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La ONU advierte que el mundo está perdiendo la batalla en el cuidado de la biodiversidad

Por: VeoVerde.07-12-2016

El organismo anunció que «las especies están desapareciendo a un ritmo horrendo» durante la Cumbre de Naciones Unidas sobre Biodiversidad.

El mundo está perdiendo la batalla en la protección de la biodiversidad. Esta fue la advertencia hecha por el director adjunto del Programa de la ONU para el Medioambiente (PNUMA), Ibrahim Thiaw, durante el segundo día de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Biodiversidad.

En la cita que se lleva a cabo en Cancún, México, el funcionario del organismo agregó que «las especies están desapareciendo a un ritmo horrendo», según informa la agencia Efe.

«La pérdida de especies a una tasa diez mil veces superior a la tasa de extinción natural -es decir, una cada 20 minutos- era inaceptable, pero para 2010 seguíamos discutiendo lo urgente que era el problema, mientras la quinta parte de la población de elefantes era diezmada», añadió.

La Cumbre de Naciones Unidas sobre Biodiversidad se extenderá por casi dos semanas y en ella participarán 6.500 delegados de 96 países. La cita es presidida por el ministro mexicano de Medioambiente, Rafael Pacchiano.

Fuente: https://www.veoverde.com/2016/12/la-onu-advierte-que-el-mundo-esta-perdiendo-la-batalla-en-el-cuidado-de-la-biodiversidad/

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Los profesores universitarios que investigan enseñan mejor

Por: Red Iberoamericana de Docentes. 07/12/2016

La investigación beneficia a la enseñanza universitaria porque mejora su calidad, tal y como revela un estudio en el que ha participado la Universidad Complutense de Madrid. En una muestra con más de 600 docentes, los autores comprobaron cómo los profesores que investigan tienen mejor criterio y son más rigurosos a la hora de dar clases aunque, si investigan demasiado, la calidad docente empeora, al faltarles tiempo.

Una mayor producción investigadora está asociada con una mayor calidad docente. Es la principal conclusión de un estudio elaborado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Jaume I (Castellón), en el que han participado 604 profesores universitarios entre 2002 y 2006.

“Hemos descubierto que los docentes que cuentan con resultados de investigación enseñan mejor que otros profesores con menos investigación”, destaca Teodosio Pérez Amaral, del departamento de Economía Cuantitativa de la UCM. De hecho, según el estudio, los que no investigan son cinco veces más propensos a ser los peores docentes.

Los profesores que no investigan son cinco veces más propensos a ser los peores docentes

Los participantes procedían de 25 departamentos de las áreas de humanidades, ciencias sociales, económicas, gestión, ciencias naturales e ingenierías de la Universidad Jaume I (UJI). El estudio, publicado en Applied Economics, incluyó 69 variables de fuentes oficiales para medir los índices de enseñanza, tareas administrativas e investigación de los docentes.

Uno de estos índices es Teachqual, con el que los estudiantes evaluaron la calidad de la enseñanza en una escala de 0 a 9. La investigación se cuantificó con Researchl, entre otros indicadores, que da un valor a la investigación publicada en función de la calidad de las revistas científicas en las que esta aparece.

El estudio revela que, de media, los profesores que investigan imparten un 21,5% más de clases que los que no lo hacen. Además, dos tercios de los docentes podrían mejorar su enseñanza si realizaran más investigación.

Investigar hasta un límite

Diferentes argumentos justifican este resultado. “Los investigadores tienen mejor criterio para elegir qué temas abordar en la docencia, y mayor acierto y rigor por los continuos filtros y controles a los que está sujeta su actividad científica”, afirma Nikolaos Georgantzis, del Laboratorio de Economía Experimental de la UJI y coautor del trabajo.

Dada su experiencia, estos profesores pueden dirigir tesis doctores con mayores garantías de éxito que los no investigadores y orientarlos académicamente o profesionalmente con mejor criterio. 

El trabajo también revela cómo la investigación se puede volver en contra de la enseñanza cuando es excesiva, al consumir la mayor parte del tiempo y energía del docente. “Lo atribuimos a que, en algunos casos, la dedicación a la investigación puede ser tan intensa que puede dar lugar a que disminuya la calidad de la enseñanza”, alerta Aurora García Gallego, del mismo laboratorio de la UJI y coautora del trabajo.

La investigación se puede volver en contra de la enseñanza cuando es excesiva

Lo que también afecta a la excelencia educativa son las tareas administrativas, que restan tiempo al docente. No obstante, si su peso es elevado y el profesor recibe a cambio una disminución de la carga docente, el nivel de la enseñanza no empeora.

Por áreas, los profesores del departamento de Educación consiguieron los mejores resultados, y entre sexos fueron las mujeres las que registraron una docencia de más calidad. Elaborar libros y material multimedia también benefició a la enseñanza, pero no lo hicieron los cursos de mejora pedagógica en los que participaron los profesores.

El Decreto baja la calidad 

El estudio refleja que el Real Decreto 14/2012 –de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo– redujo la calidad educativa 0,75 puntos sobre 10, al disminuir la carga docente de los investigadores consolidados pero aumentarla en la mayoría de los profesores.

“Abarata la docencia, al incrementar el número de horas de la mayor parte del profesorado”, alerta Joan Martín Montaner, investigador del Instituto de Economía Internacional de la UJI y coautor del trabajo.

Como conclusión, los autores proponen que el organismo evaluador del profesorado, la ANECA, incentive la calidad docente como hace con la investigación. “Se podría controlar con encuestas o con auditorías con profesores externos”, proponen.

Referencia bibliográfica:

García-Gallego, A; Georgantzis, N; Martin-Montaner, J y Perez-Amaral, T. “(How) Do research and administrative duties affect university professors’ teaching?” Applied Economics 47 (45), 2015. DOI: 10.1080/00036846.2015.1037438.

Fuente: http://redesib.formacionib.org/blog/los-profesores-universitarios-que-investigan-ensenan-mejor

Fotografía: cienciaxplora

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Stephen Hawking: «Este es el momento más peligroso para nuestro planeta»

Por: VeoVerde.07/12/2016

El célebre astrofísico hizo referencia a la gravedad de las amenazas globales que acechan a la Tierra en este tiempo.

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¿Pueden los rankings medir la educación humanista y para la paz?

Por: Pedro Pineda

El uso de los rankings puede ocultar profundos problemas educativos en desmedro de las oportunidades de mejoramiento de los procesos formativos para la construcción de paz desde las universidades.

¿Cómo crear condiciones para la construcción de paz desde las universidades? La reflexión alrededor de la violencia simbólica en una de las universidades más prestigiosas del país ? al mismo tiempo que se firma un nuevo acuerdo de paz ? es muy pertinente para responder a esta pregunta. La situación permite recapacitar sobre cómo desde las universidades se promueven comportamientos que hacen de Colombia uno de los países con mayor violencia simbólica y  física del mundo, si seguimos el indicador de homicidios que ubica a Colombia en puesto 207 de 218.

Es imperiosa una discusión sobre los cambios que se necesitan para una sociedad que entrará al posconflicto y que necesita universidades representativas de valores democráticos que prevengan la violencia. Quisiera compartir dos reflexiones que surgen a partir de la que es considerada por muchos la mejor universidad del país: una a nivel de formación universitaria y  otra a nivel de política pública.

La situación de matoneo entre diferentes miembros de una universidad de prestigio lleva a reflexionar sobre las condiciones institucionales que pueden propiciar la promoción de la violencia. En su visita a la Universidad de Antioquia, la filósofa estadounidense Martha Nussbaum, le recordó al país la importancia de la educación humanista que forme seres humanos éticos y socialmente sensibles. Esta fórmula no es nueva, sino que ha hecho parte de la universidad desde su surgimiento en la edad media.

Desde este punto de vista, la violencia dentro de una comunidad educativa se resuelve si se brinda una experiencia formativa que le permita al estudiante la capacidad de formar opiniones a partir de la evidencia, además de cualidades morales como amabilidad, el autocontrol y la empatía. Este es el verdadero currículo para la paz, y no una clase independiente con este nombre. El problema de violencia simbólica en las universidades es un problema educativo y no un problema administrativo.

Así, las situaciones que involucran la agresión entre profesores y estudiantes no son casos aislados, sino que parecen tener una conexión directa con un entorno educativo y académico más amplio de una comunidad que podría carecer de suficiente reflexión académica.

Si las universidades colombianas quisieran evitar este tipo de situaciones podrían empezar por cambiar muchas de las tendencias que han surgido los últimos años. Por ejemplo, podrían detener el crecimiento de su número de estudiantes y concentrarse en fortalecer su vida académica mediante actividades culturales, de extensión universitaria y servicio social. Por otro lado, se podría ampliar la extensión de sus programas, delimitada por la estandarización del modelo de carreras cortas estadounidense, para volver a introducir los cursos electivos que permiten una mirada más amplia de la sociedad y las relaciones humanas.

La reciente propuesta de la Universidad de los Andes de reducir el currículo universitario a tres años y medio por medio de trimestres va precisamente en la dirección contraria a la que requiere el país en materia de formación universitaria. De paso, se podría reintroducir la escritura de las tesis de pregrado, escrita de manera individual y no en grupos grandes para permitir la reflexión y estructuración del pensamiento. Este paso, indispensable en la educación universitaria, fue abolido para facilitar un ingreso más rápido al mundo laboral.

El tamaño de los cursos también es un aspecto importante, pues clases con 80 estudiantes no permiten que se desarrolle un debate académico, fundamental en el desarrollo del pensamiento crítico ni el mejor seguimiento de las relaciones humanas y los procesos formativos.

Por último, las universidades están en la obligación histórica de detener el aumento de las modalidades virtuales de formación, las cuales entran en evidente contradicción con una formación humanística y crítica que la sociedad colombiana necesita en sus profesionales y ciudadanos. Un ser humano no puede aprender a convivir e interactuar empáticamente con otras personas sentado frente a un computador.

A nivel de política, la situación permite cuestionar el uso que le da la cartera educativa a los rankings como medida de promoción de la calidad en las universidades. El comportamiento de un grupo de estudiantes y profesores que hacen apología a la violencia en un país que necesita crear una cultura de paz no coincide con las expectativas que tiene la sociedad frente a una universidad catalogada por varios rankings como la mejor del país. Este desfase permite llegar a la conclusión de que este tipo de clasificaciones no permiten medir los resultados educativos en los estudiantes. Se podría argumentar que las situaciones en cuestión son anecdóticas y no representativas, pero también es cierto que las mismas aparentemente no ocurren con la misma frecuencia en otros centros educativos.

El público en general y muchos políticos ignoran que publicitados rankings como el THE o el QS simplemente retoman variables que se pueden medir, pero que no representan los aspectos más relevantes de la vida universitaria. El seguimiento de estos indicadores pueden ser útiles a lo largo del tiempo; sin embargo, existe un amplio consenso entre expertos en educación frente a los efectos perjudiciales de su uso como objetivo nacional e institucional. Su uso puede distorsionar la dinámica de las universidades, pues deja de lado aspectos fundamentales como la educación humanista que no se mide cuantitativamente, pero cuyas falencias pueden conducir a situaciones de matoneo entre profesores y estudiantes que más tarde se trasladarán a la vida profesional y ciudadana. El uso de los rankings puede ocultar profundos problemas educativos en desmedro de las oportunidades de mejoramiento de los procesos formativos para la construcción de paz desde las universidades.

De lo anterior se sigue que la política de fortalecimiento de la educación superior en Colombia puede estar yendo en dirección contraria a la que requeriría una sociedad en posconflicto. La aplicación de normas de mercado por parte del gobierno para la expansión de la educación superior, donde por un lado emula la metodología de rankings educativos llamados “Mide” y por el otro, financia por medio de la demanda a las instituciones donde los estudiantes quieran estudiar por medio del programa de becas “Ser Pilo Paga” puede generar el fortalecimiento de instituciones que tienen un gran prestigio social pero cuyo proceso educativo puede no estar acorde con las necesidades de una sociedad como la colombiana.

Un joven puede elegir estudiar en la universidad con mayor publicidad y cuyos egresados tengan los ingresos más altos, pero esta posición dominante puede no estar necesariamente relacionada con las posibilidades de desarrollo humano que ofrece.

Este tipo de discusiones sobre la educación universitaria merecen el desarrollo de argumentos educativos y no sólo tecnocráticos. Como decía Robert Mitchell, ex rector jesuita del Boston College: “en un mundo que demanda más entrenamiento profesional necesitamos de universidades con ingenieros que hayan leído a Shakespeare, e ingenieros de sistemas que entiendan la historia y las raíces de la civilización”. Este tipo de profesionales expandirán su mente y sus espíritus de tal manera que no estarían propensos a participar en el ciclo de violencia histórica de la sociedad colombiana. No importa que este tipo de educación no quede registrada en los rankings.

*Doctor en educación de la Universidad Humboldt de Berlín.

Fuente: http://www.semana.com/on-line/articulo/ranking-de-universidades-en-colombia/508306

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Asia consolida el podio en educación

Asia/07 diciembre 2016/Fuente: El País

Los profesores, la disciplina y los exámenes habituales marcan el éxito del continente, con siete de los 10 primeros puestos.

Asia oriental vuelve a liderar la clasificación del informe PISA. En el primer puesto están los alumnos de Singapur (con 556 puntos en ciencias, la materia en la que se centra esta evaluación que también mide las competencias lectoras y matemáticas). Y en el grupo en cabeza Japón (538), Taiwán (532), Vietnam (525) y China (específicamente Hong Kong, Macao, Pekín y Shanghái, con entre 518 y 529 puntos).

En la parte alta de la clasificación están también dos europeas: Estonia (tercer puesto, con 534 puntos) y Finlandia (531), que se mantiene en quinto lugar a pesar de que vuelve a perder puntos. España, -que por primera vez supera la media de la OCDE en comprensión lectora (con 496 puntos), la iguala en ciencias (493) y la roza en matemáticas (con 496) y roza esa media en matemáticas (con 486)-, está en la parte media de la tabla de los 72 países analizados, con exámenes a 535.791 alumnos de 18.541 centros.

 “Un profesor chino pasa la mayor parte de la clase enseñando, mientras que en muchos países occidentales los maestros necesitan mucho tiempo para mantener la disciplina de los alumnos. No es extraño, pues, que la eficacia de la enseñanza sea más baja que la nuestra», ilustra Zhu Xiaohu, investigador del Instituto Internacional de Educación de la Universidad Normal de Shanghái. El profesor, la disciplina y el respeto de la familia.

Este experto lo explica en tres claves: el hecho de que los profesores en esta parte del mundo pasan más tiempo preparando las clases y formándose que los de Occidente, un aprendizaje mucho más enfocado a la realización de exámenes y un sistema que hace hincapié en la disciplina en el aula.

Pero además del sistema educativo, la familia y la sociedad son factores determinantes en estos países y regiones donde el confucianismo ejerce una enorme influencia. En China ningún padre escatimará dinero cuando se trate de la educación de su hijo, y casi todos los niños acuden a actividades extraescolares desde una edad muy temprana. El nivel de exigencia en las clases es alto y la presencia de exámenes continua. Muchas de estas zonas están densamente pobladas, así que la competencia para un puesto en una buena escuela, universidad o trabajo es feroz. Una décima de más o de menos puede diferenciarte entre cientos de personas, y la comunidad educativa se encarga de inculcar este principio a los niños desde pequeños.

Gráfico de los resultados del informe PISA  Gráfico de los resultados del informe PISA

 La presión a la que están sometidos estos alumnos y el impacto de esta en su desarrollo no las mide el informe PISA. «Los estudiantes simplemente aceptan y hacen lo que les han pedido, sin tiempo a reflexionar sobre ello. Aprenden de forma pasiva y son forzados a estudiar no por interés personal, sino por sacar una buena nota o entrar en una buena escuela. Los chinos son muy buenos pasando exámenes, pero cuando después entran a la Universidad y se les pide creatividad, entonces su rendimiento no es tan bueno como el de los extranjeros», admite Zhu.

El profesor de Sociología de la Universidad de la Laguna, José Saturnino Martínez, ahonda en esas claves: “En los países asiáticos los resultados educativos son fundamentales para entrar en una buena universidad, y entrar en una buena universidad garantiza el acceso a un buen trabajo de por vida. Las familias y los adolescentes se juegan su futuro en este tipo de exámenes. Tampoco me convence someterlos a tanta presión. Por otro lado, los asiáticos, cuando van a otros países, también sacan buenos resultados educativos, por lo que el mérito solo es parte del sistema educativo, la otra parte está en la presión familiar para estudiar. Nosotros tenemos buenos al Real Madrid o al Barça, que es por lo que presionan nuestras familias, y ellos tienen Samsung”.

“Los países asiáticos no deberían ser un modelo para nosotros”, considera Pilar González, pedagoga y directora general de Innovación en la Consejería de Educación de Castilla y León, una de las regiones con mejores resultados de España. “Estos alumnos pasan un número de horas excesivo estudiando y yo creo que se debe apostar por la exigencia, pero contextualizada. Además, algunos de ellos no contemplan la equidad, intentar que todos los alumnos saquen los mejores resultados posibles”.

Asia vuelve a situarse en cabeza, como en la edición anterior, y como ocurrió también hace una semana con el informe TIMSS a alumnos de primaria. En el top están los países del Este asiático: Singapur, Hong Kong, Corea del Sur; Taipei (Taiwan) y Japón. Las mismas naciones destacan también en ciencias junto con Rusia. España, con mejora sensiblemente sus resultados, sigue por debajo de la media de la OCDE y de la Unión Europea en esta otra evaluación.

“En Corea, cuando hay exámenes finales de secundaria, buscan que los estudiantes los hagan sin ninguna perturbación. Cierran carreteras alrededor de las escuelas y, a veces, incluso los aeropuertos. Eso muestra el valor y la atención que le ponen. No sé cómo es en España, pero en Alemania sería difícil de imaginar algo así”, explicaba entonces a EL PAÍS el director ejecutivo de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA, en sus siglas en inglés), el alemán Dirk Hastedt.

Solo algunos de los países en cabeza: Canadá, Estonia, Finlandia, Hong Kong (China), Japón, Macao (China) y Singapur tienen al menos cuatro de cada cinco estudiantes de 15 años por encima del nivel básico de competencias en las tres materias. “Estos países demuestran que hay naciones en casi todos los continentes que pueden conseguir la meta de competencias básicas universales para 2030”, destaca el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, en el prólogo del informe.

La edición de 2015 analiza principalmente la competencia científica. El rendimiento en ciencias se ha mantenido “prácticamente sin cambios” en todos los países con datos comparables, según reseña el informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), “a pesar de la importante evolución de la ciencia y la tecnología durante ese período”. Entre los que sí han mejorado de forma significativa están Colombia, Macao (China), Portugal, Israel, Catar o Rumanía.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/12/06/actualidad/1481030516_663399.html

 

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«Si mi vida no importa, produzcan sin mí», artículo de Karina Bidaseca

Por: Karina Bidaseca

El cuerpo torturado de Lucía, estallado de droga y bestialmente empalado, fue el exceso imposible de simbolizar. En este régimen de despojos, otros cuerpos tienen otros trágicos destinos: las bolsas de polietileno tiradas en los basureros, los huesos en el desierto en México, en Guatemala, los pezones arrancados, vaginas destruidas, todas marcas siniestras en Buenaventura o el Catatumbo colombiano, en Libia, Sudáfrica, India…. que pretenden instaurar un régimen de terror y de excepción.

La imposibilidad de poner en palabras aquello que nos deshumaniza y degrada, bajo el despliegue de las tecnologías propias de un patriarcado sexista y racista, que expone la brutal exacerbación de un régimen de «necropolítica» -en un escenario donde circulan libremente la droga y el capital- las violencias se vuelven un medio de autogeneración del «capitalismo gore» al decir de Sayek Valencia (publicado por Ed. Paidós, 2016).

Como actos comunicativos entre fratrías masculinas expresivos de una «pedagogía de la crueldad» -según la feminista descolonial Rita Segato-, otros siete feminicidios en siete días, justo al regreso del XXXI Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario -en el cual más de 90.000 mujeres de todo el país se reunieron para continuar desarrollando las reivindicaciones históricas de las mujeres y del colectivo LGTBI-, encontraron la violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad.

Las violencias contra las mujeres se intensifican bajo la escalada de nuevo discurso que, apoyado en el giro a la derecha, se unifica en la región (en Brasil o en Colombia -en los argumentos por el No a la paz….), para enfrentar lo que estos sectores ya definen como la «ideología de género».

En el tiempo histórico del género nunca hay paz. El género no distingue entre paz y guerra», resuenan las palabras de Catharine A. MacKinnon en su libro Are Women Human? And other international dialogues (Harvard University Press, 2007).

Mañana las mujeres y todxs paramos: «Si mi vida no importa, produzcan sin mí». Haremos huelga. Saldremos a las calles a gritar, nuevamente, como el 3 de junio de 2015 y en 2016 ¡#NiUnaMenos. Vivxs nos queremos! Y exigir al Estado patriarcal la responsabilidad en los crímenes contra todas las mujeres.

Angela Davis ya lo mencionó: «El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas».

Fuente: https://www.clacso.org.ar/prensa/detalle_noticias.php?id_clacso_medios=389&s=11&idioma=

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Oportunidades perdidas

Por: Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados

“Los refugiados se enfrentan a dos viajes, uno que lleva a la esperanza, otro a la desigualdad. Depende de nosotros llevarlos por el camino correcto”.

Cuando la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para Los Refugiados comenzó su trabajo el primero de enero de 1951, se le dieron tres años para completar sus labores para ayudar a millones de refugiados europeos que quedaron sin hogar o en el exilio después de la guerra. En ese momento, se consideraba que tres años eran suficiente para resolver los problemas de los refugiados, y después de lo cual, según se esperaba, la labor del ACNUR estaría completa.

Hoy hay 16,1 millones de refugiados bajo el mandato del ACNUR en todo el mundo. Más de la mitad son niños, y seis millones están en edad escolar primaria y secundaria. El tiempo promedio que un refugiado pasa en el exilio es de cerca de 20 años. Veinte años son más que una niñez entera, y representan una porción significativa de los años productivos de una persona. Debido a este panorama, es crítico que pensemos más allá de la supervivencia básica de los refugiados. Los refugiados tienen habilidades, ideas, esperanzas y sueños. Ellos enfrentan grandes riesgos y desafíos pero, como se ejemplificó con los inspiradores logros del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados, también son personas fuertes, resilientes y creativas, con energía y motivación para forjar sus propios destinos, si se les da la oportunidad.

Asegurarse de que los refugiados tengan acceso a la educación está en el corazón del mandato del ACNUR para proteger a la creciente población de refugiados del mundo, y es central para su misión de encontrar soluciones a largo plazo para la crisis de los refugiados. Sin embargo, a medida que aumenta el número de personas forzosamente desplazadas por los conflictos y la violencia, la demanda por la educación naturalmente crece y los recursos de los países que los albergan están muy presionados.

De los seis millones de refugiados bajo el mandato del ACNUR que se encuentran en edad escolar, 3,7 millones no tienen un centro educativo al que asistir. Los niños refugiados son cinco veces más susceptibles a quedar fuera de las escuelas, en comparación con niños no refugiados. Solo el 50 por ciento tiene acceso a la educación primaria, comparado con el nivel global de más de 90 por ciento. Y a medida que crecen, las diferencias se hacen abismales: 84 por ciento de los adolescentes no refugiados asisten a los primeros años de educación secundaria, pero únicamente 22 por ciento de los adolescentes refugiados tienen la misma oportunidad. A un nivel educativo más alto, solo un uno por ciento asiste a la universidad, en comparación con un 34 por ciento a nivel mundial.

“La educación le permite a los niños y jóvenes a prosperar, no solo sobrevivir”.

Las historias personales en este reporte muestran que los niños y jóvenes refugiados, sean mujeres o hombres, niños o adolescentes, sea que vivan en ciudades, pueblos, campamentos u otros asentamientos, consideran a la educación como una necesidad básica, y no como un lujo. Sin embargo, los obstáculos para un participación completa en la educación formal son considerables.

La gran mayoría de los refugiados en el mundo, un 86 por ciento, están en regiones en desarrollo, con más de un cuarto en los países menos desarrollados. Más de la mitad de los niños refugiados que no asisten a la escuela están en siete países: Chad, República Democrática del Congo, Etiopía, Kenia, Líbano, Paquistán y Turquía. Los refugiados a menudo viven en zonas donde los gobiernos están luchando para poder educar a sus propios niños. Estos gobiernos enfrentan la labor adicional de contar con espacios para escuelas, maestros capacitados y materiales de enseñanza para las decenas, e inclusive centenas de miles de recién llegados, quienes a menudo no hablan el mismo idioma y pierden, en promedio, tres o cuatro años de educación.

Los obstáculos para una participación en la educación formal son considerables.

A finales de 2015, 6,7 millones de refugiados vivían en situaciones prolongadas. Los refugiados atrapados en desplazamiento forzado por periodos tan largos se ven a sí mismos en un estado de limbo. Puede ser que sus vidas no estén en riesgo, pero sus derechos básicos y sus necesidades económicas, sociales y psicológicas esenciales continúan sin estar satisfechas. A pesar de los esfuerzos para expandir la educación para más niños y jóvenes refugiados, el peso de los números ha causado que la asistencia haya caído en los últimos años, inclusive en países donde se han realizado determinados esfuerzos para llevar a más niños refugiados a las escuelas.

A pesar de que algunas situaciones prolongadas de refugiados han durado más de dos décadas, la educación para los refugiados está financiada en gran parte por fondos de emergencia, dejando poco espacio para planificación a largo plazo. Tradicionalmente, la educación de los refugiados no se contempla en los planes nacionales de desarrollo o en la planificación del sector educativo, pero algunos de los principales países de acogida están tomando pasos en la dirección correcta. Sin embargo, el acceso y la conclusión de la educación por parte de los refugiados raramente se monitorea a través de sistemas nacionales de monitoreo, lo que significa que los niños y jóvenes refugiados no solo están en desventaja, sino que también sus necesidades educativas y logros continúan ampliamente invisibles.

La retribución por la inversión en educación es inmensa y tiene un gran alcance. Existe una sólida evidencia de que la educación de calidad les da a los niños un lugar seguro, así mismo puede reducir el matrimonio infantil, el trabajo infantil, los trabajos de explotación y peligrosos, y el embarazo adolescente. Les da la oportunidad de hacer amigos y encontrar mentores, y les da habilidades para la auto resiliencia, resolver problemas, pensamiento crítico y trabajo en equipo. Les mejora los prospectos laborales y les aumenta la confianza y la autoestima.

La educación les permite a los niños y jóvenes prosperar, no solo sobrevivir. No poder darle educación a 6 millones de refugiados en edad escolar, por otro lado, puede ser sumamente dañino, no solo para los individuos, sino también para sus familias y la sociedad, perpetuando los ciclos de conflicto y por ende, el desplazamiento. Esto significa oportunidades perdidas para el desarrollo sostenible y pacífico en nuestro mundo. Como lo ilustra este reporte, la educación es central tanto para estas metas de paz y desarrollo, como para ayudar a los niños refugiados a desarrollar su potencial.

La retribución por la inversión en educación es inmensa y tiene un gran alcance.

Hace un año, miembros de las Naciones Unidas establecieron una agenda de acción global para los próximos 15 años. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” no puede ser alcanzado para 2030 sin satisfacer las necesidades educativas de las poblaciones vulnerables, incluyendo refugiados, apátridas y otras personas forzosamente desplazadas. El efecto multiplicador que tiene la educación en los otros objetivos, como erradicar la pobreza y el hambre, promover la equidad de género y el crecimiento económico, ilustra el importante rol de la educación para el cumplimiento de los objetivos.

Con la reunión para la Cumbre de la ONU sobre Refugiados y Migrantes, así como la Cumbre de Líderes, encabezada por el Presidente de los Estados Unidos, el ACNUR está llamando a una mayor colaboración entre gobierno, agencias humanitarias, socios de desarrollo y sector privado, para abordar los grandes vacíos en brindar educación de calidad para todos los refugiados.

Estamos empezando a reconocer la escala de este problema. En mayo de este año, gobiernos, compañías y filántropos se reunieron en la Cumbre Humanitaria Mundial en Turquía para crear el Fondo “La educación no puede esperar”, una iniciativa para satisfacer las necesidades educativas de millones de niños y jóvenes afectados por las crisis en todo el mundo.

Pero no estamos actuando lo suficientemente rápido. Muy a menudo, la educación para los niños refugiados se ve como un lujo, un extra opcional no esencial que viene después de la alimentación, el agua, el albergue y la atención médica. Es lo primero que se saca de la lista cuando la financiación es poca, como en la actualidad. Las cifras cuentan esta triste historia; uno de cada dos niños refugiados tiene acceso a educación primaria, lo que disminuye a menos de uno por cada cuatro en la escuela secundaria, disminuyendo a uno de cada 100 que tiene la oportunidad de continuar sus estudios en universidad o cualquier institución de educación superior.

Esto necesita cambiar. Al educar a los líderes del mañana, que sean ingenieros, poetas, científicos, filósofos, programadores de computación, les estamos dando a los refugiados, herramientas intelectuales para moldear el futuro de sus propios países desde el día que retornen, o a contribuir de manera significativa a los países que les ofrecen albergue, protección y visión de futuro.

Si abandonamos esta labor, estaremos fallando a la paz y la prosperidad. La educación brinda las llaves para el futuro en el cual refugiados pueden encontrar soluciones para sí mismos y sus comunidades.

Los refugiados se enfrentan a dos viajes, uno que lleva a la esperanza, otro a la desigualdad. Depende de nosotros llevarlos por el camino correcto”.

Panorama mundial

Hay seis millones de niños y adolescentes refugiados en edades escolares bajo el mandato del ACNUR. En 2015; 2,3 millones estaban en la escuela; 3,7 millones estaban fuera de la escuela. 1,75 millones de niños refugiados no estaban en la escuela primaria y 1,95 millones de adolescentes refugiados no estaban en escuela secundaria. Los 1,75 millones de niños en escuela primaria, así como 550.000 adolescentes en escuela secundaria estaban en una gran necesidad de apoyo para poder mantenerse y poder tener éxito en la escuela.

Los Gobiernos, el ACNUR y sus socios han logrado progresar en involucrar a refugiados en la escuela y asegurar que tengan acceso a educación acreditada en sistemas nacionales. La lucha es con los números absolutos: mientras que la población de refugiados en edad escolar fue relativamente estable en 3,5 millones durante los primeros 10 años del siglo 21, y hubo un progreso gradual en las cifras de matrícula desde 2011, esta aumentó en promedio por 600.000 niños y adolescentes al año. Únicamente en 2014, la población de refugiados en edad escolar aumentó en un 30%.

A este ritmo, esto significaría que en promedio se necesitaría por lo menos 12.000 clases y 20.000 profesores adicionales cada año.

Fuente: http://www.acnur.org/que-hace/asistencia/educacion/oportunidades-perdidas/

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