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II Capitulo del podcast educativo: Hablando y escribiendo con destreza

Por: Luz Palomino/CII-OVE

En esta oportunidad presentamos el segundo capítulo del podcast titulado hablando y escribiendo con destrezas, que surge como una estrategia didáctica para promover el desarrollo y mejorar de las habilidades de expresión y compresión oral.

En este capítulo nos centraremos en la estructura de un discurso efectivo, mantener la atención del público y consejos para enfrentar el miedo escénico. esta propuesta permite desarrollar y/o mejorar la expresión oral y escrita como aspecto esencial de la competencia comunicativa, haciendo uso de herramientas TIC.

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El patriarcado, la violencia y la tradición marcan la vida de miles de niñas en Mali

Mali es un país muy joven. Con una población de unas 25 millones de personas de las que, aproximadamente la mitad son menores de edad, según los datos oficiales. La edad media es, de hecho, 16 años.

En las calles de Bamako se ven cientos, miles de niños y chicos jóvenes. También, aunque mucho menos, niñas y chicas. Las más de las veces, trabajan en algún puesto de verduras y frutas a pie de calle. Otras, si coincide con la hora de salida de los colegios, también se las ve caminar en pequeños grupos.

Son una gran minoría, estas últimas. Según los datos que maneja el Gobierno maliense, las tasas de escolarización de las niñas y jóvenes son bajas. Hay importantes diferencias muy importantes por regiones, desde luego, pero siempre son ellas las que se llevan la peor parte.

Hace algo más de 10 años, la Unión Africana puso en marcha una misión específica para Mali y el Sahel (una franja de países que empieza en Senegal, en la cosa occidental, y atraviesa prácticamente todo el continente hacia el este). La misión pretendía dar apoyo a Mali en cuestiones de seguridad, educación, salud, derechos humanos, en un momento en el que estalló el conflicto que de nuevo ha vuelto a encenderse entre el gobierno y los grupos separatistas del norte.

La misión, persé, duró poco, hasta la llegada de la que en su momento realizó Naciones Unidas, bajo el nombre de Minusma y que en las próximas semanas verá completamente expirado su mandato, tras las tensiones entre la organización y el Gobierno de transición, en el poder desde 2020.

Fatoumata Traoré en su despacho de la Unión Africana en Bamako (Mali) | Foto: PGA

Fatoumata Traoré es experta en género dentro de la misión de la Unión Africana. Nos recibe, a este periodista y su intérprete, en su despacho del barrio de ACI 2000, uno de los más importantes y ricos de la ciudad.

Traoré habla calmadamente, sin aspavientos, de una realidad muy complicada. La de las vida de las niñas y las jóvenes en Mali, un país marcadamente musulmán, que admite la poligamia (aunque no está especialmente extendida), que cuyas leyes mandatan la educación obligatoria sin distinción de género, no ha conseguido trasladar este deseo a la realidad.

“Las estadísticas no son uniformes en Mali”, asegura Traoré, “pero lo que es seguro es que que el nivel de escolarización es muy bajo”. La experta asegura que se han hecho muchos esfuerzos “para enviar a los niños a la escuela, y hemos implementado políticas para permitir que las niñas puedan tener acceso a la escuela”. Pero, admite, “hay muchas niñas que no van a la escuela o que no se mantienen”.

Existen muchas dificultades en Mali. Es uno de los países en la cola en el índice de desarrollo humano que elabora la ONU. Lleva más de una década luchando con grupos armados tuaregs que buscan la independencia del norte y, además, tienen sendos grupos, uno cercano al ISIS y el otro a Al Qaeda pugnando por el control de amplias zonas del país.

Hace pocas semanas, el líder de la junta militar que gobierna desde hace cuatro años, unió fueras con Burkina Faso y Níger (ambos con gobiernos militares golpistas también) para anunciar su salida de la Cedeao, una organización supranacional que mantiene apertura de fronteras para personas y mercancías y una moneda común para todos aquellos que pertenecen a ella.

La situación de las infraestructuras no es buena, como explica Traoré, que señala la falta de agua o electricidad en muchos establecimientos escolares. Amén de unas ratios que pueden estar por encima de las 40 niñas y niños por aula.

A esto se suma una cultura patriarcal que ve en las niñas una persona de segunda. “La niña es considerada como una persona que debe estar preparada para el matrimonio”, explica la experta de la Unión Africana. Esto quiere decir que será más importante, llegados a cierto punto, que la niña sepa y pueda realizar las tareas del hogar antes que continuar con su escolarización.

De hecho, explica la experta que el 53 % de las mujeres se casan antes de los 18 años y el 18 % antes incluso de los 15. “El matrimonio precoz es algo que está muy encerrado en la tradición, pero cuando miras bien los números, verás que hay una tendencia a que la situación mejore un poco, muy lentamente”, explica.

“La vida doméstica marca la escolarización de las niñas, obligando a altas tasas de absentismo para que atiendan a los trabajos de cuidados o de sostenimiento de la vida familiar”, comenta Traoré.

Además, igual que los niños, en muchas ocasiones, son enviados a escuelas coránicas que hacen las veces de internados en los que, muchas veces, serán maltratados y utilizados para mendigar; las niñas acaban casadas como una forma de liberar la economía familiar del sustento de una boca más.

Como comenta Fatoumata Traoré, el hecho de que las niñas vayan a la escuela durante más tiempo, retrasará el objetivo primordial que es el matrimonio. De hecho, sostiene, culturalmente se cree que si están demasiado tiempo en la escuela “rehúsan casarse, habrá demasiados conflictos y, finalmente, quedarán solteras”.

Y es en la educación de las niñas y las mujeres en donde muchas oenegés que operan en Mali ponen el foco. “Creo que las ONG hacen mucho en el área de la educación de las niñas, sobre todo en la alfabetización de las mujeres”. También señala proyectos que intentan empoderar a niñas y jóvenes para ir a la escuela el mayor tiempo posible. “Pero yo diría que hasta ahora el gran problema es que no hemos gestionado esta situación de manera holística. Siempre son pequeños proyectos que cubren las necesidades de algunas personas y, después, cuando el dinero termina, todo se para”, explica.

Estas situaciones hacen que “los proyectos no respondan a las necesidades de las mujeres en materia de escolarización o alfabetización. Eso es un gran problema” de trabajar, comenta Traoré, con ONG.

Para la experta, la respuesta holística debería venir del Gobierno. Y si no puede por falta de recursos, “al menos, coordinara las acciones de las ONG de manera que lo que hacen estas no sea una repetición de lo que se ha hecho ya”. El hecho de que no haya una cierta coordinación por parte del gobierno, además, supone que no se piense cómo dar continuidad a un proyecto de una organización que se ha terminado.

“Yo felicito a las ONG, pero en realidad no se hace suficiente esfuerzo por tener en cuenta las necesidades específicas de las mujeres y las niñas en materia de educación. Y también creo que el Estado tiene un gran papel que jugar, no solo en la planificación de las acciones relacionadas con la educación en todo el territorio nacional, sino también en función de las ONG que quieran actuar en ese sentido, orientándolas hacia las zonas en las que existe más necesidad”.

La violencia contra las niñas

La violencia contra la infancia en general es otro problema importante. Y lo es muy particularmente en el caso de las niñas, atacadas sexualmente en muchos ámbitos alrededor de la escuela.

Traoré explica que las niñas sufren violencia “en el camino de la escuela, en la escuela y, a menudo, en su propia casa”. A esto se une la violencia sexual que pueden sufrir y que, comenta la experta “cuando se denuncia, se banaliza”. “Muchas veces estas situaciones acaban en el abandono de la educación porque la propia niña no quiere correr el riesgo”.

Los casos de violencia sexual, además, pueden acabar con el embarazo de una niña, de una adolescente. Hasta hace 20 años, en Mali se repudiaba a las víctimas en esta situación, se las expulsaba de los centros educativos. Traoré asegura que hoy por hoy esto no pasa. “Pero no hay consecuencias para quien cometió la agresión”, dice. De hecho, ellas reciben burlas, el estigma. Será la que afronte un embarazo en solitario después de que la acusen de ser “fácil”.

“Y a esta situación se suma una muy dramática. A menudo, son los propios maestros los que hacen atacan sexualmente a las niñas”. Traoré asegura que una investigación del Banco Africano de Desarrollo calculaba que el 16 % de los embarazos precoces de estas niñas eran causados por los docentes.

Traoré explica el caso de un maestro en la región al este de Bamako, Kaye, en donde un maestro fue señalado y acusado de haber agredido sexualmente a chicas de entre 13 y 15 años en su casa. Las llevaba allí después de la escuela con la excusa de dar clases de repaso, “pero en realidad las obligaba a tener relaciones sexuales”. “Cuando lo denunciamos, cambiaron al maestro de pueblo, pero no hubo ninguna sanción. Solo lo cambiaron, con el riesgo de que siguiera haciendo lo mismo”.

© UNICEF/UN0332614/Rose

Población desplazada

Más de una década de conflictos, amén de los grupos islamistas que hostigan a la población, han provocado que haya una gran cantidad de población desplazada interna dentro de Mali. Este país de África Occidental es, además, parte de la ruta migrante que va hacia Mauritania y Canarias, o hacia Níger y la ruta por Libia y Argelia.

Los desplazamientos forzosos de población suponen, según cuenta Traoré, que haya muchas escuelas que son utilizadas como campamentos improvisados. La situación de muchas de estas familias es desesperada. Han de abandonar todo lo que tienen para marchar a un futuro incierto.

Esto acaba pasando factura y poniendo a las niñas y jóvenes en situaciones de muchísima vulnerabilidad. Hasta el punto de que en ocasiones son obligadas a prostituirse para conseguir el sustento propio y de sus familias.

Los campos de refugiados tampoco son el mejor escenario. “Las condiciones en las que se encuentran las familias… explica Traoré, sin acceso a ninguno de los derechos sociales básicos”. O a electricidad, agua o educación.

Según diferentes organismos, la mayor parte de las personas desplazadas son mujeres y niñas y niños. Y cuando llegan a los campos, no tienen asegurada la escolarización en ellos. “Los padres, si no están alfabetizados”, no se preocuparán porque sus hijas lo estén. A esto se suma lo dicho anteriormente: “Si la mamá no tiene los medios, la niña tal vez pueda ir a trabajar, pero si no encuentra trabajo, ¿qué pasa? Será prostituida”, zanja la experta.

Para Traoré se trata de una situación “dramática” que, en general, se suele banalizar en todos los foros en donde habla de la violencia contra niñas y mujeres. “Para una mujer, para una niña de 13 a 15 años, en el momento en que tiene que aprender, que entender el mundo, es en ese momento en el que tienes que luchar para alimentarte y alimentar a tu familia”, denuncia.

Mutilación genital

“Las estadísticas nacionales aseguran que estamos en un 98 % de mujeres de 15 a 49 nueve años y un 63 % de niñas de 0 a 14” que han sufrido una ablación. Aunque tímidamente, las cifras parecen estar mejorando, según cuenta Traoré.

La mutilación es una actividad que se desarrolla en la intimidad de cada hogar. Una tradición que, a pesar de los intentos de estudio, no está claro dónde hunde sus raíces. Que en Mali, según Unicef, se practica en casi todos los hogares, da igual su tradición religiosa. Aunque sí importa, por ejemplo, el nivel educativo de la familia: cuanto mayor, menor incidencia de la ablación.

Solo hay una diferencia importante en las cifras. Se trata de las regiones del norte: Tombuctú, Gao y Kidal, en donde hace décadas que esta práctica se perdió después de que tras una ceremonia comunitaria fallecieran por diferentes motivos casi 200 niñas.

Entre los motivos: desde la purificación de las mujeres, disminuir su placer sexual o para que se mantenga virgen hasta el matrimonio. Según la experiencia de Traoré, “la mayoría te dicen que ‘mi madre me lo hizo y yo también lo voy a hacer con mi hija. Es la cultura, no quiero dejarme llevar por ideas externas’.”.

“Si tengo que hacer mi propio análisis, asegura, me digo que todo esto se hace por culpa de las desigualdades de género. Porque es como si la vida de una niña no fuera importante”. Y se hace la pregunta del millón: “Si fueran los chicos quienes murieran todo el tiempo, ¿no pararían de hacer mutilaciones?”.

Casa 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina. “Hacemos muchas campañas, intentamos sensibilizar, pero es muy difícil. Es sólo a partir de nuestra generación que algunos han decidido empezar a reaccionar. Hacer un cambio”, explica esta experta.

Y es complicado porque tampoco desde la educación se consigue una incidencia directa y, sobre todo, rápida, cuando las mutilaciones se realizan en los primeros compases de vida de las niñas y son generalmente los hombres de la casa quienes toman la decisión última de realizar la intervención. Pero, concede Traoré: ” Lo que podemos decir con respecto a eso, es que la mayoría de las mujeres que hoy en día han decidido no realizar la mutilación a sus niñas, es porque tienen un cierto nivel de conocimiento”.

“No hay una familia que, generación tras generación, haya realizado la mutilación a todas las niñas y que no haya entre ellas alguna muerta”, asegura esta experta que, dice, “raras son las familias que no han perdido una niña por ello. Raro. Si no has perdido a tu tía, has perdido a tu hermana”.

Poco tiempo antes de mantener esta entrevista con Fatoumata Traoré había participado como experta en un foro organizado por el Gobierno para hablar sobre la educación en el país. Ella, se centró en las situaciones de violencia que viven niñas (particularmente) y niños en la escuela. “He tenido mucha dificultad para transmitir la idea de que hay violencia en las escuelas. Se banaliza, se dice que no es posible, que no es tan grave como digo”.

Concienciar a una sociedad patriarcal y conservadora de la necesidad de mejorar el nivel educativo de las niñas y las jóvenes porque eso incidirá en el bienestar de toda la nación, es uno de los retos más importantes que puede plantearse el actual gobierno (y los futuros) a la hora de pensar en la educación. A partir de ahí, construir infraestructuras, dotarlas de recursos materiales y personales, con docentes con una buena formación, tanto pedagógica como de respecto a la infancia, y asegurar el acceso a bienes básicos como la sanidad, el agua o la electricidad.

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Chile. La educación superior es un negocio: Alerta Educativa llega al fondo de la crisis

La mal llamada “educación superior” (terciaria) en Chile está totalmente mercantilizada y privatizada. Más del 85 % de la matrícula se encuentra estudiando en universidades privadas, las más grandes pertenecientes a grupos empresariales, que ven en la educación una inversión, un negocio. La universidad pública es obligada competir para autofinanciarse, subsumiendo su acción a los estándares que imponen concursos para investigación y las revistas indexadas. Dispositivos que regulan la construcción de conocimiento, convirtiendo a este en un saber domesticado, servil al mercado.

 

Esto ha trasformado la educación superior en una maquinaria certificadora, acrítica al orden social.

 

Al margen de esta situación emergen experiencias de pluriversidades que buscan reinventar la relación entre comunidad y ciencia desde visiones y prácticas alternativas.

 

En noviembre del año 2023, se realizó el encuentro de Pluriversidades del Sur convocado por la Universidad Abierta de Recoleta. En él estuvieron presentes distintas experiencias de la región, desde una universidad creada hace más de dos décadas por pueblos indígenas colombianos agrupados en la Coordinadora Regional Indígena del Cauca hasta hasta la Escuela Florestán Fernández del Movimiento Sin Tierra en Brasil (MST), donde se forman militantes de toda la región. ¿Qué camino proponen estas experiencias? ¿Qué sentidos emergen para la educación, más allá de la empleabilidad?

 

En este episodio de Alerta Educativa conversamos sobre esto con Henry Renna, uno de los autores del reporte “Voces del primer encuentro de pluriversidades del sur”, que revisa la diversidad de proyectos de educación contra-hegemónicos, que proponen horizontes alternativos basados en ideas muy diferentes a las que nos acostumbra la exitista publicidad capitalista.

 

Chile. La educación superior es un negocio: Alerta Educativa llega al fondo de la crisis

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Jordi Nomen: “Educar es enseñar a pensar, a sentir, a convivir y a decidir”

Nomen destaca que la vocación del docente es cambiar el mundo para hacerlo mejor, lo que comporta intrínsecamente despertar la curiosidad del alumnado para crear una ciudadanía crítica: “La escuela está construyendo también democracia”, sostiene el autor de libros como ‘El niño filósofo’, ‘El niño filósofo y el arte’, ‘El niño filósofo y la ética’ y ‘Cómo hablar con un adolescente y que te escuche’ (Arpa). El vínculo entre docente y alumnado, el valor del castigo como factor reparador o la actuación del profesorado ante casos de acoso son otros de los aspectos de los que también trata en esta entrevista.

‘Educar en tiempos difíciles’ es un libro pensado para docentes que habla de las relaciones humanas que se dan en el aula y, por lo tanto, en la vida. ¿Estaría dirigido, también, al mundo adulto en general?

Yo tengo una formación no reglada filosófica, desde muy jovencito he leído y me ha encantado la filosofía; en cambio, estudié historia, y la historia me apasiona muchísimo, pero creo que la filosofía da esta vertiente de ’interroguémonos’, seguramente pensando en un determinado público. Lo escribí con la idea de responder a ‘¿para qué tenemos que educar?’ Está claro que el mundo de la educación está muy centralizado en las escuelas pero, obviamente, también en cualquier persona que tenga hijos o gente joven a su cargo, que también tiene que educar. Por lo tanto, de alguna manera, este ‘Educar en tiempos difíciles’ va dirigido sobre todo a docentes, pero nos atañe a todos los que tenemos contacto con la gente joven, con niños y niñas.

Puse el punto de mira en lo que me gustaría que me explicaran si yo volviera a empezar, si yo fuera un maestro joven como tantos que tengo a mi alrededor. Ya hace 35 años que doy clase; a veces, se me acercan y me preguntan algo. Escribí el libro con esta idea. Y, aparte, yo creo que educar es enseñar a pensar, a sentir, a convivir y a decidir. Estos términos son muy importantes. Ya había hecho tres libros, que son los del niño filósofo, sobre enseñar a pensar, el niño filósofo y el arte, y el niño filósofo y la ética, para enseñar a pensar crítica, creativa y curiosamente. También publiqué uno sobre adolescentes y me quedaba este apartado, el de ‘si nos dirigiésemos al profesorado, ¿qué le diríamos?’ Hemos acabado ofreciendo lo que para mí serían las claves, desde la humildad de pensar que los consejos que das para unos serán válidos y para otros no, porque siempre los consejos tienen que estar contextualizados.

Esto queda reflejado en el libro.

Generalizar es un error, no puedes profundizar. Parto de la idea de lo que a mí me ha funcionado en mi trayectoria profesional, quizás tú tienes otro contexto, sopésalo. Creo mucho en que las personas reflexionen por sí mismas, lo explico mucho en clase con los niños y niñas. Y creo mucho en que no nos tenemos que avanzar en lo que piensa el otro; dejémosle pensar y, seguramente, pueda llegar a conclusiones interesantes, ofreciéndole herramientas de reflexión, no consejos cerrados.

Una de las cosas que explicas es que, desde la docencia, es importante dar libertad al alumnado para que resuelva sus dificultades y, a la vez, estar presente si está a punto de tirar la toalla. Es una línea muy fina llena de detalles. ¿Es complicado encontrar el equilibrio?

Es difícil. El maestro o la maestra se tiene que mover mucho por el aula. Este es un cambio bastante sustancial respecto a épocas anteriores en que estaba estático, hacía su explicación y se iba. Había una serie de niños y niñas que habían conectado y que habían aprendido muchas cosas porque si la explicación magistral es buena enseñará mucho y si es interactiva con los alumnos puede enseñar mucho, pero el maestro estaba muy estático.

El maestro o la maestra se tiene que mover mucho por el aula

Yo creo que hoy en día el maestro tiene que estar dinámico, y eso no quiere decir que no se pueda hacer una clase magistral un día, pero otro día ellos y ellas tienen que ir trabajando, y en este ir trabajando es cuando el maestro tiene que moverse y puede ir viendo esta diversidad de contextos: aquel niño aquella niña a quien le cuesta, aquel otro que tiene aquella dificultad, aquel otro a quien le cuesta concentrarse. Y, entonces, ir trabajando la diversidad. En la escuela Sadako hacemos las clases con más de un maestro en el aula porque si no esto es muy difícil de hacer.

Pones énfasis en la necesidad de crear alumnos y alumnas que se sepan mover en la adversidad. ¿Qué importancia tiene eso para no crear personas autoritarias o que no se sepan defender?

Es fundamental. Afrontar la adversidad es afrontar una parte de la vida. La vida tiene adversidad y tiene mucha alegría. Defiendo que el maestro tiene que ser un optimista lúcido y tiene que creer que la vida vale mucho la pena. Pero lúcido. No se puede engañar. Tiene que pensar que hay adversidad, y que la adversidad aparecerá y que el sufrimiento aparecerá. Y, por lo tanto, tenemos que hacer lo posible para que esta persona sepa gestionar y afrontar este sufrimiento. Y esto, ¿cómo se hace?

Esa es la pregunta del millón…

Sacándole los obstáculos de delante, seguro que no. No dejando que se equivoque, seguro que no. Tenemos que permitir que se equivoque, aunque lo veas y digas ‘se equivocará, se equivocará, se equivocará’. Quizás si hay un riesgo muy grave tienes que intervenir para evitarlo, pero si no hay un riesgo tan grave, si es frustración, a veces hay que dejar que se equivoque. Incluso puede servir para cambiar la mirada, para decir, ‘escucha, te has equivocado, está mal, pero esto no es tan malo, porque nos abre puertas a pensar que hay otro camino. Busquemos qué alternativa puede haber’. No los podemos cerrar en una burbuja de cristal, ni cuando son criaturas ni menos todavía cuando son adolescentes.

Afrontar la adversidad es afrontar una parte de la vida

Tenemos que ir dando responsabilidad. Lo decía un alumno mío. Un día le pregunté: ‘Cuando seas padre, ¿cómo lo harás para dar más responsabilidad a tus hijos?’ Me dijo que faltaba mucho y que no sabía si sería padre, pero me dijo: ‘No lo sé, pero ahora mismo tengo una cosa clara: lo que no haré será no ponerlos ningún peso o ponerlos demasiado peso’. Él me hablaba del gimnasio y explicaba que el primer día intentó levantar mucho peso porque era muy fuerte y al día siguiente fue muy doloroso. Me dijo: ‘Esto tiene que ser cosa de ir despacio. Un día un peso, otro día otro peso, y cuando ya dominas este peso, le pones otro. La responsabilidad funciona igual’. Estoy completamente de acuerdo. Solo dándoles responsabilidad les haremos responsables, pero despacio y sin pasarse.

En este difícil equilibrio está el arte de educar. Yo creo que el trabajo de educar tiene mucho de científico, porque movemos muchos datos y porque la pedagogía nos aporta reflexiones, pero también tenemos que ser artistas en el sentido de que se tiene que saber combinar muy bien todo lo que forma este bullir que es la educación para que puedas llegar a gente muy diversa, si quieres llegar a todos y a todas, o a la mayoría como mínimo. Y esto es artístico, en mi opinión, no es solo científico.

Hablas del acoso, que es un mal de las aulas, y también del mundo laboral y de muchos mundos. ¿Te has encontrado con algún caso de acoso en el que hayas tenido que ser muy proactivo?

Sí. Casos de acoso ha habido siempre. No podemos pensar que es un fenómeno absolutamente nuevo. Sí que es verdad que el acoso actual tiene una diferencia derivada de las redes sociales, y es que ahora dura las 24 horas. El acoso de hace un tiempo era un acoso puntual: se acababa la escuela y se había acabado el acoso, que no el sufrimiento. Ahora el acoso continúa más allá de la barrera escolar. En el libro explico que, muchas veces, el docente o la docente es el último en saber que hay acoso. Aquí tenemos una parte del problema. Y es el último porque la persona que hace el acoso o el grupo de personas que acosan, intentan que no se note. Y, por lo tanto, ¿cuándo lo hacen? En el patio, en la salida…

En espacios fuera del aula.

Claro, fuera del aula, porque, evidentemente, si se da dentro del aula, los docentes ya tenemos protocolos desde hace muchos años y, si ves un maltrato, actuarás. El problema es cuando viene aquel niño o aquella niña que dice ‘me está pasando esto’ y nadie lo está notando. Están la vergüenza y la culpa de la víctima, que se pregunta cómo ha cedido tanto, cómo se ha dejado humillar tanto, y te dice ‘esto no quiero explicarlo porque me hace mucho daño’. Entonces, la pregunta es ‘¿Tendré algo malo? ¿Me mereceré esto de verdad? Quizás no soy bastante normal o tengo algo…’ Se tiene que trabajar mucho con esta idea que tiene la víctima y explicarle que no tiene ninguna culpa.

¿Te has encontrado con alumnos o alumnas que han sufrido acoso y han verbalizado que quizás era culpa suya?

Sí, sí. ‘Quizás yo tengo parte de culpa. Yo entiendo que, por mi forma de vestir, por mi diferencia, quizás no cuadro en este grupo, yo entiendo que esto pueda provocar…’ Lo que se tiene que hacer entender es que el respeto es fundamental. Hay que intervenir, teniendo en cuenta que no podemos ser inocentes, que con una charla con el acosador o acosadora y otra con la víctima no necesariamente se habrá acabado el problema. El acosador tiene un poder y este poder genera adrenalina. Este poder no lo cederá porque sí, porque tú se lo digas. Tiene que haber un trabajo con este acosador o acosadora y con el grupo de indiferentes que hay alrededor. Es un fenómeno muy complejo porque entra todo el mundo, no solo víctima y acosador.

La víctima te suele decir que no se lo digas a nadie, porque le da vergüenza pensar que se lo ha dejado hacer

Es muy importante trabajar esto en el aula y mantener el talante abierto para que vengan a hablar contigo si tienen algún problema. Esta es la confianza que tienes que ir edificando cada día, como un puente, ir levantándola, porque si algún día hay algún problema puedan venir y explicártelo. Y entonces, sí, se tiene que ser muy honesto, porque la víctima te suele decir que no se lo digas a nadie, porque le da vergüenza pensar que se lo ha dejado hacer y le angustia mucho. No se puede ser deshonesto y decir quedará entre tú y yo, sino que la única manera de resolverlo es precisamente que convoquemos a la familia… Se tiene que decir yo te acompañaré, te ayudaré, estaré presente. Te acompañaré a hablar con tu familia si te da vergüenza, la citaremos aquí y hablaremos. Te ayudaré a que puedas decirlo, te protegeremos, evidentemente, para que no haya represalias, porque esto también los hace mucho miedo, la represalia, una vez salga y se destape.

De hecho, mencionas una frase de Charles Chaplin, “mi risa no tiene que ser nunca la razón del dolor de alguien” y lo relacionas con la convivencia. ¿Esto se tendría que cultivar desde la infancia para no convertirse en la adolescencia y en el mundo adulto en personas conflictivas y que ridiculizan a los demás a nivel laboral, familiar, social…?

Clarísimamente. Creo que es un gran mensaje. El respeto y el consentimiento son principales, y lo que suele darse cuando hay cierto maltrato o una falta de respeto es la excusa de ’es una broma’. Yo lo que les digo es ‘tú no puedes decidir como se tiene que sentir el otro’. No puedes porque es un derecho del otro. Si la otra persona te dice que esto no le sienta bien, de ninguna forma puedes continuar por este camino. Porque le estás hiriendo. ¿Qué no era tu intención? No entramos, no juzgaremos tu intención. Lo que estamos juzgando es cómo se siente el otro, que es una consecuencia cierta y constatable. Si no hay consentimiento, no nos estamos riendo los dos, no es una broma, para mí no lo es y, como la estoy recibiendo, yo tengo todo el derecho a decirte que por aquí no puedes seguir, porque me estás hiriendo. Eso creo que es fundamental en todos los ámbitos.

Otro tema que se da desde hace mucho de tiempo, pero del que ahora se habla más y se le ponen palabras, es el currículum oculto, aquel que tiene forma de mensajes con un trasfondo que perpetúa desigualdades, sesgo de género y prejuicios, por ejemplo. ¿El currículum oculto tiene que estar siempre en revisión permanente?

Siempre. Tal como digo en el libro, el currículum oculto es precisamente el más peligroso porque es sutil, va calando y no te das cuenta. Es algo que tendríamos que revisar siempre, sobre todo en el sentir de las personas que convivimos en una escuela, desde la persona que hace la limpieza hasta la persona que está a secretaría, a los niños y niñas, y chicos y chicas, naturalmente, al profesorado… ¿Tú te sientes bien? No. ¿Por qué no? Tiene que haber algo, que es este currículum oculto, que se tiene que revisar.

El currículum oculto es precisamente el más peligroso porque es sutil, va calando y no te das cuenta

El currículum oculto está en la vida, también. Son estos implícitos que no se dicen, pero que se tienen muy en consideración y que se viven mucho. Precisamente, es una de las cuestiones que más impacta y más te dicen que impacta. Cuando vuelven los exalumnos y tú les preguntas cómo te ha ido, qué has hecho de tu vida, qué has estudiado, y les preguntas qué recuerdas de la escuela, qué recuerdas de los maestros, qué es lo que más te impactó, lo que te dicen es esto, el ambiente. No te hablan de que hicimos un trabajo, no. ‘El ambiente que yo notaba que realmente era un poco como casa’.

¿Un ambiente sano?

Sí, y si había algún momento en el que no había esta salud, hablábamos, no lo dejábamos pasar. Y cuando te dicen que esto es lo que se han llevado de la escuela, es lo más bonito que pueden decir de ti porque los conocimientos están en todas partes y puedes aprender a pensar por ti mismo, pero cuando te dicen ‘aquí supe encontrar un lugar, estuve a gusto y pude ser yo…’ Lo peor que te puede pasar es que un estudiante te diga ‘yo no he podido ser yo en esta escuela porque la escuela me lo ha impedido’.

¿Cómo te gusta que te recuerde el alumnado?

Me gusta que me recuerden con esto, ‘tú nos ayudaste a pensar’. Una cosa que me dicen y que creo que es muy importante es ‘lo que nos sorprende de ti es que no pierdes el control’, lo que es muy significativo porque quiere decir que están muy habituados a que las personas adultas de su alrededor lo pierdan. ‘Pero yo castigo igual’, les digo. ‘Sí, pero me castigas cuando me tienes que castigar y de buen rollo’. ‘Te castigo porque hay un límite y tú te lo has saltado, y como yo espero mucho más de ti, por eso te castigo, porque quiero que la próxima vez lo hagas mejor’. Y con este discurso lo entienden a la perfección y, con el tiempo, vienen, y te lo dicen, tú me hiciste pensar.

Jordi Nomen, autor de ‘Educar en tiempos difíciles’ (Octaedro) | A.B.

Normalmente, me recuerdan mucho por charlas que tuvimos y que yo no recuerdo. A menudo ni ellos recuerdan qué había pasado, pero sí que nos sentamos y hablamos. Me dicen me dijiste esto y me fue bien hablar contigo. En 35 años, quizás me ha pasado tres o cuatro veces, tampoco es cada día, pero ese día estoy fantástico, como en una nube, porque eso quiere decir cambiar la vida de la gente. Y, claro, uno se hace maestro ¿para qué? Para cambiar la vida de la gente y para cambiar el mundo, a mejor.

En este sentido, yo creo que tenemos que cambiar mucho. Hay un mensaje que se dice mucho, que es sal allá fuera y haz realidad tus sueños. Ojo con el mensaje porque a veces hacer realidad tus sueños quiere decir pisarle la cabeza al vecino. Yo les digo, sal allá fuera y mejora la vida de las personas que tienes a tu alrededor, desde donde estés, desde como seas. De este modo, si lo hacemos todos, esto funcionará mejor.

Hablabas de castigos y del hecho de que el antiguo alumnado no recordaba tus castigos como una cosa negativa. En el libro remarcas que es una oportunidad de mejora y de rectificación.

Una oportunidad de reparación, que es lo que tiene que ser el castigo. Es el enfoque que se tiene que hacer. Lo peor que pueden recibir los niños y los adolescentes en la escuela es la humillación, por un lado, y decir las cosas con rabia, por otro. Me parece lógico que esto lo vivan mal. Entonces, tenemos que intentar que, si se les tiene que castigar, que, como digo, a veces es necesario porque tiene que haber una brújula y tienen que haber límites, no hace falta que haya rabia y, por supuesto, no tiene que habar de ninguna manera humillación. Es muy diferente el mensaje de ‘no lo has hecho bien’ al de ‘no vales’. El mensaje de ‘tú no vales’ es una etiqueta y a aquella persona la acabas de apuñalar. ‘Tú no vales’ quiere decir que ya no hay posibilidad de avanzar, mientras que es más reparador ‘lo has hecho muy mal, espero mucho más de ti y creo que puedes hacerlo mucho mejor y, por lo tanto, reparemos esto en la medida de lo posible porque quiero ver una mejor versión de ti y creo que lo podemos trabajar juntos’.

Según tu experiencia, y sabiendo que no se puede generalizar porque hay que conocer cada contexto, ¿crees que actualmente el castigo tiene un punto de vista más punitivo que reparador?

Es muy difícil generalizar, pero yo diría que si aparece la humillación y la rabia es difícil que el castigo sea constructivo. En cambio, si aparece la voluntad de mejorar y se transmite el mensaje de que te estoy pidiendo que hagas esto por este motivo, es una oportunidad de mejora.

Este ofrecimiento de oportunidad de mejora, ¿sería lo que fortalece también el vínculo entre docente y alumnado?

Claramente. Solo aprendemos aquello que queremos. Y solo aprendemos con quién queremos. Las neuronas espejo, nos dicen los estudiosos, funcionan por imitación del otro, pero siempre hay este viaje de estima. Si un profe hace una cosa con pasión, los niños aprenden porque la pasión es la que comporta el aprendizaje, no aquello que esté explicando o haciendo. Y, del mismo modo, si hay un vínculo poderoso entre este docente y el alumnado, los alumnos aprenden porque este vínculo es lo que le da al aprendizaje una solidez y una fuerza que no tiene el desafío intelectual, que también hace aprender mucho, pero que es más frío. Lo ideal, para mí, son las dos cosas: desafío intelectual y vínculo personal.

Si un profe hace una cosa con pasión, los niños aprenden

El desafío es muy interesante para hacer hipótesis y despertar la curiosidad humana y, por lo tanto, enseña muchísimo. Si a esto, que ya es bastante fuerte, le añadimos el vínculo personal, de estima, el efecto Pigmalión positivo, es decir, de decir yo espero mucho de ti y espero que lo hagas, esto es potentísimo en el aprendizaje. Si, además, les recuerdas el papel social, pones mucha fuerza en el bien común, en construir ciudadanía, en construir democracia, porque no solo estamos preparando a personas sino que también estamos preparando a ciudadanos y ciudadanas y, por lo tanto, estos ciudadanos y ciudadanas tienen que fortalecer este bien común y esta democracia. Hay un papel social relevante de la escuela que no solo se limita a la equidad, que también, es decir, conseguir que las diferencias se acorten en la medida de lo posible. Hay diferencias sociales y económicas y, además, estamos construyendo ciudadanía, y este vector no lo podemos obviar porque, si no, se nos pueden transformar en pequeños egoístas. La escuela está construyendo también democracia.

¿Cómo se crea pensamiento crítico desde la escuela?

El pensamiento crítico se basa en esta disonancia cognitiva. Estimular la curiosidad generando problemas y, a partir de ahí, todo lo que viene detrás: argumentar, hacer hipótesis… ¿Quién nos ha enseñado a trabajar críticamente cuando estábamos estudiando? Es que tampoco nos lo han enseñado a los adultos, es algo que hemos ido teniendo con los años, pero tampoco hemos hecho una reflexión sobre cómo se transmite. Tenemos claro que es un objetivo fundamental, pero si te preguntan cómo se hace… Si tú lo tienes claro, pero no sabes cómo se hace, es inútil este conocimiento.

Si hiciéramos una encuesta, la mayoría de maestros clarísimamente dirían que quieren trabajar el pensamiento crítico, que es el objetivo básico de este trabajo. Perfecto, ¿y cómo lo haces? Te encontrarías a un montón de gente que diría ‘haciendo qué piensen’. Pero, ¿cómo haces que piensen? Si tenemos el qué pero no tenemos el cómo, el problema está aquí. Como no nos lo han enseñado, a los docentes, y yo lo entiendo perfectamente, les da mucho miedo ponerse en riesgo. Tengo unos conocimientos, no dudo, los he aprendido a lo largo de muchos años, aquí no sufro; pero cuando me abro a hacer un diálogo filosófico, eso no lo sé hacer. ¿Y si me pregunta una cosa que no sé? Aquí aparecen los miedos. O, yo no sé hacer esto, es muy difícil hacer una disonancia cognitiva…

De alguna manera, el pensamiento crítico ayuda a cuestionar lo que siempre se ha dicho.

El pensamiento crítico es cuestionar la tradición. Es decir, la pobreza en el mundo no la podemos solucionar. Esto es el que dice la tradición. Siempre ha habido pobres, no podemos hacer nada. Mentira, claro que podemos hacer, porque la pobreza no es una ley de la naturaleza, la pobreza es una creación humana, por lo tanto, la podemos cambiar, la podemos mejorar, como mínimo.

Entiendo que en estos 35 años de trayectoria como docente, todavía te apasiona. Pero, en este tiempo, ¿cuántos compañeros y compañeras has visto que han tirado la toalla?

Algunos, y también lo entiendo. Es verdad que tú has aprendido a hacer las cosas de una determinada manera y después te lo cambian todo. Esto es lo que ha pasado un poco con la docencia. Pero, claro, es la esencia, porque la docencia es levantar personas, es enseñar a personas, y las personas y el mundo van cambiando, va cambiando la economía y va cambiando todo. Se tiene que entender que para algunos docentes esto es una sacudida. Dicen, es que esto es lo que yo aprendí, me tiré cinco años para aprender a hacer esto, y ahora me están pidiendo que no haga esto y no me están ofreciendo cómo lo tengo que hacer. Y yo, además, no quiero salir de aquí, porque aquí es donde me siento seguro o segura, es donde yo veo que tengo el control, que no me equivocaré.

No se tiene que presuponer una mala intención. Toda persona que se hace docente, yo le presupongo muy buena intención. Si se ha hecho docente es que tiene ganas de cambiar las cosas, pero sí que es verdad que se pide que hagan cosas muy diferentes, con gente alrededor muy diferente, sin suficientes medios… Se tiene que entender este desencanto.

De hecho, hablas del desgaste del trabajo, con un salario que no da por lujos y una vocación que no está reconocida socialmente, como que todo el mundo sabe lo que tiene que hacer el docente…

Son capas que vas llevando y que cuestan llevar. Creo que tienes que ser una persona lúcidamente optimista.

‘Educar en tiempos difíciles’ toca muchos aspectos, pero ¿podríamos resumir que defiende el necesario triunfo del optimismo ante el desánimo?

Sí, lo que se defiende es que el docente tiene que ser un artista reflexivo y, por encima de todo, que ame la vida, la profesión y los alumnos que le han sido confiados.

The post Jordi Nomen: “Educar es enseñar a pensar, a sentir, a convivir y a decidir” appeared first on El Diario de la Educación.

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La pobreza sigue castigando a los trabajadores del mundo

En todo el mundo la informalidad laboral y la pobreza se entrelazan como una rémora que impide lograr objetivos de justicia social, advierte la OIT.

GINEBRA – La pobreza y la informalidad continúan castigando a los trabajadores en el mundo, especialmente en África, donde casi uno de cada tres vive en la pobreza extrema, de acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En África 29 % de los trabajadores tiene ingresos por debajo de 2,15 dólares al día -umbral de pobreza extrema internacionalmente reconocido-, y al sur del Sáhara 145 millones de personas, casi un tercio de la población empleada, está en esa situación.

En otras regiones la pobreza laboral extrema ha disminuido, con la excepción de los Estados árabes, donde creció de tres a 13 % entre 2014 y 2024, según el estudio divulgado por la OIT en su sede en esta ciudad suiza.

El promedio mundial es de siete por ciento, de cinco en Asia y el Pacífico, de tres por ciento en América y entre uno y dos por ciento en Europa.

Con la actual policrisis –conflictos armados, inflación, deuda externa, interrupción en las cadenas de suministro, crisis climática, secuelas de la pandemia- se prevé que persistan tanto esa pobreza como la informalidad, pues se entrelazan.

Las difíciles condiciones económicas están empujando a los trabajadores hacia la economía informal, y la OIT advierte que esos empleos carecen de los elementos críticos de las relaciones formales de la ocupación, en particular el acceso a los sistemas de protección social, lo que supone un obstáculo para la justicia social.

A escala mundial, más de 2000 millones de trabajadores se encontraban en la economía sumergida en 2023, 58 % de la mano de obra mundial, y se prevé que esa tasa disminuya solo ligeramente hasta 57,8 % en 2024.

El descenso de la tasa de informalidad en menos de un punto porcentual desde 2015 es demasiado lento como para esperar una formalización generalizada a corto plazo.

En 2021, 56 % de las personas mayores de 15 años de todo el mundo estaban empleadas, lo que significa que las rentas del trabajo determinan la vida de 3300 millones de trabajadores y sus familias.

Una proporción decreciente de las rentas del trabajo en el producto interno bruto refleja que los aumentos de la productividad laboral no se traducen plenamente en remuneración del trabajo.

Por otra parte, las mujeres y los jóvenes siguen enfrentándose a tasas de desocupación más elevadas que sus homólogos masculinos y adultos en todo el mundo, y en la mayoría de las regiones. En 2023, las diferencias de género en las tasas de la desocupación casi reflejaban las de 2015.

La mayor brecha de género se mantiene en los Estados Árabes: durante más de una década, las mujeres han tenido sistemáticamente alrededor del doble de probabilidades de estar desempleadas, en comparación con los hombres.

La tasa de jóvenes que no están empleados, ni en entrenamiento y tampoco cursan estudios se situó el año pasado en 21,7 % (14,1 % hombres y 29,7 % mujeres).

Mientras que en la ocupación las mujeres están representadas en casi 40 %, en 2022 solo ocupaban 27,5 % de los puestos de dirección, un descenso desde el 28,5 % de 2021. Al ritmo actual, pueden pasar 176 años antes de que las mujeres alcancen la paridad de género en los puestos directivos.

En lo que se refiere al cumplimiento de los derechos laborales fundamentales (libertades de asociación y negociación colectiva), la OIT aprecia un “deterioro alarmante”, con base en el indicador que utiliza y que va de cero (el mejor cumplimiento posible) a 10 (el peor).

La media mundial de ese indicador en 2022 se situó en 4,81, lo que supone un deterioro significativo y continuado desde 2015, cuando se situó en 4,5.

Este empeoramiento afecta tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo y es evidente en todas las regiones desde 2015.

Son cambios impulsados por las violaciones en la práctica y, de manera alarmante, por las violaciones de las libertades civiles fundamentales de los trabajadores, los empleadores y sus organizaciones.

La Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT subraya en una declaración que “la paz universal y duradera sólo puede basarse en la justicia social”, la cual solo puede mantenerse mediante la observancia de los derechos laborales y la realización de los derechos humanos en sentido amplio.

A-E/HM

Fuente: https://ipsnoticias.net/2024/04/la-pobreza-sigue-castigando-a-los-trabajadores-del-mundo/

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Padres y madres colombianos respaldan la educación sexual integral y los derechos LGBT, según la más reciente encuesta

Una reciente encuesta, liderada por Sentiido y realizada por Data Conceptos, revela que el 95 % de los padres y madres colombianos apoyan la implementación de una educación sexual integral en los colegios. Este hito marca un paso significativo para el país, siendo la primera vez que se recopilan datos sobre la opinión parental en relación con la educación sexual y los derechos LGBT.

El estudio, que entrevistó a padres y madres de diversos estratos socioeconómicos y credos en diferentes regiones del país, arrojó resultados esclarecedores y esperanzadores. Además del respaldo mayoritario a la educación sexual integral, el 90 % de los encuestados expresó su apoyo a la igualdad de derechos para las personas LGBT.

Juliana Martínez, directora de investigaciones de Sentiido, resaltó la aceptación de temas como la diversidad sexual y de género, así como la información sobre la interrupción voluntaria del embarazo en los casos permitidos por la ley. Sin embargo, señaló que aún existen discrepancias en temas más específicos, como el matrimonio igualitario o la adopción por parte de parejas del mismo sexo.

Martínez explicó: “Si bien la mayoría se expresó a favor de la igualdad de derechos LGBT, cuando las preguntas son más concretas, el porcentaje de aprobación baja. Esto indica que aún hay una brecha importante entre teoría y práctica, pero la noción de igualdad está presente en mucha más gente, lo que indica espacio para mejorar”.

Los resultados son especialmente relevantes al evidenciar que la mayoría de los padres y madres colombianos respaldan los derechos humanos, incluyendo los de las personas LGBT, las mujeres y las infancias. Además, demuestran una disposición mayoritaria para aceptar a hijos e hijas LGBT y Trans.

En cuanto a la educación sexual, el 94 % reconoce el derecho de los jóvenes a recibir información científica y de calidad sobre salud sexual y bienestar, mientras que el 86 % está de acuerdo en incluir la diversidad sexual y de género en los currículos escolares. También se destaca que los padres y madres reconocen la importancia de un trabajo conjunto entre la familia y la escuela en este ámbito.

Estos hallazgos subrayan la necesidad y aceptación de una educación sexual integral en Colombia, así como el respaldo a los derechos LGBT. Constituyen un paso importante hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa.

Asimismo, la encuesta señala una oportunidad para trabajar en conjunto con los padres y madres en los procesos de educación en sexualidad, fortaleciendo así los derechos y el bienestar de todos los niños y niñas, incluyendo aquellos que son LGBT.

https://www.vanguardia.com/entretenimiento/tendencias/2024/04/12/padres-y-madres-colombianos-respaldan-la-educacion-sexual-integral-y-los-derechos-lgbtiq-segun-la-mas-reciente-encuesta/

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La educación, un derecho humano amenazado por la desigualdad

 Por: María P. Martínez

La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, considera que es necesario que los líderes mundiales aborden esta situación de manera urgente.

Durante su intervención en una reunión de alto nivel sobre educación convocada por la Unión Europea (UE) en Bruselas, Mohammed rindió homenaje a los niños de la Franja de Gaza, que han sido privados de educación durante más de seis meses debido a ataques directos contra escuelas. «Hoy la luz se ha apagado para Gaza y sus niños. Necesitamos un compromiso para volver a encender esa llama para sus jóvenes y su comunidad. La educación es esperanza. La educación es el futuro», afirmó.

Este año se celebrarán una serie de reuniones que se basarán en la Cumbre para la Transformación de la Educación convocada por la ONU en septiembre de 2022 en respuesta a la crisis mundial educativa, después de que más del 90% de los niños del mundo perdieran el acceso a las aulas durante la pandemia de la Covid-19.

La número dos de la ONU hizo hincapié en la necesidad de que los líderes mundiales reconozcan la urgencia de “transformar la educación e invertir en ella como un imperativo mundial”. También enfatizó la importancia de lograr avances significativos en áreas críticas como “la reforma de la arquitectura financiera internacional, el fortalecimiento de la cooperación digital y una nueva agenda para la paz”.

UN DERECHO HUMANO

El desafío es monumental: se estima que para 2030, 84 millones de niños y jóvenes seguirán sin acceso a la educación, y aproximadamente 300 millones carecerán de habilidades básicas en aritmética y lectura. Mohammed recordó que “la educación es un derecho humano fundamental. Invertir en educación es la mayor inversión que podemos hacer en nuestro futuro común, en la paz y el desarrollo sostenible, y en particular en la igualdad de género”.

La vicesecretaria general también aprovechó su visita a Bruselas para presidir la reunión del Consejo de Administración de la Iniciativa Spotlight, un esfuerzo conjunto de la ONU y la UE para combatir la violencia contra las mujeres y las niñas.

Esta iniciativa, que opera en 30 países y regiones, se centra en áreas críticas como la violencia doméstica, la violencia sexual y de género, y el feminicidio, junto con la trata de personas.

Desde su lanzamiento en 2019, ha logrado importantes avances, permitiendo que millones de mujeres y niñas accedan a servicios contra la violencia de género y promoviendo la educación sobre masculinidad positiva entre hombres y niños.

https://www.mundiario.com/articulo/sociedad/educacion-derecho-humano-amenazado desigualdad/20240411222139304914.html

 

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