Del huracán a una escuela sostenible en San Vicente

Por Kenton X. Chance

La Academia Richmond Vale, en esta isla caribeña de San Viente, reúne a jóvenes de todo el mundo con problemas derivados de la pobreza y el cambio climático e interesados en hacer algo al respecto, además de poner a prueba varias medidas de adaptación al fenómeno.

Fue lo que más me abrió los ojos”, aseguró Stina Herberg, directora de Richmond Vale, al recordar el huracán Tomas, que en 2010 golpeó a las Islas de Barlovento y pasó por el norte de San Vicente, donde está ubicada la academia.

“Fue muy impactante y aterrador escuchar la caída de esos enormes árboles (…) me abrió los ojos»: Stina Herberg.

En la década de los años 80, se creó en Richmond Vale una institución para jóvenes daneses problemáticos con la esperanza de que la estancia en este lugar les permitiera ver el mundo desde otra perspectiva y sirviera como escuela vocacional para los jóvenes vicentinos.

Por muchas razones, la idea no prosperó, la escuela cerró y se creó la granja en ese distrito agrícola del extremo noroeste de San Vicente.

En 2000 se hicieron los primeros intentos de relanzar la academia, la que funciona en su totalidad desde 2007. La organización sin fines de lucro se había concentrado principalmente en aliviar la pobreza, con un énfasis en el continente africano.

Al referirse a Tomas, Herberg recordó: “Estábamos muy preocupados, por supuesto, pero ese fue mi primer encuentro real con el cambio climático”.

El 30 de octubre de 2010, el huracán se llevó varios techos, y además de los grandes daños causados a las viviendas particulares y a la infraestructura pública, destruyó 90 por ciento de los cultivos de banana, entonces muy importantes para la economía nacional.

En la academia, Herberg, el personal y los estudiantes escucharon cómo el ciclón tropical destruía los enormes árboles que tenían varias décadas. “Fue muy impactante y aterrador escuchar la caída de esos enormes árboles, parecían fósforos parados que se caían”, relató.

La plantación de banana, que llevó tres años de trabajo para lograr los estándares necesarios para poder exportar a Inglaterra, también quedó destruida.

“Tres años de trabajo quedaron destruidos en siete horas”, subrayó Herberg, “pero para otros agricultores, fue una vida de trabajo”, apuntó.

“Eso nos llevó a plantearnos muchas preguntas. Sí, siempre hubo huracanes, ¿pero por qué son más frecuentes? Así nos pusimos a investigar más sobre el cambio climático, la contaminación y vivimos experiencias que nos abrieron los ojos”, añadió.

La investigación dio pie a la Conferencia sobre Compatibilidad Climática de San Vicente 2012-2021, que se propone lograr que San Vicente y las Granadinas sean “compatibles con el clima”, lo que básicamente se refiere a medidas de adaptación.

El programa reúne a estudiantes locales, pero también de Europa, América del Norte y América del Sur, así como de otras partes del Caribe y Asia por un período de uno, tres o seis meses, durante los cuales aprenden sobre el recalentamiento planetario, sus causas y sus consecuencias.

El programa ofrece conocimiento de primera mano porque los estudiantes visitan las comunidades vecinas como Fitz Hughes o la ciudad de Chateaubelair para observar el impacto que los eventos climáticos severos tienen en la vivienda, la infraestructura pública y el entorno físico.

La academia desarrolló sus propios modelos y utilizó su propia granja para probar formas en las que es posible abandonar los combustibles fósiles, que contribuyen al recalentamiento global.

Richmond Vale instaló una planta de biogás que prueba que 1,5 kilogramos de desechos de la cocina con 50 litros de agua pueden producir combustible para contar con cinco horas de energía al día en este país donde el gas licuado de petróleo es el combustible principal para cocinar.

“No podemos construir hidroeléctricas, no podemos construir plantas geotérmicas”, observó Herberg. “Los gobiernos tienen una variedad de planes y tenemos que ver qué podemos hacer nosotros. Aquí promovemos la energía solar y también el biogás”, remarcó, y añadió que la academia ya cuenta con los fondos necesarios para construir cinco plantas de biogás en el oeste de San Vicente.

Es una medida de mitigación “porque es un gas renovable y lo puedes producir tú mismo. No necesitas transportarlo desde China, Venezuela o Estados Unidos o cualquier otro lugar”, explicó.

Además, la producción de biogás deja un lodo que sirve de fertilizante.

“Lo importante es que la gente sepa que hay alternativas. No creo que todo el mundo pueda recurrir al biogás. Pero es importante que nos abramos y veamos que hay opciones”, subrayó Herberg.

Esta isla casi siempre tiene disponibilidad de agua potable, pero las Granadinas tiene problemas hídricos, porque este archipiélago no tiene ríos ni servicio municipal.

Y aun en San Vicente con sus ríos, arroyos y cañadas, la estación seca, de diciembre a mayo, puede ser especialmente difícil para los agricultores, pues solo siete por ciento de ellos tienen sistemas de irrigación.

La academia creó un sistema para recolectar agua de lluvia para lavar, bañarse y usar en el inodoro. Y el líquido que queda se guarda en tanques y se usa para irrigar. El receptáculo tiene peces para evitar que se reproduzcan los mosquitos.

Herberg explicó la relación entre la agricultura orgánica y el cambio climático porque este último hará que en San Vicente y las Granadinas aumenten los períodos sin lluvias, y cuando llueva, estas serán más fuertes y por períodos más cortos.

De a poco, la academia abandonó los fertilizantes químicos, porque “rompen la estructura del suelo, que se pone arenoso y se seca, y luego cuando llueve, y cuando llueve mucho, el agua se lleva el suelo”, explicó Herberg, y añadió que eso genera inundaciones y deslizamientos de terreno.

La mayoría de los agricultores todavía se dedican al monocultivo y usan fertilizantes químicos y “es muy peligroso para el futuro. Si lo ves desde el punto de vista general de la biodiversidad, esta es la que permite que la temperatura se mantenga estable”, precisó.

Por otro parte, Herberg se refirió al problema de la deforestación.

“Necesitamos árboles que nos den sombra, refugio y nos protejan de la fuertes luvias, entonces la agricultura tiene que cambiar para que estemos listos para convivir con el cambio climático. Tenemos que cambiar nuestras prácticas agrícolas. El monocultivo no tiene futuro”, aseguró.

Uno de los debates más importantes en materia de adaptación al cambio climático es hasta qué punto las medidas que dan buenos resultados pueden multiplicarse y ampliarse.

“Soy optimista y creo que en San Vicente y las Granadinas, como es un pequeño país, será fácil lograrlo”, proyectó.

“Hay un consenso de que necesitamos ser más sostenibles, pasarnos a lo orgánico y concentrarnos en las energías renovables. Y creo que va a pasar: nos vamos a pasar a la energía geotérmica, mejoraremos nuestras hidroeléctricas y más personas adoptarán la alternativa solar”, especuló Herberg.

“Así seremos el primer país del Caribe donde casi todo funcionará con energías renovables dentro de un plazo razonable, quizá 10 años”, pronosticó.

“Costa Rica está a la vanguardia en la región, pero San Vicente y las Granadinas es un buen ejemplo en la Comunidad del Caribe, de 15 miembros, de lo que puede hacerse para adaptarse y mitigar el cambio climático”, puntualizó.

“Todavía no estamos a la vanguardia en materia de agricultura orgánica, pero hay algunos ejemplos excelentes”, destacó Herberg.

Traducido por Verónica Firme

Ecoportal.net

IPS Noticias

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Fuente de la Noticia:

http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Del-huracan-a-una-escuela-sostenible-en-San-Vicente

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El concepto de calidad de Fe y Alegría y sus sistema de mejora.Una mirada alternativa.

Por: Elizabeth Riveros Serrato.

En el año 2004 Fe y Alegría comienza a desarrollar un sistema de mejora de la calidad que permita a los centros educativos entrar en una dinámica de aprendizaje y mejora continua. El propósito del sistema es fomentar una cultura permanente de la mejora de la calidad educativa. De esta manera, Fe y Alegría busca contribuir desde su propia experiencia al mejoramiento de la calidad de los sistemas educativos públicos de los países de América Latina y el Caribe.

La calidad educativa es una noción compleja que puede asumir significados diversos, incluso contradictorios, según quien la defina. Parte de la complejidad depende de que se trata de un concepto multidimensional ya que los procesos educativos se desarrollan en múltiples niveles (sistema educativo, escuela, sala de clases, familias de las y los estudiantes, entre otros) y están afectados por una pluralidad de factores, algunos internos a las escuelas, otros externos. A eso se suma que la calidad educativa es una noción ideológica que descansa sobre un proyecto político y social, es decir, lo que se entiende como calidad se construye de acuerdo a la visión que cada sociedad tenga sobre su futuro y el de las personas que se quieren formar para hacer realidad esa visión. En este sentido, subyacen a la idea de calidad educativa sistemas de valores y aspectos éticos del ordenamiento social.

Fe y Alegría promueve el derecho a una educación de calidad para todos y todas, lo que significa reconocer que todas las personas necesitan y deben ser educadas para desarrollar sus potencialidades y participar plenamente de la sociedad. La educación es un derecho crucial debido a que posibilita el acceso a otros derechos básicos. En otras palabras, las consecuencias de la falta de educación, o de una educación de mala calidad, llevan a la exclusión social.

Al ser la educación un derecho fundamental para el desarrollo de las personas y su bienestar en la sociedad, Fe y Alegría entiende que ese derecho debe ser garantizado por el Estado. Fe y Alegría asume la opción de trabajar en y por la educación pública desde una comprensión de “lo público” como el lugar de todos y todas, accesible a todas y todos, desde donde se construye el bien común. Para Fe y Alegría la existencia de una educación pública de calidad propicia el desarrollo y fortalece la democracia.

Promover el derecho a una educación de calidad implica eliminar todas las barreras que limitan el acceso a la educación o a la continuidad de los estudios, sean las que discriminan a las personas o las que segmentan por grupo socioeconómico. Se trata de fomentar una educación pública inclusiva y equitativa: una comprensión de la calidad educativa inseparable de la equidad.

Fe y Alegría es consciente de que América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo en su distribución de la riqueza y de que esta desigualdad económica se traslada al plano educativo. Pese a que en promedio el 95% de los niños y niñas de la región tiene acceso a la educación escolarizada, la calidad es muy deficiente. Más del 50% de la población estudiantil no alcanza las capacidades mínimas para la lectura ni para la resolución de problemas matemáticos [1].

Existen una serie de elementos que contribuyen a reproducir la desigualdad educativa [2]:

• acceso diferencial a distintos niveles educativos para las personas pobres y las que no lo son;

• tratamiento diferencial en las escuelas, que otorga más ventajas a estudiantes que proceden de hogares de mayores ingresos;

• segregación social en las escuelas, por la cual la mayor parte de las y los estudiantes aprende en la escuela a convivir y a relacionarse sólo con personas de un nivel socio-cultural semejante al suyo;

• diferencias importantes en los esfuerzos privados que realizan las familias para apoyar a sus hijos e hijas (en la transmisión directa de capital cultural);

• contenidos y procesos educativos que no se dirigen específicamente a tratar la desigualdad como problema de estudio. La superación de la desigualdad no se logra solo con la distribución de recursos materiales. Es imprescindible tener en cuenta aspectos socio-culturales, políticas y subjetividades, propias de cada persona. Se requiere ofrecer una educación entendida como medio de expansión de las capacidades individuales y colectivas. La propuesta pedagógica debe confiar en que todas las personas tienen capacidades; debe ser mediadora entre la realidad de cada sujeto y la comprensión que cada cual tenga de ella y debe ofrecer alternativas pertinentes que sean atractivas y despierten capacidades.

Educación de calidad, para Fe y Alegría, es la que:

Forma la integralidad de la persona potenciando el desarrollo pleno de todas sus dimensiones, la que valora su unicidad individual y su pertenencia sociocultural favoreciendo la apropiación y construcción personal y colectiva de conocimientos, actitudes y habilidades; es la que capacita para mejorar la calidad de vida personal y de la comunidad, comprometiendo a las personas en la construcción de una sociedad más justa y humana.

Se caracteriza por una práctica educativa y de promoción social entendidas como proceso concientizador, transformador, participativo, solidario, reflexivo, relevante, creativo, equitativo, eficiente y eficaz, elaborado desde y con las personas excluidas, que promueve un liderazgo grupal sin exclusión, donde cada uno tiene un lugar en el quehacer de la comunidad.

La Calidad implica la transformación de los sujetos, de la escuela y de las comunidades, para Fe y Alegría la calidad está directamente relacionada con la posibilidad que tiene la escuela de acercarse a la realidad del sujeto que quiere formar:

• Un sujeto crítico, empoderado, con capacidad de proposición y de compromiso con su realidad, con liderazgo, con capacidad para argumentar y construir.

• Una escuela abierta, sin modelos, no homogenizada, en búsqueda, que pasa de la actividad a la acción y da sentido desde el contexto.

• Una comunidad empoderada, que construye propuesta y tejido social, que reconoce la importancia de lo público y se compromete con él, que desarrolla proyecto para generar procesos de justicia y equidad.

Adoptando la definición de calidad educativa, los valores, los compromisos y los criterios expuestos, se construye el Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría (SMCFyA) como una herramienta que organiza la escuela y que proporciona elementos para la mejora. Se desarrolla, por lo tanto, como un ciclo que se compone de cuatro fases que se explican a continuación:

La evaluación de los centros educativos

La evaluación se realiza con el propósito de diagnosticar, comprender, dialogar, aprender y mejorar la calidad de los procesos educativos. La evaluación no debe reducirse a un ejercicio de control sobre el evaluado que consiste en la comparación, la clasificación, la jerarquización, o incluso la discriminación. Por el contrario, la evaluación debe estar encaminada a la mejora de la práctica educativa y fundamentarse en el compromiso de todos y todas con el conocimiento y la reflexión. Solo si la evaluación genera comprensión y participación, es posible obtener mejoras educativas. Desde esta perspectiva, se trata de un reto pedagógico y ético, más que un mero hecho técnico.

Además, la evaluación debe estar orientada hacia la autonomía: la comunidad educativa debe tener una clara implicación y capacidad de autodeterminación de manera que pueda tomar decisiones y estas tengan un efecto positivo en el propio centro y, a largo plazo, en la eficacia del sistema educativo. La evaluación como proceso dialógico y sistémico debe generar impactos tanto en el pensamiento de las y los docentes, del estudiantado, de los equipos directivos y de la comunidad.

Todo ello reflejado en los impactos que se generan en los contextos, en las prácticas de intervención y en la cultura organizacional. Fe y Alegría opta por un enfoque de evaluación caracterizado principalmente por:

• ser multidimensional: toma en consideración los resultados, los procesos educativos, la estructura y los recursos del centro y el contexto;

• ser de carácter autoevaluativo: requiere la implicación de los sujetos evaluados (con un acompañamiento externo);

• estar encaminado hacia la mejora: utilizar la información arrojada por la evaluación para entender qué cambios son necesarios para mejorar;

• ser participativo: requiere el involucramiento de todos y todas en el análisis de esa información;

• ser democrático y transparente: es fundamental consensuar las interpretaciones y las prioridades;

• hacer del centro educativo el protagonista de la toma de decisiones: cada uno identifica las acciones y líneas de trabajo necesarias para la mejora;

• estar contextualizado;

• tener como objetivo ni jerarquizar, ni clasificar los centros educativos.

Desde un enfoque multidimensional e integral, la evaluación tiene como objeto:

Las dimensiones están estrictamente interrelacionadas y cada una arroja información para iluminar a las demás y dibujar un cuadro completo de la situación en el centro educativo. El contexto define, limita y orienta la intención con la cual un centro educativo trabaja. Se puede decir que un centro es de calidad cuando responde al contexto en que se encuentra, con sus intereses y necesidades, y desde allí desarrolla estrategias para transformar esa realidad.

La forma en que se utilizan los recursos influye en el hecho educativo. Los procesos educativos y su interacción son determinantes para la calidad educativa. Por eso, la evaluación de estos procesos es la que posteriormente orientará las posibles líneas de acción para la mejora de los centros.

Por último, los resultados se consideran como una de las dimensiones que debe generar un centro en la medida que las demás se articulan. En coherencia con el valor asignado a una educación integral, la evaluación mide los aprendizajes cognitivos de las y los estudiantes en matemáticas y lenguaje, y también sus actitudes y valores frente a sexualidad y cuidado del cuerpo, violencia, justicia y solidaridad. Para lograr la vivencia efectiva de esta fase y del sentido de la evaluación desde esta mirada de cultura de mejora, se hace necesario ir desarrollando y generando de manera consciente, las capacidades de: • Mirar-se, de hacer pares en el camino para reconocer y ver la práctica y las prácticas que los centros educativos realizan.

• Reconocer el contexto, dar sentido a la realidad que día a día vemos y conocemos, analizar y relacionar esas realidades con las posibilidades de aprendizaje y de formación del sujeto que queremos formar.

• Comprender y leer las diversas percepciones que hay en la escuela sobre las realidades y las prácticas que se desarrollan.

• Contrastar la práctica con otras realidades para revisarla y ajustarla.

La reflexión

A partir de la devolución de los resultados el centro educativo entra en un proceso de reflexión que sigue a lo largo de todo el ciclo de mejora. Para ello, organiza equipos de centro , con representación de todos los estamentos y actores de la comunidad educativa, que van a reflexionar y dialogar sobre los resultados encontrados.

Durante esta fase se busca que el centro educativo entienda las debilidades y fortalezas encontradas en la evaluación y proceda a identificar los problemas centrales . Una vez delimitados los problemas, los equipos los priorizan y definen las líneas de acción para intervenir sobre ellos. Todo esto implica desarrollar capacidades de:

• Diálogo y conversación, participación e interacción entre diferentes sujetos.

• Reconstruir y ajustar la práctica a partir de la reflexión.

• Problematizar, hacer preguntas, cuestionar la realidad y lo que se vive en la escuela. • Darse cuenta de lo que se es, lo que es la práctica. Se trata de un proceso que exige tiempo y muchas veces no está exento de dificultades, pero el esfuerzo se traduce en la adquisición de capacidades al interior de la comunidad educativa, conocimiento de la propia realidad, aprendizaje colectivo, construcción de consenso y apropiación de la estrategia de mejora, lo cual es fundamental para lograr una cultura de la mejora educativa.

La elaboración e implementación de planes de mejora

Una vez definidas las líneas de acción el centro, los equipos de trabajo entran en una fase de organización y planificación de las mismas, para desde ahí encaminar las acciones de manera priorizada, secuencial y gradual. Esta organización lleva a la elaboración del plan de mejora , proyectado a tres años, que expresa objetivos y resultados a perseguir.

El plan de mejora inicia su implementación con el acompañamiento de las y los Coordinadores Pedagógicos de Fe y Alegría, y con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa. Durante la implementación, la escuela debe valorar periódicamente el avance del plan para introducir los ajustes que se necesiten. Todo esto supone que el centro educativo vaya fortaleciendo su capacidad para valorarse y transformarse, generando una nueva cultura educativa. La idea que subyace al plan de mejora es que la escuela debe estar abierta al cambio.

Desarrollar la capacidad de proyectar y dar sentido a la acciones, de vivir en un plan que mueve y articula a todos y todas. Generar una capacidad de reconocer el avance, el cómo se va acercando al sueño propuesto, capacidad para saber qué acciones nos han permitido acercarnos al sueño, cuáles nos han estancado. Capacidad para comprender que avanzar es mejorar y mejorar es crecer y es lograr.

La sistematización

Finalmente, cada centro educativo desarrolla una sistematización del proceso de evaluación y mejoramiento. Sistematizar consiste en hacer una interpretación crítica de una o varias experiencias, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, para descubrir la lógica del proceso vivido y los factores que intervienen.

Su objetivo dentro del Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría es prestar atención a los procesos de mejora y reconstruir su implementación (actores relevantes, factores que facilitan o dificultan, el contexto en el que se da, etc.) para aprender e ir dejando huella de la forma en que sucedieron los cambios. De esta manera, se construye conocimiento al interior del centro y se facilita el aprendizaje para experiencias futuras de mejoramiento en la misma escuela, así como en otras que estén en un contexto similar.

Esta fase, que se da desde el comienzo de la implementación del plan de mejora, exige un esfuerzo adicional para el centro educativo que debe planear la sistematización, generar+ espacios de reflexión y tiempos para que el equipo sistematizador pueda recoger y organizar la información obtenida.

El conocimiento desarrollado a través de la sistematización debe ser difundido de manera amplia y variada (medios virtuales, publicaciones o en espacios de socialización) para que toda la comunidad educativa y otras instituciones conozcan la experiencia de mejora del centro.

Para realizar este proceso es necesario desarrollar capacidades de:
• Narrar y comunicar, de saber contar a otros que es lo que hemos hecho, narrar la vida que se ha producido en la transformación de las prácticas.
• Construir conocimiento y aprendizajes de lo que se realiza.
• Capacidad de transformar y ajustar la práctica.

La mejora de la calidad implica la transformación de las prácticas que hemos identificado que queremos transformar y a la vez reflexionar las prácticas y acciones que vamos implementando para la transformar la práctica. Hemos propuesto por lo tanto un concepto de calidad histórico y contextualizado, que implica el desarrollo y generación de nuevas capacidades, nuevas organizaciones, nuevas miradas.

Un concepto de calidad que implica el construir una nueva Cultura escolar, en un ciclo de Calidad que permite la creación y la transformación. Concepto de calidad que implica cuestionar y problematizar permanentemente lo que se hace y vive, una calidad que hace de la escuela un espacio de construcción y de búsqueda permanente. Una cultura que nos hace ser Sujetos de la acción de transformación de cada uno, de la escuela y de las comunidades.

*Elizabeth Riveros Serrato, Coordinadora Ejecutiva del Programa de Calidad educativa de la Federación Internacional Fe y Alegría.

Notas

[1] Resultados de países latinoamericanos en la prueba PISA. OCDE (2004), Informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, París.

[2] F. Reimers (1993); “Una innovación educativa para proporcionar educación básica con calidad y equidad”, en: Revista de Pedagogía, vol. XIV, pp 31-49

Referencias bibliográficas

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FE Y ALEGRIA. XXXIV Congreso Internacional, Colombia, 2003.

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FE Y ALEGRÍA. (2003) Metodología para sistematizar prácticas educativas. Borja Beatriz. Venezuela.

FE Y ALEGRÍA. (2005). La escuela más allá de los muros. Herramientas para una comprensión transformadora del contexto. Centro Cultural Poveda. República Dominicana.

FREIRE, P. La pedagogía de la esperanza. 1992

MARCHESI, A. (2000). “Un sistema de indicadores de desigualdad educativa”. Revista Iberoamericana de Educación , 23, 135-163.

MARCHESI, A. y MARTÍN, E. (1998) Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio. Madrid: Alianza.

MEJÍA, Marco Raúl, (2012): Pedagogías Críticas desde el Sur (Cartografías de la educación popular). Bogotá: Editorial Magisterio.

MORÍN, Edgar. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro . París: UNESCO. Francia. Trad. M. Vallejos G. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín. Colombia. VII – 68 p. (En http://www.complejidad.org/27-7sabesp.pdf o http://www.unesco.cl/0709.htm).

RIVEROS, Elizabeth. (2009). El Sistema de Mejora de la calidad Fe y Alegría. Una mirada desde la Educación Popular. Bogotá: Ladiprint Editorial Ltda.

RIVEROS Nicolás (2014). Brief sobre el Sistema de Mejora de la Calidad, Bogotá.

SANTOS Guerra, M.A. (2002) Trampas en educación: Un discurso sobre la calidad . Madrid: Ediciones Morata.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/el-concepto-de-calidad-de-fe-y-alegria-y-su-sistema-de-mejora-una-mirada-alternativa/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/pinterest.jpg

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La Elam, 9 años formando médicos al servicio de la comunidad

Caracas, 15 Abr. AVN.-

Un día como este viernes, hace nueve años, en 2007, se inauguró la Escuela Latinoamericana de Medicina Salvador Allende, ubicada en Mariches, estado Miranda, con un funcionamiento bajo modalidad de internado, con estudiantes provenientes de 13 naciones, a los que luego se integraron alumnos de países del Caribe, Centroamérica y Asia.

La escuela se crea como parte del Programa Nacional de Formación en Medicina Integral Comunitaria, iniciado el 5 de octubre de 2005, resultado de un acuerdo entre los gobiernos de Cuba y Venezuela, con miras a formar profesionales de la salud con atención prioritaria a los habitantes de la comunidad para América Latina y África, de los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).

El proyecto se planteó a partir del éxito de la experiencia de escuelas de salud en Cuba, aunque en el caso de Venezuela se rediseñó desde un esquema de educación universitaria universalizada que rige en los programas nacionales de formación actual.

El título obtenido por los jóvenes los acredita como médicos comunitarios integrales, título universitario que les permitirá llevar sus conocimientos a diferentes rincones del mundo.

Estudiantes provenientes de países como Bolivia, Nicaragua, El Salvador, Ecuador, Gambia, Honduras, Haití, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Panamá, Paraguay, Guyana, así como jóvenes de comunidades indígenas se han beneficiado del programa de medicina comunitaria integral, quienes en su mayoría son provenientes de lugares humildes con difícil acceso a la educación gratuita.

En casi una década de historia, la casa de estudios, creada por el presidente de la República, Hugo Chávez, ha graduado a miles de estudiantes de varias naciones del mundo. Hoy el proyecto incluye a cursantes de decenas de países.

Así, la Elam cumple con su propósito de contribuir a la integración latinoamericana y caribeña mediante políticas de inclusión y democratización educativa, así como valores de cooperación y solidaridad entre los pueblos latinoamericanos y caribeños.

Fuente: http://www.avn.info.ve/contenido/elam-9-a%C3%B1os-formando-m%C3%A9dicos-al-servicio-comunidad

 

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ABACOenRed: Dos diplomados (100% virtuales) inician el 14 de marzo

ABACOenRed: Dos diplomados (100% virtuales) inician el 14 de marzo

(1) Diplomado “Levantamiento de datos y mediación pedagógica en una sistematización de experiencias”

Este diplomado ha sido preparado y será facilitado por nuestro colega de Guatemala Carlos de León Andrade quien tiene mucha experiencia en procesos de sistematización de experiencias.  Al pre-inscribirte, el facilitador Carlos te enviará en menos de 24 horas un documento con toda la información.

Los temas que se abordarán son: 1.Rituales de interacción comunitaria; 2.La relación; 3.Recorridos comunitarios; 4.El grupo focal; 5.Entrevista en profundidad; 6.Dejar hablar la experiencia y 7.La mediación pedagógica y sus tratamientos.

Si estás interesada/o realiza tu pre-inscripción AQUÍ.

(2) Diplomado en Facilitación de Procesos de Aprendizajes

El objetivo del diplomado es que logremos identificarnos (saber SER) con características de un aprendizaje de calidad creciente, saber (comprender y hacer) cómo se construye y cómo lo podemos facilitar y valorar.

Es muy importante la interacción entre todas/os las/os participantes a través de un escenario virtual de aprendizaje para que juntas/os construyamos una relación de confianza y contribuyamos a desarrollar una actitud cooperativa, contando con y respetando la diversidad en opiniones y puntos de vista.

En el documento adjunto podrás leer los requisitos de participación: InformaciónGeneralDI-FACIL10

Facilitadora: MSc. Carla Yeneris Caballero, Con acompañamiento puntual del Dr.C. Herman Van de Velde

Para realizar su pre-inscripción al diplomado, la puedes hacer AQUÍ

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