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Entrevista a Estrella López Aguilar: “Repensar la educación no es una moda”

11 septiembre 2017/Fuente: Blog Tiching

La escuela, tal y como está concebida actualmente, ¿es un reflejo de la realidad que los niños se encuentran al acabar su escolarización?
Nuestro actual sistema educativo está concebido para dar un protagonismo casi absoluto a los contenidos, en detrimento del desarrollo de  las habilidades, destrezas y actitudes del alumnado. Seguimos preparando alumnos y alumnas para vivir en una época que ya no es la suya, que no les corresponde y, añado, que nunca va a volver.

¿Hacia dónde deberíamos avanzar?
Organismos internacionales como la OCDE, nos avisan sobre la importancia de centrarnos menos en el contenido, incluso en menos contenidos pero trabajándolos con mayor profundidad.  Repensar la educación no es una moda, sino la necesaria respuesta a un cambio de ciclo. Sin embargo, para ser realista, me gustaría añadir que el sistema no está parado. Ya se han empezado a producir modificaciones. La escuela, muy lentamente y a diferentes ritmos, empieza a asimilar la necesidad de hacer importantes cambios estructurales.

¿Qué competencias cree que deberíamos transmitir para que puedan gestionar los distintos retos a los que se enfrentarán en el futuro?
Todas las competencias son importantes, pero me gustaría poner en valor la necesidad de desarrollar en el alumnado su capacidad para aprender a aprender. Aprender ya no se circunscribe a un único contexto, ni a una época determinada de la vida. La sociedad del s.XXI, con su vertiginoso ritmo, nos obliga a estar siempre en “modo aprendizaje”.

¿Qué quiere decir con eso?
Aprendemos en la escuela, pero también en los centros de trabajo, en la comunidad a la que pertenecemos, en el ámbito familiar y, por supuesto, en la vida cívica y social. La escuela debe aportar herramientas para la vida, pero sobre todo debe aportar la capacidad para seguir aprendiendo fuera de su entorno.

Los docentes son quienes están en contacto directo con los estudiantes y conocen sus necesidades e intereses. ¿Se tiene en cuenta su opinión a la hora de redactar las leyes educativas?
No lo suficiente. El profesorado debe participar activamente y tener voz a la hora de marcar pautas normativas. Aunque respecto a esto también voy a ser crítica. Creo que los docentes, entre los que me incluyo, deberíamos prestar atención e interesarnos más por todos los procesos que finalmente desembocan en la regulación de nuestro trabajo. Muchas veces nos enteramos por la prensa y no hemos participado en los mecanismos previos a una regulación normativa. Repito que me incluyo.

¿Cree que el currículum debería ser más abierto y flexible, dando más libertad a docentes y centros educativos para adaptarlo a su realidad, como se hace en países como Finlandia?
Creo sobre todo en la necesidad de un mayor autonomía de los centros para adaptar y contextualizar los currículos a su realidad. Aquellos países donde los equipos directivos y los docentes tienen más autonomía en las decisiones, se alcanzan mejores resultados. Y esto lo avalan recientes informes internacionales.

¿Y cómo se puede conseguir?
Las Administraciones educativas deberían favorecer en mayor medida la autonomía pedagógica y organizativa de los centros, el trabajo en equipo del profesorado y deberían estimular la actividad investigadora a partir de la práctica docente. Todo ello unido a una consecuente rendición de cuentas, acorde con la realidad de cada contexto educativo, de cada escuela, de cada grupo.

¿Es eso compatible con consensuar unas leyes educativas supranacionales, por ejemplo, a un nivel europeo? ¿Debe ser un objetivo a conseguir?
Todos los sistemas educativos tienen como objetivo último el éxito del alumnado. Compartimos un mismo fin, pero reitero que es importante no perder de vista las realidades concretas y específicas de cada contexto. Si lo que vale en mi escuela puede no servir en la de al lado, difícilmente servirá en otras a miles de kilómetros… o sí.

Hace años que las escuelas implementan estrategias para que los niños se aficionen a la lectura. En un mundo digital, ¿hay que replantear las estrategias?
Como bien apuntó Prenski, los adultos pertenecemos a una generación que aprendió a entender el mundo a través de la lectura, pero los niños y jóvenes actuales aprenden a entender el mundo a través de la tecnología. A este respecto planteo: ¿existe tecnología sin lectura? Evidentemente no. Simplemente el concepto de lectura se ha ampliado y la escuela debe dar respuesta a esta apertura.

¿Y por dónde empezamos?
En la actualidad las personas interactuamos con otros interlocutores y con los textos en múltiples modalidades, formatos y soportes, para lo que se requiere la interacción de distintas destrezas. Incluir nuevos medios de lectura más allá de los convencionales (websites, blogs, RRSS, chats, audiovisuales…), combinar formatos en papel y digitales y, favorecer la accesibilidad a las nuevas formas de alfabetización es, hoy por hoy, una labor prioritaria de la institución escolar.

¿Cómo podemos promover la afición de la lectura en un contexto como el actual con tantos estímulos de entretenimiento?
No existen recetas para adaptarse a los nuevos retos que nos impone la sociedad del s.XXI. Tampoco en relación a la lectura o a las “alfabetizaciones múltiples”, que según define la Unión Europea “engloban las competencias de lectura y de escritura para la comprensión, utilización y evaluación crítica de diferentes formas de información, incluidos los textos e imágenes, escritos, impresos o en versión electrónica”. Pero se pueden contemplar prácticas que contribuyen a leer de múltiples maneras en las aulas.

¿Qué tipos de prácticas?
Combinar los medios de lectura tradicionales con los modernos o abrir las puertas para pasear por las librerías y bibliotecas virtuales… También facilitar al alumnado los formatos de lectura en torno a un tema, a un texto o a un autor concreto; proponer y facilitar al alumnado la transformación de los textos clásicos a los nuevos formatos; y aprovechar las redes sociales para crear clubs de lectura o implementar espacios para comentar y reseñar textos.

¿Cómo cree que las TIC van a transformar los entornos educativos?
La institución escolar será, cada vez, más abierta a su entorno próximo, pero también al mundo en general. La escuela deberá acercarse a los contenidos para desarrollar competencias del alumnado. Los niños y niñas aprenderán a saber hacer a partir de los contenidos que tendrán siempre a mano gracias a la tecnología (y que siguen siendo importantes, pero no el centro del proceso). Se modificarán las formas de enseñar y aprender, tendiendo invariablemente a contextos de colaboración y cooperación entre alumnos y docentes de un aula, pero también de otras aulas y  de otros centros. Variarán, en consecuencia con lo anterior, los espacios de los centros educativos y también las labores de los profesores.

¿Y cómo debería enfocarse la evaluación en la educación actual?
Hacia la evaluación de procesos de aprendizaje. La meta, lo que hemos aprendido, es importante pero también lo es cómo, cuándo, dónde y por qué lo hemos aprendido.

Si pudiera cambiar tres cosas de la educación, ¿qué cambiaría?
Primero cambiaría, por ley,  los espacios de las escuelas para hacerlos más abiertos, adaptables, modernos, contextualizados y, ¿por qué no?, bonitos. En segundo lugar, buscaría fórmulas menos “burocráticas” y más abiertas para la rendición de cuentas de las escuelas. Entregar larguísimas programaciones, documentos de mejora, memorias, informes… que pueden estar llenos de intenciones, pero vacíos de realidad y resultados, es poco productivo y ocupa demasiado tiempo de trabajo al profesorado.

Y, ¿por último?
Favorecería la integración de la escuela en su contexto real, a través de prácticas de Aprendizaje y Servicio a la comunidad (APS) que desde mi punto de vista deberían ser obligatorias desde el inicio de la Primaria.

Fuente: http://blog.tiching.com/estrella-lopez-aguilar-repensar-la-educacion-no-una-moda/

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¿Cómo se diseñó la «Reforma Secundaria del Futuro»?

Argentina / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Luciana Vázquez / Fuente: La Nación

Cuando la semana pasada comenzaron a conocerse detalles de la reforma «Secundaria del Futuro» que el ministerio de Educación porteño comenzó a compartir con directivos de todas las secundarias porteñas, muchos especialistas en educación e investigadores del mundo académico mostraron sorpresa. No tenían datos sobre la reforma planteada. ¿Cómo se elaboró la reforma? También la ministro de Educación Soledad Acuña contestó en detalle.

-¿Qué pedagogos o especialistas en educación de renombre fueron consultados para el diseño de la reforma? 

-Consultamos a cien personas del sistema educativo que son personas que respeto mucho. Son directores de colegios secundarios y supervisores. Desde el año pasado, empezamos a ver que era necesario ocuparse de la secundaria. Vimos que no había alcanzado con la Nueva Escuela Secundaria (NES), que en muchos casos sus contenidos no estaban bajando al aula. Nos planteamos Empezamos cómo hacer la fase 2 de la NES. Allí empezaron las reuniones con todos los supervisores de secundaria, con todos los rectores de media donde planteamos qué hay que cambiar, si cuatrimestral o bimestral, el momento de la evaluación. Pero nos dimos cuenta de que planteábamos todos cambios marginales que no impactaban en la vida del estudiante. Surgieron preguntas. ¿Qué aporte le estás haciendo realmente para que sea realmente ciudadano digital del siglo XXI y pueda cumplir su sueño el día de mañana? ¿Qué cambiamos si los docentes siguen parados en el mismo lugar, si los estudiantes siguen pasivos esperando en el aula que le vengan a dar el mismo contenido y después vomitar ese mismo contenido en el examen? Nos dimos cuenta de que seguíamos pensando «en viejo», viendo los problemas viejos, haciendo preguntas viejas y dando respuestas viejas. En el fondo había un poco de miedo: cuando uno analiza la definición de un problema, hay mucho de uno y sus miedos en la definición del problema.

-El miedo condicionaba la definición del problema.

-Dimos vuelta el planteo. Hagamos al revés, nos dijimos: cuáles son las mejores prácticas que tenemos en nuestras escuelas. Y ahí fuimos encontrando en el Liceo 9, por ejemplo, esta página en la que los docentes construyen los materiales y los van subiendo. En la Técnica 12, qué pasa con el trabajo en proyecto donde están articulando todos los temas. En la Bermejo, el seguimiento de cada uno de los chicos. Empezamos a ver que en nuestras escuelas había prácticas excelentes que eran la excepción y que, lamentablemente, luego se veían obligadas a reformatearse al modelo tradicional: trabajaban por proyecto durante todo el año pero después la evaluación era por asignaturas para evaluar algo que había sido riquísimo pero que no se acordaba al formato tradicional. Después, vimos qué hay en el mundo que funciona bien. Colombia con las guías de trabajo. Perú, las escuelas de innovación y el trabajo en área. En EEUU, las escuelas KIPP y el seguimiento individual. Miramos modelos de práctica más que de teorías.

-¿Consultaron con el mundo académico o no?

-No, consultamos primero con el sistema educativo y luego con las experiencias en el mundo. No sirve si implantamos un modelo teórico o un modelo de otro país. Ya tenemos los contenidos. Lo que hay que cambiar es cómo nos sentamos frente a ese conocimiento y en qué lugar ponemos a los chicos. Eso para nosotros es más de práctica pedagógica que de intelectualidad pedagógica. Es el momento de recoger lo bueno que ya tenemos en nuestro sistema. Y lo bueno que ha habido en otras experiencias y transformarlo en nuestro propio modelo CABA.

Fuente de la Entrevista:

http://www.lanacion.com.ar/2060156-como-se-diseno-la-reforma-secundaria-del-futuro

Fuente de la Imagen:

http://www.diarioz.com.ar/#!/nota/ya-son-16-las-escuelas-tomadas-58113/

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John Mighton: “El problema es subestimar a los estudiantes”

Canadá / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Tiching

¿Cómo surgió la idea de crear la organización JUMP Math?
Cuando era pequeño tenía serios problemas con las matemáticas y pensaba que era debido a que no tenía suficiente capacidad. No fue hasta los treinta años cuando tuve la confianza necesaria para enfrentarme a ellas. Hace 15 años me propuse devolver los conocimientos adquiridos a mi comunidad y empecé a trabajar en JUMP Math.

Uno de los objetivos de la organización es cambiar la forma en que se enseñan actualmente las matemáticas en las escuelas. ¿Por qué?
Existen evidencias de que los niños tienen mucho más potencial en matemáticas de lo que creemos. Los estudiantes que aprenden bajo nuestro programa progresan dos veces más rápido, y este es el principal motivo por el que queremos modificar la manera  de enseñar la materia.

¿Cómo quieren cambiarlo?
Esta es una pregunta compleja. Los expertos sugieren que debemos enseñar a los niños a descubrir, averiguar y perseverar. Los estudios también demuestran que debemos guiarles a lo largo del proceso de aprendizaje, desglosando los retos complejos en pasos más simples con el objetivo de facilitar su comprensión.

¿Son las matemáticas realmente difíciles de comprender para los niños?
Cualquier estudio en cognosciencia demuestra que todos los niños son capaces de aprender prácticamente cualquier cosa. El problema es que a veces los subestimamos. Imagínate cómo sería nuestra sociedad si somos capaces de cambiar esta mentalidad.

¿Cómo pueden las matemáticas ayudar al futuro de los estudiantes?
Con el aprendizaje de las matemáticas podrán escoger casi cualquier tipo de trabajo y probablemente les encantará, ya que les permitirá solucionar problemas. Con nuestro programa también hemos visto cambios en el comportamiento de los niños. Cuando ellos creen que son buenos en matemáticas, sienten  que son capaces de hacer cualquier cosa.

¿Qué otras ventajas ofrece JUMP Math?
Los estudiantes se ayudan unos a otros y ya no sienten la necesidad de competir para obtener la mejor nota, ya que piensan que si trabajan duro y colaboran tendrán éxito. Bajo esta fórmula no mejoramos únicamente la parte académica, también fomentamos ciudadanos más comprometidos, cooperativos y empáticos.

¿Por qué su método es bueno para enseñar matemáticas a estudiantes con diferentes tipos de habilidades?
Pensamos  que el motivo por el cual vemos estas diferencias de capacidades entre estudiantes es porque les permitimos hacer comparaciones entre ellos. Desde parvulario se comparan unos con otros, determinando quién es bueno en una determinada materia y quién no lo es.

¿Qué impacto tienen estas comparaciones?
Desde el momento en que un niño decide que no está en un grupo talentoso, su cerebro para de actuar de forma eficiente, no recuerda los conceptos y no presta atención, por lo que año tras año su rendimiento es peor. Pero si el profesor hace sentir a todos los estudiantes que son capaces de hacerlo y les ayuda a aprender de forma eficiente, entonces todos los niños son iguales de capaces de superar una materia o curso.

Usted ha afirmado que uno de los motivos por los que les cuesta aprender matemáticas a los niños es porque creen que son difíciles y aburridas. ¿Cómo se puede revertir esta situación?
Una de las cosas que se debe hacer es empezar por los ejercicios de construcción de la confianza, es decir, enseñándoles que algo que ellos creen que es difícil puede resultar fácil. En nuestra página web los profesores pueden descargarse gratuitamente algunos ejercicios para potenciar este aspecto entre sus estudiantes.

Otro de los problemas que menciona es que muchos profesores de matemáticas ni les gustan ni saben enseñarlas.
Antes que nada decir que para mí los profesores son héroes, ya que hacen un trabajo muy importante y ejemplar, pero también es cierto que algunos de ellos no saben suficientes matemáticas como para afrontar una clase. A todos los profesores con los que trabajamos les ilusiona poder entender las matemáticas al detalle y cuando ellos están motivados, pueden transmitir más fácilmente ilusión y conocimientos a sus estudiantes.

Si JUMP Math es un programa con éxito probado, ¿por qué no se aplica en más escuelas?
Somos una organización sin ánimo de lucro, por lo que la mayor parte de nuestros ingresos se han destinado a la elaboración y desarrollo del programa. Hemos dedicado muchos años a probarlo y mejorarlo, por lo que justo ahora empezamos a difundirlo.

¿Cree que JUMP Math se expandirá por todo el mundo?
Actualmente disponemos de un mayor presupuesto para invertir en la difusión de nuestro programa y, además, tenemos el aval de los muy buenos resultados obtenidos en estudios externos, lo que estamos convencidos que nos ayudará a tener un crecimiento mucho más rápido.

Finalmente, una persona que no era buena en matemáticas en la escuela, ¿puede aprenderlas en edad adulta?
Las matemáticas son mucho más fáciles de lo que pensamos, pero nos parecen difíciles porque las enseñamos de una manera muy complicada. Cualquier persona puede aprender matemáticas, tenga la edad que tenga. Es cierto que es mucho mejor aprenderlas desde pequeños, pero nunca es demasiado tarde para que un profesor o cualquier persona adulta aprenda matemáticas.

Fuente de la Entrevista:

John Mighton: “El problema es subestimar a los estudiantes”

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Educación para transformar vidas

Colombia / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Laura Sánchez / Fuente: La Patria

Diego Ángelo Restrepo explica los tres pilares de la educación humanista. Su propósito es cambiar el chip pedagógico y que los estudiantes sean el centro de las aulas.

«Profe, no le entiendo». Esta es la frase que pone una barrera entre el estudiante, el docente y el aprendizaje. Pasar por alto es un error que desemboca en frustración y deserción, según Diego Ángelo Restrepo, trabajador social y magíster en ciencias e investigación.

Restrepo está convencido de que cambiando las formas de aprendizaje se pueden transformar vidas. Todo empezó con una investigación para identificar los niveles de deserción.

«Un 25% de los estudiantes que desertan en el Centro de Automatización Industrial lo hacen porque no le entienden al profesor. Hay que pensar en cómo es la capacidad del estudiante para entender y cómo es que el profesor brinda las clases», explica el profesional.

Para dar ese paso al cambio en el aula sugiere tener en cuenta estos tres pilares: constructivismo, metacognición y pensamiento complejo. «Este modelo sirve como un llamado a los docentes para que entiendan el poder que tienen para cambiar vidas con información pertinente».

Construyendo juntos

El constructivismo consiste en, según Restrepo, entender al estudiante en un proceso cultural y con saberes, no solo pensando que es una tabla rasa para llenar.

Este pilar del modelo busca motivar a la reflexión. «Las instituciones deben dar los modelos de formación para que aprendan a manejar el tiempo, herramientas, mapas, entre otros. Que se reconozcan ellos mismos para que fortalezcan sus habilidades», indica Restrepo.

Se les dan variables para que construyan en el aula, por ejemplo: cómo se ajustan las matemáticas a la agricultura.

Sobre el pensamiento complejo aclara que muchos de los conocimientos que se enseñan no sirven para la vida. «Se propone una educación más humana para reconocer a los estudiantes y pensarlos en sus contextos, niveles culturales y económicos».

Este momento es muy importante, en su investigación identificó que los alumnos están sufriendo de depresión, baja tolerancia a la frustración y catastrofismo, que pueden identificarse en el aula.

El último pilar es la metacognición. «Es mirar qué habilidades se necesitan para ir más allá del conocimiento. Es aprender de una forma más adecuada. Siempre somos y seremos aprendices para darle a los educandos información que sea transformadora».

DESTACADO

Con el modelo constructivista el estudiante es el centro y el profesor aprende de sus entornos.

Ser felices

¿Cómo hacer que los estudiantes sean felices? La respuesta la tiene Diego Ángelo: «Cuando tengo estrés el cerebro busca bloquearlo como mecanismo de defensa. Me dice: abandona lo que me hace daño. Pero cuando a mi cerebro le gusta lo que estoy haciendo, está complacido y genera endorfinas. También produce plasticidad, es decir, que hace conexiones neuronales de un nuevo conocimiento y si esto está unido a la realidad, no se le va a olvidar tan fácilmente».

Los saberes del conocimiento

Restrepo recomienda tener en cuenta estos siete saberes del conocimiento, del sociólogo francés Edgar Morin:

1. Ética del género humano.

2. Enseñar la comprensión.

3. Enfrentar las incertidumbres.

4. Enseñar la identidad terrenal.

5. Enseñar la condición humana.

6. Educación que garantice el conocimiento pertinente.

7. Educación que cure la ceguera del conocimiento.

 

Fuente de la Entrevista:

http://www.lapatria.com/educacion/educacion-para-transformar-vidas-385468

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Mercè Gisbert: “El cambio implicará ampliar los escenarios educativos”

España / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Tiching

En los últimos 15 años el rol del profesorado en clase ha cambiado mucho. ¿Cree que el cambio continuará produciéndose? ¿Se convierte la figura del profesor en una profesión dinámica en constante evolución?
Sí, claro, el mundo cambia a gran velocidad y también debe hacerlo la educación. Pero una educación en mayúsculas que va mucho más allá de la escuela, propiamente dicha. Hemos de pensar en una comunidad escolar (sociedad, instituciones, familia, centros escolares, profesores y los propios estudiantes). Pienso que, a diferencia de otros cambios educativos, el cambio actual tendrá mucho que ver con la ampliación de los escenarios educativos en los que la escuela solo será uno de ellos.
En este contexto, evidentemente, el papel del profesor será fundamental pero más como “líder” del proceso educativo, como facilitador del aprendizaje, como experto en contenidos y también como estratega en el uso de los recursos tecnológicos. Para poder asumir todas estas responsabilidades en un mundo digital en continuo cambio, hemos de definir un perfil del profesor versátil, flexible, emprendedor y capaz de asumir que debe preparar a los estudiantes para un mundo en continuo cambio del que ya nunca tendrá todas las claves. En definitiva, todo un reto.

¿Cuáles diría que son las 5 cualidades o competencias con las que un docente debe entrar hoy en día a un aula?
Necesitamos  especialista en contenidos y en educación, profesionales que sean competentes digitales, que sean líderes educativos, que sepan colaborar y trabajar en grupo, y que sean flexibles y versátiles para saber gestionar los cambios que se avecinan. Competencias para las que tendremos que formar a las nuevas generaciones de profesionales y para las que deberemos diseñar acciones de formación permanente que ayuden a todo el profesorado en ejercicio a asumir los retos de la educación actual.

Preparar una clase hace 15 años no suponía el mismo esfuerzo que supone ahora. Tampoco los resultados que se obtienen ahora son los mismos. ¿Cree que esto produce reticencias importantes por parte de los profesores para incorporar las nuevas tecnologías?
Sí, la verdad es que la situación del profesorado es diferente a la que era hace 15 años, pero su formación y su preparación también lo es. Desde hace más de una década en la formación inicial del profesorado se trabaja la incorporación y el uso de las tecnologías en los procesos educativos. Que estén preparados no significa que lo asuman como una responsabilidad profesional ineludible y que utilicen las tecnologías de manera natural. También es verdad que el sistema escolar tiene los mecanismos necesarios para poder supervisar el desarrollo de la labor docente.
Dicho esto, yo no utilizaría la palabra ‘reticencia’. Yo creo que si como sistema educativo se instaurara la exigencia de utilizar las tecnologías de manera “natural”, no se encontrarían en la disyuntiva de tener que decidir si se utilizan o no. También es cierto que, si bien en Cataluña hace muchos años que existen iniciativas para la incorporación de las tecnologías en el ámbito educativo, no todos los centros tienen los mismos recursos, no todos los entornos sociales son igual de ricos digitalmente ni todos los entornos educativos son igual de ricos en este sentido. Es imprescindible considerar el hecho educativo siempre de manera contextualizada y huir de las generalizaciones innecesarias.

Las aulas como espacios de aprendizaje también han cambiado, han traspasado las cuatro paredes físicas del centro para involucrarse telemáticamente en entornos de aprendizaje virtuales. ¿Qué supone esto para el trabajo del profesor?
A mí hace tiempo que me parece más adecuado hablar de escenarios para el aprendizaje para referirme a todos aquellos espacios (analógicos y digitales) que favorecen el proceso de construcción el conocimiento y, por tanto, de aprendizaje.
Si la realidad es esta quiere decir, no solo que el los aprendizajes traspasan los límites de las aulas analógicas, sino que el profesor debe imaginar, entender y poder planificar diferentes situaciones educativas en las que los estudiantes desarrollan su proceso de aprendizaje de manera autónoma, con recursos y herramientas que ellos seleccionan a su ritmo y gestionando ellos mismos su tiempo. Ya no hay horarios iguales cada día, no se puede controlar el proceso de aprendizaje en grupo y en tiempo real y nos encontramos con una realidad que es la que Bauman predijo hace unos años cuando habló de la realidad y de la educación líquida para referirse al cambio constante y a la imposibilidad de tener unos referentes constantes y para siempre.

¿Qué beneficio obtiene el alumno de esta abertura?
Cualquier proceso formativo que favorezca el respeto del ritmo y los estilos de aprendizajes de las personas que aprenden siempre tiene un valor añadido. Hemos de tener en cuenta, cuando hablamos de abertura, que no a todas las edades el alumnado tendrá la misma cantidad de recursos profesionales para poder asumir el reto de gestionar su propio proceso de formación y asegurar el aprendizaje permanente.
Sí es cierto que los entornos digitales, los recursos electrónicos y el acceso a la tecnología cada vez en edades más tempranas favorece, por un lado, que el estudiante tenga que asumir más responsabilidades en cuanto a su proceso de aprendizaje y esto siempre es interesante puesto que asume, de paso, la responsabilidad de la construcción de su conocimiento. Por otro lado, el hecho de poder acceder a mucha información y recursos diversos le permite, también, tener una visión mucho más amplia del mundo en el que deberá desarrollarse como persona y como profesional.

Con el cambio del rol del profesor, ¿no deberíamos plantearnos cambios en las dinámicas de las aulas como, por ejemplo, que haya más de un profesor en el aula?
Seguramente sí, aunque yo creo que la pregunta clave es: ¿realmente necesitamos aulas entendidas como un habitáculo con cuatro paredes?
Si por aula entendemos un “espacio” (analógico o digital), perfectamente nos las deberíamos plantear como espacios abiertos y diáfanos. Sin ninguna duda las características del espacio condicionan, en gran medida, los procesos de construcción del conocimiento.

Para hacer frente a todos estos cambios y a los que seguramente vendrán, ¿Los profesores requieren de una formación continua?
Claro, ésta es imprescindible. Especialmente en el ámbito de la actualización de la competencia digital. El nivel de desarrollo de ésta debería someterse a revisión, al menos, cada cinco años.
Si tenemos en cuenta también el contexto multiracial y multicultural en el que trabajan muchos profesores, también deberían existir recursos de formación y de asesoría pedagógica para poder garantizar que el profesorado en ejercicio tenga suficientes herramientas y estrategias para poder gestionar su realidad profesional.

La formación inicial del profesorado, ¿qué requisitos debería cumplir? ¿Con qué herramientas deben salir los profesores de las facultades de educación?
En la segunda pregunta he mencionado las competencias que deberían tener los profesores y por tanto me remito a ellas para considerarlas como los ejes de este proyecto de formación inicial. Por añadir alguna a las ya apuntadas, deberíamos tener en cuenta la necesidad de garantizar la competencia lingüística en lengua extranjera así como una materia transversal que podría denominarse algo similar a “cultura contemporánea y que fuera la que le da una visión general de la realidad del contexto social, político y económico en el que vive y para el que tendrá que preparar al alumnado. Sin ninguna duda, no debería salir de la facultad sin tener un certificado de competencia digital, imprescindible para abordar los retos de la sociedad digital, como ciudadano, como profesional y como aprendiz permanente.

¿Qué espacios cree que son los más interesantes para el profesorado para intercambiar opiniones, experiencias, inquietudes, etc?
Creo que hemos de plantearnos tres tipos de espacios: el propio centro (sería la comunidad educativa próxima), el contexto del centro educativo en el que desarrolla su tarea profesional (barrio, ciudad), y los espacios digitales (colaboración y cooperación interescolar e internacional). Por último, su propio espacio personal de aprendizaje en el que puede organizar todos sus recursos, herramientas y estrategias que él o ella gestiona a su ritmo y en función de sus necesidades, intereses e incluso retos.

Fuente de la Entrevista:

Mercè Gisbert: “El cambio implicará ampliar los escenarios educativos”

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Entrevista a Christiana Figueres: “El cambio climático es un asunto de derechos humanos y seguridad internacional”

10 Septiembre 2017/Fuente:iberoamericasocial /Autor:Padilla y Piedra

Su padre gestó una revolución armada a finales de los 40 en Costa Rica, cambiando la historia de este país centroamericano para siempre, y dando paso a una de las democracias más sólidas de la región. Hoy, la hija del caudillo José Figueres Ferrer, es líder  mundial al frente de una de las batallas más dramáticas e importantes que enfrenta la humanidad: el calentamiento global.

En esta carrera del ser humano contra su propia  autodestrucción, su vocación por el servicio público le impidió mantenerse al margen, dedicando así su vida a esta lucha. Recientemente, como Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, fue una de las artífices del Acuerdo de París, en el cual el mundo alcanzó históricos entendimientos para atender esta problemática, compromisos hoy bajo ataque por polémicas figuras, como el electo presidente de los Estados Unidos Donald Trump.

Catalogada como una de las mujeres más influyentes del mundo por revistas como Forbes y Times, Christiana aspiró sin éxito a ser la primera mujer en alcanzar la Secretaría General de la ONU, enfrentándose a los poderes más recalcitrantes del planeta y a un sistema multilateral que aún arrastra vicios antidemocráticos y patriarcales.

“Lo imposible no es una verdad absoluta, imposible es una actitud ante la vida”, fue su lema de campaña en las Naciones Unidas. En esta entrevista doña Christiana nos cuenta cómo hacer de lo imposible una realidad alcanzable, o al menos, como dicen, morir con las botas puestas en el intento.

Iberoamérica Social: La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2015 sorprendió al mundo y le dio esperanza con la adopción del Acuerdo de París, uno de los esfuerzos más relevantes de nuestros días, y liderado por una costarricense, ¿Cuáles son los principales logros y qué queda pendiente?

Christiana Figueres: Hay varias cosas que son críticas dentro del Acuerdo de París. Lo primero es que establece la línea de referencia que cada país va a usar como su inicial contribución a este esfuerzo. Se invitó a cada país a que montara su plan nacional de cambio climático y contribución al esfuerzo global. Eso es muy importante porque cada país pudo hacer su asesoría técnica y sectorial. Si hubiéramos definido de entrada que todos los países deben contribuir de igual manera, en los mismos sectores, pues no hubiera salido el Acuerdo, porque cada país es absolutamente sui generis. Le abrimos la puerta a cada país, pero bajo la condición de que era la contribución inicial y que sobre esa base se seguirá construyendo y mejorando cada cinco años.

El punto dos, es que el Acuerdo marca la trayectoria sobre la cual cada país va a contribuir a la des carbonización, se establece la dirección en la cual se mueve la economía global basada en un imperativo científico, tecnológico y moral. El Acuerdo apunta a una sola dirección común que es la des carbonización de la economía, la dirección en la cual vamos evolucionando.

El punto tres es la meta final, la parte que fue más difícil de negociar. Cuando iniciamos un viaje empezamos en un punto de partida, atravesamos un ruta y arribamos a alguna meta, no salimos sin saber a dónde vamos, porque de lo contrario no podemos medir lo que hicimos. Nuestra meta es la carbono neutralidad global para la segunda mitad del siglo. Además, algo crucial del Acuerdo es que reconoce que los gobiernos nacionales no pueden por sí solos, aunque tienen la mayor responsabilidad porque son las Partes del Acuerdo. Se reconoce por primera vez las acciones del sector privado, las ONG’s, los individuos, se conforma una red de actores que son los que van a hacer la diferencia para alcanzar la meta.

El único punto que yo lamento que no se pudiera incluir en el Acuerdo, pero que si de haberlo incluido probablemente no hubiéramos alcanzado Acuerdo, es la urgencia. La urgencia de la acción en cambio climático es algo difícil de explicar y es muy difícil de ser aceptada especialmente por los países en desarrollo. Si nosotros no llegamos al punto máximo de disminución de la emisiones globales para el año 2020, no vamos a poder llegar a la carbono neutralidad en la segunda parte del siglo a costos manejables. Digamos que seguimos aumentando las emisiones y llegamos a un punto de inflexión tarde, en el 2025 o 2030; ahí vamos a tener que afrontar dos cosas: pérdidas en vidas humanas y costos económicos gigantes, porque vamos a tener que transformar la economía y pujar la tecnología más drásticamente.

Ese sentido de urgencia de llegar a un punto de inflexión para el año 2020 que es lo que nos dice la ciencia no se incluyó en Paris, porque a la primera escucha suena como si fuera una amenaza para los países en desarrollo. La razón es que el mundo se ha venido desarrollando en los últimos 150 años de acuerdo a una curva con el aumento del producto bruto global unido al porcentaje de gases de efecto invernadero. Tenemos en la cabeza que esas dos curvas van de la mano. Hay que desligar la curva del PBG que sigue subiendo en los países en desarrollo de la curva de los gases de efecto invernadero. No obstante, si uno interpreta el Acuerdo lo que dice es que tenemos que permitirle a los países en desarrollo que sigan en su crecimiento económico pero sin que se sigan subiendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

IS: Su candidatura a la Secretaría General representaba dos cosas a nuestro parecer. Proviene de un país que promueve la paz internacionalmente, sin ejército, y, además,  usted se especializa en temas de medio ambiente, también un tema importante en la política exterior de Costa Rica. Ambos tópicos, pueden resultar incómodos para las grandes potencias que son las que más contaminan, y que cuentan con aparatos y operaciones militares desplegados en todo el mundo. ¿Considera que ello influyó en no alcanzar el puesto?

CF: Yo creo que el hecho de que vengo de un país desmilitarizado, habiendo tomado la decisión tan tajante e intencional de no tener ejército, es una decisión que se tomó en el 48 pero que la hemos interiorizado, nos sentimos orgullosos de eso y es parte de nuestra espina dorsal. Creo que en el Consejo de Seguridad eso como mínimo levantó un signo de pregunta. Si bien el Consejo de Seguridad está comprometido con la paz, la verdad es que el 100 por ciento de las conversaciones son sobre conflictos, y entonces ahí pudo haber una reticencia y yo me di cuenta de eso con las preguntas que me hicieron. En lo segundo, también tienen razón, mi trayectoria en la ONU se ve en un campo que se mira ambiental, aunque a mí me parece que es económico y social. Algunos opinaban que mi trayectoria en la ONU es en un tema que tal vez no es muy contundente o que es un tema que no se lleva a los más altos niveles de la ONU.

Además agregaría, al buen diagnóstico que ustedes han hecho, que yo me dediqué durante muchos años, incluido el Acuerdo de Paris, a una diplomacia activa, a incluir a otros sectores, a la población civil, organismos internacionales y eso a muchos gobiernos sinceramente no les gusta. Sienten que las decisiones de la ONU son nada más de gobiernos nacionales y que son ellos quienes deben tomar las decisiones.

Otra cosa más que fue incómoda para ciertos países, es el compás moral bastante claro que salió en el debate público que organizó la Asamblea General y Al Jazeera, cuando preguntaron quién estaría dispuesto a pedir perdón por lo que hizo la ONU en Haití y yo fui la única en levantar la mano. A mí me extrañó que todos mis demás colegas no levantaran la mano; pero con esto una demuestra que hay un compás moral que no siempre es compartido por todo el mundo y que es un compás moral muy tico. Y además, ¡ser mujer! ¡imagínense qué barbaridad! ¡La suma de estos factores fueron demasiado para el Consejo de Seguridad!

IS: Entonces ser mujer fue un punto importante que limitó su aspiración…

CF: Sí, yo creo que para todas las 6 candidatas el factor género jugó en contra de nosotras. Definitivamente, yo sentí, y así lo he compartido con mis colegas amigas candidatas, que en el Consejo de Seguridad no hay suficiente conformidad con la idea de que una mujer pudiera estar en esa silla. Acordémonos que en el Consejo son todos hombres, con la excepción de la embajadora de EE.UU., y algunos de ellos han estado ahí desde hace 10, 12, 15 años y siempre han trabajado con hombres.

IS: Usted indicó en varias oportunidades que el cambio climático debe ser considerado un asunto de seguridad internacional, ¿Por qué?

CF: Creo que el mejor ejemplo de eso es Europa en este momento, porque nosotros vemos una población migrante de Europa que están viniendo más que todo de países en conflicto. Si a esos países en guerra, le agregás los que estarán en conflicto con la naturaleza, y con la capacidad de su propia tierra de darles alimento y de sostener la vida, vamos a tener una situación muy poco manejable. Actualmente, tenemos 60 millones de desplazados, el nivel más alto de la historia, eso no es nada con respecto al desplazamiento que podríamos tener si nos fijamos en países como India o Bangladesh, o zonas de África, que pierden el terreno al mar o se desertizan, ahí la gente no podrá llevar el alimento, no tendrá agua. Estos 60 millones se podrían duplicar o triplicar si nosotros no controlamos el cambio climático, y esas personas que están desesperadas son las que utiliza el terrorismo para ganar aliados. ¿Cómo van a sobrevivir ellos o sus hijos? El desespere los lleva a unirse a estas causas. Por eso yo creo que hay una gran vinculación.

IS: Entonces es un tema de derechos humanos también…

CF: Es una cuestión de derechos humanos desde el principio hasta el final. El primer derecho humano que pierda esta gente es el derecho a quedarse en su hogar, en su tierra y poder vivir ahí. Ya pierden ese derecho. Segundo, empiezan a migrar, y durante el camino de migración y desplazamiento sufren atropellos de sus derechos humanos; sobretodo las mujeres, víctimas de injusticias físicas, morales y psicológicos. Los niños sufren también, pierden sus derechos humanos a la salud, a la educación, a la alimentación, entre otros. Todos sus derechos básicos los pierde esta población. Y tercero, cuando llegan a su destino, en muchas ocasiones se dan nuevos atropellos a sus derechos humanos porque vienen de otra cultura; hemos visto esta discriminación con la gente que está migrando por necesidad. Entonces esta problemática se convierte en una tragedia de derechos humanos desde el principio hasta el final.

IS: ¿Qué pasaría si el Presidente electo Trump realmente concreta sus intenciones de retirar la firma del Acuerdo de París y de no darle seguimiento al plan de reducción de emisiones de carbono de la Administración Obama (Clean Power Plan)? Inclusive ha propuesto eliminar estas restricciones por considerar que “eliminan puesto de trabajo”.

CF: Bueno, varias cosas, número uno, en cuanto a lo legal, hay que acordarse que hay una cláusula en el Acuerdo de París que establece que cualquier país con deseos de retirarse necesita iniciar el trámite y esperar tres años, y después un año adicional; entonces él no puede sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París hasta dentro de cuatro años, cuando él ya está terminando su periodo. Lo que sí podría hacer es dejar de cumplir, porque no hay una penalidad. Cualquiera de estas opciones son pasos legales, pero también pasos diplomáticos bastante serios. Así las cosas, EE.UU. como país, como aliado, sufriría efectos negativos que debería mitigar, tendría un problema de credibilidad; pero también a quien perjudicaría sería a la misma industria de los EE.UU., porque es obvio que la economía global se está descarbonizando. Es evidente que los países se están pasando a tecnologías nuevas y de bajo carbono, y si abandonan el Acuerdo de Parías, no existirá un incentivo para mantenerse al día con las tendencias y transformaciones tecnológicas del futuro; se mantendrían con una economía del Siglo XX, cuando todos ya están en el Siglo XXI.

IS: ¿Cuánto afectaría esto al apoyo de otros países altamente contaminantes, por citar un ejemplo India, en la implementación del Acuerdo de París? Un riesgo puede ser: si EE.UU no lo hace ¿por qué lo harían los países en vías de desarrollo?

CF: Yo no creo que si EE.UU. se sale, todos los demás países se vayan a salir, porque cada uno de los países puso su contribución nacional, de acuerdo con sus fortalezas y oportunidades, para empezar la des carbonización de su propia economía. Yo creo que si EE.UU. deja de cumplir el Acuerdo de París, a quien vamos a ver surgir muy rápidamente como líder de des carbonización es a China, porque China se ha dado cuenta que esto es muy positivo para su economía.

India va a seguir adelante pero un poco más lento, esto porque cuenta con mucho apoyo tecnológico y financiero, parte del cual proveniente de los EE.UU., si EE.UU. retira esta ayuda, pues le sería mucho más difícil.

China sí puede sola, y no solo China, sino que recientemente 47 países en vías de desarrollo, incluido Costa Rica, negociaron su intención para generar una des carbonización total del sector energético, eso después de las elecciones en EE.UU.; elección que no lo pudo echar para atrás.

Esto es como si fuéramos todos en una vía rápida en una sola dirección, y uno de los vehículos decide salirse de la vía y estacionarse, pone las lucecitas amarillas y todos vuelven a ver. De estos vehículos siempre va a ver, pero no debemos concentrarnos en estos. Que este vehículo se detenga no cambia la dirección de la vía. No hay que distraerse ni perder el tiempo con un vehículo que ha decidido detenerse, porque generalmente estos vehículos que ponen las luces intermitentes y se detienen, es porque tienen un problema…

IS: ¿Cuáles son los mayores retos que tenemos como región latinoamericana para implementar el Acuerdo de París?

CF: Yo creo que los mayores retos están en cómo acelerar la transición del gas a la energía renovable, hay algunos países que todavía está con carbón, como es Colombia por ejemplo, pero la verdad es que son pocos, la gran mayoría, en cuanto a su generación de electricidad, lo hacen con gas natural o con energías renovables. América Latina tiene un amplio recurso de energías renovables, como la solar, eólica, hídrica y geotérmica, que es un recurso bastante inusual en el mundo, tenemos muchísimo recurso natural para energía. Entonces para nosotros, el gran reto es cómo acelerar más rápido la explotación de estos recursos, en vez del gas natural. Estos combustibles renovables no solo no contaminan, son autóctonos y endémicos de cada país. Pensemos en matrices energéticas no solo para no contaminar, sino también para fortalecer nuestra seguridad energética. Ese es el reto más grande de América Latina.

Por supuesto, también el uso del suelo, ya que contamos con las más altas tasas de deforestación en el mundo. Eso hay que revertirlo.

IS: ¿Cuál considera usted sería la estrategia adecuada para la financiación climática e involucrar al sector privado?

CF: Yo no creo que sea arte de magia. El sector privado va a invertir donde ellos vean que hay un riesgo manejable y donde hay una buena probabilidad de obtener ganancias. Punto final. De lo que se trata es de construir los escenarios en los que el sector privado se vea incentivado para hacer esas inversiones. No se le está pidiendo al sector privado que sean ellos los que salvan al planeta, lo que se les está pidiendo, es que pongan su cabeza y sus inversiones en las tecnologías limpias; así entonces el capital fluye, no es tan complicado.

IS: ¿Qué hará Christiana en el futuro?

CF: Tengo la suerte de poder seguir trabajando en el tema que me apasiona, al que le he dedicado mi vida…Estoy comprometida con esta misión, que muchos dicen es imposible, pero que yo quiero hacerla posible.

Fuente de la entrevista: Padilla, S., Piedra, D. (2017). Christiana Figueres: “el cambio climático es un asunto de derechos humanos y seguridad internacional. Iberoamérica Social: revista-red de estudios sociales VII, pp. 19 – 24. Recuperado en http://iberoamericasocial.com/ el-cambio-climatico-es-un-asunto-de-derechos-humanos-y-seguridadinternacional/

Fuente de la imagen: https://iberoamericasocial.com/wp-content/uploads/2017/01/CF3-1024×681.jp

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Entrevista a Thomas Trebat:“Los sistemas escolares no tienen en cuenta para qué preparar a los niños”

10 Septiembre 2017/Fuente: semana/Autor: semana educación

La economía en un país va de la mano de su educación. El economista y experto en América Latina, Thomas Trebat, habló con Semana Educación sobre cómo se apoyan estos sectores mutuamente.

Los expertos coinciden en que la educación juega un papel fundamental para impulsar la economía. Un sistema educativo coherente y pertinente le da un impulso grandísimo al sector productivo.

En el mundo, nunca había sino tan necesario que un país enfoque sus fuerzas en mejorar su talento humano. El rápido desarrollo de la tecnología y la nuevas economías han generado una suerte de cortocircuito entre la academia y el sector laboral, donde los empresarios ya no encuentran las capacidades que necesitan en los jóvenes egresados.

Thomas Trebat es un convencido de que América Latina debe concentrarse más en este asunto. Por mucho tiempo, este economista fue uno de los analistas más influyentes en Wall Street en temas de países en desarrollo y desde 2013 es el director del Columbia Global Center en Río de Janeiro, una iniciativa de la Universidad de Columbia para promover la investigación en relación con diversas instituciones locales en América Latina.

El estadounidense asegura que la pobre educación de la región tiene un impacto directo sobre el lento crecimiento de su economía. Pero, a su vez, es la poca competencia lo que genera empresas perezosas, poco preocupadas por la investigación y la educación de calidad. Por eso, opina Trebat, el país necesita más competencia que impulse a las empresas a desarrollar sus productos e invertir en la formación de su capital humano.

Semana Educación conversó con Trebat sobre cómo ve a la región en desarrollo y qué le falta al sector educativo en materia de pertinencia.

Semana Eduación (S.E.): ¿Cómo beneficia la educación el desarrollo económico de un país?

Thomas Trebat (T.T.): Creo que lo beneficia en varias formas. En el siglo XXI la educación es especialmente necesaria porque nos permite desarrollar capacidades del capital humano que necesita un país. Y además, nos prepara para transformar las tecnologías existentes en nuevas tecnologías. Para que países en desarrollo como Colombia o Brasil logren desarrollarse tienen que tener la habilidad de innovar y hacer nuevas tecnologías que se adapten al contexto. La educación de ciclo básico es suficiente para crear cierto tipo de desarrollo, el que tiene América Latina hoy en día. Pero eso no satisface las ambiciones nacionales. Para que las economías emergentes se conviertan en economías maduras y desarrolladas, el papel de la educación es absolutamente crítico. Y eso es algo que hemos subestimado ampliamente en América Latina. Todos los estudios económicos nos muestran que los países donde la educación está más distribuida en la población, donde las instituciones científicas y matemáticas están en su máximo nivel, donde hay una información abierta que le permita a los ciudadanos aprender entre sí, son las que se desarrollan.

S.E.: ¿Por qué cree que hemos subestimado el papel de la educación?

T.T.: Diría que la causa está muy relacionada con una estructura preexistente de mala distribución de los ingresos, una capacidad física del Estado muy débil y la escasa voz de esas personas que no están recibiendo una buena educación. Por otra parte, las personas que tienen dinero siempre han estado dispuestas a pagar lo que sea por sus estudios y nunca han visto el beneficio de hacer sacrificios por el sector. Ese rezago histórico y ese mal desempeño que hemos tenido, en especial desde los 90s (cuando países como Corea China Singapur India superaron a América Latina), se explican por esas razones. Además, el rápido ritmo de urbanización en las ciudades latinoamericanas ha generado que las demandas de más y mejores escuelas haya sido imposible de atender.

S.E.: ¿Entonces estamos muy mal en educación?

T.T.: Pues, la situación no es tan catastrófica de América Latina. Acá casi todos los niños tienen algún tipo de educación. Pero hay grandes rezagos por el legado histórico. Además, la falta de apertura hace que el ritmo lento de las economías tampoco ayude. Acá el mercado de trabajo no exige mucho, por lo que no hay necesidad de lograr un gran esfuerzo educacional. Eso nos pone en un círculo vicioso donde hay poca educación y un pobre mercado de talento. Eso explica por qué tenemos tantas dificultades para mejorar los niveles de educación.

S.E.: ¿Qué podemos hacer para capacitar mejor a los egresados para los que se espera de ellos en el sector privado?

T.T.: Depende un poco de las demandas hechas por el sector privado. A medida que la economía avanza, muchas industrias demandan más conocimientos del siglo XXI. Yo creo que tenemos que dar más peso a lo que en otros países llaman educación vocacional. La escuela tiene que preparar a sus alumnos para los talentos que hacen falta en empresas modernas. Además, debe haber acuerdos entre el sector privado y el educacional. Eso lo veo muy incipiente en América Latina. Los educadores y los sistemas escolares, a mi modo de ver, no tienen en cuenta para qué estamos preparando a los niños, qué van a hacer con la educación que están recibiendo y si van a encontrar oportunidades laborales. Cuando se empieza a considerar esas cuestiones mejora el crecimiento económico, y ese círculo vicioso del que hablaba antes se vuelve un círculo virtuoso.

S.E.: ¿En qué políticas educativas tendríamos que invertir más para fortalecer nuestra economía?

T.T.: Empiezo por lo básico: hay que mejorar la cobertura de las escuelas públicas alrededor del país, la calidad de los profesores, la banda ancha, la segunda lengua, que se debería aprender en todas las escuelas. Pero además, creo que hay que hacer mucho más hincapié en las ciencias computacionales, la inteligencia artificial y la robótica y mucho menos en profesiones como derecho o economía. Hay que estimular una verdadera inclusión de cursos y ofertas dedicadas a los talentos que sabemos que hay que tener en los próximos 20 o 30 años. La mirada debería ser siempre a largo plazo.

S.E.: ¿Hay suficiente internacionalización en las universidades de la región?

T.T.: No, de ninguna manera, tiene que haber mucho más. Parte de lo que hace la globalización es permitir más comunicación de ideas. Colombia, por ejemplo, se preocupa con el libre comercio con Estados Unidos, pero deja un poco de lado el libre intercambio de ideas. Eso tiene que ser una prioridad. Para lograrlo, es importante crear centros e institutos internacionales de investigación en los países latinoamericanos. Yo, por ejemplo, optaría por una política que le diera la oportunidad a los alumnos más promisorios de salir a estudiar fuera del país, para que traigan de vuelta diferentes conocimientos del exterior. Colombia ya hace un buen trabajo en esto y es líder en este tema en América Latina, pero tiene que hacerlo mucho más.

S.E.: Las instituciones de educación superior de la región tienden a salir mal paradas en los rankings internacionales que priorizan la investigación, como el de Shanghái. ¿Cómo podemos mejorar este aspecto?

T.T.: Yo creo que son tres factores básicos: primero, favorecer un intercambio de ideas libre y cada vez mayor. Además, es importante invertir más en investigaciones. Lo que gastamos en América Latina para este sector es una vergüenza. Tendría que ser al menos dos o tres veces más. Y tercero, el sector privado también debe cumplir un papel: no quedarse contento con sus posiciones en el mercado actual sino buscar siempre mejorar sus productos con más gastos en investigación. Pero para eso, tiene que haber más competencia entre empresas, que es algo en lo que estamos muy mal en América Latina. Esa competición estimularía más gastos en desarrollo e investigación.

Thomas Trebat y otros expertos estarán en la Cumbre Líderes por la Educación 2017, el evento más importante del sector en el país, que tendrá lugar el 20 y 21 de septiembre en el Cubo de Colsubsidio, en Bogotá.

 

Fuente de la entrevista:  http://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-thomas-trebat-economia-y-educacion/539265

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/9/7/539261_1.jpg

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