos dónde ir. Solíamos tener una casa en Mehendiganj, en el distrito costero de Barishal, pero la erosión de la orilla del río se engulló nuestra casa hace ocho años. Por eso nos vimos obligados a quedarnos en la ciudad “, señaló.

Akter comenzó a tocar puertas, buscando trabajo, sin éxito alguno.

“No tuvimos ayuda del gobierno ni asistencia de dinero en efectivo. Pero teníamos que sobrevivir y por eso al principio estuvimos afrontando los gastos familiares con nuestros ahorros. Y cuando se terminaron, comenzamos a pedir prestado a nuestros familiares. Ya hemos pedido 40 000 takas (471 dólares). Estamos recibiendo préstamos de 5000 a 6000 takas (de 58 a 70 dólares) al mes de vecinos y parientes para satisfacer nuestra demanda de alimentos y pagar el alquiler”, comentó Akter.

Dijo que su familia se estaba endeudando y que no sabía cuándo terminaría su sufrimiento.

Shahana Akter, de 20 años, una madre soltera que trabaja como empleada doméstica en la ciudad de Netrakona, también perdió su trabajo cuando comenzó la pandemia. Pero ella fue más afortunada que la mayoría.

“Cuando perdí mi trabajo, pensé en cómo sobreviviríamos mi hijo de cinco años y yo. No tenía ahorros. Pero tuve la suerte de conseguir un nuevo trabajo después de dos meses de confinamiento”, dijo Shahana Akter a IPS.

Millones de trabajadoras domésticas perdieron sus puestos a causa de la covid en este país del sur de Asia.

No hay datos oficiales sobre el número de trabajadores domésticos en el país. Pero según Rezaul Haque, secretario auxiliar del Ministerio de Trabajo y Empleo de Bangladesh, aproximadamente 90 por ciento son mujeres y niñas.

Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2006 estimó que Bangladesh tenía cuatro millones de trabajadores domésticos en un país con una población de 163 millones.

Si bien un estudio reciente del Sindicato Nacional de Trabajadores Domésticos (NDWWU, en inglés) mostró que hay aproximadamente de 2,2 a 2,5 millones de trabajadores domésticos, de las cuales alrededor de 60 por ciento o 1,5 millones eran trabajadores externos y 40 por ciento restante vivía en las casas de sus empleadores.

Según el secretario general de NDWWU, Murshida Akter Nahar, cuando comenzó el primer brote de coronavirus aquí en marzo de 2020, muchos empleados domésticos perdieron sus trabajos sin previo aviso y sin que se les pagara el salario que se les debía.

Se estima que alrededor de 1,2 millones de trabajadores externos, fijos o por días, perdieron sus puestos de trabajo desde marzo de 2020.

Shahana Akter, de 20 años, una madre a cargo sola de su hijo, era empleada doméstica en la ciudad de Netrakona, en Bangladesh. Perdió su trabajo cuando comenzó la pandemia, pero en su caso pudo encontrar otro puesto en el servicio doméstico más tarde. Foto: Rafiqul Islam/ IPS

“Y muchos empleados domésticos fueron expulsados de los hogares de sus empleadores, por lo que tuvieron que sufrir una vida miserable durante el cierre (de actividades) del año pasado. No tenían refugio donde ir ni comida para alimentarse en Dacca. Por eso muchos de ellos se vieron obligados a salir de la ciudad”, dijo Nahar a IPS.

Una vez que se redujeron los contagios, muchos trabajadores domésticos regresaron a la ciudad con la esperanza de ser contratados nuevamente por sus antiguos empleadores. Pero la mayoría no recuperó sus trabajos.

Nahar dijo que los empleados domésticos que habían podido encontrar empleo perdieron sus trabajos cuando la situación del coronavirus comenzó a deteriorarse otra vez en marzo de este año. “Pero no recibieron suficiente apoyo del gobierno”, explicó.

Dijo que muchos empleados domésticos comenzaron a pedir limosna, lo que trajo como consecuencia un rápido aumento de mendigos en las calles de la ciudad.

Mahmuda Begum, de 40 años, vive en una pequeña casa alquilada en la zona de Zikatola de la capital y había trabajado en esa misma área como empleada doméstica. Cuando comenzó la pandemia, perdió su trabajo de la noche a la mañana.

“Perdí mi única opción de sustento debido a la covid. Gasté todos los ahorros que tenía. Ahora no tengo dinero para pagar el alquiler de la casa (el equivalente a 58 dólares mensuales) ni para comprar alimentos y otros bienes básicos. Por eso no tuve otra opción que pedir dinero prestado a un interés alto”, dijo Begum a IPS.

Begum, viuda y madre de dos hijos, dijo que no pagó el alquiler durante cuatro meses y que su familia a menudo tiene que morir de hambre por falta de comida. “No podemos comer tres veces al día”, agregó.

El trabajo doméstico, un sector sin regulación

Los organismos de derechos humanos han estado exigiendo la ratificación del Convenio 189 de la OIT, que desde su entrada en vigor en 2013 garantiza a quienes trabajan en el servicio doméstico los derechos laborales de cualquier otro empleado formal, así como la implementación de la Política de Protección y Bienestar de los Empleados Domésticos.

En 2015 el gobierno de Bangladesh adoptó esa política de protección para garantizar los derechos de los trabajadores en el servicio doméstico, y ese mismo año debió comenzar un proceso de registro.

“Pero el gobierno aún debe implementar esa política. También estamos exigiendo que las autoridades gubernamentales incluyan el tema del trabajo doméstico en la Ley Laboral que va a ser reformada”, señaló Nahar.

El coordinador de la Red de Derechos de Empleados Domésticos, sostuvo: “Al inicio del confinamiento impuesto en Bangladesh, los trabajadores domésticos enfrentaron mucho sufrimiento. Alrededor del 30 por ciento de ellos, que perdieron el trabajo, se vieron obligados a regresar a sus aldeas y los que estaban en la ciudad no tenían trabajo. La mayoría de ellos no obtuvo ningún apoyo del gobierno”.

Dijo que muchos se encontraban ahora en una situación difícil porque no podían pagar el alquiler y estaban atrapados en deudas. Agregó que esto también provocó un rápido aumento de las disputas familiares.

Hossain, otro dirigente sindical, dijo que en la actualidad es imposible garantizar los derechos de los trabajadores domésticos y sugirió incorporarlos en un marco legal para determinar sus derechos.

Haque, por su parte, dijo que el gobierno distribuyó asistencia en efectivo y alivio entre los desempleados mediante listas especiales. Pero aclaró que no existía un plan de protección social específico para los empleados domésticos, ya que trabajaban en el sector informal.

Haque consideró que si se aprobaba la Ley de Política de Protección y Bienestar de los Trabajadores Domésticos, se podrían determinar los derechos de este tipo de trabajadores.

“Continúan las conversaciones con las partes interesadas en formular una ley que garantice los derechos de los trabajadores domésticos”, indicó Haque.

Fuente: https://ipsnoticias.net/2021/07/covid-exacerba-la-dificil-situacion-de-trabajadores-domesticos-en-bangladesh/

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Bangladesh promete «incentivos fiscales» para las empresas que contraten personas transgénero

El Gobierno asiático intenta así mejorar las condiciones sociales y económicas de uno de los colectivos que mayor exclusión sufre en este país de mayoría musulmana.

«Propongo promulgar incentivos fiscales especiales con miras a proporcionar empleo y asegurar un aumento en el nivel de vida y la integración social y económica de los miembros del tercer género», ha presentado el ministro de Economía de Bangladesh, Mustafa Kamal.

200.000 personas transgénero

Durante la presentación de los presupuestos para este año fiscal, Kamal ha explicado que «la comunidad del tercer género se está quedando atrás y fuera de la sociedad», por lo que confía en que políticas como estas garantice, a través «de la producción» su inclusión en la sociedad.

Bangladesh, según organismos independientes de Derechos Humanos, cuenta con más de 200.000 personas transgénero, aunque el Gobierno sitúa la cifra en 10.000. La mayoría de ellos son relegados al ostracismo por sus familiares y sobreviven mendigando y recurriendo a la prostitución.

Menos impuestos y reembol

lso de salarios

Kamal ha explicado que las empresas que sumen a la medida tendrán una reducción del 5 por ciento en sus impuestos, o un reembolso del 75 por ciento de los salarios de las empleados transgénero que contraten, en caso de que el 10 por ciento de su fuerza laboral, o bien 100 trabajadores, fueran del llamado «tercer género».

Hijra

Las personas transgénero pueden registrarse legalmente desde 2013

Desde 2013, Bangladesh permite que las personas transgénero, conocidas como hijra, se registren legalmente como tercer género.

La medida figura dentro de un plan económico valorado en 71.000 millones de dólares que Kamal ha presentado este jueves ante el Parlamento, de los cuales 44.600 millones de dólares serán invertidos en salud, educación, tecnología, bienestar social, seguridad pública y defensa.

La cantidad restante está prevista que se destine a la construcción y desarrollo de infraestructuras.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20210604/7504525/bangladesh-incentivos-fiscales-empresas-contraten-transgenero.html

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Bangladesh: Anger Brews Over Bangladesh Writer’s Prison Death

Anger Brews Over Bangladesh Writer’s Prison Death

DHAKA, BANGLADESH – Hundreds of people in Bangladesh took part Saturday in a second day of demonstrations sparked by the death of a writer at a high-security prison in a case that has drawn international concern.

Protesters marched at the University of Dhaka chanting slogans condemning the government’s treatment of Mushtaq Ahmed as well as other dissident writers, journalists and activists.

Another protest was staged at the National Press Club.

Demonstrators demanded the scrapping of Bangladesh’s hardline Digital Security Act (DSA) under which Ahmed was imprisoned. The law has been used to crack down on dissent since it was enacted in 2018.

Security forces clashed with students in Dhaka on Friday night. Police said six people were arrested while activists said at least 30 were injured.

Ahmed collapsed and died at Kashimpur High Security Prison late Thursday. He was first detained in May after criticizing on Facebook the government’s handling of the coronavirus pandemic.

The 53-year-old, a crocodile farmer and a writer known for his satirical style, was charged with spreading rumors and conducting «anti-state activities.»

Protesters have called his death a «custodial murder» after he was denied bail six times in 10 months.

«Mushtaq Ahmed’s death was not a normal death. We’ll say it was a murder,» said Manisha Chakraborty, a protester with a left-wing group.

Demonstrators said they would march to the office of Prime Minister Sheikh Hasina carrying a coffin later Saturday.

Facing international questions on the case, authorities have ordered a probe into Ahmed’s death, senior government official S.M. Tarikul Islam told AFP.

«We formed a committee to probe whether there was negligence by jail officials or procedures in his treatment,» Islam said.

Thirteen ambassadors from countries including the United States, France, Britain, Canada and Germany have expressed «grave concern.»

«We call on the government of Bangladesh to conduct a swift, transparent and independent inquiry into the full circumstances of Mr. Mushtaq Ahmed’s death,» the ambassadors said in a statement released late Friday.

They said their countries would be following up over «wider concerns about the provisions and implementation of the DSA, as well as questions about its compatibility with Bangladesh’s obligations under international human rights laws and standards.»

Rights groups have also raised concerns about the case.

The New York-based Committee to Protect Journalists (CPJ) called for «a swift, transparent and independent investigation», while PEN America said authorities should drop charges against Kabir Kishore, a cartoonist who was detained along with Ahmed.

The CPJ said Kishore passed a note to his brother during a hearing this week stating that he had been subjected to severe physical abuse in police custody.

Fuente de la Información: https://www.voanews.com/press-freedom/anger-brews-over-bangladesh-writers-prison-death

 

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Bangladesh celebra el Día Internacional de la Lengua Materna

Asia/Bangladesh/26-02-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

DHAKA, 21 febrero, 2021 (Xinhua) — Niñas participan en la ceremonia por el Día Internacional de la Lengua Materna, en Dhaka, Bangladesh, el 21 de febrero de 2021. Bangladesh celebró el domingo el Día Internacional de la Lengua Materna en escala limitada. (Xinhua/Str)

DHAKA, 21 febrero, 2021 (Xinhua) — Un voluntario arregla la decoración frente al Monumento Conmemorativo de los Mártires del Lenguaje, en Dhaka, Bangladesh, el 21 de febrero de 2021. Bangladesh celebró el domingo el Día Internacional de la Lengua Materna en escala limitada. (Xinhua/Str)

DHAKA, 21 febrero, 2021 (Xinhua) — Una mujer participa en la ceremonia por el Día Internacional de la Lengua Materna, en Dhaka, Bangladesh, el 21 de febrero de 2021. Bangladesh celebró el domingo el Día Internacional de la Lengua Materna en escala limitada. (Xinhua/Str)

DHAKA, 21 febrero, 2021 (Xinhua) — Voluntarios arreglan la decoración frente al Monumento Conmemorativo de los Mártires del Lenguaje, en Dhaka, Bangladesh, el 21 de febrero de 2021. Bangladesh celebró el domingo el Día Internacional de la Lengua Materna en escala limitada. (Xinhua/Str)

DHAKA, 21 febrero, 2021 (Xinhua) — Un hombre camina junto a la decoración frente al Monumento Conmemorativo de los Mártires del Lenguaje, en Dhaka, Bangladesh, el 21 de febrero de 2021. Bangladesh celebró el domingo el Día Internacional de la Lengua Materna en escala limitada. (Xinhua/Str)

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/photo/2021-02/23/c_139758045.htm

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Bangladesh: Death penalty is not the solution for violence against women

Bangladesh: Death penalty is not the solution for violence against women

Responding the Bangladeshi government’s decision to introduce the death penalty as a punishment for rape, Amnesty International’s South Asia Researcher, Sultan Mohammed Zakaria, said:

“This regressive step is a fig leaf that deflects attention from the lack of real action to address the appalling brutality faced by so many Bangladeshi women. Executions perpetuate violence, they don’t prevent it. Instead of seeking vengeance, the authorities must focus on ensuring justice for the victims of sexual violence including through delivering the long-term changes that would stop this epidemic of violence and prevent it from recurring. That means, for example, ensuring that Bangladeshi women and girls are protected and that they feel safe coming forward and reporting crimes. Perpetrators must be prosecuted and held accountable and the impunity for these horrific crimes must come to an end-but through fair proceedings and without resort to the death penalty.”

Background

Following large-scale protests calling for an end to impunity for rape against women and girls, the Bangladeshi cabinet approved the draft Women and Children Repression Prevention (Amendment) Bill, amending Section 9(1) of the existing Prevention of Women and Children Repression Act 2000, to increase the highest punishment for rape from life imprisonment to the death penalty.

Fuente de la Información: https://www.amnesty.org/en/latest/news/2020/10/bangladesh-death-penalty-is-not-the-solution-for-violence-against-women/

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