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¿Qué hemos aprendido?

Por: Manuel Gil Antón

La educación como proceso de aprendizaje social no se reduce a las actividades que se llevan a cabo en las aulas, virtuales o presenciales. Ocurre cada día. El tema del retorno a las escuelas es el que, con razón, predomina en estos días. Es complejo pues implica la consideración de varias dimensiones entrelazadas y heterogéneas si se consideran los diferentes y desiguales contextos sociales, niveles de estudio y condiciones escolares, así como las distintas perspectivas, también variables, desde los múltiples tipos de organización familiar, prácticas docentes e infraestructura material de los planteles, a las que se añaden posiciones divergentes en cuanto a consideraciones políticas, económicas, sanitarias y pedagógicas.

Sin restar importancia a este dilema que reclama la mayor apertura al dialogo para generar proyectos adecuados a las circunstancias, conviene abrir la mirada y preguntar cuáles son las principales vetas que en la comprensión del país y su futuro se han abierto al lidiar con la pandemia. Comparto algunas, que sin duda se ampliarán con las experiencias de quienes lean estas letras.

En primer lugar, la fragilidad del proyecto de nación emergió (más) a través de la inaudita concentración del ingreso, poder y prestigio que produce distancias (barrancos hondos) entre las posiciones sociales ante las que la propuesta de la igualdad de oportunidades, revestida con el predominio del mérito como quantum de esfuerzo, se desmorona.

Sea cual sea el sector social que se enfoque, la desigualdad y la pobreza son un lastre para quienes adhieren a la construcción de un país decente. La inequidad en el acceso a los servicios de salud; a la educación, ahondada ahora por vínculos tan diferenciados entre estratos sociales a la tecnología, y la contrastante densidad de habitantes por metro cuadrado de vivienda o espacios públicos con áreas verdes, por señalar algunos, son inaceptables éticamente y reducen los umbrales para hacer viable compartir el territorio de manera justa.

En segundo, y sin ser experto en la materia, considero que la enorme cantidad de personas ocupadas en el sector informal que no pueden recluirse pues dependen del ingreso diario, junto con la creciente pérdida de seguridad y prestaciones en el empleo en el sector formal, no auguran bases firmes para el desarrollo económico del país.

Añado, en tercer lugar, la escasa presencia de cultura científica en la población, que nos hizo ver, en fases decisivas de la desgracia, la prevalencia de supuestas protecciones religiosas ante el virus, rayanas en la superstición, en muy amplios grupos de la sociedad e incluso del gobierno.

En cuarto sitio, y no en importancia, ha sido costosa, y lo será de no enmendarse, la falta de credibilidad y confianza en las instituciones. Esta dimensión se relaciona con la quinta, a saber: la mayoritaria noción de la condición de beneficiarios y no la de ciudadanos. De persistir la idea de formar parte de un país de beneficiarios de bienes de autoridad – ya sea población marginada o empresarios de cualquier tipo en todos los ramos – la condición fundamental de la democracia, conciencia de ciudadanía con derechos y obligaciones, reduce las posibilidades de un cambio social de fondo.

Ninguno de estos aspectos es privativo del actual gobierno. Son taras de décadas que el virus y sus funestas consecuencias han descarnado dejándolas en los huesos. Urge hacernos cargo de estas lozas para el futuro como aprendizaje de esta temporada de trancazos. Más nos vale.

Manuel Gil Antón. Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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Las 7 tendencias educativas para la nueva era

Por: Xavier Mas García

Desde el acceso masivo a internet a mediados de los años 90, la llamada transformación digital ha modificado significativamente todos los ámbitos de actividad humana.

Es así como la compra del último CD de nuestra banda de rock favorita o la descarga de los Hits del 2020 de una tienda online han dado paso a Spotify, o la saga Star Trek habita en los catálogos de Netflix y Prime Video o cómo –en un futuro no muy lejano– veremos transformarse las grandes industrias automovilísticas europeas y asiáticas en operadoras digitales gestionando la movilidad de millones de personas a través de una app y una flota de automóviles eléctricos sin conductor.

Mientras el mundo gira a una velocidad que escapa a nuestra capacidad de predicción, la educación parece tomárselo con más tranquilidad –por lo menos hasta el momento–, resguardada de los vientos de la digitalización. De hecho, pese a las incontables experiencias de innovación pedagógica llevadas a cabo por docentes y expertos educativos, mayoritariamente seguimos formando a nuestro alumnado de la misma manera que décadas atrás.

La crisis desencadenada por la Covid-19 ha sumergido al ecosistema educativo –escuelas y universidades, centros de formación, profesorado, alumnado, familias, investigadores, administración pública, empleadores y demás agentes– en una situación de excepcionalidad e incertidumbre que parece no tener fin. Con la llegada de la primera ola de la pandemia (marzo de 2020), de la noche a la mañana la red se convirtió en un auténtico bazar de herramientas, recursos de aprendizaje, experiencias y consejos de cientos de opinadores sobre tecnología educativa y aprendizaje en línea.

La segunda ola (octubre de 2020) está siendo distinta. Ahora el nuevo foco es cómo adaptar las instituciones educativas a las normativas impuestas por la emergencia sanitaria y repensar los modelos formativos para que se adapten a un escenario social y tecnológico distinto del actual. Empezamos a preguntarnos sobre el mañana.

Prácticas obsoletas frente a nuevos modelos

La evolución del ecosistema educativo a partir de esta crisis es poco previsible. Nuevos factores y retos entran en juego alterando las condiciones del entorno, estresando a sus agentes y creando nuevos nichos para ser ocupados. Algunas de las tendencias del aprendizaje previstas para el siglo XXI van a quedar obsoletas. Otras, en cambio, se verán potenciadas y se convertirán en los cimientos y materiales de construcción de nuevos modelos y prácticas educativas.

Veamos una selección con siete tendencias representativas. Son la síntesis de un análisis de distintos informes y aportaciones de expertos educativos hecho antes de la pandemia. Ahora son una invitación para preguntarnos cuáles de ellas se verán potenciadas, cuáles perderán su relevancia y cuáles formarán parte del nuevo ecosistema educativo en la era poscovid-19:

  1. Informalización del aprendizaje. Incremento del aprendizaje informal potenciado por la red y la tecnología digital. Tiene relación con el llamado aprendizaje a lo ancho de la vida referido a la interconexión de aprendizajes adquiridos en diferentes ámbitos (profesional, social, académico, lúdico, etc.). Con formas de crear y distribuir el conocimiento distintas de las del aprendizaje formal, penetra en la actividad formativa de los entornos académicos.
  2. Educación permanente. Actividad formativa a lo largo de todo el ciclo de vida de una persona. Tiene lugar tanto en ámbitos formales como informales y en contextos diferentes (laboral, académico, doméstico, etc.). La capacidad de las personas para diseñar su trayectoria formativa a lo largo de la vida y disponer de habilidades superiores para aprender en contextos digitales se considera un aspecto fundamental.
  3. Aprendizaje autodirigido. La personalización del aprendizaje es uno de los mantras más recitados por los responsables docentes y gestores formativos. Sin embargo, la verdadera personalización debe estar orientada a empoderar y capacitar a las personas para tomar sus propias decisiones con relación a su proceso formativo para aprovechar las incontables oportunidades de aprendizaje que ofrecen la red y el ecosistema educativo. En un contexto de formación a lo largo de la vida, con una tendencia creciente hacia la informalización, la capacidad de dirigir y gestionar el propio aprendizaje es crucial.
  4. Aprendizaje social. El aprendizaje social está en la base de teorías y movimientos de renovación pedagógica anteriores a la red y en numerosos enfoques y pedagogías emergentes actuales como el Aula invertida, el movimiento maker o el Pensamiento de diseño. La proliferación en los ámbitos profesionales y domésticos de aplicaciones y herramientas de computación en la nube, de comunicación o de gestión de proyectos contribuyen a la realización de experiencias educativas de corte socioconstructivista basadas en la colaboración.
  5. Deslocalización. Como ocurre con otras actividades, el aprendizaje ya no puede estar referenciado por coordenadas espacio-temporales. La conexión permanente y las aplicaciones de computación en la nube que ofrecen los dispositivos móviles permiten aprender en cualquier momento y lugar, disfrutando de las máximas prestaciones en cuanto a acceso a la información, a la comunicación y a la productividad.
  6. Automatización. Los avances en inteligencia artificial (IA) empiezan a esbozar escenarios educativos con bots y asistentes virtuales desempeñando diferentes papeles en los procesos académicos y formativos. Asimismo, la confluencia de la Analítica del aprendizaje con los algoritmos de inteligencia artificial ponen al alcance de docentes e instituciones educativas la posibilidad de personalizar el aprendizaje, diseñando de forma dinámica contenidos y actividades a medida.
  7. Liberalización de la acreditación. La irrupción de la tecnología de cadena de bloques en el ecosistema educativo abre la posibilidad de tener sistemas alternativos de reconocimiento y acreditación de competencias, habilidades y experiencias formativas sin necesidad de disponer de archivos centralizados en instituciones determinadas. Aprendizajes adquiridos en espacios informales o destrezas desarrolladas en entornos corporativos pueden ser acreditados de forma fiable, permanente y detallada.

Solo queda esperar y tratar de propiciar un cambio en la educación aprovechando el momento que estamos viviendo. Inclinarse más por una u otra tendencia no es lo importante. Lo realmente significativo es dejar atrás los planteamientos que hayan quedado obsoletos.

Fuente: https://theconversation.com/las-7-tendencias-educativas-para-la-nueva-era-149489

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Deja que tus estudiantes ¡canten!

Por: Educación 3.0

Daya Ibarrula Moreno es profesora asociada a la Universidad de La Rioja y de Musicalia y defiende realizar actividades en el aula de Música que aúnen voz y percusión corporal cuando no hay instrumentos. Así es como lo hace.

La capacidad creadora artística hace únicos a los seres humanos. Creamos cosas, ideamos objetos que nos pueden servir para buscar comida o para ayudarnos en nuestra vida. Sin embargo, eso también se ha visto en otros animales, como los monos usando palitos para conseguir termitas y comer. Nosotros tenemos algo muy especial: creamos cosas por el mero placer artístico, es decir, para disfrutar, para sacar las emociones que tenemos dentro, para mostrárselas al resto de seres humanos, para compartirlas. El arte no tiene otra utilidad. No sirve para sobrevivir. Un coro en clase sirve para socializarnos aún más, para comunicarnos, para celebrar nuestra imaginación.

Esto es lo que, más o menos, explico en mis clases de música cuando quiero enseñar a componer a mis alumnos, es decir, a crear arte a través de la música.
un coro en clase

Expresión personal

El arte es una expresión de nosotros mismos y de esa imaginación tan maravillosa que poseemos. Y, en concreto, la música tiene algo más. Es algo universal que todos podemos compartir. En la pintura, por ejemplo, necesitamos pinceles, colores y lienzo; en la literatura necesitamos papel y lápiz; en el cine muchos más elementos…

En cambio, para hacer música con solo nuestra voz y los ritmos que podemos hacer de percusión corporal ya podemos crear canciones. A esto, lógicamente, si le sumamos el uso de instrumentos musicales, mejora considerablemente. Sin embargo, no todo el mundo tiene acceso a ellos ni sabe tocarlos. Para tocar un instrumento musical hacen falta muchas horas de estudio a lo largo de años y años. El baile también es un arte que es universal, pero necesita de música para ser ejecutado. Por eso, la música y el baile van tan de la mano, porque todos podemos hacerlo y lo compartimos.

Cantar en música, una herramienta para todos

Por todo esto, decidí hacer música en el aula a través de la voz y de la percusión corporal. Soy profesora de música desde hace más de 9 años en una escuela privada y también profesora de didáctica musical en la universidad. He dado clases a niños desde 4 años hasta adultos, pasando por todas las etapas de niñez y adolescencia. Una cosa que tengo comprobada y que me da mucha pena (sabiendo la felicidad y el autoconocimiento que nos da la experiencia de cualquier tipo de arte en la vida) es que la mayor parte de mis alumnos siente una gran vergüenza a la hora de cantar, quizás porque no lo han practicado mucho o directamente, en algunos casos, nada.

Por eso, soy una firme defensora de la práctica del canto en el aula musical desde la infancia. Si queréis que los alumnos canten, mi consejo es no preguntar nunca cuestiones en clase tipo: ¿Os gusta cantar?, ¿queréis cantar?, etc. Y directamente haced, actuad nada más empezar la clase.

Pizarra blanca con notas musicales

Componer canciones, un trabajo en equipo y democrático

Un ejercicio básico en mis lecciones es el calentamiento. Tanto en una clase práctica de tocar o cantar como una clase más teórica, siempre comienzo con un calentamiento vocal, auditivo y rítmico. Me siento al piano y hago unos patrones de notas que canto con mi voz y que ellos tienen que imitar automáticamente. Es como un juego y les resulta muy gracioso. No se dan cuenta de que están trabajando el oído interno, la memoria musical, la entonación, el ritmo e, incluso, la expresión, ya que puedo hacer matices y diferentes acentuaciones. Todos ellos son pilares básicos de la música vocal y les sirve para perder el miedo y la vergüenza al canto.

Cuando quiero componer en clase, la siguiente parte del ejercicio consiste en pensar el tema de la canción que vamos a crear, es decir, sobre qué va a tratar: contaremos una historia, hablaremos sobre sentimientos, se lo dedicaremos a alguien o a algo en concreto, etc. Hay una gran cantidad de cosas que se pueden decir cantando.

A continuación, les hago analizar qué herramientas musicales vamos a utilizar y, en ese preciso momento, es donde entran en juego todos los conocimientos musicales que se han aprendido a lo largo del curso y de años anteriores: compases, figuras musicales, escalas, acordes, fraseo musical, cadencias, tempo, matices, etc.

Menores se divierten en clase con una profesora

Cómo llevarlo a la práctica

Lo divertido viene cuando se hace la letra. Se puede hacer entre toda la clase también o, para grupos de alumnos más mayores, se puede dividir la clase en diferentes grupos de cuatro o cinco personas y entre ellos pueden pensar posibles letras. Al terminar, las ponemos en común y decidimos una letra conjunta.

La parte de ponerla en práctica es trabajosa pero funciona. Tengo completamente comprobado que cuando las personas trabajan en conjunto en algo que han hecho entre todos de forma democrática, se involucran muchísimo en conseguir su logro y su finalización.

Se divide la clase en grupos según las partes que hemos hecho y a trabajar. Es un trabajo de canto coral, al fin y al cabo. Tenemos que ponernos todos de acuerdo y controlar mucho la atención y la concentración, es decir, la atención al director o directora que lleva el pulso y dirige las entradas y salidas de la canción, y la concentración a no perderse rítmicamente, a no desafinar, etc. A veces sale mejor, a veces sale peor, pero lo importante es el aprendizaje conseguido, no solo musical, sino también emocional y social.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/coro-en-clase/120079.html

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Documentales para trabajar las emociones en Secundaria

Por: Educación 3.0.

 

Se puede trabajar en el aula la gestión de las emociones con estudiantes de todas las edades. Con ayuda de estos documentales disponibles en Internet, los estudiantes podrán comprender mejor cómo funciona el cerebro humano y cómo se gestionan las emociones.

Si los estudiantes reciben información sobre el funcionamiento del cerebro y el origen y objetivo de las emociones, les será más fácil identificar sus sentimientos y regularlos por sí mismos. Los documentales y reportajes son un formato muy útil para transmitir información verídica sobre este asunto. A continuación, recopilamos algunas piezas que se pueden mostrar en el aula de Secundaria.

Consciencia, el poder de la mente

Consciencia, el poder de la mente

La consciencia es la principal protagonista en este documental. Es posible entender qué es la consciencia y cómo funciona el cerebro humano, estando despiertos o dormidos, para adentrarse en el aprendizaje emocional y así gestionar y regular los sentimientos. El documental hace una reflexión científica en la que se explica cómo sienten las personas y cómo reaccionan a los estímulos que les rodean.

El aprendizaje social y emocional: habilidades para la vida

El aprendizaje social y emocional: habilidades para la vida

En este capítulo de ‘Redes’, la serie de documentales presentados por
Eduard Punset en TVE, Elsa Punset entrevista al psicólogo y experto en educación emocional René Diekstra. Comprueba que si un estudiante entiende y gestiona sus emociones correctamente tendrá mejores resultados académicos y estará más preparado para el mundo laboral. Afirma que es muy saludable identificar los problemas del día a día y saber reaccionar, ya que los más jóvenes tendrán que lidiar con situaciones diversas que les conducirán a la madurez.

Fobias

Fobias trabajar las emociones en Secundaria

Las fobias son temores angustiosos e incontrolables ante ciertos actos, ideas, objetos o situaciones. Canal Sur presenta un documental en el que se trata este trastorno de salud emocional: varios especialistas, entre los que se encuentran psiquiatras, psicólogos y coaches, explican qué tipo de fobias existen, cómo se clasifican, cómo se desarrollan y sus posibles soluciones con apoyo profesional.

Cerebro Místico

Cerebro Místico trabajar las emociones en Secundaria

Un equipo de la Universidad de Montreal, en Canadá, ha investigado sobre el bienestar emocional de las personas ‘místicas’ que meditan de forma diaria. Defienden que la meditación beneficia a la salud mental y física, es una experiencia transformadora que fortalece la salud. Entrevistando a personas que meditan, este grupo de pedagogos y psicólogos investigan sobre los beneficios del estado de paz mental y descubren cómo puede proteger al organismo. Se encuentra en francés, subtitulado en inglés, aunque hay versiones subtituladas en la red.

El poder de las emociones

Una buena educación afectiva puede ser beneficiosa para la salud. Este documental, dirigido por Dionny Baez, tiene como objetivo investigar sobre las emociones y sus consecuencias basándose en testimonios de profesionales que profundizan acerca de cómo afectan los sentimientos al cerebro humano. Para conseguir hábitos que mantengan el bienestar mental es importante identificar cada emoción y tratar de encontrar una forma de gestionarlas.

Fuente de los documentos: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/documentales-trabajar-las-emociones-en-secundaria/115860.html

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Te ayudamos a implementar un buen Aprendizaje Social

Por: aulaplaneta.

 

Como su propio nombre indica, el Aprendizaje Social (también conocido como Aprendizaje Vicario o Aprendizaje Observacional) es aquel que se produce por imitación de una persona a otra u otras, o -desde una perspectiva educativa- de los estudiantes hacia aquellos que les rodean y que ejercen como modelos de conducta. Una forma de aprendizaje intrínsecamente relacionada con la civilidad, un valor que se da en cualquiera de las áreas de acción de nuestras vidas, desde la familiar y privada hasta la pública o la virtual, aunque es en las escuelas donde mejor puede aprovecharse desde una perspectiva educativa, ya que se trata de un entorno controlado y es posible escoger los modelos a seguir.

Apuntes históricos del Aprendizaje Social

El Aprendizaje Social se fundamenta en las teorías de Cornell Montgomery (1843-1904), quien argumentaba que este aprendizaje pasaba por cuatro etapas diferenciadas: el contacto cercano, la imitación de aquellos que jerárquicamente ostentan una autoridad superior respecto al aprendiz, la comprensión conceptual y también del comportamiento exhibido por el modelo a seguir. Estos principios fueron recogidos por el psicólogo Julian B. Rotter (1916-2014) e impulsados hacia un modelo teórico que podríamos resumir de la siguiente manera: el hecho de que una conducta determinada tenga un resultado positivo refuerza el deseo de ejecutarla y, una vez comprobados sus beneficios, repetirla. Así, esta teoría no solo tenía en cuenta los factores psicológicos de los individuos para llevar a cabo su Aprendizaje Social si no también los ambientales y contextuales en los que se llevaba a cabo este proceso de aprendizaje. Una idea que, a su vez, fue expandida por Albert Bandura, considerado uno de los más importantes teóricos del Aprendizaje Social tal y como lo conocemos hoy. En 1977, Bandura combinó aspectos propios de la teoría del aprendizaje cognitivo y conductual para plantear el Aprendizaje Social como el resultado de la interacción de tres factores, el ambiente, la conducta y los factores personales, e indicar que se desarrollaba a partir de otros tantos puntos esenciales:

  1. Retención de lo que los sujetos que se encuentren en proceso de aprendizaje estén observando.
  • Capacidad para reproducir lo que se ha retenido y, por tanto, observado previamente.
  • Motivación para reproducir la o las conductas de aquellos que con sus actuaciones ejercen de modelos para el Aprendizaje Social. Este último aspecto se encuentra íntimamente relacionado con el grado de aceptación social que generan unos u otros modelos de conducta.

De este modo, se considera que el Aprendizaje Social requiere no solo de la existencia de modelos de conducta positivos, si no también de uno o varios incentivos que promuevan la adhesión y reproducción de las conductas consideradas positivas en detrimento de las negativas. De lo contrario, existe la posibilidad de que quien debiera ejercer de modelo termine por reproducir las conductas negativas que querían modularse, quedando el Aprendizaje Social huérfano de toda finalidad educativa.

Aprendizaje social para tiempos digitales

Desde hace unos años, todas estas teorías se han encontrado ante un panorama muy diferente del que había cuando surgieron. Y es que gracias al auge de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ahora podemos interactuar a distancia a través de dispositivos de uso cotidiano sin necesidad de compartir un espacio físico que, hasta hace no demasiado, era el lugar en el que se producía el Aprendizaje Social (si descartamos el que se tiene lugar a través de la palabra escrita o hablada y la imagen). Pero, ¿qué ocurre ahora? Existen en las redes sociales (RRSS) numerosos casos, ejemplos y actuaciones que son eficaces en una realidad concreta pero que no es posible aplicar en la nuestra, o útiles tutoriales que permiten a los usuarios «aprender haciendo» y terminan propagando modelos de conducta no siempre positivos. Bandura experimentó en su día con los efectos que los medios de comunicación tenían sobre el Aprendizaje Social de las personas, especialmente a edades muy tempranas. Y efectivamente, descubrió que la presencialidad o los referentes reales no son necesarios para el desarrollo de este tipo de aprendizaje. Lo que, a su vez, implica que para que el Aprendizaje Social se vea reforzado en sus aspectos positivos y no en los negativos, debe ir acompañado de otras formas de aprender como las siguientes:

  • Alfabetización audiovisual y digital: si uno de los refuerzos que nos llevan a optar por una conducta u otra es la aceptación social o la seducción de los sentidos, estas dos alfabetizaciones son claves para un Aprendizaje Social que forme a los individuos en el funcionamiento  del lenguaje audiovisual y la escala de valores que transmite. Un conocimiento básico en una sociedad digitalmente interconectada.
  • Netiqueta: teniendo en cuenta que los modelos que se erigen en la red tienen su eco a este lado de la pantalla, en el mundo real, una formación en buenos modos y formas de relacionarse puede prevenir que un mal uso de internet y las redes sociales se traduzca en una mala socialización a nivel general.

Aunque, por supuesto, ninguna de las anteriores funciona si no sois vosotros, como maestros y modelos de conducta para los alumnos a vuestro cargo, quienes ejercéis como faros del Aprendizaje Social de vuestros estudiantes.

¿Practicáis algunos de los métodos para un buen Aprendizaje Social como los que se comentan en este artículo? Compartid vuestras experiencias con nosotros, y este post con todos vuestros contactos.

Para saber más:

PresentaciónTeoría Social del Aprendizaje de Albert Bandura, por Cecilia Sierra Escobell.

VideoRedes 157: El aprendizaje social y emocional, las habilidades para la vida.

 

Fuente de la reseña: https://www.aulaplaneta.com/2019/06/05/recursos-tic/te-ayudamos-a-implementar-un-buen-aprendizaje-social/?utm_medium=social&utm_source=twitter&utm_publisher=organic&utm_term=awareness&utm_content=post&utm_campaign=redessociales

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Eduard Punset sobre la inteligencia y el aprendizaje

Redacción: National Geographic

«El viaje más emocionante» es el título de este editorial de la revista especial «National Geographic Cerebro y Emociones» publicado en 2010 y en el que el famoso divulgador nos explicó por qué la ciencia se ha inmiscuido de un tiempo a esta parte en campos tan trascendentales como la salud mental, la educación o la vida empresarial de las personas.

De unos años a esta parte hemos empezado a reflexionar -y, en cierto modo, a inventar- la inteligencia emocional, la inteligencia social y el aprendizaje social y emocional. Se trata de tres conceptos que están ya siendo aplicados en campos tan trascendentales como la salud mental de las personas, los sistemas educativos y la vida corporativa.
Las 15 frases más inspiradoras de Eduard Punset

En primer lugar, por el hecho insólito de que la esperanza de vida se haya casi triplicado en los últimos 200 años. Los recién nacidos en este nuevo siglo dispondrán, en promedio, de 40 años de vida redundante en términos biológicos. Una vez cumplidos los cometidos evolutivos como el de perpetuar la especie, nos siguen quedando a los humanos varias décadas para plantearnos misiones, objetivos y procesos que hace sólo unos años no nos hubiéramos podido ni siquiera imaginar. Por primera vez en la historia, la gente puede sustituir la vieja e inconclusa pregunta de si hay vida después de la muerte por la constatación de que hay vida antes de la muerte, que merece la pena vivirla.

Por primera vez en la historia podemos cambiar la pregunta de si hay vida después de la muerte por la constatación de que hay vida antes de la muerte y que merece la pena vivirla

El Segundo factor responsable de este cambio radica en la revolución tecnológica, que está permitiendo medir por primera vez los procesos internos como el estrés, la actividad cerebral y hasta la propia capacidad de aprender e imaginar. Las técnicas, basadas la mayoría de ellas en las resonancias magnéticas funcionales, han permitido a los científicos diferenciar los papeles desempeñados por el entorno y por la genética, y calibrar el impacto mental del aprendizaje o, simplemente, del paso del tiempo en el entramado neuronal. Esta entrada en tromba de la ciencia en la gestión de las emociones representará un alivio insospechado para la gente. A eso me refiero cuando hablo de la irrupción de la ciencia en la cultura popular.

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Costa Rica ha recibido aval en 9 de 22 áreas para ingresar a la OCDE.

Costa Rica ha dado pasos firmes para su plena incorporación a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), al recibir el aval de nueve de los 22 comités establecidos para evaluar las políticas del país en diferentes campos, informó este miércoles el gobierno.

América del Sur/Costa Rica/09.01.2018/Autor y Fuente: http://informa-tico.com

 La educación ha sido uno de los aspectos mejor evaluados de Costa Rica por parte de la OCDE.

Hasta ahora, el país ha recibido el aval en los temas de Comercio, Salud, Agricultura, Educación, Ciencia y Tecnología, Trabajo y Asuntos Sociales, Protección al Consumidor y Política Regulatoria para la Economía Digital.

Los restantes 13 comités siguen evaluando si las políticas y medidas adoptadas corresponden a los estándares y prácticas de la OCDE, de manera que permitan su ingreso al club al que solo han tenido acceso dos países latinoamericanos: México y Chile.

El ministro de Comercio Exterior, Alexander Mora, quien coordina el proceso de ingreso de Costa Rica a la OCDE, señaló que 30 instituciones públicas participan en este proceso.

“Siguiendo la instrucción del presidente Luis Guillermo Solís de avanzar en las buenas prácticas para beneficiar a nuestra ciudadanía, la incorporación a la OCDE es una tarea que involucra prácticamente a todo el Estado costarricense de forma sistemática”, indicó Mora.

La OCDE agrupa a 35 países, la mayoría de ellos con economías desarrolladas y emergentes, como es el caso de México, Chile y Turquía. Su misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo.

Fuente: http://informa-tico.com/3-01-2018/costa-rica-ha-recibido-aval-9-22-areas-ingresar-ocde

Imagen: http://informa-tico.com/sites/default/files/styles/280×280/public/images/noticias/educacion_1.jpg?itok=nYD_wr1h

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