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Universidades para la paz

México / 4 de marzo de 2018 / Autor: Alejandro Saldaña Rosas / Fuente: RompevientoTv

 

Para Rosío Córdova, amiga y colega.

La semana pasada publiqué en este mismo espacio un comentario sobre la realización del Foro “La UV como constructora de paz: alternativas a las violencias en Veracruz”.  Jamás imaginé la vorágine de acontecimientos que tal reunión académica suscitaría, derivadas del citatorio a declarar que la Fiscalía de Veracruz entregó -a través de policías ministeriales que irrumpieron en un espacio universitario- a la Dra. Rosío Córdova Plaza. La Fiscalía citó a la investigadora, con amenazas evidentes, para que acudiera en calidad de testigo por los datos aportados por el equipo de investigación en el que participa, junto con la Maestra Mayra Ledesma y la Doctora Zulma Amador, entre otras personas. Valgan estas líneas para expresar mi solidaridad con las compañeras del equipo de investigación, particularmente con Rosío Córdova, amiga y colega.

La Fiscalía veracruzana ha dado una muestra de miedo. Miedo a la verdad, miedo a los datos, miedo al conocimiento, miedo a un equipo de investigadoras que hacen su trabajo con responsabilidad y ética en la Universidad Veracruzana. Con su miedo expresado en un infame citatorio, la Fiscalía demuestra que es una institución débil y timorata: ante la falta de argumentos responde con bravuconadas, como adolescente erizado ante su propia adolescencia.

No quiero abundar sobre los dimes y diretes entre la Fiscalía y las investigadoras ni sobre el muy cuestionable papel de las autoridades universitarias (que dudaron de la veracidad de los datos recogidos con rigor y apego a criterios científicos), solamente quisiera aportar algunas reflexiones sobre una arista poco atendida y que está en el fondo de la discusión ocurrida en los últimos días: el papel de las universidades públicas en los escenarios de violencias múltiples que atraviesan a nuestro país.

De todos es conocido –y padecido- que México está sumido en una profunda crisis de derechos humanos, lo que no sabemos –o al menos no está tan claro- es cómo salir de ella. La tarea es ardua y de largo aliento e implica la participación de todas y todos para re-construir al país desde lo local: desde la ciudad, el pueblo, la colonia, el ejido, la fábrica, la escuela.

Las particularidades de la crisis de derechos humanos, los rasgos específicos en cada localidad, se sufren diario pero se conocen poco. Hacen falta muchas más investigaciones que arrojen luz sobre los escenarios de las violencias en México, su urdimbre local, sus actores específicos, sus anclajes institucionales, sus dispositivos de reproducción y las oquedades y asimetrías que producen en los territorios locales. Sin co-investigación (con los actores sociales) sobre las violencias y sus muchos rostros, la paz en México seguirá siendo una meta que se aleja conforme se avanza a ella. Es imprescindible conocer a través de la ciencia, del arte, de los múltiples saberes populares, de las diversas sensibilidades, los atributos singulares de las violencias que nos habitan y nos quejan. Sin conocimiento(s) las políticas públicas son lineamientos llenos de buenas intenciones (en el mejor de los casos) o pretextos oficiales para el enriquecimiento explicable, pero ilícito. No hablo en el vacío: ahí están los miles de millones de pesos desviados por funcionarios y funcionarias, como evidencia fehaciente de que las políticas públicas pueden ser (lo son actualmente) botín de pocos y despojo de muchos.

Para transformar hay que conocer. Y para preservar también. Por ejemplo, la defensa y preservación de los sagrados territorios wirikutas es irrenunciable porque ahí viven miles de personas que acunan saberes que desde la ciencia apenas se intuyen. Es obligación de todas y todos preservar los saberes profundos del espíritu, del arte y de la ciencia. El lujo imbécil de la ignorancia es tan pernicioso que pone en riesgo la vida toda en el planeta.

En mi opinión el proyecto de las investigadoras Ledesma, Amador y Córdova debería replicarse en todas las universidades públicas del país, con las adecuaciones pertinentes en cada contexto. Las universidades públicas estatales (y en general las Instituciones de Educación Superior) son absolutamente cruciales para la construcción de la paz que anhela y merece nuestro país, por lo que las investigaciones sobre seguridad ciudadana, sobre las violencias, los feminicidios y en general sobre los contextos sociales en que vivimos, trabajamos y nos queremos, son necesarias, pertinentes e irrenunciables. Quizás como nunca antes en la historia de México las universidades son el principal baluarte para construir la paz.

Lo son porque las universidades públicas, aún y pese a todo, gozan de credibilidad y confianza. Detractores de las universidades públicas hay y muchos, enemigos por montones (algunos cobran en oficinas de las mismas universidades), envidias como sarampión en kínder, incontables enconos, absurdos por antonomasia. Pero incluso y a pesar de quienes quieren acabar con ellas, nuestras universidades son, siguen siendo, bastión de libertad, espacio de alegría y posibilidad de pensamiento crítico. Las universidades son una firme opción para construir la paz que queremos y merecemos.

Una paz que no es ausencia de guerra o de conflicto, sino la creación de instancias y criterios para resolver nuestras diferencias con respeto al otro, al diferente, al disidente. Una paz activa que no es letargo, sino re-creación de la palabra mediante el arte, la cultura y el conocimiento. Una paz que se crea en los intersticios del día a día.

Y una paz que se construye a contrapelo de las instituciones artífices del dolor, operadoras del secuestro, responsables de las desapariciones, perpetradoras de los asesinatos. Las instituciones de impartición de justicia y de seguridad pública de Veracruz han sido –según las evidencias- las principales culpables de la crisis de derechos humanos en la entidad. Los culpables aún no han sido condenados y aún más: la violenta reacción de la fiscalía ante el trabajo de las académicas expresa con absoluta nitidez su temor a la verdad.

Termino con dos reflexiones:

I.-No olvidemos que la irritación del Fiscal Jorge Winckler por el trabajo de las investigadoras es ridícula frente al dolor de miles de familias que siguen en busca de sus desaparecidos, desesperadas por el pago del secuestro o llorando a sus muertos.

II.-Las universidades públicas son constructoras de paz, a través de la verdad. Como la UV, que es mucho más que las instancias de dirección.

Fuente del Artículo:

Universidades para la paz (Margensur)

Fuente de la Imagen:

http://veracruzalmomento.blogspot.mx/2011_11_13_archive.html

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Reformar la Universidad del siglo XXI

Cuba / 4 de marzo de 2018 / Autor: / Fuente: Granma

Las reformas solo son fecundas  cuando penetran en el espíritu de los pueblos.
José Martí

Una universidad anquilosada en un pasado en extremo conservador, con un modelo arcaico de enseñanza heredado del lastre colonial, caracterizaban la región latinoamericana tras la Primera Guerra Mundial, y la casa de altos estudios de Córdoba, en Argentina, no era la excepción. En un contexto de crisis y de enajenación de los problemas de su sociedad, en ella se erige, en 1918, la primera crítica a la universidad tradicional, en lo que se conoce como la Reforma de Córdoba, hecho histórico de enormes ramificaciones en la región, que este año llega a su centenario.

«Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y –lo que es peor aún– el lugar en donde las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara». Aunque breve, este fragmento del Manifiesto de 1918 resulta contundente, y refleja la situación que vivía la educación superior por aquellos años.

 Sus instituciones seguían siendo los últimos «virreinatos del espíritu» –comenta a Granma Jose Luis García Cuevas, asesor del Ministro de Educación Superior de Cuba–, y en ese contexto el movimiento estudiantil de Córdoba toma la universidad. Para ese entonces, ya se había creado la Federación de Estudiantes del centro, y con ello se concretó la implementación de una serie de reformas relativamente revolucionarias para el momento. En junio de ese año, aparece el conocido Manifiesto Liminar, «un llamado que levantó a las universidades de América Latina», una suerte de declaración de principios de los jóvenes, que tomó el pulso a los problemas más acuciantes de la región.

Los postulados del Manifiesto Liminar se centraron, apunta García Cuevas, en la necesidad de renovar la universidad, del cogobierno estudiantil, la gratuidad de la enseñanza y sobre todo en la vinculación de la universidad con la sociedad. «Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda», rezaba el documento del movimiento reformista.

Los ecos del Manifiesto fueron seguidos, entre otras acciones, con desfiles en las calles, la creación del Primer Congreso Nacional de Estudiantes y la huelga estudiantil en todo el país. Pero sobre todo –y eso es lo más importante– tuvo su resonancia en toda la región, en países como Paraguay, Chile, Venezuela y Perú, entre otros.

CÓRDOBA LLEGA A CUBA

En el año 1922, la visita a Cuba del doctor José Arce, médico argentino a cargo del rectorado de la Universidad de Buenos Aires, y sus intervenciones acerca de los sucesos de Córdoba, actuaron como detonantes para impulsar el proceso de Reforma Universitaria en nuestro país. La situación en que sumía a la Mayor de las Antillas la dictadura reinante de Gerardo Machado, y la necesidad de romper vetustos modelos de enseñanza y democratizar el acceso a las universidades, eran caldos de cultivo suficientes.

El líder estudiantil Julio Antonio Mella emprende, entonces, el camino. Así es como surge la Federación Estudiantil Universitaria en 1922, y  un año después se realiza el Primer Congreso Nacional de Estudiantes. De igual forma, en 1923 se proclama la Reforma Universitaria –que al decir del doctor José Ramón Saborido Loidi, titular de Educación Superior de Cuba– asumió tres presupuestos: la lucha contra la cátedra vitalicia, la vinculación universidad-sociedad y la depuración de todo elemento corrupto y práctica docente anacrónica que lastrara el pleno desarrollo universitario.

Un asunto clave para el desarrollo del movimiento estudiantil significó que Mella se percatara de que una revolución universitaria implicaba una revolución social, a esa meta dedicó sus últimas fuerzas, así como a darle acceso al pueblo con la creación de la Universidad Popular José Martí, apunta García Cuevas, y señala que fue en Cuba donde la Reforma de Córdoba tuvo su repercusión más radical.

Por ello, como afirmaría Fernando Vecino Alegret, quien fuera ministro de Educación Superior durante más de 30 años en Cuba, no se puede escribir la historia de la universidad cubana sin acudir a la Reforma de Córdoba. No en vano fue uno de los temas centrales del 11no. Congreso Internacional de Educación Superior, que concluyó recientemente en La Habana.

En ese espacio, el doctor Gustavo Cobreiro, rector de la Universidad de La Habana, apuntó que la más profunda transformación «llegó después de enero de 1959», triunfo al cual contribuyó sobremanera la juventud estudiantil. Desde entonces la educación superior cubana «ha estado en un permanente proceso de reforma».

Ejemplo de ello son –grosso modo– la erradicación del analfabetismo, la Reforma Universitaria de 1962, la graduación de casi un millón y medio de profesionales desde 1959 hasta hoy, el crecimiento y expansión de sus instituciones, la superación constante de su potencial humano, los resultados de la vinculación universidad-sociedad, y de la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación en el desarrollo de la enseñanza.

Todo ello bajo el principio defendido por Ernesto «Che» Guevara, cuando en la Universidad de Oriente, en fecha tan temprana como noviembre de 1959, criticó que estas instituciones pudieran convertirse en un «castillo de marfil alejado de las realizaciones prácticas de la Revolución», por lo que la Reforma Universitaria debía convertirse en un pivote para la «gran tarea de la industrialización del país». Así ha sido durante más de 55 años, en los que la universidad cubana, en permanente transformación, ha sido uno de los puntales del desarrollo de la nación.

LA ACTUALIZACIÓN DE UN MANIFIESTO

Poner al día los postulados de la Reforma de Córdoba constituye un compromiso al que se deben los catedráticos e investigadores del mundo, y sobre todo de la región latinoamericana, si se quiere construir la universidad nueva que aporte educación de calidad para todos.

Como dijo a este rotativo el doctor Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba, en el contexto del 11no.

Congreso de Educación Superior, la universidad reformista debe ser una parte integrante, total, de la sociedad. «Fue ese el legado de aquellos jóvenes a quienes les tocó hacer una disrupción de lo que era entonces la universidad. Así que nosotros tenemos que replantearnos cuál es la universidad que nuestras sociedades necesitan en los próximos años».

El tema es uno de los ejes temáticos de la agenda que en junio próximo discutirán los profesionales reunidos en la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2018), en la Universidad de Córdoba, donde constituye un reto la creación de un nuevo Manifiesto de las universidades latinoamericanas. «Tenemos que hacer cumplir los sueños de los jóvenes reformistas de construir una universidad comprometida con el desarrollo de sus pueblos», dijo el doctor Francisco Tamarit, presidente de su comité organizador.

El doctor Pedro Henríquez Guajardo, director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, insistió por su parte en la importancia de contextualizar los postulados de Córdoba a las realidades y contextos del siglo XXI.

Hay principios que tienen que ver con el cogobierno, con la participación, con el carácter de la universidad, y  tenemos que actualizarlos en cuanto a metas, desafíos y estrategias –precisó Francisco Telémaco Talavera, presidente del Consejo Nacional de Universidades de Nicaragua– en una contemporaneidad que se rige por nuevos paradigmas, pero que debe desarrollar la formación del talento humano desde la educación integral, el compromiso, la formación de valores, la investigación, extensión y vinculación universidad-sociedad, por un mundo que no tenga los niveles de injusticia, inequidad e insostenibilidad del actual.

A cien años de su proclamación, Córdoba sigue teniendo lecciones para dar. Es un grito de rebeldía que corresponde reivindicar por el bien de la educación. Defenderlo, como diría García Cuevas, implica defender nuestra izquierda, «lo que en el mundo universitario significa pronunciarse a favor de Gobiernos que promuevan las transformaciones necesarias para desplegar el potencial de las universidades en nuestra región».

Fuente del Artículo:

http://www.granma.cu/cuba/2018-02-21/reformar-la-universidad-del-siglo-xxi-21-02-2018-17-02-04

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¿Los muros cayeron? Levantemos al IEMS semiescolar. México

México / 4 de marzo de 2018 / Autor: Observatorio Pedagógico del Valle de México / Fuente: Revista El Arcón de Clío

César Medrano Mariscal

Escribo a poco más de tres semanas del 19 de septiembre de 2017, fecha en la que se derrumbaron suficientes estructuras para poner en entredicho otras tantas, sobre las cuales, hemos ciegamente fincado nuestra seguridad. ¿De verdad debemos nuestro sustento a la infatigable voluntad humana indidualista? ¿Cómo deberíamos actuar ante los desastres humanos que desnuda la naturaleza cada cierto tiempo? Si se caen los edificios, ¿persisten las instituciones? ¿Es el IEMS una institución con significación profunda y social? Mi medio de sustento, ¿debería comprometerme más allá del pago que recibo? Este movimiento de tierra, ¿debería mover también al modelo semiescolarizado? Han pasado diez años desde la creación del modelo, en cuya base está la imperiosa necesidad de atender a la población joven y rezagada de la Ciudad de México que requiere cursar o concluir su educación media superior, bajo la premisa de reunir “dos formas de trabajo académico: sesiones tipo clase (típicas de los sistemas escolarizados) y el estudio independiente (que promueven los sistemas abiertos).”

La operación de este modelo, cuyos contenidos se retoman desde el sistema escolarizado y se han adaptado con esta lógica mixta, pasa por la subcontratación del personal docente, la sobreexplotación del personal de enlace o responsables del modelo en cada plantel (a quienes les asignan tareas cuyas funciones pasan desde la prefectura hasta el papel de contratista) y la ocupación de espacios de tiempo ocioso del sistema escolarizado en los planteles. De tal suerte que, comparando la Fundamentación del proyecto educativo con lo que se ofrece y cómo se ofrece, podemos concluir que el sistema semiescolarizado es un servicio educativo subcontratado que se certifica por el IEMS.

¿Por qué, si a estas conclusiones hemos llegado de una u otra manera quienes trabajamos acá, no lo decimos abiertamente? Porque compromete mi contratación y pago: esta es la magia de la tercerización laboral que, al mismo tiempo, corrompe la solidaridad entre los trabajadores y provoca debilidad en el sistema.

El IEMS en general, y el sistema semiescolarizado en particular, persiste por su demanda: siguen llegando aspirantes que solicitan este tipo de servicio. Las autoridades han interpretado esta demanda desde un punto de vista comercial y en este sentido ajustan la oferta con un justo a tiempo: más alumnos, más contratación docente y viceversa.

Pero resulta que nuestros estudiantes no están solicitando entradas al cine, requieren urgentemente alternativas que los saquen de la violencia, el subempleo, las adicciones, el hambre; que los reinserten, que les de motivos y herramientas plausibles, reales, situadas. Luego, el IEMS debe responder a esa demanda social para consolidase como institución social y retomar su relevancia comunitaria.

Con esto en mente, trasciende mi interés desde el trabajador hacia el ciudadano, y propongo:

a) Se revise el modelo semiescolarizado en contenidos y operación,

b) Se dote de infraestructura y materiales específicos, y

c) Se contrate de base al personal docente.

Los muros han caído, pero no estamos en los escombros. Todavía no.

¿Los muros cayeron? Levantemos al IEMS semiescolar. México

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La perversidad de la guerra contra la educación

Panamá / 4 de marzo de 2018 / Autor: Rodrigo Noriega / Fuente: La Prensa

Este país fue construido sobre los hombros de panameños excepcionales que no conocieron límites para el desarrollo de su talento y para los cuales el Estado panameño no escatimó recursos para sus estudios. ¿Cómo olvidar a los hermanos Harmodio y Arnulfo Arias Madrid? Ambos fueron becados de jóvenes, lo que les permitió acudir a Cambridge y el otro a Harvard. Cinco generaciones más tarde somos testigos de la mezquindad de gremios de educadores, líderes de opinión pública y sectores políticamente miopes que buscan festinar de los supuestos malos resultados del programa Panamá Bilingüe.

El gobierno del presidente Juan Carlos Varela ha tenido esencialmente dos iniciativas significativas para el sector educativo. La primera fue la de la jornada extendida, que buscó recuperar 50 años de tiempo perdido en estúpidas políticas públicas que recortaron el horario de estudios para promover una masificación y mediatización educativa. Este esfuerzo fue saboteado por los gremios y abandonado por la sociedad, dejándolo en un mero plan piloto, cuyos resultados son irrelevantes para el salto educativo que necesita Panamá.

La segunda iniciativa en materia educativa del gobierno de Varela ha sido la de Panamá Bilingüe. Un proyecto ambicioso que consiste en formar a miles de profesores y maestros en el dominio de un inglés intermedio para los que dictará asignaturas periféricas, y más avanzado para los que se convertirán en maestros y profesores de inglés. El programa comienza en Panamá con cursos y exámenes, que luego de los cuales los educadores son clasificados para seleccionar a aquellos que estudiarán en Estados Unidos, el Reino Unido o Barbados. El porcentaje de fracasos ha sido de 5%, es decir, aquellos que no concluyeron con su curso en el extranjero.

El 95% que sí terminó su curso obtiene un diploma de la universidad o centro en el cual estudió. Ese diploma no lo da el Ministerio de Educación. Esto significa que todos los educadores que recibieron su diploma han sido certificados en el extranjero. De los más de 5 mil maestros y profesores que se han formado en Panamá Bilingüe, unos 500 aplicaron voluntariamente a una certificación adicional que los habilita como examinadores o certificadores de otros educadores. El primer resultado fue de 70 educadores panameños que recibieron la certificación de Cambridge para este nuevo rol. Hubiera sido deseable que todos los educadores fueran examinados para esta certificación. Pero ese no era el objetivo del programa. Esto quiere decir que Panamá cuenta con 70 examinadores internacionales trabajando para las escuelas públicas del país, validados por la Universidad de Cambridge. Prestigiosas universidades, como American University, Georgia TEC, Cambridge y numerosas otras entidades no van a dañar su reputación regalando diplomas o certificados de aprendizaje de inglés.

Con Panamá Bilingüe se rompieron los moldes y se creó un paradigma administrativo-académico novedoso, estableciendo mediciones de calidad y expectativas de aprendizaje parametrizadas con estándares internacionales. En Panamá Bilingüe hay exámenes, evaluaciones y más evaluaciones. Como el motor de avance laboral de los docentes beneficiados es su propio talento y esfuerzo, la mayoría de los gremios se opone.

Aquí comparto mi experiencia personal con el aprendizaje del idioma inglés. Estudié en una escuela privada por 12 años tomando clases de inglés de profesores nativos de Estados Unidos, Canadá y hasta de Colón. Cuando terminé mi universidad apliqué a la beca Fullbridge, única beca para la que no se necesitan ni padrinos ni palancas y me fue muy bien en el Toefl. Creo que fui de los becarios con los resultados más altos. A pesar de esto tuve que estudiar inglés por seis semanas en la Universidad de Georgetown y me tomó de 3 a 4 meses en la Universidad de Yale para que mi inglés fuera lo suficientemente bueno. En comparación con las 8 semanas para el programa corto de Panamá Bilingüe o las 16 semanas para el programa largo, en mi experiencia ese no es tiempo suficiente para dominar el idioma. Otros países, los asiáticos, envían a sus estudiantes por dos o tres años.

Me parece ridículo e infame que las benditas redes sociales se burlen de los maestros que se toman un selfi en un centro comercial o en un museo. El programa al que yo asistí me llevaba los fines de semanas a conocer museos, estadios, a ver obras de teatro, me llevó a la Estatua de la Libertad, a las Torres Gemelas y a numerosos eventos turísticos. Así se aprende el idioma, conociendo la cultura.

Panamá Bilingüe va a costar en total unos 130 millones de dólares. Eso es una baratija para el país que gasta 2 mil millones en una línea de metro.

Panamá Bilingüe está cambiando nuestra educación. Así como la generación pionera de educadores graduados de la Normal de Santiago que se perfeccionó en Chile y Argentina, Panamá Bilingüe le ofrece una ventana al mundo a los maestros de este país, que les durará toda la vida. Para el que quiere enseñar, yo no escatimaría gastos en su formación. Esa inversión va a redundar en decenas de años de formación académica. Y ya empezó a dar beneficios.

Según Enelda López, encargada del programa en el Meduca, ya 8 mil estudiantes de primaria de escuelas públicas, incluyendo las comarcas, están pasando los exámenes de nivel internacional que miden el aprendizaje del inglés como segunda lengua. Claro que me gustaría que también lo hicieran en español, pero por alguna parte hay que empezar.

Panamá Bilingüe va a costar en total unos 130 millones de dólares. Eso es una baratija para el país que gasta 2 mil millones en una línea de metro. Con esa misma cantidad de dinero todos los maestros y profesores podrían actualizar su formación y alcanzaría para mejorar la planta física de todas las escuelas. ¿Por qué atacar Panamá Bilingüe? Hay quienes prosperan con la mediocridad educativa, ese es el perfil de una pluralidad de los gremios educativos. Hay otros que tienen una agenda política y hacen puntos fáciles criticando al gobierno de Varela para que le compense la derrota en Miami. Sin embargo, esos no son los preocupantes. Me preocupan las decenas de miles de ciudadanos digitales y comentaristas independientes que hablan pestes del programa y que salen con comentarios como que sería mejor traer los profesores de Estados Unidos para que den 8 horas de clases diarias a 30 maestros por salón en escuelas que no existen, para que luego esos maestros repitan las lecciones como papagayos en sus respectivos entornos educativos. Claro que va a ocurrir algún aprendizaje, pero para la mayoría el viajar y conocer de primera mano aquello de lo que se está hablando no te lo quita nadie.

Nuestra educación pública tiene 50 años de atraso. Ese rezago nos lastra fuertemente y explica mucha de nuestra realidad institucional y falta de competitividad. Panamá Bilingüe es la iniciativa educativa más importante en 40 años. No es perfecta, tiene muchos defectos, pero si dejamos que la destruyan, les habremos quitado una oportunidad de desarrollo intelectual y crecimiento personal a nuestros educadores. Nos habremos bebido la cicuta de la mediocridad del discurso político y la arrogancia de nuestros líderes de opinión pública. Sin el inglés perderemos el siglo XXI. Hasta el momento, Panamá Bilingüe es el único puente que tenemos para evitar ese abismo.

Fuente del Artículo:

https://www.prensa.com/blogoterapia/perpersidad-guerra-educacion_7_4969822969.html

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OPINIÓN: A 10 años de la huelga magisterial

Puerto Rico / 4 de marzo de 2018 / Autor: Mercedes Martínez Padilla / Fuente: La Isla Oeste

Vencimos y volveremos a vencer. Un día como hoy, el 21 de febrero de 2008, miles de maestros y maestras salimos a la calle a defender la dignidad y los derechos del magisterio ante el gobierno anti obrero de Aníbal Acevedo Vilá. Arrancaron dos semanas intensas que dejarían claro que los instrumentos de lucha de los trabajadores y trabajadoras son para representar a su gente y no un fin en si mismo. Resultaría en el logro de importantes conquistas que permitieron frenar estrategias patronales.

La Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) se había posicionado para ese momento no solo como el sindicato más grande del país, sino uno con clara conciencia de clase y como un instrumento de lucha militante del magisterio. Esto frente a múltiples uniones, principalmente las afiliadas a matrices en los Estados Unidos, que se presentaban como empresas de servicio donde lo principal es conservar el instrumento y los privilegios del liderato.

La Federación de Maestros se visualizaba como un instrumento con la misión de defender a su matrícula, aun a riesgo de sanciones y golpes por parte del estado. ¿Para qué necesitamos un sindicato que, al momento de la verdad y por temor al patrono, acepte incluso el despido de sus representados?

Su liderato, contrario a las empresas sindicales norteamericanas, comparte las condiciones de vida de la matrícula. Sus salarios son los que les corresponderían en el salón de clase. Ello permite que se mantengan en sintonía con los intereses de su gente.

La intransigencia del patrono

Al momento de decretarse la huelga, la FMPR llevaba negociando 3 años sin que el Departamento de Educación hiciera una oferta razonable. Fungía como Secretario de Educación Rafael Aragunde.

En octubre de 2007 una asamblea con sobre 8,000 maestros le dio a la dirección del sindicato un voto de huelga a ser implementado cuando se entendiera. Otra de las características del sindicato quedaba expuesta: su funcionamiento claramente democrático donde la base es quien toma las decisiones fundamentales. En los sindicatos afiliados a uniones norteamericanas la matriz retiene el poder, sobre la decisión de los trabajadores y trabajadoras, de determinar si se van o no a la huelga. En el caso de las uniones que operan al amparo de la Ley 45 conocida como “Ley de Relaciones del Trabajo para el Servicio Público de Puerto Rico”, la Unión Internacional no les permite tener un fondo de huelga.

Una huelga a través del país

El 21 de febrero de 2018 frente al Departamento del Trabajo en Hato Rey, Rafael Feliciano Hernández, Presidente de la FMPR, anuncia la decisión unánime del Comité Ejecutivo del sindicato de iniciar una huelga indefinida. Figuraban como demandas principales el que se obtuviera un convenio colectivo, aumentos salariales, reducción en la cantidad de estudiantes por salón y un compromiso de que no privatización de las escuelas.

En numerosas escuelas se detiene el funcionamiento y los maestros y maestras recibieron el respaldo de padres, madres y estudiantes. La Asociación de Maestros y sectores afines al Partido Popular Democrático desarrollan una campaña contra el magisterio. Sectores independentistas comprometidos con el partido gobernante dan la espalda al magisterio en lucha. Un grupo de ex presidentes de la FMPR realizó una conferencia de prensa para apoyar al patrono y llamar a no respaldar la determinación de la asamblea más grande que ha realizado sindicato alguno en el país. Entre ello estuvieron lastimosamente Serapio Laureano, Andrés Miranda, Renán Soto y Jesús Delgado Burgos. A pesar de estos elementos el espíritu de los maestros y maestras al concluir la huelga es de victoria.

El envolvimiento de miles de educadores en las distintas actividades de la huelga logra un crecimiento cualitativo en la conciencia de clase de muchos. Logran identificar al estado como una fuerza antagónica a los derechos de la clase trabajadora.

Resultados de la lucha magisterial

La huelga fue punto culminante de un proceso por el cual el magisterio logra avances importantes en sus condiciones de trabajo y vida.

A nivel económico la Federación de Maestros es responsable de elevar significativamente los salarios de los educadores. En varias instancias se consiguen aumentos de sueldo de $100.00 en 2002, $150.00 en 2003, $150.00 en 2004 y $250.00 como producto de la huelga. Esto significó un total de $750.00 en 6 años gracias a la lucha de nuestro sindicato.

Como resultado directo de la huelga magisterial, el Secretario de Educación Rafael Aragunde, que había dado muestras de favorecer la privatización, firma con la FMPR una estipulación donde el gobierno se compromete a no privatizar las escuelas. La estipulación firmada señala:

“…el Departamento de Educación se compromete a no establecer escuelas “chárter” ni ninguna otra variante de privatización de las funciones docentes y administrativas de las escuelas”.

Este es, sin lugar a duda, uno de los logros más importantes del proceso huelgario de 2008.

Luchamos por los niños, por los derechos del magisterio. Luchamos para vencer.

Detener cualquier plan privatizador por espacio de 10 años es una de las aportaciones concretas de la lucha que libró el magisterio y, puesto dentro de la perspectiva presente, nos indica que si resistimos podremos prevalecer una vez más y garantizar una educación pública de calidad para nuestros niños y niñas.

Ningún gobierno abarrotado de tecnócratas al servicio de los amigos del alma, ni una empresaria encumbrada como Secretaria de Educación pueden amar mas a nuestros estudiantes que los maestros y maestras que día a día acudimos a las aulas a alimentar su futuro. Junto a las comunidades escolares, los padres, madres y todo el país derrotaremos una vez más los intentos de entregar a manos privadas las escuelas.

Fuente del Artículo:

OPINIÓN: A 10 años de la huelga magisterial

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Pactos, 4 % y reforma de la educación -3 de 3-

República Dominicana / 4 de marzo de 2018 / Autor: Jesús de la Rosa / Fuente: Hoy Digital

Después de largas jornadas de discusiones, miembros del Consejo Económico Social, funcionarios del sistema dominicano de instrucción pública, titulares de instituciones gubernamentales, rectores de universidades, dirigentes políticos, sindicales y comunitarios y otros actores de la sociedad dominicana, suscribieron, el 1° de abril del 2014, junto al Presidente Constitucional de la República, licenciado Danilo Medina Sánchez, el Pacto Nacional por la Reforma Educativa de la República Dominicana 2014-2030, con la finalidad de encontrar soluciones consensuadas a los problemas que afectan la calidad de la enseñanza en las escuelas públicas y en los colegios privados. Todo ello, bajo el entendido de que la educación es un derecho fundamental consagrado en la Constitución de la República y que “toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones”. Dicho Pacto consigna “que es obligación del Estado Dominicano financiar la educación pública en todos los niveles, grados y modalidades” y que la misma es la herramienta más poderosa para realizar las transformaciones requeridas en la sociedad dominicana. Diferente a lo ocurrido con el Pacto Eléctrico, en donde todavía las autoridades gubernamentales y los diferentes sectores involucrados en el mismo no han logrado un consenso en cuanto a su alcance y contenido, esta vez pudimos arribar a un acuerdo consensuado en materia de instrucción pública respecto a qué hacer y cómo hacerlo para alcanzar los fines deseados.

Tenemos entendido que el Plan Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030 establece el marco para una amplia experiencia educativa que tardará años en desarrollarse. Y que nadie, absolutamente nadie, puede prever con certeza cuál será el resultado de sus diversas innovaciones. No nos cabe la menor duda de que en el trascurso de su aplicación hará falta introducir numerosas correcciones, por lo que será muy importante llevar a cabo, tal y como se ha venido haciendo, un control y evaluación continua del avance y progreso de la reforma, preferentemente por parte de analistas independientes que colaboren estrechamente con el Ministerio de Educación y con partes interesadas del sector privado.

En esta fase de desarrollo tan temprana del Plan de Reforma resultaría prematuro formular ningún juicio u opinión sobre si los requisitos más arriba expuestos llegarán a prevalecer y si se superarán los obstáculos que existen en potencia.

El Pacto Nacional para la Reforma Educativa 2014-2030 descansa en el desarrollo de cinco grandes proyectos: Campaña Nacional de Alfabetización de Adultos; Formación y Capacitación Docente; Construcciones y Equipamientos de Aulas y Laboratorios; Tandas Extendidas; Uso de Tecnología en la Transmisión de Conocimientos. La exitosa culminación de todos estos proyectos demanda de una inversión en educación de parte del Estado de más un 4% de nuestro Producto Bruto Interno. Pero, los inconvenientes ya comienzan a aflorar: En efecto, en la página 12B del periódico HOY, en su edición correspondiente a 22 de enero del año en curso, aparecen unas declaraciones atribuida a la experta fiscal Germania Montás Yapur en el sentido de que la destacada profesional entiende que “son inviables los porcentajes del PIB asignados a renglones como educación” El vespertino El Nacional, en la página 5 de su edición correspondiente al 30 de enero del año en curso, trae la información de que suplidores del almuerzo escolar se disponen a suspender el almuerzo en las escuelas de jornadas extendidas. Sí esto es así, debemos ir formulando posibles alternativas con miras a evitar lo peor.

Fuente del Artículo:

Pactos, 4 % y reforma de la educación

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http://crees.org.do/es/gráfica-del-día-calidad-de-la-educación-en-centroamérica-y-república-dominicana

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Laura M. Ramírez: América Latina: adelante con la transformación educativa

México / 25 de febrero de 2018 / Autor: Laura M. Ramírez / Fuente: El Heraldo de México

La región todavía no logra que las niñas, los niños y los jóvenes estén, aprendan y participen en la escuela

Este año el panorama en América Latina trae un gran cambio político con elecciones presidenciales o legislativas en 10 países, más dos procesos de 2017: Chile con gobierno entrante en marzo y Honduras con un conflicto que puede desembocar en nuevas elecciones este año.

Para que la región logre superar los problemas de desigualdad, corrupción, pobreza extrema e inseguridad, se requiere apostarle a la educación, con estrategias de mediano y largo plazo.

La mayoría de los países empezaron procesos de transformación educativa desde los 80. Inicialmente el foco estuvo en aumentar la cobertura en educación primaria. Con los años se ha visto que esto no es suficiente y se necesitan cambios normativos y políticas públicas en- caminadas a mejorar la calidad.

Un caso representativo es el de México, que en 2013 realizó un cambio para que el artículo 3o estableciera que la educación que ofrece el Estado debe enfocarse para lograr el máximo logro de aprendizaje.

Muchos gobiernos han optado por impulsar políticas enfocadas a la primera infancia para dar atención integral y de calidad a l@s niñ@s de 0 a 6 años. Destaca el caso colombiano que con su iniciativa De Cero a Siempre logró articular servicios de salud, cuidado y educación inicial. También se ha trabajado en mejorar la formación docente y de líderes escolares mediante formación inicial y continua y evaluación de desempeño. Para mejorar la permanencia de alumnos hay pro- gramas como redes de tutoría, aulas interactivas y ampliación de jornada.

Sin embargo, la región todavía no logra que las niñas, los niños y los jóvenes estén, aprendan y participen. Un factor que dificulta obtener mejores resultados es que con frecuencia las políticas públicas se conciben de acuerdo al gobierno en turno, sin visión de largo plazo.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos? Independientemente de la ideología de los gobiernos entrantes, la ciudadanía tiene un papel funda- mental para que la transformación educativa siga su curso. ¿Cómo?

• Exigiendo políticas de Estado y no de gobierno, los cambios llevan tiempo y es difícil avanzar cuando cada periodo presidencial se quitan y ponen programas sin evaluar su impacto y sin reconocer los aciertos.

• Informándonos sobre políticas que han dado resultado y demandar que permanezcan, que se ajusten los presupuestos para que lo bueno siga y cambiar lo que no funciona.

• Reconociendo a los buenos maestros y líderes escolares, apoyándolos en el papel que juegan en la transformación de las escuelas.

• Escuchando lo que niñ@s y jóvenes tienen que decir para fortalecerlos como ciudadanos y asegurar- nos de que la educación responde a lo que quieren y necesitan.

La transformación educativa en Latam no depende de un gobierno, es un proceso que lleva años y que debemos impulsar entre tod@s.

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https://heraldodemexico.com.mx/opinion/laura-m-ramirez-america-latina-adelante-con-la-transformacion-educativa/

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Latinoamérica por la educación

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