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Los Usos De Freire

Por: Fernando Latrille/elcohetealaluna

Adriana Puiggrós repasa la vigencia del pensamiento del revolucionario pedagogo brasileño

El 19 de septiembre se cumplieron 101 años del natalicio del pedagogo brasileño Paulo Freire, creador de una metodología revolucionaria utilizada en Brasil en campañas de alfabetización. Quienes pretendían educación para pocos no le perdonaron sus convicciones: perseguido ideológicamente, fue un preso político después del golpe de Estado de 1964 y sufrió un largo exilio. Sus ideas –pese a su muerte en San Pablo en 1997– siguen vivas, por rotundas y sugerentes, para todos los lectores que se aproximan a su obra. Freire marcó un hito en el pensamiento pedagógico.

El Cohete a la Luna rescata su pensamiento en diálogo con la doctora en pedagogía Adriana Puiggrós, quien destaca “la importancia de poner a Paulo Freire en el marco de la historia democrática y popular de América Latina porque sus ideas han sido expropiadas por sectores que no se condicen con sus principales principios, con los ejes de su pensamiento”.

Puiggrós explica que “ha habido una captura por parte de organismos internacionales, por parte de sectores social demócratas, incluso intereses de alguna ONGs, que fueron despojando a Paulo Freire de elementos que son los que realmente impactan, no simplemente en una transformación de la educación, de las concepciones educativas populares en América Latina. Lo que hacen es quitarle toda la fuerza que tiene una corriente educativa” que, por ejemplo, “la podemos encontrar en la Colonia, en muchas experiencias de educación indígena. Las experiencias de los propios jesuitas en la Colonia o la experiencia hecha en Tlatelolco de educación indígena; podemos encontrar una línea de educación popular, incluso hay algunos trabajos sobre educación de los mapuches durante la Colonia. Luego, por supuesto, llegando a Simón Rodríguez, pasando por momentos muy importantes de la educación democrática durante la independencia”, sostiene Puiggrós, apuntando a quienes desean vaciar a Freire de toda esa corriente histórica que lo antecedió.

En la foto superpuesta y borrosa, año aproximado 1990, se puede ver a Adriana Puiggrós, Paulo Freire y su compañera Ana María Araújo en Buenos Aires, en uno de sus últimos viajes a nuestro país.

Densidad histórica

La docente, ex viceministra de Educación y asesora del Presidente de la Nación destaca que durante la Independencia “se discutía qué tipo de educación se iba a llevar adelante, donde (Juan José) Castelli tuvo mucha importancia, en la misma época en que Simón Rodríguez luchaba por una educación que tuviera base en el pueblo, en los sectores populares”. Y si seguimos esa historia –esa que desean ocultar quienes desde una concepción neoliberal se apropian de Freire para vaciarlo–, “vamos a llegar a muchos movimientos emancipadores y figuras del siglo XX, vamos a encontrar el Manifiesto de los Pioneros de la Educación Nueva que, sin ninguna duda, estuvo en los antecedentes de Paulo Freire”. Para Puiggrós es importante subrayar esos historiales “porque siempre se menciona como antecedente de Paulo Freire la lectura de (Emmanuel) Mounier o (Jacques) Maritain, lo cual es cierto, pero digamos que no se redujo a eso. Había una tradición en Brasil que era una línea, lectura, de la Escuela Nueva, con influencia del pragmatismo de John Dewey”.

Puiggrós, quien también es profesora consulta de la Universidad de Buenos Aires, destaca las ricas experiencias que influyeron en el pedagogo, como “el asentamiento de la escuela activa en Brasil, que fue muy importante y de alguna u otra manera influyó en Freire. Por supuesto está, además, la gestión de (José) Vasconcelos en México, en 1923, que es una maravillosa experiencia de educación popular, quizá la más importante que hubo en el siglo XX, antes de Freire. Y también (Juan Carlos) Cárdenas y la educación peronista. Descubrimos, por lo tanto, que hay una densidad histórica detrás de la figura de Freire”.

Un salto cualitativo

“Freire tiene algunos conceptos que calan muy fuerte y que producen –de alguna manera– que haya un salto cualitativo en el pensamiento pedagógico, democrático y popular de América Latina”, precisa Adriana Puiggrós. “Como la idea de que la educación está profundamente vinculada a la política, como la idea de que la educación no necesariamente tiene que ser autoritaria, sino que puede ser dialógica. Que en la educación juega un papel fundamental el vínculo y que la educación mira al futuro. La educación puede abrir la perspectiva, lo que él llama ‘el inédito viable’”.

Para la doctora en pedagogía, fueron esos conceptos, “junto con la idea de una educación emancipadora… Esta idea de la emancipación es una de las que más vienen de la tradición democrático-popular de la educación latinoamericana, las que constituyen este conjunto de ideas en un paquete teórico político-educativo que caló en muchos sectores y que tuvo una influencia, no solamente en aquellos que leyeron, que fueron estudiosos de Paulo Freire, sino que –sin dudas– tuvo una influencia en el conjunto de los educadores y de la educación en América Latina”.

La profesora de la Universidad Pedagógica Nacional expresa también que, en la actualidad, Freire está presente “en la educación dialógica, que es la forma en que más se ha extendido. La idea del docente autoritario, la escuela que impone, es solamente patrimonio de una derecha conservadora”. Y advierte que “hay que tener cuidado con las lecturas de Freire, las interpretaciones y los usos de Freire. Hay una versión –un uso– desde el neoliberalismo, donde se extrema la postura de Freire hacia una noción de libertad que no es la de Freire. La libertad para Freire estaba muy vinculada a la emancipación, y él es muy claro en ese sentido. Y es muy claro en resaltar el papel del docente. Es decir, el hecho que exista una educación dialógica no quiere decir que se borre la figura del docente ni que se pierda la transmisión de la cultura de una generación a otra”, destaca.

En ese sentido, Puiggrós alerta nuevamente sobre la utilización por parte de sectores de la derecha de Paulo Freire, cuando “el liberalismo reforma esta idea de libertad, al separarla de la idea de emancipación”. También advierte, en su agudo análisis sobre los errores que se cometen desde los sectores liberales que hacen “un uso de Freire como si hubiera tenido un pensamiento como el de Iván Illich, cuando en realidad tuvieron posiciones contrarias e incluso entraron en una fuerte polémica”. La posición de Freire era muy distinta. Remite a una construcción de saber, una posición de construcción del vínculo y no su disolución, como propone el austríaco Iván Illich con su teoría de la des-escolarización.

En tiempos de modernidad líquida –como tituló Zygmunt Bauman a su fundamental libro–, les trabajadores de la educación seguimos apelando a Paulo Freire. Lo hacemos con interrogantes. ¿Cuánto tiempo dedicamos en el aula a que se adquiera experiencia? ¿Buscamos hacer posible aquella escuela de la pregunta y no de la respuesta de la que hablaba Freire? ¿Cuánta experiencia se logra dando respuestas y cuánta elaborando interrogantes? ¿Qué espacio brinda la escuela que construimos todos los días con nuestras prácticas a que les alumnes se permitan pensar? El avance tecnológico dio paso a un nuevo alumne, pero esto no significa que acompañar a una sociedad en cambios permanentes implique abandonar lo más positivo, vigente y revolucionario que Paulo Freire nos enseñara al decirnos que “la liberación auténtica, que es la humanización en proceso, no es una cosa que se deposita en los hombres. No es una palabra más, hueca, mitificante. Es praxis que implica acción y la reflexión de los hombres sobre el mundo para transformarlo” [1].

Traer a Paulo Freire a la actualidad implica valorar las categorías elaboradas por el pedagogo, que sin dudas ponen en jaque al discurso educativo neoliberal de los pesados y pasados cuatro años de Cambiemos: el vínculo entre educación y política; la educación basada en el diálogo y en el reconocimiento del otro, no en la negación, barriendo con la educación “bancaria”, son ideas que sirven al presente. Cuando en su libro Pedagogía del Oprimido, Freire diferencia la concepción “bancaria” –en la que el educador va llenando al educando de falso saber, de contenidos impuestos– y la práctica problematizadora –en la que los educandos van desarrollando su captación y comprensión del mundo–, nos dice: “La primera es ‘asistencial’, la segunda es crítica; la primera, en la medida que sirve a la dominación, inhibe el acto creador y, aunque no pueda matar la intencionalidad de la conciencia como un desprenderse hacia el mundo, la ‘domestica’, negando a los hombres en su vocación ontológica e histórica de humanizarse. La segunda, en la medida en que sirve a la liberación, se asienta en el acto creador y estimula la reflexión y la acción verdadera de los hombres sobre la realidad, responde a su vocación como seres que no pueden autenticarse al margen de la búsqueda y de la transformación creadora” (Freire, 2010:89-90).

Esa concepción “bancaria” reinó con la instalación del Operativo Aprender, que reducía a los educadores a meros “aplicadores”. En una evaluación inconsulta, debían “aplicar” a los educandos, a los que se los veía como vasijas a las cuales había que llenar con la aplicación. Los “aplicadores” debían concurrir a otros establecimientos educativos y realizar la aplicación (evaluación), con quienes no tuvieron ningún vínculo, ni compartieron trayectoria, ni historia en común, a contramano de lo que nos enseñó Freire como primordial para establecer la horizontalidad de un vínculo de diálogo para la construcción de conocimiento, que con la prueba estandarizada se descartaba. Quienes nos opusimos como trabajadores de la educación a esa idea “bancarizada”, lo hicimos recurriendo a Paulo Freire.

Si bien Freire, como nos enseña Adriana Puiggrós, es un hombre del siglo XX y también lo es su pensamiento [2] (sus ideas nacen con el Che Guevara haciendo la revolución, con la Teología de la Liberación), y el nuestro es un contexto donde el siglo XXI nos atravesó con la hegemonía neoliberal (que interrumpió el avance de gobiernos populares), las ideas del pedagogo, sin olvidar el tiempo en el que las escribió, perduran. Son vigentes ante ese intento de barrer con la experiencia y aplicar la tecnocracia y meritocracia en las escuelas, como vimos en la Argentina con Cambiemos.

Freire también vuelve a nosotros una y otra vez con su libro Cartas a quien pretende enseñar, que publicó en 1993, donde nos recuerda que “somos militantes políticos”. Nuestra tarea no se agota en la enseñanza de la materia que abordamos en el aula, sino que exige ese compromiso político “en favor de la superación de las injusticias sociales” (Freire: 102) [3]. Y es ahí donde debe estar nuestro compromiso: como trabajadores de la educación, somos actores políticos que debemos frenar la privatización impulsada por corporaciones, fundaciones y ONGs que ven allí un negocio sin fin.

[1] Freire, Paulo, Pedagogía do oprimido, Editorial Tierra Nueva, 1970. (Pedagogía del Oprimido, 2010, 3ª edición, 3ª reimpresión, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, página 83).
[2] Puiggrós, Adriana, “El pensamiento de Paulo Freire en tiempo presente”. Conferencia de inauguración de la Cátedra Libre Paulo Freire de la UNLP, 2019.
[3] Freire, Paulo, Profesora sim: tia nao, cartas aquem ousa ensinar, Sao Paulo, Olho d’Agua, 1993. (Cartas a quien pretende enseñar, 2010, 2ª edición, 3ª reimpresión, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, disponible en https://bit.ly/36gatzA [noviembre 2021].

Fuente de la información e imagen: https://www.elcohetealaluna.com

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Conferencia de Adriana Puiggrós: «Educación y Política en la Post Pandemia» (Vídeo)

Por: Otras Voces en Educación/Luz Palomino

Estos seminarios de formación permanente en Pensamiento Crítico, son en alianza con CEIP Histórica de Argentina, Centro de Investigación RÍUS de Clacso-México y Otras Voces en Educación.

En esta oportunidad nos acompaño Adriana Pruiggós quién Doctora en Pedagogía, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Directora General de Cultura y Educación (Ministra) de la Provincia de Buenos Aires (2005-2007). Diputada Nacional (2007-2015), cargo desde el cual se desempeñó como Presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Profesora Titular Regular de la cátedra Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana e Investigadora del Instituto de Ciencias de la Educación, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Directora del programa «Alternativas pedagógicas y prospectiva educativa en América Latina» (APPEAL) en México y Argentina. Recibió la Orden Andrés Bello, entregada por el Gobierno de Venezuela (2005). Actualmente es Secretaria de Educación del Ministerio de Educación de la Nación. Autora, entre otros libros, de Imperialismo y educación en América Latina, La educación popular en América Latina; Democracia y autoritarismo en la educación argentina y latinoamericana; De Simón Rodríguez a Paulo Freire, Educación para la Integración Iberoamericana, editado por la Organización Internacional Convenio Andrés Bello; co-autora de “Carta a los Educadores del siglo XXI”.

Pedagoga, graduada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es doctora en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y recibió el título Doctor honoris causa de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Recibió la beca de la fundación John Simon Guggenheim. Fue investigadora principal del CONICET y es profesora consulta de la UBA. Publicó 25 libros de su autoría y más de 50 en colaboración. Fue directora general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires y diputada nacional y hoy secretaria de Educación del Ministerio de Educación de la Nación.

Les recordamos que pueden conseguir toda la información de nuestros seminarios de formación en pensamientos critico, en las redes sociales de las organizaciones que hacen posible este espacio como lo son la CEIPH de Argentina, CINPECER de México y Otras Voces en Educación de Venezuela.

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Adriana Puiggrós: “El deterioro del derecho a la educación se ve físicamente, pues tampoco se garantiza la salud”

Argentina / Autora: Claudia Nicolini / Fuente: La Gaceta

La pedagoga y política resaltó los riesgos del comercio educativo. El Estado debe garantizar gratuidad y calidad.

Educar no es llenar una cabeza de contenidos. No lo dijo así, claro está. Pero de alguna manera es contra ese principio que Adriana Puiggrós lucha, principio subyacente al modelo que -destaca e insiste- se intenta imponer, en una suerte de desregulación de la enseñanza.

Por eso nació “El derecho a la educación en la cultura argentina”. Ese es el título de la ponencia que ofreció ayer en el congreso “Educación y política en el camino hacia un nuevo humanismo”, con el que la Facultad de Filosofía y Letras celebra sus 80 años, luego de que la UNT la distinguió con el Doctorado Honoris Causa.

Derechos y obligaciones

¿Es necesario seguir debatiendo el derecho a la educación? ¿Puede ponerse en duda? Pues sí, se pone. Por eso para Puiggrós la defensa de la educación como “derecho inalienable de todos los habitantes del país (y no sólo de los ciudadanos)”, como resaltó, es una causa por la que urge luchar.

“Empecemos pensando una cosa -advierte en su diálogo con LA GACETA-: hay grandes diferencias en la educación que están recibiendo unos y otros argentinos. Entonces, la pregunta no tiene una respuesta automática; reclama reflexión”. Para iniciar esa reflexión sobrevuela entonces la historia (la memoria que explica tantas cosas).

A nivel mundial, cita la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (que define y reconoce por primera vez en un texto oficial de vocación mundial la educación como derecho humano). “En el país, fue una preocupación concreta de la generación de 1880 y la ley 1420 -que se cumplió en forma desigual- la sancionó, pero ya Moreno y Castelli, en 1810, se preocupaban por lograr un pueblo educado”, destaca.

“La ley 1.420 -recuerda- establece la universalidad, la obligatoriedad y la gratuidad de la educación básica… y desde 2014 esa obligatoriedad se extendió a la secundaria”. Eso implica -sigue aclarando- varias cuestiones. En primer lugar, que el Estado, que obliga, debe garantizarla. Y que el ciudadano tiene el derecho de recibirla; pero también tiene la obligación de mandar a sus hijos a la escuela.

“Este es uno de los fundamentos para rechazar el modelo de mercantilización de la educación, cuyo extremo es el home schooling (enseñanza en el hogar), pero que ya -más o menos solapadamente- se implementa con el ‘negoción’ del comercio educativo que instala en escuelas (incluso en algunas públicas) fundaciones y ONG que preparan en pocos meses ‘líderes’ -en lugar de maestros- y buscan imponer material pedagógico producido por plataformas corporativas. Son contenidos estandarizados de donde -claro- van desapareciendo las humanidades”. “Esto es grave -añade-; es ‘confundir’ educación con instrucción; deshumanizar el proceso enseñanza-aprendizaje y ‘olvidarse’ de que educar consiste en formar ciudadanos; instruidos, por supuesto… pero eso no alcanza”.

Rol del Estado

“Otra cosa que hay que entender es que la obligatoriedad y la gratuidad van de la mano”, afirma. Es que si el educación es afirmada como política de Estado, este debe garantizar la calidad, además de la posibilidad de cumplir la obligación. “Y esa calidad debe esta a la altura de los tiempos: infraestructura (y eso incluye alimentación y salud, porque si no, no se garantiza el acceso a una educación de calidad), equipamiento tecnológico, docentes muy bien capacitados…”, enumera. “Hoy el deterioro de la educación se ve hasta físicamente, porque tampoco se garantiza el acceso a la salud”, añade.

Y retoma: “hacen falta instituciones educativas seguras y en relación con las comunidades donde están insertas, para, entre otras cosas, garantizar tiempo de permanencia eficiente de los alumnos en la escuela, y una comunidad que se responsabiliza de sus miembros -añade-. Por ejemplo, convenios con clubes barriales para practicar deporte (que además de actividad física, es aprender a respetar reglas, a trabajar en equipo) fortalecen lazos sociales… y ayudan a construir ciudadanía”.

Todo eso -agrega, preocupada- no se logra con contenidos enlatados (y muchas veces, importados), meros adiestramientos vaciados de contenidos. “Y no estoy demonizando la tecnología; todo lo contrario. La cuestión es saber quién produce y con qué criterios, y cómo se construye el vínculo pedagógico. En el encuentro docente-alumno siempre hay un plus”.

La universidad

“Y hay algo que no quiero dejar pasar: la importancia de un congreso como este, en la Facultad de Filosofía de Tucumán, la primera que se funda después de la Reforma de 1918. Un congreso que resalta la actualidad de las banderas de esa reforma (la libertad de cátedra, el cogobierno y la autonomía), a las que se sumó la gratuidad establecida en 1949. Porque la educación como derecho de la población y deber del Estado también incluye la educación superior”, resalta y cuenta que eso fue ratificado por el Congreso argentino en noviembre de 2015. “Sigue vigente… peleando su supervivencia en la Corte Suprema, pero vigente. ¡Que así siga!”.

Fuente de la Reseña:

http://www.lagaceta.com.ar/nota/808657/actualidad/adriana-puiggros-deterioro-derecho-educacion-se-ve-fisicamente-pues-tampoco-se-garantiza-salud.html

ove/mavh

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 9 de junio de 2019: hora tras hora (24×24)

9 de junio de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 9 de junio de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Chile: Piñera deja caer la educación pública

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311810

01:00:00 – ¿Un escape room con Gustavo Adolfo Bécquer? ¡Sí! ¡Es posible!

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311806

02:00:00 – México: Pollera o pantalón para ir a la escuela

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311895

03:00:00 – La autoridad docente no es horizontal

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311815

04:00:00 – Honduras: fracasan proyectos privatizadores de la Educación y la salud

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312001

05:00:00 – Cartas a quien pretende enseñar (Paulo Freire) / Infografía

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311826

06:00:00 – CEPAL: Educación técnico-profesional y autonomía económica de las mujeres jóvenes en América Latina y el Caribe (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311989

07:00:00 – Tres tiempos de la educación mexicana (II)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311025

08:00:00 – Libro: Panorama de la investigación-intervención educativa dentro del contexto instituciónal actual (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312028

09:00:00 – 13 herramientas de gamificación para tus alumnos #infografia #infographic #education

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311818

10:00:00 – Revista «Para Juanito». Revista de Educación Popular y Pedagogías Críticas. No. 18. Junio 2019 (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312065

11:00:00 – ¿Son los cursos en línea una solución real para una costosa educación tradicional? Un meta-análisis dice que no

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311992

12:00:00 – Ecuador: La calidad educativa prima en el Acuerdo Nacional por la Educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312017

13:00:00 – Adriana Puiggrós: “El deterioro del derecho a la educación se ve físicamente, pues tampoco se garantiza la salud”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312007

14:00:00 – La gestión del aula: es necesario cambiar de enfoque

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311998

15:00:00 – Educación: la silenciosa revolución de YouTube en la sala de clases

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311995

16:00:00 – 15M en Brasil: un tsunami en la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312010

17:00:00 – EduGame Day: descubriendo la herramienta educativa del futuro

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311986

18:00:00 – Plantar 10 árboles: el requisito de grado de los estudiantes en Filipinas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312004

19:00:00 – Plagio e incumplimiento de requisitos en candidatos para integrar Organismo para la Mejora Continua de la Educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311901

20:00:00 – Brasil: preocupación por el recorte del 42% en ciencia y tecnología

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311907

21:00:00 – La pedagogía Freinet celebra su 50 aniversario en Bañuelos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311910

22:00:00 – Chile: Profesores de todo el país continúan las marchas y el paro indefinido

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23:00:00 – Colombia: Explicación Pedagógica Acuerdos Fecode – MEN 1 – Reforma Constitucional al SGP

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En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Puiggrós | “Es el peor año de la historia de la escuela pública argentina” (Audio)

Argentina / 18 de enero de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Radio Gráfica

La pedagoga Adriana Puiggrós dialogó en Radio Gráfica sobre el cierre de escuelas en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) y realizó un balance en relación a la educación pública en la Argentina. “El objetivo es tercerizar la educación”, afirmó.

“Las escuelas no se cierran en ningún lugar. Es la primera vez en la Argentina que hay un gobierno que cierra escuelas. Ni siquiera los gobiernos militares se atrevieron o pensaron en cerrar escuelas, en todo caso quisieron usar las escuelas para imponer una forma conservadora y represiva de pensar”, comenzó en diálogo con el programa Feas Sucias y Malas.

“Cerrar escuelas está fuera de la civilización, de manera que por eso es un final de año muy doloroso, porque uno se encuentra hasta donde puede llegar la diferencia y la frialdad de este gobierno”, planteó sobre la medida tomada a través de la Resolución 4055/18.

Consultada por Úrsula Asta, Puiggrós sostuvo que, en primer lugar, la medida “es ilegítima, porque carece del apoyo de la comunidad educativa y de la población”. Y siguió: “De todas las medidas retrogradas tomadas en educación, esta es la que mayor rechazo ha generado. Pero desde el punto de vista legal, y tendrán que decirlo los juristas, entiendo que es ilegal”.

“De hecho hay un antecedente muy importante y es que este año la Corte Suprema de Justicia sacó una resolución por la cual, la provincia de Salta, que había sacado una ley propia que se contradecía a la ley de Educación Nacional, tuvo que cambiar esa ley para adaptarse a la ley nacional”, explicó.

“En el caso de la CABA, esta resolución va en contra de la ley de Educación Nacional, que establece que tiene que haber una modalidad de educación para adultos y también técnico profesional, osea que abarca a las escuelas comerciales. Esto es para el nivel medio, el nivel de enseñanza secundaria. Y también establece escuelas nocturnas”, continuó.

“Hay movilización de docentes y de los alumnos, los jóvenes adultos. Además, recordemos que hubo un plan, el Plan FINES, en el gobierno de Cristina, que llegó a 700 mil argentinos que terminaron o hicieron entero su secundario. Un plan que se adaptaba a la gente, con sedes en lugares de la ciudad y del país donde había mas población que no podía terminar sus estudios. Plan que cuando asumió el gobierno de Macri lo desfinanciaron. Todavía se sostiene en universidades que lo hacen con fondos propios, aún cuando están muy mal con sus fondos”, describió.

“Yo creo que es el peor año de la educación pública argentina, el peor de su historia. Porque ha habido años donde hubo problemas políticos muy graves, insisto, como en las dictaduras. Hubo años con problemas de presupuesto. Pero la decisión de deshacer el sistema de educación pública, la ha tomado este gobierno”, esgrimió.

Y sumó “el hecho de que hayan desconocido la paritaria, también establecida por la ley de financiamiento educativo”. “Realmente han entrado en un nivel de ilegalidad. Y con un objetivo que es retirar al Estado en lo que tenga que ver con la educación, esto no ocurrió nunca en la historia de la educación argentina”.

“El modelo está extremándose en la Argentina. Porque lo que vemos en países, incluso en Estados Unidos, es incentivar escuelas privadas, pero eso no tuvo gran repercusión. En Estados Unidos el sistema de educación público es muy poderoso, más del 60 por ciento de la población concurre al sistema de educación pública. Y en todo caso lo que son privadas son las universidades, que hay privadas y también públicas. Incluso en las universidades privadas hay una inversión pública muy fuerte”, manifestó.

“Lo digo para que podamos comparar. En Argentina los ministerios de Educación de la Nación y de las provincias son cáscaras vacías para certificar estudios hechos por instituciones privadas. Para cualquiera que ponga una pequeña empresa que proporcione, por ejemplo educación para adultos, el papel del ministerio sería certificar lo que hace. Es decir, se busca tercerizar. Esto se había avanzado mucho en Chile, en Colombia, pero en esos países sobre todo creció la educación privada más tradicional”, contó.

“Esto que se hace en la Argentina tiene una diferencia y es que también afecta a la educación privada tradicional. Porque el impulso es hacia los negocios privados, fundaciones o empresas, que forman docentes en el término de tres a seis meses para que reemplacen a los docentes titulados. También, para la venta de paquetes de contenidos, hay empresas nacionales o grandes multinacionales, como Penguin Random House o Pearson”.

Y señaló un ejemplo sobre el poder de estas grandes empresas en el mundo: “La prueba PISA, que tantas críticas recibe, que incluso ha fracasado en muchos lugares (por contener errores), es la prueba de evaluación que se aplica cada dos años a una muestra de chicos de 15 años, que la fabrica la editorial inglesa Pearson. Es un gran negocio, nosotros la compramos, pagamos para que la apliquen”.

 

 

Fuente de la Entrevista:

Puiggrós | “Es el peor año de la historia de la escuela pública argentina”

ove/mahv

 

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Investigación de la Ctera sobre la privatización de la educación: Escuela de negocios

Argentina / 28 de octubre de 2018 / Autor: Laura Vales / Fuente: Página 12

Una investigación de la Ctera sobre la privatización de la educación denuncia que, desde la asunción del macrismo, las corporaciones avanzan sobre el sistema público. ONGs, integradas por grandes empresas y bancos, penetran en escuelas y universidades para transformar la educación en una mercancía

Desde la asunción del macrismo, las corporaciones –sus fundaciones y ONG– entraron en escuelas y universidades. La educación es un gran nicho de negocios y la Argentina, un mercado a conquistar; pero el fenómeno tiene además, otros brazos: las grandes empresas han estado interesadas desde siempre en el campo educativo, con el objetivo de que los alumnos puedan ser entrenados para sus necesidades productivas. Finalmente, en lo político, la educación es un factor a controlar, en la medida en que a través de ella se introducen en las personas ciertas lógicas, se apaga o aviva el pensamiento crítico. Todo este proceso es abordado en el libro La privatización educativa en la Argentina, resultado de una investigación que realizó la Ctera en el marco de la Internacional de la Educación. La doctora en Educación Adriana Puiggrós, que trabajó en el estudio como asesora, habló con PáginaI12 sobre estos temas. Algunos de sus aspectos son bien conocidos, como el aumento de las familias que inscriben a sus niños en escuelas privadas. Otros resultan novedades absolutas, como el concepto de home-schooling y los criterios que apuntan al reemplazo de los docentes por animadores formados en seis meses.

–¿Cuál es el sujeto de la educación? ¿Y cuál el que cree está viendo el macrismo?

–Hablar del sujeto de la educación es hablar de algo muy complejo, porque es la sociedad en su conjunto, y la sociedad no es un ente homogéneo. Toda la sociedad es sujeto de educación, y más aún en estos tiempos en que nos educan todo el día, todo el tiempo, en que penetran a través de nuestros oídos, de nuestros ojos, en un proceso educativo constante. Respecto a lo que ve el macrismo… eso es lo que ve: un gran mercado constituido por todos los aspectos en que la sociedad puede ser penetrada con mensajes que puedan transformar a las personas en clientes, en un símil de ciudadano que en realidad dista mucho del ciudadano imaginado incluso por el liberalismo. No es el ciudadano de la república liberal, es el ciudadano del país ordenado en función de los intereses de las grandes corporaciones.

–En ese escenario, ¿cómo juega la educación formal?

–Ahí tenemos una lucha profunda entre quienes pensamos que la educación tiene que cambiar teniendo en cuenta las transformaciones tecnológicas, políticas… porque hay un enorme cambio que sufre la sociedad en cuanto a sus desarticulaciones culturales, desde que tener que adaptarse a un ritmo brutal, en mirar la televisión, hablar con los demás, dar respuesta, correr, es decir desde otra concepción del tiempo y por lo tanto de la historia, hasta los cambios en el lenguaje y en los valores. Por eso los docentes estamos frente a una situación en la que cobra más fuerza que nunca la idea de Paulo Freire de una educación dialógica: el proceso educativo tiene que ser un diálogo, porque las nuevas generaciones tienen muchos conocimientos que no son simplemente de la tecnología en el sentido mecánico del término, sino que acceden a la cultura desde una lógica distinta. Nosotros, mi generación y una o dos más, accedemos a los cambios que se van produciendo desde una lógica anterior, de la modernidad, y lo que sucede hoy está bastante más allá de la modernidad. Para el docente es muy importante no perder el lugar del educador, que haya una educación dialógica no quiere decir que borre el lugar del educador, porque la relación educador-educando es una relación de diferencia, cada uno tiene otra conformación cultural. Un niño pequeñísimo que toma el celular y entiende su lógica no está realizando una operación simplemente mecánica: está comprendiendo una serie de cosas. Cuando además el niño consigue el celular pataleando, forzando a los padres, y los padres se resignan y se lo dan, ahí estamos frente a una ruptura de un vínculo de enseñanza aprendizaje que es complicado.

–El libro habla del avance privatizador en la Argentina. ¿Qué encontraron los investigadores? 

–En la Argentina tenemos un punto de arranque para entender esta época, que es el Congreso Pedagógico de 1985. Ese congreso fue convocado por Raúl Alfonsín con un impulso democratizador, pero allí todas las fuerzas políticas acordaron que la educación en la Argentina no iba a ser ya pública o privada, sino que iba a ser o pública de gestión privada o pública de gestión estatal. Esto fue muy importante porque a partir de ese momento se perdió ese valor tan profundo que tenía la sociedad argentina, puesto en la educación pública como sinónimo de educación estatal. En la Argentina tuvimos un pacto como sociedad, un pacto hecho a fines del siglo XIX y que duró más de un siglo, respecto a que para la existencia de la Nación era necesario sostener un sistema de educación pública, y que su responsable principal sería del Estado.

–Desde ese lugar avanzó la privatización después del ‘85… 

–Antes, el gobierno de Arturo Frondizi abrió las puertas al desarrollo de muchísimas universidades privadas. Y no estoy diciendo que no deba haber universidades privadas, sino que a partir de ese momento empezó a haber universidades empresariales que fueron las que dieron origen a este sector de CEOs que nos está gobernando. Universidades que no son sólo las tradicionales, y que a partir de los ‘90 van a ser grandes formadoras de la actual elite. La dictadura golpeó muy fuerte a toda la educación, pero no desarmó el sistema. Siguió habiendo educación pública, educación privada y sistema escolar. Pero fue en aquel Congreso Pedagógico del ‘85, cuando el conjunto de las fuerzas políticas definieron que la educación pública va a ser pública de gestión estatal o pública de gestión privada, donde le pegaron un golpe muy fuerte en el orden de lo ideológico a aquel pacto de la sociedad argentina respecto a la centralidad de la educación pública para sostener la Nación. Así llega la década de los ‘90, en la se formó la actual elite neoliberal en las universidades privadas y en la que además, y esto es central, lo que sucedió es que empezaron a entrar fundaciones y ONGs. Van entrando a la Argentina y van silenciosamente ubicándose, creciendo mucho en los momentos de crisis, ocupando lugares que el Estado no ocupó. Con el kirchnerismo se retrajeron, y con el gobierno de Cambiemos avanzaron para ocupar todos los espacios de lo público.

–¿De dónde vienen esas fundaciones?

–La mayor parte son norteamericanas y también hay europeas; básicamente, son de las corporaciones. Todos los grandes bancos tienen sus fundaciones que trabajan en educación. La mayor parte de los campus informáticos de las universidades públicas están administrados por fundaciones de bancos. La cuenta sueldo de las universidades públicas está administrada por entidades financieras privadas. Desde la fundación de Techint hasta la fundación de cualquier banco que uno quiera tomar… encontrás desde la fundación Cimientos de Blaquier, o sea Ingenio Ledesma, hasta la fundación u ONG Enseñar por Argentina, que es filial de Teach for América que es filial de Teach for All, y basta con mirar su página web para ver que son las grandes corporaciones las que están detrás. Hoy hay muchas así en la Argentina.

En el libro que publicó Ctera, es una investigación hecha por Myriam Feldfeber, Miguel Duhalde y asesorado por Susan Robertson, que es una muy importante pedagoga de Cambridge, se hace un puntual listado y explicación de cuáles son las ONG y fundaciones que están trabajando en la mercantilización de la educación pública y también golpeando sobre las privadas para tercerizar.

–¿Qué alcance tiene este proceso? ¿Es propio de Argentina, de la región o se ve en todo Occidente?

–En todo Occidente, por lo menos.

–¿Con qué mecanismos el gobierno de Macri les abrió las puertas? 

–Con el mecanismo del desgaste. El Gobierno supone que va a desgastar a los docentes, supone que pueden no cumplir las leyes y que, poco a poco, va a ir instalando su propio orden. El desgaste consiste en no llamar a las paritarias. Esto es muy fuerte, porque negar la paritaria no es sólo negarse a discutir el salario, sino negarse a discutir las condiciones de trabajo que hacen a la enseñanza: que un docente tenga cinco cargos en vez de uno, que no se discutan las condiciones edilicias, entonces estallan las escuelas, que no se discutan las condiciones pedagógicas. ¿Por qué no quieren discutir nada? Porque si la educación en realidad es un elemento del mercado, no hay nada que discutir. Lo único que tenés que discutir es el precio. La otra cosa es tercerizar funciones: tercerizar la formación docente, la comida, los tests, para armar un supermercado de la educación, donde vos vas y compras lo que querés y en última instancia, para la concepción que trata de imponer la OCDE, llegás al home-schooling, es decir al chico sentado en la casa con la computadora adonde llegó el paquete de contenidos y el paquete de evaluación, y en todo caso hay uno de estos líderes o acompañantes formados por estas ONG.

–¿Cómo es ese modelo del home-schooling?

–Es el tipo de educación que en Estados Unidos llegó a un pequeño porcentaje, pero que marca estadística. En la Argentina también empezamos a verlo: familias que deciden no mandar a los chicos a ninguna institución, para que se eduquen en casa. O se juntan dos o tres familias y contratan a uno de estos líderes que acompaña a los chicos: compran los paquetes ya hechos de contenido. Entonces, ahí el Estado ya se tiene que retirar. La educación planificada, organizada y basada en un acuerdo social y en donde el Estado tenga un papel principal es lo contrario del libre mercado en la educación, de la misma manera que en el libremercado de la educación no entra la idea de la educación como derecho.

–La investigación también señala la entrada de las fundaciones y ONG en las universidades.

–Cuando Google pone un aula informática no solamente está poniendo el hardware: está introduciendo una concepción de la educación, de contenidos, porque es socia de quien los produce, o la editorial Pearson, inglesa, productora del test PISA que se aplica en Argentina con resultados que dañan al país. No por el lugar donde quede la Argentina en el ranking que ellos hacen, sino por el uso político que se hace en contra del pueblo, de las diferentes regiones del país. A favor de una idea unitaria, de la vieja oligarquía que coincide hoy con la mentalidad de los dueños de las grandes corporaciones. Aplican una prueba con la que indagan los mismos contenidos, acá o en cualquiera de los 60, 80 o 100 países donde se aplica.

–¿Por qué tiene ese nivel de expansión el test PISA? 

–Porque es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la que encarga a Pearson esta prueba. La OCDE ha sacado una resolución a fines de los ‘90 por la cual la educación pasó a ser un bien transable, y exige a los países miembro que levanten todo tipo de limitación a la compraventa de educación. Es la aplicación del libre mercado a la educación, también con la misma idea de que el mercado encontrará su propio equilibrio. ¿Qué podría pasar con la libre compraventa de educación sin ningún tipo… no ya de restricción del Estado, sino de acuerdo social?

–Una primera manera de entender el avance de las fundaciones y ONG es entonces el negocio. ¿Y en lo político?

–En lo político hay un objetivo, pero sobre todo una concepción. Cuando la gobernadora de la provincia de Buenos Aires dice que los pobres no aprenden y entonces no vale la pena hacer universidades para pobres, refiriéndose a las 20 nuevas universidades que se hicieron en el país durante el kirchnerismo, ahí hay una concepción profunda. Es la concepción que siempre tuvo la oligarquía argentina, y que ahora encaja perfectamente en este gobierno integrado por administradores y accionistas de las grandes empresas.

–Los datos del libro señalan que el país tiene 11 millones de estudiantes, con un 71 por ciento dentro del sistema estatal y un 29 en el privado. Es decir que hay un alto porcentaje de chicos, sobre todo en la primaria, que van a la escuela pública. Pero esa escuela pública, da la impresión, ya no puede reunir a todos los sectores sociales.

–Todavía hay diversos sectores, pero en los últimos treinta años hemos visto un corrimiento a la escuela privada, también con esta mentalidad, con la idea de que es un producto más caro. Por eso pongo el acento en el momento en que se decide que la escuela publica puede ser privada o estatal. Porque en los momentos en que mejora la situación económica, la clase media tiende a mandar a los chicos a la escuela privada, y en los momentos en que empeora la situación económica, los sectores populares no pueden sostener a los chicos en la escuela pública por diversas razones, porque trabajan, etc., y los mandan a la escuela parroquial o a la ONG sostenida por una cooperativa. Y esto va más allá de la calidad de una o de otra, porque hay escuelas públicas y privadas buenas, más o menos, y malas; no hay estadística alguna que demuestre que hay una diferencia de calidad entre la escuela publica y la escuela privada.

–La investigación fue hecha con la Internacional de la Educación

–Sí. La Internacional de la Educación ya la hizo en África y en Asia. En América Latina se realizó en Colombia, Brasil, Uruguay y en Perú. Otra cosa es que en Estados Unidos hay mucha investigación. En realidad, donde más investigación hay sobre el tema de la privatización de la educación pública es en los Estados Unidos.

–¿Para qué sirve hacer estas investigaciones?

–En primer lugar para saber, para tomar conciencia de lo que está ocurriendo. Para que sepamos que nos están considerando una mercancía, que muchas de las decisiones que se toman tienen que ver con ponernos un precio, para conocer los aspectos más negativos de los cambios civilizatorios que estamos viviendo. Si uno cree que es posible que los pueblos orienten el cambio civilizatorio hacia un espacio democrático de dignidad y de creación de productividad, si uno cree que ese futuro es posible, tiene que tener conciencia de que lo contrario también es posible, y que lo contrario es lo que está ocurriendo en Brasil, lo que nos lleva a preguntarnos por qué el pueblo a veces, algunos sectores del pueblo, votan contra sí mismos. Ahí es donde cabe el lugar de la educación en el sentido amplio, en el sentido de que el proceso educativo abarca a toda la sociedad, no es solamente el sistema escolar. Ahora: tenemos que cuidar el sistema escolar, cuidar la educación pública y cuidar la escuela, porque el otro elemento junto con el home-schooling, con esa idea, es la desescolarización. Hay teóricos de la desescolarización que son asesores de este Gobierno, que son entre otros lo que han redactado la ley de fundación de la Unicaba, la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires, ley dentro de la cual está escondida la disolución de los institutos de formación docente. Ahí la idea básica que tienen es la de que la escuela es un impedimento para el desarrollo de la educación, que la escuela es una institución de siglo XX, del siglo XIX y junto con la escuela, el docente. Es decir, barren a la escuela y al docente.

Fuente de la Entrevista:

https://www.pagina12.com.ar/149060-escuela-de-negocios

ove/mahv

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Debate, Educación y Discurso de la Meritocracia

México / 15 de junio de 2018 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

Este 12 de junio, durante el tercer debate entre candidatos a la presidencia de la República, en Mérida, veremos cómo algunos de ellos, especialmente Ricardo Anaya y Pepe Meade, emplearán el discurso de la «Meritocracia» en la Educación, como argumento para contrastarse ante las propuestas en esa materia, del puntero en la contienda, según los estudios de preferencias electorales, Andrés Manuel López Obrador. ¿Cuál es el fundamento, el contenido y el sentido de ese discurso?

Funcionarios públicos (altos y medios), tecnócratas, líderes empresariales y de opinión, del sector privado, así como políticos «modernos» convencidos de las bondades del modelo neoliberal (cuyos valores imprescindibles son el «libre mercado», la globalización de las economías y un «Estado de bienestar disminuido o limitado», entre otros), consideran que la «Meritocracia«, como sistema de selección y formación de élites, es una condición indiscutible en la ruta por alcanzar una educación de «calidad».

El empleo, que hacen estos personajes, de un discurso con ese enfoque particular de la Meritocracia en la Educación, en México y el mundo, puede encontrarse en los textos de los pontífices de la Evaluación Educativa. Eduardo Backhoff, ex consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), por ejemplo, al tratar de contraargumentar las propuestas del candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre cómo resolver los problemas de la cobertura en educación superior, afirma lo siguiente: «…siempre habrá estudiantes que deseen estudiar en una institución, carrera o modalidad educativa (presencial o a distancia) y que por el cupo limitado de la institución no puedan acceder. En este caso, el único mecanismo que se me ocurre que AMLO puede estar pensando es el que utiliza la Universidad de la Ciudad de México (UCM): el sorteo de ingreso. Con este mecanismo se selecciona al azar a los estudiantes que ingresan a la institución… Sin embargo, este mecanismo presenta muchos inconvenientes. El primero de ellos es que rompe con la racionalidad del mérito y del esfuerzo. Ya no serán los estudiantes más destacados que ingresen a las mejores universidades, sino que todas las IES tendrán estudiantes igualmente formados (buenos, regulares y malos).» (ver SDP Noticias, 9 de junio, 2018)

El discurso de estos tecnócratas de «altos niveles académicos» (algunos, además, miembros del Sistema Nacional de Investigadores), como el ex consejero presidente del INEE, que ocupan puestos en las instituciones públicas con elevados ingresos económicos como «aristócratas de la intelectualidad» (diría Antonio Gramsci: como «intelectuales orgánicos»), sostiene que los estudiantes de Secundaria «deben» ser evaluados para ingresar a la Educación Media Superior, y que éstos a su vez, para ingresar a la Educación Superior, «deben» ser también sujetos (objetos) de la evaluación de ingreso o selección. No podría ser de otra manera, según ellos, porque se podría romper con la sagrada racionalidad meritocrática. Para ellos el «pase automático» en la UNAM, es una desviación insana. Como si el sistema de clasificación no fuera, en sí mismo, un sistema de reproducción de las prácticas de exclusión y de reciclaje de las desigualdades sociales.

Las historias reales de estudiantes que se han abierto camino, como individuos, por medio del sistema de méritos, han sido utilizadas por ciertas narrativas y en este tipo de discursos, para resaltar trayectorias de esfuerzo, trabajo, disciplina y «éxito». A través de esas biografías extraordinarias, se enfatizan los valores y las actitudes de dedicación y perseverancia para abrirse paso como personas, pese a las adversidades sociales, y alcanzar así un «lugar» en la sociedad.

Visto desde una mirada histórica superficial y desde un discurso simplista de la ruta Meritocrática, algunos personajes de nuestra historia nacional, serían ejemplos a seguir en la lógica de ese sistema. Sin embargo, hay que considerar que la noción de la «Meritocracia» es también una concepción ideológica, que busca legitimar un tipo específico de valores del ser humano para una sociedad de desigualdades. En ese sentido, la racionalidad del mérito es una construcción cultural e ideológica, que se basa en la creencia de que es posible generar, de manera libre, las élites profesionales o dirigentes como si se tratara de concretar, en lo social, los mecanismos de la «selección natural» darwiniana. Ideología que, al no considerar sus orígenes ni su estructura filosófica, como noción axiológica, corre el riesgo de dejar de lado las ideas de equidad, inclusión y democratización de la educación.

Tal como lo afirmó recientemente Adriana Puiggrós: «Marcar y establecer jerarquías o méritos entre los alumnos basándose en los logros de aprendizaje, en lugar de atender los obstáculos que se interponen para algunos, está al servicio de intereses que llamaré de la manera más directa: clasistas… Antediluviana es la pedagogía de la voluntad. Pero calza como anillo al dedo con el protocolo pedagógico destinado a formar al meritócrata. Definamos al meritócrata del Siglo XXI: es el que logra alcanzar metas que se imponen desde la sociedad del conocimiento corporativo, potenciadas por los prejuicios clasistas de los dueños del poder. Para ser meritócrata hay que ganarles a todos, meritócrata sólo hay uno, el que gana la carrera y se compra el Chevrolet. Pero no se trata de una rifa, sino de una carrera cruel que deja en el camino a miles y miles de niños y jóvenes, cuyo mérito destruye consignándolos como desertores en diversos escalones del sistema escolar, convertido en maquinaria de clasificación social. Sobre la correlación entre nivel de escolaridad y clase social hay una abundante literatura europea, norteamericana y latinoamericana. La relación entre ambos factores no es automática, pero la intención de usar las diferencias en el proceso educativo como instrumento que afirme a los alumnos en el sector de clase del cual provienen, ha cobrado fuerza en la era neoliberal. Hay cierto placer, cuando no saña, en ilusionarse con ser meritócrata. Hay que tener voluntad y esforzarse para no equivocar un renglón en los comportamientos y contenidos impuestos. Nada de imaginación. Es especialmente importante otorgar consenso a la evaluación. Esta sustituye la enseñanza pues en la pedagogía meritocrática lo que vale es medir bien, no saber. Sustituye el enseñar por la tasación de los conocimientos. Esa es la línea que rige la política educativa del gobierno.» (1)

Un estudiante que egresa de una Telesecundaria, ubicada en una zona rural, sin condiciones económicas favorables y sin servicios sociales ni culturales a su alcance; que no cuenta con oportunidades de desarrollo intelectuales y económicas, y que vive en un entorno con escasa conectividad con las nuevas tecnologías de la información, será con toda seguridad un estudiante expulsado del sistema meritocrático. ¿Qué hacer, entonces, con ese fenómeno social vigente, de la expulsión masiva de los jóvenes (400 mil cada año) del sistema educativo mexicano? ¿Continuar con la aplicación de las reglas y contenidos de la Meritocracia o hacer un cambio profundo, en el que consideren los criterios de equidad y apertura de oportunidades?

«El logro individual (basado en esfuerzo y mérito) versus adscripción o herencia es una imagen poderosa, una representación de las posibilidades del capitalismo moderno, una fuente de legitimación; una importante promesa de movilidad social, de las recompensas al individuo que estudia y se empeña. Al mismo tiempo es una representación que minimiza el papel de las desigualdades socioculturales preexistentes, en las posibilidades reales de movilidad social y en el funcionamiento de la presunta meritocracia (Young: 1958). También implica la “individualización” del éxito y del fracaso escolar y laboral, y la legitimación de la desigualdad (desigualdad “merecida” o deserved inequality) como el resultado objetivo de diferencias en mérito y en logros educativos.» (2)

El discurso de la meritocracia es eje lingüístico y racional de las élites políticas; de los círculos poderosos y cerrados del saber institucionalizado; de los privilegiados miembros del «establishment»; de los sectores dirigentes empresariales que deciden qué y cómo se habrán de seleccionar o reproducir los aspirantes a ocupar las posiciones de poder en los ámbitos económico, político, científico y cultural. El discurso meritocrático es el que esgrimen los «pontífices del saber» para reafirmar su propia autorrepresentación como líderes y como parte esencial de su imaginario social: alcanzar la «cima de la meritocracia». Sin embargo, ignoran, de manera contradictoria o intencional, que la racionalidad meritocrática es, sobre todo, un mecanismo excluyente, de reproducción de las inequidades y las desigualdades sociales.

 

(1) Adriana Puiggrós. Meritocracia o democracia en la Educación. Sociología de la Educación. Mayo, 2016. http://socioldelaeduc.blogspot.com/2016/05/meritocracia-o-democracia-en-la.html

 

(2) Gómez, V. M.; L. González y R. Forero.  Formación de élites y educación superior: meritocracia y reclutamiento en el Departamento Nacional de Planeación. Universidad Nacional de Colombia, Rev. Colombiana de Sociología. Nº 28, 2007.

 

jcmqro3@yahoo.com

 

Fuente del Artículo:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/06/11/debate-educacion-y-discurso-de-la-meritocracia

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