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Curtis Johnson: La manera disruptiva de aprender

Punset entrevista a Curtis Johnson, experto en educación
Curtis Johnson, consultor educativo, le explica a Punset que la educación está viviendo un proceso de innovación disruptiva.

En el sector de la industria, innovar supone mejorar continuamente los productos con respecto a sus versiones anteriores. En este proceso gradual, a veces surge una innovación radical que rompe con el paradigma anterior. Se trata de una innovación disruptiva, algo que obliga a la industria a cambiar sus esquemas y a adaptarse para no morir. Curtis Johnson, consultor educativo, le explica a Punset que la educación está viviendo un proceso de innovación disruptiva que, con apoyo de las plataformas digitales, revolucionará la manera de aprender en las aulas.

Curtis W. Johnson:
Durante los últimos diez o veinte años, en casi todo el mundo, el sector educativo ha dejado de centrarse en el acceso y ha pasado a centrarse en la expectativa, la de que todos los jóvenes tienen que prepararse para la economía y la sociedad que intentamos forjar. Mi hipótesis es que no podremos lograrlo, no podremos superar ese desafío con el modelo tradicional en las aulas, es logísticamente imposible y financieramente insostenible.
La buena noticia es que la plataforma tecnológica de la que disponemos hoy en día sí nos permite hacerlo, y además de formas inconcebibles en el pasado

¿que significa innovación disruptiva?

Eduard Punset:
Curt, me gustaría que los teleespectadores entendieran lo que significa innovación disruptiva. La idea más arraigada es que la innovación es cualquier cosa menos disruptiva. Pero ahora llegas tú y nos dices que, si queremos hacer algo nuevo, algo útil en el ámbito de la educación, debemos optar por la innovación disruptiva.

Curtis W. Johnson:
Sí, es sorprendente y fundamental. Ante la palabra innovación, se suele reaccionar como si fuera un mero sinónimo de mejora, de algo que se perfecciona cada vez más. Así es como lo vemos más a menudo: constatamos que, con la mayoría de productos y servicios, a quienes nos los proporcionan les conviene mejorarlos continuamente para que nos gusten más y los compremos más. Podemos pensar aquí en los productos: durante mucho tiempo, las cámaras fotográficas no pararon de mejorar. Cada vez eran más interesantes, tenían más capacidad, las películas fotográficas eran de grano más fino, más coloridas y con más resolución. Si esperabas un año o dos podías comprarte una cámara nueva que superaba con creces la anterior. Sin embargo, en algún momento, cuando la ciencia encontró la manera de sustituir los carretes por la imagen digital, de repente todos los que invertían en mejorar cámaras analógicas (que era una forma de innovación continua)…

Eduard Punset:
Y que iban mejorando…

el modelo vigente en el sector educativo está casi completamente desvinculado de la realidad del siglo XXI

Curtis W. Johnson:
Sí. Pues de repente se vieron trastocados por las cámaras digitales ¡hasta el punto que es muy difícil encontrar un sitio para comprar carretes en la actualidad! Éste es un ejemplo de innovación disruptiva. Se podría decir que lo mismo que pasó con las cámaras analógicas sucedió con la música. Me refiero a que la industria musical (como la entendíamos tradicionalmente) trabajaba para que los soportes, los medios en los que se ofrecía la música, mejoraran todo el rato. El disco compacto era infinitamente mejor que los antiguos discos en vinilo. Pero luego Apple (imagino) y otras empresas comprendieron que, incluso si el sonido no era tan perfecto como el de un magnífico CD, la modularidad de poder comprar una canción por un dólar (sumada a la portabilidad de poder tenerla en varios soportes cómodos y fáciles de transportar) era algo que podía arrasar con todas esas décadas de innovación continua, de mejora incremental continua.

Eduard Punset:
Fantástico…

Curtis W. Johnson:
Y eso puso patas arriba toda la industria musical. La tesis de nuestro libro es que deberíamos mantenernos atentos, porque lo mismo está sucediendo en la industria educativa. Lo primero con lo que nos encontramos, por supuesto, es que la gente no está acostumbrada a pensar que las escuelas formen parte de una industria o sector. Como mucho, creen que son simplemente otro servicio público básico.

El sector educativo depende de los entresijos políticos más que cualquier otra empresa o cualquier otra industria

Curtis W. Johnson:

Cuando presento todos los ejemplos de innovación disruptiva, mis interlocutores me escuchan atentamente y luego casi siempre me dicen (o, si no lo dicen, lo piensan): «muy bien, pero… ¿¡¿qué tiene que ver esto con la escuela?!? Entiendo lo que dices sobre la innovación disruptiva en la industria, ¿pero cómo se relaciona con el ámbito educativo? ¡La escuela es distinta! Aunque me fuerces a pensar en la educación como una industria, ¡los colegios son otra cosa!» Mi respuesta es que claro que lo son. El sector educativo depende de los entresijos políticos más que cualquier otra empresa o cualquier otra industria, sin duda. Las escuelas tienen mucha presión para conseguir recursos para funcionar, ¡pero ése no es el quid de la cuestión! Lo más importante es que el modelo vigente en el sector educativo está casi completamente desvinculado de la realidad del siglo XXI.
Perdonadme ahora si exagero un poco pero, según el modelo que sigue siendo dominante en la mayoría de escuelas del mundo, al entrar en el aula casi parece que el conocimiento sea algo escaso, difícil, prácticamente imposible de obtener a no ser que tengamos a un adulto debidamente cualificado de pie frente a un grupo de jóvenes que le escuchen solícitos, dispuestos a anotar en sus cuadernos cualquier dato supuestamente de valor.
¡Pero los alumnos saben que no es así! ¡El conocimiento es ubicuo! ¡Pueden entrar en Google para buscar una respuesta y llegar a ella mucho más rápido que nadie en esta sala! ¡Hasta un chaval de 9 ó 10 años puede hacerlo! Es cierto que tal vez no tengan el criterio para saber cuáles son las cosas que merece la pena buscar, ni la sabiduría para valorar lo que encuentran, pero es evidente que pueden acceder al conocimiento; no tenemos que dárselo.

Eduard Punset:
Realmente lo que dices es que la innovación disruptiva que ha sucedido en la industria, básicamente, o en cualquier otro tipo de actividad, también sucederá con la educación.

¡El conocimiento es ubicuo! Hasta un chaval de 9 ó 10 años puede acceder al conocimiento; no tenemos que dárselo

Curtis W. Johnson:
Sí, y no solamente pasará en la educación, sino que sucederá prácticamente del mismo modo que sucede en otros sectores. La pauta en otros sectores es que la tecnología disruptiva se introduce en el mercado (si pensamos ahora en un contexto de mercado) con un primer intento que realmente no es muy bueno. De modo que las únicas personas a las que les interesa al principio son los que no han podido permitirse el producto mayoritario, no han podido acceder a él o lo han encontrado poco práctico en algún sentido…
Por tanto, si pensamos ahora en las escuelas, los que viven lejos de un centro educativo, o los que están siendo escolarizados en casa, o los que se han quedado atrás y necesitan ponerse al día pero no tienen una manera convencional de hacerlo… son los que conforman el mercado inicial, formado por personas que no tienen demasiadas opciones. Así que incluso si los primeros productos de la plataforma tecnológica no son muy buenos, se lanzarán a probarlos porque son mejores que nada. Es como los que compraron los primeros televisores que funcionaban con transistores: en realidad no eran muy buenos aparatos, pero para quienes no se podían permitir los enormes sistemas de televisión para el salón que ocupaban un mueble entero, era mejor el sistema nuevo que no tener televisor en absoluto, así que estuvieron muy satisfechos, y esa tecnología disruptiva empezó a consolidarse en el mercado.

La educación personalizada

Curtis W. Johnson:
Mirando el modelo de aula dominante, uno podría pensar que todos los alumnos aprenden las mismas cosas de la misma manera, el mismo día, en el mismo lugar y al mismo ritmo.
Hay quien lo describe como un autobús que va por la carretera hacia el instituto, y que está programado para detenerse únicamente en ciertos lugares, en paradas durante un tiempo concreto. Si alguien va en el autobús, mira por la ventana, ve algo interesante y pregunta si puede bajar a mirarlo, la respuesta es: «¡NO! Tenemos que ir hacia la siguiente parada, porque así está programado». No es un sistema muy flexible, la única forma de hacerle frente es mediante la personalización radical.
¿Y es posible hacerlo? ¡Desde luego! Pero yo diría que la plataforma tecnológica, o como queráis llamarla, el aprendizaje electrónico, ¡ha seguido el mismo recorrido que la innovación disruptiva que podemos encontrar en cualquier otro sector! La primera versión del aprendizaje electrónico no era demasiado bueno, pero luego, sigilosamente, como todas las innovaciones disruptivas, el sistema fue mejorando y mejorando: se volvió más vívido, más sólido, empezó a cubrir más asignaturas.
¿Y qué ha sucedido ahora? En los últimos 2 ó 3 años (llegados a este punto, puede que peque de romántico o idealista) yo diría que acabamos de entrar en la fase 3.0 del aprendizaje electrónico. No hay más que ver el software educativo y la oferta online que hay ahora… las doce empresas principales de este campo compiten mucho entre sí y crecen a tasas del 30 al 40% por año… pero es que, además, este sistema ofrece algunas de las oportunidades de aprendizaje más sofisticadas del mundo. Hay cursos de química que le dan veinte vueltas al 99% de las clases de química que pueda impartir cualquier buen profesor

Eduard Punset:
¿Pero cómo se puede conciliar la innovación disruptiva, incluso en el ámbito educativo, con eso que se nos dice tan a menudo de que uno de los principales problemas de la educación es la falta de personalización, que es muy cara? Es decir…

de repente resulta ya no solamente factible, sino también asequible personalizar la experiencia de aprendizaje

Curtis W. Johnson:
Exacto. El sector educativo siempre se ha caracterizado por un compromiso muy noble de personalizar la experiencia de aprendizaje. Siempre hemos dicho que sería muy deseable. ¡Pero lo cierto es que jamás ha sido una opción económicamente viable! Es como si alguien quisiera una versión personal del Windows ¡Resultaría carísimo! ¡El modelo tradicional carece de medios para personalizar la experiencia educativa de cada niño!
Sin embargo, lo que permite la innovación disruptiva (si nos planteamos la tecnología no como una herramienta, ni tampoco como algo que añadamos a la estructura tradicional, sino como una plataforma en sí misma) es que de repente resulta ya no solamente factible, sino también asequible personalizar la experiencia de aprendizaje.

Eduard Punset:
Es verdad.

Curtis W. Johnson:
Y, en realidad, en muchas de las demostraciones que se han hecho hasta ahora, acaba costando un poco menos que el modelo tradicional.

tanto si los niños están en grupo como si están en ubicaciones remotas… ¿estamos hablando entonces de una escuela de verdad?

Curtis W. Johnson:
¿Quieres aprender a componer música? ¿Quieres aprender un idioma extranjero? ¿Quieres entender las coordinadas cartesianas, algo que probablemente ha hecho solamente un 1% de los presentes?
Todo esto es posible ahora, y no lo era antes. Sin embargo, la siguiente pregunta suele ser: «bueno, si se utilizan estos recursos, la mayoría de los cuales son recursos online, tanto si los niños están en grupo como si están en ubicaciones remotas… ¿estamos hablando entonces de una escuela de verdad?» Creo que la mayoría de los que hemos visto surgir esta generación 3.0 de ofertas electrónicas educativas convendríamos que sí, porque se pueden incorporar varios modelos didácticos. Se forjan comunidades, y también redes para facilitar el aprendizaje, y la imagen cada vez difiere más a la de la fotografía con niños sentados frente a un ordenador cara a la pared…
En su lugar, tenemos algo como lo que refleja el instituto de un pequeño municipio rural. Os prometo que, nada más entrar en la escuela, parece que hayas entrado en el departamento de marketing de una empresa de nueva creación. La primera impresión es que no está pasando nada, que nadie trabaja. Pero luego te das una vuelta y te percatas de que suceden un montón de cosas: los alumnos trabajan en grupos, los profesores van de un lado a otro solucionando problemas, respondiendo dudas, dando consejos y animando a los chicos, algunos de los cuales preparan presentaciones orales, otros resuelven problemas… hay chicos más mayores que ayudan a los más pequeños, otros corren a hacer algo que es mejor hacer en grupo… se trata de una escuela de verdad, ¡y es el tipo de escuela que está surgiendo!

Las nuevas competencias

Eduard Punset:
Otra cosa que se dice constantemente es que el sistema educativo actual no les brinda a los estudiantes las nuevas competencias y habilidades que se necesitan para conseguir un trabajo en el mundo de hoy.

Curtis W. Johnson:
Sí, exacto.

Eduard Punset:
Nuevamente, ¿cuáles son estas competencias?

Curtis W. Johnson:
Pues bien, hay un determinado porcentaje de jóvenes que parecen destinados a que todo les vaya bien sea cual sea el sistema educativo. A ellos siempre se les ha dado bien, así que incluso si la educación o las escuelas no cambian durante cien años o más, estos jóvenes seguirán teniendo buenos resultados, porque aprenden lo que hay que aprender y todo les va bien. No obstante, la mayoría de niños, igual que la mayoría de jóvenes, deberán adquirir destrezas que las generaciones anteriores no tenían. Me refiero a que no solamente tendrán que aprender asignaturas básicas, sino que deberán saber cómo encontrar las cosas que necesitan saber, y luego tendrán que aprender a trabajar tal como trabaja el mundo hoy, que es principalmente en equipo… deberán practicar el arte de la colaboración, que me parece que es el reto de colaborar con desconocidos. A todos nos encanta la idea de colaborar con nuestros amigos, y lo hacemos de muchas maneras todo el rato, pero el mundo laboral nos fuerza a llevarnos bien productivamente y crear algo de valor con gente que quizá ni siquiera nos gusta, lo cual requiere un tipo completamente distinto de educación. Muchos opinan que la plataforma online comporta anonimato, distancia, soledad, alienación, disfunción social…

Eduard Punset:
…¿exclusión?

Curtis W. Johnson:
Sí. ¡Pero resulta que no es así! Si entrevistamos a los profesores online (y la mayoría de ellos empezaron a trabajar en el sector tradicional y luego se pasaron a la formación por Internet, muchos de ellos porque habían perdido su trabajo), ¡casi todos nos dirán que tienen una relación más cercana, más íntima y más interactiva con los alumnos en la plataforma online que cuando estaban en un aula tradicional! En el aula tradicional estaban ahí de pie frente a… ¿qué? ¿20, 25, 30 alumnos? Un 20 o 30 por ciento de estos alumnos jamás levantaban la mano para hablar, algunos porque se aburrían como ostras ya que todo iba demasiado lento para ellos; otros porque no entendían las cosas y no tenían suficiente confianza como para pedir la palabra y decir que no se enteraban de nada. Pues bien, en el mundo online, ¡esto no puede ser así! El profesor debe tener un contacto individualizado con todos los alumnos, a través de varios medios y constantemente, y además queda un registro informático de este intercambio. Así que, en realidad, no se crea anonimato sino que más bien se elimina.

Eduard Punset:
Hay algo que me parece fantástico en lo que dices: afirmas que debemos cultivar la aspiración a que las personas sean distintas entre sí; que no somos todos iguales, que todos somos muy diferentes.

Curtis W. Johnson:
Sí. Y ahí se demuestra lo absurdo que es el modelo educativo dominante que todavía perdura en la mayoría de países. ¡Es como si hubiera una suposición comúnmente aceptada de que todos los niños son iguales! Los educamos igual a todos, les presentamos el material del mismo modo, y esperamos que todos aprendan las mismas cosas de la misma manera, durante el mismo día y al mismo ritmo. Esta postura no es realista, puesto que no contempla lo diferentes que son los niños en muchísimas cosas, por ejemplo en el estilo de aprendizaje, pero también en el ritmo de adquisición de los conocimientos.

Curtis W. Johnson:
Los niños ya están aprendiendo lo que consideran relevante mediante la plataforma tecnológica en la que viven y respiran. Tenemos dos opciones: o negarlo y oponernos a ello, o aceptar la innovación. ¡Y la razón por la que es importante hacerlo (para volver a lo que dije al principio) es que ninguna nación, ningún país, ningún lugar del mundo puede permitirse el lujo de perder a la mitad de los niños en el sistema!
Y la única manera de no perderlos es aceptar la innovación.

Fuente: http://www.rtve.es/television/20110629/manera-disruptiva-aprender/444403.shtml

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DW le pregunta a Dean Burnett; ¿Google nos hace más tontos?

DW le pregunta a Dean Burnett, un neurocientífico y autor, los impactos de Google en nuestra inteligencia

  DW: ¿Ha hecho Google que la gente sea más tonta a lo largo de los años? 

No, no puedo ver cómo pudo haber sucedido esto. El principal argumento que veo a favor de este punto de vista es que la gente solía recordar largos ensayos o poemas o piezas y recitarlas fácilmente, ya que esto es lo que se enseñaba en la escuela. Pero la capacidad de retener grandes bloques de texto no es un signo de inteligencia, y no poder hacerlo no te hace «tonto». La inteligencia tiene muchos factores culturales y genéticos y una gran cantidad de tiempo se reduce a cómo usas la información, no cómo la recuerdas. Google nos proporciona más información que nunca, a la que accedemos constantemente, por lo que hay argumentos de que en realidad nos está haciendo más inteligentes, nos proporciona más información y hace que nuestros cerebros trabajen para procesarla.

Dean Burnett es un neurocientífico de Cardiff (privado)Dean Burnett es un neurocientífico y autor basado en Cardiff

DW: ¿Cómo ha impactado Google en nuestra capacidad de atención?

Es difícil decir algo sobre esto en términos concretos, ya que Google no ha existido lo suficiente como para que podamos «evolucionar» una respuesta neurológica, por eso nuestros sistemas de atención, en el nivel neurofisiológico, son los mismos que tienen. alguna vez fue. Pero parece ser cierto que muchas personas no pasan tanto tiempo centrándose en algo ahora como lo hicieron alguna vez. El cerebro humano generalmente prioriza la novedad sobre la familiaridad cuando se trata de estimulación y actividades placenteras, y Google le permite acceder a la novedad casi infinita con solo tocar un botón, por lo que la gente está mucho más tentada que nunca a buscar algo mejor que concentrarse en lo que en frente de ellos. Técnicamente, puedes aplicar esto a gran parte de Internet, como Facebook y Twitter, no solo a Google. 

DW: ¿Cómo están lidiando los cerebros humanos con esta avalancha de información disponible en Google?

La mayoría de las personas realmente no aprecian cuán buenos son nuestros cerebros para filtrar la información de un aluvión intenso de ella. Solo nuestros sentidos proporcionan más información al cerebro de lo que podemos esperar procesar cada minuto, y el cerebro ha desarrollado muchos mecanismos para filtrar, priorizar y manejar todo esto. Lo mismo podría decirse de la información de Google, pero es un poco diferente ya que es de naturaleza más abstracta y cognitiva. Lamentablemente, los métodos cerebrales para manejar el exceso de información no siempre son ideales. Sesgo de confirmación, por ejemplo, el proceso en el que priorizamos la información que respalda lo que ya pensamos / creemos e ignoramos cualquier cosa que no lo haga. Este proceso es generalizado y persistente y claramente sustenta gran parte de la dificultad y la polarización que vemos en línea,  

DW: ¿Los humanos se vuelven demasiado dependientes de Google frente a sus cerebros? 

Puedo ver cómo esto podría ser un problema. Es posible que las personas busquen a Google en lugar de tratar de resolver algo con demasiada frecuencia, obviamente, va a variar de persona a persona. Sin embargo, el procesamiento de información de este tipo es solo una pequeña parte de lo que hacen nuestros cerebros, por lo que es difícil ver cómo Google podría tener prioridad sobre el cerebro en el corto plazo.

DW: ¿Cómo te ha cambiado Google? 

Google ha revolucionado mi vida de muchas maneras. Soy un escritor de ciencia con un cambio rápido, la capacidad de verificar al instante qué estudio dijo qué o si hay datos publicados para respaldar mis teorías es vital para mí y lo que hago, así como la capacidad de encontrar argumentos contrarios y, por lo tanto, adelante. Sin embargo, soy consciente de que esta es una posición relativamente inusual. 

Dean Burnett es un neurocientífico, conferenciante, autor y comedia radicado en Cardiff. Actualmente trabaja en el Centro de Educación Médica de la Universidad de Cardiff. Él escribió «The Idiot Brain» y «The Happy Brain».

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Conversaciones con… Maria Acaso: «Las pedagogías invisibles»

María Acaso, profesora e investigadora española especializada en Educación Artística, lleva varios años trabajando dentro del ámbito denominado como Revolución Educativa o, como ella misma denomina, #rEDUvolution. Su principal línea de trabajo consiste en evidenciar la obsolescencia del sistema educativo actual y desarrollar prácticas educativas contemporáneas desde cinco marcos de acción.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=CW0mKJTYcTw

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“El entorno es determinante para asegurar el aprendizaje”. Entrevista a Cathy Kavanaugh

Entrevista/Fuente: Semana Educación

Cathy Kavanaugh, directora de transformación digital para el aprendizaje de Microsoft e investigadora educativa, habló con Semana Educación sobre el futuro de la educación en Latinoamérica y los beneficios de pensarla con una mente tecnológica. Kavanaugh será una de las invitadas a la Cumbre Líderes por la Educación.

Semana Edudación: ¿Cuál es el mayor desafío para integrar la tecnología a los sistemas educativos en Latinoamérica?

Cathy Kavanaugh: Trabajando en lugares como México y Chile, creo que cada país tiene desafíos similares: proveer más acceso a la educación y asegurar una mayor calidad. Ahora, las estrategias de cada uno varían. Creo que la capacidad de un país de expandir su calidad y acceso va a depender, en parte, de la habilidad para usar diseños de aprendizajes guiados por una mentalidad centrada en el estudiante y ayudándose en el uso de tecnología. Cuando trabajé en Nepal una de las maneras en las que pensaban mejorar la calidad era con un currículo estandarizado, lo cual permitía que los profesores tuvieran unas metas comunes. Así, compartir materiales, herramientas e información se hacía más fácil. Incluso en Australia creamos una plataforma en la que los profesores podrían compartir algunos de los mejores materiales que estaban usando en sus clases. Así, cualquier docente del país tenía acceso a miles de recursos y herramientas que no tenían que diseñar desde cero. Estas son algunas de las oportunidades que Colombia tiene: reunir a las personas alrededor de una meta común y hacer uso de esa “genialidad colectiva” para que todos trabajen hacia un objetivo en vez de que cada uno haga esfuerzos por su parte. Crear un currículo único o tener estándares colectivos ayudaría a que el país rompa la barrera que lo separa de tener un programa de educación online.

S.E: En los últimos años, han empezado a ser implementadas estrategias de diseño de pensamiento en el diseño de la experiencia escolar, ¿en qué consiste el learning design?

C.K: El diseño de aprendizaje acerca el diseño de pensamiento a los profesores para que no solo establezcan los materiales sino toda una experiencia de aprendizaje para sus estudiantes. Pensar con empatía y desde la perspectiva del aprendiz es primordial. Es diferente al diseño tradicional de las clases porque es un enfoque holístico que se centra en el ambiente de aprendizaje, lo cual incluye todas estas experiencias e interacciones que los alumnos tendrán, incluso que puedan sentirse apoyados y motivados. Learning design toma el diseño tradicional de contenidos y clases y lo hace más rico para ellos.

S.E: ¿Cuáles serían los retos y beneficios de que Colombia tenga un programa de educación online?

C.K: Los profesores tienen que pensar desde dónde están aprendiendo los niños que toman las clases online, ¿lo están haciendo desde la casa o el colegio?, ¿es este lugar un buen ambiente de aprendizaje? Es determinante el entorno para asegurar la formación.

S.E: ¿Qué viene para el sistema educativo?

C.K: Mayor acceso a la educación, educación más personalizada y más información gracias a la tecnología. Básicamente lo que presenciaremos es que la tecnología se vuelve más inteligente para hacer más inteligente a las personas y ayudarlas a progresar.

Ella será una de las expertas invitadas a la Cumbre Líderes por la Educación 2018, el evento más esperado del sector. Se llevará a cabo en Bogotá el próximo 19 y 20 de septiembre, en el centro de convenciones Ágora.

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2018/8/27/580917_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/el-futuro-de-la-educacion-de-calidad-en-la-cumbre-lideres-por-la-educacion-2018/580918

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Jennifer Klein Es importante hacer un puente entre la pedagogía y el humanismo

Por Jorge Hernán Peláez

Jennifer Klein es experta en temas de educación y tiene una consultoría, ha escrito libros y además tiene una compañía dedicada a que las brechas en la educación se disminuyan y a que la enseñanza se haga de una manera distinta. En entrevista con Al Paredón explicó los retos que tiene el país en esta materia y cómo superarlos.

¿De dónde viene el interés por la educación?
Yo tuve muy buena suerte de ser mandada a escuelas diferentes en esta época, tengo padres que fueron educados en una forma muy tradicional, pero vieron en mí una oportunidad. Lo que hicieron era mandarme a escuelas más centradas en el estudiante, que serían lugares donde podían fomentar mi creatividad, tener una sensación en el sentido de propósito y una sensación de mis pasiones.

El problema llegó cuando me senté con el mundo más tradicional, entonces cuando me hice educadora lo que quería era encontrar un camino en el centro, entre los dos extremos.

Bueno, yo creo que la cosa es prepararlos para las dos cosas. Hay muchos estudiantes que llegan a la universidad, que son muy buenos estudiantes durante toda su historia, pero llegan sin el sentido de porqué están ahí y puede ser que saquen buenas notas, que salgan así exitosos pero eso no quiere decir que tienen esta sensación de que quieren hacer con sus vidas o lo que quieren aportar a sus comunidades.

Entonces para mí hasta la universidad tiene que cambiar algunas cosas y hay muchos buenos ejemplos en Estados Unidos por lo menos de universidades de alto rango como Harvard y Stanford que están utilizando métodos más centrados en los estudiantes donde los jóvenes están realmente aprendiendo a resolver problemas. También en escuelas de medicina se está viendo muchísimo que no ayuda mucho que el doctor tenga libros y libros en la mente si no los puede utilizar en el momento para ayudar al paciente.

En Colombia hay una fuerte crítica porque los que se gradúan se enfrentan a unos trabajos en donde hay mucha distancia entre la teoría y la práctica, ¿qué recomendación daría a la academia?

Desde mi punto de vista las metodologías basadas en proyectos es una de las vías para poder llegar a eso porque la idea de este aprendizaje es que cada proyecto tiene un vínculo con el mundo real, que no sea imaginario, que esté realmente atado a lo que está pasando en el mundo. Por ejemplo, puedo dar algunos ejemplos, nosotros estamos en segundo grado con un proyecto de si podemos hacer del colegio una bio reserva, porque los niños empezaron a ver caer los pájaros del cielo.

Entonces con la profesora de ciencias los analizaron y vieron que estaban en migración. Al final lo que pasó era que los jóvenes empezaron una investigación muy científica pero basada en un hecho real. Es un ejemplo de jóvenes, pero a mí me parece importante que estén teniendo estas oportunidades para acercarse a expertos y realmente entender el problema y tratar de hacer algo para mejorar la situación.

Otro ejemplo que puedo dar es un proyecto nuevo que tenemos donde todos los de 11 ya han tomado un Icfes, entonces lo que estamos haciendo es como un “senior Project” para todos en su último trimestre. Acá cada joven va a escoger su camino según lo que quiere hacer en su carrera, según su pasión. Aunque no sea lo que quiere hacer en su carrera hay muchos casos diferentes y pueden tener todo el trimestre para trabajar en empresas, con expertos, y para realmente entender que es realmente el mundo laboral. En eso, vamos a ver que producen y también todo lo que pueden aprender de realmente empezar a involucrarse en este mundo fuera del aula y estando todavía en la escuela.

Otro problema en colegios y universidades es que los profesores son muy buenos en su materia pero no en pedagogía, ¿cómo lograr que la gente que sabe sea buen profesor?

Eso sí siempre va a ser un problema, la mayoría los profesores que hay en el mundo que son para primaria, realmente estudiaron pedagogía y pedagogía infantil, pero ya subiendo las edades de los estudiantes vemos que más y más su especialidad es la materia en sí.

Bueno, nosotros estamos por un lado tratando de crear una cultura de los profesores también, tratando a los docentes exactamente de la misma manera que ellos deberían de tratar a sus estudiantes, preguntando más que diciendo, mostrándoles cómo se siente uno en una aula donde solo quiere aprender, recordando sus mejores profesores y porqué eran tan buenos, porqué me motivó esa mujer o este hombre, que fue la magia que utilizó en el aula que me convenció a apasionarme con esta materia.

Yo creo que cuando hay una relación entre docentes y estudiantes podemos enseñarles cualquier cosa y lo he visto muchas veces que un estudiante que siente que nadie cree en él o que no tiene ningún adulto que lo quiere dentro el colegio no va para ningún lado, pero si una sola persona le abre el corazón y le da el apoyo que necesita eso es todo. Entonces una parte es la educación en pedagogía, pero otra también es ser humanista y conocer a los estudiantes, entenderlos, hablarles como seres humanos y ver cómo cabe esta materia dentro de todo lo que tiene en mente y lo que le interesa al joven y ver cómo vincular la materia con lo que a él lo motiva.

Fuente: https://www.larepublica.co/empresas/las-universidades-deberian-aumentar-la-ensenanza-basada-en-proyectos-2707000

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Educación en internet: la gran oportunidad para desarrollarnos como personas

Entrevista/19 Septiembre 2018/Autor y Fuente: Semana

Yesmariana Gómez es una de las expertas en el tema de microcredenciales, la nueva tendencia en educación en el mundo digital. ¿Conoce sus beneficios? Hablamos con ella sobre el internet como herramienta para hacer del aprendizaje un proceso más democrático. Este será uno de los temas que se discutirá en la Cumbre Líderes por la Educación.

Reconocimiento de rocas y minerales, Cinco estrategias de mindfulness para potenciar el autoliderazgo, Bases para el desempeño en el quirófano e Introducción al diseño de videojuegos son los nombres de algunos cursos gratuitos disponibles en línea que desde hace años proponen revolucionar el aprendizaje de competencias en internet.

Yesmariana Gómez lidera uno de ellos. Es la jefe de proyecto y responsable de Partners Educativos en MiríadaX, la primera plataforma de moocs (cursos introductorios) iberoamericana que también está incursionando en la oferta de microcredenciales, una especie de nivel intermedio entre los cursos introductorios y las maestrías. Desde su labor promueve el aprendizaje social y colaborativo con miras a la formación de calidad, y al diálogo sobre la educación en el futuro, entre universidades, empresas y usuarios. Semana Educación conversó con ella sobre la naturaleza y los beneficios de este tipo de apuestas y la convivencia entre universidades y cursos on line.

S.E.: ¿A qué necesidades responde un proyecto como MiríadaX?

Yesmariana Gómez (Y. G.): La iniciativa nació en 2013 y fue un esfuerzo conjunto entre Telefónica y Universia, del grupo Santander. Surgió como una respuesta a los proyectos anglosajones de educación en línea que existían en ese momento. Por ejemplo, EDX y Coursera eran dos iniciativas de ese tipo, que nacieron con contenidos únicamente en inglés. MiríadaX fue el resultado de esa búsqueda y es una plataforma que ofrece contenidos en español para el aprendizaje. Universia ya no lidera el MiríadaX, pero el proyecto sigue teniendo dos objetivos: impulsar a la universidad del entorno iberoamericano para superar el complejo “todo lo que viene de afuera es mejor”, y por otro lado darle una respuesta a los alumnos que no tienen formación en inglés, pero que están interesados en aprender en línea.

S.E.: Y actualmente cómo se compone esa comunidad virtual?

Y.G.: Al día de hoy son 5.1 millones de usuarios matriculados: el 10% de nuestros usuarios son colombianos y el 40% son españoles. Hasta ahora se han impartido más de 800 cursos, y del total de universidades con las que tenemos convenio para generar nuestro contenido, 16 son universidades de Colombia.

S.E.: ¿Cómo ha sido la evolución en el contenido en línea que ofrece MiríadaX, y en el mundo de la educación digital a nivel global?

Y.G.: En MiríadaX actualmente tenemos incorporados cursos con formación en inglés, pero promovidos por universidades iberoamericanas. Y aunque los nuestros son completamente gratuitos, existe la opción del pago voluntario por un certificado de superación. Pero no es solo el diploma. Tiene tecnología blockchain y es una evidencia de que aprendió esas competencias y que deja incorporar información que realmente muestra los conocimientos. Además, ya no solo tenemos Mooc’s, sino microcredenciales.

S.E.: En el mundo de la educación están sonando esos dos términos, siendo las microcredenciales la evolución de las Mooc’s. ¿Qué son específicamente y en qué se diferencian?

Y.G.: Una Mooc es un curso introductorio muy corto con información general. La microcredencial, en cambio, es el punto intermedio entre una mooc y una maestría, y es un curso con un nivel de información más profundo. Si una mooc tiene un crédito de micro reconocimiento y un máster tiene 60 créditos, una microcredencial puede tener alrededor de 15 créditos.

Las Mooc’s llevan muchos años al servicio de los usuarios de internet. Pero las microcredenciales se crearon apenas entre 2016 y 2017 y ha sido una tendencia que ha estado liderada en mayor medida por el mundo anglosajón. Entonces sí es una transformación en el mundo digital, pero es una evolución que se va dando poco a poco en el sector educativo. No creo que hayan resistencias de ningún tipo. Lo que pasa es que los cambios, hasta hace algún tiempo, no se daban tan rápido.

S.E.: Entonces, ¿cuáles son los beneficios de hacer una microcredencial?

Y.G.: Una persona que tome una microcredencial podrá desarrollar una macrocompetencia de todo un tema. Además, da mucha agilidad a la hora del “reciclaje profesional”. Es un curso que permite generar competencias que se han ido desarrollando con el tiempo, pero que se necesitan en tu desempeño laboral. Permite flexibilidad para acceder al conocimiento, aunque no esté dentro del círculo académico en una institución física y clases magistrales. Con las microcredenciales el crédito no es el fin, sino demostrar que las personas adquirieron las habilidades que les fueron enseñadas.

S.E.: Adelántenos un poco sobre su ponencia en la Cumbre Líderes por la Educación.

Y.G.: Los títulos del futuro, cómo sobrevivir a las microcredenciales es una ponencia para socializar la tendencia de las microcredenciales. Nosotros la lanzaremos en nuestro website en octubre. En el caso de las universidades colombianas, la mayoría de ellas que tenemos asociadas no sabían qué era una micro credencial, o al menos no conocían el término. Sin embargo, Colombia es un país que, incluso desde lo gubernamental, está trabajando muchísimo en todo el tema digital.

Entonces, de momento la ponencia expondrá una tesis: el cambio de paradigma no se acabó cuando llegó el mundo digital. No es suficiente una plataforma para dar clases, sino que es un movimiento que todavía tiene camino por recorrer. Lo que se puede lograr en internet, y en especial las micro credenciales, hacen parte de esa gran oportunidad que existe ahora mismo de generar una respuesta que nos permita seguir creciendo como sociedad. También, que nos permita el desarrollo de las personas. Es una enorme oportunidad que hay que apoyar y apropiarse de ello, de empoderarnos y liderar este tipo de movimientos desde América Latina.

S.E.: ¿Y cuál es el rol de las universidades en este tipo de procesos y oportunidades que brinda el mundo digital? ¿Ya no se necesita ser profesional?

Y.G.: Si bien el mundo está mutando y algunos sectores del mercado laboral no requieren carrera profesional sino competencias y habilidades, la universidad sigue teniendo un rol muy importante. El aprendizaje y su legitimación con certificados dinamiza la educación y genera una nueva apuesta de la educación terciaria. Pero, la universidad es un espacio para la generación de conocimiento y tiene, ante todo, un rol social. La gente se queda con ideas como “si estudio periodismo (un ejemplo), nada más voy a aprender eso”. Pero la universidad también pone a disposición herramientas que son transversales a las disciplinas.

Es una simbiosis perfecta, un complemento, porque permite que en la universidad las personas enriquezcan su conocimiento, pero que estén al tanto de las exigencias del mundo, unas que piden ser ágiles. Ya no nos podemos permitir diez años estudiando únicamente.

S.E.: ¿Entonces cuál es el desafío frente a la generación de conocimiento?

Y.G.: El conocimiento es una herramienta fundamental. Pero es eso. Es decir, el conocimiento en sí mismo es necesario, aunque no suficiente. El desafío está en hacerlo útil para mejorar la vida. Eso es lo fundamental. El reto es ayudar a la gente a poner eso que sabe en valor. Para que se desarrolle la sociedad en la que se vive. Al fin y al cabo, las competencias incluyen el saber, pero también el saber.

Este será uno de los temas a tratar en la Cumbre Líderes por la Educación 2018, el evento más esperado del sector. Se llevará a cabo en Bogotá el próximo 19 y 20 de septiembre en el centro de convenciones Ágora.

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2018/9/3/581853_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-educacion-en-internet-democratica-y-con-mas-posibilidades/581857

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Entrevista a Richard Sennett: “Lo gratuito conlleva siempre una forma de dominación”

Por: El País. 05/09/2018

La vida intelectual de este sociólogo, chelista y escritor transcurre entre Harvard, el MIT y la London School of Economics. En su vida privada se añade Nueva York, desde Washington Square, donde domina el Manhattan bohemio. A sus 75 años, este antropólogo de la vida cotidiana repasa su vida, desde Hannah Arendt hasta Bernie Sanders; critica a Obama y a Trump y disecciona una sociedad en la que las nuevas tecnologías esclavizan más a las personas que nunca.

SON MUCHAS LAS CUESTIONES que definen nuestra sociedad que él vio antes que nadie. El sociólogo Richard Sennett(Chicago, 1943) lleva varios ensayos alertando contra los peligros del trabajo flexible que deriva de la autoexigencia y la falta de arraigo. Alejado de las estadísticas, utiliza la sociología como literatura. En una docena de libros —Construir y habitar. Ética para la ciudad es el más reciente, de próxima publicación en Anagrama—, Sennett descubre qué tipo de sociedad somos y cómo hemos llegado hasta aquí.

En su luminoso apartamento en Washington Square, Sennett anuncia que nunca se retirará. Hace cinco años sufrió un infarto. Ha perdido peso, pero no ha dejado de beber café. Ni de escribir. Ni de tocar el piano. Pasa las primaveras en Nueva York, ahora dará clase en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y en Harvard. Durante los inviernos enseña en la London School of Economics, “donde he encontrado los estudiantes más implicados en cuestiones públicas mientras los americanos se inclinan hacia la parte académica”.

De todas sus ocupaciones —fue también chelista profesional—, escribir se ha convertido en su rutina. “Soy una persona de rituales. Escribo por la mañana y tengo mi vida en el mundo después de comer”.

¿Cuánto tiempo se ganó la vida tocando el chelo?Cinco años. No había cumplido 20 cuando empecé con un grupo que tocaba música barroca de cámara en ambientes no burgueses: iglesias, fábricas —un lugar horroroso para tocar— o en asociaciones de mineros.

¿Ya no toca en público? Tengo un grupo en el que solo se puede entrar si has fracasado como músico. Tocamos para nosotros: un director de periódico, el decano de una universidad… Si no hubiera tenido la lesión en la mano, hoy sería director de orquesta, como Toscanini.

¿Qué hizo que su madre le apuntara a la famosa Juilliard School de Nueva York? No lo hizo. ¡La odiaba! La idea de que me convirtiera en músico la aterrorizaba. Quería que fuera médico o abogado, pero con 16 años me vine a Nueva York a vivir solo. En las familias europeas judías tocar un instrumento es parte de tu educación. Pero la posibilidad de que te obsesione es un desvío en esa educación. Y yo estaba obsesionado. Cualquiera que se dedica a tocar lo está.

Richard Sennett: “Lo gratuito conlleva siempre una forma de dominación”
ERIK TANNER
 Sus abuelos llegaron de Europa. Ambos eran judíos, uno alemán y el otro ruso, y se casaron con mujeres cristianas.Esa “atrocidad social” de casarse fuera de la fe amplió mi mundo.

En sus ensayos ha adelantado muchos de los problemas de la sociedad actual: la fragmentación de las experiencias, los peligros de la flexibilidad que nos iba a mejorar la vida y ha acabado llevando el trabajo hasta cada minuto y rincón de nuestra vida privada… Simplemente veo lo que sucede. Muchas veces la gente ve más con la imaginación que con los ojos.

¿Qué ha pasado para que lo que entendíamos como derechos hoy sea visto como privilegios? El capitalismo moderno funciona colonizando la imaginación de lo que la gente considera posible. Marx ya se dio cuenta de que el capitalismo tenía más que ver con la apropiación del entendimiento que con la apropiación del trabajo. Facebook es la penúltima apropiación de la imaginación: lo que veíamos como útil ahora se revela como una manera de meterse en la conciencia de la gente antes de que podamos actuar. Las instituciones que se presentaban como liberadoras se convierten en controladoras. En nombre de la libertad, Google y Facebook nos han llevado por el camino hacia el control absoluto.

¿Cómo detectar el peligro en las nuevas tecnologías sin convertirse en un paranoico que sospecha de todo? Uno debe indagar sobre lo que se presenta como real. Eso es lo que hacemos los escritores y los artistas. Yo no sospecho. Sospechar implica que hay algo oculto y yo no creo que Facebook tenga nada oculto. Sim­plemente no lo queremos ver. No queremos afrontar que lo gratuito implica siempre una forma de dominación.

En tiempos de redes sociales, ¿cómo preservar la intimidad? Lo que ocurrió con Cambridge Analytica es un delito: alguien robó y vendió información privada. No hay misterio. Es un negocio ilegal que han camuflado con charlas sobre protección de datos. Quien recibió la información pagó por ella. Pero el truco es llevar una discusión que no debería existir a los medios de información. Los delitos deben ser castigados.

¿Sus ensayos se leen de otra manera después de la quiebra de Lehman Brothers? Tras ese colapso, las ventas de mi libro La cultura del nuevo capitalismose dispararon. Hasta entonces las críticas al orden económico eran consideradas nostálgicas. Muchas de las cosas que están pasando son tan increíbles que tendemos a no creerlas, aunque las tengamos delante.

“Obama hablaba con una elocuencia maravillosa, pero la desigualdad aumentaba. Hubiera sido un gran juez del Supremo, pero no un gran presidente”

A Trump no lo anticipó. Ni al Brexit tampoco.Quedaron más allá de mis poderes. Aunque sí tuve una intuición. El problema de Obama es que hablaba con una elocuencia maravillosa, pero la desigualdad seguía aumentando. No logró controlarla. Apoyó la sanidad pública, pero el resto se quedó en palabras. Y eso es muy peligroso. Hubiera sido un gran juez del tribunal supremo, pero no actuó como un gran presidente.

¿De qué maneras pueden actuar hoy los políticos para defender los derechos de los ciudadanos frente a las presiones de los poderes económicos?La historia lo explica. Hace 100 años Theodore Roosevelt decidió que el Estado debía romper los monopolios. Era conservador. Pero era el presidente de todos los americanos. El capitalismo tiene tendencia a pasar con gran facilidad del mercado al monopolio. Y ahí, con la represión de la competencia, empiezan los grandes problemas, la gran desprotección. Con monopolios, el capitalismo pasa de ser el sistema de la competencia a ser el de la dominación. Aumentar la brecha salarial entre los ricos y los pobres tanto como está sucediendo ahora es la vía para todos los populismos. Eso ha sido Trump. En Reino Unido tuvimos el equivalente a Obama en Tony Blair. Peor que Obama. Obama es un hombre de total integridad personal. Y Blair es solo un político.

¿Por qué el Estado de bienestar solo parece sostenible en los países nórdicos? Me resisto a esa idea. No se necesita ser rico para que ese sistema prospere y se mantenga. En Colombia existe con muchos menos recursos. En Botsuana hay un modelo justo, aunque la equidad cuando tienes poco significa poco. Bismarck construyó el Estado de bienestar en Alemania con malas intenciones: quería evitar que los trabajadores se rebelaran. Con el Estado de bienestar la gente se vuelve conservadora. La destrucción de esas políticas que se está dando en España es una tragedia. ¿Sabe que mis padres lucharon en la guerra civil española?

He leído que por ser hijo de brigadistas le ofrecieron la nacionalidad española. Ojalá. Escriba eso: ojalá. La aceptaría enseguida. Soy americano y británico, pero también me gustaría ser español. Escríbalo.

Se levanta para contárselo a su esposa, la socióloga Saskia Sassen, que trabaja en la habitación de al lado. “Ya sabes lo que van a preguntar nuestros amigos españoles: ‘¿Española o catalana?’. Tenemos que tener cuidado”, contesta ella.

Creció en un barrio pobre de Chicago, Cabrini Green. Mi madre era trabajadora social. Trabajó para el partido comunista y fue perseguida por McCarthy hasta que, como casi todos los comunistas americanos, se dio cuenta de en qué se había convertido el comunismo soviético y dejó de ser comunista. Dedicó casi una década a idear la legislación para un sistema público de salud pionero. Pero ella y mi padre eran los típicos comunistas burgueses.

¿A su padre lo conoció? No. Y eso es parte de mi drama personal. Conocí a su hermano mayor, mi tío Bill, que también luchó en España con los republicanos.

¿Supo por qué se fue su padre? Estoy seguro de que fue por otra mujer. Mi madre no me dio ninguna explicación. Pero, ya que pregunta, el momento de mayor tensión con mi madre no fue por eso. Fue por mi decisión de convertirme en chelista profesional. Tenía miedo a cualquier cosa que se apartara de esa seguridad. Y veía la música como una vida bohemia.

Pero usted eligió esa vida. Tuve un lustro de vida bohemia en Nueva York. Luego regresé al orden. Me llamaron a filas para ir a la guerra de Vietnam y decidí evitarlo regresando a Chicago para volver a la universidad. Luego, en Harvard, me operaron porque el túnel carpiano en la mano de muchos músicos y algunos atletas se tensa de tal manera que los músculos se enrollan unos con otros. En los últimos 40 años, he tenido que encontrar maneras de compensar la debilidad de algunos dedos cuando toco el chelo. Eso me apartó de la música profesional.

En La corrosión del carácter describe la falacia de que la flexibilidad laboral mejora la vida. ¿Qué tipo de carácter van a producir Uber o Deliveroo?Vidas sin columna vertebral. Un carácter cuyas experiencias no construyen un todo coherente. Algo muy circunscrito a nuestro tiempo y preocupante porque los humanos necesitamos una historia propia, una columna vertebral.

¿Cómo ve el futuro de sus estudiantes? Trato de quitarles de la cabeza que la vida intelectual depende de las universidades. En cualquier profesión uno puede y debe tener una vida intelectual activa. Es fundamental que cualquier persona tenga conciencia de su capacidad intelectual y de su necesidad de contribuir a ese desarrollo. Incluso si no tiene una carrera universitaria.

Usted no parece un teórico. Como sociólogo se sirve del trabajo de campo, no de las estadísticas. Habla de personas con nombres y apellidos…Siempre me he sentido arraigado en la antropología de la vida cotidiana. Eso era sospechoso para la Escuela de Fráncfort de los años treinta, excepto para Benjamin, que usaba sus propias experiencias para tratar de entender el mundo. Por eso sufrió el desprecio de la Escuela de Fráncfort. La única persona que lo protegió fue Hannah Arendt.

“Trato de quitar de la cabeza a los jóvenes estudiantes que la vida intelectual depende de las universidades”

Se le considera discípulo de Arendt. ¿Qué recuerda de ella? La conocí en 1959. Mi grupo tocaba los cuartetos de Bartók en la Universidad de Chicago y al terminar una mujer pequeñita subió al escenario a felicitarnos. Dijo que había conocido a Bartók. Cuando volví a Chicago, cogí su curso de estética y odié la estética. Creo que la defraudé y que ella significó mucho más para mí de lo que yo supuse para ella.

¿Qué significó para usted? Fue una piedra de toque intelectual en mi trayectoria. Pero le enseñé un borrador de mi libro El declive del hombre público y lo odió. Fue ese tipo de relación… Ella tenía una conexión mejor con gente que era filosóficamente más sofisticada que yo. Por eso me da miedo que se sobrevalore esta relación. Me hubiera gustado ser su discípulo, pero no creo que lo sea. Creo que a la gente le resulta difícil entender que alguien pueda influirte profundamente sin ejercer un rol posesivo sobre ti. Sentí una gran tristeza hacia ella cuando publicó Eichmann en Jerusalén y se convirtió en una paria ante la mayoría de la comunidad judía que había huido de los nazis.

Ha escrito que los maestros ofrecen lecciones y los grandes maestros dudas. Usted terminó cuestionando a ­Arendt. Lo que me chocaba de ella es que tenía cierta sordera cultural. Estaba en contra de forzar algunas formas de integración racial en América. Escribió un artículo muy oscuro sobre eso. No ignoraba que los negros necesitaban forzar esa vía. Pero se quedaba en el análisis de la propuesta abstracta: ¿Deben los negros ser forzados a convivir con los blancos? Theodor Adorno dijo que odiaba el jazz porque era una música primitiva. Pues lo mismo, para mí esa generación de filósofos tenía un problema: la sordera ante el presente. Lo vimos con la generación de nuestros padres: a ellos les costaba entender que no cayéramos rendidos en los brazos del partido comunista. En su ecuación, ser anticomunista era igual a ser nazi, o algo así.

Hoy ¿dónde se sitúa usted políticamente? Atravesé un periodo muy conservador. Fui liberal. Pero ahora estoy de nuevo a la izquierda. Soy un socialista de Bernie Sanders.

¿Por qué la izquierda ya no conecta con la voluntad de cambio de la gente? Eso es lo que me pone tan triste sobre la izquierda española. Los intereses de los partidos de izquierdas —de derechas ya no hablamos— han pasado a ser más importantes que los intereses de la población. Y así no se puede avanzar.

¿Qué va a pasar después de Trump? Es evidentemente un criminal. La cuestión es si será considerado responsable de sus delitos o no. El mundo está lleno de criminales sueltos. Y puede que él se una a ese grupo. Lo único que me consuela es que Trump es un juez tan penoso de los demás que eso le lleva a cometer grandes errores. Cuando uno llega a ser tan egocéntrico, deja de ver al resto. Pero… de momento es el hombre más poderoso del mundo. Incluso sus votantes saben que es un delincuente.

¿Y por qué lo apoyan? Es un enigma. Pero no es un fenómeno únicamente americano. Ya lo vivimos con Berlusconi. La gente sabía cómo era y, aun así, lo querían para mostrar su enfado, para fastidiar. Trump es la expresión de la política del agravio. En este país hemos dejado ya atrás la idea de cazarlo. Ya ha sido cazado. Lo que no sabemos todavía es si pagará o no por ello. Berlusconi fue capaz de destrozar el sistema judicial italiano. Y puede que Trump consiga hacerlo aquí.

¿Hoy la creatividad es clave en todos los trabajos?Sí. En sociología, creativo es buscar una voz propia. Pero uno solo la tiene cuando le habla a alguien. No se tiene voz propia para hablar solo.

Fotografía: El País

https://elpais.com/elpais/2018/08/09/eps/1533824675_957329.htm

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