Black Mirror en el aula

Por: Ricardo Braginski.

Por momentos uno piensa que vamos a morir todos sepultados por los datos. Una enorme bola de ceros y unos que nos van a hundir definitivamente, sin que nadie pueda siquiera defenderse.  La reflexión viene a cuenta de una foto que se viralizó hace poco, que muestra un grupo de alumnos de China, todos quietos, mirando hacia el frente y con un dispositivo en sus cabezas que mide el nivel de atención sobre la clase.

Lo que impacta de la imagen es la pasividad de esos chicos, brazos cruzados, mientras los adultos controlan sus cerebros en una escena más cercana a las distopias de la serie Black Mirror que a una situación de clase habitual en una escuela primaria.

El dispositivo que usan se llama FocusEdu y es de la empresa estadounidense BrainCo que nació en los laboratorios de la Universidad de Harvard y que ahora se dedica al desarrollo de productos que incluyen una interfaz cerebro-máquina.

Los vendedores de FocusEdu, que intentan ubicarlo en aulas de todo el mundo, describen sus bondades. Por ejemplo, que en una pantalla y con un software muy amigable, el docente ve, en tiempo real, cuál es el nivel de atención de cada alumno. Así -al mejor estilo “minuto a minuto” de la tele- puede ir modificando sus clases a medida que cae la atención.

Para ponerle un poquito de pimienta al asunto, el software cuenta con una función que muestra, al finalizar la clase, quiénes fueron los tres alumnos que más atención prestaron. Y así -de paso- estimulan la competencia entre los chicos para ver quién atiende mejor.

Las escuelas contarán, además, con los datos de lo que sucede en cada aula. Entonces, con técnicas de Big Data e inteligencia artificial, podrá determinar cuáles son las “mejores prácticas pedagógicas”. Esto llevará, dicen, a una educación más personalizada y efectiva.

De la infancia, de los vínculos, de las risas, de la vida, que se ocupen otros.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/black-mirror-aula_0_FI7qNmrMk.html

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