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Prepara desde casa el temario de Bachillerato con YouTube

Por: Educación 3.0.

 

El alumnado de Bachillerato y Ciclos Formativos que se está preparando para presentarse a la prueba de acceso a la universidad debe planificar con tiempo y tranquilidad las materias de las que tendrán que examinarse. Para ayudarles, proponemos cinco canales de YouTube que les permitirán preparar las diferentes asignaturas de cara a la EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad) y EvAU (Evaluación para el Acceso a la Universidad).

Mates con Andrés

Ofrece clases virtuales de matemáticas a los alumnos de 4º de ESO y Bachillerato. Gran parte de sus vídeos están dedicados al temario de Matemáticas II de 2º Bachillerato y preparaciones para la EvaU: ejercicios de ecuaciones, álgebra, geometría o vectores. También ofrece consejos para fomentar a la tranquilidad y disminuir el estrés en época de exámenes.

Unboxing Philosophy

Entre los cuatro bloques de los que se compone este canal se encuentra el dedicado a la Historia de la Filosofía para segundo de Bachillerato. Propone vídeos como ‘Cómo hacer un comentario de texto y estudiar para Filosofía’ o ‘Aristóteles: Alma y Lógica’ (también incluye ética, política del autor y relaciones con otros como Platón). Además, desglosa detalle a detalle las teorías de Marx, Kant, Descartes y Nietzsche, importantes para la EvaU.

Breaking Vlad

Imparte clases particulares de Química en 4º de ESO y Bachillerato. Resuelve exámenes de Selectividad (antigua EvaU) de distintos años, explica teorías categorizadas en niveles, propone ejercicios prácticos y comparte algunas curiosidades sobre la disciplina. Su canal tiene más de 100.000 suscriptores y sus vídeos suman un total de 9 millones de visitas.

El profesor inquieto

Juan Jesús, autor de este canal, es profesor de Historia de Secundaria y Bachillerato. Prepara contenidos de Historia del Arte, Historia de España e Historia Contemporánea para ayudar al alumnado a enfrentarse a la asignatura durante el curso y en la prueba de acceso a la Universidad. Sus explicaciones son únicamente de audio (sin imágenes): en ellas, va detallando todas las fechas, causas y consecuencias de los distintos sucesos y movimientos artísticos que entran en el temario.

LenGuay

Actualiza el contenido de la materia de Lengua Castellana a diario y realiza vídeos especiales dedicados a las situaciones actuales a las que se enfrentan los estudiantes (por ejemplo, la situación del alumnado con el parón de clases por Coronavirus). Enseña paso a paso a realizar un buen comentario de texto lingüístico, adjunta ejemplos de exámenes de EvaU, explica algunas funciones sintácticas y da los pasos para hacer textos argumentativos.

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/bachillerato-con-youtube/

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Si te escandalizan las colas en las guarderías tienes que ver lo que está pasando en China

Asia/China/20 Enero 2020/elcofidencial.com

Millones de padres chinos están dispuestos a todo con tal de que su hijo pueda acabar en una buena universidad. Y lo que se les pide a los niños no es mucho menos

En China, la carrera por entrar en los mejores colegios o universidades es una competición despiadada. No lo es tanto en España, ni mucho menos, pero la larga cola que hacían unos padres a la puerta de Santa Bernardita en Madrid para conseguir una plaza para sus hijos recuerda a la obsesión que se vive en el gigante asiático por la educación.

Con una clase media en China en constante crecimiento, que esta década pasará de los 430 a los 780 millones de personas, acceder a una de las universidades más prestigiosas del país se percibe como la llave para ascender de clase social. Millones de padres están dispuestos a todo: desde dilapidar los ahorros de toda la familia hasta cambiarse a una casa diminuta para estar cerca de un buen colegio. A los hijos no se les exige menos: agendas de ministro y renunciar a su vida personal desde que nacen.

De los pañales a los libros

«En ciudades como Shanghái uno debe empezar a planificar la educación de su hijo antes de que nazca. Es mucho mejor elegir, por ejemplo, una guardería privada. Aunque son caras, con dos años los niños ya tienen un profesor nativo que les enseña inglés», explica Qi Ruifang, una mujer de 36 años que trabaja en una empresa de logística.

Esta madre y su marido no dudaron en inscribir a su hija en una guardería privada al poco de que naciese. Están convencidos de que esta elección ha sido decisiva para que la niña lograse entrar en una escuela de primaria de élite. Con solo seis años, Xuan Xuan tuvo que enfrentarse a su primera entrevista para ser admitida. No era de trabajo, pero bien lo parecía. Qi recuerda cómo madre e hija pasaron días repasando sus conocimientos de matemáticas, inglés y chino para impresionar a la maestra encargada de seleccionar a los nuevos alumnos.

Ahora que la pequeña está admitida la presión no disminuye. «Con seis años tiene que quedarse hasta las 10 de la noche para terminar todos los deberes. Al menos son tres horas de estudio más al día después del colegio. Los caracteres es una de las tareas más arduas. Son muchas horas y su padre y yo tenemos que ayudarla todas las noches», reconoce Qi Ruifang con resignación.

Las clases sustituyen el tiempo de juego

Meimei no sabe lo que es levantarse un fin de semana y perder el tiempo viendo la televisión y yendo a jugar al parque con sus amigos. Solo tiene diez años pero su agenda se parece más a la de un CEO al mando de una empresa que a la de una niña de su edad. Nada más desayunar tiene que vestirse corriendo para asistir a su primera clase del día: danza. Luego tiene piano y por la tarde pintura.

«Los fines de semana se consagran a actividades más creativas, mientras que entre semana tiene que asistir a clases de cálculo, chino y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)», explica Sarah, una madre de 40 años que vive en Cantón. Para Meimei la diversión queda relegada a unos minutos antes de acostarse y a un rato el domingo por la tarde. Parece un buen entrenamiento para una sociedad en la que el 9-6-6, trabajar de nueve a seis de la tarde seis días a la semana, es una filosofía bastante extendida.

«Mi prioridad es que mi hija reciba la mejor educación posible y no me importa sacrificar una gran parte de nuestro presupuesto en esto», dice Sarah, que confiesa gastar 1.200 euros en clases extraescolares al mes para su hija. «He abandonado la idea de tener un segundo hijo hace años. Es demasiado tiempo y dinero. Prefiero dedicar todos mis esfuerzos en uno para que pueda llegar más lejos», concluye Sarah.

A pesar de que el gobierno ha intentado en estos últimos años disminuir la presión que viven los niños reduciendo la carga lectiva, la situación no ha hecho más que empeorar ya que los padres han aprovechado este vacío para llenarlo aún más con clases extraescolares.

Y mientras la obsesión de los padres por la educación aumenta también lo hacen las cifras millonarias que suma este negocio. Según ha publicado la agencia de noticias china Xinhua en 2016, más de 137 millones de estudiantes (de un total de 180 millones) asistían a clases extraescolares. Se calcula que el volumen de negocio en este país podría superar los 100.000 millones de euros al año.

Las ‘xuequfang’

Desde que nació su hija, Hualing tenía claro que la llevaría a las mejores escuelas de Shanghái. Cuando se puso a buscar vio que las que tenía cerca de su barrio no estaban mal, pero ella quería la mejor. Fue entonces cuando Hualing y su marido decidieron invertir en una ‘xuequfang’, es decir, un apartamento en una zona con colegios buenos. «Primero tuve que vender mi casa. Después convencí a mis padres de que vendieran la suya y se fuesen a vivir a las afueras a un apartamento más pequeño», explica Hualing. La pareja sacrificó los ahorros familiares para mudarse a un piso de 60 metros cuadrados en el centro de Shanghái por el que pagaron 1.2 millones de euros.

Los ‘xuequfang’ existen en toda China, pero principalmente se concentran en megaurbes como Pekín, Shanghái y Cantón. Aunque estos pisos no son una garantía para entrar a la escuela deseada, su precio no ha dejado de aumentar en los últimos años. En Shanghái la diferencia de precio entre una ‘xuequfang’ y otro piso cerca al que no le toca el colegio puede ser de más de 5.000 euros el metro cuadrado», explica Fenfang, una profesora que invirtió en uno de ellos hace años.

En ocasiones, en estos pisos que literalmente se traducen por «escuela, zona, casa» ni siquiera viven los padres. «A veces no miden más de 15 metros cuadrados. Son cuatro muros y un techo pero merece la pena pagar por ellos con tal de que tu hijo pueda estudiar donde quieras», dice Fengfang. Tanto ella como Hualing están convencidas de que mereció la pena gastar esa suma de dinero.

Pensar la universidad en la guardería

Calles cortadas, cámaras de vigilancia, toma de las huellas dactilares e incluso sistemas de reconocimiento de retina. No es una película de ciencia ficción, sino una imagen habitual en muchos de los centros donde cada año millones de alumnos se examinan del ‘gaokao’ o la prueba de acceso a la universidad en China.

Uno de estos centros está en Maotanchang. Esta localidad se ha hecho famosa por alojar a más de 8.000 madres que cada año se mudan con sus hijos para acompañarlos en el tortuoso proceso del ‘gaokao’. Detrás dejan a sus maridos, que continuarán trabajando para poder financiar los gastos ese año. Durante el año de preparación, las madres asumen el papel de entrenadoras personales, disponibles 24 horas al día para que sus hijos no pierdan ni un solo segundo de estudio.

La presión es también brutal para los hijos. Angie, productora en la provincia de Anhui, lo recuerda como una pesadilla: «Medio año antes del ‘gaokao’ tenemos que estudiar de domingo a domingo. Vas a clase de ocho de la mañana a nueve de la noche y cuando vuelvas a casa cenas y sigues estudiando hasta medianoche».

Numerosos expertos llevan años advirtiendo de las consecuencias negativas que un proceso tan exigente puede tener para la salud mental de los hijos. Para Joán, un español casado con una mujer china y con más de diez años en el país, la decisión está clara. «Este año nos volvemos a España. Jugar y experimentar es tan importante como estudiar. No quiero que mi hija se críe en un entorno con tanta presión», dice convencido este empresario.

Muchos padres en China se han hecho eco de esta advertencia y han optado por buscar un modelo alternativo enviando sus hijos al extranjero. Una opción que cada vez es más popular pero que no deja de estar restringida a solo unos pocos privilegiados.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-01-20/guarderias-asia-china-largas-colas-overbooking_2409247/

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Gobierno de Brasil anuncia plan para llevar internet a 24.500 escuelas públicas

América del sur/Brasil/07 Noviembre 2019/Sputniknews

El Gobierno de Brasil anunci en un comunicado un plan para llevar internet a 24.500 escuelas públicas de todo el país.

El Ministerio de Educación indicó en el comunicado que el objetivo del programa Educación Conectada es «democratizar el acceso a internet de calidad» y que serán beneficiadas «24.500 escuelas públicas urbanas».

Internet

El Gobierno invertirá 82,6 millones de reales (20,5 millones de dólares) y espera beneficiar a 11,6 millones de estudiantes de 4.545 municipios brasileños.

El ministro de Educación, Abraham Weintraub, explicó en rueda de prensa que uno de los objetivos del plan es crear «condiciones iguales para todos» para que a medio plazo la prueba de acceso a la universidad sea en línea.

El Examen Nacional de la Enseñanza Media es la prueba unificada que todos los estudiantes brasileños deben realizar si quieren acceder a una universidad pública.

Hasta ahora se realiza en papel, pero el Gobierno hará una prueba piloto digital en 2020 y espera que el examen esté totalmente digitalizado en 2026.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201911051089203874-gobierno-de-brasil-anuncia-plan-para-llevar-internet-a-24500-escuelas-publicas/

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Argentina: Discapacidad e inclusión en la universidad

América del Sur/Argentina/ 25 Octubre 2019/Página 12.

La Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y el gremio docente Feduba realizaron un encuentro para abordar la problemática de la discapacidad y el acceso a la universidad, con la participación del ex diputado nacional y ex vicejefe de Gabinete Jorge Rivas.

“La idea de discapacidad no debe olvidar la diversidad de las personas y la necesidad de su inclusión”, dijo Rivas, y agregó que a la mayoría de las personas con discapacidad se les dificulta acceder a un trabajo digno y que así como “el Siglo 20 fue muy valioso en cuanto a los avances en materia legal, en el Siglo 21 debemos trabajar para materializar esos derechos”.

Federico Montero, secretario general de Feduba, se refirió a la necesidad de reconstruir nuestro país bajo un paradigma de expansión de derechos y agregó: “Incorporar la cuestión del acceso a la universidad es nuestro compromiso. Hay elementos físicos que se transforman en una barrera que también es pedagógica y los docentes debemos formarnos en esos temas”.

Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras, señaló que «la universidad no puede quedarse con el discurso de necesidad de inclusión, sino que todas las facultades tienen que devenir en inclusivas. El compromiso de la inclusión debe ser interseccional».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/226596-discapacidad-e-inclusion-en-la-universidad

Imagen:https://images.pagina12.com.ar/styles/focal_3_2_960x640/public/media/articles/25120/img-5486-0.JPG?itok=SUW

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Estados Unidos: El futuro de los exámenes. Cómo la selectividad lo va a cambiar todo

América del norte/Estados Unidos/30 Mayo 2019/Fuente: El confidencial

A partir de ahora, las pruebas de acceso a la universidad no solo tendrán en cuenta las calificaciones de los estudiantes sino también su contexto social y económico

El jueves 16 de mayo, el College Board (Junta de Universidades) estadounidense anunció una novedad en su sistema de acceso a la educación superior que puede marcar un antes y un después en esta clase de pruebas. El SAT (Scholastic Aptitude Test), que alrededor de dos millones de alumnos realizan cada año, será complementado con un nuevo test que sitúa al alumno en su contexto social y económico, a través de una puntuación del cero al 100 que evalúa las resistencias que ha tenido que vencer a lo largo de su carrera. Como apuntó ‘The Wall Street Journal‘, el medio que publicó la noticia, “una puntuación de un 50 es intermedia. Por encima muestra dificultades, por debajo, privilegio”.

El test fue bautizado por el periódico como “prueba de adversidad”, para horror del College Board, que ha corrido rápidamente a pedir que no se utilice dicho término y tiene como objetivo poner de relieve la influencia de las desigualdades sociales y económicas que existen a lo largo del país. La mayoría de pruebas más o menos equivalentes, como en España la EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad), suele limitarse a corregir de manera anónima los resultados de cada estudiante. Lo cual no quiere decir que el contexto del estudiante sea un ángulo muerto; simplemente, se analiza a través de otros cauces, generalmente más relacionados con cada centro. Pocas veces se habían puesto en relación de forma tan directa las puntuaciones de un examen de este calado y el contexto del alumno, quizá porque, como han manifestado sus críticos, nunca antes había sido tan evidente la injusticia latente en estas pruebas.

Una joven logró ingresar aunque no destacaba en sus notas, porque al ponerlas en contexto, estaba muy por encima de la media de su clase

La prueba tiene en cuenta 15 variantes a través de datos obtenidos de agencias como el censo o el FBI, divididas en tres grupos: entorno familiar, entorno vecinal y entorno del centro. En el primer grupo, se valora la mediana de ingresos, si el hogar es monoparental, el nivel educativo de los padres y si su lengua materna es el inglés; en el segundo, la tasa criminal, los niveles de pobreza, el valor inmobiliario y el nivel de empleo; en el tercero, si optan a comedor gratis, cuántos cursos de apoyo están disponibles y el tipo de centro al que acudieron los estudiantes. Como explicó un poco para salir del paso en ‘Fox News‘ el CEO de la organización, David Coleman, “no es ni una prueba de adversidad ni un nuevo enfoque radical”. “Cuando añadimos contexto a los exámenes SAT —como los relacionados con sus barrios o institutos—, podemos comprobar el esfuerzo del estudiante para que sea tenido en cuenta. Así, pueden ir a la universidad, encaminarse a la clase mediay cumplir el sueño americano”.

Las notas no son accesibles para los estudiantes y sus familias, pero sí para los responsables de ingresos de cada universidad, que son los que valoran quién accede y quién no. “Una joven mujer blanca del Misisipi rural fue recientemente admitida por una universidad con la que trabajamos, aunque no sobresalía por su nota en el examen”, explicó Coleman. “Pero cuando la universidad observó su puntuación, era 400 puntos más alta que la media del centro”. Fue gracias al Environmental Context Dashboard (ECD) (el nombre oficial que recibe esta prueba, algo así como `panel de contexto ambiental’) como consiguió ser seleccionada en un centro al que no habría podido acceder por su simple rendimiento en el examen.

La Harkness Memorial Tower de la Universidad de Yale. (iStock)

La Harkness Memorial Tower de la Universidad de Yale. (iStock)

A diferencia de lo que ocurre con las universidades públicas españolas, donde es la nota de la EBAU junto a la de Bachillerato la que determina el acceso a un centro u otro, en EEUU cada centro puede elegir su propio criterio para elegir a los estudiantes. No es casualidad que este test, que lleva en pruebas desde 2017 en 50 universidades distintas, haya salido a la luz apenas dos meses después de uno de los mayores escándalos en los procesos de admisiones a centros como Yale, Stanford, Georgetown o UCLA, donde las familias pagaban grandes sobornos a los seleccionadores para garantizar que sus hijos ingresaban en dichos centros.

‘Excusatio non petita…’

Las pruebas de adversidad o paneles de contexto ambiental han sido recibidos con recelo por un gran sector de la comunidad académica y expertos educativos, básicamente porque son un reconocimiento implícito de que los exámenes favorecen a los sectores más privilegiados de la sociedad y que no hacen nada por atajar esta situación introduciendo cambios en los exámenes en sí y en las pruebas de acceso a la universidad. “Hoy, lo mejor que hace el SAT es predecir quién es más rico”, señala sin medias tintas en ‘The Washington Post‘ la columnista negra Christine Emba.

El hijo de un matrimonio de drogodependientes se consideraría más privilegiado que el descendiente de una madre soltera

“Los estudiantes en el 5% más rico consiguen de media 388 puntos más que aquellos cuyas familias se encuentran en el 20% inferior”, recuerda. Teniendo en cuenta que el SAT se calcula sobre una puntuación de 1.600, el nivel socioeconómico de las familias supone casi una diferencia del 25%. Como consecuencia, la mayoría de los que acceden a las universidades de élite se hallan en el 5% superior. “La nueva herramienta es la confirmación del College Board de que el SAT ha fracasado como una medida holística a la hora de medir si alguien es apto para una universidad”. Emba se pregunta si esta herramienta será utilizada para replantear los exámenes o simplemente como una excusa que permita que las cosas sigan igual.

Otra crítica son los factores que tiene en cuenta, y que pasan por alto algunas cuestiones individuales clave. Como recuerda la decana asociada para Igualdad y Justicia de la Universidad de Pittsburgh, Leigh Patel, el hijo de un matrimonio en que uno de los miembros (o los dos) es adicto a las drogas o al alcohol se consideraría más privilegiado que el descendiente de una madre soltera. Es de lo que se lamentaba Robert Schaeffer, director educativo de la organización FairTest, que recordaba que “ajustar mentalmente las notas basadas en la procedencia de un estudiante y los obstáculos que ha superado es habitual, pero es este intento de hacerlo de manera cuantitativa lo que da pie a muchos otros problemas”.

Foto: iStock.

Foto: iStock.

Tampoco tiene en cuenta dinámicas como la gentrificación, es decir, el residente de un barrio en pleno proceso de subida de precios probablemente se considerará más privilegiado que los residentes en otras zonas más baratas pero con menos presión de precios. El test no tiene en cuenta en absoluto la raza del estudiante, algo que ha recibido las críticas de algunos participantes, mientras que otros lo han despreciado como un intento de introducir por la puerta de atrás cuotas raciales. Por ahora, las universidades estadounidenses están enfrentándose como pueden al aluvión de preguntas de los padres, pues aún hay una gran incertidumbre sobre el alcance de esta medida. Se prevé que en el próximo curso llegue a 150 universidades más.

¿Una buena idea?

No todo son críticas, y hay quien considera que, a pesar de sus defectos, es la mejor de las malas soluciones. Es el caso de Richard D. Kahlenberg, miembro sénior de la fundación The Century y autor de libros como ‘The Remedy: Class, Race and Affirmative Action‘ o ‘A Smarter Charter‘, que formó parte de los grupos de discusión que dieron pie a la medida y que recuerda que “incluso una puntuación de adversidad imperfecta es mejor que fracasar a la hora de tener en cuenta las dificultades que muchos estudiantes deben superar”.

Algunos centros han decidido ignorar las notas de las pruebas de acceso y centrarse en factores como el ensayo personal o la carta de recomendación

Como recuerda, “un estudiante que ha conseguido un 1.200 en el SAT a pesar de haberse criado en un barrio con altos niveles de criminalidad tiene más potencial a largo plazo que un estudiante que los consiguió teniendo acceso a los mejores colegios privados y tutores personales”. Es la vieja guerra entre igualdad y equidad, es decir, entre tratar a todos los estudiantes por igual obviando su contexto personal y social o proporcionarles oportunidades en función de otros factores como su esfuerzo personal. Si bien cada vez se realizan más esfuerzos para adaptar los currículos a las necesidades educativas de los alumnos, pruebas estandarizadas como la selectividad tienen el mismo planteamiento para todos los alumnos, pues se da por hecho que el resto de factores están reflejados en la nota del título de Bachillerato, donde la evaluación continua juega un papel clave.

Como respuesta a esta situación, algunos centros americanos han decidido prescindir de las notas del SAT como criterio de acceso, al considerar que no reflejan las capacidades reales de los estudiantes, y decantarse por otras alternativas como el ensayo personal (que tiene una gran importancia en las universidades americanas) o las cartas de recomendación. Lo cual plantea nuevas dudas: ¿no resulta aún más ventajoso para los estudiantes privilegiados una carta de recomendación de un profesor que una nota aparentemente objetiva? Sobre todo, ¿es humanamente posible crear un sistema de evaluación capaz de reflejar la habilidad, crecimiento, esfuerzo y contexto de cada uno de los alumnos?

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-05-28/futuro-examenes-selectividad_2038198/

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El desafío de ser universitario de escasos recursos

 Autor: Christian Guijosa / Fuente: Observatorio ITESM

Mientras que para los universitarios de clases media y alta es provechoso estudiar y trabajar al mismo tiempo, para los alumnos de clase baja resulta ser un obstáculo más en su formación profesional, sugiere una investigación realizada por la Universidad de Georgetown, EE. UU. ¿A qué se debe esta discordancia?

Según el reporte Balancing Work and Learning: Implications for Low-Income Students, los estudiantes estadounidenses de escasos recursos necesitan trabajar largas jornadas y generar ingresos en empleos alejados de sus áreas de estudio, como cafeterías o restaurantes de comida rápida, además de cumplir con la demandante carga académica. A diferencia de los alumnos de familias de estratos sociales medio y alto que gozan de apoyo económico y pueden realizar prácticas laborales más provechosas.

Puntos clave del reporte

  • En EE.UU. existen 14 millones de universitarios que combinan el estudio y el trabajo, de los cuales 6 millones son de escasos recursos, y  de estos 3.5 millones son mujeres.
  • El 60% de estudiantes de escasos recursos que trabajan más de 15 horas semanales obtienen calificaciones más bajas (C o menos, de acuerdo al sistema de calificación estadounidense) a comparación de sus similares de clases medias y altas (B o más).
  • El 14% de los estudiantes con mayores ingresos tiene pasantías bien remuneradas en campos profesionales de STEM, negocios o atención médica, en comparación del 6% de los estudiantes de bajos ingresos que se emplean en actividades como el de servicio de alimentos, ventas o apoyo administrativo.
  • Los estudiantes de bajos ingresos son menos propensos a completar su carrera universitaria.
  • En Estados Unidos el 69% de los estudiantes de bajos ingresos se matricularon en la universidad en el 2015, en comparación con el 83% de los estudiantes de mayores ingresos.
  • Al menos en Estados Unidos, es menos probable que los estudiantes de bajos ingresos tengan seguridad financiera, como cuentas corrientes o de ahorro, y es más probable que elijan tarjetas de crédito para pagar sus estudios. Los estudiantes de mayores ingresos a menudo tienen acceso a más herramientas financieras y es más probable que dependan de préstamos estudiantiles para pagar su carrera.

¿Cómo rectificar el camino?

Aunque los datos anteriores representan la realidad educativa de Estados Unidos, la problemática es global. Las universidades necesitan asesorar de mejor forma a los estudiantes acerca de qué tipos de experiencias laborales tienen más probabilidades de producir resultados positivos. Los estudiantes deben ser guiados para sincronizar mejor lo que están estudiando con los trabajos y con sus objetivos profesionales a largo plazo.

Por otro lado, se debe enfocar más atención en construir conexiones más sólidas entre la educación y el trabajo a partir de los niveles educativos previos a la universidad.

Es cierto que los expertos educativos demandan mayor conexión entre el trabajo y la educación superior; la mayoría de los empleos de nivel inicial requieren una rica combinación de habilidades y experiencia laboral. En este escenario ¿dónde quedan los estudiantes de escasos recursos si viven atados a deudas y trabajos ajenos a sus intereses profesionales?

Sin duda, para un estudiante de nivel socioeconómico bajo es más complicado tener acceso una carrera universitaria y lograr aprovecharla. Las instituciones educativas, gobiernos y los empleadores necesitan colaborar para crear experiencias educativas más equitativas.

Fuente del Artículo:

https://observatorio.itesm.mx/edu-news/el-desafio-de-ser-universitario-de-escasos-recursos

ove/mahv

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Chile: ¿Cómo está cambiando la presencia de las mujeres en la Universidad?

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