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La fórmula de EE UU para atraer familias a los colegios que nadie quiere llega a España

Por: Ana Torres Menárguez.

 

Los centros educativos públicos se alían con museos o institutos de investigación para atraer a familias con niveles superiores de estudios

Las llaman escuelas estigmatizadas o no deseadas. Son colegios públicos que las familias con mayores niveles de estudios o rentas más altas descartan para sus hijos aunque estén próximos a su casa, en su mismo barrio. El Montessori de Rubí (Barcelona), en Cataluña, era uno de esos centros. “Con el boom migratorio cambió la composición del colegio, comenzaron a entrar más alumnos extranjeros con perfiles socioeconómicos más bajos y, a la vez, los autóctonos se empezaron a marchar. El cambio vino muy deprisa y no teníamos herramientas para actuar. Se nos etiquetó como colegio gueto”, cuenta Conchita Gimeno, directora del centro público. El Montessori es lo que se conoce como colegio segregado, aquel en el que la situación socioeconómica de la mayoría de los alumnos no se corresponde con la de las familias del barrio.

Hace dos años, el Montessori de Rubí entró en la red de 23 escuelas Magnet (imán, en español) de Cataluña, un programa inspirado en las magnet schoolsque Estados Unidos lanzó en la década de los setenta para animar a las familias blancas a matricular a sus hijos en colegios públicos con mayoría de negros. Aunque existen muchas diferencias entre el modelo estadounidense y el catalán —impulsado en 2013 por la Fundación Jaume Bofill en colaboración con el Gobierno catalán y la Universidad Autónoma de Barcelona—, el eje es el mismo: conseguir una alianza entre los colegios y centros de investigación potentes o centros culturales de referencia para devolver el prestigio a esas escuelas.

¿Qué ganan los colegios al asociarse con esos centros de investigación? Llevar a las aulas otra forma de trabajar los temas, basada en el método científico. Hace dos años el Montessori de Rubí se alió con un centro especializado en robótica y técnicas de impresión en 3D de la Universidad Politécnica de Cataluña. El objetivo es despertar en los pequeños interés por las llamadas STEM (siglas en inglés de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). Una de las mayores ventajas es que los alumnos acuden a las instalaciones de la universidad y allí utilizan máquinas que un colegio público no puede permitirse. Además, los estudiantes reciben tutorías de los ingenieros, que participan con los profesores en el diseño de trabajos por proyectos.

Cortar piezas de madera con láser con las formas del cuerpo humano para después encajarlas es un ejemplo. Hace unos meses, exhibieron algunas de sus creaciones en la plaza del pueblo en compañía de los ingenieros de la universidad. “Es muy potente, los vecinos conocen lo que hacen los niños y ven el potencial del colegio”, cuenta la directora.

El colegio público Samuntada, en Sabadell, es uno de los mayores casos de éxito. Al entrar, se ven diferentes pabellones conectados por caminos de piedra y separados por espacios con césped y muchas bicicletas de pequeñas dimensiones aparcadas. Solo con visitar el aula de música ya se nota que es singular; de las paredes cuelgan ukeleles y hay pianos y teclados. Hace años que dejaron la flauta. “Hemos renovado todos los espacios con el dinero del AMPA y la ayuda de Magnet. Somos otra escuela”, cuenta Patricia Rey, la directora.

En 2013 entraron en la red y han tenido alianza con el Instituto Catalán de Paleontología y con el hospital público Taulí, pegado al centro. En cinco años las familias con estudios superiores han pasado de representar el 5% del total al 25%. Los alumnos de infantil asistieron a una extracción de sangre y luego participaron en la organización de una campaña de donación; también vieron el vídeo de un parto y dos matronas llevaron una simulación de un embarazo hecho con un globo, agua y un muñeco. Han estudiado los efectos del aceite de palma y también montaron un museo con réplicas cedidas por el Paleontológico en el recreo de la escuela.

Alumnos del colegio público Montessori, en Rubí.
Alumnos del colegio público Montessori, en Rubí. CRISTÓBAL CASTRO

“El problema es que las familias no escogen el centro que quieren, descartan los que no quieren para sus hijos. Es una dinámica de huida y no de elección”, señala Ismael Palacín, director de la Fundación Jaume Bofill, dedicada a la investigación educativa. Según varios estudios publicados por la institución, las familias suelen tener en cuenta el tipo de alumnado del centro y no tanto el proyecto educativo o el profesorado. Por eso, el revulsivo es hacer que el colegio sea suficientemente atractivo como parar restar fuerza al prejuicio de clase.

En España, la segregación escolar —la separación de los niños en diferentes colegios según su perfil socioeconómico— afecta al 46,8% de los centros educativos del país —nueve de cada diez son públicos—. Cataluña es la segunda comunidad, por detrás de Madrid, con el mayor nivel de segregación, según un informe de la Universidad Autónoma de Madrid. Allí, el 30% de los alumnos tendrían que cambiar de colegio para conseguir aulas más heterogéneas.

Implicación del profesorado

“Se trata de ofrecer algo que el resto de escuelas no tienen y hay que construir un proyecto sólido que requiere una implicación total por parte del profesorado”, explica Roser Argemí, responsable del programa Magnet de la Bofill, que después de más de seis años empieza a ver resultados. Antes de entrar en Magnet, el porcentaje de alumnos extranjeros en varias de esas escuelas superaba el 70%. Aunque todavía no tienen una cifra global, porque cada centro evoluciona a un ritmo, en algunos ya ha bajado al 20%.

En el Montessori de Rubí las mejoras son todavía modestas. El cambio más significativo es que han conseguido atraer la atención de nuevas familias del pueblo; de las 15 que visitaron el colegio hace dos años en las jornadas de puertas abiertas, han pasado a 52 este curso. “Teníamos la autoestima muy baja, veíamos que no querían venir al colegio. Ahora muchas de las familias nos dicen que aunque no somos su primera opción, no lo han descartado. Es nuestro primer logro”, asegura la directora. Los docentes han recibido más de 90 horas de formación al año, financiadas por el programa Magnet.

María, que prefiere no dar su nombre real, decidió hace cuatro años matricular a su hijo en un colegio Magnet de Barcelona. Ella y su pareja tienen estudios universitarios. “No somos héroes por llevarle a un centro estigmatizado. No es un sacrificio, sino una convicción. Nos atrajo mucho el proyecto educativo ligado al arte. Además, el colegio condiciona tu red de relaciones y este se parece más a la Barcelona real, por la diversidad”, cuenta. Ese centro tiene una alianza con el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.

“Si queremos una sociedad cohesionada, con capacidad de empatía, esto solo se aprende en la escuela con relaciones personales. Tener compañeros con situaciones complicadas te enseña a preocuparte por temas que de otra forma no conocerías”, indica Aina Tarabini, profesora de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona y coatura del primer estudio de la red Magnet catalana. Según esa evaluación, la participación de los alumnos en las actividades de clase ha aumentado un 77% en esos centros. “Antes la mayoría de familias estaban preocupadas por si tendrían o no beca de comedor. Ahora por cómo evaluamos. Eso tiene un efecto sobre el profesorado, que siente mayor presión y exigencia. Así se transforma un colegio”, cuenta la directora del Samuntada.

¿Qué pasa con los resultados académicos en esos centros? En Magnet aún no han hecho la comparativa. En los sesenta el informe Coleman, referente en la literatura científica educativa, demostró el llamado “efecto compañero”. “Las aspiraciones, autoestima y rendimiento de los alumnos más desfavorecidos mejoran en aulas con una composición más variada, mientras que los resultados de los más avanzados no empeoran”, explica Xavier Celorrio, profesor de Sociología de la Educación de la Universidad de Barcelona.

Además de la implicación del profesorado, que cuenta durante todo el curso con un experto en innovación educativa de la Jaume Bofill que les asesora sobre el cambio de modelo pedagógico, es “imprescindible” la implicación de los Ayuntamientos, explica Tarabini, de la Autónoma de Barcelona. “El colegio solo no puede cambiar la composición de sus aulas, los Ayuntamientos tienen que asegurar una matriculación equilibrada de los alumnos desfavorecidos, de forma que se repartan en diferentes centros y tienen que abrir oficinas de información para dar a las familias a conocer esos centros como opciones educativas interesantes”, añade.

LAS DIFICULTADES DEL PROFESORADO

En los últimos años, la Comisión Europea, el Comité de Derechos del Niño y la ONU han urgido a España a revisar y aprobar políticas que frenen la segregación escolar. El estudio Magnitud de la segregación escolar por nivel socioeconómico, publicado en 2018 por dos investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, refleja una gran disparidad entre regiones: Baleares o Galicia presentan una baja segregación —entre Suecia y Finlandia, los países con la tasa más baja de la Unión Europea—, mientras en Madrid es “altísima” —entre Hungría y Rumania, los dos países con la mayor tasa de la UE—.

“No sabemos si los docentes huyen de los centros escolares con altos niveles de segregación o directamente no los escogen, pero muchas veces están sobresaturados por la falta de medios para atender situaciones complicadas”, señala Álvaro Ferrer, coautor del estudio De la segregación socioeconómica a la educación inclusiva, de Save the Children. Según el informe, que analiza los datos del último informe PISA de 2015, ese tipo de centros disponen de menos recursos —un 40% de ellos no ofrece actividades extraescolares— y el nivel formativo de los profesores es inferior. La alta movilidad del profesorado imposibilita el desarrollo de proyectos educativos estables.

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/04/30/actualidad/1556620771_698635.html?id_externo_rsoc=whatsapp

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Sin educación no habrá crecimiento

Por: Alieto Aldo Guadagni. 

 

Desde hace varias décadas que tenemos problemas para aumentar de una manera sostenida nuestra producción de bienes y servicios y también para abatir la pobreza y la exclusión social, que están aumentando en los últimos tiempos.

El retroceso de nuestro país en el escenario internacional ha sido considerable, ya que en 1980 la participación de nuestro PBI en el PBI global era nada menos que el doble que la actual. Con la excepción de Venezuela, somos el país que mas ha retrocedido en América Latina.

La pobreza asociada con este estancamiento económico no sólo es alta sino que además se concentra en los niños, ya que cada dos niños uno es pobre: esta exclusión social compromete nuestro futuro. La pobreza afecta principalmente a quienes no pudieron avanzar más allá de la escuela primaria. Según el Barómetro Social de la UCA, en los últimos años la pobreza afectaba a la tercera parte de las familias, pero esta proporción descendía a 18 % entre quienes habían completado la escuela secundaria, mientras trepaba al 47% entre quienes no la habían completado.

Un buen sistema escolar asegura altos niveles de conocimientos a sus alumnos, pero no se puede agotar en ésto, sino que además debe apuntar a eliminar aquellas desigualdades en los niveles de conocimientos de los alumnos que dependen del nivel socioeconómico de sus familias. Nuestra pobreza y la indigencia se concentran en quienes tienen una escasa escolarización. Los pobres son hoy más que pobres transitorios, ya que en muchos casos son familias enteras, que por más de una generación han estado excluidas del nuevo y difícil mundo del trabajo de este siglo.

Cuando la pobreza es coyuntural, sí se pueden encontrar soluciones de corto plazo con planes sociales; pero cuando la pobreza es estructural, como la que nosotros padecemos, son necesarias otras líneas de acción que apunten a la raíz del flagelo de la pobreza y la marginalidad social.

La propuesta superadora se centra en la educación, ya que de la pobreza no se sale con subsidios, que son útiles pero no alcanzan. El requisito mínimo es la escolarización completa de los adolescentes. En este siglo, por lo menos la graduación secundaria es imprescindible para poder acceder a buenos empleos. La escuela secundaria es esencial para que los jóvenes adquieran las competencias que les ofrezcan posibilidades de insertarse en este mundo laboral, caracterizado por acelerados avances tecnológicos.

La escuela secundaria debe ser no solo inclusiva sino también de una calidad educativa que no dependa del nivel socioeconómico de las familias. Pero hoy nuestra escuela secundaria no es inclusiva ni de calidad. El bajo nivel educativo es un pasaporte directo al desempleo y la pobreza . Existe una enorme desigualdad en la graduación secundaria entre las escuelas estatales y privadas, de cada 100 niños que ingresaron a primer grado en una escuela privada en nuestro país en 2005, se registraron 68 graduados secundarios en el 2016, pero esta proporción colapsa a apenas 32 en las escuelas estatales. Estamos en presencia de un sistema escolar con dos niveles distintos y separados, por esta razón no debe sorprender que haya pocos estudiantes pobres en nuestras Universidades.

Nuestros adultos que hoy son pobres y excluidos no terminaron ayer la escuela secundaria, pero debemos lograr que mañana sus hijos se gradúen en escuelas secundarias de buen nivel educativo. Así podremos quebrar este círculo de reproducción intergeneracional de la pobreza. La igualdad de oportunidades es esencial en una sociedad donde la justicia social no sea simple retórica. Sin inclusión educativa no podremos abatir una pobreza que hoy es laboralmente excluyente. Por esta razón nuestros pobres son hoy verdaderos excluidos.

En este siglo XXI es cada vez mas importante la Universidad, y por esta razón debemos enfrentar una preocupante situación caracterizada por nuestra escasa graduación universitaria, no solo cuando nos comparamos con países industrializados sino también con países latinoamericanos como México, Colombia, Brasil y Chile. Estos países no sólo tienen más graduados universitarios que nosotros sino que además avanzan año a año más rápido en la graduación universitaria. Tengamos presente que en este siglo crecen los países capaces de acumular capital humano altamente calificado gracias a su sistema educativo de calidad.

La tarea que enfrentamos es grande, ya que además no podrá haber en los próximos años un sostenido crecimiento económico sin inversión, particularmente en capital humano preparado para los grandes cambios tecnológicos que ya vive el mundo globalizado, no sólo en las antiguas naciones industrializadas sino también en las emergentes como China, India y Corea, mas países latinoamericanos que vienen creciendo de una manera más sostenida que nosotros en los últimos años.

Los años que vienen serán críticos, ya que estará en juego nuestra capacidad de aprender de los errores del pasado, y encauzar nuestra economía por el sendero no solo del crecimiento económico, sino también de la igualdad de oportunidades. Para todo esto será esencial el fortalecimiento de nuestra educación. Pronto habrá elecciones, esperemos poder dejar atrás los discursos superficiales y que se presenten propuestas consistentes y bien fundamentadas que nos expliquen lo que debemos hacer para superar este retroceso educativo y volver a crecer con más producción y mejores empleos. Si queremos abatir la pobreza, tenemos que expandir sostenidamente el PBI, pero esto exige mejor educación para todos. Esperemos propuestas, no retóricas sino concretas, que sean ambiciosas pero también realistas.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/educacion-crecimiento_0_aO4jwgI8e.html

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Libro: Una luz para la educación rural

Por: BID Mejorando Vidas. 

El acceso a la energía tiene un impacto multidimensional en el desarrollo socioeconómico al mejorar la productividad, la educación y la salud. Este estudio analiza el impacto del programa “Luz para todos” implementado en escuela rurales e indígenas de Brasil, y arroja datos importantes sobre acceso a energía.

Este estudio:

Muestra cómo la tasa de deserción escolar se redujo hasta un 27% en escuelas que obtuvieron electricidad.

Confirma que el programa implementado en Brasil ha tenido éxito en la reducción de la tasa de deserción escolar.

Destaca que la electrificación rural mejora el acceso a una educación de calidad y tiene un retorno rápido y eficaz.

Fuente del documento: https://cloud.mail.iadb.org/futuro-brillante

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El respeto al profesor: el éxito del sistema educativo de Finlandia

Por: Camila Londoño. 

 

En una conferencia titulada Los secretos del milagro del sistema educativo finlandés, organizada por Universidad Internacional de la Rioja (Unir), la ensayista y pedagoga sueca Inger Enkvist habló acerca de este modelo educativo que tantos países admiran y explicó cuáles son las causas fundamentales del éxito educativo de este país nórdico. Aunque muchos en Latinoamérica, por las dificultades que se enfrentan en el continente, consideran que es imposible tener como referente un sistema como este, resulta interesante destacar algunos de los mensajes de Enkvist, pues dan claves importantes acerca del camino que se debería tomar. Después de la conferencia, La radio La Ventana en España, conversó con la ensayista acerca del tema.

“La clave del éxito del sistema educativo en Finlandia, es que los padres, los alumnos y el Estado respetan a los profesores”.

Este es quizás uno de los argumentos más relevantes. En una frase simple y clara, Enkvist deja en evidencia que poner a los profesores en el centro del sistema finlandés, ha sido fundamental para alcanzar grandes resultados. Además, la ensayista aclara que la esencia de este sistema, es la calidad de sus profesores. En ese sentido, al ser la docencia una de las profesiones más respetadas, grandes profesionales eligen la profesión. “Los jóvenes que se dedican a la docencia, están entre los mejores que salen de la secundaria”, dice Enkvist en la entrevista. Pero lo interesantes es que el respeto de los docentes en Finlandia va más allá del salario; la valoración, explica ella, es mucho más social y “la retribución salarial es normal, nada del otro mundo, pero muy decente”.

Twitter Anna Forés

Además de mencionar el respeto por los profesores, la pedagoga habla de las tareas.

Para Enkvist, los deberes o tareas son necesarios y de hecho, aclara que ningún sistema educativo exitoso, puede prescindir de las tareas. La clave está en matizar y diseñarlos de tal forma que motiven a los estudiantes. Lo importante es la calidad, no que sean largos y mecánicos. En Finlandia, por ejemplo, son breves. Un buen profesor, explica la ensayista, encuentra la manera de asignar tareas inteligentes y sobre todo, útiles. Esto, de la mano con procesos educativos que se equilibran con tiempos de recreo, da muy buenos resultados.

Fuente del artículo:  https://eligeeducar.cl/respeto-al-profesor-exito-del-sistema-educativo-finlandia?fbclid=IwAR3iwofOYu42_h5Nk3o8rdoZq7ThzuCGPiCsQik0PnQxwRCtN0MyX3oSsNk

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Los desafíos del pensamiento crítico. Conciencia y eurocentrismo

Por: Abdiel Rodríguez Reyes.

 

Pensamiento crítico. Los desafíos del pensamiento crítico en el siglo XXI son innumerables. Queremos abordar algunos temas bajo esa denominación, de por sí amplia. El pensamiento crítico corre el riesgo de convertirse en cliché. Puede decir mucho y nada al mismo tiempo. Para salir del paso decimos, desde espacios privados y públicos: ¡necesitamos pensamiento crítico! La empresa privada necesita trabajadores capaces de abstracción y resolver problemas, la sociedad necesita ciudadanos capaces de pensar. Pero, realmente ¿qué hacemos? Vale la pena partir de la idea de la potencia del pensamiento crítico. El pensamiento crítico no se trasplanta, no es una técnica. Para formarse en pensamiento crítico es necesario el trabajo concienzudo del concepto hasta interiorizarlo y hacerlo parte del ethos. Estos primeros puntos son motivo de nuestra preocupación, aunado a otro más abstruso, el de la descolonización del pensamiento crítico; Raúl Zibechi escribió todo un libro al respecto, analizando los movimientos sociales —rescatando sus prácticas y saberes— y criticando los progresismos contrarios a la emancipación de los pueblos.

Hoy es habitual escuchar pensamiento crítico por doquier. Desde los espacios academicistas hasta los empresariales. Cierta pseudo erudición en la academia es una camisa de fuerza para la necesaria heurística, la invención de algo nuevo e interpelador. Por lo tanto, el solo enunciar pensamiento crítico no tiene utilidad práctica más allá de una retórica burda. En muchas universidades se habla de pensamiento crítico, pero, como cliché. No materializarlo es una muestra más de nuestra precariedad cultural. Las sociedades liquidas, — descomprometidas y expertas en huir de ‘cualquier trama densa de nexos sociales…’ — del siglo XXI, con sus nuevas formas de expresarse cada vez más desvanecientes hacen difícil el análisis concreto. Tenemos que recuperar esa carga histórica tradicional de pensamiento crítico, de un Marx o un Horkheimer, sin renunciar a su radicalidad. De la misma forma también hay ciertos anacrónicos, es decir: usar categorías y esquemas que no corresponden a nuestras realidades. En ese sentido, amerita hacer el esfuerzo de aclaración conceptual, hasta filológica y contextualizar las ideas.

EL TRABAJO DE LA CONCIENCIA Y LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

Ante la liquidez en la cual se maneja el pensamiento crítico, es necesario un giro de 180 grados, para darle solidez. ¿En qué consiste esa solidez? En dar el paso de cliché a una propuesta concreta de trabajo de la conciencia y transformación social. Una cosa no se logra sin la otra. En el plano institucional de educación pública, de formación ciudadana e incluso la formación de cuadros políticos, la máxima kantiana se vuelve imperativa: atrévete a pensar; es esculpir el espíritu. Ese pensar como esfuerzo reflexivo, científico y ético. Sin esto último nos enseña Enrique Dussel nada de lo anterior es posible. El egoísmo trillado de nuestro tiempo dificulta cualquier esfuerzo teórico y práctico de una conciencia afín a la convivencia con los otros y nuestro entorno o, como diría Axel Honneth, de la responsabilidad. No tenemos que hacer cambios aparentes superficialmente, sino, aquellos profundos para el desarrollo pleno de la vida en metabolismo con la naturaleza.

De esa realidad surge la necesidad del pensamiento crítico, desprendiéndose, por supuesto, de las taras de la mediocridad y el cliché. El estado de confort en que muchos nos encontramos a veces adormecidos (para no decir todos y todo el tiempo) o, como diría Marcos Roitman somos operadores sistémicos funcionales al sistema capitalista, el cual es como una hidra como nos evidenciaron los zapatistas en su seminario El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista de 2015. Hay que cortarle todas las cabezas y pensar, crear, proponer algo distinto, más humano, más acorde a nuestras necesidades; lo demás es fetiche. Las ideologías dominantes del siglo XX e incluso en el contexto de la Guerra Fría no dieron respuestas definitivas en el tiempo a las necesidades. Es una actitud ética no abandonar el pensamiento crítico como la han defendido muchas y muchos que han soñado otro mundo distinto. En Panamá recordar a Clara González y Ricaurte Soler (por citar algunos) es motivo de emulación en un nuevo momento que mantiene el viejo anhelo de transformar el mundo.

Estamos en un estadio de reposo, algunos críticos mordaces de la sociedad alienada hablan incluso de una lobotomía, de la extracción de las capacidades racionales para tener criterio propio. Las distintas tragedias que a lo largo de los últimos años se han acumulado como ruinas tras ruinas (como el ángel de la historia de Paul Klee, interpretado por Walter Benjamin), la ruina de la desigualdad y el ecocidio son los principales. La potencia está allí, esperando el trabajo de la conciencia ética para la transformación social, para un mundo justo con los otros y la naturaleza.

EL EUROCENTRISMO

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

El tema del eurocentrismo es abstruso. ¿Tiene alguna ‘utilidad’ la crítica al eurocentrismo? La respuesta es fácil: sí. El eurocentrismo como lo explicó Samir Amin es una ideología. La universidad, la academia, es un foco de reproducción, está relacionado con la asimetría y la univocidad discursiva intrínseca. Usamos esquemas occidentales sin tomar en cuenta las realidades y la carga histórica de Abya Yala, no hay una correspondencia exacta; hay interconexión mundial, pero heterogénea.

Un pensamiento crítico si realmente lo es, tiene que encarar las asimetrías y la univocidad de la ideología eurocéntrica. Hay mucha reflexión encubada, de otro tiempo y topos, lo cual no es el resultado de un puente entre la teoría y la praxis, en la línea del sentipensar de Fals Borda. El supremacismo eurocéntrico se manifiesta en las asimetrías y la univocidad discursiva, consiste en la reproducción total o parcial del pensamiento producido en los países del norte, occidental, industrializado, en el mejor de los casos con adaptaciones y modificaciones para meter la realidad en la teoría. Objetivamente no negamos el carácter mundial de las contradicciones del capitalismo, pero no descartamos la necesidad de pensarnos desde nuestras realidades con marcos teóricos y metodológicos descolonizados. Sin dejar de actuar y soñar con otro mundo posible.

Fuente del artículo: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/desafios-pensamiento-critico-conciencia-eurocentrismo/24093109

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“El germen del acoso escolar está en que no tratamos bien a nuestros hijos”

Por: Carolina García.

 

Aunque el acoso escolar, denominado bullying, es un término relativamente nuevo, ya que se acuñó sobre 1980 en Reino Unido, para Tania García, pedagoga experta en educación respetuosa y fundadora de la escuela para familias Edurespeta, el acoso, que celebra este jueves 2 de mayo su Día Mundial de Concienciación, es algo que ha estado siempre presente. “Y para su erradicación se necesita que haya una transformación radical en la sociedad. Ahora cada vez hay más casos y se dan a edad más temprana, incluso en algunos casos puede ser fatal. El error es que nos centramos en cambiar al acosado o castigar al acosador, lo que en mi opinión no sirve para nada. La clave está en educar desde el respeto en casa y en el colegio ”, incide la experta.

En España, el Ministerio de Educación ha informado esta semana que ha detectado 5.557 posibles casos de acoso escolar en un año, de los que siete de cada diez (73%) llevaban produciéndose durante meses o años, y la mitad (54%) prácticamente a diario (datos recabados a través del Teléfono contra el Acoso Escolar del Ministerio, el 900 018 018). El dato supone un descenso a casi la mitad respecto al mismo período del año anterior, cuando se atendieron 25.366 llamadas. El Ministerio achaca esta bajada a que varias comunidades autónomas pusieron en marcha sus propios teléfonos contra el acoso.

Para García, “el germen del acoso escolar está en que no tratamos bien a nuestros hijos”: “Les tratamos sin respeto, a gritos, con cachetes, con castigos, lo que les lleva a normalizar la violencia”. Ante esto, para la experta se pueden dar dos situaciones que afectan al menor. La primera es convertirse en el acosado, asimilando como normal que los demás les traten mal o, por el contrario, que se convierta en el acosador, porque la única forma que tiene de comunicarse es maltratando a los otros, “porque no conoce otra manera”.

Cómo tratamos a nuestros hijos no solo tiene consecuencias en la infancia y la adolescencia, sino que afecta a la evolución del propio individuo, una evolución en la que muchas veces se sostiene en el tiempo la baja autoestima o el sentimiento de culpa. “Son personas que, por ejemplo, han sido acosadas en el colegio y luego lo son también en el trabajo de adultos. No han sido educadas desde el respeto: sin etiquetas, sin chantajes, sin malas palabras”, reitera la experta.

«Vivimos en una sociedad en la que está normalizada la violencia. Yo siempre pongo un ejemplo. Si estamos en un centro comercial y vemos a un señor que intenta o pega a su pareja nos parece muy mal, e incluso, intentamos ayudarla. Si en vez de una mujer es un animal, nos parece peor. Pero, en cambio, si vemos a un padre dando una torta o un cachete a su hijo, nos parece normal”, prosigue García. Según explica, estamos perpetuando, somos responsables directos, de toda esa educación que permite el castigo, el grito, técnicas horribles de castigo como la silla de pensar etc., “y esto tiene que cambiar”: “Nunca es tarde para educar en el respeto. Y hacerlo, no solo afectará al futuro de nuestros hijos, sino que afecta también al hoy, a su presente”.

García recomienda que para educar desde el respeto se tengan en cuenta:

  • Hay que ser empáticos. Tener empatía no significa estar de acuerdo con lo que está ocurriendo, “pero sí entender por lo que está pasando. Ponernos en la piel del otro”.
  • El acompañamiento emocional: “A lo mejor, muchas veces, no entendemos lo que le pasa a nuestro hijo y él no sabe explicarlo, pero estamos ahí, puede contar con nosotros”.
  • Siempre hay que mantener la calma, “tenemos que comprender que nuestro hijo está creciendo, que por ejemplo, si es muy pequeño, están saliendo a la luz sus emociones, es un pequeño que emocionalmente está floreciendo”, por lo que es normal es que no las controle.
  • Trabajar la autoestima. Hacerle ver que lo que siente, que lo que es, que lo que le pasa es valioso.
  • Asertividad. El lenguaje asertivo, elegir muy bien las palabras, y la escucha activa, son fundamentales para educar en el respeto. Saber estar, prestarle el 100% de atención.
  • Tratarle como te gustaría que te trataran a ti: “El ejemplo lo es todo”.
  • Enseñarle a poner límite con los demás. “Un ejemplo es cuando casi les obligamos a besar a los abuelos, por el simple hecho de serlo. El beso, como cualquier otro gesto, que nos afecta, debe ser libre”.
  • Por último, debemos ser coherentes: lo que digamos es cómo debemos actuar.

El trabajo en el hogar es responsabilidad de los padres, pero en el aula, del colegio, “hoy por hoy las medidas para contrarrestar el acoso son pobres. Normalmente, los profesores pueden ver el acoso. Lo que pasa es que al haber normalizado la violencia no saben cuándo avisar o actuar. Mi consejo es que desde que vemos el primer gesto feo, ese que hace sufrir al niño, un desplante, un vacío, en ese momento, ya hay que actuar. Son signos de alarma, no lo podemos dejar pasar. Y, por supuesto, el trabajo hay que hacerlo de forma conjunta entre los padres, la escuela y los niños”, concluye rotunda García.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/04/30/mamas_papas/1556623570_764007.html

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