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Honduras: Implementaran programa “Bandera Azul Ecológica” en el Sur del país.

Centro américa/Honduras/Julio de 2016 /Fuente: La Voz de Honduras

Autor: Silma Estrada
Los involucrados en Honduras son: IHT, que lo promueve, Instituto de Conservación Forestal, MiAmbiente, Marina Mercante, Canaturh, Salud Pública, Ministerio de Educación y la cooperación del SANAA.
Con la colaboración de unos expertos de Costa Rica, el Instituto Hondureño de Turismo (IHT), implementara el programa Bandera Azul Ecológica Honduras, el cual dará inicio a un programa piloto con visitas de campo a la Isla Boca de Ríos Viejo en Marcovia, departamento de Choluteca.
Esta es una iniciativa de la Cooperación Triangular, Honduras, España y Costa Rica, quienes eligieron la implementación de este programa, que cubrirá cuatro áreas ligadas entre sí, como son: playas, comunidades, centros educativos y espacios naturales protegidos.
En ese sentido se formará un comité local y una comisión nacional, que trabajará en conjunto para lograr los estándares de calidad de agua, además de fomentar la conciencia en el cuidado y conservación del medio ambiente, requeridos para la obtención de este galardón, que tiene que ver con la estrategia nacional de turismo.
El proyecto se basa en realizar la línea base para la implementación del proyecto y se han identificado las zonas de isla de boca vieja en marcovia y tela en Atlántida considerando que son sitios con alto potencial turístico y que poseen condiciones de playas vírgenes y saludables.
Los involucrados en Honduras son: IHT, que lo promueve, Instituto de Conservación Forestal, MiAmbiente, Marina Mercante, Canaturh, Salud Pública, Ministerio de Educación y la cooperación del SANAA.
El monto de apoyo es de aproximadamente $14,000 con una contraparte de Honduras de unos $10,000
Fuente: http://www.radiohrn.hn/l/noticias/implementaran-programa-%E2%80%9Cbandera-azul-ecol%C3%B3gica%E2%80%9D-en-el-sur-del-pa%C3%ADs

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Honduras: La UNA gradúa primera indígena del pueblo Tolupán

Tolupán / 06 de julio de 2016 / Fuente: http://www.latribuna.hn/

Más de seiscientos nuevos profesionales egresaron de la Universidad Nacional de Agricultura (UNA), entre ellos jóvenes de los pueblos lenca, misquitos, garífunas y maya chortís y de Guinea Ecuatorial, del continente africano.

Los nuevos profesionales egresaron de las carreras de Agronomía, Tecnología Alimentaria, Administración de Empresas, Ciencias Naturales y Ambiente.

A los actos asistió la rectora de la Universidad Autónoma de Nicaragua, Ramona Rodríguez Pérez; la alcaldesa del municipio de Márcala, La Paz, Gloria Argueta; el presidente de la Asociación de Graduados de la UNA, Juan Zelaya; y Pedro José Aguilar, en representación de la Federación de Asociaciones de Cooperativas de Ahorro y Crédito de Honduras (FACACH), entre otros.

Asimismo, a los actos de graduación asistieron representantes estratégicos que trabajan con la UNA de los gobiernos locales de municipios de los departamentos de Lempira, Ocotepeque y La Paz, entre otros, más de 60 municipios que firmaron convenios para que sus jóvenes viniesen a estudiar a la universidad.

El rector de la Universidad Nacional de Agricultura, Marlon Escoto Valerio, en su mensaje dijo que en la promoción hay graduados de Guatemala, El Salvador, Guinea Ecuatorial, República Dominicana y de Honduras.

Entre las personalidades que presidieron la ceremonia, estuvo la rectora de la Universidad Autónoma de Nicaragua, Ramona Rodríguez Pérez.

Entre las personalidades que presidieron la ceremonia, estuvo la rectora de la Universidad Autónoma de Nicaragua, Ramona Rodríguez Pérez.

“Esta es una universidad rural para algunos, pero que tiene rostro internacional”, expresó el rector, quien agradeció el apoyo de las universidades de Panamá, Guadalajara, a la UNAM de México, de Yucatán, la universidad de Granada, España, universidades de los Estados Unidos de América y de Colombia.

“Aquí hablamos de calidad educativa en educación superior y es cuando el decano afirma que han terminado su carrera con satisfacción, hasta ahora no se tiene ningún estudiante de ninguna carrera que haya sido rechazado por alguna universidad”.

“Antes era difícil porque solo de ciertos departamentos se tenían estudiantes, pero ahora tenemos representantes de 153 municipios y he visto dos gobernadores políticos graduados de esta institución, uno de ellos es el de Intibucá”, afirmó el rector.

ABRIENDO LA RUTA

Escoto Valerio destacó que el 25 por ciento de los que hoy se gradúan son de Olancho, el 10 por ciento de Lempira. Otro departamento que ha sabido aprovechar los espacios es Ocotepeque, desde que se firmó convenio 56 están graduándose y todos los departamentos tienen egresados.

Un total de 17 jóvenes del pueblo misquito se están graduando, ellos están abriendo la ruta para los pobladores de Gracias a Dios. El pueblo Lenca es la mayoría, 108 jóvenes están egresando, 195 indígenas y afros se gradúan, y el pueblo maya chortís de Ocotepeque y Copán 15 jóvenes y 52 garífunas, precisó el académico.

“También se gradúa la primera indígena de la montaña de La Flor, Rita Martínez, ella rompe la discriminación, graduada de Recursos Naturales y Ambiente”, precisó el rector, tras invitar a los nuevos profesionales a visitar “con frecuencia a su universidad, que es su alma mater”. (EMH)

Fuente noticia: http://www.latribuna.hn/2016/07/04/la-una-gradua-primera-indigena-del-pueblo-tolupan/

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La mala educación

Centroamérica/Honduras/Artículo/Autor: Julio Raudales

Trato de visualizar en perspectiva la actual problemática de nuestra Universidad, valiéndome de la distancia y el tsunami de trabajo que en las últimas semanas arrecia y me obliga al contacto, siempre útil y satisfactorio, con un buen número de instituciones de estudios superiores con las que debo dialogar en búsqueda de oportunidades para nuestros estudiantes y profesores.

Llevo 35 años ligado al Alma Máter; más de dos tercios de mi vida. Me había alejado durante los 90s, debido a mi trabajo como economista en el sector público y a la posibilidad que tuve de salir del país a realizar estudios de postgrado. Al retorno, ya incorporado de nuevo al gobierno como técnico, luego de dictar una conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas, alguien me invitó a integrarme como profesor por hora, oferta que acepté entusiasmado, desbordado por el deseo de compartir las cosas que había aprendido en el extranjero.

Mi reencuentro en aquel 2003 fue traumático. Como profesor me tocó revivir la pesadilla estudiantil de los años 80: Deterioro en la infraestructura, incertidumbre administrativa (pasé 2 años sin recibir salario), interrupciones prolongadas en los períodos académicos debido a tomas por huelgas o problemas sanitarios, politización e ideologización extrema y más.

Aunque mi vida como docente por hora discurría ajena a los cambios que empezaron a generarse en 2006, empecé a percibir que algunas cosas eran distintas. Al comienzo la reforma parecía marchar de forma lenta: ni estudiantes ni profesores lográbamos entender el nuevo proceso y sin embargo, poco a poco fuimos percibiendo que otra Universidad era posible y que hacerlo dependía fundamentalmente de nosotros.

Aunque existía una conciencia generalizada de que la UNAH debía reformarse, no todo el mundo lo tomó a bien. Hubo en aquel tiempo, como hoy, oposición al cambio.

Nos tocó vivir épocas turbulentas: El sindicato, la Asociación de Docentes, los frentes estudiantiles, ¡en fin! Todos aquellos que se sintieron afectados en sus canonjías y “conquistas” reaccionaron de forma negativa cuando se trató de aplicar la nueva ley y reglamentos. Se comenzó a hablar de evaluación docente, de certificación de carreras, de internacionalización y de muchas otras cosas que eran nuevas a nuestros oídos acostumbrados a una tradición marcada por la mediocridad y el conformismo.

Todo cambio genera reacción, es ley social. Los seres humanos amamos nuestra zona de confort, no importa si estamos inconformes o tenemos conciencia de la posibilidad de mejorar, es natural que nos sintamos inseguros ante la incertidumbre que provocan las nuevas experiencias y que en un primer momento deseemos que todo siga igual. Pero la razón y el deseo de mejora finalmente deberían imponerse en las mentes racionales.

Pero antes de continuar con la actitud actual los jóvenes y docentes incorporados deberían considerar tres elementos: Qué es la UNAH a 10 años de reforma, las demandas del mundo actual y lo que leemos del entorno.

Primero: no debemos olvidar nunca que las 95,000 personas que conforman el conglomerado universitario (maestros y estudiantes), son el porcentaje más grande de la intelectualidad hondureña reunida en un solo ámbito. Esa masa pensante no puede darse el lujo de retroceder a la caverna, ¿recuerdan a Platón? La UNAH avanzó mucho; atrás habían quedado esos años aciagos en que perder clases era la regla y no la excepción. En estos años, la institución luce distinta, se respira orden y hay espacio para mejorar.

Por supuesto que también hay que cambiar cosas, no todo es “miel sobre hojuelas”, hay que tener más y mejores laboratorios, desarrollar un centro de lenguas extranjeras, capacitar a nuestros docentes y en esas estamos, pero suspender clases no puede bajo ningún punto, ser la vía para que las mejoras se den. Se debe pensar en esos jóvenes que cada período académico deben viajar y sacrificarse para recibir sus clases en los distintos centros. No se puede hablar de lucha social y reivindicación sin pensar en los altos costos del paro. Hay que ser consecuentes.

Segundo: las cosas han cambiado desde que llegó internet y la tecnología. Los avances en el desarrollo de la neurociencia y las nuevas técnicas en el conocimiento, nos constriñen a hacer las cosas de otro modo si queremos ponernos a tono con los tiempos que corren. De eso se tratan las nuevas normas académicas, de buscar formas adecuadas para insertar a los nuevos profesionales en un mundo que cada vez les demandará más. Craso error sería hacer caso omiso a las demandas de la realidad actual.

Por último, creo que no debemos olvidar que vivimos en un mundo de nodos interconectados. Sería ingenuo creer que lo que actualmente sucede en la UNAH está aislado a una espontánea dinámica de cambios sugeridos por las partes en disputa. La realidad nos muestra que hay fuerzas externas que pretenden adueñarse de la institución con fines abyectos. Creo que las autoridades, estudiantes y docentes, debemos leer de forma adecuada lo que se vive en la actualidad.

Y a esas fuerzas externas solo me resta decirles: ¡Es de mala educación inmiscuirse en las cosas que no les conciernen!

Fuente: http://www.latribuna.hn/2016/07/01/la-mala-educacion/

Fuente de la imagen: http://www.unionpuebla.mx/articulo/2014/07/19/educacion/puebla/40-de-estudiantes-universitarios-son-foraneos

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Los estudiantes tienen la razón

Centroamérica/Honduras/Artículo/Autor:Armando Cerrato

En ningún periodo de la historia de los movimientos sociales, políticos, culturales y de otra índole en el desarrrollo del quehacer humano las mayorías, usualmente silenciosas, siempre han tenido la razón, aunque para demostrarla y hacerla valer, hayan de revelarse con gran escándalo contra el statu quo.

La razón ha sido, es y será la causa principal de todo cambio que por leve que sea siempre resulta groseramente traumático, pues las minorías dominantes hacen uso de todos los recursos represivos creados inicialmente para garantizar la convivencia social en paz y armonía con seguridad individual y colectiva de los ciudadanos y sus bienes, pero finalmente dedicados al control equilibrante del interés del o los dirigentes.

Usualmente todo el que busca el poder y llega a obtenerlo lo usa indiscriminadamente para conseguir los objetivos que según su propio criterio es lo mejor que puede parir la humanidad para subsistir no importando si su proyección es positiva o no, porque la impone a sangre y fuego.

Pero como toda acción produce una reacción y toda causa produce un efecto, las mayorías usualmente dispersas y aguantadoras, finalmente encuentran un horizonte señalado por uno o más líderes visionarios, futuristas y parados en la realidad concreta, no conformistas y mucho menos tolerantes ante la crueldad desmedida de quienes gobiernan no administrando sino imponiendo unilateralmente normativas alejadas de la realidad nacional al ser vil copia de otras sociedades usualmente más avanzadas.

Las copias de los avances sociales no son malas si las condiciones para aplicarlas están dadas para su asimilación pues el desarrollo obedece a un proceso cuyos parámetros y ejes transversales se basan en normas universales estandarizadas que condicionan el éxito de cualquier intento de cambio entendiendo el mismo como un salto dialéctico hacia delante y no hacia atrás.

Es por ello que el hombre creó el Estado que se define como la nación políticamente organizada lo que le atribuye tres elementos indispensables: territorio, población y gobierno, de los cuales, solo el gobierno es temporal y por lo tanto cambiante en su representación que no es su fin que en todo tiempo y circunstancia debe ser la búsqueda del bien común el cual solo se alcanza si existe consenso social sobre su existencia y necesidad de adquisición y aplicación en nuestro sistema de convivencia.

A medida que el hombre fue construyendo y acumulando el conocimiento, el mismo terminó por rebasarlo, así en la historia, Aristóteles es el último de los seres humanos poseedor de un conocimiento total, luego hubo de diversificarse la administración del mismo y surgieron las especializaciones académicas hasta llegarse en la Edad Media a la fundación de las universidades como centros educativos superiores masificadores y desarrollistas del conocimiento humano como patrimonio universal.

Las universidades llegan a ser comunidades compuestas por autoridades académicas y administrativas, trabajadores docentes y de servicio y la gran masa estudiantil, agregándose los egresados graduados que usualmente se agrupan en colegios profesionales que terminan por ver con indiferencia la vida palpitante del Alma Máter.

Durante siglos los estudiantes se mantuvieron como mayoría silenciosa y obediente de las normas académicas inventadas e impuestas por las autoridades, pero la verticalidad se pierde con la inconformidad estudiantil que da una lucha frontal mundial por la autonomía académico-administrativa universitaria y la paridad estudiantil en los sistemas de gobierno de las instituciones de educación superior.

En 1847 la denominada Sociedad del Genio Emprendedor y del Buen Gusto, fundada por el presbítero mercedario, José Trinidad Reyes, se convierte en Universidad Nacional, al frente de la misma su fundador junto a otros intelectuales emprendedores y futuristas de mente abierta.

En 1954 la Universidad obtiene su autonomía pero sigue siendo pública al depender del presupuesto nacional para su subsistencia. La autonomía trajo consigo la organización sindical, la docente y la estudiantil, y con ello la paridad en las decisiones de toda índole, pero también se abrió la puerta para una lucha por el poder en todos los sectores y un cierto libertinaje alentado por los sectores políticos vernáculos que siempre se han cuidado de mantener hegemonía o al menos presencia importante en el quehacer universitario.

Usualmente las autoridades universitarias son reflejo de los grupos políticos en el poder de la nación, por lo que partidos opositores dedican sus esfuerzos a mantenerse vigentes a través de las diversas organizaciones docentes, sindicales y estudiantiles usualmente para utilizarlas como elementos de oposición.

La oposición es la que con sus señalamientos constantes resalta los errores fatales de la administración que se vuelve impositiva en la medida de su penetración política y en defensa de intereses que van más allá de lo académico, tal sucede hoy en la Universidad Nacional Autónoma, donde los estudiantes se han cansado de ser objetos y luchan por ser sujetos del trabajo educativo sin imposiciones de ninguna especie y tienen la razón.

Fuente: http://www.latribuna.hn/2016/06/29/los-estudiantes-tienen-la-razon/

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En Honduras: Carta pública de un padre de familia: «Perdamos un periodo, pero no perdamos la universidad pública para siempre»

Ante la toma de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras por los estudiantes contra planes neoliberales de privatizarla

Por Milson Salgado
Rebelión

Soy un padre de familia que tiene dos hijas estudiando en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Una Estudia la carrera de derecho y la otra se decidió por estudiar la carrera de lenguas extranjeras. Ellas no se han podido incorporar a las acciones estudiantiles de protesta porque viven alejadas de la ciudad, pero me han dicho que prefieren perder un período académico a perder para siempre la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, que de paso se convertiría de un espacio público abierto para pobres, ricos y clase media en un lugar reservado exclusivamente para las élites, y para darle legitimidad a la cultura dominante y excluyente con la consiguiente desconstrucción del lenguaje, de los dispositivos de manipulación masiva, y de la lógica de la convivencia social y humana para justificar la segregación académica.

Para nadie es desconocido que los éxitos escolares se obtienen según la clase social de que provengan los estudiantes, y esto está dado en función del acervo cultural que éstos posean y de relación continua que tengan con la cultura dominante de las clases altas, cuyos intereses son los que al final de cuentas se siguen reproduciendo curricularmente en el mundo pretendidamente neutral de la academia. Ello sin eludir casos excepcionales de capacidades individuales, esfuerzos sociales y familiares que trascienden los estándares de marginalidad.

Las actuales normas académicas que mandan al mundo de la deserción universitaria a un gran número de estudiantes se cimentan en enfoques naturalistas, y atribuyen el éxito o el fracaso académico a desigualdades naturales y a dotes que ha concedido en forma desigual la madre naturaleza. Con esa perspectiva reduccionista se busca justificar los postulados de la igualdad formal de todos los alumnos, soslayando de manera deliberada las desigualdades sociales que son las que al final explican el éxito de los más aptos, y la adaptación cada vez más lenta de los que han tenido poco contacto con la cultura dominante, que marca el paso curricular de la academia defendida por profesionales del sofismo, quienes les confieren cualidades asépticas y procuran despojarla de enfoques interpretativos con sesgo.

A la luz de estos presupuestos, es entendible acaso que los hijos de clase social alta tengan más ventaja en la universidad, porque ellos ya están inmersos desde su entrada en ella en la cultura dominante. Al contrario los hijos de clases dominadas sufren un proceso de aculturación a una cultura distinta a la suya propia, lo que les exige un esfuerzo de adaptación y asimilación arduos que no alcanzan los plazos temporales en que se suscita su expulsión universitaria. La cultura de las élites está tan cerca de la cultura de la academia que el alumno que procede de un medio campesino u obrero no puede adquirirla sino a base de un esfuerzo continuado, mientras que a un alumno de clase culta le vienen dados por su posición social. De modo que para unos, el aprendizaje de la cultura de la élite es una verdadera conquista que se paga a un precio muy alto como el de tener que abandonar la universidad como pasa con las actuales normas académicas que al perderse tres clases tienes que abandonar la Universidad, mientras que, para otros, constituye una herencia que comporta, al mismo tiempo, la facilidad y las tentaciones de la facilidad (Bourdieu y Passeron, 2011 pág., 51). Hay una evidente afinidad entre la cultura académica y la cultura de la clase alta” (Bourdieu y Passeron, 2011 pág. 109).

Estas verdades sociológicas que han sido objetos de estudios en investigaciones cualitativas y cuantitativas y descritas en tablas y análisis estadísticos, han creado las bases de la Universidad pública en el sentido de que la institucionalidad universitaria debe estar al servicio de la adaptación de los que menos han tenido la oportunidad de adaptarse a los enfoques clasistas de una academia que no ha sabido librarse de su connatural elitismo, y por ello, los que han sabido percibir ese fenómeno social como autoridades universitarias pasadas, han dispensado espacios de tolerancia para tratar en un plano de igualdad a los desiguales. Sin embargo, la recurrencia a la calidad académica por la calidad académica misma, importando un bledo el destino de los estudiantes, clarifica la intencionalidad de crear las condiciones objetivas para transitar de la universidad pública a la Universidad privada donde se aplican criterios de competencia, y en una perspectiva darwiniana, solamente sobreviven los más aptos y se le rinde honores al éxito personal y a la mercantilización de la educación.

El ejercito de excluidos con normas académicas que castigan y criminalizan el origen social de los estudiantes, si pretenden coronar una carrera universitaria tendrán que buscar una universidad privada, y la Universidad Nacional Autónoma se convierte de facto en el olimpo de las élites peripatéticas que acortan las inversiones sociales y cumplen con las exigencias de los organismos internacionales de crédito, y de paso se abre la posibilidad para el incremento de las tarifas estudiantiles que ya fueron aprobadas sin agotar consensos democráticos. De manera pues que los planes educativos y la misma carga curricular no enseñan el funcionamiento de la sociedad misma. Sino más bien la cultura de un grupo o una clase social determinada que ocupa una posición de poder en la sociedad. Ese sistema educativo reproduce las relaciones estructurales de la sociedad, y las relaciones de fuerza entre las diferentes clases sociales.

La educación, por tanto, cumple varios cometidos, una función cultural al inculcar, transmitir y conservar la cultura dominante: hace cotidianamente aceptable la cultura universitaria, codifica, homogeneíza y sistematiza el mensaje educativo y a quien lo transmite. Tiene también una función social, al reproducir la estructura social y sus relaciones de clase. Y además posee una función ideológica, al enmascarar esa función social bajo la apariencia de ser autónoma, independiente y neutral; y cuanto mejor aparente esto la educación, mejor realiza esas funciones.Y todo ello se suscita en última instancia, de la mano del agente que es el catedrático, del cual el sistema educación se asegura de que ponga todos sus recursos y celo al servicio de su función de inculcación, al concederle la delegación de la autoridad institucional de la educación.

El catedrático ejerce sus funciones mediante sus acciones pedagógicas, pero ellas están controladas por las clases dominantes, puesto que se instrumentalizan para adoctrinar la arbitrariedad cultural; por ello, ellas son medios de dominación y de reproducción. De esta maneta poder y cultura firman un pacto para reproducirse en el tiempo y en el espacio. Por lo que toda acción pedagógica se convierte ineludiblemente en una violencia simbólica.

Ahora la reacción que se produce en la persona cuando interioriza los principios de esa arbitrariedad cultural, son hábitos, prácticas intelectuales, morales y laborales, que perpetúan el poder social. La institucionalidad secuestrada selecciona y legitima ese sistema de hábitos y prácticas sociales impuestos por una clase, y bajo el discurso manido de la academia aséptica presenta unos valores y normas culturales de clase como si éstas fueran universales.

Contra todos esta axiología de falsos valores se han enfrentado los estudiantes, y han desenmascarado los planes tenebrosos que buscan con olores de modernidad despojarlos de la educación pública y gratuita de la que siempre habían gozado, y que en la lógica de las privatizaciones del actual gobierno, el turno tocó las puertas a la educación, pero los estudiantes han plantado la cara frente a las pretendidas movidas hegemónicas, y han estado a la altura de la valentía y de la heroicidad en el mero epicentro de un sistema dictatorial y represivo, y sobre todo, han puesto en peligro sus vidas para salvar con su imaginación y su erudición precoz el futuro de millones de hondureños.

Ante este panorama desolador, comprendemos y levantamos banderas de solidaridad y admiración ante las inteligentes propuestas de dialogo que hacen los estudiantes a las autoridades universitarias, al relacionar la falta de integración estudiantil en la conformación del gobierno universitario, y en la nula y deliberada ausencia de comprensión cultural y el carácter impositivo de las normas académicas que bajo enfoques neoliberales pretenden arrebatarnos la universidad pública, y llevarla mansamente al redil bobalicón de la universidad privada, donde el debate se anula, el pensamiento se uniforma, la democracia es un grito soslayado para unos pocos ingenuos y el elitismo cultural estampa su huella para segregar la educación, y librarla de ese ejercito asqueroso de pobres que en este espacio asignado por la providencia de los que hipotecan el país entero no se les quiere dar ninguna cabida.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214084

Imagen tomada de: http://i1.wp.com/www.tn8.tv/wp-content/uploads/2016/06/uni-1-b.jpg?fit=700%2C500

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En Honduras: Policía desaloja a estudiantes de la UNAH

Las partes se acusan de no tener apertura a un diálogo para resolver el problema en la UNAH.

América Central| Tegucigalpa, Honduras| elnuevodiario.com.ni

La Policía Nacional inició ayer el desalojo de decenas de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que desde hace casi un mes han ocupado varios edificios de la institución en las dos ciudades más importantes del país.

Los policías, acompañados de un juez, personal del Ministerio Público y representantes de organismos de derechos humanos comenzaron a ingresar a las instalaciones de la UNAH hacia las 06:00 hora local.

Portavoces de los estudiantes indicaron en Tegucigalpa y San Pedro Sula que estaban esperando que el juez ejecutor llegara y les mostrara la orden de desalojo para retirarse de las instalaciones sin confrontar con las fuerzas del orden.

Las primeras instalaciones en ser desalojadas por los estudiantes, que han permanecido con su rostro cubierto, fueron las del centro regional de la UNAH en San Pedro Sula, norte del país.

INGRESO

Los policías entraron a la UNAH y fueron edificio por edificio quitando las barricadas hechas con pupitres por los manifestantes.

Hasta las 08:00 hora local no se habían registrado hechos violentos.

Las autoridades de la UNAH esperan que los estudiantes no causen daños en el edificio de Ciencias Médicas, donde hay equipo valorado en unos diez millones de dólares, dijo a periodistas la rectora de la máxima casa de estudios, Julieta Castellanos.

Agregó que no ha sido fácil tomar la decisión, pero que la UNAH no puede seguir bloqueada por un reducido grupo de estudiantes que exigen la derogación de normas académicas.

Los manifestantes también exigen que se suspenda un proceso judicial contra una veintena de sus compañeros, acusados por el Ministerio Público por daños a instalaciones de la UNAH.

Las partes se acusan de no tener apertura a un diálogo para resolver el problema en la UNAH, cuyas autoridades resolvieron el jueves cancelar el tercer período académico, que debió comenzar en septiembre y finalizar en diciembre, porque se habían perdido 24 días de clases.

Esa medida afecta a catorce facultades de la UNAH, que tiene una población de unos 90,000 estudiantes.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/internacionales/centroamerica/396906-policia-desaloja-estudiantes/

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Universidad estatal hondureña cancela el período académico por la toma de edificios

Honduras-Tegucigalpa/02 Julio 2016/Fuente: Aguas Digital

La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) resolvió hoy cancelar el tercer período académico en trece facultades por la toma de edificios que desde hace 24 días mantienen estudiantes que exigen la derogación de normas académicas.
La vicerrectora de Asuntos Académicos de la UNAH, Rutilia Calderón, indicó a periodistas que se ha cancelado el trimestre que debió haber comenzado en septiembre y finalizado en la tercera semana de diciembre.
La toma de edificios en las instalaciones de la UNAH en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes de Honduras, ha alterado el calendario de clases del segundo lapso, cuyos días perdidos se podrán recuperar extendiendo el ciclo, han reiterado las autoridades de la máxima casa de estudios.
Un diálogo propuesto por la UNAH la semana pasada fue rechazado por los estudiantes que mantienen la protesta, la que se ha extendido a otros centros regionales, aunque estos llevan menos días perdidos de clases.
Los estudiantes se mantienen en una posición de que las normas académicas que viene impulsando la UNAH atentan contra ellos y que su exigencia es que sean derogadas y que se suspenda una acusación judicial que pende contra una veintena de alumnos por supuestos daños físicos causados a la universidad.
Las autoridades de la UNAH alegan que la acusación del Ministerio Público contra quienes han causado daños a la institución es otro asunto en el que la Universidad no puede hacer nada, y que quienes causan daño a bienes públicos deben ser sancionados conforme a la ley.
La rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, había venido reiterando desde hace varios días de que el tercer período en aquellas facultades en las que se llegan a perder 24 días de clases, sería suspendido.
Con las trece facultades de hoy, suman catorce las afectadas con la medida de la UNAH, que comenzó aplicando la sanción con los estudiantes de Odontología.
Las otras trece carreras afectadas son seis de ingeniería, Sociología, Trabajo Social, Historia, Pedagogía, Psicología, Periodismo, Antropología y Química y Farmacia, indicó Calderón.
Añadió que si los estudiantes que mantienen tomados los edificios los entregan, se procederá a continuar con el segundo trimestre académico.
La rectora de la UNAH también ha reiterado que algunas demandas de los estudiantes son justas, pero que otras no, y que la protesta se ha politizado con la injerencia de algunos líderes del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), cuyo coordinador general es el expresidente Manuel Zelaya.
Diputados de LIBRE ante el Parlamento hondureño han admitido que apoyan la protesta de los estudiantes, pero no con fines políticos, sino porque consideran que las demandas de ellos «son justas».

Los enlaces de la fuente original se suprimieron por estar rotos.

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