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Lo que aprendimos con la pandemia

Por: Juan Carlos Yáñez Velazco

Soy profesor en la Universidad de Colima. Lo saben buenos amigos que me conocen o siguen desde hace tiempo. Ahora imparto un curso en la licenciatura en Pedagogía a estudiantes del sexto semestre, grupo C; mujeres, la gran mayoría. Hace algunas semanas les propuse escribir un artículo colectivo, experiencia que ya viví con resultados fantásticos.

En cada párrafo aparecen los nombres de sus autores, a quienes agradezco la generosa respuesta a la pregunta que titula este artículo, con una mezcla de apuntes pedagógicos, valoraciones personales y hasta dolorosas confesiones.

Por distintas razones, como esta muestra, sigo creyendo que las autoridades educativas tienen que abrir ojos y oidos para escuchar y observar a los más importantes protagonistas de las escuelas. No es un favor, es un derecho y una obligación.

González Rocha Victoria Sinahí

Con la pandemia aprendimos a valorar más nuestra vida, a invertir nuestro tiempo en actividades que nos apasionan y hacen felices, aprendimos a disfrutar cada segundo con nuestros seres queridos, a disfrutar risas y anécdotas de los abuelos, a extrañar y valorar a nuestros verdaderos amigos. Aprendimos a invertir tiempo cuidando nuestra salud física y mental, pero sobre todo aprendimos a valorar lo que tenemos y lo afortunados que somos al seguir disfrutando de la vida.

Manzo Montelongo Daniela

Con la pandemia aprendimos que es importante limpiar cada rincón de manera minuciosa, puesto que de pronto podemos encontrarnos con una formación de basura construida a través de los descuidos de cada día, semana o mes. Es ésta misma formación la que afecta a las escuelas, puesto que con la pandemia se han mostrado todos los problemas que se encontraban ocultos debajo de los pupitres, los escritorios, las situaciones socioeconómicas particulares, la planeación y el currículo de cada escuela, dejando entre ver un problema: no se trata sólo de limpieza superficial, sino del enfoque y prioridades escolares.

Martínez de la Mora Nallely Marisol

Con la pandemia aprendimos a ser aún más autónomos con nuestro proceso de aprendizaje, debido a que nuestros profesores y compañeros están al otro lado de la pantalla, y resolver dudas o dar explicaciones se ha vuelto un poco complicado, así que se ha tomado como tarea primordial de los estudiantes dar más de lo que aportábamos de manera presencial. Concuerdo con mis compañeras: aprendimos a realizar nuevas actividades, la mayoría de ellas de carácter formativo.

Rentería Macías Karina

Con la pandemia aprendimos a valorar la función tan importante que tiene un docente; darnos cuenta que para estar frente a un grupo son horas de planeaciones y no siempre se puede realizar lo planeado debido a ciertas situaciones que se presentan. Aprendimos a reconocer que los docentes nos brindan los conocimientos para crear los pilares de nuestra formación académica y también lecciones de vida. Aprendimos la importancia que tiene estar unidos en un aula de clases e interactuar con nuestros compañeros y docentes.

Solorio Herrera Fernanda Jacqueline

Con la pandemia aprendimos a mirar desde otra perspectiva distintos ámbitos de nuestra vida (la educación, la familia, el trabajo, etc.) y a llevarlos de manera diferente, con ello también aprendimos a valorar a la familia, el trabajo, los amigos, la educación y la salud. Nos enfrentamos a momentos difíciles y nuevas realidades que nos ayudaron enormemente a crecer como personas, a ser autodidactas, valorar todo a nuestro alrededor; encontrando nuevos aprendizajes aún en la dificultad.

López Arzate Edith Iaznaia

Con la pandemia aprendimos a seguir reglas, a tomar mejores medidas de higiene, a ser disciplinados. La pandemia, a pesar de su impacto negativo, nos enseñó a disfrutar los amaneceres y esperar con ansias los atardeceres. Aprendimos a apreciar nuestra soledad, al igual que a disfrutar la compañía. Con la pandemia aprendimos que nunca es tarde para acercarnos a los que queremos, a solidificar sentimientos, a comprender las ideas de otros. Gracias a la pandemia, aprendimos a mejorar personal y espiritualmente, a comprender nuestro valor y finalmente, a amarnos a nosotros mismos.

Amezcua Romero Jatziry Magaly

Con la pandemia aprendimos a ser conscientes de que todo puede cambiar, que un día podemos estar tranquilos en nuestro salón de clases, pero al siguientes nos encontramos encerrados en nuestros hogares, que un día podemos estar abrazando a alguien muy importante de nuestra vida, pero al siguiente sólo será un recuerdo. Aprendimos a valorar nuestras vidas y lo que tenemos, a mirar más detalladamente lo que se encuentra alrededor, a tomar decisiones por nuestro bien, pero sin afectar a los que nos rodean. Aprendimos a encontrarnos a nosotros mismos, pero sin desviarnos de la realidad.

Brizuela Padilla Jesús Omar

La pandemia nos ha permitido flexibilizar el proceso de enseñanza aprendizaje, desde otro espacio y con mediación tecnología nos obliga a aprender, pero nos da la oportunidad de crear nuevas alternativas y de innovar la forma en que decidimos llevar nuestro ritmo de vida.

Bernardino Cervantes Paulina Guadalupe

En lo personal yo puedo describir a la pandemia como “la situación que me ha quitado todo y me ha enseñado mucho”. Creo que la pandemia me robó mucho, pues yo perdí a mi padre, que ha sido el mayor tesoro que la vida me había dado; perdí la oportunidad de seguir con mis estudios de manera presencial, de realizar mis prácticas en las diferente áreas que pedagogía nos brinda, pero la pandemia me enseñó a valorar a las personas que tengo a mi alrededor, a las clases que los docentes nos proporcionan con mucho amor, al aprendizaje y los momentos felices que nosotros como compañeros podemos compartir, los aprendizajes que adquirimos dentro del aula, por medio de exposiciones, anécdotas e, incluso, por simples charlas que solemos tener antes o después de clase.

Ahora puedo valorar más el esfuerzo de los profesores al planear las clases. La pandemia me ha enseñado a valorar los distintos escenarios de aprendizaje, pues antes disfrutábamos de las clases en el salón, en el patio, en laboratorio, bibliotecas y en estos tiempos todo es en Internet, donde no se disfrutan las clases como antes, donde no nos vemos físicamente, donde, en algunas ocasiones, la mala calidad de conexión nos hace perder el ritmo de la clase.

Cortés Araujo Paola Montserrat

Con la pandemia aprendimos a apreciar realmente la vida, a valorar los pequeños momentos de felicidad y unidad familiar. A saber que lo más importante será siempre la salud, porque sin ella no podemos estar bien. Nos enseñó a conocernos a nosotros mismos más a profundidad y la manera de adaptación que tenemos como seres humanos a los cambios que se nos presentan. A saber que no tenemos seguro nada y puede pasar algo que nos haga volver a empezar o hacer las cosas de manera diferente a como las hacíamos. La escuela también dejó de ser como la conocíamos maestros y alumnos. Tuvimos que ajustarnos a la transformación que sufrimos y adaptar los planes y actividades con ayuda de los medios tecnológicos para llegar a todos los hogares.

Martínez Quintero Nayeli Alejandra

Con la pandemia aprendí que la vida nos puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, por lo tanto, deberíamos vivir cada instante como si fuera el último; agradecer lo que somos, lo que tenemos y demostrarnos amor, mucho amor. En lo personal, el aislamiento social me ayudó a empezar a valorar la compañía y las muestras de cariño que compartía con mi familia y amigos. Extrañar y valorar a mi escuela, a mis maestros, a los compañeros de clase e incluso a las personas que me encontraba por la calle cuando me dirigía a la Facultad de Pedagogía y a quienes amablemente saludaba con un «buenos días», acompañados de una sonrisa; una sonrisa que hoy no se puede ver con el uso del cubrebocas. Además, aprendí a conocerme, aceptarme, tener paciencia y, en cierta parte, no hacer planes a futuro, pues comprendí que la vida es muy incierta, no sabemos lo que nos tiene preparado el destino.

De Niz Velazquez Dania

Con la pandemia aprendimos a ser más empáticos, a ayudar al otro sin esperar nada a cambio, pues todos nos encontramos en el mismo barco que va navegando hacia un futuro incierto, donde no sabemos quién estará mañana. Aprendimos a valorar y extrañar cada uno de los momentos que vivimos en el pasado, a apreciar y reconocer el gran valor de un abrazo, un beso, del estar cara a cara con nuestros compañeros, maestros, amigos, familia y expresarles lo que sentimos, que claramente no es lo mismo hacerlo frente a una pantalla donde todo es más frío.

Aprendimos la gran importancia de trabajar en equipo para lograr metas y aportar nuestro pequeño pero gran valioso granito de arena para seguir avanzando. Y uno de tantos aprendizajes que hemos tenido en esta época de confinamiento es el de reinventarnos, de buscar lo mejor de nosotros, de probar cosas nuevas que nunca nos habíamos animado a hacer por miedo y que hoy, gracias a eso, hemos roto con esa barreras que nos han enseñado a aprender de todo y de todos.

Gutiérrez Flores Blanca Alejandra

Con la pandemia aprendí a valorar a mi familia, el esfuerzo que hacen mis padres para poder continuar con mis estudios, que aunque no haya trabajo buscan la manera para que no me falte nada; me demostró en realidad quienes son las verdaderas amistades y que la familia siempre será primero, además de crear hábitos buenos a mi rutina, ser una persona más organizada y solidaria con mis vecinos.

Fuente: educacionfutura.org

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¿Por qué el Banco Mundial habla de la peor crisis educativa del siglo?

En el encuentro de “Consensos por la educación”, organizado por Argentinos por la Educación, Jaime Saavedra, director global de Educación del Banco Mundial, habló sobre los desafíos de la educación en la pandemia y analizó los impactos de la crisis educativa

“Estamos viviendo la peor crisis educativa del siglo, que tiene grandes impactos. Para empezar, en el abandono escolar, se estima que unos 10 millones de chicos en la educación básica podrían no regresar a la escuela en América Latina”, afirma Jaime Saavedra, director global de Educación del Banco Mundial.

Saavedra presentó “La educación en la pandemia. ¿Cómo construir mejor?” en Consensos por la Educación, un evento organizado por Argentinos por la Educación y moderado por Mariano Narodowski, académico asociado y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. El director global de Educación del Banco Mundial expuso sobre la crisis educativa y sus impactos en los aprendizajes, en la salud mental y falta de socialización de los estudiantes, en el abandono escolar y en la pérdida de ingresos futuros que esto representa, y en la desigualdad que genera mantener las escuelas cerradas.

Según su presentación, la pérdida potencial de ingresos en el futuro de los chicos que abandonan la escuela se calcula en 16 trillones de dólares. Saavedra explicó: “No estamos hablando de las pérdidas globales por la recesión, sino de las pérdidas de ingreso de esta cohorte. Se trata de alrededor del 14% del PBI global, simplemente para tener una idea de la magnitud  del número. Y una cosa que sí es preocupante es que si estos chicos, que hoy están o deberían estar en la escuela, están teniendo menos estimulación educativa, probablemente van a tener menor productividad y menos ingresos en el futuro. Es algo muy grave, porque esta generación es la que va a pagar la deuda, en la cual todos los países están incurriendo correctamente, para poder combatir la pandemia”.

El indicador “pobreza de aprendizajes” construido por el Banco Mundial a final del año 2019 indicaba que en los países de ingresos bajos y medianos el 53% de los chicos de 10 años no tiene comprensión lectora y, como consecuencia de la pandemia, la cifra podría ascender a un 63%, según una simulación realizada en noviembre de 2020. “Es un número altísimo y muy grave porque estamos diciendo que la mitad de estos chicos, aún cuando la mayor parte de ellos está en la escuela, no puede leer ni entender un texto simple, lo cual implica que no van a poder lograr todo el resto de competencias que nos importan en la educación”, explicó Saavedra.

El especialista expresó preocupación por los graves impactos que trae la interrupción de la educación presencial, tales como los problemas estrictamente educativos, el impacto en la salud mental por la falta de socialización, y la potencial catástrofe desde el punto de vista de la equidad. Las estimaciones del equipo de pérdidas de aprendizaje por COVID-19 de ALC indican que los alumnos más pobres pierden lo equivalente a 1 año y los más ricos pierden el equivalente a la cuarta parte de un año. En consecuencia los estudiantes más favorecidos podrían estar 3 años de escolaridad por delante de sus compañeros más pobres a la edad de 15 años.

En América Latina ha sido muy pequeño el porcentaje de chicos que no ha tenido acceso a la escuela de ningún tipo. El 40% de los estudiantes latinoamericanos tuvieron acceso a radio, televisión y materiales impresos, y más de la mitad a algún acceso en línea. En este sentido, América Latina está mejor que otras regiones, como el África Subsahariana.

Aún así, en un país típico de ingreso medio de América Latina, solo un 10% de chicos ha tenido “una experiencia relativamente razonable con interacción con sus maestros y sus pares” a través de clases en un Zoom o en cualquier otra plataforma nacional; algunos otros otros (entre 30% y 40%) han tenido algún acceso a material en línea y hay un 50% que quizás ha tenido acceso a través de la radio o televisión. “Hay que ser conscientes de que aunque tengamos los ratings de los programas de educación, eso no determina que los chicos están aprendiendo”, advierte Saavedra.

En el caso de Europa, los estudios mostraron poco aprendizaje y más desigualdad luego del cierre escolar. En Francia, después de 8 meses de cierre, se detectó una pérdida de aprendizaje equivalente al 20% del año escolar (el mismo tiempo del cierre) y un 60% de mayores pérdidas para los estudiantes de familias menos educadas. En el Reino Unido se registra esta misma cifra en las familias con niveles más bajos de educación. En Bélgica,  la inequidad entre colegios subió entre 17 y 20%, representando también mayores pérdidas para los colegios con estudiantes más vulnerables. En el mismo sentido, en Suiza los estudiantes de primaria aprendieron más del doble de rápido con instrucción presencial que remota y las desigualdades aumentaron significativamente.

En cuanto a las lecciones que nos ha dejado la pandemia, Jaime Saavedra concluyó que se debe establecer un balance entre la tecnología y el factor humano, priorizando cerrar la brecha digital, y valorar el rol de los profesores como guías, facilitadores e inspiradores.. Además aportó que “la resiliencia requiere la continuidad del aprendizaje entre la escuela y la casa”, y que debemos reconocer a los padres como agentes claves en la educación de sus hijos, enfocándonos en la necesidad de fortalecer el ambiente en el hogar.

Fuente: http://www.laprensa.com.ar/501813-Por-que-el-Banco-Mundial-habla-de-la-peor-crisis-educativa-del-siglo.note.aspx

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El peso de la pandemia

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

Conforme suceden acontecimientos importantes en la sociedad, se llevan a cabo diferentes instrumentos que dan cuenta de los efectos que éstos tienen en nuestra vida, máxime en situaciones como lo es la emergencia sanitaria, en donde nadie puede tener duda con respecto a la importancia e impacto en nuestras vidas.

En este sentido, de los diferentes instrumentos que han tomado percepción de nuestra realidad en este tiempo, hay dos en especial que han llamado poderosamente mi atención, las cuales ponen el foco en la educación y en los esfuerzos que se han desarrollado desde el hogar, tomando en consideración el nuevo rol que han tomado las familias en el marco de la propuesta mayoritaria que se ha implementado para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje tomando como eje el apoyo de la red de internet y en donde se necesita un respaldo por demás importante en casa para favorecer los aprendizajes.

En ambas encuestas, se hace evidente algo que se dice desde la voz de la experiencia, sin embargo, ambas dejan en claro que el mayor peso, independientemente del grado que se trate en educación básica, lo ha tenido la mujer.

La primera, que se llevó a cabo en Alemania, España, Francia, México, Nigeria, Reino Unido y Tailandia, se denominó On the frontline: the global economic impact of Covid -19, desarrollada en conjunto por el grupo AXA y el grupo Ipsos, la cual coloca a nuestro país como el que más presión han tenido las mujeres a partir de la pandemia, en donde se señala que más de la mitad de las mujeres en nuestro país han tenido que cuidar a otros (niñas, niños, adolescentes, jóvenes, enfermos, adultos mayores, etc.) durante la emergencia sanitaria, lo que ha repercutido fuertemente en su salud mental.

La otra encuesta que aborda datos importantes al respecto, es la del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la cual señaló la semana pasada, que las mujeres no solo tienen una múltiple jornada entre el hogar y su trabajo, sino que son quienes asumieron la tarea de guiar las actividades en lo que corresponde al hogar en el proceso de enseñanza – aprendizaje escolar.

De acuerdo con este último instrumento, de acuerdo con la distribución porcentual de la población de 3 a 29 años inscrita en el presente ciclo escolar que recibe apoyo en sus actividades escolares o tareas según el nivel de escolaridad es la figura materna quien hace fuerte las tareas de aprendizaje de sus hijos e hijas siendo en preescolar, la madre (88.4) y el padre (5.9%), para el caso de la educación primaria, la madre (77.0%) y el padre (7.9%) y en secundaria, la madre (60.2%) y el padre (10,2%).

Es clara la diferencia abismal que existe en la sociedad con respecto al peso que significa la figura materna en los tiempos de crisis sanitaria que vivimos, los cuales, como en el caso de las maestras que son a la vez madres de familia, especialmente quienes son educadoras y el día de ayer se celebró su día y felicito, a quienes se les ha multiplicado el trabajo en el hogar y en la escuela, en donde se deja claro que se requiere de políticas públicas con perspectiva de género y de fortalecimiento de la salud mental para atender las problemáticas que, de no atenderse, veremos sus consecuencias en el corto, mediano y largo plazos.

Fuente: https://profelandia.com/el-peso-de-la-pandemia/

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Los Bachilleratos Populares de Argentina (Reseña y vídeo)

Reseña: Fernando Gómez

Conversatorio sobre los Bachilleratos Populares de Argentina

 

El viernes 16 de abril tuvo lugar el conversatorio Los Bachilleratos Populares. Historia de luchas y desafíos, organizado por la Cooperativa de Educadorxs e Investigadorxs Populares Histórica de Argentina (CEIPH). Las voces principales puestas en juego fueron las de Fernando Santana, Fernando Lázaro, Ezequiel Alfieri, Andrea Zilbersztain y Leticia Pacheco (integrantes de la CEIPH). A continuación algunas líneas destacadas, para interesar en el tema a nuestros lectores.

El conversatorio versó sobre las experiencias educativas para jóvenes y adultos (Bachilleratos Populares) que llevan años de existencia (inician en 2004) en Argentina. Un modelo que se fue replicando en América Latina y el Mundo.

La actividad inició refiriendo el contexto de fundación de dichas experiencias, contextualizando la realidad Argentina en pleno neoliberalismo.

Adelantando la conversación, el equipo, mediante una voz coral, logró historizar sobre el encuentro con la educación popular, con esa otra educación (Alfieri). En ese momento había corrientes pedagógicas latinoamericanas (pedagogías críticas) que iban a plantear (ese) otro tipo de educación, más cercana a las ideas de Paulo Freire.

Andrea Zilbersztain abordó el desafío de pensar la educación popular gestionada desde las organizaciones sociales, en un esquema contrario al verticalismo de la educación (oficial) pública, destacando la gran diferencia que existe entre ambas. Destaca también las características de una educación pública popular autogestionada, referenciando el arduo trabajo para que la formación y la experiencia sean reconocidas por el sistema educativo oficial.

Fernando Santana, que fue puntuando temas durante toda la jornada, de manera sistemática abrió la discusión fijando temas y trabajando con el público que interactuaba en los distintos Chats (y que desde allí aportó elementos de relevancia al debate).

Fernando Lázaro acercó a los Bachilleratos Populares a una imaginaria línea de Paulo Freire (pero) recreada, comentando esta recreación como otra rebeldía que porta el espacio: “Las teorías se desvanecen en la práctica del día a día”; Lázaro también habló de las educaciones populares (plural).

Se afirmó que desde la educación popular se puede estar en la educación pública tensionando cuestiones de la misma. Se detalló en parte el proceso de inclusión en el sistema formal de la educación; con esta inclusión en la educación pública las experiencias referidas, en palabras de Leticia Pacheco generan educación, generan una política y una pedagogía, desde dentro del monopolio del Estado. La CEIPH ha sabido abrir un espacio que no existía con anterioridad.

Ezequiel Alfieri retomó la idea de la militancia en la educación, desde el lugar de educadores populares nuestras intenciones pasan por la transformación de la educación, y esa transformación pasa por la militancia. Enfocando en el sentido de la educación como transformadora; la batalla por el reconocimiento del Estado de los Bachilleratos (que no son reconocidos cuando nacen) se gana con la militancia.

Zilbersztain se refirió a la producción colectiva de conocimiento en función de las realidades con las que toman contacto, en la práctica, en los espacios pedagógicos, anclados en las problemáticas de los estudiantes: por ejemplo, problemáticas con drogas, de violencia institucional, todos estos elementos se conjugan para poder producir conocimiento ahí.  

Santana también planteó a los Bachilleratos Populares como Otro modelo de escuela dentro del marco de lo posible.

El conversatorio fluyó por las principales preocupaciones de quienes tomaron la palabra, y se pudo también caracterizar de forma concreta las experiencias y a quienes estudian en los Bachilleratos. Desarrollando también los aspectos principales de cuál es la propuesta político pedagógica de los Bachilleratos Populares, que son más de ciento veinte en toda la Argentina, donde se podría decir que se intenta, tensionando el saber tradicional, desocultar la politicidad del hecho educativo.

Al final hubo tiempo para dos rondas de preguntas (del público) y respuestas a cargo de los cinco principales oradores y de otros participantes del interesante conversatorio. Las, los y les invitamos a mirar completo en el video que adicionamos a continuación.

La  Coordinación de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares de Argentina, nos cuentan el cómo contribuyen a la formación escolar de grupos vulnerables.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=GoxFQiqcYgU

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Enseñar no es transferir conocimiento…

Por: Gonzalo Erubiel Roblero Velázquez

Resumen  

En el presente trabajo, resalta la contribución educativa de Paulo Freire un hombre cuyo propósito fue educar para la libertad, al mismo tiempo reflexionamos sobre el libro “Pedagogía de  la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa” y el capítulo dos titulado “enseñar no es transferir conocimiento”. Enfatiza en la importancia de no mecanizar la enseñanza y aprendizajes de les educandos, sino construirlos con ellos mediante estrategias que sean significativas y que ayuden a la formación social de les educandos. La praxis de la pedagogía autónoma sugiere,  en franca oposición al mecanicismo y tradicionalismo que les educadores establezcan ambientes de aprendizajes en donde se produzca el conocimiento, desde la formación del docente y la curiosidad epistemológica de les estudiantes. La ayuda que les docentes puedan proporcionar a les educandos dentro del hecho educativo contribuirá significativamente en el ser y estar de nuevas generaciones  y resolver las incógnitas sociales y del hipermodernismo que se presentan. Resolviendo de esta manera que la educación no es mecánica es transformadora y problematizadora.

Palabras Claves: Autonomía, curiosidad epistemológica, saberes, ambientes de aprendizaje, significado.

 

Abstract

In the present work, highlights the educational contribution of Paulo Freire a man whose purpose was to educate for freedom, at the same time we reflect on the book «Pedagogy of autonomy: necessary knowledge for educational practice» and chapter two entitled «teach not it is to transfer knowledge”. It emphasizes the importance of not mechanizing the teaching and learning of the students, but building them with them through strategies that are meaningful and that help the social formation of the students. The practice of autonomous pedagogy suggests, in frank opposition to mechanism and traditionalism, that educators establish learning environments where knowledge is produced, from teacher training and the epistemological curiosity of students. The help that teachers can provide to students within the educational fact will contribute significantly to the being and being of new generations and solving the social and hypermodernism unknowns that arise. Resolving in this way that education is not mechanical is transformative and problematizing.

Keywords: Autonomy, epistemological curiosity, knowledge, learning environments, meaning.

 

Introducción

La distancia recorrida marca el camino andado. Ha cien años del nacimiento de Paulo Reglus Neves Freire (1921), más conocido como Paulo Freire; una mente brillante y un ser humano comprometido con la justicia originario  de Recife  Brasil. Un intelectual de las pedagogías críticas en Latinoamérica, arduo y prolifero educador social, humanista y dialógico. Tengo en las manos el libro “Pedagogía de la Autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa”. Publicado en 1966. Del cual me gustaría abordar, solo, el capítulo dos “Enseñar no es transferir conocimiento”, y no por falta de interés, únicamente por las implicaciones docentes que a mi juicio tiene al momento de hacer docencia. Este capítulo consta de 9 subtemas que hacen hincapié en los saberes y características que uno o una docente requiere al enseñar, los cuales no serán abordados a pie puntillas, ya que se busca hacer una interpretación bajo la autonomía del pensamiento mismo.

El libro en sí y el apartado electo, son un texto provocador que alude a la autonomía de las y los docentes inmersos en el hecho educativo, sin olvidarse de las y los educandos, como vínculos complementarios de la docencia. Los espacios dentro o fuera del aula, son auténticos campos de batalla en donde niegas o reafirmas las prácticas delineadas por programas educativos sistémicos los cuales constituyen riñas ideologías de antaño en las y los docentes. Por ello los saberes que poseen las y los actores en el hecho educativo se tornan preponderantes en la práctica docente.

Es en este contexto en donde cobra relevancia la convivencia sana y abierta a la curiosidad de les estudiantes pensándoles como seres sociales, culturales e históricos. Este tipo de ambientes de enseñaje producen conocimientos, no solo como una situación de conocer, sino trascendental en la vida de les educandos conduciéndolos hacia una asunción de Autonomía y respeto sobre sí mismo.  Es también una invitación y un grito ahogado hacia les docentes de saber/ hacer y saber/ ser, la coherencia que tiene que darse dentro de estos binomios, poner en práctica lo aprendido, desde una perspectiva de reflexión y de valores (ética) como actores sociales.

La autonomía es fundamental en el pensamiento de Freire. Es el reconocimiento mismo de la ética en la actividad docente. Principio que caracteriza a les docentes que anclan las prácticas pedagógicas desde la crítica y considerándose entes sociales influenciados por esta. La autonomía es la parte constitutiva de las y los docentes, esta permitirá incidir en las y los educandos, para trasformar la forma de ver el mundo, encaminarlos hacia una lectura verdadera de las manifestaciones sociales impuestas por el sistema y la deshumanizante vida que plantea. La enseñanza como parte relacionada del proceso de aprender, se considera camino exacto hacia la transición de la autonomía de les educandos, siempre que se permita a les estudiantes construir su aprendizaje desde su experiencia y su relación con su alter y en colectivo. Contrario a esta forma de ver el mundo, está la autonomía disfrazada impuesta por el poder hegemónico la que individualiza y lacera a la humanidad mediante la competencia del uno con el otro en distintos ámbitos de la vida, por ello es en ocasiones invisible a la crítica y reflexión. Freire desde su ideario como educador social basado en la política y pedagogía hace reflexionar sobre los vaivenes sociales políticos y prácticas pedagógicas que acuñen la justicia en la vida de todo ciudadano, así como la Alegría y amor no deben estar alejados de las buenas enseñanzas ya que son fuente primigenia de un aprendizaje perdurable y significativo. De aquí surge el interés de adentrarnos en el capítulo elegido, por alcance e implicaciones, dentro de la práctica docente.

Implicaciones de la frase.

Para adentrarnos al develamiento y análisis de la frase en cuestión. Es necesario responder ¿Qué son los saberes? Asumidos estos como el acumulamiento de conocimientos en determinado tema o profesión, aunque existen saberes de diversa índole apegados a la ciencia a la religión, saberes populares, teóricos y experienciales. Todos estos convergen en la palabra enseñar. Si asumimos la educación y enseñanza como bancaria, el rigor científico de los saberes lo tienen les docentes imponiendo y exponiendo su saber y los contenidos del sistema ante las y los educandos, sin atreverse a aprender con ellos. En franca oposición a lo establecido, las y los educadores progresistas no poseen la verdad absoluta, tampoco los conocimientos se sostienen como establecidos, sino que incluyen la dialéctica del conocimiento como constructos sociales.

Los saberes de les docentes, son catalogados desde la visión social: retomados como construcciones e interacciones entre sujetos sociales y experiencia- dos en la convivencia humana. Es menester subrayar que dicho lo anterior, el conocimiento no se puede transferir como si fuera una cosa que se lleva de un lado a otro. Enseñar y aprender son un proceso ensimismado, cognitivo, social y humano. Entonces, se desquebraja la enseñanza bancaria el pronunciamiento es, por una educación sin alienación en donde se conceptualice a los aprendizajes en constante relación humana y social, en el contacto con el otro o la otra que no soy yo.

Otro aspecto a considerar es la cotidianidad, dada esta en el hecho educativo en donde las relaciones son de reciprocidad entre les educadores y les educandos. Dentro de esta cotidianidad se incluyen las experiencias de ambos actores, como ven el mundo, interacciones con el mundo y las necesidades humanas y sociales que subyacen como prioritarios en un tiempo. Esto enaltecido como la cultura y la historia en la vida humana, forman los procesos sociales, que al final son constructos individuales y colectivos de un grupo determinado, los cuales cobran relevancia en la propuesta freiriana en la construcción de  conocimientos y no en la transferencia simplista y bancaria en los  procesos de aprender y enseñar. Les educadores y educadoras deben crear las oportunidades para que les educandos produzcan los aprendizajes y no caigan en la transferencia mecánica del enseñaje.

Es imprescindible que les docentes muestren actitudes solidas de apertura hacia la duda e investigación, permitir que les educandos indaguen, busquen y dialoguen, convertir a los salones de actividades en verdaderos centros de diversión, de aprendizaje, de dialogo entre les involucrados, coadyuvando a la construcción de aprendizajes. Y en este proceso constructivo les docentes   ejemplifiquen mediante la práctica su disposición a cometer errores, pero también a aprender con ellos.

Un ambiente de construcción

Aprender es construir.  Los ambientes de aprendizajes son las facilidades físicas, culturales y sociales que se brindan a las y los estudiantes, sin olvidarnos del componente humano que es trascendental para todo proceso de aprender, en donde les estudiantes se sientan estimulados para intercambiar experiencias con les docentes y caminen hacia un aprendizaje en donde lo que aprende sea importante dentro de su contexto. Cuando los ambientes no cumplen su cometido son monótonos, autoritarios y les estudiante se siente presionados, sin ganas de regresar a su ámbito de estudio. Momento de pensar ¿qué papel juega el ambiente de aprendizaje? La sustancialidad de los procesos de aprendizaje se encuentra en los elementos dados por este ambiente, las interacciones que se viven entre alumno-maestro, maestro-alumno, en donde los saberes se encuentren como hilos de intercambio humano, dispuestos a ser experiencia- dos de forma bidireccional, son esenciales, para la construcción de aprendizajes que conlleven a la formación integral, social y humana de les educandos.

Desde esta perspectiva pedagógica los ambientes de (construcción) son escenarios en donde las y los actores (maestra (o), estudiante, contenidos, contexto) al momento de las relaciones de intercambio y respeto, establecen vínculos de comunicaciones, disponibilidad y experiencias, para que ocurra dicha construcción, la cual, será vivenciada en su medio social. No se puede negar la participación in situ de les docentes como protagonistas ineludibles de este proceso en donde les educandos son artífices de su propia construcción y formación. En este círculo de responsabilidades les docentes mantienen otro aspecto importante en constante concordancia con la práctica, son los denominados componente pedagógicos (currículo, didáctica, estrategias, acciones, recursos etc.) todo  esto envuelve al procesos de enseñaje. Se convierte en una especificidad y particularidad del desempeño de les educandos ya que incluye, además, métodos y técnicas que se ponen en juego en la construcción del conocimiento.

Los ambientes de aprendizaje o de construcción del conocimiento, son al momento un factor más para detonar y enriquecer los procesos de aprendizaje que se vivencian dentro del hecho educativo. Cada aspecto juega un papel importante, pero si no llega a cumplirse un ambiente propicio, se puede volver nulo o disminuir considerablemente los aprendizajes de cualquier índole que queramos abordar en el aula. Juntamente con los saberes generalizados que ya se plantearon, es deber profesional pensar en que la construcción desde las pedagogías criticas buscan la autonomía de les educandos, hacerles partícipes de inclusión y ayudarles a ir en busca del espíritu crítico de la toma de decisiones con conocimiento de causa, característico de una mente racional y auto -volitiva.

Aprendizaje significativo

Se compone no solo de simbolismo endógeno en el individuo. Sino que se sitúa en el plano social y el intercambio de situaciones continuas con sus congéneres. Sobre sale que les estudiantes no construyen sus aprendizajes en solitarios, lo hacen mediante el contacto con su alter y mediado por el contexto cultural, histórico, social, político y económico que lo rodea y ejerce influencia para aprender. El medio permitirá que les educandos tomen los significados correspondientes, con la intención de cambiar las estructuras cognitivas y aprender de manera que, las adquisiciones hechas de forma colectiva-individual tengan para él, sentido de identidad y pertenencia social e histórica.

Dentro de este proceso las y los actores del hecho educativo (estudiantes-maestros) juegan un rol inacabado. Les docentes no son simples guías, coordinadores o profesores. Son quienes ostentan el conocimiento específico y se tienen que situar entre les educandos y la cultura, saben de sus estudiantes, conocen las necesidades intelectuales, sociales y de vida, vivencian la vida en el aula, la modelan.  Les educadores no pierden autoridad en el hecho educativo, actúan pedagógicamente bajo la libertad del otro, no omiten que cohabitan con sujetos cognoscentes capaces de ser y estar. Por ende el rol del educando es activo, es de construcción, de participación, colaboración y de dialogicidad interpersonal, estas relaciones permitirán brindar sentido humano a la formación de les educandos y encontrar el equilibrio en la conciencia social de les individuos.

En consecuencia, la intención es formar pensadores críticos, basados en la reflexión y el análisis, sin embargo, dependerá en mucho de las interacciones ocurridas en el aula, las oportunidades y ayudas pedagógicas que se hagan junto a les educandos. Motivaciones, actitudes intereses y escenarios compartidos, forman parte importante del tejido pedagógico que lleva hacia un enseñaje con sentido y significado. Encontrar con les educandos, el significante de la vida humana que enmarcados en la historia (justicia, verdad, belleza, amor, etc.) forman los hilos del pensar, y así ofrecer las oportunidades para una activación del proceso mental y de conciencia. El significado permite explicar el desconcierto que en muchas ocasiones vive les estudiantes al no encontrar un marco de referencia social en donde anclar los nuevos conocimientos, solo se satisface el aprendizaje cuando determinada situación o contenido encaja en la vida cotidiana de les estudiantes, familia o contexto inmediato.

 

La curiosidad como factor de aprendizaje

Paulo Freire alude a un subtítulo del libro en cuestión “Enseñar exige Curiosidad”. Les profesores corresponde promover y fortalecer la curiosidad de les educandos. Entonces ¿Qué es curiosidad? Es un instinto natural de toda especie animal, vista como característica de ver el mundo a través de la observación y, mediante la exploración y la investigación, aprender y trasformar la realidad en donde vivimos. La curiosidad motiva a continuar la búsqueda, hace caminar el aprendizaje de les educandos. Una práctica pedagógica pasiva o bancaria no ayuda en nada a explotar la curiosidad de les educandos, es necesario adoptar una educación liberadora crítica e indagadora.

Con relación a esto, les educadores como corresponsables del proceso de enseñaje, se tornan curiosos ya que de no entablar esta reciprocidad no podrán les docentes captar la atención de les educandos, tampoco establecer un escenario diversificado de estrategias en donde se manifiesten acciones que coadyuven a la curiosidad. Sugerido así, profesor(a) y educando(a) son investigadoras y curiosas en un espacio-tiempo (aula). Necesario transitar primero por la curiosidad inmediata de un acontecimiento u objeto y posteriormente conducirse hacia la curiosidad epistemológica que estimula el conflicto de la razón y las representaciones cognitivas. Estos tipos de curiosidad, tienen como resultado la producción del conocimiento dentro del aula conjuntamente con les educandos.

La curiosidad despierta la intuición del ser humano, a su vez resalta las emociones como anclas para ir en busca de su razón de ser, la autonomía, voluntad y conciencia. En este marco la curiosidad es un arma poderosa para aprender a crear y recrear el conocimiento crítico.  La curiosidad satisface al aprendizaje porque una vez que la motivación guía al sujeto en busca de la respuesta a la pregunta o duda que la curiosidad le mostró, solo existe satisfacción cuando encuentras lo que buscas y es medio para continuar aprendiendo.

La curiosidad en el ser humano es natural, sin embargo, dentro del aula esta capacidad disminuye con prácticas docentes anquilosadas en pedagogías tradicionales que solo ven a les educandos como recipientes.  De aquí los desafíos que tiene la docencia, ¿Cómo atraer a les educandos?  Es pertinente crear los ambientes de atracción hacia ella, hacer buen uso de la didáctica que se utiliza dentro del aula y comprometerla junto a la conciencia y responsabilidad de les profesores; así como la motivación misma del docente para seguir la curiosidad primero en él y luego en les educandos. Brindar espacios adecuados, no precisamente físicos, sino humanos, diálogo, respeto, atención, comprensión, libertad de hacer y confianza. Lograr despertar la curiosidad, es sin menoscabo de lo que ocurre en los salones de actividades, un reto que está presente en la cotidianidad de les docentes.

Impulsando el aprendizaje

Ejercer determinada influencia sobre les educandos y los aprendizajes es una tarea que les profesores no tienen por qué olvidar. Los procesos básicos del ser humano es aprender como forma de sobrevivencia, como parte de la misma evolución, ya se tienen la potencialidad de aprender.  La educación es sistémica y tiene intencionalidad organizada y objetivada. De aquí  la importancia de impulsar el proceso de aprendizaje en les estudiantes, les educandos aprenden dialogando entablando comunicación con las y los otros de esa forma se mueven las estructuras cognitivas,  modelando es un medio para buscar dar forma a los conocimiento facticos a los que se ve sometido en su contexto,  imitando los comportamientos y siguiendo  determinadas características que ve en su cercanía su  familia papá mamá y contexto, clasificando al final del aprendizaje ordena y hace uso de criterio y ayuda a tomar decisiones para su convivencia con sus semejantes.

El juego en la enseñanza es fundamental e integral en la educación. Permite que les educandos encuentren motivación y realicen las actividades de manera amena. Ejemplo: “Jimena, Azul, Paulette, y Arik llegan a la casa, de inmediato, se ponen de acuerdo en hacer una casa con los cojines de la sala, una vez hecha juegan a que unos son les hijos y otra la mamá, ríen manifiestan inconformidades, la mamá atiende la comida y demás, les hijos hacen cosas del hogar” es probable que la percepción del juego se mantenga en dos tendencias la psicológica y la constructivista. Sin duda que los juegos son de la vida real de roles que establece la misma sociedad en donde les educandos se desarrollan y, satisfacen emociones siendo el juego el medio de mostrar cierta independencia y aluden a ellos para representarse con el mundo.

El juego es un mecanismo que conjuntado con la curiosidad la cual vimos en apartado anterior, tiene como resultado la adquisición de aprendizajes perdurables y significativos convirtiendo a les educandos en humanos en relación estrecha con el mundo. Mediante el juego les educandos construyen relaciones humanas y edifican aprendizajes, los cuales quedaran atados en la memoria, listos para cuando sean requeridos. Impulsar el aprendizaje en las aulas considerando al juego como algo natural y guiador en la concreción de los objetivos, principalmente en la búsqueda de la autonomía de les educandos, es una constante en la docencia.

La ayuda que les docentes brinden a les estudiantes será determinante, para conducirlo a los aprendizajes y su desarrollo como ciudadana y ciudadano. La apertura dialógica y el conocimiento de las necesidades de les educandos influirá considerablemente en la constitución de un sujeto socialmente autónomo, crítico y capaz de aprender de manera amena y divertida.

Al margen de la utopía

La frase “Enseñar no es transferir conocimientos” no tendría por qué ser utópica ya que siendo reflexivos y acordes con el pensamiento de Freire, es eminentemente responsabilidad del docente saber y educar bajo la no transferencia, no podemos cambiar de lugar una idea, un abstracto de este mundo fenomenológico, siendo  esta una tarea resultante de un proceso intelectual, es retomado como un medio para explicar los objetos y concretar la realidad en que vivimos. Nos encontramos al margen de la utopía por que el simple hecho de la no intervención en la construcción del conocimiento con nuestros estudiantes nos deja fuera del lugar, volviéndonos cómplices de una educación tradicional, alienante de seres humanos individualistas y sin historia. Les educandos no son recipientes, tampoco nacen en blanco, son personas y como tales se tienen que tratar con respeto, dignidad y humanidad, se encuentran a la par de un contexto que influye de manera sustancial en su desarrollo como animal social. Y por ello la intervención de les docentes radica en no transferir,  sino construir con ellos.

Entonces, vista la utopía Freireana como un llamado a les docentes de construir desde aulas y escuelas una educación trasformadora, convertida está en una praxis frente a la hipermodernidad y la soledad del sujeto del siglo XXI, desanclando así la mercantilización que vive la educación. La utopía contraviene a la realidad que vivimos en la educación, como impuesto hegemónico del capitalismo. Permite ver más allá, a futuro pensándolo como problema y oportunidad de cambio, la sociedad que requerimos y trazar las relaciones políticas – pedagógicas que subyacen en este sistema de Estado y establecer las que convengan a una sociedad más humana y justa.

A partir de aquí se puede pensar en una utopía realizable (concreta) soñar en que el cambio educativo es posible, siempre que les docentes encuentren un camino por donde transitar sin miedo y con esperanza. Los caminos se caminan como lo hizo Freire, se hacen praxis en la vida cotidiana en lo formal e informal. Las pedagogías críticas son alternativas reales al alcance de les docentes, como forma de cuestionar la realidad educativa y social que aqueja al sistema educativo; el cambio siempre se acompaña de una acción y el hecho educativo brinda posibilidades, tiene esas bondades de transformación humana, con les niños y adultos ya que se trabaja también con los padres de familia, solo se requiere de conciencia y responsabilidad laboral.

A manera de Conclusión

Imposible hacer una conclusión sobre las ideas, pensamiento y acciones de Freire. Su contribución a la humanidad permanecerá abierta hasta que las acciones de las y los sujetos digan lo contrario siempre que se superen  las injusticias que se viven en los suburbios del país, caso contrario seguiremos acudiendo a su legado y darle luz a la conciencia. En los tiempos que vivimos de degradación, deshumanización e individualización impuesta por el capitalismo, el libro completo nos brinda un camino a seguir en la constitución humana de la práctica docente.

Este capítulo dos “Enseñar no es transferir conocimiento” despierta interés en la parte formativa de les docentes saberse inmerso como ser humano con ética y apasionado del que hacer docente en una relación ontológica con les educandos. Desde esta perspectiva les educandos se ven alcanzados por el respeto que se debe tener por la autonomía de les educandos, la dignidad como ser humano y no  denigrar origen, lengua o cultura les educandos merecen respeto. Les profesores tienen que actuar siempre con coherencia lo que digo, lo que pienso y lo que hago. Un profesor no puede llenarse de palabrería acerca de la democracia, si en su salón de actividades lacera y segrega a les educandos, o es un profesor que impone su forma de ser, de pensar, una enseñanza hipócrita siempre será falsa y no es justa en la enseñanza liberadora.

La intervención docente maestras-maestros se da a través de la responsabilidad dentro del aula, saberse que cuando se toman decisiones no estamos transgrediendo el derecho de les educandos, sino asumiendo el rol de responsables del aprendizaje, les docentes requieren de practicar la ética frente a las manifestaciones sociales que enfrentan les educandos, una ética que parta desde el docente, cuestionarse a sí mismo como veo el mundo y como me relaciono con él para testimoniar ante les educandos una mejor forma de vida.

Finalmente, la práctica educativa es eminentemente humana apasionada y soñadora. No se puede concebir sin el rigor intelectual y metódico que subyace en les docentes y las practicas, sin embargo, tampoco se puede someter a un racionalismo puro porque se vuelve fría, hueca. Con esto se establece el cometido de la educación, despertar en les educandos la comprensión del mundo mediante   los procesos de enseñaje, resolviendo que las prácticas educativas no son mecánicas, sino, problematizadoras y trasformadoras.

¡Freire vive!

 

Referencias

Freire Paulo. “Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa”. 7ª edición 2002 editorial siglo XXI, México.

Fuente: El autor escribe para OVE

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El Salvador: Fusades señala que dar computadoras no garantiza el aprendizaje

América Central/El Salvador/02-04-2021/Autora: Susana Joma/Fuente: www.elsalvador.com

En un documento de políticas públicas planteó que la estrategia gubernamental de combate a la brecha digital tiene varios retos, entre ellos sostenerla en el tiempo.

La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) destacó que los esfuerzos por cerrar la brecha digital en educación son positivos, sin embargo, también resaltó que estos no solo se deben enfocar en dotar de equipo a los alumnos y a dar acceso a internet.

El tanque de pensamiento independiente, FUSADES, en su más reciente nota de políticas públicas titulada “Cerrar la brecha digital en educación: ¿qué debemos mirar más allá de la entrega de computadoras?, plantea que la experiencia internacional (caso Uruguay) ha demostrado que incluso cerrar la brecha digital no garantiza que los estudiantes aprenderán mejor, que asistirán a clases y que no desertarán del sistema educativo.

De acuerdo con lo expuesto en el documento, la pandemia evidenció las desigualdades entre los niños y adolescentes, en relación a la disponibilidad de recursos tecnológicos para el aprendizaje; dado que cuando se cerraron las escuelas quienes residen en áreas rurales, que provienen de hogares de bajos ingresos y asisten a escuelas se llevaron la peor parte.

Según la FUSADES, los centros educativos del país cumplieron a la fecha más de 200 días de estar cerrados a la atención en forma presencial, algo que ha afectado a 1.4 millones de escolares, de los cuales 85 % es del sector público y 44 % está en lo rural.

La doctora Helga Cuéllar Marchelli, directora del departamento de Estudios Sociales de esta instancia de la sociedad civil, manifestó que se debe tener cuidado con la implementación de la estrategia de combate de la brecha digital, pues además de atender requerimientos de equipo, se debe poner más atención en la parte pedagógica, asegurar que las acciones que se tomen reducirán las inequidades en el aprendizaje.

El documento, de igual manera hace énfasis en que uno de los retos de la estrategia de digitalización educativa que lleva el gobierno es el de dimensionar la logística y la exigencia de recursos para que el proceso sea sostenible a lo largo del tiempo.

Las reflexiones se dan en momentos que el Ministerio de Educación (MINED), según precisó, mantiene bajo reserva toda la información relacionada con este temática, tras lo cual solo se conoce algunos aspectos, entre ellos: que ha hecho algunas compras de computadoras con apoyo de Naciones Unidas, que lleva un proceso de entrega bajo el cual ha cubierto a un grupo de docentes capacitados en Google Classroom y que planea cubrir a estudiantes de último año de bachillerato.

Lo que el gobierno ha publicado hasta el momento es que el MINED tiene asignado $214.7 millones de su presupuesto 2021 para dotación de equipos e internet, así como otras actividades orientadas a cerrar la brecha digital. Sin embargo, la Presidencia de la República afirmó en febrero pasado que la dotación de computadoras equivale a $450 millones.

“De momento suena bien esperanzador decirle vamos a entregarle un computador a todos los niños, pero uno que está en educación sabe todo lo que eso implica, entonces uno dice cuál es el plan”, opinó.

Cuéllar Marchelli detalló que uno de los puntos a tener en cuenta es que si se entregan computadoras a todos los alumnos de una determinada escuela, también debe dárseles de forma simultánea a todos los docentes de ese centro, porque de lo contrario no funcionará considerando que el proceso de enseñanza aprendizaje se basa mucho en la conexión entre ambas partes.

De acuerdo con el análisis de la investigadora social, la estrategia debe verse en función de que la escuela tiene que cambiar la forma de organizar desde el trabajo administrativo hasta el de los docentes, para que las computadoras que se entregan cumplan el objetivo de servir para que los alumnos aprendan y se mantenga la conexión con sus profesores.

Sostuvo que modificar la organización de la escuela, una vez se entregue computadoras a todos los profesores y a sus estudiantes, es clave sobre todo porque los niños irán regresando eventualmente a las escuelas y es el caso que preparar las clases usando estos equipos demanda mayor tiempo, igual que atender a los educandos.

En este contexto, según su análisis, los directores tendrán que generar espacios comunitarios entre los docentes, asegurar que todos estén usando debidamente las herramientas, que haya inclusión con los niños que tiene problemas de aprendizaje o alguna condición especial.

“Lo otro es que una vez usted tiene la herramienta en las escuelas hay que garantizar que los docentes fortalezcan sus competencias digitales; claro, primero aquellos que no conocen el uso de computadoras tienen que aprender; los que sí la conocen el paso siguiente es entender cómo usarla para enseñar, porque no es lo mismo dar una clase presencial y pretender usar la misma metodología a través de la computadora”, afirmó.

Ella expuso que en Uruguay, en donde entre 2007 y 2016 hicieron esfuerzos para superar la brecha digital, se aseguraron primero de lograr que la conectividad estuviera al 90 % en todas las escuelas, para luego dotar a estudiantes de todos los niveles y a los docentes de equipos; sin embargo, llegó el momento en que se dieron cuenta de que estos no necesariamente eran utilizados para aprender.

Añadió un estudio reciente les ha mostrado que el hecho de que los estudiantes estuvieran expuestos a la tecnología, la permanencia en la escuela no mejoró, no les aseguró que los alumnos completaran el bachillerato, ni que se les despertara más el interés por ir a la universidad, por aplicar a becas, e incluso por seguir carreras en ciencia y tecnología.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/fusades-dice-dar-computadoras-no-garantiza-aprendizajeucacion/822719/2021/

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La tarea imposible: educar, aprender y evaluar en contingencia

Por: Alejandra Luna Guzmán 

Entre las crisis que se originaron de manera colateral a la contingencia sanitaria por la pandemia de la Covid-19, la educativa es la que tiene implicaciones más directas y profundas con nuestro porvenir y el de nuestras niñas, niños, adolescentes y jóvenes a corto, mediano y largo plazos. La tensión que se ha dado en las últimas semanas por el llamado urgente a volver al espacio escolar es reflejo sí, de la preocupación por la falta de aprendizajes y de socialización de las y los estudiantes, pero también toma a ratos los tintes peligrosos de una visión adultocéntrica. Los docentes están exhaustos. Las madres, padres y cuidadores que han acompañado –al menos físicamente– a los menores de edad no ven una salida clara a esa situación en la que los colocó la vida hace ya un año. Lo cierto es que, al principio, nadie sabíamos que nos estábamos imponiendo la tarea imposible de educar, aprender e incluso de evaluar bajo condiciones tan extraordinarias y por un periodo tan prolongado.

Tampoco las autoridades educativas lo sabían. Si bien fueron prontas a ponerse el cubre bocas y a lanzar el programa Aprende en Casa recuperando materiales que ya existían, se han caracterizado por tiempos de respuesta lentos que llegan al sinsentido sincrónico. Para muestra, basta la patente ausencia de las adaptaciones a la programación en infraestructura sanitaria en las escuelas en el Programa Sectorial de Educación que se publicara en julio de 2020. Grave en sí misma, esta ausencia ya avisaba que no se estaba realizando un trabajo de planeación que diera viabilidad estratégica al regreso a las aulas. El Estado, responsable de garantizar el derecho a la educación en todas sus dimensiones, no es un ente aislado ni está solo en esa tarea. A nivel constitucional, el Artículo 31 establece la corresponsabilidad de madres, padres y tutores en el proceso educativo de los menores de 18 años a su cargo.

Asimismo, es bien sabido y ampliamente estudiado y difundido que el binomio educar-aprender es previo a la existencia de los sistemas educativos y que es un proceso neurobiológico innato en las especies con funciones mentales superiores.A partir de ello, resulta imposible entonces que no se estén dando de manera natural una enseñanza y un aprendizaje incluso en quienes desde el inicio de la pandemia perdieran contacto con la escuela, o quienes la abandonaron en el proceso. Los saberes sociales son indispensables, el aprendizaje fuera de la escuela es valioso e innegable. Una investigación que ha llamado la atención sobre este aspecto es la de “Pedagogías diversas: la voz de las niñas y los niños”, diseñada especialmente para recuperar los sentires de esta población en esta pandemia. A manera de podcast, los primeros hallazgos que reportan López-Pereyra y Gómez dan cuenta del reconocimiento de saberes no formales por parte de las niñas y los niños, así como del proceso de reflexión que les ha llevado el no estar en el espacio escolar y sus sensaciones de malestar y tristeza que ello les produce.

Si bien el valor de estos saberes extraescolares es un hecho, relajarse bajo la premisa de que son suficientes es ingenuo, en el mejor de los casos. En el peor, es una actitud negligente. En pro de reducir las enormes brechas en términos de oportunidades que la pérdida de aprendizajes escolares implica, es imperante que quienes nos dedicamos a la educación desde cualquier trinchera, logremos una articulación orientada a identificar cómo hemos educado, qué se ha aprendido y cómo lo evaluamos.

Las experiencias de investigación han sido varias. Los primeros hallazgos de algunas ya se encuentran en revistas académicas que desde el cierre de las escuelas convocaron y publicaron números especiales. Otras, aún en proceso, avizoran líneas importantes. Entre éstas, destaca un esfuerzo conjunto de varias universidades y organizaciones que hacen un análisis del aprendizaje y la salud socioemocional de estudiantes, docentes y padres, madres y cuidadores en México en este periodo de pandemia. Este estudio se realiza con instrumentos que permiten que los participantes reciban un diagnóstico personalizado y completamente gratuito sobre sus características, oportunidades y dificultades, en su dimensión pedagógica, socioemocional y tecnológica, junto con una serie de recomendaciones. Un total de 277 mil 144 estudiantes y docentes que componen la muestra final ya habrán podido activar esas recomendaciones.

Entre los resultados que más destacan en un primer corte, se ha podido identificar que 80.4% de los alumnos reporta pérdida de aprendizajes. Asimismo, que el bienestar socioemocional de los docentes es un factor clave que impacta en las acciones pedagógicas, lo que a su vez afecta las percepciones de aprendizaje de los estudiantes y su propio bienestar. Cimenna Chao –integrante de MUxED y encargada de la dimensión socioemocional de esta investigación– destaca que el estrés, que se expresa en agotamiento extremo (burn out), permea sobre todo en las y los docentes. Sin embargo, “afecta con mayor énfasis… a mujeres docentes con hijos(as) en edad escolar, porque además de apoyar la educación de sus descendientes tienen bajo su responsabilidad los aprendizajes de sus estudiantes.” En cuanto a la manera en que han afrontado los niños de primaria el encierro y la educación a distancia, 83.49% reporta que es a partir del enojo.

Si los linderos que han cursado el educar y el aprender en este difícil periodo plantean retos importantes, qué decir de la evaluación de los mismos. A la pregunta ¿qué aprendimos en la escuela durante este año de pandemia? se orienta la investigación homónima que se propone evaluar los aprendizajes de las áreas de Matemáticas y Lenguaje y Comunicación, con un componente orientado a habilidades socioemocionales. La plataforma estará disponible entre abril y junio de este año, y los primeros resultados los obtendremos en julio, a tiempo para que Consejos Técnicos Escolares, Academias y demás los usen a manera de diagnóstico para proyectar su próximo ciclo escolar.

La tarea es tan grande, que parece imposible. Lo es si cualquier actor educativo se ve solo frente a ella. La autoridad educativa no debe pasar por alto todo el conocimiento que ya se ha aportado y que está en proceso. Los que estamos involucrados en los ámbitos educativos tampoco hemos de señalar con dedo acusatorio a quien no ha cumplido su labor sin exigir con base en los resultados de nuestro propio trabajo que sí lo haga. Bien observó Foucault que, en la microfísica del poder de las instituciones, como lo es la escuela, se han subestimado la materialidad y la fuerza de cada uno de sus individuos.

https://www.muxed.mx/post/la-tarea-imposible-educar-aprender-y-evaluar-en-contingencia

Alejandra Luna Guzmán es integrante de MUxED. Pertenece al Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, donde se desempeña en la gestión editorial de revistas académicas arbitradas, además de cursar el Doctorado Interinstitucional en Educación. Sus líneas de investigación son el derecho a la educación y el análisis de la puesta en acto de políticas educativas en el espacio escolar, Tw: @EducaleNarte

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