Pakistán: El pueblo en el que las chicas pueden hablar de su regla

Asia/Pakistán/26 Septiembre 2019/El país

En Pakistán, la menstruación sigue siendo un tabú. Hajra Bibi lucha contra el estigma en el entorno rural fabricando en casa miles de compresas caseras

En su pequeño local de Booni, en el noroeste de Pakistán, Hajra Bibi lucha contra remotos tabúes. Con su máquina de coser a manivela, fabrica compresas en un país donde el ciclo menstrual todavía es un tema prohibido. «Respondo a una urgencia», afirma esta madre de familia de 35 años, delante de su pequeña mesa de trabajo. Se siente «orgullosa» de actuar «para las necesidades básicas de las mujeres de (su) sociedad».

En su mano, Hajra Bibi tiene una de sus compresas higiénicas, de uso único. Larga y gruesa, está confeccionada con bandas de algodón envueltas en plástico, y recubierta con un tejido blanco. Tiempo de confección: 20 minutos. Precio de venta: 20 rupias (10 céntimos de euro). Cantidad producida: miles en menos de dos años. «Antes, las mujeres de Booni no tenían ni idea de lo que eran las compresas«, comenta.

Según un estudio realizado en 2013, sólo 17% de las paquistaníes las utilizaban entonces. Pero la ONG local AKRSP en colaboración con Unicef, enseñó a Hajra Bibi a confeccionar este producto íntimo.

Esta actividad en torno a un tema tabú dio un vuelco a la existencia de la comunidad de este pequeño pueblo de montaña, cercano a Afganistán. «Al principio, la gente me preguntaba por qué hacía esto. Algunos me insultaban», explica Hajra Bibi, que cuenta con el apoyo de su marido, en silla de ruedas tras un accidente.

Ahora, «en el pueblo, las chicas pueden hablar de su regla», comenta satisfecha la mujer. Bushra Ansari, la coordinadora de AKRSP que formó a Bibi, lo confirma: «El programa cambió completamente» la vida de las mujeres de Booni. El ciclo menstrual suscitaba hasta entonces misterio y cierto asco, como en otras zonas rurales paquistaníes. «La percepción es que una chica que tiene la regla no puede cocinar», afirma. Una serie de creencias populares rodean también la cuestión. «Se les dice que no tienen que lavarse durante esos días», y eso genera «infecciones urinarias y del aparato reproductor», insiste esta doctora.

Sin compresas higiénicas, las mujeres tenían que utilizar «trozos de tela mojados», ya que no podían ponerlos a secar en el exterior debido a la presión social, recuerda Ansari. «Y si había tres chicas en una misma familia, utilizaban todas los mismos trozos de tela», lamenta la doctora Wassaf Sayed Kakakhail, lo que favorece la «transmisión de enfermedades».

Las compresas se fabrican con una máquina de coser a manivela.
Las compresas se fabrican con una máquina de coser a manivela. AAMIR QURESHI

La educación sexual es inexistente en el norte de Pakistán, región particularmente conservadora. Las escuelas no abordan el tema. Según un sondeo realizado en 2017 por Unicef, la mayoría de jóvenes paquistaníes interrogadas ignoraban lo que era el ciclo menstrual antes de tenerlo. «Algunas adolescentes nos dijeron que pensaban que tenían un cáncer o una enfermedad muy grave, que las hacía sangrar», recuerda Kakakhail.

La situación es diferente en las ciudades, donde internet ha derribado tabúes milenarios, sobre todo entre los más ricos. En Karachi (sur), megalópolis de 20 millones considerada la ciudad más liberal del país, las compresas son fáciles de adquirir, aunque son caras. Muchas mujeres sin embargo se sienten mal con las miradas de los vendedores cuando van a comprarlas y envían a sus maridos. Como explica Sajjad Ali, un vendedor: «Algunos vienen a comprarlas de noche. Otros prefieren comprarlas en otro barrio».

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/17/planeta_futuro/1568718168_286352.html

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UNESCO: Niños y niñas de un club sobre cuestiones de género en Etiopía confeccionan toallas sanitarias

África/Etiopía/27 Junio 2019/UNESCO

Tenaye Ashenafi no tuvo muy buena experiencia con sus primeras reglas. Regresó a su casa corriendo después de haber sido ridiculizada por sus compañeros de escuela, y le mostró a su madre su ropa manchada de sangre.

Su madre le dio unos pedazos de “gabi”, una mantita tradicional de algodón para que la utilizara durante sus periodos menstruales. “Ni siquiera mi madre conocía las toallas sanitarias”, dijo Tenaye.

Al igual que Tenaye, son muchas las niñas que se ven obligadas a ausentarse de la escuela durante sus periodos menstruales. La menstruación es un tema tabú y a las niñas se les estigmatiza y discrimina a menudo durante sus periodos. Esta situación impide que reciban los consejos adecuados que podrían ayudarlas para hacer frente a los problemas vinculados con la pubertad. En Etiopía, solo el 54% de las niñas completan su ciclo de educación primaria, y muchas abandonan los estudios debido a los dolores u otros inconvenientes durante sus reglas, según un informe del UNICEF de 2017.

Clubes sobre cuestiones de género

Simret Getaneh entró como docente de matemáticas en la misma escuela que Tenaye en 2015. Participó en una formación sobre pedagogía sensible a las cuestiones de género organizada en el seno de la escuela en el marco de un proyecto llevado a cabo por la UNESCO en Etiopía. La formación reforzó las capacidades de los docentes al hacer hincapié en la manera de incluir las diferentes consideraciones sobre el género, tanto en los cursos y las actividades de aprendizaje en las aulas como en las actividades extracurriculares.

Poco después, Simret comenzó a liderar un club sobre cuestiones de género que permanecía inactivo. “Aquí, la mayoría de los alumnos pertenecen a familias con bajos ingresos”, afirma Simret. “No tienen los medios para comprar toallas higiénicas.” En el marco del proyecto es la escuela la que proporciona las toallas higiénicas, así como otros productos y materiales sanitarios.

Después de haber manchado otra vez su ropa, Tenaye se dirigió a Simret quien la incitó para que participara en el club para que obtuviera información sobre la menstruación y las toallas higiénicas. Simret le explicó a los miembros del club cómo servirse de estas toallas y cómo confeccionarlas mediante retazos de telas y otros materiales para poder utilizarlas de nuevo. Las niñas escogen el color de sus telas, las cortan como es debido y las cosen juntas. Algunas cosen incluso sus nombres en sus toallas higiénicas.

Implicar a los niños

Simret incitó a los niños para que se unieran al club. Había aprendido durante una formación que para que un entorno escolar fuera sensible a las cuestiones de género debía involucrar lo mismo a las niñas que a los niños. Muchas cosas han cambiado en la escuela: antes, los niños se sentaban separados en las aulas, y ahora, ayudan a las niñas a confeccionar en el club sobre cuestiones de género sus toallas higiénicas reutilizables.

Merid, de 17 años de edad, es miembro del club sobre cuestiones de género. Ha participado en una formación sobre competencias para la vida cotidiana en el marco del proyecto, en la que se informó sobre la igualdad de género, fundamentalmente sobre el papel que desempeñan niños y hombres. “Me gusta trabajar con las niñas y ayudarlas a reducir el costo de sus toallas higiénicas, pues así no tienen que preocuparse por esto y pueden concentrarse en el éxito de sus estudios”, afirma Merid.

Formar a los docentes-tutores

En la escuela primaria Ras Desta, a las niñas se les obliga a menudo a dejar la escuela por un matrimonio precoz o concertado. Simret garantizó un acompañamiento continuo de las niñas, hablándoles de los matrimonios precoces y de la importancia de terminar sus estudios. “El abandono escolar debido a los matrimonios precoces ha disminuido gracias a las actividades del club sobre cuestiones de género”, revela Simret. “Muchas niñas escogen continuar su educación.”

Los 117 docentes, de los cuales 56 son mujeres, de la escuela primaria Res Desta, han recibido formación en pedagogía sensible a las cuestiones de género. Simret forma parte de los numerosos docentes que han tenido una influencia significativa en las niñas y su educación, según Merinda Teklu, directora del centro escolar. “La mayoría de las niñas se ausentan de la escuela durante sus reglas porque no tienen los medios para comprar toallas higiénicas, pero ahora han aprendido a confeccionarlas y han sido supervisadas como es debido en la escuela.”

La escuela de Tenaye y Merid forma parte de las escuelas que participan en el proyecto, y muestra haber alcanzado resultados prometedores. Cada vez son más las niñas que aprueban sus exámenes nacionales de primaria. La tasa de las niñas que han completado el ciclo de educación primaria se ha incrementado en un 10% en un año, entre el curso escolar 2016-2017 y el 2017-2018. Entre ellas, tres niñas se han beneficiado con una beca, una ventaja que antes solo estaba reservada a los niños.

El proyecto llevado a cabo en el marco del Fondo Fiduciario UNESCO-HNA en Etiopía tiene como objetivo mejorar la calidad y la pertinencia de la educación de las niñas adolescentes, y de lograr que todas las niñas puedan tener acceso a un ciclo de educación completo en el que puedan evolucionar con éxito para tener una vida mejor.

El proyecto ha sido puesto en marcha por la Oficina de enlace de la UNESCO en Etiopía, en el marco de la Alianza UNESCO-HNA para la educación de las niñas y las mujeres. El Instituto Internacional de la UNESCO para el Reforzamiento de las Capacidades en África (IIRCA) proporciona un apoyo técnico en el reforzamiento de las capacidades institucionales con miras a la integración de las cuestiones relativas al género en la educación, la pedagogía sensible a las cuestiones de género y la educación de los docentes.

Imagen tomada de: https://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/menstrual-pads-gender-club-ethiopia-c-genaye_eshetu.jpg?itok=bCYMqkwv

Fuente: https://es.unesco.org/news/ninos-y-ninas-club-cuestiones-genero-etiopia-confeccionan-toallas-sanitarias

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