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Australia:Student employment and inflexible university policies drive online drop out

Oceanía/Australia/Julio del 2017/Noticias/https://theconversation.com/

Employment is the main reason students drop out of online degree courses, our new research shows. This is despite claims that online university programs offer greater flexibility to workers and employers who want to up-skill.

Most online dropouts occur due to students’ changing employment commitments, which affect their ability to complete assessments on time.

However, the assessment policies of many universities offer no concession for work-related challenges, so working students often fail to resume their studies. To tackle the biggest driver of attrition, university policies must offer flexibility around employment and assessment. Only then can universities truly provide the flexible online learning experience that workers and industry require.

What is the problem?

Our research shows the assessment policies of many online courses are no more flexible than their on-campus counterparts. Some vaguely mention that employment and leave extensions are subject to course co-ordinator discretion. Others explicitly state that work is not a valid reason for granting extensions for assignments.

Some universities have merely adopted traditional on-campus policies for their online programs. This approach highlights the disconnect between university policymakers and the needs of online students.

Retention is the biggest challenge facing online educators. For example, Open Universities Australia, a provider with more than 41,000 online students, experienced attrition rates above 20% for its introductory online units.

A recent Tertiary Education Quality and Standards Agency reportstresses that such high attrition represents huge revenue loss and creates reputational issues for governments and institutions.

Retention rates are often mistakenly used as a measure of a university’s quality.

Since online education serves nontraditional students, it automatically experiences higher attrition compared to traditional on-campus learning. Using completion rates as a benchmark for education quality therefore places institutions with higher proportions of online students at an unfair disadvantage.

What should universities do?

Considerable research and investment has sought to improve the retention of online students by focusing on the design and curriculum of learning websites.

However, this focus alone will not really help retention; it ignores the key driver of online attrition. What we need is fundamental change in the way universities think about online education.

Online students are offered flexibility in terms of study location, separate learning activities, and study progression. But considerable scope exists for improving retention by effectively accommodating the needs of online students in relation to assessment.

Or, at the very least, institutions could better manage student expectations by clearly communicating exactly what – if any – flexibility is offered in relation to employment.

Rather than imposing traditional on-campus student assessment extension policies, online students’ employment commitments should be taken into consideration. This could come in the form of assessments aligned with workplace challenges by offering a choice of assessment options and flexible deadlines.

A more radical move would be to allow online students to drop out and pick up again where they left at a later date.

What is the chance universities will change?

Potential opposition to such suggestions could be anticipated from institutions that want to be seen as fair by treating on-campus and online students equally.

However, this argument is flawed. It merely illustrates universities’ unwillingness to move beyond their comfort zones.

Other potential challenges relate to resource planning. Teaching staff would be required to process assessments and grades over a longer period. Administrators would also find it difficult to apportion revenues and costs to students who study a unit across more than one semester given current management practices.

Regardless of the challenges posed, reviewing online assessment policy in relation to student employment, and offering more flexibility around assessment, is essential. This would not only enhance student satisfaction, but enable universities to overcome – or at least lessen – the biggest driver of online student attrition.

Fuente:

https://theconversation.com/student-employment-and-inflexible-university-policies-drive-online-drop-out-79498

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/X4zio3HV9lKSOxPUhSdxB4SOdpJZqPRDVujnnE47OR9SgU8GqkblPVwkSL3H938oqWg_yg=s85

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La educación y la tragedia de los maestros

América del Sur/Perú/Julio del 2017/https://www.rebelion.org/
La educación y la tragedia de los maestros

Son los tiempos. Para adueñarse de la riqueza de los países, los dueños del mundo ya no generan tantas matanzas como antes. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, con tanques y aviones, sino en la cabeza de las personas, con programas televisivos o mensajes especialmente diseñados para torcer las conciencias. Ya no se trata de una guerra por conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros. Las balas ya no apuntan al cuerpo de las personas, sino a sus contradicciones y vulnerabilidades psicológicas. Ahora lo importante es controlar mentes: es la guerra asimétrica. Y para controlar mentes, se debe intervenir en la formación de los cerebros y, sobre todo, decidir sobre el contenido de los cerebros. Es decir, para controlar países y, por consiguiente, decidir sobre sus recursos (naturales, humanos), se debe decidir sobre la alimentación, la salud y la educación de las personas. No es poderoso ni potencia, ni siquiera estable, aquel país que tiene oro y petróleo, menos millones de dólares en reservas. Al país que no invierta en educación, salud y alimentación, le espera la decadencia histórica.

Son los tiempos, decíamos. Tiempos de la guerra irrestricta, una contienda donde no hay reglas ni guerras declaradas, donde, por medio de ataques imperceptibles, se utiliza la táctica del socavamiento de la estructura de la Nación-objetivo, hasta lograr, paulatinamente, el control sobre sus recursos estratégicos y su economía. Alguien dijo alguna vez: “Es imposible ganarle una guerra armada a Estados Unidos: es más fácil destruir su juventud, dejándole sin futuro, introduciéndole drogas”. O esto otro: “Es difícil quebrar la voluntad del cholo terco; más fácil es buscar la derrota del pensamiento y de la voluntad mediante programas televisivos aberrantes. Antes se hacía con la religión, luego con el alcohol”. Esa es la guerra irrestricta, donde las armas son “amables”, armas que aparentemente entretienen o “alegran” pero que, sin matar, causan daños irreversibles en la conciencia de los individuos. ¿Es acaso casual que los canales de televisión estén llenos de travestis como los nuevos héroes y paradigmas de la sociedad?

EDUCACIÓN PERUANA

¿Y cómo andamos en educación en el Perú? Muy mal, ya lo dijimos en algún momento: 11% de analfabetismo; el 47% de los estudiantes de la zona rural se encuentra fuera del sistema educativo; el 90% de las escuelas de las zonas rurales son unidocentes o multigrado; el 78% de las escuelas pertenecen al Estado. Solo el 1.6% son de material noble, pero sin los servicios básicos ni con el mobiliario adecuado. El 10.4% se encuentra en situación desastrosa. Además, dos de cada de diez escuelas no cuentan con el servicio de agua y cuatro de cada diez no tienen desagüe. En siete de cada diez colegios los servicios higiénicos se encuentran en estado deficiente. Carencia de materiales educativos de calidad; una parte de esos materiales deben ser comprados, o por los padres de familia, o por los mismos maestros. Metodologías obsoletas: la educación basada en una metodología de transmisión de conocimientos y contenidos ha fracasado.

¿Y cómo andan los colegios? Hay 62 mil colegios en el país. El 15% de ese total requiere sustitución, 56% precisa de rehabilitación, 29% necesita mantenimiento, 30% no tiene energía eléctrica, 40% no tiene agua y 75% no tiene internet. Para resolver ese problema se requiere el 10% del PBI (63 mil millones de soles).

¿Qué más? Un magisterio mal pagado y desmotivado. Hay 320 mil profesores a nivel nacional, y el 40% de ellos debe completar sus ingresos con otras ocupaciones remuneradas. Los salarios de ahora son la tercera parte de lo que eran en los años sesenta. Y como han caído las remuneraciones, cayó el prestigio de la carrera docente, cayó la “dedicación exclusiva” y, por consiguiente, cayó la motivación de los jóvenes por la carrera de Educación. ¿Algo más? Contenidos desfasados frente a los desafíos de la realidad y frente al tiempo histórico. Todos los países tienen un Proyecto Histórico y ese proyecto gira alrededor del potencial humano. País que no invierte en educación –y que basa su economía solo en la enajenación de sus recursos naturales, como el Perú– está destinado a sucumbir igual que el África.

El otro problema grave es la desnutrición. Uno de cada dos niños de las zonas rurales sufre de desnutrición. Si no se ataca el problema de la desnutrición, no se puede hablar de una buena educación. El niño peruano nace con aproximadamente un coeficiente intelectual de 100 en la Escala de Wechsler. Si a ese niño le damos una pésima alimentación en los tres primeros años, su coeficiente se reducirá a 95. Si después le damos una pésima formación educativa (2 a 3% del PBI en educación), su coeficiente decrecerá en algunos casos a 90 y en otros a 85. Los periodistas César Aquije y Félix Dávila, en el artículo “Perú año 2000, generación de tarados”, advertían que “están convirtiendo a la mayoría de peruanos en mutantes al revés, en seres que estarán incapacitados para sobrevivir en un mundo altamente tecnificado, como no sea en la humillante condición de semovientes (burros y caballos), de virtual ganado industrial”.

INTROMISIÓN EXTRANJERA Y PRESUPUESTO

¿Cuánto es el presupuesto del sector Educación para el 2017? 26 mil millones de soles. Los países industrializados invierten alrededor del 3% del PBI en investigación, ciencia y tecnología. El Estado peruano solo invierte 0.15% del PBI en investigación. Otros países, principalmente los países del Primer Mundo, invierten en Educación alrededor del 8% de su PBI y, en otros casos como Israel, sumando el público con el privado sobrepasan el 11% del PBI. El Perú en los últimos diez años solo ha destinado entre 2% y 4% de su PBI. Los países inteligentes invierten más en la infancia, luego en los colegios, finalmente en la universidad. En Perú es al revés. Es decir, el que más necesita, recibe menos. En educación inicial, al 2011, Chile destinaba 1766 dólares por alumno al año, Argentina 1745, Uruguay 1200, Brasil 1044 y Perú 289.

¿Y por qué el Estado peruano destina solo el 4% del PBI a la educación y no, por ejemplo, el 10%? Por imposición del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial. Alberto Fujimori firmó, siendo presidente, una carta de intención con el FMI que prioriza el pago de la deuda externa, dejando de lado el gasto público (la educación, el agro y la industria nacionales). Dicha carta impone, asimismo, la privatización de los recursos naturales y de la salud y la educación. Los presidentes que siguieron a Fujimori (Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, PPK) también hicieron cumplir al pie de la letra ese acuerdo. ¿Y por qué el FMI nos impuso esa carta de intención? Supuestamente para que podamos pagar nuestra deuda externa (tenemos deuda de tipo bilateral y multilateral y con la banca comercial). Sin embargo, según los entendidos, estaríamos pagando puntualmente las moras de las moras y los intereses de los intereses de una deuda fraudulenta que ya se ha pagado múltiples veces. Por eso la deuda externa se ha convertido en un círculo vicioso, ya que por pagarla dejamos de invertir en salud y educación, atándonos al capricho de los capitales transnacionales. ¿Y cuál es el trasfondo de la carta de intención? Los países industrializados, que son dueños del Banco Mundial y del FMI (EE UU, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Arabia Saudí y Canadá), quieren materias primas baratas para alimentar su industria. Debemos aclarar que el Perú no exporta ni una piedra. Son las empresas transnacionales las que extraen las materias primas y las exportan, dejando al país solo tres de cada cien soles que ganan (En Bolivia, los inversionistas solo se llevan 18 soles de cada cien soles que ganan, y los 82 soles restantes el gobierno lo ha destinado a la educación, elevando el gasto a 8% del PBI). (Por ejemplo de Apurímac se llevan a cinco dólares la tonelada de hierro esponja. Convierten esa tonelada de hierro en acero, cuyo valor alcanza los 500 dólares. Pero después, convertido en cuchara, esa tonelada de acero llega a costar cinco mil dólares. Las piedras que en la práctica les regalamos regresan al Perú valiendo miles de dólares). Y para asegurarse materias primas (asegurar el saqueo), estas entidades no solo nos han impuesto un mísero presupuesto a través de gobiernos pusilánimes y sin creatividad sino también nos han impuesto recetas educativas que apuntan a la dependencia. Invirtiendo 10% o 12% del PBI en Educación, en unos veinte años nos podríamos industrializar y dejar de regalarles nuestros recursos naturales y, de paso, les quitamos el mercado mundial.

LOS MAESTROS Y EL SUTEP

Aparte de los maestros, nadie pide en el Perú una buena educación para las nuevas generaciones. Nadie. Ni los padres de familia, ni los congresistas, ni el SUTEP. Esta vez han salido a las calles los maestros del Cusco (pronto lo harán todos los maestros del sur), pero dicha huelga es y será desconocida por el Estado pues, legalmente, los únicos representantes de los maestros a nivel nacional son los del SUTEP de Lima. Así lo dice el inciso 207-A del Decreto Supremo 013-2016-MINEDU del 2016: «El MINEDU no negociará con Sindicatos de Base o Sindicatos de Profesores que sean de competencia regional”.

Pero en los últimos años, tal y como denunció el semanario “Hildebrandt en sus Trece”, el SUTEP de Lima ha aprovechado cada huelga de los maestros para sus negociados. Eso lo podemos comprobar, por ejemplo, en el artículo 194 del mismo decreto, que dice: “La licencia con goce de remuneración por representación sindical se otorga a ocho (8) miembros de la Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores Docentes Nacional o Federación Magisterial Nacional, constituido para la defensa de los derechos e intereses del Magisterio Nacional, que se encuentren debidamente inscritos en el Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos (ROSSP) correspondiente. Por cada Dirección Regional de Educación, o la que haga sus veces, corresponde otorgar licencia con goce de haber a dos (2) representantes de la Base del Sindicato Magisterial o Sindicato de Profesores debidamente inscrito en el ROSSP. La licencia es por el período de un (1) año, renovable hasta el período que dure el mandato del representante sindical, conforme lo establece el estatuto inscrito en el ROSSP”. En total son 60 licencias sindicales para la gente de Patria Roja.

¿Y cuál es la salida para que los maestros sean realmente interlocutores del gobierno? Simple: deben organizar un nuevo gremio nacional de los maestros, aunque sea regional. Ya no debe llamarse SUTEP porque ese nombre ya está patentado por Patria Roja, y los estatutos fueron escritos para que ningún maestro pueda tomar el control total del gremio aparte de Patria Roja. ¿Es difícil organizar otro gremio nacional? No. Es fácil. Y luego se registra con nombre propio en el Registro de Organizaciones Sindicales de Servidores Públicos (ROSSP) del Ministerio de Trabajo, y listo. Según la Ley de Relaciones Colectivas del Trabajo, “El Estado reconoce a los trabajadores el derecho a la sindicación, sin autorización previa, para el estudio, desarrollo, protección y defensa de sus derechos e intereses y el mejoramiento social, económico y moral de sus miembros. La afiliación es libre y voluntaria. No puede condicionarse el empleo de un trabajador a la afiliación, no afiliación o desafiliación, obligársele a formar parte de un sindicato, ni impedírsele hacerlo”.

Es la única manera de hacer algo bueno por los maestros y por la educación peruana, la única manera de que los maestros sean realmente interlocutores de cualquier gobierno. De otro modo seguiremos viendo en las calles la misma tragedia de siempre: el primer día veinte mil maestros en marcha, cinco días después solo tres mil, siete días después solo mil, y así hasta que se cansan todos y vuelven al trabajo. Los maestros solo podrán saborear la victoria si se alejan del SUTEP y de Patria Roja.

Fuente :

https://www.rebelion.org/noticia.php?id=229089

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/Y5L6PVcSW8b2QXbJVi6Y6tW26fJSW8JA9ssRYdfci2NaHIvpa6qRGMNa1m13MXUGpEsUAg=s85

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Reino Unido: Horsing around with young children makes them laugh – and helps them learn

Europa/Reino Unido/Julio del 2017/Noticias/https://theconversation.com/

A good sense of humour is a highly valued personality trait. We like to laugh and for others to laugh with (not usually at) us. Yet while children say and do the funniest things, in the academic field of early childhood education and care (ECEC), not everyone is smiling.

Some of the most dominant theories appear to set humour and laughter as the direct opposites of seriousness and rationality. But this strict division can blind us to the vital role of humour in how we teach and look after our children.

A fresh perspective can be found, perhaps surprisingly, in the work of the 20th-century Russian philosopher, Mikhail Bakhtin. He developed a characterisation of humour and laughter from his focus on their role in medieval carnivals – the theory of “carnivalesque”. And it is a theory with some useful insights for young children’s education.

The “folk humour” associated with his theory is made up of three main concepts: carnival, laughter and the grotesque. From medieval times to today’s famous parades in Notting Hill and Rio de Janeiro, carnivals are spaces in which the world can be turned on its head – where anything goes and the rules of everyday life do not apply.

They also celebrate laughter and grotesque imagery relating to the area of the human anatomy Bakhtin calls “the lower bodily stratum”. It certainly fits well with young children’s delight in all things scatological.

There are well-established links between children’s humour and developing social skills. And new research suggests that looking at things through a “carnivalesque lens” can provide space for children to explore ideas that may be repressed in the official sphere of nursery life.

To grasp a sense of children’s developing social awareness, adults need to remember that children use humour in a variety of social situations. This could be exploring the place of power in relationships, or experimenting with social conventions.

For children to learn about (and liberate themselves from) rules, boundaries and restrictions, they need the freedom to play with these abstract concepts. Adults can support children by recognising children’s need to play in this way, and by providing a supportive, safe environment within which it can happen.

Spread your silly wings. Shutterstock

As part of this, adults can – with subtlety, sensitivity and an acute sense of timing – become part of a child’s “carnival” view of the world. Humour can be injected into daily routines to have a positive effect on children’s (and adults’) moods. Positive emotional states are not only valuable, but also have the potential to inspire creative thinking, feed children’s curiosity, and nourish their motivation to learn.

Funny business

Horsing around comes with its own challenges of course. Whether its pulling faces, blowing raspberries, or just falling over, bringing the carnival into nursery life is no easy task. Embracing these tendencies means helping children feel empowered by the fallibility of adults.

Some adults may feel they risk losing children’s respect by acting in this way. There may be a sense of anxiety and fear that even a momentary shift of power could result in a loss of control.

But it is vital for adults to seek ways of overcoming any such feelings. Being exposed to humour that promotes adult self-effacement means children can explore power relations and their sense of self.

It is possible that, in addition to the popular view of humour as trivial, its association with children being “silly” and behaving inappropriately has afforded it a reputation as pedagogically insignificant. This is perhaps most evident amongst ECEC policy makers in England and some of the professionals working in ECEC. Perhaps if more adults were aware of the reasons why children enjoy engaging in behaviour that challenges social conventions such as toilet humour, it may become accepted as something more than just a “phase” they go through.

As American educationalist Tim Lensmire suggests, there are serious downsides to ignoring children’s carnivalesque behaviour. We risk, he says, “undermining the sort of joyful, playful relation to the world and each other that would actually allow us to look fearlessly at the world and tell the truth about it”.

Fuente:

https://theconversation.com/horsing-around-with-young-children-makes-them-laugh-and-helps-them-learn-77276

 

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/E5ypb0QWSbAVfDOyXaonefu22ezbLqXivJOmGjVy60dV5lXJ–kt6J5WmnE0uc_VHvSGhm8=s85

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Racismo y antirracismo, ¿En que jaula estamos?

Por: Santiago Alba Rico. Cuarto Poder. 14/07/2017

El escritor Helios Fernández Garcés, uno de los más lúcidos y brillantes teóricos del antirracismo decolonial en nuestro país, publicaba hace una semana en Diagonal un artículo con el que pretendía abrir un debate en torno a la insoslayable cuestión del “racismo y la izquierda” en una Europa que cierra fronteras en el exterior, pero que carga desde hace siglos con sus propias fronteras internas. Las líneas que siguen son una tentativa de sumarme a ese debate planteando algunas dudas que –estoy seguro– franquearán nuevas sendas de entendimiento y divergencia en esta necesaria discusión.

En un interesante debate de 1988 recogido en el libro Raza, nación y clase, los marxistas Wallerstein y Balibar diferían sobre la relación de mayor o menor autonomía del racismo respecto del capitalismo y del mercado. Balibar, que asociaba el racismo más bien al nacionalismo, criticaba a los antirracistas que identifican el racismo con la “ausencia de pensamiento”, recordando que, al contrario, el racismo es una forma de pensar y que “cambiar una forma de pensar es lo más difícil que existe”. Wallerstein, por su parte, insistía en la funcionalidad de las diferencias de raza y sexo en el seno de la economia-mundo capitalista y atribuía al universalismo formal el papel de un freno interno que conjuraría el peligro de esos “nihilismos” racistas, del tipo fascista y nazi, que podrían destruir el sistema desde el interior.

El libro de Wallerstein y Balibar mantiene en buena parte su vigencia, pero revela también los límites del pensamiento marxista y las transformaciones –algunas anticipadas por el propio Balibar– que ha experimentado el mundo en los últimos 30 años.

El racismo ya no es “una forma de pensar”. Ya no es una “teoría” y mucho menos una teoría de raíz biologicista, como lo fue en Chamberlain o Gobineau y, desde luego, durante la primera mitad del siglo XX. Nadie “piensa” ya que existan razas ni que determinen nuestra posición social. Nadie “piensa” que los gitanos sean ladrones por naturaleza, los negros menos inteligentes y los moros rijosos y astutos desde la cuna. El grado de destrucción de la Segunda Guerra Mundial, en efecto, dio paso a un “universalismo” piadoso, bajo cuyas plumas se han seguido empollando todas las diferencias, pero lo cierto es que ahora, cuando el universalismo sucumbe definitivamente en una Europa en crisis, varada con el colonialismo dentro, cuando los derechos devienen privilegios, cuando hay que repartirse entre pocos lo que dejan los ricos, no vuelve la “raza”, como cabría esperar, sino que es la cultura la que decide en su lugar entre los buenos y los malos, entre los dignos y los indignos, entre “nosotros” y “ellos”.

Nadie “piensa” ya racista y por eso el racismo es más “libre” y más decisivo que nunca. El racismo no es una forma de pensar, sino una forma de mirar, gesticular, afirmar el espacio, decidir sin palabras el destino del otro. Una actitud general que permite, al mismo tiempo, “pensarse” como no racista o, en el caso de la islamofobia, “pensar” categorías de exclusión pretendidamente inscritas en la tradición ilustrada y en los derechos humanos: en el laicismo, por ejemplo, o en el feminismo. Este “racismo sin raza”, que ya anticipaba con inquietud Balibar en 1988, y que ha puesto a la propia izquierda francesa en manos del Frente Nacional, es justamente criticada por Helios Fernández Garcés en su artículo de Diagonal. En la linea del pensamiento decolonial y de los Indigènes de la République, Fernández Garcés reprocha con razón al marxismo esa especie de pensamiento mágico que, a partir de la reducción de todos los conflictos a la “contradicción principal” (la de clase), pretendería voltear el mundo desde un solo punto y con un solo gesto, y ello de tal suerte que, mediante este birlibirloque, no sólo ha acabado por ignorar o menospreciar otros conflictos centrales sino que, a fuerza de ignorarlos, los ha reproducido tanto en el mundo exterior como en sus propias filas. El caso del colonialismo y el racismo (o el del sexismo) son sin duda tan banales como evidentes.

Un mundo “sin pensamiento racista” es, en realidad, un mundo plenamente racista y para combatirlo lo primero que hay que hacer es reflotar el concepto que quieren escamotearnos: hay que sacar del armario “la raza”, reivindicar la “raza”, politizar la “raza” como sujeto e instrumento de lucha. Los racistas no quieren que pronunciemos la palabra: gritémosla; los que nos tratan como “negros” se niegan a llamarnos así: llamémoslos nosotros “blancos” con el mismo desprecio que oculta su silencio cuando no nos llaman “negros”.

Ahora bien. Conviene saber qué es esto de “raza” allí donde estamos de acuerdo en que no tiene ningún fundamento biológico. La raza es una historia en el cuerpo; y una historia, como la del hierro sobre el ganado, de intervención performativa desde un poder desigual. “Clasificar es pensar”, dice Balibar, “y pensar es existir”. El “racismo” está potencialmente activo en el embrión mismo de las relaciones sociales; es inseparable de la existencia humana y, si deviene jerarquizante y destructivo, es porque los cuerpos son objeto no sólo de clasificación, sino de sujeción y dominio. Eso es justamente lo que hay que pensar.

La “raza” es la matriz simbólica de las relaciones de poder desiguales porque, no importa de cuál se trate, todo poder dominante encierra en su propio cuerpo a los dominados. Hay que hablar, pues, de una racialización “natural” del sometido, del subalterno, del excluido, del explotado, y ello hasta tal punto que puede localizarse un elemento “racial” en todas las estructuras de poder económico o cultural: en el patriarcado, la homofobia, el esclavismo o el clasismo. Todas estas formas de dominio han estado íntimamente articuladas en la relación de dominio que la Europa histórica ha ejercido sobre buena parte del resto del mundo: el colonialismo. Fernández Garcés tiene mucha razón en reprochar a la izquierda (más anti-imperialista que anti-colonialista) su silencio o indiferencia, que en el caso de España afecta a un “cuerpo” interno permanentemente racializado: los gitanos.

El colonialismo occidental, por así decirlo, ha encerrado sin salida en el cuerpo de sus víctimas cuatro o cinco formas de sujeción diferentes. Es lógico, por tanto, que un sector militante del pensamiento decolonial interprete la liberación como un restablecimiento de los cuerpos en la primera línea de combate. Al “blanco” lo llamamos “blanco”, porque se cree espiritual, porque se cree bueno, porque se cree menos cuerpo que nosotros; porque olvida, en definitiva, el cuerpo a cuerpo mediante el cual lleva siglos sometiendo a otros pueblos.

Hay que señalar a los “blancos”, constituirlos en objeto de conocimiento, encerrarlos también en sus cuerpos. Porque frente a ellos, los “blancos”, están los “no-blancos”, esos a los que Hegel llamaba “negros”, es decir, todos aquellos que se “benefician” de una relación colonial directa o indirecta, incapaces como son de “ningún desarrollo cultural”, tan incapaces que permanecerían eternamente “fuera de la historia” si no lo evitara la intervención “blanca”: “La única conexión esencial entre los negros y los europeos es la esclavitud”, dice el filósofo alemán, y añade a continuación: “La esclavitud ha sido la oportunidad para el aumento del sentimiento humano entre los negros”. La extraordinaria novelista negra Toni Morrison llama “racismo” a las consecuencias que esta “conexión esencial” tuvo para los europeos: “Los volvió locos”, “rompió Europa”, “se deshumanizaron al tiempo que deshumanizaban a los esclavos” y todo eso hizo posible, dice, la Primera y la Segunda Guerras Mundiales como ápices siniestros del horror humano. En términos históricos sabemos que este proceso de racialización del “no-blanco”, asociado a la empresa colonial, implica a partir de la Revolución Francesa la sustitución de la Religión por la Civilización como motor de la conquista.

Ahora bien, el problema de los pensamientos binarios es que son “muy europeos” y “muy izquierdistas” y también lo es, en este sentido, la oposición blanco/noblanco con la que se quiere denunciar y superar la clásica oposición marxista burguesía/proletariado. El rescate del concepto escamoteado de “raza” para combatir el racismo –liberado ahora en el silencio– presenta a mi juicio tres problemas.

El primero, es que hace con los “blancos” lo mismo que hace el marxismo clásico con los “burgueses”: los encierra en una “jaula epistemológica”, que acaba siendo más ontológica que la raza biológica y que pemite muy pocas diferencias internas y, desde luego, ningún “arrepentimiento” lo bastante profundo como para que los “blancos” nos liberemos de nuestra “blanquitud”. Tan blanco es Robespierre, que abolió la esclavitud, como Napoleón, que la restableció, tan blanco es Bartolomé de las Casas o la Escuela de Salamanca como Sepúlveda y Torquemada, tan blanco es Thomas Müntzer y los campesinos rebeldes de 1520 como Lutero y el Emperador, tan blanco Sultan Galiev como Stalin, tan blanca la historiadora ilustrada Florence Gauthier como Sarkozy. Este antirracismo decolonial, en definitiva, no reconoce que, más allá de los gitanos y de los musulmanes, ha habido y puede haber un indigenismo europeo racializado en el interior por la Europa colonial, un “indigenismo” cuyas resistencias mal integradas y a veces recíprocamente pugnaces –mujeres, campesinos, trabajadores, homosexuales, etcétera– no fueron y no siempre son una simple función de reproducción de la Europa colonial y su jaula epistemológica.

El segundo problema es que, el antirracismo racial hace con los no-blancos lo mismo que hace el marxismo clásico con los “proletarios”: los convierte en un Sujeto liberador pastoso, universalmente particular, cuya legitimidad es siempre reactiva y por lo tanto “irresponsable”, un Sujeto al que se perdona todo salvo el “colaboracionismo blanco”, lo que incluye cualquier autocrítica que recoja rastros de la “epistemología blanca”: feminismo, por ejemplo, o laicismo, explotables –es verdad– por la infame “conexión esencial”. La oposición blanco/noblanco oculta o reprime las diferencias entre los no-blancos, a los que se exige que, como los blancos, hablen con una sola voz, so pena de convertirse en “blancos voluntarios”.

El tercero es que, como el marxismo clásico, una vez asentada en una oposición irreconciliable, la reivindicación “racial” se siente tentada por la violencia o tentada a justificar o celebrar cualquier forma de violencia, simbólica o real, dirigida contra los “blancos”. Frente al “primero los blancos” de la ultraderecha europea, el “primero los cuerpos” considera cualquier marca impuesta al cuerpo de los “blancos” como una victoria, y ello venga de donde venga, incluidas las versiones más fanáticas de la religión. Toda violencia “no-blanca” es emancipatoria o, al menos, reveladora de la violencia “blanca” y, en ese sentido, potencialmente decolonial. Se convierte el colonialismo en “contradicción principal”, en sustitución del capitalismo, y se llega al mismo resultado sumario y oscurecedor.

En último lugar y vinculado al punto anterior, la reivindicación “racial” es puramente reactiva, deconstructiva y negativa. Invirtiendo el adagio spinozista, para ella “toda negación es afirmación”. Al igual que el marxismo clásico, no ofrece ningún criterio epistemológico ni ninguna alternativa política. “¿Para qué desmontar si podemos demoler?”, dice un famoso aforismo de Lichtenberg. Ese principio parece a menudo inspirar la militancia anti-blanca. ¿Desde dónde hablan los que hablan desde fuera de la “jaula epistemológica”? ¿Quién decide quién está dentro y quién está fuera? ¿Qué hay en el exterior que deba atraer no ya a los “blancos”, descartados por su blanquitud, ni a los “humanos”, inexistentes en su generalidad, sino a los no-blancos en proceso de liberación?

El acierto de la posición de Fernández Garcés y de la tradición decolonial de la que se reclama heredero es innegable a la hora de criticar a la izquierda clásica y de recordar que, puesto que la batalla se juega cada vez más en el cuerpo a cuerpo del relato identitario, es necesario liberarse desde ahí. Pero permítaseme acabar descendiendo a la caricatura a fin de evidenciar las aporías del anrirracismo racial mediante una reducción al absurdo. Soy hombre, soy blanco y soy burgués. ¿Qué hago con esto? Si no tiene remedio, si estoy atrapado en esa triple condición como en una “jaula espistemológica” y, al mismo tiempo, soy o me creo bueno, lo único que puedo hacer es “repartirme la historia” con las mujeres, los “negros” y los “proletarios”: “nosotros” hemos dominado durante miles de años, ahora hay que dejar que dominen “ellos” el mismo tiempo. ¿Puedo ser algo más que un blanco “bueno”? ¿Se puede ser algo más que un “no-blanco” cargado de razón? ¿Se es sólo “blanco” o “negro” como la izquierda clásica quería que sólo hubiera burgueses o proletarios o cierto feminismo pretende que sólo hay hombres o mujeres? ¿O hay algún punto desde el que podamos mejorar objetivamente el mundo sin “reparto” de la injusticia ontologizada?

Cualquier lector de Kant sabe que la Razón, que es solo un esquema incapaz de proporcionarse sus propios contenidos, no puede ser colonial o racista o europea sin dejar de ser razonable; y que sólo es racista y europea y machista cuando se extralimita, es decir, cuando no se somete a sus propios límites. El colonialismo “blanco” es, si se quiere, la razón fuera de sus fronteras: la sinrazón. Al mismo tiempo, como bien explica Luis Alegre Zahonero en su libro El lugar de los poetas, cualquier lector de Kant sabe también que todas aquellos dilemas que no puede resolver la razón –que son innumerables– los debe resolver el “juicio” y no el indigenismo o la raza o la religión. Es a ese “juicio”, precario y siempre rozado por el mundo, a lo que yo llamo “civilización”, de manera provocativa, en el artículo que cita Helios Fernández Garcés en el suyo. Conozco muy bien, y he escrito largamente sobre ello, el uso que el colonialismo ha hecho de ese término con el fin de “teologizar” la conquista colonial. Pero es que la conquista colonial es lo contrario de la civilización, concepto que hay que pensar más bien, como hace Toni Domenech, frente a la práctica de la “domesticación”: la conversión –es decir– de ciertos grupos humanos en animales domésticos. No me parece un negocio rentable rescatar la “raza” y entregar a los colonizadores, los machistas, los racistas y los homófobos  “la civilización”. Si es colonialismo no es civilización; si es machismo no es civilización, si es racismo y homofobia no es civilización. Todo eso es, sí, barbarie domesticadora.

De acuerdo: no sabemos muy bien lo que es la civilización, pues está en construccion y porque hay que construirla con juicio y por lo tanto con cautela máxima y siempre al borde del abismo, pero sí sabemos, en cambio, lo que es la barbarie: la esclavitud, el patriarcado, la jerarquización sexual o racial del mundo, la persecución religiosa (ya sea laica o teocrática). Tirar a la basura los logros civilizatorios, que son los del Derecho y los de los derechos cuidadosos, sólo puede acelerar el concreto proceso de domesticación y barbarie global abierto por el colonialismo europeo hace siglos y agravado en las últimas décadas por el neoliberalismo. Necesitamos, pues, un antirracismo “juicioso” que rompa con el racismo escamoteado de la izquierda y su mágica “contradicción principal”, pero también con la lógica claustral de la jaula epistemológica y su cortocircuito sin salida. Necesitamos, sí, un antirracismo “juicioso” que explore con prudencia colectiva un frágil “afuera” común de todas las jaulas, epistémicas, sociales y políticas.

Fuente: https://www.cuartopoder.es/ideas/2017/03/25/racismo-y-antirracismo-en-que-jaula-estamos/

Fotografía: Los Replicantes

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Argentina: ¡Por qué es tan importante la educaciónpon en preescolar?

Por: Insurgencia Magisterial/14-07-2017

Los chicos que asisten al jardín de infantes tienen mejores resultados académicos, lo demuestra un estudio realizado por la OCDE que compara la educación en distintos países.

La educación en los primeros años de la infancia mejora los resultados escolares posteriores, en especial para los chicos de las clases más desfavorecidas, según la OCDE, que aboga por una universalización del jardín de infantes.

En un informe publicado hace pocos días, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destacó que en prácticamente todos sus países, los alumnos que habían pasado por la Educación y Atención de la Primera Infancia (EAPI) tuvieron mejores resultados a los 15 años en las pruebas PISA (consideradas de suma importancia a la hora de medir el rendimiento escolar de los chicos de distintos países).

A los 3 años de edad, un 70 % de los chicos estaban registrados en la educación preescolar en los países miembros, con notables diferencias.

Bélgica, España, Francia, Islandia y Noruega figuraban en cabeza, con porcentajes superiores al 95 %, mientras que en Australia, Grecia, Suiza y Turquía el porcentaje era del 20 % o incluso inferior.

A los cuatro años, el porcentaje en la OCDE subía al 90 % (97 % en España), lo que llevó a los autores del estudio a felicitarse de que el acceso universal o casi sea una realidad en la mayoría de los Estados de la OCDE porque significa “un avance significativo hacia las metas en materia de educación incluidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

También hicieron notar que un inicio de la educación precoz, si es abordable en términos económicos y de alta calidad -con un número de horas semanales “adecuado”- contribuye a incrementar la integración de las mujeres en el mercado de trabajo.

Para demostrarlo, señaló que países donde la tasa de empleo entre las mujeres de 15 a 64 años es superior al 70 %, como Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Portugal, Eslovenia y Suiza, son también donde se constatan las mayores proporciones de niños con menos años en dispositivos formales de educación.

Los responsables del estudio lanzaron una serie de recomendaciones, como brindar mejores salarios y condiciones laborales para retener a los profesores que se ocupan de la enseñanza en este nivel, ya que constataron un elevado porcentaje de jóvenes no se quedan en la profesión.

Estos profesores ganan menos que sus colegas de educación secundaria y superior y sólo el 74 % del salario promedio de un trabajador que está a jornada completa y tiene estudios universitarios. Y nueve de cada diez son mujeres.

Para los más desfavorecidos, las estructuras educativas desde la más tierna infancia les da “una base para una formación continua exitosa”, además de promover “el desarrollo de habilidades socio-emocionales”.

La OCDE puso el acento en el carácter “fundamental” que tiene la implicación de los padres.

“Su ayuda para el aprendizaje de los niños en el hogar y el establecimiento de un mayor contacto entre el personal docente y los padres de familia se relaciona estrechamente con el éxito académico superior y el desarrollo socio-emocional de los niños”.

Fuente:

http://insurgenciamagisterial.com/por-que-es-tan-importante-la-educacion-preescolar/

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/MXAhiiUgXQ1xxvHOKOyp5RCGmS-vv2qBWxf8SBAF8WOw6N5F-bd7YBOK16EyeQOM5ZIS1w=s85

 

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España:UNICEF reclama ayuda «urgente» para sanar las «profundas cicatrices» físicas y psicológicas de los niños de Mosul

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha reclamado este jueves «asistencia y protección urgentes» para sanar «las profundas cicatrices físicas y psíquicas» de los niños de Mosul, provocadas por la batalla entre las fuerzas iraquíes y los terroristas del Estado Islámico por el control de la ciudad.

«Aunque la batalla por Mosul haya llegado a su fin, las profundas cicatrices físicas y psíquicas de los niños tardarán en cerrarse», ha dicho la representante adjunta de UNICEF en Irak, Hamida Ramadhani, de acuerdo con un comunicado difundido por la agencia de la ONU.

Ramadhani ha recordado que «algunos niños continúan sufriendo los focos de violencia que persisten en el casco viejo del oeste de Mosul». «Un médico con el que hablamos nos contó que bebés de hasta tan solo una semana, niños y madres, aparecen heridos y cubiertos de polvo y arena, algunos desnutridos», ha relatado.

En los últimos días, «UNICEF y sus aliados han visto cómo se incrementaba el número de niños no acompañados extremadamente vulnerables que llegan a las instalaciones médicas y zonas de recepción», incluso «han llevado a algunos bebés que han aparecido solos entre los escombros».

Los menores sin compañía de adultos, los más vulnerables, «son derivados inmediatamente» para recibir asistencia y reunirse con sus familias lo antes posible. La organización internacional y sus socios ya han logrado reunir a 1.333 niños con sus familias.

Ramadhani ha enfatizado que esto son solo «las consecuencias que sufren los niños después de vivir casi diez meses bajo intensos combates», pero «unos 650.000 niños y niñas, que han vivido la pesadilla de la violencia en Mosul, han pagado un terrible precio y soportado muchas atrocidades durante los últimos tres años».

«Las necesidades y el futuro de los niños deben seguir siendo una prioridad durante las próximas semanas y meses», ha dicho. En este sentido, UNICEF ha subrayado que, «a medida que vuelvan a sus hogares, los niños necesitarán reanudar su educación formal o estaremos en riesgo de perder a toda una generación».

Además, ha reiterado el llamamiento de UNICEF «a todas las partes del conflicto en Irak para que traten a los niños como niños, independientemente de dónde hayan nacido o de a quién pertenezcan». «Ahora es el momento de que se recuperen, superen su trauma, se reúnan con sus familias y recobren parte de su infancia perdida», ha zanjado.

fuente :

http://www.expansion.com/agencia/europa_press/2017/07/13/20170713111019.html

fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/KO3qUdxF7XJaGpb5o9Z5kL0zCEUtvBBkoRPji9JHYnHx7OQY9KmltlFNTylqL4XmUiQwXYU=s85

 

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Nuevas convocatorias de educación gratuita «para que África crezca»

Africa/África Subsahariana/city-press.news24.com
 En Johannesburgo se celebró este miercoles la apertura de una conferencia masiva de dos días sobre la Educación en  África subsahariana, en la que más de 5.000 educadores están dispuestos a deliberar sobre las tendencias actuales de la educación. La Conferencia de Edu Week de este año está destinada a atraer a educadores de Botswana, Zimbabwe, Zambia, Sudán del Sur, Namibia, Ruanda y otros países de la región.

La conferencia, que fue organizada por una empresa de gestión de eventos en África Subsahariana Spintelligent, en colaboración con el departamento de educación básica y otros socios del sector privado, comenzó oficialmente en el Centro de Convenciones Gallagher, en Johannesburgo.

Abriendo oficialmente la conferencia el ministro de Educación e Instrucción de Sudán del Sur, Deng Yai, dijo que África necesita ofrecer educación gratuita para todos.

Su declaración llega en un momento en que el presidente Jacob Zuma en los próximos meses está programado para recibir un informe de la Comisión de Tarifas, presidido por el juez jubilado Jonathan Arthur Heher y encargado de investigar la viabilidad de la educación superior gratuita.

El año pasado, Zuma nombró a la comisión tras las violentas protestas de los estudiantes, que exigieron educación gratuita del estado en 2015.

Yai dijo que África necesita cambiar el negocio de la educación para responder a las necesidades del mercado de trabajo en el siglo 21 ya la cuarta revolución industrial.

«La educación básica ya no es suficiente. Hay una necesidad de educación superior … La educación debe ser gratuita para cada individuo desde el desarrollo de la primera infancia a las universidades. De la cuna a la tumba.»

Dijo que se requiere un enfoque especial para ser colocado en los Colegios Técnicos y de Formación Profesional (EFTP) para cambiar las vidas de los jóvenes.

Sin embargo, dijo que los programas de calidad debían ofrecerse en las EFTP.

Dijo que África necesitaba abrazar y cambiar el plan de estudios de la educación para producir una fuerza de trabajo capaz de participar en la cuarta revolución industrial.

El aumento del acceso a la educación y el uso de la tecnología en las escuelas era necesario, dijo.

«Necesitamos invertir en educación. Vamos a invertir en jóvenes de África para tener un futuro mejor. Si usted piensa que el costo de la educación es demasiado mirar el costo de la ignorancia «, dijo.

Yai dijo que millones de jóvenes siguen sin poder acceder a la educación en África. Sólo en Sudán del Sur, dijo Yai, había 1,8 millones de jóvenes fuera de la escuela.

«Tenemos que darles a los jóvenes esa oportunidad de ir a la escuela y aprender», dijo.

Yai dijo que África tiene un potencial para ser próspero y superar sus desafíos.

«África debe invertir en la juventud debido al futuro de África. No podemos ser un africano próspero sin empoderar a los jóvenes «, dijo Yai.

Tanya Jackman, directora de eventos de EduWeek, dijo que se trataba de avanzar en la educación en África.

«EduWeek ofrece a nuestros visitantes una oportunidad real para estar a la vanguardia de la transformación de África mediante la creación de redes con líderes, pensadores estratégicos y empresarios de África y en todo el mundo.

«Estamos muy entusiasmados con EduWeek 2017, su crecimiento y todas sus emocionantes nuevas características.

«Realmente creemos que este será el mejor evento de EduWeek todavía y esperamos dar la bienvenida a la comunidad educativa para unirse a nosotros y aprender y crecer con nosotros».

El tema del evento de este año es Educación: camino de África hacia un futuro sostenible y resaltar los desafíos que enfrenta la educación en África del siglo XXI y buscar soluciones significativas.

Fuente: http://city-press.news24.com/News/renewed-calls-for-free-education-for-africa-to-grow-20170712

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