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Estados Unidos: Estudiantes y padres piden cambios significativos a Trump para que no haya un tiroteo más

Estados Unidos/24 de Febrero de 2018/Autora: Carolina Martín/El Mundo

Una semana después del tiroteo masivo en el instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida), en el que murieron 17 personas y 14 resultaron heridas, supervivientes, familiares y padres compartieron con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cómo vivieron la tragedia entonces y cómo se sienten hoy.

«Cumplí 18 años el día después [del tiroteo]. No entiendo porque aun puedo ir a una tienda y comprar un arma de guerra», decía Sam Zeif, que se encontraba en la segunda planta del instituto cuando Nikolas Cruz abrió fuego. En medio del pánico escribió mensajes a sus padres y a tres de sus hermanos para contar lo que estaba pasando con el temor de no volver a verles.

Contrariado y sin apenas poder contener las lágrimas, Zeif explicó que había perdido a su mejor amigo en el tiroteo y que no sabe cómo va a poder volver a poner un pie en el instituto. «¿Cómo es tan fácil comprar este tipo de armas y cómo no frenamos esto después de Columbine, después de Sandy Hook?, se preguntaba mirando a la izquierda, donde estaba sentada Nicole Hockley.

Ella perdió a uno de sus dos hijos en la masacre del colegio de primaria de Newton (Connecticut) en diciembre de 2012. Allí murieron 20 niños y seis profesores. «Estas muertes son evitables», decía recordando que han pasado más de cinco años desde que Adam Lanza le arrebató a su hijo Dylan, de 6 años, durante el tiroteo. «Considere a su propio hijo. No quiere ser yo. Ningún padre quiere y usted tiene la capacidad de hacer una diferencia y salvar vidas». Entre las medidas para hacer las aulas más seguras, Hockely mencionó la dotación de más fondos para la salud mental y programas de prevención.

Las peticiones a Trump para que introduzca cambios que hagan las escuelas seguras llovían de todos los rincones del salón de la Casa Blanca. Entre las más emotivas estuvo la de Andrew Pollack, que perdió a su hija en el tiroteo de Florida. Sin contener su rabia, se preguntaba por qué no puede pasar una botella de agua en el aeropuerto, pero si se puede ir a una escuela con un arma. «Protegemos aeropuertos, conciertos, estadios, embajadas, el departamento de Educación», repasó mostrando su malestar porque hasta en el ascensor del departamento había un guardia, pero no se protegen igual las escuelas.

Cuántas más tiene que haber atacadas y cuánto niños disparados, se preguntaba Pollack que llevó a la Casa Blanca la voz que le había sido arrebatada a su hija, para frenar estas masacres. «Estoy cabreado», dijo alzando la voz en la sala. Rodeado de sus tres hijos varones y puestos los cuatro en pie, aseguró que esto «se acaba aquí. No voy a descansar hasta que se arregle».

Pollack quiso dejar claro que no estaba hablando de más control de armas sino de la seguridad de los niños. Para los otros debates ya habrá tiempo. Uno de sus hijos, sin embargo, tomó el micrófono para defender que debería haber más armas en los colegios -en manos de personas autorizadas para llevarlas- para proteger a los estudiante.

Una solución con la que no pareció estar de acuerdo Mark Barden, que perdió a su hijo en Sandy Hook. «Los profesores tienen bastantes responsabilidades ahora como para tener la increíble responsabilidad de la fuerza letal de matar», señaló explicando que hablaba en nombre de él y su mujer, que trabaja como maestra.

Las diferencias en el debate sobre las armas se manifestaron en esta sesión organizada por el presidente. A diferencia de Pollack, el padre de Justin Gruber Cory, sí creía que había que hablar ya cambios legislativos. «Si no es lo suficientemente mayor para comprar una cerveza, no debería serlo para comprar un arma a los 18», dijo sentado junto a su hijo de 15 años, que sobrevivió al tiroteo de Florica. «Es una cuestión de sentido común», subrayó después de recordar que no es un tema político. «La gente está muriendo y tenemos que hacer algo para pararlo», apostilló.

Antes de que comenzasen las historias personales, el presidente insistió en que su Administración iba a ser muy «estricta con la revisión de antecedentes» a la hora de adquirir un arma y que iban a trabajar en el terreno de la salud mental.

Un mensaje que volvió a retomar casi al final de la sesión antes de asegurar que «encontremos una solución». En la casi hora y media que duró el encuentro, Trump apuntó que está viendo la opción de que haya profesores con «armas ocultas» en las escuelas, como una medida para frenar los tiroteos.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2018/02/22/5a8e0b64ca4741607f8b4580.html

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Un padre decepcionado con el sistema educativo en EE.UU. decide ‘recurrir a las armas’

04 de Febrero 2018/Fuente y Autor: actualidad

Un residente de Tampa (Estados Unidos) decidió educar en su casa a su hijos, a los que enseña a utilizar armas de fuego y a operar con bitcoines, entre otras cuestiones, informa el diario The Sun.

Decepcionado con el sistema educativo actual, Derrick Grace II tomó en 2016 la decisión de sacar a sus hijos de la escuela y comenzar a ejercer de tutor de ellos. Su currículo incluye operaciones con criptodivisas y el manejo de armas de fuego porque, en palabras del propio Grace, «la violencia puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento».

Grace, que tuvo numerosos problemas con la justicia durante su juventud, ha enseñado a sus hijos Derrick y Derrica, de 11 y 8 años de edad, respectivamente, a cargar armas con los ojos cerrados. Los pequeños, además, son capaces de hacerlo mientras responden correctamente a las preguntas que les formula su padre.

«Para mí el colegio no es más que una guardería», afirma Grace. «Pienso que [el sistema educativo estatal] debilita el progreso mental de nuestros hijos, así que creo que es necesario que nos encarguemos por nuestra cuenta», asevera.

Tras perder su trabajo como operador en 2012, Grace pasó a convertirse en educador de gente joven. Desde entonces, ha participado en charlas y conferencias en escuelas y centros de menores de todo el país. Asegura que su principal objetivo es que sus hijos «sean independientes» porque, desde su punto de vista, es injusto enseñar a los niños a depender de sus padres hasta que cumplen 16 años y, posteriormente, «obligarles a depender de desconocidos hasta que tienen 70».

Fuente de la noticia:. https://actualidad.rt.com/viral/261129-eeuu-padre-hijos-escuela-armas-ojos-cerrados

Fuente de la imagen: https://cdni.rt.com/actualidad/public_images/2018.01/article/5a6bf0dc08f3d9ce7a8b

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UNICEF: En Ucrania, Caperucita Roja ayuda a proteger a los niños de las armas explosivas

UNICEF – Ucrania/ 16 de enero de 2018/Por Melanie Sharpe/ Fuente: https://blogs.unicef.org

Caperucita Roja, el gran Lobo feroz y la Abuela se encuentran en el escenario del gimnasio de la escuela. Entre los niños se oyen risitas y murmullos y se observan expresiones de asombro. Hay alrededor de 40, y tienen entre seis y siete años. El público parece entretenido.

Al ver esto, se me vienen a la mente mis primeros años de escuela, cuando la bibliotecaria solía leernos a mí y a mis compañeros siempre la misma historia. No hablen con desconocidos. No se adentren solos en la oscuridad del bosque. Esas eran las importantes lecciones de Caperucita Roja, universales y atemporales.

Sin embargo, la interpretación de hoy es, de algún modo, diferente.

Estoy en la Escuela #2 de Avdiivka, al este de Ucrania. Avdiivka es una de las ciudades situadas a lo largo de la línea de enfrentamiento de Ucrania; en el conflicto actual, es la línea que divide las fuerzas controladas y no controladas por el gobierno y donde el conflicto es más grave.

Desde hace ya cuatro años hay un conflicto armado en la zona. Es una parte del país donde hay bombardeos diarios e indiscriminados. Aquí los vecindarios están plagados de municiones sin detonar y restos explosivos de guerra. El este de Ucrania, en el corazón de Europa, se ha convertido en uno de los lugares más contaminados de minas terrestres del planeta.

A group of children, listening carefully in their seats.
UNICEF/ Gilbertson VIINiños escuchan en la sesión de concientización sobre minas en la escuela #2 de Avdiivka, al este de Ucrania. Durante las sesiones se enseña a los niños a protegerse de las minas terrestres, las municiones no detonadas y los restos de explosivos de guerras.

Con todo lo que está sucediendo en el mundo, no sabemos mucho acerca de la crisis de Ucrania. Sin embargo, los niños que aquí viven padecen sus efectos cada minuto de sus jóvenes vidas.

El Lobo se pasea por el escenario y coloca en el suelo unos objetos algo sospechosos. Quiere tender una trampa a Caperucita y a la Abuela. Afortunadamente, ellas cuentan con la sabiduría necesaria para no caer, una sabiduría que la Abuela comparte con los niños.

¿Qué deberían hacer si se encontraran en su vecindario una trampa aparentemente peligrosa? “Primero deben detenerse”, les dice. “Miren a la izquierda y a la derecha para asegurarse de que no hay más trampas. Después, dense la vuelta y regresen sobre sus propios pasos, porque no se sabe si podrían encontrarse con algo más”.

“Cuéntenselo a un adulto y pídanle que llame a los servicios de emergencia”, añade.

Cuando la Abuela habla, en la sala reina el silencio. Al final, el Lobo regresa y dice: “Encontré una mina y le di una patada como si fuera una pelota. ¿Eso está bien?”

Los niños se ríen y exclaman: “¡Noooo!”

Después de varias preguntas parecidas, termina la actuación. De camino a sus clases, los niños reciben un cómic que UNICEF y sus aliados distribuyen por ciudades como Avdiivka. Los personajes del cómic son superhéroes que enseñan a los niños a protegerse de las minas terrestres y de las municiones sin detonar.

“Los PowerPoints no funcionan con los niños”, me explica Olena Kryvova después de la actuación.

Two adults cover their eyes, while a man puts equipment into a bag.
UNICEF/ Gilbertson VIICaperucita Roja y la Abuela se tapan los ojos cuando los servicios de emergencia eliminan la trampa tendida por el gran Lobo feroz. Esta nueva interpretación del cuento de Caperucita Roja forma parte de una sesión de concientización sobre minas celebrada en la escuela #2 de Avdiivka, al este de Ucrania.

Olena trabaja con FSD, la Fundación Suiza de desminado, uno de los aliados que, junto con el Grupo danés de desminado, trabaja con UNICEF para llegar a medio millón de niños del este de Ucrania y educarlos sobre los peligros de las minas: unas sesiones de formación que, mediante un enfoque adaptado a la infancia, enseñan a los niños a protegerse de las minas, las municiones sin detonar y los restos explosivos de guerras.

Olena comparte con nosotros los detalles de un trágico incidente en el que tres niños de la localidad intentaron abrir un proyectil. Uno de ellos murió en el acto y el otro resultó gravemente herido. También nos habla de otros casos en los que los niños recogen inocentemente granadas o detonadores y terminan volándose los dedos.

“Aquí no hay entretenimiento para los niños. Una de las pocas cosas que pueden hacer es aprender acerca de las armas”, asegura.

La semana pasada, la publicación Landmine Monitor lanzó las últimas cifras de las víctimas de minas terrestres y explosivos improvisados. El informe revela una cifra sin precedentes de víctimas infantiles, la mayor parte en Afganistán, Libia, Yemen y Ucrania.

Resulta duro ver a uno de los personajes favoritos de la infancia, Caperucita Roja, enseñando a los niños a protegerse de algunas de las armas más mortales de la guerra. Aun así, se trata de una realidad en el este de Ucrania.

Los programas de educación sobre el peligro de las minas de UNICEF en el este de Ucrania reciben la ayuda de los gobiernos de Alemania, Italia y Japón.

 

Melanie Sharpe es especialista en comunicación de la Oficina Regional de UNICEF para Europa y Asia Central 

Fuente de la Noticia:

En Ucrania, Caperucita Roja ayuda a proteger a los niños de las armas explosivas

 

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Armas no son juguetes: reflexiones sobre la conducta violenta

15 de noviembre 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Elvira Fernández Pena

Incluso desde nuestra mentalidad pacifista y conciliadora, regalamos en numerosas ocasiones juguetes que emulan armas de todo tipo a los más pequeños. Réplicas, cada día más exactas, de aquel armamento que emplean los adultos de todo el mundo para engendrar violencia. Pero claro, como son niños, no hay de qué preocuparse. Sólo son juguetes, pensamos, ¿qué problema puede haber a la hora de disparar una pistola de plástico? Pues lo cierto es que puede ser nefasto. Así lo aseveran conocidas marcas como Toys R Us, que retiró sus pistolas de juguete tras los atentados de París o la Consejería de de Igualdad y Políticas sociales de la Junta de Andalucía, que todos los años lanza una campaña para promover el juego no violento. Parece que ya no se trata sólo son juegos o juguetes, sino más bien de instigadores de conductas violentas. Pero para contextualizar su impacto en el ámbito educativo, empecemos por clarificar qué es agresión y cómo se sucede en el desarrollo infantil, más concretamente, en los centros escolares.

Agresión y violencia: contexto educativo.

La agresión es toda conducta inherente al ser humano que empleamos en mayor o menor medida para infligir daño a alguien. Es un comportamiento que poseemos por genética pura, pues gracias a su valor adaptativo para la supervivencia de nuestra especie se ha convertido en una conducta normalizada. El gran impacto de la violencia en los medios de comunicación, así como en la cultura mass media de las últimas décadas, ha contribuido en gran medida a este “dar por hecho” que la violencia forme parte de nuestros días.

Con una marcada relación directa con una de las emociones primarias, la ira, el comportamiento agresivo tiene una predisposición genética acentuada. Pero existen numerosos factores que inciden en el comportamiento agresivo además de los puramente biológicos como la capacidad de autorregulación emocional, el ambiente familiar, o las amistades; motivo por el cual en un ambiente como el escolar debemos actuar desde una línea de trabajo clave en relación a la convivencia pacífica.

No lo tenemos muy fácil desde la sociedad que a nuestro alumnado le toca vivir. La clara exposición a los medios de comunicación amarillistas y vendidos a las audiencias, la amplia gama de videojuegos y el no menos importante creciente mercado de pistolas de juguete de todo tipo nos muestran todo un elenco de instigadores de la conducta violenta en los más pequeños. Porque, no nos engañemos, no se trata de juegos de niños simplemente.

Empuñar un arma es un instigador de la violencia según la evidencia científica.

En 2006, los psicólogos sociales Tim Kasser, Jennifer Klinesmith y Frank McAndrew realizaron un experimento con dos grupos de sujetos, a los cuáles se les tomó una medida de la hormona testosterona. La muestra se dividió en dos grupos, uno de ellos de control. En el grupo experimental fueron entregadas a todos los sujetos armas de fuego, concretamente pistolas, y en el de control, juguetes infantiles. La condición experimental que se les pedía a ambos grupos era la de sostener durante 15 minutos bien las armas, bien los juguetes. Se empleó como medida los índices de testosterona antes e inmediatamente después de sostener ambos objetos y se llegó a la conclusión de que aquellos sujetos que pertenecían al grupo de las armas, mostraban un aumento muy significativo de la hormona testosterona. Sin embargo esto no sucedió en el grupo de control que sostenía los juguetes. Se comprobó de este modo, que altos niveles de testosterona son predictores de la conducta violenta y de dominación social y que la simple exposición momentánea a armas de fuego, puede ser realmente dañina, favoreciendo la conducta de agresión.

Armas, violencia y niños. ¿Cómo actuar desde el marco educativo?

El comportamiento agresivo es normal incluso en los primeros meses del desarrollo madurativo de los niños, y es en torno a los dos o tres años de edad que esta conducta tiene más incidencia  con relación a la agresión física. A partir de los cuatro años aproximadamente, este tipo de conductas van desapareciendo paulatinamente moduladas por el aprendizaje cultural de las familias y del entorno educativo. Pero, a la vez, nuevas formas de agresividad surgen como sustitución, como la agresión verbal o la relacional, con marcado carácter en las niñas.

En este momento el ambiente familiar es fundamental, pero el escolar supone un escenario realmente imprescindible a la hora de forjar normas y valores de civismo y moralidad. Estos primeros años de escolarización son determinantes a la hora de aprender a convivir y en la resolución pacífica de conflictos. Como docentes tenemos la obligación de acompañar en el aprendizaje social de estas normas, de estos valores que deberán darse junto con estrategias de autorregulación emocional y de autocontrol de los estados de frustración y de ira. Este aprendizaje sentará las bases o pilares de una personalidad sana y con respuesta proactiva de ciudadanía.

El experimento de Kasser, Klinesmith y McAndrew pone de manifiesto la importancia de los instigadores sociales en la conducta violenta con adultos, pero a falta de la experimentación con niños vale la pena prevenir y ser consecuentes con los valores de respeto y diálogo en la resolución de conflictos, así como del juego dirigido y educativo (que nunca adoctrinado).

Un paso adelante para contribuir a la convivencia pacífica desde las redes.

Y para finalizar y como conclusión, no me quiero quedar en las palabras a la hora de afrontar el juego violento y el empleo de juguetes instigadores en los centros educativos y te animo a que participes con tu opinión con el hashtag #ArmasNoSonJuguetes. No tienes más que compartir con buenas praxis que se realicen en tu centro educativo, mostrando que se puede jugar sin recurrir a las armas, pues sea como fuere, nunca son juguetes. Puedes vincular a este hashtag todo tipo de enlaces, imágenes o recursos que sirvan de ayuda a cualquier docente sobre el empleo de juegos libres de violencia o juguetes educativos no sexistas y especialmente no violentos.


FUENTE: Klinesmith, Kasser Y McAndrew. (2006). Guns, testosterone, and aggression: an experimental test of a mediational hypothesis.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/armas-no-juguetes-reflexiones-la-conducta-violenta/

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Estado Unido: Entrenan a profesores en Colorado para portar armas en los salones de clase.

El llamado entrenamiento «FASTER»es un programa creado a raíz de la masacre en 2012 en la escuela de Sandy Hook en Newtown.

América del Norte/Estado Unidos/27.06.2017/Autor y Fuente:http://elcomercio.pe/

Profesores en Colorado están siendo entrenados en el uso de armas, las cuales podrán llevar a los salones de clase para responder a eventuales tiroteos que se pudieran presentar en las escuelas.
Un grupo de 17 profesores y personal del condado de Weld participan esta semana en un curso de tres días organizado por el grupo conservador Coloradans for Civil Liberties.
Laura Carno, la fundadora del grupo, explicó a la AFP que el llamado entrenamiento «FASTER» es llevado a cabo por policías fuera de servicio que enseñan a los participantes cómo responder en caso de una emergencia.
FASTER («Faculty/Administrator Safety Training and Emergency Response) es un programa creado a raíz de la masacre en 2012 en la escuela de Sandy Hook en Newtown, Connecticut, en la cual 20 niños, así como seis educadores, fueron asesinados.
«La razón por la que esta tendencia (portar armas en escuelas) está en aumento es porque vivimos en un mundo peligroso», dijo Carno, refiriéndose a recientes tiroteos que han tenido lugar en Estados Unidos en los años recientes.
Las leyes de Colorado permiten que el personal de las escuelas pueda llevar armas a las mismas siempre y cuando tengan un permiso y sean designados como oficiales de seguridad.
Carno afirmó que la mayoría de aquellos que toman parte en el entrenamiento de esta semana trabajan en distritos rurales donde la policía puede tardar en llegar entre 30 y 45 minutos.
«La intención no es reemplazar a la policía y al personal médico sino permitir a los profesores y al personal presente en el lugar de los hechos atender situaciones de violencia en las escuelas y brindar ayuda médica de forma inmediata», según la página web de FASTER.
Este entrenamiento, sin embargo, ha sido denunciado por grupos que están a favor del control de armas y que afirman que las mismas no deberían estar en las escuelas.
«Los peligros de incidentes fatales en las escuelas aumentan exponencialmente si permitimos el ingreso diario de armas letales a las mismas, que es precisamente lo que fomenta FASTER», declaró Ken Tolz, fundador de Safe Campus Colorado, a la cadena NBC en Denver.

Fuente:http://elcomercio.pe/mundo/eeuu/colorado-436501

Imagen:https://img.elcomercio.pe/files/article_content_ec_fotos/uploads/2017/06/21/594b09c731007.jpeg

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Siria: El inglés con bombas entra

Siria/13 de Marzo de 2017/El Mundo

Bomba, bala, mortero, francotirador, fusil… son las primeras palabras que aprenden en inglés los niños que estudian en los colegios sirios bajo control del autodenominado Estado Islámico. También suman, restan y multiplican utilizando, en lugar de manzanas y peras, imágenes de lanzagranadas o coches bomba. [En los libros de Historia, junto a las banderas negras y un fusil Kalashnikov, los pequeños pueden ver cómo España se cuela en sus aulas representada por una carabela de Colón y un molino de El Quijote]. Algunos colegios han sido rebautizados con nombres de terroristas mártires. Y la Física y la Química están fuera del itinerario educativo por ser materias contrarias al islam…

Así es la educación del terror diseñada por el Ministerio de Educación creado por los seguidores del Al Bagdadi. Crónica tiene acceso a sus libros de texto y a todo el plan del califato para adoctrinar a sus hijos en el islam más excluyente. Entre sus 70 escuelas, el Daesh distingue incluso centros públicos, que son gratuitos, y concertados. Aunque su afán educativo trasciende las propias aulas. En las calles, los responsables de mantener el rigor de su ideario terrorista son los miembros de un gabinete creado ex profeso para ello: el de Prédica y Mezquitas, que desarrolla desde «cursos de arrepentimiento» hasta clases de jurisprudencia islámica con una larga lista de sanciones para quienes contravengan sus normas.

El Ministerio de Educación que han puesto en marcha contempla la asignatura de inglés, sí, pero con sus propios libros de texto: dos manuales editados por el Califato titulados Inglés para el Estado Islámico. Y no es el único material escolar que ha editado el Daesh para educar a sus niños y lavar sus cerebros. Todos los libros infantiles están plagados de armas. Hasta las matemáticas sirven para adoctrinar a los más pequeños en las 70 escuelas que controlan en Siria. La apariencia de los libros es moderna y atractiva. Pero sus contenidos resultan impactantes. Como un ejercicio para practicar la multiplicación, que consiste en señalar con una flecha el resultado correcto entre varias opciones para la operación «5×3». En la página no sólo hay números o dibujos infantiles: lo que los niños unen realmente con su lapicero son un lanzagranadas RPG y un vehículo militar iraquí. Otro ejercicio se llama «Ayuda al francotirador»: «Su rifle tiene 24 disparos y ante usted se encuentran siete objetivos de la coalición de cruzados. ¿Cuántos tiros recibirían de forma uniforme cada uno de los enemigos cruzados?». Otro: «Si tiene tres pistolas en frente y dispones de nuve balas, ¿cuántos disparos podrás realizar?».

La portada del libro ya advierte de lo que va a venir: la imagen de un blindado equipado con una metralleta que dispara números. Así aprenden a calcular.

Materiales como estos son obligatorios en la escuela pública de Al Yaqeen, en Abu Kamal, en la región de Deir ez-Zor, a 144 kilómetros al sur de la ciudad de Deir ez-Zor, en la misma frontera entre Siria e Iraq. En sus pupitres se sientan 300 alumnos, a cargo de nueve profesores que por 120 euros al mes siguen estrictamente el programa y los libros de texto elegidos los terroristas. Los padres no pagan nada por la educación de sus hijos; ni siquiera por el material escolar. En los últimos tres años, desde que los más de 200.000 habitantes de la localidad están bajo el control de los hombres de Al Bagdadi, el terror se ha instalado en Deir ez-Zor, pero las escuelas nunca han dejado de funcionar ni han dejado de ser públicas. La educación siempre ha sido una obsesión para el Estado Islámico.

Así que han diseñado su propio plan. Que incluye la asignatura de Historia, en la que encontramos una referencia a España. En la ilustración de portada del libro de Primaria aparece un típico molino manchego, como los de El Quijote, y una carabela de Colón, mezclados con un skyline estadounidense y una mezquita. Podría ser, éste sí, uno de los libros que todas las mañanas mete en su mochila cualquier niño español. Salvo por la bandera negra del Califato y un kalashnikov coronan la imagen.

Los pequeños del ISIS también estudian obligatoriamente Ciencias Sociales, que aprenden en inglés. El foco es la familia tradicional. En la lección 1 de este manual los niños repasan cuáles son los miembros de la familia a través de una fotografía que parece sacada de un álbum casero: sólo que si bien el abuelo, el padre y el tío son reconocibles, las mujeres -la abuela, Khadeeja, de 56 años; la madre, Hafsa, de 42; la tía Maryam, de 22 años, y la hermana Sara, de 15- no pueden distinguirse entre sí. Aparecen las cinco juntas, tapadas por un velo integral negro que cubre su cabeza y su cuerpo completamente. Cada milímetro de su piel.

Hasta aquí las ciencias. El Califato ha eliminado la Física y la Química de su plan escolar: las considera «contrarias a la enseñanza islámica», argumentan los seguidores de Al Bagdadi.

Las clases de caligrafía y gramática árabe, de sharía (enseñanza religiosa) y de educación física completan el currículum escolar planificado para ganar las mentes y los corazones de los habitantes más jóvenes del Estado Islámico.

El Ministerio de Educación del Califato, responsable del profesorado y de los programas académicos de la organización terrorista, fue una de las primeras instituciones que entró a funcionar tras la proclamación del IS y trabaja de forma coordinada con el denominado Ministerio de Prédica y Mezquitas, dedicado a difundir la ideología de la organización a través de programas educativos y de propaganda.

El proyecto educativo del Daesh echó a andar a principios de 2014 en la ciudad siria de Al Raqa. Uno de los primeros pasos fue la segregación de sexos: a partir de entonces todas las escuelas serían diferentes para hombres y para mujeres. Tras la proclamación del llamado Califato, los terroristas cerraron colegios -todos los que aplicaban el sistema educativo sirio anterior y los centros privados, lo que causó desplazamientos masivos de estudiantes y profesores- e implantaron su doctrina. Los cambios afectaron incluso a los nombres de los colegios. Ocurrió en la ciudad siria de Al Bukamal. Los terroristas rebautizaron centros como la escuela-mezquita Al-Rahman, que pasó a llamarse al-Sheikh Faris al-Zahrani, en honor a un terrorista ejecutado por Arabia Saudí en enero de 2016.

Hoy abren sus puertas en Siria alrededor de 70 escuelas con el sistema educativo del Daesh. Y aunque toda la enseñanza es pública, existen dos tipos de colegios: públicos y concertados. Los primeros son gratuitos y dependen directamente del Ministerio de Educación del Califato. En ellos el absentismo escolar es muy elevado por el temor de los habitantes a ser atacados por bombardeos de la Coalición. De hecho, en zonas como Al Raqa y Deir ez-Zor los yihadistas están utilizando las escuelas como cuarteles y no dudan en explosionarlas si se encuentran en riesgo de caer en manos del enemigo. Por eso resulta muy difícil obtener una relación exacta del número de alumnos sometidos a las enseñanzas extremistas.

Las escuelas concertadas, por su parte, fueron instauradas por maestros que siguen residiendo en zonas bajo control del Daesh y que poseen un permiso especial del Ministerio de Educación para impartir el currículum de los terroristas. Los padres pagan cerca de 10 dólares al mes por que sus hijos asistan a estas clases que son hoy la opción preferida para las familias sirias que habitan en las regiones tomadas por el régimen. Aunque algunos padres recurren también a unos colegios clandestinos donde los chicos puedan adquirir conocimientos científico-técnicos proscritos, como Física y Química, o aprender otras materias que el Daesh ha prohibido.

En Al Raqa existe además un colegio especial. Es la Escuela de los Cachorros de al-Furqan, creada recientemente para los hijos de los combatientes extranjeros. A sus aulas, a diferencia del resto, acuden niños de ambos sexos; eso sí, en distinto horario, de mañana y tarde. También es especial porque, además de recibir educación académica, sus alumnos reciben entrenamiento militar, incluido el manejo de armas largas y cortas. En la Escuela de los Cachorros, que depende directamente de la máxima autoridad en la capital siria del Califato, trabajan unos 20 empleados, hombres y mujeres. Aunque el temor a los ataques aéreos hace que su ubicación cambie con frecuencia.

Cursos de arrepentimiento

Cuando el califato implantó su sistema educativo los maestros se convirtieron en una pieza fundamental de su ejército ideológico: se vieron forzados a someterse a los llamados «cursos de arrepentimiento, para retractarse de la «infidelidad» en la que habían incurrido en el pasado al haber firmado su compromiso con los sistemas docentes sirios anteriores. Pero la estrategia de educación del grupo terrorista se extiende más allá del control de las aulas. Y quien lleva la batuta es el Gabinete de Prédica y Mezquitas.

Los soldados de este gabinete son los shariiyin (expertos en jurisprudencia islámica), una suerte de funcionarios de la administración regional que, presentes en todas las provincias, operan en las llamadas Oficinas de Prédica y Mezquitas, ubicadas generalmente en los propios templos. Sus instrumentos: sermones (jutbas) recitados los viernes en las mezquitas y que ellos mismos redactan y coordinan; cursos monográficos sobre el islam y de jurisprudencia islámica o sharía; concursos para niños y adolescentes con motivación religiosa, como los de recitación y memorización del Corán… Y los folletos y carteles propagandísticos que, expuestos en las zonas de afluencia o en los accesos a las mezquitas, explican cómo debe uno comportarse e incluso cómo debe cortarse la barba.

El arrepentimiento

Los cursos de adoctrinamiento que más asfixian a la población son los conocidos como de «arrepentimiento» (en árabe tauba o istitaba). Una verdadera pesadilla para muchos. Durante unos 45 días, los alumnos asisten a clase en un austero internado llamado Centro de Enseñanza para el Arrepentimiento. Un lugar desconocido, a menudo una gran mezquita o un edificio con suficiente capacidad, donde duermen, comen y aprenden todos aquellos que pueden suponer una amenaza para el Califato. No sólo disidentes, reclusos o miembros de otros grupos que abandonaron las armas en su día y no se han sumado al IS. También jueces, periodistas, abogados… cualquiera que haya cobrado o cobre del régimen.

Lo primero que recibe un cursillista del «arrepentimiento» son unos utensilios básicos para el aseo y para pernoctar, y una tarjeta con su nombre, número, curso y fecha de inicio. A partir de ese momento el alumno cobrará un dólar al día -más o menos al salario actual de un combatiente soltero del Daesh- y estará bajo la protección del califa.

En su primer interrogatorio, los jefes de la sharía le preguntarán: ¿participaba en las manifestaciones contra el Régimen?, ¿luchaba con las facciones contrarias al Daesh?, ¿pretende jurar fidelidad al grupo…?

El interno recibe a continuación un mensaje aparentemente conciliador. Los responsables del curso le invitan a olvidar las torturas que, en su caso, han podido padecer en las cárceles del IS, argumentando que eran fruto de la mente perturbada de los temidos Amniyin, miembros del aparato de seguridad, que «no representan al verdadero Daesh». «En todas las organizaciones se cometen errores», añaden. El verdadero Daesh es una «organización islámica» -nada más- cuya finalidad es restaurar el Califato y luchar contra los chiíes.

Fidelidad o castigo

Y así pasan los días. Con oraciones al alba, sesiones de formación sobre el Corán y la sharía, el estudio, actividades de limpieza…. Los alumnos, en pequeños grupos, ven vídeos con combates del Daesh contra el Gobierno iraquí (generalmente se evitan imágenes de la lucha contra grupos islamistas). La comida es limitada y el trato al interno es brusco, con frecuentes reproches por supuesta falta de rendimiento y acusaciones de cobardía o ineptitud. Aunque para los estándares sirios actuales, los alumnos reciben un trato digno si respetan las normas. En caso de incumplirlas, se les castiga con la prolongación de los días de internado.

Al acabar en el Centro de Enseñanza para el Arrepentimiento, los graduados tienen dos opciones: regresar a sus hogares o jurar fidelidad al grupo terrorista. A los primeros el Régimen les proporciona un salvoconducto para que se desplacen a sus residencias, con medidas de restricción de movimientos y comparecencia en las sedes del Daesh.

Los segundos, los convencidos, quedan a disposición de los terroristas como miembros de pleno derecho. Su destino habitual serán los frentes más castigados, con alta probabilidad de morir en combate. Son los menos.

Pese a que el Califato invierte mucho esfuerzo y dinero en este internado, los resultados reales de estos cursos son pequeños. Los convocados suelen asistir a las sesiones para evitar represalias sobre ellos o sus familias, pero no por convicción. Sólo una minoría modifica su ideología, jura fidelidad o se une a la lucha armada. Aunque también hay quienes, sin jurar fidelidad al IS, sí sienten fuertes convicciones religiosas y cierta afinidad ideológica con el Daesh. A ellos el proceso de «arrepentimiento» les llega a generar fuertes dudas y la «autoridad moral» de los profesores les causa una impresión positiva.

Al acabar, el graduado recibe una tarjeta acreditativa con su nombre, su foto y el sello del Daesh. En un vehículo cerrado lo conducen fuera de la instalación.

¿Y las mujeres? Apenas existen en el sistema educativo de Al Badgadi. Rara vez se convocan cursos de sharía para ellas. El Daesh entiende que deben ser los tutores, padres o esposos los que se responsabilicen de enseñar a las personas que de ellos dependen. Así, dentro y fuera de las aulas, la maquinaria sigue funcionando.

Fuente: http://www.elmundo.es/cronica/2017/03/10/58b9ac8b22601d0b0e8b45ce.html

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Nearly 1,600 cases of school violence recorded across Vietnam in past 7 years

Asia/Vietnan/Octubre de 2016/Fuente: Tuoitrenews

RESUMEN: Cerca de 1.600 confrontaciones físicas entre alumnos de diversas partes de Vietnam han sido registrados en los últimos siete años, según un informe publicado por el Ministerio de Educación. El Ministerio de Educación y Capacitación, en coordinación con el Instituto de Ciencias de la Educación de Vietnam, organizó una conferencia el miércoles para abordar las preocupaciones sobre la aparente disminución de la depravación moral de los estudiantes vietnamitas en los últimos años. De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Educación y Formación, cerca de 1.600 combates estallaron entre los estudiantes desde el inicio del año escolar 2009, muchos de los cuales fueron clasificados como criminales violaciónes. La gravedad de la violencia también aumentó con el tiempo a un ritmo alarmante, dijo el ministerio, agregando que muchos de los incidentes de armas, incluian cuchillos, machetes, e incluso pistolas de fabricación casera. La violencia no parece ser el único problema que afecta a la moralidad de los adolescentes. Otro informe del Ministerio de Salud mostró las adolescentes constituyen alrededor de 120.000 casos anuales de 1,4 millones de abortos del país.

The Ministry of Education and Training, in coordination with the Vietnam Institute of Educational Sciences, organized a conference on Wednesday to address concerns over the apparent decline in moral turpitude of Vietnamese students in recent years.

According to statistics from the Ministry of Education and Training, nearly 1,600 fights broke out between students since the beginning of the 2009 school year, many of which were categorized as criminal violations.

The severity of the violence also increased over time at an alarming rate, the ministry said, adding that many of the incidents involved weapons, including knives, machetes, and even homemade guns.

The majority of confrontations arose from childish reasons.

Another concern addressed at the conference was the prevalence of violent school videos finding their way onto social media.

In one case, several students filmed their gang attack on one victim and later published the videos online.

In a more recent case, footage depicting two schoolgirls from the north-central province of Nghe An being attacked by a group of female students from another school was uploaded to Facebook on October 4.

The attackers only left the scene after one of the victims was bleeding, sparking immense concern from the public over the responsibility of the local education sector.

Violence does not seem to be the only issue of morality affecting teens. Another report by the Ministry of Health showed teenage girls make up around 120,000 of the country’s annual 1.4 million abortion cases.

According to Tu Du, the biggest maternity hospital in southern Vietnam, about 400 female patients between the ages of 11 and 18 come to the hospital annually to terminate their pregnancy.

Fuente: http://tuoitrenews.vn/society/37518/nearly-1600-cases-of-school-violence-recorded-across-vietnam-in-past-7-years

Foto de archivo

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