Amanda Céspedes, neuropsiquiatra infantil-juvenil: «La educación escolar ha perdido el rumbo»

Chile / 14 de enero de 2018 / Autor: Loreto Santibañez / Fuente: El Mostrador

La especialista afirma que todas las disciplinas son necesarias y que una verdadera pedagogía innovadora «tendría un curriculo en el cual la música, las artes, la filosofía, el pensamiento crítico y la naturalización fueran centrales», sin clases de 45 minutos ni Jornada Escolar Completa.

Amanda Céspedes es una reconocida neuropsiquiatra infantil-juvenil de nuestro país, por lo que es un referente a la hora de hablar de educación según el desarrollo emocional de los niños y adolescentes.

Es por eso que el viernes 19 de enero participará en el panel Cambiar Para Educar del próximo Congreso Futuro que se desarrollará en nuestro país.

Actualmente es docente de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile y miembro del directorio de la Fundación Mírame, entidad sin fines de lucro dedicada a innovar el sistema de integración escolar de niños con trastornos del desarrollo.

Ha publicado una variedad de artículos en revistas científicas de Chile y el extranjero. Es autora y co-autora de los libros “100 preguntas sobre educación escolar” (2015), “Esos locos bajitos” (2015), “Déficit atencional en niños y adolescentes” (2013) y “Educar las emociones. Educar para la vida” (2012).

-¿Cuál es el diagnóstico de la educación actual?

-Prefiero cambiar «el» por «mi» y aclarar que me voy a referir a la educación escolar (prebásica, básica, media). Mi diagnóstico es que todos deseamos cambios, pero a la hora de enfrentarlos, no hay voluntad, porque el cambio debe ser radical y por lo tanto implica riesgos, crisis, admitir errores, etc. Entonces se plantean ciertos cambios como «innovación incremental» cuando en realidad es mejora cosmética. Todo sigue igual. En lo medular, es una educación que prepara para el mercado en una perspectiva industrial, es decir, como si siguiésemos en el siglo XX. A nivel de la educación privada se han dado pasos importantes, pero la educación municipalizada sigue atrapada en una espiral descendente. ¿ Cómo esperar que los profesores lleven a cabo innovaciones reales cuando trabajan en aulas llenas de niños (más de 40), sentados mirando a un pizarrón?  Aulas donde no hay cabida a la creatividad, a aprender a través de preguntas, del hacer, del indagar. ¿Cómo innovar si el profesor carece de libertad para  adaptar el curriculo a su particular universo de alumnos y debe someterse a extenuantes fiscalizaciones si no cumple con lo que otros le dicen que debe hacer?

La especialista sabe de lo que habla pues ha recorrido Chile conociendo distintas realidades educativas, con experiencia en aulas rurales, unidocentes, privadas, subvencionadas. «Hay entusiasmo por parte de los profesores respecto a aprender nuevas metodologías, pero he podido aquilatar que en su formación hay una gran ausente: la didáctica. Y las metodologías que se aplican porque en otros países han tenido éxito pero sin una didáctica adecuada, siempre fracasan. La educación escolar recita un discurso obsoleto y traidor para los  alumnos. Les  trata de convencer de que la felicidad se escribe con 3 letras: PSU, una llave que abre las puertas del éxito. ¡¡¡Pero la PSU mide apenas 2 o 3 de la docena o más de talentos humanos, que  palpitan vibrantes los primeros 15 años de la vida!!! Y la felicidad no está en el mercado, está en el interior de cada alumno cuando se sabe valorado, importante, cuando percibe vínculos reales con sus educadores», sostiene.

Por eso cree que «la educación escolar ha perdido el rumbo. Los profesores normalistas sabían o intuían que aprender es un laborioso proceso que se logra a través de la práctica y del aprender con sentido. Pero desde los 70 en adelante se cree que  aprender es un «evento express» cuya responsabilidad recae en el alumno. Si no aprende, se le envía a la fila de los NNEE (Necesidades educativas Especiales) y se multiplican los Programas de Integración Escolar (PIE).  Con este convencimiento, se abulta el curriculo privilegiando la cantidad y sacrificando la calidad. Si salimos del ámbito escolar pero nos quedamos en el ámbito Educar, soy hincha de lo que hacen programas como Chile Crece Contigo,  Mi Salud, Mis Derechos.  Ésas son verdaderas innovaciones».

Y por eso también piensa que las neurociencias son fundamentales. «Las neurociencias aplicadas dan un giro total a los conceptos de  Educar, Enseñar, Aprender. Permiten entender cómo se lleva a cabo el laborioso proceso del aprender, que consiste en cambiar el cerebro haciendo nuevas redes neuronales, las que deben ser sólidas, versátiles e indelebles. Las neurociencias aplicadas a la educación empoderan al docente y al mismo tiempo lo invisten de humildad y de reverencial respeto frente a las potencialidades de los niños. El dilema es que se precisa saber encelar neurociencias aplicadas a quienes son docentes. Y ésta es una tremenda tarea y muy compleja».

-Según los resultados de pruebas como Simce o PSU, pareciera que la educación es un privilegio, sobre todo por el rendimiento de los sectores mas acomodados. ¿Cómo se puede desarrollar el potencial de los niños más allá de los recursos de cada establecimiento? 

-Comprendiendo que todos los niños nacen iguales, con las mismas potencialidades. Todos los niños (exceptuando aquellos que nacen con severos daños neurológicos, y que no son más de un 2 a 3 %) nacen con un cerebro prodigioso que se abre a las oportunidades. Pero nuestros países en desarrollo fracasan en ofrecer oportunidades igualitarias, en invertir recursos de manera equitativa. La pobreza va labrando cerebros diferentes, que son capaces de aprender tal como aprenden los niños que nacen con ventajas de recursos y oportunidades, pero necesitan de ciertos fertilizantes que la educación no sabe entregarles. Necesitan de más tiempo, de muchos vínculos afectivos, de aprendizajes con sentido para sus vidas, de un infinito amor respetuoso. Y si vamos a las escuelas municipalizadas, en muchas de ellas nos encontramos con decenas de situaciones de vulneración que nadie ve pero que los niños perciben y que aumentan su exclusión social. En otras palabras, el potencial está, y hay que comenzar a desarrollarlo desde el nacimiento, invirtiendo mucho los primeros 10 años de la vida, cuando todo es posible. Pero hay que invertir con generosidad y visión de futuro. Entender que no podemos sostener un Chile dividido en ricos (pocos) y pobres (muchos) y al mismo tiempo hacer cambios cosméticos en educación.

-No todos los colegios son para todos los niños. ¿Cómo encontrar el establecimiento adecuado? 

-Ufff… en este sentido yo soy muy realista. En primer lugar, habría que echar por tierra los prejuicios de las familias, de modo de  crear establecimientos donde convivan niños de distintas realidades territoriales, sociales, culturales, lingüísticas, etc. La multiculturalidad enriquece la inteligencia humana. Y atreviéndose a  cambiar de raíz la educación tradicional, abriéndose a experiencias pedagógicas mal llamadas alternativas. Yo sembraría por Chile centenares de escuelas Waldorf y Montessori, e iría a Europa a aprender de los jesuitas en España para traer experiencias innovadoras a escala humana, no a escala económica.

-¿Qué pasa con otras áreas que no se potencian como las artísticas, privilegiando las matemáticas y ciencias? ¿Cuan necesarias son para el desarrollo de los niños?

-Todas las disciplinas son necesarias, pero se debe cambiar el criterio que separa unas de otras para hacerlas una unidad. Se aprende ciencias desde el arte, se descubren las matemáticas desde la música. Una verdadera pedagogía innovadora tendría un curriculo en el cual la música, las artes, la filosofía, el pensamiento crítico y la naturalización (aulas al aire libre en medio de la naturaleza, perros en los patios de recreo) fueran centrales. Todo interdisciplinario. Muerte a las disciplinas que se enseñan cada 45 minutos. Muerte a la Jornada Escolar Completa dedicada a meter contenidos en las mentes infantiles.

¿Existe una diferencia en cuanto a niños y niñas en capacidades y desarrollos o son más bien los estereotipos sociales los que definen los intereses?

-No hay diferencias sustanciales: el 90% de lo que vemos como diferencias son debidas a estereotipos sociales. El 10% restante se explica por diferencias conocidas como dimorfismo sexual cerebral, y que no tienen un impacto real en lo educativo si las didácticas son las adecuadas.

Fuente de la Entrevista:

http://www.elmostrador.cl/braga/2018/01/08/amanda-cespedes-neuropsiquiatra-infantil-juvenil-la-educacion-escolar-ha-perdido-el-rumbo/

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La salud mental de los docentes: un agente clave en la educación de las emociones

Colombia / 1 de octubre de 2017 / Autor: Camila Londoño / Fuente: Elige Educar

En su libro “Educar las emociones, educar para la vida”, la psiquiatra Amanda Céspedes habla del papel esencial del profesor en la educación emocional de niños y adolescentes.

Amanda Céspedes es médica psiquiatra de la Universidad de Chile. Se especializó en psiquiatría infantil y juvenil. Además realizó un posgrado en neuropsicología y neuropsiquiatría infantil en la Universidad degli Studi en Italia, ha dictado clases de psicología y es miembro directivo de la Fundación Mírame, entidad que busca innovar en el sistema de integración escolar de niños con trastornos del desarrollo. A través de diversos libros como el Déficit Atencional en niños y adolescentes, Niños con pataletas, adolescentes desafiantes y Educar las emociones, educar para la vida, la experta se ha centrado en dar herramientas claves para que educadores, padres (y otras personas que se relacionan de forma permanente con niños), puedan guiar a los niños en su formación emocional, desarrollando así sus potencialidades y talentos.

En su libro Educar las emociones, educar para la vida, la autora dedica un capítulo a hablar del profesor como agente clave en la educación de las emociones.

Amanda parte de la premisa de que evidentemente, los niños pasan muchas horas de su día en la escuela, un espacio donde profesores, compañeros y otros adultos, influencian su vida. Luego de la escuela, los niños salen para intentar conquistar el mundo pero, ¿están realmente preparados para hacerlo desde todos los puntos de vista? Inspirada en la visión de Maria Mon tessori, quien decía que la educación debía hacer énfasis en la formación integral del niño (más allá del intelecto) y en el desarrollo de la personalidad saludable como medio para construir sociedades mejores, Amanda asegura que el maestro tiene que orientar su esfuerzo hacia ese objetivo y debe trabajar desde dos planos en particular: el sólido desarrollo del intelecto y el emocional.

Pero, desde su punto de vista, ¿cuáles son los requisitos para que un profesor pueda llevar a cabo un educación emocional efectiva?

  • Tener un conocimiento intuitivo e informado acerca de la edad infantil y adolescente, particularmente de sus características psicológicas.
  • Conocer la importancia y las características de los ambientes emocionalmente seguros en el desarrollo de la afectividad infantil.
  • Poseer un razonable equilibrio psicológicos y ausencia de psicopatología.
  • Conocer técnicas efectivas de afrontamiento de conflictos.
  • Emplear estilos efectivos de administración de la autoridad y el poder.
  • Comunicación afectiva y efectiva.
  • Verdadera vocación por la misión del maestro.
  • Un permanente y sincero trabajo de autoconocimiento.
  • Una reflexión crítica constante acerca de los sistemas de creencias y de su misión como educador.

De la mano con esto, Amanda sugiere que el profesor debe ser consciente de un proceso de crecimiento que surge paralelo al de sus estudiantes y debe ser consciente de su papel protagónico en la gestión de un clima en el aula que puede ser favorable o desfavorable para el aprendizaje propio y el de sus alumnos. En ese sentido, el impacto de la salud mental del profesor sobre su calidad como educador de las emociones y su capacidad para crear climas en el aula de crecimiento emocional y cognitivo es también un aspecto fundamental.

La salud mental de los profesores

La salud mental laboral es un concepto de la salud preventiva que alude a un estado de bienestar integral del trabajador. Lamentablemente, ese bienestar en los profesores, a menudo se deteriora y resulta preocupante, dice Amanda, que aquellos docentes que sufren de ansiedad o estrés por múltiples razones, deban enfrentarse a la educación emocional. ¿Por qué? Porque el cerebro de los niño leen las emociones negativas de una persona que sufre de estrés crónico y hace una comprensión implícita de éstas. En otras palabras, las emociones son contagiosas y un profesor que sufre del llamado síndrome burn out (desgaste), puede llegar a perder la sensibilidad para atender las emociones de sus alumnos. Por lo mismo, proteger la salud mental de los profesores debería ser una tarea urgente e ineludible; hacerlo no sólo es proteger sus emociones, sino también las de los estudiantes.

Esta tarea, dice la experta, debe abordarse de forma integral. ¿Cómo? No ofreciendo medidas temporales (como una licencia médica), sino más bien otorgando herramientas que perduren en el tiempo, como medidas multidisciplinarias centradas en el trabajo individual, técnicas grupales de efectividad en el tratamiento de conflictos y estrategias organizacionales dentro de las escuelas. Esto, acompañado de un mejoramiento sustancial de las condiciones laborales, especialmente lo relativo al clima laboral, las remuneraciones, la extensión de jornadas laborales, entre otras.

“El profesor que busca efectividad real debe empezar por creer en sí mismo para poder creer desde el corazón que, como maestro, tiene un papel de trascendencia en el destino de sus alumnos”.

Fuentes: Educar las emociones, educar para la vida, Amanda Céspedes. Vergara Grupo Z, 2008
Fuente del Artículo:
http://www.eligeeducar.cl/la-salud-mental-los-docentes-agente-clave-la-educacion-las-emociones
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