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Corruption and child labour have no place in the energy transition

Corruption and child labour have no place in the energy transition

Richard Kent, Researcher on Business and Human Rights at Amnesty International

The European Commission is currently wrapping up consultations on a new law that could shape the future of green energy. If adopted, the EU Battery Regulation would require all businesses in the battery industry to report on the social and environmental impact of their operations. It would ensure that batteries entering the EU market – for use in electric cars, smartphones, solar panels, and much more – are responsibly sourced and sustainable. Businesses would have to show, for example, that the minerals in their batteries do not indirectly finance armed groups or child labour, and that their supply chains are free of corruption.

The law would be a pillar of Europe’s Green New Deal, and it is long overdue. The World Bank found that production of some battery metals could increase by up to 500 percent by 2050, to meet the growing demand for electric vehicles – essential for reducing carbon emissions. Never before has mineral extraction sought to mitigate climate change on such a scale. But there are currently no laws in place to ensure green technologies do not themselves cause harm – and cause harm they do.

The real frontier of the battery revolution is not in the corridors of Brussels. It is in the unregulated cobalt mines of the DRC, where children as young as seven work in perilous conditions. It is in the vast frozen expanses of Siberia’s Taimyr Peninsula, where a nickel mining company spilled thousands of tonnes of diesel fuel into the Arctic; and in the salt flats of Latin America, where lithium extraction is threatening livelihoods. Cobalt, nickel and lithium are key components of rechargeable batteries, and we are sliding towards a situation where we have replaced one type of environmental injustice with another.

The grim irony is that these abuses are being perpetrated against the people least responsible for the climate catastrophe. Indigenous fishing communities in Papua New Guinea’s Basamuk Bay aren’t the ones pumping CO2 into the atmosphere. Yet it’s their water that was poisoned when a nickel mine dumped 23 tonnes of toxic waste into the ocean, while sourcing the minerals necessary to get drivers in Paris, Beijing and New York into electric cars. The need for regulation has never been so urgent.

Last month, Amnesty International and 66 other human rights and environmental organizations published a set of principles for businesses and governments to adopt in order to clean up battery supply chains. Many of the organizations who signed up to Powering Change represent the frontline communities most affected by the energy transition.

In Powering Change, we call on manufacturers to work towards maximum recycled content in batteries, minimize the use of hazardous materials, and manage battery waste responsibly. We call on businesses and governments alike to ensure environmental defenders and Indigenous communities are consulted and properly informed about planned operations and potential risks.

The EU Battery Regulation proposal contains several articles to improve transparency in supply chains, which is also one of our coalition’s crucial principles. In 2017, Amnesty researchers found that companies including Microsoft, Renault and Volkswagen were failing to ask basic questions about where the cobalt in their batteries came from. More than half the world’s cobalt comes from the DRC, where Amnesty has documented children and adults mining in perilous conditions, earning a couple of dollars a day to work in narrow tunnels at risk of collapse. In light of this, it’s unacceptable for businesses to shrug their shoulders about their supply chains – consumers deserve to know that their cars are not powered by human rights abuses.

This is why the European Battery Regulation could be one of the most important pieces of industry legislation ever. It would be the first legally binding initiative to clean up battery supply chains, and would force businesses to do more to protect workers, Indigenous communities and the environment.

Europe is the epicentre of the push towards a battery-powered future. Governments including the UK, Poland and Sweden are scrambling to construct multi-billion dollar battery “gigafactories”, and the European Investment Bank pledged €1 billion investment to the battery manufacturing industry in 2020. Many of the corporations that led the Second Industrial Revolution – the invention of the internal combustion engine, the mass growth of the car industry, and concurrent demand for oil – are now taking the reins of what they pledge will be a “Green Industrial Revolution.” It is imperative that this time, corporations recognize their impact on the planet and human rights, and factor this into their business models.

If the Battery Regulation is adopted, Europe would also be the epicentre of an energy transition that is genuinely clean and fair.

This article was originally published in EU Observer

 

Fuente de la Información: https://www.amnesty.org/en/latest/news/2021/02/corruption-and-child-labour-have-no-place-in-the-energy-transition/

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La sociedad global pospandémica

Traducción: César Locatelli

Todas estas crisis son internacionales. No conocen fronteras. Deben enfrentarse a la solidaridad internacional.

El pasado 25 de enero, Noam Chomsky participó en el Foro Social Mundial en una actividad organizada por Carta Maior y Forum 21. A continuación se muestra la traducción del discurso de Chomsky, realizada por César Locatelli. El video puede verse íntegramente en inglés en portugués (con traducción simultánea de Sérgio Ferreira) en TV Carta Maior .

La última vez que participé de las reuniones del Foro Social Mundial (FSM) en Brasil fue hace 20 años – maravillosos días de exuberancia, vitalidad, expectativa, entusiasta interacción de los participantes que se extendieron desde la Vía Campesina hasta los centros urbanos, unidos en la creencia de que un mundo mejor es posible y está comprometido a crearlo. Rechazaron firmemente la famosa máxima de Margaret Thatcher: » No hay alternativa «. No hay alternativa al régimen neoliberal que ella y Ronald Reagan estaban tratando de imponer al mundo. El lema del FSM era todo lo contrario: hay una alternativa y la vamos a crear.

Este no es exactamente el clima de hoy.

La emoción en el FSM no estuvo fuera de lugar. Brasil estaba a punto de entrar en su «década dorada», una expresión utilizada por el Banco Mundial en su evaluación retrospectiva de los años de Lula, que analiza los numerosos logros nacionales del gobierno, mientras que Brasil también se convirtió quizás en el país más respetado del mundo y en una voz elocuente para el Sur Global bajo el liderazgo del presidente Lula y su canciller Celso Amorim.

Una vez más, este no es exactamente el clima actual.

La acomodación del gobierno de Lula a las demandas del capital privado internacional, se piense lo que se piense, no fue suficiente para apaciguar a quienes Adam Smith llamó “los señores de la humanidad”. La reacción llegó pronto, no solo en Brasil.

No es necesario revisar los hechos ocurridos desde entonces ni abordar la forma en que se ve a Brasil ahora. Esto quizás esté simbolizado por la ayuda de Venezuela para proporcionar oxígeno para aliviar la catástrofe en Manaos, que ahora se está extendiendo a otras partes de un país famoso por su alto nivel de investigación y logros en las ciencias de la salud y un historial estelar de eficiencia de vacunación, antes del asalto actual a sociedad.

Para agregar una comparación personal, mi esposa Valeria y yo, que vivimos en Arizona, tenemos el privilegio inusual de haber obtenido máscaras de alta calidad, gracias a la generosidad de un amigo de Taiwán. Mientras tanto, Arizona acaba de ganar el campeonato mundial de infecciones per cápita de Covid.

Arizona está un poco por delante de la competencia para ser la peor del mundo. Mientras escribo, el titular del New York Times dice: «Nueva situación de pandemia: los hospitales se están quedando sin vacunas», refiriéndose a todo el país.

La historia continúa informando que “los funcionarios de salud de EE. UU. Están frustrados porque las dosis disponibles no se utilizan mientras el virus mata a miles de personas todos los días. Se han cancelado miles de vacunaciones programadas y las autoridades locales a menudo no están seguras de qué suministros tendrán a mano «. La prensa local agrega que los hospitales ya no tienen camas y que la gente muere en los pasillos. El panorama es el mismo en cualquier lugar del país más rico del mundo, con ventajas incomparables.

En la misma portada del NYT, junto al informe de la catástrofe en Estados Unidos, hay una nota titulada «Un año después del bloqueo: esto es Wuhan hoy». Retrata a personas deleitándose en «un mundo post-pandémico, donde el relieve de rostros sin máscaras, encuentros felices y viajes diarios esconde trastornos emocionales».

El número de muertes diarias por Covid 19 en los EE. UU. Es aproximadamente de tres a cuatro veces mayor que el número total de muertes en China durante el año de la pandemia, en equivalente per cápita, la medida correcta.

No podemos ser demasiado superficiales al extraer lecciones de lo que sucedió en todo el mundo en este año terrible, pero sería una tontería ignorar la historia. Es instructivo en todo el mundo. Mi estado natal, Pensilvania, tiene casi la misma población que Cuba y 100 veces el número de muertes por Covid: 20.000 en comparación con 200. Las muertes por Covid en la ciudad de São Paulo tienen una tasa similar a la de Pensilvania en comparación con Cuba. (100 veces mayor).

Es común atribuir el éxito de China, en contraste con la catástrofe estadounidense, al estricto control autoritario de China sobre la población. La conclusión no es convincente. Taiwán es tan libre y democrático como Estados Unidos. Su población de 24 millones registró siete muertes. Además, los observadores occidentales en China informan que la aceptación popular de los procedimientos muy estrictos que prácticamente han eliminado la enfermedad parece haber sido en gran parte voluntaria y de apoyo.

Un intento de revisión en todo el mundo parece indicar que los principales factores para domar la catástrofe han sido un gobierno eficaz que actúe por el bienestar de su población, combinado con una mentalidad colectivista general y un espíritu de cooperación: todos estamos juntos en esto. , al bien común.

Es útil observar más de cerca las peores actuaciones. Dejaré a Brasil en paz, un caso que es demasiado deprimente para discutirlo. Los más instructivos son Estados Unidos y su aliado británico más cercano, ambos con terribles antecedentes, resaltados por su inusual privilegio y desarrollo económico. También son poco comunes en otro aspecto. Son el hogar de los programas neoliberales que han barrido el mundo durante los últimos 40 años, dirigidos por Reagan y Thatcher, y luego por sus sucesores. Estas doctrinas contribuyeron poderosamente a crear e intensificar la crisis de Covid. Los ricos y poderosos beneficiarios de los programas neoliberales ahora están trabajando arduamente para garantizar que darán forma a la sociedad pospandémica. Las doctrinas y sus consecuencias deben examinarse de cerca.

Un impulso central del neoliberalismo es desmantelar la sociedad civil y disminuir la preocupación del gobierno por el bienestar del público en general. Como proclamó Thatcher, «no hay sociedad», solo individuos que se enfrentan solos a las fuerzas del Mercado Sagrado y, si no sobreviven a la devastación, mala suerte. Para citar uno de los famosos pronunciamientos del presidente de Brasil: «¿y qué?»

Para ser precisos, bajo la doctrina neoliberal, solo unos pocos se lanzan al mercado para sobrevivir de alguna manera. Otros tienen derecho a ser mimados por el estado, es decir, por sus desafortunados ciudadanos. No debemos olvidar nunca el dicho de Balzac, extraído de la sabiduría popular tradicional, de que «las leyes son telarañas por las que pasan grandes moscas y atrapan las pequeñas». Los programas neoliberales se han diseñado cuidadosamente para garantizar que prevalezcan estos principios, con subsidios masivos y rescates para las moscas grandes. Hemos sido testigos de esto repetidamente desde los primeros días del ataque neoliberal.

Los pensamientos de Thatcher no eran originales. Sin quererlo, estaba parafraseando a Karl Marx. Condenó a los gobernantes autocráticos de Europa por intentar convertir la sociedad en “un saco de patatas”, individuos aislados, atomizados, luchando solos, sin sociedad civil, sin organizaciones de defensa popular contra el poder concentrado.

Reagan y Thatcher siguieron el guión con atención. Sus primeros actos fueron destruir los sindicatos, en el caso de Reagan, incluso incorporando trabajadores suplentes permanentes, práctica que pronto adoptaron las empresas privadas. Los golpes de martillo contra la organización del trabajo continuaron bajo sus sucesores. Estudios recientes de destacados economistas, como Lawrence Summers, atribuyen la espectacular desigualdad creada durante los años neoliberales principalmente a la destrucción de los sindicatos, privando a los trabajadores de cualquier medio de autodefensa frente a la incesante lucha de clases.

Las doctrinas del ataque de 40 años a la sociedad se remontan a los orígenes del neoliberalismo en Viena en el período de entreguerras. El venerado padre fundador del movimiento, Ludwig von Mises, apenas pudo contener su euforia cuando el gobierno protofascista aplastó violentamente al vibrante movimiento obrero austriaco y elogió efusivamente al fascismo de Mussolini por haber “salvado la civilización europea. El mérito que el fascismo ha ganado vivirá para siempre en la historia ”, escribió Mises en su libro clásico“ Liberalismo ”, años después de que las camisas negras llevaran violentamente a los sindicatos y al pensamiento independiente a sus lugares apropiados.

Las principales luces del neoliberalismo estaban aún más entusiasmadas con la dictadura asesina de Pinochet. Por razones de principio. Se deben tomar medidas severas para salvaguardar una «economía sólida», asegurando que no habrá restricciones populares a la libertad de los muy ricos y del sector empresarial para expandir su riqueza y poder.

El ideal es la economía de «privatizar todo», citando al actual Ministro de Economía de Brasil, muy elogiado por las finanzas internacionales que desean tomar los recursos de Brasil, de su pueblo, bajo la bandera neoliberal.

Estas son consideraciones a tener en cuenta al pensar en un mundo pospandémico. Revelan que no existe conflicto entre el llamado a la libertad, de cierto tipo, y las duras medidas de represión y control. Además, como mencioné, hay fuerzas poderosas que trabajan arduamente ahora para garantizar que el mundo pospandémico mantenga las principales armas de la lucha de clases incrustadas en la doctrina neoliberal. Razón de más para examinar los principios básicos y sus consecuencias.

Las ideas esenciales quedan plasmadas en el discurso inaugural de Reagan: «el gobierno es el problema, no la solución». Esto no significa que las decisiones a nivel nacional desaparezcan. En cambio, son transferidos a manos de los “señores de la humanidad”, las grandes megacorporaciones y las instituciones financieras que explotaron en escala durante los años neoliberales. Su responsabilidad había sido explicada por los economistas responsables, principalmente Milton Friedman. La única responsabilidad de las empresas es enriquecerse.

No es difícil prever las consecuencias de entregar la toma de decisiones a instituciones tiránicas cuyo único propósito es el enriquecimiento. Algunos se revelan en un estudio reciente de Rand Corporation, una institución cuasi gubernamental. Ella estima que la transferencia de riqueza, desde el 90% más bajo de los ingresos de la población a los muy ricos, principalmente la fracción superior del 1%, fue de 47 billones de dólares. No es poco, sino una subestimación muy grave. No toma en cuenta la apertura de Reagan a la manipulación financiera previamente prohibida por la ley, como los paraísos fiscales, que agregan otras decenas de billones de dólares al robo masivo de trabajadores y la clase media.

Los resultados están ante nuestros ojos, dondequiera que haya golpeado el mazo. En los Estados Unidos, los salarios reales de los trabajadores varones disminuyeron durante el ataque de 40 años, junto con los beneficios y, como mínimo, una seguridad limitada. La democracia política, siempre profundamente defectuosa, ha disminuido aún más a medida que está cada vez más subordinada a la riqueza privada y al poder corporativo. Los estudios recientes más sofisticados muestran que el 90% de la población literalmente no está representada; sus propios representantes están escuchando otras voces, las de los financistas de su próxima campaña. Mientras tanto, el personal de sus oficinas está sobrecargado con enjambres de cabilderos que prácticamente redactan leyes.

Sin tener que avanzar, se puede llegar a comprender algunas de las raíces de la ira, el resentimiento, el desprecio por las instituciones que se han extendido por gran parte del mundo, fácilmente capturadas por demagogos que pueden pretender defender a las masas desposeídas mientras las apuñalan por la espalda , transfiriendo la culpa de su malestar a los objetivos vulnerables: personas no blancas, inmigrantes, peligro amarillo, cualquier veneno que corra justo debajo de la superficie de la vida social.

Una visión de futuro, ahora activamente perseguida por los sectores dominantes, es la perpetuación de esta monstruosidad, de formas aún más duras: vigilancia, control, atomización y precariedad más intensos para la gran masa de la población.

Otra visión es la impulsada por el Foro Social Mundial. Una visión de un mundo en el que las personas tomen el control de su propio destino en comunidades autónomas y lugares de trabajo, deshaciéndose de sus amos, dominación e instituciones represivas. Un mundo que mantiene el clásico ideal liberal, reprimido durante mucho tiempo, de que debemos reemplazar las trabas sociales por lazos sociales. Un mundo que incorpora una cultura de solidaridad y ayuda mutua, de participación directa en todos los ámbitos de ciudadanos informados y comprometidos que se dedican al bien común.

Esta visión no es utópica. Se puede lograr. Además, debe lograrse de alguna manera para que exista el experimento humano. No es ningún secreto que estamos viviendo un momento notable en la historia de la humanidad, una confluencia de crisis extremadamente graves. A menos que se superen los desafíos, y pronto, será una pérdida de tiempo contemplar los contornos de una sociedad pospandémica, porque no habrá sociedad alguna. Esto no es una exageración.

La crisis menos grave de todas es la que, comprensiblemente, está atrayendo ahora la atención y la preocupación: la pandemia. Tarde o temprano, la pandemia será contenida, a un costo terrible e innecesario, como podemos ver en las sociedades, ricas y pobres, que han logrado enfrentarla con eficacia. Pero la pandemia se superará y, si la historia sirve de guía, pronto se olvidará.

Piense en la llamada gripe española de hace un siglo. El número de muertos fue colosal. Se estima en unos 50 millones de personas. Considerando el tamaño de la población, eso sería el equivalente a 300 millones de personas hoy. Un desastre inimaginable que, sin embargo, pronto fue olvidado. Nací unos años después de que se calmara la crisis. Nunca supe de ella cuando era niño. Lo aprendí de los libros de historia.

Si revivimos esa experiencia, tendremos serios problemas. Es probable que ocurran otras epidemias de coronavirus y pueden ser más graves que esta, debido a la destrucción del hábitat y el calentamiento global. Además, hasta ahora hemos tenido suerte. Las recientes epidemias de coronavirus han sido muy contagiosas y poco letales, como la actual, o muy letales, pero no muy contagiosas, como el ébola. Puede que no tengamos tanta suerte la próxima vez. Estas astutas criaturas tienen muchos trucos bajo la manga.

En los últimos años, los científicos nos han dicho claramente lo que se debe hacer. No fue hecho. Las enormes y ricas instituciones farmacéuticas no estaban interesadas, gracias a la lógica capitalista. No es rentable prepararse para un desastre que ocurrirá dentro de unos años. El gobierno de Estados Unidos y algunos otros tienen laboratorios maravillosos, que de hecho proporcionan muchos de los descubrimientos básicos de medicamentos y vacunas que se comercializan con fines de lucro en nuestro sistema económico de subsidio público y lucro privado. Pero fueron neutralizados por la variante neoliberal destructiva del capitalismo: el gobierno debe mantenerse al margen del negocio de la empresa privada, excepto, por supuesto, cuando pueden beneficiarse de la generosidad de los contribuyentes. El desastre se vio agravado por la incompetencia y, en algunos casos,

Hoy escuchamos las mismas súplicas de los científicos, las mismas advertencias y consejos sobre lo que se debe hacer para prevenir desastres. El mero conocimiento no es suficiente. Debe ponerse en uso.

La pandemia actual y las que vendrán son una de las crisis actuales. Una crisis mucho más grave es el calentamiento del planeta. La urgencia del desarrollo de la crisis se puso de relieve nuevamente hace unas semanas, cuando la Organización Meteorológica Mundial publicó su Informe anual sobre el estado del medio ambiente mundial. El Informe advierte que en nuestro curso actual, pronto podríamos alcanzar puntos de inflexión irreversibles. Pronto seremos capaces de lograr lo que ellos llaman » Tierra de invernadero”(Terra Estufa), estabilizándose a 4-5º Celsius por encima de los niveles preindustriales, mucho más allá del nivel reconocido como cataclísmico. El estudio concluye que es «más urgente que nunca proceder con la mitigación … La única solución es deshacerse de los combustibles fósiles en la producción de energía, la industria y el transporte». El IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) marca, muy pronto, la fecha para lograr este resultado, a mediados de siglo.

Al igual que con la pandemia, sabemos cómo lograr ese objetivo. Hay medios viables que se han descrito con gran detalle y se están implementando en parte, pero solo en parte. Estos esfuerzos deben acelerarse rápidamente y pronto, o el juego terminará. Los científicos respetados nos dicen en términos inequívocos que debemos «entrar en pánico ahora». No están exagerando.

Otra crisis de escala comparable es la creciente amenaza de las armas nucleares, que recibe muy poca atención fuera de los círculos especializados, donde la crisis se reconoce como extremadamente grave. Aquí, la solución es obvia: libra a la Tierra de estas monstruosidades. Se han tomado medidas importantes. El viernes pasado entró en vigor el Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, apoyado por 122 naciones, aunque, lamentablemente, ninguna de las potencias nucleares. Eso tiene que cambiar. Incluso por debajo de eso, hay acciones muy significativas que se pueden implementar, pero no hay tiempo para discutir aquí.

Todas estas crisis son internacionales. No conocen fronteras. Deben enfrentarse a la solidaridad internacional. En ese caso, las palabras de Margaret Thatcher son correctas. No hay alternativa.

https://www.cartamaior.com.br/?/Editoria/Sociedade-e-Cultura/A-sociedade-global-pos-pandemia/52/49875

Fuente e imagen:  https://www.alainet.org/en/articulo/210849

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La Internacional de la Educación lanza una guía sobre la auditoría de la equidad educativa a la luz de la pandemia COVID-19

La Internacional de la Educación lanza una guía sobre la auditoría de la equidad educativa a la luz de la pandemia COVID-19

Para abordar las fuertes preocupaciones que han surgido en todo el mundo sobre las brechas de equidad en la educación como resultado del cierre de escuelas y otros entornos educativos debido a la pandemia de COVID-19, la federación mundial de sindicatos de la educación ha publicado una Guía para sus organizaciones miembros. sobre el proceso de auditoría de la equidad a medida que los entornos educativos se han reabierto o deben reabrirse. La Guía es una herramienta para apoyar a los sindicatos de la educación en su defensa de que se lleven a cabo auditorías de equidad tanto a nivel de instituciones educativas como de sistemas.

La pandemia de COVID-19 ha provocado cierres de escuelas sin precedentes que han afectado a más de 1.500 millones de estudiantes en todo el mundo. Sin embargo, el impacto de la pandemia no ha sido igual, con estudiantes vulnerables y desfavorecidos afectados de manera desproporcionada por la crisis global resultante en la enseñanza y el aprendizaje. COVID-19 no ha causado, sino que ha profundizado las desigualdades estructurales ya existentes en los sistemas educativos de todo el mundo. Las auditorías de equidad son fundamentales para un análisis profundo del impacto de cierres y reaperturas totales y parciales en estudiantes y educadores.

Para ayudar a sus organizaciones miembros a abogar eficazmente por las auditorías de equidad, la Internacional de la Educación ha publicado Auditing Educational Equity in Light of the COVID-19 Pandemic . La Guía para los sindicatos de la educación enfatiza la importancia de las auditorías de equidad para permitir que las instituciones y sistemas educativos se adapten de manera más efectiva a una ‘nueva normalidad’ de COVID-19 y también abordar las estructuras arraigadas de desigualdad que han impedido durante mucho tiempo a los países realizar el derecho universal a la educación.

Los sindicatos de la educación se encuentran en una posición única para evaluar hasta qué punto han aumentado los problemas de equidad dentro de la educación como resultado de la crisis sanitaria. En consecuencia, deben incluirse plenamente en el diseño y procesamiento de las auditorías de equidad en los sistemas e instituciones educativos.

La Guía de la Internacional de la Educación proporciona una lista de áreas que una auditoría de equidad puede explorar, incluidos los pasos tomados para adaptar los sistemas educativos a las condiciones de una pandemia, las medidas de seguridad y protección adoptadas cuando las escuelas reabrieron, el aprendizaje de los estudiantes durante la pandemia, el apoyo a los estudiantes y las familias, formación y apoyo al personal y condiciones laborales de los educadores.

La guía también llama la atención sobre el hecho de que los tipos de discriminación, que conducen a resultados desiguales en la educación, rara vez se basan en un solo factor. Por lo tanto, al auditar la equidad, es imperativo explorar y analizar los múltiples factores que se cruzan en las vidas de personas y grupos individuales que conducen a la discriminación dentro de la educación. Estos incluyen, entre otros, la capacidad / discapacidad, la edad, la etnia, el género, la identidad de género, la ubicación, el estado migratorio, la raza, el estado socioeconómico y la orientación sexual.

Las organizaciones miembros de la Internacional de la Educación debatirán sobre la nueva guía y los temas de equidad en el sector en un seminario web que tendrá lugar hoy.

David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación, declaró: “Como defensores del derecho humano a la educación y del derecho humano al trabajo decente, los sindicatos de la educación tienen un papel fundamental que desempeñar para exigir que la equidad dentro del sector de la educación sea auditada a la luz de las Pandemia de COVID-19. Este es un primer paso esencial hacia la reconstrucción de nuestros sistemas educativos de una manera que garantice que nadie se quede atrás. Nuestro objetivo no es volver a la normalidad porque la normalidad nunca fue lo suficientemente buena. Necesitamos hacerlo mejor.»

Fuente de la Información: https://www.ei-ie.org/en/detail/17057/education-international-launches-guide-on-auditing-educational-equity-in-light-of-the-covid-19-pandemic

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IV Conferencia CLACSO Venezuela 2020. Mesa: Elementos emergentes de la agenda educativa alternativa (CII-OVE). Ponencia 4: «El pensamiento crítico Instrumentalizado»

Mesa: «Elementos emergentes de la agenda educativa alternativa» (CII-OVE).

Autor: Luis Miguel Alvarado Dorry. Investigador y editor del Centro Internacional de Investigaciones “Otras Voces en Educación” (CII-OVE).

Título: «El pensamiento crítico Instrumentalizado»

Resumen: Las pedagogías críticas se han venido gestando desde las relaciones opresores-oprimides con los propósitos, en primer lugar, de develar las distintas formas de poder, dominación y control que se dan en las relaciones humanas; en segundo, construir políticamente una contra hegemonía desde los espacios escolares y de formación con el fin de eliminar todo tipo de injusticias, en tercer lugar, construir otro mundo más justo, más humano y humanizante. Sin embargo, en muchos espacios se han instrumentalizado, es decir, se han disminuido su carga política liberadora a la operacionalidad de un método centrada en la cognición, desarrollando con ello, un pensamiento crítico instrumentalizado. Este pensamiento crítico instrumentalizado es usado frecuentemente por muches en discursos bajo intereses particulares con el fin de ir posicionándose social, académica y políticamente con base a la titulometría y meritocracia desde las perspectivas neoliberales, en este sentido Giroux nos dice que “Al instrumentalizar la pedagogía crítica, se ignoran sus amplias posibilidades políticas de comprender cómo la pedagogía funciona en el ámbito más amplio de la esfera pública con sus numerosos espacios y dispositivos culturales”. En esta última iremos desarrollando desde nuestra propia experiencia y subjetividad.

Hola, les saludo a todes con mucha alegría, mi nombre es Luis Miguel Alvarado Dorry, soy miembro investigador y editor del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación.

El título de mi ponencia se denomina:

El pensamiento crítico instrumentalizado

Ante todo, inicio mi participación con la siguiente frase que expresé en el I-Congreso Mundial de Educación: en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo el pasado mes de septiembre que dice: “[…]Pedagogías […] críticas no son varitas mágicas que usemos para transformar a les otres, por el contrario, esta transformación conlleva un proceso vivencial permanente de desconstrucción dialéctica, dialógica y dolorosa, en y desde nosotres mismes” (Dorry, 2020).

Las pequeñas historias desvelan grandes narrativas.

A continuación, les presentaré una breve experiencia que vivenciamos en el proceso de mis estudios doctorales.

Al ingresar a estudiar el doctorado en pedagogía crítica y educación popular, lo hice con la mayor soberbia posible divulgándolo por todos los medios (redes sociales), posterior a ello, me tomaba fotos con mis docentes de talla internacional con el fin de que, las personas amigas en las redes sociales, me vieran con qué personalidades me codeaba.

Lo anterior, sucedió por lo menos el primer año y medio de estudio hasta que conocí a dos profesores con mucha humildad, los cuales, nos pedían que no les llamáramos doctor, sino por su nombre, en esos momentos todavía no comprendía el por qué, hasta que le pregunté a uno de ellos y me contestó que, al decirle su nombre, anteponemos y construimos ciudadanía, mientras que si mencionamos el prefijo Dr. Estamos construyendo titulometría y eso pone obstáculos en el diálogo entre personas.

En el verano del segundo año conocí a uno de mis grandes maestros que, dejando de lado el aspecto intelectual abstracto de las pedagogías críticas y con base en las experiencias de la vida cotidiana, trabajamos entonces, las formas de opresión en la relación con los animales. En este marco, empezó a preguntar sobre el lugar donde tenemos a nuestros animales, la forma de darles la comida, puso de ejemplo de cómo nos relacionamos con el perro o el gato que tenemos en casa, si lo teníamos, claro, y si esta relación expresaba una relación de opresión o no.

Ante esto, empecé a pensar sobre que, a mis perritas les doy todas las noches de comer, las tengo viviendo en el patio, a veces las regaño porque me brincan encima, o bien, porque están ladrando mucho, las acaricio tras la puerta de malla, no pasa nada pensé, es normal. Sin embargo, cuando menciona otro ejemplo sobre si teníamos un estanque pequeño, por ego personal, con unas tortuguitas que dan vuelta en ese reducido lugar y que se dan de topes con la pared de cristal; mi maestro mencionó que allí se expresa una lógica de opresión, de pronto no resistí más y me solté a llorar.

El profesor me preguntó por qué lloraba, le respondí que con su comentario me había hecho recordar que, todos los días, mi niño de tres años me decía y preguntaba sobre eso, pero no lo había entendido, pensé que era necedad. Todos los días mi niño me preguntaba del por qué tenía a la tortuga encerrada, si la tortuga no era feliz allí, también me preguntaba, papá ¿por qué tenemos a las perritas encerradas en el patio si son parte de la familia? En esa ruptura paradigmática que tuve, sentí vergüenza, ya que eso mismo le estaba enseñando a mi hijo, por ello, cualquier proceso de desconstrucción es doloroso, pero muy necesario.

En este sentido, no quiero decir con esto que llegó el profesor con su varita mágica llamada pedagogía o teoría crítica y me transformó, sino que este proceso doloroso me sirvió para comprender que las relaciones de opresión y dominación las detentamos cada día de nuestra vida, las normalizamos y las enseñamos a nuetres hijes, en este contexto, el proceso de desconstrucción, a mi perspectiva, debiera ser permanente y constante.

De la narrativa anterior, quisiera profundizar sobre la formación del pensamiento crítico instrumentalizado que muchas escuelas universitarias y de posgrados forman desde las enseñanzas del análisis, reflexión, conocimientos y discursos de teorías y textos críticos y, que muchas personas las usamos bajo ciertos intereses individualizados, dicho de otra manera, a través de medios-fines, invisibilizando la parte política-social-colectiva.

En este marco, María Cristina Martínez Pineda y Emilio Guachetá Gutiérrez (2020) en su libro “Educar para la emancipación. Hacia una praxis crítica desde el sur”, realizan una crítica a la formación del pensamiento crítico desde los criterios “psicologistas y cognitivista” (pág. 34), los cuales, reducen la criticidad del pensamiento en meros “análisis de ideas y saberes enseñables” (pág. 35). Es decir, les formades en esta perspectiva muches somos buenes discursadoras desde el análisis de textos teóricos, sin embargo, carecemos de otredad y, carecemos de otredad porque anteponen nuestros intereses personales sobre los colectivos, carecemos de otredad por falta de un proceso de desconstrucción real, permanente y constante, carecemos de otredad por falta de una autocrítica de nuestra propia subjetividad, una subjetividad con características neoliberales construida de manera formal, no formal e informal. Esta carencia, hace que diste de la praxis trasformadora de la mayoría de les sujetes.

Al formar un pensamiento crítico instrumentalizado en nuestras subjetividades desde la cognición Martínez Pineda y Guachetá Gutiérrez (2020) mencionan que, la mayoría de les sujetes “no necesariamente desarrollan una preocupación real y vinculante con las condiciones negativas de la realidad social que generan explotación, exclusión, desigualdad y opresión”  (pág. 35) añadiendo que “ni provoca subjetivaciones que luchen por la emancipación de estas condiciones […]” (pág. 35), sin embargo, discursamos desde la intelectualidad, describimos y realizamos investigaciones y categorizaciones epistemológicas con mucha fluidez.

Sin duda, estos discursos se encuentran muy vinculados a los años que se le ha dedicado a la academia, a las investigaciones y, por lo tanto, a los títulos detentados en esos tiempos; estos títulos bajo la perspectiva del pensamiento crítico instrumentalizado provocan, en la mayoría de nosotres, una soberbia intelectual construyendo muros que distancian y fragmentan toda relación humana.

De manera que, esta soberbia intelectual, a su vez, genera en nosotres un sentido de superioridad sobre les otres y, cuando esta superioridad es amenazada, también nuestros intereses personales individualizados se encuentran amenazados, por tanto, el pensamiento crítico instrumentalizado busca todas las formas que se encuentre a su alcance para eliminar esa amenaza, lo peligroso es que, esa amenaza, es otra u otras personas.

De lo anterior, Juro Torres Santomé en su libro Políticas educativas y construcción de personalidades neoliberales y neocolonialistas, describe en uno de los rasgos sobre la subjetividad neoliberal lo siguiente: “vive obcecado con la búsqueda del interés propio y en constante competencia y comparación con otros” (Torres, 2017, pág. 71), es decir, ve a les otres como enemigues, por tanto, hay que eliminarlos a como dé lugar con el fin de conseguir, mantener y reclamar, en palabras del mismo autor “derechos y privilegios” (Torres, 2017, pág. 71 ) detentados en el transcurso de la vida académica-social. En este sentido, el pensamiento crítico instrumentalizado no dista de las subjetividades neoliberales, neocoloniales y conservadoras.

Del mismo modo, esta competencia, comparación y enemistad con les otres provoca, a su vez, lógicas de opresión que son gestadas al interior de las subjetividades con pensamiento crítico, el cual, se instrumentaliza, y se instrumentaliza porque el pensamiento crítico es usado como un medio para conseguir fines/intereses particulares e individualizados, en este marco “adopta una perspectiva utilitarista” (Martínez & Guachetá, 2020, pág. 44) que, por lo general, violentan de distintas formas a las que consideran amenazas.

Esta violencia es generada por la “incapacidad de ponerse en la piel del otro” (Torres, 2017, pág. 108) y por la vulnerabilidad en la que sentimos que nuestros privilegios son amenazados, por ello, buscamos formas de brillar apagando las demás luces, en especial, aquellas que son más intensas que las nuestras, en estos actos coercitivos es donde nuestros discursos pierden coherencia y, todo el palabrerío crítico, queda como las legislaciones educativas, según Torres Santomé (2017) “[…] palabras vacías, ambiguas, pero sin valor y poder real para incidir y transformar las realidades de injusticias […]” (pág. 54), es decir, quedan en lo abstracto y no le damos contexto en nuestra vida cotidiana.

Estas palabras huecas producidas por el discurso a través del pensamiento crítico instrumentalizado carecen de vivencias y dinamismo, es decir, de praxis, estas palabras son simplemente “categorías inertes” (Freire, 2005, pág. 26), estas distan de lo que hago, porque solo las digo y no las vivencio, y no las vivencio porque mis intereses son distintos a mis palabras; esta práctica es peligrosa porque nos lleva a un autoritarismo en la que muchas veces normalizamos cínicamente para controlar, oprimir y dominar,  evitando así el “sufrimiento” (Freire, 2010, pág. 113) de una autocrítica.

Esto se debe, según Martínez & Guachetá (2020), a la centralidad del pensamiento crítico únicamente a la cognición polarizando así “el carácter social y político” (pág. 42), en esta polarización aseveran que “pierden todas su fuerza […] como ejercicio de denuncia y emancipación del sujeto y de las condiciones sociales” (pág. 47), por lo tanto, es inherente que el pensamiento crítico se centre no solo en la cognición, sino que también en lo político, social, cultural, tecnológico y económico con el fin de analizar y reflexionar a partir de fenómenos y textos críticos y no críticos, desvelar las distintas formas de poder, dominación y opresión que detentamos en las relaciones humanas y, con otres seres vivos en la cotidianidad, posterior a ello proponernos formas de actuar, de vivir y de ser en consecuencia de lo que discursamos, para ser lo más o totalmente coherentes posibles.

Por todo anterior, Isabel Rauber citada por Lidia Fagale en (Rauber & Fagale, 2018, pág. v) asevera que “No habrá posibilidad alguna de superar la trampa cultural del modo de vida generado por el capital si no se rompe de raíz con la lógica de su funcionamiento”. En este marco, para empezar en el proceso de rompimiento de raíz del pensamiento crítico instrumentalizado y por ende de las subjetividades neoliberales, neocolonialistas y conservadoras que detentamos la mayoría, mencionaré algunas consideraciones finales al respecto:

  • Tengo que mencionar que soy un sujeto formado desde las perspectivas neoliberales, neocoloniales y conservadoras, por tanto, debo de realizar una autocrítica permanente y constante con el hito de identificar y nombrar cada una de estas características que ejerzo en mi vida cotidiana, pues, sino las menciono, no existen o las polarizo. Un acto similar de cómo la pandemia desnudó al sistema neoliberal, asimismo desnudarnos a nosotres mismes, aunque esto sea doloroso.
  • Ya que las identifico y las nombro, las investigo a profundidad no solo para tomar distancia a estas o para criticarlas, sino que también para empezar a actuar o a vivenciar de manera contraria, para que estas no sean palabras huecas, sino una verdadera praxis liberadora.
  • Que nuestros estudios academicistas los vivenciemos y nos ayuden a transformarnos a nosotres, para posterior apoyar con la mayor humildad posible a otres en hacerlo. Estos estudios sean para adquirir un compromiso con la sociedad en aras de la trasformación de sus condiciones y no una rivalidad.
  • Construir vínculos o alianzas con otres con el fin no de competir, sino de compartir, experiencias, conocimientos, responsabilidades, entre otras, con el mayor “respeto por el otro y no desprecio o humillación […]”(Torres, 2017, pág. 48) y en donde, el diálogo, sea parte fundamental de las relaciones con estas.

Referencias

Dorry, L. M. (27 de Septiembre de 2020). otrasvoceseneducacion.org. Recuperado el 29 de Octubre de 2020, de http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/361091

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.

Freire, P. (2010). Cartas a quien pretende enseñar. Buenos Aires: Siglo XXI.

Martínez, P. C., & Guachetá, G. E. (2020). Educar para la emancipación. Hacia una praxis crítica desde el sur. Bogotá. Buenos Aires: UPN. CLACSO.

Rauber, I., & Fagale, L. (2018). Descolonizar la subjetividad. Hacia una nueva razón utópica indo-afro-latinoamericana. La Habana: Instituto de filosofía.

Torres, J. (2017). Políticas educativas y construcción de personalidades neoliberales y neocolonialistas. Madrid: Morata.

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org/crisis-por-y-post-pandemia-las-transformaciones-en-nuestras-sociedades-y-las-desigualdades-preexistentes/

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IV Conferencia CLACSO Venezuela 2020. Mesa: «Elementos emergentes de la agenda educativa alternativa» (CII-OVE)

América del Sur/Venezuela/15-11-2020/Autor(a): OVE/Fuente: IV Conferencia CLACSO Venezuela 2020

El pasado 11 de noviembre en el marco de la IV Conferencia CLACSO Venezuela 2020, el Centro Internacional de Investigaciones (CII-OVE) presentó una mesa denominada «Elementos emergentes de la agenda educativa alternativa» con seis ponencias, de manera virtual, con base a algunas de las líneas de investigaciones que se han venido realizando actualmente.

COORDINADORA: Luz Palomino (directora CII-OVE)

RESUMEN: El Centro Internacional de Investigaciones «Otras Voces en Educación» centra sus investigaciones y formaciones en movimientos sociales, Educación popular y la virtualidad, todos estos espacios conectados por la comunicación alternativa, con el objetivo de generar una conciencia crítica de l@s ciudadan@s que garantice la defensa de la educación pública como derecho humano fundamental para todas y todos. Esta mesa se propone visibilizar las diferentes líneas de investigación y sus resultados que hemos trabajado un largo tiempo.

Mesa: «Elementos emergentes de la agenda educativa alternativa» (CII-OVE).

PONENCIA 1: «El papel del CII-OVE en la articulación de las resistencias pedagógicas internacionales «. AUTORA: Luz Palomino (directora CII-OVE).

PONENCIA 2: «Expresiones de las luchas legítimas en tiempo de pandemia COVID-19». AUTORA: Rose Mary Hernández (investigadora CII-OVE).

PONENCIA 3: «Comunidad Investigadora-Comunidad Transformadora». AUTORA: Lourdes Velásquez de Urbáez (investigadora CII-OVE).

PONENCIA 4: «El pensamiento crítico Instrumentalizado». AUTOR: Luis Miguel Alvarado Dorry (investigador CII-OVE).

PONENCIA 5: «OVE en Pandemia: del resguardo de la salud y la preservación de espacios públicos de debate». AUTORA: Mariángela Petrizzo (web máster e investigadora del CII-OVE).

PONENCIA 6: «La violencia de Estado desde una perspectiva feminista» AUTORAS: Comadres Púrpuras (CII-OVE).

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org/crisis-por-y-post-pandemia-las-transformaciones-en-nuestras-sociedades-y-las-desigualdades-preexistentes/

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Ante la pandemia: ¿Economía o salud?

Ante la pandemia: ¿Economía o salud?

¿Qué dicen las estadísticas ante esta terrible disyuntiva?

Entramos en la segunda ola de la pandemia de COVID-19 y tras haber sorteado como se ha podido la primera ola, hemos constatado la factura y fractura económica que ha implicado y, por lo tanto, nos permite pensar acerca del coste que implica parar la actividad económica para esta segunda.

Esto nos ha llevado al debate entre qué debe priorizarse, si la economía o la salud de cara a sobrevivir a lo que se nos viene encima. Se ha estado debatiendo sobre si las medidas de distanciamiento social tomadas por muchos gobiernos pueden generar un perjuicio económico desproporcionado en comparación con el coste en vidas humanas que deviene por la pandemia.

No son pocas las voces tanto políticas como académicas que se han levantado contra las medidas de confinamiento poniendo el acento en que podría ser peor el remedio que la enfermedad. Pero a su vez, también economistas académicos europeos se han mostrado a favor de estas medidas de extrema cautela.

Este terrible dilema entre proteger la salud o la economía entraña un problema ético de gran calado pues ¿podemos establecer un precio a la vida humana? Se han dado ya en la primera ola situaciones en las que, a modo de dilema del tranvía, el personal sanitario se ha visto abocado a tener que priorizar a quien asignar respirador y a quien no.

No obstante, si nos atenemos al comportamiento que han demostrado los diferentes países a lo largo del segundo trimestre del 2020, los datos ofrecen una lectura interesante. Our World in Data de la Organización Mundial de la Salud recoge datos en relación con el desempeño de los diferentes países ante la pandemia.

En el gráfico podemos confrontar para cada país el número de muertes confirmadas por Covid-19 por millón de personas frente a su tasa de crecimiento anual del último trimestre.

Sin tomar en cuenta otras posibles variables que pudieran mediar entre la irrupción de la pandemia y el desempeño de cada país, una relación en la que hay que decidir entre proteger la economía o la salud debería ser positiva.

Es decir, aquellos países con mejor desempeño en salud deberían mostrar peores resultados económicos, mientras que aquellos que optaron por lo económico, deberían tener un mayor número de muertes confirmadas por cada millón de habitantes. Eso implicaría un gráfico en el que los países se distribuirían en una diagonal creciente.

Pero no. Lo que apreciamos es lo contrario. Hay países que han preservado su economía y han gestionado la pandemia mejor en términos de salud como Polonia, Indonesia, Dinamarca o Taiwan y, en cambio, los hay que han sufrido una debacle como Reino Unido, España y Perú.

Se podría investigar si el comportamiento de los peores países podría estar correlacionado con la fortaleza o debilidad de cada sistema de salud pública en términos relativos, pero no parece que ni España ni el Reino Unido dispongan de sistemas de salud peores que la media.

En consecuencia, si partimos de la existencia razonable del dilema entre proteger la salud o la economía en el orden de gestión de la pandemia dentro de un país, pero se observa a nivel macroeconómico que entre países hay quienes protegen o desprotegen ambas dimensiones a la vez, debemos concluir, desde una perspectiva multinivel, que otras variables diferenciales y estructurales de cada país deben ser las que justifiquen la ubicación de cada país en una diagonal de pendiente positiva. Eso le permitiría moverse a cada país a lo largo de su propia diagonal.

Si asumimos como cierto esta idea, significaría que aquellos países que comparten posición a lo largo del mismo eje-diagonal, dispondrían de comportamientos, instituciones y estructuras similares de cara a afrontar la pandemia.

Por ejemplo, Japón e Indonesia dispondrían de elementos similares y luego cada uno asumiría si quiere estar más del origen del gráfico primando más la salud o más alejados primando más la economía.

En cualquier caso, ambos tienen una relación de intercambio entre variación entre PIB y variación del número de fallecimientos por COvid-19 similar (similar pendiente del eje-diagonal). Tanto Japón como indonesia y países similares, evitar la caída del PIB le cuesta un leve aumento de fallecimientos. 

Por otro lado, Francia e Italia compartirían el mismo eje-diagonal con el mismo sentido, pero con una tasa de intercambio entre Economía y Salud tal que para caer menos del PIB les cuesta más fallecimientos que en el caso de Japón e Indonesia.  En el caso de Alemania y Dinamarca esa tasa de sacrificio de salud en favor de la Economía es más baja que en Francia e Italia.

En cambio, en España y Reino Unido, dos de los peores países en su gestión frente a la pandemia, su estructura, comportamiento y funcionamiento de las instituciones diferenciales respecto de los anteriores países mencionados justificarían que la tasa de sacrificio de salud para lograr paliar la crisis económica es mucho más alta en términos de fallecimientos.

Este análisis no es concluyente, pero nos permite indagar y avanzar en las hipótesis del debate de cuál es la relación entre salud y economía frente a la pandemia y qué papel han jugado los diferentes gobiernos, instituciones y comportamientos diferentes entre países que justifiquen las diferencias en el desempeño para luchar contra la pandemia.

Deben quedar fuera del debate serio y experto las excusas de orden político que buscan eludir responsabilidades vendiendo eslóganes. Aunque ellos no lo quieran aceptar, nos jugamos mucho más que las próximas elecciones. Nos jugamos la vida.

Fuente de la Información: https://es.aleteia.org/2020/10/09/ante-la-pandemia-economia-o-salud/

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UNESCO: La educación emocional, clave para la enseñanza-aprendizaje en tiempos de coronavirus

La educación emocional, clave para la enseñanza-aprendizaje en tiempos de coronavirus

La pandemia del COVID-19 ha causado un fuerte impacto psicológico en la comunidad educativa y la sociedad en general. El cierre de los centros educativos, la necesidad del distanciamiento físico, la pérdida de seres queridos, del trabajo y la privación de los métodos de aprendizaje convencionales han generado estrés, presión y ansiedad, especialmente entre los docentes, el alumnado y sus familias, asegura la UNESCO en su informe Promoción del bienestar socioemocional de los niños y los jóvenes durante las crisis (2020).

Para abordar y contrarrestar la ansiedad social y la carga emocional que ha desatado el COVID-19 en la comunidad educativa es más necesario que nunca desarrollar habilidades socioemocionales entre el profesorado, las familias y sobre todo los y las estudiantes, afirman diversos organismos internacionales. Pero ¿cómo conseguir que la educación emocional sea una realidad tanto en tiempos de coronavirus como en circunstancias normales? En este monográfico, expertos y fuentes consultadas aportan propuestas para facilitar que la educación emocional esté cada vez más presente y se incluya de forma explícita en el currículum educativo.

La importancia de la educación emocional antes, durante y después del coronavirus

La educación emocional «es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitar para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social«, según la definen Rafael Bisquerra y Nuria Pérez, investigadores de la Universitat de Barcelona.

Toda crisis, desde guerras hasta pandemias como la que se vive actualmente por el COVID-19, conlleva fuertes respuestas emocionales negativas, como pánico, estrés ansiedad, rabia y miedo. Desarrollar en las personas habilidades de aprendizaje socioemocional ayuda a que las situaciones estresantes se aborden con calma y con respuestas emocionales equilibradas. Además, estas competencias permiten fortalecer el pensamiento crítico para tomar decisiones mejor informadas en la vida, señala la UNESCO.

«Si no se atiende al desarrollo emocional de forma apropiada, lo más probable es que haya un incremento de ansiedad, estrés, depresión, consumo de sustancias, comportamiento sexual de riesgo, impulsividad descontrolada, violencia, etc. Hay estudios que señalan esto desde antes del coronavirus, y en el contexto actual hay elementos que lo van a incrementar. La conclusión sería tomar conciencia de la importancia de la prevención. Lo cual pasa por una educación emocional que cumpla con los requisitos mínimos señalados por las investigaciones«, afirma por su parte Bisquerra, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB) en entrevista a Educaweb.

Asimismo, otros expertos en educación emocional coinciden en que las situaciones de miedo y estrés tienen un impacto negativo en la salud y la habilidad para aprender de todas y todos los estudiantes. Por ello, la Asociación Española de Educación Emocional advierte que el sistema educativo y todos los profesionales de la educación deben ser conscientes de que la enseñanza-aprendizaje solo podrá ser efectiva a partir de un equilibrio emocional y una salud mental adecuada del alumnado. De ahí la importancia de la educación emocional.

La educación emocional, ausente del currículum de todas las etapas

La educación emocional no figura en el currículum de ninguna etapa educativa en España. «La implantación de la educación emocional es claramente insuficiente, cuando no totalmente ausente, tanto en cantidad como en calidad», asegura Bisquerra.

Diversas investigaciones revelan que introducir explícitamente en el currículum la impartición de las habilidades socioemocionales tiene una fuerte correlación con un mejor desempeño académico. Además, la falta de educación emocional en los sistemas educativos puede dar como resultado pérdidas en la productividad de hasta un 29% del Producto Interior Bruto, advierte la UNESCO.

Por todo ello el organismo insta a los gobiernos a integrar el aprendizaje de competencias socioemocionales en toda la educación, formal, no formal e informal, y en todos los niveles, implantándolas como una necesidad en los objetivos fundamentales de la enseñanza-aprendizaje, y asignando tiempo suficiente en el currículum para su desarrollo. También recuerda que los programas de educación emocional eficaces deben ser científicamente rigurosos y empíricos, así como participativos e inclusivos.

En el proyecto de ley de la LOMLOE se menciona de forma explícita la necesidad de trabajarla en todas las áreas de la Educación Primaria y Secundaria. ¿Será este un indicador de que la educación emocional podría cobrar más protagonismo en el currículum?

Formación en educación emocional, necesaria para toda la comunidad educativa

Más allá de que la educación emocional forme o no parte del currículum, un factor esencial para que esta se desarrolle en el contexto educativo es contar con un profesorado bien formado, que sepa gestionar sus propias emociones y que esté preparado para que los y las estudiantes adquieran las habilidades socioemocionales necesarias para afrontar diversas situaciones.

No obstante, más del 90% de los y las docentes no han recibido nunca formación en educación emocional «de forma sistemática, fundamentada en las investigaciones científicas y suficiente en cantidad (tiempo) y calidad», asegura Bisquerra. «El profesorado que sí se ha formado, en general, lo ha hecho por su cuenta y riesgo, dedicándole tiempo, esfuerzos y presupuestos».

En ello coinciden también Xavi Corbella y Martín Merlo, docentes de la Fundació Siuriana, en su artículo para Educaweb, y señalan que, a diferencia de lo que sucede con las asignaturas ya existentes en el currículum, «la educación emocional implica más que un manejo teórico, involucra el manejo de las propias emociones y este punto no es trabajado en la formación curricular del docente».

Para mejorar la formación de los docentes en el ámbito socioemocional, la UNESCO hace las siguientes recomendaciones en su informe Promoción del bienestar socioemocional de los niños y los jóvenes durante las crisis (2020).

  • Incluir las habilidades socioemocionales en los programas de formación docente, tanto en la formación inicial como en la práctica de la docencia, y en programas de desarrollo profesional, a fin de abordar el estrés e impulsar las competencias emocionales y sociales en el aula.
  • Garantizar que los directores de los centros educativos asignen tiempo a los docentes para su formación socioemocional y les den la oportunidad de adquirir estas habilidades.
  • Promover la comunicación y la creación de redes entre docentes. Es decir, crear comunidades de prácticas entre el profesorado dentro de los centros educativos y entre escuelas distintas para fomentar el aprendizaje de las habilidades socioemocionales, el apoyo mutuo y el bienestar continuos.

Al respecto, Susanna Arjona BorregoMiembro de la Red de Expert@s del Col·legi de Pedagogs de Catalunya, señala en su artículo para Educaweb que «el momento nos reclama flexibilidad y creatividad. También la necesidad de crear red, cooperar entre todos los agentes educativos. Hoy, la gestión de cada centro, el equipo directivo y el director o directora como líder y gestor emocional de su equipo, es básico».

Asimismo, conseguir que el alumnado y el profesorado adquieran competencias socioemocionales no pasa solo por facilitar la formación docente en educación emocional, «y su consiguiente abordaje transversal en el currículo, sino que es igualmente necesario formar a las familias«, propone la orientadora educativa Laura Carpintero en su artículo para Educaweb.

De hecho, la evidencia obtenida en países afectados por crisis similares a la pandemia del COVID-19 indica que se pueden mitigar los efectos adversos del estrés y la ansiedad provocada por esta situación si los niños y las niñas tienen relaciones positivas con sus familias y con docentes que hayan logrado un buen manejo de las habilidades socioemocionales y que desarrollen actividades explícitas de aprendizaje socioemocional. «Esto facilita a los y las estudiantes sanar experiencias traumáticas y regresar a una vida normal», advierte la UNESCO. De ahí la importancia de que la formación en habilidades socioemocionales llegue a toda la comunidad educativa.

La alerta sanitaria, ¿una oportunidad para potenciar la educación emocional?

La alerta sanitaria constituye una oportunidad para que la educación emocional cobre importancia entre la comunidad educativa y las administraciones, coinciden los expertos. De hecho, diversas AMPAS, colectivos de docentes y grupos políticos han propuesto que en el próximo curso escolar se le dé más relevancia y se incluya en el currículum de todas las etapas educativas para que se imparta de forma sistemática y transversal lo antes posible.

La educación emocional está más presente a raíz de la pandemia, según las fuentes consultadas. Así lo indica que durante la crisis sanitaria se haya hecho hincapié, incluso desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en la necesidad de proporcionar herramientas de educación emocional a la comunidad educativa.

Por lo anterior, se han lanzado diferentes recursos y apoyo, entre ellos el proyecto Emocrea en casa, desarrollado por docentes de la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna. Emocrea (Educación emocional y creatividad) es la asignatura obligatoria que se ha establecido en Canarias desde 2014, y que a raíz de la pandemia ha tenido que desarrollarse a distancia creando materiales didácticos para trabajar las competencias emocionales desde los hogares, «para dar una respuesta inmediata a la necesidad de las familias y los y las docentes de paliar los efectos emocionales dañinos del confinamiento», señalan sus creadores.

La oferta formativa al respecto crece en formatos de programas de posgrados i másteres en el país y fuera, y se han organizado eventos virtuales alrededor de esta materia en tiempos de coronavirus. Como ejemplo se encuentra el ciclo de seminarios sobre inteligencia emocional en crisis que ofrece la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB), a los que se puede acceder a través de la página web de esta entidad.

Asimismo, existen diferentes proyectos educativos, iniciativas y redes de centros que, más allá de la pandemia, promueven la educación emocional. Se trata de proyectos de centro o incluso de comunidades autónomas.  Es el caso del programa Educación responsable de la Fundación Botín y la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria; o bien la Red Extremeña de Escuelas de Inteligencia Emocional. También existen recopilaciones de buenas prácticas de educación emocional en los centros escolares, como las de la Generalitat de Catalunya.

No obstante, hay que tener presente que, si bien se hacen esfuerzos por llevar la educación emocional a los centros educativos, esta solo será efectiva si cumple ciertas pautas. «Cuando se analizan con un poco de profundidad las prácticas reales se observa que no tienen la efectividad esperada. Muchas veces esto es debido a que no se cumplen los requisitos necesarios y a que todavía hay gente que cree que a cualquier cosa se la puede denominar educación emocional. Pero esto no es así», afirma Bisquerra.

Recomendaciones para que la educación emocional sea efectiva

Para una educación emocional efectiva, sea en un contexto de crisis o no, se necesitan los siguientes ingredientes, según los expertos y fuentes consultadas:

  1. Implantar la educación emocional explícitamente en el currículum de todas las etapas educativas y como parte de los objetivos fundamentales de la enseñanza-aprendizaje.
  2. Determinar las competencias socioemocionales a desarrollar en cada nivel educativo.
  3. Formar al profesorado en educación emocional, tanto en su formación inicial como en la permanente. Para que la formación tenga garantías de éxito es necesario que los y las docentes estén sensibilizados sobre la importancia de la educación emocional, además de aprender a gestionar sus emociones y así alcanzar también una salud emocional.
  4. Desarrollar actividades de educación emocional cuya eficiencia haya sido comprobada.
  5. Coordinar al profesorado para que la educación emocional sea un trabajo en equipo por parte de la comunidad educativa, incluyendo a las familias.
  6. Adoptar un modelo de educación emocional que sea a largo plazo y que cubra toda la escolarización, con técnicas activas, participativas y experienciales.
  7. Llevar a cabo un plan de evaluación de estos programas que permita analizar el impacto de su realización y obtener la información necesaria para la mejora de estos.

Fuente de la Información: https://www.educaweb.com/noticia/2020/05/27/educacion-emocional-clave-ensenanza-aprendizaje-tiempos-coronavirus-19205/

 

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