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Equidad y educación. Hay vida fuera de las escuelas

El diálogo entre la escuela y sus profesionales y entidades e instituciones ajenas a ellos, es pieza clave para conseguir mayores grados de equidad en la educación.

Francisco Imbernón

Uno de los elementos preocupantes que ha ido apareciendo en el campo educativo, en la actualidad, y lo dicen los informes, es la pérdida de equidad del sistema educativo debido a las políticas y recortes aplicados por los diversos gobiernos. Hemos retrocedido. Y ha provocado que, en ciertos contextos sociales, sea imposible partir del principio de que la enseñanza debe hacer el esfuerzo de extraer de la exclusión social a la totalidad de la población.

Los actuales contextos sociales, familiares y económicos nos muestran claramente que, sin la ayuda de lo que pasa fuera de la escuela y que envuelve a la institución educativa, es difícil enseñar los diversos saberes, valores y ciudadanías necesarios en el futuro que permitan una vida y un mundo mejor. Es difícil que la educación de hoy día, y ya se decía hace tiempo con otros términos, sea capaz de ofrecer esa vieja idea de “vivir felices” con un horizonte de igualdad basada en la diferencia.

Y del mantra de la comunidad, desgastado por tantas interpretaciones, se empieza a dar importancia a la educación expandida y a la ecología del aprendizaje. También se empiezan a entender nuevas formas de relación social, política y tecnológica que se están produciendo. Más allá de los muros de la escuela hay vida y aprendizajes invisibles muy importantes. Hoy, nadie tiene todo el conocimiento. Los saberes son compartidos.

Todo ello nos lleva a conclusiones evidentes con importantes repercusiones educativas: está claro que el aprendizaje no es exclusivo de la escuela pero esta es imprescindible si se abandonan metodologías pasivas que se centran en transmitir conocimientos -palabra o libro de texto-. Sabemos desde hace tiempo que el ser humano no aprende por transmisión sino por construcción, por tanto, necesitamos un cambio metodológico más participativo y colaborativo, con una nueva concepción del espacio y el tiempo en la enseñanza. Se tiene que introducir una mayor sensibilidad hacia la tecnología emergente, convirtiéndola en una oportunidad de aprendizaje, ya que hoy día las tecnologías se transforman en dispositivos importantes de información, además de que favorecen la movilización para la acción política y una nueva participación mediante redes.

Y se ha de vigilar ya que hay mucho gurú que interpreta la nueva forma de innovar. Innovar no es “matar al alumnado a powerpoints” o con PDF en aulas inversas o jugar. No, educar es algo más. Es crear estructuras de participación, colaboración, tolerancia y diálogo donde es importante la comunicación, el compartir saberes, el introducir el placer de aprender y analizar las prácticas sociales y políticas emergentes. El cambio educativo es un camino, no una meta por sí misma como muchos se lo toman.

Ello nos obliga a compartir aprendizajes basados en la reflexión conjunta sobre experiencias relevantes como un proceso de aprendizaje que da importancia al equipo educativo y a los agentes sociales, con la intención de conseguir un compromiso mutuo y un intercambio de información.

Y ello significa que todos los que intervienen en el proceso educativo desarrollan papeles de agente activo en la construcción de normas, en la reelaboración de procesos sociales y educativos, de los valores y en la construcción de reglas de relación social y educativa. Y aquí se estimula el respeto por lo diverso y una organización diferente del aprendizaje.

Pero para ello es necesario salir de las fronteras, ya que muchas innovaciones no salen del esquema mental o de la cultura profesional anquilosada en un determinado concepto de escuela y educación basado en la cultura intelectual de la ilustración. Y se cae en la ceguera del conocimiento que no permite ver más allá de nuestros límites. Romper esquemas y poner imaginación nos puede ayudar a reconstruir un nuevo proyecto educativo, primando la equidad mediante la cooperación, el respeto a la diferencia y la solidaridad y a partir de las fortalezas que tiene la escuela y los agentes sociales que la rodean.

También será imprescindible en la escuela, dentro y fuera, crear redes o espacios emocionales mediante procesos comunicativos, donde las relaciones de compartir información y formación entre el profesorado y el contexto pueden ser más fluidas, potenciando conocimientos y habilidades que den al alumnado una igualdad de oportunidades frente a quienes tienen condiciones más favorables.

Si queremos una equidad educativa deberemos analizar e interactuar con el contexto, primar el diálogo, la participación, la cooperación y la solidaridad entre todos con el objetivo de mejorar la educación del alumnado.

Es necesario una mirada crítica frente al relato de mucha innovación que cae en verdaderos tópicos que ya sabemos como, por ejemplo, que se aprende fuera del sistema educativo a lo largo de la vida y con eso ya se justifican ciertas prácticas; que hay experiencias de comunidades que siguen posturas institucionales y no verdaderamente alternativas y que el profesorado y la escuela no son importantes y sí lo es más la tecnología. Se han de mirar con lupa ciertas prácticas innovadoras. La educación es un caramelo en manos de aprovechados. Y muchas veces esconde segregación escolar y, por tanto, es contraria a la equidad.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/12/equidad-y-educacion-hay-vida-fuera-de-las-escuelas/

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¿Un plan para desestabilizar?

Por: Edgard Sánchez

Con gran sorpresa y alegría estamos viendo en estos días el resurgimiento de un fuerte y masivo movimiento estudiantil que, paradojas de la historia, coincide con las fechas de aniversario de las gestas del Movimiento Estudiantil Popular de 1968, que por cierto no se limita a la tragedia de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco. Consciente de su simbolismo, la Asamblea Interuniversitaria ha convocado a una primera manifestación en las calles para el 13 de septiembre, aniversario de la histórica «Marcha del Silencio» del 13 de septiembre de 1968, incluso con el mismo recorrido de aquella época.
Pero ante la sorpresa de este resurgimiento del movimiento estudiantil vuelven a presentarse especulaciones, intentos de explicaciones sobre su origen que se apoyan en la vieja teoría de la conspiración, tan utilizada por cierto por el anticomunista gobierno de Díaz Ordaz en 1968. La obsesión de estos teóricos de la conspiración se ubica en la agresión de los porros a los estudiantes del CCH Azcapotzalco que protestaban en la Torre de Rectoría el pasado lunes 3 de septiembre. Como sabemos, la respuesta a esta agresión de los porros se expresó,en la siguientes horas, en multitud de asambleas estudiantiles en escuelas y facultades y en la gigantesca movilización y concentración en Ciudad Universitaria el miércoles 5. Inmediatamente se iniciaron huelgas y paros estudiantiles durante esa semana y se conformó la Asamblea Interuniversitaria con representantes de las escuelas y facultades en movimiento.
Ante la dimensión del movimiento que está surgiendo, algunos analistas ponen el énfasis en el punto que lo detonó: la brutal e inesperada agresión de los porros a la protesta original de los estudiantes del CCH Azcapotzalco por demandas propias de su bachillerato. Ponen el énfasis en buscar lo que llaman «la mano que mueve la cuna», es decir a los autores intelectuales de la agresión, los que decidieron enviar a estos porros a atacar en plena Ciudad Universitaria y ante la mirada de decenas de medios de comunicación además del uso por parte de los estudiantes de las «redes sociales».
Es cierto que la agresión de los porros del día 3 ocurre de forma muy extraña, tanto por el salvajismo del ataque (con muchos jóvenes heridos entre ellos dos de gravedad, uno de la Facultad de Filosofía y otro de la Prepa 6) como por lo desproporcionado de la agresión, realizándola a la luz pública en CU y no como lo hacen cotidianamente en los planteles de bachillerato o en las calles aledañas a los mismos donde roban y atacan a los estudiantes. Parecería querer dejar un mensaje político, más que un descuido en la arbitrariedad de la agresión. Incluso por la presencia de funcionarios de la Universidad que aparecen en los videos en comunicación permanente con los porros durante las varias embestidas de ataque. El problema, sin embargo, es que  la especulación sobre «la mano que mueve la cuna», sobre el origen e intención de la agresión o provocación de los porros se tiende, en consecuencia, a desacreditar al propio movimiento. Como si el movimiento fuera resultado de la provocación en el sentido de que siguiera la agenda, la intención, de los autores de la primera agresión. Independientemente del incidente inicial y del interés de quienes lo provocaron, debemos defender la legitimidad e independencia del movimiento que está surgiendo. Las y los estudiantes que se movilizan en asambleas y marchas, así como más compañeros que se van sumando o apoyando, sean maestros o empleados universitarios, así como de otros sectores en lucha, están conformando un movimiento auténtico y legítimo por sus propias demandas que incluyen en primer lugar el repudio al ataque del día 3 y el castigo y desmantelamiento de las estructuras porriles en la Universidad, así como nuevas y enriquecedoras demandas porque hay las condiciones sociales que lo permiten y no por ser resultado de un maquiavélico plan o conspiración.
A propósito del 68, hay que recordar que el histórico movimiento estudiantil de aquel año inició incidentalmente con el ataque de porros en las escuelas del rumbo de la Ciudadela, en la Preparatoria «Isaac Ochoterena» y en la Vocacional. El ataque de los porros generó una protesta de estudiantes del Poli que coincidió con un mitin en la Alameda por el aniversario de la Revolución Cubana el 26 de julio y las agresiones, ahora de la policía, se extendieron hasta el Barrio Universitario (que entonces se ubicaba alrededor del Zócalo) para culminar con la toma, por parte del ejército, de la Prepa 1 por medio del bazucaso que destruyó la puerta de la Prepa de San Ildefonso. Todo originado por agresiones de porros y policías entre el 22 y el 26 de julio. Los teóricos de la conspiración insistieron en buscar «la mano que mueve la cuna» y lo que querían lograr con su provocación (incluso llegaron a decir que casualmente los botes de basura del centro de la ciudad estaban llenos de piedras para que los estudiantes pudieran defenderse). Pero, de nuevo, independientemente del incidente inicial y los posibles autores e intenciones de la provocación surgió un auténtico y legítimo movimiento, con un programa propio (el pliego petitorio de 6 puntos), una dirección propia (el CNH) y métodos de lucha abiertos y públicos (las enormes manifestaciones y mítines) todo en lucha por libertades democráticas ante el asfixiante clima represivo y autoritario de los gobiernos del PRI. El propio Díaz Ordaz insistió en su propia teoría de la conspiración sosteniendo todo el tiempo que el movimiento era producto de «agitadores extranjeros», de alborotadores, de provocadores intentando boicotear las Olimpiadas de aquel año o de desestabilizar al país y sus instituciones. No hay que olvidar que su mano derecha era el entonces Secretario de Gobernación, Luis Echeverría que goza de impunidad y quien todavía está vivo, así como varios del equipo echeverrista ya en la Presidencia de la República que tuvieron importantes posiciones en el gobierno y en el PRI y que hoy siguen políticamente activos.
Desde entonces los porros constituían grupos de choque, con el pretexto de la «animación deportiva» para el control político de los estudiantes por medio de la violencia y la fuerza. El otro mecanismo de control y cooptación políticas eran las Federaciones de Estudiantes y Sociedades de Alumnos, estructuras hechas a imagen y semejanza del priísmo y el presidencialismo extendida a toda estructura política en México: Comité Ejecutivo con Presidente, secretarios, vocales, etc. Esta estructura con el movimiento del 68, con el CNH y los Comités de Lucha en general desapareció. Pero la estructura porril no desapareció. Fue siendo heredada a las siguientes administraciones universitarias y políticas.
Por esa razón es que en el caso de la Ciudad de México gobernada por el PRD desde 1997 se dió también otra peculiar evolución en paralelo a la degeneración e institucionalización de ese partido. En la combinación del oportunismo de charros y burócratas de las viejas estructuras del PRI en el DF y el desarrollo de un nuevo corporativismo desde el nuevo gobierno, algunos sindicatos con direcciones charras pero ubicados en el DF, organizaciones de vendedores ambulantes, de taxistas pasaron a ser de instrumentos de control del PRI a serlo del PRD y sus «tribus» en la Ciudad de México. Lo mismo ocurrió con grupos de porros sobre todo en escuelas de bachillerato en ciertas Delegaciones donde estas «tribus» perredistas crearon sus propios grupos de choque y que en los dos últimos procesos electorales los hemos visto actuar violentamente contra sus antiguos compañeros de partido, actualmente en Morena.
Por estas razones es que los que insisten en la teoría de la conspiración hoy, piensan que «la mano que mueve la cuna» puede provenir de los perdedores de la pasada campaña electoral: el PRI y el bloque PAN-PRD. ¿Con qué objetivo? Lo que sugieren estos analistas es que la provocación busca desestabilizar la «transición de terciopelo», la tersa transición de gobiernos que ha ofrecido AMLO. Una transición sin sobresaltos, ni rupturas, ni crisis, manteniendo las inversiones y la confianza de los empresarios y sin «revanchas» sino buscando la reconciliación.
El problema es que hay lopezobradoristas que son «más papistas que el Papa» y que insisten en considerar que cualquier lucha, resistencia, movimiento o reclamo hoy es imprudente, provocador o inconveniente para la tersa transición a la que se ha comprometido AMLO. Insultan a los movimientos diciendo que les parece una sospechosa casualidad que haya movimientos que luchan hoy y que -según ellos- no lo hicieron contra el gobierno de Peña u otros. Ignorantes a conveniencia no saben, por ejemplo, que la lucha contra el nuevo aeropuerto en la Ciudad de México tiene ya 18 años habiendo empezado en la época del gobierno de Fox, incluyendo la represión de mayo de 2006, cuando era gobernador del EdoMex Peña Nieto y que dicho aeropuerto es parte de un proyecto neoliberal apoyado por los gobiernos de todos los colores.
Esta visión equivocada no entiende que el triunfo de AMLO y Morena en las elecciones es en mucho resultado de un cambio en la relación de fuerzas y conciencia popular después de muchas luchas y resistencias contra las reformas neoliberales y la violencia impuestas por los anteriores gobiernos que llevó al hartazgo popular contra el PRIAN expresada el 1 de julio en las urnas  Fueron luchas previas a las elecciones que se realizaron en forma paralela y frecuentemente en relación conflictiva con las campañas electorales. Por eso, esas luchas y otras han de continuar después de las elecciones y en todo caso aprovechar el debilitamiento de las estructuras corporativas del PRI después de su aparatosa derrota electoral y antes de que surja un nuevo corporativismo que quiera sujetar y administrar al movimiento.
El movimiento estudiantil que está surgiendo tiene claramente estas características autónomas y legítimas. Más allá de las provocaciones porriles del 3 de septiembre,el movimiento viene de un descontento y luchas previas que ahora fueron detonadas en una expresión masiva. No es solamente la agresión porril del día 3. Es una presencia cotidiana de los porros en Prepas y CCHs. Por eso, efectivamente, no basta con la expulsión de una docena de porros o el encarcelamiento de algunos de ellos o el cese de funcionarios bajos encargados de coordinar a estos porros, sino desmantelar completamente la estructura porril. Esa estructura porril está sostenida materialmente desde oficinas universitarias y también de partidos como el PRI y el PRD, en algunos casos desde gobiernos delegacionales. Desmantelar esta estructura es lo que también apunta a la necesaria lucha por democratización de la Universidad (y las otras instituciones de educación, como lo muestra la lucha de los del Poli hace unos años).
La crisis financiera en que viven diversas universidades en los estados, es también fuente -que em pieza ya a expresarse estos días- de otra fuente para un nuevo movimiento estudiantil. Esta lucha va más allá de la entrega de los reursos a las universidades, sino que es parte de la lucha contra la privatización de la educación y por la educación laica y gratuita.
Pero la violencia no se circunscribe a los porros. La otra demanda que desde la movilización de los compañeros del CCH Azcapozalco estaba ya enarbolada el 3 de septiembre es cuanto a la violencia contra las mujeres. Desde antes del 3 de septiembre ha surgido un fuerte movimiento de mujeres,  jóvenes estudiantes, denunciando el acoso y hostigamiento sexuales de maestros, autoridades y estudiantes contra ellas. Esta violencia ha llegado incluso hasta el feminicidio en el propio campus universitario, como lo recuerda todo el tiempo el caso de Lesvy. Estas luchas vienen de atrás y son parte de un nuevo auge del movimiento de mujeres y del feminismo que se expresa no sólo en México, sino en América Latina (recuérdese el caso de Argentina, por ejemplo), en Estados Unidos (la movilización de mujeres contra Trump en su toma de posesión) y a nivel mundial. La teoría de la conspiración para desestabilizar la transición de terciopelo obviamente no sirve para un movimiento de tal amplitud. Es como el 68 mexicano precedido o siendo parte de la movilización de la juventud contra la guerra en Vietnam, el Mayo 68 francés o la Primavera de Praga.
No es casualidad que en la movilización del 5 de septiembre contó con importantes si no es que mayoritarios contingentes de jóvenes mujeres estudiantes. Igual el hecho de que la Asamblea Interuniversitaria aprobó como una de sus demandas centrales la lucha contra la violencia de género, es decir contra el hostigamiento sexual y el feminicidio.
En estos días, las asambleas y la Interuniversitaria irán definiendo su propio programa de lucha. Igual que en el 68 no se sorprendan si estas demandas van más allá de las cuestiones académicas internas apuntando a demandas políticas más generales en la lucha por derechos y libertades democráticas. Revisen el pliego petitorio de 6 puntos del 68 para comprobar que la importancia histórica del movimiento es que iba más allá de la cuestión académica interna.
Lo trascendente es que el movimiento recupera la vía de acción de masas y en forma directa en las calles y los campus universitarios, sin limitarse a los viciados procesos electorales y parlamentarios, al respeto a las formas y transiciones reconciliatorias.
En estos días ya han dado muestras de energía, creatividad y alegría propias del movimiento de masas estudiantil. En la marcha del 5, los de Música salieron interpretando Nabuco, las mujeres de algunas facultades marcharon en contingente propio al mismo tiempo que exigieron en la asamblea de la Fcaultad de Filosofía que al sumarse al paro de varios días reclamaban un piso del  edificio exclusivo para las mujeres, al mismo tiempo que en redes sociales hacían galas de memes, carteles  y mensajes de lucha diversos. Con nuevos y modernos recursos inexistentes en el 68, recuperan rápidamente el espíritu rebelde, radical, alegre y subversivo del 68. Un programa incluyente de todas estas demandas, un funcionamiento democrático como el del 68, no excluyente de nadie y unitario sobre la base de la movilización de masas
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OCDE publica Education at a Glance 2018 y enfatiza la necesidad de focalizarse en la primera infancia

Informe/13 Septiembre 2018/OCDE

Este martes, la OCDE publicó su informe Education at a Glance 2018, que contiene interesantes datos comparativos relativos a los sistemas educativos de sus países miembros. Durante esta mañana, el investigador de la OCDE, Daniel Serra se encuentra en el Ministerio de Educación presentando los resultados para nuestro país. No obstante, anticipándonos a ello, a continuación revisamos dos de los principales puntos que fueron resaltados por Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, durante la presentación del informe completo que se llevó a cabo en Paris. En la instancia, éste enfatizó la relevancia de la educación inicial y el desafío de lograr una mayor equidad tanto en el acceso como en la calidad de la educación en todos los niveles, partiendo por el preescolar.

La importancia de una educación inicial de calidad

El recién lanzado informa verifica que la educación preescolar de alta calidad es capaz de mejorar las habilidades cognitivas y el desarrollo socioemocional de los niños, permitiéndoles una mayor movilidad social y contribuyendo con la reducción de la pobreza. En ese contexto, la tasa niño/educadora de párvulo, así como la formación de éstas, es clave a la hora de explicar el éxito de este nivel educativo, especialmente en el caso de niños provenientes de contextos más desfavorecidos. No obstante, se señala que los países del conglomerado todavía destinan una proporción menor de recursos públicos a este nivel en comparación con la educación superior.

Ahondando en los datos que proporciona el informe al respecto, se encuentra que la cobertura de la educación parvularia en el caso de Chile es similar al promedio de la OCDE en niños de 4, 5 y 6 años, no obstante, es sustancialmente inferior en niños de 3 años y menos (Tabla Nº 1). Asimismo, es interesante constatar el importante incremento que experimentó la cobertura de este nivel educativo en nuestro país durante la última década: mientras el año 2005, la cobertura entre niños de 3 a 5 años alcanzaba apenas el 39% (versus 76% promedio OCDE), en 2015 y 2016 ésta se ubicó en 79%, reduciendo considerablemente la brecha –aunque manteniéndose aún por debajo- del promedio de la cobertura promedio en los países de la OCDE (86%).

“Lo anterior muestra que el desafío que persiste en términos de cobertura de educación parvularia se concentra en los niños de 3 años, diagnóstico que es coincidente con los recientes anuncios del Gobierno respecto al pronto envío de un proyecto de ley para crear un financiamiento vía subvención para este nivel”, señala María Paz Arzola, Coordinadora del Programa Social de LyD. En ese contexto, si bien el mismo informa indica que el gasto promedio por niño en Chile es todavía bajo en comparación con el promedio de la OCDE (US$ 5.910 versus 8.759 PPP), es importante mirar ese dato en contexto, pues nuestros ingresos son todavía comparativamente bajos respecto al conglomerado, de manera que el menor gasto no sólo en educación parvularia, sino también en el resto de los niveles, es esperable (Tabla Nº 2). Así, al comparar el gasto como porcentaje del PIB (Tabla Nº 3), se encuentra que en realidad el esfuerzo que realiza nuestro país dada nuestra realidad de ingresos es bastante alto y que la mayor brecha respecto a los países de la OCDE se produce en la enseñanza media.

De esta forma, es importante que más allá del financiamiento, se avance en el aseguramiento de la calidad en este nivel educativo, tarea para la cual nuestro país ya cuenta con una institucionalidad dentro del Ministerio de Educación. La tarea pendiente, sin embargo, es avanzar en la implementación de dicho sistema.

Empoderamiento de los docentes y directivos escolares

Un segundo tema abordado en la presentación de este extenso informe en Paris, fue la relevancia de empoderar a directores y profesores, involucrándolos en la toma de decisiones. Si bien se señala que es complejo determinar la mejor forma de distribuirse tareas entre el Ministerio de Educación y las autoridades locales, y los directivos, profesores y la comunidad escolar, el informe plantea que el centralismo en las decisiones no asegura una asignación equitativa de recursos. “Esta conclusión es sumamente relevante para el contexto nacionalen que se está implementando en forma gradual la Carrera Docente promulgada por el gobierno de la Presidenta Bachelet, la cual concentrará en el Ministerio de Educación la evaluación y remuneración de más del 90% de los profesores del país –los que ejercen en establecimientos municipales, particulares subvencionados y de administración delegada-“, dice María Paz Arzola. En lugar de avanzar hacia la entrega de mayor autonomía a los directivos escolares en la administración de los recursos humanos, nuestro país extenderá parte de las rigideces que ya existen en el sector municipal hacia el particular subvencionado.

Descargar informe aquí: https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/eag-2018-en.pdf?expires=1536847155&id=id&accname=guest&checksum=4125A1BD63FC3E6C3D12E2F096DF9F7F

Fuente: https://lyd.org/centro-de-prensa/noticias/2018/09/ocde-publica-education-at-a-glance-2018-y-enfatiza-la-necesidad-de-focalizarse-en-la-primera-infancia/

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Ir y venir de las reformas

Por: Carlos Ornelas

De acuerdo con porciones de la literatura internacional sobre reformas educativas, todos los intentos de cambio expresan propósitos preclaros —elevar la calidad de la educación es el dominante en estos años— aunque a veces sus acciones se encaminan a lo contrario. Hay reformas “placebo”, como las califican Mark Ginsburg y Susan Cooper: ofrecen remedios a males detectados, pero son inocuos. Otras son “idílicas” porque hacen propuestas inalcanzables que, sin embargo, generan expectativas en amplios grupos que, al ver frustrados sus anhelos, caen en la desesperanza o en la protesta política. Éstas, según Hans Weiler, provocan legitimidad “compensatoria”, pero de corta duración.

No obstante, en los intentos serios de reforma, los propósitos de cambio se alinean a la identificación clara de fallas, rutinas o prácticas que los reformadores consideran perniciosas para el aprendizaje de los alumnos y diseñan instrumentos —políticos y legales— para afrontar las deficiencias.

Casi siempre, estos tres tipos de reforma siguen un derrotero descendente: de la cúspide del poder político o económico hacia las estructuras del sistema. En aquellas en que los reformadores se aplican tratan de que sus apuestas lleguen a la base del sistema —el salón de clases— y de convencer a los maestros de que modifiquen —al menos en parte— ciertas prácticas.

Ninguna reforma educativa, por muy elevados que sean sus fines y que haya detallado las deficiencias que quiere subsanar, tiene un éxito absoluto —ni aún en plazo largo—, pero tampoco fracasa por completo, siempre deja un sedimento que otros reformistas tomarán en el futuro.

La mayor parte de las reformas educativas que han emprendido los gobiernos de México han sido de superficie. Explico, no llegan a la base del sistema, no alcanzan profundidad. Desde mi perspectiva, sólo tres tocaron a escuelas y maestros y dejaron solera que aún gobierna parte del sistema educativo mexicano. La que lideró José Vasconcelos, el joven, la de los años de la educación socialista, de plazo breve, y la de la unidad nacional cuyo ideólogo e impulsor fue Jaime Torres Bodet.

Dado el diseño y las consecuencias, no implica una reflexión sesuda postular que la Alianza por la calidad de la educación, que firmó el gobierno de Felipe Calderón con Elba Esther Gordillo, fue una reforma placebo. La única derivación fue el crecimiento del poder de ella, su grupo y los líderes de todas las facciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pero con efectos graves en la institución de la Secretaría de Educación Pública y sin resultados positivos ni en la organización escolar, ni en la preparación de los docentes ni en el aprendizaje de los alumnos.

Desde su campaña y ahora con la consulta, el futuro presidente, Andrés Manuel López Obrador, y el próximo secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, han generado expectativas inmensas: no habrá rechazados en la educación superior, becas para todo mundo, 100 nuevas universidades y crecimiento exponencial de la matrícula. Pero hay dudas de que puedan cumplirse; no es asunto de voluntad política, sino de recursos, diseño y seguimiento correctos. Seis años es un plazo breve.

Lo que sí podrá cumplir, dada la legitimidad del voto y la mayoría de Morena en las cámaras, es repeler ciertas tramas de la reforma del gobierno de Peña Nieto. Sin embargo, corre el riesgo de quedar prisionero de los viejos intereses corporativos y en lugar de una nueva transformación educativa tengamos un retorno al pasado.

EMB anunció la semana pasada en Durango que regresarán a las aulas “los maestros que fueron dados de baja por no asistir a las evaluaciones magisteriales”. Parece que hay voluntad de cumplirle a la CNTE, pero —tal vez— a costa de perjudicar a la niñez.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/ir-y-venir-de-las-reformas/

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La propuesta educativa. Profesionalizar todo para garantizar un avance integral del servicio educativo

Por: Miguel Ángel Pérez

El último intento de reforma educativa en nuestro país, terminó por caricaturizar lo que es verdaderamente una reforma educativa integral y estratégica. Los titulares de la SEP en el sexenio de Enrique Peña Nieto estuvieron muy por debajo de sus propias aspiraciones, el caso más claro es el de Aurelio Nuño, él aspiraba a una reformas educativa como trampolín para garantizar (y encubrir) sus aspiraciones políticas. No le resultó y ahora será un desempleado más del sistema, al igual de tantos priistas que han perdido mucho, a partir de las pasadas elecciones.

Sin embargo las señales que ha mandado lo que será el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, son turbias y contradictorias, el debate no está en si la reforma educativa sigue o se anula. El verdadero debate reside en cuáles son las vías y los recursos para garantizar mejoras sustantivas a la calidad educativa que la entidad pública ofrece en este país. En este sentido, la profesionalización de todas las instancias que abarcan el sistema educativo nacional es la clave.

El tejido institucional en el seno de la SEP ha tenido un deterioro notablemente significativo (por decir lo menos), para donde volteemos encontramos déficits e incumplimiento de metas. Ya sea Educación básica, Media superior, Superior, Normales, Educación especial, Indígena, etc. El problema reside en que el sistema funciona como una serie de instancias aisladas y desarticuladas entre sí, el sistema no lo es en realidad, sino sólo un concepto, una abstracción o distintas instancias que cada uno funciona por su lado.

Se trata ahora de definir por dónde empezar y trazar una ruta critica para el cumplimiento de metas y objetivos estratégicos. En todo ello, el trabajo y las propuestas de los y las docentes son fundamentales para garantizar llegar a buen puerto en las aspiraciones del proyecto educativo para el país.

En este sentido, no sólo se aspira a modificar las formas de administrar y gestionar el curso de acción del propio sistema, también se trata de cambiar para mejorar los contenidos del mismo. La reforma educativa por venir, deberá pensar en realizar profundos cambios desde los cimientos del propio sistema. Por ejemplo ¿cuáles son las preguntas que se hacen desde la educación básica para mejorar la calidad educativa?, ¿cómo presentar una oferta educativa más atractiva y significativa para los jóvenes y adolescentes que asisten a la educación media? ¿Cómo garantizar una mejor formación profesional para garantizar una pronta inserción laboral de los y las egresados de la educación superior?

Las preguntas si bien están planteadas en un plano muy general, están pensadas en que nos ayuden a perfilar de mejor manera los cambios y las distinciones que caracterizan el nuevo rostro de la SEP en el siguiente sexenio.

Las señales que se han lanzado hasta ahora, no dan cuenta de que estamos ante una auténtica aspiración de verdaderos cambios en educación, parece que sólo cambiarán las personas y el estilo de hacer las cosas. El problema de fondo sigue estando presente ante la grava pregunta ¿Cuál es la reforma educativa que nuestro país necesita? Y después de responder seguiría ¿Cuáles serían las primeras acciones y los primeros pasos que se deberán dar para caminar congruentemente en dicha perspectiva?

Profesionalizar el sistema tiene que ver con un compromiso serio de exigirle tanto a las instancias de arriba pero también a las de abajo, de que contribuyan en el cumplimiento de sus tareas específicas. Profesionalizar significa saber hacer bien las cosas en la perspectiva de un proyecto más amplio cuya globalidad está definida en la perspectiva de un proyecto claro que responde socialmente a lo que este país necesita en términos del desarrollo educacional.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-propuesta-educativa-profesionalizar-todo-para-garantizar-un-avance-integral-del-servicio-educativo/

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La transformación que Duque propone para Ser Pilo Paga

Por: Semana Educación

El gobierno estudia lanzar un programa de becas en las que el Estado ponga una parte y las universidades otra. Del mismo modo, busca fortalecer el presupuesto de las universidades públicas. El objetivo es que más estudiantes puedan acceder a la educación superior.

El programa  Ser Pilo Paga  podría vivir en pocos días una transformación inesperada. Después del anuncio de la ministra de Educación, María Victoria Angulo, sobre la desfinanciación en que encontró esta iniciativa, se creía que la política de becar a los estudiantes menos favorecidos había llegado a su fin. Sin embargo, el presidente Duque entregó un parte de tranquilidad el pasado sábado. Ese día aseguró que mantendría su promesa de campaña de cumplir con los 40.000 jóvenes que lo conforman y además, entregó algunas puntadas de lo que tiene en mente. «Esos muchachos pueden estar tranquilos que van a terminar sus carreras», dijo.

En el Taller Construyendo País, la reunión que el primer mandatario hace cada semana en las regiones, Duque aseguró que existe una necesidad de aumentar más la cobertura de la educación superior. Con esto, el presidente tocaba el corazón a la principal crítica que tuvo el programa bandera de Juan Manuel Santos. Los más duros cuestionamientos se centraron siempre en que este apenas lograba beneficiar a 10.000 estudiantes por año, una cifra muy lejana de las necesidades del país.

El presidente presentó una fórmula diferente para poder becar a los estudiantes.»La cobertura exige que nosotros podamos incluir más universidades públicas en un programa de gratuidad y decirles a las universidades privadas que también pongan», aseguró. En esas dos vías está marcada la nueva propuesta que se presentará en un mes. La idea más que eliminar el programa es extenderlo a otros estudiantes y cambiar el sistema de negociación con los centros académicos.

El problema central de la continuidad de Ser Pilo Paga, tal y como lo diseñó la exministra Gina Parody, es la financiación. Según dijo la ministra de Educación, María Victoria Angulo, en diferentes entrevistas radiales, se necesitan cerca de 2 billones de pesos para financiar a los 39.990 estudiantes que hacen parte de este. Expertos consultados por SEMANA aseguraron que desde antes ya se sabía que el programa era insostenible. Como los jóvenes podían elegir no solo la carrera, sino también la universidad y la ciudad donde querían estudiar, el resultado fue que el 79 por ciento de los muchachos terminaron en las universidades privadas más costosas del país, en las carreras más caras y se concentraron solo en tres ciudades, Bogotá, Medellín y Cali.

El hecho de que universidades privadas como Los Andes, la Javeriana y la Sabana se quedaran con el mayor número de “pilos”, como se les llama a los jóvenes del programa, hizo que esos recursos que el Estado destinaba para ese fin nunca llegaran a las universidades públicas, y también disminuyó el dinero que estas últimas recibían del Estado. El 50 por ciento del presupuesto de la nación terminó en la bolsa de Ser Pilo Paga.

Un modelo que logre integrar tanto a las universidades públicas como a las privadas será la apuesta del nuevo gobierno. Se están estudiando sistemas como los que existen en otros países, en los que el Estado financia un monto, pero las universidades ponen una contrapartida. Gracias a Ser Pilo Paga algunos centros educativos privados recibieron un número muy alto de estudiantes becados por la Nación. En los primeros años, la Universidad de la Salle, la Javeriana y la Universidad del Norte contaban con más de mil alumnos por año. Mientras Los Andes, por ejemplo, cerca de 600 estudiantes, que representaban la tercera parte de todos los que ingresaban allí. Aunque algunas de estas pusieron ayudas para la manutención de los estudiantes, el grueso de los gastos corría por cuenta del Estado.

Otras universidades fueron más cautas y limitaron el número. Algunos rectores consultados por SEMANA sostuvieron que como no había seguridad de que el programa estuviera financiado por muchos años, decidieron ser prudentes para que luego, en caso de que este se acabara, los presupuestos de las instituciones no se afectaran. Los directivos cuentan que cada año el gobierno los llamaba a preguntarles si era posible que la universidad pusiera una parte, pero que esas ayudas nunca se pudieron concretar. «Estos programas se usan en el mundo, pero en Colombia -a diferencia de lo que sucede en otros países- no tuvieron cofinanciación. Si el Estado estaba pagando 40.000 estudiantes, por lo menos se esperaría que las universidades pusieran el 50 por ciento del valor de la matrícula», explica Julián de Zubiría, rector del colegio Alberto Merani.

Más allá de los costos el programa sí representó una verdadera revolución social para quienes fueron beneficiarios. Por primera vez, miles de jóvenes de los lugares más apartados del país lograron llegar a universidades de elite que sin la estrategia de Ser Pilo Paga, ni siquiera habrían podido soñar. Con esto, se logró reducir la brecha de inequidad, hubo un valor agregado del intercambio cultural y se aumentaron las probabilidades del 30 al 70 por ciento de que jóvenes de escasos recursos llegaran a universidades como Los Andes. Las historias de jóvenes de veredas, muchas golpeadas por el conflicto armado, entrando a estos centros académicos conmovieron al país.

El rector de la Universidad Icesi de Cali, Francisco Piedrahita, asegura que el programa «no es tan costoso como lo pintan» y que su desempeño no puede verse solo en números presupuestales. Agrega que «dejaron que el programa se difamara cuando era un éxito y que sufriera todo tipo de ataques. Lamentablemente el éxito, como en todo, solo se ve con el tiempo. En unos años se sabrá qué significó llevar a la universidad a estos estudiantes».

Sin embargo, para muchos, entrar a la universidad no debería ser un privilegio de los más pilos, sino de muchos más. Francisco Cajiao, exrector de la Universidad Pedagógica y la Universidad Distrital, le dijo a SEMANA: “A mí también me gustaría que fueran a estudiar a Londres a Nueva York, pero tenemos que ver cuántos jóvenes tenemos y cómo repartimos la plata. El programa no podía basarse únicamente en el mérito”. Cajiao agregó que hoy la cobertura en educación superior en Colombia es solo del 35 por ciento, un porcentaje muy bajo en comparación con otros países de América Latina que tienen coberturas del 50 por ciento o más. Entre estos están Chile que ha logrado una cobertura del 87 por ciento.

Según los expertos consultados, para que el país llegue a una cobertura similar necesitaría abrir al menos 600.000 cupos más. Ese cambio, sin embargo, no sucede de la noche a la mañana. Para que una universidad pueda abrir 1.000 cupos necesita renovar su infraestructura y contratar casi que una nueva planta docente. Victoria Elena González Mantilla, docente investigadora de la Universidad Externado de Colombia, le dijo a SEMANA que celebra la decisión del presidente de fortalecer las universidades públicas. Sin embargo, se pregunta ¿cómo lo va a hacer cuando el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, redujo el presupuesto de esta cartera en 33 por ciento? “Genera preocupación es que terminen por no subsidiar al grupo pequeño de estudiosos, y que por otro lado, tampoco se pueda hacer inversión en la universidad pública por los recortes que ha anunciado el gobierno”, agrega.

En cuanto a la idea que los estudiantes paguen una parte del dinero y que las universidades paguen otra, Dustin Tahisin Gomez, docente investigador de varias universidades y estudiante del doctorado en agrociencias de la Universidad de la Salle, explicó que después de terminar la carrera los jóvenes podrían devolver el 50 por ciento de lo que costó su educación para crear una bolsa de recursos para financiar la matrícula de las generaciones. Según él, también será necesario buscar que el sector privado se involucre realmente con la academia.

Lo que viene en las próximas semanas no será fácil. El gobierno comenzará a estudiar modelos y a formular propuestas. En este momento hay un equipo dedicado a este asunto que comienza por definir un nuevo nombre para ese programa. Se ha hablado de llamarlo «Todos somos pilos», pero la fórmula no convence a algunos que sienten que evoca un poco de espejo retrovisor. Se espera que el borrador se presente después de que los bachilleres presenten sus pruebas de Estado.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/ivan-duque-programa-de-educacion-reemplazaria-a-ser-pilo-paga/582553

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Unicef: Una lección diaria: Acabar con la violencia en las escuelas #ENDViolenceSchools

13 Septiembre 2018/UNICEF

La mitad de los estudiantes de 13 a 15 años en todo el mundo experimentan violencia entre pares en la escuela y en sus alrededores. Esta violencia afecta a corto plazo el rendimiento académico de los estudiantes, y a largo plazo deja una impronta en su futuro. Este informe detalla la prevalencia de la violencia en las escuelas y sus alrededores, y resalta los esfuerzos de los estudiantes, y de UNICEF y sus aliados para acabar con la violencia en las escuelas.

Descargar informe aquí:  https://www.unicef.org/spanish/publications/files/An_Everyday_Lesson-ENDviolence_in_Schools_Sp.pdf

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