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México: En las escuelas, más de 70% de homosexuales sufren acoso

México / 22 de febrero de 2017 / Por: Carolina Gómez Mena / Fuente: http://www.jornada.unam.mx

Se calcula que en México “75 por ciento de los hombres homosexuales y 50 por ciento de las mujeres homosexuales, así como 66 por ciento de individuos transexuales, en algún momento de su vida sufrieron bullying (acoso) homofóbico en las aulas. Esto se manifestó con burlas, insultos, golpes y abuso sexual, tanto en instituciones públicas como privadas”.

En el foro Educación sexual para una sociedad incluyente en México, organizado por la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Femess), la sicoterapeuta Ana María Vizcaino Guerra señaló, en entrevista con La Jornada, que en las escuelas del país el tema de la diversidad sexual sólo se aborda de “manera tangencial.

Está de manera muy incipiente el tema de la diversidad sexual. Estuve revisando los libros de texto y otros materiales que tiene la SEP, y este tema prácticamente no se aborda. Ahí se habla de la convivencia y el respeto al otro por sus preferencias, pero no sólo de la diversidad sexual, sino de la diversidad cultural y de otras condiciones sociales. Debería ser más específico el tratamiento, señala.

Precisó que omitir o ignorar ese tópico genera un terreno propicio para el acoso y la incomprensión de este sector del alumnado, acciones que muchas veces ni siquiera son frenadas por los maestros o directivos escolares, pero sí provocan tragedias.

Insultos y agresiones físicas

Datos de la Unesco refieren que a escala internacional el acoso homofóbico se expresa con insultos, agresiones físicas y discriminación; es generado por compañeros e incluso profesores de escuelas públicas y privadas, siendo más frecuente entre alumnos de secundaria. Esto genera depresión, soledad, miedo, intentos de suicidio y daños autoinflingidos.

La homofobia social ha inducido a generar homofobia internalizada que provoca un riesgo suicida en los adolescentes homosexuales de tres a seis veces más que en los heterosexuales y se vincula con el rechazo familiar.

Para contribuir a la comprensión de la diversidad sexual desde la infancia, a partir de un enfoque científico, Osmar Matsui Santana, presidente de la Femess, aseguró que debe haber una educación formal integral e incluyente de la sexualidad, que respete la diversidad, sin hacer omisiones.

Médico y sexólogo con doctorado en salud pública por la Universidad de California en Berkeley, explicó que desde la infancia se deben dar los elementos para decidir con responsabilidad sobre la propia vida sexual, y así evitar riesgos biosicosociales y mejorar la calidad y plenitud de vida de todas las personas.

Vizcaino Guerra, maestra en educación especial y sicopedagogía clínica, precisó que los adultos en la escuela no deben hacer caso omiso del acoso homofóbico; tienen que frenarlo y procurar un ambiente de respeto.

Añadió que para abordar el tema de la diversidad sexual en la escuela los maestros y directivos deben recibir capacitación y las autoridades, establecer políticas más claras.

Subrayó que los jóvenes con preferencias sexuales diferentes a las heterosexuales son muy agredidos, incluso verbalmente, lo cual causa un daño acumulativo.

Indicó que en países más desarrollados estos aspectos son parte de la educación que reciben los niños, tanto en el caso de la diversidad sexual como en lo referente a sexualidad en general.

Pero aquí somos muy cerrados. A veces estamos impregnados por un catolicismo muy atrasado y por formas y valores que hacen que nos asuste mucho abrir ciertos temas.

Subrayó que en este aspecto también tiene mucha importancia la familia, es decir, la forma en que los padres transmiten ciertas actitudes hacia diversos sectores e incluso las omisiones que se hagan en estos aspectos.

En general indicó que hay poca apertura para tratar temas de sexualidad con los hijos, pese a la importancia en la vida y convivencia. Insistió en la importancia de inculcar no sólo de manera declarativa, sino también con el ejemplo, la tolerancia, la inclusión y el respeto.

Fuente noticia: http://www.jornada.unam.mx/2017/02/20/sociedad/037n1soc

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Cómo enseñar a tu hijo a no resignarse cuando le tratan mal

Por: Olga Carmona

La indefensión aprendida se produce cuando el niño asume que haga lo que haga, no puede cambiar la realidad que le rodea.

La indefensión aprendida es un estado psicológico que consiste en no hacer nada para evitar el sufrimiento o la situación dolorosa o aversiva (desagradable). Es decir, la víctima se “resigna” al maltrato y no hace nada para evitarlo porque ha adquirido la creencia de que nada de lo que haga cambiará el resultado.

Fue el psicólogo Martin Seligman quien, a través de unos experimentos con perros a los que sometía a choques eléctricos, formuló por primera vez el término. Algunos de estos pobres animales podían cortar la electricidad dando un golpe con el hocico, otros no. Estos últimos recibían el choque hicieran lo que hicieran. Los perros cuyo comportamiento evitaba la descarga se mantuvieron alertas y con energía, mientras que aquellos cuya conducta no obtenía resultado alguno generaron indefensión y dejaron de emitir conducta alguna, incluso cuando ya tenían la posibilidad de evitar la descarga.

La indefensión aprendida tiene que ver con el convencimiento de que hagas lo que hagas, no se producirá un resultado distinto. Es una brutal prisión psicológica, desconectada de la realidad, que bloquea cualquier posibilidad de cambio o liberación. Un ejemplo conocido es el método Ferber, en España llamado método Estivill, que consiste básicamente en no atender la llamada de un bebé lo suficientemente pequeño como para que aún no tenga ni siquiera la herramienta de la palabra ni la motricidad para escaparse o buscar ayuda por su propio pie. Es decir, preso de una inmensa vulnerabilidad, dependiente en extremo, cuya única alternativa de supervivencia es el llanto. Si no obtiene respuesta a su petición de ayuda, aprenderá que haga lo que haga no cambia nada, que él no tiene el poder de manejar la realidad, y, en última instancia, que no existe (afectivamente hablando). Y este primer aprendizaje quedará impreso en su cerebro aún en desarrollo, dejando una impronta que influirá en su forma de percibirse a sí mismo y al mundo.

En la indefensión aprendida, la víctima puede llegar a justificar el maltrato, a pensar que lo merece, se culpa. La autoestima se daña tanto que cree merecer lo que le está ocurriendo. Es muy fácil entender este fenómeno con las mujeres maltratadas y por qué les resulta tan difícil escapar de la situación, no denunciar, perdonar una y otra vez… Están presas de sí mismas, anulada su voluntad y con una autoestima tan destruida que su capacidad de reacción es muchas veces nula.

Lo podemos observar en multitud de aspectos de la vida cotidiana, en los ámbitos laboral, social y personal. Por ejemplo en el terreno profesional suele expresarse en forma de “esto es lo que hay y haga lo que haga nada va a cambiar”, es decir, dejo de expresar mis deseos, mis derechos incluso, y sigo soportando una situación laboral de insatisfacción (cuando no de abuso) porque creo que no tengo ningún poder sobre ella. En el ámbito de lo social es como una pandemia, una creencia generalizada de que no tenemos ningún poder para cambiar la situación social, que somos irremediablemente vulnerables frente al poder político y económico. En lo personal tampoco es infrecuente encontrar personas con discursos y vidas instaladas en un modelo cuya expresión coincide con el de indefensión o desesperanza aprendida. El conocido refrán «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer» traduce una manera de relacionarnos con el mundo instalada en esta cultura.

Nosotros, los padres, podemos y debemos educar para hacer que nuestros hijos sean menos vulnerables a este estado psicológico. En este esquema en particular, no inocular indefensión aprendida en un niño tendría que ver con la coherencia, la incondicionalidad afectiva, el aprendizaje de estrategias de afrontamiento, la ausencia de miedo a las figuras de apego o parentales, la sustitución de la culpa por la responsabilidad, la motivación de logro y sobre todo la percepción de competencia:

  • Coherencia de los padres entre ellos y hacia el niño. Coherencia entre lo que dicen y hacen. Coherencia en lo que transmitimos que está bien o está mal. Cuando un niño percibe a los padres como un equipo consistente, sólido, en el que se puede confiar, entonces también percibe el mundo como un lugar seguro, no como algo hostil y caótico. Esto imprime confianza y autoestima en tanto los demás también son percibidos como no amenazantes, y provee al niño de una visión positiva de sí mismo y de los otros.
  • La incondicionalidad afectiva tiene que ver con que nuestros hijos se sientan amados independientemente de su comportamiento. Es decir, lo que siento por ti no es cuestionable, está fuera de la ecuación. Esto no significa que apruebe todo lo que haces o que no ponga límites cuando estos sean necesarios. Es decir, lo que intento canalizar adecuadamente es tu conducta, no a ti. Con lo que puedo estar en desacuerdo es con lo haces, no con quién eres. Cuando un niño se siente amado, también se siente aceptado y desde ese lugar es mucho más fácil lograr los cambios que sean necesarios en su aprendizaje del mundo.
  • La ausencia de miedo, por supuesto. El miedo es un elemento imprescindible para aprender indefensión, el miedo bloquea la posibilidad de actuar, coloca al organismo en un estado de alerta donde solo es posible la huida o el ataque. Un niño no tiene posibilidad alguna de huir ni de atacar, por tanto se queda en un lugar paralizante de absoluta indefensión y donde su conciencia de vulnerabilidad invade su capacidad de reacción. Cuando un niño siente miedo hacia aquellos a quienes también ama y deberían amarle, generaliza esta emoción al resto de ámbitos afectivos de su vida, aprende a amar desde el temor, y desde el temor tenderá a escaparse y/o a atacar, en el plano afectivo.
  • La motivación de logro y la autocompetencia. Es muy común observar cómo se protege a los niños de la posibilidad de que pongan en marcha su potencial, de que desarrollen la capacidad de resolución de problemas, de que habiliten estrategias de afrontamiento ante la adversidad. La cotidianidad del día a día ofrece innumerables ocasiones en las que un niño es capaz de lograr todo esto y sentir que es competente, capaz. Aprende a intervenir y modificar su medio, aprende que lo que hace tiene un resultado positivo o no, pero que puede influir y modificar las cosas. Esto es lo que los psicólogos llamamos «locus de control interno», frente al «locus de control externo» donde es la suerte, el destino o variables siempre externas las responsables de lo que ocurre y nos ocurre.

El propio Seligman defiende que los niños necesitan fracasar. Necesitan sentirse tristes, enfadados, frustrados. Sostiene que cuando les protegemos de sentir estas emociones, les privamos de aprender a perseverar. Y yo añado que, además, les privamos de aprender a sentirse competentes, dueños de sí mismos y de sus vidas. La motivación de logro tiene que ver con saberse hábil para conseguir metas, objetivos. Es una especie de reconocimiento interno que nutre nuestra autoestima. Es la verdadera motivación porque no es externa, no depende de otros, sino que yo soy quien se sabe capaz y eso produce percepción de control. Sabernos artífices de nuestra vida, artesanos de aquello que vamos construyendo, nos hace sentir que tenemos una gran parte del control y que las circunstancias influyen, pero en última instancia, no determinan el rumbo.

Y también necesitan desarrollar el criterio y la elección. Cuando los estilos educativos son muy paternalistas (yo decido lo que es bueno para ti, sin ti) o muy autoritarios (te prohíbo lo que creo que no debes hacer, porque yo lo digo) bloquean el desarrollo de habilidades imprescindibles como el criterio, la crítica y la elección. Y esto se aprende en casa, cuando nosotros como padres les estimulamos dejando que elijan aquello que pueden elegir (y que suele ser mucho más de lo que a priori pensamos) y que desde luego, asuman las consecuencias que se derivan de su elección; cuando negocio y explico los límites e incluso cuando permito que sea el niño quien encuentre la solución a un conflicto y la ponga en marcha probando su manera de influir en las cosas.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/01/24/mamas_papas/1485258010_826498.html

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No hay nativos, sino Zombis digitales

12 Febrero 2017/Fuente: Larazon/Autor: JUAN SCALITER

Una reciente encuesta, realizada por Opinion Matters y Kaspersky Lab preguntó a más de mil niños europeos de entre 10 y 15 años sobre sus costumbres en la red. El resultado es, como mínimo, preocupante: el 78% de jóvenes españoles admiten tener miedo cuando están conectados, principalmente debido al acoso de adultos.

La investigación no hace más que confirmar la tesis del libro presentado ayer en Madrid: «Los nativos digitales no existen». El texto es una enciclopedia en su término original: un círculo de la instrucción, una mesa redonda para la educación. Coordinado por Javier Pedreira, alias «Wicho» (uno de los «padres» del blog de ciencia y tecnología «Microsiervos») y por la periodista Susana Lluna, cuenta con la colaboración de Nuria Oliver (doctora por el MIT y experta en inteligencia artificial), la pedagoga Anna Blázquez o Andy Stalman, también conocido como Mr. Branding, una de las mayores autoridades en el mundo de la publicidad, entre otros.

A lo largo de casi 300 páginas el libro explica claramente la falaz idea de que los nacidos a partir de 1990 no son nativos digitales, sino que, al igual que los mayores, son inmigrantes y deben aprender ciertas normas para no naufragar mientras navegan. O corren el riesgo de hundirse.

«Si a los adolescentes – explica Pedreira en conversación telefónica– se les saca del chat y las redes sociales, no son capaces de hacer una búsqueda avanzada en Google, no son capaces de discriminar criterios en YouTube, tienen carencias en cuanto a seguridad. Por eso decimos que no son nativos, necesitan tanta instrucción como nosotros. Para ellos la tecnología forma parte de su vida, pero eso no quiere decir que no necesiten formación».

El libro, responde con claridad a las dudas de los que nacimos antes que Internet y tenemos hijos más jóvenes que Google: ¿Qué consecuencias legales puede tener la actividad de mis hijos en las redes sociales?, ¿cuánto saben, de verdad, sobre Internet? o si sirven de algo los controles parentales.

«Se les está dejando solos ante algo que no controlan, añade Pedreira. El problema de los jóvenes es que no han adquirido una serie de competencias que, cuando vayan a buscar trabajo, se les van a exigir. Igual que los idiomas. Si un universitario va a su primera entrevista y no sabe usar herramientas como compartir archivos, por ejemplo Google Docs, fallará. Ésas son las nuevas habilidades que les van a demandar. Otra cosa que no suelen tener en cuenta es la huella digital que dejan: cuando el jefe de Recursos Humanos de una empresa los busque en la red, puede encontrar algo que ellos no querrían que se vea a la hora de encontrar un trabajo».

Otro objetivo del libro es despertar nuestra conciencia respecto a la importancia de enseñar valores. Un ejemplo es el acoso, algo que si bien ocurre en Internet, es mucho más frecuente en la calle. Del mismo modo que los padres intentan inculcar valores en su vida diaria, también es necesario hacerlo en su vida digital: qué información no deberían publicar, cuáles son los delitos que pueden cometer, cómo detectar comportamientos extraños, sobre todo de desconocidos. «Se trata de darles una serie de herramientas – confirma Pedreira – para que saquen el mayor partido posible de la tecnología de cara al futuro. Y eso es algo en lo que la educación también debería participar».

Los nativos digitales no existen, es una realidad, no un título. Los jóvenes no saben ubicarse más allá de la pequeña superficie que han comenzado a rascar, pero a la hora de sacar provecho de todo el potencial, tanto de internet como de la informática, son apenas recién llegados que precisan nuestro consejo y guía. Mientras ellos deben aprender a usar las herramientas, nosotros, como padres, tenemos la misión de aprender a acompañarlos. Los hemos lanzado a la piscina esperando que naden y rara vez nos mojamos con ellos. Ya va siendo hora de tirarse de cabeza.

Centro de seguridad

Coincidiendo con la presentación de «Los nativos digitales no existen», ayer también comenzó a funcionar el Centro de Seguridad en Internet para el Menor, una iniciativa dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital y del Ministerio de Interior creada en el seno del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe).

Su objetivo es proteger al colectivo más vulnerable en la red y crear una vigilancia específica contra los ataques dirigidos desde Internet a la infancia y a la adolescencia.

A través de su página web (www.is4kids.es) contará con psicólogos, pedagogos y expertos en ciberseguridad con los que se podrá hablar directamente por teléfono.

El sitio estará conectado con Policía Nacional y Guardia Civil para facilitar la denuncia de actividades delictivas y contenidos abusivos que afecten a los menores en la red.

Este centro se une a otros similares en todos los estados miembros de la Unión Europea y también en Islandia, Rusia, Serbia y Noruega. Sin duda se trata de un centro necesario para proteger a los menores, pero no es un salvavidas que nos exime como padres, de navegar con ellos. O al menos enseñarles.

Fuente de la noticia: http://www.larazon.es/tecnologia/no-hay-nativos-sino-zombis-digitales-LG14472854

Fuente de la imagen:

http://www.larazon.es/documents/10165/0/498×226/0c0/0d0/none/10810/FJBV/image_content_6066548_20170207232117.jp

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Jóvenes, abandonados y en fuga

6 de diciembre de 2016/Fuente: ACNUR

Abandonados por sus padres y huyendo de las pandillas de El Salvador, tres hermanos navegan en el proceso de asilo en México con el apoyo del ACNUR.

TAPACHULA, México, (ACNUR) – Para llegar a la escuela todos los días, los hermanos salvadoreños Anderson, de 17 años y Jairo, de 14, tenían que tomar el bus en el territorio de una pandilla para llegar al controlado por otra pandilla rival, corriendo riesgo de asalto, asesinato o ser obligados a unirse a sus líneas.

Cuando las pandillas intensificaron el acoso, estremeciendo la pizzería de la familia en su barrio natal en el sureste de El Salvador, los dos chicos, su padre y su hermano mayor huyeron para salvar sus vidas. En ese momento, las cosas se pusieron complicadas.

Su madre los abandonó cuando aún eran niños. Después, mientras pasaban por el proceso de asilo en México, su padre y su nueva novia desaparecieron de pronto, cortando todo contacto con los hermanos.

“Si volvíamos allí, creo que nos hubieran matado”, dijo Anderson. “Las pandillas nos dijeron que nos uníamos o moríamos”.

Sin sus padres para cuidarlo y sin posibilidades de volver a su hogar, Moisés, el hermano mayor, que tiene 20 años, se hizo cargo como cabeza del hogar. Actuando como guardián legal de sus hermanos menores, él hace todo lo posible para ayudarles a empezar de nuevo en México.

Jóvenes como los hermanos Sánchez llamaron la atención de todo el mundo en 2014, cuando decenas de miles de niños no acompañados huyeron de la violencia de las pandillas en sus ciudades, y terminaron en la frontera sur de los Estados Unidos.

“Si volvíamos allí, creo que nos hubieran matado. Las pandillas nos dijeron que nos uníamos o moríamos”.

A pesar de que la cantidad de titulares sobre el tema ha disminuido para el 2016, miles de jóvenes continúan realizando los viajes desde El Salvador, Honduras y Guatemala, países convulsos por el incremento de la violencia, hacia el norte.

“El flujo de niños no acompañados continúa siendo muy alto”, dijo Cynthia Pérez, directora de atención y vinculación institucional de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). “Diferentes agencias han sido capacitadas para asegurar que identificamos a todos los niños que han sufrido violencia, con el fin de ofrecerles la oportunidad de solicitar asilo”, añadió.

Los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica son de los más peligrosos en el mundo, ya que la Mara Salvatrucha y su rival, Barrio 18, luchan para hacer crecer sus imperios criminales, convirtiendo las calles en zonas de guerra, y a los jóvenes en mercenarios.

Las pandillas realizan actos criminales que van desde asaltos, extorsiones y secuestros, hasta tráfico y venta de droga. Los jóvenes atrapados en este caos enfrentan acosos, agresiones y reclutamiento forzado para sus filas.

“Huir es la única opción si no quieres unirte a la pandilla”, dijo Anderson. Las promesas que hacen las pandillas de buena paga y protección, rápidamente se convierten en amenazas. Y los hermanos Sánchez tuvieron la mala suerte de vivir en un barrio controlado por una pandilla, mientras que la escuela a la que asistían estaba en el territorio controlado por otra. Su viaje a la escuela significaba que ellos traicionarían no solo a una, sino que a las dos pandillas.

“Yo me matriculé en una escuela secundaria, pero nunca asistí”, dijo Anderson. “No quería cruzar de una zona a la otra. Era muy peligroso”.

Mantener la cabeza baja y evadir a las pandillas tampoco garantiza la seguridad.

“Solíamos ir al campo de fútbol para jugar”, dijo Anderson. “Pero una vez los pandilleros nos vieron y nos siguieron a casa, así que no pudimos volver a jugar fútbol en el campo”.

Pero ahora pueden respirar más tranquilos en su nuevo hogar temporal, en un barrio tranquilo a las afueras de Tapachula. La ciudad del sur, cerca de la frontera con Guatemala es una plataforma para los refugiados que vienen de Centroamérica. Es aquí donde ellos supieron de su derecho a solicitar asilo en México con COMAR.

Las solicitudes de asilo en México aumentaron en un 152 por ciento en la primera mitad de 2016 en comparación con años anteriores. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, espera que México reciba más de 8.000 solicitudes este año, 95 por ciento de estas provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras.

La solicitud de asilo de los hermanos Sánchez se volvió más complicada cuando su padre los abandonó.

“COMAR me dijo que sin un guardián legal, Anderson y Jairo podrían ir a servicios infantiles”, dijo Moisés. “Pero no puedo dejar que los separen de mí”.

A pesar de que México ha mejorado las condiciones para los refugiados y les da más alternativas, muchos menores que buscan asilo, aún terminan en centros de detención. ACNUR hace un llamado para que esta práctica pare por completo. Mientras se trabaja en esta cuestión, Moisés lucha por quedarse con sus hermanos. Él pudo reclamar la custodia legal de sus hermanos para poder quedarse los tres juntos.

En agosto, a los hermanos se les concedió el asilo en México. Fue un momento de mucha alegría y alivio, pero para los tres hermanos que ahora están solos, aún queda mucho camino por delante.

“Los menores no acompañados no solo necesitan acceso al asilo en México, sino…también el acceso a servicios de educación, salud y psicología”.

“Los menores no acompañados no solo necesitan acceso al asilo en México, sino que se les asegure también el acceso a servicios de educación, salud y psicología”, dijo Mark Manly, representante del ACNUR en México.

Ellos son parte de los 2.500 solicitantes de asilo en México que recibieron apoyo financiero y de otros tipos en la primera mitad de 2016, por parte de ACNUR. Pero Moisés aún trabaja casi todos los días, y gana 700 pesos, un equivalente a $37 dólares, por semana. Él espera poder ahorrar para poder empezar una nueva vida con sus primos, que están en el norte de México.

“Quiero que ellos puedan estudiar y estar a salvo, seguros en casa. Ha pasado mucho tiempo desde que tuvieron eso”, dijo Moisés.

Ni Anderson ni Jairo han podido asistir a la escuela en más de un año. Ellos pasaron los días paseando por las tranquilas calles, disfrutando el poder estar afuera de nuevo.

Cuando tienen 15 pesos, $0.80 dólares para gastar, su lujo es jugar Xbox durante media hora en un centro de juegos. Ellos pasan el resto del tiempo con sus teléfonos en la esquina de una calle, donde encontraron señal de WiFi. Ellos se ríen de videos e imágenes cómicas.

“El internet viene de la escuela pública. Pero como nosotros no tenemos tarjetas de residencia, no podemos ir a la escuela por el momento”, dijo Anderson, señalando el patio de la escuela al otro lado de la calle.

Puede que los hermanos encontraran algo de paz en México, pero todavía tienen un largo camino por recorrer.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/jovenes-abandonados-y-en-fuga/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_12.2016.02_Hermanos_Salvador_Header_34ddac2e6e.jpg

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El Síndrome de Asperger en la edad adulta

Por: Daniel Comin

Generalmente cuando nos referimos a personas con asperger hablamos de niños, pero no podemos olvidar que estos niños crecen y se convierten en adultos. Y todos esos adultos con Síndrome de Asperger están ahí, viven entre nosotros. En muchas ocasiones pasan desapercibidos, pero están ahí. Pueden ser nuestra vecina o vecino, nuestra compañera o compañero de trabajo. Están ahí.

Y en muchos casos han conseguido, a pesar de todo, tener vidas plenas, éxito en sus carreras profesionales, tienen familia,…, pero muchos de ellos siguen teniendo problemas debidos a la incomprensión, a la falta de apoyos, a la segregación silenciosa a la que se ven sometidos. Y al igual que sucede con los niños, se han convertido en una especie de superagentes, que viven infiltrados entre nosotros. Cuando en realidad, deberían ser uno más, deberían tener la capacidad de estar plenamente incluidos en la sociedad.

Las personas con asperger también sufren de acoso, en este caso en sus trabajos, o incluso en las universidades donde estudian. También tienen muchos problemas para mantener sus empleos, sufren muchos problemas de depresión, ansiedad,…, en suma, tristeza e incomprensión provocada por el rechazo.

 En muchas ocasiones las expectativas vitales de la persona con asperger cambian de forma súbita, en muchas ocasiones para peor. Tienen una discapacidad social impuesta. Tanto hombres como mujeres, quienes en muchos casos han descubierto su especial condición de forma muy tardía, y saberlo en muchos casos supuso una liberación, una respuesta al por qué de sus diferencias. Y descubren que son una especie de James Bond infiltrado en un país extranjero, donde deben descubrir un millón de pautas diferenciadoras que les permita poder vivir pasando desapercibidos. Porque en esta sociedad actual, lo diferente da miedo. Y nuestros agentes 007 deben vivir intentando mezclarse en la sociedad, intentando no llamar la atención. Intentando en muchos casos sobrevivir.

Porque ser un agente infiltrado no es divertido, porque intentar aparentar lo que no se es no es divertido. Y en ese proceso de camuflaje social, todos perdemos, porque las personas con asperger tienen mucho que aportar, mucho que decir, mucho que enseñarnos a todos.

Si usted tiene una vecina o vecino, una compañera de trabajo o compañero, si conoce a alguien que tienes Síndrome de Asperger, no lo trate como a un bicho raro, no piense que por defecto es un físico teórico como Sheldon Cooper, porque las personas con asperger no son tan distintas, pero tenga por seguro que sí son enriquecedoras.

Vivir en sociedad implica cierta armonía, implica tolerancia, respeto,…, pero también implica entender que en la sociedad caben TODOS, no hagamos exclusiones, no creemos clases sociales. Si somos capaces de entender a una persona con asperger, si hacemos ese pequeño esfuerzo, descubriremos en estas personas valores que quizá nosotros “los normales” hemos perdido. Descubriremos la sinceridad, la honestidad, el esfuerzo, …, descubriremos que su empatía es mayor de la que pensábamos, descubriremos que la diversidad enriquece.

Las personas con asperger se escapan de la mediocridad social, no están tan influenciadas por los clichés sociales, pero tampoco son superagentes secretos, son sencillamente personas con derechos, personas que pueden aportar mucho a nuestra sociedad. Conocer el Síndrome de Asperger es el primer paso ¿Te animas a darlo?.

Fuente: https://autismodiario.org/2015/02/18/el-sindrome-de-asperger-en-la-edad-adulta/


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Qué es el ciberbullying y cómo detectar si tu hijo lo está sufriendo

Por: Observatorio FAROS Sant Joan de Déu

El ciberbullying, o acoso a través de Internet, es un grave problema que se da entre niños y adolescentes usuarios de las nuevas tecnologías. De hecho, alrededor de un 20 % de los adolescentes ha sufrido alguna vez acoso cibernético, a través de las redes sociales o del teléfono móvil.

Para evitar que un niño sufra ciberacoso hay que prevenir ciertas conductas y conocer ante qué señales debemos estar alerta para evitar que el menor se sienta gravemente intimidado o que aparezcan posibles trastornos psicológicos importantes, incluyendo conductas autolesivas en los casos más graves.

Para prevenir que estos casos se produzcan, la educación es fundamental. Enseña a tu hijo a proteger su intimidad, y transmítele el importante valor que tienen los datos personales. Ello incluye datos, direcciones (tanto físicas como de correo electrónico), fotografías, datos sobre la vida privada, etc. Dale a entender que no puede publicar todo eso de forma indiscriminada, ya que siempre puede ser usado en su contra, y que sólo debe darlo a personas de extrema confianza y por razones justificadas.

Además, recomiéndale que se mantenga alejado de chats o foros donde se traten temas muy radicales (racismo, xenofobia, etc.). Asimismo, es importante que le mantengas alejado de contactos anónimos dudosos, y advertirle que jamás debe verse con personas desconocidas, aunque haya contactado con ellas a través de las redes. Por último, ofrécele confianza. Es la mejor forma de que te informe inmediatamente si comienza a ser objeto de alguna práctica perjudicial o sospechosa.

Si tu hijo es víctima de ciberbullying

Tu hijo podría estar siendo víctima de ciberacoso si observas alguna de estas conductas:

  • Otros menores le amenazan, le humillan, le provocan o publican fotografías suyas algo comprometidas.
  • Descubres que otros están difundiendo falsos rumores sobre él, aunque al principio parezcan inocentes.
  • Encuentras perfiles o páginas anónimas dedicadas únicamente a difamarle.
  • Detectas que alguien ha diseñado un perfil falso de él en alguna red social.
  • Se queja de que alguien ha modificado o alterado su propio perfil.
  • Recibe amenazas o insultos mediante foros, chats, comentarios, mensajes de móvil o correos electrónicos.

Una vez hayas conseguido identificar el problema, se aconseja a los padres actuar de forma rápida, antes de que el problema se haga más grande. Sigue estos pasos:

  • Guarda todas las pruebas que tengas sobre el acoso contra el menor.
  • Cierra la conexión de inmediato cuando empiecen a molestarle, pero sin omitir el paso anterior.
  • Si identificas al agresor o a los agresores, dales a entender formalmente que están cometiendo un delito.
  • Si el acoso se produce en un sitio con gestores o administradores, adviértelos del problema.
  • Si las amenazas son graves, debes denunciar el caso, primero, ante los responsables del centro educativo, y posteriormente a la policía si lo primero no ha dado resultado.

Si tu hijo hace ciberbullying

De igual modo, también debes reaccionar a tiempo si observas que tu hijo podría estar ejerciendo él mismo el ciberacoso. Para evitarlo, sigue las siguientes orientaciones:

  • Ínstale a dirigirse siempre a los demás con corrección y con respeto en los entornos virtuales (para hacerlo las recomendaciones de la Netiqueta pueden ser una buena guía).
  • Recuérdale que no debe hacer en la red lo que no haría en la vida real (amenazar, intimidar…).
  • Contrólalo si ves que pasa excesivo tiempo delante de las pantallas.
  • Invítalo a la reflexión, en caso que descubras que ha insultado o amenazado a alguien, y recomiéndale que retire la amenaza, ya que es algo que podría traerle problemas.

Por último, es una sugerencia a tener en cuenta que el ordenador esté situado en el comedor, o en general, en un espacio común del hogar. Recomendamos la visita de las páginas web Pantallas Amigas y Ciberfamilias para tener más información sobre el tema.

Referencia bibliográfica:

Guía práctica sobre ciberbullying. Ciberbullying: Ciberacoso escolar entre menores, 2013. [acceso 7 de octubre 2013]

Fuente: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/ciberbullying-como-detectar-si-tu-hijo-esta-sufriendo

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Argentina: El Consejo Superior aprobó un protocolo contra la violencia de género en la universidad

Argentina/Septiembre de 2016/Diario La Provincia

La aprobación de este protocolo significa un avance importante para el estudiantado y ahora esperan que se aplique totalmente para erradicar la violencia de género.

Durante la jornada del jueves 1 de septiembre, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de San Juan aprobó el protocolo de «Actuación en la UNSJ ante situaciones de Discriminación, Violencias a la Identidad de Género y contra las Mujeres». Hace más de un año, la agrupación estudiantil universitaria La Mella y la colectiva feminista Mala Junta presentaron el proyecto en el Consejo Superior y desde ese momento se trabajó para mejorarlo, difundirlo y aprobarlo.
La aprobación de este protocolo significa un avance importante para el estudiantado y ahora esperan que se aplique totalmente para erradicar la violencia de género en todo el ámbito universitario. «Los casos de acoso y discriminación han estado siempre presentes en la universidad y gracias al trabajo en conjunto de estudiantes, docentes, personal auxiliar, egresados y autoridades,  podemos contar con una herramienta real que se hará cargo de algo que siempre existió para mejorar la universidad”, comentó Gabriela Trad Malmod, estudiante de Sociología, impulsora del proyecto e integrante de Mala Junta.
De esta manera, se crea una oficina a cargo de una persona específica, concursada y especialista en el tema, donde cada estudiante puede hacer su denuncia para se puedan tomar las medidas correspondientes en la universidad y en la justicia. Según la abogada Soledad Lloveras, quien fue una de las redactoras del protocolo presentado por La Mella, «este es un protocolo de avanzada y va a funcionar como un instrumento de disuasión para aquellos que tuvieron  en mente alguna vez cometer alguna discriminación o acoso, ya que a partir de ahora existirán sanciones impuestas por la Universidad”.
Cabe destacar que ahora la UNSJ se suma a las pocas universidades del país que cuentan con este tipo de reglamentación, entre las que se encuentran la Universidad Nacional de Rosario, la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de La Plata.
Fuente: http://www.diariolaprovinciasj.com/sociedad/2016/9/2/consejo-superior-aprobo-protocolo-contra-violencia-genero-universidad-56390.html
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