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Las deudas abiertas de Hamburgo

Por: Alberto Acosta

Compromisos en extremo generales, con muy escaso contenido concreto, caracterizan la declaración de clausura de la cumbre del G-20 en Hamburgo. Más allá de las tradicionales lecturas y análisis sobre los resultados obtenidos, que arrancaron apenas se despidieron los gobernantes de los países más poderosos del mundo, quedó absolutamente claro que en algunos puntos no se avanzó nada y en otros los problemas fueron ignorados olímpicamente.

En el tema de los acuerdos ambientales de París, los EEUU mantuvieron su posición y el cuestionado gobernante turco anticipó que su parlamento no ratificaría dichos acuerdos. Esto es lamentable para la Humanidad. Lo que se logró en la capital francesa a fines del 2015 era muy tibio. Lo que impulsa Donald Trump es grave: no solo más de lo mismo, sino más de lo peor…

Otro asunto es el relativo al endeudamiento externo. Esta cuestión afecta críticamente a 116 países en todo el mundo, como se desprende del informe anual de la organización alemana erlassjahr.de. Una situación que se explica sobre todo por el sistema imperante, que ha transformado históricamente a la deuda externa en una herramienta de dominación de las grandes potencias. Es lamentable que en este punto, cuando parecía haber algunos avances en la pasada reunión de ministros de finanzas del G-20 también en Alemania, en la ciudad hanseática ya no se dijo nada. Recordemos que en marzo del presente año, en el conocido casino de Baden-Baden, los ministros de finanzas hablaron de un esquema referencial: Operational Guidelines for Sustainable Finance, que se esperaba serviría para normar de alguna manera la concesión de créditos.

A la final de tanta palabrería en la cumbre organizada por la canciller Angela Merkel sabemos que los problemas no solo que seguirán siendo los mismos, sino que, con seguridad, aumentarán. Aceptémoslo, junto a la deuda externa financiera, emergen y se consolidan otras deudas, también externas: las deudas social y ecológica. Y todas esas deudas demandan nuevas y creativas luchas democráticas, al margen de la sinrazón destructora de unos cuantos que con su miopía alimentan y hasta dan pábulo para que se “justifique” la violencia estatal en todas sus formas.

Conocemos la miseria y la pobreza que provocan las crisis de la deuda financiera externa y lo que ocasionan las políticas fondomonetaristas para intentar -casi siempre inútilmente- resolverlas. Esos impactos sociales configuran una enorme deuda social, en la que los acreedores de la deuda financiera son los deudores de la deuda social. A la par, las grandes potencias económicas deberían asumir su corresponsabilidad por los destrozos provocados a la Naturaleza, en otras palabras deben aceptar y pagar su deuda ecológica.

No se trata simplemente de una deuda climática. La deuda ecológica encuentra sus primeros orígenes con la expoliación colonial –que empezó con la extracción de recursos minerales en Potosi o con la tala masiva de los bosques naturales, por ejemplo–, se proyecta tanto en el “intercambio ecológicamente desigual”, como en la “ocupación gratuita del espacio ambiental” de los países empobrecidos por efecto del estilo de vida depredador de los países industrializados.

Aquí cabe incorporar las presiones provocadas sobre el medio ambiente a través de las exportaciones de recursos naturales –normalmente mal pagadas y que tampoco asumen la pérdida de nutrientes y de la biodiversidad, para mencionar otro ejemplo– provenientes de los países subdesarrollados, exacerbadas por los crecientes requerimientos que se derivan de la aperturismo comercial a ultranza y por el servicio de la propia deuda externa financiera. La deuda ecológica crece, también, desde otra vertiente interrelacionada con la anterior, en la medida que los países más ricos han superado largamente sus equilibrios ambientales nacionales, al transferir directa o indirectamente contaminación   (residuos o emisiones) a otras regiones sin asumir pago alguno.

A todo lo anterior habría que añadir la biopiratería, impulsada por varias corporaciones transnacionales que patentan en sus países de origen una serie de plantas y conocimientos indígenas. En esta línea de reflexión también caben los daños que se provocan a la Naturaleza y a las comunidades, sobre todo campesina, con las semillas genéticamente modificadas, para mencionar otro ejemplo. Por eso bien podríamos afirmar que no solo hay un intercambio comercial y financieramente desigual, sino que también se registra un intercambio ecológicamente desigual, que resulta desequilibrado y desequilibrador.

La crisis provocada por la superación de los límites de la Naturaleza nos conlleva necesariamente a cuestionar la institucionalidad y la organización sociopolítica. Tengamos presente que, “en la crisis ecológica no solo se sobrecargan, distorsionan agotan los recursos del ecosistema, sino también los ‘sistemas de funcionamiento social’, o, dicho de otra manera: se exige demasiado de las formas institucionalizadas de regulación social; la sociedad se convierte en un riesgo ecológico” (Egon Becker). Este riesgo amplifica las tendencias excluyentes y autoritarias, así como las desigualdades e inequidades tan propias del sistema capitalista.

Ante estos retos, la tarea radica en el conocimiento de las verdaderas dimensiones de la sustentabilidad y en asumir la capacidad de la Naturaleza de soportar perturbaciones, que no pueden subordinarse a demandas antropocéntricas. Una nueva ética para organizar la vida misma es cada vez más necesaria. Se precisa reconocer que el desarrollo y el progreso convencional nos conducen por un camino sin salida. Los límites de la Naturaleza, particularmente exacerbados por las demandas de acumulación del capital, están siendo superados de manera acelerada.

La labor parece simple, pero es en extremo compleja. En lugar de mantener el divorcio entre la Naturaleza y el ser humano, hay que propiciar su reencuentro, algo así como intentar atar “el nudo gordiano” roto por la fuerza de una concepción de vida depredadora y por cierto intolerable, especialmente desde la implantación de patrones civilizatorios de corte patriarcal.

La economía debe subordinarse a las demandas de la sociedad y de la ecología. El ser humano antes que el capital, implica, a la vez, que el ser humando debe vivir en armonía con la Naturaleza. Por una razón muy simple, la Naturaleza establece los límites y alcances de la sustentabilidad y la capacidad que poseen los sistemas para auto regenerarse, de las que dependen las actividades productivas y sociales. Es decir, que si destruye la Naturaleza se destruye la base de la economía y de la sociedad misma.

Escribir ese cambio histórico, es decir el paso de una concepción antropocéntrica a una socio-biocéntrica (en realidad se trata de una trama de relaciones armoniosas vacías de todo centro), es el mayor reto de la Humanidad. Un reto que no será enfrentado por el G-20, que configura una suerte de gobierno global de los poderosos interesados en defender sus privilegios, un gobierno legitimado exclusivamente por el poder de unas pocas naciones.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229227

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Chile: Educación superior; Cinco puntos críticos para el Senado

Por: Raúl Figueroa Salas

El Senado tendrá la responsabilidad de enmendar en su esencia el proyecto de ley, lo que requiere tiempo, capacidad de escuchar y, sobre todo, una mirada de largo plazo que ponga el bien del país por sobre el cálculo político mezquino.

Luego de un año de discusión y ante el inminente despacho del proyecto de reforma a la educación superior desde la Cámara de Diputados al Senado, las críticas a su diseño se mantienen. La urgencia que plasmó el Gobierno en su discusión, que tuvo como símbolo una trasnochada sesión de la Comisión de Educación y un fugaz paso por la de Hacienda, no ayudó a despejar las dudas respecto de su alcance, tanto en lo que a responsabilidad fiscal se refiere como respecto del freno que puede significar para el desarrollo futuro del sistema de educación superior.

El Senado tendrá la responsabilidad de enmendar en su esencia el proyecto de ley, lo que requiere tiempo, capacidad de escuchar y, sobre todo, una mirada de largo plazo que ponga el bien del país por sobre el cálculo político mezquino.En un esfuerzo por sintetizar los aspectos más sensibles en los que debiese estar el foco del debate, a continuación se esbozan cinco puntos críticos que requieren ser abordados.

Lo primero es el déficit que la gratuidad, eje principal del proyecto, genera en las universidades. Durante el 2016 esta política, cuya implementación se inició mediante la Ley de Presupuesto, significó para 15 universidades un déficit de 20 mil millones de pesos, que sólo aumenta en la medida que la política se amplíe a jóvenes de familias con más ingresos. De hecho, de acuerdo a una estimación de Acción Educar ese déficit se incrementa en $4.000 millones si la gratuidad se amplía al sexto decil socioeconómico. El impacto en calidad de la pérdida que se genera es evidente y, aunque el Gobierno anunció recientemente cambios en la forma de calcular las transferencias de recursos a las universidades, nada permite señalar que el proyecto asegure una medida concreta para resolver esta situación adecuadamente.

Un segundo aspecto crítico dice relación con el excesivo costo fiscal que la gratuidad universal implica y el carácter regresivo de la política que se propone. De acuerdo a las estimaciones del Gobierno, esta política tiene en régimen un costo de US$ 3.600 millones al año, correspondiente a un 1,2% del PIB, lo que podría aumentar considerando que, como se dijo, genera por diseño un déficit en las instituciones de educación superior y, consecuencia de ello, una presión constante porque el Fisco se haga cargo de suplir con recursos esa falencia. Pero no sólo es una política cara, sino que además es injusta en cuanto a la distribución del gasto público; cuando la gratuidad universal esté en régimen, el Estado estará destinando prácticamente el doble de recursos en los estudiantes provenientes del 20% más rico de la población en comparación al 20% de menos recursos.

En tercer lugar, el proyecto que está por aprobarse en la Cámara de Diputados implica un control estatal excesivo que se contrapone a la necesaria autonomía que se le ha reconocido históricamente a las universidades. Este control se manifiesta en la atribución que se entrega al aparato estatal para fijar los precios y las vacantes del sistema que, paradójicamente, se traduce en restricción de cupos para los más vulnerables y, por ende, en estancar las mejoras en equidad en el acceso a la educación (materia en la que Chile tiene el mejor lugar de Latinoamérica). En la misma línea, la fijación de precios restringe la capacidad de las instituciones de desarrollar iniciativas complementarias y pone un límite a la calidad de sus proyectos.

Un cuarto punto dice relación con la homogenización del sistema y la pérdida de diversidad que ello implica. El nuevo sistema de aseguramiento de la calidad que se propone conlleva el riesgo de alterar la esencia de determinados proyectos educativos, forzando a todas las instituciones hacia un modelo de universidad compleja difícil de alcanzar. El desafío que tenemos es contar con proyectos de calidad, pero reconociendo la diversidad que facilita que cada joven, con inquietudes y capacidades distintas, encuentre un espacio de desarrollo. La tantas veces nombrada fijación de precios también influye en la inconveniente homogenización de los proyectos, ya que obliga a las instituciones a adecuarse a un modelo teórico de universidad que el Estado utiliza para asignar los escasos recursos disponibles.

Por último, el proyecto en comento tiene diversas disposiciones que entran en conflicto con la Constitución y que, de no resolverse, deberán zanjarse en el Tribunal Constitucional, tal como ya ocurrió con la glosa presupuestaria mediante la cual el Gobierno está impulsando la gratuidad. En términos generales, los aspectos del proyecto que chocan con la Constitución son los que limitan la autonomía de las instituciones de educación superior, tanto en la forma en que se pueden organizar como respecto de las operaciones que pueden llevar a cabo. Además, se aprecia un excesivo control estatal sobre ellas y una mirada restrictiva de la diversidad de los proyectos educativos, que no es compatible con el tratamiento que la Constitución le da a la libertad de enseñanza.

 

Raúl Figueroa Salas, director ejecutivo Acción Educar

Fuente: http://ellibero.cl/opinion/educacion-superior-cinco-puntos-criticos-para-el-senado/

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El lento despertar de un líder único

Por: Jesús Aller

Reseña de “Malcolm X. Una autobiografía contada por Alex Haley”

El libro vio la luz en 1964, un año antes del asesinato de Malcolm X, y fue resultado de más de cincuenta entrevistas que concedió al veterano escritor y periodista Alex Haley, famoso por el bestseller Raíces, quien se encargó luego de seleccionar el material y dar forma a la obra, aunque la revisión final de la mayor parte de ésta corrió a cargo del propio Malcolm. El interés del libro es enorme pues muestra en detalle la biografía y la lenta maduración del pensamiento de un personaje esencial de las luchas negras de los 60’ en Estados Unidos, un líder inteligente y carismático que no dejó apenas obra escrita. La versión española es de Capitán Swing (2015, trad. de César Guidini y Gemma Moral).

Primeros años: la experiencia

Malcolm vino al mundo en 1925 en Omaha (Nebraska), séptimo de los ocho hijos de Earl Little, un ministro baptista, y cuarto de los que éste tuvo con Louise Norton, una mulata antillana nacida de una violación. Su padre militaba en la UNIA de Marcus Garvey, que predicaba el retorno a África como respuesta a la segregación. La familia vivió después en Milwaukee y en Lansing (Michigan), donde en 1929 su casa fue quemada por la Legión Negra, una variante del Ku Klux Klan. Los bomberos miraban mientras se consumía, y luego la policía se afanó sólo en buscar la pistola con que su padre había disparado a los incendiarios. Dos años más tarde Earl Little fue asesinado por blancos segregacionistas, final que también tuvieron cinco de sus hermanos.

Empieza entonces una época aún más difícil. Con demasiadas bocas que alimentar, la madre se derrumba y en 1937 ha de ser internada en un psiquiátrico. Malcolm, adoptado por una familia amiga, gana fama de gamberro y con trece años es enviado a un centro de rehabilitación en Mason (Michigan), donde estudia en un instituto y trabaja de lavaplatos. No hay muchos negros en su entorno y los blancos suelen ser amables con él, pero no deja de sentirse una especie de mascota a la que no se atribuyen plenas capacidades humanas. Es una época marcada por el orgullo de ser uno de los primeros de la clase, el empeño de mantener la relación con sus hermanos y dramáticas visitas a la madre internada.

En el verano de 1940 visita a su hermanastra Ella, bien situada en Boston. Allí descubre que los negros pueden llegar a realizarse como personas en América mucho más de lo que había visto hasta entonces, pero esto mismo hace que de regreso en Mason, la escasez de horizontes le deprima. Al terminar el curso, logra que Ella se lo lleve con ella a Boston. El libro nos ilustra sobre la compleja sociedad negra de Nueva Inglaterra, dividida entre la marginación y una aceptación a medias que Malcolm acabará percibiendo como una traición. Tras conseguir trabajo de limpiabotas en la sala de baile Roseland, lustra los zapatos de gente como Benny Goodman, Duke Ellington o Count Basie, al tiempo que hace sus pinitos como alcahuete y pequeño traficante. Como no podía ser menos, conoce los placeres del güisqui y la marihuana, compra a crédito y se estira y tiñe el cabello.

Buscando nuevos horizontes, “Red”, que es como nombraban al apuesto mulato pelirrojo en que se había convertido, deja los betunes por la bandeja de camarero. Baile y chicas son su pasión, y sus crueldades con ellas terminan distanciándolo de Ella. Tras el ataque a Pearl Harbor encuentra trabajo vendiendo bebidas y helados en los trenes que van hacia el sur, y pronto se establece en Harlem, que se convertirá en su hogar. Despedido del tren por su mal carácter, viaja a Lansing, donde sus trajes y modos causan furor y hasta firma autógrafos. Más tarde, de camarero en Harlem, conoce en la barra la historia del barrio y se gradúa magna cum laude en un curso teórico sobre las formas más variadas de delincuencia. La galería de tipos que describe no tiene desperdicio.

Cuando es despedido por ofrecer una prostituta a un soldado de permiso que resultó ser un espía del ejército, el que ya es apodado “Red de Detroit” comienza a proveer de marihuana a sus amigos músicos. Así vive unos meses hasta que, hostigado por la policía, decide utilizar su tarjeta de empleado del ferrocarril para viajar por el país suministrando hierba a las orquestas de gira. Sólo tres cosas le aterrorizan en esta época: la cárcel, el trabajo o el ejército, y cuando es convocado a la oficina de reclutamiento, monta un hilarante número de paranoico polidrogadicto con el que consigue ser declarado inútil para el servicio.

Corre 1943 y Red, expulsado de los ferrocarriles tras una trifulca, se convierte en ladrón y atracador, usando cocaína para ponerse en forma. Tras un susto, trabaja en la lotería clandestina y luego en las apuestas, haciendo de guía para blancos adinerados que buscan experiencias especiales en Harlem y traficando con güisqui de matute. Las drogas arrastran a Red en su irrealidad destellante, y tras un viaje al filo de la muerte, es rescatado por un amigo que lo lleva a Boston. Allí pronto organiza una banda de desvalijadores de casas, reclutando para ello a Sophia, una rubia que es su amante desde su primera época en la ciudad y otros conocidos viejos y nuevos. Dan unos cuantos golpes, pero pronto son detenidos.

La conciencia

En febrero de 1946 Malcolm es condenado a diez años de cárcel. Comienza a cumplirlos en Charlestown, donde es “Satanás”, un inadaptado que blasfema y reniega de todo hasta que un compañero de reclusión respetado por sus conocimientos consigue animarlo a estudiar: inglés, latín. Pronto es capaz de escribir cartas legibles y más o menos correctas. En 1948 es trasladado a Concord, y a finales de ese mismo año, por influencia de Ella, a la colonia penitenciaria de Norfolk, de régimen mucho más laxo.

En Norfolk, a través de su hermano Reginald, llegan a oídos de Malcolm las doctrinas de Elijah Muhammad, el mensajero de Alá, líder de la Nación del Islam: El hombre negro fundó la civilización, pero fue sometido con toda clase de violencias por el hombre blanco, una raza diabólica creada por selección genética. Esta raza finalmente ha falsificado la historia y ha lavado el cerebro del hombre negro. El cristianismo es la religión impuesta a los negros, que les obliga a aceptar su postración y a adorar a un dios extranjero, de piel blanca. El islam es la religión que libera al hombre negro, destinado a derrotar en breve la maldad de sus opresores. El objetivo político de Elijah no es la integración en la sociedad blanca que defienden la mayor parte de los líderes negros, sino la creación de un estado propio para los negros americanos.

Estas ideas producen una conmoción en Malcolm, que ve en ellas la respuesta a todas sus preguntas. “Durante los años siguientes estuve en soledad casi total. Nunca había estado tan ocupado. Todavía me maravillo del modo en que cambié de mentalidad, mis viejas costumbres caían en el vacío como la nieve se desliza de los tejados. Era como si alguien -a quien yo no conocía muy bien- hubiera vivido del delito. Y me sorprendía cada vez que recordaba mi anterior personalidad.” Necesita expresar lo que siente y escribe cada día a Elijah, que a veces le contesta. Su afán de aprender no tiene límites, y devora los libros de la biblioteca. La historia universal le transmite como un leitmotiv la maldad esencial del blanco que ha esquilmado y oprimido a todos los pueblos del planeta. Decide dedicar su vida a propagar esta verdad.

Malcolm es liberado en 1952 y se establece en Detroit, donde vive con su hermano Wilfred y su familia, también conversos al islam. En septiembre viaja a Chicago y allí conoce personalmente a Elijah Muhammad. A partir de entonces se vuelca en el proselitismo y cambia su apellido paterno “Little” por la “X” que simboliza su auténtica y olvidada estirpe africana. Comienza a dirigirse a la comunidad en las reuniones semanales y en el verano de 1953 es nombrado ministro ayudante del templo. Sus desgarradas arengas expresan la revuelta contra siglos de opresión y mentira. Pronto decide dejar su trabajo y dedicarse por entero a predicar sus ideas. Su primer logro es reclutar tantos fieles en Boston como para abrir allí un templo. Su hermanastra Ella asiste conmovida a los sermones, pero tardará cinco años en convertirse.

Su siguiente destino es Filadelfia, donde consigue inaugurar otro templo, y después es nombrado ministro del de Nueva York. La ciudad es un reto difícil, pero trabaja las calles y sabe agudizar la contradicción de los negros cristianos, que practican la religión que los blancos les impusieron y consolida su opresión. Gracias en gran parte a los esfuerzos de Malcolm, la Nación del Islam progresa mucho en esta época, con nuevos templos en Springfield, Hartford y Atlanta. En 1956, Elijah pone a su disposición un Chevrolet para sus continuos desplazamientos. El libro nos instruye sobre los usos, dogmas y rituales de unos musulmanes atípicos, que por ejemplo no admitían una vida después de la muerte, en abierta contradicción con el Corán.

En enero de 1958 Malcolm se casa con Betty X, enfermera y seguidora también de la Nación del Islam; la primera de las seis hijas que tendrán nace ese mismo año. El siguiente, la firmeza de los musulmanes ante un caso de brutalidad policial en Harlem aumenta enormemente su popularidad y pronto programas de televisión y estudios académicos analizan el movimiento. La cólera del blanco contra los que “incitan al odio” no se hace esperar. A este respecto dice Malcolm: “Qué sentido tiene que el blanco pregunte al negro si le odia? Es como si el violador o el lobo preguntaran a sus víctimas: ‘¿Me odias?’ El blanco carece en absoluto de autoridad moral para acusar de odio a nadie.”

Ágil y correoso, debate con periodistas muchas horas y pronto su voz es conocida en todo el país, mientras las universidades más prestigiosas se disputan como orador al “demagogo de moda”. Contra los negros que defienden la integración, afirma que es insensato, además de imposible, integrarse en una sociedad en decadencia, abismada moralmente y condenada a la destrucción. Donde quiera que lo llamen, transmite fielmente las enseñanzas de Elijah Muhammad, que ahora viaja en su avión privado para presidir los actos multitudinarios de la Nación del Islam.

Madurez interrumpida

La relación de Malcolm X con la Nación del Islam se terminó rompiendo. Había sufrido una gran decepción cuando supo que Elijah Muhammad, apóstol de la honestidad, iba dejando un reguero de secretarias embarazadas y amedrentadas, pero siguió cumpliendo sus cometidos con plena dedicación. En esa época, su rol esencial en el movimiento despertaba la envidia de otros dirigentes, y al fin, tras el asesinato de J. F. Kennedy, el líder lo condenó a noventa días de silencio por un comentario bastante anodino sobre la responsabilidad última del clima de violencia que vivía el país. Le ayudó en este trance su amigo Cassius Clay, que invitó a toda su familia a Miami, donde preparaba el crucial combate contra Sonny Liston. Malcolm fue su guía espiritual esos días y en la hora crucial en el Convention Hall de la ciudad, donde conquistó el cetro de los pesos pesados.

Pronto llegan a Malcolm noticias de los primeros complots de sus viejos compañeros de lucha para asesinarlo, y sólo entonces toma la decisión de volcar toda su energía en forjar un movimiento, no exclusivamente musulmán, que pelee por los derechos humanos del negro americano con mucha más contundencia y proyección política que la Nación del Islam. Al mismo tiempo, comienza a plantear la liberación de la comunidad de color en términos de autodeterminación, y no de separación territorial, como había defendido hasta entonces. Realiza un primer acto en el centro de Harlem, en el hotel Theresa, donde planea fundar una mezquita, pero la complejidad de la situación creada lo anima a peregrinar a la Meca en busca de inspiración.

Tras visitar El Cairo, donde queda sorprendido de la pujanza industrial que observa, vive con entusiasmo los ritos seculares de la ciudad sagrada, rodeado siempre del afecto y admiración de todos hacia el famoso “musulmán norteamericano” amigo de Cassius Clay. El rey Faisal lo admite en audiencia y lo exhorta a predicar en Occidente una versión auténtica del islam, fiel a sus fuentes originarias. La solidaridad de razas existente en el mundo musulmán le hace ver con claridad que la fraternidad entre los seres humanos es posible. El odio al blanco deja paso entonces al odio a unas estructuras de explotación, y el islam se convierte para él en el instrumento más idóneo para alcanzar esa hermandad entre todos los hombres.

El viaje continúa luego con intensas visitas a Nigeria y Ghana, donde Malcolm toma conciencia de la importancia de mantener una comunicación sincera y afectiva con los líderes negros africanos, pues estos sin duda trabajarían por el fin de la segregación en los Estados Unidos si fueran conscientes de su brutalidad. Ve allí también en acción la nueva esclavitud que imponen los que codician las riquezas de aquellas tierras, y comprende que las de las dos orillas del Atlántico son en realidad manifestaciones de una única y eterna lucha de liberación.

De regreso en Estados Unidos, Malcolm X es usado como cabeza de turco durante las revueltas negras de 1964 y 1965 y acusado de instigar a las masas a la violencia. Él por su parte defiende el derecho de los oprimidos a combatir con todos los medios disponibles, al tiempo que condena el sustrato ideológico de los opresores, el cristianismo, que ha impuesto el racismo en todo el planeta. Se convierte de este modo dentro del movimiento por los derechos civiles de los negros, que alcanzaba su clímax en aquel momento, en el polo opuesto a la noviolencia que preconizaba el reverendo Martin Luther King.

Malcolm X, consciente de los riesgos de su lucha, nunca pensó que fuera a llegar a viejo, pero en sus últimos meses sentía la inminencia del final. Fue ésta una época marcada por una actividad frenética para difundir sus ideas y hacer progresar la organización política que había fundado, demasiado violenta para unos y moderada en exceso para otros, y por un acoso implacable por parte de la Nación del Islam, que incluyó un ataque a su casa con bombas incendiarias. Por fin, el 21 de febrero de 1965, cuando se disponía a hablar en el Audubon Ballroom de Manhattan, varios hombres se levantaron de la primera fila y le dispararon “en lo que parecía un pelotón de fusilamiento”. Murió casi instantáneamente.

El arsenal de la memoria

En un epílogo de la obra Alex Haley nos narra sus primeros contactos con Malcolm X cuando aún militaba en la Nación del Islam, la gestación de los artículos sobre él, de la famosa entrevista en Playboy de mayo de 1963 y finalmente de la propia autobiografía. Ésta arrancó con dificultad, pero la paciencia y el buen hacer de Haley consiguieron que los recuerdos de la niñez, del hampa y de la cárcel se convirtieran en una catarsis para el líder ajetreado y absorbido por las trifulcas cotidianas, al tiempo que dejaban para la posteridad un testimonio único de superación y lucha contra la alienación del ser humano.

Leyendo el libro descubrimos a un hombre que gustaba de averiguar la etimología de las palabras y cuya mayor emoción fue cuando los hermanos lograron sacar a su madre del manicomio y que viviera con la familia de uno de ellos; alguien capaz de meter la pata y reconocerlo luego, como cuando declaró alegrarse de la muerte de más de cien norteamericanos blancos de Georgia en un accidente de avión en París. El afán de perfeccionamiento y autocrítica de alguien siempre consciente de sus limitaciones fue la clave de su éxito como comunicador, sin olvidar su inteligencia, su indomeñable voluntad y su enérgica y hábil dialéctica.

Malcolm X supo trascender el instinto de supervivencia del delincuente del gueto y alcanzar una percepción lúcida de la explotación sufrida por la población negra. Y esta visión no hizo más que aquilatarse a lo largo de su corta vida, con el rechazo a cualquier forma de racismo y la búsqueda de tácticas políticas integradoras basadas en el activismo y la presión implacable desde la calle. En Harlem, que fue su universidad, aprendió lo esencial: que es la gente al final la que ha de sacar sus propias castañas del fuego, pero le hubiera gustado volver a otra donde saciar el enorme afán de saber que llevaba consigo.

Aunque desapareció demasiado pronto, su vida nos aporta lo que tal vez más necesitamos, un ejemplo soberbio de progreso y coraje.

Fuente: Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

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Venezuela: La oposición redobla la apuesta

Por: Atilio Boron

Sólo espíritus ingenuos pueden desconocer que la oposición venezolana está instrumentando una estrategia a dos puntas para derrocar al presidente constitucional de ese país. Un sector optó por desatar la violencia en sus variantes más aberrantes como forma de instalar la imagen de una “crisis humanitaria” -producto del desabastecimiento planificado de productos de primera necesidad y la orgía de ataques, saqueos, “guarimbas”, incendios a personas vivas y atentados con “bombas molotov” a escuelas y hospitales- que sirva como preludio a una invasión no menos “humanitaria” del Comando Sur y, aplicando la receta utilizada en Libia para derrocar y linchar a Gadafi, producir el ansiado “cambio de régimen” en Venezuela. Hay un sector de la oposición que no concuerda con esa metodología porque barrunta que el final puede ser una guerra civil en donde las masas chavistas, quietas por ahora, salgan a dar batalla y pongan fin al enfrentamiento infligiendo una aplastante derrota a los golpistas. Pero esta ala de la oposición, llamémosla institucional o dialoguista (aunque en realidad no sea ni lo uno ni lo otro) estuvo durante estos meses sometida a la intimidación o lisa y llana extorsión de la fracción violentista que juzgaba como una incalificable traición el sólo hecho de sentarse a negociar con el gobierno una salida no violenta a la crisis.

Pero ahora las cosas parecen cambiar, y para mal. ¿Por qué? Porque al parecer las estrategias de ambas fracciones se han unificado bajo la batuta que desde Estados Unidos lleva el Comando Sur (el binomio terrorista formado por el Almirante Kurt Tidd y la ex embajadora en Paraguay y Brasil en tiempos de golpe de estado Liliana Ayalde). Debido a ello los sectores “dialoguista” han convocado, para este próximo domingo 16 de Julio, a un plebiscito o «consulta soberana» que no es otra cosa que la antesala de un golpe de estado porque en dicho ejercicio se le preguntará a la ciudadanía si quiere o no un cambio total e inmediato de gobierno y, simultáneamente, decretar la ilegitimidad de la legal y legítima convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente programada para el día 30 de Julio y que ha registrado ya más de cincuenta y cinco mil candidaturas en todo el país. Pero la oposición no quiere esperar todo ese tiempo y mucho menos competir en una elección con todas las reglas. Por eso montó este ejercicio absolutamente informal, sin ningún tipo de garantías ni registros; ni padrones electorales ni normas de recuento y fiscalización pública, en un país en donde, según lo asegurara el ex presidente James Carter, el sistema electoral es más transparente y confiable que el de Estados Unidos. Es más, según lo afirmara Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, una vez que las improvisadas mesas receptoras de votos terminaran su recuento y se proclamara el resultado del plebiscito –que obviamente darían el triunfo a quienes votaron derogar de inmediato al gobierno de Maduro – las actas serían quemadas para evitar futuras represalias del chavismo y, de paso, cualquier tipo de verificación independiente. Además, dijo que “el único requisito para poder emitir su opinión en la consulta popular es presentar su cédula de identidad, vencida o no, en cualquiera de los puntos soberanos” y, sin decirlo, dejó entrever que los ciudadanos podrán votar cuántas veces quieran y donde deseen. [1] Va de suyo que el gobierno bolivariano, como cualquier otro, desconocerá esta patética pantomima lo cual provocará la furiosa protesta de los antichavistas que, atizados por la propaganda de la derecha golpista, se sentirán estafados en su voluntad escalando a nuevos niveles de violencia la confrontación que ya azota al país. [2] 

Los autoproclamados defensores de la democracia y la república en nuestros países (así como el impresentable Secretario General de la OEA) han expresado su simpatía ante este estallido anómico que celebran como si fuera un venturoso florecimiento del protagonismo de la sociedad civil en Venezuela siendo que no es más que una siniestra maniobra para desatar una crisis que abra la puerta a una invasión del Comando Sur, eventualidad que es reconocida explícitamente por algunos personajes más moderados de la MUD, como el ya mencionado Ochoa Antich. Habrá que ver qué sucede este próximo domingo [nota escrita antes del 16 de julio] en Venezuela, y también cuál podría ser la repercusión en nuestros países. Quienes han manifestado su complacencia con esta iniciativa golpista de la oposición antichavista –políticos del establishment latinoamericano y la “prensa corrupta”, como la designara el ex presidente Rafael Correa- harían bien en pensarlo dos veces. No vaya a ser que aparezcan quienes, inspirados en el ejemplo venezolano, decidan también ellos convocar a una “consulta soberana” para preguntarle a la ciudadanía, ante la grave crisis que afecta a nuestros países, si Mauricio Macri, Michel Temer o Enrique Peña Nieto deben o no continuar ejerciendo la presidencia.

Si los sempiternos custodios de la democracia y las instituciones republicanas en Argentina, Brasil o México convalidan –sea abiertamente o con su silencio cómplice- la payasada que se escenificará este próximo domingo en Venezuela no deberían sorprenderse si al cabo de un tiempo una iniciativa similar fuese propuesta para ser llevada a la práctica en estos países. Para nadie es un misterio que la legitimidad de sus gobiernos está profundamente cuestionada –la estafa post electoral del macrismo, el golpe de la cleptocracia en el Brasil, la abismal crisis política y social en México- y que la crisis económica y las políticas de ajuste han intensificado a tal extremo la explotación y los padecimientos de las masas populares que sería temerario descartar una violenta irrupción de rebeldía plebeya, misma que encontraría en una “consulta soberana” como la que próximamente se realizará en Venezuela, el pretexto ideal para tratar de poner fin, antes de tiempo, a gobiernos repudiados por la gran mayoría de sus ciudadanos.

Notas:


[1] Ver las declaraciones de Borges en http://www.notiminuto.com/noticia/cuadernos-electorales-seran-quemados/#

[2] Esto motivó la reacción de un dirigente de la MUD, Enrique Ochoa Antich, quien hizo pública su negativa a participar de la consulta porque, según sus palabras, desencadenaría “más fractura y más violencia, incluso una guerra civil, financiada desde el exterior e incluso con una intervención extranjera.” Ver su reveladora nota titulada “Por qué no votaré el 16” en http://puntodecorte.com/no-votare-16/

Fuente:https://www.rebelion.org/noticia.php?id=229210

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Reflexión educativa de final de ciclo escolar

Miguel Angel Pérez

Aquí sentado frente al procesador, trato de mirar hacia atrás, con la intención de hacer un recuento puntual de lo que ha pasado en el este ciclo escolar. No soy tan sistemático ni tan ordenado como debiera, no tengo a la mano las piezas que necesito para hacer un balance. Me detengo en la última imagen la que sirve para “cerrar” este año escolar. Un grupo de niños y niñas como de quinto o sexto grado de primaria, de la escuela Rosario Castellanos de Tapachula Chiapas hacen a muchas voces severas críticas al secretario de Educación Aurelio Nuño y al gobernador del estado, ellos y ellas cuestionan y al final dicen “que las autoridades cumplan con su deber para que nosotros podamos cumplir con estudiar ya que nosotros somos el futuro democrático de un pueblo” (Periódico digital Sin Embargo, miércoles 12 de julio de 2017).

Hay otra imagen que brinca por mi cabeza, cuando el Secretario de Educación invita a los niños a ler y Andera le corrige seria y categórica le dice: “no se dice ler, se dice leer”.

Esto es parte del recuento del año escolar, los desaciertos del secretario que van a la par de los desaciertos de su jefe político el presidente de este país. Desaciertos a todas horas, en todas partes, de distintas formas, ¿será ese el verdadero rostro de la reforma educativa, que nos quieren imponer a toda costa? Desaciertos sin auto-critica, ni corrección en las acciones.

En cada ciclo escolar se trazan compromisos, ninguno es igual a otro, hay retos y desafíos que mueven nuestras acciones, prometemos acércanos a los niños y niñas invisibles que nadie mira con la intención de visibilizarlos, prometemos entrenar mejor la escucha y ser mesurados en nuestras palabras y nuestras acciones, prometemos, atender de mejor manera el contexto social del que provienen los niños y niñas, prometemos atender  a los niños y niñas que se les dificulta aprender o que se rezagan y les cuesta un poco concluir con sus trabajos dentro y fuera del aula de clase. Prometemos muchas cosas pero qué es lo que hemos cumplido y cómo lo documentamos al final del ciclo escolar.

Cabrían la preguntas ¿Cuál es el estado final que guarda la conclusión del ciclo escolar 2016-2017, qué avances verdaderos hemos obtenido, somos mejores hoy en día estamos mejor educados, nos vamos adaptando en esto a lo que los especialistas le llaman la sociedad del conocimiento? Me parece que no, que cerramos con déficits, pero tampoco tengo constancia de ello sólo algunos murmullos, algunas voces que por la calle hablan mal de la educación que hoy brinda el gobierno. Me quedo con la severidad de los niños y niñas de Tapachula Chiapas, no para quedarnos ahí, sino más bien para que sirva como acicate y pensar en cómo hacer para mejorar el servicio educativo y que llegue a todos los rincones del país, a todas las aulas, a cada corazón de niño y niña mexicanos. Me quedo con eso.

Sé que las vacaciones es un receso corto que en agosto las escuelas volverán a abrir sus puertas y regresará el clásico bullicio estudiantil el olor a escuela, y el deseo latente de millones de enseñar bien y de aprender mejor. Pero las imágenes dan vuelta este ciclo escolar ha concluido y pareciera que más que ganar en la historia educativa de nuestro país seguimos perdiendo.

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/reflexion-educativa-de-final-de-ciclo-escolar/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/04/escuelas-tiempo-completo-e1428942342271.jp

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El desarrollo de la democracia requiere educación

Por: Angél Pérez Martinez.

El sistema educativo de Colombia no incide de manera positiva en los niños, los adolescentes y los jóvenes; no tiene impacto real en la educación y formación para el desarrollo de ciudadanos críticos que nos permita avanzar como sociedad a una vida democrática más activa.

Un objetivo de mediano plazo del sistema educativo, asociado a la calidad de la educación y de las necesidades del país, debería ser desarrollar en los estudiantes capacidades políticas y ciudadanas con el propósito de mejorar la participación política y consolidar los valores bajo los cuales se produce la lucha democrática para acceder al poder, o para definir quien ostenta dicho poder; así mismo debería fortalecer las calidades humanas y el compromiso social.

Lo anterior no es un reto cualquiera en un país donde el sistema político y la participación ciudadana de los colombianos se acostumbró a que impere de manera nefasta el individualismo a ultranza, aún entre los más pobres, los actos de corrupción y el “cómo voy yo” frente al reparto burocrático y el poder.

El sistema educativo y la sociedad en Colombia no pueden ser neutrales frente a la realidad del funcionamiento de la democracia, el ejercicio del poder y las formas clientelares de participación. También, debemos reconocer la inexistencia de un sentido ciudadano por valorizar la democracia y la participación de nuestros jóvenes y adultos. En el libro el Valor de Educar, Fernando Savater sostiene que “la democracia tiene que ocuparse también de crear los ciudadanos en cuya voluntad política apoya su legitimidad, es decir tiene que enseñar a cada ciudadano potencial lo imprescindible para llegar a serlo de hecho”.

Además, como sociedad nos debemos preguntar en torno a la lucha política ¿si dados los niveles de pobreza, de conformación de las familias y de valores ciudadanos es posible desarrollar una democracia activa? donde nuestros problemas políticos y sociales más profundos se discutan y se solucionen a través de una institucionalidad que respete unas reglas básicas de decoro y humanidad. Institucionalidad que la ejercen seres humanos, los cuales no pueden ser santos, pero tampoco delincuentes. En todo caso la educación debe ayudar a cambiar conductas, la democracia no puede ser votar por quien pague o prometa y luego marcharse a casa a esperar por favores personales.

De acuerdo con lo anterior, la sociedad requiere con urgencia que el gobierno nacional a través del Ministerio de Educación Nacional, MEN, revalúe su trabajo en torno a la calidad de la educación y defina que es lo importante. Les puedo asegurar que más del 80% de las instituciones escolares en Colombia no han tenido ningún apoyo efectivo para realizar programas y ajustes curriculares asociados a la paz, sólo normas, Ley de convivencia y catedra de la paz.

En cambio, a los colegios si les llegó material, recursos e incentivos vinculados a las pruebas Saber, al índice Sintético de calidad y a la aplicación de los denominados Derechos Básicos de Aprendizaje que establecen qué es lo básico que un niño debe saber en matemáticas o en lenguaje en cada grado, desde primero hasta once, es decir, nos devolvimos a los años noventa, pasamos de una educación que desarrolla competencias en los estudiantes, a una educación que trabaja logros de los estudiantes por grado.

Para qué un sistema educativo que prepara a los niños para las pruebas, pero que no es capaz de educar y formar a nuestros niños y adolescentes en torno a desarrollar conocimientos, así como capacidades de análisis, discusión y comunicación para mejorar la convivencia social, fortalecer la ciudadanía y la democracia.
El Ministerio de Educación no puede tener una sola mirada con respecto a la calidad de la educación asociada a los resultados de las pruebas Saber, Pisa u otras. El MEN y el sistema educativo tienen otras, por ejemplo, los resultados de medicina legal que confirman que nos seguimos matando o hiriendo por pendejadas, que frente a la criminalidad y delitos son los jóvenes quienes más están involucrados. El MEN conoce la escasa participación política de los jóvenes y la discriminación que existe contra las mujeres en juntas directivas de sindicatos, concejos, asambleas y congresos, para sólo mencionar unos casos. Pregunto nada tiene que ver la educación.

Sin embargo, todos los días nos dicen que la educación mejora, que avanzamos en los resultados de dichas pruebas, aunque el país en la vida real sigue igual o peor. Las discusiones políticas se resuelven con escasa participación; los resultados electorales se asimilan con odio, o se interpretan a partir de posiciones religiosas, ideológicas y de otra índole, pero menos con la razón o los acuerdos constitucionales y el respeto de un buen perdedor o de un vencedor que entiende que asume nuevas responsabilidades.

El Ministerio de Educación no está comprometido con propuestas para cambiar pedagogías, currículos y proyectos educativos institucionales, respetando la autonomía escolar, pero apoyando la vinculación del sistema educativo con los grandes problemas de la sociedad, de este país, que no son los de la Ocde.

En este sentido, el MEN debería dedicar más esfuerzos y acciones de política educativa a lograr que los colegios y los docentes cuenten con herramientas e instrumentos pedagógicos que permitan acercar la educación a uno de los problemas más complejos que vive la sociedad y la democracia: la ilegitimidad de los gobiernos nacionales y territoriales por la corrupción, la politiquería, el clientelismo y los negocios entre lo público y lo privado, donde siempre pierde el Estado y la población con menos ingresos o con más necesidades. Mejorar la democracia requiere educación.

Fuente artículo: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/el-desarrollo-de-la-democracia-requiere-educacion-angel-perez/247582

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Cine y escuela

Por: Rolando Pérez Betancourt

Pasos se han dado en nuestras escuelas y tendrán que venir zancadas en un proyecto que en lo absoluto resulta fácil por todo lo que conlleva, pero además de hacer coincidir un filme con una fecha, o una temática determinada, habría que aspirar a que la apreciación audiovisual termine por convertirse en un imperativo cultural necesitado de aprendizaje.

Un cable de la agencia española EFE da cuenta de que en ese país la Academia de Cine se moviliza «en estos días para plantear al Gobierno medidas que faciliten la integración del cine en las escuelas».

«No puede ser que un estudiante de 16 años no sepa quién es Berlanga, Saura, Bardem o Buñuel», es el sostén argumental de la Academia, y en la información se explican los pasos que se darán para tratar de vincular el cine a la educación primaria y secundaria.

Como ejemplo de lo que se busca, se cita la experiencia francesa de los últimos años.

El proyecto solo habla de cine español y de la necesidad de que los escolares se identifiquen con él desde edades tempranas como parte de  una alfabetización audiovisual indispensable.

El tema no es nuevo y de él se ha hablado bastante en nuestro país desde perspectivas más amplias: una alfabetización audiovisual que permita adquirir conocimientos, no solo de nuestro cine y su historia –responsabilidad básica– sino también de una cinematografía internacional que, en buena medida, se caracteriza por imponer códigos que terminan por conformar gustos con ventanas estrechas (y no pocas veces cerradas) hacia la variedad y la trascendencia cultural.

Sin olvidar que el audiovisual es el principal vehículo «de masas» para contar y tergiversar historias, según los intereses del que cuenta.

Pasos se han dado en nuestras escuelas y tendrán que venir zancadas en un proyecto que en lo absoluto resulta fácil por todo lo que conlleva, pero además de hacer coincidir un filme con una fecha, o una temática determinada, habría que aspirar a que la apreciación audiovisual –desde edades tempranas y con programas acordes con cualquier iniciación– termine por convertirse en un imperativo cultural necesitado de aprendizaje.

Fuente: http://www.granma.cu/cultura/2017-07-16/cine-y-escuela-16-07-2017-22-07-24

Imagen: http://lapiceromagico.blogspot.com/2013/09/cine-en-la-escuela.html

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