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Entrevista as David Rieff: ¿Qué precio pagarías por la memoria?

David Rieff presenta su polémico ensayo “Elogio del olvido”, en el que argumenta contra el culto al pasado colectivo.

Todo será olvidado, tarde o temprano”, afirma David Rieff en un bar de Las Cañitas. Esa convicción suena cuanto menos paradójica en alguien que se licenció en Historia. Pero el ensayista estadounidense (intelectual heterodoxo y hombre de usar sombrero y corbata, incluso los fines de semana) presenta por estos días un libro titulado Elogio del olvido, así que la definición viene a cuento. “Quizá no sea sólo pesimista sino ‘mórbidamente radical’, como señaló una de las reseñas”, continúa, “pero creo que en 100 años, cuando los testigos y sus vivencias ya no estén, nadie se acordará del 11-S, para hablar de algo cuyas consecuencias aún sacuden el mundo”, sostiene Rieff, mientras detrás de los cristales persiste una garúa metálica.

El libro, escrito en 2015, analiza tragedias colectivas del siglo XX y es un alegato contra el culto a la memoria histórica como “imperativo moral”. Consciente de lo polémico de su postura (“voy a Chile luego; van a ser días difíciles”), Rieff aboga por el “olvido activo” de Nietzsche como una opción posible en sitios donde recordar conduce “a la guerra más que a la paz, al rencor y al resentimiento”. “Si nuestras sociedades dedicaran al olvido una parte mínima de la energía que aplican a recordar, la paz en algunos de los peores lugares del mundo podría estar más cerca”, argumenta. Y, sin embargo, quizá para probar que toda hipótesis debe ser metódicamente refutada, en un español que alterna entre el tú y el vos, recuerda: “Cada vez que vengo a Buenos Aires pienso que podría haber tenido otro destino. La familia de mi padre tomó un barco a vapor que la llevó a Nueva York. Pero al día siguiente, salía uno hacia aquí. A ellos les daba lo mismo; eran judíos y sólo querían salir de Rusia. Pero mi vida habría sido totalmente distinta”.

Rieff es hijo de Susan Sontag (1933-2004), una de las pensadoras más brillantes de su tiempo. A la enfermedad y agonía de esa mujer flamígera le dedicó su único libro de memorias (“muy limitado porque había muchas cosas sobre las que yo no estaba listo para decir la verdad”). Aún hoy, hablar de esa experiencia eclipsa el buen humor cosmopolita que lo acompaña esta mañana.

–Ha escrito sobre crímenes de guerra, la crisis del humanitarismo y el hambre global. Ahora, sobre la memoria histórica que caracteriza como “memoria de las heridas”. ¿Por qué le interesa el sufrimiento humano como tema?

–No sé. Tal vez haya cierto pesimismo en mi ADN. Cuando escribí mis primeros libros pensé: “Soy un outsider profesional. Eso es lo que traigo al juego”. Pero un outsider obsesionado por comunidades de memoria, más o menos coherentes y trágicas: los exiliados, los refugiados… Tengo una relación muy curiosa con ellos, porque me siento un extranjero en todas partes. Para un escritor tiene sus ventajas, eres un observador que no trae consigo ideas sobre cómo vivir. El tema del desgarro ya estaba en El exilio: Cuba en el corazón de Miami, una meditación de 1993 sobre la relación entre la fantasía y la memoria de esa generación. En cuanto a este libro, mi experiencia como reportero de guerra fue decisiva. Me llevó a pensar que en determinadas circunstancias políticas elegir olvidar podía ser deseable.

–¿Lo ha vuelto más escéptico? ¿De allí estos versos de Yeats como epígrafe: “Un sacrificio demasiado largo/ puede tornar en piedra el corazón”?

–Después de 35 años de trabajo es normal pasar de tragedia en tragedia. Puedo incluso decir algo más crítico de mí mismo: hay algo de voyeurismo. Pero cada periodista es un voyeur. En Sarajevo llamaban a los fotógrafos “ángeles de la muerte”, porque permanecían en la mira de francotiradores para tomar imágenes del terror. Los escritores también lo somos. Seguramente Goytisolo, con quien estuve allí en 1992, no hubiera estado de acuerdo, pero habría sido una buena discusión.

–Elogio del olvido cuestiona la idea de Santayana de que los pueblos que no recuerdan su pasado lo repiten. ¿Se siente más cerca de quienes postulan ante la experiencia sudafricana, por ejemplo, que conocido el pasado “hay que seguir viviendo”?

–Depende de la situación, de cuándo y en qué contexto. Yo siento que si el imperativo moral de recordar causa demasiado sufrimiento como para que valga la pena cumplirlo, hasta se podría pensar en un “imperativo ético del olvido”. Pero no quise escribir un libro contra Santayana. El título es una provocación que invita a la reflexión. Es un error decir que el recuerdo es natural y el olvido no. Porque el recuerdo colectivo se construye y es cambiante. Con todo, no digo que los que recuerdan el pasado están condenados.

–Pero es difícil establecer gradaciones de dolor. ¿Qué distinciones haría?

–Mi experiencia en Bosnia me mostró que el precio de recordar en ocasiones es altísimo; la gente se mataba por cosas ocurridas cuatro o cinco siglos antes. En Irlanda del Norte, mucho después de que la disputa dejó de tener sentido, el rencor subsistía. Allí y en Israel-Palestina, como dicen los cigarrillos, un exceso de memoria “es perjudicial para la salud”. Si hablamos de consecuencias, en el libro digo que desde 1945 la Shoá se ha puesto al servicio de la política y justifica casi cualquier decisión del Estado de Israel en relación con sus vecinos o su minoría árabe.

–¿No tiene derecho una sociedad a definir lo que considera valioso recordar?

–Memoria no es igual a historia. Hay que distinguir entre el recuerdo personal, el trabajo de investigación histórico-jurídica y las opiniones que acepta una sociedad. Hablamos siempre –en el caso del recuerdo o del olvido– de una decisión. Paso bastante tiempo en Africa del Sur y allí los que han simpatizado con la dictadura entienden que el olvido es la mejor solución. Y las víctimas, es lógico, están a favor de la memoria. Una de las preguntas principales del libro es cuánto queremos pagar por el recuerdo. Hay contextos en los cuales yo creo que debemos pagar, pero en otros el precio es demasiado alto. Tengo más simpatía hacia el recuerdo en Chile, por ejemplo, que en Colombia: yo apoyaba la propuesta amplia de Santos en los acuerdos de paz con las FARC.

–¿Pagaría el precio de la memoria en el caso argentino?

–Con la Argentina tengo una relación muy ambivalente. Entiendo los peligros de olvidar. Pero cuando hace cuatro o cinco años pasé un día en la ex Esma y en el Parque de la Memoria pensé: “Es una presentación montonera”. Disentí con Todorov sobre otros temas, pero coincido con su crítica de 2010: falta parte de la historia. Para mí es propaganda pura, un mito absoluto. Y dar a los fallecidos de la guerrilla antes del golpe del 76 estatus de mártires me parece un error moral. Confirma que la memoria histórica es un campo de batalla política.

–Con todo, muchas de esas muertes anteriores al 76, aunque en democracia, las ejecutaron aparatos paramilitares amparados por el Estado.

–Por cierto, y además, aún hay cuestiones abiertas: la responsabilidad de los civiles, hechos desconocidos, niños apropiados buscados aún por sus familias… Es muy importante que los fiscales sigan con su trabajo y, obviamente, no tengo ninguna simpatía para con los represores.

–¿Ve un equilibrio posible entre la condena de los crímenes salvajes de la dictadura y una convivencia en la que no deba fijarse por ley, como lo hizo la Provincia de Buenos Aires en mayo, que los desaparecidos argentinos son 30 mil? ¿Llegará ese momento?

–El debate reciente sobre el número de víctimas de la dictadura es un ejemplo muy interesante de la problemática del recuerdo. Fue un error político del gobierno de Macri negar la cifra, pero conozco a muchos argentinos que no simpatizan con él y que dicen: “No, no hubo 30.000 muertos”. Soy muy escéptico hacia leyes como las que impuso Francia contra el negacionismo del genocidio armenio; la que menciona es similar. Para mí son decisiones políticas. Y en política, la mentira es moneda corriente. En ese marco soy pesimista en relación con la idea de que la memoria histórica pueda instaurar reconciliación. Pero si sostienes la posibilidad del olvido, estás vinculándote con personas horribles. Siempre hay alguien que me dice: “¿Por qué haces esto? Ayudas al enemigo”. Ahora, ¿hay que autocensurarse? No es para mí; aunque entiendo perfectamente el dilema.

–¿No cree que la justicia pueda ser una vía de pacificación?

–La definición de la tragedia en Hegel es el posible conflicto entre dos cosas buenas. Me identifico con intelectuales como Bernard Williams o Isaiah Berlin que desarrollaron esta idea y estoy en desacuerdo con los movimientos de derechos humanos que dicen: “No es posible tener paz sin justicia, la paz sin justicia no es paz”. Hay situaciones en las cuales tienes que elegir. En otras, tal vez podemos conservar las dos, paz y justicia. Pero me parece que en Colombia o en el País Vasco, por dar dos ejemplos iberoamericanos, es o paz o justicia. En Chile y aquí, ganó la democracia. Pero no es el caso en Colombia. El movimiento pro derechos humanos tiene la fantasía de que las sociedades van hacia la verdad y la justicia naturalmente. Yo no lo creo. Tengo una visión más griega, de ciclos de historia. Si miras a Trump, a Putin, a Maduro, más allá de si son de izquierda o de derecha, el ciclo va en la dirección menos democrática.

–¿Cómo han recibido sus argumentos en los EE.UU. donde la memoria del 11-S opera como para que Guantánamo siga abierto? No veo a Trump muy proclive al “olvido activo”; tampoco lo está el yihadismo.

–Sí y no. Porque EE.UU. es en un sentido el país del olvido. Los jóvenes dicen: “That’s History” para hablar de algo que ya no significa nada. La guerra entre el islam radical y los EE.UU. lleva 16 años y no va a terminar con una victoria absoluta para ninguno de los bandos. Comparo la memoria de Pearl Harbor y nuestra relación con Japón con la memoria del 11-S. Hay ceremonias conmemorando Pearl Harbor, pero la emoción ya no está y los japoneses son nuestros mejores amigos. No sé si en cien años alguien va a pensar en el 11 de septiembre de 2001. Creo que todo será olvidado. Entretanto, el libro es un éxito; ha recibido buenas reseñas, también ataques. Están muy enojados conmigo en España y sobre todo en el País Vasco, donde creo que las víctimas no deben tener un derecho de veto sobre un acuerdo de paz con ETA. ¿Cuánto tiempo marcarán la agenda? ¿Años, décadas, para siempre? No es posible que sea para siempre.

–¿El outsider provoca?

–No acepto que mi trabajo sea sólo una provocación. Quiero y trato de hacer preguntas horribles. El escritor francés La Rochefoucauld decía: “Nadie puede mirar durante mucho tiempo a la muerte o al sol”. Yo tampoco, pero tal vez puedo mirar un poco más que otros. Tengo la fantasía de que los temas me eligieron. Es una fantasía total, pero yo también tengo mis mitos (ríe).

–La memoria histórica facilita la construcción de un “nosotros”. ¿Cómo lo lograrán sociedades cada vez más multiétnicas sin hacer pie en ella?

–Sin duda, es más fácil en América. Comunidades de inmigrantes como Canadá o Australia tienen un contexto para integrar. No digo que lo hagamos fácilmente; de hecho creo que parte del triunfo de Trump se explica porque muchos blancos no quieren reescribir la historia estadounidense para incluir a los nuevos inmigrantes. Pero es más sencillo. En Europa las grandes tradiciones culturales no serán ya un factor de unidad. Es una crisis existencial. Van a tener un gran problema para hablar del pasado. Tendrán que reconstruir sus mitos hablando del presente y del futuro. No veo otra solución. De todas maneras, soy mucho mejor como analista que como “solucionista”.

–En su libro cita a Philip Roth, que recomienda: “Recuerda olvidar”. ¿En qué cuestiones no le ha hecho caso?

–No sé, no puedo contestar. Digamos que es un trabajo en curso. Pero dos días a la semana estoy en desacuerdo total conmigo mismo. Mi ADN debe estar formado únicamente de ambivalencia. Tengo 64 años y hablo con amigos que me dicen que están escribiendo sus memorias y me preguntan por qué no lo hago yo.

–¿Tiene hijos?

–Una hija de doce años que vive en Inglaterra con su madre.

–¿Cuándo piensa en escribir sobre el pasado piensa en ella? ¿Lo hace con cierta idea de legado?

–No, me da dolor de estómago de sólo pensarlo. Escribí un solo libro de memorias sobre la muerte de mi madre. Y es un libro limitado, muy autocensurado, porque había muchas cosas sobre mi relación con ella acerca de las que yo no quería decir la verdad públicamente. Facebook no es para mí.

Fotografía: Tony Valdez

Fuente de la Entrevista:

http://insurgenciamagisterial.com/que-precio-pagarias-por-la-memoria/

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Entrevista a Samir Delgado: “La poesía es humanidad que se levanta y camina”

Entrevistador: Fernando Salazar Torres*

¿Qué es el Tren de los Poetas y cuáles son sus fundamentos?

—Realmente es un tren imaginario, existe únicamente durante el trayecto de los poetas que viajan en cualquier medio de transporte para llegar a la ciudad y compartir las literaturas del mundo, por eso el tren es un símbolo poético, un paradigma para el ensueño. Y los fundamentos siempre han sido universalizar la poesía, la dimensión creativa de la humanidad, a todos los ámbitos de la sociedad. Los orígenes del proyecto radican en Castilla-La Mancha, territorio quijotesco; el proyecto fue fundado en 2013 como un homenaje a los poetas hispanoamericanos que cruzaron en tren el bando republicano durante la guerra civil española en una muestra de solidaridad internacional. El Tren de los Poetas es el mismo que llevó a Pablo Neruda, César Vallejo y tantos más, aunque ahora transporta hasta la ciudad de Durango en México a escritores de todo el mundo; el sueño continúa en el corazón mismo del país que acogió fraternalmente a todos los refugiados de la república española. Por eso mismo el Tren de los Poetas es un hito cultural con vocación de futuro.

En el Tren de los Poetas hemos conocido el testimonio de autores como Abdul Hadi Sadoun, de Irak, o Rayen Kvyeh, de la nación mapuche, que aspiran a todo.

—¿Cuáles serían las repercusiones culturales y sociales de los vínculos actuales entre México y España?

—En este año 2017 se cumple el cuadragésimo aniversario del restablecimiento de las relaciones entre México y España, es importante destacarlo debido a que los gobiernos van a su ritmo y las sociedades de ambas orillas habitan un mismo pálpito, hay un vínculo muy especial entre México y los distintos pueblos del Estado español que hay que seguir profundizando; en arte y literatura los puentes de conexión resultan de enorme trascendencia y todavía hay mucho que hacer para superar la distancia oceánica. Sólo cabe pensar en la embajada mexicana en Madrid, es un espacio con galerías de arte y la biblioteca del centenario de Octavio Paz, ningún país tiene nada que se parezca en toda Europa. Y me lastima especialmente que por ejemplo a día de hoy el legado de poetas como Luis Cernuda, Pedro Garfias o Emilio Prados permanezcan en un limbo, prácticamente desconocidas sus tumbas, tan ajenos a lo que sucede en Madrid. Y otros desajustes impropios para la altura de estos tiempos, donde exponentes de la generación abstracta mexicana como Manuel Felguérez o uno de los últimos muralistas, Guillermo Ceniceros, sean poco divulgados en España, teniendo un parentesco generacional indiscutible con otros pintores del mismo género en la otra orilla.

—¿Por qué considera importante el testimonio de los poetas como visión alternativa en el contexto social e histórico en que vivimos?

—En plena globalización neoliberal la poesía representa un bastión de resistencia cultural para la defensa del derecho universal a la vida, a la pluralidad lingüística de las naciones y a la igualdad total más allá de toda frontera impuesta. La literatura es biografía, vida que se escribe, escritura de lo que está vivo, las identidades de los pueblos y las experiencias individuales y colectivas sobre el mundo, los entornos de las ciudades, la naturaleza, el amor. Cada voz poética es una mirada singular, transferencia simbólica al común de los mortales de todo aquello bello y justo que nace de la creación literaria, ese duende del que habló García Lorca, el ángel de la jiribilla de Lezama Lima. En el Tren de los Poetas hemos conocido el testimonio de autores como Abdul Hadi Sadoun, de Irak, o Rayen Kvyeh, de la nación mapuche, que aspiran a todo, y poetas de tantos otros lugares que representan una cartografía fundamental del sentir poético de la humanidad.

—¿Cuáles son los criterios usados para que participen los poetas a este proyecto?

—Cada poeta tiene su propio registro literario, siempre consideramos la variedad y el pluralismo como vectores enriquecedores, debido a los recursos racionales y equilibrados de los presupuestos económicos siempre se aspira a que los poetas estén cerca o de paso para que no resulte excesivo el gasto, apostamos por un modelo de gestión alejado de los capitales privados y que siempre las inversiones culturales repercutan en la sociedad plenamente, que la poesía llegue a nuevos públicos, fomentando la lectura en lugares deprimidos socialmente, intensificando las actividades en bibliotecas y centros educativos. Todos los poetas del mundo son bienvenidos, y los esfuerzos para que todo esto funcione siempre han sido a favor de una cultura participativa, el cambio social y el desarrollo comunitario. La poesía, los poetas, sus libros suman un valor inconmensurable a la vida social que no entra en las cotizaciones de la bolsa ni en los debates parlamentarios. La poesía es humanidad que se levanta y camina.

México es el lugar ideal para un tren de poetas, para continuar avivando la utopía de un mundo mejor.

—Además del papel de los poetas, ¿existen otras actividades que acompañen al Tren de los Poetas?

—Desde una perspectiva cultural el Tren de los Poetas siempre se nutre de un abanico de actividades complementarias que acompañan a los poetas en sus estadías: ciclos de cine, muestras de libros, exposiciones de arte. En este primer semestre del proyecto en México hemos inaugurado una colección de libros bajo el nombre de “Nuestra América” en la Biblioteca Pública del Estado de Durango; comenzamos a desarrollar las líneas de trabajo para hacer itinerante el programa de visitas a otros estados de la república con la presencia de autores nacionales y latinoamericanos, además de la próxima aparición del sello editorial del Tren de los Poetas a escala transfronteriza, hispanohablante. Y por supuesto la plantación simbólica de los árboles de la poesía en homenaje a escritores de todas las lenguas y geografías.

—¿Cuál es la visión de la mexicanidad desde el exterior?

—México ha sido un lugar paradigmático para la ensoñación del extranjero, aquellos escritores de otras latitudes que miraban a México con la atracción de aquello distinto, exótico y fascinante, no han sido pocos los poetas y artistas que hicieron de México su lugar de preferencia para la creación. La mexicanidad sigue siendo una identidad dinámica, plural y atrayente, a pesar de los problemas estructurales que asolan, dificultan y pervierten la calidad de vida de las mayorías y los derechos democráticos de cada rincón de la república, el mayor patrimonio del país es la cultura, el potencial inmenso de las nuevas generaciones y el legado de las culturas indígenas, México por eso es el lugar ideal para un tren de poetas, para continuar avivando la utopía de un mundo mejor, para seguir construyendo puentes de paz entre los pueblos de la Tierra.

Fuente de la Entrevista:

Samir Delgado: “La poesía es humanidad que se levanta y camina”

Fernando Salazar Torres *

 Escritor mexicano (Ciudad de México, 1983). Poeta, ensayista y gestor cultural. Licenciado en filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I), donde también obtuvo el grado de Maestría en Humanidades, especialidad en teoría literaria. Ha publicado el poemario Sueños de cadáver (el golem editores, 2010) y Visiones de otro reino (el golem editores, 2015). Su poesía y ensayos se han publicado en distintas gacetas y revistas literarias impresas y electrónicas, entre las que destacan Círculo de Poesía (México) y Valenciana, revista de la Universidad de Guanajuato. Fue cofundador del grupo Literagen y subdirector de la revista de crítica literaria el golem; actualmente forma parte de el golem editores. Dirige el taller literario “el golem”. Coordina las mesas críticas sobre literatura mexicana “Crítica y pensamiento sobre la poesía y la narrativa en México” y “Vértice en el tiempo. Reunión de poetas”.
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Entrevista a Torcuato Sozio: Argentina. “Debatir la educación religiosa obligatoria es retroceder 150 años”

Argentina/21 agosto 2017/Fuente: Laicismo

En las escuelas públicas de Salta se dicta instrucción confesional desde 2008. Torcuato Sozio, de la Asociación por los Derechos Civiles, impulsó un reclamo de inconstitucionalidad que comenzó a discutirse esta semana en la Corte.

El miércoles pasado, la Corte Suprema empezó a debatir la ley provincial que establece la educación religiosa obligatoria en las escuelas públicas de Salta. Con cuatro jornadas de audiencias públicas, el máximo tribunal convocó a la sociedad civil a que exprese su opinión. Adventistas, católicos, organismos de derechos humanos, universidades, masones, pedagogos, abogados, y especialistas ya circularon por el cuarto piso de Talcahuano 550, donde se presentaron en calidad de Amigos del Tribunal (amicus curiae). La causa está en la etapa final de una pulseada que inició en 2008 en la provincia del gobernador Juan Manuel Urtubey, pero cuyo eco se remonta hacia fines del siglo XIX, cuando la presidencia de Julio Argentino Roca logró aprobar la ley 1.420 de educación común, gratuita y obligatoria, pese a la oposición de la Iglesia. Aquel modelo sarmientino tenía una impronta laica porque expulsaba la instrucción religiosa fuera del horario de clases. Salta lo revirtió.

El director de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), Torcuato Sozio, encabeza un amparo colectivo junto a un grupo de madres que consideran vulnerados de sus familias e hijos los derechos a la libertad de religión y de conciencia, a la igualdad, a la no discriminación y a la intimidad. Luego de que la Suprema Corte de Salta avaló las leyes educativas locales (aunque estableció algunos límites a las prácticas religiosas), la causa tomó dimensión nacional tras ser apelada al máximo juzgado del país.

— ¿Cómo surgió la demanda contra el Estado salteño?

— A partir de la ley de Educación provincial N°7.546 sancionada por el gobierno de Urtubey, varios padres sintieron que sus niños eran discriminados en las escuelas de gestión pública porque se impartía educación religiosa dentro la enseñanza obligatoria, dentro del horario de clases, como si fuera matemática, geografía e historia. Esos niños realmente se sentían discriminados de distintos modos. En el momento que se daban clases de educación religiosa, ellos no tenían una actividad alternativa y tenían que retirarse del aula. Un conjunto de hechos concretos fueron agravando la situación, lo cual nos llevó a iniciar la acción judicial, planteando que la Constitución provincial y de la Ley de Educación constituyen una inconstitucionalidad flagrante. Entendemos que la educación religiosa obligatoria es violatoria de la libertad de pensamiento que prevé tanto la Constitución como los Tratados Internacionales que fueron incorporados en 1994.

— ¿Cómo describiría hoy una escuela pública típica de Salta?

— Es una escuela en la que durante la semana tienen por lo menos dos horas de educación religiosa, pero pueden ser más. En casi todos los casos, la educación es católica. Los niños que están en esa escuela de gestión pública y no son católicos no tienen una actividad alternativa. Por lo tanto, quedan discriminados. También hay rezos durante las mañanas.

— Comentó que la discriminación se fue agravando con el tiempo…

— Si, desde la sanción de la Ley de Educación provincial, el Ministerio de Educación salteño empezó a sacar distintas disposiciones. Por ejemplo, en los boletines se empezó a poner si el chico era o no católico. Incluso, se citó un caso en una de las audiencias de una niña que no le dieron el premio de abanderada porque constaba en el boletín de que no era católica. Es decir, en estos nueve años, se fueron adoptando medidas que agravaron la situación. El gobierno de Salta dice que mucho de lo denunciado hoy no ocurre, que los niños que no quieren clases de religión ahora tienen otras actividades. Pero se adquirió una dinámica en la que un día sacan una disposición, y al siguiente sacan otra. Vamos a probar que se mantuvo en todo este tiempo una lógica estigmatizante y discriminatoria.

— ¿A qué atribuye que la dirigencia política de Salta haya incorporado la educación religiosa obligatoria en las escuelas?

— Una razón posible es que se trata de una sociedad donde la Iglesia Católica es un factor de poder con fuerte capacidad de presión y que, como tal, condiciona al poder político. Pero son especulaciones. La dirigencia política argumenta, por ejemplo, que los salteños son predominantemente católicos y religiosos. Por lo tanto, según su postura, no estarían violando ningún derecho ya que se estaría ofreciendo algo que querrían las familias. No creo que sea así. Hay un conjunto de temas que surgieron en los últimos años y que la sociedad argentina tuvo una actitud muy tolerante, como el divorcio vincular durante el inicio de la etapa democrática, la Ley de Identidad de Género o la Ley de Matrimonio Igualitario. Hay un fallo de la Corte Suprema que establece que una persona discapacitada que fue violada puede ir a un hospital público o sanatorio a practicarse un aborto no punible. En todos los casos, la Iglesia Católica no estuvo de acuerdo y se opuso. Son cuestiones que en una escuela de enseñanza confesional se analizarían desde una perspectiva limitada. De hecho, hay presentaciones de Amigos del Tribunal que plantean cómo este tipo de escuelas generaron un direccionamiento contrario a la evolución que estaba adoptando la sociedad argentina.

— Se suele mencionar que los pueblos originarios no contarían con programas alternativos adecuados para las clases de religión. Quienes apoyan la ley salteña aseguran que sí existen estos planes.

— Dicen que hay programas en Orán y otros lugares de Salta, pero nosotros hicimos un relevamiento y entendemos que eso no ocurre. Aunque existieran, la provincia debería contar con un sistema de formación que instruya a los docentes con este tipo de enseñanza destinada a los pueblos originarios. Bueno, ¿pero quién la da? ¿Hay actualmente formación docente y profesores preparados? La respuesta es que no. Es falaz cuando se argumenta que se podrían dictar clases de otras religiones, cada escuela debería tener un docente de educación católica, un evangelista… Me gustaría escuchar a la ministra de Educación salteña en su exposición del 31 de agosto para que diga cuáles son los docentes preparados para alguien que profesa la religión anglicana o el credo judío. Los pueblos originarios tampoco son homogéneos, puede haber niños con familias de distintos pensamientos, con niños de padres ateos o agnósticos. De igual modo, en la ciudad de Salta debe haber personas con mayores o menores convicciones religiosas. Por eso decimos que es un asunto que tiene que ver con las convicciones de la propia persona y que, por lo tanto, no corresponde que esta educación esté incorporada a la currícula obligatoria.

— El país tiene un largo historial de discusión entre establecer un modelo educativo laico y otro de raíz católica. Desde la ley 1.420, la discusión quedó reflejada en muchas constituciones y normativas provinciales. Según el caso, algunas sostienen una educación basada en principios cientificistas, en otras, aparece la impronta confesional. ¿Cree que lo que se está poniendo en discusión es el modelo educativo?

— Evidentemente hay un debate propuesto, porque la causa está en la Corte Suprema y se llamaron a audiencias públicas. Para nosotros, el debate quedó zanjado con la reforma constitucional de 1994 y otros fallos del máximo tribunal. Es retroceder 150 años, se zanjó en 1884. Y ahora resulta que estamos volviendo a discutirlo.

— Desde el punto de vista del federalismo, ¿puede Salta escudarse en la autonomía provincial para establecer la educación religiosa?

— La Corte Suprema le está dando un alcance nacional al tema, podría no hacerlo. Cuando la Corte toma un tema es porque considera que hay que establecer un criterio general que no se puede resolver a nivel de las provincias. Nosotros no tenemos un sistema de educación desmembrado, hay una Ley Nacional de Educación que discuten los diputados y senadores. Sería contradictorio que el Congreso discuta una ley a nivel nacional y luego las provincias hagan cualquier cosa. Lo que queda en la órbita provincial son aspectos que no son centrales de la currícula. Planteo un extremo: una provincia no puede quitar matemática o geografía, pero sí puede agregar en historia, por ejemplo, información sobre caudillos o patriotas provinciales. Hay un margen en los planes de estudio, pero ello no puede conllevar a que no se respete una ley nacional. Los argentinos no tenemos 24 nacionalidades, tenemos una. Y las constituciones provinciales tienen que ser armónicas con la Constitución Nacional, para eso hubo una Asamblea Constituyente.

— El ex ministro de Educación y precandidato a senador por Cambiemos, Esteban Bullrich, planteó meses atrás que sería deseable que haya clases de religión de distintos credos en las escuelas públicas.

— Fue una desafortunada declaración, es un argumento que incompatible con nuestro sistema constitucional. La libertad de pensamiento no es sólo libertad religiosa. Por algo (el ahora ministro de Educación, Alejandro) Finocchiaro ahora está planteándolo de otro modo y dijo en un reportaje de esta semana que tenemos un sistema laico. Distintos son los casos de las escuelas de gestión privada, porque ahí vos sabes que es una escuela católica y, como padre, tomaste la decisión de pagar la cuota. En una escuela de gestión pública no. La educación religiosa tiene que darse, en todo caso, de modo extracurricular y al final del día, como si fuera algún deporte a elegir. Varios amigos del tribunal lo plantearon y es algo que se podría analizar.

— Desde la Iglesia sostienen que un modelo educativo laicista “discrimina” a quienes profesan una religión y que no es inclusiva con los credos. 

— Una educación inclusiva no puede ser predominantemente católica. Es razonable que la escuela enseñe sobre valores morales y éticos, nadie está poniendo en duda eso. Pero que esos valores tengan que pasar por el filtro de una educación de determinado credo no tiene ni pies ni cabeza. Y de ninguna manera la escuela laica es discriminatoria, una escuela de gestión pública la abrís para que entre todo niño de cualquier religión, y para ello, es necesario que la enseñanza confesional no sea obligatoria. De hecho, nosotros tenemos testimonios de padres católicos que no quieren que le enseñen catolicismo a sus hijos en la escuela, porque quieren manejar el tema según sus propias convicciones. No quieren que la escuela se los imponga. Esto se escuchará en la próxima audiencia del 31 de agosto.

— ¿Qué ocurre con la participación de las escuelas estatales en las festividades religiosas? ¿La Corte debería expedirse también sobre este punto?

— En Salta las escuelas suelen trasladarse hacia los lugares donde se llevan adelante esas conmemoraciones. Somos respetuosos de lo que defina la Corte. Entiendo que si declaran la inconstitucionalidad de la constitución salteña, esa decisión se derrama sobre los otros aspectos, el marco regulatorio, las disposiciones, hasta las fiestas religiosas. Sin embargo, los cambios normativos son procesos, no implica que las prácticas cambien en 24 horas. Lo importante es que la Corte ponga un mojón en la cuestión. En la Ciudad de Buenos Aires nosotros tenemos una constitución laica que separa claramente el Estado de la Iglesia, y me tocó conocer una escuela en la que habían sacado el crucifijo y puesto en su lugar a Sarmiento hace muy pocos días. Es decir, tampoco son transformaciones que se dan de un día para el otro y seguirá habiendo una importante cantidad de docentes que profesen la religión católica. Lo que sí queremos que ocurra desde el minuto cero es que la educación religiosa se saque de la currícula obligatoria y que no haya niños discriminados. Que se declare la inconstitucionalidad del marco regulatorio salteño conllevaría que el sistema educativo empiece a funcionar de otra forma. Y tendría impacto sobre otras provincias y en el resto del país, porque la Corte Suprema es la intérprete del vértice normativo de la Argentina.

— Quiere decir que alcanzaría a Tucumán y Catamarca, que también cuentan con sistemas educativos con instrucción confesional obligatoria.

— Claro, se estaría interpretando cómo debe funcionar el sistema educativo en el país. Son importantes cuáles sean los considerandos y la parte resolutiva del fallo de la Corte. Obviamente, no nos podemos adelantar que es lo que va a pasar. Pero evidentemente aspiramos a que se declare la inconstitucionalidad.

— Entonces, ¿qué es lo que está en juego en esta causa?

— Está en juego que Argentina no renuncie a un principio constitucional básico como la libertad de pensamiento. Que cada ciudadano pueda, desde niño, programar de su plan de vida sin injerencia del Estado. El único modo es sostener fuertemente la independencia entre el Estado y la Iglesia. Esto permitiría que un chico agnóstico o ateo se sientan muy cómodos en una escuela pública junto a un niño católico, con un niño judío, o anglicano. Que puedan estar mezclados es lo que permite la integración.

Fuente: https://laicismo.org/2017/argentina-debatir-la-educacion-religiosa-obligatoria-es-retroceder-150-anos/166302

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Entrevista a Isabel Sánchez: “ No puede haber innovación sin creatividad, sin atrevernos a hacerlo de otra manera ”

21 agosto 2017/Fuente: Educaweb

¿Cómo y cuándo se inicia una estrategia de marketing en un centro educativo?

La realidad de los centros educativos es diversa y la necesidad de plantearse una estrategia de marketing para la captación de alumnos responde a diversos motivos.

El centro puede observar un descenso en la demanda en el momento de la preinscripción, o bien puede experimentar una movilidad del alumnado durante y al final de curso. Estos son indicadores que los centros analizan para identificar las causas y desarrollar estrategias de captación y de fidelización de las familias.

Es en este sentido cuando se hace imprescindible una buena estrategia de marketing en un centro educativo, dirigido a compensar, modificar, las causas que pueden provocar la falta de confianza de las familias en el centro educativo.

¿Qué importancia tiene la comunicación externa e interna para el centro educativo?

La comunicación es un elemento esencial en toda organización, y de manera significativa en los centros educativos.

A nivel interno como elemento facilitador tanto del trabajo de las personas que desempeñan sus funciones, docentes y no docentes, como para la creación de un clima adecuado que favorezca el aprendizaje de los alumnos en todos y cada uno de los momentos, espacios y situaciones en el centro.

A nivel externo, la comunicación ha de posibilitar que este clima se proyecte más allá de las paredes del centro y, al mismo tiempo, el centro pueda enriquecerse de la interacción que se establezca a partir de esta comunicación.

¿Cuáles son las estrategias de comunicación más innovadoras?

La realidad social a la que, sin duda, pertenecen todos los centros educativos, impone tener en consideración todos los avances de la propia sociedad, tanto para su incorporación en los procesos de aprendizaje como en todos los procesos de la vida del centro educativo, y la comunicación es uno de los procesos clave.

Por tanto, la incorporación de las nuevas tecnologías parece evidente. Pero no podemos olvidar estrategias de comunicación que permitan el trato directo y personalizado, una comunicación con implicaciones de desarrollo de la inteligencia emocional de las personas, que permita el acercamiento, el cuidado, el acompañamiento, la orientación.

La innovación no está únicamente en la tecnología, la innovación muchas veces está en aquellas cosas sencillas que nos permiten conseguir el objetivo perseguido, haciendo otras cosas. Por tanto, creo profundamente que no puede haber innovación sin creatividad, sin atrevernos a hacerlo de otra manera.

¿Cuáles son los aspectos clave que debe comunicar un centro? ¿Resulta positivo basar la estrategia en la diferenciación respecto a otros centros?

La finalidad de todo centro educativo es la de proporcionar a todos sus alumnos los aprendizajes que les lleven al éxito educativo y, consecuentemente a poder desarrollar un proyecto de vida autónomo e integrado en la sociedad. Como digo, esto es común a todos los centros educativos, sea cual sea la etapa educativa. Al final todos contribuyen a la mejora de la sociedad futura a través de la formación de los alumnos.

Sin obviar esto, por tanto es una de los aspectos a considerar en la estrategia de comunicación de un centro, es muy importante que se identifique la singularidad, el valor añadido, las expectativas de futuro para los alumnos.

Esto viene definido a través de cómo lo hacemos, porqué lo hacemos así, éste es el valor a transmitir, el convencimiento en el Proyecto Educativo del Centro para dar respuesta a las necesidades y expectativas de nuestros alumnos y de sus familias.

¿Qué características debe tener un plan de comunicación eficaz para favorecer la captación?

Pensar a quien va dirigido el mensaje que queremos transmitir para garantizar la comunicación, adecuando los canales, el lenguaje, los tiempos, …

Es imprescindible que nos aseguremos que el mensaje llega al destinatario, no podemos conformarnos en la emisión de informaciones. La comunicación es mucho más, no hay comunicación si no hay interacción, por tanto es clave en el diseño de la estrategia de comunicación del centro definir cómo se garantiza y nos aseguramos que se da una auténtica comunicación.

¿Qué importancia tiene el Proyecto Educativo de Centro y su comunicación en la fidelización en el contexto escolar? 

Antes apuntaba que el propio Proyecto Educativo del Centro es el valor añadido para la atención adecuada a todos los alumnos del centro y su éxito educativo. Por tanto es esencial que sea conocido y compartido por todas las personas que pertenecen al centro y por todas aquellas que pueden llegar a pertenecer.

Este conocimiento a través de una buena política de comunicación permite desarrollar en las familias, en los alumnos, en el profesorado, en todas las personas implicadas en el centro educativo, un sentimiento de pertinencia que ha de propiciar la implicación de todos en el desarrollo del Proyecto Educativo, contribuyendo todos al pretendido éxito escolar de todos los alumnos.

Toda persona que se siente parte importante en una organización y que siente reconocida la necesidad de su implicación, establece vínculos que no solo fidelizan sino que también contribuye a la difusión del Proyecto de Centro, convirtiéndose así en agente principal de la estrategia de comunicación.

¿Qué estrategias de marketing educativo se llevan a cabo en los centros educativos públicos? ¿Son diferentes respecto a los centros concertados y privados?

Hoy en día, no hay diferencias significativas entre centros públicos y centros concertados. Seguramente los centros públicos han sido conscientes de la necesidad más lentamente y se han ido incorporando más recientemente dada la realidad que comentaba anteriormente, pero es difícil encontrar centros educativos que no dispongan de elementos y estratégias de comunicación como son las páginas web (seguramente mejorables), el correo electrónico para la comunicación con las familias, la organización de jornadas de puertas abiertas (con todas las modalidades posibles), charlas en centros proveedores (guarderías y escuelas de primaria),  la creación de videos, folletos informativos, ….

Esta similitud de estrategias, permite a las familias poder seleccionar en base a criterios propios pero, por otro lado, homogeniza a los centros, que tendrán que trabajar eficazmente la comunicación del valor añadido de su Proyecto de Centro para conseguir la captación y fidelización pretendida.

¿Cómo están gestionando los equipos educativos el giro estratégico hacia el marketing educativo?

Antes apuntaba que hoy en día, es difícil que un centro educativo no se plantee estrategias de marketing, sobre todo en las campañas de preinscripción. Es evidente la necesidad de una buena política de comunicación para que los posibles usuarios conozcan el centro.

Personalmente, considero que el gran reto está en que esta estrategia de marketing y comunicación no quede relegada a momentos puntuales sino que debe estar integrada en los procesos clave del centro. El día a día y la satisfacción de los usuarios es la mejor campaña de publicidad que un centro educativo puede tener.

Muchos centros educativos, públicos y concertados, así lo han entendido y ha incorporado la gestión de la comunicación como un ámbito a desarrollar en la propia planificación de la vida del centro.

 Fuente noticia: http://www.educaweb.com/noticia/2015/03/11/entrevista-isabel-sanchez-marketing-educativo-8740/

Fuente imagen: http://www.lr21.com.uy/wp-content/uploads/2015/04/creatividad-e-innovacion.png

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Entrevista a Richard Culatta: “Necesitamos maestros para darle sentido a los contenidos digitales”

Colombia/21 de Agosto de 2017/Semana

Entrevista a Richard Culatta

 Richard Culatta, especialista en el uso de la tecnología en la educación, habló con Semana Educación sobre las ventajas pedagógicas de las herramientas digitales, cómo debemos usarlas y cómo cambiarán el paradigma de la enseñanza.

La innovación de la educación en el siglo XXI está ligada con el correcto uso de la tecnología. Hoy más que nunca, se hace importante pensar en cuál es el uso apropiado que se le debe dar en las aulas a las nuevas herramientas digitales para que solucione los principales retos de la educación.

Por esta razón, en la Cumbre Líderes por la Educación 2017, el evento más importante del sector educativo, se abordará a profundidad el papel de la educación en la era digital. En el contexto de este evento, varios expertos en esta materia compartirán su conocimiento el 20 y 21 de septiembre en el Cubo de Colsubsidio en Bogotá.

Entre ellos estará Richard Culatta, CEO de Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE, por sus siglas en inglés), una organización internacional que ayuda a los profesores a reconocer y a mejorar el uso de la tecnología en sus clases. De hecho, Culatta destaca la importancia de la tecnología para crear un modelo educativo que entienda a los estudiantes, los convierta en sujetos activos y les enseñe el gusto por el aprendizaje.

Sin embargo, no basta con usar la tecnología. Como apunta el experto, “la tecnología es un catalizador”, tanto de buenas prácticas, como de las malas. Y depende de los profesores, directivos y administradores enfocar esta herramienta en la dirección de una buena enseñanza.

Semana Educación: ¿Cuáles son los retos de la educación de hoy?

Richard Culatta: Me parece que en general tenemos dos grandes retos: cerrar las brechas educativas y personalizar más la educación. En todo el mundo las oportunidades educativas siguen siendo muy desiguales. Por esa razón, algunos estudiantes tienen grandes oportunidades de tener éxito en la vida, mientras otros no. Por mucho tiempo estas brechas significativas en términos de las oportunidades que les proveemos a los jóvenes se han mantenido, incluso aquí en Estados Unidos.

La otra parte es que no hacemos un buen trabajo personalizando la educación de acuerdo a las necesidades de cada estudiante. Generalmente, les damos a cada uno las mismas actividades, las mismas tareas, pero sabemos que ellos no son iguales, tienen diferentes fortalezas y debilidades, diferentes pasiones, diferentes retos. Y creo que tenemos que hacer un mejor trabajo como sistema educativo de adaptar y ajustar el aprendizaje a las necesidades de cada individuo.

S.E.: Y, ¿qué puede hacer la tecnología para ayudar a solucionarlos?

R.C.: En cuanto a cerrar la brecha, se debe proveer más acceso equitativo. Si estás en una escuela o en un pueblo donde no tienes un experto para cada materia, la tecnología te permite conectarte con expertos de todo el mundo. Por ejemplo, no todos los colegios tendrán un profesor con una experiencia avanzada en física o en computación, y eso es algo normal. Pero con la tecnología no hace falta, pues los estudiantes se pueden conectar a otros lugares del mundo donde van a encontrar esa experiencia. Además, es más fácil acceder a recursos de alta calidad. Desafortunadamente, muchos colegios en el pasado usaban libros de texto viejos. Los colegios con más plata podían comprar recursos más actualizados y los que no, se quedaban con materiales desactualizados. La tecnología está nivelando el terreno para que los jóvenes, sin importar en qué escuela estén, tengan recursos de calidad.

En términos de personalizar la educación, lo que podemos hacer es ayudar a los estudiantes y profesores a encontrar en qué aspectos deben concentrar su tiempo. Una de las razones por las que no personalizamos la educación es que antes hay que saber en dónde tiene dificultades el estudiante, cuales son sus intereses, cuáles son sus fortalezas y debilidades. Y ese es un proceso muy laborioso. No es fácil saber cómo está cada uno de los 30 estudiantes, o más, que hay en cada clase. Pero la tecnología puede proveer una foto en tiempo real de cuáles son los puntos débiles y fuertes de los estudiantes y, basado en eso, agregar recursos y actividades para ayudarlos a fortalecer las áreas en las que flaquean y a avanzar más rápido en las que son mejores.

S.E.: Si sabemos que ese uso de la tecnología funciona, ¿por qué no lo hacemos más?

R.C.: Esa es la gran pregunta. De hecho, es la pregunta a la que más tiempo deberíamos dedicarle. Creo que uno de las razones es que se puede hablar de estos beneficios todo lo que se quiera, pero hasta que no ves cómo funciona es muy difícil que los educadores cambien sus prácticas. Uno de los retos es que necesitamos ejemplos. Yo los llamo ‘escuelas faro‘. Cuando trabajé con la administración del presidente Obama creamos estas estas escuelas y encontramos que luego otros profesores y administradores podían venir a mirarlo y decir ‘oh, ahora entiendo cómo es‘. Eso hace que sea mucho más fácil para ellos, adoptar esas prácticas.

Pero estas escuelas faro necesitan un montón de apoyo, no basta con decir «háganlo». Usualmente necesitan inversión adicional, expertos y un montón de apoyo, porque crear el modelo es muy difícil. Pero si puedes hacer eso en algunos colegios, luego es mucho más fácil implementarlo en otros lados.

S.E.: ¿Es posible que los educadores tengan miedo de implementar estas  herramientas tecnológicas y cambiar el sistema tradicional?

R.C.: Seguro. El cambio siempre da miedo. Lo interesante es que yo veo maestros que todo el tiempo me dicen: «esta tecnología es difícil de usar, es incómoda, yo no soy bueno con la tecnología». Pero luego cogen su celular, actualizan Facebook, se escriben por Whatsapp, etc. Ahí yo digo: “¡Espera! los docentes sí saben usar la tecnología, pero no están cómodos cuando les toca usarla en clases”. Creo que muchas veces nos preocupamos pensando que los profesores no son muy buenos con estas herramientas tecnológicas y lo que pasa es que no han tenido la instrucción necesaria para aprender a usarla. Ahí hay un rol muy importante para las escuelas de educación, los gobiernos, las organizaciones como ISTE. De hecho, ese es nuestro objetivo, ayudar a que los maestros sepan cómo usar la tecnología en las aulas.

 

S.E.: Usted habla de que debemos reemplazar el concepto de estudiantes por creadores. ¿Cómo es eso?

R.C.: Tradicionalmente vemos a los estudiantes como esponjas que succionan la información que les da el profesor. Cuando empezamos a usar la tecnología, algunas personas lo hacen con el mismo modelo, aunque ahora es la tecnología la que provee la información. Esa es la manera menos interesante de usar estas herramientas. Lo mejor es usarlas para que los estudiantes solucionen problemas juntos, colaboren, creen, diseñen. Básicamente, eso es lo que quiero decir con esta idea de reemplazar el concepto de estudiantes por creadores. Yo no quiero un niño sentado ahí memorizando. Si eso es todo lo que hacemos con la tecnología, es mejor quedarse con el papel. Ahora con un computador tienes las herramientas para crear tus soluciones y cooperar con gente de todo el mundo, y eso es mucho más interesante. Cuando veo escuelas que hacen eso es realmente genial.

S.E.: ¿Y qué cosas puede crear un estudiante con la tecnología?

R.C.: Por ejemplo, en una escuela que visité recientemente vi que algunos estudiantes en una clase de Biología, pero al aire libre. Tenían un dispositivo electrónico con el que estaban sacando muestras de plantas cerca a su escuela. Trabajaban con un profesor de una universidad para desarrollar mapas genéticos de las plantas. Luego, esas investigaciones iban a aparecer en un artículo en una revista científica en cooperación con investigadores de la universidad. Son solo niños de colegio, y ya están haciendo una investigación científica en cooperación con una universidad. ¡Eso es genial! Una forma de hacer la clase hubiera sido sentarse y escuchar toda la lección sobre plantas y la genética, pero ellos decidieron hacer investigación en asociación con la universidad. Y eso fue posible por la tecnología.

S.E.: ¿Estamos usando mal la tecnología en las escuelas?

R.C.: La tecnología es un catalizador. Si la aplicas con métodos de enseñanza poco efectivos, lo que haces es reproducirlos. Tendrás más pedagogías malas que buenas. Ahora, si se aplica a pedagogías efectivas, ayudará a mejorarlas. ¿Hay casos en los que la tecnología está mal usada? Absolutamente. Y también hay casos en los que se usan muy bien. Así que creo que es nuestra responsabilidad pensar qué estamos catalizando con la tecnología. Si es solo leer algo en una pantalla y responder unas preguntas de selección múltiple, la tecnología ayudará a multiplicar esa técnica, aunque no es un uso muy efectivo. Si en cambio, les provee una herramienta a los estudiantes para que solucionen un problema en su comunidad, la tecnología potencia los alcances de la educación.

S.E.: Existe esta teoría que expresa que en el futuro cada niño tendrá un tutor digital personalizado, que lo conocerá tan bien, que reemplazará a los profesores. ¿Qué opina de esto?

R.C.: Yo creo que la tecnología va a reemplazar a los maestros que no sepan cómo usarla. En otras palabras, siempre habrá un papel para maestros que entiendan cómo usar la tecnología efectivamente, porque el verdadero valor agregado de la mente de los maestros es ayudar a crear sentido, hacerles preguntas difíciles a los estudiantes, retarlos, empujarlos y ponerlos a pensar en maneras diferentes. Nunca habrá un momento en el que eso no sea necesario.

Ahora, si todo lo que hace el profesor es presentar un contenido, entonces sí, llegará el tiempo en que la tecnología lo haga mejor. Google ya lo está haciendo. Puedo entrar a Youtube y conseguir una mejor información que con un profesor. Sin embargo, para lo que siempre necesitaremos a los profesores es para darle sentido de esa información.

S.E.: Su papel va a tener que cambiar…

R.C.: Sin duda. Ahora dejan de ser la única fuente de información y tienen que volverse más una guía que acompañe a los estudiantes en su experiencia educativa. Muchos maestros en todo el mundo ya lo hicieron. Pero, de vez en cuando, entras a una salón de clase y solo ves a los niños sentados en fila copiando lo que dicta el profesor. Esas clases no son tan chéveres.

S.E.: ¿Cómo imagina el futuro de la educación?

R.C.: Hay muchas cosas que me gustaría ver. Pienso que una de ellas es tener herramientas diseñadas para que los estudiantes sepan en tiempo real en dónde tienen problemas y en dónde les está yendo bien. Eso ya lo estamos haciendo, pero me gustaría verlo más. Muchas veces la retroalimentación que les damos a los alumnos es muy tarde para ser útil. Hoy les damos un exámen, algunos reprueban y luego seguimos adelante con otro tema. Pero, ¿qué sucedería si pudiéramos darles una retroalimentación inmediata, de tal forma que puedan ajustar las cosas con las que tienen dificultades antes de fallar en un exámen?

Otra cosa que quisiera ver es una nueva forma de entrenar a los profesores. Enseñar puede ser una experiencia muy solitaria. Hoy, por lo general, cada tanto hay un taller en la escuela y los profesores se reúnen y escuchan a alguien hablar de pedagogía y ya, el maestro vuelve a su clase y sigue enseñando. Creo que tenemos que cambiar eso. Una de las cosas que ISTE está haciendo es algo que llamamos Redes Profesionales de Aprendizaje, que son conversaciones en línea con profesores de todo el mundo para compartir su experiencia, hacer preguntas, conseguir consejos. Pienso que es una manera mucho más efectiva para que los maestros se formen. Y no en un evento al que van una vez al año, si no que sea algo que hagan en su día a día.

Richard Culatta será uno de los líderes presentes en la Cumbre Líderes por la Educación 2017. Para más información siga el siguiente enlace.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/cumbre-lideres-por-la-educacion-2017-la-tecnologia-en-la-educacion/536564

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Entrevista: Así viven su religión las jóvenes musulmanas valencianas

Así viven su religión las jóvenes musulmanas valencianas

Una socióloga de la Universidad de Alicante entrevista a 20 alumnas de origen marroquí, que resumen su visión del islam

Cuando el islam forma parte de las preocupaciones actuales en Europa, una investigación de la Universidad de Alicante (UA) analiza el significado que tiene ser musulmanas para las hijas de la inmigración marroquí en España, abordando la cuestión religiosa desde la perspectiva y la mirada de las jóvenes estudiantes.

El trabajo lo ha desarrollado la investigadora María Jiménez Delgado, profesora del departamento de Sociología y directora del Observatorio Sociológico de la Educación de la UA a partir de entrevistas en profundidad a 20 estudiantes de origen marroquí: diez de educación secundaria y bachillerato del norte de Alicante, y otras diez estudiantes de esa universidad.

Los resultados de las entrevistas, que se publican en la revista Feminismo/s, recogida por la agencia SINC, revelan que las entrevistadas hacen una «resignificación» crítica y personal del islam, resumida en una expresión que repiten muchas de ellas: «Soy musulmana a mi manera».
«Esta percepción de su propia religiosidad está condicionada por el género y conecta con una visión transnacional del hecho religioso que deja de vivirse como un fenómeno preferentemente cultural e identitario», dice la autora, que añade: «Se convierte así en una vivencia íntima y espiritual, en consonancia con la noción de Dios personal de la postmodernidad, definido por el sociólogo alemán Ulrich Beck como la individualización de la religión».

Estas jóvenes forman parte de lo que la profesora define como «generación puente», «mujeres que mayoritariamente han nacido en Marruecos o Argelia pero que han crecido y se han formado en la sociedad española, que siguen estudios postobligatorios y que están empeñadas en elegir su propia vida y en crear puentes en vez de construir muros».

Según el estudio, para la mayoría de las entrevistadas la religión es una parte más de sus vidas al tiempo que no rechazan la cultura de origen, en la mayoría de los casos, sino que reinterpretan y reconstruyen la herencia familiar.

Antes que marroquíes o españolas
«Soy musulmana porque he nacido en una familia musulmana, si hubiera nacido en una familia cristiana, sería cristiana» y «yo soy musulmana pero acepto también lo que dicen las otras culturas y me gustaría saber cómo son; me gusta transmitir lo que sé y que la gente me transmita lo que yo no sé», afirman dos de las entrevistadas.

Algunas de ellas se sienten musulmanas antes que magrebíes, marroquíes y/o españolas. La importancia de la adscripción religiosa está relacionada con los procesos de socialización familiar, con la edad que tenían cuando llegaron a España, con la mayor o menor trayectoria en el sistema educativo español y con la percepción del barrio en el que viven, principalmente.

Las jóvenes musulmanas no reclaman clases de su religión o mezquitas en su barrio, pero sí un mayor conocimiento del islam y el contexto de sus familias. «Las jóvenes que se incorporaron tardíamente al sistema educativo y que tienen la percepción de vivir en barrios con graves procesos de segregación tienden a resaltar su pertenencia religiosa por encima de otras como la nacionalidad», recoge Delgado.
En líneas generales parecen tener una visión más tolerante y cosmopolita cuando reclaman y proponen una formación plural en la que todas las religiones tengan cabida desde una perspectiva histórica y sociológica, sin adoctrinamiento.

«En las escuelas yo creo que tienen… tienen que hablar de todas las religiones, porque hay que saber un poco de todo. Por ejemplo, aquí en España, los españoles no saben nada de mi cultura de origen. Yo sí que sé algo de la cultura de aquí y de la religión», apunta la estudiante de tercer curso de Traducción e Interpretación.

Fuente: http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2017/08/20/viven-religion-jovenes-musulmanas-valencianas/1606359.html

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Entrevista a Arnulfo “Fufo” Gómez, maestro de generaciones (Honduras)

20 Agosto 2017/Fuente: latribuna/Autor:Eris Gallegos

En el mes de la familia, el maestro de generaciones don Arnulfo “Fufo” Gómez comparte su testimonio como pedagogo, exdeportista, salesiano y renovador carismático. Con más de 40 años de carrera como profesor de Matemáticas del Instituto Central, Normal de Señoritas y el Instituto San Miguel, las anécdotas son incontables. A esto se suma la pléyade de alumnos -ahora ricos, famosos, sacerdotes y políticos- que pasaron por su cátedra, entre ellos, el expresidente Zelaya, el alcalde sampedrano Armando Calidonio, Miguel Pastor, Enrique Flores Lanza, los periodistas Edgardo Melgar y René Zepeda; la rectora Julieta Castellanos, Ramón “Primitivo” Maradiaga, los hermanos Atala Kaffie y Freddy Nasser. Sin duda, la entrevista está garantizada.

¿Por qué se aplaza tanto alumno en matemáticas?
Porque no sirve el maestro. Así de fácil.

¿No es el alumno?
No. Es que el maestro tiene que hacer que al alumno le agraden las matemáticas.

¿Afecta que desde pequeño nos meten miedo por las matemáticas?
Sí, pero las matemáticas son facilitas, “chichonas” (fáciles).

¿Cuál es la clave para aprender matemáticas?
El autoestima, si no hay autoestima no hay éxito en la vida.

¿Cómo enseñaba usted matemáticas?
Explicaba los temas de lo más fácil a lo más difícil. Un problema sencillo, motivaba al alumno, les decía que eran inteligentes, pero poco a poco, con paciencia, al final, el alumno sentía que podía porque el autoestima es muy importante en la educación, pero con maestros que les dicen que son la riata y que vayan a vender mangos, no hay posibilidades.

¿Qué piensa de los maestros “tronadores” (rigurosos)?
Que son malos. Hay un montón así, piensan que entre más alumnos aplazan son mejores, pero eso no es ser maestro.

¿Hay quienes dicen para qué enredar al niño con álgebra si basta con las operaciones básicas?
Entonces no aprendamos nada. Las matemáticas es un concepto más que números, es un pensamiento distinto, determinante en la educación.

¿Hay diferencias entre los egresados de la otrora Escuela Superior del Profesorado con los de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN)?
Hay una superioridad enorme por el tipo de maestro que tuvimos.

¿Quiénes fueron sus maestros?
Los grandes maestros de América del Sur. Como la Escuela Superior estaba asociada a la UNESCO entonces todos los maestros de América del Sur y de España venían a trabajar un año y nos formaron.

¿Qué personajes fueron compañeros de estudios?
Muchos conocidos, algunos ya murieron, como Ibrahin Pineda y Guillermo Casco Callejas. Eran los años 60. En la Escuela Morazán fui compañero del doctor Plutarco Castellanos y de Nahúm Valladares, solo que estaba en un grado superior.

¿Cómo era la Tegucigalpa en los años 50?
Una belleza, yo nací en el barrio La Plazuela, conocido como Los Horcones. Todas las casas eran de horcones, por eso se llamaba así, la gente era muy intelectual, muy diferente.

¿El famoso arbolito de La Plazuela nació ahí o lo sembraron?
Lo sembraron muchos años después.

¿Algunas costumbres  de ese tiempo?
Eran barrios seguros, todos nos conocíamos, era una belleza, la gente era buena, las familias compartían las sopas. Todo eso se perdió con el crecimiento de la ciudad y la migración.

¿Cómo era la enseñanza escolar?
Memorística y escolástica, muy rígida con disciplina, como debe ser. Yo soy del concepto que sin disciplina no hay educación, no hay nada.

¿Hasta qué nivel de disciplina se llegaba?
Al punto que los padres nos llevaban el primer día de clases y nos entregaban al maestro con la advertencia “si se porta mal, ya sabe qué hacer”.

Nada que ver con ahora…
Uyy, hombre, por eso es que la sociedad era diferente, casi todos hombres de bien, hablo en general. No se miraban ladrones.

¿Los juegos de ese tiempo?
Mables, papelotes, esconde el anillo, landa, rayuela, todo eso despareció.

-¿Qué ha fallado?
Soy del criterio que los derechos humanos han venido a arruinarlo todo porque lo primero que debieron inventar son los deberes humanos. No existen los deberes y es lo primero que se debe enseñar al niño, que hay derechos cuando se cumplen los deberes. Yo me porto bien, debo reclamar mis derechos, de lo contrario no puedo reclamar.

¿En qué año se perdieron esos esquemas culturales?
Más o menos en los años ochenta.

¿Los maestros dejaron de ser ejemplo?
Sí, es que ya no hay vocación, eso se perdió, antes uno estudiaba magisterio por vocación, sentía el deseo de enseñar y formar.

¿Quién lo induce al magisterio?
Mire, yo estudié magisterio por mi padrino, un gran maestro, Rafael Bardales Bueso, fue ministro de Educación y fundador de una escuela formadora de maestros en Venezuela.

¿Era una carrera bien pagada?
Muy mal pagada, era un apostolado prácticamente, uno ganaba 60 lempiras al mes, tres lempiras la hora.

¿Ejerció en primaria?
Un año, fui maestro guía en la Escuela República de Uruguay pero después me matriculé en la Escuela Superior. Antes de eso, había estudiado ingeniería tres años pero por problemas económicos no seguí. Pero eso me ayudó en matemáticas.

¿Será que los tiempos han cambiado, como dicen?
No, el año quizá, pero los intereses son los mismos.

¿Cuál es la falencia del sistema?
Es que ya no hay vocación en el magisterio, lo que hay son intereses económicos, el maestro de antes se sacrificaba, amaba su profesión, quería como hijos a sus alumnos.

¿Usted era un maestro “chichón”?
No era “chichón”, pero tampoco duro. Me quedaba con mis alumnos en el recreo y ahí los guiaba.

Y los alumnos de ahora ¿cómo son?
Son el reflejo del maestro, “pijineros”, que no les importa nada, claro, tiene que ver mucho el ambiente y el Ministerio de Educación, muy bien gracias.

¿Y los padres de familia?
¡Uy!, ni digamos. Se acomodaron a la voluntad de los hijos, le dejan la carga al maestro, que el maestro le componga a su hijo.

¿Cómo fueron sus primeros pasos en la docencia?
Debuté en el Instituto San Miguel, en la Normal de Señoritas y en el Instituto Central. Ganaba 180 lempiras, 60 lempiras en cada colegio. Ese mismo año aumentaron los cursos y pasé a ganar 350 lempiras que era un platal en aquellos tiempos.

¿Anécdotas?
Miles en más de 40 años. Tuve alumnos brillantes, ricos, famosos y haraganes. Tuve el privilegio de darles tutorías a los hijos del abogado Ricardo Zúñiga y el general Oswaldo López Arellano. Y fui compañero de trabajo del cardenal Rodríguez cuando daba clases en el San Miguel.

¿Era cuña el abogado Zúñiga por esas tutorías?
Me pagaba bien. Excelente. Al general López Arellano no lo traté.

¿Qué recuerdos tiene del San Miguel?
Fue mi hogar. Tengo muchas anécdotas especialmente por la expresión que muchos me recuerdan: “Siga en juventud, joven”.

¿Qué les quería decir con eso?
Es que celebraban una semana en septiembre y los alumnos descuidaban las clases por andar “pinteando” con las muchachas del Sagrado Corazón y María Auxiliadora. Entonces, los muchachos cuando salían “quebrados” en los exámenes yo les decía: “Siga en juventud, mi amigo”. Todos los muchachos recuerdan ahora esa frase.

¿Quiénes fueron sus alumnos?
Cientos, pero recuerdo a muchos notables, que la prensa ha destacado poco; un hondureño, Danti Mossi, fue ministro de Aguas de Paraguay; el mejor alumno latinoamericano que ha pasado por la Universidad de Austin, Texas, José Faraj, los dos exalumnos míos.

¿Otros famosos?
El embajador en el Vaticano, Carlos Ávila; el exministro de Educación; el decano de Medicina, Marco Tulio Medina. Otros famosos como la rectora Julieta Castellanos en la Normal de Señoritas y “Primitivo” Maradiaga. Un sacerdote del San Miguel, le puso “primi” por feo como yo.

¿Periodistas?
José María Leiva, Edgardo Melgar, René Zepeda, Geovvany Gómez.

¿Y los “riquillos” de la capital?
Le di clase a los Atala, desde el mayor hasta el menor. Y los hijos de Simón Kafie. También a Freddy Nasser.

¿Y los Atala eran buenos o les regalaba la nota por ser Motagua?
Jamás, soy Olimpia de corazón hasta que me muera. Eran buenos alumnos, el menor salió un poco haragán.

¿Les dio clases a sacerdotes?
A varios, como Juan Ángel López, Tony Salinas, y los hermanos Alvarado. Y el gran sacerdote Ovidio Rodríguez, era extraordinario.

¿El mejor alumno que recuerde?
José Farach, excelente, nunca sacó menos de 100. Y Dante Mossi. Tuve muchos más excelentes. La rectora Julieta Castellanos, por ejemplo, en la normal.

¿El más relajero y haragán?
Sin ofender a nadie, como de todo hay en la viña del Señor, que le valía todo, “Mel” Zelaya y su hermano, Carlón. Venían a jugar y a hacer desastre.

¿Se graduó el expresidente aquí?
En el San Miguel, no. Lo expulsaron en segundo curso porque se quiso subir al segundo piso con una moto. No sé si el padre “Chilo” o el padre Aldo lo expulsó. A saber en qué colegio nocturno se graduó.

¿Y lo tuvo en la clase?
Como le digo, para bien o para mal, fue mi alumno. Le valía todo.

¿Cómo mira el país en la actualidad?
Veo que va para arriba, el presidente que tenemos va muy bien, no es porque sea nacionalista, no me meto en política, pero lo veo bien.

¿Le gusta la política?
No tanto. Los hombres más pensantes de este país, no son políticos, examine a los mejores hombres de este país no se meten en política, tal vez hayan excepciones, tengan su partido político, pero no hacen carrera política. Todos estos alumnos que le he mencionado no se meten en política porque vienen de una escuela distinta, la única excepción fue “Mel” Zelaya.

¿Cómo salesiano qué reflexiones puede compartir en este mes de la familia?
El fututo de este país está en la familia, una buena familia con cimientos reales espirituales no será destruida ni la va carcomer la cizaña.

¿Podemos recuperar la gobernabilidad frente a fenómenos como el crimen, las maras, la violencia?
Claro que sí, pero con la unidad de todos los sectores, la Iglesia, la sociedad civil, los siguientes, las escuelas, la empresa privada, todos en haz de voluntades vamos a salir adelante porque tenemos un gran país.

¿A quién responsabiliza de las maras?
Familia y escuela. Las autoridades fueron muy flojas. Si hubieran socado desde el principio la historia fuera diferente.

¿Y los derechos humanos?
Eso no ayuda, más bien afecta. Mire el problema de la universidad, le parece correcto paralizar las clases y agarrar a pedradas los edificios y a los policías. Más bien han sido bien tolerantes las autoridades.

¿Quién está detrás de la huelga en la UNAH?
Los políticos usan a estos alumnos. No necesito ser sabio para entender que hay mano política detrás de todos estos estudiantes.

¿En sus tiempos había huelgas?
Que yo me recuerde, no. Hubo una para que nos aumentaran un lempira de clase, pero solo fue una marcha de El Obelisco al parque Central. Eso fue todo porque después nos llamaron y nos aumentaron.

¿Qué piensa de los políticos?
Estos políticos de ahora no son políticos, son asaltadores del poder. Viví los gobiernos de Juan Manuel Gálvez y Ramón Villeda Morales, esos fueron dos buenos presidentes, no importa el color, se miraban que amaba a este país.

¿Qué le falta al político de ahora?
Le falta compromiso, hay buenos políticos, le vuelvo a repetir, el Presidente Juan Orlando Hernández a mi juicio es muy bueno, ha afrontado los principales problemas, se ven esa intención.

¿Debe reelegirse?
Esa decisión es del pueblo hondureño pero a mi juicio debe seguir.

¿Y la Alianza Opositora?
Ni quiera Dios, para mí, Salvador Nasralla es un desastre, tiene odio en su corazón.

¿Fue alumno suyo?
No, afortunadamente, estudió en el San Francisco.

¿Y Luis Zelaya?
Tampoco, pero lo veo un tipo bueno, todavía no está maleado.

¿Qué otra faceta desarrolló en su vida?
Fui seleccionado nacional de béisbol, fuimos a Cuba a un partido. Era tercera base, tenía compañeros como Zacarías Arzú, Virgilio Navarro, “Chito” Reyna, grandes jugadores.

¿Usted promovió la llamada Renovación Carismática?
Sí, fue allá en 1973 cuando el movimiento era nuevo aquí en Honduras. Se trata de darle lugar al Espíritu Santo como la tercera persona de la divinidad.

Fuente de la entrevista: http://www.latribuna.hn/2017/08/19/arnulfo-fufo-gomez-maestro-generaciones/

Fuente de la imagen: http://cdn.latribuna.hn/wp-content/uploads/2017/08/arnulfo-gomez.jpg

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