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Sobre la presentación de Crónicas intempestivas. Historia del ascenso del EZLN

El día sábado 16 de marzo se hizo la presentación de Crónicas intempestivas. Historia del ascenso del EZLN 1987-1994. Clavería 22, situada en la Alcaldía Azcapotzalco fue el espacio cultural que nos abrió las puertas. A continuación, reproduzco las notas que preparé para el evento.

Historia, texto y pretexto

Hola, buena tarde a quienes nos acompañan el día de hoy. Agradezco que hayan venido.

Antes de comenzar, no podemos dejar de condenar el genocidio que el Estado de Israel realiza contra el pueblo palestino, para lo cual pido un minuto de silencio ante la barbarie que ha desatado el reino del capital contra miles de niñas y niños, mujeres y hombres, un crimen contra la humanidad que nos está marcando profundamente.

Pido un aplauso al pueblo palestino que resiste, los llevamos en nosotros.

Saludo las luchas del trabajo, las resistencias. Siguen abiertas las venas en Latinoamérica; en México, sigue sin resolverse la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa.

Bien. Charlemos sobre el texto ¿Cómo fue que llegamos a estas Crónicas intempestivas?

Sería quizá a finales de los noventa que pasaba horas platicando con el entonces profesor Andrés, quién había sido el responsable de fundar la primera escuela neozapatista en la Selva Lacandona en el año de 1989 y fue electo en 1993 para presidir la Subsecretaría Popular del partido marxista Fuerzas de Liberación Nacional que se fundó en el Congreso de 1993, realizado precisamente en la escuela del EZLN donde fue director. Cabe mencionar que en aquel Congreso fue donde las comunidades indígenas decidieron el levantamiento armado de 1994.

Ya imaginaran las horas y horas de anécdotas en las que estábamos inmersos y que empezábamos a reflexionar. Interminables aventuras con las que pretendíamos explicarnos un complicado y comprometedor proceso que nunca había sido contado sino hasta el día de hoy, en este libro. Es un libro con información inédita, que no van a encontrar en otros trabajos, son sucesos de primera importancia que no se habían dado a conocer.

No se habían dado a conocer por lo comprometedor que resultaban, pero a más de treinta años de distancia, en un acto incluso de justicia, es necesario hacerlos públicos. Ya le pertenecen al pasado.

Si se dan cuenta, si no contáramos lo que contamos en el libro, estos procesos estarían borrados, como si no hubiesen acontecido. Ese es el pasado, constantemente lo estamos reconstruyendo desde el presente. Es así que el libro es una irrupción en el presente.

Por simple que parezca, van a leer el resultado de alrededor de veinte años de reflexión.

A mediados de la primera década del siglo XXI, fue que decidí realizar un trabajo sobre el EZLN. Para entonces el problema era que los testimonios no podían salir a la luz, por la cercanía de los eventos, apenas había pasado una década del levantamiento de 1994, y por secrecía militante era prácticamente impensable dar a conocerlos. Sin embargo, pensé que se podía hacer un rodeo, rearmar algunos procesos recurriendo a otras fuentes, secundarias, y tramposamente llegar a las conclusiones que solo podía dar el testimonio, pero sin decir que venía del testimonio, sino diciendo que se hacían a título de hipótesis. La opción no era descabellada. Carlos Montemayor y Daniel Bensaid, sin ser militantes del EZLN habían hecho comentarios muy atinados, sospecharon muy bien las dificultades de la organización más allá de la retórica con la que se conducían.

Fue así que recabé bibliografía que tenía que ver con el desarrollo de la izquierda en México y en el mundo. ¡Imagínense! Para los que no saben, en ese tiempo todavía pesaban los azotes masoquistas de la caída del bloque socialista y las condenas contra el marxismo. Para mí eso era un choque, porque detrás de la retórica con la que se fue presentando el EZLN cuando sale a la luz, todos los ahí involucrados habíamos crecido en un ambiente marxista por completo, algo extraño para los ajenos, y, por otro lado, dentro de esos mismos personajes externos había quienes usaban al EZLN para mostrar que lo nuevo ya no era el marxismo, sino los nuevos sujetos. No supieron y parece que hasta la fecha reniegan de ese pasado del EZLN que ellos ni vivieron, ni personificaron. Hay que decirlo con fuerza, el EZLN realizó una política marxista exitosa en las comunidades indígenas, que después tuvo que ocultar y administrar por proceso que detallo en el libro.

En ese entonces, el trabajo no pude elaborarlo porque ahora me enfrentaba a mi inmadurez intelectual que me impidió darle salida a lo que me proponía, en ese tiempo era lector, como lo habían sido muchos de los marxistas latinoamericanos, de Althusser y de Poulantzas; también leíamos a Marx, organizamos algunos seminarios de lectura de El Capital y estuvimos reunidos con varios camaradas que hoy nos acompañan, haciendo círculos políticos y de estudio.

Después de un periodo de más de una década, en 2016-2017 me sentí capaz de afrontar nuevamente el desafío. Para entonces, con dos amigos, José Luis Ríos y Gabino Ángeles, veníamos escribiendo públicamente desde 2009 bajo el nombre del Centro de Estudios, Documentación y Análisis Materialista. Y Gabino, que estaba en el doctorado, me comentó que llevaba una materia donde veían metodología de historia oral. Me proporcionó todo el material del curso y me puse a estudiar. Elaboré, con su asesoría, 14 bloques de preguntas, para extraer el testimonio principal. Aborté misión cuando empezamos con las primeras entrevistas, que grabamos. En una sesión nos llevamos alrededor de 4 horas y ni siquiera agotamos el bloque 1. Me volví a estampar con pared y dejé el proyecto.

Por fin, en 2021, en plena pandemia, encontré una mejor manera de recabar el testimonio para exponer los procesos que verán en el texto. En realidad, después de darle miles de vueltas, durante dos décadas, lo que pasó es que ya había elaborado, si se quiere inconscientemente, la concatenación del proceso, ya había ordenado los acontecimientos de tal manera que aparecen interrelacionados. Encontré una coherencia explicativa.

Mi sobrina, quien fue de las lectoras finales del texto, me hizo el señalamiento de algunas notas explicativas que de repente pareciera que pueden ponerse en otro lado, pero se trata de la dificultad del orden expositivo del texto, pues rearmé un contexto y para eso vi dos opciones: o buscaba reconstruir aquel entorno minuciosamente, tratando de no dejar huecos; o reconstruía lo necesario. Opté por la segunda opción, por consideración al lector, para no abrumarlo con cuestiones que consideré secundarias para lo que quería destacar, aunque fueran importantes. De ahí esas notas explicativas.

Del primer borrador hasta llegar al libro impreso, pasaron casi 3 años de arduo trabajo, de octubre de 2021 a febrero de 2024.

Bueno ¿qué van a encontrar en el texto? Van a encontrar un proceso no contado hasta la fecha, del entorno previo inmediato al levantamiento armado. ¿Qué no van a encontrar? Historias idílicas, no hay fantasías ni mitología que ha desbordado el movimiento, tampoco propagada, ni la clásica frivolidad, de que bailan los corazones mientras el reino del capital nos pasa la aplanadora. Hay que recordar que las comunidades indígenas neozapatistas están cercadas por militares y asediadas por el narcotráfico. Por cuestiones tácticas, me parece que eso se tiene que poner en primer lugar y en un segundo lugar la fantasía.

No estoy en contra de los mitos y la fantasía, pienso que son una vacuna contra lo totalitario de la razón moderna, que se impone como única y acusa a lo demás de desviación. Pero desconfió del romanticismo; encierran la desilusión y su reverso: la conversión política.

El texto contiene un esfuerzo crítico, espero que remueva la cómoda tranquilidad a la que se llegó desde el análisis. Espero zarandear las pasiones y la razón.

Por otro lado, el libro no contiene una pedacería de sucesos, sino que se tiene que apreciar la obra en su conjunto, así está redactada.

Y hago el anuncio de que escribí otra segunda parte, cargada a la reflexión filosófico política, pero por exceso de trabajo y valoración editorial, se decidió dejar para otra publicación. Así que este libro apenas es el primero. Ojalá más compañeras y compañeros militantes de aquellos años, se animen a escribir. Ni las Fuerzas de Liberación Nacional ni el EZLN son propiedad exclusiva de sus dirigentes o de luminarias, sino de las militancias que las conforman y suelen ser relegadas, escondidas bajo el tapete. Ellas son grandes protagonistas.

Ayer, miles de militantes organizamos un levantamiento armado, arriesgando el pellejo, pensando acabar con la lucha de clases, hoy seguimos buscando acabar con esa violencia en la historia desde otras formas de lucha, pero que siguen siendo anticapitalistas, porque la revolución es posible, no solo deseable.

Este evento, me permite hacer una invitación a la reorganización de las fuerzas anticapitalistas. Mantengámonos en contacto, volvamos a levantar las redes anticapitalistas, armemos nuevas redes de lucha, de resistencia, no tenemos que pedirle permiso a nadie, ni someternos al arbitrio de nadie, busquemos la libertad organizativa.

Uno de los desafíos principales de las luchas actuales es la lucha contra el trabajo precario. ¿Cuántos de los presentes no estamos en situación de precarización laboral? En ese sentido, el texto es un pretexto, nos permite reunirnos para pensar en cómo afrontar ese problema. La contradicción capital-trabajo sigue siendo nuclear en el funcionamiento del mundo; y no hay que olvidar que hasta el día de hoy no se han reconocido los Acuerdos de San Andrés. La lucha sigue siendo contra el capitalismo.

Muchas gracias.

Fotografía: Egbert Méndez

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Desafíos de la educación hoy

Por: Fernando David García Culebro*

“Educar es enseñar a cuidar y habitar el mundo”, explica Carlos Magro en: Diálogo con Luis Bonilla Molina.

 

El 26 de septiembre del año 2023, Otras Voces en Educación realizó un encuentro virtual donde Dialogaron Luis Bonilla Molina (director de OVE) y el profesor Carlos Magro.

Carlos Magro es presidente de la asociación de educación abierta, trabaja como consultor independiente en la educación. Es miembro del departamento de diseño, innovación y tecnología educativa de la Universidad Camilo José Cela. Es miembro del Consejo, asesor de cuadernos de pedagogía y miembro del grupo de investigación, conocimiento abierto para la acción social de la Universidad de Granada. Es miembro de aula blog y también del colectivo DIME. Ha sido director académico del instituto europeo de diseño, director de innovación de la Escuela de Organización Industrial, director de comunicación, marketing y proyección institucional de EOI y director de la oficina de información científica de la Fundación Madrid MAS, en la  Consejería de educación de la Comunidad de Madrid.

A continuación, transcribo la charla entre Luis Bonilla y Carlos Magro:

 “A Carlos lo hemos seguido ampliamente durante los últimos tiempos con la intención de que sea una de las personas que nos motiven a pensar y a discutir sobre la escuela  hoy”, comentó Luis Bonilla y, enseguida, cedió el micrófono y dio la bienvenida a Carlos Magro.

Pues muchas gracias Luis, un placer estar con vosotros y vosotras, como decía Luis, buenas tardes, yo creo que ya un poco tarde es para todos, yo estoy hablando aquí desde España, muy agradecido por vuestra invitación.

Traigo una presentación que les comparto para conversar con vosotros y vosotras. El título es demasiado ambicioso.

Los desafíos de la escuela hoy, que como podéis imaginar, pues puede ser todo, ¿no?

Es decir, es un título suficientemente amplio para poder hablar sobre casi cualquier cosa, porque son muchos los desafíos que tenemos por delante.  Trataremos de pensar los desafíos en distintos planos, más institucionales, más de aula, más de políticas, más locales, más regionales y globales. Bueno, voy a tratar de hacer un discurso lo más general posible, que permita que cualquiera que esté escuchando, le resuene algo, «le ayude a pensar», como decía Luis.

Sobre todo, en ¿cuáles son sus desafíos?, ¿con qué desafíos pensamos la escuela hoy y cómo podríamos enfrentarlos vosotros que nos estamos encontrando en este momento?

Voy a utilizar en esta charla  muchas citas de compañeros y compañeras, a los que leo y de los que aprendo mucho. Voy a comenzar con una de un libro de mi amigo Toni Solano, que es un director de un Instituto de secundaria de  Castellón, de España. Acaba de publicar un libro que se llama: Aula o Jaula.

Y he tomado una cita muy importante de este libro que viene un poco a incidir en una idea que me parece significativa. Que todos los que estamos en las aulas o que hemos pasado en ella, y todos los que  pensamos en la educación o que pensamos en la escuela lo tenemos más o menos claro, pero que muchas veces en el ámbito más social, no, no es tan claro, lo que es la complejidad de lo que ocurre en la escuela, la complejidad de lo que ocurre en un aula. Por eso esta idea de los desafíos, pues es casi todo, nos dice Toni: “el aula, no es solo el aula,  es más que la suma de todos sus elementos, el aula no es solamente eso que está ahí, sino son todos y cada uno de los estudiantes” y, eso ya complejiza muchísimo la  situación. No es solo un estudiante, ni treinta veces repetido, sino que son los treinta o cuarenta de manera heterogénea.

Totalmente distintos entre ellos, pero también un aula es todo lo que lo rodea. El aula no es el espacio con sus limitaciones de infraestructura, ni solo la  capacidad que tengamos de movilizar recursos;  un aula también  pueden ser los docentes y las  complejidades que acarreamos nosotros como profesores y profesoras,  un aula también es el equipo de educadores, un aula también es la infraestructuras de toda la escuela, un aula es también las familias y un aula es igualmente las administraciones educativas, es decir que, en el aula inciden una gran variedad de asuntos que hace que sea de gran complejidad.

Mi intención es bastante modesta, es invitarlos a pensar en la escuela, a pensar en vuestra escuela, en la escuela y en nuestras aulas y en los desafíos.

Estamos intentando pensar, no con la idea de eliminar la escuela tal y como la conocemos, no de acabar con ella, sino de  preguntarnos todas las veces que haga falta, ¿qué es aquello que hace que una escuela sea una escuela?, ¿por qué una escuela no es  solamente un lugar de aprendizaje?, no todos los lugares de aprendizaje son escuelas, la escuela tiene algo diferencial, por eso hay que hacernos esas preguntas,  ¿qué es lo que hace que una escuela sea una escuela?, ¿quién hace la escuela?, ¿o qué es lo que hace la escuela?, ¿qué tenemos que enseñar y qué pretendemos que se aprenda en la escuela?, ¿cómo tenemos que hacerlo?, ¿qué tipo de relaciones tenemos que establecer en las escuelas?,  ¿qué tipo de gobernanza?, ¿qué es lo que no funciona?

En nuestra escuela, que no será igual en todas, al fin y al cabo ¿cuáles serán los desafíos?

Por tanto, quiero invitarles a cuestionar la escuela en el sentido de hacernos preguntas sobre ella.

Pero también quería que esta reflexión sirviera para defender la escuela, no para defender el inmovilismo. Sino, también quiero invitarlos a cuestionar muchos de los cuestionamientos, de lo que se le achaca o se le acusa la escuela. En concreto, hay un discurso que nos recorre, y que a veces tiene algo de razón, pero no siempre, en el que se supone que la escuela es algo totalmente anticuada.

Una institución de otro tiempo, atrasada, inadaptada, que no se adapta a los nuevos tiempos y que, por tanto, pues casi, casi, no convendría  cambiar la escuela, que es lo que nosotros queremos, hacerla un poco mejor, sino casi, casi eliminar la escuela y empezar de nuevo o sin escuela, como nos dicen las corrientes más desescolarizadoras, muchas veces vinculadas a la tecnología.

Bueno, eso es lo que quiero presentar en esta  tarde, hacer un poco de teoría de la escuela en el sentido bueno de la palabra teoría, es decir, entender la teoría como pensar, y todos somos muy capaces de pensar y entender el pensamiento. La teoría, como la capacidad de hacernos preguntas, de dudar de lo que nos dicen, de lo que nos pasa, de lo que damos por natural;  desnaturalizar un poco la realidad cotidiana que nos encontramos en las aulas, pero también la que nos hacen vivir muchas veces.

Esto es un poco la idea inicial y, ahora bueno, comienzo citando a Joan-Carles Mélich que es un profesor de la Universidad dedicado precisamente a la teoría de la educación y me voy a subir a sus hombros un poco para tratar de empezar a pensar ¿qué es esto?, ¿qué es la escuela? Lo que podemos pensar de una manera más o menos ideal, todavía no bajada a tierra, a cuerpos, pero sí de una manera ideal de lo que es la escuela. Y Mélich tiene un libro precioso que se llama: La sabiduría de lo incierto, y tomo de ahí esta cita que dice: “no sé leer, ¿acaso alguien podría decir que sabe?”, dice: “nos pasamos la vida leyendo, pero nunca aprendemos. Nadie sabe leer porque la lectura no es una competencia que puede adquirirse de una vez por todas, sino una forma de vida, y nadie sabe vivir.”

Nadie sabe vivir, continúo yo, porque siempre asistimos a la primera, rodeados de ignorancia, de perplejidad. Y por eso precisamente somos humanos, porque tenemos dudas, porque no lo sabemos todo, porque tenemos ignorancia, porque tenemos miedos, pero eso es lo que nos hace humanos, porque no sabemos vivir. De hecho, vivir, existir es salir de uno mismo y enfrentarse a  esa incertidumbre en que nos encontramos. Bueno, pues es precisamente ese no saber vivir, ese no saber explicarnos las cosas que nos pasa, ese no saber leer el mundo que nos rodea y explicar el mundo, por lo que hemos inventado la escuela.

O sea que, la primera razón cuando nos preguntamos qué es la escuela es porque podríamos decir que la escuela está inventada, precisamente porque somos humanos, precisamente porque somos incompletos, porque nos faltan las palabras para explicar lo que nos pasa y lo que pasa alrededor nuestro. Bueno, pues para todo eso hemos inventado la escuela.

En esta misma línea, otra profesora de la Facultad de Educación de la Universidad autónoma de Madrid, Miriam Prieto, incide un poco en la misma idea cuando dice “la acción educativa nace de la condición del ser humano como sujeto inacabado”, es decir, si fuésemos perfectos cuando nacemos, no nos haría falta educarnos, pero porque no somos  perfectos, necesitamos educarnos, porque no estamos especializados en nada concreto, sino que tenemos capacidad, nuestra inteligencia, es una capacidad mucho más global, necesitamos la educabilidad, necesitamos educarnos porque con ella, con la educación, llega nuestra capacidad de llegar a ser algo distinto de lo que éramos al principio.

“Y de este principio, es de donde sale hoy o de esta condición de ser incompletos, de ser un ser humano inacabado”, dice Miriam Prieto, es de donde sale el principio fundamental de la educación, que es el principio que todos los maestros y maestras tenemos clarísimo, que es el principio de confiar siempre en las posibilidades del sujeto que se educa, de confiar siempre en las posibilidades, en este caso de nuestros estudiantes, en y también, la máxima finalidad que es educar sujetos comprometidos con el mundo, comprometidos con él, con la realidad que les rodea. Comprometidos con los otros.

Educar sería algo así como enseñar a habitar el mundo, porque no nacemos sabiendo.

Nacemos sin comprender el mundo, nacemos incompletos, y educar, sería dar las capacidades para poder habitarlo.

Un mundo habitable. Yo digo que algo es habitable, cuando algo es acogedor. Habitar el Mundo, es lo más parecido a aprender a cuidarlo.

Por tanto, educar sería enseñar a cuidar el mundo. Y es aquí, donde viene uno de los primeros desafíos que tiene la escuela hoy, y que ha tenido siempre, pero que desde luego tiene hoy.

Porque para cuidar, para cuidar algo, para cuidar el jardín, para cuidar a una persona, para cuidarnos a nosotros mismos, necesitamos prestar atención. Necesitamos poner nuestra atención en esa otra persona, jardín, objeto, lo que sea, y para prestar atención, es necesaria siempre una cierta pausa.

Es decir, necesitamos tiempo para cuidar el mundo, necesitamos tiempo si lo que queremos es aprender a cuidar en el mundo. Pero la escuela de hoy, precisamente es una escuela acelerada, es una escuela sin tiempo.

Luego aquí vemos ya un primer desafío, luego volveré sobre él, no lo voy a desarrollar más aquí, pero este desafío tiene que ver intrínsecamente con la función fundamental de la escuela y de la educación, que es esta función de enseñarnos a entender el mundo, a cuidar del mundo, darnos las palabras para poder describir lo que nos pasa, para entender a los otros. Bueno, para todo eso necesitamos esta capacidad importante que es humana, que es la atención y para eso necesitamos un tiempo que la escuela muchas veces, no lo tiene.

Desde ahí también nos podemos empezar a hacer preguntas, que es lo que ya nos proponía la escuela al principio, podemos preguntarnos ¿si hoy estamos educando a nuestros adolescentes, a nuestros niños, a los jóvenes, para cuidar el Mundo, es decir, si el tipo de contenidos, de dinámicas, de metodologías, de procesos, de valores que estamos transmitiendo en las aulas son valores para cuidar el mundo o no? O así podríamos sospechar  que, a veces, lejos de estar educando a las personas más jóvenes para que vivan unas vidas dignas y felices, igual les estamos educando con una serie de valores competitivos, consumistas. Con ello, también la sociedad va en contra de su propia supervivencia, de la supervivencia del propio planeta y del mundo. Luego ahí tenemos otro desafío importante, que es la sostenibilidad.

La pregunta que tenemos que hacernos, por tanto, también es ¿si la escuela hoy nos da las palabras que nos ayudan a entender El Mundo? darnos las palabras para entender El Mundo tiene que ver con muchas cosas porque es darnos un vocabulario para entender las violencias que nos rodean, pero también es darnos un vocabulario para entender los desafíos medio ambientales, pero también es darnos un vocabulario para entender los desafíos tecnológicos que están ahí.

Y estas son las preguntas que tenemos que hacernos, ¿si nos da tiempo la escuela para cuidar del mundo, para cuidarnos, si la escuela de alguna manera está iluminando la vida de los adolescentes, si la escuela es un lugar que genera horizontes de posibilidades?, O al revés, ¿si la escuela  coloca barreras, provoca exclusión?, ¿si da esperanza o al contrario?, ¿si es una fuente para algunos de desesperanza?

Es decir, con todo esto  ya empezamos a ver desafíos claros que vivimos en la escuela y que yo creo que están en el núcleo de mucho de lo que nos pasa y que yo quería plantear en este inicio de  esta charla.

Es cierto que llevamos muchos años  en  la mejora educativa, el cambio educativo tiene una larga tradición centenaria. De hecho, hay movimientos de reforma que todos conocemos que tienen ya más de 100 años, pero desde luego, en los últimos 20, 25 años, Estamos viviendo también un nuevo resurgir del cambio, la mejora, la transformación educativa. Y estamos viviendo un momento de reescritura, una oportunidad, podríamos decir de reescritura de la educación entre comillas tradicional. Y tenemos muchos ejemplos a nuestro alrededor. Basta con mirar la escuela de a lado, para ver esperanzas, como dice Axel Rivas, esperanzas practicables, inspiraciones que son alcanzables, que están ahí, que alguien ha hecho ya.

Todo ello, nos coloca en una oportunidad, y también en la responsabilidad de superar unas maneras de enseñar que sabemos que no terminan de funcionar por ser puramente transmisibles, que lo que generan muchas veces es un aprendizaje superficial que dificulta la transferencia de la vida real y lo que es peor, que provocan que la escuela finalmente sea una escuela muchas veces selectiva.

Es decir, que sirva para unos pocos, nada más, no para todos. Una escuela que muchas veces lo que ocurre en ella, es la  naturalización de desigualdades y deja fuera a muchos, o sea que, estamos en un buen momento, con muchas inspiraciones, un momento de transformación, pero también tenemos que ser conscientes de la responsabilidad que tenemos y también tenemos que ser conscientes de los desafíos  que ya hemos planteado.

Alguna de las paradojas que estamos viviendo es que, es un momento, como decía Toni Solano, “complejo” para la escuela,  porque plantea desafíos no solamente a los docentes, sino también a los estudiantes, a sus familias, a las administraciones, es decir, nos plantea desafíos a todos.

Hay desafíos que tienen que ver con El Mundo en el que estamos viviendo,  un mundo crecientemente desigual, un mundo en el que estamos viviendo una gran  desigualdad desbocada, donde crece cada vez más la distancia entre los que tienen mucho y los que no tienen nada, la distancia de los ricos y los pobres.

Una desigualdad que además genera polarización. Una polarización que en muchos casos no es igual en todos los países, pero sí a nivel regional. Esta desigualdad se produce   en Latinoamérica de similar manera que en Europa y en países asiáticos.  Por tanto,  la escuela en la que confiamos, en la que creemos, ofrece igualdad de oportunidades, y no en la institución desde el punto de vista de la meritocracia que se convierte en muchos casos, en un lugar de segregación, un lugar de desigualdad, un lugar que acrecienta las desigualdades desde el acceso a la propia escuela, porque hay diferentes redes escolares, porque no todos nos educamos con las mismas condiciones o tenemos las mismas oportunidades.

Vivimos un momento paradójico también porque a la propia escuela le estamos pidiendo cosas, sobre todo en los últimos 20 ó 30 años, a veces difíciles de compaginar. Porque le pedimos que transmita unos valores importantísimos, una cultura, una manera de entender El Mundo, pero al mismo tiempo le estamos constantemente pidiendo que transforme la sociedad, que forme a las personas que van a transformar una sociedad que no nos termina de convencer.

Otra paradoja también podría ser que  cada vez los niños pasan más años en los sistemas escolares, ya sea porque se incrementa la edad de entrada en preescolar, o bien porque conseguimos alargar la edad de permanencia en la secundaria o en la postsecundaria. Sin embargo, la sensación general es que cada vez, aparentemente se aprende menos.

Hay una especie de frustración, porque vemos que hay una brecha entre lo que vemos que necesitaríamos saber para manejarnos en un mundo de la complejidad que nos pone encima de la mesa la inteligencia artificial y sin embargo no lo logramos, como dice Juan Manuel Moreno:

 «Se ‘democratiza’ el acceso, aumenta el gasto educativo, se universaliza la educación básica y crece de modo espectacular la matrícula en educación infantil y en educación superior, pero proporciones inusitadas de alumnos continúan dejando la escuela sin ni siquiera saber leer y escribir correctamente en su propio idioma […] la llamada crisis del aprendizaje es la brecha creciente entre años de escolarización y el aprendizaje que realmente consiguen los estudiantes en esos años.»

Se anhela que sea extensible a todo El Mundo, sin embargo,  por ejemplo, la OCDE, señala algo que yo pongo entre comillas, porque también es una paradoja, que menciona “un aumento de democratización en el acceso a la escuela”, se generaliza prácticamente, aunque todavía nos haya recordado ayer mismo la UNESCO que estamos lejos de los Objetivos de Desarrollo para 2030, sigue habiendo 250000000 de niños que no van a la escuela. Y que, si queremos alcanzar los objetivos que nos hemos planteado en educación primaria, necesitaríamos acelerar muchísimo la escolarización y la finalización de esas etapas. Pero, bueno, podríamos decir que hay una mejora clara con respecto a hace 40 años, sin embargo, también vivimos una crisis de aprendizaje, donde parece que hay una brecha entre los años que pasamos en la escuela y los aprendizajes que tenemos o que queremos tener y que no llegamos a obtener, vemos como muchos chicos y chicas salen de la escuela sin las competencias mínimas para poder seguir desarrollándose a lo largo de su vida.

Otra paradoja u otro desafío podría ser esta sensación de insatisfacción  que viven los estudiantes, que viven las familias, pero que también vivimos los docentes. Este malestar que atraviesa tanto al docente como al discente, un malestar que crea en unos estudiantes y docentes, desenganche, desmotivación, un desenganche, una desmotivación que genera unas tasas de malestar en los últimos años, sobre todo, después de la pandemia, relacionados con la depresión y problemas psicológicos bastante fuertes en la escuela, tanto en estudiantes como en docentes, y una sensación  vivida por todos. Y también esa sensación de que la escuela no es un sitio donde se les escuche a los estudiantes, porque su voz no es tenida en cuenta.

De que lo que pasa en la escuela está muy desconectado de sus preocupaciones, de sus vidas, de sus intereses. Todo esto provoca algo que atraviesa todos los sistemas educativos y que para mí es uno de los desafíos, si lo miramos a nivel sistema, pero que tiene un impacto en el aula en lo que podríamos llamar el fracaso escolar, la no titulación, los no aprendizajes, abandonar tempranamente la escuela, el abandono escolar. Bueno, pues todo esto, es una bomba de explosión.

Que además tiene un punto de inflexión en la adolescencia, en la secundaria, que es cuando precisamente los chicos y las chicas están en un proceso de transformación de su identidad, de su autonomía, de sus relaciones, etc. Y Allí debemos preguntarnos, ¿qué ofrece la escuela en ese momento?, ¿qué les ofertamos?, o es acaso una escuela que no es capaz de atender precisamente a ese proceso de diferenciación, de construcción de la identidad diversa.

En todo el mundo tenemos una discusión sobre la formación docente para este periodo, porque   la formación docente es insuficiente en relación al nivel  secundaria prácticamente de todas partes, por muchas razones.

Es un momento bastante complejo que genera uno de los desafíos más importantes para enfrentar todo eso. Y no me voy a extender aquí, pero sí un poco señalar que, hemos intentado en casi todos los países en los últimos 30 años mejorar lo que pasa en las aulas, mejorar la educación, mejorar los aprendizajes a través de unos currículos muy cerrados, una burocracia muy alta, un control excesivo hacia los docentes.

En una generalización de las pruebas estandarizadas y de la estandarización de la educación. Hemos pensado que haciendo del proceso, un proceso más fabril, más industrial, las cosas iban a funcionar mejor. Bueno,  nada más alejado de la realidad.

Sobre todo por lo que hemos dicho al principio, que si algo es la escuela, es un lugar de posibilidades y  la escuela tiene sentido porque somos incompletos, diferentes, humanos, frágiles. Y por tanto difícil de estandarizar.

El resultado de estos años en muchos lugares, que también se añade a esta desmotivación, es una escuela muy regulada, una escuela muy burocrática, una escuela muy presionada por todos, sobrecargada clarísimamente de muchas responsabilidades, porque la responsabilizamos de todo y en el fondo, es una escuela evidentemente muy desmotivada. Cuando digo escuela, me refiero también a los docentes.

Porque es un poco esa mirada que piensa que todo es una cuestión de tocar la tecla oportuna, de suministrar mediante unas metodologías concretas, unos currículos concretos, unos estándares concretos y unos conocimientos, ya saldremos de ahí. Sin embargo, al final tenemos un sistema que ha acrecentado más las tasas de fracaso y abandono escolar, de repetición o como queramos decirlo.

Un desafío entonces, es superar el fracaso, el abandono y la  repetición escolar, que tiene que ver con muchas cosas y esto es una misión muy amplia, pero desde luego, tiene que ver con las políticas educativas, tiene que ver con la financiación, con los recursos que tienen nuestras escuelas, tiene que ver con cómo hacemos la provisión educativa, tiene que ver con el currículum que  nos mandan implementar, tiene que ver con muchas de estas cosas, pero también (y esto sí que es un llamamiento directo) con vosotros como maestras y como maestros, tiene que ver también mucho con las prácticas de los y las Docentes, con las metodologías, con la manera que tenemos de medir, de valorar, de evaluar, de relacionarnos con nuestros estudiantes, de acompañarles cuando tienen dificultades.

Bueno, tiene que ver con lo que pasa fuera del aula, pero también con lo que hacemos o dejamos de hacer dentro del aula de manera individual o colectiva.

El caso es que estos desafíos nos llevan a poder afirmar algo,  que garantizar  hoy el derecho a la educación, no es solo garantizar la escolarización, es también garantizar el derecho a aprender, que va más allá del acceso a la educación. Nos hemos quedado un poquito en esta idea, de hace unos años en la que nuestra preocupación era garantizar el acceso a la escuela y con eso, parecía que bastaba. Bueno, ya sabemos que no es suficiente, por esa crisis de aprendizaje, por ese estar, pero no estar, por esas cifras altas de personas que están, pero que abandonan, que tienen fracaso escolar, que no aprenden lo que tiene que aprender.

Tenemos que pasar de una idea del derecho solo a la escolarización, a garantizar un derecho al aprendizaje. El aprendizaje que muchos alcanzan, pero otros no, y ahí es donde está el quid de la cuestión.

Es decir, tenemos que garantizar que la escuela que tenemos no excluya a nadie, no deje fuera los casos especiales, los problemas de aprendizaje que están atravesados por los problemas sociales, los problemas económicos, las condiciones de vida, y esto es muy difícil, es un gran reto, porque implica ser capaz de acompañar a todas y todos los que están en esa escuela y este es el gran desafío que tenemos en todos los sistemas educativos en este mundo.

Porque hay un problema donde podríamos decir que, siempre ha habido buenas escuelas para unos pocos o buena educación para unos pocos y pocas, pero nosotros queremos que la buena educación sea para todos y todas, y ahí es donde empiezan las dificultades y la complejidad.

Todos estos desafíos dialogan con la cita inicial, con la idea de que la educación es un asunto complejo y esto todos lo sabemos, pero es importante remarcarlo porque no valen estas recetas de sentido común entre comillas, que muchas veces los políticos en los cafés, en la familia, cuando estamos conversando con la gente que no es del gremio se mencionan y se dice que  esto se soluciona de esta manera. Bueno, el sentido común no es suficiente para resolver algo complejo, no hay soluciones sencillas para resolver alguno de los desafíos que aquí se han planteado.

Desde mi punto de vista, estos desafíos por su complejidad, deberían requerir distintas respuestas, a distintos niveles de aula, de metodología, de evaluación, de currículum, de financiación, de liderazgo, de trabajo en equipo, de gestión escolar.

Pero hay una cosa que está en la base, y es con la que empecé, que hay un problema en los últimos años de entender cuál es el sentido de la escuela. Por eso al principio decía, quiero invitarlos a pensar la escuela, a pensar ¿qué es la escuela?, porque creo que si tenemos un poquito más claro ese sentido de la escuela hoy, el sentido de la escuela en nuestro contexto, podremos atender las problemáticas, pero si no tenemos claro el sentido de la escuela, el sentido de lo que hacemos y de por qué estamos en la escuela, no se van a resolver nunca esos desafíos, estos que tienen, insisto, muchas variables, necesitan que nos planteemos seriamente el sentido de la escuela hoy.

La escuela debería ser un lugar donde los jóvenes negociasen significados y produjeran sentido a lo que les pasa, o sea, la escuela es un lugar para dar sentido a lo que me pasa como adolescente o como joven, como alguien que es incompleto, que está formándose.

En la escuela debería ser el lugar que potenciase ese deseo, aprender a lo largo de la vida. Y sin embargo, ¿qué ocurre muchas veces?, que para muchos adolescentes  es un lugar carente de sentido y que para muchos adolescentes lo que genera no es amor hacia el aprendizaje, sino desafección hacia el aprendizaje.

Hay un estudio muy interesante de las sociólogas Aina Tarabini y Marta Curran (2015), que han entrevistado a los adolescentes, donde llegan a estas conclusiones, muchos jóvenes de los entrevistados por ellas son muy críticos con los institutos, con las escuelas, critican los contenidos, critican la metodología, critican en el fondo la utilidad de la institución, la consideran una pérdida de tiempo. Bueno, esto nos tiene que hacer pensar en ¿cuál es el sentido de la escuela hoy? como adultos, como adolescentes y como jóvenes.

Esta falta de sentido, yo creo, que se ha ido incrementando en las últimas dos o tres décadas, que es justo cuando en el Mundo a nivel global, se ha ido incrementando más control, tratando de hacer de la escuela un lugar sin riesgo, un lugar más burocrático.

Una escuela acelerada,  una escuela que quería correr por cumplir los objetivos curriculares, por ejemplo, o una escuela que solo buscaba la utilidad, como si el fin de la educación solo fuese la utilidad, una escuela muy orientada a las credenciales, a los títulos. Bueno, esta falta de sentido, paradójicamente, se ha incrementado cuando hemos querido controlar más la escuela, y esto ocurre precisamente porque la educación no es solo aprendizaje, la educación no es solo unos resultados de aprendizaje, ni es solo unas habilidades prácticas para trabajar. La educación necesita siempre de un sentido.

Por tanto, necesitamos como maestros siempre hacer juicios, cuando estamos en el aula, cuando estamos educando, necesitamos todo el tiempo hacer juicios sobre ¿qué es lo educativamente deseable?, ¿cuáles son los fines que queremos lograr?

Solo cuando tenemos claro los fines que queremos conseguir con lo que estamos haciendo, entonces podemos tomar decisiones sobre qué metodología utilizar, qué proceso utilizar, qué contenidos poner en marcha, qué manera de evaluar. Pero antes tenemos que tener claro cuáles son esos fines y esto es una discusión que tenemos que tener a nivel aula, pero también a nivel escuela, pero también a nivel sistema.

Ese deseo de hacer de la educación algo sólido, algo predecible, algo libre de riesgos que ha caracterizado las políticas educativas mundiales, más o menos en los últimos 30 años, en el fondo está negado.

Porque la educación siempre trabaja con seres humanos y no con objetos inanimados que podemos estandarizar, y no podemos tratar a las personas como si fuesen objetos. Como dice Philipe Meirieu:  “no querer convertir la educación en algo medible, siempre objetivo, seguro, que no falla”. Es entender que no todo sale exacto y, esto lo hemos experimentado todos y todas, cuando preparamos una clase y las cosas no funcionan como lo hemos planificado, porque precisamente lo que tenemos enfrente son seres humanos con sus problemas que son distintos cada día y eso es lo que hace que la educación siempre sea difícil y compleja, porque educar al final siempre es tomar decisiones, tomar partido por algo, tomar partido por los valores que queremos en  cada aula.

Por tanto,  educar siempre conlleva un riesgo. Un riesgo que no se combate solo con evidencia científica, que no se combate solo diciendo que tenemos que esforzarnos más como docentes o que se tienen que esforzar más los estudiantes, ni se combate solo con más motivación, porque es un riesgo que es intrínseco a la propia educación y que tiene que ver con esta idea de que no estamos trabajando con objetos que se puedan moldear, sino con seres humanos que son seres de acción y de responsabilidad, y esto hace que muchos de los desafíos que tenemos sean especialmente complejos de  llevar adelante.

La escuela también debe ser un lugar  donde se  aprenda a prestar atención,  prestar atención a lo que nos pasa y a lo que le pasa a los otros, es decir,  cultivar una mirada atenta, pues la escuela es un dispositivo atencional. Y el tiempo que estamos en la escuela, el tiempo escolar, es un tiempo para prestar atención al mundo y prestar atención al mundo, es cuidar del mundo, cuidarnos, darnos tiempo, demorarnos en las personas y si aceptamos esto, bueno, pues nuestra labor sería algo en lo que podríamos caracterizarnos como maestros y maestras de la atención y todo nuestro trabajo sería nuestra capacidad para dirigir la atención, sostener la atención.

Para hacer al final de la escuela un lugar que no sea solo un lugar para el aprendizaje, una Comunidad de aprendizaje, que lo debe ser, desde luego, pero también una Comunidad de atención y de cuidados. Esto es muy importante, lo vivimos muy claro después de la pandemia, con esa otra pandemia afectiva que nos está tocando a todos.

Entonces, en primer lugar, para afrontar esos retos, esos desafíos, necesitaríamos darnos tiempo. Necesitamos una escuela que vaya un poco a contratiempo del mundo acelerado en el que vivimos, una escuela que sea un espacio de deshacer la desaceleración que nos permita precisamente reflexionar y pensar a todos, también a los estudiantes.

Necesitamos una escuela que vaya más allá de la cualificación, que no quede solo en dar conocimientos y capacidades y que tampoco se quede en socializarnos, que es muy importante, sino que también nos ayude a formarnos como personas y como sujetos autónomos.

Necesitamos una escuela que nos ayude a empoderarnos y que nos de capacidades, pero también que nos emancipe, que nos haga sujetos, insisto, autónomos e independientes, sujetos capaces de entender que no vivimos solos en El Mundo. Sino que nos ayude a pensar que  vivimos con otros.

Por tanto, estas serían las bases sobre las que tendríamos que afrontar los desafíos de la escuela pública, en el sentido de que sea para todas y todos, que sea integradora, que combata la segregación, que combata las desigualdades que tenemos en nuestra sociedad, y esto es fácil de decir, pero dificilísimo de hacer, porque requeriremos además, de pactos políticos.

Porque implica que todos anhelemos una escuela que sea respetuosa, que no deje a nadie atrás, por tanto que sea respetuosa con los ritmos de aprendizajes de las personas, que responda a los intereses de los estudiantes, pero al mismo tiempo que no abandone la pretensión de interesarles, de dirigir su mirada y su atención hacia otras cosas.

Una escuela que nos dé las palabras para entender el mundo y por tanto que trabaje unos aprendizajes esenciales, sensibles a lo que nos está pasando justamente a todos, que no deje a nadie atrás, que no sean solo unos aprendizajes tradicionales, hegemónicos, sino también de los grupos que están normalmente marginados, pero también de las materias que son importantes hoy, pienso por ejemplo en la tecnología.

Por tanto, una escuela que nos ayude a dar sentido, que ayude a los jóvenes a dar sentido a lo que les pasa. Y en eso tiene que ver mucho con el currículum y tenemos que entender que el currículum, claro, es un lugar de lucha y de poder, pero también es un lugar de oportunidades educativas, o sea, en el currículum tenemos nuestra historia, nuestros valores, pero también en el currículum tienen que estar nuestros futuros comunes y posibles, y esos tienen que ver con un planeta distinto, con unas relaciones de género distintas, con unas relaciones tecnológicas diferentes, con unas relaciones entre las personas diferentes. Y todo eso tiene que estar en el currículum, que el currículum no es solo la historia, ni el pasado, sino también insisto los futuros comunes.

Además del currículum, deberíamos pensar ¿qué metodologías son las más apropiadas? ¿Qué estrategias de enseñanza?, ¿qué estrategias de evaluación?, ¿cómo me organizo?, ¿cómo  fomento la participación?, ¿cómo fomento la participación de los jóvenes?, ¿cómo escucho su voz?,  ¿cómo les involucró en las decisiones de lo que hay adentro y también cómo escucho lo que está afuera?, porque como decíamos al principio, la escuela es también todo lo que está alrededor, es también lo que ocurre fuera del aula y fuera de la escuela. No podemos seguir (desde luego en una sociedad  como la actual, totalmente digital) pensando que lo que ocurre fuera, en la vida de los chicos y lo que ocurre dentro son espacios distintos.

 Vivimos en un ecosistema digital que nos obliga a repensar ¿qué pasa con sus vidas en términos de aprendizaje, cuando salen de la escuela?, ¿dónde aprenden?, ¿con qué aprenden?, ¿cómo se mueven?, ¿qué les interesa?, ¿cómo personalizan su aprendizaje?, ¿en qué lugares están aprendiendo todo eso que antes podíamos un poco dejar fuera porque no era algo que trascendiera dentro del aula? Por tanto, hoy es necesario incorporarlo a la escuela.

Por ende,  atender esos desafíos tiene que ver también con cómo pensamos la escuela en los contextos de vida por los que transitan las personas que están en ella y, esto tampoco es fácil, pero es importante.

Y tenemos que hacerlo sin  derribar la escuela, sino reinterpretándola, es decir, que hay cosas de la escuela que son importantes, por ejemplo, la escuela griega era aquel lugar que  daba el tiempo y el espacio desvinculado de la familia, del mercado y del trabajo, a algo más centrado en la protección. Entonces,  necesitamos una escuela que sea una pequeña frontera que dé un espacio de protección, con un tiempo más calmado.

Que nos permita demorarnos en lo que nos pasa, pero al mismo tiempo no podemos permitirnos el lujo de tener una escuela totalmente cerrada. Sino, necesitamos una frontera que sea una frontera más móvil, más abierta. Y como decía Marina Garcés: “educar es dar herramientas para leer el propio tiempo y ponerlo en relación con los que ya han sido y con los que están por venir, para vivir el presente”, pero dialogando con el pasado y con el futuro, es dar herramientas precisamente para comprender que el futuro no es inexorable sino problemático. Sujetos, sueños, utopías, esperanzas y posibilidades, que es lo que hace que la escuela tenga sentido ayer y hoy.

Por tanto,  tenemos que preguntarnos siempre ¿cómo educar?, ¿cómo educar a los que tenemos con nosotros y nosotras en un momento concreto de la vida? Bueno, muchísimas gracias.

Luis Bonilla- Muchísimas gracias, querido Carlos magro.

  • Decías que la escuela tiene que ser un espacio feliz. Yo fui maestro de primaria, 18 años, 8 años de primer grado. Y uno de los grandes temas que suele decirse en la escuela por docentes, por autoridades educativas, y en los grandes medios es que los jóvenes no están leyendo. Pero cuando yo visito las librerías, (y lo hago de manera asidua), veo que a veces la mitad o más de la mitad de quienes están comprando libros son jóvenes y niños, y entonces me les acerco y les pregunto ¿qué van a leer? ¿una novela de historia fantasiosa o algo de ciencia amena?, y les pregunto, ¿pueden llevar ese libro a la escuela? y me dicen:
  • “No, eso es para leerlo en la casa”.
  • Entonces, ¿qué libros les ponen a leer en la escuela?

Y por lo general me dicen: – “son muy aburridos, no me gustan, pero lo leo porque es una tarea que me colocan.»

Tiene que ver quizás con mucho de eso, que tú decías ¿cómo recuperamos una escuela que se conecte con la realidad?

(Continúa Luis Bonilla), A veces los maestros queremos que los jóvenes y los niños lean las cosas que nosotros leemos. Y tal vez sea bueno que lo hagan en algún momento, pero quizá el esfuerzo pedagógico es ir a sus lecturas, a lo que están leyendo, a lo que los anima para poder fomentar la lectura, que es hoy una gran preocupación, sobre todo,  la lectura comprensiva, porque además ahora la tecnología crea otras posibilidades cuando están forzados a leer determinado libro, ahora hay herramientas como ChatGPT, que hacen un resumen en un momento y entonces el muchacho puede engañar al docente, que quiere además dejarse engañar con una buena tarea, para que todos cumplan con una especie de cumplo y miento cumplimiento, y no de cumplimiento real.

Esto hace que la escuela también esté en crisis y sobre todo,  para quienes defendemos como tú y yo la escuela pública presencial, esto es terrible porque la única forma de salir de ese atolladero es volver a hacer la escuela más conectada con la realidad. ¿Qué piensas respecto a la lectura?, que es hoy titular, cuando se habla de la escuela en Francia, en Inglaterra, en Estados Unidos, en Panamá, en Brasil, en Venezuela, están hablando de la lectura como un gran problema del sistema escolar.

Carlos Magro- Sí, bueno, no soy un especialista, pero sí alguien muy interesado en el tema de la lectura y de la lectura en la escuela. Lo que describes es realidad, y tiene que ver con muchas cosas, pero, la escuela debería ser el lugar en este caso que fomentase no solo el amor al aprendizaje, sino el amor a la lectura, que fomentase lectores. Y muchas veces lo que ocurre es que lo que generamos es todo lo contrario. Es a fuerza de imponer una serie de lecturas que están en una especie de canon clásico que no queremos abandonar sin más mediación. Lo que generamos son adolescentes que no quieren volver a leer, y que ya no leen.

Cuando leen, porque les obligamos, lo pasan por el ChatGPT y se acabó. Esto es una desgracia y esto se vive efectivamente en todos los países. Aquí en España, por ejemplo, hemos pasado muchos debates este verano, y uno de ellos tenía que ver con la lectura en secundaria, sobre si tenían que leer a los clásicos como es El Lazarillo de Tormes o don Juan Manuel y la literatura medieval en chicos de 13 ó 14 años, porque así está aparentemente establecido. Tradicionalmente hay una lista de lecturas y evidentemente que todos queremos que los chicos puedan conocer ese patrimonio, puedan disfrutar de ese patrimonio de la lengua castellana, puedan disfrutar en algún momento de su vida, de la lectura por supuesto del Quijote, pero tenemos que preguntarnos ¿cómo tenemos que hacer esto?, y los especialistas en lectura saben que la mediación es fundamental, y que mediar entre el texto y el lector en estas edades es fundamental para dar contexto, para explicar, para acercar la literatura, para acercar esos textos complejos a los chicos, y que lo que no podemos hacer en ningún caso es imponerles las lecturas o dejarles solos con esas lecturas, que es lo que muchas veces ocurre.

Entonces, esto tiene que ver con esta idea de ¿cómo nos acercamos a su mundo?, ¿cómo somos capaces de dar respuesta a sus intereses?, en este caso de lectura, porque tienen intereses en lectura, pero al mismo tiempo somos capaces de provocarles interés por otras cosas. Y esa es la labor del maestro constantemente, es decir, ¿cómo retomo sus lecturas para desde ahí abrirles posibilidades que les conecte con otras lecturas, con otros mundos literarios?

Esa es una labor fundamental del maestro que no podemos esperar que suceda simplemente porque les obligamos a leer un texto solos en casa y luego que nos hagan un resumen, no, esto va  en contra de cualquier proceso realmente educativo en el ámbito de lectura.

Yo estoy muy a favor, por ejemplo, de la lectura de los clásicos, pero una lectura acompañada, una lectura en voz alta, una lectura en el aula, todos juntos, en la que la maestra y el maestro acompañan, pero no la lectura en soledad de manera obligada, porque eso va a generar probablemente todo lo contrario.

Sin embargo, hay grandes libros de literatura juvenil muy interesantes en estos momentos que los chicos y las chicas están leyendo, que merecen también estar en los centros educativos y en las aulas. Los docentes debemos hacer el esfuerzo por  incorporarlos, por seleccionar lo mejor de eso, para poder ofrecérselo en y por acompañarles y guiarles.

Yo creo que la mediación en la lectura, la guía en la lectura, el acompañamiento, la recomendación es fundamental, y esa es la labor de una maestra, un maestro que lo que quiere es fomentar el amor por la lectura.

Desde luego, la imposición de las cosas, se han hecho así, por mucho tiempo, pero probablemente tengamos que darle una vuelta.

Luis Bonilla- Qué bien, Incluso hay clubes de muchachos, por ejemplo, que leen Harry Potter colectivamente, la idea de no leer solos. Sin embargo, no logramos en la escuela motivar a esos clubes para leer El Lazarillo de Tormes. Yo comparto contigo que hay que ver cómo diseñar una estrategia, pero eso es parte de acercarse a ver ¿cómo están leyendo los jóvenes? y contrario al estereotipo, ya están construyendo mecanismos como el que tú señalas de lectura colectiva, quizás somos los mayores quienes tenemos otra forma de aproximarnos.

Carlos Magro-  Sin embargo, es uno de los territorios en los que más se ha avanzado, hay gente que ha hecho cosas de lo más interesantes de mediación en la lectura, con relato gráfico de ella, de la lectura multimodal, de la lectura con distintos soportes, es decir, hay mucha experiencia en ese ámbito, del cual podría aprender mucho la escuela, observando qué se ha hecho desde las bibliotecas, desde los colectivos juveniles para mediar y fomentar realmente lo que queremos, que es, fomentar la lectura y la comprensión de los textos.

Luis Bonilla – Yo creo que esto es muy importante,  una escuela que aprende y una escuela que genera curiosidad. Yo nací en 1962 y recuerdo que la escuela para mí era un sitio donde llegaba para entender muchas de las cosas que habían en casa, provengo de una familia trabajadora donde no habían muchos cachivaches, pero hoy que mi hijo es adolescente, y que le gusta poco ir a la escuela, tiene un buen rendimiento académico, pero le gusta ir poco, y un día conversando le preguntaba, pero ¿por qué no te gusta ir? Y me decía:

“Es que en la escuela no me enseña a entender nada, ni siquiera de lo que hay en la casa. No me enseña cómo funciona la consola de videojuegos, no me enseña cómo funciona la nevera, no me enseña cómo funciona el televisor, cómo funciona el celular”.

(Continua Luis Bonilla): – Yo creo que es un problema también de cómo lo que enseñamos está conectado al presente. La escuela tiene que  actualizarse mucho más rápido de lo que lo hace, es un esfuerzo enorme. Los maestros lo hacen, pero lo que tú decías, a veces la cosificación curricular no le da la suficiente libertad al docente para poder trabajar otros temas que son de actualidad y a veces el currículo está muy obsoleto, habla de un mundo que ya está desfasado porque la  aceleración de la innovación ya no es de 40 años, sino de ciclos de 3 a 5 años, y las reformas curriculares suelen ser de cada 10 años. Eso significa un envejecimiento del currículum muy rápido. Y también, ese es un problema de cómo la escuela vuelve a despertar la curiosidad y se conecta a los temas concretos de los muchachos. No sé ¿qué piensas de eso?

Carlos Magro – bueno, yo creo que una frase definitiva que mencioné de forma rápida al principio, es que, “tenemos que ser capaces de responder a sus intereses.” Esos son los intereses, por ejemplo, de tu hijo. Él tiene interés en cosas, quiere entender cosas, quiere entender cosas que le pasan o que están a su alrededor. Hay que ser capaces de responder a sus intereses, pero sin abandonar la pretensión de interesarles por otras cosas. Y eso sería el currículum más tradicional, probablemente las disciplinas, las cosas a lo mejor menos útiles, porque la escuela no es solamente un lugar para lo útil, también es un lugar para aquello que es inútil. En el fondo El Lazarillo de Tormes, probablemente sea inútil, no nos va a hacer la vida más fácil, ni mejor, ni nos va a convertir en mejores personas. Sin embargo, si nos va a ayudar a pensar de otra manera, si nos va a ayudar a entender otras cosas, si nos va a dar una manera de entender El Mundo.

Es decir, la escuela es un lugar que tiene que ser capaz de combinar estas dos cosas. La pretensión de interesarles por cosas, abrirles ventanas que no están en su mundo y ser capaces también de responder a sus intereses, porque si solo respondemos a su mundo, es un poco limitado. Lo que le pasa a la escuela muchas veces es que niega la primera, o sea, no quiere responder a los intereses de los estudiantes porque son banales, no son suficientemente académicos, no están en los libros de texto, y considera a esto una cosa irrelevante, negándole  la importancia a lo que ellos sí le dan, y esto es un pecado original.

Y, Sin embargo, ponemos todo el peso en lo otro y no somos capaces de conectar esos dos mundos, de conectar El Lazarillo de Tormes con su vida actual, con lo que les pasa, con lo que les está pasando en la calle, en cómo se relacionan con los otros, ¿qué aprendizajes me da El Lazarillo de Tormes para relacionarme con mis compañeros, con mis amigos en la calle de otra manera, o en la vida para entender mejor lo que nos pasa? Porque los grandes clásicos, por ejemplo, lo que tienen cuando los lees es la capacidad de interpelarte 2000 años después, una odisea te interpela 2000 años después, un Quijote te interpela 500 años después, porque por eso es un clásico, pero eso la escuela no termina de digerirlo bien. Lo que tú dices es fundamental, «responder a sus intereses», al tiempo que les abrimos otras ventanas porque solo la escuela se las va a abrir.

Luis Bonilla – Se abrieron muchas ventanas de curiosidad sobre los desafíos. Este material permite luego replicarlo, discutirlo con colectivos docentes, colectivos de educación popular. Hay muchas cosas que las dijiste rápidamente, pero que es necesario luego hacer discusiones de cada una de ellas y abriste la ventana, la ventana de eso que tú señalabas. Nos abriste muchas ventanas para poder sintonizar con una parte importante de los debates y los desafíos de la educación hoy.

Esta Charla se encuentra disponible en video, pueden acceder a través del siguiente enlace:

https://www.youtube.com/live/pXEtuHmS8WM?si=l-jTtCKpyyNtR7S9

*Colaboración de Fernando David García Culebro, investigador y editor del CII-OVE.

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Araña sagrada: feminicidios en nombre de dios

En Holy spider vemos a una sociedad que ha perdido todo tipo de empatía hacia la mujer, principalmente de clase baja. Una sociedad hipócrita, que cuestiona quienes usan comercialmente su cuerpo mas no a los que lo consumen

Texto: Andrea Sarmiento Pastrana

Foto: Tomada del tráiler

CIUDAD DE MÉXICO.- En 2001 se viralizó el caso de Saeed Hanaei, también conocido como el asesino de arañas, un hombre casado y con hijos que, en nombre de Dios, asesinó a 16 trabajadoras sexuales en Mashhad, una de las ciudades más sagradas de Irán.

Basado en esto, se estrenó en 2022 una película dirigida por el iraní Ali Abbasi, Holy spider (Araña sagrada), historia donde una periodista comienza a investigar por cuenta propia los asesinatos que, no solo van en aumento, sino que las autoridades no atienden.

La cinta nos muestra las historias detrás del crimen, tanto de las víctimas como del asesino. A las trabajadoras sexuales las presenta como las personas que son: mujeres con familia, en su mayoría con hijos, que salen a trabajar en busca de un sustento para sobrevivir entre la desigualdad de la ciudad. Detrás del asesino de arañas hay un hombre que ve a estas chicas como seres malignos y busca una limpieza moral; desarrolla una repulsión tan fuerte que ni siquiera considera el asesinato como algo malo, para él es algo cotidiano, una misión divina.

Saeed mantiene con normalidad su trabajo y ni su esposa ni sus hijos notan algún cambio en su personalidad; para él, matar a estas mujeres tiene la misma simpleza que matar un mosquito que no te deja dormir. En su mente cree que le está haciendo un favor al mundo pues está limpiando las calles y es por lo que jamás expresa ninguna clase de arrepentimiento o remordimiento. Además, su confianza es avalada por el hecho de que las autoridades no le dan la importancia necesaria a los crímenes de mujeres.

Cuando Rahimi (la reportera) llega, ya se conoce la noticia de un asesino serial; él mismo se encarga de llamar a un reportero policíaco después de cada crimen; sin embargo, la policía no tiene pistas ni interés por atraparlo. Esto complica la investigación de la periodista, pues debe hacerlo casi todo ella sola.

Su principal obstáculo es que es la única mujer; además, una mujer soltera, sin hijos, fumadora y trabajadora que carga con una historia de abuso laboral que se hizo pública y por la cual es criminalizada. Si al cuerpo policiaco no le importan los feminicidios, menos le importa una mujer que intente detenerlos.

La película nos enseña varones que no saben interactuar con las mujeres sin minimizarlas y sobre todo, cosificarlas. Al ser social y legalmente vistas como inferiores, los hombres adquieren el poder de tratarlas sin el más mínimo respeto y es una mentalidad que ha persistido durante años y que sigue vigente en muchas comunidades, pues esas ideas se siguen inculcando a niños y niñas.

La mujer es educada para servir y atender; el hombre para mandar. Él es quien decide cómo, cuándo y dónde tener relaciones, ella debe satisfacerlo en todo momento. Si el marido es infiel, ella tiene que hacerlo todo para que no se vaya. De no cumplir con esto se convierte en un problema y es válida cualquier forma de violencia con la que el hombre responda; la mujer es vista como objeto reemplazable que a nadie le importa romper y menos cuando esta se sale de las normas.

Lo más espeluznante no es el asesino, sino la cantidad de apoyos que recibe. Desde los vecinos que salen a las calles a echarle porras, los medios de comunicación y hasta su propia esposa, que no ven en sus acciones nada malo. Piensan que eliminar a las trabajadoras sexuales es un favor.

En Holy spider vemos a una sociedad que ha perdido todo tipo de empatía hacia la mujer, principalmente de clase baja. Muestra una ciudad hipócrita, que cuestiona quienes entregan su cuerpo mas no a los que lo consumen, olvida que cuando alguien vende es porque alguien compra.

Saeed Hanaei fue capturado gracias a una chica que sobrevivió a su ataque, quien lo expuso cuando fue capturada por la policía (a diferencia de la película). El hombre fue ejecutado en 2002, sin embargo, dejó un legado inspirador para muchos, incluyendo su hijo.

La misoginia expresada en su máxima expresión y cada escena del largometraje tiene una carga completamente patriarcal. El hecho de que muchas sociedades se sigan rigiendo bajo las mismas ideologías nos hace reflexionar sobre la desigualdad que existe, a nivel global, sobre la lucha por los derechos humanos y también, nos ayuda a entender la importancia de que las religiones y el Estado vayan separados.

La película se expone este mes en la Cineteca Nacional

Fuente de la información e imagen: https://piedepagina.mx
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Colombia. ELN reclama a Gustavo Petro devolución de cuerpo de Camilo Torres Restrepo, sacerdote guerrillero

Colombia. ELN reclama a Gustavo Petro devolución de cuerpo de Camilo Torres Restrepo, sacerdote guerrillero

La Delegación de Diálogos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) comparte el Comunicado El Pueblo Reclama a Camilo en el 57 aniversario de la caída del Comandante en Jefe Camilo Torres. El comandante Pablo Beltrán, junto al grueso de la Delegación, comparte un mensaje en el que reclama al Gobierno de Gustavo Petro la devolución del cuerpo de Camilo, desaparecido por el Estado.

Delegación de Diálogos del Ejército de Liberación Nacional

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/colombia-eln-reclama-a-gustavo-petro-devolucion-de-cuerpo-de-camilo-torres-restrepo-sacerdote-guerrillero/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Pensar la educación en clave de transformación radical

Por: Fernando David García Culebro

 

En el marco del ciclo de pedagogías críticas, organizado por la alianza del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación, la Cooperativa de Educadoras(es) e Investigadoras(es) Populares de Argentina, el Circulo de Investigadoras(es) del Pensamiento Crítico de América Latina y el MAECC de Oaxaca, México,  Enrique Javier Díez, Ensayista y Profesor Titular de la Universidad de León en España, analizó el pasado lunes 25 de julio, el tema:  «Pensar la educación en clave de transformación radical».

El doctor en ciencias de la Educación, compartió una visión crítica de la Educación actual a nivel mundial. Comenzó comentando una anécdota muy significativa, donde hace dos meses, el hospital universitario de León, decidió no contratar a personal para atender las necesidades de ese hospital,  y proponer al alumnado de último curso que ya estaba acabando su licenciatura, para trabajar de forma gratuita, es decir “lo que podríamos llamar mano de obra, ya no barata, sino esclava”.

Por lo cual, el sindicato de Estudiantes de la Universidad, convocó al resto de los sindicatos  para hacer una manifestación y protestar, considerando el sentido común que:  “todo trabajo debe tener una remuneración”.

Lo sorprendente es que en la manifestación, (continua Javier Díez), había otra manifestación, manifestándose contra la manifestación que defendía, se supone sus derechos.

El investigador, se acercó a hablar con este grupo, y respondieron taxativamente, que estaban en contra de la manifestación porque estaban conculcando, es decir, que estaban impidiendo su derecho de elegir libremente ser explotados.

Cuando el filósofo les comentó que eso suponía no solo mano de obra barata o esclava, sino dumping, respecto a los salarios del resto de la gente, además precarizar las condiciones laborales, el grupo de estudiantes respondió que, a ellos no les importaba nada los demás, sino, lo que a ellos les interesaba es que contaría en su currículum y  su forma de competir en la sociedad es esa.

Enrique Javier Díez, argumenta que, este es el modelo que ahora se está imponiendo en nuestra sociedad. Por ello, la educación debería ser el antídoto más potente frente a la barbarie del neoliberalismo y el neofascismo. Una educación para el bien común, frente al odio, el racismo, la intolerancia, el acoso a la democracia, el individualismo, la competitividad, etc.

Sin embargo, esto que está pasando, donde estos jóvenes que han pasado por un sistema educativo público, que además proclama todos estos valores, defienden al propio modelo.

A partir, de esta anécdota, el especialista en organización educativa (Díez), hizo un análisis de dos modelos educativos que avanzan a nivel mundial en direcciones completamente opuestas, el primero es el que se deriva de la progresiva imposición del neoliberalismo a escala mundial, y viene avalado por las directrices de los organismos supranacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea.

Agregó que, este modelo parte de la base donde la educación es un bien individual y su valor es básicamente económico, es decir, una apuesta individual para prosperar personalmente, y que, por lo tanto, como tal debe estar sujeta a las leyes del mercado como cualquier otra mercancía.

La educación así entendida pasa a estar al servicio de la economía en su doble vertiente, por un lado, debe ser adaptada a las necesidades de la empresa y del mundo laboral y, por otro, debe ser rentable, o sea, gestionada con criterios empresariales,  y ser susceptible de negocio privado. Son las personas individuales, las personas interesadas en ellos las que deben invertir personalmente en educación; con lo que se convierten en los nuevos clientes con derecho a elegir y a exigir resultados satisfactorios que rentabilicen su inversión de forma eficaz, es decir, tener más resultados con menores recursos, “el mantra neoliberal por excelencia”, complementó el profesor.

Desde esta perspectiva, una buena escuela por lo tanto, es la que tiene resultados en PISA, es decir, la que se sitúa en la parte de arriba de esos  Ránkings nacionales y connacionales. Es un modelo que alienta una pedagogía del egoísmo neoliberal, aseguró.

Por el contrario, el otro modelo, considera que la educación debe ser un derecho universal y un bien común al que todos los ciudadanos y ciudadanas deben acceder y que, por lo tanto, la comunidad, a través de sus representantes, las administraciones, los estados tienen el deber de garantizar que toda la ciudadanía acceda a él,  en condiciones de igualdad.

Este modelo por lo tanto, considera que la educación es un factor de desarrollo personal de emancipación social, y una de las herramientas para hacer posible una sociedad cohesionada, inclusiva y además justa. Esta perspectiva que defiende una escuela pública, laica, que ofrece una verdadera igualdad de oportunidades y que, forma personas con capacidad para vivir y participar en una sociedad democrática y centra su preocupación en buscar los contenidos en los valores y metodologías para una educación crítica, inclusiva, emancipadora, decolonial, transformadora, profundizó el doctor Díez.

El gran debate, por lo tanto,  sobre el futuro de nuestra educación es hacia cual de esos dos modelos queremos avanzar. Y, esto es lo que realmente me preocupa, explicó, y citó a Gramsci para profundizar: “Si el sistema controla la mente y el corazón,  las manos de la gente también serán suyas”. De hecho, pasado el tiempo de la conquista por la fuerza, de los golpes militares, llega el control a través de la persuasión. Ante ello, la McDonaldización es más profunda y duradera, cuando el dominado, es inconsciente de serlo. Asimismo,  todo imperio que quiera perdurar, lo que pretende es domesticar fundamentalmente las almas, por decirlo así, complementó.

  No nos hemos convertido al neoliberalismo a nivel mundial de forma espontánea, ha sido preciso instalar mecanismos de educación del “espíritu” entre comillas. Mecanismos de los que podemos llamar como decía Michel Foucault, “mecanismos de libre consentimiento”, citó Díez. Que exige la participación activa de los propios involucrados, como estos chicos que antes comentaba, recordó.

De hecho, se nos educa para elegir libremente e incluso desear pertenecer al sistema. Se trata de que cada persona se involucre activamente en lo que el filósofo coreano Han denomina “la explotación de sí mismo; como decían también, Laval y Dardot, profundizó el investigador.

Díez, describió además, algunas estrategias fundamentales para esta dominación:

 La primera, consiste en inventar al ser humano del cálculo individualista como categoría básica y  universal  de la actual sociedad, aquel que busca el máximo interés individual, en un marco de relaciones interesadas competitivas, el argumento que se utiliza es la búsqueda del interés propio, es por una parte,  la mejor forma de servir a la sociedad, donde además el egoísmo es visto como una norma y deber social, preocúpate por ti mismo y, tercera, las relaciones de competencia y de mercado se naturalizan, el fin del ser humano parece que es únicamente realizarse uno mismo frente a los demás.

En ese sentido, complementó con dos ejemplos en educación:

El primero, es el que planteaba al inicio, la educación se ha convertido en una inversión individual y rentable, quien invierte es cliente y, por lo tanto exige resultados que rentabilice su inversión y, además se exige entonces, adecuar las demandas de las empresas y del mundo laboral, que tengan empleabilidad futura, desde el bilingüismo, el inglés, etcétera.

Segundo ejemplo, la libre elección neoliberal, la educación privada, financiada públicamente se considera más libertad, más posibilidades, los conciertos, las escuelas Chárter en Estados Unidos,  los cheques escolares en Chile, etcétera.

En ese sentido, Javier Enrique, consideró a esto como una anomalía, la mayoría de la educación es pública, garantizada públicamente, sino, no es posible. Pero además, esta educación privada financiada públicamente, lo que hace es segregar, afirmó Díez, y profundizó ejemplificando que, en España el 82 % del alumnado con necesidades migrantes o con necesidades de aprendizaje está en la pública, es decir, quita a aquellos que no les interesa, que no le son rentables.

En el fondo lo que genera es selección escolar, lo que esconde es el rechazo a la mezcla social, a educar a los hijos e hijas con los que no son de la misma clase social y, en definitiva lo que promueve es una ética egoísta y no, la lógica solidaria de la convivencia social que es como vivimos los seres humanos, argumentó.

Estos dos ejemplos, claramente muestran ese primer paso que antes decía y que se refiere a inventar al ser humano del cálculo individualista.

La segunda estrategia, ha consistido en constituir y generar a la empresa como el modelo general a imitar, es decir, han constituido casi una nueva ética, cada persona se concibe a sí misma y se comporta como una empresa. Y de hecho, esto se está aplicando en la educación, así es lo que han denominado la nueva gestión pública. Así, las escuelas, incluso públicas, importan técnicas de gestión y dirección empresarial, el mantra ese que decíamos, hacer más con menos; externalizar servicios, se han convertido en negocios, no solo los comedores, sino prácticamente todo lo que hay en educación, incluso los servicios de inspección en determinados países, etc. Pero también esos mecanismos de rendición de cuentas mediante pruebas estandarizadas que faciliten Ranking, es decir, clasificación de centros, esas pruebas estandarizadas como PISA o incluso el pago por resultados. Esos contratos, programas que se hacen, donde al profesorado se le va pagar por los resultados que tiene el centro. Este modelo se denomina en el fondo McDonaldización.

El investigador, clarificó sus explicaciones diciendo que, el efecto colateral de esto, es que responsabiliza a las propias comunidades educativas, culpabilizándolas de su éxito  o de su fracaso y desplaza los problemas de financiación de la educación a problemas de funcionamiento de los centros y a su capacidad para ganarse a los clientes. Claro, ante la falta de financiación por parte de los estados, muchos centros buscan patrocinadores que imponen sus logotipos y sus contenidos, comercializan el espacio educativo.

Más adelante, Díez detalló en este encuentro virtual  cómo la empresa se introduce incluso en el currículo escolar.  Además de profundizar en las estrategias de dominación que actualmente se están utilizando para que el trabajador se autoresponsabilice y culpabilice por los resultados obtenidos, ignorando las condiciones laborales que subyacen.

Este diálogo entre Javier Enrique Díez y Andrea Zilbersztain se encuentra disponible en el canal de youTube de Otras Voces en Educación, en el siguiente enlace: https://youtu.be/TN6pCMIByWM

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UNESCO: Implementando la Movilidad Virtual de Estudiantes – Infografía

Implementando la Movilidad Virtual de Estudiantes – Infografía

Para entender cómo la MVE se está implementando por el mundo, UNESCO IESALC ha estudiado 10 programas y experiencias institucionales de MVE y 4 de alianzas, mostrados en esta infografía.

Fuente de la Información: https://www.iesalc.unesco.org/2021/12/22/implementando-la-movilidad-virtual-de-estudiantes/

 

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En Chile las protestas masivas contra migrantes derivan en incidentes violentos

En Chile las protestas masivas contra migrantes derivan en incidentes violentos

La situación migratoria provoca protestas masivas en Chile, que han desembocado en incidentes violentos contra los extranjeros que se encuentran varados en el país. La marcha tiene lugar tras el desalojo forzoso de un campamento de migrantes en la ciudad de Iquique, que acabó con enfrentamientos y detenciones. El ministro del Interior, Rodrigo Delgado Mocarquer, aseveró que la administración seguirá con su plan de fortalecer las fronteras y expulsar a los indocumentados.

Fuente de la Información: https://actualidad.rt.com/video/405121-chile-protestas-masivas-migrantes

 

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