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Entrevista: [Vídeo] Queremos unas universidades libres de acoso sexual

España/17 de Abril de 2017/La Haine

Entrevista con Mar Joanpere, de la Red solidaria de víctimas de violencia de género en las universidades.

Mar Joanpere es profesora asociada de Sociología en la Universidad de Barcelona, así como estudiante del Doctorado de Sociología por la misma UB. Pertenece a la Red solidaria de víctimas de violencia de género en las universidades.

En la entrevista, Mar nos ayuda a analizar los problemas de acoso existentes en nuestras universidades, romper ese silencio y las estructuras de poder enquistadas en los claustros desde hace años.

Sorprende, o no, la poca trascendencia que han tenido (y tienen) en los medios de comunicación los problemas de acosos sexuales en las universidades. Lugares con unas estructuras de poder muy marcadas e influencias de alto rango. En donde el futuro de muchas jóvenes pasa por las manos de oscuros personajes.

Texto completo en: http://www.lahaine.org/video-queremos-unas-universidades-libres

 

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Entrevista a la historiadora Dolores Marín: Muchas mujeres anarquistas, feministas y revolucionarias permanecen invisibilizadas

Entrevista a la historiadora Dolors Marín, participante en la XVII Mostra del Llibre Anarquista de València
“Muchas mujeres anarquistas, feministas y revolucionarias permanecen invisibilizadas”

 

Enric Llopis

Lucía Sánchez Saornil, Teresa Claramunt, Amparo Poch y Gascón, Lola Iturbe, Antonia Maymón, Pepita Carpena… Mujeres anarquistas, feministas y revolucionarias a las que la historiografía no ha hecho justicia. Batallaron por dejar de ser “la esclava del esclavo” y destacaron tanto por su empuje como por la modernidad de sus reivindicaciones en la España de los años 30. “Mujeres de clase obrera pasaron a capacitarse, escribir e incluso colaborar con las vanguardias artísticas”, afirma la historiadora Dolors Marín (L’Hospitalet, 1957). Hoy profesora de instituto en Palma de Mallorca, Dolors Marín comenzó a investigar la historia del anarquismo con 17 años, en su barrio de Hospitalet de Llobregat. También empezó entonces a recuperar la historia de las mujeres. Es autora de “Clandestinos: el maquis contra el franquismo” (2002), “Ministros anarquistas” (2005), “La semana trágica” (2009), “Anarquistas, un siglo de movimiento libertario en España” (2010) y “Anarquismo, una introducción” (2014). “No sólo la popular Emma Goldman, sino mujeres como Voltairine de Cleyre, Lucy Parsons, Virginia Bolten, Rirette Maitrejean, Maria Huot, Magdalena Vernet o Maria Lacerda de Moura se preocuparon por el rol de la mujer dentro del movimiento anarquista”, afirma. La historiadora ha participado en la XVII Mostra del Llibre Anarquista de Valencia.

Desplegaron su actividad en el estado español entre abril de 1936 y febrero de 1939, y llegaron a contar con cerca de 20.000 afiliadas. ¿Quiénes fueron las “Mujeres Libres”?

Un grupo de mujeres que comenzó a funcionar en torno a una revista llamada también “Mujeres Libres”. Eran mujeres anarquistas -anarcofeministas, diríamos hoy- aunque entonces no se denominaban “feministas”. Sobre todo pensaban que había que capacitar a la mujer de la España de 1936 para que pudiera llegar un poco más allá; que pudiera aprender, tener mejores trabajos y desarrollar libremente la creatividad.

-¿Y también hacer la Revolución?

Sí, porque en España a partir de 1936 no sólo hay una guerra contra el general Franco, que traicionó a la República, sino que también está en marcha una Revolución. Ellas se sienten capaces de vivir en esta España del mañana….

-¿Qué actividades desarrolla la organización “Mujeres Libres”?

Abrir escuelas para mujeres, “sacar” a las que estaban en la prostitución y capacitarlas para otros trabajos, o ayudar a los niños que llegaban como refugiados de las regiones donde había entrado Franco; además abrir escuelas para estos niños, lugares donde dormir o que pudieran ser acogidos en otras casas. Son mujeres que realizan una tarea muy importante.

-Como profesora e historiadora, ¿recuerdas en las clases y talleres el legado de esta organización anarcofeminista?

Sí, les hablo a los alumnos en las lecciones de segundo o cuarto de bachiller, cuando abordamos la guerra de España. Les digo que el feminismo de Mujeres Libres fue muy moderno; de hecho, las ideas que defienden serían recuperadas principalmente en Estados Unidos en los años 60 por las mujeres afroamericanas y también por las latinas. Estas mujeres observan que el feminismo no sólo ha de luchar contra el patriarcado, ni quedarse en el feminismo burgués y del voto, sino también luchar para que las mujeres se capaciten. Esto ya lo decían las primeras anarcofeministas: “Dejar de ser la esclava del esclavo” (el marido explotado). Es decir, llegar a ser mujeres autónomas, libres y plenas.

-¿En qué contexto histórico aparece este colectivo de mujeres?

Me gusta hablar de “Mujeres Libres” porque parece impensable que un país tan “tercermundista” como era la España de los años 30, con una revolución agraria por hacer y con una revolución industrial que se situaba a la cola de Europa, surgieran unas mujeres con este empuje. Y sobre todo, tan modernas para su época.

-¿A quiénes destacarías?

Por ejemplo a Lucía Sánchez Saornil, una obrera madrileña que traspasa el obrerismo para trabajar de telefonista en Telefónica. Se trataba, por tanto, de una obrera capacitada y que en sus horas libres componía versos y colaboraba con la prensa ultraísta madrileña. Me interesa observar este “salto”: cómo mujeres de clase obrera pasan a colaborar con las vanguardias artísticas. También me interesa la figura de Amparo Poch y Gascón, una mujer médico que además decide escribir y ser creativa.

-¿Qué te llama la atención de la revista “Mujeres Libres”?

Es una publicación que incluye una parte artística, tal vez se trate de una de las revistas más bellas de la guerra civil. En un contexto bélico, estas mujeres añaden a la lucha una faceta artística, creativa y transgresora. Hay tiempo para la poesía… Encontramos, por ejemplo, un artículo muy divertido de Lucía Sánchez Saornil, quien se queja de los matrimonios civiles y dice que son un “proyecto para la creación de una fábrica de bodas en serie (churros auténticos)”. Se ríe mucho del matrimonio civil, porque piensa que ha terminado sustituyendo al eclesiástico, pero con la sanción del Estado.

-En tu intervención en la Mostra del Llibre Anarquista de Valencia te has referido a algunas mujeres invisibilizadas, como Dolores Iturbe (1902-1990). ¿Por qué fue importante?

Lola fue una mujer de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), la compañera de Juan Manuel Molina. No sólo articularon numerosos grupos de la FAI, sino que también editaron la revista “Tierra y Libertad”, el órgano de la federación de grupos anarquistas. Serán además amigos de las vanguardias artísticas en Barcelona, por ejemplo del dibujante Ángel Lescarboura y del periodista y editor Mateo Santos. Así, ilustrarán con dibujos surrealistas “Tierra y Libertad”. Pantalonera de oficio (se pasa todo el día cosiendo), Lola Iturbe es una mujer que parece muy modesta y que por las noches escribe sin parar. Era tan discreta que, cuando la conocí a finales de los 70, vivían ella y su marido en un piso de aproximadamente 40 metros cuadrados en Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Eran personas modestísimas, con una biblioteca fabulosa.

-¿Qué te admiró de Lola Iturbe en el trato directo?

Fue corresponsal de guerra en el frente, recibió a Emma Goldman, pasó una última noche con condenados a muerte de su grupo de afinidad, estuvo en el asalto de las Atarazanas de Barcelona, donde mataron a sus amigos… Y sin embargo esta mujer, que había hecho tantas cosas, cuando volvió del exilio a Barcelona lo que hizo fue escribir sobre sus amigas. Publicó “La mujer en la lucha social y la guerra civil de España”.

-¿Por qué, como historiadora, eres tan crítica con la figura de Federica Montseny, anarcosindicalista y ministra de la CNT durante los gobiernos de Largo Caballero?

No soy crítica, pero en mi opinión fue conservadora. Se menciona mucho a Federica Montseny, pero no se habla tanto de Lola Iturbe o de Mercedes Comaposada, otra de las fundadoras de “Mujeres Libres”. Y como ellas había muchas más: Libertad Ródenas, Rosario Dulcet… Mujeres de mitin y de sindicato. Eran más discretas, pero al no haber sido ministras ni tener artículos publicados, los “abuelos” no hablan de ellas. Además, como en la época de la clandestinidad prácticamente no había actos ni fotografías, no se las recuerda. A las mujeres que no firmaban sus artículos en la prensa, como Lola, tampoco las visibilizamos.

-¿Quiénes fueron los “abuelos”?

Me refiero a los viejos militantes de la CNT. Aunque también es verdad que Federica parece que cuando hablaba en un mitin la gente lloraba, porque tenía una capacidad enorme de llegar a la concurrencia.

-Amparo Poch y Gascón…

Por suerte una historiadora cercana al anarquismo y una de las primeras “rescatadoras” de las mujeres libertarias, Antonina Rodrigo, escribió dos libros sobre ella: “Una mujer libre” y “Amparo Poch y Gascón. Textos de una médica libertaria”. Amparo Poch estuvo en “Mujeres Libres” en 1936, pero a partir de 1939 se marchó al exilio y ayudó a los maquis españoles en el Hospital de Toulouse. Fue una gran doctora que apoyó a los refugiados españoles; así, realizó consultas gratuitas a los exiliados que estaban indocumentados en Francia. Su labor fue magnífica, pero tampoco dejó muchas cosas escritas.

-No has mencionado a la escritora, editora y periodista Teresa Mañé (1865-1939), madre de Federica Montseny, y a quien también se la conoció por el seudónimo con el que firmaba los textos, “Soledad Gustavo”.

Fue una de las primeras maestras laicas del estado español, lo que en su caso fue una forma de “jugársela”. En Reus le cerraron la primera escuela. Sus padres no eran obreros, tenían una fonda, por lo que se trata de una mujer de clase media. Si Teresa Mañé no se hubiera mezclado en el “fregado” del anarquismo, habría vivido muy bien. Pero por el hecho de ser anarquista y conocer a Juan Montseny, tuvieron que partir al exilio. No sólo fue la gran educadora de su hija, Federica Montseny, sino que también era más feminista que Federica. Pero a quien más destacaría es a Teresa Claramunt.

-Una mujer obrera y anarcosindicalista…

Sí, pero que pasa del obrerismo a escribir y organizar grupos de mujeres. O a Antonia Maymón, una maestra laica que tiene escritos preciosos. Pero, insisto, todas estas mujeres están muy invisibilizadas.

-¿Observas muchas diferencias entre el anarcofeminismo y el sufragismo?

No, lo que ocurre es que las anarquistas creen que las sufragistas son mujeres burguesas que luchan sólo por el voto, y no es verdad. Cuando lo descubren, el nexo de unión es mayor. La imagen distorsionada de las sufragistas provenía sobre todo de la prensa burguesa. Las anarquistas no se plantean el voto, es algo que no les importa. Además hay un gran desprestigio de la política en todo el anarquismo.

-¿Cómo fue la relación entre la CNT y “Mujeres Libres”?

Difícil, porque los hombres no entendían que las mujeres pudieran plantear organizaciones específicamente de ellas. Y esto no pasa sólo con el anarquismo, sino también con el comunismo y el socialismo, que dejaban la cuestión de la mujer para el día después de la Revolución. Las internacionales obreras no dieron respuesta a este asunto. Cuando aparecen los feminismos en los años 20 es porque hay una desconfianza de las mujeres obreras hacia las propias organizaciones, ya que las ningunean. Por ejemplo, los sindicatos se reúnen por las noches. Las mujeres obreras no van a estas reuniones porque están cuidando a sus hijos. Esto sucedió en la CNT.

-¿Conoces ejemplos concretos?

Pepita Carpena, de “Mujeres Libres”, trabajaba en el sindicato del Metal, donde predominaban los hombres. Ella les preguntaba a sus compañeros “dónde está tu compañera”, y como la respuesta era “en casa, cuidando a los hijos”, ella entonces les decía “pues mañana te quedas tú en casa y que venga ella a la reunión”. Como historiadora, al no encontrar a las mujeres en el espacio sindical las he buscado donde sí que están: en los ateneos libertarios, donde se dedicaban a la intendencia o a llevar la biblioteca; en las cooperativas, en los ambientes culturales y las revistas o participando en las excursiones, entre otros lugares.

-Has sugerido alguna relación entre espiritismo y anarquismo…

Las anarquistas no son espiritistas, aunque sí que pueda haber alguna relación entre mujeres anarquistas y espiritistas. Las dos tienen un enemigo común, la iglesia católica. A finales del siglo XIX, se organizaban unos encuentros de discrepancia o confrontación en los que se garantizaba la asistencia de numeroso público femenino. Y tanto las espiritistas como las anarquistas querían llevar la harina a su costal. Encontramos a una mujer espiritista, Amalia Domingo Soler, con Teresa Claramunt o Soledad Gustavo, que pretenden llevar a las mujeres al campo anarquista.

-Una mezcolanza ideológica contra el enemigo común.

Teresa Claramunt se juntó con Amalia Domingo Soler y la activista y dramaturga republicana Ángeles López de Ayala en mítines a favor de la escuela laica, pues tienen en común que pretenden la capacitación de las niñas. Pero después en los periódicos Amalia Domingo Soler escribía sobre aquellas anarquistas descreídas que serían muy felices si creyeran en la reencarnación. Un ingeniero y pensador anarquista, Fernando Tarrida del Mármol, le respondería que los anarquistas eran materialistas. Podían coincidir en la defensa de la escuela laica, pero no en la creencia en el más allá.

-Por último, ¿en qué contexto histórico se produce esta coincidencia?

Como a finales del siglo XIX e inicios del XX se hallan en la ilegalidad, se encuentran en los espacios de frontera. Piensa que a raíz de la bomba contra la procesión del Corpus de Barcelona, en 1896, se detiene a numerosos anarquistas en toda Cataluña. Se aprueban leyes especiales y cierran todos los lugares con presencia de anarquistas, como las escuelas coeducadoras. En ocasiones se esconden en los locales de los espiritistas. Se trata de márgenes en ebullición.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=225151&titular=%93muchas-mujeres-anarquistas-feministas-y-revolucionarias-permanecen-invisibilizadas%94-

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Entrevista a Santiago Atrio: “¿Por qué el alumnado debe tener silla y pupitre?”

16 Abril 2017/Fuente:Educaciontrespuntocero/Autor: Patricia Mármol

Vicedecano de Ordenación Académica y Desarrollo de las Titulaciones, en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, Santiago Atrio Cerezo comenta en esta entrevista su visión sobre el proceso de rediseñar el aula. Según opina, el mobiliario que se utilice debe estar en consonancia con la metodología que se quiera trabajar. “Es una reflexión didáctica, no estética”, dice.

¿Por qué surge la necesidad de rediseñar el aula?

No surge ahora, y no lo debemos considerar una moda. En su obra Didáctica Magna, Amos Comenius nos indicaba ya en 1630 la necesidad de cuidar los espacios. En palabras del maestro de la pedagogía moderna, “La escuela misma debe ser un lugar agradable, brindando encanto a los ojos por dentro y por fuera”. No nos habla de un ‘espacio’ educativo, nos lo define como ‘lugar’ con todas las connotaciones emocionales que esta palabra encierra. Muchos otros como el pedagogo Malaguzzi (1920-1994) han incidido en la importancia de este aspecto, “espacio-ambiente como el tercer maestro”, decía.

El objetivo ahora es analizar el espacio como un elemento que en sí mismo contribuye al proceso educativo pudiendo ser una influencia positiva o negativa.

Debemos dejar que el alumnado participe de los procesos de diseño en todas las edades

¿Cómo son estas nuevas instalaciones? ¿Importa la etapa educativa a la hora de rediseñar estos nuevos espacios?

Reflexionar sobre las ‘nuevas’ instalaciones es un proceso coral. Los técnicos, arquitectos e ingenieros deben pensar en unas instalaciones que cumplan la compleja normativa obligatoria no reduciéndolas sólo a las aulas. Esos diseños más que ‘novedosos’ deben ser fundamentalmente educativos. Para ello, en el análisis debe participar toda la comunidad educativa. Diseñar procesos participativos para analizar espacios que han sido considerados como no formales, tales como zonas comunes de socialización y diálogo, patios, espacios deportivos y/o zonas de juego, es esencial.

La etapa educativa claro que importa, pero más por la escala del individuo que por el proceso de análisis: debemos dejar que el alumnado participe de los procesos de diseño en todas las edades.

¿Qué mobiliario se utiliza?

Una pregunta que daría para toda una tesis doctoral. Es un tema complejo pues debemos trabajar con inversiones de los que nos precedieron y las actuales que deben servir para varios cursos académicos.

Primero, debemos preguntarnos sobre el porqué de las soluciones de aula que llevamos adoptando en las clases, zonas comunes, patios,… ¿por qué el alumnado debe tener silla y pupitre? ¿No existen soluciones que integran ambos elementos? Es más, ¿deben estar todos los alumnos sentados durante toda la jornada?¿Podemos tener cojines, bancos, sillas altas, etcétera? El mobiliario que se utilice debe estar en consonancia con la metodología que se quiera trabajar. Esa reflexión didáctica no es una reflexión estética.

Es un proceso previo que analiza el propio centro educativo y que responde a su propia visión, misión y valores. Es imposible, desde mi punto de vista, modificar formas de trabajar imponiendo espacios de diseño. Al menos eso nos ha pasado con las tecnologías educativas, que, por el mero hecho de estar en las aulas, no han generado un cambio de metodología de trabajo en las mismas.

Por ejemplo, si apreciamos el trabajo en grupo, ¿por qué no utilizar caballetes con tableros de diferentes acabados que puedan apilarse en las pareces? Esos tableros pueden servirnos como paneles informativos o de exposición. De ese modo, el aula podría tener varias configuraciones de trabajo, que podríamos definir con pinturas en el suelo similares a las que tenemos en los campos deportivos.

El mobiliario que se utilice debe estar en consonancia con la metodología que se quiera trabajar

¿Y materiales? Uno de ellos es, sin duda, el vidrio…

El vidrio tiene sus riesgos como las posibles distracciones por observar movimientos fuera del aula pero también posibilita situaciones para aprender a respetar el trabajo de los otros.


¿Los colores influyen?

Claro, resulta evidente. La psicología ambiental lo tiene estudiado pero no le prestamos mucha atención. El color, la climatización, la ventilación, el soleamiento, la acústica, la iluminación y/o los olores influyen en nuestra situación de confort, y todas esas variables deberíamos analizarlas colectivamente para hacer de los espacios educativos lugares educativos.

¿Qué reformas estructurales se deben llevar a cabo?

Las que definan las fases de análisis previas a la intervención arquitectónica. No parece razonable que todas las escuelas sean iguales o que respondan a unos estándares comunes, pues el entorno condiciona la intervención. Debemos confiar en el buen criterio de los arquitectos que tenemos y, si sus propuestas de intervención se fundamentan en análisis pedagógicos, esas reformas cobrarán sentido educativo y no sólo estético.

¿Cómo se rediseñan nuevos espacios para cambiar el proceso de enseñanza-aprendizaje? Para trabajar en equipo, de forma individual, para intercambiar opiniones, para investigar, para la lectura…

Los espacios deben ser multiusos. Insisto en no pensar sólo en la clase tradicional sino en el conjunto de los espacios del centro educativo y también del entorno tales como plazas, parques o zonas de juego próximas.

Considero que esos espacios deben poder adecuarse básicamente a tres situaciones: procesos de aprendizaje individual o en grupo, procesos democráticos de discusión y debate y procesos de investigación. Es más, los reducidos espacios que disponemos dadas las ratio actuales deben multiplicar sus posibilidades de uso.

Los espacios deben adecuarse a procesos de aprendizaje individual o en grupo, procesos democráticos de discusión y debate y procesos de investigación

Ventajas de cambiar el espacio físico y dificultades a las que se enfrentan los centros.

Siempre hablamos de la resistencia al cambio. Es complejo gestionar el vértigo que produce la novedad. Perder el control del grupo, ser mal visto por parte de las direcciones del centro al generar un ambiente de clase diferente al tradicional genera incertidumbre en el profesorado y también entre los alumnos.

Pero aparte de estos análisis manidos creo que la principal dificultad es entender el cambio del espacio como un continuo y no como un proceso temporal limitado. No podemos pensar en el cambio de espacios educativos como de una mera reforma. El propio trabajo en el espacio es educativo y las diferentes generaciones que pasen por el centro deben reflexionar sobre estos procesos y disfrutar de ellos. Si seguimos pensando que los espacios educativos deben reformarse cada cierto tiempo seguiremos pensando en obras decorativas, estéticas y no educativas.

La principal dificultad es entender el cambio del espacio como un continuo y no como un proceso temporal limitado

¿Cómo afecta este cambio a alumnos y profesores? ¿Cuáles son los resultados?

Pues deberíamos preguntarles a ellos. Los hay enfadados por haber perdido sus zonas de intimidad y confort. Los hay ilusionados por ver intervenciones en instalaciones trasnochadas. Y si además existe un grupo que valora el proceso de reforma como un interesante proceso educativo, el resultado será excelente y configurará una forma de hacer escuela, ‘nuestra’ escuela.

Fuente de la entrevista: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/santiago-atrio-y-el-rediseno-de-las-aulas-por-que-el-alumnado-debe-tener-silla-y-pupitre/45327.html

Fuente de la imagen: http://www.educaciontrespuntocero.com/wp-content/uploads/2017/03/PUERTA-UAM.png

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“Las universidades están cansadas de los rankings” Entrevista a Louise Simpson

Europa/España/15 Abril 2017/Autor: Ramón Oliver/Fuente: El país

Durante años la británica Louise Simpson cuidó de la reputación de una de las marcas universitarias más icónicas desde su puesto de directora de comunicación de la Universidad de Cambridge. Ahora, como máxima responsable de The World 100 Reputation Network, la asociación internacional que fundó en 2007 y que aglutina a directivos de estrategia, comunicación, marketing e internacionalización de instituciones académicas de 19 países; y vela por la de 54 de las mejores universidades del mundo. Cinco de ellas, las de Navarra, Pompeu Fabra, Autónoma de Barcelona, Autónoma de Madrid y Alcalá, son españolas. A finales de marzo, Simpson asistió a la conferencia anual sobre reputación de universidades (BUR 2017) que se celebró en Pamplona, en la Universidad de Navarra.

Pregunta. ¿Los ránkings siguen siendo los motores de la reputación universitaria?

Respuesta. Siguen teniendo un gran peso, principalmente entre los estudiantes. La tendencia en Reino Unido, sin embargo, es que en los próximos años también van a entrar en juego otros aspectos más relacionados con la satisfacción del estudiante o la empleabilidad de los graduados. Las mismas universidades están cansadas de ser valoradas solo por los criterios de los grandes ránkings: volumen e impacto de la actividad investigadora, nivel de publicaciones y reputación académica. Porque es una visión bastante limitada de lo que es una universidad y de lo que puede aportar.

P. ¿De qué otras formas se puede medir?

R. Cada vez más universidades demandan sistemas más sofisticados para medir su reputación. Nosotros acabamos de crear un sistema de seguimiento de marca por medio del cual cada año vamos a recabar la opinión de estudiantes actuales y potenciales, antiguos alumnos, profesores o empresas a través de encuestas. Además, incorporamos otros indicadores como las notas de acceso, el origen geográfico de los estudiantes o los propios ránkings. De momento, contamos con 10 universidades en el sistema, pero hay muchas otras interesadas porque supone una manera más amplia de contemplar la reputación.

P. ¿Cuáles son los principales peligros y desafíos para la reputación de las universidades?

R. Algunos de los grandes empleadores en Reino Unido han empezado a ocultar en los currículos el nombre de la universidad en la que ha estudiado el candidato. Se pretende así ayudar a que los estudiantes que no han obtenido su título en Oxford o Cambridge sean vistos en igualdad de condiciones en un proceso de selección, de manera que se ponga el foco en el individuo y no en la gigantesca maquinaria de la universidad de la que procede. Por otra parte, en general las universidades siguen teniendo que demostrar que el dinero y tiempo que sus estudiantes invierten en obtener el título les merece la pena. Hoy más que nunca, en esta era de los contenidos online, en la que tienen a su alcance un mooc de un profesor de Yale o Stanford con solo abrir su portátil.

P. ¿Qué pueden hacer las universidades más pequeñas para buscarse su hueco en un mercado tan competitivo?

R. Lo principal es decidir dónde ponen el foco de su estrategia. Definir en qué son realmente buenas y qué las hace especiales. Hay que alejarse del concepto de “soy bueno en todo” y centrar sus esfuerzos de comunicación en destacar esas tres o cuatro áreas de especialización en las de verdad son excelentes. Es complejo porque en estos entornos la tendencia es intentar complacer a todo el mundo. Pero así no lograrás diferenciarte. La Universidad de Manchester ha conseguido crear una marca alrededor de sus investigaciones sobre el grafeno, y ahora hasta sus profesores de historia o inglés están orgullosos de que su universidad sea conocida en todo el mundo gracias a este material y piensan que también sus cursos se benefician de ello.

P. Muchas universidades apelan a sus valores. ¿Pueden ser otro elemento diferenciador?

R. No creo que los valores funcionen porque todas las universidades comparten más o menos los mismos: responsabilidad social corporativa, políticas medio ambientales, colaboración… La diferenciación tiene que llegar a través de la excelencia académica, del sistema de enseñanza, de un programa concreto que es único en su campo, de un profesor brillante que es el mejor en su especialidad… Sobre todo si se quiere atraer a alumnos internacionales. Un estudiante chino puede escoger ir a España o al Reino Unido a estudiar la carrera. Es un largo camino y para que quiera hacerlo tiene que sentir que está yendo al mejor lugar posible.

P. ¿Cómo afectar una crisis a la imagen de una universitaria?

R. Toda crisis es, al mismo tiempo, una oportunidad para que la institución demuestre fortaleza, capacidad de reacción y buen gobierno. Las universidades son como pequeñas ciudades, comunidades en las que inevitablemente surgen problemas ante los que es preciso reaccionar. La diferencia ahora está en la velocidad. Ante una crisis como un caso de corrupción en el equipo de gobierno, una mala praxis en la enseñanza o un incendió en una de las facultades, hay que reaccionar deprisa y de una forma apropiada para restaurar la confianza. Porque los alumnos se van a enterar en seguida y van a empezar hablar de ello en las redes sociales.

P. ¿Son las redes sociales el nuevo campo de batalla reputacional?

R. Las universidades han entendido que las redes sociales son el canal por el que circulan ahora las noticias y que necesitan contar con especialistas cualificados en la materia dentro de sus departamentos de comunicación. En las oficinas de prensa de las facultades ahora se vuelcan más esfuerzos en la actividad en Facebook o Twitter que en las tradicionales notas de prensa o en actualizar las noticias de la web.

P. ¿Qué mejoras necesitan las universidades españolas?

R. España es un país atractivo para venir a estudiar. Tiene buen clima, las ciudades son bonitas, es un lugar seguro y tiene algunas de las mejores escuelas de negocios del mundo. Algunos de los expertos españoles con los que he hablado piensan que las universidades aquí son demasiado burocráticas y que necesitan modernizarse en aspectos organizativos. Creo que uno de los mayores frenos para las universidades españolas es la falta de profesionalización de determinados departamentos clave como Comunicación o Internacional.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2017/04/11/actualidad/1491908771_181493.html

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«Universidades deben entender que son parte de la lucha de clases» Entrevista a Marilena Chauí

América del Sur/Brasil/15 Abril 2017/Autora: Fania Rodrigues/Fuente: Brasil de fato

Profesora de la Universidad de São Paulo (USP) y crítica asidua del modelo capitalista, la filósofa Marilena Chauí fue recibida esta semana por una verdadera multitud de jóvenes de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro (UERJ). Auditorio lleno, gente sentada en el piso y las escaleras, la puerta obstruida por espectadores y la entrada de la universidad igualmente repleta, con alumnos que asistían a la conferencia en una transmisión en vivo, hecha por la TV UERJ. Así fue recibida Marilena, que habló sobre la crisis en las universidades públicas brasileñas.

Desde el año pasado, la UERJ enfrenta graves problemas de falta de recursos y hasta hoy las clases no volvieron de forma integral. Mientras tanto, según una nota del Fórum de Directores de las unidades académicas de la universidad, publicada el día 29 de marzo, la universidad no está parada. “Se encuentra funcionando, en muchas de sus actividades de investigación, de enseñanza y de extensión. Respecto al atendimiento a la salud, el Hospital Universitario Pedro Ernesto (HUPE) y la Policlínica Piquet Carneiro (PPC) continúan atendiendo a la población en esfuerzo redoblado”. La nota informa que persisten las dificultades con falta de limpieza, recolección de basura y manutención, en todos los campus de la UERJ, pero que “el Rectorado, juntamente con el Fórum de Directores decidimos establecer como objetivo que deseamos iniciar las clases, integralmente, lo más rápido posible”.

Para Marilena, los problemas de la UERJ van mucho mas allá de la relación con el gobierno del estado de Rio de Janeiro. “La crisis en las universidades es resultado del avance neoliberal y de la entrada de la iniciativa privada internacional en el mercado brasileño”, afirmó la filósofa durante la conferencia.

Para ella, el modelo de universidad pública comenzó a entrar en crisis ya en la dictadura militar, cuando las bases curriculares fueron reformuladas. “Las universidades se tornaron funcionales, puramente técnicas, para la formación de profesionales calificados. En la década de los 80 pasaron a desempeñar un papel más ligado a la lógica del mercado, dirigida a resultados y productividad. Después, ya en la década de 90 y años 2000, pasó a ser una universidad operacional, replegada sobre si misma, centrada en la producción de artículos, informes y en las evaluaciones externas”, relata la académica.

La profesora dice que la universidad precisa salir de esa “burbuja” y entender que es parte de la lucha de clases. Pero, que ese cambio exige un camino arduo y largo.

Brasil de Fato – ¿Cuál es el camino para pensar una solución al problema de la instrumentalización de las universidades, que ahora trabajan solo en la lógica del mercado, priorizando eficiencia y resultados?

Marilena Chauí – Ese camino comienza con la enseñanza básica y con la enseñanza media. Es preciso retomar la idea de la formación en lugar de la información, de la crítica en lugar de la repetición. Los medios de comunicación y la velocidad del internet llevan a las personas a considerarse informadas y con capacidad crítica. Sin percibir que si están «informadas» es porque no tienen formación, no tienen espíritu crítico. En verdad ellas están en contra o a favor de alguna cosa, pero sin dar las razones por las cuales están a favor o en contra.

Brasil de Fato – ¿Es posible para nosotros comenzar ese cambio en el actual escenario político y con el actual gobierno?

Marilena Chauí – Sí. Es y demanda un trabajo lento. La experiencia que tenemos de la época de la dictadura y la experiencia que el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Terra (MST) tiene en su trayectoria, por ejemplo, nos muestran que es un trabajo cotidiano, que lleva la hojita al hormiguero. Entonces si nosotros tuviéramos la expectativa de una solución en un corto espacio de tiempo no cambiaremos. Tenemos que pensar que es un trabajo de largo plazo que nos involucra a cada uno de nosotros durante mucho tiempo y de diferentes maneras. Exige paciencia histórica.

Brasil de Fato – Comenzamos la semana con la noticia del fin del programa federal de becas internacionales Ciencia Sin Fronteras. También está ese proyecto del gobierno Temer de cobrar mensualidades en cursos de posgrado y la Universidad Estatal de Rio de Janeiro en decadencia. ¿Cuál es análisis que la señora hace de ese desmonte de las universidades públicas?

Marilena Chauí – El desmonte está ligado a la adopción de la perspectiva neoliberal. El Estado ve a las universidades como empresas, donde tiene que haber competición y productividad. A partir de ahí se abandonó la idea de derechos sociales, que no está ligada al lucro, pero a la construcción del propio país y a la consolidación de la democracia. Lo que tenemos es un desmonte de la escuela democrática, en todos los niveles, pero que exige de nosotros aquello que los brasileños saben hacer que es el trabajo de resistencia. Nosotros vamos vencer otra vez.

Brasil de Fato – Ya para terminar, ¿cuál es el papel de la universidad en la lucha de clases?

Marilena Chauí – El papel de la universidad es ser parte de la lucha de clases. La universidad no puede ser apenas un lugar que reflexiona sobre la lucha de clases. Ella tiene que comprender que es parte de esa disputa, sea por su alumnado, por la división entre sus profesores, por el papel de las administraciones y burocracias, que operan muchas veces a favor de la clase dominante. Somos parte de la lucha de clases y estamos obligados, como institución de enseñanza, a entender ese papel que desempeñamos en la sociedad.

Fuente: https://www.brasildefato.com.br/2017/04/06/marilena-chaui-universidades-deben-entender-que-son-parte-de-la-lucha-de-clases/

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“La educación es el mecanismo para romper los círculos de violencia, pobreza y exclusión”.

América del Sur/Colombia/15 Abril 2017/Autor: Jaume Carbonell/Fuente: Diario la Educación

He aquí las medidas que se están tomando a favor de la equidad, contra la violencia y para favorecer el proceso de paz.

Luis Guillermo Patiño es licenciado en Educación y, tras ejercer como profesor de Primaria, recaló en la docencia universitaria especializándose en Derechos Humanos y cultura política. Lleva solo un año en el cargo de secretario de Educación de Medellín pero ya tiene muy bien definidas sus líneas de actuación. Habla con entusiasmo y convicción durante la media hora larga que nos concede un caluroso mediodía de principios de marzo en esta ciudad de la eterna primavera.

¿Cuál es el reto educativo más importante tras el Acuerdo de Paz aprobado en el Congreso?

Desde hace tiempo se trabaja la paz y la convivencia en las instituciones educativas. Pero ahora tenemos en Medellín un programa específico de reinserción  para los niños, jóvenes y personas adultas que estaban en el monte con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)  y que en estos momentos, tras el cese del conflicto armado  (este empezó a mediados de los años sesenta),  se están desplazando a campamentos  para ir haciendo efectiva la desmovilización y entrega de armas; y para ir preparando la reinserción a la sociedad civil.

Los menores de 17 años que no puedan ser atendidos por sus padres serán acogidos en el Instituto de Bienestar Familiar y recibirán la educación que precisen. Los jóvenes se acogerán a procesos de reinserción laboral. Y los guerrilleros analfabetos aprenderán a leer y a escribir y también recibirán formación para el trabajo. Todas estas personas llegarán a la ciudad dentro de un año aproximadamente. Y hay que estar preparados para su acogida.

Ustedes tienen un eslogan que ha dado la vuelta al mundo: “Medellín, la más educada”. ¿En qué fase se encuentra?

Nuestra política educativa se sustenta en tres pilares. El primero es el de la educación por la equidad. Actualmente hay muchas diferencias entre los centros públicos y privados y entre las distintas zonas. Hay que lograr que todos ellos reúnan las mismas condiciones dentro de un proyecto de formación integral. Por otro lado, solo la mitad del alumnado termina el ciclo medio de Bachillerato (corresponde a los grados 11 y 12, que suele coincidir con la edad de 16 y 17 años). Hay que dar nuevas oportunidades al alumnado con dificultades académicas y de convivencia. La educación es el mecanismo del gobierno municipal para romper los círculos de violencia, pobreza y exclusión social.

¿Y ante esta situación, qué medidas han tomado?

Realizamos un trabajo especial con protocolos y programas contra la violencia, el maltrato y el bullying, de mejora de la convivencia y de comunidades protectoras (programa que busca generar espacios en los niñas, niños y adolescentes –incluso desde la gestación– para que estén seguros y tengan la posibilidad de formarse y educarse con calidad. Es un programa de carácter integral que cuenta, además, con las secretarias de Seguridad y Convivencia, Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Cultura, Participación y Desarrollo Económico; y con la colaboración de los líderes comunitarios y varias organizaciones locales).

También hemos aumentado el número de becas para estudiar en los colegios y universidades. Por otro lado, favorecemos la creación de equipos docentes en la educación pública. Esta atención específica se concreta en el impulso de los CAI (Centros de Atención Inmediata),  que están dotados de más agentes educativos de apoyo, psicólogos y otros especialistas; y con convenios de colaboración con empresas para desarrollar proyectos como el de directivos como líderes transformadores.

Asimismo, hemos articulado una línea de formación intensiva para la docencia donde se trabajan las competencias del desarrollo humano. De ello se encarga el MOVA (Centro de Innovación del Maestro: espacio que propicia, promueve e integra las dimensiones del ser, el saber y el crear de los maestros y a la vez posibilita experiencias personales y profesionales encaminadas a la generación de prácticas educativas diversas y contextualizadas. Está formado por funcionarios de la Secretaría de Educación, investigadores universitarios y maestros de los diversos niveles educativos en comisión de servicio).

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/12/la-educacion-es-el-mecanismo-para-romper-los-circulos-de-violencia-pobreza-y-exclusion-medellin-4/

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