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Declaración de Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF, tras su visita de dos días a Oriente Medio

Declaración de Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF, tras su visita de dos días a Oriente Medio

“Hoy ha concluido mi visita de dos días a Oriente Medio, donde la escalada de la violencia sigue teniendo consecuencias inconcebibles para la infancia.

“El día que llegué a Israel conocí a algunas de las muchas familias israelíes que el 7 de octubre sufrieron episodios de violencia atroz, como la toma de niños y niñas como rehenes, el asesinato de seres queridos y la pérdida de sus hogares y comunidades.

“Un familiar de los dos niños israelíes que siguen retenidos como rehenes en Gaza –Ariel, de cuatro años, y su hermano Kfir, de uno–, me dijo que lo único que quiere es que regresen, al igual que su madre y su padre. ‘Los queremos mucho’.

“Los familiares de los niños y niñas que fueron tomados como rehenes y ya han sido liberados me narraron el horror del cautiverio y de no saber lo que les podría ocurrir al día siguiente. Seis meses después, las familias de los rehenes israelíes desconocen el paradero de los seres queridos que siguen en Gaza, lo cual les dificulta el proceso de sanación y recuperación.

“El personal del centro médico infantil Schneider de Petach-Tikvah, donde ingresaron a algunos de los niños rehenes israelíes tras su liberación en noviembre, me dijeron que la recuperación será larga y que los niños tardarán en volver a sentirse seguros.

“Además, mantuve algunas reuniones constructivas con oficiales israelíes en las que abordamos diversos temas, entre ellos la terrible crisis humanitaria que se está viviendo en Gaza y la urgente necesidad de facilitar el acceso al país. Acogí con satisfacción sus garantías de ampliar el acceso de los trabajadores humanitarios a los niños y niñas que necesitan ayuda urgente; esperamos con impaciencia que cumplan su compromiso y que protejan tanto a los trabajadores humanitarios como a los niños y niñas a los que atienden.

“Durante mi segundo día de visita estuve en el Estado de Palestina, donde me reuní con familias y oficiales de la Ribera Occidental, incluido Jerusalén Oriental. Escuché angustiosos relatos sobre el terror y la violencia que viven los niños y sus familias a diario desde hace tiempo, que en los últimos seis meses no ha hecho más que aumentar. Solo este año, 37 niños y niñas palestinos y dos israelíes han muerto en el conflicto.

“Conocí asimismo a niños y niñas que cada día deben enfrentarse a obstáculos y controles de camino a la escuela. Hablé con un niño al que las autoridades detuvieron por primera vez cuando tenía 11 años. Su hermano está detenido en la actualidad y su familia no sabe dónde se encuentra.

“También visité el hospital Al Makassed, en Jerusalén Oriental, donde conocí a los trillizos Noor, Najwa y Nejma. Los médicos me contaron que su madre llegó al hospital desde Gaza hace ocho meses para dar a luz, y los bebés nacieron tan pequeños que tuvieron que permanecer en una incubadora y recibir atención médica especial para sobrevivir. Su madre tuvo que volver a Gaza, pero el conflicto estalló y no ha podido regresar. Teme morir antes de volver a verlos.

“Por otro lado, los informes disponibles revelan que más de 13.800 niños y niñas han sido asesinados, miles han resultado heridos y otros miles están al borde de la hambruna.

“El personal de UNICEF tampoco ha salido ileso de la violencia. Muchos de nuestros colegas han perdido a familiares, amigos y hogares en Gaza, y más de 200 trabajadores humanitarios han sido asesinados cuando intentaban salvar la vida de otras personas.

“Los niños y las niñas no inician las guerras, y tampoco pueden ponerles fin. Sin embargo, siempre sufren las peores consecuencias. Por el bien de la infancia, exijo a las partes en conflicto que liberen a todos los rehenes israelíes, que declaren un alto al fuego inmediato en la Franja de Gaza y faciliten un acceso humanitario sin trabas, y que se abstengan de ejercer más violencia contra la infancia.

“Los acontecimientos de los últimos días nos recuerdan que las hostilidades pueden extenderse por la región a toda velocidad. Como siempre, los niños y las niñas sufren de manera desproporcionada en las guerras. Todos y cada uno de nosotros tenemos la obligación de hacer lo posible para protegerlos”.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/declaracion-catherine-russell-directora-ejecutiva-unicef-tras-visita-oriente-medio

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Los daños al sector educativo en Palestina

Damos a conocer el informe presentado por el Secretario de la Embajada Palestina en el Congreso de los STEs celebrado en Valladolid entre el 11 y 14 de abril. Dicho informe ha sido editado por nuestra organización.

 

En el marco del Congreso de la Confederación de STEs-Intersindical, se realizo una Conferencia Internacional con participación de la Internacional de la Educación y de numerosas delegaciones de sindicatos de la enseñanza de América Latina y de Europa, así como de un sindicato turco y del Secretario de la Embajada Palestina ante nuestro país. La intervención del representante palestino fue la más emotiva y aplaudida.A continuación os ofrecemos el informe sobre “Los daños al Sector Educativo en Palestina»

 

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Nancy Fraser: «En Alemania me cancelan por apoyar a Palestina»

Traducción: Florencia Oroz

Tras conocer que había firmado una carta a favor de Palestina, la Universidad de Colonia ha decidido dar de baja la cátedra de Nancy Fraser. En su primera entrevista tras su exclusión, Fraser afirma que no permitirá que nada le impida defender a Palestina.

La célebre filósofa Nancy Fraser iba a impartir la cátedra Albertus Magnus de la Universidad de Colonia el próximo mes de mayo. Pero a finales de la semana pasada fue abruptamente «desinvitada» por el rector de la universidad, Joybrato Mukherjee, por haber firmado una carta de solidaridad propalestina el pasado otoño.

En esta entrevista con Hanno Hauenstein, Fraser habla por primera vez desde su exclusión.

 

HH

La Universidad de Colonia la excluyó de la cátedra Albertus Magnus. ¿En qué consistía?

NF

La cátedra implicaba una visita de varios días y conferencias públicas bajo los auspicios de un programa supuestamente dedicado al intercambio abierto. Decidí dar conferencias de mi actual proyecto sobre las tres caras del trabajo en la sociedad capitalista, un tema que no tenía nada que ver —al menos no directamente— con Israel o Palestina. Me había adelantado y había trabajado duro para escribir estas conferencias (y, por cierto, también compré un billete de avión muy caro).

 

HH

¿Puede explicarme cómo fue la «desinvitación»?

NF

Hace unos días recibí un correo electrónico de un profesor de Colonia, Andreas Speer, que organiza estos actos. Me dijo que acababa de recibir noticias del rector de la universidad, preocupado por el hecho de que yo hubiera firmado la declaración «Philosophy for Palestine» en noviembre, y que quería que aclarara mi postura. Pensé, ¡qué descaro! ¿Qué le importa a él mi opinión sobre Oriente Medio? Soy un agente libre, puedo firmar lo que quiera.

 

Pero tampoco quería ser demasiado conflictiva. Así que le contesté que había muchas opiniones diferentes sobre Palestina e Israel y que había mucho dolor en todos los bandos, incluido el dolor que yo misma había experimentado como judía. Pero hay algo en lo que no puede haber desacuerdo. Cité una frase de una declaración que el rector de la universidad había publicado en el sitio web de la universidad, sobre la importancia de un debate abierto y respetuoso. Así que le dije al Sr. Speer: por favor, asegúrele al rector que puede contar conmigo cuando se trate de un debate abierto y respetuoso.

Pensé que con eso bastaría para poner fin al asunto. Pero apenas uno o dos días después recibí un correo electrónico directo del rector diciéndome que no tenía más remedio que retirar la invitación. Escribió explícitamente, palabra sobre palabra, que quedo cancelada por haber firmado esta carta y no haberla desmentido en nuestra comunicación posterior.

 

HH

¿Cuál fue el principal punto de discordia? ¿El uso de las palabras apartheid y genocidio? ¿O el boicot a las instituciones israelíes, al que la carta invita a participar a los lectores?

NF

La verdad es que no lo sé, porque no he recibido más explicaciones. El rector me ofreció una charla por teléfono o vídeo en la que me explicaría mejor sus puntos de vista. No he respondido a eso. Se trata de un asunto público. Creo que todos tenemos que dejar constancia. Así que dependerá de él aclararlo. También hay una declaración en el sitio web de la universidad. A mí esto me parece una cortina de humo. Es una clara violación de la propia política declarada de la universidad, así como de los propios valores que invocan con el nombre de Albertus Magnus.

Esos valores son precisamente la libertad académica, la libertad de opinión, la libertad de expresión y el debate abierto. Cualquiera que sea la complicada racionalización que se esté dando sobre por qué este procedimiento supuestamente no viola esos valores, me suena a hueco. Esto también envía una señal muy fuerte a toda la gente de la universidad y a los académicos de todo el mundo: si te atreves a expresar ciertas opiniones sobre determinados temas políticos, no serás bienvenido aquí [en Alemania]. Tiene un efecto amedrentador sobre la libertad de expresión de la gente.

 

HH

Cuando dice que esto es una violación de las políticas de la universidad, ¿prevé emprender acciones legales?

NF

Lo he pensado. No es mi prioridad, aunque tampoco lo descarto. Pero, ante todo, quiero convencer a la gente de que este es un caso verdaderamente escandaloso de algo que, según muchos, es una tendencia mucho más amplia en la Alemania actual. Las personas que ocupan puestos de poder en las universidades e instituciones artísticas alemanas, así como los miembros del gobierno federal alemán que puedan estar instándoles en este sentido, deberían pensárselo dos veces. Están violando claramente normas académicas muy extendidas —y, francamente, constitucionales— sobre la libertad política y la libertad de expresión. Esto perjudicará considerablemente a la academia alemana.

 

HH

Teniendo en cuenta solo la historia más reciente de indignación pública y cancelaciones en Alemania, parece que estás en buena compañía. Fueron los casos de Masha Gessen, Ghassan Hage, Judith Butler y varios otros. Muchos de ellos, como usted, son judíos. ¿Le preocupa eso?

NF

No por mí misma. Estoy sentada en Nueva York y cuento con un enorme apoyo, incluida una carta extremadamente contundente de la presidenta de mi propia universidad en la New School, Donna Shalala, que comienza con la gran frase: «¡Albertus Magnus se habría horrorizado!».

Señala que es especialmente preocupante que una institución alemana cancele a un miembro del profesorado de la New School, que no solo rescató a académicos alemanes que huían del fascismo como individuos, sino que también creó un espacio para continuar el cuerpo de teoría crítica que había sido aniquilado en Alemania. La New School ha contribuido a ese cuerpo de pensamiento, y yo también. Así que esto es un insulto tanto a mí como a la New School. Pero, lo que es más importante, es una violación de las normas de libertad académica.

 

HH

¿Cree que se trata de una tendencia?

NF

Sí, y estoy muy preocupada. Creo que es una fiebre que se está apoderando de Alemania y, en menor medida, de Austria. Es algo muy perjudicial. También creo que es muy importante que los alemanes comprendan algo de la complejidad y amplitud del judaísmo, su historia, su perspectiva. En cierto modo están suscribiendo esta idea de una promesa incondicional de lealtad a Israel, de que esa es la responsabilidad alemana: el apoyo incondicional al Estado de Israel.

Teniendo en cuenta lo que Israel está haciendo actualmente, esto es una traición a lo que yo llamaría los aspectos más importantes y de mayor peso del judaísmo como historia, como perspectiva y como cuerpo de pensamiento. Me refiero al judaísmo de Maimónides y de [Baruch] Spinoza, de Sigmund Freud, Heinrich Heine y Ernst Bloch.

 

HH

¿Puede especificar a qué se refiere?

NF

Esta [otra] tradición del judaísmo está reduciendo el judaísmo no solo al nacionalismo, sino a un ultranacionalismo del tipo que está pisoteando y básicamente destruyendo la Franja de Gaza. Por cierto, ¡acabo de firmar otra carta! No me arrepiento. Una carta contra el «escolasticidio» israelí, es decir, la destrucción de escuelas y universidades en Gaza.

Más de cien profesores han sido asesinados allí. Nueve rectores de universidades han sido asesinados. Los nombres de las personas que les he mencionado antes son solo algunos, hay muchos más. Piensen en Albert Einstein, a quien se le ofreció la presidencia del Estado de Israel y la rechazó. Se trata de personas cuyo judaísmo les llevó a defender los derechos universales, no una estrecha identidad tribal.

 

HH

Algunos de sus críticos sostienen que en realidad no se le ha cancelado, sino que simplemente se le ha rechazado una especie de homenaje.

NF

Hay alemanes que tienen la tentación de decir que se trata de un premio honorífico. Muchos alemanes, incluso periodistas, han sido intimidados para que acepten una visión muy distorsionada de lo que realmente significa la libertad académica. El argumento de que se puede simplemente retirar algo porque es solo un premio y no genuinamente académico es una tontería.

La cuestión es que es una cátedra visitante, un nombramiento académico. Junto con todos los demás titulares anteriores de esta cátedra, fui seleccionada por mi trabajo. La idea de que lo que hago de otro modo es motivo de «desinvitación» ya dice que se está violando la autonomía académica. De eso no hay duda. Quiero decirles a estas personas que, en efecto, tienen la responsabilidad de pensar profundamente sobre los judíos. Es solo que están pensando de manera equivocada. Hay otra forma de pensar sobre esto.

 

HH

Críticos como Masha Gessen han argumentado que la interpretación específica de Alemania de la «Staatsräson» [razón de Estado] hacia Israel en los últimos años ha ayudado a extremistas de derecha como Alternative für Deutschland (AfD). ¿Está de acuerdo?

NF

No puedo hablar específicamente de la AfD. Pero puedo decirle que en Estados Unidos, la derecha cristiana evangélica tiene su propia versión de «macartismo filosemita», por utilizar la frase de Susan Neiman. Y tienen un razonamiento teológico que es en sí mismo profundamente antisemita. Pero lo más preocupante de Alemania para mí no es la AfD.

 

HH

¿Qué es?

NF

Esta especie de centrismo de derechas, que es donde reside el verdadero peso de la opinión pública. Se deja influir tan fácilmente por lo que para mí son argumentos transparentemente falsos. Como el argumento de que al excluirme supuestamente nadie está violando la libertad académica, sino que simplemente optan por no honrar a una persona que tiene las opiniones que creen que yo tengo.

 

HH

Usted ha dicho que no existe ninguna conexión entre «Philosophy for Palestine» y el ciclo de conferencias que iba a dar en Colonia. Pero, ¿diría que no hay conexión entre la postura que adoptó en la carta y sus escritos académicos?

NF

Llevo más de un sombrero. Hago trabajo teórico. De vez en cuando firmo cartas como ciudadana. No creo que deban estar directamente relacionados. Sin embargo, de vez en cuando escribo de un modo más agitativo o propagandístico. El mejor ejemplo sería «Feminismo para el 99%», del que fui coautora con Cinzia Arruzza y Tithi Bhattacharya. Tomamos ideas que cada una había desarrollado en su propio trabajo y las fusionamos.

Es un manifiesto sobre cómo trazar un camino diferente para el activismo feminista que se entendiera en interés del 99%, de las mujeres y de los hombres y niños, en contraposición a cierto tipo de feminismo neoliberal corporativo. Así que he intentado popularizar mis ideas académicas, pero nunca he escrito sobre Oriente Medio. No tengo grandes conocimientos, pero soy una ciudadana pensante y lectora. Y como judía, me siento especialmente identificada con el sentimiento de «no en nuestro nombre».

 

HH

¿Porque lo que se hace en Gaza se hace, hasta cierto punto, en nombre del pueblo judío?

NF

Exacto. Tampoco hay duda de que hay una instrumentalización, o incluso una militarización, de la acusación de antisemitismo que se está aplicando tan erróneamente a personas que sienten que al condenar el actual rumbo del gobierno israelí, estamos abogando por una corrección del rumbo para mejorar la situación de los palestinos, así como del pueblo judío en todas partes.

 

HH

Eso parece algo honorable. En Alemania, sin embargo, el Bundestag (parlamento) aprobó una resolución que declara el boicot a las instituciones israelíes un caso de antisemitismo. Muchos en Alemania asocian estos boicots con imágenes de boicots históricos contra los judíos alemanes en la década de 1930.

NF

Es una asociación interesante. Al fin y al cabo, entonces no existía ningún Estado judío que se dedicara a una carnicería militarista ilegítima. Un paralelismo mucho mejor sería Sudáfrica, donde hubo un fuerte boicot académico, un boicot deportivo y un boicot cultural, que tuvieron cierto impacto junto con el boicot económico a la hora de poner fin al apartheid. Por cierto, los alemanes no solo boicotearon a los judíos. Los expulsaron, los acorralaron, los enviaron a campos y los mataron. Nada de eso ocurre aquí.

 

HH

¿Piensa repetir su ciclo de conferencias de Colonia en algún otro lugar?

NF

Lo haré en otros lugares. Se trata de una nueva versión ampliada y revisada de unas conferencias que di en Berlín hace dos años. Ahora tengo mucho material nuevo, que estaba deseando presentar. Mi universidad, la New School, está organizando un acto. También me han sugerido que dé conferencias en otros lugares de Alemania bajo el título «Esto es lo que no querían que oyeras en Colonia».

 

HH

Algunos profesores alemanes se han solidarizado con usted. ¿Cree que la gente en Alemania podría estar cambiando de opinión sobre estas cuestiones?

NF

No estoy lo suficientemente cerca del terreno como para tener una opinión informada al respecto. Pero tengo la sensación de que la fiebre se desatará. No estoy en condiciones de decir si mi caso es el desencadenante, o el siguiente, o el que le siga. Cada vez hay más inquietud al respecto. Al menos la gente de Nueva York lo ve así.

 

HH

Sus colegas miran a Alemania y se preguntan qué está pasando…

NF

Entre los académicos y la gente del mundo de las artes, seguro. También en el periodismo, desde que el caso Gessen tuvo tanta repercusión. O el intento tardío de despojar a Butler del Premio Adorno: todo esto se discute mucho. Al menos en las artes, en el mundo académico y en el periodismo, la gente está muy perturbada, consternada y también indignada. Ha habido muchos palestinos y árabes étnicos que han sido víctimas de esto, pero también judíos prominentes. Esto incita este sentimiento de, bueno, ¿quién eres tú para decirnos lo que significa apoyar al pueblo judío?

 

HH

¿Se considera usted víctima de lo que antes ha descrito como antisemitismo filosemita?

NF

Supongo que sí. Me cancelan en nombre de la especial responsabilidad alemana por el Holocausto. Supongo que esa responsabilidad debería conllevar responsabilidad hacia los judíos. Pero, por supuesto, se reduce a las políticas estatales de cualquier gobierno que esté gobernando en Israel. Para nosotros, en Estados Unidos, el macartismo es una palabra poderosa. Es una forma de hacer callar a la gente con el pretexto de que supuestamente estás a favor de los judíos.

 

HH

¿De dónde cree que viene esto?

NF

Simplemente se ha normalizado. La gente en Alemania ha llegado a aceptar una visión estrecha de lo que significa la libertad académica y la libertad de expresión y de lo que son las libertades políticas democráticas.

 

HH

Estados Unidos y Alemania han sido los dos principales proveedores de apoyo y armas a Israel en los últimos seis meses. ¿Cómo influye esto en su opinión sobre Alemania?

NF

El principal culpable es Estados Unidos. No estoy eximiendo de responsabilidad a Alemania, pero en realidad, si uno se preocupa por quién financia las políticas [de Israel], es Estados Unidos. Sin embargo, por primera vez en mi vida veo que hay un debate público equilibrado sobre la cuestión de Palestina. Las voces palestinas están en la esfera pública. Las organizaciones, incluidas las organizaciones judías de izquierda que critican la política israelí, están en la esfera pública.

Biden está sometido a mucha presión. Ha estado hablando con más dureza sobre el condicionamiento de la ayuda y pidiendo un alto el fuego. Queda por ver si esto se traducirá en recortes o condicionamientos reales de la ayuda, si los demócratas del Congreso intentarán forzar esa cuestión. Pero al menos el grifo abierto de ayuda militar de nuestro gobierno se ha politizado y cuestionado. Me gustaría que algo así ocurriera también en Alemania. Que al menos se convierta en una cuestión pública sobre la que se pueda discutir, sin ser acusado de antisemitismo.

 

Sobre el entrevistador:

[1] Hanno Hauenstein es un periodista independiente residente en Berlín. Ha escrito para The GuardianThe Intercept y varios medios alemanes.

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Qué Día de la Tierra Palestina, qué día antineocolonialista

Qué Día de la Tierra Palestina, qué día antineocolonialista

 Ramón Pedregal Casanova

“Después de los dramáticos sucesos del Día de la Tierra se produjo una breve reconciliación y se interrumpió la campaña de confiscación de tierra a gran escala -aunque por poco tiempo- . La región de Galilea no estaba totalmente judaizada, y se mantenía la tensión en las relaciones entre judíos y palestinos. En noviembre de 1978, los jefes de los consejos locales judíos de Galilea se reunieron con algunos funcionarios y ministros del gobierno en la ciudad de Carmiel, que se acababa de ampliar ocupando territorios árabes. A pesar de las protestas y los sacrificios de la comunidad local, Carmiel se extendía ahora sobre tierras expropiadas.”

Párrafo del capítulo titulado “Desde el Día de la Tierra a la Primera Intifada, 1976-1987, pertenece al libro “Los palestinos olvidados”. Es autor el historiador Ilan Pappé.

El Día de la Tierra Palestina es de recuerdo y de lucha, desde aquel 30 de marzo de 1976 en que una huelga general del pueblo de Palestina contra el robo de tierras por los sionazis, la colonización no se ha detenido. Si aquel día el ejército ocupante asesinaron a 7 palestinos, ¿qué diríamos de cuántos han sumado hasta el día 30 de marzo de 2024? Los invasores, ejército creado sobre bandas terroristas y alimentado por los regímenes europeos y EEUU – Inglaterra, está encargado de llevar adelante el genocidio en el que todos sus padrinos basan sus esperanzas de ganancia y hacer así más y más profundas las diferencias con los pueblos a los que han tenido colonizados y esperan volver a tenerlos. La conquista de Palestina es la puerta desde la que hacen cuentas de una guerra general que desarrolle su entidad ocupante.

Revisando trabajos sobre éste día tan significativo he encontrado el que les invito a leer a continuación, https://info.nodo50.org/Dia-de-la-Tierra-Palestina-patria.html, ahí podrán ver de cómo el sionazismo se había dedicado, además de ejercer de genocida, a tratar de despoblar de vegetación autóctona a Palestina, una de las formas de imposibilitar a los habitantes que puedan sobrevivir. Y si esa deforestación se contaba hasta 2016, ¿qué sabemos de lo que hacen hoy en Gaza y en Cisjordania? Además de los muchos más de los 32.000 palestinos asesinados y los 75.000 heridos, de las 6.000 bombas que diariamente tiran sobre Gaza, además de provocar la muerte por hambre y sed e infecciones de la población, la franja que la misma ONU ya declaraba en 2020 como territorio en que no se podría vivir, ¿qué hacemos hoy mirando los teléfonos, las televisiones, … todos esos medios y cadenas sionazis? Pues, si desde 1948 ningún órgano internacional ha puesto remedio, ¿creemos, podemos esperar, que la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que ha conminado a la entidad colonial a detener su genocidio, ustedes creen que se va a hacer cumplir el mandato? Por lo pronto los representantes del establecimiento que se sitúa fuera de toda ley han declarado que eso no les va a parar y han intensificado su matanza. ¿Seguimos mirando, seguimos dándonos golpes de pecho? ¿Seguimos dejando que los gobernantes prohíban defender a Palestina, perseguir a los que protestan por el genocidio, aguantamos a los regímenes y gobiernos que dicen que lamentan lo que “ocurre”, pero siguen poniendo armas en manos de los asesinos? ¿Seguimos viendo con indiferencia el que los traten con familiaridad, de asesinos porque tienen responsabilidad, familiaridad entre criminales, y nos hagamos los asombrados por la barbarie, eso si es que nos interesamos por saber y no creer sus mentiras?

No, la guerra ha dado un giro que apunta a enterrar la empatía, la solidaridad, la denuncia y la lucha que busca un mundo más justo, ¿no es hora de sumarse y hacer que caigan esos que quieren integrarnos en la mente su desprecio de los Derechos de los Pueblos? ¿No vemos cómo todos ellos desprecian las resoluciones de la ONU, hasta la última del Consejo de Seguridad? ¿Gentes de EEUU, de Inglaterra, de Europa -España, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, … creéis que es bueno que os dejéis conducir en medio del genocidio palestino? Pues preparaos, os quieren deshumanizados para emplearos en la guerra que buscan extender. Ni ellos, ni sus hijos van a caer bajo las bombas, vosotros sí. Apresuraros a defender a Palestina Gaza. El Día de la Tierra Palestina es un día ejemplar como punto de arranque para la Responsabilidad y Lucha por los Derechos de los Pueblos frente al neocolonialismo y el imperialismo.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Miembro de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN. Colaborador del canal Antiimperialistas.com, de la Red en Defensa de la Humanidad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/que-dia-de-la-tierra-palestina-que-dia-anti-neocolonialista/

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Gaza: matar a los muertos

Por: Txema García*

Cuando creíamos que la perversión humana ya había alcanzado cotas insuperables con el genocidio cometido por los nazis en la II Guerra Mundial contra judíos, gitanos, homosexuales o resistentes,  cuando pensábamos que el horror tenía sus límites, comenzamos a darnos cuenta ahora que todavía queda margen y existe algo infinitamente peor que todos esos males.

¿Alguien podía imaginarse en la década de los cuarenta del siglo XX a la Fuerza Aérea norteamericana lanzando paquetes de comida a los escasos supervivientes de la espeluznante masacre del bombardeo atómico en Hiroshima y Nagasaki? Pues bien, algo aún más macabro acaba de hacer en Gaza ese mismo país que se reclama adalid de la democracia planetaria.

El espanto acaba de superar todo lo concebible por una mente normal. Como si la maldad de algunos seres hubiera traspasado las fronteras de la perversión más absoluta y llegado a un territorio vacío de sentimientos donde la inhumanidad reinara de forma salvaje. Ahora, en estos tiempos de modernidad y supuestos avances, la barbarie se envuelve en papel de celofán, en regalo envenenado, en comida que te ofrece alguien que luego te va a asesinar a ti, a tu familia o a cualquier otro semejante en cómodos plazos, eso si no te ha exterminado ya antes. Se trata de matar a los que ya están muertos, a su memoria, a los moribundos, a los que no tienen nada para comer y que se sabe a ciencia cierta que van a morir por bombas o por hambre.

¿Solo hay que llevar a Netanyahu y a su Gobierno genocida ante la Corte Penal Internacional o ante otros tribunales? ¿Y sus cómplices?

Lo diré claramente. La actual administración de los Estados Unidos de Norteamérica, con su presidente al frente, son unos criminales a la altura, si no más, de la de Benjamin Netanyahu, a la que defiende y protege, a la que arma y sostiene con todas sus capacidades económicas, mediáticas y militares. Y, claro está, luego se encuentra todo su cohorte de aliados que también le vende armas a ese engendro de Estado genocida que es Israel: Emmanuel Macron (Francia); Rishi Sunak (Gran Bretaña); Olaf Scholz (Alemania); Giorgia Meloni (Italia); Pedro Sánchez (España); Ursula von der Leyen (Comisión Europea)… y, cómo no, sus otros pequeños adláteres como los que nos gobiernan por estos lares, tanto en Nafarroa como en Euskadi.

La colaboración entre todos estos poderes es mutua y clandestina las más de las veces. La máquina de matar en masa ya está engrasada. Y ahora solo nos queda esperar, si los ciudadanos no nos rebelamos y se lo impedimos antes, a que sigan consumando más y más atrocidades. Les bombardean y luego les echan unos pocos alimentos para aquellos “afortunados” que sobreviven a la masacre. Como si fueran animales en un corral esperando su sentencia de muerte. Y si alguno sobrevive, para eso está el Ejército israelí dispuesto a acabar con los que se atreven a encaramarse a un camión para conseguir los restos de un miserable saco de harina a repartir entre multitudes.

Gaza Activestills - 2
Gaza MOHAMMED ZAANOUN/ ACTIVESTILLS

¿Solo hay que llevar a Netanyahu y a su Gobierno genocida ante la Corte Penal Internacional o ante otros tribunales? ¿En serio? ¿Y sus cómplices? Creo que el mundo está perdiendo toda capacidad racional de enfrentarse a estos asesinos en serie. Y no solo me refiero a los antes citados, sino a aquellos que se esconden detrás de los bastidores y que son, en realidad, los poderes reales: ese gran entramado militar industrial de carácter transnacional que se resiste a perder su hegemonía en este nuevo tablero de intereses. Y luego estamos los ciudadanos de Occidente acostumbrados a vivir narcotizados por la droga del individualismo y un consumo despilfarrador y desquiciante, destructivo de la naturaleza y de sus otros seres.

La secuencia histórica de sus crímenes es irrefutable. Ya no se puede ocultar por más tiempo ni lavar su sucia conciencia labrada masacre a masacre, la del exterminio de los pueblos indígenas de la Norteamericana precolombina; la de cambiar y poner gobiernos títeres en todo el mundo, especialmente en América Latina; la de bombardear y destruir países como Vietnam; la de invadir pueblos como Irak o destruir naciones como Libia; o la de azuzar a pueblos europeos a una política atlantista en lugar de establecer acuerdos de convivencia y cooperación en lugar del este belicismo imperante que ahora impulsa la señora Ursula Von der Leyen y toda su panda de secuaces.

Los Estados Unidos son como Israel, el pueblo elegido para cometer cualquier masacre y, además, pretenden quedar impunes

No estamos ya en los tiempos del Plan Marshall, aunque su intención siga siendo similar y se sustente en la misma concepción de supremacismo a la que han de rendirse todos los pueblos y naciones. Los Estados Unidos son como Israel, el pueblo elegido para cometer cualquier masacre y, además, pretenden quedar impunes. Lanzan al aire 38.000 miserables raciones de alimentos para que caigan al fondo del mar o para que más de dos millones de palestinos consumidos por el hambre se las disputen en la antesala de su propia muerte. Luego llegarán con sus bulldozers a sacar su correspondiente provecho de rapiña derivado de todas estas muertes: el negocio de la reconstrucción por parte de sus “fondos buitres” que ya, a buen seguro, se estarán disputando la carroña para reconstruir “asentamientos de colonos” dentro de unos pocos meses.

Occidente, con la Unión Europea y los EEUU al frente: habéis alcanzado las más altas cotas de degradación moral que imaginarse uno puede. Si no os juzga alguna Corte Penal Internacional, sabed que ya gran parte del mundo os ha colocado en la lista de los criminales más execrables.

*Escritor, periodista y miembro de la plataforma Guggenheim Urdaibai STOP.

Fuente de la información e imagen:  El Salto

Foto: Mohammed Zaanoun / Activestills

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Los niños y niñas mueren por desnutrición en Gaza, donde varios hospitales dejan de funcionar

La escasez de alimentos y agua en Gaza comienza a matar a los palestinos más vulnerables, los niños y niñas. Al menos seis menores han muerto en el norte de la Franja por deshidratación y desnutrición. Mientras, dos hospitales de la zona dejaron de funcionar este miércoles por falta de energía.

 

«Dos niños murieron a consecuencia de deshidratación y desnutrición» en el Complejo Médico Al Shifa, ubicado en la ciudad de Gaza, en el norte del enclave, informó el Ministerio de Sanidad de la Franja.

 

Poco antes, el hospital Kamal Adwana, también ubicado en el norte de la Franja, anunció que «cuatro niños murieron» en sus instalaciones en las últimas 24 horas debido a desnutrición y deshidratación.

 

Además, en ese hospital, otros siete niños «se encuentran en grave peligro» de muerte por las mismas razones, aseguró el Ministerio de Sanidad, que llamó a las instituciones internacionales «a tomar medidas inmediatas para prevenir una catástrofe humanitaria en el norte de la Franja».

 

El hospital Kamal Adwana, que fue asediado y atacado en diciembre pasado por el Ejército israelí, anunció este miércoles que estará «fuera de servicio a partir de hoy debido a la falta de combustible».

 

«Las operaciones quirúrgicas en el hospital se han detenido por completo», explicó, al solicitar «una intervención urgente que proporcione combustible» y permita la reanudación de los servicios.

 

De su lado, el hospital Al Awda, ubicado en la ciudad de Jabalia, también en el norte de la Franja, anunció la suspensión total de sus servicios debido a la grave escasez de combustible y suministros médicos, informó la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.

 

Estos hospitales se unen a una larga lista de centros médicos de la Franja que ya no pueden hacer frente al colosal número de heridos y enfermos que han dejado los ataques de Israel, ya sea por la destrucción de sus instalaciones, por el corte de electricidad o agua potable, o la falta de suministros, personal y alimentos.

 

Argumentando que el grupo islamista Hamás utiliza infraestructuras civiles para realizar sus operaciones bélicas, el Ejército israelí ha atacado numerosos hospitales, incluido el Al Shifa, el más importante de toda la Franja y que ahora solo puede proveer servicios de emergencias.

 

Las fuerzas israelíes irrumpieron en Al Shifa poco después de iniciar su incursión terrestre en el enclave palestino, el año pasado, a pesar de que miles de heridos, enfermos, desplazados y personal médico se encontraban en su interior. En esa operación militar, las tropas dijeron que hallaron túneles de Hamás cerca y por debajo del centro médico.

 

Hambruna inminente

El cese de las operaciones del hospital Kamal Adwan «agrava la situación sanitaria y humanitaria de nuestro pueblo en el norte de la Franja de Gaza, que provocó el martirio de muchos pacientes por falta de atención médica y medicamentos», consideró Hamás, que gobierna de facto la Franja de Gaza, en un comunicado.

 

Además, «el martirio de los niños por desnutrición y deshidratación es un fracaso internacional para proteger a la humanidad de la criminalidad de la entidad sionista», añadió, al acusar a Israel de cometer un «crimen de genocidio y limpieza étnica» contra los palestinos.

 

Según el grupo islámico, unos 700.000 gazatíes —de una población total de más de dos millones de personas— se encuentran en el norte de la Franja, donde la crisis humanitaria es aún más grave que en el resto del enclave, por el difícil acceso para el transporte de suministros y los continuos combates.

 

Una fuente en Gaza dijo a EFE que este miércoles, por primera vez desde que estalló la guerra el 7 de octubre de 2023, un avión —aparentemente jordano— lanzó desde el aire paquetes con ayuda humanitaria cerca del hospital Indonesia, en Jabalia.

 

Representantes de varias agencias humanitarias de la ONU advirtieron ante el Consejo de Seguridad de que la hambruna es prácticamente inevitable en Gaza.

 

En 145 días de guerra, la ofensiva por aire, tierra y mar de Israel ha dejado en la Franja de Gaza 29.954 muertos, 70.325 heridos y cerca de 8.000 desaparecidos bajo los escombros y otros lugares inaccesibles.

 

Entre los muertos se cuentan más de 346 miembros del personal médico y un total de 155 instituciones de salud han sido destruidas parcial o completamente, lo que provocó el cierre de 32 hospitales y 53 centros de atención de salud de Gaza, mientras 126 ambulancias dejaron de funcionar.

 

En tanto, la tasa de ocupación de los pocos hospitales que siguen funcionando bajo mínimos es del 275%, mientras que la de las camas de cuidados intensivos es del 217%.

 

La guerra estalló tras un ataque de Hamás contra Israel que dejó unos 1.200 muertos y 250 secuestrados, de los cuales más de un centenar han sido liberados.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/ninos-ninas-mueren-desnutricion-en-gaza-donde-varios-hospitales-dejan-de-funcionar/

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Palestina en la educación

Hace tres meses escribí un artículo sobre “La escuela ante la barbarie”, escandalizada por lo que estaba sucediendo en Gaza y tratando de convencer que era necesario que el profesorado tratara el tema en el aula[1].

 

Después de estos tres meses, más escandalizada aún por la magnitud de la masacre, vuelvo a escribir, aunque ello implique repetirse. Porque es imprescindible no olvidar, no callar, continuar denunciando, en todos los ámbitos, y también en la escuela, en el instituto y en la Universidad. Y por ello, voy a insistir en esta idea: ”No podemos dejar que las futuras generaciones crezcan insensibles a lo que ocurre en nuestro país y en el resto del mundo. Que sean conscientes de que todas y cada una de nosotros formamos parte de esta humanidad y si queremos un futuro justo y en paz, será necesario trabajar para conseguirlo”.

 

Cada día que pasa hay más dolor, más niños y niñas masacrados, más persones inocentes asesinados, más edificios calcinados, más hambre, más sed, más injusticia y más crueldad. Y existe la tentación de terminar cansadas y angustiadas por tanta barbarie y que dejemos de mirar y de hablar de ello. Y no nos lo podemos permitir. Por ello voy a insistir en el mismo tema.

 

El filósofo alemán Theodor Adorno en 1966, en su libro ““La educación después de Auschwitz” afirmaba: “Cualquier debate sobre ideales de educación es vano e indiferente en comparación con este: que Auschwitz no se repita.[2] Y durante muchos años, generación tras generación, en la escuela, en el instituto y a veces también, en la Universidad, se cumplía esta máxima. Todos las profesoras y profesores, los maestros y maestras nos involucrábamos a fondo para hablar del horror del Holocausto, y nuestros alumnos sabían más de la segunda guerra mundial y de las barbaridades de Hitler, que de cualquier otro acontecimiento histórico.

 

Ahora, sin embargo, estamos ante otra barbarie histórica, un genocidio televisado en Gaza. Por supuesto, no es el primer holocausto que se repite. Por desgracia tenemos una larga lista de guerras y barbaridades desde que Hitler fue vencido.

 

Pero la guerra de Israel contra Palestina no es una guerra cualquiera, no hay dos ejércitos que batallan entre sí, con los “daños colaterales” que siempre aparecen. Ahora hay un ejército que bombardea a una población desarmada, que mata civiles, hombres, mujeres y niños, que destruye viviendas, Universidades, hospitales y escuelas, que deja a los dos millones de personas que vivían en Gaza sin casa, sin alimentos, sin agua y sin un lugar seguro donde cobijarse de las bombas. No es el Holocausto, pero es tan grave como él. Y, sin embargo, parece que ahora no es importante hablar de todo ello con nuestros niños/as y jóvenes.

 

Dicen, algunos, que esto es “adoctrinar”. ¿Entonces, llevamos años y años adoctrinando, por hablar del Holocausto y la necesidad de que no se repitiera?

 

Y ¿por qué es importante hablar de lo que está sucediendo en Palestina?

 

Porque el ataque de Israel abarca todos los aspectos de la vida de los habitantes de Gaza y Cisjordania y, por supuesto, llega a la educación. Las cifras del genocidio educativo son aterradoras, como lo indican datos, porque el objetivo, además de matar seres humanos, es el de destruir cultura y valores, de destruir criaturas y jóvenes y privarles de la posibilidad de la educación. A pesar de los continuos bloqueos y ataques que llevan sufriendo desde hace años, Gaza tenía un bajo índice de analfabetismo (del 0 o el 2% según las fuentes) y uno de los niveles más altos de matrícula escolar en el mundo, con un 95% de niños y niñas cursando la educación básica. Situación que va a ser imposible que continúe.

 

Los ataques israelís han dejado a 625 mil alumnos sin escuela en Gaza; 90 mil universitarios sin clase; el 60% de las escuelas y el 90% de las universidades han sido destruidas; 94 profesores universitarios han sido asesinados, así como más de 50 científicos y escritores. Sólo en los tres primeros meses del ataque murieron 4.300 estudiantes y 231 maestros/as de educación básica. Otros 7.259 estudiantes y 619 profesores resultaron heridos. Todo ello implica que miles de niños y niñas sufren traumas psicológicos, depresión, ansiedad, miedo, soledad, impotencia y, desgraciadamente, todo hace pensar que ello puede derivar en un gran deseo de venganza, en un futuro. Para muchos jóvenes palestinos, estudiar era algo más que librarse un futuro, era la única ventana abierta al mundo. Ahora solo les queda huir, si pueden, o unirse a la resistencia que, probablemente, será el futuro de muchos de ellos.[3]

 

Las personas que nos dedicamos y amamos la educación no podemos permanecer impasibles ni callados ante lo que está sucediendo en Gaza. Debemos actualizar el mandato de Adorno e informar a nuestros niños y jóvenes que, después de la segunda guerra y del genocidio perpetrado por los Nazis, se han producido muchos más holocaustos y que ahora tenemos uno ante nosotros. El hecho de ver en vivo y en directo toda la barbarie que está cayendo sobre el pueblo palestino, añadido al hecho de que nadie ha sido capaz de parar la masacre, hace más necesaria que nunca una reflexión y una explicación. Los hechos nos interpelan como educadoras y educadores y nos recuerdan nuestra obligación de educar en el conocimiento de los problemas de la humanidad, en la reflexión crítica del porqué de los acontecimientos y en la obligación moral de transmitir valores humanos y solidarios. Por ello no podemos callar, nuestra práctica educativa debe abarcar las cuestiones fundamentales del pasado y del presente.

 

La educación por la paz, la educación por los derechos humanos, la educación para la convivencia… son todos ellos mandatos de nuestro sistema educativo y están presente en todos los currículums. Pero, ¿cómo educar para la paz y la defensa de los derechos humanos, si nuestros jóvenes ven cada día como se conculcan estos derechos en Palestina, con el beneplácito de los países “democráticos”, como Estados Unidos y la Unión Europea?

 

Nuestro deber es explicarles que los valores de inhumanidad de que hace gala Israel no deben ser normalizados ni olvidados. Nuestro deber es explicar la historia de los dos países y el conflicto que ha llevado a esta barbarie. Y, sobre todo, es imprescindible que sean solidarios y sensibles ante el dolor humano de niños/as y jóvenes como ellos y ellas.

 

Y sí, hay que explicarles que las guerras no son justas, que siempre son por intereses de una minoría, pero que siempre pagan la gran mayoría de los que tienen menos dinero y menos poder. Hay que explicarles que Europa está cayendo en el error de ser parcial porque sigue los mandatos de EEUU y que España continúa vendiendo y comprando armas a Israel, que servirán para continuar matando y masacrando a personas civiles.

 

Debemos reflexionar conjuntamente con nuestros alumnos y alumnas sobre el papel de la tecnología, muy positiva para algunos asuntos, pero totalmente letal cuando se usa para matar. ¿Por qué ese culto a la tecnología al servicio de la muerte y el dolor? ¿Por qué esta admiración ante la IA que ayuda a lanzar a diario centenares de bombas inteligentes en aviones supersónicos? ¿Es este el futuro que nos espera? ¿Deberíamos hacer algo para impedirlo? Y debemos debatir con ellos y ellas por qué un pequeño país en el Occidente de Asia, Israel, que solo cuenta con nueve millones de habitantes, puede matar, destruir, aplastar a los palestinos con total impunidad. Por qué Europa sanciona a Putin por la invasión de Ucrania, pero apoya a Israel en su invasión de Gaza y Cisjordania. Por qué Europa, que reaccionó y se escandalizó con la barbarie de los nazis, ahora está impasible ante esta nueva barbarie. Por qué el mundo occidental está tan preocupado por la emergencia climática y se olvida que las guerras y la destrucción que conllevan, además de las víctimas humanas, son lo más anti-ecológico que existe. Y también deberíamos reflexionar sobre el futuro que les espera a todos estos niños/as y jóvenes, que han visto morir a sus padres o hermanos, que han perdido piernas o brazos y que han visto sus casas convertidas en cenizas. Cómo será posible superar las secuelas físicas y psíquicas y cómo podrán vivir sin odiar con fuerza a sus verdugos.

 

Todas estas preguntas deberían formar parte de nuestras actividades pedagógicas en el aula, si nos creemos, de verdad, que la educación tiene que desempeñar un papel importante en la formación de los futuros ciudadanos y ciudadanas, despertando su conciencia crítica para que sean capaces de implicarse en la construcción de un futuro mejor.

 

Finalmente, y no menos importante, es señalar que a pesar de toda la censura son miles y miles las persones que en todo el mundo han salido a la calle para reclamar el fin de este genocidio que Israel está infringiendo a los palestinos. Que, en todas partes del mundo, se han organizado actos de protesta contra este genocidio y en solidaridad con el pueblo palestino. Y que ellos y ellas pueden también participar, yendo a las protestas, pintando murales, haciendo vídeos, visitando a las compañeras (en Barcelona) que están en huelga de hambre, escribiendo cartas a nuestros presidentes para que den apoyo a las denuncias Internacionales que se están haciendo en distintos países, para que deje de comprar y vender armes a Israel. Y pueden también hacer boicot a los productos de Israel (McDonald’s, por ejemplo).

 

Y termino con lo que ya dije hace tres meses: Es importante que los chicos y chicas salgan del Instituto y la Universidad con la convicción de que es necesario luchar contra todo tipo de violencias y que hay que defender los derechos humanos, que no se acostumbren a que las guerras y las masacres son normales, que no terminen insensibles ante el dolor ajeno y que sean capaces de indignarse ante las injusticias y ante la violencia. Que se sientan solidarios con las personas que sufren y tengan ganas de implicarse en detener todo tipo de agresiones, guerras y violencias.

 

Éste debería ser el mandato ético de todas las personas implicadas en la educación. Porque no se trata de educar para que el día de mañana nuestros alumnos y alumnas se “adapten” lo mejor posible a un mundo injusto, violento y lleno de injusticias y desigualdades, sino para que tengan información y conocimientos que les permitan entender cómo funciona el mundo y tengan elementos y voluntad de mejorarlo.

 

Notas

[1] Cañadell, Rosa: “La escuela ante la barbarie” Diario de la Educación . 8 noviembre 2023. https://eldiariodelaeducacion.com/2023/11/08/la-escuela-ante-la-barbarie/

[2] Theodor Adorno, “La educación después de Auschwitz”, en Consignas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1973.

[3] Vega, Renán. “La educación después del genocidio de Gaza” . Rebelión. 05/02/2024. https://rebelion.org/la-educacion-despues-del-genocidio-de-gaza/

Fuente: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/palestina-en-la-educacion/

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