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El misterio del doble uno

Por: Roberto Rodríguez

Aunque había antecedentes, la intención de colocar los procesos de evaluación al centro de la gestión de la educación superior en México cobró nuevas relevantes a partir del Programa para la Modernización Educativa (1989-1994). En el PME se incluyó, a propuesta de ANUIES, el lineamiento de impulsar la calidad de la educación superior mediante procesos de evaluación interna y externa de las instituciones. Esta idea se concretó inicialmente en la creación de la Comisión Nacional de Evaluación de la Educación Superior (CONAEVA, 1989).

La evaluación externa se plasmó en la creación, también a instancias de la ANUIES, de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES, 1991), que fueron instituidos por la Coordinación Nacional de Planeación de la Educación Superior (CONPES), órgano de enlace entre la representación de las universidades públicas y el gobierno federal. Según su definición inicial, los CIEES se encargarían de la realización de evaluaciones diagnósticas y de la acreditación de programas académicos, funciones de administración y gestión y funciones de difusión y extensión de la cultura, en las instituciones de educación superior que lo solicitaran.

Desde su creación, los “comités de pares”, son cuerpos colegiados integrados por académicos de diversas instituciones del país, que se encargan de evaluar programas, funciones, servicios y proyectos de instituciones que lo solicitan. En 1991 el titular de la SEP instaló los primeros cuatro comités disciplinarios, y en 1993-1994 la CONPES instaló los restantes Posteriormente se pusieron en operación otros dos comités, el de Administración y Gestión Institucional, y el de Difusión y Extensión de la Cultura, que realizan evaluación de funciones. Más recientemente se concedió a los CIEES la atribución de acreditar los programas de formación docente de la Normales.

En la práctica, el trabajo de los comités consiste en la revisión, evaluación, dictamen, emisión de recomendaciones, y seguimiento. Se compara el programa con el modelo educativo de la institución, y con el marco de referencia del comité evaluador, marco que contempla los indicadores y parámetros definidos por éste. El procedimiento incluye un estudio documental del programa, una visita de campo, y la formulación del informe. Los resultados son confidenciales y se entregan al rector de la institución, aunque la manifestación del resultado final es pública. La evaluación se concretaba, hasta fecha reciente, en una calificación general en tres niveles, expresivos del grado de consolidación del programa, así como recomendaciones para su mejora. El trabajo de validación de evidencias y de entrevistas con los actores relevantes de cada programa corre a cargo de especialistas contratados por los CIEES. Hasta la fecha los CIEES han evaluado más de siete mil programas, cuentan con una capacidad de evaluación que se aproxima a quinientos por año y persiste una demanda anual cercana a un millar de solicitudes. Las evaluaciones cuestan a las instituciones aproximadamente setenta mil pesos por programa y otros cuarenta mil si deciden contratar la capacitación para el autoestudio que ofrecen los CIEES.

Un punto de inflexión muy importante en la trayectoria del programa fue la determinación de las autoridades, al inicio de la gestión del presidente Fox Quezada, de hacer valer la calificación de “Nivel 1” lograda en la evaluación como evidencia de la buena calidad de un programa. Además, proveer estímulos para la preparación de las evaluaciones y formas de recompensa una vez alcanzado dicho nivel. Esta política explica, en buena medida, el éxito que ha tenido el sistema como fórmula de evaluación externa de los programas de en instituciones públicas, aunque tal aceptación no se ha reflejado en el sector privado.

Así las cosas, en diciembre de 2015, en el marco de la IV Sesión Ordinaria de la Asamblea General de Asociados de los CIEES, se tomó el siguiente acuerdo que modifica la escala de evaluación vigente hasta entonces. El resolutivo dice esto: “Los integrantes de la Asamblea aprueban por unanimidad de votos la propuesta de reconsideración de la vigencia de los reconocimientos que otorgan los CIEES en las siguientes modalidades: Nivel 1, con vigencia de cinco años; Nivel 1, con vigencia de dos años y, Nivel 2.” La nota informativa del caso indica que “estas modalidades de nivel y vigencia podrán ser otorgadas, por los Comités Interinstitucionales respectivos, a todos los programas que sean dictaminados a partir de abril de 2016. Es importante mencionar que el Nivel 1 de dos años no podrá ser refrendado al término de su vigencia. Los programas que se encuentren en esa condición podrán optar por solicitar una nueva evaluación, antes de concluir esta vigencia, y estar en posibilidades de acceder al Nivel 1 con vigencia de cinco años o pasar al Nivel 2.” Por último, se reitera que “tanto el Nivel 1 de cinco años como el Nivel 1 de dos años, contarán para las estadísticas de matrícula inscrita en programas de buena calidad de la SEP.”

O sea que ahora hay dos niveles uno (el de cinco años y el de dos años). ¿Para qué se hizo este cambio? Según la versión de CIEES, venía ocurriendo que la una proporción importante de los programas se ubicaba en el nivel dos, ya que con solo algunas observaciones sobre “áreas de oportunidad”, no podían alcanzar el nivel uno en la primera revisión. Que, en consecuencia, algunos programas de buena calidad resultaban temporalmente marginados del reconocimiento de sus avances y méritos. Y que el cambio promovía una evaluación más justa y equilibrada que, además, con el límite temporal de dos años estimulaba la inmediata corrección o mejora de los aspectos observados.

Creo que el argumento es válido seguramente se procedió en esa lógica. Pero no hay que quitar de la mira que el “doble uno” hará que la meta programática de la SEP (proporción de matrícula en programas de buena calidad) se alcance con mayor prontitud. ¿O no?

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El misterio del doble uno

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Investigación ética desde la filosofía crítica y metodología de ciencias sociales

Por: Agustín Ortega Cabrera

Como se ha estudiado, las ciencias sociales como es la sociología nacen con la conocida como cuestión social en la época moderna e industrial donde va dominando el capitalismo con sus desigualdades e injusticias sobre los obreros, las familias y los pobres. Frente a esta realidad, se van desarrollando corrientes de filosofía y pensamiento social que tratan de analizar, investigar todas estas patologías de las desigualdades e injusticias de la sociedad industrial y del capitalismo. Estamos en la génesis de la ciencia social y de la sociología con sus fundadores y clásicos. Lo que se pretende es explicar las causas de estos males y problemas sociales con las estructuras y sistemas que inciden, o comprender el sentido de la acción de las personas en sus inter-acciones sociales con la razón, carisma e ideales o valores. Un pensamiento social con conciencia, con carácter ético y crítico que explica la cohesión o el conflicto social con las estructuras y sistemas sociales que bien cohesionan o dominan y causan la desigualad, explotación laboral e injusticias sociales como es el empobrecimiento; que comprende a la razón y sus patologías, que re-fluyen con estas estructuras o sistemas, producidas cuando lo que impera es la racionalidad formal e instrumental que quiere lo utilitario, mercantilista y burocrático. Y olvida los fines y valores últimos como es la razón crítica-ética en la justicia con las víctimas.

Es pues una ciencia e investigación que quiere conocer, mejorar y transformar la realidad social e histórica con una praxis emancipadora de toda dominación, desigualdad e injusticia. Una práctica investigadora para la transformación humana, personal y social que se orienta y manifiesta los valores e ideales de justicia e igualdad, solidaridad y libertad. Comprendiendo y asumiendo los conflictos sociales, estratificación e injusticias entre los grupos económicos con las desigualdades, políticos con el poder y sociales con el estatus o prestigio. En donde el capital subsume al trabajo, al trabajo vivo negando así la vida de las personas que laboran y que son fines, no medios. Con la expropiación y alienación del valor real de su trabajo y salario, de la misma vida con sus necesidades y capacidades. La mercancía y el capital con su uso se convierte en fetichismo, que aliena a la persona con su valor, que convierte los bienes y al trabajo vivo, la misma vida, en mero instrumento de cambio, de lucro y rendimiento productivo. Lo que, como auténtica idolatría, diviniza al capital y al mercado que exige siempre el sacrificio de la vida del trabajador, de las personas y de los grupos sociales más oprimidos.

La investigación social crítica y ética siempre tiene como clave epistemológica el conocimiento real, inteligente y vital (asumir y sentir) la realidad de sufrimiento, desigualdad e injusticia u opresión que padecen las personas, los grupos sociales y víctimas. Como son los obreros, trabajadores, pobres (empobrecidos) y excluidos que se les priva de la satisfacción de sus necesidades vitales (privaciones sociales); que se les expolian los recursos y bienes que están al servicio de dichas necesidades o capacidades, deben servir liberadoramente a la vida y fin-dignidad de las personas. Con un destino y uso común, universal de los bienes, en este reparto y distribución justa de dichos recursos con solidaridad, equidad y carácter social de la propiedad-capital. La investigación social se lleva a todos los planos de la realidad, tanto el personal como el socio-estructural, en su crítica de todas estas patologías, contradicciones, asimetrías y desigualdades que generan los males e injusticias.

El análisis crítico-ético abarca la totalidad de la vida social, la realidad global de la persona con su vida social e histórica, que con su razón o conciencia y corazón puede alumbrar e idear malos sueños que se transmutan en pesadillas y monstruos como los patológicos de la modernidad. Los totalitarismos de los fascismos, del liberalismo economicista con el capitalismo y su mala repuesta como es un comunismo colectivista, el colectivismo estatalista de tipo leninista-stalinita, tienen unos presupuestos filosóficos, antropológicos y metafísicos más latentes o explícitos. Son esos reduccionismos y relativismos antropológicos que convierten metafísicamente la realidad humana en simple materialidad económica (economicismo), en colectivo amorfo estatal o en raza-nación. Son las idolatrías del mercado, capital, estado, partido y nación que como falsos dioses aniquilan antropológicamente al ser humano. Devorando metafísicamente a las personas que, despojadas de su sentido y condición de sujetos personales, se convierten en un mero objeto de cambio e instrumento de producción, dominio y apropiación por parte de este capital económico, político, racial, nacional y simbólico.

La razón formal e instrumental, que pervierte a la modernidad generando dichas patologías, se convierte en mecanismo de dominación de la naturaleza y del ser humano, de explotación del hombre por el hombre. Con la insaciable voracidad de dominio, utilitarismo, mercantilismo y burocracia que impide la memoria compasiva (sentida) y de la justicia liberadora con las víctimas de historia, que niega a la esperanza y liberación integral de todo mal, muerte injusticia. Esta ciencia social crítica con su filosofía humanista, ética y liberadora muestra que las personas no son objetos sino sujetos protagonista y gestores de toda la realidad social, política, económica y cultural, del mercado y del estado. Articula y asienta bien la justicia e igualdad en la sociabilidad solidaria de la persona, frente al capitalismo, con la libertad y participación (autogestión) democrática en contra del colectivismo estatalista que, en realidad, es un capitalismo de estado. Para una correcta comprensión de la inter-relación inseparable de la persona con la comunidad social/mundo en donde, lejos de todo dualismo u oposición, se fecundan mutuamente dichas realidades de la persona y lo social e histórico.

Como vemos, la ciencia social crítica se hace cargo (carga y se encarga) de lo real de la negatividad, de los sufrimientos e injusticias que padecen las víctimas u oprimidos. Con la materialidad de las condiciones de promoción de la vida y del bien común que son negadas por estos ídolos del capital económico (riqueza-ser rico) y político-estatal (el poder). Esta negatividad y materialidad, la negación de la vida digna a los seres humanos y a los pobres o excluidos, junto a una praxis liberadora de todo mal e injusticia con los oprimidos (pobres), son los criterios que constituyen a la ciencia (como es la social) en crítica. Y que analizan, juzgan o valoran como injusto, inmoral e inhumano a todo sistema, instancia real e ideología que niegue esta condición y naturaleza de la vida humana, que impida la vida digna e integral (en todas sus dimensiones o fases). Tal como impone el capitalismo o el colectivismo que son, por tanto, perversos, deshumanizadores y van en contra de esta ética socia crítica.

Por tanto, en la investigación social crítica se estudia toda esta desigualdad e injusticia causada por la acumulación del capital y los bienes en pocas manos, la de los rico y poderosos con sus sistemas e ideologías como el capitalismo y el colectivismo. Se observa y analiza como el capital crece exponencialmente, con dicha acumulación desigual e injusta, en detrimento de (contra) los bienes del trabajo, del trabajador, de las personas con sus familias y de los pueblos; como se alquila y se práctica la usura con todo, con los créditos e intereses y los bienes en general, negando este valor del destino universal y uso común de los bienes como es la propiedad para todos. Lo que endeuda para el presente y futuro a las personas, familias y pueblos con el cierre de todo desarrollo humano e integral. En esta línea, en nuestro mundo globalizado se investiga como este capital, sobre todo especulativo-financiero e irreal, genera un casino planetario. Con una economía de burbuja, tóxica y basura que especula con todo, genera las crisis y arruina a los pueblos, que pincha y estalla produciendo un estado de shock o colapso global.

Más esta ciencia social crítica, asimismo, articula la investigación con la acción-participación. Con la praxis protagonista y esperanza liberadora de los pueblos, pobres y movimientos u organizaciones populares, sociales y ciudadanos que buscan ese otro mundo posible. Una mundialización en la solidaridad, paz y justicia socio-ambiental e intercultural frente a la globalización del capital, de la guerra y la competitividad insostenible, anti-ecológica. Es la auténtica alternativa de la ecología integral en el desarrollo personal, humano, social y ambiental. La civilización del trabajo, la dignidad del trabajador con una economía al servicio de las necesidades de las personas, de los pueblos como clave del desarrollo integral; frente a la del capital, del lucro y beneficio. La civilización de la pobreza solidaria en comunión de vida, bienes y luchas liberadoras por la justicia con los pobres de la tierra como principio de humanización frente a la de la riqueza-ser rico, del tener y poseer por encima de este ser solidario.

Agustín Ortega Cabrera, Trabajador Social y Doctor en Ciencias Sociales (Departamento de Psicología y Sociología, ULPGC), Experto Universitario en Moral, Doctor en Humanidades y Teología (UM-ITM). Es profesor e investigador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y en el Centro Universitario de Estudios del Seminario Diocesano de Ibarra. Investigador en la Universidad Loyola Andalucía.

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Calidad educativa sin dinero

Por:  Claudio Escobedo

En los últimos 3 años se han escrito muchísimas páginas en torno a los conflictos que ha generado la imposición de parte del gobierno federal de Enrique Peña Nieto de la Reforma Educativa, una Reforma que de entrada no es educativa, es más bien, un mecanismo disfrazado de Reforma que tiene el propósito de recuperar el control del magisterio y racionalizar al mínimo los derechos laborales y de salario de las maestras y maestros de México.

Una discusión que ha orientado sus baterías sobre la exclusión de los maestros en el diseño de la Reforma, sobre la cuestionable evaluación del desempeño docente y sobre el Nuevo Modelo Educativo. Pero muy poco se ha discutido sobre los dineros que necesariamente se tienen que invertir para transformar el evidente rezago educativo que se vive a lo largo y ancho del territorio nacional.

Un asunto de mucha importancia que debemos prestarle más atención,  porque no hay un sólo ejemplo en el mundo, al menos documentado, donde se haya dado una transformación educativa de gran calado sin la participación de dinero extra, sin inversiones notables del Estado que ayuden a mitigar los graves y abundantes problemas que hay en el Sistema Educativo.

El tema no es para menos, puesto que según datos del INEGI y de la misma Secretaría de Educación Pública, de las 207 682 escuelas que hay de nivel básico en todo el país:

 

101 348 escuelas Carecen de drenaje
 98 000 escuelas Son multigrado con limitada conectividad
 64 381 escuelas No tienen agua potable directa
 26 583 escuelas No cuentan con sanitarios
 23 260 escuelas No tienen energía eléctrica
 50 000 maestros De inglés para 24 millones de estudiantes (500 X Maestro)

 

Son sólo algunos datos contundentes que nos ilustran con nitidez del grave rezago de infraestructura y operatividad que tiene la escuela pública mexicana.

Sin embargo esto no termina aquí, no olvidemos que uno de los actores principales del acto educativo son sin duda los maestros, los cuales lejos de estimular su desempeño con salarios dignos y suficientes por su labor estratégica, en los hechos las evidencias muestran una reducción de sus percepciones que en nada ayudan a la conformación de un magisterio capacitado y profesionalmente eficiente.

La prueba fehaciente de este desprecio al trabajo del maestro se refleja con las últimas 7 negociaciones salariales que el gobierno federal acordó con el SNTE, acuerdos que muestran claramente la depreciación de los salarios de los más de  un millón doscientos mil docentes del nivel básico que hay en México:

 

2011 4.75 % de incremento directo al sueldo base
2012 4.25
2013 3.90
2014 3.50
2015 3.40
2016 3.15
2017 3.08

 

Estamos ante una grave involución en el sueldo tabular del magisterio, sobre todo si lo comparamos con el nivel de inflación de los últimos años, para ello basta tomar como ejemplo la primera quincena de mayo de 2017, donde de acuerdo al Índice Nacional de Precios al Consumidor la inflación llegó hasta 6.17 %, lo que indica que el último incremento salarial otorgado al magisterio de apenas 3.08 al sueldo base quedará prácticamente pulverizado por el incontrolable aumento de precio a productos de consumo y servicios.

Ante estos datos, no queda más que denunciar la política de austeridad que está llevando a cabo el gobierno federal en el tema educativo, la contracción de inversión para infraestructura y salarios de los maestros es más que notable. Por lo anterior es oportuno señalar el doble discurso del gobierno que por un lado habla de la gran revolución educativa que representa su Reforma Educativa, pero por el otro está llevando a cabo un recorte de presupuesto en dos de las áreas más estratégicas del Sistema Educativo Mexicano, la infraestructura y el salario de los maestros.

Por eso es importante que los mexicanos no nos dejemos confundir, no permitamos la manipulación de Peña, Nuño y Compañía. Las deficiencias en materia educativa no se solucionan con buenas intenciones, mucho menos con reducciones presupuestales, se requiere por fuerza hacer costosas inversiones para poner a todas las escuelas en condicione básicas de operatividad, así también es necesario la inversión de parte del Estado para motivar al docente con un salario justo, digno y profesional, un salario que pueda estar a la altura de las demandas y expectativas que exige su anhelada Reforma Educativa.

Pero esa inversión de dinero no la van a realizar, no les interesa realizarla, porque en lugar de invertir recursos frescos a la educación como suele pasar cuando inicia todo proyecto de transformación, la política del gobierno va en contrasentido, escatima dinero y racionaliza los recursos. Una estrategia de gobierno que desnuda por completo las verdaderas intenciones de la Reforma Educativa, la cual pregona calidad, pero la quiere conseguir sin aportar dinero, quiere los mejores maestros, pero con un salario bajo.

Por lo tanto, estamos ante una Reforma Educativa que maneja un discurso demagógico y tramposo que no busca mejorar la educación de los niños y jóvenes del país, caso contrario, la inyección de dinero estaría a la vista, sin embargo lo que ahorita brilla y brilla con intensidad, es la ausencia del dinero.

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Calidad educativa sin dinero

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Por qué los videojuegos son claves en la nueva educación

Por Juan Batalla

Los libros dejaron de ser la principal herramienta dentro de las aulas, dejando espacio a las nuevas tecnologías. Cómo los videojuegos se están convirtiendo en aliados esenciales para mejorar la comprensión de conceptos e interesar sobre aquello que los alumnos rechazan.

Los videojuegos ya llegaron a las aulas de todo el mundo

Las nuevas tecnologías obligaron a buscar y entender que los métodos educativos y las maneras de comunicar, cambiaron y que ya no se trata de una circuito unidireccional y que, los libros de texto, dejaron de estar en el centro de la escena para convertirse en un complemento más. Este fenómeno está enmarcado dentro de los actuales tipos de lectura, que no solo hacen referencia al traspaso de libro de papel, analógico, al digital o a la hipertextualidad que se produce a través de, por ejemplo, una página de internet, sino que también incluye a los videojuegos.

Uno de los primeros estudios en indagar en el rol de los juegos mediante consolas en las aulas fue realizado por la Universidad de Nueva York, hace apenas tres años, lo que denota cómo el tema no tuvo aún un desarrollo profundo. Entonces, concluyeron que «los juegos bien diseñados pueden motivar a los estudiantes» a aprender asignaturas menos populares o que, a priori, no les gustan, como matemáticas y «que el aprendizaje basado en el juego puede conseguir los estudiantes realmente se interesen ​​en una materia determinada y puedan ampliar su enfoque más allá de las estrellas o puntos que recopilen».

«Los juegos educativos pueden ser capaces de ayudar a evitar los principales problemas que afectan a las aulas mediante la colocación de los estudiantes en un estado de ánimo propicio para el aprendizaje, en lugar de preocuparse por lo inteligentes que se ven», dijo el coautor principal del trabajo Paul O’Keefe, hoy jefe del departamento de psicología de la Universidad de Stanford.

Los videojuegos ya se instalaron en muchos países del mundo en los diferentes niveles educativos

Pero claro, no todos los videojuegos son aptos para educar y existen propuestas que sí fueron pensadas para la escuela. Uno de los ejemplos más conocidos es el de TizapapelByte, un grupo de conjuga psicólogos y educadores con licenciados en historia, que desarrollaron plataformas pensadas especialmente para que los niños aprendan incorporando sentidos y contenidos.

«Una de las nuevas características que ofrece el formato digital es la hipertextualidad, la posibilidad de combinar distintos portadores de texto, ampliar los lenguajes que están presentes en el proceso de lectura. Un lector digital puede pasar de un texto escrito, a imágenes fijas, videos y archivos de sonido, accediendo a profundizar sobre fragmentos o aspectos del texto ampliando enormemente sus posibilidades. Estos recorridos pueden hacerse siguiendo las ventanas planteadas por los textos pero también aquellos recorridos que el propio lector construye a partir de sus necesidades y su interpretación de los textos. Si bien estas relaciones siempre pudieron establecerse, están enormemente facilitadas», explicó a Infobae Analia Segal, profesora de psicología y ciencias de la educación por el Profesorado de Enseñanza Superior Joaquín V. González y directora de TizaPapelByte.

 En Argentina, la última encuesta «Consumos culturales y entorno digital», realizada por el Ministerio de Cultura en 2013, detalló que el 35% de los hombres y el 23% de las mujeres son consumidores de algún tipo de divertimento electrónico. En ese marco, un nuevo estudio de la Universidad de Glasgow reveló que algunos videojuegos comerciales sí tienen beneficios para la salud intelectual de los jóvenes. El investigador principal Matt Barr, profesor de Estudios de Información, explicó que sus hallazgos sugieren que los videojuegos modernos pueden animar a los jugadores a pensar críticamente y resolver problemas. La razón principal radica en que ayudan a los jóvenes a desarrollar buenas habilidades de comunicación y versatilidad mental.

«El juego ayuda, exige a los estudiantes a ser ingeniosos y creo que tienen un papel importante que desempeñar en el futuro de la educación. Estas habilidades son fundamentales no solo para los más chicos, sino también para aquellos que una vez graduados buscan un trabajo», comentó Barr.

Para Eugenia Zicavo, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires y periodista cultural, «vivimos en una era de multiplicidad de pantallas, lo cual modifica nuestros hábitos en relación a los productos culturales en general. No obstante, lo digital no implica necesariamente un cambio en el hábito de lectura, creo que más bien depende del soporte».

No todos los videojuegos son aptos para las aulas, aunque depende también del educador cómo convertirlos en herramientas útiles

«Los e-books, por ejemplo, que emulan al libro en papel, permiten mantener una forma de lectura bastante similar a la tradicional. Las computadoras, tablets y celulares, en cambio, permiten un acceso múltiple a diversas funciones y mensajes que conviven en un mismo dispositivo y las lecturas se vuelven más interrumpidas, ya que impera la lógica del hipervínculo, con más desvíos, más fragmentada», agregó Zicavo a Infobae.

Por su parte, Guillermo Avebruj, diseñador Pixowl Lead Game y fundador de Fundav y Ludotecario, explicó a Infobae: «Hay pocos videojuegos diseñados para educar que a la vez son efectivamente entretenidos y efectivos. El entretenimiento es el método que tiene la mente humana para aprender. Por ello se puede decir que todos los juegos educan y desarrollan algún aspecto del individuo, de sus habilidades, como pueden ser la planificación, la motricidad fina, o el tiempo de respuesta ojo-mano, entre otros».

El estudio escocés fue desarrollado a partir de juegos como Borderlands 2, Minecraft y Lara Croft, que no fueron pensados para las aulas, sino con un fin netamente comercial. Entonces, ¿es posible educar a partir de los VJ convencionales?

Para Avebruj, sí: «Hay una gran cantidad de videojuegos que, por su forma de comunicar contenidos, poseen un gran valor educativo. Incluso la serie Assasins Creed, para mayores de edad, podrían ser utilizados en el aula por maestros y profesores que se animen a innovar, como por ejemplo para mostrar la vida en las diferentes épocas. En todo caso, estos productos requieren de una mínima participación de un adulto para guiar la experiencia y maximizar el impacto».

Julio Alonso Arévalo, responsable de la Biblioteca de Traducción y Documentación de la Universidad de Salamanca, explicó a Infobae que «las nuevas tecnologías han permitido la configuración de nuevas identidades expresivas, donde el orden cognitivo, emocional y sociocultural cambia».

Para Guadalupe Alvarez, doctora en letras por la Universidad Nacional de Cuyo, y Profesora y Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Mar del Plata, «la presencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación es cada vez más frecuente en la sociedad, en general, y en el sistema educativo, en particular».

Los libros pasaron a ser un complemento para la educación y no el eje principal.

«En este sentido, siguiendo la propuesta de un docente e investigador inglés, David Buckingham, sería bueno que las instituciones educativas brinden alfabetización digital. Esto implica formar a los estudiantes –y esto supone muchas veces la formación previa de los docentes- no solo en las características, funciones técnicas y posibilidades creativas de las tecnologías digitales, sino también en habilidades que permitan un análisis crítico y reflexivo de esas tecnologías. Es decir, además de considerar las tecnologías desde el punto de vista técnico e instrumental, resulta necesario ocuparse de las dimensiones políticas, económicas, sociales y culturales que les dan sentido», agregó a Alvarez a Infobae.

«Esta será la primera generación que comienza a tener contacto desde la infancia con los dispositivos de pantalla táctil, tablet y smartphones, la que hará parte de su aprendizaje de lectura y de escritura sobre estos dispositivos digitales, y la que marcará sin ninguna duda la ruptura con el soporte impreso. Por lo que es preciso pensar la lectura más allá del libro, en un contexto de computación de lo real, con libros electrónicos que presentarán narratividades reticulares, no lineales, en un contexto aumentado de web en tiempo real, y de soportes de lectura que utilizarán nanotecnologías de almacenamiento. El futuro se está por escribir», finalizó Alonso Arévalo.

Fuente del Artículo:

http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:iTcFym6E61UJ:www.infobae.com/tendencias/innovacion/2017/06/18/por-que-los-videojuegos-son-claves-en-la-nueva-educacion/+&cd=1&hl=es-419&ct=clnk&gl=ve

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What education is worth

By: Conor Curtis

The debate on tuition and fees at Memorial has, at its core, the larger problem of the commodification of education. The fight for education as a right is a crucial struggle.

Most global social and environmental problems have roots in a general lack of education, and post-secondary education plays a particularly crucial role in society on a fundamental level.

We do not know what the future may require us to learn, or what seemingly inapplicable area of study today may suddenly become crucially relevant tomorrow. Take the dawn of the digital age for instance: within a few decades fields like computer sciences have evolved from ones with specific applications to now being at the core of most aspects of our lives.

Post-secondary education is also increasingly necessary in order to achieve a decent standard of living for each subsequent generation which finds itself inheriting a world where automation and technological advancement are changing the employment landscape.

In should come as something of surprise then that we would punish those pursuing higher education – present and future tax payers whose success will determine our world’s future – with crippling debt and dependency upon food banks. This is, however, the result of a political agenda by those who see education as a commodity, rather than as a social good.

Indeed, the commodification of education is the agenda at the heart of recent debates around tuition and fee increases at Memorial University.

Wilfred Zerbe, Dean of Business Administration at Memorial University, is an excellent case and point. Zerbe, who was recently featured in a CBC article calling for MUN to increase tuition (following a similar speech he made at a university convocation ceremony the previous week), emphasizes the value of MUN’s programs according to their price tag and implies that MUN’s primary motivation should be to remain competitive while extracting as much money from students as possible, and potentially subsidizing local students’ education after the fact.

This view of education, as I’ve written before, obscures the true benefits to society of accessible post-secondary education. Zerbe epitomizes what a person who misses the point of post-secondary education sounds like.

For whatever MUN’s programs are worth, Memorial students are worth far more, regardless of where they are from. In addition to a significant number of students from elsewhere remaining in Newfoundland and Labrador after graduation, the benefits of students to our province’s economy far outweigh the ‘costs’ associated with educating a student at MUN, making students one of the best things for society to invest in.

But one must only read the actual testimony of students, the real stories which contradict the limited analyses by the university’s administration, to see the true value of post-secondary education.

Indeed, we should be striving to introduce free tuition rather than making post-secondary education less accessible to prospective students. As students openly testified at a recent budget town hall at the university, times are already tough enough. Further, accessibility is also directly tied to the amount of debt taken on by students which they live with afterward. Even though many low-income students do pursue education, the loans and debt they must accumulate to do so means that they wind up paying much more for that education than students from higher-income backgrounds.

Memorial’s true problem is not lack of money, it’s lack of accountability

Truly dealing with MUN’s problems does not mean gradually shifting the burden of funding onto students — it means fixing a lack of accountability and effective policy at both the administrative and governmental level, which unless addressed will only lead to further crises and more and higher fees.

Memorial University’s accountability to the public, and emphasis on secrecy at its highest levels, has long been a source of criticism. A culture of entitlement has developed in its upper ranks, where salaries have ballooned beyond necessary levels of ‘competitiveness’ relative to other institutions while the university itself has been left to crumble.

Zerbe himself was a member of the secret committee which developed the tuition framework later presented to the university’s Board of Regents. The committee, which contained no student representation and was essentially intended to break the tuition freeze at MUN, was exposed by the MUN Students’ Union (MUNSU) through an access to information request.

As the documents obtained by MUNSU revealed, the committee developed a framework rather than a policy in order to avoid ‘cumbersome process’ — a gentler way of saying the committee wanted to fast track policy without accountability.

Transparency and accountability

University administrations often spin tuition increases as the means to greater autonomy for the university; their argument is that if they get their money from sources other than government, they have more freedom to do whatever they want with that money. Some even argue that this lead to greater academic freedom. But the argument that students paying more will benefit facets of university integrity such as academic freedom is a weak argument.

Rather than autonomy, Memorial University’s principal problem is a lack of transparency and accountability to both students and the public. Had the administration any real interest in meaningful consultation with the student body an access to information request to reveal the tuition framework committee’s work would not have been necessary.

Pull Quote Conor CurtisIt is clear from the start that the committee’s objective was to push through tuition increases rapidly, and to minimize potential student opposition. The point was never to pursue real negotiations.

Zerbe’s comments, originally coming at a convocation ceremony, are not surprising in this respect. Memorial’s administration know that a united student body is much harder to swindle than a divided one.

Some students who can afford fees now might be tempted to believe that they are doing the right thing by offering to willingly pay them. But by doing so we will only be setting a dangerous precedent, legitimizing the actions of administrators and other decision-makers in passing the burden of their failures onto those they failed.

If that precedent is set, more excuses for raising tuition and fees will follow, no matter the actual root of MUN’s problems, and more students who cannot afford to pay those prices will be left behind.

Negotiation? Or Erosion of rights?

It is impossible to ‘negotiate’ with an administration that does not want to negotiate, that does not perceive education as a right. The looks of deeply repressed guilt and frustration on administrators’ faces in recent media coverage alone gives the game away. Negotiation that only leads to the slow erosion of education as a right is not a victory, it is the best way of securing defeat and student apathy.

UCL Cut the Rent demonstration in summer 2016. Photo by Conor Curtis.

UCL Cut the Rent demonstration in summer 2016. Photo by Conor Curtis.

Which is why student movements often resort to more direct tactics, ones which can make storming a Board of Regents meeting look tame by comparison. Take for instance UCL Cut the Rent at the University College London in the UK, where students have been successful in demanding reforms to costly accommodation bills after applying continuous pressure for change. Since 2015 four rent strikes have been called and sustained at UCL, and actions have also included demonstrations, banner drops, flash occupations, and climbing onto the Provost (chancellor)’s balcony. Rent strikes and similar actions have also taken place at the University of Sussex, University of Bristol, University of Aberdeen, and Goldsmiths.

UCL Cut the Rent demonstration in summer 2016. Photo by Conor Curtis.

UCL Cut the Rent demonstration in summer 2016. Photo by Conor Curtis.

As Ana, an organizer of UCL Cut the Rent, explained to me about their situation, “We did sit-ins, petitions, live-ins, and social media campaigns, but the university weren’t going to capitulate to our demands if we had no leverage. That’s because senior managers do not have students’ interest at heart. If they did, they wouldn’t be profiteering off university students in this way.”

“Despite eviction threats and attempts to victimise individual students, a collective refusal to be divided or bullied — alongside careful organisation with off-campus groups — forced successive capitulations by managers,” Ana explained.

While there are similarities and differences between all student campaigns, the experiences of UCL Cut the Rent and other campaigns internationally speak to a common thread: the problem with acquiescing to the commodification of education—in the hope that things might change back at some future point—is that once students concede to paying more, tuition fees are normalized and it becomes difficult to apply adequate pressure for change. A culture of entitlement cannot be defeated while the entitled continue to feel comfortable in that entitlement.

The right to education

Investing in post-secondary education is a legitimate use of tax dollars, unlike the use of taxpayer money to pay the exorbitant salaries of administrators so they can run secret committees to forward elitist agendas.

More than ever, students must step forward and investigate the roots of our current economic situation, to hold leaders at both the university and provincial government accountable for their actions.

Our provincial tax system has become regressive, punishing those lower income people and families while advantaging those with higher incomes. Fixing that problem alone would create one lasting solution to help us improve our present economic and social situation by ensuring we are all adequately contributing to the maintenance of our public institutions in the long run. But those changes will not happen without pressure, and students can and should be leaders in bringing about this change.

Because at the end of the day the right to an education is also the right to make our province and world a better place – for ourselves, for our families, for everyone. It is also our right to access the knowledge we need in order to hold those in power to account.

Conor Curtis is a social and environmental activist and writer from Corner Brook. He has written articles on topics ranging from international politics and social justice to hydraulic fracturing and climate change, and was a founding member of The 4 O’clock Whistle Magazine. Conor is currently a student in the Master of Arts in Environmental Policy program at Grenfell Campus.

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What education is worth

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Miles de niñas contraen matrimonio cada año en EEUU

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El matrimonio infantil sigue siendo legal en los 50 estados que integran Estados Unidos, donde se casan miles de menores de 18 años por año, aunque la práctica suele vincularse más a países del Sur en desarrollo que a la mayor economía del mundo.

“Son leyes antiguas que nunca se modificaron porque la gente no se daba cuenta de lo que sucedía”, aseguró Fraidy Reiss, directora de Al Fin Sin Cadenas, una organización que lucha por erradicar el matrimonio de niñas y niños menores de 18 años en Estados Unidos.

«El daño que sufre una niña que se casa en el estado de Nueva York no es tan distinto al que padece una niña en República Centroafricana»: Heather Barr.

Basándose en los datos existentes, la organización calcula que más de 250 mil menores de 18 años contrajeron matrimonio en Estados Unidos entre 2000 y 2010, incluso niñas de 12 años en los estados de Alaska, Carolina del Sur y Luisiana.

El Centro de Justicia Tahirih, que protege a mujeres y niñas de situaciones de violencia de género, concluyó que el sudoccidental estado de Texas tiene la segunda mayor tasa de matrimonios infantiles en el país, con unos 40.000 menores de 18 años que se casaron entre 2000 y 2014.

La mayoría de los contrayentes son niñas, y aproximadamente 77 por ciento del total se casaron con hombres adultos, a menudo mucho mayores que ellas.

Esos casos abarcan diversas religiones, orígenes étnicos y circunstancias, desde una joven de 15 años cuya familia musulmana la obligó a casarse con un hombre de 23 años porque la encontraron citándose con alguien de diferente origen en Nevada, a una joven cuya comunidad cristiana en Colorado la presionó para que se casara porque estaba embarazada.

“Creo que es absolutamente escandaloso”, opinó Heather Barr, investigadora de Human Rights Watch. El matrimonio infantil es un problema que sucede en todos los continentes y con consecuencias similares, aseguró.

“El daño que sufre una niña que se casa en el estado de Nueva York no es tan distinto al que le sucede a una niña en República Centroafricana”, observó.

El matrimonio infantil está estrechamente ligado a las altas tasas de abandono escolar y a la pobreza. Quienes se casan ​​antes de los 18 años tienen tres veces más probabilidades de experimentar violencia de género que aquellas que lo hacen después de cumplir los 21 años.

Las mujeres y niñas que contraen matrimonio a una edad temprana también suelen experimentar problemas de salud física y mental, lo que incluye mayores tasas de mortalidad materna e infecciones de transmisión sexual.

Reiss señaló a IPS cómo el matrimonio forzado repercute en la salud mental de las niñas, ya que muchas recurren al suicidio como salida. Otras simplemente se rinden y continúan con el matrimonio porque no tienen otra opción.

“Saben que al continuar con el matrimonio eso significa que las van a violar en su noche de bodas y a partir de entonces, que las retirarán de escuela, que todos sus sueños para el futuro habrán desaparecido”, sostuvo.

Aunque la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años, la mayoría de los estados permiten que las y los menores se casen con el consentimiento de los padres o de un tribunal. Sin embargo, tanto Reiss como Barr consideran que eso es problemático y “ridículo”.

“Los matrimonios infantiles a menudo son arreglados o forzados por los padres, por lo que en una situación en la que en realidad son los progenitores quienes obligan a una niña a casarse, el consentimiento… no tienen ningún sentido”, razonó Barr.

En cuanto al consentimiento judicial, la ley no especifica ningún criterio que un juez debe considerar antes de aprobar el matrimonio. En 27 estados las leyes no especifican ninguna edad por debajo de la cual una niña o niño no pueda casarse.

“La edad mínima para el matrimonio se reduce efectivamente a cero”, según Reiss.

En los últimos años hubo varias iniciativas para erradicar el matrimonio infantil en Estados Unidos.

En mayo, el congreso legislativo de Texas aprobó un proyecto de ley que fija en 18 años la edad legal para contraer matrimonio. Aunque permite el casamiento a menores de 18 años, solo podrán hacerlo si un juez concluye que viven por su cuenta y ya no dependen de tutores para mantenerse. La iniciativa entrará en vigor una vez que tenga la firma del gobernador Greg Abbott.

El senado de Nueva York aprobó un proyecto de ley que eleva la edad mínima de matrimonio de 14 a 17 años. Se espera que la asamblea legislativa del estado también lo apruebe.

No obstante, Reiss criticó el proyecto de ley porque, en su opinión, los menores de 17 años siguen siendo niños.

“Esta idea de permitir que las jóvenes de 17 años se casen porque los legisladores suponen que es de alguna manera menos reprobable que el casamiento de una niña de siete años…, (pues) no lo es”, aseguró en diálogo con IPS.

En marzo, el estado de Nuevo Hampshire rechazó un proyecto de ley que elevaba a 18 la edad mínima para contraer matrimonio con el argumento de que perjudicaría a las adolescentes embarazadas y a los militares menores de edad, por lo que el límite se dejó en 13 años.

En Nueva Jersey, el gobernador Chris Christie vetó condicionalmente un proyecto de ley que prohibía el matrimonio a menores de 18 años porque “no concuerda con las sensibilidades y, en algunos casos, las costumbres religiosas, de la población de este estado”.

Tanto Reiss como Barr condenaron la medida y subrayaron que el matrimonio infantil no tiene nada que ver con la religión.

“No se trata de un asunto de tradición, sino de derechos humanos”, destacó Barr.

La actitud de Estados Unidos como país donante resulta hipócrita cuando critica a otros países por su escasa protección contra el matrimonio infantil, comentó.

“Realmente socava su credibilidad… creemos que la reforma en este tema en Estados Unidos y otros países occidentales que son países donantes también puede ayudar a apoyar el esfuerzo mundial” contra la práctica, dijo Barr.

En 2016, el Departamento de Estado de Estados Unidos calificó el matrimonio infantil de “abuso de derechos humanos” que “genera repercusiones devastadoras para la vida de una niña, terminando efectivamente con su infancia”.

“Es una batalla cuesta arriba”, añadió Reiss.

Según Niñas, No Novias, cada año 1,5 millones de niñas se casan antes de los 18 años. Si la tendencia continúa, para 2050 habrá 1.200 mujeres que contrajeron matrimonio cuando eran niñas.

Entre las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible número cinco, relativo a la igualdad de género, se encuentra eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/06/miles-de-ninas-contraen-matrimonio-cada-ano-en-eeuu/

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Machismo en línea: la violencia real en el mundo virtual

Eréndira Derbez e Israel Espinosa publicaron, en abril de 2017, el artículo “Bocafloja: El privilegio del marcho progre”, en el que analizaron la respuesta misógina del rapero Bocafloja a una colaboradora durante un acto público. La publicación desató una polémica en el círculo del hip hop latinoamericano sobre machismo, racismo y clasismo, pero también una serie de comentarios en redes sociales de quienes defendieron al rapero y atacaron a uno de los autores del artículo.

Lo curioso, dice Eréndira, fue que los mensajes de desprestigio, violentos, iban dirigidos solo a ella. “Fueron insultos en donde las ideas del texto fueron desestimadas por el hecho de que era mujer. Utilizaron el argumento de que yo no entendía nada del tema porque era una mujer blanca. Usaron el discurso del racismo para validar el machismo”, comenta.

Días después de la publicación, Eréndira se desconectó de redes sociales, cansada de bloquear a usuarios que a diario le enviaban insultos y mensajes violentos.

“Yo nunca aparecí en ningún tipo de reclamo, a mí no me nombraron nunca, todo era hacia Eréndira. Y creo que se volvió más violento porque ella se identifica abiertamente como feminista. Se vuelve más violento cuando se trata de una mujer con postura política”, opina Israel, coautor del artículo.

“Menstruadora” fue el nombre que Luisa Velazquez dio a la cuenta en Twitter con la que, en 2011, utilizó internet para ampliar su activismo lesbofeminista. Pero desde que emitió sus primeros mensajes comenzó la ola de hostigamiento de ciberusuarios que se decían “agredidos” por sus publicaciones.

Las amenazas contra ella y sus compañeras del colectivo “Lesboterroristas” aumentaron en mayo de 2015, y obligaron a Luisa a cerrar sus cuentas de redes sociales.

“En los comentarios hablaban de violarme, matarme y colgarme, o primero matarme y luego violarme y luego colgarme, o violarme colgada y al final matarme”, cuenta Luisa quien toleró mensajes de odio y amenazas mientras pensó que se trataban de comentarios de usuarios anónimos en Internet.

Sin embargo, cuando conocidos suyos la amenazaron con publicar su domicilio si no paraba el activismo, decidió alejarse del espacio virtual para cuidarse física y emocionalmente.

Luisa y el colectivo “Lesboterroristas” señalaron el hostigamiento como un acto de lesbofobia y la organización de defensa de la libertad de expresión Artículo 19 calificó la huida de Luisa del ciberespacio como un “debilitamiento del libre debate y difusión de información de los derechos de las mujeres”.

“Lo normalizamos. Es una de esas violencias que toleramos y no deberíamos”, dice Luisa sobre las agresiones virtuales que la llevaron a abandonar Internet.

Machismo en línea: la violencia real en el mundo virtual

Las amenazas virtuales llevaron a Luisa a cerrar las cuentas de “Menstruadora”, abandonando su activismo en redes sociales. Crédito: Redes sociales

Los efectos
Hay una mujer en el piso, acostada sobre un trozo de papel, y otras tres mujeres pintan con plumones su silueta. “En el estómago, yo siempre siento todo en el estómago”, comienza diciendo una de ellas y dibuja una espiral a la altura del vientre del cuerpo delineado sobre el papel. “A mí me dan calambres en los pies”, añade otra y pinta un rayo en una de las extremidades del dibujo. “¿No les sudan las manos?”, pregunta alguien más. “Sí, a veces. Y el dolor de cabeza y de espalda, bueno, ese es permanente”.

Es una de las actividades del encuentro “Construyamos una Internet Feminista”, en el que activistas de diferentes estados de México, que han enfrentado agresiones virtuales, realizan el ejercicio de plasmar en un dibujo los impactos de esa violencia sobre sus cuerpos.

Una de las organizadoras explica por qué es necesario el feminismo en el espacio virtual. “Pensamos que la violencia en Internet no es violencia. ‘Como es virtual no es real’, nos dicen. Pero todas sabemos que no es así, todas sabemos cuáles son sus efectos”.

En 2006 la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) inició la campaña “¡Dominemos la Tecnología!” para visibilizar la relación entre el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC) y la violencia contra las mujeres.

“Dentro de los círculos feministas, cuando comenzamos a investigar sobre violencia en línea, nos dijeron: no es importante, son unas excesivas, no tiene nada que ver con la violencia real, no entienden que están matando mujeres, de verdad cállense, las feministas tenemos trabajo más importante que hacer”, cuenta Erika Smith, miembro de la APC en México.

“Y nosotras dijimos: es todo parte de la misma estructura, conforme vamos apropiándonos más de internet, e internet va ganando más espacio en nuestras vidas, esto va a crecer y ser más y más relevante, tenemos que prestar atención”.

En 2012, la APC comenzó a documentar en un mapa en línea hechos de violencia contra mujeres relacionados con la tecnología. Su objetivo era demostrar que este se trata de un problema sistemático y serio.

Lo primero que descubrieron fue que —al contrario de lo que se planteaba en algunos espacios— no se trata de un “problema de primer mundo”. Los abusos se cometen contra mujeres de cualquier nivel socioeconómico, en Serbia, Colombia, República Democrática del Congo, Pakistán, Kenia, Filipinas y México.

Otros hallazgos fueron: las mujeres de 18 a 30 años son las más vulneradas en espacios digitales, y en  41 por ciento de los casos el abuso es cometido por una persona conocida. “La violencia en Internet refleja totalmente la violencia que conocemos. Es parte de una estructura y, por supuesto, es ejercida por gente cercana a nosotras”, explica Smith.

Según el diagnóstico de la APC, Facebook y los teléfonos celulares son las plataformas más denunciadas.

La mitad de los casos documentados fueron denunciados ante alguna autoridad, sin embargo, seis de cada 10 denuncias no fueron registradas formalmente porque consideraron que no existió violencia o delito.

“Las mujeres van y buscan sus medios tradicionales de justicia y les están fallando de manera tremenda. Lo interesante es por qué”, opina Smith. Luego menciona algunas de las respuestas de las autoridades: “No es violencia real. Regresa cuando te violen. Regresa cuando de verdad te hagan algo. ¿Cómo puedes tomarlo en serio? Es una amenaza en Twitter o ¿Qué es Twitter? No entiendo”.

Quizás la evidencia más contundente que arrojó el trabajo de la APC fue que, de un universo de más de 1.000 denuncias entre 2012 y 2014, 11 por ciento de los casos de violencia virtual escalaron a violencia física.

“A nivel estadística a lo mejor no es tan alto, pero en América Latina esa violencia física es feminicidio”, alerta Smith.

El daño emocional que la violencia en línea ocasiona a las mujeres es el más notorio y el que tiene efectos inmediatos en la vida cotidiana. Lo que la APC determinó con el análisis fue que “las sobrevivientes sufren de depresión, miedo y ansiedad, casi en todos los casos”, impidiendo la participación amplia de las mujeres dentro y fuera del espacio virtual.

Machismo en línea: la violencia real en el mundo virtual

En el encuentro “Construyamos una Internet Feminista” activistas feministas discutieron sobre los efectos emocionales y físicos de la violencia virtual. Crédito: Celia Guerrero/Pie de Página

El cuerpo: la delgada línea

Un torbellino de mujeres se abalanza sobre el muro que sirve de pizarra. Sobre la pared enlistan violencias que han enfrentado, relacionadas con la tecnología: difamación; censura de contenido (como imágenes con pezones femeninos); vigilancia; difusión de contenido íntimo sin consentimiento; robo de identidad y “hackeo” de cuentas de redes sociales, correos electrónicos y sitios web.

La lista incluye acoso; “doxeo” (documentación y publicación de todo tipo de información que exista en Internet sobre una persona); violencia sexual, y amenazas de violación y muerte.

“Hay violencias que son delito y hay violencias que no lo son. Lo importante es considerar que todas tienen su impacto”, dice Erika de la APC.

Aunque en este momento se enfocan en los tipos de violencia en línea, también consideran que no se trata de una nueva clase de violencia ni de un abuso que esté separado de los que suceden en el “mundo real”. En realidad, opinan, hay una delgada línea que no separa, sino une la realidad a lo que sucede en el mundo virtual.

“La violencia se está ejerciendo a través de nuestros cuerpos en todos los espacios y el sistema patriarcal está en todos lados, no perdona ni un espacio”, opina Liliana Zaragoza (Lili_Anaz), cofundadora del Laboratorio de Interconectividades, una iniciativa que promueve la autodefensa hackfeminista.

De igual forma, la APC considera en que la violencia en línea contra las mujeres está conectada a la violencia “offline” o del “mundo real”. “Las mismas formas de discriminación de género que configuran las estructuras sociales, económicas, culturales y políticas se reproducen en línea y en diferentes plataformas digitales”, explican en Cultivando la violencia a través de la tecnología.

En Internet y dominación. Hacia una sociología de la nueva espacialidad, Mariana Celorio, académica e investigadora sobre los espacios virtuales y la dominación en internet, también habla de una dinámica en el ciberespacio semejante a la del espacio público.

En ambos “se propicia la interacción, la exclusión y la segregación social entre quienes pertenecen y no a él, entre quienes lo usan, lo viven, lo administran y gestionan; es sede de formas plurales de expresión ciudadana y de maneras distintas de apropiación colectiva que muchas veces pueden ser antagónicas, contradictorias, hasta llegar a la violencia”, señala Celorio.

“¿Sabemos que implica Internet? ¿Qué es territorio? o ¿De dónde a dónde abarca cuando hablamos de cuerpo? Esas son las preguntas, pero lo que sí sabemos todas es cómo se siente un cuerpo violentado todos los días” , dice Liliana Zaragoza para explicar las planteamientos que abordan en los talleres de autodefensa hackfeminista.

Machismo en línea: la violencia real en el mundo virtual

La violencia relacionada con la tecnología va desde la vigilancia, el acoso, la difusión de contenido íntimo sin consentimiento, hasta las amenazas de muerte. Crédito: Celia Guerrero/Pie de Página

Un arma de doble filo

En un tendedero cada participante del evento “Construyamos una Internet Feminista” cuelga una hoja en donde relata una experiencia positiva vivida gracias a Internet, y en otra exponen una vivencia negativa y cómo las hizo sentir cada una.

La mayoría coinciden con que Internet —y en general el uso de las TIC— las ha ayudado a difundir y crecer su activismo, aunque también les ha traído consecuencias violentas.

Un miembro de un colectivo feminista de la ciudad de Guadalajara comenta que les permitió llevar a cabo proyectos sin recursos. Otras activistas de los estados de Michoacán, Guerrero, Yucatán, parecen estar de acuerdo con que las redes sociales potenciaron la difusión de sus causas. Sin embargo, también consideran su actividad en el ciberespacio como un arma de doble filo.

“A nosotras, en general, el ciberactivismo nos ha traído muchas experiencias terroríficas. No podemos obviar que en México existe una violencia de Estado contra quienes se organizan para exigir sus derechos”, comenta una activista de Ciudad de México.

Un ejemplo reciente es la historia de acoso callejero y en línea a Tamara de Anda, columnista del periódico El Universal. La periodista publicó en redes sociales que realizó una denuncia en contra de un chofer de taxi de Ciudad de México que le gritó guapa en la vía pública.

El resultado fue una sanción administrativa para el taxista y una cascada de agresiones por parte de usuarios de internet que comenzaron a acosar a la denunciante. Los mensajes de odio que recibió De Anda iban desde la desacreditación de su denuncia, hasta amenazas de muerte y violación.

“Hoy (la violencia en línea contra las mujeres) es más visible por los recientes ataques a periodistas. Pero, desde antes, muchas ya la vivían”, comenta Lulú Barrera, integrante de Luchadoras, un colectivo feminista.

A pesar de que Luchadoras nació y creció en redes sociales, Lulú cuenta que son cada vez más las activistas feministas que prefieren salir de plataformas como Facebook que, por ejemplo, no permiten imágenes de pezones femeninos, pero sí hordas de usuarios que promueven la misoginia y discursos de odio. “Para mí, estar en Facebook es como vivir en la casa del agresor”, dice.

La plataforma más denunciada por activistas, por ser en la que más agresiones en contra de mujeres suceden, fue Facebook. Esto, en parte, porque es la red social que más usuarios tiene en México, reflexiona Erika Smith de la APC.

Machismo en línea: la violencia real en el mundo virtual

Para activistas feministas, Internet se ha convertido en un arma de doble filo. Crédito: Celia Guerrero/Pie de Página

Autoridades y plataformas

Para el segundo trimestre de 2015, el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) contabilizó 62,4 millones de usuarios de Internet en México (57 por ciento de la población), y de cada 100 usuarios, 49 son mujeres.

Por su parte, en 2016 Facebook reportó 61 millones de usuarios en el país, de los cuales 41 millones utilizan la plataforma diariamente, convirtiéndola en la red social de mayor penetración en México, de acuerdo con un estudio de la Asociación de Internet.

Concientizar a autoridades y dueños de plataformas sobre la violencia contra de mujeres relacionada con la tecnología es un trabajo que la APC ha realizado desde que comenzaron la campaña “¡Dominemos la tecnología!”.

A nivel internacional, este también ha sido tema de debate. Recientemente, la policía de Chicago comenzó la búsqueda de cinco hombres que violaron en grupo a una adolescente de 15 años y transmitieron la agresión en Facebook Live.

La violación fue visualizada en vivo por al menos 40 personas y ninguna de ellas lo denunció ni a la policía ni a Facebook, dado que un día después de la transmisión la red social no había retirado el contenido y el video seguía público.

“Una de las exigencias a Facebook ha sido que sean específicos en sus condiciones en caso de violencia de género, cosa que no han querido hacer”, dice Smith.

Para este reportaje se buscó a la oficina de Facebook México para conocer su postura sobre el tema, pero no hubo respuesta.

En el caso de iniciativas de sociedad civil e instituciones en México, en agosto de 2014 inició una campaña contra el “cyberbullying (ciberacoso”, promovida por legisladores, académicos y empresarios. La iniciativa, dirigida a adolescentes y niños, buscaba concientizar sobre “conductas perniciosas” en Internet.

En julio de 2016 comenzó otra campaña contra el llamado “sexting”, el intercambio consensuado de textos, audios, imágenes o videos eróticos. Sin embargo, la primera campaña considera el ciberacoso un problema de “adolecentes con poca supervisión”, mientras que la otra fue criticada por activistas y organizaciones por estigmatizar la práctica e intentar combatirla desde una postura moralista.

Para la comunicóloga Lisseth Pérez Manríquez el problema radica en que no se piensa en internet como un espacio, sino más como un medio de comunicación y expresión o una herramienta de trabajo.

Erika Smith cree que lo que se requiere es sensibilización y no la coacción o sobrevigilancia. Pero las estrategias apuntan hacia el lado contrario. “Lo que quieren controlar internet, no la práctica y el comportamiento negativo o violento”, opina.

De acuerdo con el análisis de la APC, en México la violencia relacionada con el uso de las TIC no es considerada en la legislación.

Al respecto, las comunicólogas Florencia Goldsman y Graciela Natansohn señalan que es un error creer que la violencia contra mujeres en ambientes digitales es una nueva forma de violencia y por tanto se necesitan nuevas leyes específicas al tema.

“Se trata de la misma violencia histórica patriarcal traducida a nuevos formatos y espacios”, argumentan en el documento Violencia contra las mujeres en red, vigilancia y el derecho a la privacidad.

La APC coincide con ellas pues ya existen la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Lo que es necesario, apuntan, es que estas leyes contemplen la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología.

Machismo en línea: la violencia real en el mundo virtual

Los casos de amenazas virtuales y mensajes intimatorios virtuales incrementan todos los días, pero el sistema de justicia mexicano no está preparado para atenderlos. Crédito: Redes Sociales

Internet feminista

Ante un panorama violento y complejo, la APC reunió en 2014 a activistas feministas, defensoras de los derechos en internet y la tecnología y redactaron los “Principios feministas para internet”, vaciados en un documento que está en permanente construcción.

“Para mí son provocaciones. Aprovechar Facebook para nuestro beneficio es hermoso, aunque haya vulnerabilidades asociadas. No necesariamente el foco del feminismo —cuando hablamos de Internet— debe ser la violencia. Rechazamos esto, porque no podemos reducir género a violencia”, dice Erika Smith.

“Por eso hablamos de internet feminista, porque nuestro espacio no puede ser solo de denuncia e indignación. Lo que queremos es apertura, tenemos que asegurarla”.

Es lo que también promueven iniciativas como el Laboratorio de Interconectividades: una visión amplia del espacio virtual, más allá de las redes sociales en donde se desarrolla la violencia.

“Cuando hablamos de violencia en línea contra las mujeres y hablamos de Twitter y Facebook, lo que queremos mostrar es que internet va más allá de estas plataformas. Si no toda nuestra energía se nos va a ir en buscar respuestas para cuidarnos en plataformas que de por sí nunca se preocuparon por nosotras, que más bien nos ven como potenciales clientes”, advierte Liliana Zaragoza.

Cuando Luisa comenzó a recibir amenazas de muerte y violación a través de sus redes sociales y decidió suspender las cuentas de Menstruadora, desde donde practicaba su activismo, algunas organizaciones sociales se acercaron a ella para apoyarla, pero ninguna tenía claridad de qué hacer. Mientras, lo máximo que las autoridades podían lograr era identificar a sus agresores, pero ella ya los conocía.

Ahora, dos años después de la experiencia, Luisa dice que tuvo que “despersonalizarse en Internet”. Sigue practicando su activismo y ha reactivado sus redes sociales poco a poco.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/06/machismo-en-linea-la-violencia-real-en-el-mundo-virtual/

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