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ACNUR pide 296 millones de dólares para asistir a refugiados de Burundi

África/Burundi/17 Enero 2019/Fuente: La Vanguardia

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lanzó hoy una petición para conseguir este año 296 millones de dólares con el fin de asistir a 345.000 refugiados de Burundi desplazados en países vecinos y con problemas de acceso a necesidades básicas.

Estos refugiados, huidos de Burundi por la inestabilidad política que atraviesa desde 2015, se han asentado en Tanzania, la República Democrática del Congo (RDC), Uganda y Ruanda, y su situación es una de las más olvidadas y con más problemas de financiación globalmente, destacó en rueda de prensa el portavoz de la ACNUR Charlie Yaxley.

«Los niños, que componen más de la mitad de esta población refugiada se llevan la peor parte», destacó Yaxley, que señaló que mujeres y niñas sufren altos niveles de explotación, violencia sexual y de género.

Viviendas sin las adecuadas condiciones de salubridad, aulas masificadas para los niños que tienen acceso a la educación, falta de acceso a medicinas o reducciones en las raciones alimentarias (impuestas por las autoridades en RDC, Tanzania y Uganda) son algunos de los problemas que atenazan a estos refugiados.

El portavoz subrayó que cierta estabilización en Burundi ha permitido que 57.000 refugiados hayan regresado al país desde mediados de 2017, aunque persisten problemas de seguridad y dudas sobre la situación de los derechos humanos, y como media unas 300 personas siguen huyendo cada día de la nación africana.

La ACNUR subraya que las condiciones no son aún las suficientes para promover un retorno generalizado de las poblaciones desplazadas, aunque asiste a aquellos que desean volver de forma voluntaria y urge a los gobiernos de la zona a «garantizar que ninguno regresa contra su voluntad», recordó Yaxley.

El pasado año la agencia solicitó una partida superior para estos refugiados, por valor de 391 millones de dólares, pero sólo consiguió un 35 % de esa cantidad, por lo que para 2019 urge a la comunidad internacional a adoptar un mayor compromiso.

Burundi sufre una alta inestabilidad política y social desde la oleada de protestas desatada en abril de 2015, cuando el presidente, Pierre Nkurunziza, anunció que se presentaría por tercera vez consecutiva a las elecciones, algo prohibido que violaba los acuerdos que acabaron con una larga guerra civil en 2005.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/politica/20190115/454156193304/acnur-pide-296-millones-de-dolares-para-asistir-a-refugiados-de-burundi.html

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Unicef y Acnur lanzan concurso «Mi Nacionalidad Tiene Cuento» para escuelas de todo el país

América del Sur/Chile/PrensaUnicef

La iniciativa busca abordar, como tema central, el derecho de todos los niños y niñas a tener una nacionalidad y promover la conversación sobre este derecho al interior de las salas de clases, valorando la diversidad de nacionalidades y previniendo la discriminación.

“Mi Nacionalidad Tiene Cuento” es la iniciativa conjunta de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que invita a los niños y niñas de entre 5° y 8° básico de los establecimientos educacionales de todo el país a participar con historias sobre su nacionalidad.

La iniciativa busca abordar, como tema central, el derecho de todos los niños y niñas a tener una nacionalidad y promover la conversación sobre este derecho al interior de las salas de clases, valorando la diversidad de nacionalidades y previniendo la discriminación.

“Tener una nacionalidad es un derecho humano y un elemento fundamental de la identidad, que se relaciona con muchas preguntas de la vida cotidiana que las personas nos hacemos, por ejemplo, ¿quién soy? ¿dónde nací? ¿de dónde son mis padres? Todas las personas tenemos derecho a tener una nacionalidad, sin embargo todavía hay más de 10 millones de personas en el mundo a quienes se les vulnera este derecho, las personas apátridas”, señaló Delfina Lawson, Jefa del ACNUR en Chile.

En tanto, la Oficial de Protección de UNICEF, Candy Fabio, señaló que esta iniciativa permitirá que los niños y niñas, junto a sus profesores reflexionen en torno al derecho a tener una nacionalidad y en cómo ésta los constituye como personas. “Esperamos que este concurso permita visibilizar la importancia de tener una nacionalidad y el aporte y riqueza que cada niño o niña con su propia cultura hace en sus propios entornos”.

El concurso considera muy especialmente el rol central que poseen los establecimientos educacionales a la hora de informar y acompañar a los niños y niñas en la reflexión sobre sus derechos. Por eso busca fomentar la conversación dentro del aula en torno a temáticas tan contingentes como el ejercicio de derechos, la no discriminación, las migraciones, el desplazamiento, la apatridia y la nacionalidad. Para participar, cada establecimiento educacional deberá seleccionar un máximo de 10 cuentos escritos por sus estudiantes y enviarlos a través de la página web www.minacionalidadtienecuento.cl.

Los estudiantes ganadores verán sus cuentos plasmados en una publicación final y asistirán a la premiación oficial en la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), organizada por la Cámara Chilena del Libro. Asimismo, tantos ellos/as como sus establecimientos educacionales recibirán una recopilación de libros de la Colección Infantil y Juvenil de Ediciones SM Chile.

Cabe señalar que el concurso “Mi Nacionalidad tiene Cuento”, es patrocinado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, la Subsecretaría de Derechos Humanos y la Defensoría de los Derechos de la Niñez; y auspiciado por la Cámara Chilena del Libro, la Feria Internacional del Libro (FILSA), Ediciones SM Chile y agencia digital SUMA. Asimismo, cuenta con la colaboración de la red de diarios ciudadanos “Mi Voz”.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/08/30/unicef-y-acnur-mi-nacionalidad-tiene-cuento-para-escuelas-de-todo-el-pais/

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ONU: Cuatro millones de niños refugiados no van a la escuela

ONU / 2 de septiembre de 2018 / Autor: Noticias ONU / Fuente: News UN

Solo el 61% recibe educación primaria, cifra que cae al 23% en secundaria y al 1% en la universidad.  ACNUR pide más apoyo para los países en desarrollo, que acogen a un 92% de los refugiados en edad escolar.

Cuatro millones de niños refugiados, más de la mitad del total, están sin escolarizar, según un informe de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados.

Según el informe ‘Invertir la Tendencia: la Educación de los Refugiados en Crisis’, la matriculación de niñas y niños refugiados en la escuela no logra seguir el ritmo al aumento de población refugiada y, de hecho, se ha incrementado en medio millón el número de menores sin acceso a la educación en el último año.

A finales de 2017 había más de 25,4 millones de personas refugiadas en el mundo, de las que 19,9 millones se encontraban bajo el mandato de ACNUR. Más de la mitad son niños, de los que 7,4 millones están en edad escolar.
La educación es un medio para ayudar a que las niñas y niños sanen, pero también es fundamental para la reconstrucción de sus países”, dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Sin educación, el futuro de estos niños y niñas y de sus comunidades se verá irremediablemente perjudicado”.
Solo el 61 % de las niñas y niños refugiados acude a la escuela primaria, en contraste con la tasa global, del 92%. A medida que las niñas y niños refugiados van creciendo, esta brecha se hace más profunda. Solo el 23 % de ellos cursan estudios de secundaria, frente al 84%  global.

A nivel de educación universitaria, la brecha se convierte en un abismo. Solo un 1% de los jóvenes refugiados logra asistir.

“Hemos visto que la cifra de refugiados que va a la universidad no ha mejorado en los últimos años, pese a todos los esfuerzos”, explica Ita Sheehy, especialista en educación de ACNUR. “Es esperanzador que cada vez más refugiados tienen las cualificaciones para ir a la universidad, pero desafortunadamente no tenemos los fondos para ayudarles a entrar”.

La Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes contemplaban la matriculación en 2017 de 500.000 niños y niñas sin acceso a la educación.  Esta cifra se logró, pero el número total de refugiados ha crecido tanto, que los porcentajes no mejoran.  “Es un reflejo de la dramática situación mundial”, explica Sheehy.  Un niño refugiado tiene cinco veces más probabilidades de no asistir a la escuela.

Dos hermanos amantes de la robótica

UNHCR/Encarni Pindado

 

Jason y Kevin Gonzalez son amantes de los robots. En una escuela en Guatemala, los hermanos se inscribieron al taller de robótica. Ambos lograron el primer puesto en la competencia nacional de robótica dentro de sus respectivas categorías “Teníamos todo lo que un niño podría querer”, dijo Jason, de 14 años.  “Y de pronto, tuvimos que dejar atrás la vida que conocíamos”.

Al igual que miles de personas refugiadas del Norte de Centroamérica, Jason, su hermano de 11 años y su padre huyeron de la violencia de las pandillas en Guatemala, y se dirigieron al norte, a México.

De acuerdo con el reporte de Tendencias Globales de ACNUR, para finales de 2017, el número de personas solicitantes de asilo y refugiadas de la región llegó a más de 294.000, un 58% más que el año anterior; y 16 veces más personas que a finales de 2011.

Una vez que cruzaron la frontera a Tapachula, en el sur del estado de Chiapas, la familia solicitó la condición de refugiado y los niños se dedicaron a retomar su educación.

Sin embargo, no era tan fácil. “La primera escuela en la que intentamos inscribirlos, no aceptó a mis hijos”, dijo Andrés, el padre de los niños. “Ellos dijeron que era por falta de espacio, pero nosotros sentimos que tenía más que ver con el hecho de que éramos extranjeros, centroamericanos”.

Siete meses después, a los tres se les otorgó la condición de refugiado y se inscribieron en un programa de ACNUR que reubica a estas personas en “espacios de integración” en el norte y el centro de México. La familia González se unió a casi 400 refugiados que han comenzado una nueva vida en Saltillo, estado de Coahuila.

En su nueva escuela, los hermanos González destacaron rápidamente. Jason solo tenía su diploma de escuela primaria de Guatemala, pero pudo tomar un examen de conocimiento estandarizado para comenzar el tercer año de la escuela secundaria en agosto de 2018. “De esta manera, terminaré la secundaria en un año y podré recuperar el tiempo que perdí cuando tuvimos que huir de Guatemala”, dice.

Aunque Jason era nuevo, sus maestros y compañeros de clase reconocieron su talento y lo hicieron capitán del equipo en un concurso de ciencias local, «Knowledge Jeopardy». Ganaron el primer lugar.

Los hermanos dicen que, en el futuro, quieren trabajar juntos.  “Quiero ser el jefe de mi propia empresa, donde produciremos dispositivos electrónicos y robots de alta tecnología”, dice Jason. “Quiero ser un científico como Albert Einstein o Nikola Tesla. Quiero hacer muchas cosas, no puedo esperar”.

Asistir a la escuela local

Los países en desarrollo acogen al 92% de la población refugiada en edad escolar de todo el mundo. Son países que tiene dificultades para garantizar una educación de calidad a su propia población”, dice la experta de ACNUR, que pidió más apoyo de la comunidad internacional para los sistemas de educación nacional de estos países de acogida.

ACNUR aboga por inscribir a los niños refugiados en las escuelas locales, que tienen controles de calidad y donde les otorgan certificaciones homologadas que les sirvan de trampolín de cara a la universidad o la formación profesional superior.

“Hemos visto una y otra vez que la calidad es peor, los fondos se acaban y los niños salen sin una certificación”, asegura Sheely. “Tras pasar tres, cinco, incluso diez  años en una escuela paralela los niños tienen muy poco con lo que seguir adelante”.

Fuente de la Noticia:

https://news.un.org/es/story/2018/08/1440612

ove/mahv

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Cuatro millones de niños refugiados no reciben educación

29 Agosto 2018/Fuente: Noticel

Unos cuatro millones de niños refugiados en el mundo no van actualmente a la escuela,  denunció hoy la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en un nuevo informe.

El estudio «Invertir la Tendencia: la Educación de los Refugiados en Crisis» publicado hoy por la organización, revela que, pese a los esfuerzos de los gobiernos, de ACNUR y de las organizaciones socias, la matriculación de niños refugiados en la escuela no logra seguirle el ritmo al aumento de la población refugiada.

A finales de 2017 había más de 25.4 millones de personas refugiadas en el mundo, 19.9 millones de las cuales se encontraban bajo la tutela de ACNUR.

Más de la mitad de esta población estaba formada por niños, 7.4 millones de ellos en edad escolar, indicó ACNUR.

Sin embargo, solo el 61 % de la niñez refugiada frecuenta la escuela primaria, frente a una tasa de inscripción global del 92 %.

A medida que los niños refugiados crecen, esta brecha se hace más profunda, ya que casi dos tercios que van a la escuela primaria no logran inscribirse en la secundaria.

Solo el 23 % de la infancia refugiada va a un instituto de educación secundaria en comparación con una tasa mundial del 84 %, explica ACNUR en su informe.

En la educación terciaria, la brecha se convierte en abismo, indica la organización de la ONU.
La tasa global de inscripción en institutos de educación superior se sitúa en el 37 %, mientras que apenas el 1 % de los refugiados tiene acceso a la misma oportunidad educativa, un dato que no ha cambiado en los últimos tres años.

«La educación es un medio para ayudar a que las niñas y niños sanen, pero también es fundamental para la reconstrucción de sus países», señaló en un comunicado el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.

«Sin educación, el futuro de estos niños y niñas y de sus comunidades se verá irremediablemente perjudicado», añadió.

El informe resalta los avances conseguidos con respecto a los compromisos que asumieron los países en la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes para matricular en la escuela en 2017 a 500.000 niños que antes no tenían acceso a la educación, pero al mismo tiempo pide que se haga más para garantizar que todas las personas refugiadas obtengan la educación de calidad que merecen.

«La escuela es el primer lugar en meses e incluso años en donde las niñas y los niños refugiados pueden encontrar un poco de normalidad», manifestó Grandi.

«Según las tendencias actuales, a menos que se hagan inversiones urgentes, otros cientos de miles de niñas y niños refugiados se sumarán a estas desalentadoras estadísticas», insistió.

ACNUR insta por ello a los países de acogida a inscribir a las niñas y los niños refugiados en los sistemas educativos nacionales, con un currículo apropiado en cada etapa de la escuela primaria y secundaria, de tal forma que las calificaciones reconocidas sean un trampolín para la universidad o la educación vocacional superior.

Además, señala que los países de regiones en desarrollo acogen el 92 % de la población refugiada en edad escolar de todo el mundo y por tanto necesitan un apoyo financiero más sostenido por parte de la comunidad internacional.

Asimismo, la agencia de la ONU insta a forjar alianzas más fuertes con el sector privado, las organizaciones humanitarias y de desarrollo, y los gobiernos, a fin de incrementar las soluciones sostenibles para la educación de los refugiados.

Fuente: https://www.noticel.com/mundo/cuatro-millones-de-ninos-refugiados-no-reciben-educacion/787783216

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Los países de la OCDE priorizan la educación para mejorar la inclusión de migrantes y refugiados

OCDE / 8 de julio de 2018 / Autor: Informe GEM / Fuente: Blog de la Educación Mundial

Hay una avalancha de informes recién salidos sobre migrantes y refugiados. La Perspectiva Internacional de Migración 2018, el informe de la OCDE sobre corrientes y políticas migratorias, se publicó la semana pasada. Reflejando el tono del último informe de la ACNUR sobre el aumento del número de desplazados por la fuerza, el Informe de la OCDE muestra que, el año pasado, una de cada diez personas que vivían en países de la OCDE había nacido en el extranjero y que habían llegado alrededor de 5 millones de nuevos migrantes permanentes. Además, el número de trabajadores extranjeros temporales y de estudiantes internacionales han alcanzado niveles sin precedentes.

La Perspectiva se centra en la integración del mercado laboral, que está indiscutiblemente ligada a la educación, por ejemplo, la medida en que los inmigrantes hablan el idioma de su país de acogida o cuan reconocidas son las calificaciones y habilidades con las que llegan. Si bien puede ser inadecuado describir la inclusión simplemente en términos de la medida en que un recién llegado puede acceder al mercado laboral, es importante hacer hincapié en garantizar que no experimenten frustración al desperdiciarse sus habilidades.

Las habilidades lingüísticas se consideran cruciales para la integración

Muchos países de la OCDE se centran en las habilidades lingüísticas para ayudar a los migrantes y refugiados recién llegados a integrarse en sus sociedades. Así como las iniciativas nacionales mencionadas en el nuevo informe de la Red Europea de Migraciones, el informe de la OCDE menciona otras, como Dinamarca, que considera que las habilidades lingüísticas son tan importantes que proporcionan incentivos para que migrantes y refugiados las adquieran. Otros, como Austria, la República Checa, Noruega y Polonia, en cambio, están haciendo que los exámenes lingüísticos sean un elemento obligatorio para ciertas decisiones en materia de permisos.

Mejorar el reconocimiento de las calificaciones

A pesar de tener niveles de educación relativamente altos en comparación con los nativos en el país de acogida, los trabajadores extranjeros en la zona OCDE se concentran en ocupaciones poco calificadas, a menudo porque sus habilidades y calificaciones no se reconocen. La Perspectiva nos dice que, en promedio, uno de cada tres migrantes con educación terciaria está sobre calificado. Esto es aproximadamente 12 puntos porcentuales más que para los nativos.

El reconocimiento de las calificaciones formales “sigue desarrollándose” en la región. Los esfuerzos en este sentido rinden frutos. No tiene sentido que personas calificadas vivan en un país y que éste no les deje usar sus habilidades. En Luxemburgo, por ejemplo, una nueva ley simplificó el procedimiento de reconocimiento y creó registros de títulos profesionales y de calificaciones. Del mismo modo, varios países de la OCDE, como Noruega, están desarrollando sistemas para ayudar a reconocer las calificaciones profesionales.

Ayudar a los niños a unirse a los sistemas educativos nacionales

international migration outlook 2Entre los migrantes más vulnerables se encuentran claramente los niños, que según el Informe “a menudo pueden tener dificultades para integrarse con suficiente rapidez en los sistemas escolares después de su llegada”. Para evitar largos períodos de educación interrumpida, el tercer borrador del Pacto Mundial sobre Refugiados contiene una meta lúcida sobre este tema: “Se movilizará más apoyo financiero directo y esfuerzos especiales para minimizar el tiempo que los niños y niñas refugiados pasan fuera de la educación, idealmente un máximo de tres meses después de su llegada”.

Luxemburgo, que ya pone el ejemplo en este sentido, introdujo cambios en agosto del año pasado que extendieron los programas de educación multilingüe a la educación de la primera infancia con la ayuda de cupones de servicios de atención. De manera similar, Suecia presentó un nuevo Proyecto de Ley de Presupuesto este año que hace obligatoria la educación preescolar y está llevando a cabo una revisión para buscar formas de aumentar la asistencia de los niños recién llegados.

En Noruega, se introdujo una enmienda a la Ley de Educación, que especifica que todos los niños tienen derecho a la educación primaria y secundaria inferior a más tardar un mes después de su llegada. Y en Lituania, una enmienda de mayo del año pasado ayuda a los niños solicitantes de asilo a cumplir su derecho a la educación preescolar y preprimaria en los tres meses posteriores a la presentación de una solicitud de asilo.

Varios países también están tomando medidas adicionales para garantizar que los menores no acompañados puedan acceder a sus derechos. En Chile, se ha creado una visa especial sin costo para ayudar a los niños a acceder a la educación independientemente de la situación de la visa de sus padres, por ejemplo. Y hay iniciativas para ayudar a aquellos que han llegado tarde al sistema educativo de su país de acogida. Suecia ha realizado varios cambios, incluido el suministro de planes de estudio individuales para los niños que los siguen de una escuela a otra.

Pero lo que este Informe no cubre es lo que se enseña a los niños y hasta qué punto la educación, per se, es un bien dado. Hablar el idioma local y encontrar un empleo remunerado puede ser una ventaja, pero no significará nada si hay actitudes discriminatorias.

El próximo Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, que se publicará el 20 de noviembre, examinará los sistemas educativos de todo el mundo para ver dónde se establecen las escuelas e instituciones para migrantes y refugiados, y para garantizar que estas iniciativas iniciales, y más prácticas, que están llevando a cabo los miembros de la OCDE en este informe den frutos. Regístrese para recibirlo cuando se publique.

Fuente del Artículo:

Los países de la OCDE priorizan la educación para mejorar la inclusión de migrantes y refugiados

ove/mahv
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Bangladesh: Maestra trabaja horas extra para darle a un grupo de chicas rohingyas la oportunidad de aprender

Bangladesh/24 de Marzo de 2018/Por: Caroline Gluck

Alinesa tuvo un comienzo tardío en su propia educación. Ahora es una profesora dedicada, y su intención es ayudar a que las jóvenes refugiadas tengan la educación que necesitan.

Desplazada de su tierra natal cuando era niña, Alinesa fue a la escuela por primera vez cuando tenía 11 años, y rápidamente recuperó el tiempo perdido. Ahora tiene 32 años y se convirtió en maestra y defensora de la educación para refugiados, especialmente niñas.

Alinesa huyó de Myanmar con su familia hace 26 años y halló asilo en el distrito costero de Cox’s Bazar, en el sudeste de Bangladesh. Creció allí en el asentamiento de refugiados de Kutupalong, aprovechando las oportunidades educativas que no tuvo en su patria.

Cuando se enteró de que maestros voluntarios estaban organizando nuevas clases nocturnas para los refugiados rohingyas recién llegados, no dudó en inscribirse.

“Tenía muchas ganas de enseñarles”, explica. “Eran de nuestras comunidades y no tuvieron la oportunidad de ir a la escuela. Sentí una gran responsabilidad de enseñarles… Podrían ser nuestros parientes, nuestros vecinos. Quería ayudar”.

El 55 por ciento de los casi 700.000 nuevos refugiados rohingyas son niños. Esta gente huye de la violencia que ocurre en el norte del estado de Rakhine desde agosto. Los factores que limitaron severamente su acceso a la educación incluyen la pobreza, la exclusión social y la inseguridad.

“Sentí una gran responsabilidad de enseñarles… Podrían ser nuestros parientes, nuestros vecinos”.

Alinesa, madre de dos hijos y el único sostén de su familia, dicta clases diurnas en una escuela para niños rohingyas nacidos y registrados en Kutupalong, un asentamiento de refugiados establecido hace más de 25 años. Por la noche, ella enseña otras dos clases de 40 estudiantes en la cercana Ideal Primary School, dirigida por CODEC, socio de ACNUR, también en Kutupalong.

Muchas escuelas y centros temporales de aprendizaje en los asentamientos para refugiados ahora operan en tres turnos. El último turno, conocido como la clase de la tarde, atiende a los refugiados recién llegados. Entre ellos se encuentra Rosina Akhter, de 12 años, que nunca antes había ido a la escuela.

“Estoy muy feliz de tener la oportunidad de estudiar”, dice tímidamente. “No sabía leer ni escribir antes de venir aquí. Ahora estoy aprendiendo”.

Ella explica que su pueblo no contaba con una escuela. La inseguridad y la falta de dinero no le permitieron a ella y a sus hermanos ir a la escuela.

Además, es muy común en Myanmar que las niñas no vayan a la escuela y que ayuden a sus padres con negocios o fincas. Desde que fue aceptada como estudiante, Rosina dice que nunca faltó a clase. Ella ahora sueña con convertirse en maestra como Alinesa.

Por su parte, Alinesa dijo que sus nuevos alumnos son aún más entusiastas que sus otros alumnos. “Tienen un fuerte deseo de aprender porque carecen de oportunidades para ir a la escuela en Myanmar”.

“Mis alumnos pueden aprender y enseñar a otros en su comunidad”, agregó. “Pueden crecer y convertirse en líderes de su comunidad para mostrarles un camino a los demás. Con suerte, cuando se conviertan en adultos, podrán tener más oportunidades”.

Conforme a un informe del ACNUR, solo el 61 por ciento de niños refugiados en todo el mundo están matriculados en la escuela primaria, el 23 por ciento en secundaria y el uno por ciento en educación terciaria.

Esta historia se presenta en “Her Turn” (“Ahora les toca a ellas”), un nuevo informe del ACNUR que revela que las niñas refugiadas en el nivel secundario tienen la mitad de probabilidades de matricularse en la escuela que sus pares hombres, a pesar de que las niñas constituyen la mitad de la población refugiada en edad escolar. 

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/maestra-trabaja-horas-extra-para-darle-a-un-grupo-de-chicas-rohingyas-la-oportunidad-de-aprender/

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7 años de conflicto en Siria: “una colosal tragedia humana”

Siria/12 de Marzo de 2018/ACNUR

El incesante sufrimiento de la población civil siria pone de relieve una vergonzosa falta de voluntad política y el descenso a nuevos mínimos en el prolongado conflicto de Siria, que este mes alcanza un deprimente séptimo aniversario, lamentó hoy el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.

“Estos siete años de guerra nos han dejado una colosal tragedia humana. Por el bien de los supervivientes, ya es hora de poner fin a este devastador conflicto. No hay ganadores claros en esta insensata búsqueda de una solución militar, pero resulta fácil ver quién pierde: el pueblo de Siria”, añadió.

Siete años de enfrentamientos se han cobrado cientos de miles de vidas, han forzado a 6,1 millones de personas a huir de sus hogares dentro de Siria y han obligado a 5,6 millones de refugiados a buscar seguridad en los países de la región.

Las condiciones de vida a las que se enfrenta la población civil en Siria son peores que nunca, ya que el 69% languidece en la pobreza extrema. La proporción de familias que gastan más de la mitad de sus ingresos anuales en alimentos ha aumentado hasta alcanzar el 90%, mientras que los precios de los alimentos son en promedio ocho veces más altos que los niveles previos a la crisis. Alrededor de 5,6 millones de personas se ven expuestas a situaciones que amenazan su vida en términos de seguridad, derechos básicos o condiciones de vida, y requieren asistencia humanitaria urgente.

ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, y sus socios humanitarios están haciendo todo lo posible para brindar ayuda a las personas en situación de necesidad extrema en el país, pero el acceso a la población en las zonas sitiadas y de difícil acceso sigue siendo, desgraciadamente, insuficiente. El convoy humanitario que llevó ayuda a las personas sitiadas en Duma, en Guta Oriental, el pasado 5 de marzo supuso un positivo avance. Sin embargo, los continuos bombardeos obligaron a los camiones a salir de la zona antes de que la mitad de los alimentos destinados a la población hambrienta pudieran ser descargados y nuestros intentos por volver se han visto frustrados.

Tanto ACNUR como otros actores humanitarios se hallan preparados y deseosos de poder hacer entrega de ayuda básica a los cientos de miles de personas que la necesitan desesperadamente, dentro de Guta Oriental y de otras zonas sitiadas del país.

“Incluso en la guerra, hay reglas que todas las partes deben respetar. En Siria, hasta la posibilidad de huir de zonas en conflicto en busca de seguridad en otras partes del país está disminuyendo. Se debe garantizar el acceso de la ayuda humanitaria a las personas que la necesitan, así como la seguridad de quienes desean huir en busca de refugio, proteger a toda costa a personas e infraestructuras civiles,como hospitales y escuelas”, declaró Grandi.

Mientras tanto, la peligrosidad de la situación dentro de Siria ha apagado las esperanzas de millones de refugiados sirios que viven en Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Irak, y que sueñan con regresar a su casa cuando las condiciones de seguridad lo permitan.

“Mientras los combates en algunas zonas de Siria sigan siendo tan cruentos como hasta ahora, es comprensible que los refugiados tengan aún demasiado miedo para regresar”, dijo Grandi. ACNUR ha comenzado los preparativos para prestar asistencia a los retornos, pero la situación de seguridad deberá mejorar considerablemente antes de que estos puedan tener lugar.

En espera de ello, las condiciones de millones de sirios en el exilio son cada vez más difíciles, ya que en su gran mayoría viven por debajo del umbral de la pobreza. Más de tres cuartas partes de los refugiados en zonas urbanas de Jordania y el Líbano no pueden cubrir sus necesidades básicas en materia de alimentación, vivienda, salud o educación.

El porcentaje de los niños y niñas refugiados que asiste a la escuela ha aumentado en los últimos años; sin embargo, el 43% de los 1,7 millones de refugiados sirios en edad escolar sigue sin tener acceso a la educación. Los sistemas nacionales de educación pública en los países de acogida recurren a dobles turnos de clases para acomodar a los estudiantes sirios y precisan de mayor apoyo.

“Si bien la atención se centra en la devastación que sufre Siria, no debemos olvidar el impacto de la guerra sobre las comunidades de acogida en los países vecinos, ni los efectos que tantos años de exilio han tenido en la población refugiada”, recalcó Grandi. “Mientras no haya una solución política al conflicto, la comunidad internacional deberá aumentar sus contribuciones a los países de acogida”.

El Alto Comisionado hizo referencia también a la próxima conferencia internacional Apoyo al futuro de Siria y la Región, que tendrá lugar en Bruselas los días 24 y 25 de abril, sobre la que afirmó que debe concluir en un compromiso firme de proporcionar mayor apoyo financiero y al desarrollo.

La ayuda de los donantes ha sido generosa durante los años de conflicto, pero se precisa mucha más. En diciembre del año pasado, las agencias de la ONU y cerca de 270 ONG socias dieron a conocer el Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia (3RP) para 2018, que prevé un presupuesto de 4.400 millones de dólares para apoyar tanto a la población refugiada como a las comunidades que los acogen. Sin embargo, la brecha entre las necesidades y los recursos disponibles sigue siendo amplia. En 2017, la respuesta humanitaria internacional captó únicamente la mitad de los fondos que requería.

El Alto Comisionado se encuentra actualmente en el Líbano, donde a lo largo de tres días se reunirá con altos funcionarios del gobierno y con algunos de los cerca de un millón de refugiados sirios registrados que viven en el país. Grandi elogió la generosidad del país por acoger casi al mismo número de sirios que toda Europa en su conjunto, pero advirtió de que la insuficiencia de apoyo internacional está aumentado la vulnerabilidad de los refugiados y las comunidades que los acogen.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/7-anos-de-conflicto-en-siria-una-colosal-tragedia-humana/

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