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Conadu al frente: Entrevista, Fernanda Saforcada

Por: CONADU TV.

HOY en “CONADU AL FRENTE, el programa de la docencia universitaria» FERNANDA SAFORCADA comparte los primeros resultados de la investigación que coordina desde el IEC sobre las formas de privatización y mercantilización de la educación superior y el conocimiento en América Latina.

 

►Escuchanos todos los LUNES de 19 a 20 hs por Radio Caput www.radiocaput.com

 

Fuente de la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=txjMJOGPyPE

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Vídeo: «Que la rebelión chilena no termine ahí, que sirva para inspirar a toda América Latina»

Por: La Izquierda Diario.

Reproducimos a continuación el discurso de Beatriz Bravo, joven trabajadora de Correos Chile. La fuerza que se despertó en los jóvenes y trabajadores de Chile, una rebelión tan profunda que pueda contagiar a toda América Latina y no sólo terminar el gobierno de Piñera y la impunidad de la represión sino terminar con las desigualdades del capitalismo.

Compañeros y compañeras. Como decían los compañeros que nos presentaron, hoy se está cumpliendo un mes desde que empezamos la revuelta popular en Chile. ¿Y qué decirles? Decirles que es verdad ese grito de que Chile despertó. Decirles que la bronca, la rabia y el odio profundo que acumulamos durante años se empezó a expresar con la lucha contra el aumento del pasaje, pero rápidamente demostró que era contra toda la herencia de la maldita dictadura pinochetista. Es la herencia del dictador Pinochet que mantuvieron intactos todos los Gobiernos de la exConcertación durante 30 años, y por eso nuestro grito y nuestra lema se transformó: ¡No son 30 pesos, son 30 años!

Yo soy una joven trabajadora, tengo 30 años y como se darán cuenta nunca he vivido ningún tipo de forma distinta a la legada por la herencia de la dictadura. Un régimen en Chile que no nos ofrece nada más que miseria, que no nos ofrece nada más que precarización. A nuestra juventud, desde que es muy pequeña, se nos dice que no tendremos derecho absolutamente a nada. Que si queremos estudiar tenemos que endeudarnos y pagarles millones a la banca privada y que nos quedaremos sin la posibilidad de postular a la vivienda. Un sistema de salud tan miserable, en donde nuestros familiares mueren en las salas de urgencia en los hospitales, donde mueren en listas de espera eternas porque no tienen insumos para tratarlos. Y además, en un país donde nuestros ancianos son los que lideran las tasas de suicidio, porque luego de trabajar 40, 50 años o incluso más, los empresarios se llevan todas sus jubilaciones y los dejan en la calle. Ese es el Chile de los empresarios, ese es el verdadero oasis de América Latina del que tanto hablaban con orgullo los capitalistas, en donde un 1 % de los más ricos se lleva el 27 % de las riquezas. Y es verdad también que los verdaderos saqueadores de saco y corbata gozan de impunidad, esos son los verdaderos saqueadores que nos han robado todo al pueblo trabajador, a la juventud y a los pobladores.

Tenemos unas Fuerzas Armadas que han gozado de profunda impunidad y una Policía que también, gracias a la herencia de la dictadura. Por eso me paro acá también y grito con mucha fuerza que repudiamos ese golpe militar orquestado por las Fuerzas Armadas, los empresarios, la Iglesia y la derecha de Bolivia, esa derecha que también enfrentamos en Chile, y gritamos con toda la fuerza: ¡Fuera el imperialismo de América Latina!

Los y las que tenemos 30 años venimos de varios años de haber salido a luchar. En 2006 protagonizamos, siendo estudiantes secundarios, la revolución pingüina, como le decimos allá. Desde muy pequeños ya sabíamos que la educación de mercado solo es un filtro de clase que beneficia a los más ricos. Volvimos a salir con mucha fuerza en 2011, protagonizando paros y tomas durante meses, luchando por la educación gratuita y hoy, con mucho orgullo, somos parte de esa juventud sin miedo. Esa juventud sin miedo que a nuestras generaciones anteriores, que venían profundamente derrotadas y golpeadas por esos años de transición pactada y esa maldita dictadura, hoy nos dicen «gracias por devolvernos la esperanza y las ganas de luchar», y eso compañeros y compañeras, lo hemos logrado con la lucha de estudiantes, trabajadores y pobladores en Chile.

Esa enorme fuerza se expresa en todos lados. Nos han tratado de sacar de las calles de todas formas, porque los hicimos temblar. Con esos pacos que reprimen y matan, esos mismos pacos que gozan de impunidad.

¿Ustedes saben que Piñera nos declaró la guerra? Nos declaró la guerra cuando estábamos en los primeros días de movilización para después ofrecernos migajas en un pacto social. Mientras, en simultáneo, nos reprimían, torturaban, violaban, dejando ciegos a nuestros compañeros luchadores. Pero lo mejor, es que no les tenemos miedo. Nosotras y nosotros hoy día estamos decididos a hacer que la vida valga la pena. No vamos a traicionar a nuestros muertos ni a nuestros compañeros heridos, porque son ellos también los que nos dicen que tiene que servir de algo y que esta lucha no puede acabar, que esta lucha tiene que continuar. ¿Y por qué? ¡Porque seguiremos en las calles hasta acabar con esta herencia de la dictadura pinochetista y con nuestros muertos no se negocia!

Si ustedes no saben, en Chile ahora está pasando algo muy, muy importante. Nosotros tenemos un concepto para denominar a los acuerdos de los partidos políticos por arriba, en los salones del Parlamento y en el Congreso. Y como saben también, nuestro Congreso es uno de los más caros a nivel internacional, donde los parlamentarios ganan 35 veces lo que ganamos los trabajadores. ¡No les da ni vergüenza! A nosotros, la juventud trabajadora, nadie nos tiene que venir a explicar como son las cosas. Tenemos los sueldos más bajos para las y los trabajadores en comparación con los salarios de los parlamentarios. Y por eso mismo, como les decía, le decimos «cocina parlamentaria» a todo acuerdo que trate de pasar por encima de nuestra movilización, y es eso lo que están gestando hoy día.

Este jueves pasó eso. Desde la derecha pinochetista, todos los políticos de la exConcertación y las principales figuras de los partidos del Frente Amplio, se juntaron entre ellos y salieron negociando. ¿Y cómo lo llamaron? «Un acuerdo por la paz». Pero esa paz es para salvar a Piñera y mantenerlo en el poder, es una paz para los empresarios y la herencia de la dictadura y todos esos 30 años que queremos aniquilar, porque no queremos más esos pactos por encima.

Nos quieren tender una trampa. La consigna de Asamblea Constituyente se ha tomado sectores importantes de la movilización y es porque expresa el genuino deseo que tiene hoy día el pueblo chileno de decidir. A eso lo convirtieron en un congreso o convención constituyente que es para que sigan gobernando los mismos de siempre. Una de las primeras trampas es que deja impune y mantiene en el poder al asesino Piñera. Y claro, mientras nosotros gritamos todos los días y planteamos en todos lados ¡Fuera Piñera! ellos hacen una negociación para salvarle la cabeza y mantenerlo en el poder.

Y luego, en esa constituyente las normas que se definirán serán votadas por un quórum de dos tercios. ¿Y eso qué significa? Que serán los políticos empresariales y los mismos empresarios los que tendrán capacidad de veto a todos los debates que se den al interior de ahí. Quieren burlar la soberanía que nosotros estamos exigiendo como pueblo trabajador. ¿Para qué? Para que no haya ningún cambio profundo. Pero además de esto nos llaman a votar en un plebiscito en abril, para recién votar representantes en octubre del próximo año y bajo las formas electorales actuales. ¡Se quieren reír en nuestras caras, pero no creemos en sus mentiras y por eso ayer fuimos decenas de miles en las calles a nivel nacional, denunciando esta trampa y enfrentando la represión!

Casi todos los partidos del régimen y los medios de comunicación están desesperados por meternos en este desvío. Pero estamos convencidos que el proceso revolucionario que hemos iniciado en Chile llegó para quedarse. No será lineal, eso también lo tenemos claro. Pero sabemos que no queremos que nuestro país siga siendo el ejemplo para los capitalistas a nivel internacional. ¡Nosotros queremos que Chile sea la tumba del neoliberalismo! ¡Y queremos que la rebelión popular en Chile no termine ahí. Que esa fuerza inspire a toda la juventud y a todos los pueblos de América Latina y que sí se puede, que sí podemos revelarnos contra este sistema de mierda que los capitalistas nos impusieron vivir!

Nosotros y nosotras, las y los revolucionarios del PTR somos bien claros: es necesario una huelga general hasta echar a Piñera, paralizando el conjunto de la producción. Y sobre las ruinas de este régimen putrefacto levantar una Asamblea Constituyente ya, pero no cualquier asamblea constituyente. Una libre y soberana, en donde todos los mayores de 14 años puedan participar, algo completamente distinto a lo que deciden en esa cocina parlamentaria, en donde quieren que solamente puedan participar desde los 20 años. Tienen el descaro de tratar de dejar fuera a nuestra juventud, a los principales motorizadores de esta revuelta.

Para nosotros esa constituyente trucha no sirve, no responde a las demandas que tenemos hoy día en las calles y en todos lados. Nosotros queremos votar electores que por cada 10.000 tengan un representante, que sean revocables, y donde ganen lo mismo que una maestra y no los sueldos millonarios que ganan hoy día los parlamentarios. Nosotros y nosotras decimos que tienen que ser electos de manera democrática y que pueden ser representantes sindicales y de organizaciones obreras, estudiantiles y sociales. Una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana que pueda votar todas las medidas de emergencia que necesitamos las grandes mayorías, sin respetar esas instituciones que blindan a los políticos de saco y corbata en los salones parlamentarios, sin ningún tipo de poder de veto.

Y no seremos ingenuos tampoco. Sabemos que para conquistar nuestras demandas hay que atacar el poder de los capitalistas. Por eso decimos que tenemos que nacionalizar el cobre y ponerlo bajo gestión obrera, acabar con las privatizaciones, expropiar los puertos y toda esa ganancia, en vez de que se vaya para un puñado de capitalistas, se ponga al servicio de nuestras demandas básicas. Pero no solamente que se resuelvan esas cosas: queremos una salud y educación gratuita pero también demandas fundamentales como el derecho al aborto o como la autodeterminación del pueblo mapuche, que ha sido durante años saqueado y reprimido por el Estado de Chile.

Pero tampoco nos vamos a comer cuentos, sabemos que los capitalistas harán todo lo posible por impedir que les quitemos sus privilegios. Por eso desde el PTR estamos impulsando con todas nuestras fuerzas asambleas y coordinadoras de base, donde estudiantes, trabajadores y pobladores podamos organizar para salir con fuerza a sacar a Piñera del poder y terminar con su Gobierno asesino y criminal y con la herencia de la dictadura. Ellos pondrán resistencia si o si y desatarán su furia cuando queramos poner estas medidas. Y es que para nosotros esto sienta las bases de un Gobierno de trabajadores y trabajadoras, de ruptura con el capitalismo, que pueda efectivamente darle respuesta íntegra a nuestras demandas, basada en la autoorganización y en la fuerza de las masas.

Compañeros y compañeras, para terminar: los responsables de nuestros padecimientos y esos que se llaman «de izquierda», que en realidad hoy día le salvan la cara a Piñera y a todo su Gobierno y este régimen, quieren llevarnos a repetir la misma cocina que ellos han repetido durante años. Quieren que vayamos con su desvío y que volvamos a hacer lo mismo que es con lo que queremos acabar en este régimen. ¡Y a todos ellos les decimos que no! Porque nada bueno va a venir para nosotros. Ninguna demanda democrática la vamos a conquistar si siguen gobernando los mismo de siempre. Pero tampoco sobre la base de la impunidad de los que han asesinado, torturado, violado o golpeado a nuestras compañeras y compañeros. Por eso aquí me paro para denunciar que mientras ellos se llenan hipócritamente la boca hablando de paz, ayer reprimieron a nuestro pueblo trabajador en Chile. Los pacos y este Gobierno son los responsables políticos y materiales de que nuestro compañero Abel, un luchador, muriera porque los pacos le impidieron la entrada a los que venían a rescatarlo. ¡Por eso no nos vamos a ir hasta que logremos el juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales de la represión!

¡Muchas gracias compañeras y compañeros!

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Libro: Genealogías críticas de la colonialidad en América Latina, África, Oriente

Por: CLACSO. 

 

Genealogías críticas de la colonialidad en América Latina, África, Oriente es un libro que deja al descubierto la piel del mundo contemporáneo. Un hecho cultural disruptivo que, anudado a una genealogía latinoamericana abierta a sí misma y hacia Otros Sures: Otras Áfricas, Otros Orientes, Otras Asias, Otras Oceanías, Otras Américas del Norte, Otras Europas se interroga sobre los intrincados modos de narrar y silenciar los pasados coloniales.

Un libro que pertenece a este pertenecer. Recoge las escrituras de las conversaciones apasionadas que habitaron el II Congreso de Estudios Poscoloniales y las III Jornadas de Feminismo Poscolonial, celebradas en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires y en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín del 9 al 11 de diciembre de 2014.

 

Link del documento: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/sur-sur/20160210113648/genealogias.pdf

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Los ponchos rojos bolivianos

Por: Enrique Dussel
El 10 de noviembre de 2019 vi en mi celular, leyendo redes sociales, la presencia centenaria de Ponchos Rojos que corrían armados por las calles de El Alto (región del antiplano boliviano desde que se desciende a la capital, La Paz), que se desplazaban velozmente cantando en formación de guerra. Recordé entonces hechos del pasado, de 1995, que me trasladaron a esa región montañosa del llamado Alto Perú.

En 1995 dicté durante una semana un curso en el aula magna de la antigua, pública y centenaria Universidad de San Andrés, ante unos 700 entusiastas estudiantes sobre las Cuatro redacciones de El capital, de Karl Marx. Al tercer día de las conferencias, el rector y el Consejo Universitario me otorgaron el doctorado honoris causa de la Universidad.

Además, los estudiantes me informaron que estaba encarcelado un joven revolucionario, pareja de una compañera mexicana, que fui a visitar por solidaridad. Años después el encarcelado me agradecía en un acto público mi acto de solidaridad, y el tal joven revolucionario, sin saberlo yo, era nada menos que el vicepresidente Álvaro García Linera, gran intelectual y político.

Pero en tercer lugar, gracias al doctor Juan José Bautista, colega boliviano, me invitaron a dar unas exposiciones sobre Política de la Liberación a un grupo de indígenas aymaras en El Alto de La Paz. Recuerdo la acogida y el diálogo con aquellos aguerridos compañeros. Al final de los actos, y ante lo inesperado de la oferta, me indicaron que habían decidido invitarme, atendiendo al contenido de mis exposiciones, a ser parte de la comunidad de los Ponchos Rojos. En ese momento advertí que todos tenían puestos dichos ponchos, prenda propia de los Andes de milenaria costumbre con que los pueblos originarios y los gauchos se defienden del frío. Fui entonces investido de esa alta dignidad. Fue para mí un gran honor, y recuerdo que expresé: Este poncho es más importante que un doctorado en Harvard (y lo repito aun hoy pensando que en octubre de 2019 recibí en el aula máxima de Harvard el ser miembro de la American Academy of Arts and Sciences fundada en 1780).

Lo cierto que estos Ponchos Rojos se han puesto en movimiento. Este es uno de los primeros signos de un levantamiento del pueblo boliviano ante la violencia minoritaria que intenta tapar el sol con un dedo, violentamente racista, y evangélicos fundamentalistas (como lo eran los católicos de derecha en Chile con A. Pinochet) que blanden crucifijos (como hemos visto en la primera plana de La Jornada del 11 de noviembre) ante miembros de los pueblos originarios. Esa escena nos recuerda la obra de Franz Hinkelammert, Las armas ideológicas de la muerte, cuyo tema es el uso de una ideología, en este último católica de derecha en Chile, con la que se masacró al pueblo chileno. ¿Cómo puede enarbolarse la biblia o el crucifijo para derramar la sangre de los pueblos originarios, gritando: Sacaremos de los lugares públicos a la Pacha Mama y la remplazaremos por la Biblia? Ahora son fundamentalistas proestadunidenses, antes fueron fundamentalistas católicos eurocéntricos. Ambos han deformado e invertido el cristianismo de los primeros siglos, de un mesías que declaraba bienaventurados los pobres, y que fue juzgado por el imperio del momento (el romano) como opuesto a la ley levantando al pueblo contra el orden, por lo que valía como castigo el suplicio de la cruz (la silla eléctrica de aquel tiempo). La Cruz (que empuña el policía de la foto de La Jornada) es el signo de la muerte de aquel maestro (rabí) que se jugó por los pobres ante la opresión romana. En la cruz está crucificado el pueblo pobre boliviano que el liderazgo de gobiernos como el de Evo Morales ha mejorado sus condiciones de vida, es decir, no son ya tan pobres como antes. Pero la derecha (que invierte el sentido del cristianismo) toma a ese mesías (Cristós) que fue crucificado por el Imperio por movilizar a los pobres, como arma para matar a los pobres, la víctimas, los aymara, las cholas (mujeres) humillándolas machistamente. Empieza así a caminar el cristianismo con la cabeza, invirtiendo la sabiduría de los pueblos en nombre de una ideología fascista de derecha, y de un cristianismo fundamentalista en América Latina (como hay igualmente fundamentalismos islámicos o judíos).

Una teoría de la liberación latinoamericana invierte la inversión y pone de pie al compromiso en primer lugar en favor de los pobres. Pero es considerada subversiva en Bolivia.

No puedo sino alegrarme que mis compañeros Ponchos Rojos se han puesto en acción, como vanguardia del despertar del milenario pueblo aymara, quechua y amazónico boliviano; habrá que seguir los acontecimientos con cuidado, ya que a finales del siglo XX movieron desde sus raíces a la historia y pareciera que volverán a hacerlo ante minorías racistas, machistas, formados por escuelas norteamericanas (tanto religiosas como militares) que dan la espalda al sufrimiento del pueblo y están decididas a volver a dominarlo.

Y, mientras tanto, Evo Morales es acogido por la voluntad generosa y valiente del pueblo mexicano que está comenzado a ejercer un nuevo liderazgo entre las naciones latinoamericanas en vista de su Segunda Emancipación, a la que se encamina la Cuarta Transformación, ahora no ya de España o Portugal, sino de Estados Unidos, como nos sugirieron José Martí y José Carlos Mariátegui.

(1) Fui investido de Poncho Rojo en La Paz, Bolivia, en 1995.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/11/15/opinion/018a1pol

Imagen: Eduardo Silva en Pixabay

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Latinoamérica, más progresista

Por: Alfredo Serrano Mancilla

Ni en las urnas ni en las calles. Ni fin de época ni fin de ciclo. Ni tampoco hegemonía conservadora. Los análisis al calor de la coyuntura suelen padecer de una notable miopía: no ven más allá de lo que ocurre en el cortísimo plazo. Definitivamente, el progresismo no murió con el triunfo en las urnas de Macri en 2015.

Muchos creyeron que la victoria electoral de la propuesta conservadora en Argentina era el punto de inflexión definitivo e irreversible en el rumbo ideológico de Latinoamérica. Ese éxito electoral era muy diferente a lo que había ocurrido en la región. ¿Por qué? Porque las interrupciones del ciclo progresista en Honduras, Paraguay y Brasil no se lograron desde un inicio con votos, sino que se tuvo que acudir a vías no electorales: golpe militar, juicio político, lawfare… Ni siquiera en Ecuador el neoliberalismo ganó en las urnas: en su momento, Lenín Moreno fue elegido como la opción correísta, con un programa progresista.

Sin embargo, en Argentina, el macrismo sí había logrado llegar a ser gobierno siendo electo. Y eso es, precisamente, lo que le hizo ser el referente de todo lo que acontecía en la región. El suceso argentino se convertía, así, en el ejemplo conservador para llegar a ser gobierno, derrotando a un proyecto progresista. Incluso fue usado como regla general, eclipsando lo expuesto anteriormente: el resto de propuestas conservadoras sólo habían logrado derrotar a gobiernos progresistas por medio de interrupciones no electorales.

Sin embargo, el triunfo electoral de la propuesta neoliberal en Argentina menospreció dos aspectos que seguramente ahora explican, en parte, la reciente debacle electoral de Macri. Por un lado, la victoria tuvo lugar en un contexto caracterizado por condiciones particulares: Cristina no era la contrincante, el candidato elegido no fue el mejor y había división en el resto de fuerzas. A pesar de todo ello, Macri sólo ganó por algo menos de 3 puntos y en segunda vuelta.

Por otro lado, ganar una cita electoral no significa que se modifique inmediatamente la matriz de valores de una sociedad a favor de la propuesta vencedora. Luego de años de un Gobierno nacional y popular, existe un proceso de sedimentación de un conjunto de sentidos comunes progresistas que perduran más allá del vaivén electoral y que no admite retrocesos económicos ni sociales de la noche a la mañana. Por ejemplo, según la encuesta CELAG, el 76,4% de los argentinos piensan que el Estado debe intervenir en la economía para disminuir injusticias sociales; más de la mitad de la población considera que los planes sociales son imprescindibles para dignificar la vida de los pobres; dos tercios creen que hay que promover la industria nacional y el consumo interno frente a abrirse al mundo en base al libre comercio.

Con esas debilidades de partida, luego le llegaba la tarea de gobernar un país. Y entonces, Macri y su equipo demostraron su incapacidad. Confundieron el ejercicio de gestionar con una campaña comunicacional permanente. Cuando el relato se disocia de la cotidianeidad, la fecha de caducidad del proyecto se precipita.

Y así fue. En las pasadas elecciones el Frente de Todos obtuvo una victoria holgada en primera vuelta, derrotando en las urnas a la propuesta neoliberal. Esta vez, al contrario de lo que ocurriera hace cuatro años con la victoria de Macri, el triunfo no aconteció en soledad, no fue un hecho aislado. La victoria progresista argentina ha venido acompañada de otros tres resultados electorales que están en sintonía: la que logró Evo Morales en primera vuelta en Bolivia hace unos días; la derrota del uribismo en las elecciones seccionales colombianas, en las que una propuesta de centro-izquierda se quedó con la capital; y, por último, a falta de lo que suceda en la segunda vuelta en Uruguay, por ahora, el Frente Amplio, la fuerza progresista, es la que más votos obtuvo, con una diferencia de 10 puntos respecto a la segunda opción.

A ese escenario hay que sumarle México, con una política exterior cada vez más latinoamericanista, que permite conformar un polo geopolítico progresista sólido con capacidad de contrarrestar al gigante Brasil mientras éste sea gobernado por Bolsonaro.

Y, además, hay que tener en cuenta que el neoliberalismo en la región no pasa por su mejor momento. En Chile la inestabilidad llega a su extremo; en Ecuador la gente no permitió que el FMI gobernara; en Perú, sin Congreso, el país está entrampado en sus propias reglas; e incluso en Paraguay, Mario Abdo está con serios problemas de gobernabilidad con apenas algo más de un año de mandato.

Mientras tanto, el Grupo de Lima se desvanece al mismo tiempo que Nicolás Maduro continúa ejerciendo su cargo como presidente constitucional de Venezuela.

Así está, grosso modo, el tablero regional, con un neoliberalismo en relativa dificultad para garantizar estabilidad y un progresismo in crescendo en sus múltiples variantes y que se acopla a sus nuevos desafíos. La región sigue en disputa. Siempre lo estuvo y lo estará. Y en este péndulo, a día de hoy, Latinoamérica es más progresista que ayer.

Fuente: https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/11/12/latinoamerica-mas-progresista

Imagen: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38026489

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Libro(PDF): «La integración latinoamericana en debate: Incertidumbre, formatos institucionales fragmentados y caminos alternativos latentes»

Reseña: CLACSO

Este libro retoma la temática de la integración desde una mirada sociológica para comprender, en diálogo con otras perspectivas de las ciencias sociales, las trayectorias y experiencias propias ensayadas en América Latina. Así pues, se presentan las modalidades de regionalismo poshegemónico o posneoliberal con los diversos formatos y contenidos ensayados en las iniciativas de integración en la región, y los distintos actores políticos y sociales emergentes en los diversos escenarios y escalas de los procesos de integración, y se abordan las múltiples dimensiones involucradas en los procesos de integración más allá de los aspectos exclusivamente comerciales, así como las dinámicas de las desigualdades y las disputas internas en los juegos de poder geopolítico y de actores sociales.

Autores (as):  José Briceño Ruíz. Jorge Leal. Alberto Rocha Valencia. Miguel Serna Forcheri. [Coordinadores]

Diego Hernández Nilson. Marco Narea. Daniele Benzi. Flavia Guerra Cavalcanti. Mercedes Botto. María Agustina Frisch. María Belén Herrero. Jorgelina Loza. Marcela Belardo. Bárbara Carvalho Neves. Franklin Cleber Batalha. Ignacio Mariano Sabbatella. Ana Lía del Valle Guerrero. Lincoln Bizzozero Revelez. Nicolás Pose. Evaristo Nunes de Andrade Júnior. Roberto Goulart Menezes. Pamela Torres Castillo. Juan José Abad Godoy. [Autores y autoras de Capítulo].

Editorial/Editor: CLACSO. Teseo. ALAS.

Año de publicación: 2019

País (es): Argentina

Idioma: Español/Portugués

ISBN: 978-987-723-222-6

Descarga: La integración latinoamericana en debate: Incertidumbre, formatos institucionales fragmentados y caminos alternativos latentes

Fuente: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1753&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1338

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‘La desigualdad frena el crecimiento de Latinoamérica’, BID

Redacción: Portafolio

El presidente de la entidad, Luis Alberto Moreno, recordó que este año no será bueno para la economía de la región.

El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, dijo en Bogotá que el crecimiento de las economías de Latinoamérica se ha reducido en parte por la desigualdad predominante en la región.

Lo que sucede en «Latinoamérica es que ha venido cayendo (el crecimiento) de la mano de los problemas tradicionales que hemos tenido de desigualdad, que es un tema muy grave», afirmó Moreno, con motivo de la celebración de los 60 años del BID.

Al hacer referencia a la situación de Chile y un posible contagio de las protestas masivas al resto de la región, Moreno destacó que en los últimos 32 años ese país ha crecido y es una «historia de éxito». «No hay duda de que lo que vemos hoy en día en general en América Latina y en Chile, especialmente, es un proceso en el cual no solamente se redujo significativamente la pobreza, sino también que hubo un crecimiento de las clases medias», dijo Moreno.

Pese a este escenario, Chile vive un estallido social sin precedentes desde el fin de la dictadura de Pinochet en 1990, con masivas manifestaciones en las calles y disturbios que fueron reprimidos por la Policía y las Fuerzas Armadas y que hasta la fecha se han cobrado la vida de al menos 20 personas, seis de ellas extranjeras. Las protestas reclaman al Gobierno del presidente Sebastián Piñera que adopte medidas para cerrar la brecha de la desigualdad que afecta al grueso de la población.

Moreno recordó que este año no será bueno para el crecimiento de América Latina pues los grandes motores de crecimiento, «Brasil y México, no van a crecer arriba del 1%». Además, Venezuela está en «una gran recesión» y los países que están creciendo son Chile, Perú, Colombia y Panamá.

El BID, con sede en Washington, tiene representaciones en los 26 países miembros prestatarios de América Latina y el Caribe, a los que se suman 22 naciones donantes, entre ellos España, China, Japón y Estados Unidos.

Fuente: https://www.portafolio.co/internacional/la-desigualdad-frena-el-crecimiento-de-latinoamerica-bid-535314

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