Page 165 of 454
1 163 164 165 166 167 454

Entrevista a Monedero: «La posibilidad de superar el neoliberalismo en A.L. tuvo que ver con volver a emocionar

Por: CLACSO TV.

Juan Carlos Monedero, España. Politólogo y escritor, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid. Ex secretario de Proceso Constituyente y Programa de Podemos. Presentador del programa de debate político La Tuerka en Público TV.4. VII Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales «Transformaciones democráticas, justicia social y procesos de paz», del 9 al 13 de noviembre de 2015 en Medellín, Colombia.

 

Fuente de la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=MU8EaU8uwdA

 

Comparte este contenido:

Entrevista a Val Flores: “Una puede leer sobre género y poscolonialidad pero es fundamental intervenir en la práctica”

Por: Estefania Veronica Santoro y Andrea Beltramo.

 

Val Flores es escritora, profesora y activista lesbiana feminista. A través de sus textos y su carrera docente supo visibilizar y cuestionar determinadas narrativas que reproducen la heteronorma en el ámbito educativo. Cree necesaria la emergencia de textos político-disruptivos, que desafíen los límites de los discursivos vigentes y permitan florecer otras formas de escritura y de nombrar la sexualidad, la cultura y la sociedad en su conjunto. Derrocando a Roca charló con ella para conocer qué prácticas hay que desnaturalizar en las aulas y cuáles son las “normas” que nos enseñaron y continuamos reproduciendo. Además nos adentramos en su nuevo libro “El sótano de San Telmo” y sus investigaciones sobre el activismo lésbico en Argentina.

 


_¿Actualmente estás dando clases?

_No, estoy dando talleres en centros culturales o en mi casa, no estoy en el ambiente de la escuela. Hoy en día, mi trabajo está relacionado con la educación desde el sindicato docente -UTE (Unión de los Trabajadores de la Educación), en la parte de formación con tutorías de escritura.

_¿De qué se trata?

_Desde el Instituto Cacho Carranza, instituto de formación e investigación, se convoca anualmente a un congreso pedagógico para estimular la escritura de las y los docentes, y se hace todo un proceso de acompañamiento de esa escritura, por eso se le llama tutoría. No es una corrección del texto ni una evaluación, sino que es como un diálogo, hacia una construcción más horizontal del conocimiento. La ponencia está pensada como un debate público que quieren dar los docentes:  estimular el posicionamiento político-pedagógico y recuperar ese saber que se construye en la escuela, y que muchas veces queda ninguneado o impugnado o privatizado en el ámbito del aula. Estamos cerrando este congreso que se llama “Poéticas de la pedagogía del sur. Educación, emancipación, igualdad”.

_En tu etapa de docente de escuela primaria implementaste talleres de sexualidad. ¿Cuál era la dinámica de aquellas clases y cómo las preparabas para “correrte” de los textos escolares que imponen determinada sexualidad y que acompañan la heteronorma?

_Trabajé 15 años en escuelas primarias de la ciudad de Neuquén. La intervención dentro de mi propia práctica sobre sexualidad, géneros y deseos fue variando a lo largo de los años y tiene que ver con los cruces con el activismo y una formación bastante autodidacta desde el feminismo, la disidencia sexual, la teoría queer. Hubo todo un proceso. Desde un principio fue el de incorporar la temática dentro de algún área, en general el área de naturales. Le fui dando un espacio y tiempo propios al taller de sexualidad como tal, con actividades corporales, de debate, desplazando el guión escolar de la clase hacia otros formatos mucho más participativos y lúdicos. Tiene que ver con las biografías políticas y pedagógicas activistas y feministas. Esa confluencia de saberes permitió que el recorrido de ese tipo de intervención vaya cambiando: desde una postura más encuadrada en un feminismo, tal vez, más clásico a propuestas un poco más radicales y menos ortodoxas.

_En tu escrito “Alegorías del temblor” hablas de la necesidad de deshacerse del conservadurismo social y político que imponen los textos escolares y que inevitablemente coartan la formación de un adolescente. Como docente, ¿qué se podría hacer para elegir otro camino que no sea el impuesto? ¿Cómo lograste hacerlo desde tu experiencia?

_Usaba materiales que por ahí no tenían que ver con la escuela y los buscaba, o también los producía. Todo el tiempo tenía una mirada atenta sobre esa capilaridad de las prácticas que organiza el espacio escolar. Desde el material que les das a los chicos a cómo se dispone el espacio, las voces, las relaciones entre chicos y chicas, estar de algún modo interviniendo esas micro-situaciones donde se va produciendo el género. Por ejemplo, en el almuerzo, los varones repetían la comida porque eran los más rápidos en comer y las nenas no llegaban a repetir. Otra situación similar se daba en los recreos: tenía un alumno amanerado, los varones constantemente lo acosaban, le sacaban la pelota. Entonces, acudía a la maestra que estaba a cargo del sector para que preste atención a ese tipo de situaciones. Otro caso es el de los profesores de educación física, respecto a las ejercitaciones que establecían para chicos y chicas: saltar a la soga, los chicos lo hacian 20 veces y las chicas, 40.

_Por otro lado, te nombraste lesbiana en la escuela; desde el lugar de la docencia, ¿qué reacciones notaste?

_No pensé el proceso de visibilidad como un fin en sí mismo sino como una herramienta que permite politizar o (des)heterosexualizar la tarea docente, como siempre, en el marco de una propuesta de repensar la producción del conocimiento escolar. No fue solo “salir del closet” y como maestra decir “soy lesbiana”, sino que esa autoafirmación estuviera ligada a una problematización del conocimiento dentro de la escuela y por lo tanto, en la articulación de una propuesta que sea descolonizadora, antirracista, que tenga una perspectiva de clase porque sino quedamos entrampados en una cuestión meramente identitaria que no interpela la norma que rige el conocimiento escolar.

A nivel personal, creo que tuvo la posibilidad del empoderamiento, de plantarme y entrar más entera al aula y a su vez, dentro de las reacciones de los chicos y las chicas ante el proceso de visibilidad conjugada con una propuesta crítica, me tomaron como la maestra que siempre tenía algo para decir. Era una conjunción de cosas que a veces estallaba en los sentidos más instalados respecto de lo que debe ser la maestra, la práctica, la escuela en sí y generaba una incomodidad, un interrogante y también reacciones violentas. De parte de los chicos y las chicas, en general, las chicas tienen una recepción bastante amigable, genera un diálogo, inquietudes y curiosidad. En los varones, los que tienen una masculinidad más hegemónica, hay una resistencia que se muestra en repreguntar: “Seño, ¿usted tiene novio?”; lo repreguntan como una forma de negar.

_Con las madres y los padres, ¿qué reacciones hubo?

_Algunas madres me venían a consultar si yo había dicho “eso” en la escuela. “Eso”, nunca nombraban la palabra lesbiana ni lesbianismo. También hubo algunos padres varones que nunca venían a las reuniones, no los conocía, y aparecían de forma intimidatoria, enojados porque había comentado ante los chicos mi identidad sexual.

Cuando me corté el pelo, incrementó la violencia de los padres que pretendían que me adecuara a los parámetros de lo que debe ser una maestra. Pero hay que pensarlo en el contexto, porque cuando yo empiezo a trabajar sobre cuestiones de sexualidad y géneros en la escuela, en Neuquén ya había una ley provincial de educación sexual desde 1997, previa a la ley nacional que crea el programa de educación sexual integral. Es decir, que ya había un marco jurídico que habilitaba el tratamiento de este tema. Lo que no había era una decisión política de que esto se implementara en las escuelas. Por ejemplo, las escuelas privadas y católicas tienen programas de educación sexual, pero están orientados a fines reproductivos, a reforzar la heterosexualidad y los mandatos de la maternidad.

_Ante estas reacciones de la “comunidad educativa”, ¿tuviste que crear una pedagogía propia, o pudiste entablar relaciones con otras docentes como para tener una línea distinta que cuestione el discurso de la heteronorma?

_Eso variaba según la escuela. En una pude hacer articulación con mi compañera con la que daba clases en otras áreas. Y en la última escuela en la que estuve, en la zona oeste de la ciudad de Neuquén donde es una zona más empobrecida, titularizamos en un año varias maestras nuevas. La directora también era nueva y eso creó todo un proyecto pedagógico bastante singular y muy potente, de mucho trabajo grupal, mucho debate pedagógico y político. La escuela tuvo distintas líneas que tenían que ver con el trabajo en educación sexual, tal vez no todas las maestras implementando los talleres, pero sí mínimas reflexiones que tenían que ver con la cuestión de género, los chistes sexistas, heterosexistas, el trabajo sobre los actos escolares encarándolos siempre en vinculación con la comunidad. Para un acto del “Día de la Independencia”, hicimos preguntas sobre el presente y se llamaba “La toma”; la toma de la palabra por parte de las mujeres. la toma de la vida con las Madres de Plaza de Mayo, la toma de la tierra por parte de la comunidad, la toma de la fábrica por los obreros de Zanón.

_¿Qué otras prácticas desnaturalizaste para que entren en tensión para su cuestionamiento entre lxs estudiantes?

_La propuesta de sexualidad tenía otros modos de escucha que hacía que fuera más permeable a repensar algunas prácticas, incluso en un momento pensamos cambiar las filas de chicos y chicas y eso generó discusiones porque era como que se derrumbaban los cimientos de una institución. Cuando yo lo planteé a la entrada generó muchísima resistencia por parte de las madres que planteaban cosas como: “Ah bueno, después van a ir al baño todos juntos”. Era un pánico moral y sexual porque justo lo planteaba una maestra lesbiana. Donde encontramos más resistencia en desbaratar la formación fue en los varones, para ellos pasarse a ese lugar simbólico que está instalado para las nenas implicaba un cambio de género que los feminizaba. En este sentido, algunas maestras no ponían mucho énfasis en tratar de modificar esa práctica pero sí ponían mucha energía en el tema de la gripe A, por ejemplo, en llevarlos al baño, lavarles las manos, volver… Como que esa práctica sí merecía tiempo y compromiso para hacerlo, ahora esto de cambiar las filas se intentó dos o tres veces y como no resultó se dejó.

_En estas prácticas descolonizadoras, en el desplazamiento del poder y la construcción de autoridad, que en principio genera obediencia inmediata, se genera tensión con las teorías que se leen. ¿Notaste esa tensión en vos como lectora o como estudiante?

_Tengo una relación con la teoría que no es la que se instituye en general en la academia. Entonces, para mí, producir teóricamente es poner la práctica en el centro de escena y construir desde ahí en términos de praxis política. Por un lado, es una disputa con ciertos modos de producción académicos y por otro lado, también dentro del activismo donde hay cierta impugnación de la producción teórica, porque la producción teórica está vista como una tarea que se hace por fuera de los contextos y desvinculada de las prácticas. En este sentido, creo que las maestras sí históricamente tienen un lugar de subordinación intelectual, así que para mí, pensar la práctica y producir teóricamente es una forma de disputar ese lugar de subordinación, de apostar a la autonomía intelectual y esto es intervenir también el dispositivo de feminización de las maestras. El sistema educativo es super jerárquico y produce esa feminización, donde las maestras de primaria o de inicial son el último orejón del tarro. Son aquellas que deberían bajar la teoría a su práctica. Esas concepciones no me resuenan. Sí me alimento de producciones académicas, obviamente, para mí es un tráfico constante sin dejar de estar atenta a que la academia impone determinados modos de construcción de conocimiento donde el cuerpo del investigador está soslayado o autoinvisibilizado para construir el criterio de objetividad. Pero no sé si me pondría a pensar tanto en que los que producen académicamente no tienen que ver con la práctica sino que hay algo más para problematizar que es el modo de producción de conocimiento. Es una práctica constante donde tenemos que descolonizar nuestros propios cuerpos en contextos particulares porque son disposiciones que hemos construido en relación  a otros cuerpos. Es una práctica de vida constante.

_Volviendo a las aulas, considerando que la autoridad es la maestra y los demás son personas “sin luz” (alumnos), subordinadas a recibir información constante como una paralización de lo corporal y una construcción de obediencia…

_Una puede sentarse a leer cuestiones de género, poscolonialidad, pero es fundamental intervenir los modos de la práctica y los modos de hacer del cuerpo. En nuestras propias historias escolares, si uno se pone a pensar, ¿cuáles son las cuestiones que hicieron huella, de las cuales tenemos memoria? Siempre hay algo relacionado a la corporalidad que está presente. Nuestras propias historias nos están diciendo cómo construimos memoria, cómo construimos esos aprendizajes que muchas veces son mucho más significativos de eso que está pasando, de lo que está enseñando la maestra en ese momento. Esas miles de formas de habitar los cuerpos si no tienen una presencia dentro del aula a través de materiales gráficos, a través de audios donde se pueda también escuchar otros tonos de voz, hay algo de la cuestión perceptiva en la que tiene que intervenir la escuela. Siempre nos encontramos una lámina con un nene o una nena con una carita sonriente, con formas muy suaves porque están vinculadas a como debería ser la infancia y no hay otras experiencias visuales, sonoras, corporales, entonces no hay manera de transformar esos modos de hacer del cuerpo o darle vida o entidad a otras formas para ser niños y niñas.

_Citando uno de tus textos, ¿de qué manera es posible desmontar la lengua del mandato de la que vos hablás y qué caminos podemos transitar para criar la lengua del desacato?

_Es un diálogo que mantuve con dos activistas chilenos. Fue una apuesta de Jorge Díaz – que pertenece a la Coordinadora Universitaria de la Disidencia Sexual (CUDS)- y Enrique Murga. Esa coordinadora en la Universidad de Santiago de Chile es un grupo con el cual dialogo dado que tienen una apuesta por la producción de otras ficciones feministas, entender el lenguaje como un campo político donde se puede intervenir. A partir de un diálogo virtual que mantuvimos se organizó el fanzine. La idea es pensar el lenguaje como aquel contrato fundamental que organiza al mundo y la necesidad de intervenirlo para desarmar esas categorías que resultan opresivas y son normativas que requieren ponerse a pensar en la lengua del desacato, en la posibilidad de construir una lengua que intervenga constantemente esas normativas.

_¿Qué importancia tiene para vos hablar de disidencia sexual en lugar de diversidad sexual?

_Para mí, disidencia sexual es una práctica política epistemológica y afectiva que tiene que ver con estar analizando permanentemente como funcionan las políticas sexuales en articulación con las políticas económicas, culturales, sociales y estar atenta a todos los procesos de normalización de la identidad sexual, genérica, racial, de clase o como se articulan entre ellas en función de las diversas coyunturas históricas. Y disidencia sexual no nombra una población específica, no es sinónimo de población LGTB, sino que la verdad es una operación política y de problematización permanente. La diversidad sexual es un término que viene de las políticas neoliberales y en el ámbito educativo se instaló como inclusión, tolerancia, integración; que lo que hace es organizar, pacificar y homogenizar el conflicto político que plantea las diferencias. Es decir, que vino a desnombrar las identidades, con suerte se dice sexual.

_Desde la docencia, ¿cómo lo tratas? ¿Cómo ves que lo hacen tus colegas?

_Las maestras pueden decir “Yo trabajo la diversidad sexual”, pero diversidad sexual es otra forma de nombrar lo que no es heteronormativo entonces lo que se termina haciendo es no poner en el centro de la escena la norma que organiza la sexualidad: la heteronormatividad . Se corre siempre la mirada hacia la existencia de lesbianas, gays, trans con narrativas bastante estereotipadas, homogéneas, desproblematizadas, o se presenta de manera armónica como lo hace siempre la escuela respecto del saber y termina teniendo cierto efecto político que  acalla ciertos debates. No repensar las relaciones de poder que construyen esas categorías, eso tiene que ver con las políticas estatales que imponen ciertos términos para hablar de ciertas poblaciones.

Una como maestra se encuentra atravesada por estas políticas públicas en la educación, donde por un lado tenés la ley de educación sexual, que plantea un marco jurídico, que habilita a trabajar ciertas temáticas, el tema es que como una no es funcionaria en términos de obediencia hacia el Estado sino que también puede intervenir esas narrativas y plantearlas en términos de disputa política con ciertos saberes que justamente lo que hacen es neutralizar la potencia política que tienen ciertas identidades de desbaratar la organización o ciertos régimen de poder. Muchas veces aparecen en las charlas esto de trabajar la diversidad sexual y con una pregunta muy sencilla que es, ¿vos dónde te pones respecto de la diversidad la sexual? La gente no lo ha pensado, damos cuenta que la diversidad sexual opera como un término para nombrar a otro que no es heterosexual. Las categorías de diversidad cultural han sido problematizadas hasta por la propia antropología, por los propios pueblos originarios que vienen a (des)nombrar, a pacificar ciertos conflictos por qué ahora adoptar el término de diversidad sexual.

_Por último, tu nuevo libro “El sótano de San Telmo”, ¿qué nos podés contar?

_Es parte de “Potencia tortillera”. “Potencia” es el archivo digitalizado del activismo lésbico en Argentina que desde el 2011 veníamos sosteniendo con Fabiana Tron, Gabriela Adelstein, María Luisa Peralta, Canela Gavrila y yo. En este último tiempo, dentro del archivo me interesó instalar algunas líneas de investigación. Cuando volví a Buenos Aires en el 2014, me había quedado con esta inquietud que durante la presentación pública del archivo en el 2011 que hicimos en Brandon, donde Adriana Carrasco había traído el dato de un sótano donde se juntaban lesbianas a hacer actividades, ya que en la parte del archivo que tenía menos documentación era la parte del período de la Dictadura. Me contacté con Adriana que reconstruyó la experiencia del sótano que fue motorizado por quien fue su compañera Marta Ferro, una periodista trotskista. Este sótano funcionaba como un centro de actividades culturales y políticas en la dictadura y terminaba siendo un lugar de sociabilidad lésbica. No era un lugar de activismo lésbico porque todavía el término lesbiana no constituía una identidad que agrupara políticamente sino que terminaba siendo un lugar donde la mayoría de los que concurrían eran lesbianas. Marta Ferro, por ejemplo, se decía a sí misma “karmática”. Había distintas maneras de nombrar que no son las de ahora. De algún modo en el sótano se articulaba la lucha de clases, la emancipación de las mujeres, la liberación de las mujeres como se denominaba en aquel momento y la posibilidad de vivir el deseo de otra manera. Lo que hace el libro, que en realidad es un artículo que se publica en Potencia tortillera a fines del 2014, es articular la experiencia de la izquierda, el activismo lésbico y resistencia política. El año pasado la Editorial Madreselva me propone publicarlo y adquiere la forma de libro, pero el artículo ya estaba en “Potencia tortillera”. Las memorias históricas del movimiento lésbico también son distintas porque las configuraciones han sido diferentes. En Córdoba se dan articulaciones que en Buenos Aires no: entre trabajadoras sexuales y el movimiento de la disidencia sexual. Córdoba esta a favor del reconocimiento del trabajo sexual y no necesariamente reglamentarista y acá es hegemónicamente abolicionista. Entonces, también eso marca distintas alianzas y posibilidades de diálogos o de no-diálogos. Lo interesante justamente del archivo es esta propuesta de convocar a estas compañeras de los distintos lugares del país para hacerse cargo del archivo y conformar un nuevo grupo de coordinación, y que estén presentes todas esas configuraciones que se dan en los distintos lugares también es una práctica descolonizadora.

Fuente de la entrevista: http://derrocandoaroca.com/2016/05/03/valeria-flores-una-puede-leer-cuestiones-de-genero-poscolonialidad-pero-es-fundamental-intervenir-en-la-practica/

Comparte este contenido:

Programa #24 – MERCEDES MAYOL LASSALLE / Perspectivas del derecho a la educación en la primera infancia

Por: Cuestiones de Infancia. 

 

Pese a que existen importantes avances conceptuales a nivel internacional sobre la infancia, así como sobre las niñas y los niños como sujetos de derechos, con particular interés en el derecho a la educación en la primera infancia, en la actualidad se observan concepciones y sentidos muchas veces dispares en la práctica a la hora de definir leyes, políticas y acciones en este campo. De hecho, si bien algunos acuerdos internacionales más recientes consideran a la educación inicial como un primer ciclo de los sistemas educativos, lo tratan como una etapa dedicada a la preparación para la escuela primaria, más que como un derecho humano desde el nacimiento, con sentido y valor propio.
Partimos de la premisa que el primer paso para alcanzar la realización del derecho a la educación para todos los niños y niñas entre los 0-8 años es su pleno reconocimiento en las legislaciones y su concreción a través de políticas públicas, institucionalizadas y con recursos suficientes para garantizar todas las especificidades de esta etapa educativa, así como la existencia de mecanismos legales y judiciales que permitan la protección de los intereses y derechos y la reparación en casos de vulneración.
MERCEDES MAYOL LASSALLE, es Vicepresidenta Regional para América Latina del COMITE EJECUTIVO MUNDIAL de la OMEP (Organización Mundial para la Educación Preescolar).  Es maestra Normal Nacional y Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA). Ex-directora y asesora de Jardines Maternales. Actuó como consultora del Programa de Naciones Unidas para el desarrollo PNUD. Fue Directora del Área de Educación Inicial de la Secretaria de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Es profesora en la Maestría en Educación Infantil de la Universidad de Buenos Aires y de la Carrera de Especialización Superior en Educación Maternal de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, Argentina. Es autora de publicaciones sobre el nivel inicial y sobre historia de la educación. Desde 1999 es miembro del Comité Argentino de la OMEP.
Fuente de la reseña: http://cuestionesdeinfancias.blogspot.com/2018/11/programa-24-mercedes-mayol-lassalle.html
Comparte este contenido:

Entrevista a Jorge Grünberg: «Hoy nadie tiene el poder real de cambiar la educación»

Por: El País.

El rector de la Universidad ORT considera que el mayor problema de la educación hoy es la escasa cantidad de alumnos que termina Secundaria. Sostuvo que eso demuestra cierto grado de “analfabetismo” de la sociedad uruguaya y que cambiarlo requiere de voluntad política.

Afirmó que hoy no hay un “liderazgo” y que el poder de obstruir tranca las transformaciones. Grünberg criticó la regulación de las nuevas tecnologías, habló sobre los cambios que tendrá el mercado laboral uruguayo y sobre las competencias que se exigirán a los nuevos trabajadores. Además dijo que el país debe transformarse para potenciar a los alumnos del Plan Ceibal.

—¿Cuál es el principal problema que tiene la educación?

—Uruguay en materia de educación está en la tormenta perfecta. Hay graves problemas, son los mismos de hace muchos años y no han cambiado. Quizás el más grave es la poca gente que termina Secundaria. En Uruguay alrededor de dos tercios no termina y en el mundo actual no terminar Secundaria es una sentencia a no poder acceder nunca a los beneficios de una sociedad moderna. No terminar Secundaria hoy es una forma de analfabetismo. Si José Pedro Varela hoy viviera no estaría diciendo que tenemos que hacer escuelas por todos lados sino liceos y que tenemos que tener acceso a la educación universitaria. Este es un problema grave y es un problema que no está mejorando. En su enorme mayoría los que terminan el bachillerato son de los quintiles más ricos de la población, o sea, los que ya tienen ventajas al inicio. Un sistema educativo tiene que estar orientado a compensar diferencias no a ampliarlas. El tercer problema es cómo terminan. Según las pruebas Pisa los mejores alumnos uruguayos son peores que los peores alumnos de Corea del Sur. No solamente terminan pocos Secundaria sino que los que terminan son de los quintiles superiores de la población y además, aún viniendo de familias educadas igual saben poco.

—¿Qué hace que pese a los años el panorama no cambie?

—No hay un problema técnico. Cambiar un sistema grande como el uruguayo con casi un millón de estudiantes requiere voluntad política.

—El gobierno de Tabaré Váz-quez se propuso cambiar el ADN de la educación.

—No sé qué plan tenía ni qué plan tiene. Pero sí sé que hace por lo menos cuatro períodos de gobierno que está clarísimo. A partir de la reforma de (Germán) Rama cambió el modelo educativo uruguayo desde un modelo de elite a uno de inclusión y el problema es que cambió el objetivo, pero no cambiaron los métodos.

—¿Y qué hay que hacer?

—Tiene que haber una voluntad política importante. Hoy nos encontramos que la capacidad de hacer está muy desperdigada y la capacidad obstructiva está muy concentrada, entonces siempre gana la obstructiva. Hay grupos chicos pero poderosos con poder de veto y la voluntad de cambiar está muy desperdigada. No hay nadie que hoy tenga el poder real de cambiar las cosas en el sistema educativo.

—¿La generación que se formó con el plan Ceibal podría cambiar la perspectiva?

—El Plan Ceibal es una de esas luces al final del túnel. Se ha hecho una apuesta a enriquecer la educación y es un gran programa, pero no es que por eso va a salir una generación de Bill Gates. El ejemplo se puede ver en Cuba que tiene escuelas de primera calidad en todas las mediciones internacionales. Hay otros elementos en la cultura, la economía y la política que los van a bloquear. Si Uruguay quiere ser una sociedad abierta, emprendedora, creativa, competitiva tiene que tener una cantidad de arreglos sociales y políticos. Si todo el resto de los factores queda congelado como sucede hoy, lo único que hacemos es que la gente creativa se vaya del país. Si a la gente educada la ponemos frente a un mercado en donde los cargos se reparten por sorteo o por cuota política, o donde cuanto más trabajás más impuestos tenés o donde empresario y emprendedor son vistos negativamente, lo que va a pasar es que la gente a la cual le hemos dado la educación ceibalizada se va a terminar yendo a otro país o existe el riesgo, al menos.

—Ese mundo es en el que hoy surgen Uber, Airbnb. ¿Cómo ve el intento de regulación que pretende el gobierno?

—Diría que no me parece una reacción sana. Uber, Airbnb y otras similares de las economías interconectadas son desafíos que tenemos a nuestra manera de pensar, trabajar, regular el trabajo. Lo que me preocupa es que frente a un desafío la reacción sea congelar y proteger.

—¿Cree que hay cierto grado de conservadurismo?

—Las sociedades modernas, las que tienen éxito no son las sociedades más fuertes sino las que se adaptan rápidamente al cambio. De este proyecto también se desprende una incomprensión de cómo cambió la sociedad. Cuando en definitiva dice que se van a regular las actividades a través del servicio final, implica que a Uber lo vamos a regular como si fuera una empresa de taxímetros y a Airbnb como si fuera una empresa hotelera. Estas empresas lo que hacen es transferir información de unos a otros. Todo el mundo tiene que pagar impuestos. El tema es qué impuestos. Asimilar Uber a una empresa de taxis lo que muestra es la incomprensión de lo que hace Uber. ¿Airbnb se le va a regular como hotel? ¿Van a ir los bomberos a ver si tiene la habilitación? No tiene sentido. Hay que actualizar las concepciones. Si las compañías de taxis tienen un reclamo por competencia desleal porque ellos pagaron una licencia para ser taxis, bueno, devuélvanselas. Eso demuestra una manera más barata a la larga.

—Hay empresarios que dicen que los jóvenes no están preparados para el mundo de hoy.

—Yo creo que, como el proyecto de ley lo demuestra, los que no están preparados son los adultos y no los jóvenes. Es enorme la cantidad de jóvenes que hay hoy manejando autos de Uber, he conocido casos en que entre dos o tres se están comprando autos para ofrecer el servicio de Uber. Hay otros que están haciendo software para usar con las aplicaciones de Uber. El problema es de los adultos y del liderazgo uruguayo en todas las disciplinas, no de los jóvenes.

—¿En qué ve un problema de liderazgo?

—Esta no es una expresión política. En todos los ámbitos se encuentran problemas para aunar las voluntades necesarias para hacer los cambios y los costos que implican, entonces pequeñas decisiones llevan un tiempo enorme. Hay una falta de valorización del conocimiento, entonces se va a discutir la ley de la marihuana y no se atiende lo que dice la Sociedad de Psiquiatría. Regularmente y constantemente los debates públicos en nuestro país se nota que el conocimiento académico no es suficientemente valorizado. Esto no quiere decir que los que tenemos títulos universitarios estemos por encima de nada, solamente quiere decir que el liderazgo tiene que actuar pa-ra el bien común y aunando voluntades para pasar por arriba de corporaciones que hoy defienden sus intereses y bloquean esos cambios. Por algo hay lo que se llaman industrias del futuro y otras del pasado. La historia de las últimas décadas en Uruguay no solo es que no hay la transición hacia industrias nuevas sino que hay una reedición de continuamente volver a abrir las industrias que no funcionan como la caña de azúcar.

—Con estos cambios, ¿qué empleos desaparecerán en el futuro?

—El mercado laboral va a cambiar mucho en Uruguay y en el mundo entero. Ha habido en el último siglo y medio tres oleadas grandes de redefinición. Ahora estamos entrando en una etapa mucho más peligrosa porque la tecnología empieza a poder sustituir funciones de los servicios. Entonces un contador capaz que hoy un 70% de lo que hace ya está automatizado. Eso no quiere decir que no va a haber más trabajo de contador sino que cinco van a hacer el trabajo que hoy hacen 50. Y que las únicas tareas que le van a quedar son las más creativas. A medida que la inteligencia artificial o la robótica y el internet de las cosas se desarrolle va a haber una reconversión muy importante en el mercado laboral. Las únicas personas y países a los que les va a ir bien van a ser aquellos que tengan una población que pueda adaptarse y competir y producir en esa alta gama creativa. Va a hacer falta saber matemáticas para tener un pensamiento riguroso, saber varios idiomas, ser emprendedor.

—¿Qué hace falta para impulsar eso?

—En este momento en Uruguay el problema no es la escasez de fondos sino la escasez de proyectos. Cómo generar una cultura emprendedora al estilo Silicon Valley no es un problema solo de Uruguay. En cualquier país el porcentaje de Bill Gates y Steve Jobs es muy chico siempre, y cuando hay tres millones y medio de habitantes y solamente termina Secundaria 33% y la universidad un 15% y solamente hace un posgrado el 2%, es difícil. Bill Gates no tiene posgrado y Steve Jobs tampoco, pero son excepciones. Google se hizo con una tesis de doctorado y en general el alto nivel educativo se correlaciona bien con la capacidad de hacer cosas nuevas. Esto no quiere decir que gente que no tenga Secundaria terminada no puede tener buenas ideas, pero la inteligencia es un valor que no se puede cultivar sin educación.

—¿No cree que es algo que ven como lejano?

—También es lejano llegar al Barcelona y sin embargo todos juegan al fútbol. No toda la innovación viene a partir de la computación, puede venir de la música, la danza. La pregunta es ¿quién se tiene que adaptar?, ¿es el alumno al sistema educativo monolítico que no le ofrece ninguna opción o el nivel educativo a los millones que quieren cursar? Los liceos deberían tener consejeros y flexibilidades que digan el liceo especializado en música es aquel, entonces el muchacho que tiene facilidad o interés va a seguir en aquel liceo que le va a cultivar sus talentos y virtudes y no al del barrio. Creo que allí el sistema será más interesante para los docentes y los estudiantes.

Fuente del artículo: https://www.elpais.com.uy/informacion/hoy-nadie-real-cambiar-educacion.html

Comparte este contenido:

Eugenio Severin: “La escuela sigue y seguirá siendo un lugar central para prepararnos para la vida”

Chile – Argentina / 11 de noviembre de 2018 / Autor: El Arcón de Clío / Fuente: Virtual Educa

El Arcón de Clio, revista especializada en Educación, entrevistó a Eugenio Severin, cofundador y director ejecutivo de Otro Contexto e integrante del equipo Virtual Educa Chile.

Para usted, ¿qué le sugiere esta premisa “Innovación en el aula”?

Por un lado, me preocupa su uso generalizado y vago que a veces significa poco, y a veces significa simplemente comprar dispositivos tecnológicos. La innovación es siempre la búsqueda de una mejor respuesta a los desafíos que nos propone la realidad, por lo tanto, lo primero es tener claridad acerca de cuál es ese desafío, que a mi parecer es el de una sociedad que cambia de manera muy veloz, con enormes impactos en la forma en que creamos, accedemos, compartimos y comunicamos el conocimiento, y sobre todo, hacemos comunidad. Innovación educativa es, entonces, el esfuerzo por responder mejor de lo que lo ha hecho el sistema educación tradicional, a ese desafío.

Según su consideración: ¿en qué mundo van a vivir nuestros alumnos al salir de la escuela?

Es imposible saberlo. Hace 100 años era imaginable esperar que un niño o niña que empezaba la escuela egresaría en un mundo esencialmente parecido. Hoy si tenemos alguna certeza, es que el mundo en 20 años más será muy diferente del que conocemos hoy y por lo mismo, no tiene sentido seguir preparándo a los jóvenes para el mundo de hoy, sino que entregarles las cualidades que les permitan vivir en ese mundo.

¿Qué debería reconocer hoy la escuela en su rol protagónico de construcción de futuro, en el uso de las nuevas tecnologías y en las Escuelas Técnicas?

La escuela sigue y seguirá siendo un lugar central para prepararnos para la vida en sociedad, probablemente de maneras mucho más activas y conectadas con la realidad. Y la sociedad que la rodea ya ha abrazado las tecnologías digitales como parte natural del paisaje y sus interacciones, así que la escuela que quiera seguir siendo vigente deberá hacerlas parte natural de su quehacer.

¿Cómo nos podemos autoevaluar para que no exista una brecha generacional entre los docentes y los nativos digitales?

Me parece que lo primero es abandonar la fantasía de que los docentes deber contar con las competencias digitales de manera experta y antes que sus estudiantes. Es probable que, en estas habilidades, los estudiantes lleven siempre ventaja a sus educadores y eso no es un problema sino una oportunidad. El desafío del docente será el de diseñar experiencias de aprendizaje significativas y pertinentes que aprovechen esa brecha en lugar de combatirla.

¿En qué aspectos sería necesario incentivar/ mejorar en nuestros aprendizajes como docentes en relación con la integración de las TIC?

Por una parte, el problema tiende a solucionarse en la medida que nativos digitales ya empiezan su ejercicio profesional como docentes. Por otro lado, lo esencial es entender que las tecnologías digitales están al servicio del propósito educativo, y por lo tanto deben incorporarse naturalmente al repertorio de herramientas con las que el docente cuenta para proponer experiencias de aprendizaje más ricas a sus estudiantes.

¿El éxito de las TIC en el aula es el éxito del aprendizaje?

No, creo que la experiencia en todos nuestros países es contundente en términos de que las TICs no garantizan nada. El tecno optimismo ha sido superado por el tecno realismo, que reconoce en las tecnologías un instrumento indispensable e ineludible, pero que al mismo tiempo identifica que el corazón del aprendizaje exitoso es el diseño de buenas experiencias y la implementación de buenas prácticas.

¿Qué pautas son las más importantes para educar a los alumnos a través de las nuevas tecnologías?

Ni temerles hasta la prohibición, ni tratarlas como una llave mágica. Lo que manda es el propósito educativo, el diseño de la experiencia de aprendizaje para que sea interesante, atractiva y significativa para los estudiantes. Y que las tecnologías, sean el medio natural para apoyar su implementación.

¿Por qué se piensa que el uso de los Entornos Virtuales de Aprendizaje nos hace dependientes de la tecnología y poco reflexivos al momento de utilizarla como apoyo en el aula?

Por siempre en la historia humana, cada nueva tecnología despierta temores. A Platón le preocupaba que la “nueva tecnología” de la escritura “dispensara del ejercicio de la memoria”. Con la imprenta, con la radio, con la televisión. Cada nueva tecnología disruptiva despierta grandes pasiones y grandes tomores, hasta que encuentra su lugar.

¿Cuáles son las nuevas tendencias de participación y comunicación del uso de las  tecnologías digitales en el aula? ¿Nos pueden dar tips a los docentes para que las podamos aplicar las mismas en nuestras clases?

Creo que para un docente es muy importante estar en permanente investigación y exploración de nuevas metodologías, que le permitan diseñar mejores experiencias de aprendizaje para sus estudiantes. El aprendizaje basado en proyectos, el uso de las técnicas de preguntas e indagación, la clase invertida y otras metodologías activas, las que muchas veces requieren del uso intensivo de tecnologías. Pero una vez más, lo que le da sentido a ese uso, es el propósito educativo. Nunca al revés.

Fuente de la Entrevista:
https://virtualeduca.org/mediacenter/eugenio-severin-la-escuela-sigue-y-seguira-siendo-un-lugar-central-para-prepararnos-para-la-vida/
ove/mahv/293643
Comparte este contenido:

Darío Villanueva: “Si un profesor escribe con faltas se desautoriza”

España / 11 de noviembre de 2018 / Autor: Elisa Silió / Fuente: El País

Darío Villanueva, director de la RAE, no es partidario de memorizar sino de la lectura

Comparte este contenido:
Page 165 of 454
1 163 164 165 166 167 454