¿Qué necesita una niña o niño para aprender?

Julieta Guzmán

El aprendizaje comienza desde que nacemos; los referentes adultos con los que cuentan los niños al nacer se convierten en los primeros educadores, y se espera que éstos les proporcionen la dirección y orientación adecuada, además de que sean capaces de generar y ofrecer un entorno de relaciones afectivas confiables basadas en el respeto y la comprensión.

Cuando las niñas y los niños ingresan a la escuela, los docentes se integran a la lista de referentes significativos en la vida de ellos, sobre todo si pretenden que los estudiantes construyan aprendizajes específicos.

Para que la relación enseñanza-aprendizaje funcione, necesitamos docentes “idóneos” y para serlo, ellos necesitan contar con una formación inicial y desarrollo continuo que les permita adquirir y desarrollar las habilidades, conocimientos, actitudes y valores necesarios para promover el aprendizaje, haciendo uso pertinente de los recursos para dar respuesta a las múltiples exigencias que se presentan en los contextos particulares en los que actúan.

De acuerdo con los resultados obtenidos por los estudiantes mexicanos en las pruebas internacionales y nacionales, así como los resultados logrados por los aspirantes a docentes, podríamos suponer que algo en la relación enseñanza-aprendizaje no está funcionando bien. Más de la mitad de los estudiantes se ubican en nivel insuficiente en matemáticas de acuerdo al Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) y 51% de los estudiantes, en la misma situación para ENLACE. En los concursos de ingreso al servicio profesional docente, 60% de los sustentantes fueron “no idóneos”, y en los Exámenes Intermedios de Conocimiento realizados a estudiantes de licenciatura normal, 45% de los sustentantes a docentes de matemáticas en secundaria cayeron en nivel insuficiente.

Sin embargo, como en muchas áreas del sistema educativo, hacía falta una investigación que arrojara información confiable, pública y de calidad que nos permitiera caracterizar la problemática, entender el contexto, a los actores y que sirviera de base a una estrategia para solucionarla. En este contexto –la semana pasada- el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) dio a conocer su Informe Anual 2015 titulado Los Docentes en México.

En un esfuerzo de integración, el INEE recupera datos del formato 911 (empleado por la SEP para obtener información de las escuelas), del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE) y de la Encuesta Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje 2013 (TALIS). Con datos como: las características generales de los docentes, las condiciones en las que laboran y su formación e ingreso al servicio, el Instituto sólo logra presentar una recopilación de datos sobre la situación de los docentes de educación básica y media superior.

El valor del trabajo realizado por el INEE radica en la utilidad y uso que se le dé a esta información. Las preguntas pendientes y apremiantes a responder son: ¿Cómo podemos emplearla para que nuestras niñas y niños –mas allá de mejorar sus resultados en las evaluaciones- aprendan? ¿Cuáles son las acciones de política que se requieren para formar mejor a los docentes y éstos puedan desempeñar su labor en las mejores condiciones?

Generar la información y elaborar recomendaciones es un buen comienzo, pero no es suficiente. Es responsabilidad de todos los que trabajamos -en y por la educación- exigir, impulsar y trabajar en el diseño e implementación de una estrategia integral que nos permita contar con docentes idóneos que contribuyan de manera eficaz a que las niñas, niños y jóvenes mexicanos hagan efectivo su derecho a aprender.

Fuente del articulo: http://www.mexicanosprimero.org/index.php/educacion-en-mexico/nuestra-opinion/item/que-necesita-una-nina-o-nino-para-aprender

Fuente de la imagen:https://www.understood.org/~/media/ff9ab7af123d43d8b9796192058cec12.jpg?h=662&la=es-MX&mh=662&mw=1178&w=1176

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Educación infantil: Una prioridad educativa absoluta a nivel mundial.

Por: Haldis Holst

La Educación de la Primera Infancia (EPI) se ha colocado en poco tiempo en lo más alto de la agenda educativa en muchos países del mundo. Nuestros estudiantes más jóvenes son el centro de nuestra atención, tanto nacional como internacional. Están sucediendo cosas, y están sucediendo rápido. Como sindicatos, investigadores, docentes y personal de apoyo, hemos de asegurarnos de ser parte de todo lo que está ocurriendo.

Debemos defender y participar en el progreso hacia unos servicios infantiles de calidad. Debemos defender la formación especial de más docentes y más personal de apoyo. Debemos presionar para conseguir más investigación y conocimientos. Y también, acoger en nuestros sindicatos a los que trabajan en este sector y luchar por sus condiciones laborales.

La EPI En La Agenda Internacional

Si bien la EPI tiene una larga historia en algunos países, en otros muchos se trata de un servicio educativo relativamente nuevo. La Declaración Mundial sobre Educación para Todos (EPT) de Jomtien, Tailandia, en 1990, introdujo la idea de que «el aprendizaje comienza con el nacimiento», estableciendo así la EPT como una parte esencial de la educación básica y un nivel educativo por derecho propio.

Más tarde, fue institucionalizada mediante la Declaración de la EPT de Dakar, en el año 2000. Uno de los seis objetivos de la educación para 2015 acordados internacionalmente es: «Ampliar y mejorar de forma íntegra el cuidado y la educación de la primera infancia, especialmente de los niños más vulnerables y desfavorecidos».

El valor de la EPI se ha destacado simbólicamente en importantes informes de la última década – los informes Starting Strong (Empezando Fuerte) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2007 Strong Foundations (Fundaciones Fuertes) y el informe Right Beginnings (Un buen Comienzo) de principios de año de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Todos ellos destacan la importancia de que los niños cuenten con un entorno de aprendizaje positivo y estimulante a través de la EPI.

Tras el estudio de la OIT, se celebró un Foro de Diálogo Mundial en el que se expusieron los siguientes puntos de consenso: «No cabe duda de que la educación de la primera infancia es una buena inversión para el futuro desarrollo educativo, la inclusión y el desarrollo social, el reconocimiento y el respeto de los derechos infantiles y para obtener mejores resultados económicos para los ciudadanos y la sociedad».

Además: «Para alcanzar los objetivos del acceso universal y la calidad, los gobiernos, mayores responsables de la organización y la financiación de la EPI, deberían invertir más recursos y atención política en la EPI como nivel básico de la educación».

Estos mensajes son muy oportunos. La EPI tiene un gran valor para todos los niños y la sociedad, y los gobiernos son los responsables de suministrar estos servicios. Debemos repetirles tantas veces como sea necesario cuáles son los objetivos del acceso universal y la calidad.

¿Por Qué Tanto Interés?

El interés por los primeros años puede ser muy grande, pero los motivos no son siempre los mismos. En primer lugar, es un sector de grandes oportunidades para los proveedores que buscan un mercado nuevo.

Se encuentra en situación de expansión, los niveles salariales son relativamente bajos y suele haber fondos públicos disponibles – o padres dispuestos a pagar. Los proveedores privados han estado presentes durante mucho tiempo, pero ahora vemos participar también grandes corporaciones con fines de lucro.

Algunos de estos proveedores están interesados realmente en la educación, pero a otros solo les interesa hacer negocio. Debemos tener cuidado.

Al mismo tiempo, nos enfrentamos a la «ola de PISA», que ha animado a los políticos que pretenden ser los mejores a empezar a preparar antes a los niños para los exámenes. Muchas veces, ello viene de la mano de un punto de vista más bien limitado de la educación, centrado en las capacidades de fácil evaluación.

Queremos políticos que se comprometan, y queremos que más niños tengan la oportunidad de participar en la educación de la primera infancia. Pero no queremos exámenes excesivos ni una infancia en la que se subestime el juego y la creatividad.

También hemos observado que cada vez se hace más hincapié en los derechos infantiles y en una nueva visión de la infancia y los niños. La Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño fue ratificada por la mayoría de los países a lo largo de los años 90. En la actualidad, es habitual hablar de los más pequeños como ciudadanos.

Ello coloca al niño en una posición central, en la que se le pregunta lo que necesita y lo que desea. Pero incluso este enfoque puede tener sus declives.

La investigadora infantil noruega Anne Trine Kjoerholt destaca que quizás estemos cargando a los niños con demasiada responsabilidad. Ella pide ciudadanía en talla infantil y nos recuerda que los derechos de los niños no son sólo participar, sino también ser protegidos y ver cubiertas sus necesidades.

Y, por supuesto, también tenemos la demanda cada vez mayor de los padres. Las estructuras familiares están cambiando y un gran número de mujeres han dejado de ser amas de casa a tiempo completo.

Aprendizaje Integral

La EPI es importante y beneficiosa para los más pequeños. Pero debemos vigilar de cerca los acontecimientos. Debemos recordar cómo los niños aprenden y se desarrollan, y tener siempre en cuenta que la educación es una actividad cultural que debemos integrar en la sociedad en la que está basada.

Además, debemos recordar que la Convención sobre los Derechos del Niño también ratifica el derecho a jugar y el derecho a participar en actividades culturales. Ello también forma parte de una EPI de calidad.

No existe un modelo internacional de la EPI y por lo tanto cada país debe crearlo para sí mismo. Pero podemos inspirarnos mutuamente y aprender unos de otros. Por eso, permítanme compartir un fragmento de los objetivos del sistema educativo noruego para la Educación de la Primera Infancia:

«Los niños podrán desarrollar su entusiasmo creativo, su sentido del asombro y su necesidad de investigar. Aprenderán a cuidarse a sí mismos, los unos de los otros y la naturaleza. Los niños desarrollarán sus conocimientos y capacidades básicos. Tendrán derecho a participar de acuerdo con su edad y sus habilidades».

Nuestros niños merecen lo mejor que podamos ofrecerles. Son el mayor recurso de nuestro país y su futuro. Por todo ello, insto a todas las afiliadas a la IE a que incluyan la EPI en su agenda. La resolución de la IE sobre EPI del Congreso Mundial de 1998 sigue siendo legítima y un buen punto de partida.

El documento estratégico adoptado en el Congreso Mundial del año pasado también nos ofrece orientación. Los principios básicos que ellos establecen deberían servirnos de guía a todos:

  • La EPI debería ser un servicio público y una parte integral del sistema educativo de cualquier país;
  • La EPI debería impartirse de forma gratuita y estar disponible para todos los niños, incluidos aquellos con necesidades especiales;
  • Todos los docentes, incluidos los docentes de la primera infancia, deberían recibir el mismo nivel de formación pedagógica;
  • Los docentes de la EPI deberían tener los mismos derechos, condiciones y subsidios que los docentes de los otros sectores; y
  • Se debería contratar y formar como docentes de la primera infancia tanto a hombres como a mujeres.

Utilicemos todos esta ventana global de oportunidades para seguir desarrollando la educación de la mejor forma posible para nuestros ciudadanos más jóvenes. Se lo merecen.

publicado primeramente en: http://worldsofeducation.org/beta/spa/magazines/articles/123

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