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Libro: La historia de las infancias en América Latina

Por: IGEHCS.

La historia de la infancia en América Latina, en los últimos tres lustros, ha revelado su importancia a la hora de comprender el devenir de los procesos sociales, culturales y políticos del continente. A pesar de ser una especialidad relativamente reciente, ha podido dar visibilidad a esos niños y niñas que la historiografía había desdeñado en su protagonismo y en su papel de sujetos activos. La extrema dificultad para recuperar sus voces y acciones promovió nuevos planteos conceptuales y estrategias metodológicas y, como efecto concomitante, favorecer un fructífero intercambio transdisciplinar que enriqueció este campo de estudios. Prontamente se comprendió que el esfuerzo individual de indagación sólo sería productivo en tanto se promovieran instancias de trabajo colectivo de investigadores e investigadoras que abrazaron los estudios de la infancia con la pasión –y también la incertidumbre– de abrir nuevos caminos para el conocimiento de la realidad social. Así, se develaron aristas dolorosas y dramáticas de esa historia que tuvo y tiene como protagonista a la niñez. Se
han dado a conocer padecimientos y situaciones límites que han tocado y toca vivir a quienes, aún en nuestros días, parecen no poder gozar de esos atributos con los que se ha investido la idea. (Presentación del libro).

Link para descargar el libro: http://igehcs-conicet.gob.ar/wp-content/uploads/La%20historia%20de%20las%20infancias%20R.pdf

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Revista No. 534 – Julio 2018: Integración en tiempos de incertidumbre

Por: América Latina en Movimiento.

El sistema mundial contemporáneo vive cambios profundos marcados por el desplazamiento de sus centros económicos más dinámicos, desde Europa y EEUU hacia Asia. Esta co-edición con el Grupo de Trabajo sobre Geopolítica, Integración Regional y Sistema Mundial de CLACSO explora este tema y sus implicaciones para la región.

América Latina y la nueva dinámica del sistema mundial

Monica Bruckmann

La alianza estratégica entre China y Rusia cambia el escenario mundial

Beatriz Bissio

Geopolítica de la inteligencia artificial e integración digital

Sally Burch

La geopolítica de la integración regional en ALC:

Debates estratégicos en torno a EEUU y China

Maribel Aponte García

Repensando la forma de diseccionar Nuestra América:

Geopolítica crítica

Juan Agulló

América Latina y el nuevo oleaje intervencionista

Loreta Telleria Escobar

Bolivia y México en el contexto latinoamericano

Rebeca Peralta Mariñelarena

El efecto Trump en América Latina

Juan Ramón Quintana Taborga

Un análisis desde los sindicatos globales:

El mundo del trabajo y las reconfiguraciones globales

Fernando Lopes

 

Fuente de la reseña: 

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Noam Chomsky: El objetivo de la educación (Vídeo)

By: Learning Without Frontiers. 

¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes, capaces de apreciar los logros culturales del pasado, de aprovecharlos y de engrandecerlos? ¿Es eso lo que queremos? ¿O queremos personas que incrementen el PIB? Porque esas dos cosas no son necesariamente las mismas.

Entrevista a Noam Chomsky en la que discute temas referidos a la educación y la enseñanza. He dividido la charla en cuatro partes de acuerdo a las temáticas que se abordan.

1. El objetivo de la educación.
2. El impacto de la tecnología en la educación.
3. Costo o inversión (con cuál de los dos debe percibirse el proceso educativo.
4. Evaluación vs. Autonomía (por qué es importante la autonomía, y qué papel debe jugar la evaluación en los procesos formativos).
Créditos:

La entrevista ha sido creada por LWF (Learning Without Frontiers), fue presentada el 25 de enero de 2012 en Londres.
http://www.learningwithoutfrontiers.com

Entrevista y dirección por Graham Brown-Martin.
Filmación y dirección por Grant en wildtraxtv (http://on.fb.me/wildtraxtv).
Traducción y subtítulos por mí (Juan Pardo).

Source of the review: https://www.youtube.com/watch?v=W9aalxJGy_Y

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Daniel Wilson: «La calidad de los alumnos depende de la calidad de los profesores»

Por: DiarioDeNavarra. 

Daniel Wilson, director de «Project Zero», el grupo investigador de la Facultad de Educación de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), ha asegurado este viernes en Pamplona que «la calidad del aprendizaje de los alumnos depende de la calidad del aprendizaje de los profesores» y ha destacado que los docentes necesitan una «transformación» debido a la creciente complejidad social.

Wilson, que participa en un congreso sobre innovación educativa organizado por la Universidad de Harvard, ha señalado en conferencia de prensa que, “si queremos transformar la educación y cambiar su estructura, tenemos que cambiar las relaciones que nos rodean. Necesitamos nuevos sistemas de educación».

«Este es un momento de gran complejidad en muchas sociedades. Este viernes en día la responsabilidad de los profesores es enorme y necesitan una transformación. Ya no podemos depender de los sistemas tradicionales”, ha declarado Wilson, que ha estado acompañado por Mikel Elía, director del Colegio Irabia-Izaga, que acoge el congreso, y Patricia Alocén, directora del Departamento de Acción Educativa de la Fundación “La Caixa”, entidad impulsora del evento.

El director de «Project Zero», un centro de la Universidad de Harvard creado en1968, ha explicado que el objetivo primordial de esta iniciativa es «el potencial humano», en concreto la naturaleza de la inteligencia y de la creatividad, que es «lo que nos hace humanos».

Así, ha comentado, un padre que entra en un aula en la que se aplican los conceptos desarrollados por «Proyect Zero» observa tres cosas, la primera de ellas que el pensar y el aprender son «visibles», ya que se encuentran por todo el recinto y en las paredes, y no solo «en las cabezas de los alumnos».

También observa que hay «flexibilidad y movimiento» en el aula, porque «aprender es un proceso social, no individual», y que la inteligencia de los alumnos se muestra y se evalúa de diferentes maneras a las tradicionales, como, por ejemplo, el lenguaje corporal.

Bajo el lema “Comprensión para un mundo complejo”, el simposio reúne en Pamplona a 630 docentes e investigadores de todo el mundo, con el objetivo de que asimilen estos conceptos, los transmitan en sus centros educativos y creen redes de colaboración entre ellos.

Se trata de docentes provenientes de Argentina, Australia, Azerbayán, Bélgica, Canadá, Chile, Colombia, Dinamarca, Ecuador, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Perú, Singapur, España, Emiratos Árabes Unidos, y Reino Unido.

El congreso se celebra en España por primera vez desde que comenzó su andadura en el año 2010. En este sentido, Wilson ha señalado que este foro «es una oportunidad para reformular las relaciones entre los profesores de este país, de ahí que uno de nuestros retos era conseguir el acceso a este congreso también a docentes de escuelas públicas”.

El catedrático de Educación en la Escuela de Graduados de Harvard y miembro del Comité Ejecutivo de Project Zero, David Perkins, ha abierto el congreso con una sesión inaugural en la que ha apostado por una enseñanza en la que el profesor sea capaz transmitir conocimientos al alumno “haciendo dócil lo salvaje y salvaje lo domado”, aludiendo así a la búsqueda de “fórmulas para el aprendizaje que ayuden a comprender la complejidad de la sociedad en la que vivimos entusiasmando al alumno, haciendo la educación accesible e interesante”.

Project Zero ha impulsado docenas de proyectos de investigación, ha publicado más de 90 libros y cientos de artículos e informes, y colabora con un gran número de organizaciones asociadas a nivel nacional e internacional.

Hasta ahora, el congreso solo había salido de Estados Unidos en cuatro ocasiones: Londres (Reino Unido), Amsterdam (Países Bajos), Melbourne y Sidney (Australia).

Fuente de la reseña: https://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/2018/10/26/daniel-wilson-investigador-harvard-calidad-alumnos-depende-calidad-profesores-617977-300.html

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OCT 28 Programa #23 – FRANCESCO TONUCCI / Infancia, Participación, Ciudad y Escuela

Por: Cuestiones de Infancia Radio. 

La propuesta central de Tonucci, “La ciudad amiga de los niños”, es una iniciativa que nace en Fano, Italia con el objetivo de proponer transformar las ciudades y potenciar una cultura ciudadana amigable con las niñas y los niños. Tomando su autonomía como parámetro de la habitabilidad de las ciudades, para todas y todos. Y por ende, profundizando el ejercicio de un derecho esencial, de repercusiones individuales y sociales. Es una iniciativa que concede a niñas y niños, su merecido lugar de ciudadanas y ciudadanos.
Invitándonos al desafío de gobernar, de gestionar y accionar con una mirada estratégica, entendiendo las políticas públicas desde la niñez activa, participativa y promotora de cambios para el presente y con enormes posibilidades de innovación e invención, para el futuro.
Las personas ya no tienen espacio en la ciudad, ya no establecen contacto con otros y con el entorno urbano. La naturaleza fragmentaria y la peligrosidad del entorno urbano excluyen al niño la posibilidad de experimentar experiencias fundamentales para su desarrollo cognitivo, emocional y social.
El niño también debe recuperar la posesión del entorno urbano, debe recuperar formas de juego y el movimiento autónomo en la ciudad, debe recuperar su espacio en la ciudad. Para lograr el objetivo de cambiar la ciudad, el proyecto propone actividades que forman parte de la participación y autonomía del movimiento.
De la misma manera, Tonucci nos invita a pensar en que necesitamos a la niñez para «transformar la escuela».
FRANCESCO TONUCCI, Pedagogo italiano, investigador, maestro, escritor y viñetista, nace en 1940, en Fano (Italia).
Es licenciado en Pedagogía por la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán y fue profesor de letras en escuelas secundarias. En 1966 empezó su etapa como investigador en el Instituto Psicológico del Consejo General de Investigación de Roma.
Tonucci ha dedicado sus investigaciones al comportamiento y pensamiento de niñas y niños, en los distintos ámbitos donde se desenvuelven. Con su seudónimo Frato  desde 1968, crea personajes que le dan voz y miran el mundo a través de la perspectiva de niñas y niños. Creador de ilustraciones excepcionales en las que se atreve a mirar el mundo con ojos de niño y, a la vez, denunciar los errores que los adultos cometen con respecto a su educación.
Desde 1991 promovió y dirigió el proyecto «La ciudad amiga de los niños».
Fuente de la reseña: https://cuestionesdeinfancias.blogspot.com/2018/10/programa-23-francesco-tonucci-infancia.html?m=1

 

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Simón Rodríguez, el gran educador de América y mentor de Simón Bolívar

Por: Alberto López.

La historia nunca le ha correspondido a Simón Rodríguez con el reconocimiento que merece el empeño vital que siempre tuvo por la educación de las clases populares. Influenciado por los filósofos franceses de la Ilustración, promovió la formación de los ciudadanos por medio del saber para que alcanzaran la libertad a través de revoluciones del conocimiento. Sin embargo, ni la originalidad de sus pensamientos, ni la excentricidad de sus métodos lo ayudaron a ser comprendido ni entendida la trascendencia de lo que proponía: aplicar los revolucionarios métodos europeos del siglo XIX a la colonizada América para librarse de sus opresores.

La educación fue lo que dio sentido a su existencia: lectura, aprendizaje de idiomas, viajes,… Se convirtió en un cosmopolita ansioso por aplicar su pedagogía educativa en cualquier lugar del mundo donde requirieran su presencia y también por este motivo se arruinó en varias ocasiones.

A pesar de haber demostrado ser un gran pensador, ensayista y educador, su vida va aparejada a la de Simón Bolívar, de quien fue tutor y mentor, y también a la de Andrés Bello. La injusticia histórica define a Simón Rodríguez como “el maestro del libertador”, cuando en realidad con los años la amistad y el trabajo en común convirtieron su relación de maestro-alumno en otra de reciprocidad por las ideas comunes que defendían.

Simón Narciso Jesús Rodríguez nació en la capital de Venezuela, Caracas, tal día como hoy de hace 249 años, el 28 de octubre de 1769. Las imprecisiones sobre su vida comienzan con el nacimiento, ya que lleva el nombre del santo del 28 de octubre, Simón, pero también el del 29, Narciso. Su procedencia tampoco está clara. Se sabe que fue abandonado en las puertas de un monasterio y que se crio en la casa de un clérigo de nombre Alejandro Carreño, que se barrunta que pudiera haber sido su padre porque llevó durante un tiempo su apellido. Simón Rodríguez tuvo un hermano, Cayetano Carreño, que se convirtió después en un famoso músico de la capital venezolana.

De apariencia fornida y buena estatura, su extravagante forma de vestir, que era motivo de burlas a su paso, no le desvió nunca de su objetivo: aprender para poner en práctica sus ideas educativas e instruir al pueblo, especialmente a las personas con menos posibilidades de acceder al conocimiento.

La carrera educativa de Simón Rodríguez comienza cuando el Cabildo de Caracas le otorga el permiso para ejercer de maestro en la única escuela pública de esa ciudad en 1791. Apenas tenía 20 años y ya había leído a Rousseau y conocía la ‘Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano’. Eran tan altos sus propósitos que en 1794 presentó al ayuntamiento de Caracas un estudio titulado ‘Reflexiones sobre los efectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento’. En él argumentaba la necesidad de crear nuevas escuelas y de formar buenos profesores con mejores salarios, de incorporar más alumnos a la educación y extenderla a todas las etnias, a la vez que debía disminuirse la enseñanza particular.

En estos años de incipiente carrera educativa fue cuando tuvo entre sus alumnos al entonces inquieto Simón BolívarSimón Rodríguez, al que además de maestro le encargaron ser tutor del más tarde apodado como ‘El Libertador’, estuvo con él hasta que el pequeño cumplió los 14 años.

En 1797 salió de Venezuela para nunca volver. Una teoría dice que fue por el fracaso de una tentativa revolucionaria en la que se vio involucrado y que fue expulsado, y otra asegura que se fue él por el descontento con el régimen español. Sea como fuere, Jamaica se convirtió en el primer destino de su exilio, en el que pasó 20 años viajando cuanto pudo con la idea de formarse continuamente.

En Kingston Simón Rodríguez invirtió sus ahorros para aprender inglés en una escuela de niños, a los que también él enseñaba castellano. Dos años después viajó a Estados Unidos, concretamente a Baltimore, donde consiguió trabajo como cajista de imprenta, lo que más tarde le permitiría a él mismo componer los moldes de imprenta de sus obras. Después viajó a Francia, donde se registró bajo el nombre de Samuel Robinson de la siguiente manera: “Samuel Robinson, hombre de letras, nacido en Filadelfia, de treinta y un años”; y esta identidad la mantendría durante su estancia en el viejo continente.

En París conoció a fray Servando Teresa de Mier, un sacerdote revolucionario mexicano, y juntos abrieron una escuela en español. Simón Rodríguez estudió allí Física y Química y tradujo al castellano la novela ‘Atala’, de Chateaubriand, para acreditar sus conocimientos, pero Mier se atribuyó la traducción.

Simón Bolívar, que se encontraba en París desde 1803, ya formaba parte de las amistades más cercanas de Simón Rodríguez. En 1805 emprendieron un largo viaje hasta Italia, cruzando a pie los Alpes. Fueron a Milán, luego a Verona y Venecia, Padua, Ferrara, Florencia y Perusa.

En Milán ambos presenciaron la coronación de Napoleón Bonaparte como rey de Italia. La gira culminó en Roma, donde el 15 de agosto de aquel año de 1815, Bolívar, junto a Rodríguez y el amigo común Fernando Toro, juró dedicarse por completo a la causa de la independencia de Hispanoamérica. Gracias a que el texto quedó grabado en la memoria de Simón Rodríguez pasó a la posteridad de la manera siguiente: “Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”.

En 1806 Simón Rodríguez inicia un largo peregrinar de 17 años en soledad por Europa. Vivió en Italia, Alemania, Prusia, Polonia, Rusia y Londres, donde coincide con Andrés Bello, que también fue alumno suyo. En la capital británica inventó un novedoso sistema de enseñanza destinado al buen aprendizaje y uso de la escritura, de la que era un apasionado al ver en ella grandes capacidades expresivas. De hecho, solía escribir utilizando muchos signos de puntuación, admiración y exclamación, mayúsculas, subrayados, esquemas de fórmulas, símbolos, paréntesis y llaves para transmitir el espíritu y la complejidad de sus pensamientos.

En 1823, animado por las esperanzadoras noticias que le llegaban del otro lado del Atlántico, Simón Rodríguez regresó a América, concretamente a Colombia después de un largo exilio en el que había madurado sus ideas sobre la educación y la política, nutriéndose, fundamentalmente, del pensamiento de Montesquieu. Cuando Bolívar se enteró del regreso de Rodríguez le escribió una carta para invitarlo a encontrarse. En Bogotá, sus primeros pasos conjuntos se encaminaron a instalar una Casa de Industria Pública para habilitar maestros de todos los oficios. Sin embargo, el proyecto no fructificó por la falta de recursos económicos, por lo que Rodríguez seguiría intentándolo hacia el sur del continente.

En Lima Simón Rodríguez le presentó a Bolívar sus planes pedagógicos para implantarlos en las escuelas que el conocido como ‘El Libertador’ ya trataba de fundar en toda América y que estarían bajo la dirección del educador. De esta forma, Rodríguez quedó incorporado a su equipo de colaboradores.

En abril de 1825 inició, junto con Bolívar, un recorrido por Perú y Bolivia. Simón Rodríguez organizó una casa de estudios; después fundó un colegio para varones en Cuzco y otro para niñas, un hospicio y una casa de refugio para discapacitados. Bolívar nombró a Rodríguez director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y Artes, y también director general de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana. El primer día del año 1826 comenzó a funcionar la llamada Escuela Modelo, que en apenas unos meses ya tuvo 200 alumnos.

El plan de enseñanza diseñado por Simón Rodríguez era muy original: se agrupaba a los alumnos y se mezclaba la técnica y el espíritu. Los niños, entregados por entero a las tareas de aprendizaje, incluso en los ratos de ocio, eran observados por personal facultativo para identificar las inclinaciones de cada alumno. Pero aquellos métodos no eran comprendidos ni aceptados al ser excesiva la inversión que se necesitaba, por lo que Rodríguez acabó renunciando a su cargo y, muy decepcionado, escribió una carta a Bolívar en la que se quejaba amargamente de la incomprensión que había padecido.

Endeudado y arruinado se marcha a Arequipa (Perú) y fundó una fábrica de velas con la que pretendía conseguir vivir, pero el éxito de la empresa fue que los padres empezaron a recurrir a él de forma masiva para que educase a sus hijos. En 1828 publicó su primera obra, titulada ‘Sociedades americanas en 1828; cómo son y cómo deberían ser en los siglos venideros’. Defendía en ella el derecho de cada persona a recibir educación por su importancia para el desarrollo político y social de los nuevos estados americanos. También publicó una obra en defensa de Bolívar, muerto en 1830, titulada ‘El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social’.

De Lima se trasladó en 1834 a Concepción (Chile), invitado por el intendente de la ciudad para llevar a cabo “el mejor plan posible de educación científica” en el Instituto Libertario de Concepción. Allí publicó su libro ‘Luces y virtudes sociales’. Seguidamente editó en la misma ciudad el ‘Informe sobre Concepción después del terremoto de febrero de 1835’. Aquel terremoto acabó con todo, incluyendo la estancia de Simón Rodríguez en esa ciudad. Se marchó a Santiago de Chile y tuvo un reencuentro con Andrés Bello, del cual surgiría el impulso de la universidad fundada por el humanista.

También estuvo en Valparaíso, ciudad en la que también se dedicó a la enseñanza, aunque con un método bastante original para la época en la clase de anatomía, ya que se desnudaba y caminaba por el salón para que los alumnos se hicieran una idea del cuerpo humano. Por supuesto, esta didáctica también fracasó y sufrió el rechazo de la sociedad, volviendo a terminar arruinado.

Su situación personal y, sobre todo profesional, con los continuos fracasos, le hicieron temer por sus ideas y sus obras, hasta tal punto que en 1842 escribió: “La experiencia y el estudio me suministran luces, pero necesito un candelero donde colocarlas: ese candelero es la imprenta. Ando paseando mis manuscritos como los italianos sus Titirimundis. Soy viejo y, aunque robusto, temo dejar, de un día para otro, un baúl lleno de ideas para pasto de un gacetillero que no las entienda. Si muriera, yo habría perdido un poco de gloria, pero los americanos habrían perdido algo más”.

A pesar de ser mayor, su aspecto y su altura daban una imagen muy saludable de él, por lo que siguió dedicando su tiempo a viajar y a enseñar. En Lima reeditó la obra ‘Sociedades americanas’ y de ahí viajó a Ecuador. Fue acogido por un sacerdote, quien se empeñó en que fuera maestro de Agricultura en el Colegio de San Vicente. Sin embargo, Simón Rodríguez terminó siendo profesor de Botánica en el centro escolar.

No le bastaba con dictar clases, así que también fundó una fábrica de pólvora y publicó un folleto sobre la ‘Fabricación de pólvora y armas con otras enseñanzas generales’, en cuyo prólogo escribió que “la pólvora es aquí el pretexto para tratar de la educación del pueblo”. Más tarde partió a Quito y fundó otra fábrica de velas, antes de regresar a Colombia y, desde ahí, nuevamente a Quito en el año 1853. En Guayaquil, en un incendio, se perdió gran parte de su obra.

A los 82 años ofreció una conferencia que sorprendió por sus experiencias y por sus ideas. Finalmente, en 1853, a pesar de haber manifestado su intención de volver a Europa con la ilusión de que allí todavía se podía “hacer algo”, se trasladó a la localidad peruana de Amotape, acompañado de su hijo José y Camilo Gómez, compañero de este. Fue este último, quien lo asistió en el momento de su muerte, ocurrida el 28 de febrero de 1854, a los 83 años de edad.

Setenta años después de su fallecimiento, los restos de Simón Rodríguez fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, y desde allí, al cumplirse un siglo de su fallecimiento, devueltos a su Caracas natal, donde reposan en el Panteón Nacional desde el 28 de febrero de 1954.

El legado de Simón Rodríguez va mucho allá de formar la personalidad de Simón Bolívar o el pensamiento humanista de Andrés Bello: fue el primero que quiso aplicar en América del Sur los métodos educativos que empezaban a utilizarse a comienzos del siglo XIX en Europa, e intentó imponer en las atrasadas Bolivia y Colombia las novedosas y revolucionarias teorías sobre la educación de la infancia y el acceso al conocimiento de las clases populares.

 

Fuente de la reseña: https://elpais.com/internacional/2018/10/28/america/1540732409_091457.html

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Chomsky: La destrucción de la solidaridad (Vídeo)

Por: Francisco José Bessone.

DOCUMENTAL REQUIEM PARA EL SUEÑO AMERICANO y describe los 10 principios de la concentración de la riqueza y del poder.

Noam Chomsky, nacido en Filadelfia, el 7 de diciembre de 1928, es un lingüista, filósofo y activista estadounidense. Profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva.

 

Fuente del vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=HdI55qd-Ri0

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