Page 351 of 454
1 349 350 351 352 353 454

Entrevista: «El socialismo es la búsqueda sostenida del reino de la libertad»

América Central/Cuba/Diciembre 2016/Entrevista/www.rebelion

Temas

 

Entrevista a José Luis Martín Romero. Doctor en Ciencias Sociológicas. Trabajó en el Gobierno Provincial de La Habana (1977-1984), en el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas – CIPS (1984-2004) y en la Escuela de Altos Estudios de Hotelería y Turismo (2004-2008). En la actualidad es Investigador Titular del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana. Colaborador habitual de la revista Temas. Ha participado como ponente y público en las sesiones de Último Jueves.

Fernando Luis Rojas: En las discusiones más recientes sobre el socialismo en Cuba, da la impresión que las nuevas etiquetas como “socialismo próspero y sostenible” aceptan la necesidad de un proyecto nuevo. En ese sentido, ¿qué debe distinguirlo? y ¿qué implicaría un término como “prosperidad”?

José Luis Martín Romero: Que sea profunda y crecientemente democrático, esencialmente alegre, económicamente desahogado, ecológicamente responsable y muy solidario a lo interno y a lo externo.

Pienso que la prosperidad implica, por ejemplo, crecimiento económico. De otro modo no sé de qué hablamos; y también es fundamental el desarrollo humano, sobre todo si lo vemos tanto desde el punto de vista individual como colectivo. El socialismo debe ser el modo de vivir que apueste esencialmente por la reproducción ampliada del capital social del que hablaba Bourdieu, es decir las ventajas y ganancias que resultan de las relaciones y de la confianza entre las personas. Hay que recordar que el socialismo es, ante todo, un modo de convivencia, un paradigma civilizatorio. No es un modelo de sociedad y mucho menos una sociedad modelo, es un modo de vida en permanente construcción.

Tomando el otro componente de la frase que se refiere a la “sostenibilidad”, considero debe ser un socialismo ambientalista aunque solo fuera por oposición al capitalismo, que es ecológicamente omiso por diseño; pero con o sin capitalismo, el socialismo por su esencia humanista tiene un compromiso de origen con el ambiente. Autárquico no, ¿a quién se le ocurre?, eso es imposible hoy día y tal vez siempre lo fue, sobre todo para un país como el nuestro. Austero tampoco, racional sí, que es otra cosa. Lo incorrecto es despilfarrar, ostentar o “especular”, como dicen muchos no sé con qué idea del español. Sostenible parecería que se refiere a su permanencia, a su capacidad de supervivencia y reproducción, lo cual es sinónimo de desarrollo sostenido, además de sostenible.

Carolina García Salas: Me llama la atención en su respuesta sobre el socialismo que se espera, que debería tener Cuba, la frase “esencialmente alegre”; porque es una idea poco repetida a la hora de conceptualizar el socialismo.

JLM: Y yo no sé por qué. Debe ser por la lucha de los comunistas, por la historia de la izquierda que es una historia muy sufrida, muy dura en todos los órdenes: muchos mártires, torturas, desapariciones, represiones. Entonces el tema de la lucha parece permanente, como algo sempiterno en la existencia de las izquierdas, y todas han sido muy reprimidas. El socialismo realmente existente tuvo que enfrentar enemigos muy poderosos, y sigue enfrentándolos.

Tal vez por eso el tema del sacrificio, el tema de la lucha, el tema de dar la vida empieza a tomar un corte casi identitario, empieza a formar parte de la cultura, y entonces las visiones simpáticas, irónicas, satíricas, como la del santiaguero Paul Lafargue con su Elogio de la Pereza, fueron cada vez más extrañas en la producción ideática del socialismo. Después se convirtió en cotidiano el llamado a “vamos a sacrificarnos”, “vamos a echar el resto”; con el molesto peligro de que quien convoca no es siempre el primero que echa el resto, ni el más austero, ni el más modesto.

Esa vocación elegíaca tiene que cambiar y sin olvidar el compromiso eterno con quienes lo dieron todo, el socialismo tiene que llegar a nosotros como la civilización de la alegría. Hay que gozar y disfrutar la construcción de una sociedad con carga civilizatoria positiva, que le pase a la gente el gusto de vivir, el placer de vivir, de disfrutar la libertad, de irla conquistando poquito a poco porque la libertad no te la va a dar nadie, siempre es una conquista, solo que el socialismo es quien único nos enrumba por ese sendero.

¿Cuándo vamos a ser libres, cuándo vamos a ser felices?, cuando podamos dar un aporte mejor. Para eso hay que estudiar, ahí sí hay que sacrificarse buscando el conocimiento, pero eso es un goce, eso es un sacrificio que se disfruta. Siempre hay en el disfrute una cuota de entrega, es un toma y daca con la vida, con la sociedad y con la naturaleza; pero es eso que haces lo que te da el goce definitivo, y de eso se trata, de disfrutar esa conquista, tanto a escala individual como colectiva. Al mismo tiempo no hay que resaltar programáticamente el sacrificio, está bien cuando haya que sacrificarse, pero no sacrificarse por plan, no ir a pasar trabajo porque hay que pasar trabajo para ver si algún día podemos enfrentar el reto de pasar más trabajo aún. ¿Qué cosa es eso?, ¿qué manera es esa de ver la vida?, así no va. Así puede haberlo pensado alguien pero eso no es el socialismo que necesitan nuestro país y el mundo.

Tenemos que extender la juventud y el sistema socioeconómico en el que vivimos tiene que facilitarnos esa tarea y es el socialismo quien tiene que asumir esa responsabilidad. La gente cuando pierde la juventud pierde la alegría. Hay que estimular el amor en todas sus facetas, en todas sus manifestaciones. El socialismo tiene que ser la sociedad del amor más libre que exista en todos los órdenes en los que se nos ocurra pensar: absoluta libertad sexual, absoluta libertad política, absoluta libertad económica, absoluta libertad cultural, ¿qué libros prohibidos, ni artistas prohibidos, ni canciones prohibidas? No me prohíbas nada, déjame a mí saber lo que es y lo que no es, y no me coartes la libertad para escoger, para caer en cuenta por mí mismo. Ah, eso sí, alértame sobre las claves de la manipulación, edúcame, enséñame sin que eso signifique que pienses por mí.

Es una tarea del socialismo recuperar o restablecer una relación transparente del ser humano con los productos culturales y con los placeres y disfrutes de la vida, legitimar socialmente la alegría y lograr que esta se acompañe del ingrediente de la eticidad, o sea, que la alegría de unos no se levante sobre la tristeza de otros.

FLR: Es interesante el juego de palabras que usted utiliza desde el punto de vista de la lectura del individuo: la diferencia entre joven y viejo, la identidad que se crea entre viejo y amargado, la visión que puede haber de desgaste. Eso que usted aplica a lo individual, ¿lo aplicaría a un proceso histórico, por ejemplo, como el que inició Cuba en 1959?

JLM: Todos los procesos humanos pueden emblematizarse en el individuo, y casi todo lo que le pasa al individuo le puede pasar a los pueblos, le puede pasar a las generaciones, a las naciones. En fin, puede ser.

Los procesos tienen elementos de desgaste y elementos de renovación, y eso es absolutamente natural, como nos pasa a los seres humanos; ahora, ¿cuándo empezamos a envejecer?, cuando es más lo que desgastamos que lo que renovamos. Así en las personas, así también en los procesos. Y se trata entonces de que los procesos tengan el suficiente cambio de aguas, la suficiente renovación interna para que las nuevas ideas fluyan, para que los nuevos retos se enfrenten, porque siempre hay nuevas demandas de la vida. Claro que envejecen los procesos también, ¿o es que la Revolución cubana está por encima de las leyes naturales y sociales? Lo que hay es que estar conscientes de eso para entonces, de manera volitiva, de manera si quieres planificada, si quieres consensuada, razonada, lleguemos a una buena lógica que nos permita ir dando esos elementos de renovación que nos mantengan alegres, creativos y flexibles para que nos hagan perdurar. Si todos los días buscamos cómo podemos darle más poder a la gente, cómo empoderamos a nuevos sujetos populares daremos probablemente con el secreto de ser eternamente jóvenes, es decir, hay que preguntarse todos los días cómo hacemos a la gente un poquitico más feliz, cómo la gente se va a sentir un poquito mejor y qué podemos hacer por eso.

Decía Martí: “Todos los niños cuando no aprenden algo nuevo deben echarse a llorar”. Todos los sistemas políticos que la izquierda genere debieran llorar en masa cuando pasa un día que no han pensado y no han hecho algo por la felicidad de todo el mundo; de eso se trata, y eso es lo que renueva. Lo que te hace joven es eso, no ir para atrás, porque hay generaciones que van para atrás, hay jóvenes que son retardatarios y tremendamente reaccionarios y conservadores; ese no es sólo un tema etario.

José Ingenieros hablaba de eso en El hombre mediocre, un libro maravilloso que ha dejado de ser lectura recurrente en estos tiempos. Ingenieros analiza el tema de la vejez y la mediocridad, cómo se vinculan, y él hablaba de Ameghino, el arqueólogo argentino, quien hasta el último día vivió acompañado de sus discípulos, buscando nuevas cosas y lo pone como ejemplo de alguien que nunca conocería la vejez, que nunca llegaría a la mediocridad. Al socialismo le toca estimular y convertir en modo de vida ese amor al saber, un amor dedicado a fortalecer la solidaridad, el amor entre la gente. Eso hay que convertirlo en una meta de la sociedad y solo el socialismo es capaz de identificar esas metas y promover que todos luchemos por alcanzarlas.

El socialismo es la única civilización que permite la coexistencia de la juventud con la experiencia, porque identifica la búsqueda del saber y la experiencia con la prolongación de la juventud, hace de la juventud un constructo humano.

CGS: En esa búsqueda de la novedad en el caso cubano, particularmente en el terreno económico, una de las claves de la transformación se encuentra en las relaciones de propiedad. Quizás ha llegado el momento de repensar lo que se ha definido como “propiedad social”. En su criterio, ¿a qué se refiere el término? ¿La propiedad social implica solo la estatal? ¿Incluye la propiedad cooperativa?

JLM: Claro, de hecho la propiedad estatal, de por sí, no define su carácter social. Hay propiedad estatal en el capitalismo y, aunque sea pública, explota fuerza de trabajo y reproduce explotación. La propiedad es social cuando es la sociedad (y sus grupos) quien diseña, gerencia, controla y disfruta (o paga el precio si la cosa sale mal) de los resultados. Lo que la hace social es su pertenencia orgánica (con todo el sostén jurídico, político, etc. que sea necesario) y su razón de ser comprometida con la sociedad, no hacia un interés privado. Marx distinguía en la cooperativa y el arriendo las formas básicas del quehacer económico comunista, la propiedad estatal la veía como algo marginal y también temporal, en tanto y cuanto el Estado caminaría indefectiblemente hacia su extinción en no mucho tiempo. La historia planteó otros plazos, redujo el socialismo a una forma pretendidamente distinta de Estado, que no a una nueva pauta de relacionamiento y ordenamiento social y esto provocó que la propiedad estatal adquiriera el protagonismo que hoy tiene en Cuba y que tuvo en el llamado y extinto socialismo real y encarnara la propiedad socialista por antonomasia. Eso ni es así en razón teórica, ni es bueno que lo sea en la vida práctica.

CGS: Al mismo tiempo, está la discusión sobre el lugar que corresponde al sector privado en el socialismo, ¿qué podría diferenciar el funcionamiento de este respecto al capitalismo?

JLM: Eso no tiene una manera única, ni una regla que pueda establecerse de forma general; depende del lugar del mercado en tiempo y escenarios históricamente determinados y del grado de conflictividad o complementariedad que tenga con la planificación. La planificación y el mercado se necesitan mutuamente y no tienen por qué ser antagónicos; pero eso no es un resultado espontáneo ni natural de la relación entre ambos.

Hay preguntas clave para dirimir este vínculo: ¿Dónde se determina el movimiento económico? ¿Desde dónde se determina el nivel y la calidad de vida de la gente y la producción y reproducción de la vida? ¿Desde la planificación o desde el mercado? Es el complemento entre ambos el que debe garantizar ese movimiento y las consecuentes respuestas del aparato productivo y de servicios, pero eso solo puede ser armónico –entendiendo que puedan establecer sinergias funcionales a la vida- si la planificación se impone como mecanismo regulatorio fundamental porque hace y logra lo más importante para la sociedad, y porque determina el cumplimiento de los planes de vida de la gente.

Esto no sale por decreto, porque si se decreta se está cometiendo traición al proyecto y es lo mismo que firmar la rendición frente al mercado, pues sucede entonces que el mercado va a regular desde lo ilícito y eso significa que, al mismo tiempo que regula, en la vida real dinamita el orden institucional ajeno a la planificación.

Es el protagonismo de la planificación lo que determina la complementariedad del mercado. También es importante entender que esto no se logra a la inversa. Esto se logra, en suma, cuando la planificación se imponga en el plano de la producción, en el plano de la entrega, desarrollo y mantenimiento de los servicios y en el plano de la construcción de los ideales de consumo.

FLR: Precisamente, en muchos espacios se ha estado legitimando al sector privado, a los denominados “nuevos emprendedores” como el componente más activo de la sociedad civil cubana contemporánea. A estas alturas, ¿cree usted que existe una sociedad civil socialista?

JLM: Existe como una verdad de proclamación, no de constatación. No tiene personalidad, no es autónoma ni va a serlo nunca en los fundamentos actuales y por eso es básicamente infuncional, al tiempo que tiene una infraestructura obsoleta o muy en ciernes en el caso del empresariado de los sectores emergentes. El socialismo es aun gerencialmente adolescente.

Vivimos la etapa del socialismo caracterizada por el control partidista-gubernamental, o sea, estamos en la prehistoria del socialismo. El socialismo desarrollado será el dominio generalizado de la sociedad civil (armada en una nueva y aún no imaginada infraestructura institucional), que va progresivamente sustituyendo al Estado.

Puede pensarse con razón que para eso falta mucho; pero todo lo que se retrase ese desarrollo será una acción de refuerzo a la prehistoria, será un retardo al socialismo. Si algo distingue al estado socialista de los anteriores es que paradójicamente, mientras más se refuerza la institución “estado socialista” más se debilita el proyecto que pretende sostener. El socialismo será triunfante e irreversible cuando deje atrás su etapa partidista-gubernamental. Eso demora, es cierto y apurar las cosas irreflexivamente puede ser una ingenuidad muy cercana a la autoinmolación; pero aceptar la demora resignadamente es tanto o más peligroso porque la construcción civilizatoria propiamente dicha queda para las calendas griegas y pasa lo que dicen los cínicos y los miserables de este mundo, que el socialismo se convierte en un largo camino para llegar al capitalismo. Sucede que hay cosas fundamentales que se pueden hacer ahora mismo, por ejemplo: convertir a los sindicatos en escuelas de administración, como dijera Lenin. También se puede hacer mucho más en el terreno de la participación política.

CGS: Creo que estamos conectando con un asunto que siempre genera polémica, el de la democracia. ¿Cuáles serían en su criterio los requisitos de un sistema político democrático?

JLM: Hay teoría al respecto y recuerdo, por ejemplo, escritos de Robert Dahl que tratan el asunto con una serie sustantiva de aciertos, aunque no falten limitaciones que son hijas seguramente de los condicionamientos ideológicos de Dahl. Sucede que ese es un tema no resuelto teóricamente y menos técnicamente a mi juicio. De todos modos creo que es algo que hay que pretender con sinceridad para que algún día cada pueblo, comunidad o conglomerado humano pueda encontrar su sistema. Esta pretensión sincera de que hablo debería partir del involucramiento creciente de los diferentes grupos sociales en el trazado de políticas, en su puesta en práctica, control y evaluación; o sea, en todos los momentos propios de la gestión administrativa. Creo que todo eso lleva, ya en el orden técnico, buenas dosis de experimentación; y en cada lugar y en cada momento los pueblos, de acuerdo a su cultura e idiosincrasia podrán encontrar la mejor fórmula, sabiendo también que siempre será perfectible. Todo consiste en lograr la forma de socializar de manera creciente el poder, el saber y la propiedad. Si eso se logra, ese es el socialismo y esa es la democracia.

En el terreno político hay que hacer muchos cambios. Esta no es exactamente el área donde yo he reflexionado, pero no dejo de tener algunas ideas que estaría dispuesto a discutir hasta con las personas que saben mucho más que yo de eso, porque me siento muy convencido de algunas cosas.

Primeramente, la reestructuración de la infraestructura participativa con que contamos; en segundo lugar, erigir el trabajo y los espacios laborales en escenarios de decisión estatal. Los delegados al Poder Popular, los representantes del pueblo, más allá de si es la figura del delegado o del diputado, tienen que salir también de los espacios laborales. El hombre no puede estar representado sólo como un consumidor, tiene que estar representado como productor, como hacedor, como creador, no sólo como el que consume, como el que recibe, como el que disfruta. Esa es una idea que desarrollaron algunos filósofos cubanos hace algunos años, en la que no creo que se ha insistido como merece y que comparto con ellos.

Ya hablé del estado socialista y de lo que pasa cuando, al reforzarse como Estado, debilita el proyecto. La única forma que tiene y tendrá el estado socialista de fortalecer el proyecto, aun conservando la institución Estado, es ir derivando cada vez más hacia el gobierno y hacia la administración por la sociedad civil, o sea, es la sociedad civil la que va a sustituir al Estado. Eso debe ir haciéndose ya. Hay condiciones externas e internas que hacen imposible que ese Estado desaparezca, hay que seguir cargando con ese fardo durante un buen tiempo; pero entender que esa es una tarea de larga data y sentarnos a esperar que pasen los años, a ver si algún día aparece la oportunidad, es otra cosa.

Un ejemplo concreto está en los sindicatos. Te decía que los sindicatos tienen que ser escuelas de administración, tienen que aprender a dirigir; no es sustituir a los directivos ni decirles que no ni que sí y sentirse por encima de quien ha sido elegido o designado para tomar decisiones, es saber y tener capacidad de negociación y de discusión en el trazado de las líneas que se van a seguir en cada cosa, y como te digo que debe estar representado en un centro de trabajo, tiene que estar representado a todos los niveles de dirección del Estado.

No resolvemos el asunto con poner al secretario general de la CTC en el Buró Político, aunque está muy bien que así sea. Eso puede ser necesario, pero no suficiente; el problema no es darle poder a él, el asunto es que ese poder lo tengan los sindicatos, que estén en todas partes y estén, además, capacitados para establecer ese diálogo. Ya he dicho que aquella metáfora de las poleas transmisoras no funciona para el sindicato, ya no funciona. Si vamos a hablar de metáforas de la física –siempre digo lo mismo- vamos a hablar de vasos comunicantes, y eso es lo que se puede ir haciendo ahora mismo.

Otro ejemplo, la Federación de Mujeres Cubanas tiene ese nombre porque era un conjunto de organizaciones femeninas que se federó, que se juntó, esa es la historia de esa organización, con el liderazgo que ya sabemos de Vilma Espín. Mi madre fue una destacada luchadora y dirigente dentro de la FMC, fue tremendo lo que hizo y lo que hicieron las federadas en este país, esa historia no se ha escrito pero es importantísima: cuántas mujeres se incorporaron al estudio, al trabajo, cuántas se superaron, cuántas llegaron a tales y cuales logros. Ese fue un tremendo avance de la Revolución, pero ya las cosas están mucho más complejas, las mujeres no son lo mismo ni están en la misma situación, las mujeres son las dos terceras partes de los científicos de este país, tienen banderas que defender como mujeres, pero no son las mismas banderas las de las mujeres de grupos sociales distintos; quizás hubiera que pensar en una diversificación dentro de la Federación, no estoy hablando de desmembrar nada, sino de especificaciones, de áreas de interés, de grupos de presión, si vale el término, en función de intereses particulares que puedan tener y tienen las mujeres.

En Cuba no se han resuelto los problemas del color de piel. A todos nos dieron las mismas oportunidades, pero es que ellos arrancaron de atrás, y entonces el gap, la franja, sigue manteniéndose. Por lo tanto hay que buscar la forma de estructurar acciones afirmativas, medidas en la política educacional, cultural, económica que puedan potenciar a la gente para que todos los cubanos estemos en el mismo nivel de poder aportar y recibir de la sociedad lo que la sociedad merece y lo que merecemos de la sociedad. Todas esas cosas hay que irlas actualizando.

Yo siempre he despotricado del pluripartidismo, dondequiera que lo veo, veo que no sirve para nada. Si el pluripartidismo hubiera resuelto algo en Cuba o resolviera algo en alguna parte sería el primero en reconocerlo. El pluripartidismo no garantiza para nada que los mejores análisis que se hacen de la sociedad sean asumidos por este o aquel partido, curiosamente los mejores análisis ningún partido los toma, porque todos están para el poder político y después repartirse las cosas, y aquello queda al margen del asunto. Por tanto yo no estoy en contra de que haya un solo partido, pero si el partido es uno, entonces vamos a pensar ese partido: tiene que ser el poder y la oposición al mismo tiempo, allá adentro tienen que estar todos los debates, todas las plataformas de discusión que sean importantes para la sociedad; y entonces, si la Constitución dice que el partido dirige la sociedad a todos los niveles, a todos los niveles tiene que resolverse satisfactoriamente el vínculo entre el partido y la sociedad.

Por eso todos los dirigentes máximos del Partido a todos los niveles, desde el centro de trabajo hasta el municipio, la provincia o la nación, tienen que someterse a escrutinio popular; tienen que ser ratificados por el conjunto del pueblo, porque el pueblo va a ser dirigido por el Partido y ninguna institución por sí sola puede estar por encima del pueblo, en tanto y cuanto la nación radica en el pueblo, la sede de la nación es el pueblo y su mentalidad, el pueblo y su construcción mediática, el pueblo y su memoria, el pueblo y su trabajo, el pueblo y sus sueños. Esa es la nación, y nada puede estar por encima de eso. Todo el que tenga autoridad aunque sea muy bien ganada, por más que tenga los méritos y todo el prestigio del mundo, tiene que someter a escrutinio popular esa autoridad, no puede darse el caso que un grupo escoja por todo el mundo al que realmente toma las decisiones.

FLR: Es que la cuestión de la representatividad y la famosa fórmula del centralismo democrático han calado con fuerza en la organización institucional, no solamente en el partido.

JLM: No se puede entender la representatividad estadística de la población como sinónimo de la representatividad de las ideas, tú no puedes suponer que si tienes una muestra representativa de la población de un lugar tienes también, cuando le preguntes lo que piensan, una muestra representativa de las ideas de esa nación.

Hay veces –quizá muchas o la mayoría de las veces- que de las minorías salen las ideas, porque las ideas más elaboradas, lo dice la palabra, no se pueden hacer en una asamblea nacional del pueblo cubano, en la Plaza de la Revolución. Así no se producen las ideas, las ideas llevan estudio, análisis, investigación, experimentación, o sea, siguen otro curso. Después esas ideas deben ser divulgadas, debatidas, extendidas, para que todo el mundo pueda tener una noción sobre qué es lo que se discute y por dónde van las cosas, y cuál es la opinión personal sobre eso que se está discutiendo. Pero la producción intelectual no obedece a los patrones de la producción industrial, no es una producción masiva, no es producir azúcar o níquel, tiene otro cauce, otras direcciones, otras complejidades; entonces no se puede pensar que la representatividad estadística de la población es también lo que te va a reproducir la representatividad de las ideas. Tal vez, en el mejor de los casos, te represente la diversidad de los intereses, y cierto cuadro, quizás más o menos aproximado, de la estructura de las necesidades de la población. No más.

Las ideas no obedecen a la necesidad exactamente, no son un reflejo stricto sensu del problema que tú tienes. En primer lugar porque el hombre no piensa como vive como alguien ha simplificado el principio materialista de la historia. No recuerdo haber leído eso en ninguno de los clásicos del marxismo. Una cosa es decir que en última instancia las condiciones materiales de existencia determinan las formas del pensamiento y del reflejo que se hace y otra hacer aquella afirmación tan elemental. Se decía “el hombre piensa como vive” como si fuera una palanca de push and pull, una puerta de entrada y salida de un hotel o de una tienda, eso no es así, la vida es muchísimo más que eso.

Ahí tienes a los marginales de todas las sociedades que viven en la pobreza más severa, una pobreza que se les ha hecho cultura, como decía Oscar Lewis y te enteras que van a las elecciones y venden su voto y no respaldan las propuestas que pudieran y que les son programáticamente beneficiosas.

Esto es un ejemplo para que no pensemos mecánicamente que la representatividad estadística de la población lo es también de las ideas. Un verdadero centralismo democrático crea y busca espacios para todos, pero también debe hacerlo para todo lo que viene del pueblo. Y ya que hablo de esto, pienso en la intelectualidad cubana de hoy que es un fruto legítimo y una creación de la Revolución cubana, que es tan pueblo como lo es un campesino y un obrero, por no decir que no los aventaja en sus condiciones de vida materiales. Tampoco se puede identificar a la intelectualidad con una organización que reúna a un grupo de ellos. En un país con más de un millón de profesionales, pensar la intelectualidad y su papel no se resuelve hablando con una organización, tiene que pensarse para ese enorme conglomerado humano, complejo y diverso, pero profundamente patriótico y esencialmente revolucionario.

CGS: Pero se supone que desde el punto de vista de gobierno, esa estructura participativa son los órganos de Poder Popular, ¿en qué medida estos ejercen su papel?

JLM: Todavía de un modo muy precario e incompleto porque el tema recursos mediatiza todas las funciones y lo que he llamado, hablando de la cultura del trabajo, la marca de la existencia en precariedad le impregna un sello distintivo a la cultura de gestión; pero aún con recursos sería incompleto porque faltan los mecanismos para la socialización creciente del saber, el poder y la propiedad de la que hablaba y no se está experimentando lo suficiente ni bien. Las experiencias de Mayabeque y Artemisa no parecen estarse estudiando adecuadamente en cada uno de esos territorios –aunque estoy seguro que hay personas capaces de hacerlo- y todo queda como que es una buena idea que no encuentra las personas idóneas para llevarla a cabo. Quizá algo de eso hay, pero ¿por qué no aparecen las personas idóneas en todo caso?

Insisto en que el problema es de filosofía. No tenemos programas políticos que permitan distinguir y aclarar las posibilidades de los cuadros. No puede existir un solo plan hecho por otra gente o a otra instancia y que este cuadro que nos dirige y que tal vez elegimos solo deba ejecutarlo lo mejor que pueda. Los planes, las visiones administrativas tienen que confrontar y tienen que tener lecturas propias en los territorios, con adecuaciones consensuadas allí. Pasa igual a escala nacional. La vida política tiene que tener más debate, más estudio, más análisis críticos, más experimentación y los órganos del Poder Popular no parecen estar diseñados para lograrlo. Esa institución merece reconceptualizarse, como todas quizá, pero hablamos de esta.

El problema de la nominación, excepto para el caso del Delegado de circunscripción, obedece a un mecanismo esencialmente desconocido, nada público ni donde el ciudadano común pueda influir y da la impresión que parte del supuesto esencialmente falso que te mencionaba de que la representatividad estadística de la población refleja de modo más o menos exacto la estructura, diversidad y riqueza de las ideas. En la práctica sucede que las mejores ideas están fuera de los órganos de poder legislativo y no se discuten en los gobiernos, se escuchan en los eventos científicos de ciencias sociales, en eventos culturales –de artistas, escritores, etc.-, a veces aparecen en la prensa, pero no las escuchas en las sesiones de la Asamblea Nacional o en las Asambleas Provinciales. En esos cuerpos están compañeros y compañeras que en su absoluta mayoría son excelentes personas, eso no lo duda nadie porque uno los conoce; pero eso no es suficiente para que sean portadores del dinamismo que necesita la política. De hecho la figura del político ha ido desapareciendo y ese papel lo necesita la sociedad. Todo parece indicar que la institución Poder Popular no construye esa figura y tampoco la alienta.

FLR: Relativa a esta socialización del poder que menciona como expresión de socialismo y democracia, ¿usted cree que todas y todos los cubanos, todas las personas, caben?

JLM: Absolutamente sí, con una excepción: los que apoyen el proyecto que no tiene que ver con la independencia y la soberanía de la nación. ¿Por qué?, porque el de ellos es otro. Lo que define la inclusión es tu adherencia al proyecto nacional. Si tú eres patriota, si tú crees en la independencia y en la soberanía de Cuba, estás incluido pienses lo que pienses, seas lo que seas. Yo no te voy a preguntar si tú eres liberal, si tú eres anarquista, no me interesa, tú eres cubano y quieres el bien de la nación, y quieres la prosperidad para nuestro pueblo; pero si tú quieres, con cualquier retórica, desmontar el proyecto este, que además tiene el apellido socialista, entonces no porque tu proyecto es diferente al escogido por la mayoría absoluta del pueblo y sostenido a lo largo de la historia. Da lo mismo donde tú nazcas, mi padre nació en Santa Cruz de Tenerife y era tan cubano y tan güinero como el más güinero y más cubano que hay en Cuba y en Güines; nació en Santa Cruz de Tenerife y murió con un carnet del Partido en el bolsillo.

La nación es, por un lado, a veces un accidente geográfico, un accidente histórico. Muchas veces empieza por ahí, no se puede evitar esa parte del asunto, pero en realidad es una elección de vida, una vez que eres consciente de las cosas y una vez que optas pues estás optando también por un proyecto de vida.

Como ves, es una forma de repetir lo dicho por Fidel en las palabras a los intelectuales: dentro de la Revolución todo y fuera de la Revolución nada, pero la Revolución tiene tantos caminos como caminos tiene la vida. No te hablo de nada raro si te digo que cuando los babalaos hacen un trazado de rutas posibles, cada una tiene detrás una cantidad de leyendas, una cantidad de historias, que finalmente resumen filosofías de vida.

Eso es la Revolución también, si cabe esta imagen cubanísima, caracoles que se tiran todos los días y que nos abren rutas diferentes a la emancipación y a la libertad de nuestro pueblo, que nos dan la clave de qué hacer para llegar a los objetivos estratégicos de la nación; y entonces esto es una elaboración cotidiana y a la vez periódica de todas las generaciones, unas detrás de las otras. Todas tienen que plantearse y replantearse el proyecto una y otra vez: cómo lo estamos haciendo, cuál era la idea iniciática, qué pensó Varela, qué pensó Martí. Fue Martí quien nos inició en esta idea de la cubanía y todos le hicimos y le seguiremos haciendo caso a lo largo del tiempo; pero ya tú ves, hay muchos tipos de martianos, los ha habido y los habrá, no es nada raro. No se trata de interpretaciones manidas y no manidas, manipuladas y no manipuladas; esto es un poquito más amplio que eso, se trata de la ruta de la nación, de los caminos de la cubanidad que se van construyendo por cada uno de los sujetos sociales que van tomando parte y van integrándose en su desarrollo.

FLR: En una de las entrevistas que forman parte de esta serie se insistió en el olvido de una categoría como la del trabajo en los procesos de reformas de los noventa y el actual. ¿Usted pudiera insistir en este particular?

JLM: Me encanta que lo hagamos, porque además, sabes que ese es el foco delirante que he llevado a lo largo de los años.

Pudiéramos decir que el primer trabajo estrictamente sociológico que se produce, ya con independencia, vamos a decir, disciplinaria para la Sociología, viene de Durkheim, que es La división social del trabajo, y él empezó a explicar todo el movimiento de la sociedad a partir justamente de la división social del trabajo. Sabemos que Durkheim es uno de los padres fundadores. Marx también lo fue y lo que hace Marx es básicamente una articulación entre la sociología del trabajo y la sociología económica. Y del mismo modo Weber, en Economía y sociedad, hace un trabajo extensísimo en esa dirección.

Se entiende que la sociología del trabajo, sin embargo, nace paralelo con Marx y con Babbage. Desde entonces se trazan dos caminos, una variante reformista y una variante crítica; la primera: vamos a trabajar con la gente para armonizar esto y ponernos de acuerdo y llevarnos todos bien y seamos amigos; y la otra: vamos a derrocar este sistema y poner otro donde rijan los trabajadores y el trabajo se imponga sobre el capital, o sea, que la sociología del trabajo fue uno de los espacios académicos donde primero se bifurcaron los caminos de las ciencias sociales como ciencias del orden o como ciencias del cambio.

Pero la sociología del trabajo, que fue fundacional de la disciplina toda, ha venido últimamente en descenso, ha perdido centralidad científica por la pérdida de la centralidad del trabajo, de su objeto de estudio, no sólo en Cuba, en todas partes. El último congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo se dedicó justamente a eso: a la recuperación de la centralidad del trabajo. Lo que molesta es que en Cuba pase también, que tengamos que luchar por esa recuperación, que sigamos vibrando en la misma cuerda de todo el mundo, como si fuéramos neoliberales, porque el trabajo para los neoliberales es una conducta de mercado, la sacan de su centralidad social, que sería reconocer la verdad: que los más importantes procesos vitales se determinen en el trabajo. Ellos creen que esa centralidad no está en los procesos sociales, sino en las instituciones que rigen la concurrencia, que es para los neoliberales la única forma de existencia de lo social.

El trabajo como proceso social no llama la atención del denominado pensamiento único, justamente porque el trabajo los llevaría al análisis directo de una categoría social que es el trabajador, los trabajadores, las trabajadoras, y este es otro asunto que ellos no quieren tocar, ellos quieren tratar con todo el mundo de forma individual. Ahí vemos el ejemplo de la categoría competencia, que es un avance científico en muchos sentidos, pero cuya única expresión es individual. Nunca se habla de competencias colectivas, de competencias grupales.

No se hace porque el tema de la competencia tiene como telón de fondo a la negociación individual sustituyendo a la negociación colectiva, que hizo posible una buena parte de las conquistas obreras en la historia. Todo lo que se avanzó en la precisión y análisis de las competencias es desarrollo de la ciencia, pero no podemos perder de vista qué es lo que está pasando detrás, la intención política que mueve eso.

El socialismo se construye, sobre todo, en la esfera del trabajo porque esa es la esfera que hace libre o esclaviza al ser humano; el trabajo en el socialismo no puede ser objeto de explotación y por eso no puede ser salarista, no puede ser el espacio donde se reciben mandatos gravitacionales que “bajan” desde este o aquel centro decisor. Tiene que ser un espacio de poder de los trabajadores que construyan el plan de acuerdo y en diálogo con todas las instancias, que planifiquen sus ingresos y su quehacer, donde se elijan sus directivos de acuerdo a un proyecto para el colectivo laboral. La libertad hay que construirla desde el trabajo. No se puede pensar en diseñar los procesos igual en el capitalismo que en el socialismo ¡y nadie me diga que los capitalistas son los que saben, porque eso además es falso! Si el socialismo no ha triunfado sobre el capitalismo es porque no ha sabido hacerlo desde los procesos de trabajo. No digo que sea fácil; digo con toda responsabilidad que es posible.

El socialismo es una pauta civilizatoria. Solo el hombre dueño de su proceso de trabajo puede ser dueño de su vida y el hecho de que esa condición se ejerza solo en colectivo es una oportunidad inédita para construir sus condiciones de existencia en paralelo con la construcción humana de cada cual. Siempre que omitamos el trabajo de nuestras proyecciones y análisis estamos también sacando al socialismo de la conversación.

FLR: En relación con esto, a mí me preocupa que la transformación actual en Cuba esté más enfocada en el acercamiento a cuestiones económicas, pero que no se considere esto que estábamos hablando del trabajo.

JLM: Hay por ahí la idea de que crecimiento no es desarrollo y es una idea correcta, el crecimiento no es igual al desarrollo, pero acto seguido hay que aclarar que sin crecimiento no hay desarrollo. No vamos tampoco a llevar las cosas a un extremo que prácticamente crecer económicamente sea un asunto de segundo orden. Este es un asunto de primerísimo orden, tiene que ser así.

Ahora, si de desarrollo humano se trata entonces no estamos hablando de cualquier prosperidad, fíjate que la palabra prosperidad se parece más, o parece que tiene que ver más con el consumo que con cualquier otra cosa, ¿verdad?, y no hablamos de cómo vamos a producir lo que vamos a consumir, ¿con qué vamos a ser prósperos?, ¿de dónde sale lo que nos hace prósperos?

El socialismo tiene un problemita adicional que resolver, no sólo tiene que producir más y mejor, y más barato, y más duradero, y más lindo, y más simpático, tiene que hacer todas esas cosas y tiene que ser más democrático; o sea, los sujetos y los objetos, los bienes y servicios tienen que estar impregnados de una voluntad de crecimiento humano, de actos de crecimiento humano, el hombre tiene que crecer. Hacemos gorras de pelotero, puede haber mil millones de gorras de pelotero, pero el socialismo tiene que ser donde cada gorra sea la tuya, tiene que pensar en cada persona.

Pero decía, lo más importante es que lleve libertad, y la libertad se ha definido de mil maneras. Sabemos que los filósofos dicen que es la conciencia de la necesidad; pero me quiero referir a la libertad política, a la libertad social y para definirla no encuentro nada mejor que repetir que es el derecho de todo hombre a ser honrado y a pensar y hablar sin hipocresía. Sucede que la libertad política es la madre de todas las libertades, el capitalismo llegó hasta su reconocimiento jurídico, pero después llegas a la conclusión de que si no tienes libertad económica, si no eres un sujeto libre en el trabajo, no tienes realmente libertad, como se preguntaba desconcertado Segismundo en su soliloquio calderoniano: “¿Y teniendo yo más alma/tengo menos libertad?”, lo cual nos lleva entonces al punto de partida. Volviendo a la pregunta, no puedes ser libre en el trabajo si en la comunidad tampoco eres libre; tienes que ser libre donde vivas, donde trabajes, donde te desarrolles, las relaciones tienen que ser de libertad, donde haya la plena garantía de que puedas dejar tu impronta personal en todo lo que hagas, en todo lo que digas. Ese es justamente el desarrollo al que algún día la humanidad llegará, porque es la única forma en que va a preservarse, si no, desaparece absolutamente.

El único hombre que va a sobrevivir es el hombre libre, quien no sea libre no va a sobrevivir, ni el esclavista ni el esclavo. Cuando hay esclavitud, aunque sea asalariada, todo el mundo está preso del sistema de explotación. El capitalismo, por ejemplo, lo que hace es refinar la esclavitud, llevarla a terrenos tales que sea casi una sutileza de buen gusto estar y no en la condición de explotados, vale decir de esclavos con salario. Eso es lo que tiene que resolver el socialismo, acabar con cualquier grado, gramo, ápice, de esclavitud que quede en las relaciones humanas, y crear las condiciones para que jamás, y bajo ningún concepto se vuelva a reproducir de algún modo una forma tal o cual de esclavitud. Para eso tiene que acabarse el Estado, el socialismo cuando refuerza el Estado refuerza la coerción sobre los que son sus aliados, sobre los que son sus sostenedores, los que son el alma de su proyecto, y los está convirtiendo en personas reprimidas, y les está matando la posibilidad de acceder individual y colectivamente a la libertad. Ese es el gran problema, por eso hay que trabajar cada día y sin descanso por la extinción del Estado, por más que sea una meta a largo plazo. Y no estoy hablando solamente del socialismo cubano, no, el socialismo, dondequiera que se pretenda, es la búsqueda continua, permanente y sostenida del reino de la libertad.

¿Entonces cómo nos lleva esto al trabajo? Ya hablé de esto antes, ahora lo digo de otra forma: el trabajo es la esfera fundamental de las actividades humanas en las que se construye la libertad. ¿Por qué?, porque tú no trasciendes por lo que eres sino por lo que haces, el mundo nos conocerá a cada uno de nosotros por lo que hagamos más que por quienes seamos.

Todo el mundo no necesita la misma libertad, ni todo el mundo hace lo mismo con ella. ¿Cuándo la sociedad será un lugar, un espacio donde merezca la pena vivir?, cuando todo el mundo tenga la posibilidad de descubrirse a sí mismo y ver dónde puede hacer lo mejor por los demás, ese es el lugar, y para eso tenemos que construir la libertad en el trabajo. Para eso tenemos que empezar a empeñarnos desde hoy, construyéndolo para el llamado comunismo, que dicho así es una palabra, es una consigna, es una bandera, comunismo es la parte quizá mística del sentimiento de libertad, de la libertad humana, que tiene que organizarse de alguna manera. En los siglos anteriores, en el xix y el xx, parecía que una sociedad así se podía delinear, Marx desde el principio sabía que eso no era así, Marx sabía que eso no era un modelo de sociedad, y muchísimo menos una sociedad modelo.

FLR: Hablamos antes de las transformaciones en el terreno de la propiedad, y en otro momento de la entrevista usted se refirió con fuerza a los sindicatos. En la actualidad se está hablando de más de la cuarta parte de la fuerza laboral del país vinculada al sector no estatal, ¿en qué medida esos espacios son de débil influencia para organizaciones como la central de trabajadores existente en la actualidad?, ¿y en qué medida usted percibe que fuera necesaria otra variante organizativa?

JLM: La idea que tengo del sindicato en las condiciones actuales, considerando su funcionamiento actual, prácticamente no me sirve para el sector estatal ni para el no estatal. Ahora, el problema de la representación política de todos los trabajadores, de todos los grupos sociales, es otro asunto; ahí entramos en la diversificación, el crecimiento y el enriquecimiento que tiene que tener la infraestructura participativa.

La adscripción sindical es algo ínsito a la cultura participativa de los cubanos porque los sindicatos fueron, en su conjunto, una de las fuerzas que trajo el despertar de la conciencia nacional en las primeras décadas del siglo XX. El sindicato de Alfredo López, y después el de los comunistas, de Lázaro Peña, ese sindicato caló en la entraña popular porque defendió los más caros intereses de las clases trabajadoras, sobre todo con líderes fabulosos como Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias o el propio Lázaro, en fin, grandes líderes. Al margen de otras consideraciones políticas, a todos ellos los admiro infinitamente como dirigentes sindicales, como luchadores por la clase trabajadora y por los intereses de la clase obrera. Esa es la verdad de la historia, y discutir eso o negarlo es sencillamente virarle la espalda a la realidad.

Ahora necesitamos que los sindicatos tengan una diversidad mayor, y sobre todo que tengan tareas políticas importantes, espacios de discusión, que tengan influencia sobre las leyes que se toman. Yo no me aferraría tanto al esquema de los sindicatos ramales como sí a la amplitud y diversificación de la representación política, desprejuiciar un poco ese pensamiento y no creer que hay una sola manera de estructurar esa representación. Tampoco se puede ser ingenuo en esas cosas, nosotros solos no pensamos en eso, y ante rótulos tan atractivos como “diversificar la representación” alguien construye una plataforma, busca una consigna y viene un fondo en divisas, de ya sabemos dónde, a financiar a un grupito que funciona como quintacolumna dentro del país. Es imposible evitar que cualquier idea de cambio no se inscriba dentro de los desafíos de la lucha política, la cual será, y sobre todo desde ahora en adelante, cada vez más compleja.

Pero no puede pensarse que hay una sola forma de movilizar a los trabajadores, ni que la forma tradicional es también la única. Yo no creo que haya que renunciar a las tradiciones, pero tampoco que haya que cerrar los ojos o virar la espalda ante nuevas maneras de hacer las cosas, y yo creo que hay que irlas pensando. El sindicato tiene que ser objeto de una profunda investigación que ellos mismos debieran alentar; tiene que autoestudiarse, ser estudiado desde afuera y desde dentro, ver todas las posibilidades y cotejarlas con la realidad.

FLR: Tengo entendido que en la sede de la CTC nacional existe un Consejo Científico.

JLM: Ellos una vez tuvieron un Consejo Científico pero ya no lo están manteniendo, yo fui parte de él. Te puedo decir que la vida y la historia de ese consejo no fue exactamente una experiencia buena, porque chocaba con todas estas posiciones adscritas a la lógica de las poleas trasmisoras, habían presupuestos que no se podían saltar; tampoco creo que los investigadores, por lo menos yo, tuviéramos la suficiente madurez para haber pasado los mensajes de la mejor manera, ni creo que los compañeros y compañeras de la Central estaban completamente preparados para entender y poner en práctica las mejores ideas.

Dejando atrás esa experiencia, lo cierto es que pasó todo lo que pasó en el mundo y el socialismo real salió de la historia viva y pasó al capítulo de los malos recuerdos. Es muy injusto, pero fue así. Eso es una experiencia para la humanidad, para nosotros también, y yo creo que podemos ver ahora desprejuiciadamente los nuevos retos, con nuevas miradas y con nuevos lentes también.

Está claro que los sindicatos tienen que desempeñar un papel protagónico, y que la esfera del trabajo tiene que estar en el centro de los análisis. Si hacemos quinientos lineamientos, una parte importante de ellos tienen que ir a la esfera del trabajo, y entender el trabajo como categoría sociológica, filosófica, histórica o incluso antropológica. Tenemos que ver al trabajo desde esos ángulos y desde otros, por ejemplo como sujeto de la comunicación. El trabajo es objeto y sujeto de la comunicación; toda la esfera comunicacional en Cuba tiene que reestructurarse, tiene que pensarse mejor, tenemos que comunicar alegría, decía eso, pero no sólo alegría, tenemos que comunicar razonamientos claros, mensajes inteligentes, tenemos que pasarle a la gente un mensaje inteligente de la vida, pero siempre con la convicción de que todos vamos a considerar más la inteligencia cuando la podamos usar, cuando nos sea útil para vivir.

Los gustos se construyen, en las preferencias se influye mucho, y eso hay que planificarlo también. No es manipular a la gente, porque tú puedes informar y construir conciencia, es más, si construyes conciencia es porque no manipulas, si no lo que construyes son ideas hijas de otras, y de otras, y generalmente son estereotipos y cositas chiquiticas para que se las aprendan rápido y sin pensar, pero la construcción de conciencia es bastante más ambiciosa y emocionante, lo que supongo que deba traducirse en un gran proyecto comunicativo. Creo que el socialismo no ha encontrado aún su proyecto de comunicación y estamos viendo dondequiera lo decisivo de esa esfera.

CGS: En la concepción de la transformación actual en Cuba prevalecen procesos que han mirado más a lo estructural, a lo macro, y no tanto a los microprocesos; que en el tema del trabajo se han preocupado más por la propiedad, y digamos, menos por los derechos de los trabajadores, ¿cómo está siendo el correlato entre los decisores y las ciencias sociales en ese sentido, y cuánto usted concibe que estas disciplinas, la sociología del trabajo y la antropología por ejemplo, pueden aportar a ese proceso de cambios?

JLM: Creo que la necesidad de un diálogo, yo diría que casi una sinergia -algo más intenso- entre los decisores y la ciencia tiene que ser permanente sobre todo en nuestro socialismo.

Veámoslo desde este ángulo: el socialismo es una obra de alta cultura, el proyecto nacional cubano es también una obra de alta cultura desde su propio nacimiento. Es una construcción de muchos, viene desde Varela, pero sobre todo de Martí, es un conjunto de elaboraciones en sucesión que llega a Martí y él les da molde y cocción definitivos. Es un orgullo nacional porque, sin pecar de chovinista, no abundaban en América Latina ni en Norteamérica, en ese momento histórico, pensadores de la talla intelectual como los que nutrieron, de un modo o de otro, la idea nacional cubana.

Nosotros necesitamos tener esa construcción culta de nuestra idea iniciática nacional y ese monitoreo especializado constantemente, porque somos un proyecto que se hace a contrapelo de otros, eso no les sucede a todos; pero el nuestro surgió junto con el de Estados Unidos, y el de ellos decía que nos incluía, y el de nosotros decía, desde Varela, que podíamos asociarnos a otros menos al de los Estados Unidos. El elemento Cuba tenía ese extrañísimo y singularísimo rol, pues aquel proyecto imperial lo incluía por razones de seguridad, de economía, y el de acá, emancipatorio y nacionalista, establecía por muchas otras razones su total rechazo a esa posibilidad. Entonces somos un proyecto en confrontación, somos un proyecto que tiene que imponerse al no-proyecto o al anti-proyecto que nos presentan y que nos quieren imponer de mil maneras, desde la televisión, la radio, la música, o las más disímiles formas ideáticas contentivas de alguna visión de futuro.

Si nos adscribimos a la más justa verdad, nunca las ciencias sociales han tenido tanto diálogo con el poder como después de los Lineamientos, porque hay un momento determinado en que los decisores se percatan de que están ante un problema que reclama movilizar un conjunto amplio y diverso de saberes por lo demandante de las tareas a llevar a cabo y se percatan además de que esos recursos humanos e intelectuales están en el país y, con toda la razón y con todo el derecho del mundo, acuden a su academia, la convocan. Se creó un consejo científico asesor de la puesta en práctica de los Lineamientos, donde están buena parte de las más importantes instituciones científicas del país y eso nunca había sido así, jamás se había lanzado esa convocatoria. Después la práctica ha dicho que algunas propuestas han caminado y se han entendido mejor que otras, y que algunas cosas han levantado una plataforma de diálogo y otras aún no lo han logrado suficientemente, lo cual quiere decir que sigue habiendo un espacio donde no hay todavía el diálogo que aspiramos y necesitamos.

En el caso de los estudios del trabajo, se acaba de realizar una reunión nacional con sociólogos, antropólogos, economistas, psicólogos, etc. en el mes de marzo que fue muy exitosa. Hicimos una convocatoria amplia y la respuesta fue fabulosamente positiva. Eso quiere decir que las cosas se van moviendo independientemente de que uno esté o no al tanto; o sea, que quizás estamos en presencia de un proceso en que las cosas van llegando a un momento de saturación, que se van acumulando saberes que de todas maneras llegarán a alguna buena parte.

Tenemos que aprender mejor a comunicar lo que sabemos, tener mejores armas, hace tiempo que muchos investigadores estamos pensando en eso y experimentando vías y métodos. Tenemos que lograr que en la televisión, en la radio, se presenten las sinopsis de las investigaciones y así de lo que pensamos sobre muchos aspectos de la realidad. Tenemos que llevar a Mesas Redondas, o como fuere que se les llame, los debates de los temas sustantivos de las ciencias sociales, tenemos que ganar esos espacios y colocarnos ahí. Y la dirección del país tiene que acostumbrarse a escucharnos, tiene que aprender, y nosotros aprender cómo le comunicamos las cosas, tiene que ser un aprendizaje mutuo; yo creo que ahora hay mejores condiciones para eso que nunca, pero también creo que siguen vivas toda una serie de limitaciones para ese diálogo, que van a seguir acompañándonos un tiempo, al fin y al cabo esa es la historia de todos los prejuicios. Me gusta creer que esa realidad va a seguir evolucionando positivamente.

Y la dirección del país tiene que acostumbrarse a escucharnos, tiene que aprender, y nosotros aprender cómo le comunicamos las cosas, tiene que ser un aprendizaje mutuo; yo creo que ahora hay mejores condiciones para eso que nunca, pero también creo que siguen vivas toda una serie de limitaciones que radican en desconfianzas y resquemores mutuos, que van a seguir acompañándonos un tiempo, como es la historia de todos los prejuicios.

CGS: Finalmente, durante la entrevista se ha insistido en la importancia del estudio de la historia, sobre todo porque usted ha hecho énfasis en el tema de cómo comunicar el socialismo que estamos construyendo. Yo creo que también habría que pensar cómo hemos comunicado la historia de nuestro socialismo, ¿no?, lo que hemos hecho hasta ahora, y nuestras propias memorias, la memoria del socialismo cubano. Quería saber su opinión al respecto.

JLM: Alguien ha dicho que fuimos capaces de hacer la historia, pero no de escribirla. La historia de las revoluciones es particularmente difícil, por las muy diversas y complejas formas en que se expresa la condición humana y por la propia naturaleza convulsa de los procesos que ocurren a su interior. La defensa de nuestra revolución pasa por el cabal conocimiento de su historia y creo que hay episodios, procesos, figuras, cuerpos políticos y circunstancias insuficientemente estudiadas o conocidas y que necesariamente deben ser abordadas con trasparencia, valentía política y objetividad en los análisis. Por poner ejemplos, no está clara la participación de la Organización Auténtica en todo el proceso insurreccional y sería bueno conocer qué papel jugó exactamente en la organización de la expedición del yate Granma. Sucede, por otro lado, que esa organización aportó mártires que no pueden ser olvidados ni desconocidos y ahí están los sucesos del desembarco del Corinthia o del asalto al cuartel Goicuría en Matanzas. Tenemos que incluir todo eso en la historia, con sus análisis correspondientes, como el propio papel de Prío y su desentendimiento del proyecto revolucionario, aun cuando regresó a los pocos días del triunfo quién sabe con qué ideas en la cabeza.

Esa historia tenemos que saberla de verdad para entender las cosas. Tenemos que saber cómo se expresaron los fenómenos del sectarismo, quién fue el delator Marquitos, qué hicieron las distintas organizaciones revolucionarias, cómo se superó aquella etapa, tenemos que saber quién era Aníbal Escalante, qué fue la Microfracción, y saber, en suma la historia con todas sus verdades y con todas sus visiones. Tenemos que conocer de contradicciones y errores como la existencia de la UMAP, a quién se le ocurrió, ¿por qué algo así pasó?

A fin de cuentas la Revolución cubana tiene menos páginas negras que muchas otras, y un sinnúmero de páginas de gloria. En la Revolución francesa hubo matanzas de opositores, en la rusa también, a veces curas, a veces miembros de la familia real; aquí no hubo nada de eso, ni se practicó la venganza o el atentado contra enemigos violentos y criminales. Y entonces la Revolución cubana puede sacar sus ropajes al sol y decir: “Aquí nos equivocamos y aquí también; pero mira, hicimos esto y esto, que nadie lo hizo”. La historia de la Revolución hay que hacerla, pero como parte de ella la historia del trabajo, y la historia de la cultura cubana en revolución, no solo la historia política. Ya se han dado algunos adelantos valiosísimos como el libro El 71 de Fornet. Pero se necesita mucho más.

Los procesos humanos no son fácilmente inteligibles, sobre todo cuando hablamos de grandes conmociones sociales. La historia con todas sus verdades casi que se ha escrito sólo por excepción. La historia nunca ha tenido la suerte de disfrutar una comunión muy fuerte con la veracidad que reclama la cultura humana, porque la historia siempre está hecha por los que les interesa narrarla de tal o cual manera. Eso no niega que se hayan hecho aportaciones de alta calidad, pero hay que hacer la historia de la Revolución como lo que es: la mayor conquista y la más impresionante proeza de nuestro pueblo, con todas sus virtudes y originalidades, con todas sus contradicciones y dificultades, porque la única manera en que las nuevas generaciones pueden, entender primero y defender después este proceso, es si lo conocen de verdad, no una versión más o menos construida a los intereses de alguien para que se entienda esto, aquello y lo de más allá.

Si alguien puede decirlo todo, y todo es todito, somos nosotros. No le debemos prendas a nadie. Aquí no se ha sido asesino nunca. Aquí se han cometido errores de idealismo, de extremismo, de ignorancia y de estupidez a veces. Pero no solo errores, también contamos con una mayoritaria creación cultural y social sin precedentes en el llamado Tercer Mundo.

La nuestra es una historia que cuando entras en ella se devela la explicación de muchas cosas, y hay que reconstruir bien todo eso para que entendamos cómo ha sido. En definitiva, la mejor historia de Cuba es la que nos queda por hacer y por escribir.

Fuente:

http://temas.cult.cu/al-socialismo-le-falta-mucho-de-ternura/

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220416

Fuente imagen:

 

https://lh3.googleusercontent.com/2gi9oIHh4j65pUG9eYGsUTmC6uhpk8cDZk4zYKwNRJAiujaVyIkyIE0ZETfZSpfZ95Bb0A=s85

Comparte este contenido:

Entrevista: How Hitler won Germans over with his ‘scientific religion’

How Hitler won Germans over with his ‘scientific religion’

The Nazis conducted experiments on her mother and nailed her father’s tongue to a wall. And yet, Israeli lecturer Tamar Katko still managed to be shocked by what she found in Nazi textbooks she discovered in a Zurich library cellar.

By Ayelett Shani

RESUMEN: Los nazis realizaron experimentos con su madre y clavaron la lengua de su padre en una pared. Y, sin embargo, la profesora israelí Tamar Katko todavía se sorprendió por lo que encontró en los libros de texto nazis que descubrió en una bodega de la biblioteca de Zurich. Hablando con: Dra. Tamar Katko, profesora de filosofía de historia y de educación en el Colegio de Educación Kibbutzim, en Tel Aviv; Encabeza el programa de honores de la universidad. Donde: Un café de Tel Aviv. Cuándo: jueves a las 6 pm Su libro «Ice Creatures: The Nazi Educational System» (Resling Books, en hebreo) contiene pasajes de libros nazis que usted encontró hace 20 años. ¿Cómo localizaste los libros? Después de la guerra, era ilegal estar en posesión de estos libros en Alemania. Los busqué en bibliotecas y archivos. Las personas con las que traté estaban enojadas porque esto era lo que buscaba, y no querían ayudarme. Resultó que muchos de los libros de texto habían sido sacados de contrabando de Alemania a Sudamérica ya Suiza. Prosiguió mi búsqueda en la Biblioteca Nacional de Zurich, y allí también el bibliotecario se sorprendió ante mi petición, pero me remitió a una anciana alemana. Bajamos a la bodega, y no podía creer lo que veía: misas de libros, todas con svastias en las mantas. Un verdadero tesoro.

Talking to: Dr. Tamar Katko, lecturer in philosophy of history and of education at Kibbutzim College of Education, in Tel Aviv; heads the college’s honors program. Where: A Tel Aviv café. When: Thursday at 6 P.M.

Your book “Ice Creatures: The Nazi Educational System” (Resling Books, Hebrew) contains previously unpublished, very extreme passages from Nazi textbooks that you found 20 years ago. How did you locate the books?

After the war, it was illegal to be in possession of these books in Germany. I looked for them in libraries and archives. The people I dealt with were angry that this was what I was looking for, and didn’t want to help me. It turned out that many of the textbooks had been smuggled out of Germany to South America and to Switzerland. I continued my search in the National Library in Zurich, and there, too, the librarian was taken aback at my request but referred me to an elderly German woman. We went down to the cellar, and I couldn’t believe my eyes: masses of books, all with swastikas on their covers. A true treasure.

You write that you were shocked by the books’ contents. What kind of books were they?

They ranged from books for early childhood to instructional booklets for teachers, and of course textbooks for primary and high schools and for higher education. I told the German woman that I wanted history books, and she produced them for me. I will never forget the air of reverence with which she held the books, with such delicacy. Her hands, in rubber gloves, shook. She made me put on gloves, too, of course. I sat down and started to read. I was utterly shocked – at actually having found the textbooks and at what I read. “It can’t be,” I said to myself.

I asked the librarian: “Are you sure these are textbooks?” She confirmed that they were. For example, one book stated, “In the beginning, God created the German. From ice he created him.” I went back to the librarian and told her I needed textbooks. “These are textbooks!” she replied. “This is what they learned!”

Here, too, our children are taught that “In the beginning God created…”

Here it’s taught in Torah lessons; in Nazi Germany it was part of the history curriculum. And when I got to the biology books, my hair stood on end. For example, a textbook for the fourth grade explained the concept of racial purity: why the German people must be kept separate, especially from the Jews. Another book explains how to identify a member of the Aryan race: height of forehead, distance between nose and lip, depth of chin cleft. There were drawings. Also the shape of the legs: These are legs of the Aryan genome, those are not. These are toes of the Aryan race, those are not. Anatomy.

That’s appalling, but not necessarily surprising.

Education is a dangerous thing. Educators made it possible for Hitler to succeed; without them it simply would not have happened – not as it did, not on that scale and with those results. Nazi education simply recreated the Germans. It succeeded in a way we can’t comprehend and it resulted in almost 70 million people killed and murdered in World War II. The victory of Nazism [in Germany] was above all an educational revolution.

You discuss how history was rewritten in order to serve the narrative of the master race and the need to purge the world of the other races.

Yes, it was a mishmash of utter fantasies alongside facts. According to these books, Julius Caesar was Aryan; Napoleon was Aryan, and that was the secret of his success; Abraham Lincoln was Aryan, and was called Abraham Linkhorn. By the way, he actually was of German descent, and from their point of view, he represented the Aryan race in the United States.

Here’s a quotation from a sixth-grade history textbook: “The collapse of German society and of the German economy was the deliberate result of the Jews… When will the savior come who will do battle against these forces of hell, the Jews? Now we hear his footsteps. He is arriving to save us. Awake, Germany, the redeemer has come. The truth is coming to light. The Nordic Aryan race shall yet rule the world.”

That book was written by Hilke Dreyer, the chief scientist in the Reich Education Ministry. He was in charge of a series of books that explained to children why the improvement and flourishing of the Aryan race was contingent on the extermination of the Jewish race. You have to understand that these books were not only in the schoolchildren’s satchel or in the school library. They were not considered propaganda; they were part of the official curriculum. Parents, grandparents, the children’s whole milieu, knew what they were learning and memorizing and what they studied for before exams, and proudly reinforced and supported them. The Germans like to read. They were accustomed to treating books of thought, science and research with great respect, sanctity and utter seriousness.

Everyone read and talked about this material – in newspapers, in movie theaters, in offices, on the radio and in the theater. And not with skepticism, puzzlement or ridicule. It’s not sufficient to say that all the horrors occurred only because of despair, a dire economic situation and Nazi terror. Terror does not recruit 60 million people for such theories and for belief in a leader like this to the point of sacrificing their lives for him. For them, Nazism was the absolute truth. Period. It wasn’t just education and training that made millions of students believe in it, not with such totality. They saw the light, they were strengthened in their belief and upheld scrupulously the “new scientific religion.”

This is a passage from a fourth-grade textbook: “Germany being on the brink of an abyss, Divine providence sent the German people a great leader, Adolf Hitler, descendant of the Nordic Aryan race… May you be able to give yourselves limitlessly for the sake of the Fuehrer… Do not forget that treason against a leader like this will bring perdition and bitter revenge down on you, for he was sent to save the nation… Only the Germans can understand his sublime language… And now, children, so can you.”

That’s a quote from a book by the historian Dr. Herbert Göbel that was published in particular for primary-school students and was included in courses for teachers. That material was distributed by order in all the schools as part of a rigorous curriculum that was worked on by the finest researchers, pedagogues, scientists and educational personnel in Germany. Their task was to rewrite all the textbooks, and ensure that all students in the Third Reich without exception were examined on them.

To simplify, the principal themes of the curriculum were education to cultivate the German body and spirit, education for martyrdom and sacrifice for the sake of the homeland and the Fuehrer. The doctrine of racial purity and improvement was taught from the first grade, along with the need to remove the Jewish threat and veneration of the Fuehrer as a savior. The texts are very messianic.

And very scientific. They are constantly marked by that contrast. For Dr. Gobel, for example, Hitler was a miracle, a meteor. Not for messianic, mythic or fantasy purposes, but according to the science of history itself. He based all these propositions on a host of examples and analyses that drew on the findings of institutes that were established to study the history of the Aryan race, with a vast investment by archaeologists, physicians, geneticists, physicists and Germany’s leading historians. Their work was highly regarded in Germany and internationally even before the Nazis’ rise to power. They were considered reliable and credible sources in science, philosophy and history. There was no chance that anyone would cast doubt on these texts, on top of which they received a budget, authorization and the seal of the Education Ministry and of Hitler himself. Like the word of the living God.

It’s a kind of rationalization of messianism. There are many cults like this, in which the “mission” is backed by pseudo-scientific knowledge. For example, Heaven’s Gate, whose members committed suicide [in 1997] in order to undertake a space journey. The leader does not necessarily grab people at their weak spot. On the contrary, he grabs them where they feel smart and superior. He speaks to them in high language.

The Nazis deciphered some sort of riddle about the machine called man and the maximization of man’s natural, genetic, physical and mental abilities. I believe that this is why it grabbed such intelligent people, the elites, tens of thousands of academics, musicians, philosophers, writers, scientists. They could have packed their things and fled. They had options elsewhere. These were people who should have asked themselves what they were doing in this circus, with the mustachioed man who preached to them all day on the radio, explaining to them that they were created from ice. That they were different.

Then why didn’t they leave?

Because Hitler, in his genius, understood that the language that would grab the elites most powerfully was the language of science. After all, what did he want most? For them to take him seriously. He had no problem with the masses and the workers. His problem was with the intellectuals: how to reformat them, as we would say today. His solution was that he would not come to them with a political agenda, but rather with a different scientific religion that reordered the world. All this required evidence and proof, so they simply produced it. Professors in the most prestigious universities offered seminars, and their students did research and doctoral theses that were bound in leather, asserting that in order to rediscover this special Aryan genome, it was necessary to take action internationally. First to isolate the German people from the other races and then to improve the race.

Jews were seen as a genetic mutation whose role was finished. The role of the Jews was to safeguard knowledge for the Aryan people – in the kabbala, by the very fact of writing, for the Jews had been able to read and write when most of mankind was illiterate. That role was now done with. They are an unsuccessful genetic mutation of ours with other races – the fact is that they are scattered across the globe. Now they must be got rid of, because they are carrying our Aryan knowledge in a defective body. I am talking about the content of lectures in universities, not speeches in the cellar of a secret society.

Ariosophic theories

Let’s talk about the practical implementation of this approach, the takeover of the education system. The education system was standardized – all the schools were political, along the party’s lines, and the same subjects were taught at the same time throughout the Reich. All other schools – Catholic, democratic, special education – were shut down. In fact, what happened to the children who were in special education?

Some were put to death, others were incarcerated. They were isolated. The children of Germany underwent a selection process, based on their abilities and the homes they came from. They were then divided among schools in which there was a long school day, until the evening, or others that were full-time boarding facilities. In addition to the material they were stuffed with, they underwent exhausting physical training. After school, from the age of 6, they were sent to the Hitler youth movements or to engage in party activity. When they arrived home in the evening, they were worn out. The idea was not to leave them even a minute of spare time. The youths who completed those tracks successfully went on to attend university equivalents in isolated fortresses, in boarding-school conditions.

You describe a totally militarized daily regimen in the boarding schools, beginning at 6 A.M. and concluding at 10 P.M. – studies, training, drills, cleaning. A quarter of an hour’s break in the morning and evening, half an hour at midday.

Everything was done by the clock. There was no such thing as “I haven’t finished.” For Hitler, this was the breeding ground for the resurgent Aryan race, the nation’s future. They underwent training like an elite commando unit: climbing, riding, wrestling. They went home twice a year for a 48-hour break.

I found the most jolting sentence in the book to be a quote from Hitler to his opponents: “Your child belongs to us already… What are you? You will pass on. Your descendants, however, now stand in the new camp. In a short time they will know nothing else but this new community” [English translation from “The Rise and Fall of the Third Reich,” by William L. Shirer].

That comment sums up the whole book and the whole frame of mind. It is the key to Nazi education. You, the mother, are nothing but a receptacle. You brought this child into the world. Now he is ours.

Perhaps you can explain a little about the Ariosophic theories that underlie the textbooks.

Next to nothing has been published about this in Hebrew, or in general. The Ariosophic movements study the source of the peoples descended from the Aryan race. It’s a whole philosophy whose basis is the idea that a certain archetype of human beings exist, whose source is not on Earth. The exponents of this doctrine believe that they are the descendants of beings who came to Earth and mated with what they found here. The offspring is the primal ancestor of the Aryan race.

The result, in any event, is not a human being.

It’s the Übermensch. These theories were presented to Hitler by researchers, thinkers and philosophers. Hitler and his close circle were drawn to it with the intensity of people who become religiously observant and think they have found the Truth.

You write that an analysis of the material in the textbooks and in Nazi thought, and Hitler’s forewords to the books makes it all but certain that he, Himmler, Goering, Goebbels and many others led a double life: leaders and commanders in public, members of a fanatic pagan cult in secret.

They transformed pagan ritual into a language. Think of the Nazi salute, which was second nature in the grocery store, in the line for the doctor, when you enter the office. There were oaths, and whoever joined these societies had to swear that no Jewish blood or any other blood other than pure German blood flowed in him, his wife and his children’s blood up to three generations back. The wedding ceremonies of high-ranking Nazi officers were also conducted in that style or with that language.

There’s a frightening wedding scene in Erik Larson’s book “In the Garden of Beasts.”

Yes, and one that seems mythic. The groom uttered his vows to the bride in Runic, the ancient Nordic language. Similar rituals existed in ceremonies of promotions in rank. The famous SS lightning rods? They are actually letters of the Runic alphabet. There were two symbols like that on every collar and belt buckle; girls wove them onto their bras. Even bread bore the image of a swastika or other symbol. They ate the symbol. Nazism, that pagan science, became part of their genome. It wasn’t just some ceremony they did and then went home. It was the routine, it was their life, children came home at night from their groups, after it was drummed into them all day, to parents who were up to their necks in it.

They believed that more developed beings existed in other galaxies who were the fathers of their nation. They claimed that it took light-years to make the journey each way, and that their founding fathers were now on the way back. It sounds wacky, but for Adolf Hitler it was pure science. Himmler sent a research delegation of scientists and archaeologists to the Himalayas, in order to prove that this was the origin of the ancient Germans and that their anatomical structure was different.

They believed that they had superhuman abilities.

Yes, that they possessed quasi-electromagnetic traits, or the ability to hypnotize. Himmler was very obsessive scientifically; he was in contact with many scientists around the world. His conjecture was that people who carried the genetic makeup of the Aryan race could, for example, read other people’s thoughts. The brain sciences of our time developed in the Nazis’ research institutes.

I didn’t realize that.

Well, what was Auschwitz?

A laboratory?

The biggest-ever laboratory for experiments on human beings. Do you know what a luxury it is for a scientist to perform experiments on living people? Artificial insemination, in vitro fertilization, twins, dwarfs, optics, plastic surgery, skin grafts and organ transplants. Where was all that done? In Auschwitz … How did medicine suddenly leap forward by hundreds of years? What I’m saying now is horrible, but my parents were there, next to these medical institutes, they saw everything. My father, who was an inmate in Auschwitz, worked closely with one of those physicians. With his own eyes he saw what they did there.

What did he see?

All kinds of crossbreeding within families: father and daughter, twins. They wanted to see what kind of fetus would emerge, study its genetic features, what it received from each side. They studied all kinds of stages of pregnancy. Jews were perceived as raw material. When my father asked, “How can you burn people?” his commanding officer replied, “How can you eat a chicken? What difference is there between a cow and a Jewish woman?” That was their approach. That’s the education they received. The same was true regarding Gypsies or handicapped people. By the way, the first killings in Germany occurred long before the war broke out. In 1938, hundreds of thousands of people who were insane, homosexual or mentally retarded, as well as exceptionally ugly people were exterminated.

Eugenics – to improve the race.

Or euthanasia. The race has to be cleansed. The superfluous sentiments the world received from the Jewish soul have to be eliminated. No compassion. Do you want people to be healthy? Stop being compassionate. Sentiments are the most dangerous barriers to the development of the Aryan human race. The super-race. The whole Nazi hierarchy was ordered to name their firstborn child after one of the goddesses of Odin’s planet.

The Valkyries.

Himmler’s daughter, who is still alive, is named Gudrun. She supports the Nazi movements, gets Nazi criminals released from prison and finances them. She remains convinced that everyone else is wrong and that her father was right.

Mother and Mengele

And hovering in the background is your own personal story. The Holocaust was talked about in your home.

All the time. My beautiful mother was the singer and pianist for Dr. Mengele. He played the violin, Dr. Mengele. Sometimes he joined her in playing, and of course performed experiments on her. He told her, “I will prove to you that it is possible to starve and despite that you will play wonderfully, because the spirit is stronger than the body. The moment you hit a false note, my dog will deal with you.” And in fact, when she hit a false note – because she had tuberculosis and was reduced to a skeleton – the dog simply attacked her.

She told you this?

She lived it. We had a piano in the house, and she would wake up every night in the middle of the night and play her repertoire. That’s what I remember from the moment I was born. My father was in the Sonderkommando, one of the commanders of the Sonderkommando uprising, almost the only one who survived. They didn’t want to kill him; they only hammered his tongue into the wall with a nail, so that he would be mute, so he would not be able to talk and tell what he saw.

My home was a bubble that was brought from there. Outside people behaved the way they did in Israel, but in the house everything was different. My mother’s language was German. I only learned Hebrew when I entered preschool. If there was money, they would buy an opera record. My father discussed with me from age zero the philosophy of Kant and Hegel in German. They wanted to give me the basis for a better education, from their point of view. The Ordnung was implanted in me: Everything in its place. My son’s commanding officer in the [Israeli] army told me: No matter what kind of hole we’re in, his bed is always neatly made. Shoes shined, one next to the other. I asked him: Would you like to see our home? That’s German education. Order. Systematization. Always demand more from yourself.

You also saw the dark and dangerous side of that education.

What’s dangerous is the connection between high intelligence and fanaticism. As a political tool, as an instrument to rule. People are drawn to it. Humans are addictive beings. Just give them essence and reason, and they’re yours. My father understood that. I was brought up not to become addicted to anything. My father told me: You won’t drink, you won’t puncture the body, you must always be in control, always with eyes open. Don’t be deluded, don’t let anyone dull your senses. Ever. He would wake me up and take me out for training in fields: What time is it? Tell me without a clock, look at the moon.

He wanted to save you.

Yes. So I would not become a follower of something. He knew that ideologies are perilous, that rulers can be dangerous. So you are not to go that way. You will not listen to anyone. You will always know what you are doing at all times. You will not be influenced by anyone. You will not be conquered by anyone.

Fuente: http://www.haaretz.com/world-news/europe/.premium-1.759197

 

Comparte este contenido:

Entrevista a a Joaquim Sempere:»Tenemos que aprender a controlar nuestras expectativas a lo psíquicamente razonable y ecológicamente posible. La palabra clave es autocontención»

18 Diciembre 2016/Fuente: Rebelion/Autor: Nuria del Viso FUHEM Ecosocial

Joaquim Sempere (Barcelona, 1941) es doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona y licenciado en Sociología por la Universidad de París-X. Ha trabajado como director de la revista Nous Horitzons y forma parte del consejo editorial de la revista Mientras tanto. Es profesor emérito de Sociología de la Universidad de Barcelona, especializado en temas de medio ambiente. Ha desarrollado su pensamiento en torno a las necesidades humanas, el papel de la ciencia y los conflictos socioecológicos. Entre sus libros más recientes figura Mejor con menos (Crítica, 2008) y, en coautoría con Jorge Riechmann, Sociología y medioambiente (Síntesis, 2014). En esta entrevista desgrana su visión sobre la calidad de vida.

Nuria del Viso (NV): Para abrir este boletín sobre calidad de vida, nos gustaría primeramente que nos ayudaras a acotar conceptos y relaciones entre calidad de vida y bienestar; y entre buena vida y su equivalente del buen vivir en América Latina.

Joaquim Sempere (JS): “Bienestar” y “calidad de vida” se usan a menudo como sinónimos, aunque con acentos distintos. Bienestar alude más bien a los elementos “objetivos” o utilitarios, como la satisfacción de necesidades básicas objetivables: alimentación adecuada y suficiente, buen estado de salud, acceso a vivienda digna, vestido, protección ante los imprevistos de la vida, etc. Calidad de vida alude a aspectos más cualitativos y subjetivos, es decir, a los niveles de satisfacción experimentados, que incluyen presupuestos culturales distintos para las distintas sociedades consideradas, así como la adecuación a los tipos y niveles de expectativas de las personas consideradas. De todos modos, las diferencias son pequeñas y los dos términos a menudo se usan indistintamente para designar lo mismo.

Entiendo que el “buen vivir” de las comunidades autóctonas de América Latina es más que lo que nosotros consideramos “vida buena” porque incluye una relación armónica con el medio natural que supone también armonía social, esto es, justicia, reciprocidad en los derechos y deberes, vida humana adaptada a ritmos menos artificiales que los de las ciudades modernas. Es obvio que se trata de un planteamiento de vida del que tenemos mucho que aprender.

Quiero insistir en el tema de las expectativas. La sociedad productivista-consumista genera incesantemente expectativas materiales cada vez más altas, lubricando así la tendencia al crecimiento, pero con efectos psicológicos y morales devastadores porque reproducen sin cesar la insatisfacción (que a su vez realimenta el deseo de más cosas). Tenemos que aprender a controlar la formación de nuestras propias expectativas, a adaptarlas a lo que es psíquicamente razonable y ecológicamente posible. La palabra clave en esto es autocontención.

NV: Desde tu óptica, ¿cuáles son los ejes principales de la calidad de vida?

JS: En la calidad de vida creo que debe incluirse la satisfacción suficiente y adecuada de las necesidades básicas materiales (alimentación, vivienda, vestido, salud) junto con ciertos parámetros que dan a la vida humana una densidad de significación satisfactoria. Comer, vestirse y cuidar la salud son, en definitiva, bienes instrumentales: necesarios para “estar bien” pero no suficientes para una vida buena. Se dice, con razón, que estamos físicamente bien cuando no sentimos el cuerpo, porque funciona como debe: es al enfermar o sufrir dolor cuando nos apercibimos de que “tenemos” cuerpo. Con las necesidades materiales pasa algo parecido: si están bien satisfechas no las sentimos y podemos dedicar nuestras energías a construir nuestra vida, nuestra persona, nuestras relaciones con los demás. “Calidad de vida” viene a ser esta conjunción de unas necesidades básicas adecuadamente satisfechas con una panoplia de actividades y relaciones humanas que dan sentido e interés a nuestra existencia.

Conviene precisar que “necesidades materiales” es un término que a veces se usa de manera restrictiva, olvidando que en su satisfacción propiamente humana se juega una gran variedad de aspectos. La comida no es mero metabolismo animal, sino arte, gastronomía, cultivo de la riqueza sensorial, búsqueda y experimentación, y comer es también un acto social donde juegan elementos de reciprocidad, compañía, intercambio de dones y de afectos, etc. Algo parecido puede decirse del alojamiento: la vivienda no sólo nos protege de la intemperie, sino que es el espacio que organizamos a nuestra manera, proyectando nuestra personalidad en la decoración y en la búsqueda de algún confort vital, etc. Y lo mismo de otras necesidades materiales.

Pero la calidad de vida no se detiene ahí. Incluye todo lo que da a nuestra vida sentido, relieve, riqueza emocional, artística e intelectual, incluyendo las experiencias relacionales de amor, amistad y otras interacciones, como las comunitarias, políticas, recreativas, ceremoniales, deportivas…

NV: Todas estas actividades implican tiempo. Precisamente, una de las percepciones más repetidas actualmente es la sensación de falta de tiempo con la aceleración de los ritmos de vida. En este contexto, ¿qué significa la aparición del movimiento slow? Y en el ámbito laboral, ¿cómo incidir para una mejora de la calidad de vida?

JS: El movimiento slow es una rebeldía contra la prisa que invade la vida moderna en casi todas sus facetas. La sensación de falta de tiempo y la prisa que se deriva de ella proceden de la lucha fáustica contra la finitud de la vida humana, la reacción desesperada para lograr este imposible que es detener el tiempo, otra manera de experimentar la ilusión de la eternidad imposible. Naturalmente, se refuerza con la dinámica capitalista de la acumulación indefinida de capital que requiere una ampliación permanente de la demanda de mercancías; el resultado de esta dinámica es la demanda incesante de más bienes y servicios para consumir, que se disputan entre sí el tiempo de que disponemos, que es limitado. No puedo trabajar mis ocho horas al día, preparar la comida, comer, aprender idiomas, jugar al tenis, ir al cine, ver televisión, usar mi teléfono móvil para mil y un usos, y así al infinito en las 24 horas que dura un día. El mensaje del movimiento slow lo interpreto así: el tiempo que nos es asignado es, en cualquier caso, limitado; como no nos permite abarcarlo todo, tenemos que autolimitarnos; es mejor hacer menos cosas y dedicar más tiempo a cada una de ellas, experimentándolas con la máxima intensidad posible, en lugar de mariposear superficialmente sobre un montón excesivo de actividades y estímulos, para descubrir, al final, la vaciedad y la frustración de tantas experiencias veloces, acumulativas, abundantes y superficiales. Más vale saborear con detenimiento y atención pocas experiencias que nos dejen huella.

NV: Nos hallamos inmersos en una profunda crisis ecológica y social. Sin embargo, las políticas económicas al uso continúan situando la meta del bienestar en el crecimiento (para “tener más cosas”), lo que implica no sólo mantener, sino aumentar, el ritmo de extracción de energía y materiales, alimentando estilos de vida que no son generalizables. ¿En qué consiste la calidad de vida en este contexto?

JS: La calidad de vida que se nos vende en estas circunstancias es una estafa. No digo que no se pueda vivir bien teniendo más cosas, pero cuando se descubre la profundidad de la crisis ecosocial, cuando se le cae a uno la venda de los ojos, ya no se puede ser feliz sin tratar de detener esta carrera hacia el desastre. La respuesta tiene dos vertientes, a mi juicio. Por un lado, la lucha política (en sentido amplio) para detener la carrera hacia el abismo, tratando de influir en la cultura, en la vida pública, en la política, para encaminar nuestras sociedades hacia la sostenibilidad. Por otro lado, adoptar personalmente, y con la gente que te rodea, estilos de vida congruentes con la consciencia de la crisis, tratando de reducir el impacto ecológico propio: andar, ir en bicicleta, viajar poco o nada en avión, prescindir del coche particular, instalar fotovoltaicas, vigilar lo que comes y lo que consumes en lo que atañe al despilfarro de recursos y energía, etc. El cambio personal de estilo de vida no resuelve el problema, que es de dimensiones colectivas inmensas, pero determina la ejemplaridad de la conducta adoptada como conducta deseable: en este sentido tiene que articularse con la acción política contribuyendo a señalar el camino correcto. Y a la vez, es una manera de avanzar en calidad de vida congruentemente con la toma de conciencia del desastre ambiental.

NV: En un artículo anterior para Boletín ECOS, relacionado con tu libro Mejor con menos (Crítica, 2008), apuntabas que “hace falta una reconsideración de muchos parámetros de la vida social”. ¿En qué consistiría este cambio de paradigma?

JS: Consistiría en no superar la biocapacidad de la biosfera para que podamos vivir dignamente en ella todos los seres humanos y el máximo número posible de especímenes de otras especies animales. En otras palabras: no superar la huella ecológica media por habitante que la biosfera puede soportar sin degradarse. ¿Cómo se arbitra esto? Ahí radica la dificultad, dado que hemos construido un mundo no sólo insostenible ecológicamente, sino encadenado por unas dinámicas incontrolables. Las interdependencias son tan densas y tan fuertes que no se puede intervenir en un lugar sin que tengan lugar efectos en otros lugares. Y como la oligarquía mundial del dinero controla los mecanismos esenciales, procura que ninguna comunidad, ningún país, escape a la lógica dominante, y puede conseguirlo. El ahogo de Grecia por la UE es un ejemplo. Para que la ciudadanía recupere capacidad de autogobierno, tendrá que producirse, a mi entender, un desmontaje de estas interdependencias, una transición a comunidades más autárquicas (permitidme esta palabra maldita) o más autosuficientes. No pienso en autarquía plena, sino en reorganizar el metabolismo entre sociedades humanas y medio natural cercano para lograr un aprovechamiento eficaz y no destructivo de los recursos que proporciona la naturaleza. Así sería más fácil ajustar las necesidades humanas al entorno ecológico cercano, materializando una cierta armonía entre ser humano y naturaleza.

Lo ideal sería conservar los adelantos de la tecnociencia que pueden enriquecer la vida humana, y para ello la autarquía propuesta debería combinarse con una “mundialización espiritual” que permitiera compartir los saberes y las otras expresiones espirituales sin limitación. Las técnicas de comunicación de que disponemos hoy hacen posible esta mundialización. Pero esto requeriría también una estructura industrial muy sofisticada: ¿cómo hacerla compatible con un metabolismo simplificado? Esta compatibilidad es uno de los retos importantes para “salvar” el progreso tecnocientífico sin sacrificar la biosfera.

NV: ¿Alguna pista sobre las medidas necesarias para implantar ese cambio de paradigma?

JS: El capitalismo desregulado que impera en el mundo es, en las actuales circunstancias, lo peor que nos podía suceder, pues las tareas necesarias para salvar la civilización humana requieren dosis importantes de intervención deliberada en la vida pública, regulación y planificación (con todos los correctivos que se desprenden de los fracasos del siglo XX en materia de planificación). Pero no se ve cómo introducir cuñas en un sistema tan compactamente interdependiente para introducir regulaciones conscientes. A mí, este sistema capitalista, asociado a una megamáquina, como decía Mumford, se me aparece como invencible. Sin embargo, se me aparece tan invencible como inviable: creo que camina hacia su autodestrucción. Si esto es así, tras la autodestrucción del capitalismo tecnológico desregulado surgiría la oportunidad de reconstruir una sociedad nueva desde las ruinas de la vieja. Pero esto sólo sería posible si hubiese una masa crítica de personas con la suficiente consciencia ecosocial (y la suficiente mochila de experiencias alternativas previas, aunque fueran modestas y locales) para tomar el relevo y marcar la dirección a seguir. Si en el momento oportuno no existe esa masa crítica, la ruina de la megamáquina puede desembocar en el caos más espantoso, en una “nueva Edad Media” dominada por grupos armados y mafias que impongan la ley del más fuerte en un planeta devastado. Por eso creo en las pequeñas acciones, en las intervenciones modestas para construir desde hoy embriones de futuro en los intersticios de la sociedad existente. Estas experiencias pueden parecer insignificantes hoy, pero pueden ser decisivas mañana. El futuro no está escrito en ninguna parte: dependerá de lo que hagamos desde hoy mismo. Y no debemos despreciar ningún ámbito de acción: ni esta construcción de experiencias locales que sean embriones de futuro, ni la acción política, ni la acción cultural, ni el desarrollo del saber, ni la transformación personal.

Fuente de la entrevista: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220492

Fuente de la imagen:data:image/png;base64,iVBORw0KGgoAAAANSUhEUgAAAjsAAAF9CAYAAADiP6m3AAAAAXNSR0IArs4c6QAAAARnQU1BAACxjwv8YQUAAAAJcEhZcwAADsMAAA7DAcdvqGQAAP+lSURBVHhe

Comparte este contenido:

Entrevista Paul Van den BroeK: “Internet no puede sustituir a los profesores”

18 Diciembre 2016/Fuente:quepasa.cl /Autor:M. Cecilia González

Paul Van den BroeK se ha dedicado por tres décadas a estudiar los procesos cognitivos del aprendizaje y la comprensión lectora. De paso por Chile explica cómo Internet ha revolucionado lo que se sabe de lectura y defiende la prueba PISA, donde es parte del comité de expertos.

—En este minuto estás tratando de entender lo que digo, decodificando las palabras en inglés y creando una imagen en tu cerebro. ¿O me equivoco?
Paul Van den Broek (61) suele analizar lo que está pasando en la mente de sus interlocutores. Se trata de una deformación profesional que adquirió luego de haber pasado los últimos 30 años estudiando cómo es que las personas aprenden, primero desde la psicología cognitiva, luego desde la neurobiología, pero siempre ligado al ámbito que más lo apasiona, la educación. Por eso, las investigaciones que dirige desde el Laboratorio del Cerebro y Educación en la Universidad de Leiden, Holanda, siempre terminan siendo la combinación entre escáneres para observar aquel órgano misterioso, niños frente al pizarrón en sus salas de clases y muchos textos de todo tipo.
—Hay que ser honesto, la neurociencia sólo nos puede ayudar un poco. No sabemos mucho del cerebro, estamos recién descubriendo los procesos —afirma el psicólogo, que a fines de noviembre estuvo en Chile para exponer en Simposio Internacional sobre Literacidad en la Escuela organizado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile.
Aunque sus estudios se centran en el aprendizaje a través de la lectura y las matemáticas, Van den Broek es reconocido como un experto en comprensión lectora, campo en el que ha desarrollado métodos y pruebas para ayudar a las personas con más dificultades.

—¿Qué hace que un lector sea exitoso?
—Lo más básico es ser capaz de identificar letras, palabras y gramática. Pero sabemos que hay muchos niños que aunque saben leer, es decir, que codifican y decodifican las letras y las palabras, no comprenden lo que están leyendo. Para comprender necesitas hacer una imagen mental de lo que estás leyendo, lo que se logra haciendo conexiones semánticas, lo que yo llamo inferencias. Por ejemplo, tienes que saber que una oración se relaciona con la siguiente o con el tema general del texto. También hay que hacer conexiones con nuestro conocimiento previo. Lo que diferencia a un buen lector de uno que tiene problemas es la capacidad de hacer esas conexiones.

—Por lo general, las políticas públicas para mejorar la comprensión apuntan a fomentar la lectura. ¿Basta con leer para aprender a hacer estas conexiones?
—Probablemente existen buenos lectores que no recibieron ningún tipo de instrucción, pero no es la regla general. Es muy importante que los padres y los profesores entiendan que la comprensión lectora es una habilidad que tiene que ser enseñada. Es muy difícil darse cuenta cuándo un niño está teniendo problemas para hacer conexiones, en especial porque en promedio las salas de clases nunca tienen menos de 30 alumnos. La intervención en estos casos es más compleja. Entrenar a los profesores es crucial.

UN MUNDO NUEVO

Dentro del campo de la comprensión lectora, hay un punto que ha consumido la atención de Van den Broek la última década: la lectura digital. La llegada de los computadores e internet vino a cambiar todo lo que se sabía acerca de cómo las personas aprenden leyendo, con muchos más canales de información esperando para ser procesados.

—¿La lectura digital significa un cambio de paradigma?
—La lectura digital es un mundo nuevo, y los niños están creciendo en ese mundo. Claramente, tiene similitudes con la lectura en impresos: para comprender en internet también necesitas hacer conexiones. Pero los desafíos y las oportunidades son diferentes, principalmente por la manera en que se presenta el contenido. Uno puede encontrar información extra muy rápido, por ejemplo, vocabulario. Está la posibilidad de complementar con contenido multimedia, que puede ser una gran ventaja educacionalmente hablando. Pero, por otra parte, leer en internet requiere más monitoreo, lo que llamamos control ejecutivo. Como puedes estar leyendo aquí, saltar a un link, saltar a otro link, pero después ser capaz de volver al origen. Dirigir la atención es muy difícil cuando se lee en internet. Un buen lector en papel no es necesariamente un buen lector digital.

—¿La lectura en impresos va a quedar obsoleta?
—Quizás en el futuro, pero por ahora los libros van a seguir ocupando un espacio importante. Leer textos regulares permite practicar hacer inferencias en un ambiente mucho más simple y fácil de monitorear.

—¿Cuáles son los riesgos de la lectura digital?
—En internet cambiar de tema es tan fácil como cambiar de página. Es muy fácil olvidarse de quién es el que está hablando. El monitoreo de las fuentes es muy importante. Un estudiante tiene que ser capaz de identificar si la fuente de la información que está leyendo es una autoridad o una persona normal, un capitalista o un socialista, y a partir de eso darles peso a sus argumentos. En papel, esta habilidad es más sencilla, porque queda más claro en un texto único. Pero hacerlo en internet es una habilidad más compleja.

—Si es difícil para los niños, que nacieron con internet, ¿qué pasa con los adultos?
—Los adultos no somos muy buenos en esto. La gran mayoría tiene los mismos problemas que los niños para buscar y monitorear información, e incluso para reconocer la credibilidad de las fuentes. El mejor ejemplo es lo que pasó en las elecciones de Estados Unidos con las páginas de noticias falsas. Es una habilidad que todos necesitamos aprender, y tenemos que tener claro que es muy probable que fracasemos en el proceso. Muchas veces vamos a ser seducidos por puntos de vista que no tienen garantías, porque es tanta la información que uno cae en la tentación de decir suficiente, ya tengo toda la información que necesito.

—¿Cómo tiene que cambiar la sala de clase para potenciar estas nuevas habilidades?
—Los profesores tienen que estar en control y para eso tienen que estar muy cómodos con estas habilidades, que también son nuevas para ellos. Hay que darles la oportunidad de entrenar y capacitarse. A veces, para un profesor es fácil pensar “ok, dejo a los niños trabajando con un programa mientras yo hago otra cosa”, pero internet y los medios digitales no pueden sustituir a los profesores, ellos siempre van a ser cruciales para monitorear el proceso. Los niños tienen que aprender a leer en internet de manera estructurada. Una idea es hacer búsquedas guiadas en Google, en las que participe todo el curso. Definir un tema, buscarlo y hacerse preguntas: ¿Cuántos artículos existen sobre ese tema? ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? ¿Cuál tiene más autoridad?

—Desde su experiencia, ¿Internet puede ayudar a superar las brechas socioeconómicas o las profundiza?
—El dinero es una limitante, porque la tecnología es cara. La brecha que existe en comprensión lectora en papel ya es bastante grande, pero si además las diferencias económicas son tales que una parte de la población no tiene acceso frecuente a internet, existe el riesgo de que esos niños queden rezagados. Creo que una de las prioridades de los gobiernos tiene que ser facilitar este tipo de herramientas. Tampoco tiene que ser increíblemente caro, no se necesita un computador para cada estudiante. Hay muchas actividades que se pueden hacer colaborativamente en la sala de clases.

CHILE VS. CHILE

Paul van den Broek fue elegido por la OCDE como uno de los nueve miembros del panel que ya desde mayo está trabajando en formular la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) 2018, que estará dedicada a esa materia.

—En la prueba PISA 2015, Chile destacó con el mejor resultado dentro de Latinoamérica, pero muy por debajo del promedio de la OCDE. ¿Qué lectura se puede hacer?
—Quiero ser muy enfático en esto: la principal razón por la que este tipo de pruebas es útil es para comparar cómo evoluciona un país año a año. Son para compararse con uno mismo, no para compararse con otros países, ni para ver si uno baja o sube en un ranking. En ese sentido, Chile ha mejorado consistentemente, pero porque tiene mucho espacio para crecer.

—¿No sirve compararse con países más desarrollados, como suele pasar en Latinoamérica?
—En países donde existen muchas diferencias económicas por superar, como es el caso de Chile, ese ejercicio puede ser útil para definir prioridades y diseñar políticas públicas. El problema es cuando se pierde la perspectiva de que es una medida limitada.

—Como la mayoría de las pruebas estandarizadas, la PISA tiene varios detractores. En 2014, un grupo de académicos estadounidenses criticó el enfoque de la medición. ¿Por qué usted defiende este tipo de pruebas?
—Está claro que cualquier prueba es limitada. Hay muchas cosas que no se pueden medir o que necesitan interacción uno a uno para poder ser estudiadas. Pero el hecho de que la prueba la dirija la OCDE no sólo le da prestigio, sino el respaldo de muchos expertos. Cuando los ítems de la prueba están listos, los enviamos a otros países miembros de la organización para que la revisen.

Fuente de la entrevista:http://www.quepasa.cl/articulo/actualidad/2016/12/internet-no-puede-sustituir-a-los-profesores.shtml/

Fuente de la imagen:http://s3-us-west-1.amazonaws.com/app-static-quepasa/wp-content/uploads/2016/12/15155355/Paul-Van-Den-Broek-700×300.jpg

Comparte este contenido:

Entrevista Bruno Gili: «Gobernanza de la educación necesita un cambio radical»

18 Diciembre 2016/Fuente y Autor: El espectador

Bruno Gili, socio de CPA Ferrere visitó La Mañana de El Espectador para analizar entre otras cosas, la educación uruguaya y la implementación de la tecnología en varios ámbitos. «Creo que la gobernanza de la educación necesita un cambio radical, porque no responde a los criterios educativos ni pedagógicos, de cómo debería organizarse la educación en Uruguay”, sostuvo.

Una encuesta revela la apetencia de los jóvenes para ocupar cargos públicos. Ante esto, Gili dijo: «Uruguay tiene un paradigma respecto al Estado, a las certezas y seguridades».

A su vez, destacó: «Esto tiene una racionalidad. Cuando uno mira los distintos eventos en la historia del Uruguay, en donde hubo problemas, obviamente que quién estaba en el sector público tuvo una protección y quién estaba en el privado, no».

«Algunas empresas públicas son innovadoras, por ejemplo Antel, muchos quieren trabajar en una empresa que está en el corazón de la innovación tecnológica que vive el mundo hoy», agregó.

Con respecto a la educación en nuestro país declaró: «Cuando a veces uno habla de la preocupación de la educación, no es tanto por lo que la sociedad civil no está haciendo, porque hace y mucho”.

Por otra parte afirmó: «Las instituciones que responden a viejos modelos del Estado, están yendo a un ritmo que no contempla la velocidad con la que el mundo se mueve hoy».

“Yo creo que la educación es un tema que nos afecta a todos, los padres somos responsables de la educación de nuestros hijos también”, sostuvo.

El integrante de la asociación Eduy21 expresó: “Yo creo que la gobernanza de la educación necesita un cambio radical, porque no responde a los criterios educativos ni pedagógicos, de cómo debería organizarse la educación en Uruguay”.

En referencia a la inclusión de la tecnología manifestó: “Hay que adaptarse. El mundo hoy es más complejo y hay que adaptarse a eso”.

En referencia a la situación que viven los bancos ante una caída de los costos de transacción, economía en red que los interpela y demás, dijo: «Hay cambios en los modelos de organizarnos para brindar bienes y servicios. Los sindicatos tienen que defender sus derechos de salarios, sus condiciones de trabajo, pero tienen que pensar que la cosa va a cambiar».

«Hoy es un problema si no se logra pensar con otra flexibilidad», afirmó.

 

Link de la entrevista: http://www.espectador.com/share_link/vl/5575/345352.html

Fuente de la entrevista: http://www.espectador.com/sociedad/345352/gili-gobernanza-de-la-educacion-necesita-un-cambio-radical

Fuente de la imagen: http://img.espectador.com/fotos/noticia/345352/658/345352_20161216140040_bruno-gili.jpg

Comparte este contenido:

Entrevista a Miguel Brechner: «Tener cuidado que la política no destruya la educación»

18 Diciembre 2016/Fuente y Autor: espectador

Miguel Brechner, presidente del Plan Ceibal, visitó La Mañana de El Espectador para discutir sobre el sistema educativo uruguayo y también tratar temas como el Plan Ibirapitá. «Tenemos que tener cuidado que la política no destruya lo importante que es la educación».

«En tono jocoso dada la discusión que hubo en torno a las pruebas PISA las ultimas semanas, en el año 2036 Finlandia alcanza Uruguay».

«Unos dicen que en los próximos 80 años vamos a estar donde estamos y si yo miro que hace tres pruebas PISA, Finlandia cae, lo único que hago es trazar la recta para bajo y cruzarla con la recta de Uruguay en 2036″.

En referencia a la educación de nuestro país, Brechner aseguró: «Yo creo que todos los que quieran estar involucrados tienen que estarlo, pero también hay que bajar un cambio de la discusión y ver cosas más prácticas».

Ante esto sostuvo: «Tenemos que tener cuidado de que la política no destruya lo importante que es la educación».

Con respecto a las pruebas PISA, dijo: «Es un reflejo de la realidad del mundo, que habla bien de algunas cosas de Uruguay y de forma preocupante de otras y creo que hay que valorarlo así». En la misma línea expresó: «Las pruebas PISA son todas de ‘pienso’, son todas complejas. No son pruebas que pregunten cuál es la capital de Albania. Nosotros necesitamos eso, gente mucho más crítica, gente que se sepa comunicar».

Consultado por la estructura de gobernanza en la educación, declaró: «Lo que tenemos que cambiar son que las prácticas sean mejores, que los estudiantes trabajen en base a proyectos, resuelvan problemas que les importen, y que a través de esto aprendan matemática, química, literatura».

Miguel Brechner explicó en entrevista con Daniel Castro que están en una etapa de planificación de muchas actividades, durante todo el año, porque se cumplen 10 años de la entrega de la primera computadora.

Sostuvo también que hoy hay unas 750.000 personas que tienen una computadora de forma activa. «Estamos dando clases de inglés a 80.000 personas, con profesores de Montevideo y también del exterior», manifestó.

«El plan Ibirapitá ha sido un éxito importante. Cuando el presidente Tabaré Vázquez anunció el primero de junio del 2014 que si ganaba iba a entregar tablets, fuimos el hazme reír de mucha gente, desde la derecha hasta la izquierda, las redes sociales fueron impiadosas. Y hoy hay casi 102.000 jubilados, usándolas para leer el diario y escuchar la radio por ejemplo», mencionó.

 

Link de la entrevista: http://www.espectador.com/share_link/vl/5576/345355.html

Fuente de la entrevista: http://www.espectador.com/sociedad/345355/brechner-tener-cuidado-que-la-politica-no-destruya-la-educacion

Fuente de la imagen:http://img.espectador.com/fotos/noticia/345355/658/345355_20161216142946_miguel-brechner.jp

Comparte este contenido:

El descenso de la educación artística produce alumnos analfabetos visuales

Europa/España/17 Diciembre 2016/Autora: Ana Lumbreras/Fuente: Portal DEIA

El descenso de las horas dedicadas a la asignatura de educación artística, que ha pasado en la Lomce de ser obligatoria a ser optativa en Primaria, puede producir «analfabetos visuales» e influir, desde un punto de vista negativo, en la creatividad de los alumnos.

Así lo ha explicado en una entrevista a Efe Alfonso da Silva, licenciado en Bellas Artes y profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), y autor, junto a otros siete compañeros, de un manual sobre «Didáctica de las artes plásticas y visuales».

Los «analfabetos visuales» son personas que no son capaces de diferenciar entre una imagen con contenido, que puede ser positivo o negativo para su formación, y ello puede provocar que no tengan una visión crítica de las imágenes que perciben y les «bombardean», como las audiovisuales y las procedentes del cine, la televisión y las redes sociales.

La educación artística es importante en el desarrollo de la creatividad, ya que los alumnos generan imágenes y propuestas artísticas; y fomenta la alfabetización visual porque ayuda a que los escolares conozcan qué tipo de imágenes de todas las que reciben son las positivas o las negativas.

Da Silva se ha referido a «la costumbre que existe, en ocasiones, de consumir imágenes sin pararnos a pensar qué nos cuentan» y hay que aprender a leer e interpretar esas imágenes que se reciben en el día a día, pero a ello no ayuda que los alumnos no reciban el número adecuado de horas de educación artística.

La educación artística, junto a la creatividad, «aporta alfabetización visual, que nuestros alumnos sean capaces de leer esas imágenes, que no siempre crean que vienen dadas, además de que es inevitable que estén recibiendo esa información constantemente».

«Lo visual es un lenguaje y tenemos que aprender a leerlo», según este profesor, dado que «eso es parte de la creación de una sociedad crítica, que sepa interpretar ese lenguaje de forma correcta».

Para él, uno de los cambios «más preocupantes» que se derivan de la aplicación de la Lomce es que, en Educación Primaria, esta asignatura pasa de ser obligatoria a optativa, con «lo que se abre la puerta, en función de la aplicación que haga cada comunidad autónoma, a que un alumno pueda pasar por todo ese nivel educativo de forma que no tenga ni una sola hora de educación artística».

«Esto es muy grave porque no se trabaja con la creatividad, no se desarrolla un concepto tan importante como este, que, hoy en día, incluso, a nivel empresarial, es fundamental porque, por ejemplo, las empresas punteras piden personas creativas que desarrollen este valor», ha subrayado.

Ello implica que «el nivel de alfabetización visual no se trabaja con los alumnos» y es «fundamental saber leer los valores que transmiten las imágenes que constantemente llegan y bombardean a todas las personas a través de las redes sociales, la televisión, los videojuegos y la publicidad, entre otros».

«Eso se educa a través de la formación artística y si no se trabaja desde la lectura de imágenes, no se forma a las personas», según Da Silva, para quien, «sin la lectura de esas imágenes, no van a poder discernir qué les están transmitiendo ni poder elegir, desde un punto de vista crítico, qué es lo que a ellos les aporta algo positivo».

Ha insistido en que la educación artística ayuda a que los alumnos sean capaces de expresar sus ideas, sus sentimientos y transmitir reflexiones a través de la imagen y, mediante una metodología eficaz, se puede contribuir a que la personalidad de los escolares madure en el aula desde un aprendizaje cognitivo, pragmático y significativo.

Da Silva considera que el niño, antes de aprender a leer y escribir, se comunica de una manera natural y espontánea por el dibujo, por lo que se puede utilizar este canal de comunicación para desarrollar sus capacidades y potenciar su conocimiento del entorno.

Disponible en la url: http://www.deia.com/2016/12/08/sociedad/estado/el-descenso-de-la-educacion-artistica-produce-alumnos-analfabetos-visuales-

Comparte este contenido:
Page 351 of 454
1 349 350 351 352 353 454