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Manosear niñas (no) es delito (en El Salvador)

Centroamérica/El salvador/14 Noviembre 2019/El país

En un país en el que una de cada diez denuncias de abusos a menores llegan a condena, la Cámara Penal no aceptó como delito el tocar la vulva de una niña de diez años sobre su ropa

En los últimos años, El Salvador ha sido un país conforme. Y no porque todo vaya bien. Al contrario: conforme porque, cuando todo va mal, en la debacle queda poco por hacer. Tras la guerra civil, ha ganado varias veces el triste podio del más homicida del continente. Es un país de apenas 6,5 millones de habitantes que permite que, en promedio, dos mujeres mueran a manos de sus parejas cada mes, y que hace oído sordo a las estadísticas que hablan de 12 denuncias por delitos sexuales cada día. Pero en la última semana, ese país conforme y derrotado por la violencia no aceptó un hecho: no aceptó que una Cámara Penal concluyera que tocar la vulva de una niña de diez años, sobre la ropa, no es delito.

Para quienes nacimos después de los Acuerdos de Paz de 1992, la protesta en las calles no ha sido una opción real para mostrar descontento ciudadano. Al menos no generacionalmente. Crecimos con madres listando muertos y recordando el ruido de las balas de la década de los ochenta, cuando miles de salvadoreños salían a protestar contra la represión estatal.

Con traumas de la guerra aún no resueltos, los nacidos en la posguerra y en colonias obreras aprendimos a callar por otras cosas. Quienes nos enseñaron el silencio en las últimas décadas fueron las pandillas. Su orden está escrita en los pasajes y calles de un sinfín de comunidades que controlan: “Ver, oír y callar”, ha sido la premisa. Y en general, el mandato se ha acatado. Cuando las familias salvadoreñas hablan de los pandilleros, no se les nombra así. Se habla de “los muchachos”. Cuando alguien dentro de una comunidad se atreve a contar la última extorsión o la última paliza que los muchachos han propinado, lo dice “quedito”, en susurro. El miedo convierte la queja en murmullos y silencio. En El Salvador, una marcha en contra de los asesinatos cometidos por la Mara Salvatrucha 13 o por el Barrio 18 sería impensable. Se ha aprendido que nombrar el descontento puede costar la vida.

La semana pasada, el silencio generalizado ante la violencia se rompió. Y empezó a resquebrajarse por la grieta de los abusos sexuales. En los juzgados salvadoreños, solo una de cada diez denuncias de abusos a menores llegan a condena. El 90% de los abusos denunciados quedan en la impunidad. Pero el lunes 4 de noviembre, cientos salieron a las calles con una consigna: “tocar a una niña sí es delito”.

Este hervidero de gente enojada en la calle empezó a prender en febrero, cuando Eduardo Escalante, un magistrado del Órgano Judicial, llegó en su carro a una colonia obrera y, según la acusación fiscal, tocó la vulva de una niña de diez años que jugaba con su vecino alrededor de un árbol. El hombre huyó a pie cuando familiares de la niña lo increparon, pero dejó su carro en el lugar. Así lograron identificarlo. Se le acusó de agresión sexual a menor, un delito castigado con una pena de ocho  a 12 años de cárcel. Pero la Cámara que conoce el caso, conformada por dos magistrados, concluyó la semana pasada que la conducta de la que se acusa al abogado es, a lo mucho, una falta que conlleva una multa de diez a treinta días de salario.

La resolución cayó como agua hirviendo sobre gente que acostumbra a apartarse de los problemas ajenos. Quemó. Y muchos en el país centroamericano, que acepta con normalidad la violencia en sus máximas expresiones, se hartaron. Una mujer dueña de 25 taxis, mandó a todos sus conductores a escribir “Tocar niñas sí es delito” en los parabrisas de cada uno de los carros. Las pancartas, repitiendo la misma consigna, se han visto por toda la ciudad. El presidente de la república ha hecho eco de la causa tuiteando al respecto. El movimiento feminista se ha asegurado de que el caso no se convierta en un signo del que intenten sacar rédito los políticos, a quienes negaron la palabra durante la protesta. Una movilización en defensa de las niñas y las mujeres empieza a despertar en una sociedad que por décadas ha callado.

En 1999, cuando Katya Miranda, una niña de nueve años fue violada y asesinada en un rancho familiar, no hubo una protesta que dijera a los agresores: aquí estamos y los estamos vigilando. Su caso se convirtió en un símbolo de la impunidad con la que en El Salvador se toca, se viola y se mata a las niñas. En 2013, cuando Ana Chicas, una joven de 18 años, fue asesinada por su expareja, no hubo nadie que saliera a defenderla ni siquiera por las calles de su polvoso cantón en Usulután, al oriente del país. En 2016, cuando Karen y Andrea, de 12 y 14 años, desaparecieron en Cojutepeque, no hubo ninguna movilización para buscarlas. Fuera de las organizaciones y los movimientos feministas, la violencia contra las mujeres ha sido, con suerte, algún hashtag en redes sociales.

El Triángulo Norte de Centroamérica es una región demasiado acostumbrada a la violencia. Nuestro termómetro para medir el fracaso o el éxito de políticas públicas que la combatan ha sido, por excelencia, la reducción de los números de asesinados cada día. Cuando se habla de violencia se piensa en pandillas, en enfrentamientos policiales, en cementerios clandestinos. Poco contamos a nuestras niñas y mujeres violadas, acosadas y humilladas.

Por ejemplo, la Cámara que conoce el caso del magistrado Escalante -según la resolución- no considera que tomar a una niña de diez años por los hombros y luego bajar la mano hacia sus genitales sea un hecho violento por sí mismo. No hubo balas, gritos, sangre, ni golpes de por medio. Solo una niña congelada. Y como el hecho sucedió de manera breve y sobre la ropa, los magistrados concluyeron que eso constituye un “tocamiento impúdico”. De acuerdo con la ley, ese tipo de tocamiento ocurre cuando alguien se aprovecha del “descuido” de una víctima que transita en un lugar público para tocarla. Pareciera que el mensaje es que son las niñas las que deben estar alerta, no distraerse, para que no aparezca un señor de traje y les toque la vulva.

La protesta que salió a las calles esta semana es una conquista pequeña para un país tolerante con el acoso, las agresiones y el abuso. Solo en 2018, la Policía recibió 4.304 denuncias de violencia sexual, y es un consenso que eso es apenas un subregistro de la realidad. Aunque la manifestación reciente en las calles abre la puerta grande a un movimiento social que reclama justicia para las mujeres, es una respuesta que llega tarde.

Ninguna marcha provocará que la niña de diez años vuelva a salir a jugar sin miedo, ninguna protesta devolverá a la vida a Katya Miranda, a Ana Elizabeth ni a Karen y Andrea. Pero ha sido reconfortante saber que, por un momento, esta sociedad que huele a podrido por los tantos cadáveres que esconde, pareció tener aún un sentido de justicia.

Fuente e imagen: https://elpais.com/internacional/2019/11/08/actualidad/1573236254_366551.html

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Chile: Niñas aisladas presas sin agua o comida, abusos sexuales, torturas, muertes

Por: Marta Dillon. 

 

Detenciones arbitrarias, niños y niñas menores de 16 en celdas sin agua ni comida ni acceso a hablar con sus familias, desnudez forzada en las  detenciones y otras formas más graves de violencia sexual, torturas, exceso en el uso de violencia; muertes y desapariciones. 

Desde Santiago

“Hay violación de Derechos Humanos, todos los días, esto no es algo que parece, es algo que es, que sucede. Por eso necesitamos de la colaboración internacional, necesitamos que haya declaraciones contundentes sobre lo que está pasando en nuestro país con este virtual estado de sitio”, dice Constanza Schonhaut, militante por los derechos humanos y del Frente Amplio, con angustia evidente después constatar, en una recorrida nocturna por comisarías y comunas, la reiteración de delitos cometidos por el Estado a través de sus fuerzas armadas y de seguridad. Aunque “delitos” es una palabra que se queda corta en un territorio que tiene en su memoria las heridas del Terrorismo de Estado. “El presidente pretende tratar esto como si fuera una catástrofe natural, como si se tratara del rescate de los 33 mineros -metáfora que usó el presidente chileno Sebastián Piñera en la presentación de las medidas de emergencia el martes por la noche-, pero aquí lo que hay es un estallido social, una protesta transversal y masiva y se responde con militares apuntando al pueblo”.

Michel Bachellet, ex presidenta y actual Alta Comisionada por los Derechos Humanos de la ONU, aseguró hoy que enviará una misión “de verificación” de las denuncias. Fue un pedido de Piñera, seguramente desesperado por defender su idea de Chile como un “oasis” latinoamericano donde dos reuniones cumbres deberían tener lugar en noviembre y diciembre. La primera sería la Apec -foro comercial de Asía-Pacífico-, donde los jefes de Estado de China y Estados Unidos se reunirían; la segunda es la Cop 25 sobre cambio climático en un país con “zonas de sacrificio” en las que empresas altamente contaminantes se instalan en territorios de alta vulnerabilidad social. Bachellet, sin embargo, no anunció su visita en primera persona. Habló en cambio de “encontrar soluciones para abordar agravios” y urjió “a los que planean participar en las protestas a hacerlo pacíficamente”.

Detenciones arbitrarias, niños y niñas menores de 16 en celdas sin agua ni comida ni acceso a hablar con sus familias, desnudez forzada en las detenciones y otras formas más graves de violencia sexual -ya hay ocho querellas oficiales pero muchas más que no pudieron llegar a esa instancia por temor de las denunciantes a represalias-, torturas, exceso en el uso de violencia; muertes y desapariciones. La situación es gravísima y aun cuando las calles siguen tomadas y la vida cotidiana se interrumpa como desde hace una semana al mediodía para ponerle el cuerpo a una lista completamente transversal de demandas que tienen una primera puerta hacia la salida de la crisis en el cese de la represión, la vuelta a los cuarteles de los militares y una asamblea constituyente que derogue la constitución que rige ahora y que se redactó en plena dictadura militar, la vida institucional sigue generando imágenes de profundo desprecio a los Derechos Humanos.

El papelón que protagonizaron en la Cámara Baja las diputadas Camila Flores y Paulina Nuñez cuando rompieron delante del hemiciclo lleno los carteles que sostenía, junto con otras, la legisladora Pamela Jiles con las cifras de muertes, desapariciones y detenciones el mismo día en que los disparos de gases y perdigones se escuchaban en todo el centro de la ciudad de Santiago fue la primera muestra de la indiferencia de la derecha oficialista que hoy, en la voz del canciller Teodoro Ribera, aseguró que no hay ninguna razón para no realizar las cumbres del Asia-Pacífico (Apec) y la del clima (COP 25) en noviembre de este año. Antes, en apenas 15 días, tendrá lugar aquí la Conferencia Regional de Derechos de las Mujeres ¿se discutirá entonces la violencia sexual en el marco de la represión que no cesa? Violación con el caño de un arma larga, esa es la descripción del acto que demanda una de las querellas presentadas por Indh.

Cuatro detenidos “crucificados” sobre la antena de la comisaría de Peñalolén, atados de las muñecas con esposas que les cortaban la circulación; aunque los detalles, claramente sobran cuando la crueldad es tan manifiesta. La denuncia fue hecha el jueves a la madrugada cuando en sus recorridas el Indh descubrió esa brutalidad. Hasta ahora, por este hecho, se consiguió la prohibición de acercamiento de los carabineros a los detenidos y se presentó un recurso de amparo. Uno de los tantos que se expusieron en el Senado, donde tanto el jefe de Carabineros, Mario Rozas, como el director de INDH cruzaron palabras. Rozas asegurando que iniciará sumarios por excesos, Sergio Micco exponiendo datos: 1512 detenciones en las regiones, 898 en la región metropolitana, 535 herides -210 con heridas de bala-, 10 amparos, 55 querellas, 5 más por homicidio y 8 por violencia sexual.

En la puerta del Colegio Médico, una decena de estudiantes secundaries estiran su paciencia como un chicle mientras esperan que se constaten las lesiones recibidas. La peor parte la lleva Valentina Miranda, 19, en el último año de Liceo que cursa en el Tereza Prats, el número 7, una escuela pública de esas que nunca aseguran el ingreso a las mejores universidades pero sí altos montos de endeudamiento con el Crédito con Aval Estatal. Ella es dirigente de la Comisión Nacional de Estudiantes Secundarios y militante del Partido Comunista. Moretones, quemaduras de gases, un perdigón en la oreja que le provocó una infección y marcas de las manos de los “pacos” que la detuvieron ilegalmente dentro del edificio donde vive su compañero, Pablo Ferrada. Apenas sale del lugar, después de tres horas de revisiones, se va a la calle a seguir agitando rebelión. “Es que estamos felices de que por fin se hayan despertado les indiferentes, felices todes acá”, dice señalando a sus amigues.

45 personas perdieron la vista en la última semana por disparos de perdigones. Esto que Piñera llamó guerra tiene caídos de un sólo lado. Y no, no es una guerra. “¿Podremos hablar de dictaduras del siglo XXI, igual que se habla de izquierdas del siglo XXI?” Se pregunta Schonhaut. “Creo que hay que analizarlo, porque lo que vemos es el Terrorismo de Estado en acción, ojos perdidos, lesiones de por vida, torturas… y todo lo que no sabemos porque pasa en la noche, en las comunas vulnerables, en las regiones que no cubrimos. Hay un presidente a la cabeza, sí, pero enviando al ejercito contra la protesta”.

Bélgica Brione es feminista, militante territorial, parte de la articulación Asambleas Feministas de la Zona Oriente (ABZO), en la mañana del jueves las comunas de Florida, Peñalolés, Macul, Villa FREi, Ñuñoa se reunieron a poner en común la organización de estos días. Las “Ollas comunes” se replican en las poblaciones y torno a ellas también las preguntas sobre cómo alentar autocuidados feministas y también antiracistas y anticolonialistas. “Porque las mapuche saben de lo que vivimos ahora, para ellas la persecusión es constante. Y cuando esto se agrava acá, peor es en los territorios”, dice Bélgica. A su lado, otra compañera repone la preocupación sobre el cuidado de niñes. “Ayer decidí que era hora de ver películas y comer rico. Porque escucharon relatos de tortura y violencia sexual, cosas que pasaban junto a elles que tienen 8 y 12; claramente les afecta y necesitan descanso”.

El jueves la intensidad de la movilización callejera fue menor que la del día anterior, pero las cacerolas no dejan de sonar. De frente a dónde se escriben estas líneas, como en una postal de lo que es el ritmo de Santiago desde hace una semana, las multitudes pasan con sus banderas y carteles mientras hay quienes toman cerveza como parte del estado de excepción en bares con las persianas bajas. Cada tanto impacta una piedra sobre el edificio de la Cámara de Comercio y otros grupos vienen a frenar ese impulso. La rabia no cesa, el deseo de que se transforme todo tampoco. Chile sigue ardiendo.

Fuente del artículo: https://www.pagina12.com.ar/227260-chile-ninas-aisladas-presas-sin-agua-o-comida-abusos-sexuale

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Alba Pau: «Lloro mucho por los niños que sufren»

Redacción: Diario de Ibiza

La empresaria Alba Pau asegura que el 90% de los problemas de los menores con discapacidad o que sufren abusos sexuales o malos tratos se solucionarían «con un poco más de voluntad política»

https://www.diariodeibiza.es/multimedia/videos/local/2019-10-09-185667-alba.html

Esta catalana –«banyolina», matiza– que acaba de cumplir 64 años recibirá el 11 de octubre el Premio Diario de Ibiza a la Acción Social por la labor que desempeña en varias asociaciones dedicadas a mejorar la vida de los niños más desfavorecidos. Una acción que compagina con su trabajo al frente del restaurante Can Pau y que inició en Ibiza hace ahora cerca de trece años. Es la impulsora del popular calendario de Apneef, entidad que atiende a niños con discapacidad y con la que está muy implicada, igual que con Magna Pityusa, que se encarga de voluntariado, y Conciencia, que atiende a niños que han sufrido abusos o malos tratos.

¿Qué historia hay detrás de su necesidad de ayudar a los niños?

No hay ninguna historia. Un amigo me preguntó qué le debía yo a la vida para tener esta necesidad de ayudar y le dije que no lo sabía, no he hecho nada grave. Quiero darle las gracias a la vida porque he criado tres hijos y me ha ido bien, no hay más. Creo que es innato. Va en mis genes.

¿Y eso?

La familia de mi madre era muy humilde y teníamos una tía que vivía con nosotros. Cuando murió mis hermanas mayores fueron al ayuntamiento para dar parte y allí descubrieron que no era nuestra tía. Nuestra madre nos explicó que era una mujer a la que habían recogido pero que para que la tratáramos como si fuera de la familia nos dijeron que era nuestra tía. Era compañera del colegio, murieron sus padres, la echaron de la finca en la que vivían y la familia de mi madre la acogió.

¿Y la de su padre?

Era una familia tremendamente solidaria. Mi abuelo mantenía el asilo de Banyoles. Murió pobre pero mantuvo el asilo. Son genes.

¿Y por qué los niños?

En Banyoles me dedicaba a los mayores. Muchas chicas íbamos los domingos al asilo a ayudar a repartir las comidas. A las mujeres les dábamos caramelos y a ellos, tabaco. Me pasaba la vida allí, me gustaba. Cuando vine a Eivissa quise hacer voluntariado, pero entre el restaurante y los hijos… Carmen Villena me tendió una trampa. Me dijo que tenía que ayudarles y yo le decía que cuando me retirara. Me llevó a Apneef y empecé con ellos.

¿Qué vio aquel día?

Las sonrisas. Cuando les ayudo y sonríen es casi un acto egoísta, soy yo la beneficiada. Me han enseñado tolerancia, a ser mejor… ¡Y las madres! Mira que es difícil la vida, pues imagínatela con un niño con problemas. Terrible. Muy dura.

¿Qué historia le ha tocado más el corazón?

¡Uf! [Piensa] Las enfermedades degenerativas son las que más me afectan. Llevo casi 13 años yendo a Apneef y he visto la decadencia de una de esas enfermedades. A una niña con síndrome de Down la ves el primer día y ya tiene unas características, pero en esas enfermedades ves el proceso que sufre ese niño y cómo acaba dejando de ser él. También estoy ahora con niños maltratados y de vez en cuando tengo que distanciarme y oxigenarme para poder seguir ayudándoles. Si un niño nace con un problema hay que aceptarlo, pero que un adulto decida destrozarle la vida a un niño es muy grave. Hoy por hoy me afecta mucho. Y hay tantos casos.

Mucha gente cree que su ayuda se limita a dar dinero.

Para nada. Soy activa y no soy miembro de ninguna asociación, no quiero centrarme en una y, además, estoy comprometida con varias: Magna Pityusa, Apneef y Conciencia. Lo que pasa es que la gente me ve en las fiestas. Ahora mismo, por ejemplo, estamos ofreciendo terapia a 70 familias de Santa Eulària a las que absorben las instalaciones de Sant Antoni. Es un palo para las familias, necesitan tres horas entre los trayectos, la sesión y preparar a los niños. Fuimos a ver a la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, que nos dijo que no sabía que hubiera tantas familias y nos ofreció un local. Además, a Sant Antoni le solicitamos más espacio y nos pidieron que cada ayuntamiento cubriera a sus familias. Tenemos que hablar con el alcalde de Sant Joan porque tenemos once familias allí. El dinero que se obtenga este año en la subasta de la fiesta del calendario de Pachá irá para el nuevo espacio de Santa Eulària. Ha sido un logro. Nos pasamos la mañana llorando cuando nos dijeron lo del espacio.

Es curioso que no lo supiera cuando Santa Eulària ya había cedido un espacio para Amadiba.

Ese tema prefiero no tocarlo.

El Ayuntamiento envió a una niña con discapacidad a la escuela de verano de Sant Josep porque en Santa Eulària no la acogían.

Eso, de cara al año que viene, deberá estar arreglado.

Le enumero las asociaciones en las que colabora y me habla de ellas: Apneef (Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Eivissa y Formentera).

Bueno, para todas ellas, busco dinero. Lo que me interesa es que atiendan a los niños de la isla, ellos son lo primero. No puede ser que en un país del primer mundo haya un niño que sufra o al que sus padres no puedan comprar unas gafas o pagar un dentista. Ésta es una isla tremendamente solidaria. El otro día llamé a la doctora Canet por un problema: un niño tetrapléjico que no puede subir escaleras ni en ascensor porque no cabe la silla. En media hora, todos los dentistas de la isla que tienen las consultas en planta baja se habían ofrecido a ayudar. Cada vez que tenemos un problema que no absorbe la Seguridad Social, buscamos una solución.

Magna Pytiusa.

Pues hago la misma labor que en Apneef, básicamente buscar patrocinadores.

Conciencia.

Ahí hay otro tipo de implicación porque todo es secreto, muy reservado. Tenemos contacto con psicológos, pedagogos, psicólogos forenses… No podemos exponernos ni mostrar mucho a la gente porque debe ser todo confidencial.

Trabaja con niños maltratados.

Sí, marcados. Abusados. Maltratados. Es algo que se te queda dentro. Ahora estamos luchando porque la madre de un niño nos dejó una finca, Cas Calero, donde nos gustaría hacer un espacio para niños sin familia o de los que su familia no se puede hacer cargo. No puede ser que en Ibiza nuestros niños se vayan a Palma a un edificio con rejas. ¿No pagamos nuestros impuestos? Hemos ido a hablar con el Consell y la respuesta ha sido muy buena.

También colabora con Juntos.

Sí, enviamos bicicletas a África. Uno de los problemas que hay con el tema de la solidaridad es que mucha gente se pregunta dónde va el dinero. Hay asociaciones, como Apneef, Magna Pityusa o Conciencia que pasan auditorías. Apneef, incluso, es de utilidad pública, sale en el BOE y en los Presupuestos del Estado. Algunas asociaciones hemos pedido inspecciones para que se vea dónde va todo el dinero, para que la gente vea cuáles son transparentes y cuáles no.

¿Los políticos y las administraciones hacen lo suficiente?

Hay personas individuales implicadas, pero en conjunto no hacen lo suficiente. Si lo hicieran, ¿por qué tendríamos que hacerlo nosotros? Hay personas muy implicadas porque el pueblo de la isla es muy solidario, pero nuestros niños no votan. Hay muchas carencias. Mira el tiempo que ha estado congelado el dinero de las asociaciones. Hemos tenido que hacer eventos para que Apneef no tuviera que cerrar. Apneef es transparente. Es un cristal. De Conciencia y Magna Pytiusa, también, he visto los números. Yo no toco el dinero. Mira, de la cuenta que he abierto para las familias con niños con cáncer el dinero sólo lo puede sacar el jefe de Pediatría.

¿Con voluntad política se solucionarían problemas?

Con un poco más de voluntad política se solucionaría el 90% de los problemas que tienen estos niños.

¿Y por qué no se hace?

No son conscientes de la realidad. Mira la alcaldesa de Santa Eulària, que dice que no sabía que prestamos servicio a 70 familias del municipio. Al alcalde de Sant Joan le hemos hablado de once familias y en un par de días estaremos en el Ayuntamiento.

¿Cómo es el día a día de las madres de estos niños?

Muy duro. Esas madres son unas guerreras. Te dan unas lecciones de vida… Carmen Bonet, de Apneef, recuerda a una madre que le dijo que esos niños están aquí por un motivo: enseñarnos a ser mejores personas. El día a día de estas madres es muy duro. Cuando nace su niño con problemas pasan un duelo, se hunden y luego se ponen las pilas para salir adelante. Una vez pasado el duelo no están flagelándose todo el día. Mira la presidenta de Apneef, Susi Fresneda. Admiro cómo lo lleva todo. Cuando salgo de estar con esas madres me digo: seré gilipollas quejándome por no tener unos zapatos a juego con esto. Dentro de lo malo, haber nacido en Eivissa es un privilegio.

¿Está segura?

Sí. Es un privilegio porque todos nos conocemos y quien no tiene una abuela tiene una tía o alguien que se pueda quedar con el niño una hora. Y es posible ir caminando a casi todos sitios. Profesionales de fuera nos han dicho que estamos a años luz de Barcelona o Madrid, que estamos casi como en África, que lo de los servicios sociales en Ibiza es una broma. Las instituciones no funcionan y nos dicen que no puede ser que esos niños no cuenten con todos los recursos.

¿Qué hace falta ahora mismo?

Especialistas. Hay profesionales de Ibiza trabajando fuera porque aquí no tienen opciones, pero claro, se les tiene que prometer un seguimiento. La atención social no debería depender del color político. Las asociaciones funcionan bien, la gente de las asociaciones funciona, son los de arriba los que no cumplen. Ahora ha habido cambio de gobierno en el Consell, hasta que nos paguen los atrasos y se hayan puesto al día habrán pasado dos años. Luego se sientan, se sitúan, empiezan y se acaba el mandato. ¡Vuelta aempezar! Esto no puede ser así.

¿Para los niños que sufren abusos o malos tratos hay recursos?

No, no tenemos ni psicólogo forense especializado. Podría haber dos, hemos investigado. No puedes llevar un niño a un psicólogo forense tres años después. ¿Sabes cómo luchan para olvidarse? ¿Para no tenerlo presente? No puedes hacerles revivir todo pasado tanto tiempo. Estamos atrasadísimos.

¿Lo pasa mal?

Sí, con los niños maltratados. Por eso me tengo que retirar. Ahora mismo tenemos un caso y me he tenido que alejar porque no puedo perder la salud ni el sueño.

Los profesionales tienen recursos para eso.

Pero es que yo lo hago desde el corazón. Ellos le quieren dedicar su vida y son muy fuertes. Tampoco pensaba encontrar estas barbaries. A veces me equivoco. El otro día los chicos pusieron reguetón en el restaurante, una canción que decía «perra, chúpamela» y les salté a la yugular: «¡Han matado a otra mujer! ¡Han violado a otro niño! ¿Cómo podéis escuchar esto?». Me paso. Ahí me doy cuenta de que tengo que parar. Poner distancia. Pero Marisina Marí, presidenta de Conciencia, no puede hacerlo, ella no puede poner distancia.

¿Llora mucho?

Sí, pero me quedo tan bien… Hasta que murió mi hermana Eva era muy dura. Desde entonces lloro mucho. Por todo. Cojo el coche y me voy. Y he llorado mucho con Conciencia, con los niños que sufren. Un día fui al juzgado y vi un niño al que le han destrozado la vida… No tengo capacidad para comprender eso, que por un instante de placer rompas a un niño, lo destroces.

¿Cómo compagina el restaurante con su labor solidaria?

Eso me pregunta mucha gente. Pues no tengo ocio. No me habrás visto en un bar, una discoteca o una inauguración. Me da tanta paz hacer esto… Es como un vicio. He entrado en un bucle y me quito horas de sueño y días libres. El único vicio que no he abandonado es el de leer. Muchas noches me duermo en la cama aún con las gafas. Ayudar a estos niños me llena. ¿Sabes lo bien que duermo? Ahora puedo dedicarle más tiempo porque tengo a mis hijos Jordi y Quim en el restaurante y a Eduard, que es abogado y me hace de gestor. Ellos me dicen que me dedique a los niños y a viajar.

¿Los empresarios y profesionales de la isla colaboran?

Colaboran, pero comienzan a estar cansados de que tantas asociaciones les pidamos. Yo misma la semana pasada dije que no a regalar una cena porque cada año tengo un cupo y el de éste ya está agotado. Y como yo, muchas empresas. Sobre todo pequeñas. No puede ser que nos vayamos pisando unas a otras cuando todas queremos lo mismo. Para el año que viene ya lo tenemos todo pensado y lo llevamos todo con un secretismo… Lo que no puede ser es que todos, por ejemplo, hagamos calendarios. Si uno hace un calendario, que otro haga un boli y otro una agenda. Tendríamos que coordinarnos más, pero es muy difícil. También tengo enemigos.

¿Ha pensado abandonar?

En agosto, cuando me llamó la directora de Diario de Ibiza para decirme lo del premio me puse a llorar. Estaba en plena temporada, agotada, yéndome de aquí a las tres de la mañana… Tenía la sensación de que no podía seguir. Eso me pasa a veces en agosto, cuando surge un problema, pero luego se me pasa. Pienso en lo que puedo conseguir y se me pasa. La semana pasada estuve en Barcelona, comí con Rosa Clará, le pedí algún traje para subastar el día de la fiesta y me dijo que sí. Tengo esa facilidad de llegar a la gente.

¿Alguien le ha dicho que no?

[Piensa] No, pero alguna famosa del calendario me ha dicho que hablara con su mánager. Les he dicho que no sabía qué era un mánager. Si Rafa Nadal o Naomi Campbell me dicen que sí a la primera, ¿cómo pueden éstas de la prensa del corazón enviarme a su mánager?

¿Se retirará alguna vez?

No mientras tenga fuerza. Me gusta. Y me lo paso bien.

Llora, ¿también ríe?

A ver, cuando lloro son lágrimas agridulces. Cada año, en la gala de Pachá me escondo entre las cortinas para llorar. Es un llanto dulce. En la balanza pesan más las alegrías.

¿Recuerda la última vez que se ha reído en esta labor solidaria?

Sí, con los mayores. Son tan cariñosos… Todo el rato los chincho para hablar de novios. Voy por la calle y, si me ven, me llaman a gritos. Les pregunto cosas y se ríen. Sobre todo cuando hablamos del Barça y de sexo. Me quieren y se divierten mucho conmigo. Y yo con ellos.

Fuente: https://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2019/10/09/lloro-ninos-sufren/1096786.html

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México, el segundo país más letal para las transexuales

Redacción: La Vanguardia

Andrés Manuel López Obrador prometió que su gobierno llevará a cabo investigaciones “efectivas” sobre los delitos de odio contra la comunidad LGBTQ, pero la horrible tendencia se mantiene.

Meses después de ser testigo del asesinato de una amiga, Kenya Cuevas recibió en su casa una corona de flores a su nombre. El mensaje estaba claro: sigue haciendo ruido sobre la muerte de mujeres transexuales y serás la próxima.

México se convirtió el segundo país más letal para las transexuales, por detrás de Brasil, con 261 asesinadas entre 2013 y 2018, según un estudio reciente de Letra S, un grupo de derechos LGBTQ.

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Andrés Manuel López Obrador, quien asumió la presidencia de del país el 1 de diciembre, prometió que su gobierno llevará a cabo investigaciones “efectivas” sobre los delitos de odio contra la comunidad LGBTQ, pero la horrible tendencia se mantiene. Dieciséis mujeres transexuales fueron reportadas muertas en los cuatro primeros meses de 2019, y al menos seis más fueron asesinadas desde entonces, según un conteo de The Associated Press de los casos recogidos en la prensa local.

Como la mayoría de los delitos en México, casi todas esas muertes quedan sin resolver y sin castigar, menos de un 3% de los asesinatos de personas LGBTQ derivaron en condenas desde 2013. Así que los líderes y activistas de la comunidad transgénero están prácticamente solos en su búsqueda de una justicia que se les ha negado durante años.

En esta imagen, tomada el 16 de agosto de 2019, la activista por los derechos de los transexuales Kenya Cuevas fuma mientras habla con otros miembros de la comunidad en un grupo de apoyo, en la Ciudad de México. Foto: AP

Cuevas se pasó al activismo el 29 de septiembre de 2016. Esta noche, su amiga Paola Buenrostro, quien como ella era una prostituta transexualse subió en el Nissan de un cliente y fue baleada varias veces. Cuando Cuevas corrió hacia el lado del copiloto del auto, el hombre la apuntó a la cabeza y apretó el gatillo. El arma se atascó.

Cuevas lo agarró y lo retuvo hasta que llegó la policía, y para entonces ya había comenzado a grabar con su celular. Pero a pesar de los múltiples testigos del homicidio y del video de Cuevas, el hombre quedó libre unos días más tarde.

Indignada, Cuevas dejó poco después la prostitución y fundó la organización Casa de Muñecas para hacer campaña en favor de la protección a las transexuales. Ahora es una de las activistas más conocidas entre un creciente coro de mujeres que buscan un cambio del gobierno mexicano.

Después llegaron las amenazas de muerteCuevas tiene ahora cámaras de seguridad instaladas en su casa y está acompañada por dos guardaespaldas gracias a un programa gubernamental que trata de proteger a periodistas y activistas.

La activista de derechos trans Kenya Cuevas sostiene un teléfono celular que muestra una imagen de su amiga asesinada Paola Buenrostro, en la Ciudad de México. Foto: AP

«Cuando pasó lo de Paola, yo me manifesté y lo hice en público, pidiendo justicia todo el tiempo”, dijo Cuevas. “No quiero trato especial. Solo que me den justicia. Hagan su chamba”.

Según Lina Pérez, presidenta de la organización Cuenta Conmigo, de apoyo a la comunidad LGBTQ, las transexuales asesinadas rara vez recién justicia porque las autoridades suelen ignorarlas.

«Es más fácil la impunidad porque las mismas personas que ejercen la ley creen que son enfermos”, manifestó Pérez.

Las activistas señalan sin embargo algunas victorias en los últimos años. Una importante se produjo en 2014, cuando Ciudad de México se convirtió en pionera en el país al permitir que los transexuales cambien su género y nombre en su certificado de nacimiento, una ley que desde entonces ha sido adoptada en seis de los 31 estados.

Este cambio estuvo impulsado en parte por el grupo activista ProDiana, encabezado por Diana Sánchez Barrios.

Antes de la ley, los transexuales tenían que recurrir a costosos procedimientos judiciales para cambiar sus documentos identificativos, explicó Sánchez Barrios. Hace una década, ella se vio obligada a pasar comprobaciones sobre su estado mental, a proporcionar una letanía de testigos de varias etapas de su vida y a gastar miles de dólares para cambiar legalmente su nombre y su género.

«Es como si estuvieras en juicio solo por ser una mujer trans”, apuntó.

Alrededor de 4,000 mujeres trans modificaron su documentación a raíz de la ley de la Ciudad de México, pero la violencia persiste.

«Somos siempre los más vulnerables. Somos el blanco perfecto para la discriminación”, dijo Sánchez.

ProDiana busca ahora reformas institucionales para evitar la discriminación en áreas clave del gobierno como la policía.

Según Sánchez, la policía «no ha sido una gran aliada para las mujeres trans». La activista describió años de extorsión y violencia a manos de agentes que se supone que deben proteger a los ciudadanos.

La vulnerabilidad es una constante en las vidas de las mujeres transexuales, que a menudo son rechazadas por sus familias y se ven abocadas a la calle. Tanto Cuevas como Sánchez se escaparon de sus casas cuando eran muy jóvenes para iniciar su proceso de transición.

Fuimos a los funerales de compañeras asesinadas y sus familiares no querían que estuviéramos” contó Sánchez. “Tenemos que estar muy lejos de unas relaciones en las vidas de nuestras amigas”.

En muchos empleos se niegan a contratar a transexuales, lo que las obliga a dedicarse a la prostitución y las expone a los peligros de la calle, según activistas.

El asesinato de mujeres transexuales refleja la lucha más amplia del país contra la violencia de los cárteles y las pandillas, con unas tasas de homicidios que alcanzan nuevos récords cada año.

La activista de derechos trans Kenya Cuevas abraza a Angie, una trabajadora sexual transgénero de 20 años, en la Ciudad de México. Foto: AP

En 2018, 53 transexuales fueron asesinadas en el país. Entre ellas estaba una mujer que apareció en un contenedor de basura con la cara tan golpeada por una piedra que era irreconocible. Una fue torturada hasta la muerte por sus captores mientras su familia escuchaba sus últimos momentos de vida por teléfono. Otra apareció desnuda y estrangulada en su cuarto. En ninguno de estos casos se identificó públicamente a los sospechosos.

El pasado 13 de agosto, una mujer trans murió tras recibir ocho puñaladas en la Ciudad de México, según reportes de la prensa local. Su agresor huyó y la policía no tiene sospechosos.

Aunque el gobierno de López Obrador se ha posicionado públicamente a favor de los derechos LGBTQ, no está claro qué protecciones podría poner en marcha ni su visión para combatir la violencia contra la comunidad.

Alexandra Haas, directora del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, dijo que la administración quiere volver a formar a fiscales y policías en el manejo de casos con prostitutas trans. El gobierno está trabajando con la fiscalía para establecer protocolos unificados en todo México.

«Lograr que a nivel de las procuradurías se tome en serio y como una herramienta de trabajo para nosotros es muy importante«, dijo Haas.

Sánchez señaló que queda mucho trabajo por hacer a todos los niveles del gobierno. Le gustaría ver cómo el ejecutivo federal aprueba una ley de matrimonio igualitario, algo que ahora se gestiona por estados, y se desafían otras decisiones locales que podrían infringir derechos como el cambio legal de género.

«Este gobierno izquierdista que tiene su mayoría en la legislativa y en el Senado y acá en la Ciudad de México, tiene que generar leyes a favor de la diversidad sexual«, manifestó la activista.

En el desfile del Orgullo celebrado en junio en la capital, Cuevas recorrió la principal avenida de la ciudad en lo alto de una carroza para llamar la atención sobre la violencia contra la comunidad trans.

La muerte no ha dejado de perseguirla. En enero, su amiga Pamela Sandoval se convirtió en la primera víctima transexual conocida con el nuevo gobierno.

Cuevas dijo que está dispuesta a soportar las amenazas de muerte si eso supone que puede ayudar a conseguir un mundo más seguro para la comunidad trans mexicana.

Fuente: https://vanguardia.com.mx/articulo/mexico-el-segundo-pais-mas-letal-para-las-transexuales

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La primera experiencia sexual de 1 de 16 mujeres en EEUU es una violación, según estudio

Redacción:   Univisión

Preocupante estudio reveló que 1 de cada 16 mujeres de EEUU tuvo su primera experiencia sexual producto de una violación.

➡️ Preocupante estudio reveló que 1 de cada 16 mujeres de EEUU tuvo su primera experiencia sexual producto de una violación.

Posted by Univision Noticias on Tuesday, September 17, 2019

La investigación, realizada a más de 13,000 mujeres, reveló que casi el 7% de las encuestadas tuvieron su primera experiencia sexual de manera involuntaria, sucedió a los 15 años en promedio y el hombre era a menudo varios años mayor. El estudio sugiere, además, repercusiones duraderas en la salud de las mujeres.

La primera experiencia sexual para 1 de cada 16 mujeres en Estados Unidos es la penetración forzada o coaccionada en su adolescencia temprana, encuentros que para algunas pueden tener repercusiones duraderas en la saludsugiere un estudio.

Estas experiencias equivalen a violación, dicen los autores, aunque se basaron en una encuesta nacional que no utilizó la palabra para preguntar a las mujeres sobre el sexo forzado.

Casi la mitad de las mujeres que dijeron que las relaciones sexuales fueron involuntarias afirmaron que fueron sujetadas a la fuerza y un poco más de la mitad sostuvieron que fueron presionadas verbalmente para tener relaciones sexuales contra su voluntad.

«Cualquier encuentro sexual (con penetración) que ocurra contra la voluntad de alguien es violación. Si alguien es presionado verbalmente para tener relaciones sexuales, es igualmente violación», dijo la autora principal, Laura Hawks, internista e investigadora de la Facultad de Medicina de Harvard.

En los años posteriores al sexo forzado o coaccionado, las mujeres afectadas tuvieron más parejas sexuales, embarazos no deseados y abortos, y más problemas de salud reproductiva, incluyendo dolor pélvico e irregularidades menstruales, que las mujeres cuya primera experiencia sexual no fue forzada.

Casi el 16% dijo que su salud era regular o mala, el doble de la tasa de otras mujeres. El estudio no pudo establecer si el sexo forzado causó o contribuyó a alguno de estos problemas de salud.

Víctimas de agresión sexual infantil comienzan a entablar demandas por abusos ocurridos en el pasado

«Experimentar una violación como primer encuentro sexual es una pérdida extrema de autonomía sobre la sexualidad de uno mismo», dijo Hawks. Ella dijo que no es sorprendente que pueda conducir a problemas posteriores de salud mental y física, dados otros estudios sobre los efectos duraderos del trauma.

Los resultados fueron publicados el lunes en JAMA Internal Medicine.

Efectos en la salud mental

Otros estudios han encontrado que los efectos a largo plazo de la agresión sexual pueden incluir aislamiento social, sentimientos de impotencia, estigmatización, mala imagen de sí mismo y conducta arriesgada, lo que puede aumentar el riesgo de depresión y otros problemas de salud mental, dijo la revista en una editorial.

La investigación publicada el año pasado también encontró un peor bienestar psicológico y salud física entre las mujeres cuya primera relación sexual fue forzada o coaccionada.

El nuevo estudio es un análisis de las respuestas de 13,310 mujeres adultas que participaron en encuestas de salud del gobierno de EEUU representativas a nivel nacional entre 2011 y 2017, antes de la aparición del movimiento ‘Me Too’.

Los investigadores se centraron en una pregunta de la encuesta que preguntó en entrevistas en persona si la primera experiencia de sexo vaginal de una mujer con un hombre «fue voluntaria o no voluntaria, es decir, ¿eligió tener sexo por su propia voluntad o no?»

Los resultados sugieren que para 1 de cada 16 mujeres estadounidenses, o 3 millones de ellas, el primer encuentro sexual no fue voluntario.

Según los Centros Federales para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi 1 de cada 5 mujeres ha sido violada en sus vidas. Para casi la mitad de esas mujeres, sucedió cuando eran menores de 18 años.

¿Cómo prevenir que ocurra esto?

Hawks dijo que los niños varones necesitan que se les enseñen habilidades de comunicación para evitar que tengan relaciones sexuales «con alguien que no es un participante dispuesto». La responsabilidad no debería recaer en las víctimas, dijo.

«El movimiento ‘Me Too’ es una señal prometedora de que estamos más dispuestos como sociedad» para abordar la violencia sexual, dijo.

La editorial de la revista señala que el estudio carece de información sobre la salud de las mujeres y cualquier abuso antes de su primer encuentro sexual. Tampoco hay datos sobre violencia sexual posterior, lo que podría contribuir a problemas de salud, dijo el editorial.

«Dicha investigación es necesaria para comprender y abordar la gama completa y las consecuencias de estas experiencias», dijo la editorial.

El especialista en educación sexual Dan Rice dijo que la educación sexual inadecuada en las escuelas de EEUU contribuye al problema.

«Nuestra cultura enseña a las personas a no ser violadas en lugar de enseñarles a no violar», dijo.

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Solo 24 estados requieren que se enseñe educación sexual en las escuelas públicas y algunos programas se centran solo en la abstinencia. El consentimiento no siempre está en la agenda y a los niños a menudo no se les enseña cómo expresar sus emociones de manera saludable, dijo Rice, director ejecutivo interino de Answer, un grupo de la Universidad de Rutgers que brinda capacitación en educación sexual para maestros y supervisa Sex, Etc., una revista y sitio web de educación sexual dirigida por adolescentes.

Sarah Emily Baum, de 19 años, escritora de Sex, Etc., dijo que los resultados del estudio se siente verdaderos a un nivel personal.

«Casi todas tienen una historia o un encuentro cercano así, o conocen a alguien con una historia o con un encuentro cercano de este tipo», dijo Emily Baum, de 19 años y estudiante de segundo año en la Universidad de Hofstra en Hempstead, Nueva York.

Baum, que también es escritora de Sex, Etc., recuerda que un oficial de policía invitado a hablar sobre el consentimiento sexual y la agresión sexual en su escuela se centró solo en las niñas y les dijo: «Debes asegurarte de decir que no y decirlo lo suficientemente fuerte como para que la gente lo escuche».

Se mencionó poco la responsabilidad de los niños y no se habló de agresiones entre personas del mismo sexo o incluso de las niñas como agresoras, dijo Baum, que es lesbiana.

«Si estoy en una cita con otra chica, también tengo que asegurarme de que haya un claro consentimiento y límites claros», dijo. «Va en ambos sentidos».

Fuente: https://www.univision.com/noticias/criminalidad/la-primera-experiencia-sexual-de-1-de-16-mujeres-en-eeuu-es-una-violacion-segun-estudio

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María Fernanda Ampuero: «El sentimiento más autodestructivo es querer que tus padres te quieran»

Redacción: BBC Mundo

Dinamitar por dentro la institución sagrada de la familia. Despedazarla en trozos de perversión, encierro, secretos, cicatrices.

Eso es lo que hace María Fernanda Ampuero (Guayaquil, 1976) en su brillante debut en la ficción, el volumen de relatos «Pelea de gallos», que fue destacado por el The New York Times entre lo mejor de 2018.

«Mi ideal es que sea considerado un libro de terror, el género que mejor puede contar que estamos durante 18 o 20 años a merced de estas personas —la familia—, que a su vez estuvieron a merced de otras», dice. En una especie de cautiverio feroz.

Después de casi dos décadas fuera de Ecuador, pasando por Buenos Aires y Madrid, Ampuero acaba de volver a su país con una misión grande: dirigir el Plan Nacional del Libro y la Lectura, para llevar los libros a quienes piensa que más lo necesitan.

«Fui una niña salvada por la literatura; de la soledad, del ostracismo, del sentirme freaky y rara. Me gustaría acercarla a otros niños que se sientan así», explica.

También autora de los libros de crónicas «Permiso de residencia» y «Lo que aprendí en la peluquería», María Fernanda Ampuero participará en los diálogos del Hay Festival de Querétaro con su escritura implacable y hermosa.

BBC Mundo conversó con ella antes del festival.

Portada de "Pelea de gallos", de María Fernanda Ampuero.Derechos de autor de la imagenDIANA MASSIS
Image captionPortada de «Pelea de gallos», de María Fernanda Ampuero.

«Pelea de gallos» son 12 historias de familia: un padre que permite que su hija sea abusada, una madre que castiga, un hermano que tortura… ¿Cuánto hay de ti en este libro?

Soy de una familia de clase media ecuatoriana convencional: papá trabajando, mamá en casa, dos hermanos. Desde afuera, una familia bastante modélica, pero yo creo que todas las casas son embrujadas.

Cuando tus padres no piensan en que eres un ser humano que está observando el mundo, necesitando una palabra de aliento, un consuelo o simplemente que te dirijan la mirada, estás como secuestrada, porque tienes que vivir con ellos.

Como en el síndrome de Estocolmo, los quieres ¡y quieres que te quieran! Y, tal vez, es peor querer que te quieran que querer.

¿Te refieres a desear el amor de los padres?

El sentimiento más autodestructivo es querer que tus padres te quieran. Aunque no sean abusadores, ni violentos, ni te castiguen, sino todo lo contrario, te den comida en la mesa y te lleven a un colegio.

Ellos tienen a un ser que está todo el tiempo mirando, diciendo quiéreme, dime que soy importante, lo mejor que te ha pasado en la vida, es un poco de Frankenstein: el monstruo del doctor, ese hijo que le dice «¡acéptame! ¿por qué no me aceptas si tú me hiciste?».

Me parece que hay una cosa monstruosa en la relación entre padres e hijos.

María Fernanda AmpueroDerechos de autor de la imagenGUILLERMO MORÁN
Image caption¿Qué mejor lugar que un palenque para hablar de «Pelea de gallos»?

Parece ser la voz de una niña la que habla en la mayoría de los cuentos¿Por qué eliges esa mirada?

Es la niña que no se siente del todo aceptada, que experimenta cosas extrañas que la hacen sentir como monstruosa y a la que le enseñaron que el único valor que tenía una mujer era su hermosura.

Está esa sensación de fragilidad absoluta que tienes en la infancia, cuando se está formando tu autoestima, lo que vas a ser en el futuro. Es tan fácil destruir esa espina dorsal que aún es elástica.

Narra ese momento en la niñez en el que ibas a ser más feliz, sana, coherente, amorosa, empática, y algo o alguien torció ese camino, y para mí eso es la pérdida de la inocencia. Pero creo que es algo evitable. Por eso hay muchas cosas en el libro que son como ¡mira lo que les estás haciendo a los niños!

En «Subasta«, el aclamado cuento que abre el libro, cuando la hija mostraba debilidad frente al horror de las peleas de gallos, su padre le decía «mujercita». ¿Lo escuchaste muchas veces?

Tuve un debate con un grupo de lectura, porque ellos atacaban al padre, y para mí, dentro de su ignorancia o condición de padre soltero, la única manera de salvar a su hija era diciéndole que dejara de ser lo que ella era, que se endureciera.

Por eso la niña se da cuenta de que el asco es lo único que la va a salvar de que la violen —y cubre su cuerpo con las vísceras de los gallos muertos—.

A mí me decían lo contrario, que fuera más mujercita: siéntate bien, no seas respondona, anda limpia, no seas machona.

Ensalzar la femineidad como lo único a lo que tenemos que aspirar las mujeres, así fui criada. Lo contrario de esa niña, pero ella se salva y muchas de nosotras no.

En el cuento «Nam«, cuando la niña protagonista habla de la no aceptación, dice «lo mío es lo de siempre: gorda, morena, con lentes, peluda, rara». ¿Por qué esos adjetivos?

Básicamente me definen. Es como me consideré toda la vida y es bien doloroso.

Por eso te hablaba de una familia con abuelos, tías, comidas los domingos, supuestamente normal, pero con una cantidad de violencia no física incalculable.

Que le digas a una niña de 8 años «¡Ay mijita qué gorda que está!», «¡Ay qué pena, con lo linda que es de cara!», «¡Como tuviera el pelo de su mamá!»… Toda esa mierda destruye a los niños.

Las sobremesas destruyen a los niños. Crecí pensando que si fuese delgada mis padres me querrían más.

Tengo 43 años y cada vez que voy a Ecuador, pienso: «Estoy muy gorda. Mi mamá se va a sentir decepcionada». ¡Hasta el día de hoy!

A veces hablo con mis amigos, y les digo: «¡Que he salido en el New York Times! ¡No me jodas que porque tengo cinco libras para arriba, mi mamá no me va a querer tanto!».

María Fernanda AmpueroDerechos de autor de la imagenISABEL WAGEMANN
Image caption«Crecí pensando que si fuese delgada mis padres me querrían más», admite Ampuero.

¿Te ha causado mucho sufrimiento?

Ahora va a salir en España un libro que se llama «Tranquilas», una antología de lo que vivimos las mujeres en el espacio privado y en el público, historias en primera persona.

Ahí narro algo que nunca había contado claramente: una violación.

No la denuncié porque era una persona con la que había quedado y la cosa se puso violenta. No pude hacer nada, el tipo era enorme y básicamente me violó.

¿Cuál fue mi primer pensamiento cuando me levanté de la cama y fui al baño? ¿Debo ir a la policía a denunciar o qué ganas de matarlo? No, lo que pensé fue, claro, como soy tan gorda, se sintió decepcionado y tenía que castigarme. No le resulté atractiva cuando me desnudó. Lógicamente tenía que hacerme daño.

Yo me acuerdo, y mira que llevo años en el feminismo y eso hace un contrapeso brutal en ese pensamiento, pero no es una cosa de sicópata mía, es algo que piensan muchas mujeres: «no lo dejo aunque me haya roto el brazo y la quijada porque ¿quién más me va a querer?».

Está tan arraigado en nuestro espíritu y condición, que somos nuestro primer enemigo. Por eso la frase del cuento «Nam» es clave.

Cuando sus amigos la besan, la niña de «Nam« no lo puede creer…

Siente que no se merece que la besen o la toquen, porque es desagradable a la vista. Pero yo no nací creyendo que era eso. En mi WhatsApp tengo una foto disfrazada de la Mujer Maravilla.

Hasta el día de la foto, yo pensaba que era la niña más cool, perfecta y poderosa, brillante, lo máximo, capaz de hacerlo todo, como la Mujer Maravilla. Pero al poco tiempo, alguien me dijo que con ese traje se me veía la barriga, que eso era muy feo y había que ocultarla.

No lo volví a usar y ahora es todo un statement, porque yo quisiera volver a esa niña y decirle: «Eres increíble, eres buena, compasiva, empática, eres rápida».

Pero eso no se puede. Por eso estoy tan cabreada con las familias.

María Fernanda Ampuero

Guillermo Morán
El sentimiento más autodestructivo es querer que tus padres te quieran».
María Fernanda Ampuero

¿Existe la familia feliz?

No conozco a nadie con una familia convencionalmente feliz. Tengo amigas con padre alcohólico o que las abandonó por otra señora, madres que pegaban.

No sé si los juguetes rotos nos buscamos…

Tolstoi dice que todas las familias felices se parecen y las infelices lo son cada una a su manera.

Yo creo que se parecen porque son de ficción. No creo que exista una familia feliz.

¿Y por qué será que no existen?

Todo lo que es sagrado fácilmente conduce al fascismo. Me parece extremista, fundamentalista: honrar padre y madre, la ropa sucia se lava en casa.

Es peligroso que no podamos juzgar una institución tan importante para nuestras vidas, la más importante tal vez, porque incluso si eres huérfano, esa ausencia de padre y madre es un fantasma que está penando en toda tu historia.

Por eso pasan las cosas que pasan.

¿Cómo nadie habla de que hay niñas embarazadas por sus papás, abuelos, primos? Se han hecho estudios y es así.

Todo bien con la familia, pero un momentito, si yo sé que tu hermano le pega a su mujer ¿por qué me callo?

Esa suma de secretos de familia hacen a esta sociedad de mierda.

María Fernanda AmpueroDerechos de autor de la imagenQUITO CRÓNICO
Image captionAmpuero se declara «cabreada con las familias».

Cuentos como «Coro« y «Monstruos» reflejan la desigualdad y la explotación social. ¿Por qué lo haces con tanta crueldad?

Es el germen de muchos terrores.

En el cuento «Monstruos», Narcisa es un nombre real, aunque el relato no lo sea.

Narcisa fue una niña de 10 años que le regalaron a mis padres cuando se casaron.

En un mundo lógico, razonable y amoroso, tendría que haber sido mi hermana mayor, porque ellos la adoptaron; sin embargo, era la sirvienta.

¿Por qué? ¿porque tiene otro color, otro origen? ¿cuál es la lección que me estás dando? La lección es que hay gente que no importa.

Todas esas preguntas a mí me obsesionan, esas cosas desalmadas de la clase alta.

Me ha marcado mucho pensar en la desigualdad social, tal vez por mi experiencia como migrante, en que me convertí en el otro, en el que la pasa mal.

Y ya que lo has vivido en tu piel ¿cómo resolver la situación crítica de la migración en Latinoamérica?

Yo no sé resolver nada, pero estoy muy molesta con alguna gente en el Ecuador, porque nosotros hace apenas 20 años nos fuimos todos.

El país se cayó, perdimos nuestra moneda y los aviones eran como pateras voladoras de gente desesperada por sacar a su familia adelante, porque su familia se moría y que ahorita digan que la delincuencia es culpa de los venezolanos, que el gobierno debería ser más duro. ¡Qué horror!

Es como de malagradecidos. ¡Me da tanta ira!

Hablo de esto como ecuatoriana que emigró, no podemos tener tan poca memoria y el corazón tan duro. El gran trabajo pendiente que tenemos, por una cosa de humanidad, son los exiliados de hoy.

 

Edu León
Es peligroso que no podamos juzgar una institución tan importante para nuestras vidas (como la familia)».
María fernanda Ampuero

En «Crías«, una chica se enamora de su vecino y él le revela que los hámsteres se comen a sus crías. ¿Aquí se trasluce tu mirada del amor?

Es mi gran cuento amoroso. Un amor raro, lleno de perversidad, pero al mismo tiempo me enternece que estos dos outsiders se encuentren.

Ellos son las crías de los hámsteres, que han sido masticados por sus propios padres. Son fragmentos de personas que logran eso que es tan difícil, hacer que calce tu fragmento, tu pedazo roto, con el pedazo roto de otro.

Me gusta ese amor.

Yo sé que es un libro duro y hay gente que cree que es un libro sin luz ni esperanza, pero yo veo en ellos un tipo de amor: llegar a casa, encontrar tu lugar en el mundo.

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Trabajo forzado y esclavas sexuales, las claves de la disputa histórica que mantiene enfrentados a Japón y Corea del Sur

Redacción: BBC Mundo

Durante décadas, Japón y Corea del Sur han sido grandes socios comerciales y, al mismo tiempo, los mayores aliados estratégicos de Estados Unidos en Asia oriental.

Pero en los últimos meses, esa relación ha sufrido un vertiginoso deterioro hasta el punto que este viernes se anunció la decisión de Tokio de despojar a Seúl de su estatus de socio comercial preferente.

La medida adoptada por el gobierno del primer ministro Shinzo Abe dificultará el acceso que tienen industrias que son clave para la economía de Corea del Sur, como las del automóvil o la petroquímica, para adquirir más de un millar de productos nipones.

Esta limitación se suma a una restricción previa impuesta a inicios de julio, mediante la cual Tokio puso límites a la exportación de materiales industriales que Seúl necesita para fabricar semiconductores y pantallas de visualización.

Más allá del daño que puedan causar a una relación comercial que en 2017 superó los US$82.000 millones, se teme que estas medidas generen perturbaciones en la cadena de suministro global de productos de alta tecnología, sumando un problema adicional a una economía global que parece perder fuelle.

Seúl ha amenazado con hacer que la controversia sea resuelta ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) y ha advertido que dispone de medidas que puede hacer «mucho daño» a la economía de Japón.

Sin embargo, curiosamente, esta disputa no tiene su origen en ninguna diferencia comercial sino en una controversia histórica que durante décadas ha arrojado su sombra sobre la relación entre ambas naciones.

Colonia y esclavitud

En 1910, la península coreana fue anexada por el imperio japonés a través de un polémico tratado que dio inicio a un periodo de dominio nipón que se extendió hasta el final de la II Guerra Mundial.

En las primeras décadas del siglo XX ya Japón era una potencia industrial.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEn las primeras décadas del siglo XX ya Japón era una potencia industrial.

Se trataba de la culminación de un proceso que se había iniciado en 1905 con la firma de un acuerdo impuesto por la fuerza desde Japón, mediante el cual la península se convertía en su protectorado.

A partir de entonces Tokio impuso en la península un gobierno conformado por un gobernador y por oficiales militares nombrados por el emperador.

Los ciudadanos coreanos quedaron privados de derechos elementales como la libertad de expresión y de asociación, mientras las autoridades coloniales intentaban impulsar su asimilación a través de un sistema educativo que favorecía la enseñanza del japonés y excluía la formación sobre lengua e historia coreana.

La expansión del imperio japonés y el inicio de la Segunda Guerra Mundial tuvieron fuertes consecuencias para la población coreana.

De acuerdo con fuentes surcoreanas, se estima que hasta 7,8 millones de coreanos fueron reclutados como soldados o como trabajadores esclavosdesde la etapa previa hasta el final de la guerra.

En octubre de 1945, la llegada de las tropas estadounidenses a Corea del Sur puso fin a más de tres décadas de dominio nipón.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEn octubre de 1945, la llegada de las tropas estadounidenses a Corea del Sur puso fin a más de tres décadas de dominio nipón.

Muchos fueron enviados a trabajar en minas o en fábricas de municiones a lo largo de Asia, mientras otros tuvieron que combatir en las filas del Ejército nipón.

Las mujeres, sin embargo, tuvieron un destino distinto, incluso peor. Decenas de miles de ellas fueron forzadas a trabajar en prostíbulos creados para satisfacer a los soldados japoneses.

Eran llamadas «mujeres de confort» y se estima que hubo unas 200.000 de ellas, incluyendo coreanas, chinas y filipinas.

De las mujeres surcoreanas que fueron convertidas en esclavas sexuales del Ejército nipón solamente quedan vivas menos de 50.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionDe las mujeres surcoreanas que fueron convertidas en esclavas sexuales del Ejército nipón solamente quedan vivas menos de 50.

No eran prostitutas. Eran esclavas sexuales.

Muchas fueron secuestradas y obligadas a tener relaciones sexuales con los soldados durante años.

La disputa por las reparaciones

Después del final de la II Guerra Mundial, el gobierno de Corea del Sur buscó que Japón pagara algún tipo de compensación por el daño infligido a estos trabajadores.

Así, en el acuerdo para el restablecimiento de relaciones diplomáticas firmado por ambos países en 1965, Tokio aceptó pagar US$300 millones en ayudas y US$200 millones de préstamos para Corea del Sur.

Esos fondos, sin embargo, no fueron a parar a manos de aquellos trabajadores que habían sido esclavizados sino que fueron utilizados por el gobierno militar que entonces regía el país para la construcción de autopistas, fábricas y acueductos.

No sería sino hasta finales de la década de 1980, después de que Corea del Sur logró democratizarse, cuando muchos de los que habían sido sometidos a trabajos forzados acudieron a la justicia para buscar ser resarcidos.

Una sentencia contra Nippon Steel & Sumitomo Metal abrió el camino para otras decisiones adversas a las empresas japonesas.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionUna sentencia contra Nippon Steel & Sumitomo Metal abrió el camino para otras decisiones adversas a las empresas japonesas.

Aquellas primeras demandas fueron introducidas ante juzgados de Japón, que terminaron desechándolas con el argumento de que las compensaciones ya habían sido pagadas tras el acuerdo de 1965.

Allí se señala textualmente que todos los reclamos relacionados con la era colonial se consideran «resueltos de forma completa y definitiva».

Ante el rechazo de las cortes japonesas, a partir del año 2000 las demandas comenzaron a ser presentadas ante tribunales en Corea del Sur.

Allí los juicios tampoco prosperaron inicialmente. Sin embargo, en 2004 un tribunal ordenó al ministerio de Exteriores de Corea del Sur a hacer públicos los documentos relacionados con el acuerdo de 1965.

Posteriormente, esto llevó a la creación de una comisión nacional que estudio el tema, la cual concluyó que el tratado no incluía las compensaciones por los «actos ilegales en contra de la humanidad».

Además señalaba que gran parte de los US$300 millones que había pagado Japón debieron haber sido entregados a las víctimas del trabajo esclavo.

Como consecuencia de todo este proceso, el gobierno de Corea del Sur terminó distribuyendo después unos US$547 millones entre unas 72.600 personas.

Gigantes industriales como Nissan están incluidos en las demandas que revisa la justicia surcoreana.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionGigantes industriales como Nissan están incluidos en las demandas que revisa la justicia surcoreana.

Pese a todo, hubo muchas víctimas que no recibieron nada.

Las cosas dieron un giro en 2012, cuando la Corte Suprema dictaminó que quienes fueron sometidos a trabajo forzado tenían derecho a demandar a las empresas japonesas y ordenó a los tribunales inferiores revisar decisiones anteriores a la luz de ese fallo.

Esa sentencia encendió las alarmas en el propio gobierno surcoreano y llevó al ministerio de Exteriores a emitir una opinión en la que advertía al máximo tribunal acerca de una «catástrofe irreversible», en caso de que se autorizara la incautación de bienes pertenecientes a las empresas japonesas.

El Ejecutivo surcoreano temía ser considerado como un país que desconoce los acuerdos internacionales y que rompe sus promesas.

Muchos años pasaron antes de que la Corte Suprema volviera a decidir sobre este tema hasta que finalmente, en octubre de 2018, emitió un fallo a favor de Lee Chun-shik, un nonagenario surcoreano que en su adolescencia fue llevado a Japón para trabajar como esclavo en la fabricación de acero.

Esa empresa para la que trabajó se llama Nippon Steel & Sumitomo Metal y es en la actualidad la mayor fabricante de acero de Japón, con propiedades en muchas partes del mundo, incluyendo una participación valorada en unos US$9,6 millones en NPR, una acería en Corea del Sur.

Moon Jae-inDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl gabinete del presidente surcoreano, Moon Jae-in, se reunió de emergencia este viernes tras el anuncio de las medidas tomadas por Japón.

Aunque aquella decisión de la Corte Suprema solamente ordenaba el pago de US$89.000 para Lee y para las familias de otros tres demandantes, el fallo abrió la puerta a otras decisiones similares.

En noviembre del año pasado, hubo dos sentencias similares en contra de Mitsubishi Heavy Industries, mientras que hay una decena de casos que se ventilan en tribunales inferiores en contra de unas 70 empresas japonesas, entre las cuales hay verdaderos gigantes mundiales como Nissan, Toshiba o Panasonic.

Así las cosas, las demandas de los surcoreanos que fueron esclavizados van dirigidas en contra de los grandes de la industria japonesa.

Una probable explicación de por qué, más allá del costo económico de estas compensaciones, esta disputa entre Japón y Corea del Sur tiene muchos componentes de historia y de orgullo nacional.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-49210374

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