Costa Rica: Educación y transformación cultural, claves para acatar encíclica ambiental

03 Diciembre 2017/Fuente:2001.com.ve /Autor: EFE

El presidente de la Fundación Vaticana Ratzinger y exportavoz del VatincanoFederico Lombardi, afirmó este viernes que una transformación cultural profundala solidaridad y la educación, son puntos claves para acatar la encíclica Laudato Si sobre cambio climático del papa Francisco.

Lombardi expuso las conclusiones del Simposio internacional sobre Laudato Si, celebrado por dos días en Costa Rica, y destacó la importancia de ese texto del papa Francisco porque «va a durar en el tiempo y es urgente conocerlo y profundizarlo».

«Es importante que reflexionemos, que hagamos un estudio analítico, atento, de cuales son los factores de una buena vida para la persona. Tenemos que transformar el criterio que nos dice cuál es el progreso real de nuestros pueblos», manifestó Lombardi.

Una de las conclusiones del sacerdote indica que la gente y los países deben caminar hacia una «conversión ecológica» mediante la cual «se pase de la cultura del descarte, a la cultura del cuidado; y de la cultura del individualismo a la de la solidaridad».

Lombardi también señaló a la educación como punto clave para lograr un mayor progreso humano de la mano de la protección del ambiente.

«Las universidades tienen una responsabilidad porque es por definición un lugar del diálogo y síntesis de saberes, y hemos aprendido del Laudato Si que tenemos la necesidad de una ecología integral que junta las dimensiones de la vida y la persona humana», comentó.

Lombardi hizo un llamado para que la educación «en todas las edades», tanto en casa como en centros educativos, se fomente una «nueva mentalidad» enfocada a los «valores de la vida como la solidaridad».

Más de 700 expertos de 20 países debatieron los últimos dos días bajo el lema «El cuidado de la Casa Común: Una conversión necesaria a la ecología humana», acciones en favor del medioambiente y el bien social, con el fin de atender las preocupaciones y retos señalados en la encíclica Laudato Si.

En la encíclica el papa Francisco critica el consumismo exagerado, el desarrollo irresponsable del planeta, y urge una acción mundial rápida y unificada para combatir la degradación ambiental y el cambio climático de la mano con el bien social.

Durante este foro la Universidad Católica de Costa Rica, organizador del evento junto a la Fundación Ratzinger, lanzó un observatorio Laudato Si para evaluar a 127 países en materia ambiental y social mediante un índice o ránking.

Lombardi hizo un llamado para que el observatorio y el índice sirvan para la reflexión y la búsqueda de soluciones y no solo como una herramienta que sirva para establecer diferencias entre las naciones ricas y las pobres.

En las conclusiones también participó el subdirector adjunto de la Organización de las Naciones Unidaspara la Alimentación y la Agricultura (FAO), el costarricense René Castro, quien dio algunas cifras relacionadas a las preocupaciones expuestas por el papa en la encíclica.

Castro dijo que hay 815 millones de personas con hambre en el mundo160 millones de niños menores de 5 años en estado de desnutrición y que cerca del 30 % de los alimentos que se producen se desperdicia.

«Nuestra casa está en peligro. Tenemos la tecnología, los conocimientos científicos, las organizaciones y el dinero para responder a las necesidades, pero nos está haciendo falta algo sustancial: el espíritu y la fe», expresó Castro.

Este fue el séptimo simposio que organiza la Fundación Ratzinger y es la primera vez que escoge una sede de Centroamérica y el Caribe.

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Algunas razones para concertar una agenda de transformación de la educación.

Tanto los medios de comunicación, como investigaciones y estudios sobre la educación del país coinciden en que es necesario activar procesos que conduzcan a realizar transformaciones relevantes en la educación.

Por: Rafael Lucio Gil.

Tanto los medios de comunicación, como investigaciones y estudios sobre la educación del país coinciden en que es necesario activar procesos que conduzcan a realizar transformaciones relevantes en la educación. Pareciera que el tema se ha constituido en el imaginario colectivo de mayor consenso.

Construir una agenda con ejes concretos de transformación articulados sistémicamente no es tarea fácil, ni de una sola institución o grupo de organismos de sociedad civil. Al respecto, ya la Constitución de la República establece que, la educación, es un proceso único, democrático, creativo y participativo… (Arto. 117); que el Estado promueve la participación de la familia, la comunidad y el pueblo en la educación,  y garantiza el apoyo de los medios de comunicación social a la misma (Arto. 119); por otra parte, también el Arto. 126 afirma que, es deber del Estado promover el rescate, desarrollo y fortalecimiento de la cultura nacional, sustentada en la participación creativa del pueblo.

Por su parte, la Ley General de Educación establece la importancia clave que tiene la participación de la sociedad y sus estamentos, movimientos y organizaciones sociales. En su artículo 3, numeral h), recoge como uno de sus principios, la participación como un deber y un derecho de todos. En su artículo 109, en sus numerales d) y e) plantea, la necesaria participación de la familia y demás instancias en la educación. Así mismo, en los artículos 113 y 114 norma que se requiere, también, la participación de la sociedad, dados sus intereses, objetivos y responsabilidades. Y por último, en el artículo 115 refiere que las organizaciones civiles, instituciones, empresas y sociedad civil en general, tienen el deber y derecho de participar activamente en planificar, gestionar y evaluar la educación.

Queda, en este sentido muy claro que, a diferencia de la situación actual, según la cual no se escuchan las voces de quienes quieren aportar mejoras relevantes a la educación, la Ley claramente establece lo contrario.

Otros argumentos meritorios también apuestan a hacer posible este concurso institucional y social para construir propuestas de transformación educativa. En este sentido, se ha repetido frecuentemente que, la educación, es factor clave y decisivo del desarrollo humano del país. Diversas Cumbres Mundiales de Educación, como las tres últimas de Jontiem (1990),  Dakar (2000) e Incheon (2015), y otros acuerdos mundiales, particularmente el Objetivo 4 de la Cumbre del Desarrollo Sostenible 2030, ha reiterado año con año, la importancia de repensar la educación, superando la brecha que la separa de las demandas nacionales y globales, debiéndolo hacer, con amplia participación de toda la sociedad, escuchando de manera especial, a los sectores que han sido más olvidados.

Todos estos acuerdos dejan claro que, ha de constituirse la educación en el motor que movilice los cambios hacia un Modelo de Desarrollo Humano, centrado en las personas. Estos son motivos suficientes para considerar la educación una tarea de todas las fuerzas vivas del país, de manera que, con este gran esfuerzo de participación masiva, Nicaragua logre concertar un modelo educativo de calidad, empeñado en desarrollar conocimientos, competencias y capacidades de pensamiento lógico y crítico, científicas, sociales, culturales, cívicas y actitudinales, en lucha por la justicia que demanda un Modelo de Desarrollo Humano para superar la pobreza y la desigualdad.

La educación es responsabilidad y tarea de todas las instituciones, familias y ciudadanía en general del país. Si bien es cierto que el Ministerio de Educación es su principal responsable, también lo es que esta no es patrimonio de ninguna institución o partido, sino de toda la población sin distingo alguno. Se trata de una construcción colectiva de toda la sociedad, por cuanto cada individuo se hace persona, en tanto se involucra, tanto en su desarrollo físico, cognitivo, emocional y espiritual, como en los procesos sociales que le perfeccionan como persona. Es, precisamente, participando plenamente en todos los procesos educativos y sociales que la educación adquiere la legitimidad, pertinencia y relevancia requeridas, en rumbo hacia la calidad.

Por otra parte, es bueno recordar que la educación es un derecho humano natural (Declaración de Derechos Humanos, 1948) de cada persona, y es deber del Estado garantizarlo. En tal sentido, es imperativo que la participación de toda la ciudadanía en su defensa se despliegue explícitamente en la formulación de propuestas y políticas educativas, así como en el monitoreo del cumplimiento del Estado de este deber, recordando y exigiendo su cumplimiento con la efectividad y calidad debidas.

Sobran otros muchos argumentos al respecto. Todos pretendemos entender más y mejor la educación para amarla mucho más y comprometernos con su transformación. Como país, es de vital importancia lograr que el Estado que somos todos, se constituya en un Estado, en estado de Educación.

Nicaragua demanda que con la participación de todos hagamos crecer el compromiso con la educación, si queremos para ella un futuro promisorio. La Propuesta de Agenda de transformación de la Educación, actualmente en proceso de construcción colectiva por parte de buen número de organismos de sociedad civil llama a todas las puertas de instituciones educativas públicas y privadas, empresas, iglesias, universidades, Ministerio de Educación, Inatec, padres y madres de familia, Gobierno en general, jóvenes estudiantes y demás personas de buena voluntad con interés en la educación. Todos cabemos en la lucha por una Educación de calidad. Todo el país merece la oportunidad de contribuir a concertar nuevas maneras de pensar y hacer la Educación.

Fuente: https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/446857-algunas-razones-concertar-agenda-transformacion-ed/

Imagen: http://jurjotorres.com/wp-content/uploads/2016/07/Cameron-Cottrill–1024×498.jpg

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