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Seis años de la guerra en Siria: 2016, el peor año para los niños

Fuente: UNICEF

En 2016 se batió el récord de violaciones contra los niños en Siria. Así lo refleja la terrible evaluación que ha hecho UNICEF del impacto del conflicto en los niños, coincidiendo con el sexto aniversario de la guerra.

Seis años después, cerca de 6 millones de niños dependen ahora de la ayuda humanitaria, 12 veces más que en 2012. Millones de niños se han visto obligados a desplazarse, algunos hasta siete veces. Más de 2,3 millones de niños viven como refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Iraq. Los casos verificados de asesinatos, mutilaciones y reclutamiento de niños aumentaron considerablemente el año pasado, debido a la drástica intensificación de la violencia en el país.

• Al menos 652 niños fueron asesinados –un 20% más que en 2015-, lo cual convierte a 2016 en el peor año para los niños de Siria desde que en 2014 se empezaron a verificar oficialmente las víctimas infantiles.
• 255 de estos niños fueron asesinados en o cerca de una escuela.
• Más de 850 niños fueron reclutados para combatir en el conflicto, más del doble que en 2015. Los niños están siendo utilizados y reclutados para luchar directamente en primera línea; cada vez participan más en el combate, en casos extremos como ejecutores, terroristas suicidas o carceleros.
• Se produjeron al menos 338 ataques contra hospitales y personal médico.

“La magnitud del sufrimiento no tiene precedentes. Millones de niños de Siria son víctimas de ataques a diario, sus vidas están del revés”, explica desde Homs Geert Cappelaere, director regional de UNICEF en Oriente Medio y Norte de África. “Cada niño está marcado para el resto de su vida con consecuencias terribles para su salud, su bienestar y su futuro”.

Las dificultades de acceso a algunas partes de Siria siguen obstaculizando la valoración a escala del sufrimiento de los niños y la asistencia humanitaria a los más vulnerables. Más allá de las bombas, las balas y las explosiones, los niños están muriendo en silencio, a menudo debido a enfermedades que de otra manera se habrían prevenido fácilmente. El acceso a atención médica, suministros vitales y otros servicios básicos sigue siendo muy difícil.

De todos los niños de Siria, los más vulnerables son los 2,8 millones que se encuentran en las zonas de difícil acceso. De ellos, 280.000 viven bajo asedio, casi completamente aislados de la ayuda humanitaria.

Dentro de Siria y más allá de sus fronteras, los mecanismos de ayuda se están debilitando. Las familias están adoptando medidas extremas simplemente para sobrevivir, a menudo empujando a los niños al matrimonio o al trabajo infantil. En más de dos tercios de los hogares los niños trabajan para apoyar a sus familias, a veces en condiciones extremadamente duras incluso para los adultos.

Y sin embargo, pese al horror y al sufrimiento, todavía hay historias extraordinarias de niños decididos a perseguir sus sueños y aspiraciones. Darsy, de 12 años, refugiada en Turquía, lo demuestra: “Quiero ser cirujana para ayudar a la gente de Siria enferma y herida. Sueño con una Siria sin guerra, para poder volver a casa. Sueño con un mundo sin guerras”.

“Seguimos viendo la valentía de los niños de Siria. Muchos han atravesado la primera línea de combate para presentarse a exámenes. Insisten en seguir aprendiendo, incluso en escuelas subterráneas. Hay mucho más que podemos y debemos hacer para cambiar la situación de los niños de Siria”, recuerda Cappelaere.

En nombre de los niños de Siria, UNICEF hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto, a quienes tienen influencia sobre ellos, a la comunidad internacional y a cualquiera que se preocupe por los niños, para lograr:

• Una solución política inmediata que acabe con el conflicto en Siria.
• El fin de las graves violaciones contra los niños, incluyendo las muertes, mutilaciones, reclutamientos y ataques contra escuelas y hospitales.
• El levantamiento de todos los asedios para tener un acceso incondicional y constante a todos los niños que lo necesitan en Siria, estén donde estén.
• Un apoyo sostenible a los gobiernos y comunidades de acogida para los niños vulnerables, independientemente de su estatus.
• Apoyo financiero continuado a UNICEF para la asistencia de los niños de Siria.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/media/media_95077.html

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Los seis años de guerra en Siria desatan una crisis de salud mental entre los niños de ese país

Siria/18 marzo 2017/Fuente: sinembargo

Después de seis años de guerra, Siria enfrenta una grave crisis de salud mental. Millones de niños y niñas presentan cicatrices psicológicas potencialmente irreversibles causadas por la exposición constante al trauma extremo de la guerra. Hisham, un profesor sirio, narra a Save The Children, cómo le ha afectado a sus hijos los 6 años de guerra en su país.

Ciudad de México, 18 de marzo (SinEmbargo).- Vivir en un estado constante de miedo puede crear una condición conocida como “estrés tóxico” que, si no se trata, puede tener un impacto a lo largo de toda la vida en la salud mental y física de los niños y niñas. Lo anterior da lugar a mayores casos de enfermedades cardíacas, diabetes, depresión y abuso de sustancias.

Para generar el informe “Heridas Invisibles”, Save The Children entrevistó a más de 450 niños, niñas, adolescentes y adultos dentro de 7 de las 14 regiones de Siria sobre el impacto psicosocial de la guerra.

Los hallazgos que se encontraron pintaron un horrible panorama de la salud mental y bienestar de los niños  y niñas después de seis años de guerra:

  • La mayoría de los adultos y niños dijeron que el bombardeo es la principal causa de estrés psicológico en la vida cotidiana de los niños.
  • Se dice que dos de cada tres niños han perdido a un ser querido, han sido bombardeado o bombardeada su casa, o han sufrido lesiones relacionadas con la guerra
  • El 80 por ciento de las personas dijo que los niños se han vuelto más agresivos, y la gran mayoría de los entrevistados dijeron que los niños sufren frecuentemente de enuresis nocturna y micción involuntaria (71%), señales comunes de estrés tóxico en los niños y niñas. Casi la mitad dijo que sabía de niños que habían perdido
  • la capacidad de hablar o sufren impedimentos del habla desde el comienzo de la guerra.
  • La mitad de los adultos dijeron que los adolescentes están recurriendo a las drogas por el estrés
  • Todos los grupos dijeron que la pérdida de educación está teniendo un enorme impacto psicológico en la vida de los niños y niñas. La mitad de los que todavía pueden asistir a la escuela dijeron que nunca o raramente se sienten seguros allí.

En este VIDEO te mostramos la entrevista que Save The Children realizó a Hisham, un profesor que cuenta cómo le ha afectado a sus hijos y a los niños los 6 años de guerra en Siria.

Fuente: http://www.sinembargo.mx/18-03-2017/3175319

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2016, el peor año para los menores sirios según UNICEF

16 marzo 2017/Fuente: Telesurtv

Un total de 652 niños fallecieron por los ataques perpetrados durante los combates, lo cual representa un incremento comparado con años anteriores.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés) anunció que al menos 652 niños fallecieron en Siria, debido al conflicto bélico que afecta la región desde el año 2011.

El informe emitido por el organismo, afirmó que no existió un descenso en los ataques a escuelas, parques, hospitales y hogares ya que los contendientes del conflicto armado «mostraron poco interés en honrar las leyes de la guerra».

De esta manera, Unicef señaló que al menos 255 niños fueron asesinados en escuelas, o sus adyacencias en 2016. Una de cada tres escuelas es inutilizable, debido a la ocupación de las mismas, ya sea por grupos armados o porque sirven de refugio para los desplazados.

Las cifras publicadas aparecen en la misma semana del sexto aniversario del levantamiento contra el presidente sirio, Bashar Al-Assad, que trajo como consecuencia de la guerra.

Según el estudio, los niños son las primeras víctimas de la guerra. El organismo advierte que para la generación joven de Siria, las oportunidades profesionales y la atención médica es muy escasa, lo cual deriva en consecuencias como el trabajo infantil, el matrimonio prematuro y el combate.

Igualmente, la cifra de niños reclutados por grupos armados es de 851, lo cual representa el doble de menores, en comparación al año anterior.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Unicef-2016-fue-el-peor-ano-para-los-ninos-en-Siria-20170313-0027.html

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Rehabilitadas 100 escuelas en provincia siria de Alepo

Siria/13 marzo 2017/Fuente: Prensa Latina

El Ministerio de Educación anunció hoy que 100 escuelas están listas para el próximo curso escolar en regiones recién liberadas por el Ejército en la provincia siria de Alepo.

En ese sentido, el ministro del ramo, Hazwan al Wiz, informó que otras 50 fueron incluidas en un plan emergente de reconstrucción, el cual incluye garantizar al personal docente y especialistas en tratamiento sicológico.

Al respecto, mencionó que junto a organizaciones sociales y no gubernamentales, se ejecuta un programa de reconstrucción a partir de la zona este de la ciudad, donde fueron arrasadas por los grupos terroristas centenares de centros escolares.

La provincia de Alepo, 350 kilómetros al norte de Damasco, tiene una extensión de 18 mil 482 kilómetros cuadrados y una población superior a los cuatro millones de habitantes.

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=69518&SEO=rehabilitadas-100-escuelas-en-provinia-siria-de-alepo

Fuente image: https://i.ytimg.com/vi/NDFv55TsEA4/hqdefault.jp

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Siria: El inglés con bombas entra

Siria/13 de Marzo de 2017/El Mundo

Bomba, bala, mortero, francotirador, fusil… son las primeras palabras que aprenden en inglés los niños que estudian en los colegios sirios bajo control del autodenominado Estado Islámico. También suman, restan y multiplican utilizando, en lugar de manzanas y peras, imágenes de lanzagranadas o coches bomba. [En los libros de Historia, junto a las banderas negras y un fusil Kalashnikov, los pequeños pueden ver cómo España se cuela en sus aulas representada por una carabela de Colón y un molino de El Quijote]. Algunos colegios han sido rebautizados con nombres de terroristas mártires. Y la Física y la Química están fuera del itinerario educativo por ser materias contrarias al islam…

Así es la educación del terror diseñada por el Ministerio de Educación creado por los seguidores del Al Bagdadi. Crónica tiene acceso a sus libros de texto y a todo el plan del califato para adoctrinar a sus hijos en el islam más excluyente. Entre sus 70 escuelas, el Daesh distingue incluso centros públicos, que son gratuitos, y concertados. Aunque su afán educativo trasciende las propias aulas. En las calles, los responsables de mantener el rigor de su ideario terrorista son los miembros de un gabinete creado ex profeso para ello: el de Prédica y Mezquitas, que desarrolla desde «cursos de arrepentimiento» hasta clases de jurisprudencia islámica con una larga lista de sanciones para quienes contravengan sus normas.

El Ministerio de Educación que han puesto en marcha contempla la asignatura de inglés, sí, pero con sus propios libros de texto: dos manuales editados por el Califato titulados Inglés para el Estado Islámico. Y no es el único material escolar que ha editado el Daesh para educar a sus niños y lavar sus cerebros. Todos los libros infantiles están plagados de armas. Hasta las matemáticas sirven para adoctrinar a los más pequeños en las 70 escuelas que controlan en Siria. La apariencia de los libros es moderna y atractiva. Pero sus contenidos resultan impactantes. Como un ejercicio para practicar la multiplicación, que consiste en señalar con una flecha el resultado correcto entre varias opciones para la operación «5×3». En la página no sólo hay números o dibujos infantiles: lo que los niños unen realmente con su lapicero son un lanzagranadas RPG y un vehículo militar iraquí. Otro ejercicio se llama «Ayuda al francotirador»: «Su rifle tiene 24 disparos y ante usted se encuentran siete objetivos de la coalición de cruzados. ¿Cuántos tiros recibirían de forma uniforme cada uno de los enemigos cruzados?». Otro: «Si tiene tres pistolas en frente y dispones de nuve balas, ¿cuántos disparos podrás realizar?».

La portada del libro ya advierte de lo que va a venir: la imagen de un blindado equipado con una metralleta que dispara números. Así aprenden a calcular.

Materiales como estos son obligatorios en la escuela pública de Al Yaqeen, en Abu Kamal, en la región de Deir ez-Zor, a 144 kilómetros al sur de la ciudad de Deir ez-Zor, en la misma frontera entre Siria e Iraq. En sus pupitres se sientan 300 alumnos, a cargo de nueve profesores que por 120 euros al mes siguen estrictamente el programa y los libros de texto elegidos los terroristas. Los padres no pagan nada por la educación de sus hijos; ni siquiera por el material escolar. En los últimos tres años, desde que los más de 200.000 habitantes de la localidad están bajo el control de los hombres de Al Bagdadi, el terror se ha instalado en Deir ez-Zor, pero las escuelas nunca han dejado de funcionar ni han dejado de ser públicas. La educación siempre ha sido una obsesión para el Estado Islámico.

Así que han diseñado su propio plan. Que incluye la asignatura de Historia, en la que encontramos una referencia a España. En la ilustración de portada del libro de Primaria aparece un típico molino manchego, como los de El Quijote, y una carabela de Colón, mezclados con un skyline estadounidense y una mezquita. Podría ser, éste sí, uno de los libros que todas las mañanas mete en su mochila cualquier niño español. Salvo por la bandera negra del Califato y un kalashnikov coronan la imagen.

Los pequeños del ISIS también estudian obligatoriamente Ciencias Sociales, que aprenden en inglés. El foco es la familia tradicional. En la lección 1 de este manual los niños repasan cuáles son los miembros de la familia a través de una fotografía que parece sacada de un álbum casero: sólo que si bien el abuelo, el padre y el tío son reconocibles, las mujeres -la abuela, Khadeeja, de 56 años; la madre, Hafsa, de 42; la tía Maryam, de 22 años, y la hermana Sara, de 15- no pueden distinguirse entre sí. Aparecen las cinco juntas, tapadas por un velo integral negro que cubre su cabeza y su cuerpo completamente. Cada milímetro de su piel.

Hasta aquí las ciencias. El Califato ha eliminado la Física y la Química de su plan escolar: las considera «contrarias a la enseñanza islámica», argumentan los seguidores de Al Bagdadi.

Las clases de caligrafía y gramática árabe, de sharía (enseñanza religiosa) y de educación física completan el currículum escolar planificado para ganar las mentes y los corazones de los habitantes más jóvenes del Estado Islámico.

El Ministerio de Educación del Califato, responsable del profesorado y de los programas académicos de la organización terrorista, fue una de las primeras instituciones que entró a funcionar tras la proclamación del IS y trabaja de forma coordinada con el denominado Ministerio de Prédica y Mezquitas, dedicado a difundir la ideología de la organización a través de programas educativos y de propaganda.

El proyecto educativo del Daesh echó a andar a principios de 2014 en la ciudad siria de Al Raqa. Uno de los primeros pasos fue la segregación de sexos: a partir de entonces todas las escuelas serían diferentes para hombres y para mujeres. Tras la proclamación del llamado Califato, los terroristas cerraron colegios -todos los que aplicaban el sistema educativo sirio anterior y los centros privados, lo que causó desplazamientos masivos de estudiantes y profesores- e implantaron su doctrina. Los cambios afectaron incluso a los nombres de los colegios. Ocurrió en la ciudad siria de Al Bukamal. Los terroristas rebautizaron centros como la escuela-mezquita Al-Rahman, que pasó a llamarse al-Sheikh Faris al-Zahrani, en honor a un terrorista ejecutado por Arabia Saudí en enero de 2016.

Hoy abren sus puertas en Siria alrededor de 70 escuelas con el sistema educativo del Daesh. Y aunque toda la enseñanza es pública, existen dos tipos de colegios: públicos y concertados. Los primeros son gratuitos y dependen directamente del Ministerio de Educación del Califato. En ellos el absentismo escolar es muy elevado por el temor de los habitantes a ser atacados por bombardeos de la Coalición. De hecho, en zonas como Al Raqa y Deir ez-Zor los yihadistas están utilizando las escuelas como cuarteles y no dudan en explosionarlas si se encuentran en riesgo de caer en manos del enemigo. Por eso resulta muy difícil obtener una relación exacta del número de alumnos sometidos a las enseñanzas extremistas.

Las escuelas concertadas, por su parte, fueron instauradas por maestros que siguen residiendo en zonas bajo control del Daesh y que poseen un permiso especial del Ministerio de Educación para impartir el currículum de los terroristas. Los padres pagan cerca de 10 dólares al mes por que sus hijos asistan a estas clases que son hoy la opción preferida para las familias sirias que habitan en las regiones tomadas por el régimen. Aunque algunos padres recurren también a unos colegios clandestinos donde los chicos puedan adquirir conocimientos científico-técnicos proscritos, como Física y Química, o aprender otras materias que el Daesh ha prohibido.

En Al Raqa existe además un colegio especial. Es la Escuela de los Cachorros de al-Furqan, creada recientemente para los hijos de los combatientes extranjeros. A sus aulas, a diferencia del resto, acuden niños de ambos sexos; eso sí, en distinto horario, de mañana y tarde. También es especial porque, además de recibir educación académica, sus alumnos reciben entrenamiento militar, incluido el manejo de armas largas y cortas. En la Escuela de los Cachorros, que depende directamente de la máxima autoridad en la capital siria del Califato, trabajan unos 20 empleados, hombres y mujeres. Aunque el temor a los ataques aéreos hace que su ubicación cambie con frecuencia.

Cursos de arrepentimiento

Cuando el califato implantó su sistema educativo los maestros se convirtieron en una pieza fundamental de su ejército ideológico: se vieron forzados a someterse a los llamados «cursos de arrepentimiento, para retractarse de la «infidelidad» en la que habían incurrido en el pasado al haber firmado su compromiso con los sistemas docentes sirios anteriores. Pero la estrategia de educación del grupo terrorista se extiende más allá del control de las aulas. Y quien lleva la batuta es el Gabinete de Prédica y Mezquitas.

Los soldados de este gabinete son los shariiyin (expertos en jurisprudencia islámica), una suerte de funcionarios de la administración regional que, presentes en todas las provincias, operan en las llamadas Oficinas de Prédica y Mezquitas, ubicadas generalmente en los propios templos. Sus instrumentos: sermones (jutbas) recitados los viernes en las mezquitas y que ellos mismos redactan y coordinan; cursos monográficos sobre el islam y de jurisprudencia islámica o sharía; concursos para niños y adolescentes con motivación religiosa, como los de recitación y memorización del Corán… Y los folletos y carteles propagandísticos que, expuestos en las zonas de afluencia o en los accesos a las mezquitas, explican cómo debe uno comportarse e incluso cómo debe cortarse la barba.

El arrepentimiento

Los cursos de adoctrinamiento que más asfixian a la población son los conocidos como de «arrepentimiento» (en árabe tauba o istitaba). Una verdadera pesadilla para muchos. Durante unos 45 días, los alumnos asisten a clase en un austero internado llamado Centro de Enseñanza para el Arrepentimiento. Un lugar desconocido, a menudo una gran mezquita o un edificio con suficiente capacidad, donde duermen, comen y aprenden todos aquellos que pueden suponer una amenaza para el Califato. No sólo disidentes, reclusos o miembros de otros grupos que abandonaron las armas en su día y no se han sumado al IS. También jueces, periodistas, abogados… cualquiera que haya cobrado o cobre del régimen.

Lo primero que recibe un cursillista del «arrepentimiento» son unos utensilios básicos para el aseo y para pernoctar, y una tarjeta con su nombre, número, curso y fecha de inicio. A partir de ese momento el alumno cobrará un dólar al día -más o menos al salario actual de un combatiente soltero del Daesh- y estará bajo la protección del califa.

En su primer interrogatorio, los jefes de la sharía le preguntarán: ¿participaba en las manifestaciones contra el Régimen?, ¿luchaba con las facciones contrarias al Daesh?, ¿pretende jurar fidelidad al grupo…?

El interno recibe a continuación un mensaje aparentemente conciliador. Los responsables del curso le invitan a olvidar las torturas que, en su caso, han podido padecer en las cárceles del IS, argumentando que eran fruto de la mente perturbada de los temidos Amniyin, miembros del aparato de seguridad, que «no representan al verdadero Daesh». «En todas las organizaciones se cometen errores», añaden. El verdadero Daesh es una «organización islámica» -nada más- cuya finalidad es restaurar el Califato y luchar contra los chiíes.

Fidelidad o castigo

Y así pasan los días. Con oraciones al alba, sesiones de formación sobre el Corán y la sharía, el estudio, actividades de limpieza…. Los alumnos, en pequeños grupos, ven vídeos con combates del Daesh contra el Gobierno iraquí (generalmente se evitan imágenes de la lucha contra grupos islamistas). La comida es limitada y el trato al interno es brusco, con frecuentes reproches por supuesta falta de rendimiento y acusaciones de cobardía o ineptitud. Aunque para los estándares sirios actuales, los alumnos reciben un trato digno si respetan las normas. En caso de incumplirlas, se les castiga con la prolongación de los días de internado.

Al acabar en el Centro de Enseñanza para el Arrepentimiento, los graduados tienen dos opciones: regresar a sus hogares o jurar fidelidad al grupo terrorista. A los primeros el Régimen les proporciona un salvoconducto para que se desplacen a sus residencias, con medidas de restricción de movimientos y comparecencia en las sedes del Daesh.

Los segundos, los convencidos, quedan a disposición de los terroristas como miembros de pleno derecho. Su destino habitual serán los frentes más castigados, con alta probabilidad de morir en combate. Son los menos.

Pese a que el Califato invierte mucho esfuerzo y dinero en este internado, los resultados reales de estos cursos son pequeños. Los convocados suelen asistir a las sesiones para evitar represalias sobre ellos o sus familias, pero no por convicción. Sólo una minoría modifica su ideología, jura fidelidad o se une a la lucha armada. Aunque también hay quienes, sin jurar fidelidad al IS, sí sienten fuertes convicciones religiosas y cierta afinidad ideológica con el Daesh. A ellos el proceso de «arrepentimiento» les llega a generar fuertes dudas y la «autoridad moral» de los profesores les causa una impresión positiva.

Al acabar, el graduado recibe una tarjeta acreditativa con su nombre, su foto y el sello del Daesh. En un vehículo cerrado lo conducen fuera de la instalación.

¿Y las mujeres? Apenas existen en el sistema educativo de Al Badgadi. Rara vez se convocan cursos de sharía para ellas. El Daesh entiende que deben ser los tutores, padres o esposos los que se responsabilicen de enseñar a las personas que de ellos dependen. Así, dentro y fuera de las aulas, la maquinaria sigue funcionando.

Fuente: http://www.elmundo.es/cronica/2017/03/10/58b9ac8b22601d0b0e8b45ce.html

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WFP Provides School Meals To Syrian Children Across Aleppo City

Siria/Marzo de 2017/Fuente: Reliefweb

RESUMEN: En marzo, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) comenzó a distribuir comidas escolares por primera vez a niños sirios que asistían a escuelas primarias públicas en zonas de la ciudad de Aleppa, anteriormente inaccesibles al PMA ya otras organizaciones humanitarias. Las comidas incluyen un cartón de leche fortificada con vitaminas y minerales y un bar local de la fecha, que proporcionan a los escolares la nutrición que necesitan para concentrarse y aprender en clase. A través de su socio local, hasta el momento el PMA ha distribuido comidas escolares a unos 15.000 niños en 30 escuelas de Alepo desde que comenzó el programa el 5 de marzo. La crisis siria, que pronto entró en su séptimo año, ha descarrilado el sistema educativo en Siria, dejando un estimado de 1,75 millones de niños y jóvenes fuera de la escuela. Las comidas escolares son un componente crítico para ayudar a que los niños regresen a la escuela en Siria y asegurar que cada niño tenga acceso a la educación, la salud y la nutrición.

In March, the United Nations World Food Programme (WFP) began distributing school meals for the first time to Syrian children attending public primary schools in areas in Aleppo city previously inaccessible to WFP and other humanitarian organizations.

The meals include a carton of milk fortified with vitamins and minerals and a locally-baked date bar, which provide schoolchildren with the nutrition they need to concentrate and learn in class. Through its local partner, WFP has so far distributed school meals to about 15,000 children at 30 schools in Aleppo since the programme began on 5 March.

The Syrian crisis, soon entering its seventh year, has derailed the educational system in Syria, leaving an estimated 1.75 million children and young people out of school. School meals are a critical component to help bring children back to school in Syria, and ensure every child has access to education, health and nutrition.

“This is a turning point for children in Aleppo, many of whom haven’t attended school for years because it was simply too dangerous to go outside due to constant fighting,” said WFP Syria Country Director and Representative Jakob Kern. “Now that relative stability has returned to Aleppo, these daily nutritious meals encourage parents to send their children – especially girls – to school and to keep them there.”

WFP has also begun to provide fresh school meals each school day to more than 2,000 children in two schools in Aleppo city. This new programme provides each student with a fresh meal, consisting of a sandwich and piece of fruit or vegetable. The programme employs 20 Syrian women in Aleppo who prepare the meals, which are then distributed by a WFP local partner.

In 2014, WFP launched its school meals programme in Syria by providing meals in Tartous, Rural Damascus and Aleppo governorates. By the end of the 2016 academic year, WFP had expanded school meals and reached nearly half a million children across 10 governorates. Until recently, access constraints had prevented the expansion of the programme into some areas.

In 2017, WFP plans to scale up its school meals programme to reach up to 750,000 children across Syria. This is in addition to a programme that plans to provide 50,000 out-of-school children with vouchers.

Since January, WFP has provided food assistance to tens of thousands of displaced Syrians returning home to formerly conflict-affected areas in Aleppo city. In addition to distributing ready-to-eat rations with staple food items such as canned chickpeas, meat and tuna, vegetables, olive oil, and thyme, WFP is delivering bulk food to public kitchens that distribute hot meals to families in Aleppo each day.

Fuente: http://reliefweb.int/report/syrian-arab-republic/wfp-provides-school-meals-syrian-children-across-aleppo-city

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Declaración de Geert Cappelaere, Director Regional de UNICEF, instando a todas las partes en las conversaciones de Ginebra a dar prioridad a las necesidades de los niños de Siria “¿Y si fuesen sus hijos?”

Damásco / 01 de marzo de 2017 / Fuente: https://www.unicef.org

«La imagen desgarradora de un adolescente llamando a gritos a su padre pocos minutos después de haber perdido las dos piernas en lo que parecía un asalto en Idlib la semana pasada es otro brutal recordatorio de que los niños siguen siendo atacados en el conflicto de Siria.

Mientras en Ginebra continúan los esfuerzos para reunir a todas las partes en conflicto –una guerra que dura ya casi seis años- como un intento de lograr el restablecimiento de la paz, nosotros hacemos un llamamiento a todas ellas para que demuestren su liderazgo en pro de los derechos de los niños.

Por eso, les instamos a hacerse la siguiente pregunta: ¿Y si fuesen sus hijos?

Desde el inicio de este año, al menos 20 niños han muerto en ataques y muchos más han resultado heridos, incluyendo una niña que, con sólo un día de vida, fue víctima del bombardeo de su casa en la zona rural de Damasco. Además, casi dos millones de niños continúan sin acceso a la ayuda humanitaria que necesitan con urgencia.

Las cifras son un sombrío indicio de que el cese en las hostilidades anunciado en diciembre pasado aún no se ha traducido en hechos en materia de protección y asistencia humanitaria para todos los niños de Siria. Hasta ahora, sólo tres misiones inter-agencia han llegado a los niños en las zonas asediadas y de difícil acceso.

El coste inconmensurable en vidas y sufrimientos debería avergonzar al mundo y llevarle a tomar medidas inmediatas para encontrar una solución política a la guerra.

Recordamos a todas las partes en conflicto que su obligación, de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario, es proteger a los niños en todo momento, dondequiera que estén y sin importar quién tenga el control de la zona en la que viven.

Los niños siguen siendo víctimas de una violencia constante y generalizada en todo el país. Además, se les sigue privando de lo básico para cubrir las necesidades que les permitirían salvar la vida.

Las partes en el conflicto deben proporcionar acceso inmediato, incondicional y sostenido en el tiempo a todos los niños que necesitan asistencia en todo el país. El asedio debe terminar. Es inaceptable que se retiren de los convoyes los suministros que salvan vidas, igual que es inadmisible el uso del agua como arma de guerra.

De la misma manera, todas las partes en conflicto y aquellos que tienen influencia sobre ellas deben actuar con un extremo sentido de urgencia para silenciar las armas para siempre.

Es hora de que las partes, junto a cualquier persona que lleve en su corazón los intereses de los niños sirios, se sienten a hablar de ellos.
Los más de diez millones de niños sirios que sufren directa y diariamente las consecuencias de este conflicto sólo quieren una cosa: tener paz y que les devuelvan la infancia.

Las partes en conflicto y aquellos que las apoyan les deben a los niños de Siria poner fin a esta guerra de una vez por todas”.

Fuente noticia: https://www.unicef.org/spanish/media/media_94908.html

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