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Las adolescentes quedan atrás en Kenia en sus derechos a la anticoncepción

Redacción: IPS Noticias

Al menos 54 por ciento de las adolescentes sexualmente activas en Kenia que no desean embarazarse no tienen acceso adecuado a los métodos modernos de anticoncepción. En la imagen, mujeres esperan por atención en un dispensario de salud materno infantil en el país.

Fue solo cuando Eva Muigai, de 17 años, estaba en el último trimestre que su familia descubrió que estaba embarazada. Muigai, una estudiante que vive con su familia en Gachie, en el centro de Kenia, había logrado disimular su gestación vistiendo ropa amplia.

«El plan era abortar pero estaba demasiado asustada. Una compañera de clase tuvo un aborto el año pasado y casi muere, así que seguí posponiéndolo, cuenta Muigai a IPS.

Cuando tenía cinco meses de gestación, reunió el coraje para ir con un primo a un centro comercial donde un hombre practica abortos, pero él se negó a hacerlo porque superaba los tres meses.

Un día, cuando ya estaba de siete meses, “simplemente me desmayé y mi madre trató de soltarme la ropa para que pudiera tomar más aire» y “entonces quedó claro que estaba embarazada», recuerda.

En abril, cuando faltaban dos semanas para la fecha de alumbramiento, Muigai tuvo que ser llevada de urgencia al hospital, por grandes calambres abdominales, y se la tuvo que practicar una cesárea de emergencia.

Su bebe recién nacido no sobrevivió y Muigai tuvo que volver al hospital una semana después por complicaciones postparto.

«Las complicaciones del embarazo y el parto son una de las principales causas de muertes y enfermedades prevenibles entre las adolescentes de 15 a 19 años en Kenia», dijo a IPS Angela Nguku, directora ejecutiva en Kenia de la Alianza Cinta Blanca para una Maternidad Segura.

La alianza está a la vanguardia en la defensa de la salud de los adolescentes y el acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos  en este país del este de África, en asociación con la campaña mundial de Deliver For Good,  a favor de incorporar transversalmente la perspectiva de género en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Esa campaña promueve en particular 12 inversiones críticas en niñas y mujeres para impulsar un desarrollo inclusivo en la población y es desarrollada por  Women Deliver, una organización internacional de defensa de la igualdad de género y la salud y los derechos de las niñas y las mujeres. Hasta ahora se han sumado más de 400 organizaciones a la campaña.

Tamara Windau-Melmer, gerente sénior de Youth Engagement  (compromiso juvenil) en Women Deliver, explica que adolescentes a menudo se quedan atrás porque las políticas, los programas y las inversiones destinadas a apoyarlas no están diseñados de manera inclusiva y con perspectiva de género.

«Las adolescentes deben participar de manera significativa y auténtica en la toma de decisiones sobre sus propias vidas, especialmente en lo que respecta a la información y el acceso a la anticoncepción», dijo a IPS.

Windau-Melmer destaca que otro factor crítico es la educación sexual integral “ya que ofrece la oportunidad de llegar a las adolescentes con información y habilidades importantes para tomar el control de sus vidas y perseguir un futuro más brillante para ellas, sus familias y sus comunidades».

Pero esa educación sexual integral en Kenia es obstaculizada por los líderes religiosos, con gran control sobre este tipo de temas, lo que ha impedido hasta ahora que exista una política nacional sobre salud sexual y reproductiva dirigida a los adolescentes.

Por ello permanece también en el papel el compromisos adoptado por el gobierno de proporcionar servicios de salud sexual y reproductiva de calidad y asequibles para adolescentes, recuerda Nguku, de la Alianza Cinta Blanca, si bien en 2015 se actualizó formalmente una política de información y servicios de calidad en la materia para las adolescentes.

Las adolescentes  representan aproximadamente una quinta parte de la población femenina keniana, de más de 26 millones. Las madres adolescentes  aportan 14 por ciento de los nacimientos,  según la más reciente encuesta demográfica y de salud de Kenia.

El internacional Instituto Guttmacher indica en una de sus investigaciones que 63 por ciento de los embarazos entre adolescentes en Kenia no son intencionales, como fue el caso de Muigai, y 35 por ciento de estos embarazos indeseados terminan en aborto.

Pero la investigación realizada por el Instituto Guttmacher muestra que en el país 54 por ciento de las mujeres adolescentes sexualmente activas muy insatisfecha su necesidad de acceder a métodos modernos de anticoncepción.

El estudio resalta que si las adolescentes contases con esos métodos de anticoncepción, los embarazos no deseados de este sector caerían en 73 por ciento en Kenia, porque las adolescentes representan 86 por ciento de las mujeres que quedan embarazadas sin desearlo.

El Instituto Guttmacher también concluye que una combinación de anticonceptivos modernos y de atención adecuada durante el embarazo para las adolescentes reduciría la mortalidad materna entre ellas en 76 por ciento. Actualmente las muertes maternas alcanzan el número de 450 cada año.

Estas sombrías estadísticas se contradicen con el impresionante progreso del país sobre el acceso a los anticonceptivos entre las mujeres jóvenes y adultas.

En la Cumbre de Planificación Familiar, celebrada en Londres en 2012, Kenia se comprometió a aumentar el acceso a los métodos de anticoncepción moderna a las mujeres casadas, hasta 58 por ciento, una meta que el país superó.

Actualmente, según datos del Ministerio de Salud, 61 por ciento de todas las mujeres usan algún método anticonceptivo, pero ese porcentaje baja a 40 por ciento en el caso de las adolescentes. Como resultado, casi una de cada cinco adolescentes ha tenido un parto de un niño vivo o está embarazada de su primer hijo, según ese ministerio.

«Nuestra sociedad es muy religiosa e incluso cuando las políticas permiten a las jóvenes acceder a todos los servicios de salud sexual y reproductiva a los que tienen derecho todas las mujeres, la situación es muy diferente en el terreno», dijo a IPS Georgina Nyambura, fundadora de Umoja Women Mobile Health Care , una organización comunitaria con más de 6000 miembros en todo el país.

Para abordar los temores de estigma y discriminación hacia las mujeres adolescentes, Nyambura insta al gobierno y a los actores del sector de la salud a revaluar la forma en que este grupo accede a los servicios, incluida la información sobre sexualidad.

Covid-19 revertirá logros

Una nueva amenaza se cierne sobre la concreción de los derechos sexuales y reproductivos de las adolescentes kenianas: la pandemia de la covid-19, de la que se han registrado en el país más de 1200 casos y que ha provocado una cuarentena nacional desde abril, con un toque de queda nocturno.

Para Grace Kanini, enfermera en uno de los hospitales de referencia de Kenia, la pandemia “solo ampliará la brecha existente entre las mujeres adolescentes y todos los servicios de salud sexual y reproductiva que necesitan. Los recursos humanos y financieros ahora se han destinado a combatir esta crisis de salud”.

«Por otro lado, las personas solo irán al hospital ahora si es una cuestión de vida o muerte. Las pandemias afectan nuestros comportamientos y patrones de búsqueda de servicios de salud» y eso pasará con las mujeres adolescentes con una vida sexual activa, aseguró.

Fuente: https://www.ipsnoticias.net/2020/05/las-adolescentes-quedan-atras-kenia-derechos-la-anticoncepcion/

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Sin dinero para motel o condones: la crisis restringe la sexualidad de los jóvenes venezolanos

Redacción: El País

Los anticonceptivos, durante años escasos, resultan demasiado costosos debido a la hiperinflación.

Sin plata para ir a un motel, John y Amanda deben arreglárselas para tener sexo en casa de sus padres. Además, la falta de dinero para anticonceptivos y el miedo a quedarse solos por la migración limitan la sexualidad de los jóvenes venezolanos.

John Álvarez, de 20 años, y Amanda Aquino, de 19, estudian derecho en la Universidad Central de Venezuela, donde es común ver parejas besándose y acariciándose en pasillos y jardines. Pero ellos, más recatados, prefieren refugiarse en el cuarto de John, en el primer piso de su casa en un barrio popular de Caracas, mientras sus padres y su hermana menor duermen en la planta baja. Cuando «en casa no hay nadie (…), es un poquito mejor», confiesa junto a su novia de rizos teñidos de amarillo, incómoda al abordar el tema.

Tener sexo sin familiares rondando es una suerte esquiva para ellos, que en dos años de noviazgo nunca han visitado un motel. Tendrían que pagar 10 dólares por seis horas de privacidad, que saldrían de sus esporádicas y modestas mesadas. Prefieren destinar ese dinero a comida.

Independizarse es «irreal», afirma el joven, en una economía devastada en la que la depreciación de la moneda ha provocado que 50% de las transacciones comerciales se realicen en dólares, según la firma Ecoanalítica.

El éxodo de unos 4,5 millones de personas fuera del país también contribuye a la posibilidad de encontrar pareja

Sin embargo, el acceso al dólar se reserva a una minoría en la que a veces encaja Carlos Rodríguez, el típico soltero en busca de aventuras pero condenado, a los 31 años, a vivir con sus papás en el cuarto de su infancia.

De pelo y barba cuidados, este diseñador gráfico llega a desembolsar 100 dólares en una cita, sumando cena, tragos, taxis y motel. «Si la llevo para un matadero, no gasto mucho», explica, refiriéndose a hoteles «de mala muerte», su última opción. Pero solo se puede dar ese «lujo» en los «buenos meses», cuando reúne unos 400 dólares diseñando a destajo. Si no, espacia sus escapadas hasta por dos meses.

Cuando está de cacería en Tinder, la popular aplicación de citas, Jhoanna pregunta sin rubor a sus potenciales amantes por su «capacidad» económica. No por interés, dice, sino porque está acostumbrada a costear la mitad de los gastos en una sociedad en la que los hombres suelen pagar las cuentas. Así, evita malentendidos. Tiene un principio: nunca paga habitaciones de motel o condones, esta última una condición no negociable. «Sin gorrito no hay fiesta», sentencia.

Tatuajes que cubren brazos y manos y un maquillaje marcado disimulan sus 37 años de edad en Tinder, donde pasa cuatro horas semanales ojeando el «catálogo». En su pequeño cubículo de oficina con vista al acomodado sureste caraqueño, la publicista espera algún match y encontrar pareja.

La tasa de embarazo precoz en Venezuela alcanzó 95 por cada 1.000 jóvenes en 2018

«Lo que tiene que llegar, llega», cree. Prefiere encuentros casuales, pues considera que sus opciones se redujeron por la migración de unos 4,5 millones de venezolanos debido a la crisis. Es consciente del peligro de salir con desconocidos en un país que registró 57 homicidios por 100.000 en habitantes en 2017, nueve veces la tasa mundial, según la ONU. «Sabemos a lo que nos arriesgamos», asegura.

Algunos jóvenes también recurren a Instagram y Grindr para tener sexo casual. Así nació la relación de Daniel Landaeta y Jorge Álvarez, que se conocieron en un portal gay hace casi tres años. Terminaron enamorados y viviendo juntos.

Comparten un apartamento de interés social que les entregó el Gobierno socialista dentro del mayor complejo militar del país, donde se sienten respetados. Aunque, temiendo burlas, evitan agarrarse de manos o besarse en la calle, explica Jorge, un arquitecto de 38 años. «Hay homofobia, pero muy mínima», reconoce despreocupado Daniel, de 28 y contador.

Paradójicamente, la diáspora fue un respiro para Oriana García y Antonio de Muro. Ocuparon el apartamento donde creció el joven de 24 años, después de que su familia emigró a España. «Vivimos como casados», afirma risueña Oriana, de 21 años, en la habitación principal de paredes verdes, adornada con retratos familiares.

Anidaron, pero el problema son los anticonceptivos, durante años escasos y ahora demasiado costosos por la hiperinflación. Estudiante universitaria, Oriana compra tratamientos cubanos cada tres meses en el mercado negro por cuatro dólares. Hoy, las farmacias ofrecen cajas de tres condones por dos dólares y anticonceptivos importados de cinco a ocho dólares para un mes.

Franyercis Reyes no puede cubrir estos montos con un ingreso mínimo de 6,7 dólares mensuales. En octubre pasado se colocó un implante, cuyo costo multiplicaba por siete su sueldo. «Es más efectivo hacer un solo gasto», estima esta cajera de supermercado de 18 años en un centro de planificación familiar de Caracas, donde incluso menores hacen fila desde la madrugada para adquirir anticonceptivos económicos. La tasa de embarazo precoz en Venezuela alcanzó 95 por cada 1.000 jóvenes en 2018, según la ONU.

El aborto, que está penalizado en el país, se practica clandestinamente. Para Amanda, tener una sexualidad activa o una simple cita está fuera de toda normalidad en la otrora potencia petrolera. «Es muy complicado ir al cine, pasear, comerse un helado», se lamenta. Para ella y John, un «noviazgo normal» es simple fantasía.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2020/02/14/mundo_global/1581672778_589984.html
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Egipto busca frenar la natalidad con anticonceptivos, pero no financiará programas de educación sexual

Redacción: El Diario. es

Los médicos advierten que limitar el número de hijos no es la solución en un país donde nace un bebé cada 15 segundos

Según la agencia de estadísticas oficiales del país, la Agencia Central de Movilización Pública y Estadísticas, el 27,8% de los egipcios vive bajo la línea de pobreza

En la abarrotada oficina de la clínica de planificación familiar del hospital de New Cairo, Safah Hosny coloca una caja repleta de anticonceptivos junto al registro de visitantes, sobre un pequeño escritorio.

Ofrecen ocho condones por una libra egipcia (menos de 5 céntimos de euro), o ampollas de anticonceptivos inyectables por menos de 10 céntimos de euro. Un implante anticonceptivo que funciona durante tres años cuesta 15 céntimos, mientras que un DIU de cobre –el anticonceptivo más popular en el mercado, según la Dra. Hosny– cuesta 19 céntimos.

Los bajos precios, mucho menores que en cualquier farmacia egipcia, se explican por los subsidios del Ministerio de Salud de Egipto, ya que las clínicas como la que dirige la Dra. Hosny están en primera línea de la batalla del gobierno contra el boom de natalidad. Se ha lanzado un programa gubernamental llamado «Dos es suficiente» para instar a la población a ponerle límite al crecimiento de las familias. Según ha anunciado el primer ministro Mostafa Madbouly, desde este mes el gobierno dejará de proveer ayudas a las familias de más de dos hijos.

El programa de cinco años cuenta con un presupuesto de casi 17 millones de euros, carteles de campaña y una red en crecimiento de clínicas de planificación familiar fijas y móviles a lo largo y ancho del país. Los carteles que cubren las paredes del metro muestran un billete de 50 libras egipcias (unos 2,50 euros) partido en cinco trozos, con la pregunta «¿Preferirías dividirlo entre cinco o entre dos?»

Sin embargo, el precio y la disponibilidad de los anticonceptivos en clínicas como ésta en el hospital de New Cairo ocultan una cuestión mayor: a Egipto le queda un largo trecho para poder cambiar la mentalidad de su población.

«A veces llegan pacientes que no saben absolutamente nada de anticoncepción, así que tengo que explicarles los diferentes métodos», afirma Hosny. «Entonces la mujer elige, con el permiso de su marido. El marido generalmente viene a la primera visita y la mira firmar la planilla de consentimiento que demuestra que ella entiende, pero luego la mujer viene sola a las citas siguientes».

Hosny dice que la clínica no tiene problemas en ayudar a mujeres solteras. «Para mujeres solteras, sugerimos la píldora o las inyecciones», dice mostrando las píldoras anticonceptivas.

El Gobierno considera que el tamaño de la población es un problema tan grave, que el presidente Abdel-Fatah al-Sisi declaró en una conferencia en 2017: «En nuestro país tenemos dos desafíos reales: el terrorismo y la sobrepoblación».

Egipto tiene en este momento más de 104 millones de habitantes, incluyendo 94,8 millones dentro del país. Nace un bebé cada 15 segundos, lo cual ubica al país en el puesto número 13 del ranking mundial de población. Esta situación representa un problema para el abastecimiento de los recursos que ya son escasos, como el agua, y podría empeorar los penurias de las familias que luchan por poner comida sobre la mesa, especialmente tras la crisis económica de 2016 que hizo devaluar la moneda egipcia y desató una creciente inflación. Según la agencia de estadísticas oficiales del país, la Agencia Central de Movilización Pública y Estadísticas, el 27,8% de los egipcios vive bajo la línea de pobreza.

«Dos es suficiente»

Sin embargo, el programa «Dos es suficiente» corre el riesgo de perder de vista las cuestiones que realmente podrían marcar una diferencia cuando las familias, especialmente aquellas de la clase trabajadora egipcia, están decidiendo tener niños. La campaña aumentará la educación sexual a algunos profesionales médicos pero no contará con un programa de educación sexual en las escuelas, algo que actualmente no existe. También ignora las opciones para las mujeres con embarazos no deseados, mientras que en Egipto el aborto está a nivel legal dentro de una zona gris.

«Creo que tiene que ser algo multidisciplinario», dice el Dr. Hussein S Gohar, ginecólogo y obstetra del hospital Yosri Gohar de El Cairo. «Hay que comenzar ofreciéndoles educación sexual a los niños, enseñándoles sobre anticonceptivos y los riesgos, así como sobre el futuro de la sobrepoblación. Luego hay que acercarse a los jóvenes que están por casarse y a las parejas ya casadas. Pero si vas a aprobar una ley que los castiga si tienen un tercer hijo, se les tiene que ofrecer una vía de salida, permitir la interrupción del embarazo e incluso proveer clínicas para abortos legales».

Según Gohar, el núcleo del problema se trata de pensar qué motiva a la gente a tener familias numerosas en Egipto. «Hay que cambiar la mentalidad de la gente y cómo ven las cosas, en lugar de simplemente decirles qué hacer», dijo. «No basta con decirles que la población es muy numerosa y que no hay suficiente agua, así que hay que tener menos hijos».

El Dr. Ahmed Fathy, ginecólogo y obstetra del hospital de New Cairo, está de acuerdo. «Para las familias más pobres, no se trata de si un hijo es un regalo de Dios, sino de que más niños representan mayor capacidad laboral», explica. «Si vives con tu familia en el campo, los trabajadores cuestan dinero. Pero si tienes más niños, uno puede cuidar los animales, otro manejar las máquinas y otro atender el huerto».

Además, los esfuerzos del Gobierno egipcio pueden fallar en lograr la participación de los médicos más conservadores de las zonas rurales, que son los que suelen transmitir el mensaje de que un niño es una bendición o limitan el acceso a la información sobre anticonceptivos. «La realidad es que el gobierno no puede llegar a cada rincón del país», dice la Dra. Natalia Kanem, directora del Fondo de Población de las Naciones Unidas, que se ha asociado con los ministerios egipcios para realizar la campaña «Dos es suficiente». «Los médicos privados pueden proveer información errónea o incluso realizar la llamada mutilación genital femenina. Nuestro trabajo es inundar el país con información real para luchar contra los mitos».

Una población muy joven y en rápido crecimiento representa una desventaja para las mujeres, dice Karem mientras cita el hecho de que el 62% de la población egipcia tiene menos de 30 años. «Si la población es muy joven, esos jóvenes tienden a tener hijos a una edad joven, ya que sus madres son jóvenes, y así se va acelerando el ritmo de la natalidad», afirma. «A menos que las mujeres puedan tomar la decisión consciente de tener hijos más tarde o casarse más tarde.

«Cuando se deja atrás a las niñas, se deja atrás a la mitad de la población».

Fuente: https://www.eldiario.es/theguardian/Egipto-natalidad-anticonceptivos-financiara-programas_0_853564886.html

 

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Paraguay: OPS insta a reducir embarazo adolescente en Latinoamérica

Paraguay/03 de Marzo de 2018/Autora:  Alina Dieste/La Nación

Reducir el embarazo adolescente es un reto para América Latina y el Caribe, la región del mundo que presenta la segunda tasa más alta del mundo de gestación precoz, dijo el miércoles la OPS, al recomendar más educación sexual y un mayor uso de anticonceptivos.

“Los programas nacionales deben abandonar lo que no funciona y ampliar o reforzar lo que sí funciona, con el fin de llegar de modo eficaz a las adolescentes que viven en condiciones de vulnerabilidad”, indicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un informe realizado con UNICEF y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

En la región, el 15% de los embarazos anuales ocurre en menores de 20 años. Y mientras la tasa mundial de embarazos adolescentes se estima en 46 nacimientos por cada 1.000 madres de entre 15 y 19 años, en América Latina y el Caribe es de 66,5/1.000, solo superada por la de África subsahariana, con 110,4/1.000.

En la región, cerca de 1900 adolescentes fallecieron en 2014 por problemas de salud durante el embarazo, el parto y el posparto, señala el reporte, que recalca que “a menor edad materna, menor edad gestacional del hijo, menor peso al nacer, peor estado de nutrición infantil y menor nivel de escolarización alcanzado”.

En Centroamérica, Guatemala, Nicaragua y Panamá tienen las tasas más elevadas de embarazo adolescente. En el Caribe, lideran República Dominicana y Guyana; en Sudamérica, Bolivia y Venezuela.

La tasa más baja de embarazo adolescente en toda la región está en Guadalupe, territorio francés de ultramar en el Caribe. En América Central y del Sur, Costa Rica y Chile registran respectivamente las mejores estadísticas.

El informe muestra además que aunque en los últimos 30 años bajó el número de hijos por mujer en la región, entre las adolescentes la disminución de la tasa de fecundidad ha sido más lenta. El embarazo en menores de 15 años también es un problema: América Latina y el Caribe es la única zona del mundo que registra una tendencia ascendente.

Analfabetas, pobres, indígenas

Aunque no existe un único retrato de una madre adolescente en la región, las analfabetas o las que tienen apenas educación primaria, las que provienen de los hogares más pobres, y las que viven en zonas rurales, más aún si son indígenas, tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de concebir hijos antes de los 20 años que el resto.

Muchas causas confluyen para que la tasa de embarazo adolescente se mantenga tan alta, a pesar de su descenso en los últimos 15 años, según los expertos.

El informe menciona la falta de información sobre salud sexual y reproductiva, el acceso restringido a los métodos anticonceptivos, la persistencia de la violencia sexual y el matrimonio infantil, la renuencia de padres o autoridades religiosas a reconocer el inicio de la actividad sexual en las jóvenes, y grandes desigualdades por motivos de género, riqueza y nivel educativo.

“Reducir la pobreza y aumentar el acceso a las oportunidades de educación y desarrollo sin duda sería una parte importante en el camino para reducir los embarazos no planeados en adolescentes, pero no sería suficiente”, dijo a AFP Sonja Caffe, experta de la OPS en la materia.

“También es necesario que los adolescentes tengan acceso a la información y a servicios de salud sexual y reproductiva eficientes y de calidad”.

De India a EEUU, con escala en Colombia

Caffe dijo que es necesario derribar tabúes con respecto a la educación sexual. “Hay ejemplos de programas exitosos en comunidades muy religiosas de India y Bangladesh, donde se implementaron intervenciones para reducir el matrimonio infantil y aumentar el acceso de las niñas a la educación sexual y a los anticonceptivos”, explicó.

Pero la solución puede estar incluso más cerca. El estudio subraya que Estados Unidos y Canadá tienen tasas por debajo del promedio mundial, con un descenso sostenido en el último decenio. Estados Unidos, en particular, registró una disminución récord en todos los grupos étnicos, con una baja del 8% entre 2014 y 2015, hasta un mínimo histórico de 22,3 nacimientos por 1.000.

“Eso fue debido a un esfuerzo específico para llegar a las niñas vulnerables con anticonceptivos, acompañado de educación sexual y consejería”, explicó Caffe.

El informe destaca la experiencia de Colombia, que implementó 800 “consultorios amigables” para jóvenes.

Cada año en el mundo quedan embarazadas alrededor de 16 millones de adolescentes de 15 a 19 años, y dos millones de niñas menores de 15 años.

Según el informe, cubrir la necesidad insatisfecha de anticonceptivos en las adolescentes permitiría evitar cada año 2,1 millones de nacimientos no planificados; 3,2 millones de abortos y 5.600 muertes maternas.

Fuente: http://www.lanacion.com.py/pais/2018/02/28/ops-insta-a-reducir-embarazo-adolescente-en-latinoamerica/

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Kenyans Unhappy As Teens Say They Want Contraception

Kenya/25 april 2017/ By: /Source: All Africa

So our teenagers want to know where to get contraceptives and how to use them? A recent Daily Nation headline, «We want condoms, say teens», made that patently clear.

The clamour to give the devices to children as young as 10 is an all-too-familiar strategy of the American population control lobby.

They use opinion leaders, notably MPs, policymakers and actors, civil society groups, religious leaders and even the media to further an agenda with well-documented harmful effects on children.

The latest strategy shifts focus from the vested interests in the multibillion-dollar industry.

Did you know that the global market is projected to hit the Sh2 trillion mark by 2020 at a 3.1 per cent compound annual growth rate since 2014?

COST OF CONTRACEPTIVES

Did you also know that since fiscal year 2011-2012, the government has been covering the full cost of contraceptives, thanks to the 2010 Constitution, which treats reproductive health like any other health issue, never mind that nobody ever died from sexual starvation?

With constitutional bottlenecks removed, the remaining hurdle to channelling taxpayers’ billions to the Western contraceptive makers is that clause in the law, which regards anybody under 18 as a child incapable of consenting to sex.

SEXUAL OFFENCES ACT

Section 8 of the Sexual Offences Act stipulates penalties for having sex with under-18-year-olds:

– 8(1) A person who commits an act which causes penetration with a child is guilty of an offence termed defilement.

-8(2) A person who commits an offence of defilement with a child aged eleven years or less shall upon conviction be sentenced to life imprisonment.

-8(3) A person who commits an offence of defilement with a child between the age of twelve and fifteen years is liable upon conviction to imprisonment for a term of not less than 20 years.

A person who commits an offence of defilement with a child between the age of sixteen and eighteen years is liable upon conviction to imprisonment for a term of not less than 15 years.

SEX PESTS

Anybody having sex with an under-18 belongs in jail and should not be facilitated by dishing out contraceptives to prevent pregnancies and sexually-transmitted diseases inflicted by such sex pests.

But the old maxim that every man (and woman) has his price holds sway. The contraceptives industry is determined to expand the under-18s market in Kenya, which represents some 25 per cent of the population.

Their softest target is legislators, whose greed is comparable only to that of police, who consistently top Transparency International corruption charts.

Female lawmakers, who should be championing children’s wellbeing, have been lobbying to lower the age of consent to 16.

The lawmakers have fallen prey to contraceptive sellers’ ploys, thanks to their penchant for soliciting bribes to legislate in favour of unpopular causes.

PRO-ABORTION AGENDA

Vested interests drive the push to have contraceptives for children.

It can’t be by chance that Guttmacher Institute study claiming teens want to know where to get and how to use contraceptives coincided with the Teen Pregnancy Task Force Summit in Portland, Oregon, US, also associated with Guttmacher.

Guttmacher has an undisguised pro-abortion agenda as evidenced by its statement: «In the first quarter of 2017, there was an increased focus by abortion foes on legislation to ban abortion under various circumstances. This worrying trend could be driven by expectations that the US Supreme Court might uphold such laws in the future.»

Telling children about the dangers of contraceptives is neither moralistic nor is it meant to instil fear and guilt; it’s being factual. Isn’t it about time we exposed commercial interests that treat our children as a vast contraceptives market?

Ms Kweyu is a freelance writer and consulting editor.

Source:

http://allafrica.com/stories/201704240178.html

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East Africa: EALA Bill Seeks to Introduce Contraceptives for Children

África/06 de Marzo de 2017/Allafrica

Resumen:  Un nuevo proyecto de ley de la Asamblea Legislativa de África Oriental está tratando de introducir anticonceptivos para los niños en los Estados miembros; Días después de que el Ministerio de Salud rechazó una política que proponía lo mismo para niños de 10 a 19 años en Uganda.

A new East African Legislative Assembly Bill is seeking to introduce contraceptives for children in member states; days after the Ministry of Health disowned a policy proposing the same for children aged 10 to 19 years in Uganda.

Once passed into a law, the Bill dubbed the «EAC Sexual Reproductive Health and Rights (SRHR), Bill 2017,» will bind the East African Community member states to provide contraceptives and abortion, among others, to all EAC citizens, including children. The states include Uganda, Kenya, Tanzania, Rwanda, Burundi and South Sudan.

The Bill

According to a draft copy prepared by Dr Odette Nyiramilimo, a Rwandan representative at Eala, the law intends to prevent unwanted pregnancies, risky abortion and sexually transmitted infections, including HIV/Aids and ensure quality sexual reproductive health care, education and all services for people in EAC.

 «The partner states shall ensure that adolescents and young person’s get access to relevant quality and youth friendly sexual and reproductive health services, including contraceptives and condoms,» reads Section 17(2) of the proposed Bill.

Part I (2) of the proposed Bill, describes an adolescent as any person aged between 10 and 19 years.

The proposed legislation also requires member states to design and implement sexual and reproductive public education.

It also indicates that every individual has a right to choose and consent to any method of birth control, including sterilisation.

Under Section 15 (1), the Bill seeks to legalise abortion, provided that a pregnancy endangers the woman’s health and life.

«The partner states shall safeguard and give effect to the reproductive rights of a woman by permitting the termination of pregnancy when in opinion of a trained health professional,» the proposed law states.

Mr Fred Mukasa Mbidde, who has just been re-elected to Eala as a Ugandan representative for a second term, said the Bill is still at committee level and is yet to be presented to the house.

«I have personally not looked at the details of the Bill but I will look at it using the lens of scientific research and fundamental human rights as contained in the charter,» Mr Mbidde said, adding that the Bill needs to be discussed through public hearings before it is presented to the house for debate.

However, parents in Uganda and other pro-life activists are opposed to any attempts by the government or the regional parliament to introduce a law or a policy that provides contraceptives to children.

Fr Jonathan Opio of Human Life International – Uganda, said giving contraceptives to children without consent of their parents or guardians contravenes the Constitution of Uganda, which puts the age of consent at 18 years and above.

«This Bill is a licence for sexual abuse of little girls, claiming that it is all done with the best of intentions, and the best interest of the child. Whose child is interested in being given contraceptives and abortion?» Mr Opio wondered.

Health Vs morals

Mr Stephen Langa, the executive director of Family Lifework, said giving contraceptives to children is not a health matter but rather a moral issue.

However, while presenting the proposal to the parents, Dr Christine Biryabarema, a senior obstetrician and gyaenacologist at Mulago hospital, advised them that it is better to deal with a teenager on contraceptives than one who is pregnant.

She said teenagers aged 16 and 19 years are at high risk of pregnancy.

Other projects

Meanwhile, Makerere University School of Public Health, last week launched a new €3.7m (about Shs14b) project funded by the Dutch Nuffic, to strengthen education and training capacity in sexual and reproductive health and rights in Uganda.

Dr Monica Kizito, a parent, said the proposed policy by the Ministry of Health and the EAC Sexual Reproductive Health and Rights Bill 2017, are an attack on the family in a year which has been declared as one for the family by religious leaders. «The only 100 per cent effective way to prevent pregnancy is abstinence from premarital sex,» Dr Kizito said as she advised parents to take on their parenting role.

Fuente: http://allafrica.com/stories/201703040127.html

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México: SCJN analizará si el Estado debe dar anticonceptivos y orientación sexual a menores de edad

México / 02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.etcetera.com.mx/

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) discutirá si el Estado tiene la obligación de dar acceso a anticonceptivos a menores de edad así como orientación sobre salud sexual y reproductiva.

El proyecto del ministro Alberto Pérez Dayán será discutido el próximo 9 de noviembre por la Segunda Sala y propone el aval de que el Estado provea de anticonceptivos y educación sexual a los niños, con base en ocho artículos de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, aprobada en diciembre de 2014.

Dicha resolución iría en contrasentido del amparo que promovió Rosario Becerril, panista de Aguascalientes, quien considera que el dictamen sería una forma de discriminar a los padres de familia.

“(Los artículos) implícitamente discriminan a los padres de su función, respecto de la guía y enseñanza a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas, y explícitamente discriminan al niño adolescente varón por su simple sexo, promoviendo el empoderamiento de las niñas y adolescentes mujeres”, se lee en el amparo, difundido este martes por Reforma.

Asimismo, Becerril asegura que la ley citada alienta la promiscuidad y promueve la “anarquía moral”, así como las relaciones sexuales entre la niñez.

En contraparte, el ministro Pérez Dayán señala que no otorgar esta información a los menores de edad les impide acceder al derecho de tener el nivel más alto de saludfísica y mental.

El acceso a la información, así como a los insumos de salud sexual, se encuentra relacionado con la protección a la salud, integridad personal, e inclusive la vida de los menores de edad; de ahí que el derecho humano al nivel más alto de salud física y mental no podría verse satisfecho si se prescindiera de tales elementos de los servicios de salud”, se lee en el proyecto.

Pérez Dayán aclara, además, que “la información y acceso a los referidos insumos de salud no resulta indiscriminada para toda etapa de la infancia” y responde a los lineamientos establecidos por la ONU (no brindar anticonceptivos ni orientación sexual a menores de nueve años).

La situación de las niñas y adolescentes no mejorará mientras las causas subyacentes de la discriminación contra ellas y de su desigualdad, no se aborden de manera efectiva, por ende, la adopción de instrumentos institucionales enderezados a lograr el empoderamiento de tal grupo resulta necesario”, concluye el proyecto.

Fuente noticia: http://www.etcetera.com.mx/articulo/SCJN+analizar%C3%A1+si+el+Estado+debe+dar+anticonceptivos+y+orientaci%C3%B3n+sexual+a+menores+de+edad/50640

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