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El tiempo de la educación siempre es el presente

Por:  David Calderón

En el proceso de transformación educativa, las reformas a las leyes llevan su tiempo, pero no es ni lineal ni automático el paso del texto legal al cambio de prácticas en el aula. Así que se requiere de un sano y sensato equilibrio: ni esperar cambios mágicos, pues lo significativo requiere de perseverancia, ni –en el otro extremo– decir que hasta dentro de 25 años sabremos si el asunto funcionó.

No se les puede decir a las familias que sólo en el largo plazo la vida de sus hijos puede mejorar. La transformación educativa es un tema de “urgencia perseverante”: exigencia desde ya, pero continuada en el tiempo, sin desfallecer ni bajar las expectativas. Y eso implica una implementación educativa honesta y efectiva ya, desde hoy.

El tiempo de la educación siempre es el presente, es en el ahora. En estos momentos, en los que la corrupción, la impunidad y la seguridad ocupan casi todo el debate público, no se puede olvidar que dichos temas tienen la raíz de sus soluciones en la educación.

El ahora que estamos viviendo es ya de por sí convulso; pero además se acelera y se actúa en la prospectiva de la contienda electoral. Desde su arranque, hace ya más de 10 años, como Mexicanos Primero buscamos que el derecho de niñas, niños y jóvenes se ponga en el centro, en el primer lugar; se trata de poner su derecho a aprender primero. Y por eso, en la coyuntura electoral no podemos ser ajenos a ella y no vamos a serlo; queremos estar ahí por convicción y por identidad.

Somos y seremos, como iniciativa ciudadana, imparciales y apartidistas, pero nunca neutros. Estamos a favor de unos principios y propuestas, y en contra de otras. Y en las campañas nos expresamos. A nuestro juicio, la pasión con la queremos vivir hoy nos pone una alternativa: o nos echamos para atrás o nos echamos para adelante. Y la mejor manera para saber dónde es adelante son datos rigurosos y argumentos probados.

Así, hemos publicado La Escuela que Queremos (descargar sin costo en www.mexicanosprimero.org), un estudio que presenta 16 políticas públicas clave desde la aprobación de la reforma, en 2013, hasta el avance según el último dato al 12 de febrero de 2018.

La Escuela que Queremos nos ayuda a cumplir la misión de las expresiones de sociedad civil que, en el paso de una administración a otra, en el campo federal o bien de una gubernatura a otra, prevalezcan las políticas de Estado.

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El tiempo de la educación siempre es el presente

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Examen de admisión a licenciatura de la UNAM: Talento que se desaprovecha

Por: Roberto Rodríguez Gómez

La Universidad Nacional Autónoma de México es la institución superior más atractiva para los egresados del bachillerato. Cada año, una creciente demanda de acceso desborda las capacidades de cupo de la institución. La UNAM dispone para el primer ingreso al ciclo de licenciatura un total de cuarenta y nueve mil lugares, cifra que incluye la matrícula de los sistemas escolarizado, abierto y a distancia y que suma la inscripción en todos los campus y escuelas de la institución. De ese total más de la mitad es ocupado por los egresados del propio bachillerato de la Universidad: la Escuela Nacional Preparatoria y el Colegio de Ciencias y Humanidades. El resto, aproximadamente 23 mil lugares, se distribuyen a los egresados de otras opciones de enseñanza media superior que participan en el concurso de selección de la UNAM.

Mediante el mecanismo normativo de “pase reglamentado” los egresados del bachillerato de la UNAM pueden tener acceso directo al plantel y carrera de su preferencia siempre que satisfagan varios supuestos: haber terminado sus estudios en tres años y contar con un promedio mínimo de nueve puntos. Quienes concluyeron estudios en un máximo de cuatro años y tienen promedio de siete están sujetos al cupo disponible en las carreras, aunque se respecta el beneficio del pase directo. Este subconjunto debe solicitar admisión declarando una segunda opción para el caso en que no sean asignados a su primera preferencia. Por último, quienes egresan después del cuarto año con al menos siete de promedio tienen derecho a presentarse al concurso de selección, pero no cuentan con los beneficios del pase directo.

Bajo estas condiciones, no es de extrañar que en los planteles y carreras de mayor demanda el número de egresados del bachillerato de la UNAM limite las posibilidades de acceso de los egresados de otras instituciones, ya sean públicas o privadas. Como el número de aspirantes externos ha crecido notablemente —prácticamente se ha duplicado en la última década al pasar de cien mil a doscientos mil solicitantes— la calificación del examen de admisión requerida para obtener un lugar en la Universidad se ha elevado cada año.

La UNAM no determina desde su administración central el número de plazas escolares disponibles para el primer ingreso a licenciatura. Es una decisión descentralizada. En cada facultad y escuela, el Consejo Técnico, a propuesta del director, establece el cupo máximo de primer ingreso en cada carrera, así como el número de lugares disponibles para la vía del concurso de selección. Una vez que se conocen los resultados del examen de selección (se practican dos al año para ingreso a licenciatura), ingresan en orden de prelación, por su calificación en el examen, los primeros de la lista de aspirantes. Cubierto el cupo, el resto queda fuera. En este esquema, en cada carrera queda fijada una calificación de corte. Suele ocurrir que la misma carrera, en los diferentes planteles en que se imparte, tenga distintas calificaciones de corte.

La UNAM publica cada periodo el número de aciertos que posibilitaron el primer ingreso en cada carrera, plantel y modalidad el año previo. De ese modo los estudiantes pueden, en teoría, calcular sus posibilidades de ingreso y elegir lo que más les convenga según un balance de intereses y capacidades. Pero no es un cálculo simple, dado que algunas carreras presentan indicadores de corte superiores a cien puntos.

Obtener cien puntos o más en el examen de ingreso no es nada sencillo. La calificación promedio del total de aspirantes es de apenas 51 aciertos. Apenas uno de cada cien aspirantes consigue remontar esa barrera en los exámenes. En la última convocatoria poco más de tres mil aspirantes obtuvieron cien puntos o más en el examen. Lo sorprendente es que 640 de ellos no obtuvieron lugar al haber optado por carreras de alta demanda.

Para el ciclo 2017-2018 los datos del concurso de la UNAM indican que en 36 de los planes de estudios la calificación de corte, es decir el umbral de admisión superó los cien puntos. La mayoría de estos planes corresponden a la modalidad escolarizada de carreras que se imparten en las facultades de Ciudad Universitaria. Veamos la lista con la puntuación de corte entre paréntesis. De la Facultad de Ciencias las carreras de Actuaría (109), Biología (107), Ciencias de la Computación (105), Ciencias de la Tierra (102), Física (110), Física Biomédica (107), Matemáticas (104) y Matemáticas Aplicadas (107). De la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales las carreras de Ciencias de la Comunicación (106) y Relaciones Internacionales. De la Facultad de Odontología la carrera de Cirujano Dentista (103). De la Facultad de Derecho la carrera del mismo nombre (101). De la Facultad de Ingeniería, prácticamente todas las carreras: Civil (100), Minas y Metalurgia (105), Eléctrica y Electrónica (101), Computación (102), Industrial (102) y Mecánica (106). De Filosofía y Letras las carreras de Derecho y Gestión Interculturales (103), Lengua y Literatura Hispánicas (108), Letras Clásicas (103), Literatura Dramática y Teatro (104). De la Facultad de Medicina la carrera de Médico Cirujano (114), de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia la carrera de igual denominación (108), y de la Facultad de Química todas las carreras: Ingeniería Química (103), Química (106) y Químico Farmacobiólogo (109). Por último, de la Facultad de Psicología la carrera de Psicólogo (108).

En varios de los campus exteriores hay carreras que también exigen un puntaje superior a las cien unidades: Actuaría en la FES Acatlán (107); Artes Visuales (105), y Diseño y Comunicación Visual (106) de la Facultad de Artes y Diseño; en la FES Cuautitlán la carrera de Diseño y Comunicación Visual (101) y la de Medicina Veterinaria y Zootecnia (100). Por último, la carrera de Médico Cirujano en las dos unidades externas: FEZ Zaragoza (114) y FES Iztacala (111).
Conviene remarcar. En el concurso de selección más de seiscientos estudiantes, de los mejores que hay, quedaron fuera por falta de cupo. La UNAM no debería prescindir es este talento sino, al contrario, buscar formas para su integración a la institución.

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Examen de admisión a licenciatura de la UNAM: Talento que se desaprovecha

 

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How Minecraft is becoming the foundation of a generation’s computer science education

By: CHAD SAPIEHA

Minecraft: Education Edition will be one of the most popular modules at Hour of Code events around the world this week.

Like many adults, Benjamin Kelly didn’t initially get the global Minecraft phenomenon, which has seen millions upon millions of kids investing endless hours exploring and creating within a blocky virtual world. Eventually he came around.

“I consider myself a late adopter,” says Kelly, who teaches technology at Caledonia Regional High School in New Brunswick. “But the students’ passion for the game was unyielding. I adopted Minecraft mainly because of that.”

By “adopted” he means he not only began playing it himself but also brought the game into his classroom. In addition to the 120 million-plus copies of the consumer-oriented version that have been sold since the Swedish-made mining game launched in 2011, Microsoft Corp. has sold more than 2 million Minecraft: Education Edition licenses specially designed to help kids learn to code.

Once he started poking around the game he began to see its educational potential. “It offers community,” he explains. “Minecraft is so popular it’s a culture. And by adding the recent powerful coding connections to the game Microsoft has created the ideal computer science education environment.”

Minecraft: Education Edition allows kids to command an agent within the game using computer code, sending it off to perform actions such as mining, harvesting, or building while the player continues doing whatever he or she likes. It’s designed to provide a familiar and accessible environment in which to introduce kids to some of the core concepts of computer science while keeping things fun and creative.

“I’ve seen examples where coding has caused the agent to build entire cities with random building heights all while the student continues to explore the game,” says Kelly.

Once he began using Minecraft in his classroom there was no turning back. Kelly went on to become a Microsoft Innovative Educator Expert and a Global Minecraft Mentor. He was recently named New Brunswick’s Inspirational STEM Teacher of the Year for 2017.

Minecraft may be the single best educational tool available to support inclusion, universal design for learning, a wide variety of curriculum, and, most importantly, 21st century skills and competencies needed for successful lives and careers,” he says.

Kelly is just one of thousands of teachers now using Minecraft: Education Edition, and he’ll putting it to work again this week as part of the Hour of Code, a series of more than 100,000 teacher-planned educational events taking place in over 180 countries, with 3,000-plus events registered in Canada alone. Educators can choose from hundreds of ready-made tutorials sorted by grade and topics, many with prepared teacher notes. The student-led Minecraft module is, unsurprisingly, among the most popular of these programs.

Cam Smith, a spokesperson for Microsoft in Education Canada who has spent his entire career leveraging technology as a teaching aid (he built his first computer when he was 15), isn’t surprised that kids gravitate towards Minecraft as a portal to learning about computer science. He says nearly 70 million people have used Minecraft tutorials to understand the basics of coding.

Minecraft is a great first step into coding,” says Smith. “It’s an open sandbox environment that is already beloved by students of all ages, genders, and backgrounds around the world. It’s a powerful validation that coding can be a truly creative pursuit for students.”

But are kids actually learning anything by playing Minecraft in the classroom? Smith is convinced they are.

“I’ve seen first-hand the power of how a gamified learning approach to coding ignites curiosity and passion within students,” he explains. “I’ve spoken to educators and have seen students learn to code using Minecraft in classrooms across the country. Complimentary to learning to code, Minecraft: Education Edition helps kids with teamwork by building worlds together.”

Smith’s job has given him opportunity to see how Minecraft not only helps students learn about computer science, but also geography and architecture as kids recreate real world replicas of schools, provinces, and cities. He even once observed students building a river in Minecraft to study fish conservation.

And he’s looked on, satisfied, as Minecraft has nudged quiet students out of their shells. “I’ve seen Minecraft: Education Edition be an incredible tool for students to stand out where they might not be as vocal in the classroom,” he says. “Their work shines through building confidence and an interest in STEM learning.”

As a teacher, Kelly has seen these sorts of occurrences first-hand, too. He believes that Canadian universities are now being flooded with students in computer science and engineering who cut their coding teeth via Minecraft. He thinks even those who don’t go on to study STEM subjects benefit from spending time with Minecraft in the classroom.

“As our world becomes more and more globally competitive and robots take over countless careers, creativity will be a badge for employment,” he explains. “Minecraft is a giant sandbox only limited by the player’s creativity while at the same time fostering the growth of creative ability. The 21st century competencies will win careers moving forward in a world where knowledge is just a mobile device away. Computer science education – and Minecraft: Education Edition – prepare our students today for that future.”

Source:

http://calgaryherald.com/technology/gaming/how-minecraft-is-becoming-the-foundation-of-a-generations-computer-science-education/wcm/f18131f0-a3d4-4d78-a758-2794077de785

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La Escuela y la Industria Cultural ante el nuevo orden Mundial

Por: Gerson Gómez.

Si analizamos de manera dialéctica, la realidad educativa contemporánea, pudiéramos determinar que el producto cultural (estudiante) está sujeto a una formación pragmática donde converge la dinámica mercantilista, y el proceso enseñanza-aprendizaje, así como  la didáctica y la pedagogía se enmarcan en un segundo plano, y aún más alejado esta la conformación del pensamiento crítico.

Si bien es cierto, que existe una necesidad de formar para la vida en lo cotidiano en  el fomento de las democracias participativas y protagónicas, se requiere de redimensionar el perfil del Ciudadano del Siglo XXI, en donde el pensamiento interpretativo, complejo y analítico con percepción y versión  transformadora, vislumbre la acción de transformación del contexto y de crear condiciones con elementos en conjunto con un producto cultural más integral.

Esto implica, no solo atacar la dinámica socializadora  si no crear puentes que permitan generar una nueva dinámica y ampliar la percepción de contexto e involucrar al estudiante en una serie de actividades que pudieran serle útiles en la vida cotidiana.

Involucrar actividades que de una u otra manera pertenezcan al área de la industria cultural y por qué no lo referente a las  TIC, la televisión entre otros pudiera ser de alguna manera, un elemento innovadore, que permita fomentar la formación, en lo que al pensamiento crítico se refiere, en tal sentido planificar actividades que varíen el aula de clase, sacar provecho a las aptitudes y actitudes del  equipo de trabajo docente y del estudiantado, pudiendo convertir la dinámica escolar en un verdadero proceso transformador.

Hacer alusión a la flexibilidad y al pensamiento heterodoxo y relativista, sobre todo al atacar el conductismo que por tradición se ha convertido, en esencia del hecho educativo, deslastrarnos de dogmas que rigen el funcionamiento de la escuela tradicional, para dar paso a una escuela contemporánea adecuada a la dinámica y las exigencias de un mundo sobrecargado de información, en donde forjar un pensamiento y criterio propio de vida que permita convertirnos en ciudadanos para asumir la dinámica globalizadora, que redimensiona el perfil de lo individual y lo colectivo para asumir los conceptos de  productividad y  competitividad en términos administrativos con mayor eficiencia y eficacia en  los oficios y profesiones que les toque afrontar.

La geopolítica mundial, asoma hasta ahora una dinámica de desarrollo supeditada a un nuevo polo Económico con La China Continental, con un liderazgo indiscutible, secundados por Rusia y Estados unidos de América con el aparato militar industrial más portentoso hasta ahora conocido, La India y Brasil  con una dinámica de desarrollo, que proporcionan excelentes perspectivas, las políticas educativas nacionales, deben estar adecuadas a la dinámica que determina la implosión de lo local  en pro de las necesidades de los mercados emergentes, el caso venezolano, como productor de materias primas por tradición debe  reorientar la dinámica geográfica, originada de la dinámica petrolera, fomentando el  rescate la agricultura y la cría y  por qué no la contextualización y adecuación del parque industrial que esta fuera de contexto y de adecuación para fomentar empleo y crecimiento económico.

Ya que por tradición, nuestra productividad ha estado vinculada a actividades del sector primario, el rescate de la cultura, cafetalera y cacaotera con  fines de exportación. Modernizar la planta industrial y fomentar la inversión tanto nacional como extranjera, requiere de un venezolano con nueva mentalidad emprendedora y con nuevos ideales, que indiscutiblemente requiere de una renovación del discurso Cívico-militar que promueva una nueva dinámica Económico-social.

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La Relevancia Sociocultural de la Transformación Curricular desde la Afectualidad Infantil en Indoafrolatinoamérica

Iliana Lo Priore (*)

Para nuestros efectos, el currículo puede ser conceptualizado como un dispositivo o mecanismo discursivo agenciador y regulador, reproductor o transformador, que configura la articulación de saberes –significados y sus representaciones (formas imaginarias de realización y contextos evocadores de los significados)–, prácticas y relaciones de poder en las instituciones escolares con el propósito de incidir en la conformación y control disciplinarios o normalizadores (sujeción a normas), u objetivación, de los cuerpos de los  educandos y educadores, según los requerimientos ideológico-culturales o simbólicos establecidos en la retórica discursiva (leyes, reglamentos, normativas, políticas educativas, pedagógicas, didácticas, evaluativas, etcétera) por el poder estatal o estado-docente de una nación o país en un contexto y momento históricos dados de Indoafrolatinoamérica. Por consiguiente, el currículo no es un dispositivo técnico neutral como pretende presentarlo la concepción tecnocrática de la educación.

Al optar por llamar a nuestra región continental Indoafrolatinoamérica (Díaz Piña, 2018), lo hacemos atendiendo a que somos producto principalmente de la procedencia histórico-antropológica de tres etnias y no de una sola: la indígena originaria diezmada genocidamente, la africana cazada, esclavizada, y transplantada forzosamente, ambas indignificadas hasta  en su mixtura todavía hoy, y la latina europea invasora y colonizadora de la primera “globalización”, mejor, globocolonización, como lo sugiere Dussel (1994)  en el texto 1492:El encubrimiento del otro.

La referencia que hacemos de la condición ética de las dos primeras etnias y sus mezclas  resultantes, no es casual, por cuanto de  la resistencia que presentaron a su sojuzgamiento derivaron culturalmente formas de socialidad  afectivas solidarias, fraternas y defensivas entre ellas, y que subyacen hoy como modos de relacionamiento en los sectores populares ante el riesgo disociador del individualismo competitivo invasivo, que son antecedentes histórico-culturales inobviables a la hora de comprender el sentido de la afectualidad educativa que proponemos como forma de resocialidad empática en el presente (Ver artículos al respecto de Lo Priore, 2018).

Apple (1986) en su investigación sobre el origen y difusión del currículo, publicada en su texto Ideología y currículo, da cuenta de la procedencia histórica del dispositivo curricular. Según él, el currículo surgió en los EE.UU. con relación al control social y la reproducción simbólica de una comunidad, entendida ésta socioculturalmente como homogénea respecto de valores ideológicos, ya que la clase media de esa específica comunidad se sentía amenazada por su aparente disgregación y pérdida de poder, ante la inminente migración de nuevos empresarios competitivos y de inmigrantes europeos y afrodescendientes.  Quienes eran portadores de otras ideologías que pudieran desplazarla. Para ello, un grupo de intelectuales de su clase formaron el primer grupo de curriculistas, en el cual destacaron Franklin Bobbitt y W.W. Charters, con el expreso propósito de propiciar medios para reproducir la ideología con la que se identificaban a través de la educación escolar.  Luego el dispositivo curricular se extendió al ámbito nacional, y después, hacia Indoafrolatinoamérica por medio de acciones institucionales de sus organismos internacionales y sus difusores ideológicos como Hilda Taba y otros.

Dicha homogeneidad cohesionadora, nos hace relacionarla paralelamente por su semejanza con las nociones de gubernamentalidad y de tecnologías de gobierno o de seguridad en Foucault (2006).  Para éste la gobernación de la población, no se trata principalmente de dominar a otros de manera abierta y directa por la fuerza o la coacción física del Estado y sus aparatos institucionales de gobierno, sino de dirigir invisiblemente su conducta de una manera eficaz que cuente con su consentimiento, lo cual presupone la “libertad” de quienes deben ser gobernados.  Una gubernamentalidad capaz de crear un ethos a través de técnicas de gobierno, en este caso, el currículo, que presupongan unas condiciones de aceptabilidad en las cuales la población sometida se imagina libre, a pesar de que los fines y medios de su actuación conductual sean definidos por otros, los que tienen el  poder gubernamental.

Para Bernstein (1998), el currículo es configurado con la finalidad de reproducir simbólicamente el tipo de sociedad dominante por medio de principios o reglas de poder y control a los que llama códigos. Estos códigos, regulan y modulan los cambios curriculares en el proceso de transmisión sociocultural de representaciones y significados que las instituciones escolares realizan a través de prácticas discursivas y no discursivas. Define al código como un principio regulador implícito de subjetivación que selecciona e integra significados relevantes y las correspondientes representaciones de las formas de su realización con sus contextos evocadores.

Él propone diferenciar entre dos tipos de códigos condicionados que la división en clases sociales, y  el proceso cultural de socialización inicial  de la familia, los grupos de pares y la comunidad de origen, induce tendencialmente en los niños y niñas: el código elaborado y el código restringido. El primero, da acceso a órdenes de significados y representaciones universalistas o que están menos ligados al contexto, como es el caso prevaleciente en las instituciones escolares, mientras que los segundos, dan acceso a órdenes de significados particularistas o que están más ligados a un contexto específico, como es el caso de las comunidades populares.  Estos códigos se refieren a las reglas subyacentes de interpretación y sentidización que regulan la orientación hacia un orden de significados y representaciones que sustantivan una cultura de conformidad con el contexto sociocultural de clase, étnico, etcétera, que se trate.

La orientación codificada hacia los significados y representaciones considerados relevantes es reproducida de modo prevaleciente en las escuelas por medio del currículo, excluyendo o subordinando a los no-relevantes, coincidiendo éstos últimos, con los populares, ya que la reproducción se hace en términos de relaciones  referenciales privilegiados/privilegiantes, en el sentido de que su acceso es mediado por el poder y el control respectivamente en una escala dominantes/dominados, y en el sentido de que sus contextos están también  jerárquicamente demarcados. Las relaciones de significación y representación  privilegiantes otorgan estatus y  jerarquía  discursiva a quienes las enuncian o textualizan, y quienes no lo hacen, son relegados discursivamente o excluidos, indignificándolos socio-culturalmente de esa manera.

Bernstein (ob. cit.) agrupa a los distintos componentes o factores intervinientes en el proceso de reproducción escolar con el término genérico de categorías (agencias, agentes, discursos, sujetos, contextos y otros).  La relación entre categorías la define bajo la noción de clasificación, haciendo referencia a su jerarquización y a los nexos entre ellas, y a las relaciones dentro de las categorías, las denomina con el término enmarcación, refiriéndose a los factores posicionados en cada una de las categorías y a las vinculaciones entre sí.  Agrega el señalamiento de que la clasificación regula las relaciones de poder entre discursos y entre sujetos, manteniendo distintos grados de distanciamiento entre ellos; mientras que la enmarcación regula las prácticas comunicativas entre las categorías.

Ambos conceptos, clasificación y enmarcación,  regulan las jerarquías y las interacciones en los currículos, tanto dentro de las categorías que lo componen como entre ellas de modo fuerte o débil.  Si la clasificación es fuerte o rígida, existe un aislamiento muy marcado entre categorías. Si la enmarcación es fuerte o rígida, hay un acentuado posicionamiento en cada categoría.  Pasa inversamente cuando la clasificación y la enmarcación son débiles o flexibles.  Cuando ocurre lo primero, Bernstein (1994) califica al currículo como agregado, y cuando es lo segundo, lo denomina, integrado.  Desde esta perspectiva queda evidenciado que la intersubjetividad y el favorecimiento de un clima relacional afectivo  docente-niño/niña-estudiante y entre estudiantes es propiciado por una clasificación y un enmarcamiento débil o flexible, o currículo integrado, pese a su posible instrumentalización funcional curricular desnaturalizadora por la prevalencia de las semióticas pedagogizadas de la significación y de las representaciones correspondientes en el proceso educativo escolar.

La semiotización en el desarrollo infantil es analizada por Guattari (1996). Él utiliza las categorías de semiótica asignificante y semiótica significante para tratar los componentes semióticos que contribuyen a producir la subjetividad, teniendo en cuenta la obra de Stern (2005), El mundo interpersonal del infante. Es de aclarar que las semióticas asignificantes no significan o representan, pero inducen en los cuerpos resonancias sintientes y sentidizadoras dentro de sí,  por ejemplo, los casos de las experiencias vivificadoras individuales o colectivas con la música o la danza; siendo un caso-tipo la fiestas populares, donde se fusionan los cuerpos  animados por los deseos de expresarse libremente de manera placentera junto con los otros, así lo describe Joan Manuel Serrat en su famosa canción Fiesta, en la que “gentes de cien mil raleas” comparten su pan y su vino, y bailan,  donde transitoriamente “se olvidan que cada uno es cada cual”.  En esa obra de Stern (ob. cit), la subjetividad pre-verbal se expresa a través de semióticas simbólicas asignificantes en una relación problemática y complicada con la máquina social lingüística o semiótica significante.  Esa subjetividad pre-verbal, pre-cognitiva o pre-individual, que subyace a todos los modos de subjetivación, es encubierta e ignorada.  Antes de la adquisición del lenguaje, los niños y niñas construyen activamente formas de percibir, de expresarse y de experimentarse a sí mismos en el mundo por medio de una semiotización no verbal diversificada y diferenciada.

El texto de Stern (ob. cit.),  socava la supuesta unidad del sujeto al enumerar la multiplicidad de “sís” o “yoes”, de relaciones y de afectos pre-verbales que lo constituyen.  Él distingue tres sentidos de sí.  Un sentido de sí emergente, de sí nuclear y de sí intersubjetivo que preceden la aparición del sentido de sí verbal.  El sentido de sí, en los tres primeros casos, no significa un concepto de sí, ni un conocimiento de sí, ni una conciencia de sí ya que esas experiencias no son traducidas o expresadas por el lenguaje, la consciencia o la representación.  Los distintos sentidos de sí, anteriores al sentido lingüístico de sí, no constituyen etapas pero si son niveles de subjetivación o vectores de subjetivación no verbales que se manifiestan en el transcurrir de la vida de manera paralela con el habla y la conciencia.

La relación consigo mismo presupone un posicionamiento ante los otros y lo otro que es existencial o afectivo antes de ser lingüístico o cognitivo, y que es el centro de la subjetividad. Más aún, es a partir de ese núcleo asignificante que podrá haber significación y lenguaje.  Este asunto tiene implicaciones importantes  ya que sobre esa subjetividad asignificadora que perdura a lo largo de la vida, actúa el emplazamiento del poder-saber instrumentalizador o razón funcional; por ejemplo, el poder mediático, que trata de manipular para producir efectos virtuales digitalizados de dependencia consumista de un saber informacional instrumentalizado (semióticas significantes reductoras) que no implica sabiduría informativa, al contrario, paradójicamente, puede sr desinformación, constituyendo alienadamente lo que hemos denominado en otros textos, el sujeto informacional, –sujeto, por sujetado–, a través de los afectos, las percepciones,  los ritmos, los movimientos, las duraciones, las intensidades y otras semióticas asignificantes.  Aquí se trata de la neutralización del agenciamiento de un acontecimiento frente a lo contingente  (la posible creación de lo impensado o no-significado desde la semiótica asignificante por un colectivo de enunciación autopoiético que lo significa o resignifica), por vía de imponer lo establecido o ya significado (Ver Agenciamiento autopoiético y colectivos de enunciación en educación en Lo Priore y Díaz Piña publicado en OVE).

Asimismo ocurre con la imposición de la lógica  que regula la economía política mercantil del tiempo y del espacio implicados en la comunicación instrumental a través de plataformas digitales fijas o móviles, se impide la comunicación real entre “emisores y receptores” al restringir los intercambios de los interlocutores a envíos y reenvíos de textos-mensajes de emisión rápida y breves o cortos codificados primordialmente, ya que la auténtica comunicación implica la recreación de los significados y representaciones emitidos con mayor duración y más extensión por los comunicantes en su interacción enunciativa (Maturana y Varela, 2003), porque  potencialmente de ese modo se resignifica y rehace al nombrar o renombrar imaginariamente, el acontecimiento de otro mundo posible, y de su realización (Freire, 1985) . Se actúa tratando de  controlar y modular los efectos de subjetivación y des-subjetivación de las semióticas asignificantes o afectivas por parte del poder-saber tecnologizado bajo el control de la gramática del lenguaje digital y los nodos transnacionales  del tráfico infocomunicacional instrumental.

Una afectividad asignificante y no-reprepresentacional, que por el contrario, es necesario liberar de su reductora y manipulada privacidad o privatización, potenciando su publicidad (en términos de lo público, lo que a todos concierne) y redefiniéndola como afectualidad, estado de resonancia inter y transubjetivo en tanto apertura corporal a la capacidad de afectar y ser afectados, alterados y transformados intensamente  por los flujos  relacionales o empáticos de otros cuerpos, para fundamentar nuevas relaciones sociales de convivencia. Con la finalidad de transformar la predominante sociedad mundializada por la implacable “globalización”, mejor globorrecolonización, en crisis estructural por su modelo (contra)civilizatorio vigente  industrialista-extractivo-depredador consolidado por vía de la acumulación-desposeedora   de los indebidamente llamados recursos naturales y humanos (¿bienes y seres  convertidos en “recursos” para beneficio de quienes?) y la  decadente humanidad actual donde impera el temor y la desconfianza disociadores, inducidos por los poderes interesados en la desunión, ante el otro, los otros y lo otro.

Una estrategia para neutralizar, ordenar y normalizar o disciplinar la acción de las semióticas  asignificantes de la inquietud de sí por saber de niños y niñas (deseo de experienciar sobre sí mismos individual y grupalmente para vivir los saberes-otros bajo nuevas y diversas formas instituyentes, no convencionales o instituidas, para convivir sensiblemente o sentir-ser y no tan solo “para saber”, con base en sus diferenciadas infancias), que exceden las significaciones dominantes en la escuela ya que no son saberes referenciales  exteriores para sí, esto es, los significados y sus representaciones instituidos como “legítimos”, pero ajenos a las infancias, por ser de quienes tienen poder de significación curricular, consiste en jerarquizar estos últimos privilegiadamente en el currículo explícito o en el currículo oculto (Torres, 1998). Ajenidad de los saberes debida principalmente a su falta de sintonía afectiva o energética con las inquietudes de sí por saber, o con las disposiciones inmanentes a su habitus (Bourdieu y Passeron, 2008),–esquemas perceptivos, de pensamiento y acción–, y códigos socioculturales bernsteinianos de las diferenciadas infancias, heredados y adquiridos por su condición de clase social, étnica, género, etcétera; y que no se resuelve con tan solo instrumentalizar estrategias didácticas o de aprendizaje que provocan aprendizajes mecánicos o memorísticos-repetitivos ya que exige la sintonización con las semióticas asignificativas para lograr realmente aprendizajes significativos, por paradójico que pueda parecer.

Relación con los saberes legitimados como privilegiados-privilegiantes, que debe ser invertida por la trans-formación curricular desplazando las reglas de clasificación invisibilizadas u ocultas en la retórica discursiva y haciendo prevalecer las reglas de enmarcación débil y flexible bernsteineanas, para favorecer las resonancias afectuales inter o transcorporales, encuentros o agenciamientos de afectación de alta intensidad de los cuerpos por los flujos energéticos o vibratorios densos de empatía que los hacen reconocerse y fusionarse en planos trascendentes más allá de las convergencias afectivas o desafectivas de baja intensidad, al salir de sí para ser junto con otros cuerpos.  La subjetivación asignificante o afectual funciona fuera de la conciencia y  expresa la matriz existencial de la corporeidad (todo lo que el cuerpo puede hacer desde su inmanencia energética trascendente) desde la que se asimilan las experiencias a partir de las cuales surgen  pensamientos, formas percibidas, actos identificativos y sentimientos verbalizados.  Es un reservorio en el cual toda experiencia creativa puede prosperar.  Reivindicando que todo acto de aprendizaje de los cuerpos en última instancia, depende de los sentidos de sí que se forman en la niñez.

Guattari (ob. cit.) indica que es desde estas subjetividades de sí articuladas como universo protosocial, de carácter pre-verbal, que son  adquiridos los caracteres familiares, étnicos, de clase, etcétera, a modo de inconsciente cultural por medio de la comunicación contigua o intersubjetiva. Comunicación por contigüidad que se da primordialmente activando los “sís” o “yoes” preverbales asignificantes para establecer sintonía afectiva. No hay que olvidar que la intersubjetividad es condición básica para la supervivencia socializada y la transubjetividad o transcorporalidad es determinante para la afectualidad vitalista con/ por los otros.

Para resumir y concluir, hemos considerado la relevancia que puede tener la trans-formación curricular si se revierten  las reglas de clasificación y de enmarcación  del currículo agregado o de relaciones de poder y de saber (significados y representaciones dominantes escolarmente en los currículos explícitos y ocultos) sobre las semióticas asignificantes o afectivas reprimidas o contenidas que constituyen energéticamente la corporeidad trascendente de los niños y niñas. Semióticas corporales que pueden ser potenciadas por medio del currículo integral para desarrollar las condiciones favorecedoras del despliegue de la afectualidad en cuanto potenciación trascendente del modo de relacionamiento afectivo, por medio de propiciar pedagógicamente estados de resonancia intersubjetivas o transubjetivas de afectación empática de/por el otro-los otros-lo otro.

Con el propósito sociocultural que debe dar horizonte de sentido  a la educación infantil, consistente en incidir favorablemente en el cambio social de las naciones indoafrolatinoamericanas a través de impulsar los tipos de relaciones de carácter convivencial o vivificadoras, frente a la decadencia agónica  que expresan significativamente en la crisis estructural que atraviesan. Participando en la emergencia de una socialidad que se anuncia como empatía posmoderna ante el agotamiento y crisis disociadora de la Modernidad, y que puede servir a la  refundación  de nuevos vínculos  de la vida en común.

Referencias

Apple, M.  (1986).  Ideología y currículo.  Madrid: Editorial Akal.

Bernstein, B.  (1994).  La estructura del discurso pedagógico. Clases, códigos y control. Vol. 1.Madrid: Editorial Morata-Paideia.

—————-  (1998).  Pedagogía, control simbólico e identidad. Madrid: Ediciones Morata.

Bourdieu, P. y Passeron, J-C.  (2008).  La reproducción. Madrid: Editorial Popular.

Díaz Piña, J. (2018). Indoafrolatinoamérica: La educación entre los muros erigidos y el eterno retorno de la voluntad trágica para derribarlos. En: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/269081.

Dussel, E.   (1994).   1492: El encubrimiento del otro.  La Paz: Plural editores-CID.

Foucault, M.  (2006).  Seguridad, territorio, población: Curso en el Collége de France (1977-1978). Buenos Aires: Editorial FCE.

Freire, P.  (1985).  La importancia de leer y el proceso de liberación. México: Siglo XXI Editores.

Guattari, F.  (1996).  Caosmosis. Buenos Aires: Editorial Manantial.

Lo Priore, I. (2018).  La afectualidad como potencia social de los cuerpos para educarlos en una convivencia alternativa. En: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/269983.

Lo Priore, I. (2018). Resignificación de la afectividad infantil en la educación como base de sustentación y expansión de la socialidad empática. En: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/269074.

Maturana H. y Varela, F.  (2003). El árbol del conocimiento.  Buenos Aires: Editorial Universitaria.

Stern, D.  (2005).  El mundo interpersonal del infante. Buenos Aires: Editorial México Paidós.

Torres, J.  (1998).  El currículo oculto. Madrid: Ediciones Morata.

 

* OMEP, Capítulo Venezuela / Red Global-Glocal por la Calidad Educativa  / Universidad de Carabobo.

Correo: ilianalopriore11@gmail.com

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Educación para la democracia

Por Carlos Ornelas.

Es tiempo de campañas políticas; mucha gente quiere hacerle llegar sus propuestas a los aspirantes a la Presidencia y, si no se puede, a los postulantes a puestos menores. Estoy convencido de que la mayoría de los proyectos que personas y organizaciones presentan a los candidatos son ejercicios en optimismo. No los van a leer, menos a tomar en cuenta. Hoy hago una maniobra de otra índole. Me pregunto cómo pudiera ponerse en práctica —a partir de lo existente— un gobierno democrático de las escuelas.

La educación para la democracia transita por el gobierno democrático de las escuelas (Dewey dixit). Complemento: el gobierno es política, no nada más administración. Con todo y que repruebo el uso de la palabra gobernanza, ciertos de los razonamientos expuestos en el Capítulo V del Modelo educativo para la educación obligatoria que propone la SEP abren la puerta —o al menos ofrecen la oportunidad— para ampliar la deliberación democrática en la base del sistema, en cada escuela. El Modelo asienta una estrategia de arriba hacia abajo.

Sin embargo, casi de inmediato despliega la posibilidad de franquear ese trazado al destacar que: “El nuevo esquema que coloca la escuela al centro del sistema educativo no sólo supone un cambio en la gestión y en la pedagogía, sino que implica una transformación cultural de la mayor relevancia, en la cual se subordina todo ejercicio de la autoridad al aprendizaje de los estudiantes”. De acuerdo, es oferta, no realidad.

En lugar de nada más criticar esta propuesta, pienso que vale la pena tomar en serio la idea de colocar la escuela al centro de la política educativa. Veo una coyuntura para poner en práctica la estrategia que propuso Jacques Delors, en su célebre, La educación encierra un tesoro: “La participación de la comunidad local en valorar necesidades por medio del diálogo con las autoridades y grupos interesados en la sociedad es una primera, esencial, etapa para ensanchar el acceso y mejora de la educación”. El desafío consiste en cómo involucrar al mayor número de maestros que conciban a la democracia como un ejercicio de la crítica y la acción libre.

Impugno la idea de que hacer huelgas, marchar por las calles y sitiar a las autoridades son acciones democráticas. La defensa de la educación pública —no de intereses de grupo o salvaguarda de privilegios— es más eficaz con un trabajo profesional. Los maestros la deben practicar —lo hacen ya en cierta medida— con su acción en la escuela y en las relaciones cotidianas con sus pares, alumnos y padres de familia; también con las autoridades inmediatas, pero no con un talante de subordinación, sino de respeto. La jerarquía, en las relaciones democráticas, no desaparece, pero se basa en la deliberación.

Ésa es una aspiración para el plazo largo. No obstante, ese vencimiento se compone de términos breves. El requisito previo es desmantelar la hegemonía del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, acabar con su temple vertical y autoritario que se funda en su estructura nacional. En lugar de la afiliación obligatoria, implantar sindicatos libres donde los maestros funcionen en libertad sustancial para elegir a sus representantes y actuar en su profesión. El gobierno, cualquier gobierno, no atentará contra el SNTE, liberarse del yugo corporativo es una tarea de los maestros mismos.

No me hago ilusiones, abogo por un proyecto democrático para la educación nacional, pero conozco las barreras que impone el corporativismo. El sindicalismo libre es el antídoto contra el autoritarismo y un instrumento clave del gobierno democrático de las escuelas. No me engaño con la idea de que el cambio democrático venga de arriba, por eso no me preocupa si los candidatos a cualquier puesto de elección popular no leen mi pieza.

Fuente del artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/educacion-para-la-democracia/1232555.

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Escritos Pedagógicos. Tólstoi y la Escuela de Yásnaia Poliana

Españ / 15 de abril de 2018 / Autor: Miguel Ángel Ruiz Domínguez / Fuente: Yosoytuprofe

León Tolstói, considerado uno de los más importantes autores de la literatura universal,  nació en el seno de una familia aristocrática, de madre condesa, Mariya Tolstaya y padre conde Nikolái Ilich Tolstói. Cursó estudios de Derecho y Lenguas Orientales en la Universidad Estatal de Kazán, pero abandonó pronto sus estudios. Tras la Guerra de Crimea alcanza una gran popularidad tanto en Rusia, su tierra natal, como en el resto del mundo. Entre sus obras destacan “Los Cosacos” (1863), “Guerra y Paz” (1865), “Ana Karenina” (1875), “La muerte de Iván Illich” y “Resurrección” (1899).

En su juventud, su naturaleza inquieta le llevó a realizar varios viajes por Europa interesándose por conocer el sistema educativo occidental. Tras su regreso a Rusia, Tolstói terminó poco convencido de lo que había visto en su viaje y, con espíritu revolucionario,  decide fundar en 1859 la escuela Yásnaia Poliana en su finca para los hijos pobres de los campesinos.

Es en esta escuela donde desarrolla el análisis sobre la cuestión pedagógica que se desarrolla en las páginas de este libro “Escritos Pedagógicos, Tolstói y la Escuela de Yásnaia Poliana”. Un análisis cualitativo, con alto grado de subjetividad, donde relata, casi con actitud narrativa, los acontecimientos y vivencias de la escuela.

En estas páginas podemos observar los principales rasgos de su creación marcada por un matiz profundamente humanista. Esta obra, pese a tener un destacado carácter pedagógico, es una carta abierta al mundo. De este modo, sus seguidores literarios podrán encontrar de nuevo a Tolstói en su pura esencia, con la misma limpieza en la mirada, con la capacidad de descripción de la naturaleza humana en su plenitud.

Su particular forma de leer el mundo, vinculada a los primeros cristianos e influida fuertemente por Rousseau, le llevó a mantener una postura altamente libertaria, con un sentido práctico de la no violencia y el respeto por la libertad y la  individualidad. De esta forma, se apuesta por la no obligatoriedad en la asistencia a la escuela e incluso a realizar o no las actividades que el maestro proponía si así el alumno lo veía conveniente.

Buscaba encontrar caminos del aprendizaje estuvieran libres de opresión. Entendiendo así que la “educación” entendida hasta el momento era un mecanismo de alineamiento del individuo, de adoctrinamiento en aquello que consideramos bueno.

“La educación es la acción coercitiva y forzada de una persona sobre otra con el fin de transformarla en lo que consideramos bueno; la formación, en cambio, es la relación libre entre individuos sobre la base de la necesidad de uno de adquirir conocimiento y de otro de transmitir lo que sabe.” Pág. 225

 

En este sentido, no apuesto por una metodología fija. Deja libertad plena también al maestro para que encuentre sus propias herramientas, desde la pasión por aquello que hacen, la honestidad y la entrega.

 

El mejor maestro será aquel que tenga cada vez a mano la solución para el problema que haya frenado a un alumno.” Pág. 335

 

De igual modo, encontraremos al Tolstói inquieto, aquel que se sorprende con la capacidad del ser humano desde la inocencia, desde la pureza, además del reflexivo, preocupado por encontrar una sociedad con un sentido de la justicia elevado y culto.

 

“He aquí la cuestión que no hemos podido llegar a resolver: para que el pueblo se instruya, es imprescindible que este tenga la posibilidad y el deseo de leer buenos libros, los buenos libros están escritos en un lenguaje que el pueblo no comprende; para aprender a entenderlos se debe leer mucho; para tener ganas de leer se debe poder comprender… ¿Dónde está el error? ¿Qué hay que hacer para salir de esta situación? Pág. 119

 

Les invito a leer sus obras, todas. Pero si las novelas se les hacen muy largas y están deseando acercarse a su trabajo, este libro es una buena manera de comenzar la lectura de una de las mayores figuras de la historia.

Fuente del Artículo:

Escritos Pedagógicos. Tólstoi y la Escuela de Yásnaia Poliana

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