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Argentina: ¿Jubilarán los robots a la humanidad?

Argentina/16 de mayo de 2016/Fuente:El Litoral/DPA

Ya cubren casi todas las áreas laborales. Y no sólo cumplen tareas rutinarias sino que aprenden funciones sociales como hablar y dar la mano. En este marco, ¿cuál será nuestro papel con el avance de los robots en el mundo del trabajo?

Para entender la revolución digital vale la pena echar un vistazo al pasado: en la segunda mitad del siglo XVIII comienza la primera era de las máquinas, en la que la reina fue sin duda la máquina de vapor. Con la revolución industrial, no sólo se produce la desaparición progresiva del caballo como medio de transporte, sino de la agricultura y el mundo militar. Junto con la electrificación y la motorización, la mecánica sustituye a la fuerza de los músculos y el ser humano permanece como supervisor de los procesos.

Ahora, ha comenzado una nueva etapa que algunos llaman la segunda era de las máquinas, en la que éstas y los programas no se detienen ante nada, ni siquiera ante la capacidad intelectual. Cuando se inventaron las primeras computadoras, se decía que sólo harían aquello para lo que fueran programas, pero esto ya no es así cuando los ordenadores aprenden.

Por ejemplo, los vehículos autónomos sustituirán a los conductores de taxis, conductores de palas mecánicas o camioneros. Las autopistas podrían convertirse en largas columnas de vehículos sin conductor. Las máquinas serán capaces de diseñar casas en lugar de los arquitectos, de realizar desde traducciones hasta los diagnósticos médicos. Hoy ya algunas mezclan bebidas, otras reparan relojes, regulan el tráfico o participan en las guerras.

Una encuesta del Instituto Pew entre 1.900 científicos revela que en las fábricas y líneas de montaje hoy dominan las máquinas. Y ahora sería el turno de las oficinas.

Los estudios no coinciden acerca de la velocidad ni el alcance de este proceso. E incluso aunque algunos prevean que la mitad de los empleos en Estados Unidos está en peligro por la automatización, los críticos subrayan que eso no quiere decir que el 47 % de los afectados no encuentren otro trabajo, porque el 65 % de los empleos actuales en ese país no existía hace 25 años.

¿QUÉ VALEMOS SI No HAY TRABAJO?

¿Se podrán sustituir los empleos eliminados por otros nuevos? ¿Cómo se mantendrán la cohesión social y la democracia en una sociedad dividida entre los trabajadores “importantes”, de dirección y creativos… y todos los demás? ¿Para qué sirven los seres humanos en un mundo que no necesita su trabajo y en el que sólo una minoría estará ahí para acompañar una economía digitalizada?

En muchos estudios, el futuro aparece pintado bastante oscuro, con la humanidad sometida a una servidumbre por los robots.

Después de la automatización, el siguiente paso es la inteligencia artificial. Entre sus detractores está el físico británico Stephen Hawking, que la considera profundamente amenazante para el ser humano. Por su parte, Ray Kurzweil, de Google, cree que en 2029 las máquinas serán más inteligentes que el ser humano.

Básicamente, de lo que se trata es que todo lo que una máquina pudiere hacer mejor que un ser humano, debería ser hecho por una máquina. Un robot de la construcción australiano planta los cimientos de una casa en dos días. Es decir, que la fuerza física o los conocimientos técnicos básicos no son de gran utilidad, en cambio sí la solución de problemas complejos.

Por eso, muchos expertos exigen que cambien muchas cosas en la educación. El economista y Tyler Cowen sentencia: “Lo mediocre ya no vale”.

Ryan Holmes, empresario y creador de la plataforma Hootsuite, cree que es necesario un cambio radical: cultivar las capacidades humanas extraordinarias y únicas, lo que implica una educación completamente diferente. Adiós a la uniformidad y bienvenido lo extraordinario.

A todos los que se depriman con las previsiones de la segunda era de las máquinas, Holmes les da un consejo: “Inviertan en las capacidades que una máquina no puede reproducir, en las funciones más elevadas: creatividad, resolución de problemas, capacidad de inventiva”.

Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2016/05/16/informaciongeneral/INFO-01.html

 Imagen: http://mira.ellitoral.com/wp-content/uploads/PR2.jpg

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La mina nos extermina

 Manual de Otros Mundos AC/Chiapas

Autor, investigación: Gustavo Castro Soto.
Guión y Redacción: Gustavo Castro Soto.
Ilustraciones: Nieves Capote Figueroa.
Diseño y Diagramación: Nieves Capote Figueroa y Gustavo Castro Soto.
Producción: Otros Mundos AC/Chiapas.
Chiapas, México, 1ª edición, 2013

 Ningún bien natural común obtenido bajo el Modelo Extractivista es “sustentable”, “verde” o “responsable”. Mucho menos la minería. Y es que la explotación de los recursos no renovables, por definición, no es sustentable. No existe un Modelo Extractivo Minero en el marco del capitalismo depredador que no sea eminentemente depredador de los bienes comunes.

En todo el Continente Americano el Modelo Extractivo Minero avanza a pasos acelerados desde la década de los ochenta bajo el esquema industrial de explotación de minerales, que conlleva una gigantesca transferencia de la renta y de los bienes naturales comunes de un país a las transnacionales mineras.

La minería es el megaproyecto de mayor impacto en todos los sentidos. Desde el acaparamiento de tierras en manos de las trasnacionales; a los impactos en la salud, el medio ambiente, la biodiversidad, los suelos, el territorio, las culturas, la vivienda, entre otros impactos irreversibles. Esta actividad es la responsable de asesinatos, de la pérdida del sustento de vida de millones de personas en el mundo, de deforestación, de sistemáticas violaciones a los derechos humanos, de guerras, de dictaduras militares y crisis climática.

Aunque los minerales significan vida y podemos vivir sin ellos, esto no justifica un Modelo Extractivista que acaba con todo y que se mueve en la lógica de la acumulación acelerada de la ganancia y la riqueza. Por ello, no estamos en contra de los minerales y de su uso, sino en contra de un Modelo que arrasa con las posibilidades de sobrevivencia de la especie humana. Porque el extractivismo ha llegado a tal grado que sobrepasa la capacidad del planeta y de la biodiversidad de poder regenerarse y reproducir la vida.

No hay país en que los efectos de la actividad minera no tengan grandes y graves consecuencias reversibles. Por ello se registran procesos de resistencia de muy diversos movimientos sociales en todo el Continente contra el saqueo de los bienes naturales comunes.
mineria_contraEn contrapartida, la embestida de las corporaciones mineras es inmensa y lanzan su estrategia de mentiras y convencimiento a la opinión pública de que son “sustentables”, “verdes”, “responsables”, que generan desarrollo, empleo y que luego de la explotación por décadas dejan las cosas como estaban. Para ello han creado el “Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable” entre otros mecanismos para lavar su deteriorada imagen.

Aunque las resitencias emergen por todos los rincones de nuestra América, nos falta información sobre la actividad minera. Requerimos conocer a fondo el enemigo que tenemos frente a nosotros para poder detener este saqueo y enfrentar sus discursos; para definir estrategias de resistencia, de prevención, pero también para construir otras realidades diferentes a este Capitalismo depredador y al falso discurso de desarrollo de las corporaciones mineras y sus gobiernos títeres.

La solución no está en que las empresas mineras nos otorguen mayores regalías, en que distribuyan en migajas un poco de sus ganancias. Tampoco en que paguen más al trabajador o den más trabajo a las mujeres; o que paguen por contaminar sin evitar que lo sigan haciendo. No soluciona el problema de fondo con leyes que garanticen mayor resarcimiento o mejores tierras y viviendas a los desplazados por el proyecto minero. La solución no está en que consulten a la población sin modificar la intención de imponer el proyecto minero. De cualquier manera, el agua contaminada será la misma, el cianuro es el mismo, la deforestación no cambiará, el impacto en la crisis climática no disminuye y tampoco la pérdida de biodiversidad se mejora. La solución está pues en generar otras formas de vida y consumo diferentes al sistema capitalista.

Ante el reto que tenemos de detener este Modelo Extractivista y construir otros mundos posibles, queremos poner en tus manos este Manual como un aporte más. Para ello leímos infinidad de documentos de todo tipo. Desde manuales populares, documentos técnicos hasta videos. Participamos en muchos encuentros, foros, discusiones y planes para luchar por un futuro mejor. Y es tan basta la bibliografía que podríamos hacer un manual tan solo de tanta literatura sobre el tema. Por ello, ponemos a tu disposición tan solo una muestra de las fuentes utilizadas en la página web de Otros Mundos AC., donde se encuentra la versión electrónica de este Manual.

Este Manual es solo un aporte modesto. Úsalo como mejor te sea útil. Y mejóralo con tu práctica y tus experiencias. Envíanos cualquier comentario que nos pueda ayudar a mejorar este Manual.


Ver en línea : Otros Mundos AC/Chiapas, 20 de noviembre de 2013.

Fuente del documento: http://omal.info/spip.php?article6111

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Jari Lavonen: «Un niño de cuatro años necesita jugar, no ir a la escuela»

Barcelona/internacional de la educación para America Latina/ 10 de Mayo de 2016

El decano de Helsinki desgrana las claves del éxito finlandés en el primer Simposio Internacional sobre la Formación Inicial de los Maestros celebrado en Barcelona.

El decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki, Jari Lavonen, durante su charla en Barcelona, aseguró que sus alumnos son los que empiezan la escuela más tarde (a los siete años), los que menos horas de clase tienen, de los que menos deberes hacen… Y aún así, sus resultados escolares están entre los mejores del mundo. El fracaso escolar y la repetición de curso prácticamente no existen en Finlandia, cuyo sistema educativo ha centrado la atención internacional por su buena posición en el informe Pisa, la macroevaluación de la OCDE que mide los conocimientos de los estudiantes de quince años en el mundo.

 Jari Lavonen, desgranó las claves del éxito finlandés en el primer Simposio Internacional sobre la Formación Inicial de los Maestros celebrado en Barcelona. Este simposio, organizado a través del Programa de Millora i Innovació en la Formació dels Mestres i la Secretaria d’Universitats i Recerca, busca el intercambio de experiencias para impulsar la preparación de los docentes y el sistema educativo. Lavonen sorprendió a los asistentes por su visión de la educación.

¿Qué cualidades ha de tener un buen maestro?

Una de las cosas que más valoramos en los candidatos para acceder a la facultad de Educación es la motivación. Si tienen experiencia con gente joven, en la atención a otras personas, si saben escuchar. La motivación es imprescindible para ser maestro. Otra cuestión en la que nos fijamos es que estén dispuestos a trabajar duro, a estudiar mucho, porque la de maestro es una carrera difícil. Y otro punto imprescindible: capacidad de comunicación e interacción.

¿Sólo los alumnos con notas excelentes al final de la secundaria pueden acceder a las facultades de educación finlandesas?

Sí y no. Las notas de la secundaria nos dicen algo, por supuesto, pero también tenemos un examen de acceso a la facultad. Los estudiantes han de leer varios libros sobre filosofía de la educación, educación comparada, ciencia de la educación… y luego les hacemos aplicar estos conocimientos a nuevos contextos. En general, tenemos unos 3.000 aspirantes, y superan estos exámenes unas 300 personas. Luego entrevistamos a estos aspirantes y acabamos seleccionando a 120 estudiantes, que son los que accederán a la facultad de magisterio. Así que las notas de la secundaria no lo son todo para convertirse en maestro.

Usted hace hincapié en que un maestro necesita una amplia formación moral y ética.

Esto es imprescindible, porque un maestro trabaja con seres humanos. Y el ser humano es lo que la educación hace de él. Los niños son valiosos, hay que tratarlos de forma adecuada, apoyarlos, ser positivos para sacar lo mejor de ellos. Hay que entender cómo son, y también entender a las familias. Un maestro ha de tener un comportamiento ético porque es un ejemplo social.

¿Cuáles son las claves del éxito de su sistema educativo?

Existen varios factores. Primero, tenemos toda una cultura de la educación que nace del siglo XIV. Luego, la selección de los maestros, escogemos a los mejores, y les formamos bien. Además, la sociedad confía en los maestros, ellos se sienten apoyados porque se les valora, tienen autonomía, en Finlandia ni siquiera existe la inspección educativa. Y los maestros no son funcionarios, sino que los contrata el municipio. Además, no tenemos escuelas privadas, todas las escuelas son públicas y de alta calidad, y contamos con recursos suficientes para la educación. También nos preocupamos por los alumnos con necesidades educativas especiales, hay pocos alumnos por aula y contamos con apoyos y refuerzos en las clases con mayores dificultades.

Usted ha comentado antes que en Finlandia, la educación es totalmente gratuita.

Sí, desde la primaria a la universidad. En primaria, todos los alumnos tienen los libros gratis, la comida en el centro gratis y el transporte gratis. En la secundaria, en cambio, los libros no son gratuitos, pero contamos con buenas bibliotecas. La universidad también es gratuita, tanto los grados como los másters, no existen tasas. Esto es así porque creemos en la equidad.

¿Un país necesita justicia social para obtener buenos resultados educativos?

Por supuesto. Esto es crucial. Sin equidad no hay excelencia. En Finlandia hay pocos alumnos con resultados bajos y el origen social pesa menos que en la mayoría de países para tener éxito educativo, aunque también debemos mejorar en esto. Ahora tenemos retos, la economía va peor y tenemos más diversidad cultural en las aulas. Debemos trabajar más para mantener esta igualdad.

¿Hay consenso político sobre ello?

Así es. Entre los partidos finlandeses no hay grandes diferencias en su agenda educativa. La educación es un valor nacional.

¿Cuántas leyes educativas han tenido en los últimos treinta años?

La última es de los 80.

Aquí llevamos siete.

Bueno, tras esta ley ha habido normas menores para mejorar algunas cuestiones, como la educación especial. Pero no son leyes que se confronten con las anteriores, sino que aportan algo nuevo, que responden a nuevas necesidades.

Todos los países quieren salir bien en el informe Pisa. ¿A ustedes les preocupa especialmente?

En el 2012 nuestra puntuación en matemáticas bajó, y la ministra de Educación se preocupó mucho. Pero la mayoría de la población no. De hecho, muchos maestros estaban contentos porque creían que así recibirían más recursos para sus escuelas.

Pisa aporta datos valiosos. Pero, ¿hacer un ranking de sistemas educativos tiene sentido? ¿Es posible comparar las escuelas de dos sociedades tan diferentes como la coreana y la mexicana, por ejemplo?

Quizás no. No debemos olvidar que el informe Pisa es un proyecto de la OCDE, y que esta organización tiene una visión determinada del progreso. Ellos dicen: aquí tenemos petróleo, aquí minerales, y aquí trabajadores cualificados. Miran en qué países hay suficientes trabajadores cualificados para instalar empresas y fábricas, para invertir. Y el ranking de Pisa es un efecto colateral de esta visión.

En España, el ranking de Pisa se vive como el sorteo de la Champions League.

A nosotros, pese a que salimos bien, no nos gustan los rankings. No publicamos rankings de escuelas ni de universidades. No buscamos competición, sino colaboración.

La educación en Finlandia comienza a los siete años. ¿Por qué tan tarde?

¿Y por qué antes? La niñez es para jugar, para hacer cosas con otros, para colaborar, no para se educado de una forma reglada y pesada. Un niño de cuatro años tiene que jugar, no estar en una escuela con una educación reglada.

¿Y si ambos padres trabajan?

Cada municipio tiene guarderías, pero es un servicio más bien lúdico. También hay madres que se encargan de varios niños y es el gobierno local el que las paga. Aunque es cierto que ahora estamos discutiendo de nuevo la educación de 0 a 6 años.

¿Qué efectos tiene un sistema educativo de calidad e igualitario en la sociedad?

Nuestra visión de la educación es holística. Por supuesto que existe una correlación entre nivel educativo y progreso económico, pero hay algo más. Una persona educada tiene una vida más plena, más recursos vitales, cuida mejor de su salud, disfruta más la vida. Ese es al menos el objetivo.

¿Y qué necesita mejorar la escuela finlandesa?

Muchísimas cosas. Ahora tenemos un debate sobre cómo introducir la tecnología en la educación, sobre cómo dar respuesta al aumento de la diversidad cultural en las aulas… También, entre los estudiantes de primaria, hemos detectado una menor motivación por leer y aprender. El funcionamiento de las escuelas y la relación con las familias también debe avanzar.

Fuente: http://www.ei-ie-al.org/index.php/1247-jari-lavonen-un-nino-de-cuatro-anos-necesita-jugar-no-ir-a-la-escuela

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profe, estudiantes, ABACOenRed, Herman Van de Velde, docencia

Docencia hoy… ¿lo estamos haciendo bien?

Docencia hoy… ¿lo estamos haciendo bien?

Herman Van de Velde (herman@abacoenred.com)

Docente UNAN-Managua / FAREM-Estelí

Coordinador ABACOenRed (www.abacoenred.com)

Vivimos en una época de creciente acceso a todo tipo de datos. Sí, digo ‘datos’, y no ‘información, ni de conocimientos. Me explico…

‘Datos’ es lo que encontramos en cualquier lado, desde cualquier fuente. Estos datos pueden ser de carácter cuantitativo o cualitativo, igual mixto. Pueden ser verdaderos o engañosos. Pueden ser sencillos o complejos. No tienen valor alguno, sin un contexto particular en el cual se ubican.

Es indispensable una actitud crítico-investigativa frente a todo dato que encontramos como parte de un proceso de ‘impresión’ de significados en función de la tarea que estoy asumiendo. Al interpretar el dato, que implica asignarle un significado desde mi propio contexto, lo estoy convirtiendo en información. Por consiguiente, mientras que los datos ‘se dan’, la información ‘se construye’ al procesar críticamente los datos. ¿Observamos la diferencia esencial entre ‘datos’ e ‘información’? Un ejemplo: Todo libro está llena de datos, toda entrevista nos ofrece muchos datos, internet está saturada de datos… si analizamos e interpretamos críticamente el contenido del libro, las respuestas a las preguntas de la entrevista, lo encontrado en internet, entonces estaremos procesando esos datos para ir convirtiéndolos en información, es decir: visualizando y fundamentando su significado en nuestro propio contexto, partiendo de una interpretación crítica también del contexto en el cual fueron creados esos mismos datos.

Al preparar y desarrollar nuestros encuentros con estudiantes, ¿realmente estamos trabajando con información o solamente con datos encontrados desde alguna fuente? Aquí se trata de un enfoque docente… pero hay más: porque lo que para mí, como docente, en el mejor de los casos, ya es información, si me limito a transmitirlo a mis estudiantes, entonces para ellas/os solo son DATOS. Sí, me comprendiste bien: lo que para mí ya es información, para otras personas posiblemente solo son datos. El o la autor/a de un libro, al redactarlo lo llenó de información y cuando yo lo leo me encuentro con datos que debo interpretar para ir construyendo la información que necesito. Para que también para nuestras/os estudiantes, los datos se conviertan en información, debemos procesarlos juntas/os (independientemente de que para mí, como docente, ya es información), con un significado esencial desde el contexto singular de cada una/o de las/os estudiantes. ¿Me explico? Como docente, tengo que ubicarme en el lugar de cada estudiante (empatía) y para eso es también indispensable ejercer el arte de escuchar (apertura). ¿De verdad escuchamos a nuestras/os estudiantes? ¿Cuáles son los indicadores visibles del hecho que las/os escucho? ¿Ellas/os se sienten escuchadas/os?

Sigo preguntando: ¿realmente estamos construyendo juntas/os estos procesos de interpretación crítica de datos, para convertirlos en información, primero desde un enfoque docente y posteriormente también desde un enfoque estudiantil?

Lograr lo anterior implica también asumir radicalmente un enfoque estudiantil en el proceso de intercambio en cada encuentro. Implica ‘dejar de querer enseñar’, dejar de ‘dar clases’,… y convertir nuestras ‘clases’ más bien en encuentros de diálogo, encuentros de construcción conjunta de procesos de interpretación crítica de datos, convirtiéndolos en información.

¿Y es suficiente lograr que estudiantes y docentes convirtamos datos en información? No lo es, porque debemos hacernos también otra pregunta: ¿qué hacemos con esta información ya impresa con significados particulares desde, en y hacia nuestro propio contexto? Para que esta información se convierta en conocimiento, para que sea un insumo de un aprendizaje significativo, entonces la tenemos que integrar en nuestro ‘SER’, tal que fomentemos, provoquemos y garanticemos un cambio de actitud, que es la expresión esencial de todo proceso de aprendizaje.

Interesante, ¿no? Sigamos analizando esta relación: dato – información – conocimiento – aprendizaje – cambio de actitud. Sigamos interpretando la interrelación entre estos fenómenos, desde nuestras prácticas educativas y compartamos al respecto en nuestros encuentros entre docentes. ¿Aceptas el reto?

Para ir cerrando, una última pregunta (para este escrito, porque mis dudas persisten en muchos más aspectos docentes – compartiré más adelante más): en tus encuentros de aprendizaje (‘clases’), ¿cómo se expresa este cambio de actitud, tanto en estudiantes, como en vos misma/o (docente)?

El aprendizaje definitivamente es un proceso que construimos en conjunto, es de carácter ‘EcoPerSocial’, en el cual estamos, debemos estar integradas/os, tanto docentes como estudiantes, a la par, en una relación horizontal.

¿Lo estamos logrando? ¿Cómo lo haces para lograrlo? COMPARTAMOS AL RESPECTO….

Mis demás dudas relacionadas con la pregunta: ¿lo estoy haciendo bien?, también tienen que ver con – entre otros tópicos:

. ¿Qué hago para estimular una actitud crítica, creativo-investigativa, tanto en mi persona como en mis estudiantes?

. ¿Cómo lo hago para fomentar mi propia curiosidad y la de mis estudiantes? ¿Cómo reacciono cuando me hacen una pregunta y no sé la respuesta?

. ¿Me encantan las preguntas de mis estudiantes o más bien me dan como ‘miedito’ y me molestan, al menos en ocasiones?

. Mis evaluaciones, ¿permiten una expresión creativa de lo aprendido o más bien exigen repetir lo que les compartí?

. ¿Logramos, entre docente y estudiantes, construir un escenario educativo, basado en actitudes cooperativas o más bien siempre rige el competir, donde unas/os ganan y la mayoría pierde? ¿Todas/os cooperamos para que todas/os aprendamos?

. ¿Qué uso le damos al ‘poder’? ¿Predomina un ‘poder sobre’ o más bien logramos ejercitar un ‘poder entre’, un poder compartido?

. ¿Mis estudiantes me consideran como alguien que les acompaña oportunamente en la construcción de sus aprendizajes o más bien me tienen miedo, principalmente en momentos de evaluación?

. ¿Cuáles son los valores ‘EcoPerSociales’ que vamos trabajando en cada uno de los encuentros con estudiantes? . ¿Fomentamos la diversidad, la expresión creativa, y la disfrutamos o más bien promovemos la respuesta y expresión única como verdadera?

. ¿Qué hago para mejorar permanentemente mis habilidades de comunicación con estudiantes, con mis colegas y autoridades?

. Nuestro quehacer docente, ¿es coherente con el ‘modelo educativo’ que ha adoptado nuestra institución educativa? ¿Conozco A FONDO este modelo educativo? ¿Qué he hecho para conocerlo y aplicarlo coherentemente?

. …

Solamente construyendo juntas/os escenarios educativos diferentes, también lograremos formar profesionales diferentes, profesionales capaces de afrontar, cooperando genuinamente, los retos de la época que vivimos.

¿Aceptas el desafío?

herman@abacoenred.com

Publicación original: http://abacoenred.com/wp-content/uploads/2015/10/18_docencia_hoy.pdf

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¡Y Virginia Wolf se fundió con el agua! Una reflexión literaria sobre el empoderamiento de la mujer

Kaosenlared/13 de abril de 2016/Por: Iñaki Urdanibia

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Era el 28 de marzo de 1941 cuando la escritora penetró en las aguas del río hasta desaparecer en ellas, en la orilla quedó la verticalidad de su bastón como testigo mudo de su muerte. No podía soportar la existencia, y aun viniendo de lejos tal sentimiento, en los últimos tiempos las voces no le dejaban vivir, atormentaban a la atormentada mujer. Si decía la escritora que « las cosas nos expresan », el bastón en su verticalidad daba muestra del lugar en el que Virginia dejó su vida, al tiempo que simbolizaba también la resistencia frente a la locura en la que el mundo se veía envuelto,…soportando –como lo señalaba Leonard, el marido de la escritora- « como símbolo de una humanidad que, a pesar de todas sus dudas, superando su desgana, su asco, había decidido no ceder, no abdicar, resistir…».

Los últimos días de la gran escritora londinense fueron días difíciles, dolorosos, días de profunda depresión por los continuos bombardeos que caían sobre el sur de Inglaterra, y por la desesperante trayectoria que tomaba su enfermedad mental, y la enfermedad del mundo. Estos últimos días se desarrollaron en unos parajes idílicos, en Rodmell, pueblecito situado junto al río Ouse, en Sussex. Alí el matrimonio trataba de alejarse del mundo, sustraerse al sangriento ajetreo que sacude la vieja Europa. Los días que precedieron al 28 de marzo de 1941-fecha de la muerte de la escritora.- están plenos de temor, de reflexiones sobre el presente , el pasado y el incierto futuro. El domicilio respiraba inquietud, los dueños preocupados por la enfermedad de Virginia, del futuro de la guerra, de la increíble pasividad de Dios que nada hace para parar el aplastante avance del mal. El pensamiento en una muerte digna ocupa a la pareja que preparaba sus respectivas dosis de cianuro, para llegado el momento…El marido pensando en su condición de judío, cosa que hasta entonces no le había preocupado en absoluto, se dedicaba a leer la Biblia, tarea a la que nunca había dedicado ni un minuto de su vida. La mujer aguantaba su derrumbe como podía. El médico mostraba su pesimismo con respecto al futuro de la mente de Virginia, y la criada Louie, se desesperaba al ver la vida de la pareja: el marido en su despacho oyendo las noticias de la radio, la escritora en su cabaña, « en perpetua charla consigo misma», …y Louie ahogando su tristeza en coñac ( no me resisto a recomendar un librito, « El bastón de Virginia», editado en 2000, por Circe Ediciones, que recoge aquellos días de manera polifónica).

El cuerpo sería encontrado tres semanas después. También se encontraron dos notas: una dirigida a su hermana Vanesa y la otra a su marido Leonard Wolf. En esta se podía leer : « estoy segura de estar volviéndome loca otra vez. Siento que ya no podemos atravesar otros de estos horribles periodos. Y creo que esta vez ya no tengo cura. Empiezo a oír voces, y ya no puedo concentrarme. Así que voy a hacer lo que me parece mejor». Se fundió con el agua, tan presente en su obra, y las olas marcaron el ritmo de su desaparición. « ¡Muerte! Las olas rompían en la playa ». Allí se acabó aquella vida que había sido una continua búsqueda de un rostro propio, de una voz, de una mirada, de un tono…permanente mudanza en pos de u espacio propio, de una habitación propia.

El espejo de una vida

Se apagó la vida de Adeline Virginia Stephen que había nacido, , en el seno de una familia acomodada de clase media, el 25 de enero de 1882. De su madre, Julia Duckworth, heredó el talante artístico y la preocupación por los demás, especialmente por los más desfavorecidos. De su padre, Leslie Stephen, sus posturas atrevidas en lo que hace a las costumbres sociales y el gusto por los asuntos intelectuales. Niña sensible donde las hubiese, Virginia al igual que su hermana Vanesa recibió una educación doméstica, sólo los varones iban a estudiar a centros universitarios, como ella lo explica con afilada pluma en su Habitación propia ( « si, por desgracia, no se tiene una formación universitaria…», se quejaría) ( * ) . La surtida biblioteca del domicilio familiar, en Hyde Park Gate, y los sabios consejos paternos le iban a servir para curtirse en los terrenos del saber .Cuando contaba con la edad de trece años muere su madre, « su muerte fue el mayor desastre que podía ocurrir» dirá en Momentos de vida. Aquel verano de 1895, tendría su primera crisis ( « y también mí se levanta la ola. Se hincha; arquea el lomo. Una vez más soy consciente de un deseo, nuevo, de algo que se levanta en mí como el caballo cuyo jinete hinca espuelas para después tirar de las riendas», se lee en Las olas ). Ya periódicamente, a lo largo de su vida, le volverían a visitar esas olas de la conciencia, las innúmeras voces, los pájaros cantando en griego…y le ocuparían mucho tiempo en su reflexión. Se puede leer en sus Diarios: « creo que estas enfermedades so en mi caso-¿cómo puedo expresarlo?- en parte místicas. Algo ocurre en mi mente . Se niega seguir registrando impresiones. Se encierra en sí misma se convierte en crisálida, a menudo con un agudo dolor físico. Luego de pronto se dispara un resorte». De crisis maníaco-depresivas, con verbo menos poético, habla algunos especialistas.

La casa, debido a la ausencia materna, queda en manos de su hermanastra Stella-que jugará el papel materno- y de un padre enfurecido y que se comporta de manera un tanto autoritaria. Esa es la impresión que Virginia guarda de su, por otra parte, admirado padre. De aquellos años recordará más tarde la escritora, datan también lo abusos a los que le sometía su hermanastro George. Dos años después muere Stella y cinco después su padre. ¡ Qué cúmulo de muertes! Como dirá en su conmovedor relato , Condolencia, : « ¿Cómo lo ha cambiado todo la muerte! Como en un eclipse de sol, los colores se esfuman…Ha sido la muerte , la muerte acecha tras las hojas y las casas y el humo que asciende tembloroso, y lo sosiega…y he visto al hombre con la guadaña mirando por encima del seto a nuestro paso ». El año de la muerte de su padre, el mismo en el que se traslada junto a sus hermanos Vanesa, Thoby y Adrián, al 46 de Gordon Square, en el barrio más popular de Bloomsbury, sufre nuestra protagonista su segunda crisis que le viene a durar prácticamente todo el año, 1904. Allí, en el nuevo domicilio, comenzaron las tertulias sin fin, las libres palabras sobre cualquier tema, que dio origen al llamado «Bloomsbury Group». Años más tarde, confesaría Virginia a su sobrino, y biógrafo, Quentin Bell: « no éramos más que seres alocados, extravagantes, ingenuos, toscos, excéntricos e industriosos por encima de las palabras ». Por allá andaban célebres filósofos, economistas, escritores, pintores, y entre ellos el que luego sería marido de Virginia, Leonard Wolf. Más que cualquier tipo de doctrina, fueron los valores de la libertad más absoluta los que dejaron su perenne impronta en la futura escritora. Aquellas veladas refuerzan más si cabe, el complot contra el mundo dominado por hombres, y por estúpidos valores, que Virginia había sellado hacia ya años con su hermana Vanesa; relación estrechísima que haría que Virginia preguntase a ésta : « ¿ Tú crees que tenemos el mismo par de ojos y sólo gafas distintas ¿ o que le llevase a decir en otro lugar, Flush … existía un parecido entre las dos. Al mirarse la una a la otra decían: “¡ soy yo!” , pero cada una se decía, “¡ qué distinta!…” Separadas en dos mitades, pero hechas con el mismo molde, ¿ sería acaso, que cada una plasmaba lo que estaba latente en la otra? ».

Precisamente u viaje con su hermana a Grecia, donde se contraría con sus os hermanos, tiene como desgraciado resultado la muerte del hermano pequeño debido a unas fiebres tifoideas. ¡ Otra muerte! Al año siguiente se casa su hermana y Virginia se muda co su hermano Adrián a otro domicilio londinense, se cansan de este domicilio y se trasladan a otro que comparten con Duncan Grant, Maynard Keynes y Leonard Wolf. Al año siguiente, el 10 de agosto de 1912, se casan Virginia y Leonard. Crisis postmatrimonial, justo al cumplirse un año del enlace, que le lleva a consumar una tentativa de suicidio. La pareja se traslada a otra casa y compran una imprenta ( Hogarth House) que serviría para publicar los escritos de Virginia, y también algunos de Freud – refugiado en Londres- , y de sus amigos Catherine Mansfiled , E.M. Forster y T.S.Eliot.

Viajes, intensa vida social, amistades ( elevada a ivel de verdadera leyenda la que mantuvo con la aristócrata Vita Sackville-West), conferencias, trabajo editorial, y participación en diversas luchas feministas ( feministas, pacifistas y laboristas). La enfermedad le visita con frecuencia. Sufre con la guerra de España ( en la que se le muere un sobrino) y con el estallido de la segunda guerra mundial. Se van de Londres por temor a los bombardeos, y teme también por la condición de judío de Leonard. El mundo se hunde ( « zarandeados entre la esperanza y la desesperanza, la guerra y la paz, la locura y la cordura…» que decía Leonard a un amigo) y parece que Virginia se hundía con él…Sus libros no lo hicieron entonces, ni lo harán..son inmortales: Fin de viaje, El cuarto de Jacob, La señora Dalloway, Alfaro, Orlando, Una habitación propia, Las olas, Tres guineas…Siempre con los temas perennes de la salud y la enfermedad mental, lugar de la mujer en la sociedad, de la relación de las mujeres con la escritura, la sociedad patriarcal , la vida y la muerte, y muy en concreto el suicidio .

Escritura sin rostro

A Virginia Wolf se le ha solido relacionar con el filósofo francés Henri Bergson ( 1859-1941) en el hincapié que ambos hacen en las cuestiones relacionadas con el tiempo, la memoria, los recuerdos. Se preguntaba el pensador de la durée : « ¿ qué somos nosotros, qué es nuestro carácter sino la condensación de la historia que hemos vivido desde nuestro nacimiento, antes de nuestro nacimiento incluso, dado que llevamos con nosotros, disposiciones prenatales? ». Los recuerdos privilegiados- la memoria es sin duda selectiva- van dejando su poso en las personas que los arrastran a lo largo de su existencia…ahí residirá la materia prima de la escritura. « Es un error creer que la literatura pueda producirse a partir de la materia en bruto…es preciso extraerla de la vida », decía Virginia Wolf y convertía de se modo a la novela en algo así « como una visión de la vida en un espejo, aunque, naturalmente , con innumerables simplificaciones y deformaciones ».

Mas la singularidad de una vida está conformada por la multiplicidad de relaciones, por una multiplicidad de voces que Virginia- por medio de su escritura líquida- convierte en un rumor de voces que combina los silencios con la aceleración de sentimientos, con las reflexiones entrecortadas y entrecruzadas de los distintos persones que en su escritura se dan cita. Son sujetos sin rostro, quebrados, que son desnudados en sus flujos de conciencia ( stream of consciousness ), y que dejando ver por momentos sus actos oscuros-tan reseñables para Virginia Wolf- que los grandes hechos de los que habitualmente se nutre la historia. Es esta fragmentación, el fluir de repetitivas y desiguales olas de conciencia, unidos a las alusiones al carácter no trasparente y comunicativo del lenguaje lo que ha hecho que se emparente el nombre de la escritora con el de Foucault, o con el de la corriente denominada postmoderna. « Empiezo a desear un lenguaje parco como el que usan los amantes, palabras rotas, palabras quebradas, como el roce de las pisadas en la acera, palabras de una sílaba como las que usan los niños cuando entran en un cuarto donde su madre está cosiendo y cogen del suelo una hebra de lana blanca, una pluma, o un retal de chintz. Necesito un aullido, un grito ».

Muy ligado a lo anterior, salta a la vista en la prosa woolfiana su afán por adoptar una mirada distinta, por « buscar una frase femenina, una frase psicológicamente femenina». Como se harta de repetir la escritura sobre las mujeres siempre la han hecho los hombres-quienes necesitan a éstas para que se comporten como « espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar una silueta del hombre de tamaño doble del natural»-, es hora ya de que las mujeres se retraten por ellas mismas. Su búsqueda se centró en hallar esa diferencia de visión, esa mirada diferente, que harían que las mujeres esquivasen los consolidados discursos masculinos para explorar pagos hasta entonces inexplorados y vetados al sexo femenino ( condenado a no escribir o a hacerlo en la sala de estar, en medio de los ruidos, de los niños, las tareas domésticas…). Devenir-femme – que diría Gilles Deleuze- fue el intento inagotable de la escritora de Al faro, tratando de abrir ventanas al discurso de la alteridad, como otro del discurso dominante. « Soy mujer…cuando escribo », decía con orgullo.

Y con ese equipaje explorará las cuevas de la conciencia, trazará mapas de los múltiples estados mentales. Como espectadora privilegiada da cuenta de la familia victoriana ( los escritores no surgen de la nada, sino que son herederos de sus épocas), de la visión del mundo desde el enfrentamiento entre cordura y locura, de la constitución del artista…y se compromete contra la guerra, en pro del feminismo y la justicia sin recurrir al panfleto sino incrustándolos en un registro lírico. Marcando el ritmo…el tic-tac de los relojes, la intermitencia de los faros, y el vaivén de las « viejas olas que han estado rompiendo exactamente así durante estos miles de años ».

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( * ) Artículo que escribí con ocasión del 75 aniversario de la publicación de « Una habitación propia», que fue publicado en el diario GARA.

Una hermana para Shakespeare

En 1926, Virginia Woolf es invitada a impartir unas conferencias en Cambridge en un ciclo sobre Mujeres y literatura, el público asistente, en su mayor parte femenino, se entusiasmó con las posturas que expuso la escritora. Tres años después, en 1929, relevante fecha de la primera crisis del capitalismo industrial, a principios de año, mientras enferma pasa tres semanas en cama-según cuenta en el segundo volumen de sus diarios íntimos– madura la idea de convertir en libro las conferencias antes nombradas, extendiéndose así de un modo que en su participación oral no había podido hacerlo por las restricciones de tiempo. Varias veces a lo largo de dicho año podrá observarse en sus nombrados diarios su preocupación por tal texto, por las posibles correcciones a introducir, y posteriormente, tras su otoñal publicación, bajo el título de Una habitación propia( A Room of One´s Own ), el enorme éxito de ventas.

La respuesta que daba a la cuestión planteada acerca de la relación de las mujeres con la literatura, la respuesta de ella fue plenamente materialista y en vez de derivar hacia concepciones esencialistas que estableciesen alguna forma de particularidad propia de la escritura femenina- sin dejar, no obstante, de reivindicar el derecho a la diferencia, y también la deseable complementariedad, «es funesto ser un hombre o una mujer a secas; uno debe ser “mujer con algo de hombre” u “hombre con algo de mujer”. Debe consumarse una boda entre elementos opuestos », para añadir unas páginas después que «a menudo me gustan las mujeres. Me gusta su anticonvencionalismo»-, propondrá que la condición sine qua non para que las mujeres puedan escribir es tener «dinero y una habitación propia », además de libros también propios y una cerradura en la puerta de dicho cuatro propio. La aparente simpleza de la respuesta, va a ser, en cierto sentido, un grito de alerta y de radicalidad contra la situación a que se ha visto reducida la mujer a lo largo de la historia, contra la dependencia económica a la que se las ha sometido, a la carencia de habitación, hacendosas ellas en la sala de estar a disposición de la casa y sus habitantes, y sin libros propios patrimonio exclusivo de los varones de la casa. Ad maiorem gloriam homini-apropiando el lema jesuítico para la ocasión-, tal ha sido el rol que ha debido jugar la mujer como «espejo al hombre durante siglos, poseen el poder mágico y delicioso de reflejar una imagen del hombre de tamaño natural, dos veces y media más grande>>. Desde aquella afirmación aristotélica que hablaba de las mujeres como hombres incompletos(en su Política se lee: «un ser degradado o por debajo de la humanidad »),las mujeres se han visto marginadas de los asuntos importantes, para ser convertidas en floreros o sirvientas, o a lo más en dominadoras de la vida de los reyes pero únicamente en la ficción, ya que en la práctica…recluidas y la pata quebrada. La obra woolfiana de la que ahora se cumplen setenta y cinco años desde su publicación, es un repaso que abarca desde el siglo XV hasta los tiempos en que se escribe para denunciar la dependencia femenina con respecto a los varones, y subrayar el recurso por parte de las mujeres que escribían a utilizar pseudónimos masculinos para evitar que se conociese su identidad; ellas tenían prohibido el acceso a las aulas universitarias, a las librerías, y en consecuencia las más curiosas o interesadas por el aprendizaje habían de recurrir a apropiarse de los libros y los apuntes de sus hermanos del género masculino para poder acceder a estos pagos intelectuales que les estaban vedados.

El libro, téngase en cuenta la época en la que fue escrito, se convirtió en avanzadilla, y hasta en texto de obligada lectura para cualquiera que defienda los derechos de la mujer a disfrutar de la libertad y la igualdad con respecto a sus compañeros, y a veces dominadores infames como la misma autora lo denunciará años después en su novela Tres guineas(1938) al comparar el comportamiento de los nazis con ciertos hombres que parecen completamente dispuestos a conservar el privilegio de ser los únicos «dueños del mundo ». Pues bien, en el libro que recordamos Virginia Woolf recurre a la ficción como mecanismo para penetrar con eficacia por algunos lares ya transitados por distintas disciplinas académicas y por ciertos textos de ensayo, rompiendo con el recurso citado los estrictos lindes de las disciplinas, y abarcando así el quid de la cuestión muchas veces escamoteado por los cómplices silencios o por los discursos gastados. ¿Cómo explicar la «ausencia» persistente de las mujeres a lo largo de la historia? ¿Cómo es posible que haya habido tan pocas mujeres escritoras?…la autora de Orlando (1928)-precedente de las posturas del libro del que hablamos, en la medida que ese ser viaja a través de los siglos, encarnado en hombre o en mujer dependiendo los siglos por los que pasa, y tendiendo a la superación de los antagonismos de los sexos-, la autora digo, pasando por encima-o de lado- de las distintas disciplinas(antropología, historia, psicología, literatura, sociología…) va y le da una hermana al gran escritor inglés, Shakespeare, la bautiza con el nombre de Judith y la dota de un enorme y «maravilloso ingenio » y señala el camino que ésta habría de seguir: aprovecharse de los libros que poseía su hermano, y a cierta edad se vería obligada a huir de su domicilio familiar ya que allí le querían organizar una boda, y deseando hacer teatro vería negado su deseo ya que los papeles femeninos eran representados por hombres jóvenes, etc. ¡Amargura, tristeza, melancolía…!

El grito woolfiano se alza con furia contra todos los límites y cortapisas que hacen que la mujer no pueda desarrollar sus potencialidades en todos los terrenos-incluidos obviamente los creativos-por la eterna dependencia económica, simbólica, espacial… y las coartadas hasta supuestamente científicas acerca de «la inferioridad intelectual , moral y física del sexo femenino», defendidas según señala la escritora en su libro por un tal profesor von X(que no era otro que su amigo Freud)…aspectos todos ellos que, a pesar del tiempo transcurrido , siguen estando vigentes( en estos tiempos de floreros, velos, mutilaciones , infanticidios, mujeres quemadas por sus maridos, golpeadas, y muertas) lo que hace que el libro siga teniendo una extraordinaria vitalidad, debido tanto al tema abordado como a la sagacidad y originalidad con que se hace.

Fuente de artículo: http://kaosenlared.net/y-virginia-wolf-se-fundio-con-el-agua/

Fuente de la imagen:

https://www.google.com/search?q=Virginia+Woolf&espv=2&biw=1366&bih=623&site=webhp&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwia8c65mYzMAhUG0iYKHTA3C1AQ_AUIBigB#tbm=isch&q=virginia+woolf+frases&imgrc=1wGSfJhLtQBpNM%3A

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Rossi: la ceguera eurocéntrica

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Viernes, 08 de Abril de 2016 / Aimdigital

El historiador Juan José Rossi reflexionó sobre las consecuencias del eurocentrismo en nuestro continente, a propósito del escándalo que suscitó en Europa una carta de Adolfo Hitler, hasta hace poco oculta, en que incitó abiertamente a exterminar judíos; explicó las razones por la que esa misiva escandalizó a Europa, pero advirtió a AIM que no hubo, en cambio, ninguna reacción equivalente con el genocidio mucho mayor cometido por los europeos en América durante 300 años.

Rossi reflexionó sobre las consecuencias del eurocentrismo en nuestro continente, a propósito del escándalo que suscitó en Europa una carta de Adolfo Hitler. En diálogo con esta Agencia, el historiador afirmó que “cuando uno lee una carta como la del europeo-cristiano Hitler, y con quien el catolicismo cumbre estuvo de acuerdo (algo parecido a lo que sucedió con la jerarquía católica en la Argentina durante la dictadura militar y, antes, con el genocidio de nativos en el Sur) dan ganas de colgar los guantes o las zapatillas y dedicarse a vegetar hasta que llegue el final de una humanidad metida en el corsé de la globalización (es decir en un globo…, el globo de los designios del seudoprimer mundo con relación a nuestro continente desde que entraron, entre otras bondades de la cristiana Europa, el dinero y la corrupción a partir de 1492).

Uno, desde Abya yala, está tentado de bajar los brazos y acomodarse en alguna matriz que nos resuelva todo (hecho que jamás sucederá). Pero se trata de crear una matriz que nos convoque a aceptar la realidad, lo que nos pasó a nosotros en el transcurso de la milenaria historia local y lo que nos pasó ayer”.

Sin embargo aclaró que “optamos por refugiarnos en el globo que nos fabricó Europa para someternos en nombre de su civilización, pacificación y cristianización, sin darnos opción, como si no hubiera otra salida, como si no existiera otro pensamiento, filosofía o capacidad de reflexionar; otro estilo de vida y respuestas propias que no sean precisamente las occidentales (por más cosas interesantes que tengan, o que digan tener, para mí las tienen tanto o menos que los demás continentes, incluido, obviamente, el nuestro, sobre todo para los habitantes de cada uno de ellos)”. “También yo leí en la portada de una página Web su curiosa pastilla titulada: La carta de Hitler que cambió la historia (cada uno interpretará si para bien o para mal o para cualquier cosa, porque a mí me parece que el mundo, sobre todo el llamado primer mundo, sigue igual o peor, aunque con variantes, como es el caso de la esclavitud: hoy la gente se cree más libre que los africanos esclavizados por la invasión del siglo XVI porque todos o casi todos tienen un televisor, celular y un empleo que te hacen marcar el paso; o un salario fijo que te encierra definitivamente en lo que los poderosos de hoy te marcan para que puedas seguir trabajando y consumiendo (como en la mina de Potosí en la que daban de comer a los quechuas y aymaras de entonces como para que no se derrumbaran.

Para mantenerlos débiles de modo que no pudieran rebelarse), para que no seas libre, aunque algunos se creen más libres porque ganan un poquito más que otros o hacen lo que les gusta para un patrón. ¿No te hace pensar en algo este atrevimiento del título, como muchos otros de los multimedia y propaganda última generación, tanto de Medios propiamente dichos como de los gobiernos democráticos (democráticos para los poderosos)?”.

En el artículo sobre la carta de Hitler ─en la que sostiene abiertamente que los judíos son inferiores a los no-judíos y que se debe pensar en hacerlos desaparecer─ se afirma sin atenuantes que a partir de ella el mundo cambió. “Si bien continúan omitiendo que Hitler, los nazis y los fascistas son emergentes de Europa (no caídos del cielo ni extraterrestres), es decir, ellos mismos…, es bueno que lo reconozcan y empiecen a mirarse hacia adentro y no como acostumbran desde tiempo inmemorial: estudiar a los de afuera, a los primitivos, salvajes, incivilizados, exóticos y finalmente invadirlos previa matanzas, y si es posible conversión a su cristianismo para dejar libre el camino del despojo. Es bueno que reconozcan el genocidio perpetrado por ellos mismos en sus propias narices que, por supuesto, no fue el primero. Es decir, sería bueno. Pero todavía se ocultan, o se hacen los distraídos porque les conviene, que ya antes, a partir del siglo XVI, el mundo cambió sobre todo para ellos (en un sentido de abundancia sin límites) y para nosotros en el peor de los sentidos, despojo y sometimiento casi total, cuando determinaron arbitrariamente (más bien por conveniencia) que los africanos y nativos de nuestro continente para lo único que servíamos y servimos era y es ser esclavizados (empleados, obreros, trabajadores en general). Recordemos aquel emblemático párrafo del emblemático teólogo y obispo de Darién, Tomás Ortiz, miembro del emblemático catolicismo europeo implantado por la fuerza en nuestro continente, o sea, excusa y vanguardia estratégica de la sociedad europea como tal, porque todos se decían cristianos, desde el papa (que se arrogó el derecho de ‘regalar nuestro continente: no dejen de releer Bula Inter Caetera rerum: ‘Entre otras cosas’ (fácil de encontrar en la Web) y los reyes (chorros de alta alcurnia ellos, como el Vaticano, con vuestro perdón si son creyentes) hasta el último chanchero como los Pizarro (insaciables ellos)”.

El texto

“(Los nativos) son siervos a natura (es decir, por naturaleza) teniendo en cuenta su incapacidad, tantos vicios y torpezas se les hace beneficio en quererlos domar, tomar y tener por esclavos. Exactamente igual pensaba el ‘teólogo’ de la corte de aquellos tiempos, Juan de Sepúlveda. O aquel otro de los fundamentos y considerandos de la ley nacional 947 del 5 de octubre 1878: “Someter cuanto antes, por la razón o por la fuerza, a ese puñado de salvajes (se refiere a los del Sur mientras Roca los aniquilaba) que destruyen nuestra principal riqueza y nos impide ocupar definitivamente en nombre de la ley y del progreso y de nuestra seguridad, los territorios más ricos y fértiles de la República”

O el testimonio de Juan Bosco desde Italia: “solo a la iglesia católica le está reservado el honor de amansar la ferocidad de esos salvajes. Para alcanzar tan noble fin, se ha convenido con el inmortal (aunque se pudrió bajo tierra, aclaro yo) Pío IX y con el eximio metropolitano argentino el plan siguiente: fundar colegios y hospicios en las principales ciudades de los confines y rodear, por así decirlo, con estas fortalezas la Patagonia; recoger a los jovencitos indígenas en esos asilos de paz y caridad, atraer principalmente a los hijos de los bárbaros e instruirlos, educarlos cristianamente; y luego por su medio y con ellos, penetrar en aquellas regiones inhóspitas (…) y abrir así la fuente de la verdadera civilización y del verdadero progreso”.

Hitler no era africano

Rossi recordó que Hitler y los alemanes “no eran africanos ni de Abya Yala (¡lejos de ellos, por favor!, eran europeos del siglo XX, eran cristianos aristotélicos-tomistas como lo fueron todos los invasores de nuestro continente antes, desde el siglo XV, hasta ahora. Aunque a veces lo nieguen con su palabrerío, en los hechos, tanto los auto-llamados cristianos como los ateos, siguen pensando y actuando como aristotélicos-tomistas que suponen tener derecho a apropiarse de todo para sobrevivir en un subcontinente que se agota. O viven a costa de los demás o perecen hundidos en el Atlántico y los mares de sus alrededores”.

El historiador advirtió que,” con su clásico imperialismo (‘colonialismo’ o ‘neocolonialismo’ se dice eufemísticamente: no se entiende por qué los intelectuales, docentes y políticos no traducen el eufemismo por lo que es: “invasión”), desde Alejandro, Julio César, y antes también (realidad digna de estudiarse: ¿por qué lo son tan empedernidamente hasta hoy? ¿Será porque de lo contrario desaparecerían en esa pequeña especie de península, que es Europa, pegada en la cola occidental del continente euroasiático y de la maravillosa África? ¿o por otros motivos?”.

De todos modos, son invasores congénitos y además euro-céntricos y creídos en que “ellos” son los que filosofan; ellos los artistas, políticos, creyentes verdaderos, etcétera. Pero se cuidan de no decir: “somos como los demás”, pero también auténticos esclavistas y empedernidos invasores…, por supuesto, cambiando de método con el paso del tiempo. “Llenan las bibliotecas del mundo (donde se lo permiten) con libros de su clásico feudalismo, principados cristianos; con su monarquismo esclavizante; con su chauvinismo y, en general, con las peripecias de su tendencia innata a invadir al resto de la humanidad (sea África, Medio Oriente, Asia Menor, Lejano Oriente, Abya Yala), al menos desde la época de sus primeros imperios tan valorados y meticulosamente tenidos en cuenta y estudiados por ellos mismos en su sistema educativo ¡y también para el nuestro! y el político, al mismo tiempo que relajan y menosprecian a los nuestros (si es que los hubo: en realidad no hubo imperios en Abya yala sino confederaciones con ciertas exigencias éticas inviolables) y los vituperan para, de ese modo, justificar su desinhibición invasora. Tal como hizo el hijo dilecto de Inglaterra (el EE.UU. de los pastores religiosos, con el apoyo de Europa) con Vietnam, Irak y demás víctimas”.

“Dicen que una carta del recontra europeo austríaco-alemán Hitler cambió la historia… mientras todos ellos siguen en lo mismo. Intentan decir que habría cambiado la historia porque una masa alemana, austríaca, suiza y etc. conscientemente todos (no Hitler, sino la mayoría, aunque ahora traten de disimularlo) perpetraron el increíble genocidio de millones de judíos viviendo en Europa, según ellos no como europeos, sino como judíos en la diáspora (en general, desde su perspectiva, una diáspora voluntaria)”.

Reflexionar viene bien

Rossi llamó a pensar: “¿qué pasó en el siglo XV-XVI y ahora con la humanidad de nuestro continente, es decir, con nosotros?: los europeos mancomunada y solidariamente, aunque haya algunas voces que disientan o pretendan sacar las castañas del fuego, arrasaron y desarticularon alegremente lo más preciado de la humanidad de Abya yala (cosmovisiones, organización política y social, filosofía de vida, arte) y lo vaciaron hasta donde les fue posible mientras su tramposa ley cristiana (no es tal sino ‘europea’) se los permitía y permite (o sea siempre, hasta hoy, cuando el vaticano recoge descaradamente prebendas, limosnas –en la argentina también sueldos y subsidios permanentes del estado, es decir, de la gente, se diga o no cristiana), esclavizaron, ‘genocidaron’ (voz aceptada por la real academia guaraní y quechua), destruyeron o fundieron maravillas y se robaron todo con absoluta conciencia de lo que hacían, a pesar de oírse siempre la clásica e ‘ingenua’ excusa: es cierto, pero… ¡hay que contextuar los hechos!”.

Europa se permitió, incluido en primer lugar el poderoso catolicismo, hasta hace muy poquito, poner en práctica el pensamiento occidental del progreso y civilización (como decía Bosco) en la Patagonia y en el Gran Chaco de la Argentina (¡hasta 1920!) arrasando todo, desertizando un espacio palpitante de culturas milenarias. “¡Pero aquí no pasó nada! Aquí no hubo genocidio premeditado y meticuloso de millones y millones de personas, de gente como nosotros, pero de cultura diferente, durante 300 años que duró la pesadilla infernal de la presencia europea y todavía! Es cierto, genocidio de pueblos y etnocidio de cultura diferentes, pero, en todo caso, sobre la misma base: especie Homo sapiens, creadores de estrategias admirables, con lenguaje, música, escritura, matemáticas, astronomía, agricultura, arquitectura, hijos bien educados y libres ─no a merced del dogmatismos religiosos y filosóficos─; gente bien alimentada, que vivían, sentían, comían, defecaban, hacían el amor y morían sin tanto dramatismo como en occidente. Pero los europeos invasores eran cristianos impolutos y tenían filósofos que les explicaban la vida y se iban al cielo confesados después de robar, matar, violar e imponer, es decir, justificados para hacer lo que se les antojara cuantas veces quisieran con la excusa de la confesión. Sus filósofos eran la madre del borrego: soberbios, eurocéntricos al mango, despreciativos –todavía hoy– de lo que no sea de ellos. Pensaban sí, pero aquí y en los demás continentes, también”.

Ante esa realidad compleja y aplastante, Rossi aconsejó no ocultar que hoy somos responsables de nuestro propio problema, es decir, por causa de su acción invasora de largo alcance, casi no pensamos por nosotros mismos y para nosotros. “Seguimos sometidos epistémicamente, en el pensamiento que genera e impulsa la acción, la cultura en general, de la humanidad. Permanentemente nos sacamos el sombrero y bajamos la cabeza ante la menor mención del ‘genocidio judío’ o ‘armenio’, por nombrar dos de sus genocidios internos. Está bien, fueron genocidios perpetrados por europeos contra europeos (o con judíos y armenios viviendo en Europa: para mí no queda claro ese aspecto, quizá digan judíos y no europeos porque en el fondo son todos antisemitas y diciendo ‘judíos’ no se sienten fratricidas) y hay que repudiarlo y hacer memoria de esa masacre que se consumó a más de 10.000 km de nuestra tierra.

Pero ¿con nosotros y entre nosotros no pasó nada…? Todavía la mayoría de los políticos, de filósofos o pensadores y educadores, de la gente en general… sigue diciendo descubrimiento o conquista de América, del desierto, de las almas, etcétera, como si se tratara de hazañas que debemos celebrar. No hay conciencia de que el genocidio ―muchísimo mayor que el de los judíos― perduró por 300 años como algo que sucedió con ‘otros’ y no con nosotros mismos. Quizá debamos reflexionar y tratar de tener claro que en nuestro continente, como en Europa, nunca hubo ni habrá “indios” sino hombres, personas, humanidad, gente como la de Eurasia, África, Oceanía… tanto hoy, siglo XXI, como ayer, desde hace no menos de 40.000 años (y si fuera menos ¿qué importa?)”.

El historiador consideró que “quizá sea éste, sobre todo, un tema simbólico o un trampolín (por supuesto, hay trampolines de distintas medidas y alturas) a través del cual podamos quizá vislumbrar o captar la enorme dicotomía y distorsión que el occidente asiático ha logrado meternos en nuestra médula ―o ‘en el alma’ diría el ferviente catolicismo, proa de la invasión política, cultural, económica y, sobre todo, epistémica, esto último lo más difícil de percibir, porque es, precisamente, lo que hace sentir a nuestra gente más de Europa que de Abya Yala”.

Además, se preguntó: “¿cuándo la comunidad argentina y continental sentirá y hará memoria solidariamente del genocidio perpetrado infamemente por europeos y criollos europeizados contra nuestros antepasados (no indios: que no lo eran) de esta tierra? ¿Cuándo los presidentes y ministros, en las canchas y en las escuelas harán minutos de silencio y actos para memorar la desaparición de cientos de culturas, de millones de mujeres y varones como nosotros durante los siglos XV, XVI, XVII, XVIII, XIX y XX? ¿Cuándo…?”.

Un granito de arena

Su intención , dijo, “no es dar una clase sino aportar un granito de arena para pensar juntos, si vale la pena, y sacar conclusiones propias como contenido, proyecto y método de nuestro trabajo hoy y en el futuro para superar un sistema político-religioso que nos tiene atados como burros de carga al carro del primer mundo, del dinero (decía mi amigo músico, lutier y decidor Kolla Anastasio Quirogaen sus andanzas por el mundo como embajador de nuestra cultura: ‘cuando ingresó el dinero a nuestro continente Abya yala… ingresó la corrupción… y se quedó’ (hoy esto esta realidad es patente). Cuando observamos la realidad y el sistema en que vivimos, imaginamos que es una utopía el intento de un cambio profundo, más humano e igualitario. Nos sentimos impotentes. Pero no nos atrevemos a pensar un sistema distinto al que introdujo Europa; a pensarlo desde estrategias y paradigmas filosóficos surgidos y cristalizados a través de miles de años en organizaciones sociales, políticas y simbólicas de Abya yala. Nos han puesto un seguro inviolable para que no pensemos por nosotros mismos. ¿Cómo lo logran todavía…? Nos hacen creer, sobre todo por el sistema educativo, que nuestra historia empieza con el arribo casual de Europa (y si no, analicen con lupa los textos escolares y ensayos de historia). Más aún se piensa que somos europeos porque, precisamente, ‘pensamos como europeos’ (lo cual es cierto, todavía) y que ‘nuestros antepasados son europeos’… ya que antes del comienzo de la invasión 1492 (que llamaron ‘conquista amorosa’) según ellos aquí no había ‘ni gente ni historia’”.

Fuente de la noticia y de la foto: 

http://www.aimdigital.com.ar/2016/04/08/rossi-la-ceguera-eurocentrica/

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