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Unidad antiablación de Kenia: Una lucha judicial para devolver la dignidad

Kenia/16 febrero 2017/Fuente: El Diario

Kenia trata de rastrear y erradicar la mutilación genital femenina a través de una unidad judicial especializada que sanciona esta práctica cultural, en una lucha que afecta a millones de niñas y mujeres empujadas a conseguir la aprobación de sus comunidades.

Con pasos lentos y laboriosos, la Unidad Antimutilación Genital Femenina (MGF), puesta en marcha en mayo de 2014, ha conseguido llevar ante un tribunal 79 casos en los últimos dos años.

Para combatir una lacra que aún hoy afecta al 27 por ciento (9,3 millones) de las mujeres y niñas en Kenia, y a 200 millones en todo el mundo -según la ONU-, esta unidad judicial dispone de dos vías: la constructiva, a través de la formación, y la punitiva, a través del código penal.

«Enfrentarse día a día a la cultura no es fácil, no podemos acabar de raíz con algo tan profundo, tratamos de dar una alternativa a una costumbre cultural», explica a Efe la directora de este cuerpo especializado, Christine Nanjala.

Entre sus acciones, destaca la formación especializada de jueces, talleres de sexualidad en las comunidades o el trabajo en red con los 47 condados y 22 de los subcondados de Kenia, labor que cuenta con el apoyo de la Administración, Policía, organizaciones no gubernamentales y centros sanitarios locales.

La unidad ha desarrollado también un reglamento de enjuiciamiento, debido a la poca especialización de los jueces en estos casos.

«Incluso los jueces pueden proceder de comunidades que practiquen la ablación, así que a veces damos un paso hacia delante y dos hacia atrás», apunta Nanjala.

Esta eliminación parcial o total de tejido de los órganos genitales femeninos, particularmente del clítoris, se produce, en un 93 % de los casos, por causas tribales, muy por delante de las razones religiosas. Además, la educación y la pobreza económica juegan un papel decisivo, según UNICEF.

Preservar la virginidad hasta el matrimonio, purificación, higiene, iniciación a la edad adulta, placer para el hombre, reducir o contener el libido, e incluso pensar que «si no se corta el clítoris, se hará tan grande que arrastrará por el suelo», son algunas de las causas que inducen a esta práctica, explica Nanjala.

A pesar de los esfuerzos gubernamentales, miles de niñas -la mayoría la sufre entre los 5 y 9 años, antes de que sean conscientes de los riesgos- se enfrentan a esta forma de discriminación, relegadas a la creencia cultural de que si no se someten, su futuro marido se estará casando con una niña.

«No podemos tener una sola estrategia que pueda ajustarse a todas las comunidades, hace falta una dinámica para luchar contra la MGF en cada comunidad», apunta la directora.

La ley contempla penas de entre 3 y 7 años, y sanciones por encima de los 200.000 chelines (casi 2.000 euros), y las sentencias recaen sobre quien extirpa, sobre cualquier familiar involucrado, sanitarios que lo practiquen o encubran y hasta la propia persona que de manera autónoma practique la mutilación.

Un 20 % de las niñas de Kenia son circuncidadas por médicos, cómplices de la mutilación por herencia de las comunidades en las que crecieron y se formaron.

En Kenia, que ocupa el puesto 17 de los 29 países africanos que practican la ablación, tan solo 3 de sus 47 tribus no la han practicado nunca, y una veintena de ellas lo siguen haciendo a pesar de su prohibición, apoyadas en una sociedad cómplice.

La mayoría de mujeres de la tribu somalí (94 %), samburu (86 %), kisi (84 %) y masai (78 %) están circuncidadas.

Hemorragias, infecciones, daño de órganos e incluso esterilidad, son algunas de las fatales consecuencias a las que lleva extirpar el clítoris, cosiendo, en ocasiones, no solo los labios del aparato genital, sino la dignidad de quien no podrá gozar jamás de su derecho a ser mujer.

«¿El Gobierno? ¿quiénes son esos, los de allí de Nairobi?. Esos no tienen nada que ver con nosotros, nunca los vimos por aquí», comenta a Efe un grupo de mujeres de etnia samburu en la remota sabana keniana, lejos de las leyes y los esfuerzos de la MGM por poner fin a esta práctica.

Fuente:http://www.eldiario.es/sociedad/Unidad-antiablacion-Kenia-judicial-devolver_0_611039016.html

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El mundo debe avanzar más rápidamente para poner fin a la mutilación genital femenina en 2030

14 de febrero de 2017/Fuente: UNICEF

Declaración del Director Ejecutivo de UNFPA, Dr. Babatunde Osotimehin, y del Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina de 2017.

“Daña irreparablemente los cuerpos de las niñas, infligiendo un dolor insoportable. Provoca un trauma emocional extremo que puede durar toda la vida.

“Aumenta el riesgo de complicaciones mortales durante el embarazo, el trabajo de parto y el parto, poniendo en peligro tanto a la madre como al niño.

“Roba a las niñas su autonomía y viola sus derechos humanos.

“Refleja la baja condición social de las niñas y las mujeres y refuerza la desigualdad de género, alimentando los ciclos intergeneracionales que llevan a la discriminación y el daño.

“Se trata de la mutilación genital femenina y la ablación. A pesar de todos los progresos que hemos logrado para abolir esta práctica violenta, millones de niñas –muchas de ellas menores de 15 años– se verán obligadas a someterse a esta práctica solamente este año. Lamentablemente, se unirán a los casi 200 millones de niñas y mujeres de todo el mundo que ya están viviendo las consecuencias de los daños causados ​​por la mutilación genital femenina y la ablación, y cuyas comunidades ya están afectadas por su impacto.

“En 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible reconocieron la estrecha relación entre la mutilación genital femenina y la ablación, la desigualdad de género y el desarrollo, y reanudaron las acciones a escala mundial para poner fin a la práctica en 2030.

“En 2016, más de 2.900 comunidades, que representan a más de 8.4 millones de personas que viven en países donde el FNUAP y UNICEF trabajan conjuntamente para poner fin a la mutilación genital femenina y la ablación, declararon que habían abandonado la práctica.

“En 2017, debemos exigir una acción más rápida para aprovechar este progreso. Eso significa pedir a los gobiernos que promulguen y apliquen leyes y políticas que protejan los derechos de las niñas y las mujeres y prevengan la mutilación genital femenina y la ablación.

“Significa ampliar el acceso a los servicios de apoyo para quienes corren el riesgo de padecer la mutilación genital femenina y la ablación, así como para quienes han sobrevivido a la práctica. También significa impulsar una mayor demanda de esos servicios, proporcionando a las familias y a las comunidades información sobre el daño que causa la mutilación genital femenina y la ablación, y los beneficios que se obtienen al poner fin a la práctica.

“Y, en última instancia, significa que las familias y las comunidades tomen medidas por sí mismas y se nieguen a permitir que sus niñas tengan que soportar la violación que significa la mutilación genital femenina y la ablación.

“Logremos que sea esta la generación que elimina de una vez por todas la mutilación genital femenina y la ablación y, al hacerlo, ayude a crear un mundo mejor y más saludable para todos”.

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Notas a los editores:

Contenido multimedia disponible aquí: http://uni.cf/2k1946G

Más información sobre el trabajo de UNICEF sobre la MGF aquí: http://uni.cf/endFGM

Acerca de UNFPA

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/media/media_94562.html

Imagen: https://www.unicef.org/spanish/media/images/20170205_FGM_Statement_WEB.jpg

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África: ONG promueven ritos alternativos a la mutilación genital femenina que preservan la cultura sin violencia

África/06 febrero 2017/Fuente: La Información

Proteger la femenidad, la pureza, la virginidad o motivos religiosos, son algunas de las razones más comunes por las que se practica la mutilación genital femenina. En muchas comunidades, además, forman parte del rito de paso a la edad adulta por lo que conlleva una fuerte carga social. Las ONG Amref, World Vision y la Fundación Wassu no sólo luchan por erradicar esta práctica sino que proponen ritos alternativos para las comunidades y así preservar su cultura.

«Hay un valor social, cultural, que tiene un significado importantísimo de unión, de cohesión de grupo, de aprendizajes de mujeres, de relaciones de género, –señala la directora de la Fundación Wassu, la Doctora Adriana Kaplan, en declaraciones a Europa Press–. Queremos erradicar la MGF pero no queremos quitar lo que tiene de bueno la cultura, la pertenencia social».

La Fundación Wassu inició la práctica de los ritos alternativos en Gambia y, gracias a los buenos resultados, lo han exportado a Kenia y Tanzania. Sin embargo, el trabajo ha sido un camino lento y largo. «Digamos que la iniciación sin mutilación y con el ritual alternativo es la culminación de un proceso de trabajo, de sensibilización, de formación tanto a nivel político, religioso y de profesionales de la salud con el que llevamos trabajando 25 años», explica Kaplan.

Algo que comparten también desde la ONG Amref. «Las comunidades legitiman la MGF por razones culturales, sociales y religiosas, por lo que para acabar con ella se deben de respetar los valores culturales locales y a la vez conseguir romper el tabú que supone hablar de sus consecuencias», señalan.

 «El rito es como el último paso de un trabajo muy extenso», señala María del Mar Pastor Bravo, doctora en enfermería que trabajó con la ONG World Vision en un proyecto de prevención de la MGF en Baringo (Kenia). «Es necesario trabajar con todos los miembros de la comunidad y que la presión social de ser mutilada se transforme en un compromiso contra la mutilación», afirma Pastor.

Por ello, lo primero que hicieron en World Vision fue dejar a las mujeres que hablasen entre ellas, que rompieran los tabúes de sus problemas de salud y que tomaran conciencia al escucharse de los perjucios que había ocasionado la mutilación genital. «Era fundamental que fuesen las propias mujeres quienes liderasen el proceso de cambio y que no lo vivieran como algo impuesto», explica Pastor. En cuanto a las niñas, fue muy importante conocer a mujeres que no habían sido mutiladas pero habían ido a la universidad o habían conseguido un trabajo. «Eso les supuso un proceso de empoderamiento», añade.

LAS PARTES DEL RITO ALTERNATIVO

En el rito de iniciación tradicional se contemplan tres etapas. La primera, constituye la parte física donde se lleva a cabo la mutilación genital. La segunda, que dura lo que tarde en cicatrizar la herida, es la fase de la transmisión cultural. «Se transmiten los saberes, los tambores de las mujeres, las danzas de las mujeres, su relación con el mundo adulto», explica Kaplan. Así, cuando todas las niñas están cicatrizadas, se pasa a la tercera fase, la parte más social donde está presente toda la comunidad. «Es la presentación pública, donde las niñas son reconocidas como nuevas iniciadas, aceptadas dentro de la sociedad como mujeres», afirma.

Desde la Fundación Wassu y World Vision, la propuesta que se hace a las comunidades es eliminar la primera etapa. Además, en la fase de transmisión de saberes se trabajan los derechos de los niños y aquellas prácticas que los vulneran como los matrimonios infantiles. En la tercera fase, no sólo se presentan a las niñas, sino que la comunidad entera se compromete a protegerlas de la MGF, a respetarlas y también a que continúen estudiando y que no sean casadas precozmente. «La participación y compromiso de la comunidad visibiliza este nuevo estatus en las niñas sin necesidad de un cambio o marca externa a ellas», afirma Pastor.

Por su parte, en el rito de paso alternativo propuesto por Amref y que desde 2009 ha evitado que 11.500 niñas sean mutiladas, se realiza un corte de pelo como símbolo de paso a la edad adulta. Este rito se hace en las comunidades masái y samburu de Kenia y Tanzania.

El rito dura tres días. Durante los dos primeros se prepara a las niñas, se habla con ellas, se tienen debates, se les enseña su anatomía y también que tienen derecho a elegir con quién casarse y cuándo. «También escuchan los consejos de los ancianos y participan los jóvenes, conocidos como los moran, que prometen a las chicas casarse con ellas aunque no estén mutiladas», explica Nice Nailantei Leng’ete, quién escapó de su propia ceremonia de MGF de pequeña y ahora es embajadora de Amref.

El tercer día se celebra la ceremonia tradicional pero sin la práctica de la MGF. Además, se bendice a las niñas. «Antes, durante la ceremonia, la bendición a las niñas decía: «Te bendecimos para que puedas dar a luz a muchos niños, y te bendecimos para que cuides bien de tu marido y seas una esposa buena y respetable»», explica Nice. Sin embargo, esta bendición se ha cambiado y mientras les entregan bolígrafos, libros y lápices les dicen: «Ve a la escuela, céntrate en tu educación, queremos que lleguéis a ser abogadas, médicas, incluso presidentas del país». «Con educación, puedes convertirte en la mujer de tus sueños», afirma Nice.

Y es que la educación es clave para erradicar la MGF. Tal y como sostiene Pastor en su tesis doctoral, ‘La voz de las mujeres sometidas a mutilación genital femenina. Saberes para la disciplina enfermera’, «la educación es el principal elemento por el que las mujeres mutiladas se posicionan en contra de esta práctica. Además, las niñas que continúan estudiando y por tanto no son mutiladas ni casadas tienen más posibilidades de salir del circulo de la pobreza», concluye.

Según datos de Naciones Unidas, hay 200 millones de mujeres y niñas a las que se les ha practicado la mutilación genital femenina en todo el mundo de las cuales el 50% reside en tan solo tres países: Etiopía, Egipto e Indonesia. Además, cada año más de 3 millones de niñas corren el riesgo de sufrir ablación.

Fuente:http://www.lainformacion.com/religion-y-credos/ONG-promueven-alternativos-mutilacion-violencia_0_996800542.html

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Save The Children alerta que cada año más de tres millones de niñas corren el riesgo de sufrir ablación

Europa/España/Teinteresa.com

Save the Children alertó este viernes de que cada año más de tres millones de niñas corren el riesgo de sufrir mutilación genital, una práctica que, pese a los progresos realizados en los últimos años para reducirla, está lejos de desaparecer.
Con motivo del Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, que se celebra el 6 de febrero, la ONG advirtió de esta práctica que supone “una forma extrema de violencia” hacia las mujeres e indicó que “la mayoría de los casos se llevan a cabo sobre todo en niñas entre la infancia y los 15 años”, aunque “varía según el grupo étnico e incluso por la ubicación geográfica”.

Save the Children detalló que, según Naciones Unidas, “en todo el mundo hay 200 millones de mujeres y niñas a las que se les ha practicado la mutilación genital femenina”, de las cuales “el 50% residen en Etiopía, Egipto e Indonesia”. Estas operaciones son realizadas sin las mínimas condiciones higiénicas y con cuchillas u otros instrumentos cortantes sin esterilizar, sin ningún tipo de anestesia o sólo con pastillas para paliar el dolor.

En este sentido, el director de Cooperación Internacional de Save the Children, David del Campo, manifestó que “es inadmisible que millones de niñas sufran este tipo de práctica en contra de su voluntad”, el cual, “no solo supone un gran trauma físico y psicológico, sino que también produce consecuencias para la salud de por vida y las niñas corren el riesgo de quedar expuestas al abandono escolar y al matrimonio forzoso”.

La organización trabaja en Etiopía, Senegal, Sierra Leona, Malí, Gambia y Guinea con el objetivo de sensibilizar a los practicantes de mutilaciones, líderes religiosos y políticos sobre el impacto de esta práctica en la salud y el bienestar psicológico de las niñas y proporciona asesoramiento psicosocial a las víctimas y ofrece una serie de actividades con acceso a información sexual y reproductiva, servicios, educación y talleres sobre empleo.

Fuente: http://www.teinteresa.es/espana/CHILDREN-ALERTA-MILLONES-RIESGO-ABLACION_0_1735626760.html

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Etiopía: Diez asignaturas pendientes para la mujer en 2017

Etiopía/06 de Enero de 2017/El Mundo

Los problemas que afronta la mujer en todo el mundo -precariedad, violencia, desempleo, sexismo, ablación…- se condensan en una sola palabra: desigualdad. En el Global Gender Gap 2016 del Foro Económico Mundial (FEM) destaca un dato positivo: la brecha de género en educación podría cerrarse en 10 años. Y, como afirma Nana Taona Kuo, directora del programa de la ONU Every Woman Every Child, «la medida más efectiva para la igualdad es la educación. Completar el ciclo formativo supone un cambio radical para las mujeres. Les abre una puerta de futuro y les permite reclamar sus derechos».

1. Ablación / World Vision

Entre cien y 140 millones de mujeres han sufrido la mutilación genital. Aunque cada vez más países la prohíben -Nigeria y Gambia han sido los últimos- y en algunos como Liberia ha disminuido un 41%, «se sigue practicando de forma clandestina, lo que agrava los riesgos para la salud», señala Susanna Oliver, de World Vision. En los proyectos de esta ONG en Kenia y Mali la han reducido hasta en un 76%: «Nuestras mejores abanderadas son madres que no quieren que sus hijas pasen por lo mismo que ellas. Es imprescindible empoderarlas. Cuando ganan el sustento por sí mismas, les es mucho más fácil luchar contra la presión de su comunidad».

 2. Brecha salarial e igualdad económica / ONU

Las mujeres ganan de media la mitad que los hombres. Esta diferencia es una de las más difíciles de atajar. Incluso donde la participación laboral femenina es alta, las cifras se han estancado. EEUU y Canadá tienen el porcentaje más alto de mujeres profesionales, un 39%, seguidos por Europa (37%) y América Latina (36%), frente al 14% en Asia. Pero para 2025 se prevé que América Latina lidere la lista con un 49%, mientras que Asia duplicará su cifra actual. «Se cree que en los países occidentales no habrá progreso», advierte Nana Taona Kuo, directora de ‘Every Woman Every Child’: «Debemos reclamar nuestros derechos sin descanso en todos los países».

3. Matrimonio infantil / Plan Internacional

Cada dos segundos una niña es obligada a casarse, 14 millones cada año. «Esta práctica hunde sus raíces en la pobreza, la desigualdad de género y la falta de protección de los derechos de la infancia», explica Concha López, directora de Plan International en España. Gracias al trabajo de esta ONG en Guatemala y Malawi se han prohibido los matrimonios con menores de 18 años, pero pese a que se han reducido en un 20% en Etiopía o Nepal, las cifras globales siguen constantes los últimos 10 años. López alerta de la falta de indicadores sobre la situación real de la vida de las niñas, lo que las pone en riesgo.

4. Educación / Save The Children

En 10 años, la brecha de género en educación podría cerrarse en el mundo. Pero Nadia Criado, portavoz de Cooperación Internacional de Save the Children, señala que hoy 61 millones de niños en edad escolar no tienen acceso a las aulas. Más de la mitad son niñas. «Esto les supone un lastre. No podrán leer una receta médica, ayudar con los deberes a sus hijos o conseguir un buen trabajo», afirma, «es importante que los gobiernos inviertan en educación, como hace por ejemplo Etiopía, un país muy pobre que apuesta por el futuro». Además, destaca que hay que luchar por una enseñanza de calidad y eliminar los impedimentos para las chicas, porque la inversión en su educación garantiza un retorno en el terreno político y económico, los otros pilares de la igualdad.

5. Pobreza y malnutrición / Acción contra el hambre

Este binomio tiene rostro femenino. Siete de cada 10 pobres en el mundo son mujeres y, según la FAO, más del 60% de quienes pasan hambre en el mundo son féminas. Clara Ituero Herrero, asesora de género de Acción contra el Hambre, lo tiene claro. «Es evitable. Todos podemos contribuir a liberarles de esa amenaza», afirma, e indica que lo grave es que las desigualdades de género no solo afectan a las mujeres sino que «están en el origen y en las consecuencias de la pobreza«. Solo con que las agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos productivos que los hombres se reduciría en 150 millones el número de personas hambrientas en el mundo.

6. Participación en la política, el poder y la toma de decisiones / ONU

Islandia es el único Estado que ha cerrado más del 70% su brecha de género en política. En 39 países se mantiene en torno a un 10%. En Omán, Líbano y Qatar apenas la han reducido un 3%. En el lado opuesto se sitúa Ruanda, la nación con mayor representación parlamentaria femenina. «Tener mujeres en las áreas de decisión garantiza una mejora de las condiciones para todas. Es crucial conseguir líderes políticas», afirma Nana Taona Kuo, «y hombres que trabajen por la igualdad, como Ban Ki-Moon o Justin Trudeau».

7. Refugiadas / ACNUR

Se ha alcanzado un triste récord: más de 65 millones de desplazados. De ellos, un 85% son mujeres y niños. María Jesús Vega, de ACNUR España, explica que ellas, además, nunca terminan de estar a salvo: «Los riesgos continúan incluso cuando alcanzan países seguros. La violencia de género es constante en los conflictos». Para prevenirla, esta organización visibiliza a las refugiadas con documentación individual y fomentando su liderazgo. Aun así, ante la situación de emergencia global, Vega pide que «la comunidad internacional vea que es intolerable que cada minuto 24 personas tengan que huir de sus hogares para ponerse a salvo. Resulta inaceptable que un 86% de los refugiados esté acogido en los países más pobres del planeta y que no se haga todo lo que se debería para atajar las causas de raíz».

8. Salud y maternidad / Unicef

Desde 1990, la tasa global de mortalidad materna ha disminuido un 44% y el número de muertes infantiles en más de la mitad. Pese a ello, Nazareth Mateos, de Unicef, advierte que queda mucho por mejorar: «La atención materna y neonatal es insuficiente». Cada día más de 800 mujeres fallecen por complicaciones en el embarazo y el parto y cada año 36 millones de bebés nacen sin atención de personal cualificado. Las tres causas más frecuentes de defunción en menores de cinco años son neumonía, diarrea y malaria, todas evitables. «Unicef se esfuerza en la vacunación de menores, que salva la vi da de entre dos y tres millones de niños cada año», afirma Mateos.

9. Seguridad alimentaria y derecho a la tierra / Oxfam Intermón

A veces, las mejores soluciones son las más sencillas. José Touriño, de Oxfam Intermón en Burundi, el país más pobre del mundo, explica que una de las cosas que mejor funciona allí para luchar contra la inseguridad económica y alimentaria de las mujeres es legalizar sus matrimonios: «Ellas dejan su hogar familiar al casarse, pero no se firma papel alguno. De su familia no va a heredar y si el marido la deja, se queda sin nada». Legalizar su situación, aun siendo algo muy básico, supone una diferencia enorme y «las parejas entienden que ellas también tienen derechos». El 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres y solo el 1% de la tierra es de su propiedad, pese a que las campesinas generan un 60%-80% de la producción de alimentos en los países en desarrollo.

10. Violencia contra las mujeres / Amnistía Internacional

Una de cada tres experimenta agresiones físicas o sexuales en su vida. Pero solo dos tercios de los países tienen leyes contra la violencia, mientras que en 31 estados no se juzga a los violadores si están casados o se casan con la agredida. «Acabar con esto es un requisito previo indispensable para el desarrollo», explica Lola Liceras, portavoz de derechos humanos de las mujeres en Amnistía Internacional España, quien reconoce que «ha habido avances que, aunque puedan parecer puntuales, suponen un enorme paso adelante para las mujeres y niñas». En Marruecos la ley ya no permite librarse de la cárcel al violador de una chica si se casa con ella, ni en Pakistán que los asesinos puedan ser perdonados por los familiares de la víctima en los ‘crímenes de honor’, ahora se enfrentan a 25 años de cárcel. «Es necesario que las naciones aprueben leyes contra la violencia de género, garantizar que quienes la ejercen rindan cuentas y lograr la gran asignatura pendiente: que las supervivientes obtengan una reparación completa para rehacer sus vidas».

Y en España…

Por Beatriz García Manso

Racionalización de horarios. Pasar del dicho al hecho es imprescindible para resolver el asunto de la conciliación que dificulta el acceso de las mujeres al mercado laboral, coarta sus oportunidades profesionales, las aboca a contratos a tiempo parcial y perpetúa la brecha salarial. La ministra de Trabajo acaba de anunciar a bombo y platillo su intención de que la jornada laboral acabe a las 18 horas. Pero queda por ver cómo va a lograrse. José Luis Casero, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, señala algunos de los pasos que convendría dar en esa dirección: creación de bancos de tiempo donde acumular horas de trabajo, adelantar el horario de entrada antes de las 8 de la mañana, mejorar los servicios públicos de guardería y escolares, medidas del tipo ‘Bono Canguro’, horarios flexibles, equiparación de permisos de paternidad y maternidad, rebaja del impuesto de sociedades e IRPF a las empresas que favorezcan la conciliación, finalización del ‘prime time’ de las televisiones a las 11 de la noche… ¡Será por ideas!

Acabar con la violencia de género

En España la vida de 53.000 mujeres maltratadas está en riesgo y 43 han sido asesinadas en 2016 (hasta el envío a imprenta de estas páginas). «Partiendo de la base del objetivo de cero asesinatos por violencia de género que siempre ha marcado nuestro quehacer diario, en el año 2017 tenemos tarea por delante», asegura Ángeles Carmona, directora del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género. Ayudará un pacto de Estado que «incluya en los presupuestos recursos para la asistencia a víctimas y menores, la atención a mujeres que no presentan denuncias o las retiran, la creación de un plan personalizado de acompañamiento durante el proceso judicial y formación en los colegios en igualdad y prevención de la violencia de género, incluyendo enseñanza especializada para los profesionales de la educación», dice Carmona. También se creará una subcomisión que analizará los problemas que impiden avanzar para después concretar las reformas legislativas necesarias.

Protección para todas

Es necesario adaptar la legislación a las líneas que dicta el Convenio de Estambul, que obliga a los países firmantes (entre ellos España) a considerar violencia de género cualquier otra manifestación delictiva contra la mujer por el hecho de serlo, como el acoso o las agresiones sexuales, el matrimonio forzado, la trata con fines de explotación sexual, la mutilación genital, el aborto y esterilización forzosos… Todos son delitos contemplados en el Código Penal pero sus víctimas deberían poder ser beneficiarias de medidas de protección integral.

El miedo en la calle

En 2014 (últimos datos disponibles) se registraron en España 1.239 violaciones, es decir, más de tres al día, y 9.468 delitos contra la libertad sexual. Aproximadamente la mitad de mujeres mayores de 15 años han sufrido en algún momento acoso callejero y alrededor de un 80% ha sentido miedo al volver sola a casa. Un 27% de los ciudadanos de la UE justifica el abuso sexual en determinadas circunstancias (si la mujer ha bebido o tomado drogas, si ha invitado a su acompañante a casa, va vestida con ropa sugerente o no ha opuesto resistencia física), según el Eurobarómetro. Conclusión: es necesario un plan para acabar con el acoso callejero y la violencia sexual, creando un observatorio y lanzando campañas de sensibilización y concienciación sobre la cultura del consentimiento que ofrezca ejemplos de actitudes que suponen acoso machista.

La brecha salarial

Los datos recientes de Eurostat la sitúan en España en un 15% (según otros estudios, se acerca al 20%). ¿Ideas para cambiar de rumbo? «Debería aprobarse una ley específica que la erradique, ya que se produce en todas las categorías laborales. Por otra parte, el Gobierno tendría que dar un paso más en la aplicación de la Ley para una igualdad efectiva entre mujeres y hombres que se aprobó en 2007 e implantar un sistema de cuotas, igual que se ha hecho en países como Alemania, Noruega o Francia», señala Sara Berbel, doctora en Psicología Social y autora de ‘Directivas y empresarias. Mujeres rompiendo el techo de cristal’. Los expertos de FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) proponen el modelo italiano de cuotas, gradual, flexible y temporal, con el que han logrando que la presencia de consejeras pasara del 6% a casi el 30% en cinco años.

Fuente: http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2017/01/04/5862a743268e3e733b8b4654.html

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Decenas de niñas se refugian en 2 colegios de Kenia para evitar la ablación

Kenia/07 diciembre 2016/Fuente: La Razón

Miles de niñas kenianas regresan en los meses de agosto y diciembre al pueblo de sus familias para pasar las vacaciones y entonces son mutiladas en rituales de iniciación a la edad adulta

Al menos 79 niñas se han refugiado en dos colegios de Kenia para evitar regresar a casa en sus recién iniciadas vacaciones por temor a sufrir la ablación, decisión que ha sido respaldada por los directores de los centros, informaron hoy medios kenianos.

Treinta y siete menores se han quedado en una escuela de primaria de Nakwijit y otras 42 están en la de Kapkata, poblaciones situadas en el oeste del país en las que se sigue practicando la mutilación genital femenina, a pesar de ser una práctica prohibida por la legislación del país.

Las niñas cuentan con el respaldo de las autoridades locales y de los directores de ambos centros que, pese a estar en plenas vacaciones de verano, han prometido protegerlas.

A pesar de los esfuerzos del Comité Antimutilación y otras organizaciones, los casos de niñas obligadas a someterse a esta mutilación persisten, en muchos casos con resultado de muerte por hemorragia.

«Dicen que van a celebrar reuniones de oración y, sin embargo, están circuncidando a las niñas», explicó el alcalde de Ptoyo, Samuel Chemonorey, en declaraciones al periódico «The Standard».

Miles de niñas kenianas regresan en los meses de agosto y diciembre al pueblo de sus familias para pasar las vacaciones y entonces son mutiladas en rituales de iniciación a la edad adulta que en muchos casos ponen fin también a su educación, ya que la mayoría de ellas son obligadas a trabajar o a casarse.

Esta no es la primera vez que menores kenianas se esconden en centros escolares por miedo, ya que el pasado año al menos otras 50 niñas lo hicieron en Nginyang, también en el oeste del país.

En Kenia, 37 de los 42 grupos étnicos que conviven extirpan el clítoris a sus adolescentes tras la llegada de la menstruación, aunque a veces, dado que las niñas están cada vez más informadas, la ablación se adelanta a edades tan tempranas como los 5 años.

El país aprobó en 2011 una ley que penaliza la ablación y creó el Comité Antimutilación Genital Femenina, dotado de una unidad judicial para castigar estas prácticas que comenzó a trabajar en 2015.

Kenia logró reducir a un 11 % el número de adolescentes sometidas a la ablación, lo que la convierte en uno de los países donde más se está abandonando esta práctica que sufren 140 millones de mujeres en 29 países del mundo.

Fuente:  http://www.larazon.es/internacional/decenas-de-ninas-se-refugian-en-2-colegios-de-kenia-para-evitar-la-ablacion-OA14053397#.Ttt1BPINUaumBCQ

 

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África dice no a la mutilación genital femenina

Unión Africana/11 agosto 2016/Fuente: El País

El Parlamento de la Unión Africana ha avalado la prohibición de la mutilación genital femenina en todo el continente, una práctica en retroceso pero que se sigue realizando en una treintena de países sobre todo en la banda del Sahel, desde Somalia hasta Senegal. Aunque el Parlamento Panafricano, con sede en Sudáfrica, sólo tiene carácter consultivo y asesor y no legislativo, esta decisión supone un espaldarazo a la creciente adopción de medidas por buena parte de los países afectados, que obedece tanto al trabajo y las presiones ejercidas por los organismos internacionales como a la lucha que desde hace décadas lideran asociaciones africanas de defensa de los derechos de la mujer y la infancia.

El acuerdo se produce tras intensas sesiones realizadas entre miembros del Grupo de Trabajo para la Mujer del citado Parlamento y representantes del Fondo para la Población de Naciones Unidas (UNFPA). En realidad, lo acordado es un plan de acción encaminado a erradicar la ablación, que sufren cada año unos tres millones de niñas en África y Oriente Próximo y que afecta en la actualidad a 125 millones de mujeres. A partir de ahora comienza la tarea de los 250 diputados firmantes de hacer llegar esta decisión a sus respectivos países e impulsar la puesta en marcha del plan de acción en coordinación con las autoridades nacionales.

En los últimos años, los avances sociales y legislativos en África occidental, una de las regiones afectadas han sido imparables. Nigeria prohibió la ablación en todo su territorio en mayo de 2015, mientras que Gambia, hasta ahora refugio de esta práctica, hizo lo propio en noviembre pasado. Issatou Touray, histórica activista gambiana, asegura sin embargo que “sólo con el trabajo en las comunidades se podrá dar un cambio real, las leyes son necesarias pero no bastan”.

Cada país es un mundo. En Senegal está prohibida desde hace años, pero se sigue practicando de manera clandestina y por eso, la ONG Tostan sigue llevando a cabo su política de juramentos, en la que las mujeres y líderes comunitarios prometen públicamente el abandono de la ablación. En Guinea también está prohibida, pero la tasa de prevalencia está en torno al 90% porque cuenta con una enorme aceptación cultural. En Malí, sin embargo, es legal aunque existe un plan nacional desde 2010 para erradicarla. Virginie Moukoro, defensora de los derechos de la mujer y la infancia maliense, cree que aún queda mucho trabajo por delante, pero que en el plazo de una generación se podrá acabar con la ablación. “Un día será historia, como ocurrió con la práctica de atar los pies a las niñas en Japón”, asegura.

En África oriental el optimismo es más moderado. Países como Egipto, Sudán, Eritrea, Yibuti, Etiopía o Somalia tienen el triste honor de concentrar las tasas de prevalencia más elevadas, en este último país del 98%, la más alta del mundo. Allí se practica un tipo de ablación conocida como la circuncisión faraónica, que además de la extirpación del clítoris y labios mayores y menores conlleva el cosido de la vulva hasta dejar un pequeño orificio para permitir la salida de la orina. Las consecuencias son terribles y provoca cientos de muertes cada año. Somalia es un ejemplo de la ambigüedad legislativa en la que se mueven muchos países sahelianos, la Constitución establece la prohibición de la práctica pero ninguna ley ha sido aprobada para hacer efectiva esta decisión.

La mutilación genital femenina comprende un conjunto de prácticas que van desde la amputación total o parcial del clítoris hasta la extirpación de labios mayores y/o menores, con consecuencias trágicas para las niñas. Según la Organización Mundial de la Salud, además del riesgo de muerte y enfermedades, el dolor, el trauma y las lesiones creadas por el procedimiento en sí mismo, muchas veces realizado en penosas condiciones higiénicas, las consecuencias a largo plazo incluyen las infecciones recurrentes, quistes, esterilidad y aumento de las complicaciones durante el parto, además, claro está, de la imposibilidad o dificultad de sentir placer durante el acto sexual. Además de un atentado para la salud de la mujer, supone una violación de sus derechos y una forma de discriminación que refleja la desigualdad entre los sexos.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/08/09/actualidad/1470746651_803060.html

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