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Guatemala: La estrategia del miedo

La estrategia del miedo

Carolina Vásquez Araya

El temor a lo desconocido es la columna sobre la cual se asientan los fanatismos.

Los enormes avances de la tecnología nos han traído cosas buenas y otras, no tanto. La dificultad para tener acceso a los detalles del funcionamiento y los entresijos de la informática y otras ciencias, han puesto una distancia insalvable entre los creadores y los usuarios de estas nuevas áreas del conocimiento. De un modo sutil, la información sobre los eventos que marcan el destino de millones de seres humanos se nos entrega en pequeñas dosis, convenientemente elaborada con el propósito de mantener el control sobre su impacto en la sociedad. Nos encontramos, por tanto, sujetos a un flujo de comunicación sobre el cual carecemos de certeza, pero diseñado para simular la verdad.

El periodismo, una profesión de servicio público cuya misión es dar a conocer información veraz y oportuna sobre los acontecimientos y decisiones que afectan a la sociedad, se ha transformado en otro campo de batalla entre los grandes núcleos de poder político y económico y los comunicadores éticos e independientes. Los medios de prensa, en general, están en manos de grandes grupos empresariales y su finalidad es incidir en la ruta política, manipulando la información a conveniencia de sus inversionistas. La verdad, por lo tanto, queda relegada por considerarse un elemento inconveniente dentro de la fórmula.

La persecución contra quienes investigan y revelan sucesos, decisiones y otros actos de interés cometidos al margen de la ley y que atentan contra el bien público, se ha convertido en uno de los frentes de guerra; estos frentes son sostenidos y alimentados por gobiernos y cúpulas de poder económico, con la finalidad de neutralizar todo acto de rebeldía popular. De este modo, se ha universalizado una especie de Guerra Fría de última generación desde donde se manipula, transforma y divulga información con una fuerte carga ideológica; una estrategia del miedo capaz de dividir y paralizar toda acción ciudadana tendente al cambio de sistema.

La estrategia del miedo ha sido, durante el transcurso de la Historia, una herramienta utilizada por toda cúpula de poder con el propósito de convencer a los pueblos de mantener una postura obediente, no deliberante, sumisa ante quienes marcan la ruta y dispuesta a defender ideales impuestos para proteger privilegios e intereses particulares. En esta guerra solapada, los medios de comunicación masiva constituyen el arma perfecta en ese afán por conseguir el objetivo de dominar el escenario. La lucha desigual, emprendida por algunos medios independientes y periodistas éticos, es una fuente de malestar para quienes deciden nuestro futuro y, por ello, las amenazas y obstáculos a los cuales se enfrentan estos profesionales han llegado al extremo de obligarlos a refugiarse en un exilio forzoso, ante el riesgo de perder la vida.

Cada día se amplía la distancia entre la misión de la prensa -como una actividad de servicio público para proporcionar a la ciudadanía una visión correcta y veraz de los acontecimientos de su interés- y lo que efectivamente se recibe desde las cadenas noticiosas y los medios aliados con el oficialismo. Esta ruptura con la misión de la función periodística tiene un impacto tal en las sociedades, al punto de convertir las guerras en un espectáculo, al hambre en un destino inevitable, a las migraciones humanas en una desgracia ajena. En otras palabras, nos han inmunizado contra la sensibilidad y la vergüenza.

La información pública es una herramienta de poder, en manos de otros.

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/bloggers/La-estrategia-del-miedo-20221009-0001.html

 

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Guatemala: El día de los marginados…

El día de los marginados…

Carolina Vásquez Araya

A la niñez se le dedica un día al año, como gesto simbólico y oportunidad política.

En la mayoría de países, el Día del Niño se celebra en distinta fecha. La marcada como oficial corresponde a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, emitida por la ONU en 1954. Esta coincide con los aniversarios del Día Universal del Niño, la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989). Todos ellos, documentos de la mayor trascendencia, firmados y ratificados por todos los países del mundo.

Pero ¿qué sucede con esos derechos en el escenario real? 4 millones de recién nacidos en el mundo mueren durante su primer mes de vida. 148 millones de menores de cinco años en las regiones en desarrollo -en donde se encuentra nuestro continente- tienen un peso insuficiente para su edad. 1.020 millones de seres humanos pasan hambre todos los días. 1.400 millones de personas carecen de acceso al agua potable, una situación que empeora cada día por el cambio climático y las migraciones forzadas.

Organizaciones creadas específicamente para observar y contribuir al mejoramiento de la situación de la niñez, coinciden en señalar cómo esta afecta a millones de niñas, niños y adolescentes, condenándolos a un escenario de pobreza extrema, violencia, explotación y abuso. Sumado a ello, los países tercermundistas consideran a la niñez y adolescencia un sub producto social, dada su condición de vulnerabilidad y por no poseer la menor incidencia en las decisiones políticas. Debido a ello, se encuentran sujetas a decisiones que no les favorecen y sufren la carga adicional de la marginación en el diseño y aplicación de políticas públicas.

Ante la devastación provocada por los fenómenos climáticos, los efectos de las guerras, la injusticia de las migraciones forzadas, la polarización de la riqueza y la corrupción de los gobiernos, las mayores víctimas se concentran entre la población infantil y juvenil. Para las potencias económicas y los centros mundiales de poder político y económico, estas masas de niñas y niños hambrientos y plagados de enfermedades evitables son bajas colaterales. Ante esta realidad, celebraciones como la señalada anteriormente no solo resultan de un simbolismo vacío, sino además son un recordatorio obligado de la absoluta falta de observancia de las Declaraciones dedicadas a proteger a quienes son su principal objetivo.

Uno de los más graves efectos del abandono en el cual se desarrollan las nuevas generaciones es el aumento sostenido de problemas de desnutrición, autoestima, crisis de identidad y depresión. Esto, que ya era parte de la situación de pobreza en la cual se encuentra la inmensa mayoría de niños, niñas y jóvenes, ha experimentado un fuerte incremento a partir de la pandemia. De acuerdo con el informe Estado Mundial de la Infancia 2021, elaborado por Unicef, «El suicidio es la cuarta causa principal de muerte entre los adolescentes de 15 a 19 años. Cada año, casi 46.000 niños de entre 10 y 19 años se quitan la vida: es decir, un niño cada 11 minutos.»

Los discursos demagógicos y gestos condescendientes de los líderes políticos en sus promesas de campaña constituyen, ante este crudo panorama de la infancia, un ejemplo de la aberrante pérdida de sentido de la realidad que les condiciona en cuanto acceden al poder. La obligación de la ciudadanía es insistir en el respeto por los derechos de este sector, tan importante como marginado. De él depende el futuro y esas no son palabras vacías.

Cuando un niño se quita la vida, algo muere también en cada uno de nosotros.

Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/internacionales/a316070.html

 

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América Latina y El Caribe: Narrativas noviolentas

Narrativas noviolentas

Rodrigo Ayarza

Hacer visible lo invisible: que las experiencias de resiliencia no desaparezcan

El presente artículo se propone descubrir cómo diversos grupos de población desarrollan una actitud resiliente y a través de las Narrativas Noviolentas presentan alternativas a la exclusión.

A partir de diversas experiencias recogidas en conversatorios, talleres y clases, desde mi rol de formador en cultura de paz, descubrí cómo diversos grupos de la población resisten y se niegan a aceptar la violencia como algo natural. A estos grupos de personas las identifico como población resiliente, con sus características de empuje, comprometidas y creativas, quienes resignifican “el sentido de salir adelante” aún en situaciones extremadamente adversas. Son estas personas, quienes plantan cara a la violencia y proponen alternativas, quienes nos acompañan en el ámbito educativo, social y comunitario, también conocidas como formadoras resilientes y grupos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes resilientes.

En muchos de nuestros caminos iban surgiendo posibilidades concretas de responder a la exclusión y a la violencia, algunas se encaminaban lenta y progresivamente a consolidarse como estrategia. Es decir, varias personas proponían alternativas en distintos puntos de tensión donde se expresa el conflicto violento.

El sentido de los talleres y dinámicas en clase consistía en habilitar la posibilidad de construir alternativas e íbamos descubriendo como surgían actitudes resilientes, estas, debo reconocer fueron mucho más de las imaginadas en un principio.

Luego, comencé a profundizar en este aspecto que nos estimulaba a seguir, vinculado a sus formas de resistencia y como sobreponerse a la adversidad. También observé que todos tenían una característica en común, que estaba relacionada a la inclusión. Hablaban del reconocimiento de unos y otros y que sin este fracasarían.

Crear con otros les permitía sentirse reconocidos y valorados. Descubrí que era de vital importancia rescatar la esencia de construir un “nosotros” y profundizar esta idea.

También descubrí que de esta expresión pluri vocal se iba creando una contra narrativa a los excesos de la violencia. Consolidaban su rol proactivo al cambio y reconocían discursos más heterogéneos que hablaban de posibilidades de trascender la violencia.

Llamó mi atención la forma creativa de expresar los relatos vinculados a una actitud de resiliencia, y observé que a partir de sus diálogos y debates hacían lo imposible para que sus experiencias e historias transformadoras no desaparecieran.

En estos escenarios fueron surgiendo las Narrativas noviolentas como enfoque de escritura orientado a la búsqueda de alternativas y a reconocer el potencial de la noviolencia para transformar conflictos en ámbitos educativos, comunitarios y sociales.

El fragmento presentado de Las flores quemadas está basado en estas experiencias en nuestro continente y propone analizar como Kranzu, la chica protagonista del relato plantea alternativas desde un enfoque resiliente.

 Analizando un caso de resiliencia a través de las narrativas noviolentas

El primer paso consiste en definir la situación a la que nos enfrentamos.

En el comienzo es clave identificar si se trata de una situación injusta, de exclusión o violenta. Para nuestro fragmento a estudiar (que se presenta al final) argumentaremos que se trata de un tema de exclusión: muchas flores no reciben agua.

Como complemento del primer paso, formularemos preguntas como guía para hacer un diagnóstico de la situación. Se sugiere recurrir a un estilo de preguntas abiertas que nos permitan encontrar respuestas vinculadas a una amplia gama de posibilidades.

Se pueden formular las siguientes preguntas como sugerencia:

¿Qué sucede si Kranzu se queda en silencio? ¿Por qué a unas flores sí les llega el riego y a otras no?, ¿están en un lugar que no corresponde? ¿Tan solo lo uniforme y comercializable vale?, ¿quién define que sea así?

A partir de una actitud resiliente Kranzu se siente motivada a querer cambiar la situación.

Nos adentramos en un segundo paso: la inclusión de otras personas permite construir ese “nosotros” del que ya hablamos.

Definir quiénes son las personas que pueden apoyarla es fundamental. Es clave saber que no está sola: en quiénes puede confiar ingresa en nuestra agenda. En resumen, desde una actitud resiliente se estimulan unos a otros a no quedarse de brazos cruzados sin hacer nada.

Llegamos así al tercer paso, definir posibles alternativas.

Consiste en crear estrategias que abarquen diversas propuestas de transformación, construidas desde distintas miradas. Igual así subsiste un peligro: en infinidad de ocasiones se nos enseña que tan solo existen caminos únicos con respuestas únicas.

En el texto descubrimos el nacimiento de una estrategia, sencilla pero práctica, la chica se propone arrancar las flores antes que el sol las queme. Pero también se nos invita a descubrir algo más. Ella, está convencida, crea oportunidades. Kranzu cree que existen otras posibilidades e imagina otro futuro para esas flores.

Al finalizar nuestro recorrido podemos decir que estamos frente a una propuesta transformadora, basada en una actitud resiliente. La metáfora del relato tiene que ver con construir la posibilidad de reconocer e incluir a aquellos que tienden a quedar a un lado o a ser silenciados. La chica descubre la posibilidad de desarrollar alternativas y decide crear una contra narrativa a la exclusión.

Actitud resiliente: Kranzu descubre que la historia puede ser otra, que existen posibilidades de inclusión, de futuro para estas flores y se compromete a transformar la situación al desarrollar una actitud resiliente.

A modo de cierre:

El fragmento elegido describe la búsqueda de alternativas inspiradas en las actitudes resilientes y es tomado de Las flores quemadas: relato sobre la escritura, la excusión y la rebeldía. Es también, parte de la propuesta que he denominado Narrativas Noviolentas. Narrativas Noviolentas es un enfoque de escritura orientado a la búsqueda de alternativas a la violencia a través de la expresión escrita y a reconocer el potencial de la noviolencia para transformar conflictos en ámbitos educativos, comunitarios y sociales.

Estas narrativas nacen de una pregunta: ¿qué sucede si una historia no puede ser contada? Este enfoque se propone construir relatos que permitan descubrir la otra parte de la historia, esa que fue silenciada o rechazada.

En el trabajo con niñas, niños, adolescentes y jóvenes, Narrativas Noviolentas es una oportunidad para rescatar sus expresiones y diálogos, sus formas originales de arriesgar y definir alternativas ante situaciones complejas y, sobre todo, descubrir su potencial transformador desde una mirada que habilita a reconocerlos y valorarlos tal como ellos y ellas quieren ser.

Como adultos, Narrativas Noviolentas es una oportunidad de descubrirnos a nosotros mismos, de preguntarnos acerca de nuestras prácticas y experiencias, y ponerlo en práctica habilitando el derecho a construir con otros.

Fragmento tomado de Las flores quemadas:

“Cuando Kranzu cumplió nueve años, tuvo su primer trabajo. Mientras su abuela afilaba su cuchillo, la niña emparejaba los tallos, pero su abuela refunfuñaba y desechaba las flores que no servían, y le gritaba: «¡Apúrate, niña!», debido a que era de las últimas en llegar al carro que llevaría las flores al mercado. Kranzu se quedaba mirando las flores que aún no se habían abierto, las que crecían al borde de la línea marcada para el riego, a las que llamaban «quemadas». Su abuela le decía que las dejara: «No ves que el sol las ha quemado, ¡no sirven!». Decenas de niños olvidaban las flores que estaban fuera de la línea estipulada, en forma mecánica seguían con su trillo, ni se percataban de que existían. Un día, Kranzu llevó unas flores que luchaban por sobrevivir, pero su abuela las ignoró y le dijo: «Sé fuerte, niña, ¿no ves que crecen salvajes? Se arquean para cualquier lado, menos para el que tienen que hacerlo, ¡no sirven! Tendrás que pensar solo en las que enseñan un color uniforme, sin puntos, ¿comprendes, hija?». Señalándole las estridencias y agujeros en los pétalos, le mostraba así que esas no podían ser comercializadas, que no tenían valor. Desobedeciendo a su abuela, de madrugada, Kranzu se levantó antes que nadie y también antes de que el sol volviera a quemar otras flores cruzó el campo y fue en busca de unas cuantas”.

Las flores quemadas. Rodrigo Ayarza, Editorial Autografía, Barcelona 2022.

 Relatos de América Latina. Alternativas a una cultura que no abraza ni deja abrazar. Rodrigo Ayarza, artículo publicado en la plataforma de la RED de Prevención de la violencia.

Artículos y publicaciones en Educación para la paz y transformación de conflictos, leer en:

www.rodrigoayarza.squarespace.com

 

 Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación / CII OVE

 

 

 

 

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Guatemala. El régimen Giammattei dispara contra el periodismo independiente

Guatemala. El régimen Giammattei dispara contra el periodismo independiente

Bajo el régimen autócrata de Alejandro Giammattei, la persecución y el hostigamiento represivo contra la prensa independiente, o simplemente no obsecuente con el gobierno de turno, se ha vuelto costumbre en el país centroamericano. El ultraderechista empresario Giammattei no ha tenido que inventar nada nuevo al reherencia política del ex presidente Jimmy Moralesspecto: él mismo es parte de la herencia política del ex presidente Jimmy Morales, promotor “estrella” del empleo de la violencia y el descrédito a la prensa jugada por la verdad.

La Asociación de Periodistas de Guatemala, APG, notificó que entre el 2020 a junio de 2022 se han aplicado desde el Ejecutivo 350 ataques y censura al ejercicio del derecho a informar y a la libertad de prensa. ¿El pecado del periodismo? Cumplir con su labor social de informar, opinar, interpretar los hechos de la realidad inmediata, fundados en los derechos humanos y el bien público.

De acuerdo al Programa para los Programas de México y Centroamérica del Latin America Working Group, LAWG, los comunicadores sociales son permanentemente vigilados e intimidados, al punto en que mujeres periodistas son víctimas de acoso sexual, tanto virtual como físicamente, con el objetivo de que callen sus voces. Otro tanto ocurre con los comunicadores de pueblos originarios que debido a su rol de registrar y difundir los daños irreversibles que la industria extractivista perpetra contra la naturaleza, los territorios y las comunidades, suelen ser intimidados con armas de fuego y allanadas ilegalmente sus viviendas.

El régimen Giammattei usa procedimientos “estándar” contra el libre ejercicio del periodismo, como el que empleó contrá la comunidora social maya k’iche’, Ana Mejía Tiqueriz, representante del medio Xol Abaj, quien fue procesada por las falsas acusaciones de sedición, agresión agravada, incendio y robo, por el solo hecho de informar sobre las maniobras del tristemente reconocido alcalde Francisco Carrascosa, uno de los tantos políticos que ranquean los indicadores nacionales e internacionales de corrupción institucional.

Otro tanto pasó con el propietario del medio El Periódico, José Rubén Zamora, aprehendido mediante acusaciones falsas.

Sin embargo, la enorme mayoría de los casos represivos contra los comunicadores se hunden en el anonimato y la impunidad más oscura. A estos periodistas no les resta más protección que recurrir a sus redes personales y familiares de apoyo para las gestiones legales, denuncias y, en muchos casos, salvar sus vidas. Se trata de periodistas comunitarios que pasan largas temporadas presos, a discreción y antojo del poder.

Guatemala ocupa el lugar 124 de 180 países en la clasificación de la libertad de prensa a nivel mundial, pese a que, tanto en la Constitución como en las leyes internas, los periodistas estarían supuestamente cautelados a la hora de ejercer su profesión y oficio.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/guatemala-el-regimen-giammattei-dispara-contra-el-periodismo-independiente/

 

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Guatemala: El colapso moral de los imperios

El colapso moral de los imperios

Carolina Vásquez Araya

La concentración de poder deriva siempre en el abuso y la manipulación.

Existe una notable tendencia a considerar la concentración de la riqueza como un hecho admirable. Desde esa postura se suele caer en el error de pasar por alto los pasos que han llevado a tal acumulación de poder y se hace la vista gorda sobre los actos ilegítimos -aunque muchas veces legales- conducentes a tales extremos. Esto sucede con los individuos pero también con los países gobernados por líderes capaces de cometer grandes injusticias con su pueblo, y además arrasan con los derechos y la independencia de otras naciones. El poder ilimitado, aquel que aparenta ser consecuencia del desarrollo, suele ser producto de la voracidad y, sin duda alguna, de una absoluta falta de escrúpulos.

En estos días, los medios internacionales han clavado sus colmillos con enorme placer en el paseo de Donald Trump por los pasillos de la ilegalidad. El evidente abuso de poder cometido por el ex mandatario estadounidense al acumular documentos oficiales en su club privado ha sido un apetitoso pastel para el circo mediático. Sin embargo, ese acto de abuso burocrático representa la evidencia de un pésimo manejo de los controles supuestamente estrictos sobre el manejo de documentos clasificados y del archivo oficial de la mayor potencia mundial. La corrupción de los procesos, por lo tanto, es solo una muestra de las debilidades morales de un país con influencia global.

Este, sin embargo, no es un hecho aislado y corresponde a la justicia de ese país lidiar con la interminable secuencia de pasos protocolarios para procesar a un ex presidente. Antes, otros mandatarios -basados en evidencias falsas y mentiras evidentes- cometieron abusos de consecuencias catastróficas para pueblos de lejanas latitudes, con el único propósito de facilitar y asegurar la explotación de sus recursos y la captura de sus gobiernos. El colapso moral derivado de esas políticas ha sido, a lo largo de la Historia, la marca indeleble del poder económico y geopolítico y ha llevado a las naciones involucradas, de forma paralela, a la miseria y a la abundancia.

Cuando el liderazgo de una potencia mundial recae en seres tan deleznables como aquellos cuyas acciones vulneran la paz del planeta y se sirven de su poder para abusar de otros pueblos, es cuando se vale preguntar por qué las demás naciones callan y aceptan. Es válido sospechar que tras operaciones destinadas a exterminar a pueblos enteros, como sucede con los ataques de Israel sobre Palestina o los conflictos en Yemen, Afganistán, Irak y otros países -en donde las víctimas civiles se cuentan por decenas de miles- existe una especie de pacto al cual pertenecen las naciones más poderosas, pero también organismos creados para salvaguardar la paz y guardan silencio.

La prosperidad de los imperios siempre ha descansado sobre el abuso y la explotación. El precio de ese bienestar para unos pocos lo han pagado pueblos de culturas milenarias, cuya debilidad muchas veces les ha significado el exterminio. El poder acumulado ha sido resultado del latrocinio de riquezas ajenas y la captura de gobiernos débiles y corruptos, instalados gracias a la manipulación y el intervencionismo. Los derechos humanos y la democracia -valores utópicos- constituyen el discurso propicio y un arma de seducción política que ha perdido todo su significado, sobre todo cuando proceden de quienes violan sus preceptos.

El desarrollo económico nunca debe descansar sobre la miseria de otros pueblos.

Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/internacionales/a315139.html

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Réquiem por Guatemala

Por: Carolina Vásquez Araya

Un ejemplo ilustrativo de la pérdida de rumbo en un país sin esperanzas.

El parque central era insuficiente para albergar a la muchedumbre. Vinicio Cerezo había llegado a la presidencia después de una larga y dolorosa sucesión de gobiernos militares corruptos y violentos, amparados por un ejército a las órdenes de la oligarquía criolla. Los fraudes electorales habían sido perpetrados a vista y paciencia de una ciudadanía temerosa de las represalias y orillada a mantener la boca cerrada ante tamaños abusos. Pero la indignación bullía por dentro y se desbordó en una manifestación cívica de repudio a las dictaduras y en un intento lleno de esperanzas por rescatar la utopía de la democracia.

Cerezo comenzó a gobernar y el pueblo le otorgó el beneficio de la duda. Se había abierto una gran puerta hacia la reparación institucional, con el retiro de las fuerzas armadas hacia sus cuarteles para permitir el establecimiento de un gobierno libre y soberano, pero se fue cerrando paulatinamente para dejar paso a la poderosa influencia de empresarios y altos mandos del Ejército. Estados Unidos nunca le quitó los ojos de encima, vigilando sus intereses -usualmente opuestos a la independencia de las naciones- y se consolidó finalmente lo que sería un Estado débil y vulnerable.

La gran oportunidad comenzó a desvanecerse ante la mirada de un pueblo cansado de las decepciones. Después de Cerezo se hizo patente cómo el discurso populista prendía nuevas olas de entusiasmo y los gobiernos que le siguieron fueron marcando una tendencia progresiva hacia el ejercicio de todos los vicios de la mala gestión gubernamental: enriquecimiento ilícito, compadrazgo, represión de las voces disidentes, persecución de líderes y manipulación de las leyes rectoras de los procesos electorales para garantizar el monopolio de los listados para cargos de elección popular.

Esta constante pérdida de certeza en los valores democráticos, provocada por gobiernos cada vez más ajenos a los intereses del país y dedicados de lleno a saquear las arcas públicas y apoderarse de los bienes nacionales, ha desembocado en las más recientes administraciones, lamentable ejemplo de amoralidad -en todos los sentidos- y una voracidad insaciable por destruir todo resquicio de institucionalidad. La manera como actúa el gobierno actual no es más que una consecuencia de esa caída paulatina en la impunidad y el abuso de autoridad de una cadena de administraciones incapaces y venales.

La persecución contra ciudadanos comprometidos con su país ha entrado en un franco ataque de odio contra quienes intentan detener esta orgía de destrucción, provocada por el gobernante y sus aliados. Periodistas, analistas políticos, líderes comunitarios, operadores de justicia, organizaciones campesinas y de defensa de los derechos humanos, han sido las primeras víctimas de esta ola vengativa desde los despachos oficiales. Al pacto de corruptos, liderado desde los salones de quienes ostentan el poder económico, se les han unido organizaciones criminales y de narcotráfico cuyo dinero se encuentra desde hace décadas a disposición de las mafias en el poder.

Guatemala parece haber entrado en una vorágine descendente, sin posibilidad de recuperación. Los recursos de una democracia funcional, normalmente puestos a disposición de la ciudadanía por medio de instituciones fiables y sólidas, han sido secuestrados y en este momento solo sirven de instrumentos para beneficio de un grupo de oportunistas con ansias de control absoluto. Un triste fin para tanta esperanza.

Guatemala merece un mejor destino que ser víctima de una partida de corruptos.

Fuente de la información:  www.carolinavasquezaraya.com

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Los grandes azadones

Por: Ilka Oliva-Corado

Sabina envió durante veintisiete años cajas de encomiendas llenas de ropa y regalos para sus cuatro hijos en Guatemala. Migrante indocumentada se le astillaron las vértebras de tanto limpiar bañeras e inodoros. Se le agrietaron las manos de tanto cloro y químicos. Compartiendo apartamento con siete personas más Sabina tuvo tres trabajos al día. Limpiando baños en restaurantes, edificios de oficinas, centros comerciales y casas particulares. Si sabrá de lo sucia que es la gente dentro y fuera de su casa.

Viuda con cuatro niños, decidió emigrar para poder darles un futuro mejor al de ella que no llegó ni a segundo de primaria. Los dejó a cargo de sus padres y se fue de mojada al país del norte. Logró darles universidad a todos, también enviarles remesas para que cada uno tuviera una cuenta de banco, mientras ella en Estados Unidos no pasaba de cuatro mudas de ropa y dos pares de zapatos, de dormir tres horas al día.

La ropa y los zapatos que le regalaban sus empleadoras que era de sus hijos, Sabina los recibía emocionada y los empacaba para las cajas de encomiendas, también les compraba ropa usada en las tiendas de segunda mano, que era para lo único que le alcanzaba.

Un día intentaron sacar visa para viajar a Estados Unidos a visitar a su mamá y a todos se las dieron porque sirvió de mucho el dinero de las remesas que tenían ahorrado en el banco. Cuando Sabina lo supo brincó de felicidad y los recibió en el apartamento que compartía con las siete personas, también indocumentadas de países de Centroamérica. Cuando los hijos vieron el lugar en donde vivía, un maletín con su ropa y su colchón tirado sobre el piso en una esquina de la sala, se sintieron decepcionados, ellos esperaban que los recibiera en una casa como las de los migrantes triunfadores que salen en la televisión.

Sabina los recibió con varias mudas de ropa usada que les fue comprando desde que supo que viajarían, también les pagó los boletos de avión. Se le rompió el corazón cuando vio que sus hijos licenciados no quisieron recibirle la ropa y le pidieron que les fuera a comprar ropa nueva a los centros comerciales. Cosa que ella viviendo veintisiete años en el país jamás hizo por su economía tan precaria. Con desencanto comían la comida que ella les cocinaba, ninguno quiso acompañarla al trabajo para ayudarla ni para conocer de dónde había salido el dinero de las remesas que les enviaba. Esperaban que su mamá los recibiera en un carro del año y que los llevara a los mejores restaurantes.

El viaje que era de un mes sus hijos lo acortaron a diez días porque no esperaban ese recibimiento ni las condiciones en las que vivía su mamá.  Regresaron los licenciados a Guatemala y Sabina lloró día y noche durante meses, hasta que un día decidió cambiar su número de teléfono y rentar en otro lugar, para perderse de los que llamó: “los grandes azadones.” Sigue limpiando baños en los tres trabajos que tiene al día, comenzó a ahorrar para ella por primera vez a sus cincuenta y dos años y también por primera vez   a pensando en no retornar jamás a su país de origen.

Fuente de la información: https://cronicasdeunainquilina.com

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