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Palestina: Sobre Kanafani y la necesidad de redefinir el papel de «víctima intelectual»

Sobre Kanafani y la necesidad de redefinir el papel de «víctima intelectual»

Ramzy Baroud

Fuentes: Monitor de Oriente [Foto: El escritor palestino Ghassan Kanafani]
Dedicado a la memoria de Ghassan Kanafani, emblemático líder palestino e intelectual comprometido que fue asesinado por el Mossad israelí el 8 de julio de 1972

Años antes de que Estados Unidos invadiera Irak en 2003, los medios de comunicación estadounidenses presentaron a muchos personajes nuevos, promoviéndolos como «expertos» que ayudaron a reforzar la propaganda estadounidense, lo que en última instancia permitió al gobierno de Estados Unidos asegurarse un apoyo popular suficiente para la guerra.

Aunque el entusiasmo por la guerra empezó a decaer en los últimos años, la invasión de Irak se inició con un mandato popular relativamente fuerte que permitió al presidente estadounidense George W. Bush atribuirse el papel de liberador de Irak, de luchador contra el «terrorismo» y de defensor de los intereses globales de Estados Unidos. Según una encuesta de CNN/USA Today/Gallup realizada el 24 de marzo de 2003 -pocos días después de la invasión- el setenta y dos por ciento de los estadounidenses estaba a favor de la guerra.

Sólo ahora estamos empezando a apreciar plenamente el enorme edificio de mentiras, engaños y falsificaciones que se utilizó para dar forma a la narrativa de la guerra, y el siniestro papel desempeñado por los principales medios de comunicación en la demonización de Iraq y la deshumanización de su pueblo. Los futuros historiadores continuarán con la tarea de desentrañar la conspiración de la guerra durante años.

Por consiguiente, también es importante reconocer el papel desempeñado por los propios «informantes nativos» de Iraq, como los describiría el difunto profesor Edward Said. El «informante nativo (es un) servidor voluntario del imperialismo», según el influyente intelectual palestino.

Gracias a las diversas invasiones e intervenciones militares estadounidenses, estos «informantes» han crecido en número y utilidad hasta el punto de que, en diversos círculos intelectuales y mediáticos occidentales, definen lo que se considera erróneamente como «hechos» relativos a la mayoría de los países árabes y musulmanes. Desde Afganistán hasta Irán, pasando por Siria, Palestina, Libia y, por supuesto, Irak, entre otros, estos «expertos» repiten constantemente como loros mensajes que se adaptan a las agendas occidentales de Estados Unidos.

Estos «expertos» se presentan a menudo como disidentes políticos. Los gobiernos occidentales los reclutan -ya sea oficialmente a través de grupos de reflexión financiados por el gobierno o de otro modo- para que ofrezcan una descripción conveniente de las «realidades» de Oriente Medio -y de otros lugares- como justificación racional, política o moral para la guerra y otras formas de intervención.

Aunque este fenómeno está siendo ampliamente comprendido -especialmente cuando sus peligrosas consecuencias se hicieron demasiado evidentes en los casos de Irak y Afganistán-, hay otro fenómeno que rara vez recibe la atención necesaria. En el segundo escenario, el «intelectual» no es necesariamente un «informante», sino una víctima, cuyo mensaje está totalmente moldeado por su sentido de autocompasión y victimismo. En el proceso de comunicar ese victimismo colectivo, este intelectual perjudica a su pueblo al presentarlo como desventurado y sin ninguna capacidad de acción humana.

Palestina es un ejemplo de ello.

El «intelectual víctima» de Palestina no es un intelectual en ninguna definición clásica. Said se refiere al intelectual como «un individuo dotado de una facultad para representar, encarnar, articular un mensaje, un punto de vista, una actitud, una filosofía o una opinión». Gramsci sostenía que los intelectuales son «(aquellos) que sostienen, modifican y alteran los modos de pensamiento y comportamiento de las masas». Se refería a ellos como «proveedores de conciencia». El «intelectual víctima» no es ninguno de ellos.

En el caso de Palestina, este fenómeno no fue accidental. Debido a los limitados espacios de que disponen los pensadores palestinos para hablar abierta y verdaderamente sobre los crímenes israelíes y sobre la resistencia palestina a la ocupación militar y al apartheid, algunos han optado estratégicamente por utilizar cualquier margen disponible para comunicar cualquier tipo de mensaje que pudiera ser nominalmente aceptado por los medios de comunicación y las audiencias occidentales.

En otras palabras, para que los intelectuales palestinos puedan operar dentro de los márgenes de la sociedad occidental dominante, o incluso dentro del espacio asignado por ciertos grupos pro-palestinos, sólo se les puede «permitir narrar» como «proveedores» de victimismo. Nada más.

Quienes estén familiarizados con el discurso intelectual palestino, en general, especialmente tras la primera gran guerra israelí contra Gaza en 2008-9, habrán notado cómo las narrativas palestinas aceptadas en relación con la guerra rara vez se desvían del discurso victimista palestino descontextualizado y despolitizado. Si bien es fundamental comprender la depravación de Israel y la horrenda naturaleza de sus crímenes de guerra, a las voces palestinas que tienen un escenario para abordar estos crímenes se les niega con frecuencia la oportunidad de presentar sus narrativas en forma de sólidos análisis políticos o geopolíticos, y mucho menos denunciar la ideología sionista de Israel o defender con orgullo la resistencia palestina.

Se ha escrito mucho sobre la hipocresía de Occidente a la hora de gestionar las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, especialmente si se compara con la ocupación israelí de Palestina durante décadas o con las guerras genocidas israelíes en Gaza. Pero poco se ha dicho sobre la naturaleza de los mensajes ucranianos si se comparan con los de los palestinos: los primeros son exigentes y tienen derecho, mientras que los segundos son mayoritariamente pasivos y tímidos.

Mientras que los altos funcionarios ucranianos suelen tuitear declaraciones como que los funcionarios occidentales pueden «irse a la mierda», los funcionarios palestinos no dejan de suplicar y rogar. La ironía es que los funcionarios ucranianos atacan a las mismas naciones que les han suministrado miles de millones de dólares en «armas letales», mientras que los funcionarios palestinos se cuidan de no ofender a las mismas naciones que apoyan a Israel con las mismas armas que se utilizan para matar a los civiles palestinos.

Se puede argumentar que los palestinos están adaptando su lenguaje para acomodarse a cualquier espacio político y mediático que esté disponible para ellos. Sin embargo, esto no explica por qué muchos palestinos, incluso en entornos políticos y académicos «amistosos», sólo pueden ver a su pueblo como víctimas y nada más.

Este fenómeno no es nuevo. Se remonta a los primeros años de la guerra israelí contra el pueblo palestino. El intelectual palestino de izquierdas Ghassan Kanafani, como otros, era consciente de esta dicotomía.

Kanafani contribuyó a la concienciación intelectual de varias sociedades revolucionarias del Sur Global durante una época crítica para las luchas de liberación nacional en todo el mundo. Recibió a título póstumo el Premio Lotus de Literatura de la Conferencia de Escritores Afroasiáticos en 1975, tres años después de haber sido asesinado por Israel en Beirut, en julio de 1972.

Al igual que otros miembros de su generación, Kanafani se empeñó en presentar la victimización palestina como parte de la compleja realidad política de la ocupación militar israelí, el colonialismo occidental y el imperialismo dirigido por Estados Unidos. A menudo se cuenta una famosa historia sobre cómo conoció a su esposa, Anni, en el sur del Líbano. Cuando Anni, una periodista danesa, llegó a Líbano en 1961, le preguntó a Kanafani si podía visitar los campos de refugiados palestinos. «Mi gente no son animales en un zoológico», respondió Kanafani, y añadió: «Debes tener una buena información sobre ellos antes de ir a visitarlos». La misma lógica puede aplicarse a Gaza, a Sheikh Jarrah y a Jenin.

La lucha palestina no puede reducirse a una conversación sobre la pobreza o los horrores de la guerra, sino que debe ampliarse para incluir contextos políticos más amplios que condujeron a las tragedias actuales en primer lugar. El papel del intelectual palestino no puede limitarse a transmitir la victimización del pueblo de Palestina, dejando el papel mucho más consecuente -e intelectualmente exigente- de desentrañar los hechos históricos, políticos y geopolíticos a otros, algunos de los cuales suelen hablar en nombre de los palestinos.

Es bastante edificante y gratificante ver que por fin se incluyen más voces palestinas en el debate sobre Palestina. En algunos casos, los palestinos están incluso ocupando el centro de estas conversaciones. Sin embargo, para que la narrativa palestina sea realmente relevante, los palestinos deben asumir el papel del intelectual gramsciano, como «proveedores de conciencia» y abandonar por completo el papel de «intelectual víctima». De hecho, el pueblo palestino no es un «animal en un zoológico», sino una nación con agencia política, capaz de articular, resistir y, en última instancia, ganar su libertad, como parte de una lucha mucho mayor por la justicia y la liberación en todo el mundo.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no reflejan necesariamente la política editorial de Monitor de Oriente.

Fuente: https://www.monitordeoriente.com/20220629-los-palestinos-no-son-animales-en-un-zoologico-sobre-kanafani-y-la-necesidad-de-redefinir-el-papel-de-victima-intelectual/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/sobre-kanafani-y-la-necesidad-de-redefinir-el-papel-de-victima-intelectual/

 

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Palestina: Israel busca acabar con la autonomía de las universidades palestinas

Israel busca acabar con la autonomía de las universidades palestinas

srael está tratando de restringir el derecho de los palestinos a la educación y socavar la libertad académica y la autonomía de las universidades palestinas, dice un informe.

Funcionarios de la Universidad de Birzeit (BZU), ubicada en la Cisjordania ocupada, dijeron que la universidad rechazó el intento más reciente del régimen de Tel Aviv de limitar el derecho fundamental de los palestinos a la educación, informó el domingo la agencia oficial de noticias Wafa.

Según una orden militar israelí titulada “Procedimiento para la entrada y residencia de extranjeros en la región de Judea y Samaria”, que entrará en vigor en mayo, se otorgarán inmensos poderes al ejército israelí para aislar las universidades palestinas del mundo exterior y determinar el curso futuro de la educación superior palestina.

“La nueva directiva otorga al ejército israelí el derecho absoluto de seleccionar qué profesores, investigadores académicos y estudiantes internacionales pueden estar presentes en las universidades palestinas, así como imponer sus propios criterios arbitrarios sobre qué campos de estudio están permitidos y qué cualificaciones son aceptables”, dijo el BZU en un comunicado publicado por Wafa.

La universidad pública dijo que la nueva directiva requiere que cada solicitante “se someta a un interrogatorio en una misión diplomática israelí en el país de origen, mientras impone fuertes tasas monetarias a los seleccionados para ingresar. Además, la directiva establece un límite bajo en el número de profesores y estudiantes extranjeros (100 y 150 por año, respectivamente) y limita la duración del empleo a cinco años no consecutivos, negando así la contratación sostenible y la promoción de profesores”.

“En consecuencia, algunos profesores y estudiantes actuales que no tienen permisos de residencia pueden verse obligados a irse y los programas académicos se enfrentan a la incapacidad de reclutar nuevos empleados y realizar investigaciones e intercambios académicos en colaboración con otras universidades. En pocas palabras, la directiva pone a las universidades palestinas bajo asedio y las despoja del control básico sobre sus decisiones académicas”.

La declaración denunció la orden como un “ataque” lanzado por el régimen contra el derecho de los palestinos a la educación y la libertad académica.

“Los estudiantes, profesores y empleados de la Universidad de Birzeit han sufrido durante décadas bajo una incesante campaña militar israelí que incluye cierres forzosos, incursiones en los campus, intimidación y encarcelamientos. Tales acciones son inseparables del sistema racista, de apartheid y persecución, que niega al pueblo palestino sus derechos más fundamentales, incluida la libertad de expresión y la búsqueda del avance y el desarrollo científicos”.

El BZU instó a todas las organizaciones académicas y de derechos humanos a rechazar tales procedimientos, exigiendo que los gobiernos de todo el mundo responsabilicen a “Israel” por la clara violación del derecho internacional, incluida la Cuarta Convención de Ginebra (1949), el derecho a la educación consagrado en el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) y el Artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966).

La universidad describió la situación actual como peligrosa para el futuro de la educación superior palestina y, al mismo tiempo, pidió la unidad para lograr “justicia, libertad e igualdad”.

“Apoya nuestros esfuerzos para defender el derecho del pueblo palestino a la educación, libre de coacción, intervención y persecución política. Trabaja con nosotros para romper el cerco que estas normas imponen a Birzeit y otras universidades palestinas. Acepta nuestra invitación a enseñar y aprender en Palestina. Ayúdanos a ejercer nuestro derecho básico a la educación y a preservar la autonomía institucional que hemos construido durante décadas a pesar de todos los obstáculos”, dijo la universidad en su comunicado.

Fundada en 1975, la BZU ofrece programas de pregrado y posgrado en tecnología de la información, ingeniería, ciencias, política social, artes, derecho, enfermería, farmacia, ciencias de la salud, economía y administración a través de sus nueve facultades. Se encuentra en Birzeit, cerca de Ramalá.

Source: WAFA

Fuente: https://spanish.almanar.com.lb/597500

Fuente de la Información: https://rebelion.org/israel-busca-acabar-con-la-autonomia-de-las-universidades-palestinas/

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Palestina: Feminismo Anti-Colonial para la Liberación

En Palestina, Israel viola los derechos humanos más básicos todos los días, lo ha hecho durante más de 70 años, y lo seguirá haciendo, hasta que la comunidad internacional ponga la presión suficiente para que Israel termine con sus crímenes.

Las mujeres en Palestina tienen un largo recorrido en acciones de oposición contra la colonización de sus tierras y sus cuerpos. Desde la organización de protestas en las calles, enfrentándose al ejército desde la primera línea, haciendo huelgas de hambre en las cárceles, documentando la violencia en los barrios, salvando vidas como doctoras y paramédicas, trabajando en el mundo político, el periodismo, todas las disciplinas del arte, la academia, el derecho, y activas en todos los aspectos de la vida cotidiana y familiar: las mujeres palestinas viven en constante lucha contra la opresión de la potencia israelí.

Es fácil ver en toda la ideología expansionista de Israel, sus ataques injustificados, el desarrollo y uso absolutamente desproporcionado de tecnologías de guerra y destrucción, el desprecio total por la vida humana, los brutales atropellos diarios contra mujeres, niñas, niños, y hombres desarmados, que luchan con sus cuerpos para defender su dignidad, lo profunda conexión entre el pensamiento patriarcal y el pensamiento colonial israelí con respecto a la sociedad palestina en su conjunto. Todos los procesos coloniales se ejercen con violencia y contra la voluntad de la población nativa, y aunque existen variaciones en las formas de colonización en el mundo, en general todos estos sistemas comparten valores con el sistema patriarcal, como la acumulación y el abuso del poder de parte de un grupo de personas sobre otro grupo. En este sentido, la potencia colonial de Israel percibe a las mujeres nativas palestinas como una amenaza para su proyecto de expansión territorial y crecimiento demográfico.

Para Israel la mujer palestina es justamente aquella persona a cargo de la reproducción de la población nativa no deseada, y por ello también son sometidas a distintas formas de violencia de género. Un ejemplo de esta doble violencia, colonial y machista puede verse en la declaración que hizo la actual ministra de Interior israelí, Ayelet Shaked, cuando publicó en Facebook el 2014 un llamado a atacar a toda la sociedad palestina, incluidas las mujeres para prevenir que sigan criando “pequeñas serpientes.” [1] Para Shaked la población originaria debe ser asesinada indiscriminadamente, y en especial las mujeres para que no sigan naciendo nuevas generaciones. La publicación de esta personera política recibió miles de “likes”, reflejando la enorme aprobación que da la sociedad colonial israelí a sus representantes.

Al igual que los hombres, las mujeres palestinas son sometidas a tratos crueles e inhumanos cuando son encarceladas, muchas veces sin cargos ni juicios, y por periodos prolongados que sirven a la potencia ocupante como castigo psicológico para romper la voluntad de resistencia palestina. El año pasado, Anhar Aldeek [2], madre de 25 años, estuvo encarcelada hasta los 9 meses de embarazo, sometida a torturas y tratos crueles.  Sólo gracias a la gran campaña de presión que lideró su familia y que llegó a nivel internacional, poniendo en riesgo la imagen pública de Israel, lograron que Israel “liberara” a Anhar en septiembre y pudiera dar a luz bajo arresto domiciliario. Hasta el último día antes de su liberación, Anhar corría el riesgo de dar a luz en un hospital militar, esposada de manos y pies a una cama rodeada por soldados. Pero el caso de Anhar no es el único. Desde 1972 existen 8 casos documentados de mujeres encarceladas forzadas a parir en la prisión bajo maltrato y abuso.  También existen muchos casos de mujeres y sus bebés que han muerto en los checkpoints intentando dar a luz mientras soldados israelíes no las dejan cruzar para llegar al hospital.

Las mujeres son muchas veces sujetas a tratos vejatorios en los puestos de control, agredidas sexualmente en la cárcel e incluso violadas. Otras formas de violencia que sufren las mujeres palestinas, especialmente bajo el asedio israelí en Gaza, es el alto índice de cáncer de mamas que no pueden acceder a los tratamientos necesarios [3]. En 2016 el 60% de las mujeres que lo sufrían murieron prematuramente, pero hubiesen sobrevivido si Israel hubiese dado los permisos para acceder a tiempo a los servicios médicos. [4]. De la misma forma Israel ha puesto enormes impedimentos durante la pandemia para la vacunación de gran parte de la población palestina, mientras que lidera los rankings mundiales en población israelí vacunada. Es aberrante ver cómo Israel decide a vista de todo el mundo quienes viven y quienes mueren.

Es fácil ver la profunda conexión que existe entre la militarización y la colonización con un sistema de violencia patriarcal. Estos sistemas fomentan la creencia de que un grupo humano tiene el derecho natural de dominar, explotar, perseguir, controlar, e incluso eliminar a otro grupo humano. El militarismo israelí es el medio para impulsar el proyecto de colonización de asentamientos, un sistema que defiende la misma dominación, explotación y eliminación de otro pueblo en base a la creencia de que un pueblo es superior a otro, o la idea de que existen razas que establecen un orden jerárquico entre distintos grupos humanos.

Según la activista Koldobi Velasco [5] “El patriarcado y el militarismo comparten contra-valores. Comparten la jerarquía, la obediencia, el individualismo, el desprecio por la vida, la sumisión, la subordinación, el autoritarismo, la victimización de las mujeres, el binarismo, o bueno o malo, o amigo o enemigo, hombre o mujer. Minoriza a las mujeres, porque las convierte o en menores de edad, o como si fuéramos un colectivo reducido en número, y [defiende] la uniformidad, la homogeneidad.” Todos estos valores que menciona Velasco son parte de la experiencia diaria que viven los palestinos bajo la violencia israelí. No sabemos cuándo Israel va a volver a bombardear Gaza, asesinar a una persona en un checkpoint, allanar un hogar y secuestrar a los niños, o atacar a los campesinos o pescadores. Y a pesar de que se vive con plena incertidumbre de lo que va a suceder en el futuro, también es cierto que esta práctica de eliminación sigue siendo la misma por más de 70 años. Mujeres y hombres palestinos viven una vida de estrés continuamente traumático.

A la complejidad de la opresión israelí que sufren las mujeres palestinas se suman los comportamientos patriarcales propios de su sociedad árabe, que Israel conoce perfectamente y explota para fortalecer su control sobre ella. En 1948 las milicias sionistas violaron a mujeres palestinas para sembrar el terror entre su población, facilitar su huida y establecer el estado de Israel. Los hombres palestinos viven bajo la presión de sostener económicamente a sus familias y protegerlas, pero bajo la sistemática opresión israelí estas obligaciones son para la mayoría casi imposibles de cumplir. La sociedad palestina no tiene control de sus tierras, la inseguridad de la vida es cada vez mayor y esto alimenta un recrudecimiento en el machismo de los hombres hacia las mujeres palestinas, desde las formas más sutiles hasta el femicidio.

Aquí no se trata en absoluto de quitar la responsabilidad del machismo de los hombres palestinos hacia las mujeres, pero debemos comprender que ambos sistemas, el patriarcado y la colonización israelí están profundamente entramados y finalmente son vividos por las mujeres palestinas como una sola realidad. La enorme presión del sistema colonial israelí empuja hacia abajo de manera aplastante a toda la sociedad palestina, desmembrándola y corrompiéndola, permeando hasta sus espacios más íntimos y formando muchas capas de violencia, manifestándose también al interior de los hogares y las familias, y reforzando los roles de poder que tienen los hombres en comparación a las mujeres. Es mucho más difícil cambiar un sistema patriarcal cuando se vive bajo una opresión tan destructiva como la violencia colonial de Israel. A partir de este análisis el movimiento feminista palestino Tali’at [6] ha declarado que la liberación nacional palestina es también inherentemente feminista, porque no pueden esperar a que Palestina se libere primero de la colonización y luego del patriarcado como si se tratara de dos dimensiones claramente separadas. Las mujeres palestinas tienen, y siempre han tenido, un rol activo e indispensable en la historia de la resistencia anti-colonial y merecen todo nuestro respeto y reconocimiento.

¿Qué podemos hacer?

Desde Chile podemos hacer mucho por apoyar la liberación de Palestina. El movimiento internacional del Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (BDS), impulsado desde 2005 y liderado por la más amplia coalición de organizaciones civiles palestinas, es la estrategia más directa y efectiva que tenemos. El boicot es una forma activa de no ser cómplice de los crímenes de Israel, ya sea rechazando la participación en eventos culturales o intercambios académicos que limpian su imagen y fortalecen sus relaciones diplomáticas, o prohibiendo la importación de productos israelíes que claramente violan el derecho internacional. Las desinversiones son una manera de no apoyar financieramente un sistema nacional que claramente viola los derechos humanos, y las sanciones son otra forma de aislar esta potencia de los espacios internacionales que le dan legitimidad. Estas acciones sirven para exigir que Israel se comporte dentro de los límites de la normalidad y respete el derecho internacional, tal como deben hacerlo todos los estados. Y observando las reacciones que Israel ha tenido frente al movimiento BDS, sabemos que funciona.

En Chile, como feministas que buscamos la emancipación de las mujeres y las disidencias sexuales de las distintas formas de opresión, del machismo, las clases sociales y el racismo, no nos olvidemos de nuestras hermanas palestinas que luchan todos los días por una vida digna y libre de patriarcado y colonización. Comencemos por apoyarlas con el boicot a Israel, que es la petición que nos han hecho ellas y toda la sociedad palestina. Extendamos nuestras manos y solidaricemos con ellas porque las opresiones que vivimos son muy similares y juntas podemos trabajar para un futuro más justo.

Fuente de la información: Palestina Libre

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En 2021 han muerto violentamente 86 menores palestinos y es «el año más mortífero» desde 2014

Según los datos publicados este jueves por la ONG Defensa Internacional de la Infancia (DCI), la cifra de víctimas mortales entre la población palestina menor de edad en lo que va de año solo queda por debajo de las registradas en 2014, cuando superaron el medio millar, en gran medida por la ‘operación Margen Protector’ llevada a cabo por el Ejército israelí sobre Gaza, en la que murieron 2.251 palestinos (1.462 civiles, incluidos 551 niños).

Este 2021, en Gaza han fallecido 62 menores, la mayoría durante la escalada bélica entre Israel y los grupos armados de la Franja en mayo, que duró 11 días y en que Human Rights Watch (HRW) documentó presuntos crímenes de guerra perpetrados por ambos bandos.

En total, 54 niños y adolescentes perecieron por ataques del Ejército israelí, 7 por cohetes de las milicias palestinas que no llegaron a cruzar el enclave y 1 tras explotar un artefacto que no había detonado, del cual aún no se ha podido saber el origen.

En los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este, fuerzas israelíes –y en dos casos civiles– «mataron a 17 niños con munición real». Entre estos, al menos 9 recibieron impactos de bala «en el contexto de protestas o enfrentamientos» en que «no representaban una amenaza directa para la vida» de los miembros de los cuerpos de seguridad israelíes, como afirma DCI en un informe.

«Impunidad» ante la inacción de la comunidad internacional

La ONG argumenta que sus investigaciones «sugieren con regularidad que las fuerzas israelíes usan fuerza letal contra niños palestinos en circunstancias que pueden equivaler a ejecuciones extrajudiciales o deliberadas», en las que las fuerzas israelíes no se enfrentan a amenazas reales a su integridad física.

También denuncia «falta de voluntad política de la comunidad internacional para responsabilizar» a altos cargos políticos y militares israelíes. Según esta organización, esto «garantiza que los soldados continúen matando ilegalmente a niños palestinos con impunidad».

Además, este 2021 también hubo al menos dos adolescentes abatidos en presuntos ataques contra israelíes, entre ellos un chico de 15 años que este diciembre atropelló e hirió a un guarda de seguridad en un puesto de control en el norte de Cisjordania. En noviembre, otro palestino de 16 años apuñaló e hirió a dos policías israelíes en la Ciudad Vieja de Jerusalén, tras lo cual resultó muerto por disparos de los agentes.

DCI estima que al menos 2.198 menores palestinos han muerto desde el 2000 «como resultado de la presencia militar y de colonos israelíes en territorio palestino ocupado».

Esta ONG figura entre las seis entidades palestinas que este octubre fueron designadas «terroristas» por Israel por presuntamente pertenecer al Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP), grupo que el Gobierno israelí, la UE o EEUU consideran «terrorista».

Esta designación ha sido rechazada por esas ONG, que replican que es un paso más de Israel para criminalizar a la sociedad civil palestina que se enfrenta a la ocupación.

Fuente: https://rebelion.org/en-2021-han-muerto-violentamente-86-menores-palestinos-y-es-el-ano-mas-mortifero-desde-2014/

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UNESCO: Galardonados de Ghana, Palestina y Perú ganan el Premio UNESCO-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible 2021

Galardonados de Ghana, Palestina y Perú ganan el Premio UNESCO-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible 2021

Un proyecto de alfabetización en Ghana, un programa sobre medios de comunicación para el cambio social en Palestina y una iniciativa para la protección de las culturas indígenas en Perú recibirán el Premio UNESCO-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible de este año  en una ceremonia el 19 de noviembre (13:30 horas). ), durante la 41a reunión de la Conferencia General de la UNESCO.

Los galardonados fueron seleccionados por un jurado internacional independiente   y recibirán un premio de 50.000 dólares cada uno. Los gobiernos de 54 Estados Miembros y 8 organizaciones presentaron 113 candidaturas en asociación oficial con la UNESCO. Los principales criterios de selección fueron el potencial de transformación de los proyectos, su calidad innovadora y su capacidad para abarcar las tres dimensiones de la sostenibilidad: la economía, la sociedad y el medio ambiente.

Visión Mundial Ghana, Ghana

World Vision  Ghana  fue elegida por su » Unlock Literacy Project (UL) «, que promueve un enfoque holístico para el desarrollo de la alfabetización que se centra en el pensamiento crítico, una competencia fundamental para la sostenibilidad. El proyecto tiene como objetivo capacitar a los niños en el nivel primario para que piensen críticamente sobre los problemas locales y emprendan acciones, así como hacer que la lectura sea emocionante a través de la educación multilingüe. Más allá de los enfoques tradicionales de alfabetización, el proyecto se ve recompensado por su enfoque de aprendizaje de igual a igual orientado a la acción que involucra a comunidades enteras. Tiene potencial para una mayor ampliación a nivel nacional a través de la cooperación con la educación formal.

Centro de Desarrollo de Medios, Universidad Birzeit, Palestina 

El  Centro de Desarrollo de Medios de la Universidad Birzeit  en Palestina ve a los medios de comunicación como una parte integral del cambio social y el desarrollo sostenible y como un medio para empoderar a mujeres y hombres que viven en comunidades marginadas con habilidades para participar en la vida pública. El proyecto » Alfabetización mediática e informacional para sociedades sostenibles » tiene como objetivo desarrollar la alfabetización mediática e informacional mediante el aprendizaje práctico y la formación a través del diálogo. El proyecto es recompensado por su enfoque centrado en la juventud para generar cambios sociales a través del diálogo y la cooperación, mientras se centra en el papel de los medios de comunicación para fomentar la participación de los ciudadanos en la vida pública.

Escuela Kusi Kawsay, Perú 

En áreas remotas del Valle Sagrado de los Incas en Perú,  la Escuela Andina Kusi Kawsay y los Eventos Culturales Ñawpa Ñan  han estado promoviendo la protección y preservación de los derechos, la cultura, los valores y los medios de vida de los pueblos indígenas durante la última década. Basado en la pedagogía Waldorf, el proyecto es reconocido por abordar muchos elementos clave de la educación para el desarrollo sostenible, a saber, el respeto por la cultura y los valores indígenas y locales que promueven la dignidad humana, enfoques comunitarios y acciones para responder a los desafíos globales.

Financiado por el Gobierno de Japón, el premio premia proyectos y programas excepcionales sobre  educación para el desarrollo sostenible  llevados a cabo por instituciones, organizaciones u otras entidades en el campo de la EDS para generar y ampliar la acción en todos los niveles de educación y aprendizaje, y contribuir a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Durante la ceremonia de entrega de premios, la Princesa Abze Djigma (Burkina Faso), Presidenta del Jurado Internacional del Premio UNESCO-Japón y Presidenta de la  Fundación SAR la Princesa Abze Djigma , moderará una mesa redonda con los galardonados.

Fuente de la Información:  https://en.unesco.org/news/laureates-ghana-palestine-and-peru-win-2021-unesco-japan-prize-education-sustainable

 

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Mujeres palestinas: organización y lucha frente las violencias

Por: Enric Llopis

Sheikh Jarrah. En este barrio de Jerusalén Oriental, familias palestinas resisten al desalojo forzoso de sus hogares y la expansión de los asentamientos por parte de los colonos israelíes.

En mayo y ante las protestas por el riesgo inminente de expulsión (tras la resolución de un tribunal israelí), las fuerzas de seguridad de Israel perpetraron “arrestos arbitrarios de manifestantes pacíficos, uso de fuerza excesiva y uso arbitrario de granadas sonoras y paralizantes así como de cañones de agua fétida contra manifestantes y viviendas en Sheikh Jarrah”, informó Amnistía Internacional.

La UNRWA alertó en esas fechas de que cerca de mil palestinos –la mitad de ellos menores- estaban en riesgo de desalojo por la fuerza en todo Jerusalén Este (en Seikh Jarrah eran 75 las personas amenazadas por los desplazamientos forzosos).

Los hechos se destacaron en el acto sobre Resistencias de las mujeres palestinas frente a las violencias múltiples, organizado por la ONG Alianza por la Solidaridad y el movimiento BDS-País Valencià en la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de València (en 2015 la Facultad de Historia se adhirió a la Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra la ocupación israelí).

Alianza por la Solidaridad forma parte de la plataforma AIDA, que agrupa a 80 ONG internacionales. En octubre la Red denunció que el Ministerio de Defensa de Israel calificara de “terroristas” a seis organizaciones palestinas que trabajan en los territorios ocupados.

Las “acusaciones falsas”, critica AIDA, han sido vertidas contra Addameer; Al-Haq; Defense For Children International-Palestina; Unión de Comités de Trabajo Agrícola; Centro Bisan por la Investigación y el Desarrollo; y la Unión de los Comités de Mujeres Palestinas (por ejemplo Addameer señaló en 2017 que –en los últimos 45 años- 10.000 mujeres palestinas habían sido arrestadas y/o detenidas bajo órdenes militares de Israel).

En septiembre Alianza por la Solidaridad, como parte de la federación ActionAid, se sumó a Al-Haq en la convocatoria de una Audiencia pública virtual para denunciar la violación de las leyes humanitarias internacionales por parte de Israel: “Ha incumplido más de 40 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y más de 100 resoluciones de la Asamblea General”.

Los debates de la Audiencia estuvieron moderados por la periodista, activista y exportavoz de la Autoridad Palestina, Nour Odeh. Hablaron testigos y se aportaron testimonios sobre la detención indefinida de menores,  así como de la brutalidad policial; los desplazamientos étnicos forzosos (por activista en el barrio de Sheikh Jarrah); ataques a la libertad de prensa; violaciones del derecho a la sanidad; y confiscación de las tierras y los recursos naturales, entre otros puntos

Por otra parte, Alianza por la Solidaridad trabaja junto a la ONG palestina Union of Health Work Committees (UHWC) con una clínica móvil en la Franja de Gaza. La página Web destaca que 467 mujeres en un mes han recibido servicios de exámenes clínicos, análisis de sangre, medicamentos o suplementos nutricionales (por ejemplo para aumentar la hemoglobina de mujeres con anemia).

En un contexto de pandemia, confinamientos, penuria, cortes de electricidad y 14 años de bloqueo israelí, Alianza por la Solidaridad alertó en octubre de 2020 de un incremento de la violencia de género en Gaza; la clínica móvil proporcionaba atención jurídica y psicológica a mujeres víctimas, que se añadían a los servicios en materia de salud sexual y reproductiva.

Documentales como Condenadas en Gaza, de las periodistas Beatriz Lecumberri y Ana Alba, dan cuenta de las barreras que afrontan las gazatíes con cáncer. Estrenada en mayo, la película tiene como protagonistas a cinco mujeres enfermas -Nivín, Hajar, Imán, Nisrín y Aisha-; aborda sus dificultades para lograr un permiso de salida y un tratamiento adecuado por el bloqueo de Israel. Estas mujeres son víctimas, asimismo, de la discriminación en Gaza: “Cuando una gazatí tiene cáncer de pecho, corre el riesgo de ser vista como una mujer incompleta y deforme”, explican las autoras del documental.

En el acto de la Facultad de Historia de Valencia participó Tere, activista del BDS-País Valencià. Explicó la iniciativa de solidaridad internacionalista Brigada Feminista per Palestina, que en agosto de 2016 –durante tres semanas- se materializó en los territorios ocupados.

El objetivo de la Brigada autogestionada era “tejer resistencias” con las luchas de las mujeres palestinas, hacer visible el apartheid y romper el “bloqueo informativo”. Participaron 15 activistas feministas de base del País Valencià-Països catalans, organizadas en asamblea desde una triple perspectiva: anticolonialista, antiimperialista y despatriarcalizadora.

En un blog detallaron las experiencias compartidas con cerca de 30 organizaciones palestinas como Assiwar, que apoya a mujeres víctimas de la violencia sexual; Aswat, entre cuyos fines está el empoderamiento LBTQI; la Union of Palestinian Women’s Committees (UPWC); Health Work Committee (HWC), centrada en los trabajos de salud y desarrollo; o Addameer, de respaldo a personas palestinas presas. Además, la estancia en la ciudad vieja de Nablus les ayudó a romper tópicos sobre la sociedad árabe; y en Hebrón, constataron el incremento de los asentamientos de los colonos y la presencia los checkpoints israelíes.

Fruto de su experiencia, la Brigada Feminista per Palestina presentó en 2018 el documental Aquesta lluita és per la vida, de 74 minutos y en el que participaron 25 mujeres. Incluye testimonios como el de la activista Manal Tamimi, sobre los años de resistencia pacífica en el poblado de Nabi Saleh, de 600 habitantes: “En 2009 los colonos confiscaron una fuente de agua debajo del valle; construyen el asentamiento siempre en la cima y se apropian de la vertiente entera, también de los campos de olivar”.

En la represión, las fuerzas de seguridad israelíes “utilizaron armas de diferentes características y cinco tipos de gases lacrimógenos, incluyendo fósforo blanco o gas nervioso”, explica Tamimi. Asimismo la brigada feminista diseñó la exposición fotográfica Palestina on existir és resistir.

El 29 de noviembre se celebra –desde 1977- el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, fecha designada por Naciones Unidas. Por este motivo, el BDS-País Valencià ha organizado el 27 de noviembre una jornada solidaria en Valencia, en colaboración con la iniciativa artística Pinta’m la llengua; el sindicat de barri del Cabanyal; el proyecto Cabanyal Horta y el espacio cultural La Salà.

Además de la pintada colectiva de un mural, con el artista Elías Taño, y un coloquio-debate (“¿Qué puedes hacer para dar apoyo a Palestina?”), está prevista la plantación de un olivo con lectura de poesías; y un concierto con el cantaor  Pep Gimeno “Botifarra” y el músico magrebí Ahmed Touzani.

En la jornada del BDS-País Valencià se proyectará el documental de 37 minutos Hijas de la Nakba, dirigido por Estela Falastín, estrenado en 2019 y protagonizado por ocho mujeres (la Nakba – “desastre” en árabe- designa la limpieza étnica y expulsión de sus territorios de más de 750.000 palestinos, en coincidencia con la fundación –en 1948- del Estado de Israel).

En el cartel de la convocatoria, el BDS-País Valencià reivindica la libertad de la cooperante Juana Ruiz Sánchez, de 63 años, detenida el pasado 13 de abril por soldados israelíes en su casa familiar, en la localidad de Beith Sahur (cerca de Belén). Fue interrogada y encarcelada. Juana Ruiz reside en los territorios ocupados desde hace más de tres décadas y trabajaba como coordinadora de proyectos en la ONG palestina Health Work Committees (HWC). El 10 de noviembre la trabajadora humanitaria fue condenada por un tribunal militar israelí.

Mientras, el movimiento BDS continúa logrando adhesiones. El 31 de octubre informó en las redes sociales de que se sumaban a la Campaña Artistes Lliures d’Apartheid Israelià (ALAI) Elías Taño; Anaïs Florin, GMMGNRA y el grupo musical Los Chikos del Maíz, entre otros.

Fuente: https://rebelion.org/mujeres-palestinas-organizacion-y-lucha-frente-las-violencias/

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UNESCO: Capacitación en educación inclusiva para supervisores de educación y consejeros de educación inclusiva

Capacitación en educación inclusiva para supervisores de educación y consejeros de educación inclusiva

Ramallah, 12 de octubre – Bajo su proyecto “Programa de resiliencia multianual para el estado de Palestina 2019-2021”, financiado por La educación no puede esperar, la UNESCO y el Ministerio de Educación lanzaron una capacitación de dos días sobre educación inclusiva. El Centro de Educación Continua de la Universidad de Birzeit implementó el taller, en el que asistieron a la capacitación 60 supervisores de educación especial y consejeros de educación inclusiva de 11 provincias de la Ribera Occidental.

El taller es parte de una serie de capacitaciones de educación inclusiva para maestros, consejeros educativos y principios de las escuelas para proporcionarles las habilidades prácticas y el conocimiento para implementar una educación inclusiva, amiga de los niños y de calidad.

Nida Al Adra, consejera de educación inclusiva de la Dirección de Educación de Hebrón del Sur:

“Esta es una oportunidad para compartir experiencias relacionadas con la educación inclusiva entre consejeros y supervisores. Estaré feliz de reflejar lo que he aprendido durante la capacitación para asegurar la implementación de prácticas de educación inclusiva en las escuelas de mi área ”.

Fuente de la Información: https://en.unesco.org/news/inclusive-education-training-education-supervisors-and-inclusive-education-counselors

 

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